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Textos presentados :

RC-B6-0191/2006

Debates :

PV 22/03/2006 - 14
CRE 22/03/2006 - 14

Votaciones :

PV 23/03/2006 - 11.11

Textos aprobados :


Acta literal de los debates
Miércoles 22 de marzo de 2006 - Bruselas Edición DO

14. Revisión del Acuerdo de Cotonú y determinación del importe del 10º FED (debate)
Acta
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  El Presidente. De conformidad con el orden del día, se procede al debate de la pregunta oral del señor Van den Berg, en nombre de la Comisión de Desarrollo, sobre la revisión del Acuerdo de Cotonú y la determinación del importe del 10º FED (O-0004/2006 B6-0006/2006).

 
  
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  Glenys Kinnock (PSE), suplente del autor. (EN) Señor Presidente, quiero agradecer al Consejo su presencia en este importante debate sobre el Fondo Europeo de Desarrollo. Como sabe el Consejo, el Acuerdo de Cotonú modificado no contenía disposiciones relativas al marco financiero porque seguía abierto el debate sobre la incorporación del FED al presupuesto. No obstante, en el Anexo 1 se dice muy claramente que la Unión Europea mantendrá su esfuerzo de ayuda en el mismo nivel que en el 9º FED.

Por tanto, en mi opinión, señor Presidente en ejercicio, los países ACP se equivocaron al creer que podían sentirse tranquilos sobre su futura financiación en el 10º FED. La Comisión calculó para el 10º FED un importe de 24 948 millones de euros. Pero el Consejo Europeo, en su reunión de Bruselas, acordó un importe de 22 682 millones de euros a precios corrientes para el período 2008-2013.

Señor Presidente en ejercicio, explico esto porque pienso que es importante para la posición adoptada por la Comisión de Desarrollo del Parlamento Europeo, y es que dicha comisión exige garantías y aclaraciones para que podamos emitir un dictamen conforme sobre el Acuerdo de Cotonú modificado.

Los acuerdos anteriores deberían haber llevado al Consejo y a la Comisión a entender que cuando la Comisión de Desarrollo adopta una postura clara, como hemos hecho con respecto a la DCCI, los miembros de esa comisión nos mantenemos siempre fieles a nuestros principios. Nuestros principios giran en torno al desarrollo, y si no se respetan, el Consejo debe saber que no otorgaremos nuestra conformidad hasta que no se respeten claramente en su manera de actuar.

Una de nuestras preocupaciones tiene que ver con el hecho de que algunos miembros del Consejo digan que debemos aceptar una deducción de 300 millones de euros para los 21 países y territorios de ultramar de la UE y que deben deducirse otros 900 millones de euros para cubrir costes administrativos. Ayer, en comisión, el Director General de la DG Desarrollo dejó muy claro que la Comisión no compartía la posición que ustedes pueden tener sobre los PTU. ¿Aclarará por tanto el Consejo su opinión sobre los PTU? Como diputada británica al Parlamento Europeo, conozco muy bien la posición del Reino Unido, que ostentó la Presidencia del último Consejo. Pero quiero saber, señor Presidente en ejercicio, cuál es su posición.

También, en cuanto a los costes administrativos, ¿cómo puede justificar la Comisión que tenga que pagarse a sí misma por administrar sus propios recursos? Eso no tiene sentido y estoy segura de que es algo que no ustedes no hacen con su propia administración. ¿Estarían dispuestos los Estados miembros –el Consejo– a considerar la concesión de fondos adicionales para cubrir los costes de los PTU? Estas no son advertencias sin importancia. No las hago a la ligera, sino que realmente quiero que nos explique cómo puede ser que tome usted esas decisiones que demuestran que no quiere darnos garantías de que las ayudas que están recibiendo los países ACP son fondos que esos países deben utilizar de una manera clara y transparente.

Quiero referirme también a la afirmación que se ha hecho de que el 10º FED representa una mejora importante respecto al 9º FED. En términos reales, yo diría que no es más que un estancamiento. La Comisión de Desarrollo no puede dejarse engañar ni se dejará engañar por lo que consideramos que es un doble lenguaje sobre esta cuestión.

El 9º FED incluía fondos no utilizados de anteriores FED: «dinero no gastado». Una vez que ese dinero se añade al 9º FED, las cifras pregonadas por el Consejo son comparables solo en términos nominales. Cuando todo termine, el 10º FED tendrá que ser ratificado y eso nos plantea numerosos problemas si consideramos que los 25 Estados miembros tendrán que participar en ese proceso de ratificación.

El hecho de haber gastado menos de lo presupuestado en el pasado ha sido la causa de que hayamos creado todas estas ayudas –ayudas para el agua, ayudas para la paz– con un control democrático muy limitado. ¿Seguro que eso le preocupa a usted, señor Presidente en ejercicio?

Nuestro siguiente debate será sobre los acuerdos de asociación económica y uno de los aspectos más polémicos para nosotros, y que plantearemos en su momento, es la financiación de la ayuda al comercio en dichos acuerdos. ¿Nos aclarará usted, señor Presidente en ejercicio, si va a ofrecer fondos adicionales para las negociaciones de los AAE o si espera que esos fondos procedan del 10º FED para los países ACP?

Por último, si queremos incluir a la Unión Africana, ¿cómo se tendrá en cuenta el hecho de que muchos miembros de la Unión Africana no son países ACP? ¿Espera usted que esos países se beneficien del dinero del FED si el Consejo decide que ayudarán a la Unión Africana con cargo al 10º FED?

Estamos hablando de un acuerdo vinculante con los países ACP, y confío en que el Consejo así lo refleje en las decisiones que tome sobre el 10º FED.

 
  
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  Hans Winkler, Presidente en ejercicio del Consejo. (DE) Señor Presidente, señora Kinnock, intentaré responder a sus preguntas lo más completamente posible. Me temo que no podré responder a todas, en parte porque las negociaciones aún no han concluido en todos los ámbitos y porque el Consejo aún no ha tomado postura en todas las cuestiones. Sin embargo, espero poder aportar algún tipo de clarificación.

Primero quiero hacer referencia al acuerdo del Consejo Europeo de diciembre de 2005 sobre los presupuestos del 10º Fondo Europeo de Desarrollo y sobre la contribución de los Estados miembros, un proceso que ha sido largo y difícil. Por supuesto, ustedes están familiarizados con el acuerdo alcanzado, que contempla la futura financiación del desarrollo de los países ACP en el marco del 10º FED, no con cargo al presupuesto general. Conocen las cifras: el Consejo Europeo ha acordado un importe de 22 600 millones de euros. Este es el compromiso que la UE adquirió con los países ACP cuando se revisó el Acuerdo de Cotonú en febrero de 2005. En este contexto es importante señalar que en el marco de este proceso se contrajo el compromiso ante los países ACP de mantener el esfuerzo de la ayuda en el mismo nivel que el del 9º FED, restando los créditos remanentes de anteriores fondos de desarrollo pero ajustando el importe a la inflación y al crecimiento de la UE y teniendo en cuenta el efecto de la ampliación a los diez nuevos Estados miembros. La razón está clara: no queríamos recompensar la ineficiencia implícita en la no aplicación de los créditos. Fue un compromiso que la Unión Europea adquirió con los países ACP. La propuesta original de la Comisión –y espero que esto responda a su pregunta– era de 24 900 millones de euros y estaba basada en el noveno FED, incluidos los créditos remanentes de fondos anteriores. Por tanto, era correcta y acorde con el compromiso contraído ante los países ACP de corregir esa propuesta de la Comisión. En realidad –y creo que tenemos que reconocer este hecho– el compromiso de la UE, es decir, la cantidad que ya he mencionado, representa un aumento real considerable de la financiación en comparación con el 9º FED, que como sabemos tiene un presupuesto de 13 800 millones de euros. La contribución media anual se incrementa para todos los 15 antiguos Estados miembros en función del nuevo baremo. Los 10 nuevos Estados miembros participarán y contribuirán por primera vez a un FED. El acuerdo del Consejo de mayo de 2005 pretende aumentar de manera significativa la ayuda pública al desarrollo para el año 2015.

También ha preguntado usted sobre las contribuciones de Bulgaria y Rumanía. El cálculo del volumen total del 10º FED y las contribuciones individuales de los Estados miembros en los que se basa la decisión ya tienen en cuenta la adhesión de Bulgaria y Rumanía en 2007. Como sabemos, el nuevo 10º FED solo puede ponerse en marcha a partir de principios de 2008. Eso significa que no habrá más subvenciones adicionales para el 10º FED cuando esos países se adhieran a la UE. Esto coincide totalmente con el procedimiento seguido en rondas de ampliación anteriores. El Consejo también ha concedido 18 millones de euros del 9º FED al nuevo miembro de Cotonú, Timor Oriental, con objeto de incluir la ayuda al desarrollo de la UE cuando Timor Oriental se convierta en un Estado ACP y tras la ratificación del Acuerdo de Cotonú para 2007. En consecuencia, Timor Oriental no recibirá más apoyo de la partida presupuestaria para Asia y a partir de 2008 recibirá ayuda con cargo al 10º FED.

En este momento, el Consejo no está en condiciones de facilitar información sobre la distribución de los fondos del 10º FED porque esta cuestión se debatirá durante las negociaciones que están a punto de comenzar sobre los fundamentos jurídicos, es decir, sobre el protocolo financiero del Acuerdo de Cotonú y sobre los acuerdos económicos internos para el 10º FED. El objetivo de la Presidencia austriaca es llegar a un acuerdo con los países ACP sobre el protocolo financiero en el Consejo de Ministros ACP-UE de los días 1 y 2 de junio de 2006, en el que participaré.

Hay otro punto que quiero comentar porque lo ha planteado usted, señora Kinnock, y es la forma en que se va a tratar a los países y territorios de ultramar y los costes administrativos. Son cuestiones que aún están sujetas a acuerdo y negociación.

La Comisión y los Estados miembros están debatiendo la propuesta de la Comisión sobre la distribución de fondos entre los países ACP asociados. Se espera que el apoyo a los países ACP en aplicación de los acuerdos de asociación económica regional –y creo que también ha hecho usted una pregunta al respecto– provenga de los fondos destinados a la cooperación regional en el 10º FED. El Consejo también ha previsto continuar apoyando a la Unión Africana al amparo del 10º FED.

El tiempo es esencial. En enero, durante las discusiones de la Comisión con el Gobierno austriaco, el Comisario responsable, Louis Michel, presionó para que se adoptaran medidas rápidas a fin de garantizar que el actual programa del 9º FED enlace perfectamente con el 10º FED a comienzos de 2008. Como el señor Michel nos explicó en términos muy dramáticos, esta vez solo disponemos de la mitad de tiempo, así que hemos de actuar con rapidez. Para asegurarnos de que eso ocurra, junto con las negociaciones sobre el 10º FED que ya he descrito, también ha comenzado el proceso de programación de cada país. Tras la adopción del Consenso Europeo para el Desarrollo y la aplicación de la Declaración de París se han hecho esfuerzos por establecer programas de desarrollo conjuntos, que incluirán no solo los programas de la Comisión Europea, sino también los de los Estados miembros. Acogemos con satisfacción este proceso y seguiremos apoyándolo.

 
  
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  Jürgen Schröder, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (DE) Señor Presidente, señor Presidente en ejercicio, creo que lo que está en juego no es tanto la distribución de los fondos, las cuestiones legales, los programas y demás, sino el hecho de que se haya recortado la financiación. Todos en esta Cámara estamos preocupados por la forma en que está progresando la revisión del Acuerdo de Cotonú y las negociaciones sobre el 10º FED. El Consejo se ha comprometido firmemente a dedicar más dinero a la ayuda al desarrollo. Esto fue anunciado entre palmaditas al hombro en las cumbres de julio y diciembre de 2005. La Comisión calculó que el 10º FED para el período 2008-2013 tendría un presupuesto de un poco menos de 25 000 millones de euros.

Lamento profundamente que ahora el Consejo solo haya sido capaz de acordar una cifra de menos de 23 000 millones de euros. Aparte de que hay menos dinero disponible, esto significa que con más ayuda pública al desarrollo y un presupuesto fijo del FED, la ayuda al desarrollo de la UE se renacionalizará efectivamente. Esto representa un retroceso en todos nuestros esfuerzos por mejorar la coordinación de la ayuda al desarrollo de la UE. Esto no nos beneficia.

Pero acojo con satisfacción que la Cámara haya presentado una propuesta de resolución conjunta destinada a resolver esa deplorable situación. Pido al Consejo que cumpla sus promesas y conceda los créditos necesarios para la ayuda al desarrollo de la UE. Una diferencia de 2 000 millones de euros no es poca cosa. Estamos hablando de la erradicación de la pobreza, del desarrollo sostenible y de la integración gradual de los países ACP en la economía mundial.

Señor Presidente en ejercicio, un recorte de 2 000 millones de euros sería un falso ahorro.

 
  
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  Marie-Arlette Carlotti, en nombre del Grupo del PSE. (FR) Señor Presidente, señor Winkler, respecto de la cooperación entre la Unión y los países ACP, se han puesto sobre la mesa varias cantidades : primero por parte de la Comisión, después, en diciembre de 2006, por parte del Consejo y en unas pocas semanas han desaparecido casi 2 500 millones de euros. Quiero creer que solo se trata de un gran error de cálculo.

Por fortuna, el 17 de marzo la Comisión hizo algunas nuevas propuestas, marcadas por dos avances significativos: en primer lugar, una paquete adicional de 1 000 millones de euros para el 10º FED, destinado a hacerse cargo de los costes adminsitrativos y, en segundo lugar, un paquete adicional de 300 millones de euros para los PTU, que de este modo se reintegrarían en el FED como por cierto están pidiendo. Creo que estas propuestas de la Comisión siguen la línea acertada y representan un primer paso en el camino indicado por el Parlamento. El hecho sigue siendo que estas propuestas están ahora en manos del Consejo y que es responsabilidad suya intentar presentar algo mejor. En efecto, están en juego la palabra de la Unión Europea y su compromiso en la lucha contra la pobreza.

La palabra de la Unión es la que consta en el anexo 1 del Acuerdo de Cotonú revisado. Es cierto que la formulación era deliberadamente ambigua porque se trataba de conseguir el acuerdo de nuestros socios ACP en algunas cuestiones políticas polémicas y, debo añadir, discutibles. Pero no era ambigua hasta el punto de explicar los cálculos fantasiosos del Consejo. No dejemos creer a nuestros socios africanos que el nuevo lema de Europa es: «las promesas solo obligan a los que creen en ellas».

De hecho, se hicieron promesas en 2005. Así, en el Consejo Europeo de junio, la Unión y los Estados miembros se comprometieron a aumentar de forma regular su ayuda oficial al desarrollo hasta 2015. En la Cumbre del G8 de julio, la Unión Europea también se comprometió, junto con los demás donantes, a duplicar la ayuda oficial a África de aquí a 2010. ¿Podremos cumplir esas promesas con el presupuesto que ha propuesto el Consejo para el 10º FED? La respuesta es «no» y el Consejo no puede afirmar lo contrario.

También me preocupan los procedimientos de gestión y pago de este 10º FED, pero tanto el Consejo como la Comisión tienen que dar explicaciones. En primer lugar, se trata de la financiación de la dimensión del «desarrollo» de los acuerdos de asociación económica que se están negociando y, en segundo lugar, de nuevos criterios de cumplimiento establecidos por la Comisión en el documento de trabajo del 13 de enero para la asignación de fondos del FED, criterios que se añadirían al criterio tradicional de «necesidades».

Quiero concluir diciendo algunas palabras sobre el presupuesto del FED. Este Parlamento ha expresado su apoyo al presupuesto en varias ocasiones, porque se trata de una cuestión de control democrático de la dotación presupuestaria. Creo que podríamos incluir el FED en el presupuesto respetando a nuestros socios ACP porque necesitamos alejarnos de las prácticas intergubernamentales que dan lugar al regateo, con el resultado que vimos para el FED en el Consejo de diciembre. Es cierto que esta no es la cuestión que hoy nos ocupa –cada cosa en su momento–, pero por todas esas razones tampoco podemos olvidarla.

 
  
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  Thierry Cornillet, en nombre del Grupo ALDE. – (FR) Señor Presidente, al señor Winkler no se le ha escapado que esta resolución no es solo un resolución común, sino también unánime. Todos los partidos, independientemente de nuestras diferencias políticas, le recuerdan sus obligaciones.

Es una cuestión de honor para nuestra Unión Europea; una cuestión de respeto. No se trata de hacer una promesa, sino de comprometerse, y es una cuestión de credibilidad de nuestra acción exterior. La credibilidad no solo se gana por el volumen, sino también por la eficacia de la ayuda.

Con su permiso, haré dos comentarios a este respecto. Respecto del volumen, se podría pensar que estamos celebrando un debate virtual, porque entre 22 000 y 24 000 millones de euros, y teniendo en cuenta los remanentes y el dinero no gastado, no tiene mucho sentido pelearse por 2 000 millones de euros que tal vez no se gasten. Aquí tiene usted una responsabilidad: asegurarse de que ese dinero se gaste y, además, destinar la mayor parte posible a grandes proyectos regionales, en particular. Al decir «región» lo digo en el sentido de la NEPAD.

El objeto de mi segunda observación me deja muy perplejo. De hecho, si cumplimos nuestros compromisos y pasamos del 0,31 % al 0,56 % del PIB en 2010, eso significa que tendremos 50 000 millones de euros más para gastar en la ayuda oficial al desarrollo, de los cuales 25 000 millones –o un FED anual– serán solo para África, de conformidad con el compromiso que acabamos de contraer. Me quedo totalmente perplejo cuando me doy cuenta de que serán los Estados miembros y no la Unión quienes tengan que cumplir esa promesa en lo que respecta al 80 % de la financiación. Cuando veo la reacción de los Estados miembros al tener que financiar el FED con 24 000 millones de euros durante cinco años, dudo que puedan demostrarnos su capacidad de aportar fondos de 25 000 millones de euros sobre una base anual o casi anual.

Por tanto, nos encontramos en el reino de la realidad virtual. Corremos el peligro de que ocurran dos cosas: de que hagamos el ridículo anunciando cifras muy elevadas para logros muy pequeños y, sobre todo, un efecto bumerán entre nuestros contribuyentes, que se preguntarán cómo demonios podemos hacer un buen uso de las sumas anunciadas.

 
  
  

PRESIDENCIA DEL SR. MAURO
Vicepresidente

 
  
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  Margrete Auken, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (DA) Señor Presidente, el mundo se enfrenta a enormes retos: pobreza, cambio climático, enfermedades graves y conflictos armados. Si el Consejo desea demostrar responsabilidad global, no puede ser más tacaño y avaro que la Comisión y practicar recortes de más de 2 000 millones de euros. Tenemos que aumentar sustancialmente la ayuda general de la UE a la gente más pobre del mundo para cumplir nuestros compromisos. Es importante recordar que los Estados miembros han prometido alcanzar el objetivo de la ONU de aumentar la ayuda al 0,7 % del PIB de la UE para el año 2015 y que tiene un objetivo a medio plazo de aumentarla al 0,56 % para 2010. La ayuda al desarrollo es muy positiva, pero también hay otras cosas, como el comercio justo, que son todavía más importantes Si al mismo tiempo la UE mantiene sus exorbitantes subvenciones agrícolas, sigue protegiendo sus propios mercados, y si encima recorta la ayuda al desarrollo, el resultado será un cóctel mortal que primero perjudicará a los más pobres y después a todos nosotros. Así pues, por el bien de nuestro futuro común tenemos que cumplir las promesas que hemos hecho.

 
  
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  Luisa Morgantini, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (IT) Señor Presidente, Señorías, 2005 ha sido el año de la retórica sobre el desarrollo y la lucha contra la pobreza. Bajo la Presidencia del Reino Unido, en varios foros institucionales y multilaterales –el Consejo Europeo, la Cumbre del G8, la Cumbre del Milenio, el 5 de septiembre de 2005– la Unión Europea se comprometió a aumentar la ayuda económica para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, inclusive a través de un aumento de la ayuda al desarrollo.

No cumplir esos compromisos significaría dar un paso atrás con respecto a todos los compromisos internacionales contraídos en los últimos años para combatir la pobreza: la confirmación de que todo ha sido retórica vacía. Ha sido un error reducir el 10º FED, por mucho que no se haya gastado la cantidad total del 9º FED. En vez de ello tendríamos que haber fijado una dotación financiera para las grandes reformas estructurales necesarias en los países ACP en el marco de las negociaciones de los AAE.

¿Cómo puede alguien creer que esos países –y recordemos que estamos hablando de países en los que vive la gente más pobre del mundo– pueden llegar a hacer reformas macroeconómicas nacionales y regionales sin la ayuda económica europea? ¿Cómo mitigarán los impactos sociales y las reformas futuras que se añadirán a las restricciones ya impuestas por las reformas que exigen las instituciones financieras internacionales? ¿Por qué deberían reducirse aún más los aranceles, lo que conducirá a una mayor reducción de los fondos públicos disponibles, como se exige en el marco de las negociaciones de los AAE, si los Estados miembros no están dispuestos a hacer un esfuerzo por aumentar el apoyo a los presupuestos estatales de los países ACP? ¿Qué clase de asociación es esa?

También creo que no hay suficiente claridad sobre el compromiso específico de la UE en el proceso de financiación del desarrollo +5 o sobre el alcance exacto de la financiación del desarrollo en el marco de las negociaciones de los AAE. ¿Cómo podemos tener fe en los compromisos que hemos contraído si reducimos el presupuesto de desarrollo europeo? En cuanto a la situación geopolítica internacional, creo que sería estratégicamente más acertado que nosotros, la Unión Europea, estableciésemos una relación de apoyo político mutuo con los países más pobres para reforzar la asociación UE-ACP.

 
  
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  Alessandro Battilocchio (NI). (IT) Señor Presidente, Señorías, la Unión Europea, que es el principal donante mundial, tiene el deber de cumplir los compromisos que contrajo en varias ocasiones en el año 2000 cuando se definieron los Objetivos del Milenio, y recientemente en el Consejo y en las reuniones del G8 celebradas en 2005.

Señor Winkler, reducir la dotación prevista para el FED no es una señal positiva para nuestros socios mundiales, en particular para los países ACP, en un momento en el que está claro que estamos muy lejos de alcanzar los Objetivos del Milenio. Cada día la globalización plantea nuevos y difíciles retos a los países en desarrollo.

Además del volumen de la dotación, para que nuestros fondos sean verdaderamente eficaces en la lucha contra la pobreza tenemos que centrarnos en la transparencia, la coherencia con otras políticas de la UE, el criterio de cumplimiento por parte de los beneficiarios y, sobre todo, la plena participación de los Gobiernos implicados en la coordinación de los diferentes instrumentos, tanto en el ámbito europeo como respecto de las políticas de desarrollo individuales de los Estados miembros con vistas a reducir la burocracia, que aún representa una parte demasiado grande del gasto total.

Es esencial que el Consejo destine los fondos necesarios para cumplir los compromisos contraídos y que la Comisión, en parte sobre la base de las recomendaciones del Tribunal de Cuentas de septiembre de 2005, se comprometa a establecer un sistema transparente, eficiente y efectivo de gestión de los fondos.

 
  
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  Rodi Kratsa-Tsagaropoulou (PPE-DE). (EL) Señor Presidente, la cuestión que estamos debatiendo esta noche es muy importante para la actividad exterior de la Unión Europea y para responder a nuestro compromiso político de alcanzar los Objetivos del Milenio. Es razonable que cuestionemos si la cantidad propuesta para el 10º FED es menor que la propuesta por la Comisión Europea o si es satisfactoria para responder a los objetivos y las necesidades.

Pero no solo nos tiene que preocupar el importe de la financiación. A menudo hemos observado problemas que tienen que abordarse directamente y con tacto con respecto a la rapidez de los desembolsos y la acumulación de créditos no usados que ascienden a 11 000 millones de euros, como ha apuntado el Presidente en ejercicio del Consejo.

Además, el presupuesto del Fondo de Desarrollo Europeo resolverá muchas de las complicaciones y dificultades en la aplicación de los sucesivos fondos regionales europeos, ayudará a acelerar su liquidez y eliminará el déficit democrático existente, como ha señalado el Parlamento Europeo en repetidas ocasiones.

De modo similar, Señor Presidente, señor Presidente en ejercicio del Consejo, Señorías, ni el Tribunal de Cuentas ni el Parlamento Europeo comprueban los recursos económicos que gestiona el Fondo Europeo de Inversiones. Debemos mejorar la transparencia si queremos informar sobre esos recursos económicos; necesitamos un desglose por tipo de uso y una panorámica general de los resultados, de la cooperación en torno a las aplicaciones pendientes y del valor añadido.

Nos comprometimos a alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio junto con los países ACP y, tras la referencia del señor Cornillet al respeto a los contribuyentes, quiero decir que hemos de evaluar los mecanismos de aplicación y control tanto en nuestras instituciones como en los Estados beneficiarios. Seremos más democráticos y más coherentes en nuestros compromisos con los contribuyentes europeos y más eficaces en cuanto a los Objetivos del Milenio.

 
  
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  Karin Scheele (PSE). (DE) Señor Presidente, la financiación está el centro de muchos debates sobre política de desarrollo. Esto es aún más cierto en la actualidad, porque las negociaciones entre el Parlamento Europeo y el Consejo sobre el presupuesto de los próximos siete años han sido muy intensas. Sabemos que la propuesta de la Comisión hace inalcanzables muchos objetivos que se han reiterado en repetidas ocasiones. Esto se aplica a ámbitos totalmente diferentes: programas de intercambio para estudiantes, mantenimiento de la diversidad biológica y, por supuesto, también se aplica en particular a programas de desarrollo, programas de erradicación de la pobreza y programas de desarrollo sostenible.

En este debate sobre la revisión del Acuerdo de Cotonú no estamos examinando las perspectivas financieras, que son objeto de un intenso debate, porque el Fondo Europeo de Desarrollo no forma parte del presupuesto general. Pero los problemas implicados son los mismos. La gente habla –y nosotros no somos una excepción–, pero hay poco dinero disponible. El Parlamento Europeo lamenta que el Consejo fije el total acordado para el 10º FED por debajo del nivel calculado por la Comisión. Las cifras exactas ya se han mencionado en varias ocasiones. La reducción de 2 000 millones de euros va en contra de los compromisos que la Unión ha adquirido en el contexto de la revisión del Acuerdo de Cotonú y hace caso omiso de todas las promesas de aumentar sustancialmente la ayuda al desarrollo. Pedimos a los Estados miembros que aumenten sus contribuciones al 10º FED de forma significativa, para que puedan cumplirse los compromisos adquiridos y las promesas hechas.

También me alegra que sea una resolución unánime porque apoyará de modo contundente las posiciones que han expresado hoy los diferentes diputados a esta Cámara. Pero quiero volver a expresar mi apoyo a las enmiendas que tenemos ante nosotros, que tratan de la manera en que se financiarán los aspectos del desarrollo de los acuerdos de asociación económica. ¿Deberíamos financiar una «dimensión de desarrollo» quitando dinero destinado a alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, o –tal como pedimos y como me gustaría que pidiese la resolución– debería ser dinero adicional? Quiero volver a apoyar el llamamiento hecho por mi colega, la señora Kinnock, para que el FED disponga de financiación adicional cuando Rumanía y Bulgaria se adhieran a la UE, lo que tendrá lugar en un futuro muy cercano.

 
  
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  Hans Winkler, Presidente en ejercicio del Consejo. (DE) Señor Presidente, Señorías, he escuchado atentamente y reconozco que esta Cámara mantiene un punto de vista unánime. Pero quiero decir que el Consejo cumplirá, por supuesto, los compromisos que ha adquirido. Ya he dicho, y sigo pensándolo, que estamos cumpliendo nuestros compromisos con los países ACP.

La cuestión de la distribución y asignación de créditos es también muy importante, porque los problemas estructurales tienen que abordarse en ese contexto; por ejemplo, se ha mencionado la cuestión de los créditos remanentes. Por supuesto, redunda en nuestro interés que los créditos remanentes sean lo más reducidos posible. Esto exige un examen muy cuidadoso. Procederemos a este examen y también volveremos sobre él.

También se ha mencionado la cuestión del aumento de los créditos de ayuda oficial al desarrollo. Quiero señalar que el Acuerdo Interno de Financiación prevé la posibilidad de cofinanciación por parte de los Estados miembros o a través del FED.

Se han hecho una serie de referencias a la cuestión de las asociaciones económicas. En el contexto de dichas asociaciones, que consideramos instrumentos de ayuda al desarrollo, una de nuestras aspiraciones es apoyar a los países ACP para que alcancen su potencial de integración económica y aumenten la competencia mediante la creación de capacidad comercial. Las regiones ACP también se reforzarán mediante su integración regional política y económica y su integración en la economía mundial. Por tanto, creemos que es particularmente importante que los acuerdos de asociación económica presten apoyo mediante la ayuda al desarrollo del 10º FED.

Por último, quiero volver a hacer referencia al aumento de los créditos asociados con Bulgaria y Rumanía. El Consejo se ha ajustado plenamente a la práctica aprobada hasta ahora y ha incluido a Rumanía y Bulgaria, que para entonces ya se habrán adherido, en sus cálculos de los créditos para el 10º FED en 2008. Creo que este procedimiento es correcto y no creo que el Consejo se haya comportado injustamente.

Mucho de lo que hoy se ha debatido y pedido aquí aún puede negociarse. Todo ello está vinculado a las perspectivas financieras. Quiero volver a subrayar que la Presidencia austriaca está dispuesta a intercambiar puntos de vista con ustedes en las cuestiones de desarrollo en todo momento. Este es el contexto en el que hemos propuesto informar a la Comisión de Desarrollo del Parlamento tras el próximo Consejo de Asuntos Generales y Relaciones Exteriores del 11 de abril, que tratará exclusivamente de las cuestiones de desarrollo. Ya se ha fijado de manera informal el 24 de abril como fecha para ello.

 
  
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  El Presidente. He recibido seis propuestas de resolución(1) de conformidad con el apartado 5 del artículo 108 del Reglamento.

El debate queda cerrado.

La votación tendrá lugar el jueves a las 12.00 horas.

 
  

(1)Cf. Acta.

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