El Presidente. El siguiente punto es el informe del señor Leinen, en nombre de la Comisión de Asuntos Constitucionales, sobre los partidos políticos europeos (2005/2224(INI)) (A6-0042/2006).
Jo Leinen (PSE), ponente. – (DE) Señor Presidente, señora Vicepresidenta, Señorías, el reglamento sobre la financiación de los partidos políticos europeos que aprobamos en 2004 ha sido un rotundo éxito. La separación entre el Parlamento y sus Grupos políticos por una parte y los partidos políticos por otra ha sido un éxito. El Tribunal de Cuentas venía reclamando esto desde hacía muchos años, y el citado reglamento respondió a esta exigencia.
Entretanto se han registrado 10 familias de partidos, que también reciben apoyo con cargo a la línea presupuestaria correspondiente. Esto demuestra que la cultura política a escala europea sigue siendo diversa y pujante. Tener 10 familias de partidos es todo un logro: antes había solo cuatro, lo que significa que su número se ha duplicado con creces.
Nuestra experiencia con la financiación de los partidos políticos ha sido buena. Sin embargo, en el nuevo informe figura una lista de deseos seleccionados, deseos de seguridad para la planificación y deseos de flexibilidad del funcionamiento de los partidos europeos. Existe también el deseo de que la Comisión de Presupuesto y la Mesa, al comienzo de la legislatura, den garantías de seguridad para la planificación para toda la legislatura. Esto no hace que el presupuesto anual que adoptamos resulte superfluo, pero creo que sería aconsejable asegurar que esta línea presupuestaria quede preservada y pueda desarrollarse de conformidad con la ampliación o con el aumento del número de partidos políticos.
Los partidos tienen sus recursos propios: donaciones y susscripciones de los miembros. Los reglamentos de financiación de la UE, por supuesto, no pueden pretender que esos recursos propios se pierdan si no se gastan en el mismo año. Por eso me complace que en Estrasburgo hayamos podido cumplir una de las exigencias del informe, a saber, que los partidos puedan utilizar hasta el 25 % de sus recursos propios para constituir reservas. Después de todo se trata de su propio dinero y los reglamentos de financiación de la UE no deberían imponer restricciones desproporcionadas a los partidos.
Otro deseo, sin embargo, es que debería ser posible también trasladar hasta el 25 % de las contribuciones al primer trimestre del año siguiente. La política es impredecible y en caso de acontecimientos imprevisibles debe existir la posibilidad de gastar cierta cantidad en el trimestre siguiente de modo que los partidos no tengan que embarcarse en una carrera de gastos de fin de año en diciembre.
El informe también incluye otras propuestas. Sin embargo, quisiera ahora continuar con la segunda fase que estamos introduciendo con este informe. Necesitamos un auténtico estatuto de los partidos europeos. No es aceptable que los partidos europeos tengan que registrarse de acuerdo con la legislación vigente en un Estado miembro y regirse por ella. Todos los partidos están a favor de tener idénticos derechos y obligaciones que se apliquen a todos los Estados miembros y esto solo es posible si existe un estatuto único. La Comisión de Asuntos Constitucionales está dispuesta a liderar esta vía. Señora Vicepresidenta, me complacería mucho que la Comisión asumiera nuestra propuesta y utilizase su derecho de iniciativa para presentar una nueva propuesta legislativa.
La segunda idea que queremos expresar es la importancia de la comunicación política transfronteriza. En muchos países existen fundaciones políticas dedicadas a este fin. Creemos que deberían crearse fundaciones políticas de ámbito europeo. También en este terreno pedimos a la Comisión que presente una propuesta legislativa o presupuestaria.
Convendría plantearse si en las futuras elecciones europeas no debería haber también listas europeas, de modo que nuestros ciudadanos tuviesen prácticamente dos votos: uno para la lista nacional o regional y uno para una lista europea común para los partidos, porque solo con una lista de este tipo podría ser posible una campaña electoral común. En este momento tenemos 25 campañas electorales diferentes para las elecciones europeas y las listas europeas las agruparían.
Por último, quisiera mencionar a las juventudes de los partidos. Nuestros jóvenes representan nuestro futuro. Debemos prestar una atención especial a la promoción de las organizaciones y movimientos políticos de los jóvenes, que representan el futuro de los partidos, y los partidos son parte del proceso democrático. El informe supone un paso adelante significativo. Quiero agradecer a los secretarios generales de los partidos y también a la administración del Parlamento la eficaz gestión de sus recursos. También quiero dar las gracias a los secretarios generales por las excelentes propuestas que han sido incorporadas a este informe.
Margot Wallström, Vicepresidenta de la Comisión. (EN) Señor Presidente, quisiera dar las gracias al señor Leinen por este importante informe, que ofrece una buena oportunidad para mirar atrás y ver lo que se ha logrado en el ámbito de los partidos políticos europeos y lo que se podría hacer en el futuro.
Fue hace tan solo tres años, en 2003, cuando esta Cámara y el Consejo, basándose en una propuesta presentada por la Comisión, aprobaron el reglamento por el que se rigen los partidos políticos de ámbito europeo. De ese modo, las instituciones estaban poniendo en práctica el objetivo establecido por el Tratado de Amsterdam y la nueva base jurídica que ofrecía el Tratado de Niza. Como reconoce el Tratado de las Comunidades Europeas, los partidos políticos de ámbito europeo son un factor importante para la integración en la Unión. Contribuyen a la formación de una conciencia europea para expresar la voluntad política de los ciudadanos y para promover un debate político a escala europea. Es un hecho que desde la entrada en vigor del reglamento se han establecido diez partidos políticos europeos en Europa.
Este dato podría ser indicativo de que se está construyendo de manera gradual la esfera pública europea en la que los ciudadanos pueden esperar que las instituciones les presten cada vez más atención. Siento una gran simpatía por esto, puesto que también es una de las ideas que figuran en nuestro Libro Blanco sobre comunicación. Necesitamos una cultura política europea y necesitamos ayuda para promoverla. No obstante, todavía queda mucho camino por recorrer para que el proyecto europeo y las instituciones europeas conecten con los ciudadanos. De nuevo, esta es una de las cuestiones clave que la Comisión aborda en el Libro Blanco sobre política de comunicación europea.
Estoy convencida de que no solo los Gobiernos y los Parlamentos, sino también los partidos políticos y los organismos públicos, tienen que situar la cuestión de Europa en la primera línea de la conciencia pública. También deberíamos reflexionar sobre la escasa participación en las elecciones europeas e investigar conjuntamente maneras de incrementar la participación de los votantes, como la Comisión ya ha propuesto en el Plan D. No siempre es fácil ver de qué manera concreta podemos desempeñar esa función, pero creo que las instituciones tendrían un interés común en garantizar una elevada participación de los votantes y nutrida participación en el debate sobre estas elecciones.
El informe del señor Leinen subraya que los partidos políticos tienen que esforzarse por implicar a los ciudadanos, no solo a través de las elecciones europeas, sino también en todos lo demás aspectos de la vida política europea. Estamos totalmente de acuerdo con ello.
Hay una serie de cuestiones importantes que se plantean en el apartado 12 del informe. Se refieren a la función de la Fundación Europea. Como ha señalado el señor Leinen, esto se refiere a la función que pueden desempeñar los partidos europeos en los referendos europeos y al impulso de organizaciones juveniles. La Comisión acogería con satisfacción un debate amplio y en profundidad sobre estas cuestiones. Todas ellas forman parte de nuestro avance gradual hacia la verdadera esfera pública europea. De nuevo, sentimos una gran simpatía por estas propuestas.
Los partidos políticos son una parte esencial de la estructura democrática de la Unión y por ello es justo que reciban cierto apoyo con cargo al presupuesto comunitario.
Tomamos nota de las propuestas incluidas en el informe respecto al aumento de la flexibilidad del sistema de financiación público. Muchas de las ideas subrayadas en el informe podrían concretarse ajustando las normas internas proporcionadas por el Parlamento.
Respecto a otras propuestas, que implicarían la modificación del Reglamento relativo a los partidos políticos europeos o del Reglamento financiero, tenemos que considerarlas en un contexto más amplio. Observarán ustedes cómo elijo cuidadosamente mis palabras en este punto. Como saben, actualmente estamos revisando el Reglamento financiero y sus normas de aplicación. Deberíamos evaluar la situación a la luz de este ejercicio, puesto que una vez más hay que equilibrar la necesidad de considerar otro tipo de financiación, o por ejemplo las ONG, con vistas a encontrar las herramientas óptimas para mejorar la situación actual.
Por último, tomamos nota con interés de la idea destacada en el apartado 4 del informe al efecto de que la Comisión de Asuntos Constitucionales debe considerar la cuestión de un estatuto europeo para los partidos políticos europeos que podría ir más allá del reglamento vigente. Entre las ideas que la comisión debería considerar se encuentra la posibilidad de definir mejor los derechos y obligaciones de los partidos europeos.
Sin duda, la Comisión seguirá con interés y atención el trabajo que va a llevar a cabo la comisión parlamentaria en este terreno. Quisiera expresar aquí mi compromiso personal con esta importante reflexión. Repito que está en plena consonancia con nuestras ideas reflejadas en el Libro Blanco. Esto tiene que ver con la creación de una esfera pública política europea en la que podamos celebrar debates y en la que los partidos políticos desempeñen una función muy importante.
Klaus-Heiner Lehne (PPE-DE), ponente de opinión de la Comisión de Asuntos Jurídicos. – (DE) Señor Presidente, Señorías, represento a mi colega, el señor López-Istúriz White, quien ha redactado la opinión de la Comisión de Asuntos Jurídicos y voy a hacer algunos comentarios sobre esta opinión en su nombre y en nombre de mi Grupo.
Comparto la opinión del ponente principal, el señor Leinen, de que el estatuto actual debe considerarse sin duda, en principio, un éxito rotundo y que es muy correcto y adecuado que distingamos claramente entre financiación de partidos y financiación de Grupos parlamentarios. Esta enmienda también se la debíamos al público.
Los partidos políticos ayudan a formar la voluntad del pueblo, en el contexto europeo diríamos «de los pueblos», y por eso es esencial que las instituciones europeas establezcan los prerrequisitos y creen las condiciones para el funcionamiento apropiado de estos partidos europeos. En este contexto hay cuatro cosas a las que otorgo particular importancia.
En primer lugar es esencial crear un marco financiero permanente y sostenible que permita a los partidos obtener una financiación a largo plazo. Las subvenciones que se pagan actualmente a los partidos europeos no proporcionan una base adecuada para una auténtica planificación de actividades sostenible a largo plazo. Los planes están vinculados actualmente a los años naturales en el marco de la legislatura. Los cambios en la financiación de los partidos también pueden producirse si se crean nuevos partidos y es preciso ajustar el volumen de financiación. Estoy diciendo simplemente que las disposiciones vigentes no permiten a los partidos planificar el futuro con un grado de seguridad financiera suficiente y que, en estas circunstancias, es sumamente deseable que se produzcan cambios.
En segundo lugar, debemos permitir que los partidos europeos constituyan reservas financieras que no se pierdan de un año para otro. El señor Leinen se ha referido a este tema, que también se ha planteado en nuestras deliberaciones en la Comisión de Asuntos Jurídicos. Su referencia a las notorias prisas de diciembre es muy acertada. Queremos una planificación sostenible a largo plazo de la financiación de los partidos; no queremos una situación en la que en vísperas de Navidad, por así decir, se despilfarre el dinero debido a la presión de «usarlo o perderlo».
En este contexto vale la pena considerar si el límite del 20 % para las transferencias de una partida presupuestaria a otra deberían reconsiderarse para hacerlo más flexible. Los partidos europeos deben tener la libertad de responder a exigencias variables que pudieran derivarse, por ejemplo, de una crisis en la escena política reestructurando sus recursos de forma más radical de lo que el actual estatuto permite.
En cuarto lugar, sobre este telón de fondo creo que el estatuto de los partidos políticos europeos debería modificarse para permitir que los partidos europeos actúen más eficazmente en beneficio de toda la población y llevar a cabo su papel de fuerza motriz en el proceso de toma de decisiones políticas. Al mismo tiempo, sin embargo, no puedo negar que los partidos podrían hacer más con su propio esfuerzo por lograr la meta de acercar Europa a las personas e implicar a sus ciudadanos en lo que está sucediendo en Europa.
Personalmente no creo que una lista de candidatos europea, paralela a las listas nacionales, sea un medio de resolver este problema. Las listas de partido son un concepto abstracto y los escaños se asignan a partidos individuales, y muchas personas no pueden identificarse con eso. Lo que necesitamos es un proceso electoral europeo mucho más personalizado y existe una forma muy sencilla de hacerlo: si al menos los dos partidos de masas de Europa pudieran decidirse a hacer campaña en las elecciones europeas con un líder elegido que posteriormente sería su candidato a la elección de Presidente de la Comisión, las elecciones se harían mucho más personalizadas en muy poco tiempo y la gente se identificaría mucho más con los candidatos individuales y con las declaraciones de intenciones políticas, lo que de por sí podría comportar probablemente un aumento considerable de la participación en las elecciones europeas.
Espero que los partidos políticos tengan la valentía de dar este paso.
Jean-Luc Dehaene, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (NL) Señor Presidente, yo también me congratulo por la forma en que este informe hace posible que demos un importante paso adelante hacia la consolidación de los partidos políticos europeos.
El hecho es que creo que si realmente queremos desarrollar una democracia parlamentaria europea real, en ella tendrán que desempeñar un papel importante verdaderos partidos políticos europeos. La resolución aprobada hace algunos años a favor de la financiación de partidos totalmente separada de la de los Grupos me parece un paso muy importante en esta dirección. Sin embargo, no caerá necesariamente bien entre el público, que no cree que sea necesaria.
Sin embargo, creo que estamos obligados a entender los partidos políticos, en una sana democracia parlamentaria, como un vínculo importante entre el público y los procesos de toma de decisiones y esto no debe darse por supuesto. Para expresarlo de otra forma, debemos tener la valentía de decir al mundo exterior que la democracia tiene un precio, que no hay nada anormal en esto y que es mejor que la financiación sea transparente y provenga de fuentes públicas que a través de todo tipo de canales oscuros.
Como ya he dicho, hace unos años se dio un paso importante en este terreno. Creo que ha llegado el momento de introducir algunas mejoras, cuyo aspecto estructural más importante será, sin duda, que los partidos políticos puedan planificar el futuro para períodos de tiempo más largos en lugar de tener que trabajar con presupuestos anuales y sin ninguna seguridad sobre lo que va a pasar al año siguiente.
También hay dos enmiendas técnicas significativas que tienen que ver con la flexibilidad de la gestión del presupuesto.
Ahora quiero, en cierto sentido, abusar de esta plataforma para señalar que el problema del traslado al año siguiente de todo lo acumulado en créditos en un año dado no sucede únicamente con los partidos políticos. Parece que esta norma se ha deslizado en el conjunto de normas impuestas de forma general por la Comisión. Tengo que pelear con el mismo problema en calidad de presidente del consejo de administración del Colegio de Europa, al que se exige gastar dinero en un año dado, de lo contrario se produce un problema y el resultado es una mala gestión. Sería mejor que hubiese más flexibilidad en este sentido, tal como estamos proponiendo para los partidos políticos. Quisiera llamar la atención de la Comisaria sobre el hecho de que este problema no se presenta solamente en los partidos políticos. Parece ser una norma general que la Comisión aplica incluso si es un obstáculo para la buena gestión y ha sido concebida por los contables, cuya línea de pensamiento no logro seguir muy bien.
También quiero destacar, a modo de conclusión, que ahora podemos, junto con la Comisión de Asuntos Constitucionales, dedicar un esfuerzo importante a favor de un estatuto adecuado de los partidos políticos que incluya, aunque sea desventajoso para las arcas del Estado de mi país, un estatuto fiscal que concuerde mejor con el estatuto fiscal de las instituciones europeas, de modo que quede totalmente claro que los partidos políticos forman parte de este nivel de gestión específico y que son parte integrante del marco institucional europeo.
Richard Corbett, en nombre del Grupo del PSE. – (EN) Señor Presidente, gracias por darme la palabra en lo que parece, a esta hora de la tarde, una reunión abierta de la Comisión de Asuntos Constitucionales con algunos otros diputados que estamos encantados de que se nos unan.
Mi Grupo apoya el informe presentado por nuestro ponente, el Presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales. Como hemos escuchado, se refiere a ajustes del sistema que aprobamos hace ahora más de un año. Estos ajustes son necesarios debido a los problemas iniciales que hemos descubierto en el funcionamiento del sistema. Son sensatos y pragmáticos, e insto a la Comisión que los acepte, concretamente las partes del informe que están dirigidas a la Comisión, como las que corresponden al Reglamento financiero. Los partidos políticos no son ONG, cumplen una función distinta y son vitales para el funcionamiento de nuestro sistema democrático.
Lo que hemos establecido y lo que esperamos mejorar es un sistema en el que tengamos –y el público pueda ver que tenemos– un sistema claro, transparente y justo para financiar el nivel de trabajo europeo de los partidos políticos. Acontecimientos recientes han demostrado que esto no siempre ocurre a escala nacional. Deberíamos estar orgullosos de crear una estructura sólida a escala europea para financiar la labor de los partidos políticos europeos. Es importante que lo hagamos porque lo que ofrecen los partidos políticos son opciones para el votante, visiones diferentes, programas diferentes, ideas diferentes, propuestas diferentes. Es esta posibilidad de elección lo que da vida al debate político en el ámbito europeo.
Hace otra cosa más: demuestra que las opciones que tenemos en el ámbito europeo son en realidad opciones políticas, no opciones entre puntos de vista nacionales y visiones nacionales. Con demasiada frecuencia, la prensa, cuando se centra en las reuniones del Consejo Europeo, da la impresión de que se trata de un combate de gladiadores entre intereses nacionales. Pero las opciones reales que tenemos son de naturaleza política. ¿Quieren ustedes normas ambientales más estrictas pero a un coste mayor o no? ¿Quieren que nuestros mercados sean totalmente libres, al estilo liberal, o que se regulen para proteger a las personas vulnerables? Estas son todas ellas decisiones políticas, opciones políticas defendidas por partidos políticos; a menudo se escamotean en el Consejo. Es esencial que nuestra Unión funcione de manera eficaz.
Ya tenemos diez partidos registrados. Eso demuestra que este sistema funciona. Algunos afirmaron que así solo se financiaría a los grandes partidos. Bueno, algunos dirán que diez partidos son muchos partidos financiados.
Algunas de sus Señorías que no están presentes esta noche –incluido el señor Hannan, del Grupo del PPE-DE– dijeron que este sistema solo iba a financiar a los partidos proeuropeos, como si hubiera una norma con la que pudiéramos inclinar la financiación hacia un punto de vista político concreto. Sin duda, este no es el caso.
Lo que hemos visto y logrado y lo que esperamos mejorar es un sistema sólido que sea necesario y que mejore la calidad del debate democrático a escala europea.
Jules Maaten, en nombre del Grupo ALDE. – (NL) Señor Presidente, en esta etapa del desarrollo europeo, que algunos calificarían de «falta de desarrollo europeo», no está de más insistir en la importancia de este informe. El hecho es que no se trata tan solo de partidos políticos, y creo que este es el aspecto positivo del tema y de lo que el ponente trata de hacer.
De hecho, podría haber dicho que sí, que hay diez partidos políticos: podía echar un vistazo al modo en que trabajan y lo que hacemos con ellos. Pero no: ha optado por un enfoque filosófico mucho más amplio, y creo que correctamente, pues está muy relacionado con la escena política europea que el propio Comisario ha subrayado. Después de todo, ¿qué es lo que oímos constantemente, no solo durante las campañas electorales, sino también cuando no las hay? Oímos a la gente que pregunta: «¿Para qué sirve este Parlamento Europeo si no existe un espacio político europeo?». Tienen razón: no existe. No existe la opinión pública europea. No existe; es más, ni siquiera es posible.
Y lo seguirá siendo si se hace todo lo posible por impedir la creación de tal espacio político europeo, del tipo que necesitamos si queremos que haya un debate político europeo que supere las fronteras.
Echemos un vistazo a la situación actual. Hay veinticinco Comisarios elegidos sobre todo en función de su nacionalidad. El Consejo, por supuesto, está compuesto sobre la base de las nacionalidades. Ni siquiera este Parlamento se elige mediante elecciones europeas, sino en 25 comicios nacionales, que coinciden aproximadamente en el tiempo pero no son precisamente una elección. Por supuesto, de esa forma no lograremos crear un espacio político europeo.
Es este espacio político europeo lo que necesitaremos si alguna vez queremos ver a un Presidente de la Comisión elegido, ya sea por esta Cámara o, como yo preferiría, por el electorado europeo. Eso es lo que daría paso a un debate político transfronterizo europeo. O, si va a haber un referendo europeo, que en lugar de 25 referendos nacionales se convoque un único referendo europeo, por ejemplo sobre si queremos tener una nueva constitución o nos quedamos con la antigua.
Estoy a favor de que de una u otra forma introduzcamos en las elecciones europeas un elemento europeo, al menos hasta cierto punto. Entonces tendremos un debate político europeo para el que se necesitará un espacio político europeo, así como también partidos políticos, si queremos una democracia representativa, y esto es así porque queremos políticos como nosotros mismos sometidos a control, y la única manera de que lo estén es si existen partidos políticos fuertes, sin duda más fuertes de lo que lo son actualmente.
Además deben estar bien dirigidos, y esto significa que deberán satisfacerse sus necesidades financieras específicas. Me complace que este informe tenga esto en cuenta, por ejemplo con la introducción de flexibilidad para trasladar fondos de un año al siguiente.
A escala europea, los partidos políticos operan en un ciclo quinquenal más que en un ciclo anual. Vale la pena indicar que otras ONG están actualmente reguladas de modo muy estricto, hasta tal punto que algunas lo consideran muy poco práctico, y quizás también deberíamos echarles un vistazo. Teniendo esto en mente, el señor Dehaene lo ha expuesto muy bien al decir que es completamente razonable dar también a otros la flexibilidad que queremos que tengan nuestros partidos políticos.
Permítanme pasar finalmente a la petición de un estatuto único. Estoy totalmente a favor de esto y en ese punto también comparto plenamente la opinión del ponente. Debemos pensar seriamente en las fundaciones europeas y yo preferiría optar por las de partidos políticos; creo que el sistema alemán es el más civilizado del mundo en este sentido y si fuésemos capaces de tener lo mismo a escala europea, podríamos considerarnos ricos.
También les pido –sí, ahora de verdad ya termino– que tengan en cuenta las enmiendas presentadas en nombre de mi Grupo por el señor Guardans, sobre la participación de las mujeres en los partidos políticos.
Gérard Onesta, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (FR) Señor Presidente, señora Vicepresidenta, señor Leinen, Señorías, creo que este Parlamento ha contribuido ampliamente al nacimiento de este bebé que son los partidos políticos europeos. Ahora, sin embargo, necesitamos quizás alimentarlo para ayudarlo a crecer y fortalecerse. El informe Leinen es, en este sentido, muy importante, pues subraya todas las imperfecciones todavía presentes en este vástago que vamos a bautizar.
Un partido político europeo es, en primer lugar, un partido político. ¿Podemos pensar, Señorías, en la existencia de un partido que no participa en elecciones? Por eso el comentario del señor Leinen es tan importante: los partidos políticos europeos deberían poder participar como tales en las elecciones europeas. La única forma de que participen en unas elecciones es que algún día, finalmente, una parte de nuestro Parlamento se elija sobre una base transnacional. Solo entonces nuestros ciudadanos entenderán en la práctica los partidos. Nuestros ciudadanos los comprenderían también si se admitiera a individuos entre los miembros. Sé que algunos partidos lo permiten, pero no todos, y creo que sería una buena forma de hacer participar más a nuestros ciudadanos.
Soy un poco más escéptico acerca de la propuesta de la Comisión de Asuntos Constitucionales de que el estatuto incluya disposiciones sobre la organización de congresos partidarios y la elección de candidatos. Con respecto a la posibilidad de que los individuos puedan ser miembros, sin embargo, creo que es algo que debemos reivindicar, como deberíamos reivindicar también que estos partidos se rijan por el derecho comunitario. Es un poco absurdo ver que estos partidos son en algunos casos asociaciones sin ánimo de lucro, con todo respeto por las organizaciones sin ánimo de lucro. Creo que el derecho comunitario debe apoyar el surgimiento de estas nuevas entidades jurídicas.
Por lo que se refiere al presupuesto, la distribución propuesta a lo largo de tres meses a finales de año es también muy importante. Creo que algunos partidos políticos ya se han encontrado en aprietos en diciembre con dinero no utilizado y el asunto era ver quién tenía la mejor idea para gastar ese dinero rápidamente, para hacer unos bolígrafos, unas pocas camisetas, en resumen, cosas que no formaban parte en absoluto del interés inmediato del partido político en cuestión. Por ello, una norma que permita repartir el superávit entre varios meses es una norma de buena administración que debemos apoyar.
El último punto es que los partidos europeos son partidos jóvenes, pero no todavía partidos para los jóvenes. Creo que debemos hacer un esfuerzo en este sentido para encontrar un marco legal adecuado y la financiación necesaria para permitir a las organizaciones políticas europeas que los jóvenes se unan a este gran debate. He presentado algunas enmiendas en este sentido. Sin embargo, en términos generales, es un informe excelente.
Sylvia-Yvonne Kaufmann, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (DE) Señor Presidente, señora Vicepresidenta, como miembro del Partido de la Izquierda Europea, fundado en mayo de 2004, creo firmemente que a medida que avanza el proceso de integración los partidos políticos europeos pueden desempeñar un papel importante para asegurar la convergencia de nuestro continente y sobre todo que pueda desarrollarse progresivamente un sentido de identidad europea en todos nuestros países.
Los partidos políticos no son sin duda los únicos actores en nuestra democracia, y están lejos de ser los mejores actores, pero son un elemento clave; de ahí la inclusión de una cláusula sobre el papel de los partidos políticos en el capítulo sobre la «vida democrática de la Unión» en el Tratado Constitucional. Al contrario que los demás partidos políticos europeos, el Partido de la Izquierda Europea es un partido europeo joven. Hasta cierto punto, por ello, todavía se encuentra en el proceso de su propio desarrollo como partido. Pero si reflexiono sobre los acalorados debates de los últimos tiempos, y particularmente en el debate sobre el asunto crucial de la Directiva relativa a los servicios, debo concluir que ha demostrado su disposición y su capacidad para actuar y ha establecido un perfil propio.
El apartado 12 del informe pide a todos los partidos políticos que consideren la forma concreta en que pueden desempeñar un papel más activo en los debates públicos sobre el futuro de la Unión Europea, y esto lo apoyo con entusiasmo. La actual pausa para la reflexión sobre la Constitución Europea no debe degenerar en una ruptura de la reflexión. Personalmente creo que ya es hora de adentrarse en nuevos territorios, por ejemplo en el ámbito de las elecciones europeas. Ya han pasado varios años desde que el Parlamento propuso enmiendas a la legislación electoral, y, ¿por qué no tienen los pueblos de Europa la oportunidad, que debería estar disponible hace tiempo, de elegir entre varias candidaturas europeas presentadas por los partidos europeos en las próximas elecciones? Citando de nuevo los comentarios del señor Lehne, no considero esto como un «concepto abstracto», sino como un nuevo punto de partida político. Por supuesto, nada puede impedir a nadie combinar listas europeas con campañas más personalizadas.
Permítanme finalmente dar las gracias al señor Leinen por este informe. Sus propuestas en materia de financiación son equilibradas y el Partido de la Izquierda Europea las apoya. Mayor seguridad financiera para una planificación a largo plazo y una administración más flexible de los recursos asignados facilitarán que cada partido siga desarrollando sus actividades políticas.
Jens-Peter Bonde, en nombre del Grupo IND/DEM. – (DA) Señor Presidente, he votado en contra del informe y junto con otros 22 diputados al último Parlamento intenté en vano entablar una demanda judicial contra la noción de que los contribuyentes financien los partidos políticos europeos. Los partidos son siempre puramente artificiales. No hay nada sobre lo que se pueda votar, nada de lo que hacerse miembro y nada sobre lo que obtener influencia. La excepción, muy curiosamente, son los Demócratas de la UE, la nueva alianza de partidos y movimientos europeos fundada por los críticos de la UE. Es posible ir a nuestra página web, EUDemocrats.org y, de esa forma, afiliarse directamente y sin coste alguno e informarse o participar en los diversos actos.
Las normas aplicables a los partidos políticos discriminan a los movimientos más pequeños, los partidos más pequeños y, por ejemplo, las minorías nacionales. Estas nunca podrán lograr la condición de partidos europeos y obtener financiación para actividades que pueden ser en todo punto idénticas a las actividades por las que los partidos políticos más grandes, en muchos casos competidores de los grupos más pequeños, obtienen financiación de las arcas comunitarias. La regulación de los partidos políticos europeos es discriminatoria y por tanto ilegal según el estado de cosas normal. Además, esto ni siquiera podemos someterlo al tribunal supremo de la UE. El reglamento fue aprobado por mayoría en el Consejo de Ministros, por personas que en todos los casos tenían intereses financieros en el resultado de la votación. Es más, los responsables de la toma de decisiones son a su vez miembros de los partidos políticos que ahora sacan dinero de los votantes que votan por sus competidores políticos en conexión con las decisiones de las que aquellos competidores quedaron excluidos. El reglamento es apoyado por una mayoría del Parlamento Europeo, la mayoría de cuyos miembros también, por supuesto, tienen un interés financiero en discriminar a las minorías problemáticas. Ninguno de los responsables de la toma de decisiones percibe ningún problema en relación con la competencia. Ni los responsables de la toma de decisiones se dan cuenta de que están contraviniendo el principio de igualdad y la prohibición de discriminación del derecho comunitario.
Mi Grupo quiere la abolición del reglamento o al menos la modificación en el sentido de que todos se sitúen sobre una misma base cuando por ejemplo realicen una actividad transfronteriza para divulgar información. ¿Por qué deberían los contribuyentes pagar conferencias internacionales organizadas por los socialdemócratas y los demócrata-cristianos o para el caso los Demócratas de la UE, mientras 21 minorías nacionales no pueden obtener subvenciones para debatir quizás los mismísimos temas en sus propias conferencias equivalentes? Esto es indefendible. Es claramente una discriminación ilegal y tiene que haber igualdad entre Loki y Thor, como decimos en Dinamarca.
James Hugh Allister (NI). – (EN) Señor Presidente, esta resolución habla del abismo existente entre el público y las instituciones europeas. Creo que aquellos que piensan que la respuesta es más Europa con partidos políticos paneuropeos se equivocan. Son las instituciones y no las personas las que tienen la culpa. Sus expresiones de desprecio son bastante claras: sirva de prueba la lamentable participación en las elecciones europeas. De hecho, muchos de los diputados a esta Cámara vienen a ella con un mandato muy poco representativo. No veo a los ciudadanos de Europa saliendo a la calle para reivindicar el derecho a votar a partidos políticos europeos, pero sí para rechazar visiblemente una Europa cada vez más centralizada, como ocurrió en Francia y en los Países Bajos el año pasado.
Puede que los partidos políticos europeos, que se espera que eclipsen a los partidos nacionales, encajen en el esquema de integración europea, pero la roca en la que perecerán es la del rechazo democrático cuando tengan que enfrentarse a la dura realidad de buscar un mandato popular entre personas reales sobre cuestiones reales. Una cosa es jugar al superestatalismo en esta Cámara enrarecida y otra muy distinta es enfrentarse a las cuestiones reales de nuestro electorado.
La estrecha visión política de esta empresa queda patente en los considerandos A y B. Se considera el próximo paso adelante hacia la integración europea y la construcción de un espacio político europeo. Sin duda estos partidos se consideran parte de la maquinaria de una Europa federal. Puede que los partidos federalistas tengan algún sentido intelectual para los políticos federalistas, pero a mí me encantaría tener una confrontación con ellos cualquier día en mi circunscripción.
También debo decir que no es justo tratar de comprar el éxito suministrando cantidades interminables de dinero de los contribuyentes a los partidos europeos. No se engañen. Nuestro electorado no tiene tan buen concepto de nosotros como para querer tener el privilegio de pagar para tenernos como partidos políticos europeos. Pensé que quizás el señor Corbett, basándose en la experiencia de su propio partido en el Reino Unido, iba a sugerir que podríamos financiar este esfuerzo creando una Cámara superior y vendiendo después la pertenencia a la misma al mejor postor, y esto no estaría totalmente fuera de lugar si tenemos en cuenta algunas de las cosas que ocurren en este lugar.
Íñigo Méndez de Vigo (PPE-DE). – (EN) Señor Presidente, yo soy una persona real que va a hablar de cuestiones reales.
Lo digo para el señor Allister y para el señor Bonde.
La diferencia entre los últimos oradores y la mayor parte de esta casa, es que nosotros —la mayor parte de esta casa— lo que queremos es construir, queremos hacer cosas juntos, queremos que Europa avance, porque creemos que Europa es una buena solución para resolver los problemas de la gente. Es decir, no estamos encerrados en posturas defensivas, no hacemos discursos descalificatorios diciendo que todo es discriminatorio. No: simplemente, lo que queremos es poner en común la ilusión de las distintas partes de esta casa, de las distintas familias políticas de esta casa, para buscar soluciones a los problemas que tiene la gente.
Y esa es la diferencia fundamental entre unos y otros, señor Presidente; no nos engañemos. Y, en eso, los partidos políticos juegan una función capital: partidos políticos en Europa que han surgido, en realidad, de los Grupos parlamentarios de esta casa, como surgieron también, en su origen, en los distintos Estados nacionales. El origen de los partidos políticos está en los Grupos parlamentarios de esta casa.
Y yo creo que, si un problema tienen los partidos políticos europeos, es que siguen siendo, en realidad, federaciones, asociaciones, de partidos políticos nacionales. Esta es la realidad. Es verdad que hemos progresado en los últimos años, pero no suficientemente. Es verdad que tenemos que hacer muchas más cosas.
Y ¿por qué? Porque yo creo que los partidos políticos a nivel europeo pueden ser capaces de animar el debate europeo y de evitar que cualquier debate sobre temas europeos a nivel nacional se convierta en un debate sobre temas domésticos, que es lo que vemos que sucede una y otra vez.
Yo creo, por ejemplo, que si el Consejo Europeo hubiera atendido la petición de este Parlamento de celebrar, ahí donde se celebraran, los referendos sobre la Constitución Europea el mismo día, habríamos conseguido hablar de temas europeos y no de temas domésticos.
Pero, mirando hacia el futuro, señor Presidente, yo creo que, en un momento en el que cada vez somos más los que sentimos la necesidad de las disposiciones de la Constitución Europea, los partidos políticos europeos, en esta fase de reflexión —y me alegro de que esté aquí la Vicepresidenta, señora Wallström, que encabeza desde la Comisión estas iniciativas—, tienen que desempeñar un papel muy importante.
Vamos a tener aquí, el 8 y el 9 de mayo, el primer Foro Interparlamentario. Pues bien, yo creo que el papel de los partidos políticos europeos va a ser clave para unir las sinergias de los diputados europeos y los diputados nacionales e ir en la dirección que queremos la mayoría de los que creemos que la Constitución Europea es necesaria para hacer avanzar a Europa.
Por tanto, ahí tenemos unos grandes retos, y evidentemente los grandes retos —el señor Onesta tenía razón— necesitan, al final, no solamente buenas palabras, sino también colmar sus necesidades financieras. Yo creo que este informe del señor Leinen, a quien quiero felicitar expresamente, pone de relieve cuáles son las dificultades que tiene el Reglamento y cuáles son las fórmulas que tenemos que utilizar para superarlas mejor.
Y, por eso, el Grupo del Partido Popular Europeo, señor Presidente, va a apoyar el informe del señor Leinen y también va a votar afirmativamente las enmiendas presentadas por el Partido de los Socialistas Europeos, por el señor Onesta en nombre del Grupo de los Verdes —aquella que se refiere a asociaciones juveniles— y por el señor Maaten y la señora De Sarnez.
Yo creo que así damos una muestra, frente a aquellos que solo quieren destruir, señor Presidente, de que lo que nosotros queremos hacer es construir.
Javier Moreno Sánchez (PSE). – (ES) Señor Presidente, señora Vicepresidenta, Señorías, sean mis primeras palabras para felicitar al ponente por su informe, que suscribo plenamente, y por toda la labor que viene llevando a cabo en el ámbito de los partidos políticos europeos.
El señor Leinen es un incansable defensor de los partidos políticos europeos y de su desarrollo y, además, uno de los padres del actual Reglamento. Con él y con algunos de los miembros aquí presentes compartí, como Secretario General Adjunto del Partido Socialista Europeo, duras batallas para lograr su aprobación.
Con este Reglamento se cortó el cordón umbilical financiero y administrativo que unía estos partidos a los Grupos políticos en el Parlamento Europeo. Su objetivo era sacar estos partidos de la opacidad financiera y administrativa en la que se encontraban y lograr normas claras y transparentes que regulasen su actividad y financiación.
Ahora bien, este Reglamento es solo un primer paso, una solución temporal hasta la adopción de un verdadero estatuto relativo a los partidos europeos y a su financiación, tal como prevé el artículo 191 del Tratado de la Unión.
Por ello, pedimos a la Comisión que presente una propuesta para que este estatuto esté vigente antes de las próximas elecciones europeas, a fin de garantizar un proceso electoral competitivo a escala europea. También es necesario que se conceda a estos partidos la personalidad jurídica, fundamentada en el Derecho comunitario, que garantice su funcionamiento transparente y eficaz en todos los países miembros.
El papel de los partidos políticos europeos es fundamental para acercar la Unión a los ciudadanos e incentivar su participación política, a fin de que se sientan partícipes y protagonistas de un destino y un proyecto político común. Estos partidos también asientan la dimensión transnacional del proceso político de integración de la Unión.
Por otra parte, debemos abrir y explorar las vías que permitan crear fundaciones políticas europeas con cargo al presupuesto de la Unión y bajo control democrático de este Parlamento. Estas fundaciones serán un instrumento esencial para extender la acción de los partidos políticos europeos y fortalecer el nexo con los ciudadanos y cumplirán una importante tarea de información y de formación política.
Señor Presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, siga con su labor y cuente con mi absoluto respaldo.
Andrew Duff (ALDE). – (EN) Señor Presidente, apoyo con entusiasmo las reformas que crearán un sistema justo, floreciente y transparente de financiación pública de partidos políticos, cosa que por desgracia no existe en Gran Bretaña en este momento.
El crecimiento de partidos políticos verdaderamente europeos es la clave fundamental para resolver la crisis de la democracia europea. ¿Por qué? Porque está claro que los partidos políticos nacionales no responden al reto de la integración europea. No desarrollan un discurso fluido sobre asuntos europeos o no están actuando de conducto entre los ámbitos europeo, nacional, regional y local.
Confío en que los partidos políticos europeos, incluidos los representantes del partido del señor Bonde, se movilicen durante el período de reflexión para contribuir a una resolución de la crisis, y especialmente para publicar documentos europeos sobre estas cuestiones fundamentales que se refieren al futuro de Europa.
Eva-Britt Svensson (GUE/NGL). – (SV) Señor Presidente, a pesar del éxito que supone que haya diez partidos europeos, como se ha dicho, la legitimidad democrática de este Parlamento, por ejemplo, ha disminuido con cada elección. El informe señala que existe una brecha entre la opinión pública y las instituciones europeas, lo cual es cierto, pero la solución de este problema no pasa por el apoyo financiero a los partidos europeos. En lugar de ello debería haber, por ejemplo, un aumento de la democracia mediante la devolución de poder a los Parlamentos nacionales.
El informe afirma también que una UE cercana a sus ciudadanos es una condición imprescindible para el apoyo público a los pasos siguientes hacia la integración europea. En otras palabras, para convencer a los ciudadanos de que acepten la Constitución que han rechazado, deberían otorgarse subvenciones a los partidos europeos. Todas las fuerzas democráticas, por supuesto, pueden formar partidos, pero actuar creyendo que mediante la concesión de cuantiosas subvenciones se inducirá a la opinión pública a aceptar el proyecto de Constitución no solo sería un intento de obtener la aceptación de la Constitución a cambio de dinero, sino que también sería muy dudoso en términos democráticos.
Patrick Louis (IND/DEM). – (FR) Señor Presidente, puesto que el único lugar natural para el debate político y democrático es el plano nacional, los partidos coherentes con un programa global solo tienen un lugar en el marco de los Estados miembros. El déficit democrático de la Unión Europea solo se solucionará mediante la representación de partidos nacionales que tengan su identidad propia, partidos que rindan cuentas a los ciudadanos que los conocen y los entienden.
Los partidos políticos europeos, financiados prácticamente por la Unión Europea, deben ser capaces de preservar su independencia y no convertirse en otro medio de propaganda y comunicación europea ante los electores. Por ello, los partidos políticos europeos deben seguir siendo simplemente un medio de cooperación entre los partidos políticos nacionales, un foro abierto en el que se respete a todos los miembros. De ningún modo deben reflejar ni convertirse en medios de convencer a una supuesta opinión pública europea que no existe ni existirá porque las diferencias de lingüísticas son un hecho y la Unión Europea es un medio y no un fin en sí misma.
Andreas Mölzer (NI). – (DE) Señor Presidente, si bien la cooperación transfronteriza entre partidos políticos de Europa no es nada nuevo, incluso los partidos de la misma cuadra ideológica a menudo representan culturas políticas diferentes. A pesar de la programada inyección de millones de euros para apoyarlos, nunca serán capaces de ponerse de acuerdo políticamente en nada más que el mínimo común denominador, que hasta ahora ha quedado confinado al contenido de manifiestos y campañas electorales. Ni siquiera los partidos europeos, de eso pueden estar ustedes seguros, podrán sacarnos de este dilema.
Aunque se reconoce que la Unión Europea está en crisis, sus instituciones han optado una vez más por inyectar grandes sumas de dinero –siendo esta vez los beneficiarios los partidos políticos europeos–, en lugar de atacar finalmente las causas de la crisis. Las razones de esta consabida falta de confianza en los líderes de la UE son múltiples: promesas poco realistas hechas en el momento de la adhesión de varios Estados miembros, precipitada ampliación al este de la UE en contra de la voluntad de la mayoría de sus ciudadanos, una Constitución Europea dictada desde arriba, aumento de las contribuciones y ahora la idea de los impuestos europeos.
Siempre es fascinante observar hasta qué punto la clase política de la Unión Europea confía en el alto grado de credulidad de sus ciudadanos. La caída en picado de las cifras de participación, los votos en contra en los referendos y una creciente exasperación con la UE no se interpretan ni por un momento como una crítica a la Unión, sino que se despachan como fuertes reprimendas a los Gobiernos nacionales. Sin embargo, no podremos cambiar este modo de pensar a base de nuevos partidos políticos europeos; nos guste o no, la única forma de generar confianza para por conseguir un buen historial de aciertos.
La UE ha conseguido de alguna forma no solo desperdiciar la buena voluntad de la gente, sino también caminar sonámbula sobre acontecimientos decisivos o incluso orientarlos en la dirección equivocada, y el impacto público de estas meteduras de pata puede verse con claridad en forma de elevadas cifras de desempleo y una gran alza de los precios en euros. Aunque invirtamos la cantidad anual programada de 8,4 millones de euros en el proyecto de los partidos, no es muy probable que esto influya mucho en la creación de un sentido de identidad europeo. Solo podemos lograr este sentido de identidad si damos a nuestra ciudadanía crítica la oportunidad a largo plazo de desempeñar de verdad un papel directo en las grandes decisiones como la ampliación y la Constitución.
Othmar Karas (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, señora Vicepresidenta, Señorías, si bien ninguno de nosotros ha pretendido nunca tener todas las respuestas, realmente es decepcionante ver cómo los oponentes de la UE que tienen escaños en el Parlamento Europeo intentan destruir cualquier medida con la que buscamos avanzar en el desarrollo de la Unión Europea, con la que intentamos que nuestros ciudadanos participen en este proyecto, y cómo pisotean hasta la más pequeña planta que plantamos en lugar de alimentarla.
Aquí nadie cree que los partidos políticos sean un fin en sí mismos. Todos nosotros creemos que son un medio potencial –un medio necesario en una democracia parlamentaria– de implicar a nuestros ciudadanos en el proceso legislativo y representar debidamente sus puntos de vista. Nadie ha dicho aquí que un estatuto de los partidos por sí mismo haría que los partidos políticos tomaran el rumbo correcto.
Manda el que paga o, como decimos en mi región, «sin dinero no hay música». Sin embargo, la música no es producto del dinero, sino el resultado del trabajo de una orquesta de músicos críticos, formados y cualificados. Necesitan instrumentos, necesitan partituras, personas que seleccionan su repertorio y necesitan un director. Por eso insto a todos los partidos políticos a que utilicen este dinero y este estatuto de los partidos para crear algo que merezca la pena, que se impliquen y aseguren la integración real de los partidos nacionales en las estructuras europeas. Hay muy poco progreso, para mi gusto, en el desarrollo de una dimensión europea del debate político, incluso entre los partidos europeos. No hay simples apéndices, sino partidos con impacto interno y externo.
Hay sin duda una cosa clara en nuestra opinión, a saber, que la UE debe hacerse más política, más democrática, más transparente y más cercana a los ciudadanos. La mayoría de nosotros contribuimos constructivamente cada día a lograr esa meta. Nos complace la iniciativa de la Comisión de apoyar la información y la comunicación en toda Europa mediante el Plan D. Lamento el hecho de que no se estimule el debate europeo y que, es triste decirlo, se practiquen desvergonzadamente el particularismo, el populismo, el nacionalismo y el egoísmo. Solo necesito mencionar «política energética», «perspectivas financieras» y «política exterior europea». Queremos fortalecer el Parlamento Europeo para apoyar la independencia de sus miembros y aflojar los vínculos que los comprometen a seguir intereses puramente nacionales. Lamentamos la ausencia de una opinión pública europea. Muchos de nosotros defendemos referendos a escala europea y un mecanismo mediante el que a base de peticiones públicas se pueda asegurar la convocatoria de un referendo europeo.
Por ello vemos el estatuto de los partidos como un medio por el que los partidos políticos pueden ayudar a cambiar la situación enfermiza que he descrito y aprovechar las oportunidades creadas por este cambio. Un estatuto de los partidos europeos ayudará a que el debate político sea transparente e independiente y tenga una perspectiva europea. Reforzará nuestros esfuerzos para dar a las políticas nacionales una dimensión europea en lugar de renacionalizar las políticas europeas.
Permítanme decir a modo de conclusión que estoy plenamente a favor de las listas electorales europeas para complementar las listas nacionales, porque una lista europea servirá para alentar a los partidos europeos a hacer campaña con un destacado líder europeo. Sí, estoy a favor de candidaturas de partidos europeos en lugar de las de partidos nacionales como base para la asignación de altos cargos. Sí, queremos que los partidos políticos europeos aumenten sus actividades de formación, impulsen sus propias fundaciones políticas y se impliquen en el trabajo con los jóvenes. Y por todas estas razones respaldamos el informe.
Carlos Carnero González (PSE). – (ES) Señor Presidente, me parece que el ponente, señor Leinen, ha hecho un trabajo excelente. Le felicito por ello. Ahora bien, tenemos que ser sinceros con nosotros mismos: los primeros que a veces no creen en los partidos políticos europeos son los partidos nacionales que los forman.
Cuántas veces hemos oído decir a nuestros colegas en nuestro país: «Sí, el partido al que pertenecemos a nivel europeo es muy importante, hace muchas cosas, muy buenas, pero lo fundamental está aquí». Eso se dice en todas partes. Y aquí tenemos que aplicar una frase muy sencilla: la función crea el organismo. En la medida en que tengamos leyes europeas en vigor ¯empezando por la Constitución¯ que obliguen a que existan partidos políticos europeos con tareas determinadas, habremos ganado esta batalla en favor de la construcción europea.
Por ejemplo, la Constitución Europea dice que, cuando el Consejo haga su propuesta de cara a la elección por esta Cámara del Presidente de la Comisión, deberá tener en cuenta los resultados de las elecciones europeas. Y, si eso es así, los partidos europeos tendrán que pensarse muy bien cuáles son sus cabezas de lista y también cuáles son sus programas; y tendrán pleno sentido entonces, no las listas transnacionales —obviemos este término—, sino las listas europeas, que es la definición más exacta: listas europeas.
Lógicamente, ahora tenemos por delante un período de reflexión y debate. Tenemos que ser la columna vertebral de ese debate: esta Cámara y los partidos políticos europeos. La Convención Europea fue un éxito porque trabajó sobre la base de familias políticas europeas, y los encuentros interparlamentarios y el período de reflexión también serán un éxito si somos capaces de trabajar como familias políticas, de entendernos y de llegar a acuerdos.
Y para eso el papel de los partidos políticos europeos es fundamental, como lo será también cuando haya referendos europeos y evitemos el espectáculo de referendos nacionales trufados por los problemas de cada uno de los países.
En este caso, este informe es un paso más y es un buen paso.
Hans-Peter Martin (NI). – (DE) Señor Presidente, las trayectorias del ponente, el señor Leinen, y de los partidos políticos en Europa han seguido un patrón muy parecido durante las últimas décadas: habiendo empezado en una posición bastante elevada, ahora han caído en lo más bajo. Tan solo el dos por ciento de la población de Alemania confía todavía en los partidos políticos. Estos programas de financiación, en la forma que se están creando ahora, sin duda no podrán revertir esta extrema pérdida de credibilidad.
¿Cuál es la causa de esta erosión? Es el hecho de que la democracia se ha identificado más con los partidos políticos que con el pueblo. En resumen, la soberanía en nuestro sistema no reside en el pueblo, sino en los partidos políticos, cuya supremacía deberá consolidarse, reforzarse y alimentarse mediante estos planes prehistóricos que nos están presentando. Están condenados al fracaso; no harán que Europa avance. El futuro pertenece claramente a elecciones personalizadas verificables con candidatos cuyas convicciones reales sean discernibles de forma inmediata: candidatos, en otras palabras, que, al contrario que el ponente, no se comprometan en campañas electorales en el seno del SPD y que, una vez que se han asegurado un lugar sólido en la lista de su partido, abandonan la campaña electoral y comienzan a recabar apoyo para los descabellados partidos políticos europeos.
Maria da Assunção Esteves (PPE-DE). – (PT) Cuando el Parlamento dio el visto bueno, en la resolución de enero sobre el período de reflexión, para un segundo debate sobre la Constitución Europea, se hizo patente que Europa necesitaba partidos políticos. Todos vemos ese desafío claramente. Europa debe ser cada vez más política y no debe asustarse de tener una estructura partidaria fuerte, activa y responsable.
Los partidos deben desempeñar un papel central para realizar las ambiciones europeas y mejorar la calidad de la democracia europea. Actúan como un puente entre los ciudadanos y las autoridades, sirven de catalizador de la opinión pública europea y de apoyo a la sociedad civil para actuar y participar más.
La función de los partidos políticos está, y debe estar, muy lejos de ser meramente parlamentaria y representativa. Los partidos políticos europeos, inexplicablemente, no han logrado aumentar de peso en las mismas proporciones ni hacerlo al mismo ritmo que el Parlamento Europeo. Esto se debe a un simple desconocimiento del sistema o bien a la falta de autopercepción por parte de los partidos europeos. Sin embargo, Europa, a lo largo de todo su desarrollo, nunca pidió a los partidos que fuesen dinámicos. Se ha acusado a los partidos de ausencia flagrante del debate sobre la Constitución Europea, por ejemplo, un debate que hasta ahora ha sido estrictamente institucional. Como Europa está esperando que sus partidos políticos cumplan su papel, urge crear un estatuto único europeo de los partidos políticos para fortalecer las estructuras partidarias. Un estatuto de esta naturaleza fortalecería el control democrático, fomentaría la competencia en el seno del Parlamento y liberaría a los partidos europeos de las obligaciones estrictamente parlamentarias con el fin de alentarlos a impulsar las diversas dinámicas de la escena pública europea. Además es evidente que si los partidos deben fortalecerse, entonces lo que se necesita es un estatuto único, una personalidad jurídica basada en del derecho comunitario, capacidad de responsabilidad independiente, estructuras de reflexión partidaria más fuertes y financiación adecuada para que el poder real defina las prioridades políticas.
El informe Leinen sugiere por tanto mucho más que una reforma contable de la vida de los partidos políticos europeos. Señala el camino adelante hacia un entendimiento estratégico entre los partidos junto al reconocimiento de su importancia para hallar soluciones estructurales al persistente déficit democrático europeo.
Con el fin de lograr soluciones estructurales, el mercado político debe acelerarse, debe haber vínculos más estrechos entre los partidos políticos europeos y los partidos nacionales, y debe aumentar el atractivo de la política europea y del sistema electoral europeo. El informe también contribuye a cierta toma de conciencia de los partidos a escala europea, mediante la que nosotros –que nos organizamos para asumir responsabilidades por el mundo– podemos entender que estas organizaciones han adquirido también una nueva escala. Esta responsabilidad está creciendo, mientras en Europa se producen nuevos cambios históricos, por ejemplo la Constitución y la ampliación. Por ello, lo que necesitamos son nuevas prácticas políticas y una mirada nueva al papel de las instituciones, lo ciudadanos y los partidos.
Marie-Line Reynaud (PSE). – (FR) Señor Presidente, en primer lugar quisiera dar las gracias al ponente por la calidad de su trabajo.
Los partidos políticos europeos son esenciales para la formación y expresión de una auténtica opinión pública europea. De hecho, en ellos recae principalmente la difícil tarea de trabajar a favor de la participación efectiva de los ciudadanos y esto no solo cada cinco años, en el momento de las elecciones europeas, sino diariamente y en todos los aspectos de la vida política europea.
El informe del señor Leinen contiene sugerencias que permitirían dar a los partidos europeos los medios necesarios para lograr este objetivo. Me complacen particularmente los siguientes puntos: mejora de las normas de financiación mediante la introducción de mayor claridad, flexibilidad, independencia y seguridad financiera a medio plazo; apoyo fundamental a organizaciones y movimientos para los jóvenes europeos; finalmente, mayor representación de las mujeres en las listas electorales, y especialmente entre los diputados electos.
Andrzej Jan Szejna (PSE). – (PL) Señor Presidente, el artículo 91 del Tratado constitutivo de la Comunidad Europea afirma que los partidos políticos de ámbito europeo son un importante factor de integración en el marco de la Unión Europea. Ayudan a crear una conciencia europea y a expresar la voluntad política de los ciudadanos de la UE. Esto tiene hoy una enorme importancia porque estamos inmersos en reflexiones de largo alcance sobre el futuro de Europa, que exigen un diálogo amplio con sus ciudadanos. Los partidos políticos de ámbito europeo deben desempeñar en ellas un papel clave, promoviendo una mayor integración y defendiendo el Tratado Constitucional. El Grupo Socialista en el Parlamento Europeo ha logrado mucho a este respecto, y tiene mucha experiencia en este campo.
Los partidos políticos europeos tienen que desempeñar sin duda un papel importante en los referendos sobre asuntos europeos, en las elecciones al Parlamento Europeo y en la elección del Presidente de la Comisión. Además, los resultados de las elecciones europeas deben quedar reflejados en la elección del candidato a la Presidencia de la Comisión. Para lograr estos objetivos, es esencial que haya unas normas que rijan a los partidos políticos de ámbito europeo. Se necesita un estatuto de los partidos políticos para definir sus derechos y obligaciones y permitirles convertirse en entidades legales.
Por último, quisiera felicitar al señor Leinen por este soberbio informe y el excepcional nivel de competencia que ha demostrado.
Aloyzas Sakalas (PSE). – (LT) En primer lugar quiero dar las gracias al señor Leinen por este informe elaborado con gran responsabilidad. Quiero subrayar que el apoyo a la labor de los partidos políticos europeos en el seno de las instituciones comunitarias es ahora particularmente importante. Y esta es la razón: algunos politólogos, al menos en Lituania, afirman que los partidos políticos han perdido sus fundamentos ideológicos y se empiezan a parecer todos. Si esto se produjese realmente, entonces las decisiones de los partidos, carentes de base ideológica, serían impredecibles. Esto significaría que ya no estaría claro para el votante qué haría un partido u otro una vez en el poder. Y esto significaría que ya no sería importante para los votantes por qué partido votan y algunos se preguntarían si vale la pena siquiera participar en las elecciones. Esta es una tendencia particularmente peligrosa; por ello, es esencial fortalecer los partidos locales europeos que tengan una ideología de izquierda o de derecha, que se convertirían en un hito para los partidos de izquierda y de derecha en los distintos Estados, por todas las vías posibles, también en sentido financiero. Por ello propongo que aprobemos el informe.
Józef Pinior (PSE). – (PL) Señor Presidente, los partidos políticos hunden sus raíces en la revolución industrial, la creación de los Estados nacionales y el período posterior a la Segunda Guerra Mundial. La globalización, con los nuevos desafíos para la civilización que conlleva, y la democratización del sistema político comunitario significan que los partidos políticos europeos deben desempeñar un papel en la vida pública europea. Deben convertirse en auténticas instituciones de democracia representativa, actuando como intermediarias entre los ciudadanos y los centros de toma de decisiones de la UE. A este fin es necesario un estatuto de los partidos políticos europeos para fijar sus derechos y obligaciones y permitirles convertirse en entidades legales basadas en el derecho comunitario. Tal estatuto debe funcionar eficazmente en los Estados miembros.
En la Unión Europea nos enfrentamos actualmente a una crisis de los sistemas europeos de la democracia liberal. La crisis constitucional de la UE viene acompañada de racismo e intolerancia, de prejuicios contra los inmigrantes y de construcción de barreras entre los Estados nacionales. La UE debe apoyar las fundaciones políticas europeas y promover y fortalecer las organizaciones políticas europeas y los movimientos juveniles. Debe responder a la crisis actual con una política europea real, tal como propone el informe Leinen presentado al Parlamento.
Zita Gurmai (PSE). – (EN) Señor Presidente, los partidos políticos son un elemento fundamental de la construcción y el refuerzo de una esfera política europea. Desempeñan una función importante y crucial en la promoción de los valores democráticos como la libertad, la tolerancia, la solidaridad y la igualdad de género. Paralelamente a esta idea, necesitamos un diálogo con los ciudadanos acerca del futuro de Europa y, en este contexto, los partidos políticos deben desempeñar una función clave.
El informe del señor Leinen es encomiable por su apoyo a los partidos políticos europeos y su recomendación de mejorar la situación actual. No obstante, el Grupo del PPE-DE no ha dejado que el señor Leinen y nuestra familia política mencionaran la función vital de los partidos políticos europeos en el fomento con carácter prioritario de la igualdad de género. Quisiera pedir a sus Señorías que reconsideren este punto, especialmente a los miembros del Grupo del PPE-DE que han votado en contra de una enmienda en la Comisión de Asuntos Constitucionales. Esa enmienda afirmaba que los partidos políticos europeos debían tener en cuenta el principio de la igualdad de oportunidades al cubrir plazas en las oficinas de los partidos y en las listas de los partidos para las elecciones. No debemos olvidar que las mujeres forman la mayoría de nuestra población.
En mi calidad de presidenta del grupo de mujeres del PSE, soy consciente del enorme esfuerzo que realiza nuestra familia política en este terreno en todo el Parlamento Europeo. Otros partidos políticos deberían hacer lo mismo. Insto a mis colegas del Grupo de PPE-DE a reconsiderar su postura y a defender los valores de la UE.
Margot Wallström, Vicepresidenta de la Comisión. (EN) Señor Presidente, este ha sido en gran parte un debate sobre la democracia: sus puntos fuertes, sus deficiencias y los retos que provienen de una realidad que cambia rápidamente. Hasta ahora, el sistema que tenemos para ejercer y organizar la democracia pasa por los partidos políticos. Así lo hacemos en Europa, en el plano nacional, local y regional y en el plano europeo. No es perfecto, y requiere un esfuerzo constante para movilizar a las personas, porque sabemos que el mayor enemigo siempre es la ignorancia y la apatía total. Eso también ocurre en el plano europeo. Podemos afirmar que ya no basta dejar la toma de decisiones y la democracia en manos de una pequeña elite política; al menos, ese es mi análisis de la situación. También tenemos que movilizar a las personas a escala europea para permitir un desarrollo democrático también en este ámbito. A través de los partidos políticos podemos hacer que la gente tenga que rendir cuentas, crear apertura y transparencia y tomar decisiones de forma eficaz.
Todavía se encuentra en fase embrionaria: aunque hayamos logrado crear diez partidos europeos, no podemos decir que hayamos logrado el éxito total. No obstante, ha ayudado y no contradice que también tengamos que invertir en asegurarnos de que los partidos nacionales incluyan los asuntos europeos en sus planes de trabajo, sus debates y sus decisiones políticas. Tenemos que hacer ambas cosas y tenemos que movernos en ambos frentes.
Además, es necesario asegurarnos de que haya medios de comunicación europeos capaces de cubrir los acontecimientos. Esto también requiere esfuerzos y promoción por nuestra parte, para asegurarnos de que el informe también está ahí: para que los ciudadanos, para que la democracia pueda seguir los acontecimientos y adoptar una postura al respecto. Añadiría que también es necesario crear lugares de reunión, oportunidades de debate de ciudadano a ciudadano. Estos tres elementos son necesarios para desarrollar la democracia en el plano europeo. Esta puede ser virtual, geográfica o real, pero los tres elementos son necesarios.
Los partidos políticos europeos son un elemento muy importante. Ustedes pueden debatir los criterios; nosotros tenemos que debatir lo que se ha mencionado aquí. Me cuidaré mucho de prometer nada con respecto al resultado de la revisión del Reglamento financiero. Creo que sería poco inteligente que yo prometiera que la Comisión presentará en tal momento una nueva propuesta sobre este tema o el otro. Tiene que ocurrir en relación con el Reglamento financiero y las normas de aplicación y tras el debate que estamos celebrando sobre su revisión. Esto puede producirse a resultas de esto y después de esto. No obstante, creo que sus Señorías han creado y presentado los elementos necesarios para debatir lo que debemos hacer con los partidos políticos europeos.
No obstante, como muchos han señalado, también existen vínculos con otras organizaciones y hemos de tenerlo en cuenta para que un día pueda llegar a ser una propuesta equilibrada. También es sabio tener una visión sobre la fecha en la que podría estar listo este tema, pero hoy no puedo prometer nada a ese respecto en nombre de la Comisión.
Este es un debate muy importante. Acojo con satisfacción las enmiendas que subrayan la importancia de promover la igualdad entre hombres y mujeres, y señalaría –puesto que veo a la señora Gurmai ahí– que creo que esto es totalmente evidente. Si el señor Allister estuviera aquí todavía, le habría preguntado a quién votaría. ¿Votaría y estaría dispuesto a pagar a alguien que dijera: «Entro en esta sala o en esta institución con ambiciones, esperanzas y sueños y prometo hacerlo lo mejor posible y trabajar por un futuro para la Unión Europea»? ¿O votaría a alguien que dijera: «No creo en esta institución, no creo que deba existir, creo que trata cuestiones absurdas y no voy a prestar mucha atención a lo que ocurre aquí»? ¿A quién estaría dispuesto a pagar como contribuyente normal? Creo que habla en su propio nombre, pero al final también se trata de una cuestión de la posibilidad de elección que hay que dar a las personas, como han señalado el señor Corbett y otros. Es una opción que hay que dar a los ciudadanos europeos y, al fin y al cabo, es una cuestión de democracia.
Paul Rübig (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, pido disculpas a la Comisaria Wallström por los diputados que intervienen pero que no están presentes en el debate. Ciertamente esta no es la costumbre de esta Cámara. Quiero pedir disculpas en nombre de mis colegas diputados.
El Presidente. Se cierra el debate.
La votación tendrá lugar mañana a las 11.00 horas.