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Procedimiento : 2006/2047(INI)
Ciclo de vida en sesión
Ciclos relativos a los documentos :

Textos presentados :

A6-0077/2006

Debates :

PV 04/04/2006 - 6
CRE 04/04/2006 - 6

Votaciones :

PV 04/04/2006 - 8.9
CRE 04/04/2006 - 8.9
Explicaciones de voto

Textos aprobados :

P6_TA(2006)0124

Acta literal de los debates
Martes 4 de abril de 2006 - Estrasburgo Edición DO

9. Explicaciones de voto
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- Laperrouze report (A6-0071/2006)

 
  
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  Jan Andersson, Ewa Hedkvist Petersen, Inger Segelström y Åsa Westlund (PSE), por escrito. (SV) Hemos votado a favor de las enmiendas relativas a los coordinadores europeos, porque creemos que una función de coordinación voluntaria y temporal puede ser útil, sobre todo en el caso de los proyectos transfronterizos.

 
  
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  Hélène Goudin y Nils Lundgren (IND/DEM), por escrito. (SV) La Lista de Junio cree que los Estados miembros de la UE deben cooperar en cuestiones transfronterizas cuando dicha cooperación genere un valor añadido. Las redes transeuropeas de energía constituyen una de esas cuestiones y por eso votamos a favor del informe en su totalidad cuando se debatió en el Parlamento Europeo. Algunas de las enmiendas que hemos votado hoy son, sin embargo, excesivamente burocráticas y el coste adicional y las cargas administrativas que supondrían son desproporcionados frente a los beneficios potenciales. Por eso hemos votado en contra de estas enmiendas.

 
  
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  Sérgio Marques (PPE-DE), por escrito. (PT) Quiero felicitar a la señora Laperrouze por su firme y oportuna recomendación para segunda lectura referente a la posición común adoptada por el Consejo para aprobar una decisión del Parlamento Europeo y del Consejo por la que se establecen directrices relativas a las redes transeuropeas de energía.

Comparto la opinión de la ponente de que es necesario incluir de nuevo en esta propuesta las disposiciones que contemplan la declaración de interés europeo y la designación de un coordinador europeo para estas cuestiones.

Estas medidas son indispensables para la realización de un verdadero mercado interior del gas y de la electricidad, lo que permitiría garantizar la seguridad del suministro.

También a este respecto, quiero recordar las posiciones expresadas sobre estas cuestiones en los últimos Consejos Europeos.

 
  
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  Luís Queiró (PPE-DE), por escrito. (PT) Esta es una oportunidad única para demostrar a los ciudadanos que estamos dispuestos a desarrollar una auténtica política energética europea. Así que debemos dotarnos de todos los instrumentos y herramientas necesarios para conseguir este objetivo.

Las redes transeuropeas de energía favorecerán las interconexiones, la interoperabilidad y el desarrollo de redes de energía en la Europa ampliada, y a la vez estimularán el funcionamiento efectivo del mercado interior.

La construcción del futuro mercado interior del gas y la electricidad es quizás el objetivo más importante de la propuesta de decisión que tenemos delante.

Además, el objetivo es adaptar las directrices a la nueva Unión Europea de 25 Estados miembros, permitir que los fondos se destinen a proyectos de interés común, completar el mercado interior del gas y la electricidad y, sobre todo, garantizar la seguridad del suministro por medio de interconexiones entre los Estados miembros y países vecinos (Europa Sudoriental, países mediterráneos, Ucrania, Belarús). Este enfoque de las redes transeuropeas de energía refleja el enfoque seguido con respecto a las redes transeuropeas de transporte terrestre.

Por consiguiente, he votado a favor del informe Laperrouze.

 
  
  

- Informe Kovács (A6-0086/2006)

 
  
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  Andreas Mölzer (NI).(DE) Señor Presidente, nadie duda de la importancia de la campaña contra el empleo no declarado para contrarrestar tendencias negativas en los mercados laborales, pero la libre circulación de trabajadores –contrariamente a lo que se esperaba– no nos permitirá enfrentarnos a este problema. Las empresas que no quieran cotizar a la seguridad social seguirán así en el futuro. Otra cosa dudosa es la manera en que cada vez más empresas fuerzan a su personal a un autoempleo ficticio como una forma más de eludir las normas en materia de salarios y cotizaciones mínimas a la seguridad social, y tenemos que impedir que esto vaya más lejos.

Una y otra vez nos topamos con la cuestión de que una mejora de la situación del empleo es esencial, pero, al mismo tiempo, la UE fomenta que los trabajadores sean móviles y más flexibles, aunque los estudios han demostrado que la realidad es que las nuevas formas de trabajo –como el trabajo a tiempo parcial– no hacen más que repartir una cantidad de trabajo casi constante entre más personas. No hemos sido suficientemente enérgicos a la hora de contrarrestar estos fenómenos y por esa razón he votado en contra de este informe.

 
  
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  Alexander Lambsdorff (ALDE).(DE) Señor Presidente, los diputados al Parlamento Europeo pertenecientes al Partido Liberal Demócrata han participado en la votación sobre el informe (A6-0086/2006) sobre las directrices para las políticas de empleo de los Estados miembros. Lo hemos hecho porque queríamos solidarizarnos con nuestros colegas que defienden los intereses de nuestro Grupo, a pesar de que seguimos estando convencidos de que la política de empleo no es asunto de la UE y que esto debería ser abordado por los Estados miembros y no por nosotros aquí en Estrasburgo o en Bruselas. Si la Unión Europea quiere tener éxito, debe centrarse en sus funciones esenciales, de acuerdo con el principio de subsidiariedad, que en el futuro habrá que tomarse en serio y respetar.

 
  
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  Lena Ek (ALDE), por escrito. (SV) En principio me opongo a este tipo de informe en el que, en asuntos sumamente rutinarios dentro de un determinado ámbito político, el Parlamento repite posiciones ya conocidas y reafirma su buena voluntad general. Esto no contribuye a una mayor confianza en el Parlamento y legitima la posición de los que desean una intervención cada vez mayor de la UE incluso en esos ámbitos políticos, en este caso la política de empleo, que deberían ser de la incumbencia de los Estados miembros individuales y estar expuestas a la competencia.

He decidido, sin embargo, votar a favor por una razón importante: la libre circulación de los trabajadores. Las decisiones que han permitido que haya reglas transitorias que discriminan a los trabajadores de los nuevos Estados miembros son una flagrante vulneración del principio de libre circulación de los trabajadores y una manera totalmente vergonzosa de actuar con los nuevos Estados miembros de la UE que se han adherido a esta con mucho entusiasmo.

La experiencia de los países que han establecido regímenes transitorios limitados, o han prescindido de ellos, ha demostrado categóricamente que esos regímenes no son necesarios y que la amenaza de «invasión» que habían blandido algunos líderes políticos no se ha materializado en modo alguno. En lugar de esto es preciso atraer a más personas que deseen trabajar en lugar de cerrar el camino a esas personas.

La evidente necesidad de señalar todo esto y expresar claramente el rechazo del Parlamento a cualquier forma de prórroga de tales trabas es, para mí, una razón perfectamente válida para apoyar el informe.

 
  
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  Ilda Figueiredo (GUE/NGL), por escrito. (PT) Aunque el informe Kovacs sobre las directrices para las políticas de empleo de los Estados miembros, sobre el que votamos hoy, plantea cuestiones relativas a la igualdad entre hombres y mujeres y la lucha contra la discriminación, no menciona lo que consideramos que es la cuestión fundamental, a sabrer, la protección de los derechos de los trabajadores.

En consecuencia, teniendo en cuenta los Programas de Reforma Nacionales presentados por los Estados miembros y las medidas adoptadas para cumplir estas directrices, hemos presentado enmiendas al informe con vistas a que las directrices sean más prácticas y más fáciles de programar, garantizando así la aplicación efectiva de los derechos de las mujeres, el aceso a una educación y formación públicas de alta calidad, la creación de empleos estables con derechos y más inversión pública en salud y vivienda.

Por desgracia, la mayoría del Parlamento ha rechazado nuestras propuestas. Así pues, no hemos podido votar a favor del informe, aunque apoyamos algunas de las enmiendas presentadas por la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales. Nos hemos abstenido de votar sobre el informe y hemos votado en contra de la resolución legislativa sobre las directrices de empleo, que parecen allanar el camino a unas directrices económicas abiertamente liberales.

 
  
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  Carl Lang (NI), por escrito. – (FR) Los informes elaborados por el Parlamento Europeo sobre las políticas sociales y de empleo son una repetición cansina de una letanía europeísta y que, aparte de producir montañas de papel, no han dado absolutamente ningún resultado.

Aparte del fracaso del proceso de Lisboa, que observamos cada día, el empleo y la economía de Francia no se salvarán con unos cuantos parches mal dados a las directrices de una decisión decididamente «indecisiva» del Consejo.

El rancho propuesto quiere gustar a todos. Se mantiene el liberalismo de la Comisión, pero al mismo tiempo se considera que las instituciones europeas deben dotarse de un mayor control sobre naciones autogobernadas.

Para hacer bonito, el conjunto está sazonado con buenas intenciones, como la protección, en el marco de este modelo monstruoso, de los más débiles, a los que se mezcla gustosamente con la inmigración para no tener que mantener polémicas sobre esta cuestión.

Ahora bien, precisamente en estos puntos es donde reside la solución a nuestros problemas. Para resucitar, como ave fénix, nuestra economía y nuestro empleo, hay que frenar la inmigración con fines de incrementar la población, favorecer políticas de natalidad y aplicar la preferencia y la protección comunitarias en Europa y la protección nacional en Francia.

 
  
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  Luís Queiró (PPE-DE), por escrito. (PT) Las directrices para las políticas de empleo de los Estados miembros retan a la UE –y desde mi punto de vista esto está bien– a responder a algunas de las cuestiones de empleo fundamentales. Sus preocupaciones se centran correctamente en la cuestión de los excluídos de los mercados laborales, como los más jóvenes y los más viejos y otros ciudadanos igualmente marginados, ya sea en sus propios países, ya sea en otros Estados miembros.

Creo, sin embargo, que hay que encontrar un equilibrio entre el reto a la Comunidad y a las instituciones nacionales y la defensa de soluciones efectivas y adecuadas. El debate sobre políticas de empleo tiene una dimensión europea que no conviene omitir. Esa ha sido, de hecho, una constante preocupación mía como diputado al Parlamento Europeo, porque pienso que es preciso crear sinergias reformistas en el espacio europeo y que el Parlamento es una de las instituciones más adecuadas para conseguir este objetivo.

 
  
  

- Informe Lipietz (A6-0065/2006)

 
  
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  Ilda Figueiredo (GUE/NGL), por escrito. (PT) La primacía de la competencia es uno de los pilares del mercado interior y ha apuntalado el proceso de liberalización y privatización en sectores clave, como la energía, el transporte y las comunicaciones. Este proceso se ha intensificado desde 2000 con la adopción de la Estrategia de Lisboa.

Está claro que lo que se ha aplicado hasta ahora no solo no ha conseguido asegurar las prometidas reducciones de precios, la mejora del acceso a los servicios y la calidad de los mismos y el fin de los monopolios, ni mucho menos. Más bien ha servido para agravar el desempelo derivado de las reestructuraciones y fusiones de esos sectores y la pérdida de soberanía del Estado en ámbitos cruciales.

Aunque el informe proclama que trata de combatir las posiciones dominantes y los monopolios, acepta las directrices del informe de la Comisión para 2004, que se centra en la energía y las telecomunicaciones, y aboga una vez más por la plena liberalización del sector del gas y la electricidad, una prioridad para el Consejo de Primavera de marzo de 2006.

Además, en el sector de las comunicaciones, que ya ha sido liberalizado sustancialmente, se hace hincapié en la competencia en el sector de la banda ancha y en la internacionalización de la producción. Eso facilitará todavía más la deslocalización de la producción o de eslabones de la cadena productiva.

Por consiguiente, hemos votado en contra.

 
  
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  Bruno Gollnisch (NI), por escrito. – (FR) La exposición de motivos del informe del señor Lipietz es mucho más instructiva que el propio texto del informe, que se limita a adular el «notable» trabajo de la Comisión en su batida contra el más mínimo obstáculo a la libre competencia.

En efecto, en la exposición de motivos se deplora la ausencia de estudios sobre las consecuencias reales de las decisiones de la Comisión o sobre la aplicación dogmática de las disposiciones en materia de ayudas estatales. Se menciona que el mercado, por lo demás adornado con todas las virtudes, podría no bastarse por sí solo para realizar determinados objetivos políticos o siquiera económicos. Se sugiere que la liberalización de determinados mercados ha conducido a sustituir los buenos viejos monopolios públicos por oligopolios privados, suprimiendo sus ventajas sin crear ningún valor añadido para los consumidores. Por último, se resalta la falta total de autocrítica de la Comisión, cuando sus inoportunas decisiones conducen a catástrofes económicas, como en el asunto Rhodia por ejemplo.

La impresión general que se desprende, sin embargo, es que la política de competencia de Bruselas es la expresión de la doctrina ultraliberal de la Comisión frente al «patriotismo económico», aplicada paradójicamente por una burocracia puntillosa que interviene sin cesar en las estrategias empresariales o en las políticas de los Estados. En el contexto de una competencia mundial salvaje, esto solo puede generar desempleo.

 
  
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  Diamanto Manolakou (GUE/NGL), por escrito. – (EL) La política de competencia europea tiene normas y objetivos que destruirán a las pequeñas y medianas empresas y permitirán que prevalezcan los monopolios europeos, financiándolos y privatizándolos, en lugar de los intereses de los consumidores, como ustedes mantienen hipócritamente.

Además, la palabra «competitividad» es sinónimo de mayor explotación de los trabajadores, de supresión de sus derechos y de reducción de la remuneración del trabajo, mientras las exigencias contemporáneas van en aumento.

La legislación en materia de competencia está al servicio de la antipopular Estrategia de Lisboa y su objetivo es controlar, prevenir y reducir cualquier subsidio o ayuda estatal que satisfaga las exigencias populares que los trabajadores puedan haber obtenido con sus luchas.

Es mentira que la competencia ayude a reducir los precios al consumo. La experiencia hasta la fecha demuestra lo contrario: los mercados se han repartido, los beneficios han aumentado para las empresas y los precios han aumentado para los trabajadores.

¿Acaso no es también en nombre de la competencia que se somete a los jóvenes a unas condiciones de trabajo de verdadera explotación que se harán extensivas a todos los trabajadores? Los jóvenes de Francia tienen razón cuando protestan y mosotros estamos de su lado. Constituyen la esperanza de cambio radical contra las políticas de explotación de la UE y los Gobiernos, y por eso estamos con ellos.

 
  
  

- Informe Hammerstein Mintz (A6-0056/2006)

 
  
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  Alexander Stubb (PPE-DE). (FI) Señor Presidente, quisiera decir unas pocas palabras sobre el informe Hammerstein Mintz y el sentido de mi voto. Apoyo la apertura, pero estoy también a favor de cierto grado de realismo. Está perfectamente claro que las reuniones del Consejo deben ser abiertas, pero en los puntos 14 y 15 este Parlamento ha votado a favor de que las reuniones del COREPER, los Representantes Permanentes –es decir, los embajadores de la UE– sean abiertas, y también las del Comité de Conciliación. Seguramente podemos insistir en esto, pero yo diría que el Consejo también tiene derecho a insistir en que todas las reuniones de Grupo, las reuniones preparatorias y todas las reuniones de la Conferencia de Presidentes sean abiertas. Apoyo por consiguiente la apertura, pero no creo que sea realista insistir en la apertura por parte del COREPER.

 
  
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  Jean-Pierre Audy (PPE-DE), por escrito. – (FR) He votado a favor del informe del señor Hammerstein Mintz sobre la transparencia de las reuniones del Consejo Europeo cuando actúa en como órgano legislativo. En un momento en que es necesario avanzar hacia la Europa política, resulta cada vez más incomprensible que el Consejo Europeo siga reuniéndose a puerta cerrada cuando actúa en calidad de legislador. Aparte de que esta posición es contraria al artículo 1, apartado 2 del Tratado de la Unión Europea (Tratado de Maastricht de 7 de febrero de 1992), que establece el principio de un proceso abierto de toma de decisiones europeas, no se ajusta a la transparencia que esperan nuestros conciudadanos del funcionamiento de las instituciones europeas. Nunca conseguiremos reducir la fractura entre las estructuras europeas y los ciudadanos actuando de este modo. Es urgente que en espera de la ratificación de un tratado que establezca una Constitución para Europa, el Consejo Europeo, si bien manteniendo espacios la privacidad de los intercambios entre Jefes de Estado o de Gobierno, reforme su reglamento interior para anticipar esta evolución hacia una mayor transparencia de sus deliberaciones cuando actúa en calidad de legislador.

 
  
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  Robert Goebbels (PSE), por escrito. – (FR) Me he abstenido en la votación sobre la apertura de las reuniones del Consejo porque considero que es un falso problema. Al imponer al Consejo que trabaje a la vista de las cámaras, acabaremos teniendo intercambios formales y negociaciones entre bastidores. Toda negociación requiere cierto grado de confidencialidad.

 
  
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  Hélène Goudin y Nils Lundgren (IND/DEM), por escrito. (SV) Opinamos que las reuniones del Consejo y el Coreper deben ser públicas cuando estas organizaciones actúen como órganos legislativos. Este es un importante principio democrático si queremos que los electores puedan pedir cuentas a los representantes electos.

Por desgracia, el borrador del informe contiene varios pasajes favorables a la adopción del proyecto de Tratado Constitucional rechazado en los referendos de Francia y los Países Bajos. Hemos intentado que se eliminaran del informe las partes en cuestión pidiendo votaciones separadas precisamente sobre esos pasajes.

Con independencia del resultado de esas votaciones, queremos votar sin embargo a favor del informe en su conjunto, ya que las reformas relativas a la apertura de las reuniones del Consejo y del Coreper son una cuestión prioritaria y queremos presionar al Consejo para que cambie su Reglamento. Nos oponemos, sin embargo, con toda firmeza a la manera en que, en el contexto de esta importante cuestión de la apertura, la mayoría del Parlamento Europeo ha interferido en el debate sobre el futuro del Tratado Constitucional.

 
  
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  David Martin (PSE), por escrito. (EN) Este informe es fruto de la investigación del Defensor del Pueblo Europeo sobre la apertura al público de las reuniones del Consejo. El Defensor del Pueblo Europeo considera que las reuniones del Consejo, cuando este actúa en su capacidad legislativa, no están abiertas al público y que la negativa del Consejo a tomar la decisión de abrir al público esas reuniones es un caso de mala administración.

Este informe tan oportuno se ha elaborado a raíz de la petición de mayor transparencia por parte de la Presidencia británica. Además, las encuestas de opinión y las declaraciones de las ONG, la sociedad civil y el mundo académico ponen de manifiesto el deseo de la ciudadanía de que sus Gobiernos tengan que rendir cuentas en mayor medida con respecto a los asuntos de la UE.

Estoy de acuerdo en que es inaceptable que un importante órgano legislativo de la UE siga reuniéndose a puerta cerrada cuando actúa como tal, especialmente en un momento en el que la UE se ve a sí misma como promotora de la democratización y la responsabilidad. Por tanto, estoy a favor de que las reuniones públicas del Consejo se retransmitan en directo y a través de la web y que se publiquen las transcripciones oficiales de las reuniones legislativas.

Las enmiendas reclamadas al Consejo deben considerarse una adaptación –pendiente desde hace tanto tiempo– del Consejo a la realidad europea y a la igualdad institucional en la actividad legislativa.

 
  
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  Alyn Smith (Verts/ALE), por escrito. (EN) Felicito sinceramente al diputado de mi Grupo, el señor Hammerstein Mintz, por su importante informe, ya que llega al fondo de muchos de los problemas a los que se enfrenta actualmente la UE. En Escocia, el lugar de donde yo procedo, al igual que en tantos países, la mayor confusión sobre la UE es la falta de transparencia y la sensación de que la UE no informa de sus decisiones; y en mi opinión todo ello se debe a que el Consejo de Ministros se reúne a puerta cerrada, a menudo en la oscuridad de la noche.

Para una organización que habla tanto de transparencia, en la práctica vemos poca transparencia fuera de esta Cámara, y el hecho de abrir las puertas del Consejo supondría un gran avance para informar a los ciudadanos europeos de lo que se hace en su nombre. El presente informe es solo el inicio de ese proceso y nosotros tenemos que seguir presionando en una cuestión tan crucial como esta.

 
  
  

- Informe Cashman (A6-0052/2006)

 
  
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  Sérgio Marques (PPE-DE), por escrito. (PT) Quisiera felicitar al señor Cashman por su importante informe con recomendaciones a la Comisión sobre el acceso a los textos de las instituciones, que yo apoyo. Acojo con agrado en particular la referencia a la necesidad de que la Comisión presente una propuesta legislativa sobre «el derecho a acceder a los documentos del Parlamento Europeo, del Consejo y de la Comisión y sobre los principios generales y los límites, por motivos de interés público o privado, que regulan el ejercicio de este derecho de acceso». Este propuesta debe elaborarse en debates interinstitucionales y seguir recomendaciones detalladas.

Compartimos también el punto de vista de que las nuevas normas de acceso a los documentos deben aplicarse solamente después de que haya entrado en vigor el reglamento modificado, sin ningún efecto retroactivo.

 
  
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  David Martin (PSE), por escrito. (EN) Desde la ratificación del Tratado de Amsterdam y la entrada en vigor del artículo 255 del Tratado constitutivo de la Comunidad Europea (TCE), la transparencia se ha convertido en un principio fundamental de la Unión Europea, cuyo principal objetivo es reforzar la naturaleza democrática de las instituciones europeas.

Este informe insta a la Comisión a elaborar una propuesta legislativa sobre el derecho de acceso a los documentos del Parlamento Europeo, el Consejo y la Comisión. Por medio de esta propuesta, el informe trata de adherirse al principio de subsidiariedad, los derechos fundamentales de los ciudadanos, la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en particular respecto al artículo 8, y los artículos 7 y 8 de la Carta de los Derechos Fundamentales.

Apoyo plenamente el informe porque creo que la UE no solo tiene la obligación de ser lo más abierta y transparente posible con los ciudadanos, sino que también ha de asumir el liderazgo y servir de ejemplo a los Gobiernos y Parlamentos de los Estados miembros y de los países candidatos y en vías de adhesión.

 
  
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  Alyn Smith (Verts/ALE), por escrito. (EN) Felicito al señor Cashman por su informe y me complace poder apoyarlo hoy. Los problemas que han tenido muchos diputados con el acceso a los documentos es una cuestión que afecta a toda la Cámara y ya es hora de que empecemos a abordarla aquí. Solo espero que los objetivos de este informe se vean respaldados por medidas efectivas.

 
  
  

- Informe Papastamkos (A6-0051/2006)

 
  
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  Andreas Mölzer (NI).(DE) Señor Presidente, en la OMC, la UE se ve presionada por varios flancos. Por un lado tendremos que aceptar algunos cambios en beneficio de la lucha contra la pobreza en los países más pobres, mientras que, por otro, no podemos ser demasiado generosos en las concesiones unilaterales que hacemos. Los países ACP, con sus demandas de aranceles reducidos, corren el riesgo de perjudicarse a sí mismos. Ya que sin duda no es esto lo que se busca con estas negociaciones, he votado en contra del informe.

Al mismo tiempo, tenemos que impedir que se lleve a cabo la amenaza de levantamiento de la prohibición de importar materiales genéticamente modificados. La Unión Europea tiene la posibilidad de conseguir esto actuando como una comunidad sólida en el escenario internacional. Finalmente, tenemos que resolver de inmediato el problema del cobro por parte de China de derechos de aduana sobre componentes y recambios de vehículos de motor, ya que de lo contrario los últimos fabricantes de vehículos acabarán abandonando Europa y dirigiéndose a China.

 
  
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  Jean-Pierre Audy (PPE-DE), por escrito. – (FR) He votado a favor del excelente informe de mi colega y amigo, el señor Papastamkos, sobre la evaluación de la Ronda de Doha tras la Conferencia Ministerial de la OMC en Hong Kong de diciembre de 2005. Considero que las economías, en especial las occidentales, deben apoyar el programa de desarrollo de Doha, que prevé un tipo de comercio abierto y justo que está destinado a reducir la pobreza en el mundo ayudando tanto a los países en desarrollo como a los países desarrollados a progresar. Si no lo hacemos, lo pagaremos muy caro desde el punto de vista político, en especial por la escalada del extremismo. Me alegro que estas negociaciones reconozca la capacidad del multilateralismo y del comercio internacional para crear riqueza y, de este modo, progreso social. Todo el mundo podrá comprobar cómo una Unión Europea política unida y fuerte puede desempeñar un papel destacado a escala mundial en esta lucha contra una situación en la que el egoísmo nacional prevalece sobre unas instituciones internacionales debilitadas.

 
  
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  Bruno Gollnisch (NI), por escrito. – (FR) La OMC intenta encontrar hoy soluciones a problemas que nunca habrían existido sin ella y sus intentos de imponernos el libre comercio mundial, cueste lo que cueste para la población: toda clase de dúmping, problemas de falsificación, obstáculos al acceso al mercado en la mayoría de los países salvo en la Unión Europea, subvenciones transparentes (en Europa) o disfrazadas (en el resto del mundo, en especial en los Estados Unidos) que distorsionan la competencia, etc. El mercado mundial es una selva en la que los más débiles, los más pobres, son las víctimas elegidas, y la única región que respeta las reglas del juego, Europa, es una víctima circunstancial. Para garantizar el desarrollo de los países menos avanzados, no hay que integrarlos en la OMC, sino protegerlos de ella.

Junto con algunos premios Nobel de Economía consideramos que el libre comercio solo puede beneficiar a todas las partes cuando se realiza entre países con el mismo grado de desarrollo, mientras que el comercio entre otros países debe regularse; esto no impide, por cierto, que haya disposiciones comerciales favorables para los países en desarrollo. Tampoco significa que cada «zona» constituida de este modo necesite una política comercial común centralizada en manos de una burocracia supranacional. En una palabra, el libre comercio no es un fin en sí mismo.

 
  
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  Hélène Goudin y Nils Lundgren (IND/DEM), por escrito. (SV) Este informe de propia iniciativa arroja luz sobre el doble rasero que aplica la UE en la política comercial internacional. Se habla con mucho entusiasmo de la necesidad de que los países en desarrollo abran sus mercados a las empresas europeas. Al mismo tiempo, el ponente dice que la agricultura de la UE tiene un «carácter multifuncional» que hay que respetar.

Creemos que, a largo plazo, el libre comercio ayuda a mejorar el mundo. Hay que tener en cuenta, sin embargo, los diferentes grados de desarrollo de los países. Si al comienzo también del proceso de desarrollo se pretende que el comercio tenga por efecto reducir la pobreza, la UE debe modificar su política comercial suprimiendo los subsidios agrícolas y permitiendo que los países pobres compitan en buenas condiciones.

Dado que la mayor parte del informe está redactado en negativo, hemos votado en contra del mismo en la votación de hoy.

 
  
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  Pedro Guerreiro (GUE/NGL), por escrito. (PT) Con esta resolución, la mayoría del Parlamento ha querido allanar el camino a la liberalización del comercio internacional –en el sector agrícola, los productos no agrícolas y los servicios– en la ronda actual de negociaciones de la OMC, que se espera que concluya a finales de 2006.

La profundización de la liberalización del comercio –sorteando las contradicciones actuales o debilitando las posiciones que han defendido hasta ahora algunos de los denominados países en desarrollo– tendrá consecuencias extremadamente serias para los trabajadores y para la gente en general.

Tomemos el ejemplo de los servicios. Hasta el 28 de febrero, la Unión Europea o los Estados Unidos han solicitado la liberalización de los siguientes sectores: transporte (aéreo y marítimo), audiovisual y cultura, tecnología de la información, construcción, enseñanza, energía, medio ambiente, telecomunicaciones, distribución, arquitectura e ingeniería, servicios postales, financieros y jurídicos.

Eso significa que en relación con estos sectores se intenta levantar todas las restricciones de la inversión extranjera, del establecimiento transfronterizo y de la prestación de servicios, los requisitos de nacionalidad y las limitaciones de la competencia.

En otras palabras, se pretende suprimir mecanismos que son fundamentales para que los Estados económicamente menos (o más) desarrollados estén en condiciones de asegurar su desarrollo y satisfacer las necesidades de su población. Esto hará las delicias de la codicia explotadora e inhumana de los grandes grupos económicos y financieros de la Unión Europea y los Estados Unidos.

 
  
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  David Martin (PSE), por escrito. (EN) Este informe sobre el resultado de la reunión de la OMC en Hong Kong llega en un momento crucial, puesto que actualmente las negociaciones están pendientes de un hilo. Hemos votado hoy con objeto de enviar una señal política clara a las partes negociadoras, entre ellas la UE, para que cumplan sus compromisos de concluir con éxito esta ronda centrada en los países más pobres, como se acordó en Doha.

Como portavoz laborista en asuntos de comercio internacional, he presentado una serie de enmiendas a este informe en su paso por la comisión. Entonces, como ahora, pedí la exclusión de algunos servicios públicos críticos (entre ellos el agua) de los procesos de liberalización. En el apartado relativo al acceso al mercado de productos no agrícolas pedí flexibilidad en el número y el rango de coeficientes utilizados para calcular las reducciones arancelarias, con objeto de dejar suficiente margen político a los países en desarrollo para que puedan decidir el ritmo de la liberalización. Hoy he votado a favor de una enmienda similar.

En cuanto a la agricultura, aunque estoy de acuerdo con la opinión de la Comisión de que las negociaciones deben llevarse en paralelo a las de otros sectores, no he podido votar a favor del llamamiento hecho por algunos colegas de que la oferta actual de la UE se considere condicional e incluso reversible. Creo que por lo menos tenemos que mantener la oferta actual.

 
  
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  Luís Queiró (PPE-DE), por escrito. (PT) El informe Papastamkos sobre la conferencia ministerial de la OMC en Hong Kong nos ha llevado a hacer dos observaciones. En primer lugar, no debería ser difícil de entender que el comercio internacional tiene un enorme potencial para promover el desarrollo y la prosperidad. Por un lado, cuantas más transacciones comerciales se realicen, tanto mayor será nivel de dependencia y cooperación entre los Estados miembros. Por otra parte, cuanto más intenso sea el comercio internacional, tanto mayor será la prosperidad económica de los diversos países, lo que ayudará a mejorar las condiciones de vida de las personas y hacer del mundo un lugar más seguro.

En segundo lugar, la inevitable conclusión es que cualquiera que desee ver un mundo con más comercio y más comercio justo, un mundo en el que se cumplan las normas, casi con toda seguridad abandonará la cumbre decepcionado. A medida que avanza 2006 nos alejamos cada vez más del objetivo de terminar con éxito, a finales de este año, la ronda iniciada en 2001. Sin embargo, si queremos alcanzar este objetivo, necesitamos ponernos de acuerdo sobre las ventajas del libre comercio y sobre las normas a las que debe someterse ese libre comercio.

 
  
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  Alyn Smith (Verts/ALE), por escrito. (EN) Este informe se ha modificado tanto que ya no he podido apoyarlo, aunque esté de acuerdo con algunos puntos. Los objetivos de la campaña «Pobreza Cero» y la manifestación convocada en Edimburgo el verano pasado se han logrado en tan poca medida que por desgracia podemos hablar de una oportunidad perdida. Hoy podríamos haber enviado un mensaje más alto y más claro a nuestros Gobiernos y a la Comisión Europea. En su lugar, hemos dado prácticamente por buena la situación actual, una situación que yo no quiero que continúe.

 
  
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  Marc Tarabella (PSE), por escrito. – (FR) Quiero indicar la razón por la que he votado en contra del informe en la votación final.

La causa está en el rechazo de la enmienda 22, que condenaba la insistencia de la Comisión en la liberalización de los servicios en la UE y en otras partes sin el apoyo de una legislación social y ambiental adecuada.

Estoy plenamente de acuerdo en que ningún país debe verse obligado a liberalizar cualquier sector de servicios, y que sectores como la sanidad, la distribución de agua, la educación y los servicios audiovisuales en particular deben excluirse de la liberalización.

Esta parte de la enmienda ha sido rechazada por escaso margen: 291 a favor, 299 en contra y 20 abstenciones. Por esta razón no he querido votar a favor en la votación final.

 
  
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  Georgios Toussas (GUE/NGL), por escrito. (EL) El Kommounistiko Komma Elladas ha votado en contra del informe sobre la evaluación de la Ronda de Doha porque se inscribe e insiste en el marco reaccionario y antipopular de la Conferencia Ministerial de la OMC de Hong Kong y las extravagantes pretensiones de eurounificar el capital, como se define y promueve en espléndida cooperación con los Estados Unidos. El objetivo de la Uión Europea y los Estados Unidos durante las negociaciones en curso es aumentar todavía más la explotación de los pueblos y de los recursos de producción de riqueza de los países capitalistas desarrollados y más aún de los países en desarrollo y menos avanzados.

La Unión Europea y los Estados Unidos, junto con los demás poderes imperialistas, están procediendo a la apertura selectiva de los mercados y a la abolición de los subsidios a los productos agrícolas en detrimento de las pequeñas y medianas empresas, de manera que el capital monopolista pueda penetrar en los mercados de los países en desarrollo y menos desarrollados a fin de controlar totalmente los productos industriales, la prestación de servicios y la explotación abusiva del agua, la energía y demás recursos para maximizar su rentabilidad.

 
  
  

- Informe García-Margallo y Marfil (A6-0077/2006)

 
  
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  Jean-Pierre Audy (PPE-DE), por escrito. – (FR) He votado a favor del excelente informe de mi colega, el señor García-Margallo y Marfil, sobre la situación de la economía europea en el marco del informe preparatorio sobre las orientaciones generales de las políticas económicas para 2006, que destaca las condiciones necesarias para un crecimiento económico duradero.

Este informe es esencial para entender por qué Europa es una de las zonas del mundo, concretamente del mundo desarrollado, cuyo crecimiento es más lento. El exceso de burocracia, que resta flexibilidad a nuestra economía; el hecho de que no tengamos suficientes líderes mundiales y que nuestras pequeñas y medianas empresas progresen con menos rapidez que en los Estados Unidos de América; bajos niveles de desempleo y jornadas de trabajo de duración media reducida y, por último, la escasez de inversiones en formación profesional, investigación y desarrollo, explican en gran parte la situación actual.

En la competencia económica y social planetaria a que se enfrenta Europa, urge que los Estados miembros, a través de los planes nacionales de reforma, colaboren con la Unión Europea en la creación de las condiciones para la consecución de los objetivos de Lisboa, que pretenden hacer de Europa la economía más fuerte del mundo.

 
  
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  Ilda Figueiredo (GUE/NGL), por escrito. (PT) Hé aquí un informe más sobre la situación económica; una reafirmación más de falsedades; y soluciones que simplemente ofrecen más de lo mismo. La situación económica y social sigue siendo precaria, con una desigualdad creciente, unos niveles de pobreza y desempleo inaceptables y un crecimiento económico que sigue siendo lento e inestable.

Lo que vemos es que los aspectos financieros predominan sobre la economía real, haciéndose hincapié en la necesidad de inspirar confianza a través de la aplicación estricta de la política monetaria por parte del Banco Central Europeo y el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, y en la necesidad de reducir impuestos a las empresas. Estas posiciones son tributarias de un liberalismo en estado puro y las rechazamos de plano.

¿Qué ha pasado en el nombre de la globalización? Se han socavado los derechos de los trabajadores y la seguridad social, se ha impuesto una mayor flexibilidad en los mercados de trabajo (el concepto mágico de «flexiguridad» y el CPE (Contrato de Primer Empleo) en Francia son un buen ejemplo), se ha justificado el aumento de la edad de jubilación real y oficial, se ha promovido la liberalización del sector de la energía y se ha pedido la liberalización de los servicios, contribuyendo así a la desregulación laboral y al dúmping social y ambiental.

Estas son grandes noticias para los grupos económicos y financieros. Como de costumbre, son los trabajadores y los sectores menos privilegiados de la sociedad los que tienen que pagar el pato.

De ahí que hayamos votado en contra.

 
  
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  Bruno Gollnisch (NI), por escrito. – (FR) Como cada año, el informe del Parlamento Europeo sobre las orientaciones generales de política económica es, en sus observaciones, un catálogo de obviedades y, en su capítulo de propuestas, una enumeración de recomendaciones que los diputados de derecha e izquierda de este Parlamento aprobarán con entusiasmo, pero que los partidos a los que pertenecen se cuidan mucho de aplicar cuando están en el poder en sus respectivos países.

Aparte de esta hipocresía, quisiera señalar tres puntos que me parecen sorprendentes: la ausencia total de cualquier referencia a los aumentos inmotivados de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo, que contribuyen al estancamiento de la zona del euro; el informe considera la Unión Europea una zona perfectamente homogénea, integrada por países que padecen problemas absolutamente idénticos, cuando las situaciones se han vuelto extremadamente heterogéneas desde la última ampliación; la petición de una legislación europea que sea «compatible con la de nuestros competidores» puede constituir una apuesta inaceptable por el menor común denominador social y ambiental.

Si no considerásemos ya que el conjunto de la política de Bruselas es en gran medida responsable de nuestras dificultades económicas, estos tres puntos habrían bastado para motivar nuestro voto en contra.

 
  
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  Marie-Noëlle Lienemann (PSE), por escrito. – (FR) No he aprobado las orientaciones generales de las políticas económicas porque no hacen sino avalar las tendencias liberales de la UE desde hace varios años y son la causa del escaso crecimiento, del desempleo, de la incertidumbre de los trabajadores y del abandono de nuestras protecciones sociales.

El informe no respalda ninguna de las orientaciones que harían posible una política alternativa: apoyo al poder adquisitivo y revalorización de los salarios para relanzar el consumo popular y el crecimiento; apoyo a ambiciosas inversiones públicas en modernización y empleo; armonización al alza de la fiscalidad y de las normas sociales para combatir el dúmping y creación de un verdadero Gobierno económico que tenga peso en el Banco Central Europeo.

 
  
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  Diamanto Manolakou (GUE/NGL) , por escrito. – (EL) Las orientaciones generales de las políticas económicas para 2006 incluyen todas las medidas antipopulares que acarraerán precios más elevados y mayor desigualdad, pobreza, incertidumbre y pesar para la clase trabajadora y las clases populares y mayor riqueza para el capital eurounificador.

Esto se ha garantizado en los Programas de Reforma Nacionales, de manera que la soga de la barbarie capitalista que se predica en la Estrategia de Lisboa pueda estrangular a la gente con rapidez y precisión.

Hay numerosas coartadas: el envejecimiento de la población para aumentar las edades de jubilación, la seguridad energética para privatizar el sector de la energía y convertirla de un bien social en una mercancía comercial, la reducción de los déficit que exige el Pacto de Estabilidad mediante la «contención» del gasto público en necesidades populares y la vinculación entre salario y productividad para garantizar reducciones de salarios y pensiones.

Al mismo tiempo, tenemos reducciones de impuestos y procedimientos simplificados para crear empresas, formas flexibles de trabajo, formación permanente por exigencias del mercado y ayuda estatal e investigación al servicio de las empresas, no en función de necesidades de la sociedad.

Es el nuevo ataque de la UE a la clase trabajadora y a los jóvenes, que solo un potente movimiento de masas puede rechazar; solo un potente movimiento de masas puede abrir nuevos caminos poniendo en práctica la enorme riqueza que se produce y que debe revertir en sus creadores, los trabajadores, y no en sus explotadores.

 
  
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  Claude Moraes (PSE), por escrito. (EN) He apoyado este informe en su propósito de reducir los costes de la asistencia sanitaria y los medicamentos de los países más pobres. Aunque apoyo el propósito de la enmienda 3 de reducir esos costes, la enmienda no es apropiada, puesto que establece un límite general para todas las patentes de productos relacionados con este campo, lo que podría distorsionar los mercados a escala mundial y posiblemente mermar su desarrollo en el futuro.

 
  
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  Luís Queiró (PPE-DE), por escrito. (PT) Acojo con agrado la tendencia que apuntan las preocupaciones y recomendaciones contenidas en las orientaciones generales de las políticas económicas para 2006. En este momento, el debate debería centrarse en decisiones operativas encaminadas a lograr que el entorno económico propicie en mayor medida el crecimiento, el empleo, la competencia, la innovación y la creación de riqueza. No deberíamos gastar nuestras energías en asuntos secundarios o, con la misma gravedad, en lo que debería ser evidente.

Los Estados miembros de la UE y sus dirigentes políticos tienen el deber de promover un entorno político favorable a la reforma económica. Lo que necesitamos urgentemente es un discurso caracterizado por la verdad, el coraje y los resultados. Tenemos que ser audaces y retar a nuestras sociedades a invertir en el futuro y en sí mismas. Tenemos que ser capaces de crear las condiciones necesarias para que esa inversión se produzca. El futuro no es necesariamente temible. Sin embargo, muchos Gobiernos europeos aparecen temerosos. He apoyado este informe porque rechaza esa manera de pensar y porque se presenta como un reto para actuar con objetivos y propuestas factibles, con las cuales estoy de acuerdo en gran parte.

 
  
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  Kathy Sinnott (IND/DEM), por escrito. (EN) He votado en contra del informe García-Margallo y Marfil porque apoya la propuesta de la Comisión de establecer una base impositiva común consolidada para las empresas según se establece en el apartado 16. Dicha propuesta supone claramente el inicio de un proceso de armonización fiscal, esa grave pero casi nunca reconocida amenaza para la prosperidad irlandesa. Me opongo también al régimen fiscal según las normas del estado de origen para las PYME.

La armonización fiscal es directamente contraria a los deseos de los irlandeses. Con un régimen fiscal común europeo para las empresas perderemos uno de los principales factores que mantienen nuestra independencia económica y nuestra situación actual de prosperidad. Me parece que ese es el inicio de la tentativa de imponer una política fiscal europea común a Irlanda. Tengo que aconsejar al Gobierno irlandés que preste mucha atención a este espacio, en el que nuestra libertad se ve amenazada, y que lo defienda de una manera más enérgica. En los círculos del Gobierno irlandés se dice lo siguiente: no hay planes para armonizar los impuestos, pero si los hubiera, el Gobierno irlandés los rechazaría.

Bueno, pues aquí los tenemos, asomando por el horizonte; es hora de que demuestren su valía.

 
  
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  Peter Skinner (PSE), por escrito. (EN) Aunque apoyo el propósito de la enmienda 3 de reducir los costes de la asistencia sanitaria y los medicamentos, la enmienda no es apropiada, puesto que establece un límite general para todas las patentes de productos relacionados con este campo, lo que podría distorsionar los mercados a escala mundial y posiblemente mermar el desarrollo en el futuro. Estas cuestiones se tratan mejor en el marco de las Naciones Unidas y la OMS.

El Partido Laborista en el Parlamento Europeo mantiene su posición sobre la cuestión de la fiscalidad de las empresas, que consiste en no apoyar el recálculo de la base impositiva para las empresas. Aunque deseamos una mayor coordinación de las autoridades fiscales en sus iniciativas para ayudar a las PYME que realizan transacciones comerciales transfronterizas, reconocemos que esta cuestión sigue siendo competencia de los Estados miembros de la UE.

 
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