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Textos presentados :

RC-B6-0168/2006

Debates :

PV 16/03/2006 - 16.1
CRE 16/03/2006 - 16.1

Votaciones :

PV 16/03/2006 - 17.1

Textos aprobados :


Acta literal de los debates
Jueves 16 de marzo de 2006 - Estrasburgo Edición DO

16.1. Derechos humanos en Moldova y en particular en Transdniéster (debate)
Acta
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  El Presidente. De conformidad con el orden del día, se procede al debate de siete propuestas de resolución sobre los derechos humanos en Moldova y en particular en Transdniéster(1).

 
  
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  Marios Matsakis (ALDE), autor. – (EN) Señor Presidente, a pesar de las protestas internacionales, Transdniéster, que declaró ilegalmente su independencia de la República de Moldova hace 12 años, tras un conflicto armado en que contó con el apoyo militar de Rusia, sigue existiendo en paralelo a la profunda corrupción de su régimen autoritario y antidemocrático. La situación es muy preocupante, no solo debido a la violación de los derechos humanos de los ciudadanos de esa región, sino también porque sigue siendo una fuente de conflicto e inestabilidad entre Moldova y Ucrania. Podría estallar fácilmente una crisis fronteriza de consecuencias imprevisibles.

Es sumamente importante que, haciendo gala de buena voluntad, sentido común y deseo de paz y reforma, todas las partes directamente implicadas en el conflicto –a saber, Moldova, la región de Transdniéster de la República de Moldova, Ucrania y Rusia– se abstengan de cualquier acción que pueda causar el deterioro de una situación que ya de por sí está al rojo vivo y entablen inmediatamente negociaciones honestas con el fin de alcanzar a la mayor brevedad posible una solución amistosa del problema.

 
  
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  Bogusław Sonik (PPE-DE), autor. – (PL) Señor Presidente, la situación política en Moldova es un ejemplo de cómo las declaraciones políticas no consiguen estar en sintonía con las oportunidades disponibles para ponerlas en práctica o con la voluntad para hacerlo.

En 1999, Rusia se comprometió a retirar sus tropas estacionadas en territorio moldovo, en Transdniéster, para finales de 2002. Sin embargo, hasta ahora Rusia no ha reconocido la soberanía y la integridad constitucional del territorio de ese país retirando esas tropas. Transdniéster es una de las zonas más industrializadas de Moldova. La existencia continuada de una autoproclamada entidad política es una piedra en el camino para la vuelta a la normalidad de la situación económica del país y para que este comience los preparativos necesarios para cualquier tipo de conversaciones con la Unión Europea, ya sea sobre una posible adhesión o incluso solo sobre una relación de asociación.

La política rusa trata de utilizar todos los medios posibles para conservar su influencia de superpotencia en Europa central y oriental, una región que considera su esfera natural de influencia. El régimen de Transdniéster, apoyado por el antiguo Ejército Rojo, es un flagrante ejemplo de menosprecio al pueblo, a los ciudadanos y a sus derechos. Las corruptas tropas llevan a cabo una actividad a gran escala de comercio ilegal de armas, así como otras muchas actividades delictivas. Se ha vuelto a demostrar que las promesas del Gobierno ruso de retirar a su ejército son una estratagema política utilizada sin respeto alguno por sus socios políticos, incluidos los Estados miembros de la Unión Europea. Es una estratagema destinada a acallar a la opinión pública.

Mi pregunta es esta: ¿Cómo pretendemos formular una política europea de defensa si somos incapaces de obligar a nuestros socios a respetar obligaciones tan claras respecto de regiones tan próximas a nosotros? ¿En qué ámbito podemos mostrar la capacidad de persuasión de los 25 Estados miembros de la UE si no lo hacemos en cuestiones urgentes como esta, que es clave desde el punto de vista de nuestra propia seguridad?

Si queremos que cualquiera de nuestras declaraciones sobre política de defensa tenga algún significado, debemos demostrar que estamos a la altura de la situación en casos concretos como este, y demostrar nuestra voluntad de asegurarnos de que cada uno de nuestros socios, con independencia de su poder, cumpla sus compromisos.

 
  
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  Erik Meijer (GUE/NGL), autor. (NL) Señor Presidente, aunque las distintas fuerzas políticas de Moldova son partidarias de la adhesión a la Unión Europea, ese Estado no es un país candidato y es poco probable que lo sea en el futuro previsible. Hoy hemos votado sobre la estrategia de ampliación propuesta por el informe Brok. Si, sobre la base de ese informe, restringimos el acceso a nuevos Estados, la única oportunidad que Moldova tiene de entrar es por caminos secundarios, siguiendo el modelo de la reunificación alemana en 1990.

Eso significaría que, a su debido tiempo, Moldova tendría que renunciar a su independencia para volver a Rumanía, de la que se separó en 1940. También se propuso una solución de este tipo tras la desintegración de la Unión Soviética, pero entonces Rumanía no parecía suficientemente atractiva para poner en marcha este plan a corto plazo.

Eso puede cambiar si la adhesión a la UE de Rumanía es un éxito arrollador y si Moldova se da cuenta de que, como país vecino, sale mucho peor parado. Sin embargo, una reunificación de este tipo no ha contado nunca con el apoyo de la minoría de habla eslava, que vive en su mayoría en el este del país y que preferirían mantener los antiguos vínculos con Ucrania y Rusia. Es posible que hasta que Ucrania no se adhiera a la Unión Europea, no se presente una solución para la separación de hecho de la franja oriental, la alargada y estrecha región de Transdniéster situada a lo largo de la frontera con Ucrania. Mientras tanto –y puede pasar bastante tiempo– debemos tratar de encontrar soluciones pacíficas, cooperación y cambios democráticos en Transdniéster, que todavía está gobernada con mano de hierro.

Mi Grupo ha destacado esto en su propio proyecto de resolución. Lamentamos que la resolución conjunta mencione un debilitamiento del Gobierno de Transdniéster, en lugar de su reforma. En cuanto al resto, podemos apoyar el documento de compromiso porque, por una parte, no incita a la violencia contra Transdniéster y, por otra, esta resolución no trata de aislar a Moldova castigándole por la fuerte posición en que los votantes han situado al Partido Comunista en ese país.

 
  
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  Elisabeth Schroedter (Verts/ALE), autora. – (DE) Señor Presidente, deduzco de las intervenciones que muchos de los que trabajan sobre Europa oriental son conscientes de la situación en Belarús, que empeora cada día.

Dado que la señora Ferrero-Waldner está presente, voy a volver a destacar que la forma en que se ha comportado con el Parlamento en este ámbito ha sido muy desafortunada y una considerable violación de los derechos de los propios diputados al Parlamento Europeo. Conocemos la correspondencia con el señor Klich, pero esa no es forma de comportarse. Llevo 12 años trabajando en el ámbito de la política para el país de Belarús y solo puedo decir que, en todo ese tiempo, la Comisión nunca se había comportado como lo hizo ella. Solo quería decir eso rápidamente aprovechando que está presente.

Al contrario, aunque la República de Moldova está gobernada por un partido comunista, está interesada en acercarse a la Unión Europea y es, por lo menos así lo veo yo, un socio activo en la política de vecindad. El problema es otro muy distinto: está al Este del río Dniéster. Allí todavía hay tropas rusas, fuera del territorio ruso, 15 años después de la desintegración de la Unión Soviética.

Ese es justamente el problema: el estacionamiento de tropas rusas y la violación de la integridad de la República de Moldova; ese es el conflicto del que estamos hablando. No se trata de un conflicto étnico. Por lo tanto, creo que los problemas solo pueden solucionarse mediante duras conversaciones entre la UE y Rusia, con un ultimátum para la completa retirada de las tropas. Eso también redunda en interés de Europa, porque es la única forma de controlar completamente la frontera. El régimen que está viviendo de esas tropas en Transdniéster podrá entonces pasar a ser una región democrática de Moldova.

La pobreza del país ha fomentado mucho el tráfico de mujeres y esa es otra razón por la que debe formar parte de la política de vecindad con Moldova.

 
  
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  Lidia Joanna Geringer de Oedenberg (PSE) , autora. – (PL) Señor Presidente, la dictadura de las autoproclamadas autoridades de Transdniéster, caracterizada por una grave represión y por su reaccionaria ideología, ha suscitado una gran preocupación en Europa.

Mientras que Moldova ha dado ya significativos pasos hacia la democracia y el respeto de las libertades civiles, en Transdniéster se siguen violando derechos humanos fundamentales. Detenciones brutales, unas condiciones de detención inhumanas y la ausencia de libertad de expresión o reunión forman parte de la vida cotidiana en esta región y no pueden tolerarse en la Europa actual. Transdniéster es conocido por ignorar las resoluciones de la comunidad internacional. Han pasado 18 meses desde que el Tribunal Internacional de Derechos Humanos dictó su sentencia en el caso de Ilascu y otras figuras de la oposición, pero ninguno de ellos ha sido puesto en libertad.

Un importante paso hacia la resolución del conflicto con Moldova es la retirada de las tropas rusas de la autoproclamada República de Transdniéster, según lo previsto en las resoluciones de la cumbre de la OSCE de Estambul en 1999. Hasta la fecha, Moscú ha incumplido sus compromisos al seguir dando apoyo económico y político a la dictadura local y a su represivo régimen.

Aunque acogemos con agrado los esfuerzos de Moldova en lo tocante a las reformas institucionales y el respeto por los derechos de las minorías nacionales, incluida la minoría rumana, como un paso real hacia el diálogo democrático con la Unión Europea, también conocemos datos sobre la corrupción generalizada y el tráfico ilegal de mujeres y niños. Las autoridades moldovas deben mantener sus esfuerzos para establecer un poder judicial estable e independiente, así como el pluralismo político en el país. Por su parte, la Unión Europea debe dar pasos decisivos para solucionar el problema de Transdniéster. Una intensificación del diálogo entre la UE y Moldova puede contribuir a solucionar este prolongado conflicto y a estabilizar la situación en esta región de Europa.

 
  
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  Laima Liucija Andrikienė, en nombre del Grupo del PPE-DE. (EN) Señor Presidente, ante todo quiero dar las gracias a los colegas que han impulsado este importante debate y esta resolución sobre la situación en Moldova, particularmente en Transdniéster.

El conflicto de Transdniéster, congelado desde 1992, ha sido calificado recientemente de punto de confrontación entre la Unión Europea y Rusia. Tras largas conversaciones y una importante labor preparatoria, la Unión Europea emprendió finalmente, el pasado mes de diciembre, una nueva misión –la Misión de la UE para la Asistencia Fronteriza a Moldova y Ucrania–, ayudando de esta forma a ambos países en su acción conjunta de lucha contra el contrabando y el mercado negro en la región.

Y ¡sorpresa, sorpresa! Esta iniciativa muy equilibrada hizo que Rusia pusiera en alerta la semana pasada a sus 1 100 soldados –la llamada tropa de mantenimiento de la paz– acantonados en Transdniéster. El régimen ilegal de Transdniéster, que no ha sido reconocido por ninguna democracia en el mundo, rompió las negociaciones 5+2.

Debemos expresar nuestra preocupación por la situación de los derechos humanos en Transdniéster, donde no se pueden celebrar elecciones democráticas y donde el acoso, la represión y la intimidación de los medios de comunicación independientes, los defensores de los derechos humanos, las ONG y quienes se oponen al régimen autoproclamado son prácticas comunes. Además, debemos expresar nuestro apoyo a las autoridades de Moldova y Ucrania que luchan por estabilizar la situación en la región y erradicar la corrupción, el contrabando, etc.

Pido a la Comisión y al Consejo que apoyen a las autoridades moldovas en su proceso de reforma democrática y que hagan uso de todos los medios diplomáticos disponibles para resolver el conflicto de Transdniéster.

 
  
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  Józef Pinior, en nombre del Grupo del PSE. (PL) Señora Comisaria, la denominada República Moldova de Transdniéster, que ocupa una quinta parte del territorio del Estado independiente de Moldova y posee la mayoría de su industria, está siendo reconocida como Estado a pesar de la oposición internacional. Le ruego que preste atención a las violaciones de los derechos humanos, las restricciones a los medios de comunicación y el sistema populista-autoritario de Transdniéster, que enarbola la bandera de la antigua República Soviética de Moldova.

Las organizaciones no gubernamentales están teniendo especiales problemas para actuar en Transdniéster. La nueva iniciativa política del Presidente Igor Smirnov, la organización juvenil internacional Proryv, sigue el modelo de Nashi, el movimiento juvenil de seguidores de Putin en Rusia. Proryv es una organización populista extremista cuyo objetivo es no permitir cambios democráticos en Transdniéster. Su ideología está basada en una ideología soviética-eslavófila de nacionalismo prorruso. Proryv está asociada con la sección de Transdniéster del partido ruso de Vladimir Zhirinovsky y colabora estrechamente con el movimiento ruso euroasiático.

La Unión Europea debe interesarse más en la situación en Transdniéster desde el punto de vista de los derechos humanos y el desarrollo democrático de esta parte de Europa.

 
  
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  Ryszard Czarnecki (NI).(PL) Señor Presidente, hoy hemos hablado mucho de Belarús y yo quisiera romper lanzas por este país.

No es cierto que Belarús sea el país menos democrático de Europa. El primero de esa lista negra es la denominada República Moldova de Transdniéster. Aparte de Rusia, ningún Estado del mundo reconoce a este país, que no reconoce los derechos humanos ni civiles. Prueba de ello son los presos políticos y los ataques a organizaciones no gubernamentales, a las que la prensa ha descrito como parásitos. Esta situación no se da tampoco en la República de Moldova, pero acogemos con satisfacción los esfuerzos de este país para avanzar hacia la democracia plena y, a su debido tiempo, hacia la Unión Europea.

El conflicto entre Transdniéster y Moldova se produce bajo la amenaza de los intereses rusos. Parece que Rusia está avivando el conflicto, algo que no podemos ignorar. El Presidente moldovo, el comunista Voronin, habla de la desmilitarización, la democratización y la eliminación de la delincuencia en Transdniéster. Por su parte, el diario oficial del régimen del presidente de Transdniéster, Smirnov, aboga por la «desvoronización» de Moldova y solicita ayuda para democratizar el país o, en otras palabras, para echar de la República de Moldova a los comunistas y a su líder. Esto puede resultar gracioso, pero deja de serlo cuando se violan derechos humanos y se encarcela a personas. Se convierte así en una broma muy pesada.

 
  
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  Bernd Posselt (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, la única razón por la que el territorio de la actual Moldova no va a entrar en la Unión Europea el año que viene o el siguiente es que el país fue segregado de Rumanía a la fuerza por el pacto Hitler-Stalin. No debemos olvidar ese hecho histórico. Es un país profundamente europeo y debemos hacer grandes esfuerzos por conseguir tres cosas. La primera, el desmantelamiento de la estructura delictiva y militarista de Transdniéster por medios pacíficos. Gracias a Dios, Hitler perdió la guerra y tuvo que renunciar a su botín. El botín de Stalin no se liberó hasta 1991 y en Moscú todavía quedan fuerzas que mantienen viva su peligrosa estructura.

La segunda tarea importante es la democratización de Moldova con el Estado de derecho y los derechos de las minorías, y la tercera es la lucha contra la delincuencia transfronteriza. Estoy muy agradecido a nuestro colega, el señor Albert Deß, como representante de la región fronteriza del Alto Palatinado, que utiliza toda su vehemencia para pedirnos que luchemos, conjuntamente como Unión Europea, contra el tráfico de drogas, seres humanos y armas, que se origina desde esta estructura delictiva en Transdniéster; eso redunda en interés de ese bello país del extremo oriental de Europa Central, que necesita que lo integremos porque, de lo contrario, se ulcerará como una herida entre Rumanía, que pronto será un Estado miembro, y Ucrania, con la que hemos iniciado una relación más intensa de colaboración desde la revolución naranja. El proceso de democratización en esta región que es tan importante para nuestro propio destino solo tendrá éxito si esta estructura militarista y tiránica deja paso por fin a una democracia basada en el Estado de derecho.

Esa es nuestra obligación como Parlamento Europeo, y por eso estoy agradecido al señor Sonik y a otras personas que han hecho posible este debate. El Parlamento Europeo debe enviar una clara señal a este respecto.

 
  
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  Benita Ferrero-Waldner, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, en primer lugar contestaré a algunas de las cuestiones políticas y luego también diré unas palabras sobre Belarús. También contestaré con mucho gusto a la señora Schroedter antes de referirme al contenido esencial del debate de hoy: los derechos humanos.

En primer lugar, en lo que se refiere a la cuestión política, Moldova es un país que está incluido en la Política Europea de Vecindad. Con esta política tratamos de acercar a Moldova a la Unión Europea y esto se lo digo al señor Posselt democratizar poco a poco ese país aunque aún queda mucho por hacer. No obstante, ese es el camino a seguir. Por ese motivo, también es muy importante acabar con el tráfico ilegal de mercancías, personas, armas y quizás drogas, y poner fin a las actividades delictivas.

Doy las gracias a todos aquellos que han mencionado una misión fronteriza. La Unión Europea ha lanzado recientemente una misión fronteriza en Transdniéster, entre Moldova y Ucrania. Debemos agradecer al Presidente Yúschenko, de Ucrania, quien, a su llegada al poder, emprendió esta iniciativa junto con el Presidente Voronin. Hemos conseguido, junto con los Ministros de Asuntos Exteriores de Ucrania y Moldova, poner en marcha esta iniciativa. Pienso, por cierto, que funciona muy bien bajo la dirección de un responsable húngaro en esta región. Su objetivo real, en mi opinión, consiste en acabar con el tráfico ilegal. No siempre resulta fácil, pero a largo plazo alcanzará su objetivo.

Todos ustedes han hablado del conflicto de Transdniéster y de la forma en que se puede resolver. De hecho, la OSCE ha hecho todo lo posible por ayudar y la Unión Europea también se implica cada vez más. Por cierto, los progresos realizados se deben a la aceptación por parte de Rusia de las conversaciones «5+2», a las que han sido invitados como observadores la Unión Europea y los Estados Unidos de América, con el fin de encontrar un acuerdo.

Es cierto que aún no se han retirado las tropas rusas, tal como había previsto en la reunión de la OSCE de Estambul, y eso queda pendiente. La pregunta, por supuesto, es: ¿quién las sustituirá? Todas las iniciativas políticas deben seguir adelante, aunque desafortunadamente, como bien ha dicho alguien, Transdniéster se ha retirado en efecto de las negociaciones. Por tanto, aún queda mucho por hacer.

Me referiré ahora a Belarús y, si me lo permiten, continuaré en alemán.

(DE) Señora Schroedter, creo, para empezar, que me han malinterpretado totalmente en este caso. El periodista que se encontraba en la sala de la rueda de prensa en Bruselas me preguntó, en mi calidad de Comisaria, si nosotros, la Comisión Europea, íbamos a enviar una misión comunitaria de observación electoral a Belarús. Yo dije: «No, la observación la está llevando a cabo la OSCE/ODIHR». Usted sabe que es así. Añadí que los diputados no formaban parte de una misión oficial de la UE, porque no tenemos ninguna. Eso ha sido totalmente malinterpretado. Le ruego que vuelva a aceptar mi explicación. Me alegro de que sacara este tema porque así he podido aclarar mi posición.

No solo escribí una carta al señor Klich ayer, sino que también hablé con él; me comprendió perfectamente. También he publicado ya una declaración sobre Belarús, un país cuyos acontecimientos estoy siguiendo, lógicamente, en las fechas previas a las elecciones. En esa declaración decía cuánto lamentaba que se negara el acceso a los diputados no concediéndoles visados; siempre son bienvenidos aquí, eso no es necesario decirlo y usted debería saberlo, dado que estoy totalmente a favor de las misiones de observación de la UE y estoy trabajando para que se refuercen.

Llego al tercer punto que quería comentar, concerniente al debate de hoy sobre las resoluciones acerca de la violación de los derechos humanos en Moldova.

La propuesta de resolución subraya la incapacidad del sistema judicial de garantizar la celebración de juicios justos. Señalaré que Moldova aprobó en 2005 tres leyes que refuerzan significativamente la independencia del poder judicial. En lo que se refiere al caso del señor Pasat, el ex Ministro de Defensa, la Comisión ha planteado en varias ocasiones los problemas que rodean a este caso. Estoy en contacto directo con el señor Stratan, el Ministro de Asuntos Exteriores moldovo. Acabo de escribir una carta al Presidente Voronin sobre este tema para pedir aclaraciones y no demorar el recurso del señor Pasat.

La democracia, el Estado de Derecho y los derechos humanos figurarán en un lugar destacado del orden del día de la próxima reunión del Consejo de Cooperación con Moldova.

El debate de hoy hace hincapié especialmente en los derechos humanos en Transdniéster. No obstante, como saben sus Señorías, debido a su condición de república independiente autoproclamada, disponemos de muy poca información sobre los acontecimientos internos. De todos modos, es evidente que hay problemas muy importantes. En verano de 2004, por ejemplo, las autoridades de Transdniéster cerraron por la fuerza seis escuelas en las que se enseñaba el moldovo utilizando el alfabeto latino. Nos satisface comprobar que las negociaciones entre las autoridades de Moldova y Transdniéster sobre la cuestión de las escuelas que utilizan el alfabeto latino se reanudaron en febrero después de una interrupción de siete meses. La Comisión seguirá muy de cerca el desarrollo de estas negociaciones.

Quiero decir unas palabras sobre el caso Ilascu, que sigue siendo un ejemplo muy grave de violación de los derechos humanos. Puesto que Moldova no puede intervenir en Transdniéster, planteamos la cuestión a Rusia en cualquier oportunidad. La última ocasión fue hace unas dos semanas en Viena, con motivo de la reunión de la troika de Ministros de Asuntos Exteriores, cuando me reuní con el Ministro Lavrov. Los recientes informes según los cuales uno de los dos presos, en concreto Andrei Ivantoc, ha iniciado una huelga de hambre, subraya la necesidad de que ambos detenidos sean liberados de inmediato. Debemos presionar para que esto ocurra.

La Comisión colabora con todos los países socios, incluidos Rusia, Ucrania y Moldova, con vistas a conseguir la retirada de las tropas rusas, la desmilitarización de Transdniéster, la democratización de Moldova –incluido Transdniéster– y el establecimiento de un control de hecho y de derecho de Transdniéster por parte de Moldova.

 
  
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  El Presidente. El debate queda cerrado.

La votación tendrá lugar a las 17.00 horas.

 
  

(1) Cf. Acta.

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