Timothy Kirkhope (PPE-DE), por escrito. (EN) Mis colegas conservadores británicos y yo apoyamos desde hace mucho tiempo los intentos de conseguir que el Parlamento Europeo tenga una única sede oficial, que debería estar en Bruselas. El coste de la sede de Estrasburgo para el contribuyente se cifra en unos 150 millones de libras esterlinas al año. Es un flagrante despilfarro de dinero público. Los contribuyentes británicos merecen que su dinero se gaste como es debido.
Queremos llevar a cabo nuestro trabajo en nombre de nuestros electores allí donde sea más eficaz y rentable, es decir, en Bruselas. El coste de tener que mantener actividades parlamentarias tanto en Estrasburgo como en Bruselas es ya insostenible, y seguiremos con la campaña para que en el futuro el Parlamento tenga una única sede en Bruselas.
Hubert Pirker (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, voté a favor del informe Roure porque constituye una iniciativa muy positiva a favor de una mayor seguridad. Por primera vez, se establece una base institucional y se regula específicamente la cooperación de los funcionarios de enlace designados por los Estados miembros para operar en terceros países También por primera vez, se garantizan la cooperación de los funcionarios de enlace con los funcionarios de enlace de Europol y su coordinación mediante funcionarios de enlace de Europol en terceros países. Además, a los Estados miembros que se enfrentan a posibles amenazas de estados en los que no cuentan con funcionarios de enlace, se les puede proporcionar información temprana por medio de funcionarios de enlace de otros Estados miembros.
La institucionalización de la cooperación de los funcionarios de enlace incrementa la seguridad en la Unión Europea y en sus países vecinos más próximos. Se trata de asunto de interés público y de interés de la seguridad dentro de la Unión Europea.
Carlos Coelho (PPE-DE), por escrito. (PT) Esta propuesta es posterior a la evaluación de la Decisión 170/2003, por la que se intensifica la cooperación entre Estados miembros con respecto a la designación de funcionarios de enlace en terceros países y organizaciones internacionales.
Respaldo la idea de presentar las enmiendas necesarias para garantizar que la práctica actual de empleo de funcionarios de enlace de Europol queda cubierta y es jurídicamente vinculante.
De esta forma, los funcionarios de enlace de los Estados miembros deberían establecer y mantener contactos directos con las autoridades nacionales en el Estado u organización internacional de acogida, con vistas a facilitar y acelerar la recogida e intercambio de información, que a su vez debería transmitirse a Europol.
El objetivo es ayudar a establecer un espíritu de cooperación europea entre las autoridades policiales, en otras palabras, un enfoque comunitario para las tareas asignadas a los agentes de enlace y el intercambio directo de información entre esos funcionarios y el mando central de Europol. Esto contribuirá a aumentar la coherencia y la eficacia de las tareas asignadas a estos funcionarios, y evitar problemas de falta de coordinación, cooperación e incluso solapamiento.
Por tanto, apoyo las enmiendas presentadas por el ponente y espero que se pueda llegar a un acuerdo en primera lectura.
Philip Claeys (NI). – (NL) Señor Presidente, el desarrollo del programa del informe Takkula refleja perfectamente la actitud oficial arrogante y condescendiente de Europa tras los referendos de Francia y los Países Bajos. Los tontos de los franceses y neerlandeses no han captado el mensaje y han de ser reeducados. El perfecto representante de esta elite arrogante es el Comisario Michel, quien afirmó literalmente que el público no siempre tiene la razón y que, en casos como este, los políticos deberían marcar el camino.
El programa actual «Ciudadanos con Europa» encaja muy bien en esta dudosa estrategia de comunicación e información. Invirtiendo cientos de millones de euros en todo tipo de organizaciones y proyectos sin sentido y políticamente correctos, la Comisión desea acercar a los ciudadanos a la Unión, o eso dice. Irónicamente, el documento también hace referencia al Plan D, que indica democracia, diálogo y debate, pero el mismo mes en que se presentó el plan, se iniciaron las negociaciones de adhesión con Turquía, aunque es bien sabido que la mayoría de los europeos se oponen a ello. Este es exactamente el tipo de hipocresía a la que ofrecen resistencia un número cada vez mayor de europeos.
Jean-Pierre Audy (PPE-DE), por escrito. – (FR) He votado a favor del informe de mi colega, el señor Takkula, sobre la propuesta de Decisión del Parlamento y del Consejo Europeo por la que se establece el programa encaminado a promover la ciudadanía europea para el período 2007-2013. En efecto, es esencial hacer valer esa característica original de la integración europea que consiste en ofrecer a los europeos una doble ciudadanía: nacional y europea.
La capacidad de los Estados miembros para declarar ambiciones comunes afirmando al mismo tiempo nuestros valores depende muy directamente de la asociación de los ciudadanos a la integración europea. Por tanto, todos debemos trabajar en ello, y muy en especial los diputados al Parlamento Europeo en relación con nuestros colegas de los Parlamentos nacionales, que representan la ciudadanía nacional de los habitantes de los Estados miembros.
La ciudadanía europea es la argamasa que debemos promover en todas partes con el orgullo de pertenecer a una iniciativa especial y única en el mundo: la integración de la Unión Europea, que no es una nación, sino la creación, en un contexto pacífico y con medios democráticos, de una civilización humanista.
Gerard Batten, Graham Booth, Derek Roland Clark, Roger Knapman, Michael Henry Nattrass, Jeffrey Titford y Thomas Wise (IND/DEM), por escrito. El Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP) ha votado contra las enmiendas 62 y 63 sobre el programa «Ciudadanos con Europa» porque creemos que los proyectos propuestos, que merecen toda nuestra simpatía, deberían organizarse y financiarse a escala nacional.
Charlotte Cederschiöld, Christofer Fjellner, Gunnar Hökmark y Anna Ibrisagic (PPE-DE), por escrito. (SV) Los Conservadores suecos han decidido abstenerse hoy en la votación sobre el informe Ciudadanos con Europa. El informe subraya soluciones constructivas tales como la importancia de difundir información sobre las víctimas del nazismo y el comunismo. También es bueno que las instituciones de la UE ofrezcan información sobre sus actividades y sobre los derechos y obligaciones que emanan de la ciudadanía europea. Sin embargo, no estamos de acuerdo con el número cada vez mayor de asignaciones financieras de la UE destinadas a formar la opinión con el fin de desarrollar una identidad europea. La identidad europea se desarrolla por medio de reuniones entre personas y una cooperación más amplia, no mediante esfuerzos de las instituciones públicas de formar la opinión.
Edite Estrela (PSE), por escrito. (PT) Me he abstenido en la votación final de este informe porque las enmiendas 62 y 63, en las que puse mi nombre, no han sido aprobadas. En mi opinión, este intento de volver a escribir la historia es tremendo. No debemos olvidar a las víctimas del fascismo y otros regímenes dictatoriales que han llegado al poder en Europa en el pasado reciente. Votar en contra de las enmiendas 62 y 63 es un error histórico y político.
Dado que el principal objetivo de este nuevo programa es promover los valores, las conquistas y la diversidad cultural de Europa, unir a los ciudadanos de la Unión Europea, reforzando los vínculos que unen a los ciudadanos y las instituciones de Europa, y promover la cohesión entre europeos, no se puede dejar fuera a las víctimas del fascismo, ni pasar por alto la importancia de la conquista histórica de la libertad y la democracia, sin las que países como Portugal no hubieran sido capaces de formar parte del proyecto europeo.
Ilda Figueiredo (GUE/NGL), por escrito. (PT) La promoción de la ciudadanía supone mucho más que simplemente fortalecer la democracia y la integración política y social en Europa, algo que el informe dice defender. La promoción de la ciudadanía supone animar a los ciudadanos a que se impliquen en la definición de las políticas que les afectan de forma directa e indirecta. Esto puede lograse, entre otras cosas, mediante lo siguiente: igualdad de oportunidades para hombres y mujeres; la promoción de una enseñanza de buena calidad, incluyente y pública; el derecho al trabajo y a trabajar con derechos; el derecho a una sanidad gratuita y de buena calidad; el derecho a la cultura; el acceso a la justicia; el acceso a una vivienda digna; y la paz. Este es, de hecho, un listado de libertades, garantías y derechos económicos, sociales y culturales recogidos en la Constitución de la República Portuguesa.
Consideramos que la identidad individual y colectiva de las personas se forma a partir de su memoria colectiva, y que esta debe traerse a primer plano, para que todos seamos conscientes de donde venimos y definamos a dónde queremos ir.
Lamentamos, sin embargo, que el informe aprobado vaya a servir para contaminar la historia europea y que la mayoría del Parlamento haya optado por contaminar la memoria colectiva en la que se basará la identidad de las generaciones actuales y futuras. Por ejemplo, rechazaron las propuestas de apoyo de iniciativas en honor a las víctimas del fascismo...
(Explicación del voto acortada de conformidad con el apartado 1 del artículo 163 del Reglamento)
Hélène Goudin y Nils Lundgren (IND/DEM), por escrito. (SV) No nos parecen nada bien algunas de las enmiendas de la Comisión de Cultura y Educación del Parlamento Europeo.
El informe se basa principalmente en la actitud de aparente incomprensión a la que hacer frente tras la baja participación en las elecciones al Parlamento Europeo de 2004, así como el hecho de que el proyecto de Constitución fuera rechazado en los referendos de Francia y los Países Bajos. El programa «Ciudadanos con Europa» no ayudará a cambiar la situación política.
Nos oponemos a aumentar el presupuesto de este programa por encima de los 235 000 000 euros dispuestos para el periodo 2007–2013, como se recomienda en la Enmienda 36. La cantidad mencionada ya es demasiado generosa.
El trabajo con respecto a los clubes deportivos locales de aficionados huele a desprecio a la gente. Igualmente observamos que, importante como es para los europeos preservar los recuerdos de las dictaduras y tragedias de su historia, esto debería hacerse en el ámbito de cada país. No es algo en lo que tengan que implicarse los eurócratas de Bruselas.
Por tanto, hemos votado en contra de este informe.
Anna Hedh (PSE), por escrito. (SV) Mi disposición respecto al informe es buena, en la medida en que se trata de que los ciudadanos de la UE han de ser más conscientes, y estar informados, sobre la UE y las oportunidades que tienen para ejercer su influencia. También apoyo la opinión del ponente de que el programa debería ser accesible para todos y no solo estar dirigido a los ciudadanos bien formados y privilegiados. Sin embargo, soy crítica con respecto al texto que hace referencia a la nueva Constitución y con respecto a la aspiración a una ciudadanía europea común.
Timothy Kirkhope (PPE-DE), por escrito. (EN) Mis colegas conservadores británicos y yo estamos de acuerdo en que existe un amplio distanciamiento respecto a las instituciones europeas por parte de los ciudadanos de la UE. Esto quedó demostrado con el voto negativo en los referendos de Francia y los Países Bajos sobre la Constitución Europea. También quedó demostrado con la gran abstención en las elecciones europeas de 2004.
Creemos que las instituciones europeas deben ser más transparentes y responsables ante sus electores. Deben ser también más eficientes en relación con el coste. El Parlamento y las demás instituciones deben operar de tal forma que permita recuperar la confianza y el respeto. Este informe plantea esos problemas de forma básicamente equivocada. Además deteriorará la confianza en la UE con su petición de un presupuesto de casi 300 millones de euros de dinero de los contribuyentes para gastar en proyectos arbitrarios que pretenden imponer una identidad europea artificial.
Queremos dejar claro que los conservadores británicos están muy a favor de actos solemnes de recuerdo y conmemoración de los males del nazismo y el estalinismo que sufrieron millones de personas de la Europa Central y Oriental y de la antigua Unión Soviética. Pero creemos que la celebración de esos actos corresponde a cada Estado miembro y a sus ciudadanos.
Sérgio Marques (PPE-DE), por escrito. (PT) Los ciudadanos de Europa se sienten muy desilusionados y despegados de las instituciones y del proceso de integración europea. El rechazo al Tratado constitucional en Francia y los Países Bajos ha puesto aun más de relieve esta situación. En este contexto, la Comisión ha presentado su programa «Ciudadanos con Europa», destinado a promover los valores europeos y una ciudadanía europea activa.
El programa establece la ejecución de medidas que acercarán a los ciudadanos europeos con el fin de compartir e intercambiar experiencias, opiniones y valores, para fomentar el debate y la reflexión sobre la ciudadanía europea, a través de la cooperación entre las organizaciones de la sociedad civil, para celebrar actos de gran visibilidad, llevar acabo estudios y encuestas, y reforzar otra información e instrumentos de difusión.
En términos generales, apoyo las enmiendas presentadas a este informe, especialmente respecto del título del programa. El título «Europa con los ciudadanos» refuerza la idea de que Europa debería actuar como medio para cumplir las aspiraciones de los ciudadanos, y no al revés.
Athanasios Pafilis (GUE/NGL), por escrito. – (EL) Mediante el programa «Ciudadanos con Europa», la Comisión y el Parlamento Europeos están lanzando una campaña de lavado de cerebro contra los pueblos de Europa con el fin de combatir el creciente desencanto y condena de sus políticas, y el cuestionamiento de la propia UE.
Su arsenal ideológico descansa sobre dos pilares: en la consagración de la barbarie capitalista, como único camino adelante para los pueblos, y en el anticomunismo, metiendo de nuevo por la puerta de atrás el «memorándum» que equipara al fascismo con el comunismo.
Con asignaciones de 235 millones de euros para costear y pagar a todo tipo de panegiristas y propagandistas de la Europa «de la calle de un solo sentido», están movilizando los mecanismos creados hace años y a las llamadas ONG para cultivar un clima positivo y corregir el desencanto de la gente con respecto al carácter y la política de la UE. A los reconciliados líderes de los sindicatos se les ha encomendado una misión parecida, para que puedan esconder bajo el título ‘Ciudadanos de Europa’ las enormes e irreconciliables diferencias de clase entre los capitalistas y la clase trabajadora.
Los eurodiputados del Partido Comunista de Grecia hemos votado en contra del informe. Por lo que respecta a la enmienda que hace referencia a la condena del nazismo y las dictaduras de Europa, nos abstuvimos en la votación, porque no menciona a las dictaduras de España, Portugal y Grecia por su nombre, y está formulada de tal manera que los regímenes socialistas podrían interpretarse como dictaduras.
Luís Queiró (PPE-DE), por escrito. (PT) Como sabemos, la UE está pasando por un momento difícil. Están apareciendo nuevos retos en diversos frentes; el flojo crecimiento económico ha causado un gran impacto social y nos ha traído retos globales a los que todavía tenemos que encontrar soluciones. Sin embargo, el mayor reto al que nos enfrentamos es la opinión de los ciudadanos sobre el proyecto europeo. El creciente escepticismo y la evidente falta de satisfacción con el proyecto de integración europea están aumentando la brecha entre los ciudadanos y los responsables políticos de la toma de decisiones. Por tanto, necesitamos replantearnos la forma en que se comunican las instituciones democráticas europeas.
Considero que este programa es una herramienta importante para difundir el conocimiento de los valores europeos entre todos los ciudadanos. Contiene diversos proyectos de los ciudadanos, apoyo a la provisión de información a la sociedad civil europea, y la celebración de actos muy visibles y otros eventos que contribuirán a promover el conocimiento de la memoria europea.
El proyecto europeo se caracteriza por el respeto a la diversidad y la riqueza cultural. Esto se consigue gracias a medidas que refuerzan la cohesión entre los europeos, que resulta vital si queremos completar el mercado interior y lograr el crecimiento y desarrollo sostenibles de nuestras sociedades.
Por tanto, he votado favor de este informe.
Frédérique Ries (ALDE), por escrito. – (FR) Apoyo desde luego este informe, que pretende acercar las instituciones europeas al ciudadano, que es un objetivo, si no una necesidad, en la Europa de hoy, en la que no deja de ganar terreno el escepticismo .
Este informe propone nuevas ideas en materia de comunicación, de proyectos ciudadanos de carácter transnacional y, sobre todo, de un deber de «memoria activa europea», una iniciativa unificadora destinada a conmemorar a las víctimas de las deportaciones y del exterminio masivo cometidos por los regímenes nazi y comunista. He votado en contra de todos los intentos de diluir el texto, pues se ha querido hacer referencia a otras formas de totalitarismo en Europa. Las atrocidades cometidas por estos dos regímenes, y padecidas por todos los pueblos europeos, están en el origen de la construcción europea y es esencial no banalizarlas.
Aparte de esta iniciativa, nuestra función es informar, conocer, dialogar, convencer, hacer de forma que cada ciudadano sepa cómo encuadra Europa su vida cotidiana, reforzar el sentimiento de pertenencia a Europa, luchar contra cualquier forma de repliegue nacionalista, dar vida al valor añadido de Europa y recordar que se trata de la idea más brillante del siglo XX.
Recordemos que en una época en que algunos de nosotros empiezan a tener dudas, el resto del mundo sueña con Europa.
Lydia Schenardi (NI), por escrito. – (FR) El programa «Ciudadanos con Europa» no es más que una herramienta de propaganda al servicio de la Unión Europea. El informe constata que Francia y los Países Bajos han rechazado el Tratado Constitucional y que los europeos son escépticos ante la ampliación, se entiende que con respecto a Turquía. Pero lejos de sacar conclusiones de esta dura desaprobación, este informe pretende «reeducar» a los ciudadanos. Una iniciativa como el hermanamiento entre ciudades, que ha demostrado su valía desde hace ya mucho tiempo, se secuestra sin vergüenza, mientras se gastarán millones en círculos de comunicación y acciones de comunicación.
Una enmienda, la enmienda 14, alienta incluso acciones a escala de la Comunidad. Al hablar de acciones en el ámbito deportivo, el informe indica, y cito, «de este modo se podría llegar a los ciudadanos pasivos o incluso euroescépticos». En realidad ustedes quieren acosar a los europeos que, a diferencia de ustedes, no se engañan. El término inventado de «valores europeos “activos”» que promueve este informe no significa nada. Un valor no es activo ni pasivo, no es un aparato que podemos conectar o desconectar, a menos que hagamos lo que hacen ustedes y nos comportamos como ideólogos.
John Attard-Montalto (PSE). – (MT) Gracias, Señor Presidente. Antes que nada, quisiera agradecerles a aquellos de sus Señorías, alrededor del 30 % del Parlamento, quienes, por respeto a mi país, han escuchado el discurso pronunciado por el Presidente de Malta. Sin embargo, lo que me ocupa hoy es explicar el sentido del voto con respecto al informe sobre la capital cultural de Europa. Ayer hubo un malentendido. Estaba previsto que yo iba a hablar, pero, por algún motivo, no se me dio la oportunidad de hacerlo. De hecho, lo que quería decir era que me abstenía, al igual que hicieron mis colegas malteses de la Delegación del Partido Socialista, porque, de los nuevos Estados miembros, nuestro país aparecía al final de la lista de países que pueden ser nominados y, de entre todos los Estados miembros más los dos nuevos países dispuestos a entrar en la Unión, estaba casi al final de esa lista. Creo que es injusto que se haya asignado a Malta una posición en la que deban de pasar doce años antes de que pueda ser nominada. Gracias.
Ilda Figueiredo (GUE/NGL), por escrito. (PT) Hemos votado a favor de las enmiendas del ponente, que mejoran la propuesta original de la Comisión y que preservan los intereses de Portugal. Un elemento a destacar es la refundición del artículo 13 que otorga una Capital Europea de la Cultura a Portugal en 2012.
También simplifica los procedimientos administrativos para la selección y supervisión de las «Capitales Europeas de la Cultura», y garantiza que la evaluación se realiza de acuerdo con los nuevos y más incluyentes criterios. Con respecto al programa, el único requisito es que debe ser coherente con la estrategia o política cultural nacional del Estado miembro.
Por consiguiente, creemos que la diversidad y las características particulares del legado cultural de cada Estado miembro se situarán en un primer plano, y se fomentará el diálogo entre las diversas culturas.
Hélène Goudin y Nils Lundgren (IND/DEM), por escrito. (SV) Tenemos una buena disposición con respecto a la idea básica de Capital Europea de la Cultura. Sin embargo, percibimos, al mismo tiempo, que este evento asumiría una nueva dimensión con respecto a la organización responsable y los compromisos de la UE.
La idea de la Capital Europea de la Cultura es buena; tan buena que podría financiarse de muchas otras maneras; por ejemplo, mediante patrocinadores locales. Los recursos financieros de la Unión Europea no deberían resultar necesarios para la supervivencia de este proyecto.
Por tanto, votamos en contra del informe, pero no nos oponemos a la idea en sí de la Capital Europea de la Cultura.
Andreas Mölzer (NI), por escrito. (DE) Se supone que recibir el título de «Capital Europea de la Cultura» sirve para mejorar considerablemente la imagen de una ciudad, y así debería serlo, pero el estatus de Capital Europea de la Cultura no debería suponer principalmente un año de fiesta en la ciudad y un marketing a corto plazo de la cultura local. Newcastle y Bilbao han demostrado que la cultura también puede tener un efecto a largo plazo.
En momentos en que los presupuestos se reducen al mínimo, en los nuevos proyectos se descuidan a menudo los costes de seguimiento. El portal de Internet propuesto, como herramienta para el intercambio de información y proporcionar ayuda, podría emplearse para evitar problemas en la organización y puesta en marcha del año de la cultura, antes de que se produzcan. Podría evitar, con muchísima más antelación, que las aspirantes gasten innecesariamente millones de euros en elaboradas campañas de publicidad y que al final se queden sin la subvención, o incluso, como en el caso de Weimar, la anterior capital de la cultura, tener que cerrar el museo de la ciudad por culpa de las grandes pérdidas financieras.
En 2009, el título de Capital de la Cultura recaerá de nuevo en una capital de provincia austriaca, Linz. Los preparativos ya están en marcha, y queda por saber si se están realizando con la suficiente previsión.
Athanasios Pafilis (GUE/NGL), por escrito. – (EL) La reestructuración de la institución de la Capital Europea de la Cultura se integra dentro de unos esfuerzos más generales para integrar y homogeneizar el tejido cultural de cada país, con el fin de ofrecer un apoyo único para la «cultura europea», que será una mezcla de subcultura, una presentación folclórica de las culturas nacionales y las estructuras comerciales modernas.
La experiencia de mi país, con Atenas en 1985 y Salónica en 1997, es lamentable en el sector cultural y económico. Programas culturales superficiales, con costes exorbitantes y sin conexión con la historia, gestionados por empresas nuevas, agencias y patrocinadores, con criterios vulgares, comerciales o con ánimo de lucro, que ensombrecieron algún destello de inteligencia que fue la excepción. Actos mundanos, bufets abundantes y celebraciones de mal gusto que marginalizaron o repudiaron cualquier elemento progresista de Grecia o sus países vecinos. Este es el «modelo cultural europeo», que funciona también como una fuente de enormes beneficios para diversas empresas.
La enmienda propuesta mantiene el mismo carácter, pero pasando los costes a los Estados miembros, fortaleciendo la supervisión y control por parte de la UE y pidiendo a la gente que pague a los empresarios en el ámbito nacional, y el coste de la política de la UE para imponer la subcultura europea y los ‘valores’ de la barbarie capitalista. Votamos en contra de este informe, y pedimos a los trabajadores y a las gentes del mundo del arte y la cultura que se opongan firmemente.
Luís Queiró (PPE-DE), por escrito. (PT) Desde que se puso en marcha en 1985, el programa «Capital Europea de la Cultura» ha contribuido a unir a los ciudadanos de Europa, al poner de manifiesto la riqueza, la diversidad y las características del patrimonio cultural de Europa.
El enorme éxito del programa entre los ciudadanos ha ayudado a fortalecer la dimensión europea y el desarrollo socioeconómico en las ciudades seleccionadas.
Estos beneficios pueden aumentar significativamente si adoptamos nuevas medidas, creando una metodología básica que nos permitirá crear sinergias que de otra forma no serían posibles. Un ejemplo de esto es la creación de un sitio web con información sobre las ciudades seleccionadas como capitales europeas de la cultura, las redes de contactos existentes e intercambios de experiencias, una estrategia que debería extenderse a todos los programas de la Comunidad. También me gustaría indicar que, gracias a su éxito e innovación, este programa me sirvió de inspiración para propuestas que he presentado, y que fueron aprobadas por el Parlamento, destinadas a crear un Destino Europeo de Excelencia, que también contribuirán a promover Europa en todo el mundo.
Por tanto, he votado favor de este informe.
Carl Schlyter (Verts/ALE), por escrito. (SV) Esta decisión no supone ningún nuevo coste, sino que da a los nuevos Estados miembros y a los países de la ampliación la oportunidad de elegir capitales de la cultura. La cooperación cultural es algo que ayuda a las personas a conocerse, y respetarse, las unas a las otras, y esto es algo positivo. El poder de la Comisión es limitado, y son los países y las ciudades quienes son responsables de hacer que las cosas salgan adelante.
Todo esto es alentador, al contrario que la legislación comunitaria, que se impone a las personas y que limita sus oportunidades democráticas de participación activa. Por tanto, voté a favor de la propuesta, a pesar de estar revestida de algo de euronacionalismo impreciso.
Hubert Pirker (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, voy ofrecer la explicación sobre el voto en representación de la delegación del Partido Popular Austriaco.
Votamos en contra de este informe porque solicita que se supriman los periodos transitorios actualmente vigentes para la libre circulación de trabajadores. Votamos en contra porque esperamos que se mantenga el tratado de adhesión, que todos los países, también los nuevos Estados miembros, ratificaron, incluyendo las disposiciones transitorias para proteger el mercado laboral austriaco. Es algo que está bastante justificado, ya que las estadísticas muestran que el número de trabajadores de los nuevos Estados miembros ya se ha duplicado en los dos últimos años.
La delegación del Partido Popular Austriaco se opone al informe porque, tanto ahora como en el futuro, solo Austria puede decidir durante cuánto tiempo se mantendrán las restricciones de entrada garantizadas en el tratado de adhesión, en el interés de los trabajadores austriacos; podría ser hasta siete años.
Oldřich Vlasák (PPE-DE). – (CS) Señor Presidente, Señorías, a la luz del hecho de que la comunicación de la Comisión 2006 sobre el funcionamiento de las medidas transitorias demuestra que no se ha producido una enorme afluencia de trabajadores de los Estados de la Europa de los 10 a los Estados con mercados laborales abiertos y que, al contrario, según los expertos ha tenido un efecto positivo en el aumento de la producción y la mejora de la economía, y a la luz también del hecho de que los periodos transitorios han contribuido claramente a un aumento del número de trabajadores ilegales, considero que la aprobación del informe del señor Őry debería ayudar a abrir completamente los mercados laborales de todos los Estados de la Unión Europea. Solo de esta manera podemos hacer realidad todas las libertades expresadas en el Tratado constitutivo de la Comunidad Europea, y dar un impulso a la economía de toda la UE. Por tanto, he votado a favor de la aprobación de este informe.
Zita Pleštinská (PPE-DE). – (SK) La libre circulación de las personas y el acceso a los mercados laborales constituye uno de los pilares de la integración europea. A no ser que defendamos este principio de conformidad con los valores básicos de la Comunidad, no nos pondremos al nivel de Estados Unidos, ni aunque América fuera aproximándose a nosotros; y no conseguiremos ralentizar al gigante asiático.
Creo firmemente que los temores de algunos de los países de la UE de los 15 son justificados, y es deplorable que no acepten las recomendaciones de un informe de la Comisión Europea que ha sido redactado conforme a los tratados de adhesión. Por otro lado, debemos elogiar las decisiones adoptadas por los países que irán abriendo sus mercados laborales durante el Año Europeo de la Movilidad de los Trabajadores.
Por estas razones, el informe Őry no debería interpretarse como que «viene el coco», sino más bien como una simple guía sobre cómo cumplir de forma gradual con los objetivos revisados de la Estrategia de Lisboa. Es un intento de garantizar la igualdad de derechos para los antiguos y nuevos Estados miembros en una Europa unida. Por esta razón, he votado a favor del informe.
Andreas Mölzer (NI). – (DE) Señor Presidente, cuando Grecia y Portugal entraron en la UE hubo también unas disposiciones transitorias, para permitir que los mercados laborales se adaptaran a la nueva situación. Por tanto, no se trata de una forma de tachar a los nuevos Estados miembros como Estados de segunda clase. Además, las disposiciones transitorias son también bien recibidas por los nuevos Estados miembros del este, en el sentido de que también sirven a sus intereses nacionales. A la luz de los altos niveles de desempleo, especialmente en Austria y Alemania, y de la presión cada vez mayor del sector de baja remuneración, la libre circulación de los trabajadores en este momento sería algo totalmente irresponsable.
Actualmente ya tenemos que hacer frente a la gran cantidad de personas que dicen ser trabajadores autónomos, algunos de los cuales eluden pagar impuestos y cotizaciones a la seguridad social. Hasta que las empresas dejen de deslocalizarse a las economías del Este con menores cargas fiscales para librarse de acuerdos arancelarios, y hasta que el mercado se haya adaptado a la nueva situación o se hayan tomado las medidas complementarias adecuadas, la libre circulación plena de los trabajadores sería algo irresponsable. Por ello he votado en contra de este informe.
Hynek Fajmon (PPE-DE). – (CS) Señor Presidente, Señorías, las cuatro libertades europeas, es decir, la libre circulación de bienes, servicios, capitales y, sobre todo, personas, siempre han sido de los factores mejor valorados por los ciudadanos con respecto a la Unión Europea. Por ello resulta incomprensible, injusto y discriminatorio que las personas de ocho nuevos Estados miembros, incluida la República Checa, todavía no gocen de los mismos derechos con respecto a los ciudadanos de los otros Estados de la UE. Los motivos para restringir esta libertad fundamental europea son totalmente infudados y carentes de sentido. Los ejemplos del Reino Unido, Suecia e Irlanda muestran que los mercados laborales no están amenazados. Me alegra que otros países también vayan a abrir sus mercados laborales, y confío en que así lo harán muy pronto. Necesitamos una Unión en la que todos los ciudadanos compartan los mismos derechos y obligaciones, y no una Unión en la que algunos son iguales y otros más iguales, como en Rebelión en la granja de George Orwell. Por tanto, he votado a favor del informe del señor Őry.
Milan Cabrnoch (PPE-DE). – (CS) Señor Presidente, Señorías, al igual que los otros eurodiputados del Partido Democrático Cívico he apoyado el informe de mi colega, el señor Őry, sobre la libre circulación de los trabajadores. Respetamos totalmente el derecho de cada Gobierno de los Estados miembros a decidir las restricciones temporales con respecto a la libre circulación de los trabajadores, en el contexto del Tratado de Adhesión. También apreciamos la decisión de Gran Bretaña, Irlanda y Suecia de no hacer uso de este derecho, y acogemos con satisfacción la decisión de los Gobiernos de Finlandia, España, los Países Bajos y Portugal de poner fin a estas restricciones. Estamos convencidos de que no hay razones objetivas para restringir la libre circulación de los trabajadores dentro de la Unión Europea. Las razones políticas para restringir esta libertad, sin embargo, son tan convincentes para los antiguos Estados miembros como importante es la libre circulación de trabajadores para los nuevos Estados miembros. Por tanto, hemos decidido apoyar este llamamiento a todos los Gobiernos para que eliminen las restricciones a la libre circulación de los trabajadores dentro de la Unión Europea.
Ilda Figueiredo (GUE/NGL), por escrito. (PT) La votación de este informe sobre las disposiciones transitorias que restringen la libre circulación de los trabajadores en los mercados laborales de la UE pone en evidencia las contradicciones del Parlamento.
Por un lado, sus Señorías afirman defender la libre circulación de los trabajadores y desear acabar con esta situación injusta en la que se encuentran los trabajadores de los nuevos Estados miembros.
Pero cuando esta libre circulación puede conducir a igualdad de derechos, votan en contra, lo que significa que solo desean la libre circulación si esta trae consigo bajos salarios y la pérdida de derechos.
Lamentablemente las propuestas que presentamos, y que son las que ofrezco a continuación, fueron rechazadas:
- cree que es fundamental poner fin a la grave explotación de los trabajadores en varios países de la UE producto del trabajo ilegal al que están sometidos muchos trabajadores de los nuevos Estados miembros y de algunos antiguos como Portugal.
- subraya la necesidad de un control eficaz y una actuación constante para terminar con la discriminación, el trato desigual y el trabajo ilegal, así como la necesidad de promover la igualdad de derechos de los trabajadores y de aplicar la misma legislación social y laboral a todos las personas que trabajan en un Estado miembro, independientemente del país de la UE del que provengan.
De ahí nuestra decisión de abstenernos.
Hélène Goudin y Nils Lundgren (IND/DEM), por escrito. (SV) Defendemos un mercado interior eficiente y apoyamos totalmente la libre circulación de los trabajadores en la Unión Europea. Esta es una de las libertades fundamentales del Tratado CE. La libre circulación de los trabajadores ayuda a crear más empleo y a reforzar la competitividad de la UE. Es un orgullo para nosotros que Suecia sea uno de los tres países que no han adoptado las normas transitorias.
Lamentamos que los Jefes de Estado y de Gobierno decidieran introducir disposiciones transitorias en el acuerdo de adhesión de los diez nuevos Estados miembros. Al mismo tiempo, respetamos el hecho de que cada Estado miembro decidiera actuar según las posibilidades dispuestas en el acuerdo de adhesión ratificado.
En el informe, el Parlamento Europeo llama a los Estados miembros a eliminar las disposiciones transitorias actuales. Creemos que este asunto debería decidirlo cada Estado miembro en el ámbito nacional. Así, nos oponemos a que el Parlamento Europeo forme opinión con vistas a influir en que los Estados miembros adopten una actuación concreta sobre esta importante cuestión.
Además, tampoco creemos que la UE debería realizar campañas de información sobre la libre circulación de los trabajadores. Estamos seguros que las respectivas autoridades de cada país pueden llevar a cabo esta tarea de forma satisfactoria. También cuestionamos la propuesta de introducir un plan para «seguimiento sistemático de las migraciones de trabajadores en el interior de la Unión» y facilitar los fondos necesarios para estas acciones (apartado 11).
Por tanto, hemos decidido votar en contra de este informe.
David Martin (PSE), por escrito. (EN) A partir del 1 de mayo de 2004, tres «antiguos» Estados miembros (Irlanda, el Reino Unido y Suecia) abrieron sus mercados laborales sin restricciones a los ciudadanos de los «nuevos» Estados miembros. Los demás Estados miembros de la UE de los Quince optaron por aplicar restricciones nacionales mediante acuerdos transnacionales.
En el Reino Unido, después de que se abriera el mercado laboral, en 2004 llegaron de los nuevos Estados miembros 60 000 personas que buscaban trabajo; los dos sectores más afectados fueron la agricultura y la pesca. Dado el elevado número de vacantes, esa afluencia no aumentó el desempleo en esos dos sectores. Al contrario, el efecto inmediato que tuvo fue mejorar la rentabilidad y la competitividad de las empresas en cuestión, elevando su productividad y consolidando su posición financiera.
En términos macroeconómicos, la política de apertura del mercado laboral se traduce en un notable aumento de la tasa de crecimiento británica. Según los informes de los expertos, la migración de trabajadores de los diez nuevos Estados miembros ha ayudado a incrementar la producción y crear nuevos puestos de trabajo, y ha reducido sustancialmente el número de trabajadores ilegales. Acojo con satisfacción esas ventajas positivas.
Erik Meijer (GUE/NGL), por escrito. – (NL) El hecho de complementar la libre circulación de capital con la libre circulación de los trabajadores se aplaude como un acto de solidaridad. Sin embargo, en la práctica viene a ser lo contrario. Refuerza la explotación y crea conflictos innecesarios entre los trabajadores de diferentes Estados miembros.
Una aplicación precipitada se traduce en un control insuficiente del cumplimiento de los salarios mínimos y los convenios colectivos en los países receptores. A pesar de las restricciones vigentes hasta 2011, ya se está utilizando personal de los nuevos Estados miembros para forzar una reducción de los costes laborales. Un estudio realizado por mi partido, el Partido Socialista de los Países Bajos, ha revelado que el influjo de trabajadores de los nuevos Estados miembros se ha traducido en la expulsión de trabajadores del mercado laboral, una competencia desleal para las pequeñas empresas, la explotación de una mano de obra barata, malas condiciones de trabajo y vivienda, y unos salarios inferiores a los 3 euros por hora. Muchos camioneros neerlandeses ya han sido sustituidos por camioneros polacos.
Según un estudio anterior realizado por el Partido Socialista entre los subcontratistas de la región de La Haya, muchas empresas constructoras también se están viendo seriamente perjudicadas por la competencia desleal de los países de la Europa oriental; los sindicatos neerlandeses organizaron una campaña de protesta contra esta en marzo. En los países de origen, ya empieza a faltar personal cualificados en algunos sectores. Voy a votar en contra del informe Öry, dado que mi partido es contrario a este tipo de mercado libre neoliberal.
Luís Queiró (PPE-DE), por escrito. (PT) El informe sobre el régimen transitorio que restringe la libre circulación de los trabajadores en los mercados de trabajo de la Unión Europea es oportuno, dado que coincide con la publicación de la decisión portuguesa, española y finlandesa de eliminar las barreras establecidas desde el 1 de mayo de 2004.
La libre circulación de los trabajadores es un elemento central de la Unión Europea, toda vez que representa la parte generosa de la Unión y es indicativa de la construcción de un espacio común en la práctica.
Hubo un tiempo en que los habitantes de la Europa oriental deseaban escapar de sus países, pero no podían hacerlo. Actualmente, sin duda existe la esperanza de un futuro mejor para esos países y las expectativas generadas por la adhesión han dado lugar a una confianza en la capacidad de desarrollo de sus economías nacionales, confirmada por los hechos. Además, los países que han suprimido las barreras, como el Reino Unido, Irlanda y Suecia, no han experimentado incrementos importantes de sus flujos migratorios, en comparación con los de otros Estados miembros –donde se han concedido algunos permisos de trabajo, en su mayoría temporales– y, de hecho, han confirmado que esos inmigrantes han tenido un efecto positivo en sus economías, como está bien documentado.
Frédérique Ries (ALDE), por escrito. – (FR) Estoy evidentemente, por una cuestión de principios, a favor de la apertura de los mercados de trabajo en la UE-15 a los trabajadores de ocho nuevos Estados miembros.
En 2004, el Reino Unido, Irlanda y Suecia abrieron sus fronteras sin restricciones. Dos años más tarde, un informe de la Comisión defiende este enfoque político, apoyándose en cifras: hay menos inmigrantes de lo previsto y que suplen las vacantes de personal en determinados sectores.
Pero dado que no podemos permitirnos ser ingenuamente optimistas, también estoy a favor de las medidas provisionales adoptadas en este ámbito por la mayoría de Estados miembros. Por esta razón apoyo la posición adoptada por el Gobierno federal belga de mantener determinadas condiciones para el acceso al mercado de trabajo, como mucho hasta 2009.
Restricciones de alcance limitado que no afectan a las profesiones autónomas, como los comerciantes, los artesanos y las profesiones liberales, que gozan desde la ampliación de plena libertad de establecimiento.
Sobre todo, estas restricciones están limitadas en el tiempo y responden a la realidad del terreno y a la competencia a veces desleal entre trabajadores y empresas europeos. Hay que dejar tiempo a los Estados miembros «no preparados» para implantar las estructuras de registro y control necesarias para la libre circulación de los trabajadores, vengan de donde vengan.
José Albino Silva Peneda (PPE-DE), por escrito. (PT) Hace poco celebramos el vigésimo aniversario de la adhesión de Portugal al proyecto europeo. Desde el principio, la libre circulación de los trabajadores portugueses se vio restringida por barreras establecidas por Estados miembros que temían una perturbación de sus mercados laborales.
Ahora la historia se repite y los trabajadores de los ocho nuevos Estados miembros orientales están sufriendo el mismo calvario.
He votado a favor del informe porque se ha demostrado que, al igual que en 1986, la inmigración desde esos países ha tenido efectos positivos para las economías de los Estados miembros que han decidido abrir sus mercados laborales. Dichos países han descubierto que ya no existen razones válidas para mantener tales restricciones sobre la libre circulación. Este tipo de restricciones fomentan precisamente el trabajo ilegal y la explotación de los trabajadores.
Sobre todo, se trata de una cuestión de solidaridad con los nuevos Estados miembros.
La Unión Europea no debe responder a los desafíos mundiales con el tipo de nacionalismo y de proteccionismo que se practica en algunos de sus Estados miembros. Todos los trabajadores europeos son necesarios para mejorar la competitividad de las empresas y aumentar, de este modo, el crecimiento económico de la Unión Europea.
Bart Staes (Verts/ALE), por escrito. – (NL) Apoyo el informe Öry sobre el régimen transitorio que restringe la libre circulación de trabajadores en los mercados de trabajo de la Unión Europea, porque comparto la opinión de que sería preferible que todos los Estados miembros, incluida Bélgica, aboliesen las medidas transitorias.
Los tres países que han abierto sus fronteras no han tenido que hacer frente a un flujo migratorio de gran magnitud. Asimismo, tenemos pruebas de que los períodos transitorios provocan un aumento considerable del pluriempleo y el autoempleo ficticio, lo que ejerce presión sobre los salarios e impone a los trabajadores unas condiciones de trabajo malas e injustas.
La restricción de la libre circulación de los trabajadores procedentes de los nuevos Estados miembros es discriminatoria, favorece la explotación y es muestra de un pensamiento corto de miras, totalmente alejado de la realidad actual. El presente informe puede garantizar que, gracias a la abolición de los períodos de transición, los derechos sociales dejen de estar bloqueados y el camino hacia una Europa social y justa quede despejado.
Lo fundamental es crear un mercado laboral europeo, donde se pague el mismo salario por igual trabajo, se apliquen iguales condiciones de trabajo y todos los empleados tengan garantizado igual acceso a los derechos sociales. Al mismo tiempo, también habrá que reforzar los servicios de inspección social y estos deberán cooperar a escala transnacional.
Gary Titley (PSE), por escrito. (EN) Este informe sobre la libre circulación de trabajadores señala la mejora de la rentabilidad y la competitividad de las empresas de Irlanda, Suecia y el Reino Unido, países que han abierto sus mercados laborales.
La experiencia británica ha demostrado que el Reino Unido tenía razón al tomar la valiente iniciativa de abrir su mercado laboral. El crecimiento y los índices de productividad británicos han demostrado que el miedo a abrir el mercado laboral de la Unión Europea estaba infundado.
Un mercado único no puede funcionar de forma adecuada si los mercados laborales están protegidos y sellados. El Reino Unido ha demostrado que los mercados laborales libres, junto con una protección social adecuada, pueden fomentar una economía próspera. Eso ha conducido al período más largo de crecimiento económico sostenido que se recuerda en el Reino Unido.
El Partido Laborista Parlamentario Europeo cree que los mercados de trabajo europeos deberían abrirse, como en el Reino Unido, y no habría que tener miedo a las olas de inmigración.