Hannu Takkula (ALDE), por escrito. (FI) Señor Presidente, este informe del señor Brok es formalmente técnico, pero aún así muy importante. He votado a favor de la aprobación del mismo y creo que si se alcanza este acuerdo, demostraremos en el Parlamento Europeo el deseo de estrechar nuestras relaciones con el Estado independiente de Israel, el único país democrático de Oriente Próximo.
Es importante que nosotros, en el Parlamento Europeo, apoyemos a países que respetan valores europeos como la democracia, los derechos humanos y los principios del Estado de Derecho. En consecuencia, Israel necesita nuestro apoyo unánime.
Espero que esta votación envíe la señal de que en el Parlamento Europeo respetamos los valores europeos fundamentales y que no podemos permitir la cooperación o negociación con la organización terrorista Hamás, que se ha hecho con el poder en la Región Autónoma de Palestina. Antes de poder hablar de negociación, Hamás tiene que 1) reconocer sin rodeos el derecho de Israel a ser un Estado judío; 2) cesar todos los actos de terror; 3) renunciar a las armas; 4) rechazar el apoyo de otros grupos violentos, y 5) respetar los acuerdos internacionales vigentes entre Israel y la Autoridad Palestina (Acuerdos de Oslo, Hoja de Ruta, etc.).
Espero que la Unión Europea sepa defender sus valores fundamentales. Es importante que apoyemos a un Israel independiente y democrático y a su derecho a la existencia.
Andreas Schwab (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, la gente está empezando a irse, así que seré breve. Puesto que no pude hacer uso de la palabra en la votación de la semana pasada en Estrasburgo, quiero insistir ahora en la importancia de separar los programas de protección del consumidor y de salud, aunque la Comisión no tuviera una opinión particularmente positiva a este respecto, porque en definitiva los dos programas tienen diferentes fundamentos jurídicos y, por tanto, la protección del consumidor debe abordarse de una forma diferente.
En segundo lugar, quiero utilizar esta explicación de voto para reiterar que, en términos generales, el intento de crear más agencias de la UE y, por tanto, repartir más aún las competencias de las distintas autoridades, reduciendo así la transparencia, no es una forma eficaz de proceder. Por este motivo, celebro el informe Thyssen de la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor, que tiene plenamente en cuenta esta preocupación. La aprobación del informe hoy, con la enmienda oral sobre la financiación, era una buena solución.
Ilda Figueiredo (GUE/NGL), por escrito. (PT) Hemos votado a favor de este informe porque confiere autonomía al Programa de Protección del Consumidor, al contrario que la propuesta de la Comisión Europea de crear un solo programa que englobe también la salud.
Aparte de esta importante diferencia de fondo, que apoyamos, el informe introduce mejoras significativas desde el punto de vista de las áreas que hay que abarcar, las sumas totales de dinero asignadas y el aumento del gasto para el funcionamiento de las organizaciones europeas de consumidores que representan sus intereses.
Aunque en algunos aspectos nos hubiera gustado llegar más lejos, esperamos que ahora la Comisión Europea y el Consejo tengan en cuenta esta posición del Parlamento.
David Martin (PSE), por escrito. (EN) Celebro que el Programa de Acción Comunitario haya creado un programa común de protección de la salud y de los consumidores. El Programa de Acción quiere pronunciarse sobre el ámbito de protección de los consumidores para la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor, que es la comisión responsable.
Lo hará armonizando la protección de los consumidores en todo el mercado interior, permitiendo la libre circulación de los ciudadanos dentro de la UE y la compra de productos con la misma confianza que en sus países de origen.
Facilitando la comprensión de los consumidores y mercados, este Programa de Acción protege a los ciudadanos de los riesgos y amenazas que escapan al control de los individuos. También estoy particularmente a favor de este Programa de Acción porque situará las cuestiones de salud y consumo en el centro de la política de la UE.
Bernadette Vergnaud (PSE), por escrito. – (FR) Quiero felicitar a la señora Thyssen, que ha hecho un trabajo excelente. Le agradezco sobre todo que haya estado dispuesta a incorporar las enmiendas que yo había presentado respecto a las relaciones entre los consumidores y las empresas artesanales.
Los artesanos desempeñan un papel esencial en la vida cotidiana al facilitar información y aconsejar a los consumidores, con los que están en contacto directo.
También me complace que se mantenga la separación entre los dos programas: salud y protección del consumidor. Ambas políticas son importantes para los ciudadanos y con esto no se hará más que reforzar ambos programas.
No obstante, todavía estoy muy preocupada por las propuestas del Consejo relativas al presupuesto comunitario para el período 2007 a 2013, que comportarían en pocos años una reducción drástica en la política actual de protección del consumidor a escala europea. Es impensable que este presupuesto se reduzca a 5 millones de euros al año en 2009, lo que equivale a un 1 % al año por consumidor europeo. Dicha cantidad sería totalmente insuficiente para financiar una política de protección de los consumidores digna de ese nombre y, además, de importancia fundamental para la vida cotidiana de los ciudadanos.
A pesar de ello, voy a votar a favor de este informe.
- Seguridad del suministro de energía en la Unión Europea (RC-B6-0189/2006)
Bernd Posselt (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, me refiero también al informe Parish cuando digo que hay tres cosas que Europa necesita para asegurar su futuro: primero, un medio ambiente saludable, sobre todo en lo relativo al aire, el agua y el suelo; segundo, alimentos saludables y en cantidad suficiente; y, tercero, energía.
Las zonas rurales son capaces de ofrecernos estas tres cosas en cantidad suficiente y con independencia de fuentes externas, de las que llegaríamos a depender. En este sentido, la intervención de Tony Blair en esta Cámara hace unos meses, difamando a los agricultores de Europa y tachándolos de retrógrados, fue desastrosa. Cada céntimo que invertimos en agricultura y en zonas rurales es una inversión en el futuro de Europa. Estos son tres ámbitos fundamentales que están llenos de innovación y de perspectivas de futuro.
La clave para garantizar el futuro de Europa –y este es un hecho revolucionario del que todavía no nos hemos dado cuenta del todo– está cada vez más en nuestras zonas rurales y en estructuras rurales descentralizadas.
Eija-Riitta Korhola (PPE-DE). – (FI) Señor Presidente, quiero proponer un cálculo que justifica por qué he votado a favor de la energía nuclear. Si las emisiones en la UE se reducen unos 100 millones de toneladas de dióxido de carbono en la primera fase del comercio de los derechos de emisión, el precio del mercado en términos de emisiones alcanzará los 2.500 millones anuales a precios actuales. Una estimación prudente es que el precio de la electricidad en el mercado eléctrico mayorista europeo podría aumentar una media de 10 euros por megavatio-hora a resultas del comercio de derechos de emisión.
Puesto que el consumo de electricidad en la UE se sitúa en torno a 3 000 teravatios-hora al año, los costes del comercio de los derechos de emisión en el mercado mayorista de la electricidad rondará los 30 000 millones de euros al año. Una alternativa que va en contra del principio del mercado sería gravar la electricidad. No es eso lo que propongo, sino un ejercicio mental. Si el comercio de los derechos de emisión se sustituyera por un impuesto sobre la electricidad y esos ingresos se utilizaran para invertir realmente en la reducción de emisiones, los casi 30 000 millones al año podrían utilizarse en ayudas a la inversión para adquirir una capacidad enorme, que eliminaría la necesidad de combustibles fósiles.
La energía nuclear es un ejemplo de un tipo de energía libre de emisiones que el mercado de la electricidad no apoya, y que de hecho tampoco es realmente necesaria, al contrario que muchas otras formas de energía. Pero si imaginamos que una inversión de 3 000 millones redujera en unos 10 millones de toneladas las emisiones de dióxido de carbono gracias al uso de la energía nuclear, los 30 000 millones conseguirían en efecto esa reducción anual de las emisiones por medio de la construcción de centrales nucleares, con la diferencia de que la electricidad producida podría seguir vendiéndose.
(Aplausos)
Jean-Pierre Audy (PPE-DE), por escrito. – (FR) He votado a favor de la resolución común presentada por cuatro Grupos políticos sobre el tema de la seguridad del suministro de energía en la Unión Europea. La cuestión energética va a adquirir una importancia crucial en la era posterior al petróleo para garantizar el desarrollo económico y el progreso social dentro del respeto del medio ambiente. Felizmente, la energía nuclear ha dejado de ser un tema tabú y me alegro de que se preste atención a las fuentes de energía duraderas, así como a la necesidad urgente de programas de investigación y desarrollo para ganar terreno en este ámbito. Lamento que no se haya aceptado la idea de introducir una herramienta comunitaria para controlar los precios del petróleo. En esta propuesta de resolución, no es cuestión de oponerse a la subida de los precios del petróleo, que es inevitable, sino más bien de atenuar los brutales efectos de esa subida haciéndola anual. Por último, es muy importante que el Consejo Europeo formule una política clara en este sector que, como conviene señalar, no es responsabilidad de Europa, y eso lo digo para no dar falsas esperanzas a nuestros conciudadanos que, si no quedaran satisfechos, se volverían otra vez en contra del ideal europeo.
Giles Chichester (PPE-DE), por escrito. (EN) El Grupo del PPE-DE ha decidido abstenerse sobre los apartados 10, 22, 27 y 29, no porque tenga objeciones sobre el contenido, sino porque en estos apartados se indica que tienen su origen en el Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea.
Este Grupo abusa regularmente del proceso de negociación de las propuestas conjuntas. Hasta el último momento logran hábilmente que se introduzcan varios apartados que proceden de su propia resolución y se elimine del texto que no les gusta, pero al final se niegan a firmar la resolución común por alguna razón espuria, como por ejemplo que una palabra del texto es inaceptable para los Verdes.
Compromiso significa un toma y daca por parte de ambos bandos y al final aceptar algo que no es exactamente lo que en un principio se quería.
El Grupo del PPE-DE cree que si el Grupo Verts/ALE quiere desempeñar su papel de forma democrática y justa, debe jugar limpio.
Ilda Figueiredo (GUE/NGL), por escrito. (PT) Como dice la resolución, la dependencia energética de los 25 Estados miembros de la UE de las importaciones de energía es extremadamente elevada: un 48 % en 2002, pudiendo aumentar hasta el 71 % en 2030 si no se toman medidas adicionales.
Algunos datos dibujan una situación muy clara:
- las importaciones cubren el 76,6 % de la demanda de petróleo de la UE, el 53 % de la de gas, el 35,4 % de la de carbón y casi el 100 % de la de uranio y derivados de uranio;
- la producción bruta de electricidad en la UE de los 25 se divide entre: energía nuclear (31 %), combustibles sólidos, especialmente carbón (25 %), gas natural (18 %), fuentes de energía renovables (14 %) y petróleo (5 %);
- la utilización final de la energía en la UE de los 25 fue del 28 % en el sector industrial, el 31 % para transporte y el 41 % en edificios.
Por eso, sabemos que es necesario tomar medidas para reforzar la cooperación, la investigación, las políticas públicas y las inversiones adecuadas si queremos reducir la dependencia de los Estados miembros y aumentar la eficiencia energética. La resolución contiene una serie de propuestas a las que nos oponemos, como la apuesta por la liberalización del sector, por la competencia y por el mercado interior de la energía. Este camino servirá solo para fortalecer a los grupos económicos y financieros, sin mejorar la situación de los países con economías más débiles ni de sus respectivas poblaciones.
Bruno Gollnisch (NI), por escrito. – (FR) Estamos en parte de acuerdo con las declaraciones contenidas en esta resolución: la inquietud por la dependencia energética de nuestros países y por sus posibles consecuencias económicas y sociales; la necesidad de promover fuentes de energía renovables locales y más respetuosas con el medio ambiente; la inversión en eficiencia energética o la investigación de nuevas formas de ahorrar energía. Ahora bien, no se presta atención al tan anunciado agotamiento de los recursos mundiales de combustibles fósiles.
Por otra parte, no estamos de acuerdo con el papel que la Comisión se ha atribuido a sí misma en el sector energético, un papel que no figura en los tratados, que hasta su Constitución Europea redujo a la constatación de la situación existente, pero que este Parlamento quiere desarrollar.
La liberalización del mercado de la electricidad y del gas no produce más que un aumento del precio de la energía para el consumidor, interrupciones del suministro y una tendencia generalizada a la concentración de empresas. Incluso mi país, en el que casi el 90 % de la producción eléctrica procede de la energía nuclear o de recursos energéticos renovables, y que tradicionalmente es excedentario, se encuentra ahora con este tipo de problemas. ¡Gracias a Bruselas!
La sola lógica del mercado no es compatible con el logro de los objetivos estratégicos nacionales o la defensa de los intereses vitales de un país. Los Estados miembros deben seguir siendo los únicos dueños de su política energética.
Claude Moraes (PSE), por escrito. (EN) He votado a favor de esta resolución porque, en mi calidad de diputado por Londres, creo que algunas investigaciones sobre el sector energético, publicadas recientemente, descubrieron que algunas empresas continentales habían incurrido en acuerdos de precios. Este tipo de acuerdos de precios y los contratos de larga duración han provocado divergencias entre los precios del gas de Londres y del continente. Quiero que la Comisión Europea responda a ello enérgicamente. También estoy preocupado por aspectos clave de la escasez de combustible en mi circunscripción que no se mencionan en esta resolución.
Luís Queiró (PPE-DE), por escrito. (PT) El Libro Verde de la Comisión sobre la estrategia europea para una energía sostenible, competitiva y segura hace un análisis correcto de los problemas que plantea el suministro energético y que se han hecho tan evidentes en los últimos tiempos.
Lo que podemos llamar la «cuestión energética» es el resultado previsible del progreso económico, asociado a la limitada capacidad de producción y transformación de los recursos energéticos tradicionales. El problema más grave es que estos términos de la ecuación son muy difíciles de cambiar. El crecimiento económico de gigantes como Brasil, Rusia, la India y China es un hecho previsible y, por fortuna, incontrovertible. Además, aunque se produjera un aumento de la capacidad de producción y transformación –suponiendo que la capacidad de las refinerías se resolviera a tiempo– la naturaleza finita de estos recursos es también irreversible. Reconozco que tengo grandes dudas sobre la eficacia inmediata de la reducción del consumo, a menos que ese proceso se extienda a la producción de bienes, equipamientos, transporte y edificios.
Pienso también que este debate solo puede ser realista si se considera la energía nuclear como parte de las energías renovables.
Por último, apoyo el Libro Verde y la resolución, especialmente porque introduce la cuestión de la seguridad en el debate.
- Mantenimiento de la paz en la República Democrática del Congo (B6-0190/2006)
Bernd Posselt (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, cualquiera que haya sobrevolado África a la luz del día sabe hasta qué punto la República Democrática del Congo constituye su centro geoestratégico. Por eso tenemos que tratar de garantizar la democracia y la estabilidad allí.
Pero el actual debate crítico de esta cuestión debe verse como una última señal de advertencia de la necesidad de crear por fin todas las estructuras necesarias, entre otras cosas para defender los propios intereses de Europa en un continente vecino de tanta importancia estratégica. Estamos haciendo una buena política en otros continentes, estamos asumiendo la responsabilidad de la paz y la libertad, pero no conseguimos proporcionar los instrumentos necesarios. Necesitamos de una vez por todas un ejército europeo, un ejército profesional que complemente al formado por soldados de servicio obligatorio y a otros ejércitos. Los ejércitos nacionales tienen que seguir asumiendo la defensa nacional, pero en su mayor parte siguen careciendo de los instrumentos necesarios para intervenir en otros continentes. Nos estamos arriesgando demasiado y por eso digo «sí» a este despliegue. No obstante, tenemos que tomarlo como una advertencia seria para asegurarnos de que nuestra Política Exterior y de Seguridad Común tenga también a su disposición por fin los instrumentos necesarios para el mantenimiento de la paz.
Hélène Goudin y Nils Lundgren (IND/DEM), por escrito. (SV) La situación actual en la República Democrática del Congo es muy preocupante. Desde hace mucho tiempo el país sufre una gran inestabilidad, lo que ha ocasionado hambre, desmanes contra la población civil y una situación muy grave en toda la región de los Grandes Lagos. A pesar de todo, nos anima el hecho de que ahora se vayan a celebrar elecciones.
En la Lista de Junio nos oponemos rotundamente a que la misión en la República Democrática del Congo se esté utilizando también para reforzar la Política Exterior y de Seguridad Común de la UE.
La situación en la República Democrática del Congo tiene que resolverse, pero no a través del despliegue de una fuerza conjunta de la UE. Cada Estado miembro tiene que decidir, a petición de las Naciones Unidas, si despliega o no tropas.
Por eso hemos votado en contra de la resolución.
Pedro Guerreiro (GUE/NGL), por escrito. (PT) África es un fruto muy apetecido. Las principales potencias capitalistas ambicionan dominarla y explotar sus inmensos recursos. Esto se demuestra por el aumento de la presencia en el continente y el número de operaciones y bases militares de los Estados Unidos, Francia, el Reino Unido y Alemania.
La intervención militar en la República Democrática del Congo está imbuida de esta lógica y allana el camino a otras operaciones militares en el futuro. Recordemos que se trata de la segunda intervención bajo el paraguas de la «UE» que se realiza en ese país, después de la llamada «Artemis», con tropas francesas, en 2003.
En vez de tratar de promover el fin de la explotación ilegal de los recursos naturales, en la que han participado empresas de países de la UE, y el fin de la injerencia externa en ese país; en vez de responder a la petición de ayuda humanitaria de las Naciones Unidas; en vez de promover y apoyar económicamente el proceso de desarme y de desarrollo socioeconómico, asegurando que la explotación de los recursos naturales se realice por la población de ese país y en beneficio de ella, las grandes potencias de la UE –Francia y Alemania, con el apoyo del Gobierno portugués– envían más tropas a un país donde ya se encuentran estacionados más de 15 000 militares en el marco de la Misión en la República Democrática del Congo (MONUC). De ahí nuestro voto en contra.
Athanasios Pafilis (GUE/NGL), por escrito. – (EL) La decisión de la UE de enviar tropas militares bajo el mando de la UE a la República Democrática del Congo guarda relación con la competencia entre las potencias imperialistas por controlar los mercados y los recursos generadores de riqueza del Congo y África en general, que ha pagado por esta política con millones de vidas.
La UE utiliza la excusa del mantenimiento de la paz y la vigilancia del proceso electoral para ocultar sus verdaderos objetivos y crear una situación de hechos consumados para futuras intervenciones.
Además, esta misión militar bajo el mando de la UE constituye la primera aplicación de la reaccionaria reforma de las Naciones Unidas, cuya finalidad es integrar a las organizaciones regionales (OTAN, ejército europeo) en los mecanismos de las Naciones Unidas para «legalizar» las intervenciones imperialistas.
No es coincidencia que la resolución haga referencia a la necesidad de reconstruir la República Democrática del Congo de acuerdo con la norma iraquí que se contempla en la declaración del 60º Aniversario de las Naciones Unidas.
La segunda misión militar organizada del ejército europeo después de Bosnia demuestra también su agresivo carácter intervencionista.
Los ciudadanos del Congo y de África no necesitan «protectores internacionales» que, en este caso, son los responsables de las guerras y la desesperada situación en la que se encuentran.
Geoffrey van Orden (PPE-DE), por escrito. (EN) Los conservadores británicos se oponen a la participación de la UE en actividades militares, que son un aspecto de la integración política comunitaria, no crean capacidades militares adicionales y socavan las alianzas militares establecidas. Se está incubando una tragedia en el Congo, pero el despliegue internacional propuesto no la resuelve. La UE no está concebida ni equipada para tratar este tipo de problemas desde un punto de vista militar. Ni debería estarlo. La UE no ha sido capaz ni siquiera de cumplir sus exiguas obligaciones de seguridad con respecto a Sudán, donde insistió en asumir un papel cuando la OTAN ya estaba comprometida. Ha habido dos misiones civiles de la UE en el Congo y no está claro cuál podría ser ahora el mandato de una misión militar comunitaria. El Gobierno congoleño no la ha solicitado. Este ejercicio es una campaña de imagen, destinado más a dar publicidad a la marca UE que a resolver los problemas del Congo. La UE debería responder a las peticiones de las Naciones Unidas utilizando sus herramientas de políticas, humanitarias, de observación electoral y ayuda al desarrollo. En función del contexto, estos asuntos deberían ser responsabilidad de los Estados nacionales, la OTAN o las Naciones Unidas. Los conservadores británicos apoyan a las Naciones Unidas en sus múltiples y difíciles tareas, pero no apoyan las aventuras militares de la UE. Por esto hemos votado en contra de la resolución.
Carlo Fatuzzo (PPE-DE). – (IT) Señor Presidente, Señorías, me complace poder explicar por qué he votado a favor del informe del señor Leinen sobre la reglamentación de los partidos políticos europeos y su financiación. Cuando en Italia lanzo el grito de «¡Pensionistas, al ataque!», todos los pensionistas me siguen y los jóvenes hacen lo mismo que los pensionistas, porque creen en el Partido de los Pensionistas, que yo dirijo.
Estoy seguro de que si gritase «¡Pensionistas, al ataque!» en las 25 lenguas de la Unión Europea, los pensionistas de los otros 24 Estados miembros de la UE me apoyarían también, porque el partido político europeo va directamente al corazón de la gente. Estoy absolutamente seguro de que crearemos Europa cuando hayamos creado los partidos europeos, de la misma forma que el Partido de los Pensionistas está creando el Partido Europeo de los Pensionistas. ¡Pensionistas, al ataque!
Frank Vanhecke (NI). – (NL) Señor Presidente, el informe Leinen trasluce la idea de que los partidos políticos europeos de pleno derecho son necesarios, porque realmente benefician a la democracia a escala europea.
Creo que no sería una exageración decir que ocurre justo lo contrario. El desaforado aumento de magnitud del proceso de toma de decisiones en una Europa que debiera estar formada, tomen buena nota, por Estados miembros muy diferentes y definitivamente soberanos, es la forma más segura de reducir la democracia y hacer que la toma de decisiones sea todavía menos transparente, introduciendo una burocracia que es prácticamente imposible de controlar. Por cierto, de eso podemos encontrar muchos ejemplos estos días. Piensen simplemente en el totalitarismo con que el Parlamento Europeo está haciendo frente al rechazo de la Constitución europea en los referendos democráticos celebrados en Francia y en los Países Bajos.
La intención es, pues, que los partidos políticos europeos sirvan al propósito de desviar todavía más dinero del contribuyente para dárselo a los partidos políticos, pero solo, eso sí, a los partidos políticamente correctos. De ahí se deduce que cuando Europa habla de democracia, más vale mirar dónde pisamos.
Richard Corbett (PSE). – (EN) Señor Presidente, si bien no estoy de acuerdo con el orador anterior y afirmo que también necesitamos partidos políticos a escala europea para que los ciudadanos puedan elegir, quisiera dejar constancia de que no estoy de acuerdo con una de las sugerencias que se han planteado en el contexto del informe Leinen, en concreto que deberíamos tener listas a escala europea para las elecciones al Parlamento Europeo. Tal propuesta, para empezar, requeriría que se enmendasen ahora los Tratados, cuando todavía estamos en un período de reflexión sobre la futura modificación del Tratado.
También pienso que no es necesario. Existe el riesgo de que tales listas alejen a los diputados elegidos en virtud de las mismas todavía más de los ciudadanos que los que se eligen en las regiones, como la mayoría de nosotros. Donde sí podemos explorar una vía útil de vincular las elecciones europeas a la idea de la opción por los ciudadanos es en la idea que ha expresado nuestro ponente hace unos minutos, a saber, que cada partido político europeo nombre a su candidato a Presidente de la Comisión. Esto establecería un lazo entre la elección de un Parlamento y la composición resultante del ejecutivo, como es costumbre cuando se vota en las elecciones nacionales de los países europeos.
Jan Andersson, Anna Hedh, Ewa Hedkvist Petersen, Inger Segelström y Åsa Westlund (PSE), por escrito. (SV) Nosotros consideramos importante que haya partidos políticos de ámbito europeo. Desempeñan un papel importante en la divulgación de información política y conocimiento de la política europea, así como en la promoción de los valores democráticos y la creación de una conciencia europea. Pero no creemos que la UE deba decidir sobre cómo deben hacerse las afiliaciones, las listas y los nombramientos. Los propios partidos son los que deben establecer reglas relativas a la forma en que desean ocuparse de cuestiones como estas.
Ilda Figueiredo (GUE/NGL), por escrito. (PT) Nuestro voto en contra es coherente con la posición que hemos adoptado en relación con los partidos políticos europeos. Siendo cierto que existe un foso enorme entre los ciudadanos y las instituciones europeas, la solución no pasa por crear más partidos europeos o aumentar la financiación de los que ya existen. Cada partido nacional debe poder seguir organizándose de forma autónoma, también en lo que se refiere a sus relaciones con la Unión y el Parlamento Europeo.
Lo que se impone para motivar a los ciudadanos a aumentar su participación política, también en el plano comunitario, y al abandono completo de las políticas neoliberales, es el fin del Pacto de Estabilidad, la retirada de la llamada Directiva Bolkestein y la sustitución de la Estrategia de Lisboa por una verdadera estrategia de solidaridad, desarrollo sostenible y cohesión social. Lo que se necesita es más empleo de calidad y con derechos, mejores servicios públicos, más inversión generadora de empleo y mayor inclusión social, acompañado todo ello de una distribución más justa de la riqueza producida.
Bruno Gollnisch (NI), por escrito. – (FR) Los partidos políticos europeos no son más que organizaciones con fines extremadamente lucrativos. Lo esencial de este informe es que se atiende su demanda de más dinero y más libertad en su utilización, así como un estatuto favorable y un sistema de exenciones fiscales. ¿Pero con qué objeto? Simplemente para existir y reunirse, por el momento.
Porque lo que se pretende es confiar a estos partidos el monopolio de la difusión de las buenas palabras del europeísmo. Además, su creación depende de un inadmisible certificado de «pensamiento correcto» europeo concedido por esta institución, basándose en los programas que tienen que presentar a sus autoridades. Sabemos también que quisieran reservar algunos de los escaños de este Parlamento a los elegidos de las listas constituidas a escala europea, listas que solo podrán ser presentadas por partidos europeos. El resultado final sería que esos partidos estarían autorizados a participar como tales en escrutinios nacionales y locales, permitiendo así una injerencia política inaceptable a todos los niveles de decisión en los Estados miembros.
La democracia consiste en permitir a las naciones gobernarse a sí mismas o elegir representantes para defender sus intereses en las instancias decisorias, los Parlamentos o los Gobiernos. La imposición de entidades artificiales que no son representativas más que de sí mismas y están supeditadas a la ideología de Bruselas es todo menos democracia.
Hélène Goudin y Nils Lundgren (IND/DEM), por escrito. (SV) Nos oponemos al sistema subvencionado que se está creando ahora para los partidos políticos europeos. Los partidos tienen que ser construidos de abajo arriba por los partidos de los Estados miembros. Si esos partidos no encuentran justificación para aumentar los fondos que asignan a sus partidos europeos, habrá que cuestionar si realmente es necesario que existan partidos políticos europeos. Nos oponemos a la creación de partidos de ámbito europeo que reciban importantes subvenciones de los contribuyentes de la UE.
Por eso hemos votado en contra del informe.
Erik Meijer (GUE/NGL), por escrito. – (NL) Hoy, cerca del 85 % de los diputados al Parlamento Europeo han acordado aumentar las subvenciones que reciben sus propios partidos políticos y relajar las normas sobre cómo pueden utilizar esos fondos. Por otra parte, el presupuesto actual de 8 400 millones de euros que se gastó el año pasado en subvenciones a partidos políticos volverá a incrementarse, y esos partidos podrán quedarse dichas subvenciones aunque no las gasten en el plazo de un año.
En muchos casos, los políticos desarrollan una lógica propia, al margen de su electorado. Así ocurrió con la propuesta fallida de una Constitución Europea y así ha ocurrido también con este tipo de subvenciones. Inicialmente se utilizaron fondos votados por el Parlamento Europeo, ilegalmente, para la cooperación a escala europea entre los partidos políticos. El 18 de junio de 2003 voté en contra de legislar ese abuso y hoy votaré en contra de una nueva expansión. Si los partidos nacionales quieren unirse para formar partidos europeos, de ellos depende, pero no entendemos por qué no financian algunas cosas ellos mismos. El hecho de que ahora estén pidiendo un aumento de las subvenciones y mayor flexibilidad de las reglas aplicadas a esas subvenciones, da la impresión de que los políticos están más preocupados por defender los intereses de sus propios Grupos que los de sus electores.
Athanasios Pafilis (GUE/NGL), por escrito. – (EL) El Kommounistiko Komma Elladas se opone a la decisión de la UE de crear partidos políticos europeos que quiere controlar y utilizar para defender o promover un proceso unidireccional en Europa.
El informe prevé una ampliación de sus funciones y una mayor flexibilidad en el sistema de financiación, de manera que puedan utilizarse en el marco del mecanismo de lavado de cerebros para allanar el camino a la Constitución Europea y su política, con el fin de vencer la oposición popular.
En el marco de la llamada «política europea de comunicaciones», en otras palabras, del ataque ideológico del capital, y haciendo uso del «periodo de reflexión», moviliza iniciativas, autoridades regionales, ONG, medios de comunicación, periodistas y partidos políticos a favor de un proceso unidireccional en Europa con fines propagandísticos y para resucitar la Constitución Europea y mejorar la «baja estima» de que goza la UE entre los trabajadores europeos.
Se otorga una importancia particular a los jóvenes, reforzando los «partidos europeos» para crear organizaciones juveniles europeas.
Al mismo tiempo, se mantiene un control absoluto y la falta de independencia de estos partidos, hasta el punto de establecer sus reglas de funcionamiento internas.
Vamos a votar en contra del informe, porque rechazamos las declaraciones de lealtad a la alianza imperialista del capital, la UE, y pedimos a la oposición insubordinación y desobediencia.
Carlo Fatuzzo (PPE-DE). – (IT) Señor Presidente, Señorías, ayer, antes de subir al avión para estar hoy aquí en Bruselas, grité «¡Pensionistas, al ataque!», como hago siempre. Al darme la vuelta, vi que me seguían mayores y jóvenes, porque en el Partido de los Pensionistas todos trabajamos juntos, tanto mayores como jóvenes.
El informe del señor Bushill-Mattews –a quien agradezco su habitual diligencia– habla con razón de la solidaridad entre generaciones. Señor Presidente, todos –jóvenes y también pensionistas– me han hecho la siguiente pregunta, que yo también me hago: ¿deben ser los mayores los que cuiden de los jóvenes, o deben ser los jóvenes los que cuiden de los mayores? Indudablemente son los mayores los que supuestamente, después de haber entregado toda su vida a la sociedad y a sus miembros, deben entregar sus pensiones a los jóvenes. Creo que los Gobiernos de los 25 Estados miembros de la UE quieren que esto ocurra, pero ¿estamos realmente seguros de que será la mejor solución? ¿No sería mejor que los jóvenes dieran finalmente a los mayores el reconocimiento que estos se merecen? ¡Larga vida a los pensionistas!
Frank Vanhecke (NI). – (NL) Señor Presidente, me he abstenido en la votación de este informe Bushill-Matthews porque no estoy de acuerdo con algunas de sus recomendaciones.
Me viene a la mente el considerando 70 sobre política de inmigración, aunque tengo que confesar, por cierto, que incluso este considerando contiene una frase que está claramente matizada para esta Cámara.
Hay que reconocer que este informe es bastante imparcial y, al menos, tiene el mérito de volver a situar el problema demográfico de Europa en la agenda. Pero lo que no encuentro en este informe es la conclusión de que muchos padres y madres siguen hoy optando voluntariamente por quedarse en casa y se deciden por la familia, y que probablemente muchas más personas elegirían esta alternativa si el Gobierno la hiciera económicamente viable.
En este sentido, mi Grupo lleva mucho tiempo defendiendo la necesidad de salarios parentales de pleno derecho, incluida la seguridad social y el reconocimiento de derechos de pensión para los padres que decidan quedarse en casa para cuidar a niños de corta edad. Estoy convencido de que esta medida podría contribuir de modo importante a la búsqueda de una respuesta al enorme desafío demográfico que se nos presenta en la actualidad.
Andreas Mölzer (NI). – (DE) Señor Presidente, los medios de comunicación contemporáneos elogian a los solteros como la medida de todas las cosas. A las familias con varios hijos se las ve prácticamente como antisociales. Pero cuanto mayor sea la proporción de personas sin hijos hoy, más jóvenes querrán a su vez no tener hijos. En mi opinión, los padres del mañana tienen que crecer con niños para poder apreciarlos. Por tanto, tenemos que intensificar las medidas para reparar la imagen contemporánea de la familia.
Si queremos evitar un escenario donde, en las ciudades, el modelo de familia tradicional se dé solo entre los inmigrantes, creo que tenemos que orientar cada vez más la promoción de la familia también hacia la población autóctona de Europa.
Otro punto de partida importante es, por supuesto, la conciliación de la vida familiar y profesional. No es coincidencia que los países que han conseguido esa conciliación tienen tasas de natalidad más altas.
Jan Andersson, Anna Hedh, Ewa Hedkvist Petersen, Inger Segelström y Åsa Westlund (PSE), por escrito. (SV) Hemos votado a favor del informe sobre los retos demográficos y la solidaridad entre generaciones. Sin embargo, hemos votado en contra del texto que dice que el aumento de los impuestos para financiar la seguridad social ofrece una solución menos sostenible a largo plazo. Además, interpretamos el aumento de la edad de jubilación como un aumento en la edad real, no obligatoria, de jubilación. Puesto que el texto no era suficientemente claro en este punto, no hemos podido apoyarlo. Tampoco apoyamos el llamamiento que ha hecho el Parlamento Europeo a los Estados miembros y a las empresas privadas para romper los vínculos entre más edad y niveles salariales más altos.
Charlotte Cederschiöld, Christofer Fjellner y Gunnar Hökmark (PPE-DE), por escrito. (SV) Los Conservadores suecos han decidido hoy abstenerse en la votación sobre los retos demográficos y la solidaridad entre generaciones.
Aunque el informe contiene muchas propuestas de interés, no podemos apoyarlo. La razón es que trata cuestiones que son competencia de los Estados miembros.
Gérard Deprez (ALDE), por escrito. – (FR) He votado a favor del informe del señor Bushill-Matthews sobre los retos demográficos y la solidaridad entre generaciones.
Los hechos están ahí y son irrefutables. Europa está envejeciendo. En mi país, la ecuación es simple: como vivimos en un sistema de redistribución para el pago de las pensiones legales que hace que cada generación de trabajadores tenga que pagar las pensiones de la generación precedente, eso significa, en la práctica, que un menor número de trabajadores tendrá que financiar la jubilación y la asistencia sanitaria de un mayor número de pensionistas, que cada vez vivirán más tiempo.
Si no se hace nada, las futuras generaciones tendrán que soportar unos costes mucho mayores, con el consiguiente deterioro de su propio nivel de vida, o si se niegan a ello, los pensionistas del mañana se verán reducidos progresivamente a un nivel de vida de subsistencia y al racionamiento de la asistencia sanitaria.
Frente a eso, ninguna de estas posibilidades es aceptable. Ninguna de ellas sería aceptada en cualquier caso. Tenemos que encontrar otras vías, y con urgencia; todos los países de la Unión Europea se enfrentan a este reto. La obligación de una democracia es anticipar la respuesta a los retos cuando sabe que son inevitables. Se lo debemos a las futuras generaciones de europeos.
David Martin (PSE), por escrito. (EN) Celebro la aprobación de este informe, que responde a las tendencias que originan los cambios demográficos.
Según la Comisión, para afrontar el cambio demográfico, Europa debería tener tres prioridades esenciales: una vuelta al crecimiento demográfico, asegurando un equilibrio entre las generaciones y «encontrando nuevos puentes entre las etapas de la vida».
En nuestra sociedad es más importante que nunca que hagamos frente a nuestros desafíos demográficos y aprovechemos al máximo posible los conocimientos de nuestros ciudadanos mayores.
Jean-Claude Martinez (NI), por escrito. – (FR) Desde China hasta Europa, pasando por Rusia, sin hablar de África, está apareciendo un enorme problema demográfico. El mundo está envejeciendo. Y lo que es peor, en algunos países de Europa la población está disminuyendo o va a disminuir, como en Alemania o Rusia.
Las consecuencias demográficas son bien conocidas: aumento del gasto en salud y pensiones, necesidad de millones de empleos para prestar ayuda personal y escasez de personal que hace necesario el influjo de migrantes, con el consiguiente efecto psicológico de empujar a las sociedades hacia actitudes cautelosas e inmovilistas y hacia políticas malthusianas de «falta de futuro», cuya expresión ha sido el «pacto de austeridad presupuestaria» desde Maastricht.
En otras palabras, ¿quién va a pagar los impuestos para financiar esta situación? ¿Los Dioses del estadio o los ancianos en sus últimas?
Por supuesto, las políticas familiares tratarán de crear contribuyentes y contribuciones. Pero mientras esperamos la llegada de un aumento de la tasa de natalidad y, por tanto, de nuevos trabajadores, en el vacío de los veinte próximos años las leyes belga, neerlandesa o suiza sobre la eutanasia, disfrazadas del derecho a elegir la propia muerte, demuestran el «viaje al fin de la noche» que las políticas, especialmente en Europa, han iniciado.
José Albino Silva Peneda (PPE-DE), por escrito. (PT) Europa se enfrenta a un problema demográfico sin precedentes.
En 2030, la UE tendrá 18 millones menos de jóvenes que ahora, y en 2050 tendrá 60 millones de habitantes menos. Entre 2005 y 2030, el número de personas con más de 65 años aumentará un 52,3 % (40 millones más), mientras que el grupo de 15 a 64 años disminuirá un 6,8 % (21 millones menos ). La proporción entre la población inactiva (jóvenes, mayores y otras personas dependientes) y la población activa aumentará del 49 % en 2005 al 66 % en 2030.
Estas tendencias pueden atribuirse a dos hechos: primero, las personas están viviendo más tiempo y, segundo, la tasa de natalidad ha descendido. Por un lado, la esperanza de vida media a los 60 años ha aumentado desde 1960 cinco años para las mujeres y cuatro años para los hombres y eso hará que el número de personas mayores de 80 años aumente un 180 % de aquí a 2050. El número de hijos por mujer en 2003 era de 1,48, cuando haría falta al menos 2,1 hijos por mujer para mantener el nivel de población.
Consciente de las consecuencias de estos factores sobre la prosperidad, las condiciones de vida y la relación entre generaciones, he votado a favor de este informe.
Eija-Riitta Korhola (PPE-DE). – (FI) Señor Presidente, apoyo plenamente el desarrollo máximo de las bioenergías, pero cuando hablamos de promover los cultivos para fines no alimentarios en relación con la autosuficiencia energética, tenemos que recordar que los biocarburantes líquidos no son nada eficientes en función del coste. Además, la UE no puede siquiera producir suficientes biocarburantes para lograr los objetivos establecidos en la Directiva sobre biocarburantes.
Me parece importante llamar a las cosas por su nombre para evitar una situación en que, sin que nos demos cuenta, la Dirección General de Agricultura empiece a gestionar la política energética de la UE. Se tratará entonces de subvenciones a la agricultura, no de eficiencia del dióxido de carbono o autosuficiencia energética, siempre que los costes de los biocarburantes líquidos sean claramente mayores que los de los combustibles convencionales a los que supuestamente reemplazarán, o mientras que la energía fósil utilizada para fabricarlos sea mayor que la que se obtiene de ellos. Así están las cosas, sobre todo con la energía nórdica de origen agrícola.
En consecuencia, un aumento del uso de biocarburantes aumentaría tanto los costes energéticos de la UE como el precio de los alimentos. Eso afectaría inevitablemente a la competitividad de la UE. Junto con los biocarburantes líquidos necesitamos un análisis sincero del ciclo de vida, que podría encomendarse a un organismo independiente e imparcial.
(Aplausos)
Liam Aylward (UEN), por escrito. (EN) Señor Presidente, apoyo el informe Parish.
Recuerden, Señorías, que, utilizando azúcar como materia prima, Brasil es la superpotencia mundial del etanol, con interesantes relaciones de propiedad en el sector, ya que no es totalmente brasileño.
Estoy profundamente decepcionado y triste por la decisión de cerrar la última azucarera de Irlanda. Se perderán cientos de puestos de trabajo. Es un duro golpe para todos aquellos que sirvieron fielmente al sector durante generaciones. La decisión de la Comisión de reformar el sector del azúcar y recortar las ayudas que pagaba a los productores nunca ha favorecido a la industria azucarera irlandesa. Debemos asegurar ahora que aquellos que sirvieron fielmente a la industria azucarera durante muchos años reciban una justa compensación.
Ahora hay que prestar mucha atención y apoyar tanto en el plano comunitario como nacional los cultivos alternativos, que pueden utilizarse, entre otras cosas, para la producción de bioetanol, en particular el sector de la remolacha azucarera.
Los biocarburantes ofrecen nuevas oportunidades excelentes y pueden beneficiarse de los conocimientos de los agricultores irlandeses. Los biocarburantes contribuirán a la autosuficiencia energética de Europa en un momento de aumento de los precios del petróleo y a la luz de la reciente controversia sobre el suministro de gas de Rusia.
Charlotte Cederschiöld, Christofer Fjellner y Gunnar Hökmark (PPE-DE), por escrito. (SV) Hemos votado a favor del informe sobre la promoción de cultivos vegetales para fines no alimentarios porque pensamos que es una buena idea para los agricultores plantar cultivos distintos a los tradicionales cuando estos ya no les resultan rentables. El desarrollo tecnológico es importante para las formas alternativas de energía, y somos también conscientes de las oportunidades que ofrece la reestructuración de la política agrícola.
Pero no creemos que haya que permitir que la transición a los cultivos energéticos frene la retirada gradual de la Política Agrícola Común. Es importante que estos nuevos productos se desarrollen y se introduzcan en un mercado libre sin subvenciones. En la medida en que eso se consiga, la ayuda temporal debe dirigirse no a la producción subvencionada, sino a las medidas infraestructurales dirigidas a la puesta en marcha de nuevas actividades.
Gérard Deprez (ALDE), por escrito. – (FR) Con ocasión de la aprobación de este informe, que cuenta con mi apoyo, quiero mencionar la situación actual de las bioenergías en Bélgica. Además de los proyectos microeconómicos relacionados con el uso de biocarburantes en la agricultura, se están emprendiendo por fin proyectos industriales a gran escala en mi país, cosa que me alegra mucho. En cuanto a la producción, están actualmente en marcha seis importantes proyectos, situándose los dos más importantes en Gante (sector del biodiesel) y Wanze (sector del bioetanol).+
Además, el programa de exenciones fiscales para los biocarburantes, adoptado por Bélgica y aprobado por la Comisión Europea, fija, en el caso del biodiesel, la proporción de la mezcla con el diesel tradicional en el 3,37 % para 2006 y en el 4,29 % para 2007. En el caso del bioetanol, la mezcla se ha fijado en el 7 %. A este ritmo, podríamos incluso conseguir el objetivo recomendado en la Directiva 2003/30 de que el 5,75 % de todos los combustibles vendidos sean «verdes» de aquí a 2010.
En este sentido, el informe Parish propone que estos objetivos se declaren obligatorios. La utilización de los productos agrícolas con fines energéticos, además de ser una oportunidad real para el futuro de nuestros agricultores y respetuosa con el medio ambiente, merece en efecto que se fijen unos objetivos restrictivos, especialmente si son razonables.
Ilda Figueiredo (GUE/NGL), por escrito. (PT) El ponente dice, y nosotros estamos de acuerdo, que «la producción de materias primas renovables y la utilización de residuos orgánicos pueden contribuir a la mejora del medio ambiente, a la producción de energía sostenible, al empleo y al equilibrio regional, así como favorecer la diversificación y la autonomía de una agricultura multifuncional».
No obstante, juzgamos necesario llamar la atención sobre las capacidades existentes en lo que respecta a las alternativas energéticas y la relación existente entre energía, medio ambiente y agricultura. Esto beneficiará en última instancia a los ciudadanos y a su calidad de vida, así como a los sectores económicos implicados.
Creemos, no obstante, que hay que encontrar un equilibrio adecuado entre cultivos alimentarios y cultivos energéticos, para garantizar que la soberanía y la seguridad alimentarias no se vean en peligro.
La producción de cultivos para fines no alimentarios no está protegida por la PAC, puesto que la ayuda es inferior a 80 euros por hectárea al año, y el ponente pide que se adopten medidas para poner fin a la ayuda pública. Tal medida haría que la producción dependiera de la industria energética y las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Por eso me he abstenido.
Glyn Ford (PSE), por escrito. (EN) En principio acojo con agrado este informe de mi colega Neil Parish sobre el fomento de los cultivos para fines no alimentarios. Si bien estas técnicas no solucionarán nuestros problemas energéticos, pueden suponer una contribución pequeña pero significativa. Los sauces y álamos de rápido crecimiento pueden utilizarse, como vi hace algunos años en Austria, para suministrar calefacción y electricidad a pequeña escala en zonas remotas y aisladas. El aceite de semilla de colza y el trigo pueden utilizarse para producir biocarburantes, ya sea gasóleo o gasolina, y reducir las emisiones de CO2. Pero cuidado: los planes deben ser parte de la solución, no el problema. Si tienen sentido desde el punto de vista económico, ambiental y energético, los apoyaré, pero en los casos en que, simplemente, mantengan el gasto agrícola a costa del sentido común, no lo haré.
Hélène Goudin y Nils Lundgren (IND/DEM), por escrito. (SV) El informe refleja únicamente la postura del Parlamento Europeo sobre la cuestión y no propone ningún procedimiento legislativo. Trata de ampliar la actual Política Agrícola Común al ámbito de los cultivos energéticos. Queda mucho por debatir en materia de cultivos energéticos.
Hemos decidido votar en contra del informe.
David Martin (PSE), por escrito. (EN) El informe sobre el fomento de los cultivos con fines no alimentarios es muy oportuno, dada la rápida disminución de las reservas de combustibles fósiles. El cultivo de biomasa, por ejemplo, puede contribuir de modo eficiente a la disminución del efecto invernadero, causado primordialmente por el CO2, al absorber las emisiones de este gas.
Estoy a favor del fomento de la energía renovable mediante la producción de vegetales. Varias tecnologías actuales, como la energía derivada de la biomasa, son económicamente viables y competitivas y, a su vez, abrirán nuevos mercados para los agricultores de la Unión Europea, estimulando así el crecimiento económico, social y ambiental.