El Presidente. De conformidad con el orden del día, se procede al debate del informe (A6-0025/2006) del señor Brok, en nombre de la Comisión de Asuntos Exteriores, sobre el documento de la Comisión relativo para la estrategia 2005 para la ampliación - (2005/2206(INI)).
Elmar Brok (PPE-DE), ponente. – (DE) Señor Presidente, señor Comisario, Señora Presidenta en ejercicio del Consejo, hasta el día de hoy, la ampliación de la Unión Europea ha sido el aspecto más logrado de su política exterior porque ha sido un medio de ampliar la zona de estabilidad y paz en Europa, así como de seguir avanzando en la causa de la paz, la libertad, los derechos humanos y el Estado de Derecho. Se trata de un aspecto importante que no podemos perder de vista ni ahora ni en el futuro.
Pero también debemos tener claro que la estabilidad es un objetivo alcanzable solo si la Unión Europea es lo suficientemente fuerte como para desarrollar la capacidad de dominar esas tareas; por eso, por ejemplo, el Tratado Constitucional fue un intento retrospectivo de hacer viable la adhesión de diez nuevos Estados miembros en términos institucionales y de los objetivos implicados, y la razón por la que ahora nos encontramos con tantas dificultades es que el proceso de ratificación no está yendo a ninguna parte.
También hemos de darnos cuenta de que la capacidad de la Unión Europea de aceptar nuevos miembros es uno de los aspectos esenciales de los criterios de Copenhague, si bien hay buenas razones por las que esto ha sido puramente declaratorio por naturaleza. Pero cuando alcancemos el tipo de relación que alcanzaremos tras la adhesión de Bulgaria y Rumanía tendremos que poner en juego y redefinir esa capacidad. Por eso pedimos a la Comisión que, para finales de año, defina el significado de la capacidad de absorción de la Unión Europea con referencia a esta cuestión y esto nos permitirá utilizarla. Lo que hace que esta cuestión revista una gran importancia es que no se trata solo de una cuestión constitucional, sino que también afecta a la capacidad financiera de la Unión Europea y mucho más.
También creo que debemos dejar claro hasta qué punto la Unión Europea es capaz de aceptar a nuevos miembros, y que, en última instancia, esto puede afectar a la decisión de «sí» o «no». La perspectiva de adhesión a la UE se ofrecerá no solo a los países que ya han comenzado las negociaciones de adhesión, a los que tienen la condición de candidatos o aquellos a los que se les ha prometido después de Salónica –para evitar dudas y volver a clarificar cuestiones, quiero decir que no se puede retirar esa promesa–, sino también como incentivo para llevar a cabo reformas internas muy importantes y a Estados como Ucrania o aquellos Estados europeos que se encuentran bajo una dictadura y necesitan tener esa perspectiva para poder seguir mirando hacia occidente.
Para eso, la Política de Vecindad no es suficiente por sí sola. En algunos casos, a los propios países o a la propia Unión Europea les está costando mucho combinar esto con la perspectiva de ser miembros de pleno derecho, porque en muchos casos esto solo se producirá dentro de quince años. Si queremos que este proyecto sea creíble, necesitamos algo que está situado entre las dos cosas, algo con que esos países puedan resistir hasta que se integren plenamente, pero sin que ello nos imponga a nosotros una presión poco realista.
Esta opción debería estar abierta a cualquier Estado que actualmente no pertenezca a la Unión Europea. Quiero volver a hacer hincapié en que puede ser la recta final para países como Noruega –que también forma parte del Convenio de Schengen– decidir sobre la base de su participación en el Espacio Económico Europeo. Si se me permite hablar en términos de un «Espacio Económico Europeo Plus», entonces podemos hacer mucho con dicho proyecto multilateral en los ámbitos del mercado interior, la seguridad interior y exterior, la política medioambiental y muchos más.
Pero también puede ser una fase intermedia. Si los Estados a los que hoy se les ofrece la perspectiva de adhesión post Salónica –como por ejemplo los países de los Balcanes Occidentales, cuyo desarrollo se producirá a lo largo de diferentes períodos de tiempo– deciden usarla como una etapa intermedia hacia la plena integración, entonces lo que se prometió en Salónica no habrá sido inútil. Sobre esta base podemos alcanzar un nuevo grado de flexibilidad haciendo esta perspectiva más creíble, porque las cosas pueden ocurrir de inmediato sin necesidad de intercalar los quince años de negociaciones, y entonces tendremos que decir «sí» o «no».
Así pues, creo que la ampliación en algunos países implica plebiscitos, por lo que no sabemos si al final se producirá la ratificación. Esto significa que no se trata solo de un intento de una estrategia «todo o nada», sino de crear la posibilidad de ofrecer perspectivas creíbles a esos países, al tiempo que impulsamos el proyecto político que es la Unión Europea.
(Aplausos)
Ursula Plassnik, Presidenta en ejercicio del Consejo. (DE) Señor Presidente, Señorías, quiero dar las gracias a esta Cámara y al Presidente de la Comisión de Política Exterior por su concienzudo informe sobre el documento de estrategia de 2005 de la Comisión. Este tema es objeto de constantes debates en el Consejo, sobre todo en referencia a las decisiones prácticas que hemos de tomar. Como ya se ha dicho, hemos celebrado un debate muy positivo y profundo en Gymnich, y seguiremos haciéndolo. Creo que es esencial, porque negarse a debatir despierta sospechas en la opinión pública, y debemos reforzar la confianza de los ciudadanos europeos en el proyecto europeo en su conjunto y crear más confianza y más claridad. Esa es una de mis preocupaciones principales como Presidenta en ejercicio, y por eso acojo con satisfacción el debate que estamos celebrando.
Puesto que necesitamos el apoyo de los ciudadanos para el proceso de ampliación tenemos que mejorar el flujo de información y nuestro trabajo de relaciones públicas, al tiempo que explicamos mejor las medidas individuales. Tenemos que dejar claro que seremos exhaustivos y circunspectos y que, aunque no actuaremos precipitadamente, tampoco nos dormiremos en los laureles. Creo que esta consideración es esencial.
Al introducir el concepto de «capacidad de asimilación» no podemos establecer un obstáculo arbitrario y adicional; por el contrario, se trata de concienciarnos y de concienciar a los demás de algunas verdades fundamentales bastante importantes y evidentes. Cada paso en la ampliación, cada nueva adhesión exige dos participantes: uno es la Unión Europea y el otro el país que va a convertirse en Estado miembro.
Queremos prepararnos para las próximas adhesiones lo mejor que podamos. En este sentido, Salzburgo ha sido importante para mí porque había que echar la vista atrás a los últimos tres años y contemplar las próximas medidas prácticas, porque esto nos permite clarificar nuestra posición y nuestro grado de preparación, ya sea dentro o fuera de nuestras fronteras. También podemos confiar en la experiencia que hemos adquirido durante la última ampliación y aplicar el conocimiento que tenemos en materia de transformación sobre una base de cooperación.
Como se ha dicho en el debate anterior, el protagonismo también refleja las normas europeas que, aunque equitativas, tienen que cumplirse de forma estricta, como dejó bien claro el informe de la Comisión de noviembre de 2005.
Pero en este debate debemos ser honestos sobre las expectativas de los ciudadanos respecto de la Unión Europea, sobre todo las expectativas de las personas que viven en ella. Nos debemos claridad, y solo podemos dárnosla unos a otros. No podemos dar un cheque sin una garantía.
Además, pido un enfoque más matizado respecto de los países individuales, porque hemos de ser justos en nuestras relaciones con cada uno de ellos. Por tanto, en el debate continuo la presidencia prestará especial atención a las contribuciones de la Cámara.
Permítanme esbozar las decisiones en las que actualmente estamos trabajando. La primera tiene que ver con Rumanía y Bulgaria. Los informes son alentadores y ya tenemos el objetivo de adhesión fijado para el 1 de enero de 2007, aunque con la posibilidad de retrasarla un año. Las negociaciones de adhesión de Turquía y Croacia han comenzado; el pistoletazo de salida fue el 3 de octubre del año pasado. Ahora estamos inmersos en evaluar el acervo comunitario. La Presidencia ha escrito a Croacia y Turquía para invitarles a establecer su posición negociadora sobre el primer capítulo, «Investigación y Desarrollo».
Compartimos la opinión de la Cámara de que se necesita un progreso continuado en la consecución de todos los criterios políticos y económicos y en la realización eficaz de los derechos fundamentales, el Estado de Derecho y la democracia. Respecto de Turquía, la presidencia acoge con satisfacción el cierre del caso de Orhan Pamuk, y en una reciente reunión de la troika en Viena ha dejado claro que esperamos que los juicios pendientes de conformidad con el artículo 301 del Código Penal turco se aborden de manera similar, o que se cambie la ley.
También estamos supervisando de cerca la aplicación del protocolo de Ankara y nos aseguraremos de que los organismos relevantes lo revisen este año y de conformidad con la declaración del Consejo de 21 de septiembre de 2005.
Creemos que el comienzo de la asociación para la adhesión con Croacia es igualmente importante, y hemos acogido con satisfacción la iniciativa del Primer Ministro croata para garantizar una cooperación incondicional con el Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia. Compartimos con ustedes la opinión de que Croacia está contribuyendo más a la cooperación regional y que se necesitan más esfuerzos.
Ya he dicho lo que había que decir sobre los Balcanes Occidentales. La estrategia del Consejo para que Serbia y Montenegro cooperen plenamente con el Tribunal Internacional de Crímenes de Guerra también está clara, y hemos enviado una señal muy clara al respecto en nuestra última reunión. Apoyamos el trabajo del enviado especial de las Naciones Unidas en Kosovo, Martti Ahtisaari, y creo que la Unión Europea, a través de los esfuerzos de su delegado especial, Javier Solana, es capaz de ayudar de forma muy positiva y diplomática para alcanzar un acuerdo sobre las condiciones para el referendo del 21 de mayo.
(Aplausos)
Olli Rehn, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, aprovechando que aún está aquí, me gustaría felicitar al señor Brok por su informe. Como ha dicho muy acertadamente, la ampliación es una de las herramientas políticas más poderosas de la UE para lograr la paz y la prosperidad, la libertad y la democracia. La ampliación al este en 2004 selló la reunificación pacífica entre Europa Occidental y Oriental. Ahora nuestros esfuerzos están centrados en una unificación pacífica en el sudeste europeo. Nuestro proceso de adhesión, gestionado de forma gradual y minuciosa, se basa en tres principios fundamentales.
Primero, hemos consolidado nuestro programa de trabajo para la ampliación. Esto quiere decir que debemos ser cautos antes de adoptar nuevos compromisos, pero del mismo modo debemos atenernos a los que ya tenemos con los países candidatos o posibles candidatos que ya se encuentran en el proceso. Nuestro programa de trabajo consolidado sobre la ampliación se centra en Europa Sudoriental: Bulgaria y Rumanía, Turquía y Croacia y los demás países de los Balcanes Occidentales.
En segundo lugar, aplicamos una condicionalidad rigurosa. Esta funciona si además existe una perspectiva de adhesión creíble. Ha ayudado a transformar a los países de Europa Central y Oriental en democracias modernas. Más recientemente ha inspirado reformas atrevidas y significativas en Turquía y, cada vez más, en los Balcanes Occidentales. Esto también viene demostrado por varios importantes acontecimientos recientes, como el encarcelamiento del general Ante Gotovina en La Haya, mientras que el escritor Orhan Pamuk puede expresar libremente sus opiniones.
La política de ampliación y la de vecindad son complementarias. Asimismo, la Comisión está dispuesta a seguir profundizando y actualizando la cooperación con sus socios vecinos, una vez que se hayan abordado debidamente las principales prioridades en los actuales planes de acción.
Al mismo tiempo, deberíamos evitar las dificultades que entraña un debate excesivamente teórico sobre las fronteras definitivas de Europa. Dado que ahora tenemos un programa de trabajo consolidado para la ampliación, un debate teórico, por ejemplo sobre si Ucrania debe entrar en la UE, no nos beneficiaría ni a nosotros ni a los ucranios, en un momento en que el futuro de Ucrania y su evolución democrática están en juego.
Sin lugar a dudas, el ritmo de la ampliación debe tener en cuenta la capacidad de absorción de la UE. La Comisión siempre ha mantenido este punto de vista. La ampliación se basa en compartir un proyecto cimentado en principios, políticas e instituciones comunes. La Unión debe garantizar que puede mantener su capacidad para actuar y decidir conforme a un equilibrio justo dentro de sus instituciones, respetando los límites presupuestarios y aplicando políticas comunes que funcionen bien para lograr sus objetivos.
Durante más de tres décadas, la UE ha absorbido con éxito a una gran variedad de países, como podemos ver por la composición de esta Cámara, por ejemplo, entre ellos el Presidente encargado de dirigir este debate y el propio Comisario. Al desarrollar sus políticas e instituciones, la Unión ha respondido de forma positiva a las nuevas circunstancias, como la caída de las dictaduras, el colapso del comunismo y el crecimiento de la globalización económica. La ampliación ha demostrado ser un excelente amortiguador de crisis en Europa.
En tercer lugar, necesitamos mejorar la comunicación. En el informe se aboga acertadamente por una estrategia de comunicación y, de hecho, el apoyo de los ciudadanos es fundamental para todo lo que hace la Unión, incluida la ampliación. Confío en el apoyo político y financiero del Parlamento para poder llevar a cabo un debate bien fundado sobre la ampliación.
Para terminar, la consolidación era necesaria para evitar excedernos en nuestros compromisos con la ampliación. No olvidemos nuestro propio interés estratégico: sería una absoluta irresponsabilidad interrumpir un valioso proceso que está contribuyendo a crear asociaciones estables y eficaces en las partes más inestables de Europa. Si dudáramos con respecto a la perspectiva europea de los Balcanes Occidentales, nuestra beneficiosa influencia, nuestra repercusión política y nuestro impacto se verían seriamente erosionados, justo cuando la región está entrando en un periodo difícil con las negociaciones sobre el estatuto de Kosovo.
La perspectiva de la UE es la llave para una solución duradera para Kosovo y para el desarrollo democrático en Serbia y en el resto de la región. Es el cimiento que mantiene a la región en el camino de la paz y de las reformas. Por lo tanto, en interés de Europa, pido que no hagamos tambalear estos cimientos y que nos aseguremos de que el todavía frágil edificio balcánico no se derrumbe a nuestros pies, en nuestro propio patio.
(Aplausos)
Giorgos Dimitrakopoulos, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (EL) Señor Presidente, Señora Presidenta en ejercicio del Consejo, señor Comisario, quiero comenzar felicitando al ponente y al Presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores, señor Brok, por su importante informe y, al mismo tiempo, felicitarle, señora Presidenta en ejercicio del Consejo, por el interés y la firmeza que demuestra en la cuestión de los Balcanes, tanto en su papel de Ministra austriaca de Asuntos Exteriores como de Presidenta en ejercicio del Consejo. Felicidades también al Comisario por la comunicación global e integral de la Comisión que nos ha presentado.
Quiero hacer unos comentarios rápidos:
En primer lugar, la opinión central del informe Brok sobre la importancia de las perspectivas europeas de una serie de países, la mayoría de los cuales se encuentran en los Balcanes, es correcta. Al mismo tiempo, si los apartados 5, 9 y 10 del informe se leen juntos, dan el punto de referencia en función del cual la Unión Europea percibe las ampliaciones futuras.
En cuanto a Turquía, quiero decir que apoyo las perspectivas europeas de Turquía, pero creo, como usted ha dicho con razón, que inicialmente hemos de centrarnos en el protocolo de Ankara. Solo debe ratificarse el Protocolo –repito, solo el Protocolo–, no la declaración unilateral, y, por supuesto, la cuestión de la actualización del marco jurídico del país.
En cuanto a Kosovo, estoy de acuerdo en que durante las negociaciones hay que prestar atención a su estatuto final, pero también debemos prepararnos para ver cómo se aplicará la decisión respecto de este tema.
En cuanto a ARYM, ahora posee el estatuto de país candidato. Y precisamente por eso también tiene derechos y obligaciones, uno de los cuales es demostrar una actitud constructiva en el diálogo con Grecia para que pueda resolverse la cuestión pendiente del nombre.
Por último, en cuanto a Serbia, estoy de acuerdo en que tiene la obligación de cooperar con el Tribunal de la Haya, pero solo es una parte de un conjunto de criterios que debe cumplir, y quiero pedir que no caigamos en el error de «croatizar» el caso de Serbia. Señora Ministra, sobre esta cuestión usted también tiene un punto de vista personal.
Jan Marinus Wiersma , en nombre del Grupo del PSE. – (NL) Señor Presidente, la Comisión, en su documento, no se anda con rodeos: aunque no haya una nueva ronda de ampliación en la que esté implicado un amplio grupo de países al mismo tiempo, sostiene –en mi opinión, con razón– que la Unión Europea es, y en efecto seguirá siendo, una organización que se mantiene abierta a nuevos miembros, aunque con ciertas condiciones. A pesar de que la entrada de diez nuevos países en 2004 fue un éxito, no todos los ciudadanos lo ven así. Por lo tanto, es preciso realizar un esfuerzo adicional para explicar este éxito.
En nombre del Grupo puedo decir que apoyamos la idea del informe Brok y quiero darle las gracias por la interesante ronda de preparación en la que hemos participado en los últimos meses. Los socialdemócratas estamos totalmente a favor de la especial atención que se presta al criterio de la capacidad de absorción. El punto muerto que rodea a la ratificación del Tratado Constitucional desempeña una importante función en esto. Sin reformas internas será difícil gestionar efectivamente la adhesión de nuevos Estados miembros.
Como se ha expresado en resoluciones anteriores, en nuestra opinión el Tratado de Niza no es una base para nuevas decisiones en materia de adhesión. No obstante, es necesario aclarar el concepto de capacidad de absorción, tal y como se establece en los criterios de Copenhague, y el informe, con acierto, presta atención también a este aspecto.
Quiero aprovechar esta oportunidad para explicar la postura de los socialdemócratas con respecto a la posible adhesión de varios países. Por lo que respecta a nuestros vecinos orientales, Ucrania y Moldova, pensamos que ahora no es el momento adecuado de debatir su adhesión. En lugar de ello deberíamos fomentar la cooperación práctica. Hemos concluido planes de acción con esos países y deberíamos intentar llevarlos a buen término.
Con respecto a los Balcanes, apoyamos la postura del Consejo. En principio, los países de los Balcanes Occidentales insisten en la perspectiva de la adhesión, a pesar de que lo harán en diferentes momentos. Por nuestra parte, con respecto a Turquía, continuaremos por el camino elegido. Estamos en vísperas de iniciar un proceso que durará muchos años y es sumamente importante que mantengamos la promesa, pero también las condiciones, que hemos establecido al respecto.
En cuanto al tema de los Balcanes, quiero añadir que, a pesar de que huelga decir que los criterios de Copenhague siguen teniendo una gran importancia para nosotros, el Grupo Socialista en el Parlamento Europeo sigue apreciando mucho la cooperación con el tribunal de Yugoslavia como criterio. También considero –y se ha hablado mucho de ello– que la cooperación regional puede realizar una importante contribución para el acercamiento de estos países a la Unión Europea.
Finalmente –y puede que este sea el punto más importante de todo el debate–, el informe menciona la posibilidad de establecer un nuevo marco multilateral para países europeos que todavía no se han unido a la Unión Europea. Para algunos países, esa podría ser una alternativa a la adhesión, mientras que para otros podría ser un paso intermedio hacia la misma. Para Ucrania y Moldova, por ejemplo, una estructura de ese tipo podría suponer un firme paso adelante, pero para los países que ya están reconocidos como potenciales miembros, yo señalaría que se trata de una opción, no de una obligación.
Así es como se establece también de forma bastante clara en el informe Brok. Esos países pueden optar por ello, en caso de que decidan que les resultaría útil. No es una alternativa a la perspectiva de la adhesión. Eso se aplica a Turquía, así como a los países de los Balcanes. Quiero señalar que así es como interpretamos el apartado 10 del proyecto de resolución. Es así –y no de otro modo– como en la Comisión de Asuntos Exteriores hemos llegado a un acuerdo con el ponente.
Cecilia Malmström, en nombre del Grupo ALDE. – (SV) Señor Presidente, la ampliación es el principal éxito de la Unión Europea, en términos de cooperación europea. La unificación del este y el oeste en mayo de 2004 marcó el fin de la división de Europa y demostró el poder que tiene el sueño de una Europa unificada, basada en la democracia, el libre comercio y el respeto del Estado de Derecho. La adhesión a la Unión Europea fue la espuela que impulsó las poderosas fuerzas de reforma en las antiguas dictaduras comunistas. Las perspectivas de la adhesión a la Unión Europea son también sumamente importantes para las negociaciones y reformas en Turquía y los países de los Balcanes. En estas regiones, la Unión Europea tiene increíbles reservas del llamado poder blando, que contribuye a una Europa más estable y democrática. En mi Grupo pensamos que es importante, como dice el Tratado, que mantengamos abierta la puerta a la ulteriores ampliaciones. Naturalmente, deben aplicarse los criterios y la capacidad de la Unión Europea para acoger a nuevos países es un factor importante. No obstante, necesitamos cambiar internamente y celebrar el debate sobre la ampliación sin echarle la culpa a esto.
Soy consciente del hecho de que hay un debate en curso en muchos países y preocupación acerca del vertiginoso ritmo de la ampliación de la Unión Europea y sobre cómo podrían ir las cosas. Esa conversación debe mantenerse con respeto y franqueza, pero también debemos atrevernos a defender las ventajas de la ampliación y a llamar la atención sobre las mismas. En ese contexto, el debate sobre el proteccionismo económico es sumamente preocupante. Tenemos una responsabilidad con respecto a los países vecinos. Nuestras promesas a los países de los Balcanes y a Turquía deben mantenerse. Son ellos los que fijan el ritmo y nosotros hacemos lo que podemos para acelerar las cosas. También debemos mantener la puerta abierta a otros países como Ucrania y quizás también, algún día, para Belarús, a pesar de que, en estos momentos, la situación del país es extremadamente complicada. La esperanza de la adhesión a la Unión Europea es lo que mantiene viva a la oposición y las fuerzas de la democracia allí.
Esa es la razón por la que nos oponemos a definir los límites geográficos de Europa. Este Parlamento ha impulsado la ampliación y, hace un año, nos pusimos en pie en la Cámara de Bruselas, con nuestros pañuelos naranjas, y aplaudimos al Presidente Yúschenko. Aprobamos una resolución en la que hablábamos de las perspectivas de adhesión de Ucrania. Este es un objetivo y quizás un objetivo lejano. Como ha dicho el señor Brok, el pueblo ucranio se halla en el alero entre democracia y dictadura. Si fijamos las fronteras de Europa, ellos lo interpretarán como si le cerrásemos la puerta en la cara. Sería un error histórico.
En lugar de introducir nuevos conceptos como acuerdos multilaterales, aprovechemos la oportunidad –como ha dicho también el Comisario Rehn– para adaptar la estrategia de vecindad a los futuros Estados miembros y para darle una forma práctica. Plantear ahora nuevos conceptos que no hemos debatido convenientemente y cuyas implicaciones desconocemos no parece muy productivo en estos momentos.
(Aplausos desde diversos sectores)
Joost Lagendijk, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (NL) Señor Presidente, en la Comisión de Asuntos Exteriores, mi Grupo ha votado a favor del informe Brok por dos razones. En nuestra opinión, habría que definir mejor el concepto de capacidad de absorción. Se trata de un concepto de moda y polivalente que cada uno puede utilizar como quiera, lo que significa que la cuestión de los límites geográficos necesitará una respuesta, dado que no podemos seguir evitando esa cuestión.
Estamos de acuerdo en que es necesario que la Unión Europea piense en un paso intermedio entre la plena integración y la vecindad, por el bien de los países que todavía no tienen perspectivas de adhesión. Por lo tanto, no estoy hablando de Turquía ni de los Balcanes Occidentales, sino de Ucrania, Moldova o Belarús. Debo señalar que mi Grupo y yo sentimos una gran decepción y, sinceramente, nos enfadamos mucho al ver que, en el período previo a este debate, los medios de comunicación tergiversaron las palabras del informe, siendo el resultado contrario a una serie de puntos centrales.
Si leemos los medios de comunicación previos a este debate, la conclusión última es que debería crearse un paso intermedio para esos países, inclusive Turquía y los Balcanes Occidentales. No es coincidencia –seamos claros– que esta sea la opinión que defiende el ponente, una idea que nunca ha tenido intención de ocultar. El señor Brok siempre se ha opuesto a la apertura de las negociaciones con Turquía y, desde el rechazo de la Constitución, ha aumentado su escepticismo con respecto a la perspectiva de adhesión de los Balcanes Occidentales. El ponente tiene todo el derecho a tener su opinión, pero esta no coincide con la de la mayoría de la Comisión de Asuntos Exteriores. Es más, ni siquiera coincide con lo que dice en su propio informe.
Le agradecería al ponente que explicase, fuera de esta Cámara, lo que pone en su informe, y que no confundiese sus contenidos con sus propias nociones. Lo que el Parlamento afirma en este informe es que no queremos estropear las perspectivas de adhesión de Turquía y los Balcanes Occidentales y que los pasos intermedios serían solamente una opción para estos países, si ellos mismos así lo decidiesen. Todos saben tan bien como yo que todos esos países de los Balcanes Occidentales y Turquía no quieren seguir ese camino; quieren la plena integración. Dejemos de generar ambigüedad en esta Cámara y, sobre todo, también fuera de ella.
Erik Meijer, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (NL) Señor Presidente, hasta hace poco una ampliación rápida y extensiva de la Unión Europea parecía un enorme paso adelante y algo que merecía apoyo universal. Se consideraba una reunificación de Europa y la victoria de Occidente en la Guerra Fría. Tras la importante ampliación de 2004, ese clima ha cambiado drásticamente. La opinión pública de los antiguos Estados miembros no considera que esta ampliación haya sido un éxito, particularmente a resultas de la creciente explotación de la disparidad entre países de salarios altos y países de salarios bajos.
Los políticos también se están distanciando de esta idea. Este cambio se pone de manifiesto en el informe sobre la estrategia para la ampliación, que es el tema del debate de hoy. Se llama la atención sobre la capacidad de absorción de la Unión Europea, sobre las fronteras exteriores, los costes que implica la ampliación y problemas administrativos que se atribuyen a la ausencia de una Constitución Europea. Debido a ello, Rumanía y Bulgaria probablemente serán los últimos países a los que se les permita la adhesión a corto plazo. Otros Estados europeos quedan relegados a la política de vecindad. Ni siquiera a los tres países que ya han sido seleccionados como países candidatos se les ha dado una fecha de adhesión.
En el conjunto de los Balcanes Occidentales, en Estados reconocidos, así como en Estados federales o protectorados que luchan por la independencia, donde grupos de población que hablan lenguas diferentes y practican religiones diferentes y que en la década de los noventa se llevaban a matar unos con otros, la opinión pública espera ahora milagros de un rápido proceso de adhesión a la Unión Europea. La Unión Europea utiliza estas expectativas para exigir reformas y, de este modo, realiza profundas incursiones en las decisiones administrativas que se están tomando allí.
En estos momentos, la Unión Europea no quiere ampliarse, pero sí quiere influir fuera de sus fronteras. Esa es la razón por la que Bosnia y Herzegovina tienen ahora un sistema fiscal que nadie había pedido y por la que la autonomía regional que se garantizó en el acuerdo Dayton está en franco retroceso. Según los carteles de propaganda, gracias a la presencia militar de la Unión Europea este país está en camino hacia la adhesión. La opinión pública de Montenegro y Kosovo, zonas en que hace cuatro años, junto con 12 Estados miembros, se introdujo el euro como moneda de curso legal, da por sentado que pronto serán admitidos en la Unión Europea como Estados independientes, mientras que la minoría húngaroparlante de Voivodina espera protección frente al dominio eslavo.
Hasta ahora las medidas de la Unión Europea han decepcionado a todas estas personas. ¿No tenemos nada que ofrecer a esos países de los Balcanes Occidentales, aparte de la invitación a formar un mercado común en el territorio de la antigua Yugoslavia y a adaptar su Gobierno y su economía a nuestros deseos, sin que puedan adherirse antes de 2020? Mi Grupo no puede expresar mucho entusiasmo por esa propuesta.
No obstante, también reconocemos que gracias a este texto es posible señalar que el futuro referendo de Montenegro deberá tomarse en serio y que el conflicto relativo al uso del nombre de Macedonia debería resolverse rápidamente, en franca consulta entre Grecia y su vecino del norte. También es positivo que en Kosovo deba encontrarse una solución a corto plazo que satisfaga las necesidades tanto de la amplia mayoría albanesa como de las minorías serbia y de etnia romaní.
Bastiaan Belder, en nombre del Grupo IND/DEM. – (NL) Señor Presidente, es difícil conciliar el hipernacionalismo, también llamado chovinismo, con la integración en la Unión Europea y eso mismo sucede en el caso de los países candidatos. Lamentablemente hay un país candidato en el que el chovinismo está muy extendido: ese país es Turquía, que ya es objeto de bastante controversia.
En este contexto actual, tengo dos preguntas que me gustaría formular al Comisario Rehn. ¿Hay algo de cierto en la información que recibí anoche de un experto de que la postura de las iglesias cristianas en Turquía se ha deteriorado visiblemente en los últimos tiempos?
A la luz de esta información, el asesinato del sacerdote italiano Andrea Santoro, ocurrido el 5 de febrero en el puerto de Trabzon, no es un caso aislado. En la ciudad de Mersin se ha producido recientemente un intento de asesinato idéntico y se lanzan amenazas directas por teléfono contra las iglesias o incluso en columnas de prensa. Por cierto, según el vicario anglicano Ian Sherwood, que ejerce en Estambul, la elite turca considera que la divulgación de literatura cristiana en turco es intelectualmente inaceptable, si no potencialmente criminal. ¿Cómo se puede, señor Comisario, reconciliar esto con la libertad religiosa en Turquía? Según tengo entendido, no se está realizando ningún tipo de progreso con respecto a este importante aspecto de los criterios políticos de Copenhague.
Da la casualidad de que anoche escuché que Trabzon se encuentra en el denominado valle de los lobos. «El valle de los lobos» es también el título de una producción cinematográfica original turca, que literalmente rebosa chovinismo y que es conocida por ser radicalmente anticristiana, antisemita, antiaestadounidense y antikurda. Ya ha sido un éxito de taquilla en Turquía y se ha ganado los elogios eufóricos del entorno inmediato del Primer Ministro Erdogan y del presidente del Parlamento turco.
Me gustaría preguntar al señor Comisario si ha pedido al Primer Ministro Erdogan y al Ministro Gul que expresen su desacuerdo con este chauvinismo turco, que es completamente incompatible con los valores europeos.
Konrad Szymański, en nombre del Grupo UEN. – (PL) Señor Presidente, es muy importante que el informe elaborado por el señor Brok nos haya ofrecido la oportunidad de hablar hoy acerca de la ampliación.
Definitivamente necesitamos reforzar la política de vecindad y necesitamos una relación nueva y más seria entre la Unión y los países con los que comparte sus fronteras. Hasta ahora, la política de vecindad no ha sido suficiente como instrumento. Esto lo demuestra el hecho de que en el curso de su aplicación los países sometidos a su influencia experimentaron períodos de crisis y desestabilización a gran escala.
No obstante, las nuevas formas de cooperación propuestas en el informe no pueden cerrar la puerta a la adhesión. Hoy tenemos que ser conscientes de que si no ofrecemos la perspectiva de la adhesión a los países situados junto a nuestras fronteras orientales, nuestras peticiones de democracia, economía de mercado y respeto de los derechos humanos seguirán siendo palabras vacías. A menos que se les ofrezca como mínimo la perspectiva de la adhesión en un futuro lejano, estos países regresarán a la esfera de influencia rusa y a todo lo que esto supone con respecto a la democracia y a los derechos humanos.
No obstante, en el mismo informe comprobamos el desarrollo y el refuerzo de opiniones con respecto a la ampliación en términos de capacidad de absorción. Este término nunca se ha definido claramente y actualmente no es más que una ingeniosa excusa, una explicación barata para dar marcha atrás en el proceso de ampliación. Si la capacidad de absorción debe basarse en la aceptación del Tratado Constitucional, entonces podría dar la impresión de que los autores de este quieren cerrar definitivamente la puerta a todos. El Tratado, en la versión que conocemos actualmente, nunca podrá resucitar.
Exigir que la Comisión Europea defina las fronteras de la Unión es un error. Solo provocará embarazosas discusiones políticas sobre el tema de la geografía y definitivamente debilitará la influencia que tiene la Unión sobre los procesos de democratización, estabilización y refuerzo de la política prooccidental en los países vecinos. Con frecuencia, este Parlamento ha estado en la primera línea del proceso de integración. Ha fijado objetivos trascendentales. Hoy, este mismo Parlamento está demostrando ser el más conservador y pasivo de los organismos. Esto plantea una cuestión de principio: ¿por qué?
Philip Claeys (NI). – (NL) Señor Presidente, quiero llamar su atención sobre unas cuantas imprecisiones y contradicciones del informe sobre Turquía. El informe incluye tal catálogo de problemas fundamentales que es curioso que no se saque la única conclusión lógica: en primer lugar, que fue un error fatal iniciar negociaciones sobre la adhesión de Turquía a la Unión Europea.
Como ha explicado detalladamente el señor Belder hace un momento, se producen violaciones de los derechos de las minorías nacionales y religiosas. La tortura todavía abunda y, basándonos en el artículo 301 de la legislación penal, entre otras, la libertad de expresión y la libertad de prensa no están garantizadas. Asimismo, Turquía incumple abiertamente sus obligaciones con respecto a la unión aduanera. Los aviones y barcos chipriotas todavía no son admitidos en territorio turco.
En las últimas semanas hemos comprobado también la escalada de tensiones entre las autoridades turcas y ciertos grupos kurdos. Nada menos que el vicecomandante del ejército turco ha sido acusado de haber dirigido un atentado con bomba con la intención de culpar a los kurdos. Algunos militares consideran que esta acusación es una estratagema dirigida por el Gobierno, al que le gustaría poner en tela de juicio al general en cuestión debido a su actitud con respecto al fundamentalismo musulmán.
En algunos círculos incluso se ha sugerido la posibilidad de un nuevo golpe militar en caso de que la situación continúe empeorando.
Hay que admitir que cabe esperar muy poco y eso en un país que aspira a adherirse a la Unión Europea en el plazo de unos años. De hecho, deberíamos aclararnos y decir que es totalmente absurdo. El informe nos recuerda con acierto que los criterios de Copenhague incluyen nuestra propia capacidad de absorción. Esto ya es base suficiente para que anulemos la decisión de iniciar negociaciones con Turquía.
Doris Pack (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, señor Comisario, señora Presidenta en ejercicio del Consejo, como presidenta de la delegación para Europa Sudoriental, permítanme decir que apoyo incondicionalmente lo que dice el informe del señor Brok acerca de cada país individual y lo que les reclama. Cada uno de ellos tiene sus propios problemas particulares y necesita ser juzgado sobre la base de sus propios logros y sería muy recomendable que se considerase la adhesión de Croacia en una fecha temprana. Esto enviaría un importante mensaje de estabilización a toda la región, dado que los logros de Croacia, tanto en el ámbito político como en el económico, no son en modo alguno inferiores a los de los dos países que van a adherirse próximamente.
No obstante, ahora que estamos llegando al final del debate, quiero señalar una idea, que no figura en el informe Brok, pero que recibe más atención en los medios de comunicación. Me refiero a las alusiones al cambio de la estrategia de ampliación. Se plantea la cuestión de dónde se encuentran las fronteras de la Unión Europea, aunque nadie contesta. El propio Comisario Rehn ha dicho anteriormente al respecto que hay que contestar a esta pregunta y es precisamente esto lo que preocupa al público. Mi opinión personal es que las adhesiones de Bulgaria, Rumanía y los países de los Balcanes Occidentales significarán que la Unión Europea ha llegado a sus límites. Para todos los demás países hemos concebido el nuevo instrumento de la política de vecindad y debemos afrontarlo. Las negociaciones apresuradas con Turquía han hecho lo que faltaba para provocar la inseguridad y desorientación de nuestros ciudadanos.
Durante diez años hemos estado diciendo que no debe haber ampliación sin reforma institucional de la Unión Europea, pero el Consejo no hizo caso hasta después de la última ampliación y por eso fuimos todos castigados con los resultados de los referendos de Francia y los Países Bajos. Sin embargo, sería fatal que, por este motivo, llegásemos a la conclusión de que no se deben permitir más adhesiones. No debemos perder tiempo echando mano de los instrumentos necesarios, que, por supuesto, están previstos en el Tratado Constitucional, sino utilizarlos para recuperar nuestra capacidad para acoger a nuevos miembros. Si no queremos arriesgar lo que ha sido hasta ahora nuestro gran compromiso con los Balcanes, debemos mantenernos coherentes y decididos a continuar acercando a estos países a la Unión Europea.
Acojo con gran satisfacción lo que han dicho al respecto el Comisario Rehn y la señora Plassnik. A todos estos países se les prometió la adhesión a la Unión Europea, siempre que cumplieran los criterios. Eso fue y sigue siendo un importante motor del cambio después de los terribles conflictos en la antigua Yugoslavia y tras la dictadura de Enver Hoxha en Albania. Para cualquier persona sensata que eche un vistazo al mapa, resulta evidente que esta región se encuentra bien dentro de la Unión Europea. Si goza de estabilidad, nosotros también lo haremos. En la década de los noventa, todos nosotros experimentamos y sufrimos lo contrario, pero me temo –y puedo decir a la Presidenta en ejercicio del Consejo que la vaguedad e imprecisión de lo que se dijo en Salzburgo me da motivos para ello– que ciertos europeos están decididos a dejar a los países del sudeste de Europa en la estacada por segunda vez y eso es lo que no podemos permitir que suceda.
Helmut Kuhne (PSE). – (DE) Señor Presidente, acojo con satisfacción el cambio de perspectiva que se establece en el informe del señor Brok. Nuestros debates no pueden seguir tratando sobre nuestra preferencia por un país en vez de por otro; en vez de esto, debemos hacer frente finalmente a la cuestión de qué tipo de sistema político se puede realmente permitir la Unión Europea, si quiere tener más capacidad para tomar decisiones y actuar conforme a las mismas. Esa es la cuestión fundamental de la que dependen todas las demás.
Por esa razón, nuestro próximo paso debería ser aclarar los términos que todavía no se han definido. Los criterios de Copenhague hacen referencia al concepto de la «capacidad de asimilación», aunque no lo definen. En mi opinión, debe implicar al menos los mecanismos políticos e institucionales establecidos en el Tratado Constitucional.
A pesar de que he escuchado atentamente lo que ha dicho el señor Comisario –y que me corrija si me equivoco–, no le he oído decir nada al respecto. La decisión sobre qué es un criterio de capacidad de asimilación encierra la fuente potencial de disentimiento entre nosotros y la Comisión. Entre los criterios importantes figura que la Unión Europea debería financiarse de forma que tuviese un futuro viable y fuese aceptada por las personas que viven en ella. Si queremos hablar de credibilidad, esa credibilidad, y los criterios que se pueden aplicar apropiadamente a la capacidad de asimilación, exigen que no debería ser posible que otro país acceda a la Unión Europea en un futuro previsible, una vez que lo hayan hecho Bulgaria y Rumanía. La credibilidad es más que una promesa de aceptar poblaciones en un momento no especificado; se trata de especificar las condiciones en las que pueden ser aceptadas y eso significa que tenemos que ser más precisos por lo que respecta a conceptos como «perspectivas de ampliación» o «posibilidad de adhesión».
Nosotros mismos tenemos que tener muy claro que pensar que la adhesión de un país resolverá tensiones y problemas de seguridad interior es un error. Estas tensiones y problemas deben ser resueltos antes de que comiencen las negociaciones sobre la adhesión.
PRESIDENCIA DEL SR. ONESTA Vicepresidente
Annemie Neyts-Uyttebroeck (ALDE). – (NL) Señor Presidente, señora Presidenta en ejercicio del Consejo, señor Comisario, Señorías, el informe Brok plantea preguntas pertinentes y ofrece respuestas, aunque no estoy de acuerdo con todas ellas. También refleja las dudas que tienen muchos con respecto a la ulterior ampliación. Esa es la razón por la que se da tanta importancia a la capacidad de absorción, a la que, si el informe fuese aprobado sin enmiendas, incluso se le daría una dimensión geográfica.
Comparto la opinión de la mayoría de mi Grupo de que la capacidad de absorción no precisa ninguna demarcación geográfica previa para definirla, dado que la demarcación de la Unión será, en primer lugar, política, y no es que eso vaya a ser fácil tampoco. Lo más importante es que la Unión Europea debería cumplir su promesa de ampliación, indudablemente también con respecto a los países de los Balcanes Occidentales. A pesar de que a estos países en cuestión todavía les separan varios años de la posible adhesión, ahora es el momento de establecer algunos acuerdos firmes sobre esta cuestión e incluso un calendario. No que decir tiene que habrán de cumplirse todos los criterios, particularmente los políticos.
Según he entenddo, eso es exactamente lo que ha dicho la Presidenta en ejercicio del Consejo en su respuesta. En mi opinión, la vaguedad acerca de una eventual adhesión y el desarrollo de los criterios solamente retrasarán el proceso, porque esta vaguedad se utilizaría como excusa, de lo que nadie se beneficiaría.
Cem Özdemir (Verts/ALE). – (DE) Señor Presidente, Señorías, este informe pide que se fijen y se defina la naturaleza de los límites geográficos de la Unión Europea. No solamente algunos demócrata-cristianos, sino también algunos socialdemócratas están buscando alternativas a la integración en la Unión Europea. Me gustaría recordar a la Cámara que, hace unos años, los analistas y expertos políticos no podrían haber imaginado que llegase un día en que desapareciese el telón de acero. Sin embargo, ya ha desaparecido y podemos alegrarnos de ello. Quiero pedir a la Cámara que sea prudente al predecir cómo será la Unión Europea dentro de veinte, treinta o cuarenta años, cuando la mayoría de nosotros ya no participaremos activamente en la política. Creo que esto nos vendría bien, en vista de que la mayoría de nosotros nos habríamos equivocado con respecto a lo que iba a suceder en 1989.
La otra cosa que quiero decir es que todos han hablado de la necesidad de que se aplique el Protocolo de Ankara y tienen razón, pero lo que también hay que decir es que Turquía y el norte de Chipre están asimismo a favor de una solución y nosotros hemos ofrecido compromisos. La vieja máxima de «pacta sunt servanda» es de rigor y eso significa que hay que poner fin al aislamiento de la parte norte de la isla, como ha prometido la Unión Europea.
Lo que quiero decir al señor Brok es que ojalá Helmut Kohl no quedara consignado a los libros de historia, sino que también, de vez en cuando, participase de nuevo en la definición de la política europea de la CDU.
Dimitrios Papadimoulis (GUE/NGL). – (EL) Señor Presidente, mi Grupo político no votará a favor del informe Brok, particularmente por las siguientes rezones.
El informe, especialmente el punto 10 con su deliberada falta de claridad, formula una estrategia doble. Deja totalmente abierta la puerta de atrás para que las perspectivas de adhesión se conviertan en una fórmula para una relación especial, con la que los demócrata-cristianos alemanes están encantados. El punto sobre Kosovo, con su confusa redacción, refleja la doble voz dentro de la Unión y la tendencia al abandono gradual de los claros requisitos de la Resolución 1244 de las Naciones Unidas.
Mi Grupo político insiste en la exigencia a Turquía de que aplique las condiciones previas establecidas dentro de un calendario específico, comenzando con la fiel aplicación, sin infracciones, del Protocolo de Ankara.
Finalmente, mi Grupo político apoya, entre otras cosas, la enmienda 19, relativa a una resolución mutuamente aceptable del problema existente con el nombre de la ARYM y la enmienda 4 revisada relativa a Chipre.
Georgios Karatzaferis (IND/DEM). – (EL) Señor Presidente, la primera cuestión que tenemos que debatir es: ¿dónde termina Europa? Ya no sabemos dónde se encuentra Europa: hemos llegado a Diyarbakir y, si mañana los Estados Unidos nos dicen que Iraq necesita unirse a Europa por motivos de equilibrio, ¿llegaremos al Océano Índico? Esa es la cuestión. ¿Quién decide qué países se unirán a Europa? Hasta hace poco dijimos no a Croacia. La fiscal, la señora Carla del Ponte, dijo no, Austria presionó y Croacia está dentro. ¿Es esta la voluntad política de Europa? Por supuesto, no está bien tener que decir a nuestros amigos los turcos que no deben insultar al Presidente del Parlamento Europeo. No está bien que les llevemos 139 millones de euros a las zonas ocupadas y que ellos arrojen huevos y piedras a los diputados al Parlamento Europeo. Han de cambiar de actitud y no solamente un artículo de su Constitución. No pueden recibir este trato especial. No pueden amenazar a un Estado de Europa con una guerra, con un casus belli, mientras nosotros hablamos de dejarles entrar. ¿No pueden reconocer a un Gobierno que ha sido reconocido por los otros 24? Estos no son planteamientos lógicos.
Esto me lleva a la ARYM que, por supuesto, reclama un nombre. Permítame recordarle que cuando ustedes solicitaron la adhesión a las Naciones Unidas con el nombre de República Germánica de Austria, Alemania –en ese momento la derrotada Alemania– lo vetó y entraron con el nombre de Austria. Permítame recordarle que los bretones no permitieron la entrada de Gran Bretaña porque ellos tenían Bretaña, y tuvo que adherirse con el nombre de Reino Unido. Así que, ¿por qué no debería apoyarnos, si tenemos una historia de 3 000 años con Macedonia?
¿Por qué no llaman al pan pan y al vino vino? ¿Por qué no tenemos, por fin, una política independiente y tenemos que seguir el juego de los Estados Unidos de molestar a Rusia y tomar sus satélites y abrir un frente con Irán y todo esto? ¿Cuando decidirá por fin Europa –y esta es la cuestión– que no es el bebé de los Estados Unidos? No necesitamos prefectos para desarrollar nuestras propias iniciativas.
Inese Vaidere (UEN). – (LV) Señorías, la ampliación de la Unión Europea hasta la fecha ha sido sin duda una fórmula de éxito, dado que ha impulsado reformas en muchos Estados, ampliando el espacio de paz, estabilidad y el Estado de Derecho en Europa.
La ulterior ampliación de la Unión Europea es necesaria, pero tendremos que encontrar nuevos mecanismos y vías que saquen a la Unión Europea del punto muerto de su capacidad actual para absorber a nuevos Estados. Sin duda, al definir criterios precisos la Comisión Europea debe desarrollar este concepto de capacidad de absorción. Además de la posibilidad de la plena integración, también necesitamos ofrecer varias formas de asociación y cooperación multilateral a países que, al menos a corto plazo, no podrán unirse a la Unión Europea. En este sentido, quiero expresar que estoy totalmente de acuerdo con lo que ha dicho el señor Brok. Esta podría ser una forma de atraer hacia el camino de la reforma y los valores europeos a Turquía, Ucrania y los Balcanes, por ejemplo.
Ryszard Czarnecki (NI). – (PL) Señor Presidente, es un mito el hecho de que, sin una ulterior ampliación, la Unión será fuerte y competitiva. Sin embargo, también es un mito que la Unión puede ampliar sus fronteras indefinidamente, por ejemplo con la adhesión de Rusia.
Concentrémonos simplemente en las prioridades en materia de ampliación. Los países del sudeste de Europa deberían estar en la cola, tras Rumanía y Bulgaria, que deberían acceder a la Unión Europea en 2007 y no en 2008. Después de Croacia y Macedonia, deberíamos abrir las puertas a Serbia, Bosnia y Herzegovina, Montenegro, Kosovo y Albania. Esta es la dirección lógica a seguir. Es una cuestión de pensamiento estratégico y también de aumento de la seguridad en el Viejo Continente. Después de todo, será beneficioso desde el punto de vista económico, dado que gastaremos menos en ampliar la Unión mediante la adhesión de los próximos Estados balcánicos que tirando el dinero en las arcas de preadhesión sin fondo de los Balcanes. La resolución de conflictos permanentes en esta parte de Europa cuesta más de lo que habría costado tener a estos Estados en Europa y, de este modo, hacerles cumplir las reglas del juego económicas y políticas de la Unión Europea.
No debemos temer a la ampliación de la Unión a resultas de la adhesión del siguiente pequeño grupo de Estados. Sé que este temor está ahora «de moda», por así decirlo. Es particularmente útil en las campañas electorales que constantemente tienen lugar en diversos Estados miembros de la Unión Europea. Si queremos que nuestra Unión sea más efectiva económicamente y que no se quede rezagada con respecto a América y Asia, debería abolir progresivamente la división de Europa en dos partes: la Europa A, es decir, la Unión Europea, y la Europa B, es decir, toda la que no forma parte de la Unión. La historia también ha demostrado que una Unión que se expande es una Unión más segura. Una invitación a las negociaciones de adhesión, incluso sin la perspectiva de unirse a la Unión en un futuro próximo, es como la bandera de salida que se levanta al comienzo de una carrera de coches. Los conductores deben tener un objetivo por el que luchar; tienen que saber dónde se encuentra la meta. Después pueden llegar muy lejos, negociando muchas curvas e incluso superando averías del motor. No obstante, lo importante es poner en marcha las ruedas de la adhesión.
La propuesta de resolución del Parlamento subraya con razón el hecho de que es precisamente este impulso el que ha respaldado las reformas de Turquía, Croacia y los Estados de los Balcanes Occidentales. Sí, la ampliación es cara, particularmente a corto plazo, pero es una inversión rentable a largo plazo.
Jacek Emil Saryusz-Wolski (PPE-DE). – (EN) Señor Presidente, acojo con satisfacción el informe del señor Brok que, en general, es positivo. Aplaudo su audacia al reconocer el hecho de que los Balcanes Occidentales deberían formar parte de la Unión Europea en el futuro. Estoy convencido de que tenemos que respetar nuestros compromisos; no podemos cerrar las puertas a los países a los que se ofreció una perspectiva de adhesión o a los que se merecen esta perspectiva en el futuro a la luz de las disposiciones del Tratado de la UE.
Sin embargo, no debemos repetir nuestros errores del pasado. Tenemos que estar preparados para la ampliación. Ante todo, tenemos que poner los recursos financieros. También tenemos que preparar a nuestros ciudadanos para la perspectiva de la ampliación explicándoles sus grandes ventajas. Tenemos que dejar de utilizar como chivo expiatorio las ampliaciones del pasado y del futuro por nuestros problemas internos y nuestra inactividad.
A la hora de prepararnos para la ampliación, tenemos que ser rigurosos, tenemos que atenernos a la condicionalidad, tenemos que ser sinceros con nuestros socios. Sin embargo, no debemos ser dogmáticos en exceso. Es perfectamente posible abrir las puertas a Croacia sin el Tratado Constitucional. Basta introducir los ajustes necesarios en el Tratado de adhesión. Croacia no debe ser ni víctima ni rehén de nuestros problemas con el Tratado Constitucional.
Acojo con agrado el carácter innovador y la valentía del informe. Podríamos debatir la idea de adoptar pasos intermedios hacia la adhesión, a condición de que no fueran permanentes; sí a los pasos intermedios, pero no como sustitutos de la adhesión. No deberíamos utilizar diversas consideraciones como coartada de nuestra inactividad o del cierre de las puertas a países que algún día serán merecedores de pertenecer a la UE, como es el caso de Ucrania. Las fronteras de la Unión ya están definidas en el Tratado de la UE, que establece que «cualquier Estado europeo que respete los principios...», etc.
Por último, me gustaría repetirlo: la ampliación es una de las políticas más acertadas de la Unión y, por lo tanto, deberíamos hacer un buen uso de su potencial para construir una Unión sólida, segura e influyente, fiel a sus valores de solidaridad, democracia y apertura.
Józef Pinior (PSE). – (PL) Señor Presidente, quiero señalar la responsabilidad particular que tiene la Unión Europea de crear una comunidad de países, naciones y ciudadanos del continente europeo, basada en la paz, la democracia liberal, los derechos humanos, la economía de mercado y el Estado de Derecho.
No obstante, hoy nos enfrentamos a la cuestión de si la Unión Europea es capaz de una nueva ampliación y de una verdadera apertura, enfrentándose también al problema de cómo definir el carácter de la Unión Europea, incluidos sus límites geográficos.
La capacidad de absorción se ve actualmente complicada por el punto muerto del proceso de ratificación del Tratado por el que se establece una Constitución para Europa y por los obstáculos hacia una integración estratégica y política más profunda de los 25 Estados miembros de la Unión Europea. Al mismo tiempo, en los próximos años las instituciones de la Unión Europea tendrán que aplicar estrategias de ampliación basadas en términos estrictamente definidos, que tengan en cuenta las obligaciones de la Unión Europea con respecto a Turquía, Croacia y todos los Estados de los Balcanes Occidentales. La Unión Europea también debería elaborar una perspectiva europea a largo plazo con respecto a los países del este de Europa y a Ucrania en particular.
Alexander Lambsdorff (ALDE). – (DE) Señor Presidente, Señorías, cuando debatimos sobre la ampliación, en el fondo discutimos de lo que entendemos por Unión Europea. ¿La consideramos un medio para conseguir un fin o una entidad política en sí? ¿Queremos una OSCE de libre comercio para estabilizar un vecindario problemático o queremos una unión política con competencia para actuar sobre la base de sus propias leyes? El informe Brok es positivo, porque realmente cambia la perspectiva a favor de la segunda opción.
En general, de nosotros los políticos se dice que somos incapaces de expresar elogios, pero el señor Kuhne del SPD acaba de hablar sobre la base de un importante documento que han adoptado los socialdemócratas alemanes, y lo absolutamente maravilloso del mismo es que define la postura del SPD con respecto a la ampliación.
En efecto, se da el caso de que, con respecto a Bulgaria y Rumanía, las decisiones están tomadas, pero tenemos que considerar la posibilidad de tratarlos por separado si su comportamiento lo justifica. Lo crucial no son los medios, sino los resultados. Es bastante posible que las negociaciones con Turquía produzcan un resultado diferente a la plena integración y aquí viene una frase fundamental: «No seguiremos aceptando la progresiva suavización de los criterios de adhesión», dicen los socialdemócratas alemanes y nosotros, los demócratas liberales alemanes, estamos totalmente de acuerdo.
También se define la capacidad de asimilación; en este sentido, el principal problema es que la capacidad de la Unión Europea para asimilar a nuevos miembros depende, en parte, del acuerdo de principio de los ciudadanos de los Estados miembros. Eso me parece bastante fundamental, si queremos que la opinión pública esté con nosotros. Si queremos que sigan siendo buenos y fieles ciudadanos de la Unión Europea, habremos de tener en cuenta su voluntad.
Tatjana Ždanoka (Verts/ALE). – (EN) Señor Presidente, aprecio mucho las referencias que contiene el informe del señor Brok a la necesidad de respetar los derechos y libertades fundamentales, en particular los derechos de las minorías en Turquía, Croacia y los Balcanes Occidentales.
A la hora de debatir la solicitud turca de adhesión a la Unión, insté a la Comisión a no repetir los errores cometidos en el caso de la adhesión de mi país, Letonia, cuando no se utilizó este proceso para fomentar los derechos de las minorías. El Grupo Alianza Libre Europea ha pedido a las instituciones europeas que insten al Gobierno turco a mejorar su política sobre minorías étnicas, religiosas y lingüísticas. Lamentablemente, no vemos ningún progreso en este sentido y, en particular, en Kurdistán se sigue asesinando a ciudadanos inocentes. Hace dos semanas fueron asesinados los padres de Derwich Ferho, prominente defensor de los derechos humanos y presidente del Instituto Kurdo con sede en Bruselas. Hay indicios de que en los asesinatos están implicadas fuerzas especiales turcas. Estoy a favor de la ampliación, pero una ampliación basada estrictamente en los criterios de Copenhague.
Kyriacos Triantaphyllides (GUE/NGL). – (EL) Señor presidente, con respecto al apartado 29 del informe, la decisión del Consejo de bloquear la ayuda financiera a los chipriotas turcos supuso un avance en la dirección correcta, por lo que quiero dar las gracias al Ministro.
Por lo que respecta a la cuestión del comercio, todavía se puede tratar dentro del marco del reciente acuerdo sobre las conversaciones relativas a un paquete de medidas para aumentar la confianza. En la declaración conjunta emitida tras su reunión en París, el Secretario General de las Naciones Unidas y el Presidente Papadopoulos afirmaron, entre otras cosas, que sería beneficioso para todos los implicados y mejoraría en gran medida la atmósfera para entablar nuevas conversaciones el hecho de que se consiguiesen progresos con respecto a una nueva retirada de fuerzas y la desmilitarización de la isla, al completo desminado de Chipre y a la cuestión de Famagusta.
En particular, los progresos relativos a la cuestión de Famagusta podrían suponer también progresos en la cuestión del comercio. Todos conocemos la significativa propuesta del Gobierno de Chipre por la que la devolución de Famagusta a sus residentes legales y la reapertura del puerto de Famagusta podrían resolver la cuestión del comercio desde y hacia las zonas ocupadas. No obstante, lamentablemente Turquía y los líderes de los turcochipriotas todavía no han adoptado una postura con respecto a esta cuestión concreta.
Roger Knapman (IND/DEM). – (EN) Señor Presidente, primero nuestro ponente, muy desencaminado, celebra el hecho de que el documento de estrategia de la Comisión «abogue por una Unión abierta al exterior». En realidad no está hablando de una Unión abierta al exterior, sino de una Unión expansiva y no, por lo que se ve, de un periodo de reflexión tras los referendos neerlandés y francés, ¡ni mucho menos! En estos referendos se dijo «no», en particular a Turquía. Lo que este informe nos ofrece es más centralización y más expansión que nos conduce a un resultado inviable, y esto en una semana en que se ha dicho a Alemania que ponga en orden sus finanzas. En lugar de enviar montones de dinero a Europa Oriental, deberían hacer todo lo posible por garantizar que no se vea comprometida la prosperidad del conjunto de Europa.
Está de moda en estos días fingir que hay una larga cola de países que desean entrar en Europa. La realidad es que los países balcánicos acaban de salir de una organización dictatorial, burocrática y corrupta llamada Yugoslavia y no desean entrar a formar parte de una organización de características similares simplemente porque sea bueno para su salud. La verdad es que quieren dinero. Quieren más dinero todavía. Lo que no habría que hacer en los Balcanes es comerciar con su soberanía como si fuera una mercancía, ya que así solo habrá decepción. Me temo que lo único que les espera es una gran decepción.
Hans-Peter Martin (NI). – (DE) Señor Presidente, señores diputados del Grupo Socialista en el Parlamento Europeo, en particular los de Alemania y Austria, ¡felicidades! En lugar de hacer como solían hacer y utilizar el populismo como un garrote –el término lo han utilizado ustedes mismos– con el que golpear a sus antiguos líderes de partido o principales candidatos, ahora se han golpeado ustedes mismos con él en la cabeza. Los ciudadanos están empezando a darse cuenta de lo que los votantes dicen, empezando a darse cuenta de las cifras económicas reales y, ojalá, llegando a algún tipo de conocimiento. Los debates que su Grupo ha venido manteniendo durante años han producido finalmente un documento con el que realmente podemos hacer algo.
¡Bien hecho, señor Kuhne! Cambio de perspectiva, perspectivas de adhesión, capacidad para asimilar: este es precisamente el meollo de la cuestión. Por lo tanto, existe un motivo de esperanza, dado que lo que están defendiendo puede conseguir el apoyo mayoritario no solamente entre sus propios votantes, sino también en toda Europa. Con una perspectiva apropiada, las cosas pueden avanzar, pero sin duda no podrán si continuamos andando con rodeos como hemos venido haciendo.
Camiel Eurlings (PPE-DE). – (NL) Señor Presidente, las ampliaciones han sido beneficiosas para la Unión Europea; no solamente la población de los países recientemente admitidos, sino también, sin duda, las de los demás, han sacado mucho provecho de ellas.
El sentimiento predominante en mi país durante el referendo fue el temor de ser invadidos por fontaneros polacos. La realidad es diferente: desde la ampliación más reciente a estos países, los Países Bajos han ganado 2 000 millones de euros anualmente. Son precisamente quienes han defendido siempre esta ampliación los que tienen que comunicar esta misma información sobre la ampliación, manteniendo, al mismo tiempo, la vigilancia sobre el equilibrio entre ampliación y profundización, dado que actualmente está desequilibrado. Realmente el Tratado de Niza no fue lo bastante bueno para 25 e indudablemente no lo será cuando otros dos países, concretamente Rumanía y Bulgaria, se unan a nosotros en breve. Creo que sería bueno para nosotros que nos comprometiésemos a poner nuestra propia casa en orden primero, con un nuevo tratado antes de aceptar a otros dos países. Deberíamos comprometernos a esto por nuestra propia cuenta.
En segundo lugar, creo que es importante que los países que están en el umbral no tengan que esperar a que la Unión Europea finalice sus quehaceres domésticos para poder comenzar el proceso de profundización con una especie de asociación. Si desean convertirse en verdaderos miembros, y Europa parece ser capaz de poder con ello, el acercamiento a la integración podría ser entonces el siguiente paso para ellos.
El informe no resta valor en modo alguno a los derechos de los países candidatos que tienen esta categoría actualmente y me gustaría dejar esto muy claro. No obstante, esta credibilidad también debe estar estrechamente relacionada con que demos credibilidad a los criterios. Esto significa, como bien ha dicho la señora Plassnik, que Turquía debe controlar la libre expresión de opiniones, no solamente por el bien de algún autor, sino también por el de otros, que la libertad religiosa debe estar garantizada y también que hay avances por lo que respecta a Chipre.
Acogemos con satisfacción el «Age Package Deal», pero sería magnífico –y espero que el señor Comisario tome nota de ello– poder convencer a Turquía de que ratifique y aplique el protocolo. ¿Cómo pretende conseguir esta claridad, señor Comisario? Una vez que se consiga esto, también se progresará mucho con respecto a Chipre. Desde ese punto de vista, apoyo plenamente la enmienda 4, en la que en esta Cámara explicamos en detalle, una vez más, que queremos cumplir nuestra obligación por el bien de la población del sur, pero también indudablemente por la del norte de la isla.
Richard Howitt (PSE). – (EN) Señor Presidente, la ampliación es el mayor éxito de Europa, que ha propagado la estabilidad, la seguridad, la prosperidad y la democracia en nuestro continente y que lo seguirá haciendo. Sin embargo, cuando la opinión mayoritaria en siete Estados miembros, incluido el mío, se opone a la futura ampliación, es hora de explicar la situación a los ciudadanos y hacer frente a los que intentan bloquear el progreso; rechazar a los que en esta resolución intentan utilizar frases como «posibilidades operativas» o «redibujar las fronteras» para socavar los actuales compromisos de Europa; hacer frente a aquellos, como los conservadores británicos, que dicen que Europa debe elegir entre ampliar y profundizar, a diferencia de nosotros; oponernos a la extrema derecha que de forma deliberada azuzó los temores de que la nueva inmigración supone una amenaza para los empleos y el sustento de las personas, cuando la realidad demuestra todo lo contrario; desenmascarar a los que, incluso de nuevo en esta resolución, aplauden los progresos de Croacia, pero no hacen lo mismo con los avances en Turquía; reconocer que las poblaciones musulmanas mayoritarias en Macedonia, Bosnia y Albania también comparten un destino europeo; y destacar que una pausa para reflexionar sobre el Tratado Constitucional no puede ser una excusa para poner freno a la nueva ampliación.
István Szent-Iványi (ALDE). – (HU) Señor Presidente, la integración regional en los Balcanes Occidentales es un elemento fundamental en la estrategia de ampliación de la Comisión. Este esfuerzo es positivo, porque fomenta la cooperación y la asunción de responsabilidades y también conlleva ventajas económicas.
No obstante, no conviene forzar una unión económica o política que no es deseada por los afectados o que no es viable en sí misma. Sería mucho más efectivo ampliar el Espacio Centroeuropeo de Libre Comercio ya existente, como propone el Gobierno croata, porque ya ha demostrado ser un marco de cooperación próspero y positivo, y es aquí donde deberían estar incluidos los Estados balcánicos.
La verdadera garantía de estabilidad en los Balcanes Occidentales es la promesa auténtica de integración europea. A este respecto, es sumamente preocupante que sobre la base de la propuesta del Consejo, los países afectados no reciban el apoyo financiero adecuado en el futuro y que el año que viene y en los años siguientes reciban menos apoyo que el que han obtenido hasta ahora. Esto siembra dudas con respecto a la credibilidad de todo el proceso de adhesión. Por lo tanto, queremos que se produzca un aumento considerable de los fondos disponibles.
En tercer lugar: a la hora de evaluar a cada país, debemos tener en cuenta sus logros individuales y las valoraciones en bloque o colectivas de cualquier tipo son inaceptables, porque esos países deben demostrar su madurez uno a uno.
Croacia ha hecho mucho por convertirse en un Estado miembro de la Unión Europea lo antes posible. Debemos reconocer estos esfuerzos, porque Croacia se merece concluir las negociaciones con éxito lo antes posible.
Laima Liucija Andrikienë (PPE-DE). – (LT) En primer lugar quiero dar las gracias al señor Brok por un informe tan constructivo y lógico. No me cabe duda de que si la Unión Europea fuese capaz de formular su postura con respecto a todas las cuestiones de esta manera, indudablemente contaría con más apoyo y comprensión por parte de sus ciudadanos. Me gustaría hablar de la parte del informe relativa a Turquía. Estoy totalmente de acuerdo en que la estrategia de expansión de la Unión Europea ha fomentado indudablemente la reforma democrática y política y otras reformas en Turquía y los demás Estados mencionados en la resolución. No obstante, es igualmente importante tener en cuenta que, y cito textualmente, «aunque el proceso de transición política en Turquía sigue en marcha, el ritmo de las reformas ha disminuido en 2005, y que la aplicación de las reformas es desigual». Esta es la respuesta exacta que recibí ayer del Comisario Rehn a mi pregunta oral sobre la aplicación de la resolución del Parlamento Europeo con respecto al inicio de las negociaciones con Turquía. También se indica en el proyecto de resolución que hemos debatido hoy, lo que quiere decir que el ritmo de las reformas en Turquía en 2005 no solamente ha sido insuficiente, sino que, en efecto, se ha frenado. Esto puede interpretarse como una falta de disposición por parte de Turquía para llevar a cabo reformas que la acerquen a la Unión Europea o quizás incluso como una falta de voluntad de comprometerse a cumplir las obligaciones básicas de la posible integración.
También comparto el pesar expresado en el informe del señor Brok y en la resolución sobre la declaración unilateral realizada por Turquía al firmar el Protocolo adicional al Acuerdo de Ankara. Creo que es necesario recordar a Turquía que el reconocimiento de todos los Estados miembros de la Unión Europea es un componente indispensable del proceso de adhesión.
Es cierto que lo que voy a decir no se encuentra en el informe, aunque no me cabe duda de que los actos de genocidio cometidos contra la nación armenia hace 90 años deberían ser reconocidos por Turquía en el más alto nivel, dado que esto más que nada daría testimonio de que la postura de Turquía, incluso con respecto a esos lamentables acontecimientos del pasado, armoniza con el espíritu de los criterios de Copenhague.
Csaba Sándor Tabajdi (PSE). – (HU) Señor Presidente, el informe Brok no define nada concreto con respecto a las minorías étnicas. La Unión Europea suele utilizar dobles o incluso triples raseros cuando exige y espera algo completamente diferente de dos Estados candidatos, cuando casi nunca llama al orden a sus propios Estados miembros por temas relacionados con las minorías étnicas.
Tras un levantamiento armado, a los albaneses que viven en Macedonia se les concedió una amplia autonomía administrativa e incluso territorial, mientras que en el caso de Rumanía la Unión Europea no presiona para que se conceda autonomía territorial al casi millón de húngaros que viven en Székelyföld. La Unión Europea promete independencia a Kosovo, pero para Voivodina no recomienda ni siquiera la autonomía arrebatada por Milosevic.
Les ruego apoyen las propuestas de enmienda húngaras encaminadas a preservar el carácter multiétnico de Voivodina, la protección de las minorías y la ampliación de la autonomía provincial. El Comisario Rehn sabe bien que no hay solución sin autonomía para los finlandeses que hablan sueco en Finlandia y tampoco puede haber una solución en los Balcanes para los kurdos que viven en Turquía.
Panagiotis Beglitis (PSE). – (EL) Señor Presidente, hemos de ser particularmente honestos y aceptar que la estrategia de ampliación no es la razón de la actual crisis institucional de la Unión Europea. No obstante, como objetivo estratégico, la ampliación puede ser el chivo expiatorio de los bloqueos colectivos europeos y eso, en mi opinión, deberíamos evitarlo. Dentro de este contexto, el mensaje enviado por la Presidencia austriaca y la reunión de los Ministros de Asuntos Exteriores en Salzburgo sobre el objetivo final de la integración de los países de los Balcanes Occidentales en la Unión Europea son, en efecto, especialmente importantes. Estamos diciendo sí a la integración de los países y no a relaciones especiales.
En este sentido, la Comisión debería acelerar la presentación de su propuesta de concesión de visados de entrada a los ciudadanos de los países balcánicos. La cuestión es profundamente política, no burocrática. La doblez de la Unión Europea con respecto a Kosovo está causando preocupación. La ausencia de una política común europea tendrá consecuencias negativas.
Finalmente, por lo que respecta a Chipre, creo que es el momento de tomar iniciativas políticas para crear la ósmosis política y social necesaria en la sociedad civil entre los grecochipriotas y los turcochipriotas. El papel de catalizador corresponde a la Unión Europea.
Marianne Mikko (PSE). – (ET) Señorías, el ponente, el señor Brok, ha realizado un gran trabajo para mostrar a los países de los Balcanes Occidentales el camino hacia la Unión Europea.
No obstante, como jefe de la delegación para Moldova, es mi obligación recordar el hecho de que hay dos países incluso más cercanos al corazón de Europa que necesitan la promesa de integración a la Unión Europea, tanto como los países de los Balcanes y Turquía.
El Parlamento Europeo ha expresado claramente su apoyo a las aspiraciones de Ucrania y Moldova de convertirse en candidatos para la adhesión a la Unión Europea. Moldova lleva haciendo un gran esfuerzo desde hace dos años.
Ucrania también ha demostrado recientemente que desea convertirse en un país europeo. Lo pude comprobar claramente en mi visita a Ucrania la semana pasada.
No obstante, lamento que se haga hincapié excesivamente en el cuarto criterio de Copenhague en el informe. Al mismo tiempo, estoy de acuerdo con el señor Brok en que la Comisión Europea debería definir la naturaleza de la capacidad de adhesión lo antes posible. Esto no debería ser una vaga excusa para rechazar a países que desean acceder a la Unión Europea.
Desde la Cumbre de Salónica de 2003 nuestra unión se ha reformado. Esta es la historia de aciertos de los países que cumplían los criterios de Copenhague. Los potenciales países candidatos también deberán ser evaluados, en el futuro, sobre la base de criterios transparentes.
La expansión debe continuar, porque Europa necesita estabilidad del mismo modo que necesita el aire.
Ursula Plassnik, Presidenta en ejercicio del Consejo. (DE) Señor Presidente, quiero dar las gracias por este apasionante y, sin duda, tenso debate, que el Consejo también considera importante.
Señorías, yo procedo de un país que de acuerdo con todas las cifras y datos disponibles se benefició muy notablemente de la última ampliación, aunque, a pesar de ello, la opinión popular, tanto sobre la propia Unión Europea como sobre su ampliación, es muy crítica, por lo que quiero hacer algunas observaciones personales al respecto.
No habrá Europa sin fronteras; «L’Europe sans frontières n’existera pas», aunque Europa ha sido siempre un proyecto político. Esa es la razón por la que ni los geógrafos ni los historiadores ni los legisladores nos servirán de nada para las decisiones políticas que tenemos que tomar; lo que decidirá las cuestiones será la voluntad común de quienes comparten esta comunidad de valores y leyes, concretamente nosotros y –como es norma en las democracias– los propios ciudadanos. Entonces, ¿dónde nos encontramos ahora? Si se analiza objetivamente, el 3 de octubre del pasado año se tomaron decisiones políticas con implicaciones muy importantes; lo que ahora tenemos por delante –con «tenemos» me refiero al Consejo y a la Comisión con nuestros socios de todo el mundo– es un período de trabajo tranquilo en torno a las cuestiones.
Permítanme hacer tres comentarios más sobre las cuestiones geográficas de los Balcanes: básicamente, ¿de qué trata todo esto? ¿En qué estamos trabajando? Creo que estamos trabajando en Europa como un proyecto de paz, en su reunificación, en la superación de la división entre este y oeste, en la eliminación de la división creada por el comunismo. Es intolerable que los Balcanes acaben en tierra de nadie en Europa; debemos explicar, una vez más, dónde vemos el valor añadido para nosotros mismos, para nuestros propios ciudadanos y para los ciudadanos de los Balcanes: un valor añadido que consiste en el Estado de Derecho, la seguridad y la oportunidad económica.
Con respecto a Turquía, a la que se han referido muchos diputados, en el actual proceso en curso la Comisión y el Consejo no solamente abordan el progreso que Turquía ha realizado con su proceso de reforma, sino también, de forma bastante específica y directa, lo que queda por hacer, en ámbitos como la libertad religiosa y la libertad de expresión. Lo hicimos en nuestra reunión de la troika.
Permítanme decir algo acerca de Ucrania. Recientemente la Comisaria Ferrero-Waldner y yo hemos visitado juntas Ucrania, en una misión de la troika, y puedo darles el mismo mensaje que di allí: a Europa, la Unión Europea, le gustaría ver una Ucrania estable, confiada y próspera, pero, sobre todo, una Ucrania que asuma la tarea de transformación y que lo haga con determinación. La política de vecindad europea y el plan de acción que está a punto de ser revisado por primera vez durante la Presidencia austriaca nos ofrecen un conjunto de instrumentos útil y apropiado. También existe un considerable potencial para cosas como un consenso más profundo que podría incluir un amplio acuerdo de libre comercio.
Olli Rehn, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, me gustaría comenzar dándole una noticia: las decisiones que tomamos a finales de 2005 han creado un sólido marco político para nuestra política de ampliación para el periodo de 2006 a 2010, y en algunos casos incluso más allá. Por ejemplo, las negociaciones de adhesión con Turquía durarán probablemente entre 10 y 15 años. Espero que nadie ponga en duda seriamente nuestros compromisos en vigor en Europa Sudoriental, porque se trata realmente de una cuestión de seguridad y estabilidad propias que podamos garantizar la paz, la democracia y aumentar la prosperidad en esta zona tan delicada.
Ahora tenemos un programa de trabajo sobre la ampliación consolidado y suficientemente exigente. El tren de la ampliación no es de alta velocidad, no es el TGV ni el Eurostar; se trata de un tren normal o, en algunos casos, incluso de un tren correo, pero lo más importante es que este tren se está moviendo, se encuentra en el proceso y, por tanto, está transformando los países que se hallan en las proximidades de la Unión Europea.
En cuanto a las fronteras de Europa, la Comisión trabaja sobre la base del artículo 49 del Tratado de la Unión Europea, que indica que cualquier Estado europeo que respete y aplique los valores europeos de democracia, derechos humanos, el Estado de Derecho y las libertades fundamentales podrá solicitar su adhesión a la Unión. Esto no quiere decir que todos los Estados europeos deban presentar su solicitud ni que la UE deba aceptar a todos los países, pero al mismo tiempo significa que no es sensato cerrar la puerta para siempre trazando una línea en el mapa para definir Europa de una vez por todas, ya que esto perjudicaría muy seriamente nuestras posibilidades de influir de forma beneficiosa y estratégica en nuestro vecindario inmediato.
Mientras tanto, aunque todavía no se han determinado unas fronteras finales de la Unión, la UE está desarrollando otras formas de asociación y cooperación con sus países vecinos, por ejemplo la Política Europea de Vecindad, que puede seguir desarrollándose y actualizándose.
Se han hecho algunos comentarios y se han señalado varios puntos sobre la capacidad de absorción. Me gustaría explicar brevemente los antecedentes históricos. Este concepto fue mencionado de forma explícita por primera vez en Copenhague en 1993, cuando el Consejo Europeo manifestó que la capacidad de la Unión de absorber nuevos miembros, sin dejar de mantener el impulso de la integración europea, es también un factor importante en el interés general tanto de la Unión como de los países candidatos. La Comisión ha examinado con regularidad ese concepto y sus consecuencias.
En su Agenda 2000 –y me complace referirme a ella porque yo fui miembro del Grupo rector para la Agenda 2000, aprobada en 1997–, la Comisión examinó el efecto de la adhesión de los países de Europa Central y Oriental desde dos ángulos: su efecto en las políticas de la UE como la agricultura o la política regional, y sus consecuencias presupuestarias. A resultas de ello, este trabajo condujo al establecimiento de una serie de parámetros críticos en las negociaciones que se produjeron después, en las decisiones de marzo de 1999 en la Cumbre de Berlín y en 2003, cuando se dio el visto bueno a la adhesión a la Unión Europea de los países de Europa Central y Oriental. Esta decisión facilitó la entrada de los diez nuevos Estados miembros y, de ese modo, logramos combinar nuestra misión histórica de reunificar el continente europeo y tener en cuenta las consideraciones prácticas, que también preocupan hoy en día a nuestros ciudadanos.
Más tarde, examinamos ese concepto durante las negociaciones de adhesión, en algunos capítulos en particular, como el de la libre circulación de personas y los capítulos financieros, y más recientemente en nuestro documento de reflexión de 2004 sobre las cuestiones derivadas de las perspectivas de adhesión de Turquía.
Me gustaría recomendar este documento de octubre de 2004 a todos los diputados al Parlamento Europeo. Merece la pena leerlo y describe muy bien las amplias consecuencias de la posible adhesión turca a la Unión si, un día, Turquía cumple todas las condiciones.
Así pues, el aumento de la capacidad también es un concepto importante y a él nos hemos referido en los marcos de negociación para Turquía y Croacia. Puedo asegurar a sus Señorías que lo tenemos en cuenta durante las negociaciones y que es un concepto primordial en nuestro documento de estrategia del pasado mes de noviembre. Basamos nuestro trabajo en ese concepto y es una consideración muy importante.
Por último, en relación con lo que ha dicho el señor Eurlings sobre profundización y ampliación, me uno a los que piensan que la profundización de la integración política es indispensable para hacer una Unión Europea más eficaz y democrática. Tenemos que hacer que la Unión funcione mejor y este era y sigue siendo el objetivo del Tratado Constitucional. Por tanto, necesitamos un debate constitucional y en su momento –más vale pronto que tarde– tendremos que decidir cómo vamos a reformar nuestras estructuras para hacerlas más eficaces y democráticas y para que la Unión Europea pueda tener más influencia en las relaciones exteriores, en la Política Exterior y de Seguridad Común y en el mantenimiento de la seguridad de sus propios ciudadanos contra la delincuencia organizada y el terrorismo.
Todo esto debemos hacerlo en el futuro inmediato, no en un futuro lejano –no dentro de 10 o 15 años, por ejemplo, cuando Turquía esté preparada para la adhesión–, en interés de Europa, y tenemos que hacerlo ahora para la Unión Europea de 25 o 27 Estados miembros. Por tanto, en lugar de hablar de la capacidad de absorción, preferiría que habláramos de la capacidad de funcionamiento de la actual Unión Europea para garantizar que servimos a nuestros ciudadanos mejor tanto en nuestras políticas como en nuestras instituciones.
El Presidente. – El debate queda cerrado.
La votación tendrá lugar mañana jueves a las 12.00 horas.
Declaración por escrito (artículo 142 del Reglamento)
Cristiana Muscardini (UEN). – (IT) El informe del señor Brok aborda de forma exhaustiva y completa el estado actual de la ampliación y tiene en cuenta países que indudablemente están realizando notables esfuerzos por alcanzar los objetivos políticos y económicos exigidos para su entrada en la Unión Europea.
Estamos especialmente de acuerdo con la invitación que se hace a Croacia de «resolver los problemas bilaterales, en especial los relativos [...] a los derechos de la propiedad», pero observamos con pesar que no se hace alusión alguna a los problemas relacionados con la adecuación de la legislación de dicho país en materia de acceso al mercado inmobiliario por parte de ciudadanos de la Comunidad, y en concreto de los italianos y los exiliados julio-dálmatas. No se puede impedir a ningún ciudadano de la UE su instalación en un Estado miembro y el acceso al mercado inmobiliario.
Justificar la prohibición con la aplicación del principio de reciprocidad no es suficiente para afirmar hoy que Croacia satisface todos los requisitos para ser candidato a una futura adhesión a la Unión. Conscientes del incumplimiento de un principio de libertad, actualmente aceptado por todos los Estados miembros, nosotros, si bien votamos a favor del informe, deseamos que se pida a Croacia que colme esta grave laguna, que, de prolongarse, nos impediría apoyar su adhesión.