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Procedimiento : 2006/2546(RSP)
Ciclo de vida en sesión
Ciclos relativos a los documentos :

Textos presentados :

RC-B6-0234/2006

Debates :

PV 05/04/2006 - 11
CRE 05/04/2006 - 11

Votaciones :

PV 06/04/2006 - 6.8
CRE 06/04/2006 - 6.8

Textos aprobados :

P6_TA(2006)0137

Acta literal de los debates
Miércoles 5 de abril de 2006 - Estrasburgo Edición DO

11. Elecciones en Belarús (debate)
Acta
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  El Presidente. De conformidad con el orden del día, se procede a las declaraciones del Consejo y de la Comisión relativas a las elecciones en Belarús.

 
  
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  Hans Winkler, Presidente en ejercicio del Consejo. (DE) Señor Presidente, señora Comisaria, Señorías, el Parlamento Europeo ha debatido con frecuencia el tema de Belarús; lamentablemente por razones muy justificadas. Quiero recordarles que, inmediatamente después de las elecciones, celebraron un debate especial muy serio y convincente sobre esta cuestión, en el cual también tuve el honor de participar. El Consejo también se ha visto obligado a incluir a Belarús en su agenda desde hace ya algún tiempo, porque dicho país es motivo de gran preocupación.

La situación está soportando ahora el pueblo de Belarús es trágico y hoy debemos expresarle nuestra solidaridad. Sé que ya lo están haciendo, al igual que el Consejo y, por supuesto, también la Comisión. Por mi parte, quiero sumarme a las palabras de bienvenida del señor Presidente y decirle al señor Milinkevich cuánto me alegra poder contar con su presencia en este debate. Espero que el apoyo que le brindan todas las instituciones de la Unión Europea, al igual que a sus seguidores y a todos los valerosos hombres y mujeres de Belarús, le infunda un coraje renovado. Quiero recordarles que el Presidente del Consejo Europeo, el Canciller Schüssel, se refirió al señor Milinkevich durante el debate de esta mañana y dijo que «le debemos todo el apoyo político y económico imaginable, siempre que lo necesite». Me gustaría hacer hincapié en ello ahora.

Ya antes de las elecciones, el Consejo estaba profundamente preocupado por la situación en Belarús y advirtió claramente al Gobierno, en particular al Presidente Lukashenko, de que no debía pisotear los derechos humanos y le instó a respetar la libertad y el derecho de reunión del pueblo, así como su derecho a manifestarse; y cuando un Ministro, de forma bastante increíble, amenazó con tratar a los manifestantes como terroristas, también señaló que la Unión Europea no estaba dispuesta a aceptarlo. Como sabemos y como determinaron los observadores de la OSCE/OIDDH, las elecciones no fueron democráticas. Es un hecho muy lamentable, pues recuerdo que en esta Cámara algunos habían expresado la esperanza de que las elecciones supusieran un punto de inflexión.

Ahora la Unión Europea, en general, y el Consejo, en particular, pueden hacer básicamente dos cosas: en primer lugar, debemos dejar claro que no estamos dispuestos a tolerar ese comportamiento. Por lo tanto, tenemos que emprender acciones específicas contra los responsables de esos acontecimientos. En principio, el Consejo –y ahora también el Consejo Europeo– ha decidido emprender las acciones oportunas contra los responsables de violaciones de los derechos humanos y de las normas democráticas en Belarús. El Consejo ya está preparando una decisión que concretará y aplicará dichas medidas. Se impondrá un veto a la concesión de visados a una serie de personas, incluido el propio Presidente, tal como también manifestó expresamente el Consejo Europeo en su declaración adjunta a las conclusiones.

(Aplausos)

El Consejo está estudiando asimismo la posibilidad de otras acciones, teniendo presente –y sé que estarán de acuerdo– que en todo momento se debe garantizar que cualquier acción emprendida no perjudique a la población. No queremos emprender ninguna acción que perjudique a la población y no a los responsables. Por esto, lo segundo que puede y debe hacer la Unión Europea –y el Consejo ya lo ha debatido también– es emprender acciones específicas para ayudar a la población. No me cabe duda de que la Comisaria Ferrero-Waldner realizará una declaración detallada y enumerará las medidas específicas que se podrían adoptar.

Los Estados miembros también tienen una obligación y quiero decírselo con toda claridad: los Estados miembros también tenemos que adoptar medidas muy concretas, junto con Unión Europea –y la Comisión está adoptando medidas específicas en este ámbito–, en lo que respecta a ofrecer a los jóvenes la oportunidad de estudiar en nuestros países y al apoyo a la sociedad civil. Como ha manifestado esta mañana el Canciller Schüssel, un grupo de Estados, entre los que se incluye Austria, ya ha decidido ofrecer becas especiales a los jóvenes de Belarús, con objeto de brindarles la oportunidad de viajar a nuestros países, para que vean cómo funcionan los países democráticos, para que aprendan y regresen a casa con el mensaje de que la Unión Europea les apoya y no les ha olvidado. Este mensaje de que no nos hemos olvidado del pueblo, de que queremos ayudarles y les apoyamos también es absolutamente fundamental.

Finalmente, no debemos cansarnos de pedir al Gobierno que deje en libertad a quienes han sido encarcelados. Debemos recordarles que esas personas se han limitado a ejercer uno de sus derechos humanos, concretamente el derecho a manifestarse y a expresar su opinión libremente. El Consejo continuará haciéndolo. No dejaremos al pueblo de Belarús en la estacada y no pararemos hasta que la primavera haya llegado a ese país, como ha dicho la señora Plassnik.

(Aplausos)

 
  
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  Benita Ferrero-Waldner, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, quiero empezar diciendo que es un placer ver aquí al señor Milinkevich. Nos hemos reunido esta mañana, por lo que el día ha empezado bien, y he escuchado directamente lo que siente el pueblo de Belarús. Por lo tanto, creo que era muy importante celebrar hoy este debate, porque todos hemos visto que los acontecimientos de Minsk han confirmado la determinación del señor Lukashenko de ganar estas elecciones sea como sea. Recuerdo que el señor Milinkevich me ha dicho hoy que aunque parezca que el señor Lukashenko ha ganado las elecciones, en realidad quien ha ganado es el pueblo belaruso y el señor Lukashenko ha empezado a perder las elecciones. Eso es muy importante para el futuro.

Por desgracia, eso es exactamente lo que preveíamos. Sin embargo, lo que se preveía menos era el grado en que las fuerzas plurales serían capaces de trabajar juntas. Expreso mi admiración por su valentía. Esperamos que podamos seguir dando todo el apoyo que podamos a las fuerzas democráticas.

En el informe oficial de la OSCE/ODIHR se llegaba a la conclusión de que las elecciones no habían cumplido en absoluto las normas de la OSCE para unas elecciones democráticas. Eso se debió en particular al uso arbitrario del poder estatal y de las detenciones generalizadas, ignorando los derechos básicos de la libertad de reunión, asociación y expresión, y a problemas con las votaciones por anticipado y los procesos de recuento y tabulación. Es evidente que todos consideramos que las elecciones han tenido defectos de base. En concreto lamentamos que se haya negado la admisión de los observadores acreditados de la OSCE y de los parlamentarios de la UE, incluidos algunos diputados al Parlamento Europeo. Lo hemos hecho saber.

Condenamos firmemente la represión violenta de las protestas y la detención de manifestantes pacíficos, como el señor Kozulin, el ex embajador polaco señor Maszkiewicz y todos los estudiantes, artesanos y trabajadores anónimos que salieron a la calle para manifestarse.

Apoyamos plenamente lo que dijo el Presidente en ejercicio del Consejo: que es muy importante que impongamos sanciones selectivas que no afecten a la población sino a los responsables del fraude electoral. Debemos ver qué se puede hacer. La Comisión participa en los preparativos.

De cara al futuro debemos seguir expresando nuestro apoyo a la sociedad civil. Debemos seguir esa estrategia, porque queremos defender a los ciudadanos y trabajar en su beneficio. Pero al mismo tiempo no queremos trabajar con el Gobierno, o al menos queremos trabajar con él tan poco como podamos.

En línea con las conclusiones del Consejo, el apoyo a la democratización seguirá a través de diversos instrumentos de ayuda. También hemos trabajado especialmente en el frente de los medios de comunicación, porque sabemos que es muy importante que los ciudadanos tomen sus propias decisiones. Los actuales programas de radio y televisión apoyados por la CE son una importante aportación a la democratización, pero también a la visibilidad de la UE en Belarús, que hoy hemos debatido. Todavía queda mucho por hacer, hay que introducir mejoras, pero debemos seguir con esos proyectos. Estoy de acuerdo en que tendremos que ver lo que se puede hacer, buscando formas de apoyar a los estudiantes que han sido expulsados de las universidades. Quizás no en el próximo Consejo, pero sí en un futuro próximo estableceremos programas y la Comisión, junto con el Consejo, por supuesto los apoyará.

Ya hemos financiado a la Universidad de Vilnius, porque Minsk ha cerrado, y hemos intentado dar una oportunidad a los jóvenes. Los contactos entre personas son sumamente importantes para mejorar la posibilidad de trabajar juntos.

Debemos hacer todo lo que podamos contra la represión, por una parte mediante las declaraciones que hemos emitido oficialmente a través del Consejo, y, por otra parte, hablando claramente en nuestras reuniones con los rusos, indicando que queremos una Belarús donde se respeten los derechos humanos y el Estado de Derecho.

(Aplausos)

 
  
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  Bogdan Klich, en nombre del Grupo del PPE-DE. (PL) Señor Presidente, es cierto que el debate de hoy es, en efecto, una continuación del que celebramos hace dos semanas. Quiero recordar a la Asamblea que, en esa ocasión, superamos airosamente la prueba de la solidaridad con el pueblo de Belarús. Reaccionamos como era debido y oportuno: condenamos la represión y pedimos la liberación de los detenidos y condenados. Y lo que es más importante, apoyamos a los manifestantes que estaban ejerciendo sus derechos ciudadanos en la Plaza de Octubre. También es significativo que la Comisión, el Consejo y esta Asamblea hablaran todos con una sola voz hace quince días. Debemos continuar haciéndolo en relación con Belarús.

No obstante, el tiempo de las declaraciones políticas ha quedado atrás y ahora ha llegado el momento de pasar a la acción. Hemos completado el diagnóstico y ahora debe comenzar el tratamiento. Esto significa que el Consejo y la Comisión deben adoptar una serie de decisiones valientes. Acojo con gran satisfacción que tanto el señor Winkler como la Comisaria Ferrero-Waldner ya hayan mencionado algunas, pero por mi parte quisiera plantear algunas más.

En primer lugar, si consideramos que las elecciones no fueron democráticas, entonces el señor Lukashenko no tiene un mandato para continuar en el poder durante un tercer período. A su vez, esto implica que debemos pedir claramente que las elecciones presidenciales se repitan, tal y como hace tiempo que exige la oposición belarusa.

En segundo lugar, la lista de personas que tienen prohibida la entrada al territorio de la Unión Europea se debería ampliar bastante, para incluir a diversas categorías de responsables de conculcar los derechos humanos y las libertades. Por consiguiente, la lista debe incluir no solo a representantes de los Gobiernos locales, regionales y nacional, sino también a los vicerrectores universitarios responsables de expulsar a los estudiantes que se manifestaron y a los editores que publican propaganda a favor del régimen.

En tercer lugar, se debe suavizar lo antes posible la política de visados para los ciudadanos de Belarús. Esto nos permitiría aplicar nuestro principio de no aislar a la sociedad belarusa, al tiempo que aislamos a sus dirigentes. La población de Belarús necesita poder viajar con más facilidad y, por lo tanto, es fundamental que facilitemos el proceso de concesión de visados.

En cuarto lugar, debemos hacer oír nuestra voz en los organismos internacionales, como las Naciones Unidas y la OSCE, y pedir la liberación de los presos políticos. Un diplomático polaco, el señor Maszkiewicz, está ahora detenido como preso político en Minsk y me alegro de que la señora Comisaria le haya mencionado hoy. Confío en que el Consejo actúe rápidamente para asegurar liberación en cuanto sea posible.

En quinto lugar, es fundamental incluir a Belarús en la agenda de la próxima cumbre entre la Unión Europea y Rusia, ya que esta está en condiciones de poder ejercer presión política y económica sobre Belarús, lo que podría contribuir a suavizar al régimen en dicho país. Por su parte, la Unión Europea puede presionar a Rusia para que ejerza su influencia sobre Belarús en ese sentido. El Consejo deberá asegurarse de que se utilicen convenientemente los instrumentos de los que dispone para ese fin.

Finalmente, si se rompe el monopolio de la información, desde luego tendremos que apoyar a las emisoras de radio y a las futuras emisoras de televisión que emitan programas dirigidos a Belarús. No obstante, también es importante actuar con prudencia en este aspecto y, por lo tanto, pido que no se despilfarre más dinero en el apoyo a iniciativas que no llegan al pueblo de Belarús.

(Aplausos)

 
  
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  Jan Marinus Wiersma , en nombre del Grupo del PSE. (NL) Señor Presidente, en nombre de mi Grupo, también quiero dar la bienvenida al señor Milinkevich, el candidato presidencial de Belarús y, a través de su persona, saludar de hecho también a la oposición y a todos los disidentes de Belarús, particularmente a los que han sido detenidos y encarcelados, y expresarles mi apoyo.

Hace dos semanas, ya se dijo que no podíamos aceptar el resultado de las elecciones como si se tratase del resultado de un proceso libre y democrático. Parafraseando a la señora Comisaria, me gustaría añadir que Lukashenko no ganó, pero el pueblo de Belarús perdió. Es una conclusión importante. También tenemos que dejar claro que Lukashenko no puede reivindicar una legitimidad democrática y por eso es positivo que la Unión Europea haya emprendido acciones visibles. Con la prohibición de que se le conceda un visado, le hemos transmitido el mensaje de que, por lo que a nosotros respecta, cuanto antes se vaya, mejor, y desde luego no puede contar con nuestro reconocimiento. No queremos volver a verle ni volver a hablar con él. Ese lo primero que quería dejar claro. Estoy de acuerdo con que se amplíe la prohibición de concesión de visado para incluir a otras autoridades y personalidades de Belarús. Debemos considerar atentamente cómo podemos extenderla el máximo posible y esperamos las sugerencias de la Comisión y del Consejo al respecto.

También podríamos considerar las posibilidades de congelación de activos, de forma que afecte a la elite gobernante de Belarús. Es importante que hoy dejemos claro que debemos mantener con firmeza todas las conclusiones extraídas tras las elecciones en Belarús. Debemos seguir constantemente la evolución de los acontecimientos en ese país. Yo mismo mantuve relaciones con Belarús durante cinco años, en mi calidad de predecesor del señor Klich y presidente de la delegación. Aunque las elecciones presidenciales anteriores también estuvieron manipuladas, como es obvio, la atención prestada a Belarús se redujo visiblemente al cabo de un par de meses. Tenemos un compromiso común, como institución pero también como Parlamento, de continuar concentrando sin descanso la atención en dicho país.

Me ha alegrado el comentario de la señora Comisaria acerca del diálogo con Moscú. También me gustaría conocer la opinión del señor Winkler sobre cómo podemos incorporar este punto a la agenda de las reuniones con Rusia, porque –como ya he dicho– las felicitaciones del señor Putin a Lukashenko volvieron a llegar con increíble rapidez.

En cuanto a otras posibles medidas, sería positivo que lográramos convencer a la Comisión y al Consejo para que piensen libremente. ¿Qué podemos proponer, además de los instrumentos existentes, para fomentar el contacto entre la población de dicho país y la de aquí? Por ejemplo, a los diputados al Parlamento Europeo nos resulta muy difícil viajar a Belarús. ¿Qué medidas específicas y creativas podemos adoptar para establecer ese contacto humano y el apoyo práctico al pueblo de Belarús bajo una u otra forma? Para acabar, quisiera añadir que debemos perseverar y no dar de ningún al señor Milinkevich y a su pueblo la impresión de que le dejaremos en la estacada. Debemos insistir y concentrar toda la atención que podamos reunir en esta Asamblea.

(Aplausos)

 
  
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  Jeanine Hennis-Plasschaert, en nombre del Grupo ALDE. (NL) Señor Presidente, señora Comisaria, señor Presidente en ejercicio del Consejo, tengo que decir, con todos los respetos –pues soy consciente de que el Consejo ya está utilizando un lenguaje relativamente duro–, que las declaraciones me han decepcionado un poco. Todavía no está claro cuándo ni cómo van a aplicar en realidad todos los Estados miembros, incluida también la Comisión, las medidas y sanciones propuestas.

Por supuesto, la ampliación de la prohibición de la concesión de visado a los representantes del Gobierno es algo magnífico, pero ¿qué vamos a hacer con los jueces, los policías implicados en casos de malos tratos, etcétera? ¿También les impondremos una prohibición de concesión de visado? ¿Qué se ha hecho de la idea de poner en marcha, de forma simultánea y con efectos inmediatos, una política flexible de concesión de visados a bajo precio para los ciudadanos corrientes de Belarús y, especialmente para los estudiantes? ¿O la idea de congelar los activos extranjeros, adecuar mejor los programas financieros a las situaciones concretas, apoyar a la prensa independiente, etcétera? ¿Cuándo y cómo se va a hacer algo al respecto? Finalmente, las bellas palabras no nos llevarán muy lejos. Es magnífico expresar la solidaridad con palabras, pero lo que se requiere son acciones concretas. Esperaba oír hablar de fechas, estadísticas, plazos y hechos reales.

Asimismo, como señalaba hace un momento el señor Wiersma, el papel de Rusia sigue quedando demasiado disimulado. El señor Putin felicitó a Lukashenko por su victoria sin inmutarse. También es quien mantiene engrasados los engranajes de la industria con su suministro baratos de materias primas. A finales de abril, sabremos si el señor Putin continuará aplicando unos precios del gas extravagantemente bajos a Belarús. Todo dependerá del interés que persiga Rusia en Beltransgas, la empresa de belarusa. El objetivo es, por lo tanto, el beneficio económico.

Quiero instar una vez más al Consejo y a la Comisión a que le digan claramente al señor Putin qué valores defiende la Unión Europea. Ahora es necesario aumentar la presión, también y no en último lugar en el contexto de la Cumbre de la energía del G8 que se celebrará en San Petersburgo a mediados de julio, pero hasta momento el Consejo está manteniendo una actitud extremadamente prudente. Por consiguiente, quisiera preguntar al Consejo si teme que el hecho de adoptar una postura clara pueda chocar con otras prioridades, como su propio suministro energético.

(Aplausos)

 
  
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  Elisabeth Schroedter, en nombre del Grupo Verts/ALE. (DE) Señor Presidente, quiero comenzar por dar una cordial bienvenida, en nombre del Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea, a nuestros invitados de Belarús, el señor Milinkevich y el señor Viachorka. Nuestro Grupo siente el máximo respeto por los logros y el valor del movimiento de oposición activa en Belarús. A pesar de las amenazas de violencia, protestaron contra el fraude de las elecciones manifestándose pacíficamente. Por nuestra parte, también pensamos que el señor Lukashenko ya no tiene ningún derecho legítimo a ocupar el poder y admiramos la independencia, la serenidad y la claridad con que usted, señor Milinkevich, hizo frente a la difícil situación en la Plaza de Octubre y el Parque Kupala. ¡Le felicitamos por ese logro!

Pudimos ver en los informativos de la televisión la brutal detención de los manifestantes pacíficos por la policía. Para muchos de sus seguidores, el mero ejercicio de su derecho a la libertad de expresión, un derecho básico que se da por sentado en los países de la Unión Europea, tuvo como resultado su detención, encarcelamiento y expulsión de la universidad. No obstante, para nosotros, son la nueva fuerza del país y creemos que pueden llevar la democracia y la recuperación económica a Belarús. Esperamos que el espíritu de libertad continúe vivo en Belarús.

Señor Winkler, le agradecemos que haya hecho suyas muchas de nuestras peticiones. No obstante, a la hora de imponer prohibiciones de concesión de visados, le rogamos que no se olvide de quienes detuvieron a los manifestantes de forma tan brutal. Deben estar incluidos en la lista. Asimismo le rogamos que recuerde –como ya han dicho otros– que el señor Putin apoya al señor Lukashenko y que esto debe ser un punto importante de nuestras conversaciones con Rusia.

(Aplausos)

 
  
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  Jonas Sjöstedt, en nombre del Grupo GUE/NGL. (SV) Señor Presidente, nuestro Grupo político cree que las elecciones en Belarús no fueron democráticas. Se utilizaron diversos métodos para evitar que la oposición pudiera actuar como razonablemente cabría esperar. Los medios de comunicación están controlados por el régimen de Lukashenko. Todo esto se expresa claramente en nuestra propuesta de resolución. En estas circunstancias, es importante que los países circundantes mantengan estrecho contacto con las fuerzas democráticas de Belarús, como pueden ser los movimientos nacionales y los sindicatos libres. El pueblo de Belarús no debe permanecer aislado. A pesar de sus métodos antidemocráticos, Lukashenko todavía cuenta con un apoyo popular importante. Esto se debe, en parte, a la relativa igualdad social y al grado relativamente elevado de protección social que existe en el país. No obstante, la protección social, que sin duda es positiva, nunca puede justificar las limitaciones de las libertades y los derechos democráticos.

 
  
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  Konrad Szymański, en nombre del Grupo UEN. (PL) Señor Presidente, en nombre del Grupo Unión por la Europa de las Naciones, yo también quiero dar cordialmente la bienvenida a esta Cámara a los señores Milinkevich y Viacorka. Espero sinceramente que llegue el día en que puedan ocupar sus propios escaños en esta Asamblea.

Tenemos muy claro lo que significa la dictadura del señor Lukashenko. Europa ya no tiene la menor duda ni inquietud con respecto a una política de aislamiento, al enfrentamiento con los dirigentes y a la apertura simultánea al pueblo belaruso. Sin embargo, nuestros planes encomiables se quedarán en nada si no asumimos una mayor responsabilidad política con respecto al futuro de Belarús. Nuestros esfuerzos serán en vano si delegamos demasiado en Rusia la responsabilidad del proceso de cambio.

La democracia bajo el patrocinio ruso será forzosamente incompleta, como ocurre en la propia Rusia. Una excesiva intervención rusa en el proceso de cambio impedirá transformaciones geopolíticas esenciales en la región. La estabilidad política y económica no se puede conseguir sin tales transformaciones ni sin una vinculación auténtica entre Belarús y Europa. Por consiguiente, además de instrumentos para ofrecer ayuda inmediata a la oposición, también necesitamos un plan político amplio para una nueva Belarús y lo necesitamos ya. Este plan deberá permitir que Belarús ocupe el lugar que le corresponde en Europa.

(Aplausos)

 
  
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  Jan Tadeusz Masiel (NI). – (PL) Señor Presidente, cabe recordar que, por extraño que parezca, la Unión Europea y Polonia tienen una frontera común con Belarús. Asimismo, Europa, Polonia y Belarús comparten una historia común y confío en que un futuro común también.

Esta Asamblea se ha esforzado mucho recientemente por ofrecer su apoyo a la democracia emergente en Belarús. El señor Milinkevich y el señor Viacorka, que se encuentran hoy entre nosotros, creen que el fin del dictador está próximo. No deberíamos esperar a unas futuras elecciones. Ya es hora de que ayudemos a dar el golpe de gracia al sistema, que se opone a la democracia por la fuerza.

El pueblo de Belarús es excepcionalmente pacífico y paciente. La democracia se está desarrollando entre ellos de forma muy lenta, pero la Unión Europea puede tener la certeza de que, cuando llegue el momento, Belarús demostrará ser un socio de confianza y garante de la paz durante muchos años.

 
  
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  Camiel Eurlings (PPE-DE). – (NL) Señor Presidente, yo también quiero dar la bienvenida al señor Milinkevich. No solo es un gran honor tenerle entre nosotros, sino que también es muy importante que se encuentre hoy aquí, pues este no es solo un momento de temores y amenazas, sino también un momento singular de esperanza. El señor Milinkevich pronunció unas sabias palabras el día 19 cuando dijo que el pueblo de Belarús ya no tiene miedo y el Presidente Lukashenko sí tiene motivos para estar temeroso, porque ni siquiera el dictador más armado puede imponerse frente al coraje heroico de un pueblo que ya no se dejará amordazar.

Desde Europa, deberíamos emitir ahora las señales apropiadas. Eso significa que debemos dar prioridad a la restricción del régimen de visados y a la congelación de activos, y mirar también en otra dirección. Debemos ofrecer oportunidades a los estudiantes y a las personas que no pueden permanecer en Belarús. Debemos asegurarnos de que puedan estudiar y prepararse aquí para una nueva Belarús democrática.

¿Puedo pedirles asimismo que se planteen la posibilidad de imponer una sanción en el ámbito de la exportación de armas, que golpee al Presidente de Belarús donde más le duele? El Presidente obtiene mucho dinero con la exportación de armas. Mil o dos mil millones cada año, que van a parar en gran parte a los bolsillos del Presidente y sus compinches. Desde el punto de vista de las exportaciones de armamento, podría ser una buena idea persuadir a Europa y a sus aliados de que apliquen duras sanciones, también para evitar que los fondos del Presidente continúen creciendo, sin que ello afecte a la población. Poco podemos hacer para evitar las exportaciones de armas de Belarús.

En mi calidad de presidente de la Delegación parlamentaria para las relaciones con Rusia, quisiera hacer una última observación. Cada país tiene derecho a apoyar a determinados candidatos o Gobiernos. Esto también se aplica a Rusia, pero lo que resulta inaceptable es que un miembro de la OSCE sencillamente ignore las conclusiones de sus observadores. La OSCE ha afirmado que las elecciones no fueron libres ni imparciales y Rusia no puede responder diciendo que han sido y limitándose a felicitar al Presidente Lukashenko. Por lo tanto, es importante que esta cuestión se incorpore a la agenda de nuestra reunión con Rusia y también a la de la cumbre del G8. Es positivo que el Presidente Putin pida al Presidente Lukashenko que evite la violencia, pero no es suficiente, ni mucho menos. Si Rusia quiere presentarse como un país democrático, deberá aceptar la comunidad de valores de Europa y defender la democracia y los derechos humanos.

(Aplausos)

 
  
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  Monika Beňová (PSE). (SK) Ninguno de los presentes puede dudar del carácter antidemocrático del Gobierno del señor Lukashenko. Yo también quiero dar la bienvenida al señor Milinkevich y, al igual que mis colegas, expresar mi apoyo a la oposición de Belarús.

No obstante, con el apoyo verbal no basta y, por lo tanto, creo que también debemos adoptar otras medidas. La Comisión puede adoptar algunas, el Consejo, otras, y nosotros, en nuestra calidad de diputados al Parlamento, otras más. Estas deben incluir medios para mejorar la información del pueblo de Belarús, pues una sociedad civil informada puede apreciar mejor los cambios importantes. En mi calidad de diputada al Parlamento Europeo de la República de Eslovaquia, un país que en el pasado se enfrentó a una situación similar durante muchos años, puedo confirmar que ciertamente es así.

También creo que es necesario analizar con mucho cuidado la cuestión de los requisitos para la obtención de un visado, ya que evidentemente no podremos mejorar el nivel de información de las gentes de Belarús, si les impedimos viajar a los países de la Unión Europa y que puedan ver una imagen diferente de la que presenta el señor Lukashenko a través de sus medios de comunicación.

 
  
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  Janusz Onyszkiewicz (ALDE). – (PL) Señor Presidente, la opinión generalizada en la Unión Europea es que solamente disponemos de posibilidades limitadas para ejercer presión sobre el régimen del señor Lukashenko, porque la Unión solo tiene un peso secundario en la economía y la política de Belarús. Eso no es cierto, en absoluto.

En 2004 Belarús exportó a la Unión Europea un 10% menos que a Rusia, pero el pasado año ya exportó un 12% más. Es evidente que la Unión Europea se está convirtiendo en un factor cada vez más importante para la economía belarusa. Por lo tanto, existen motivos justificados para pensar que en verdad podemos influir sobre el desarrollo de los acontecimientos en Belarús.

El señor Klich ya ha mencionado algunas posibilidades específicas de hacerlo. Solo quisiera destacar una cosa. El señor Lukashenko ha adoptado medidas para dificultar que los belarusos puedan viajar fuera del país. Se han impuesto tasas adicionales. A los jóvenes no les resulta fácil viajar al extranjero e incluso se ponen dificultades a las personas que desean salir del país para recibir tratamiento médico. Como respuesta, tenemos que hacer algo más que facilitarles las cosas y ahora me refiero a los criterios para la concesión de visados. Tenemos que ir mucho más allá. Debemos reducir los recursos financieros mínimos exigidos y el coste de los visados. Incluso podríamos introducir visados gratuitos. En conclusión, quiero insistir en la necesidad de que cambiemos nuestro planteamiento. Con respecto al apoyo financiero a Belarús, es necesario eliminar una serie de obstáculos. Pido a la señora Ferrero-Waldner que nos aclare el carácter de los obstáculos formales que nos impiden actuar con mayor flexibilidad, si es que estos existen. Esta Asamblea ayudará. Señorías, permítanme que acabe con una máxima. Como dicen los ingleses y los norteamericanos, debemos apoyar nuestras palabras con dinero.

 
  
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  Vytautas Landsbergis (PPE-DE). (EN) Señor Presidente, dado que unas elecciones permiten la presentación de alternativas, su reconocimiento y su posterior opción deliberada –se elige al candidato que parezca mejor– no gusta a las dictaduras. El procedimiento de votación en circunstancias que impiden de hecho elegir libremente no debería recibir el nombre de elecciones. Lo que ha ocurrido recientemente en Belarús solo fue una votación que, junto con el recuento de votos, estaba en manos del Gobierno del titular de siempre. No recibió ninguna legitimidad democrática. ¿Quién es el señor Lukashenko hoy? Cada vez se parece más a un gobernador nombrado por el dirigente de toda Rusia para llevar a cabo una vez más el tan conocido procedimiento deshonesto de una votación fraudulenta y continuar con sus experiencias sobre el terreno.

Debemos declarar aquí que la unión militar trielectoral postsoviética de las dictaduras consolidadas de Moscú, Minsk y Tashkent no es el camino hacia un futuro mejor para los tres Estados y naciones.

Hemos visto el nacimiento de una nueva democracia en Belarús como país vinculado a Europa, no a Eurasia. Por lo tanto, dado que la propia Rusia prefiere ahora un nacionalismo autoritario postsoviético a cualquier renovación «naranja», existe un creciente peligro de que Belarús se vea fusionada a la fuerza con la Rusia putinista, y las bases para ello se han establecido ya de antemano. Todo el mundo debe ser advertido al respecto.

Si no queremos que el señor Milinkevich desaparezca para siempre, como ocurrió con los líderes de la oposición de Belarús hace varios años y como está ocurriendo en Chechenia cada día, la resolución sobre Belarús empieza con un paso correcto, que es en primer lugar pedir a las Naciones Unidas que creen una comisión internacional para investigar los crímenes anteriores del régimen terrorista de Belarús, para impedir que hoy ocurran otros nuevos. Vincuk Viacorka está hoy aquí con nosotros, ha salido temporalmente de la cárcel. Pero nadie sabe lo que puede ocurrir allí cualquier día de estos.

 
  
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  Joseph Muscat (PSE). (MT) Nuestro trabajo en el futuro inmediato deberá caracterizarse sobre todo por la perseverancia y la insistencia. El régimen de Minsk espera que, con el tiempo, el tema de Belarús vaya perdiendo importancia en los medios de comunicación internacionales. Esperan que los europeos olvidemos la angustia de ese pueblo hermano. Esto no debe ocurrir y desde el Parlamento Europeo tenemos el deber de mantener vivo el recuerdo de esos acontecimientos y de encargarnos de recordárselo incluso a las demás instituciones europeas, para que nadie olvide la llamada de socorro de ese pueblo. Como dije durante el último período parcial de sesiones, es una satisfacción comprobar que mi petición de que velemos por los estudiantes expulsados de las universidades por haber participado en manifestaciones y a los que debemos ofrecer educación en nuestro país, está siendo escuchada. Debemos hacer todavía más. También me alegra que la propuesta de la congelación de activos se haya aceptado. Es una de las propuestas que formuló la Delegación para las relaciones con Belarús hace mucho tiempo y no me cabe duda de que una revisión del plan de acción que presentamos más de un año atrás permitiría encontrar más propuestas. Señor Milinkevich, jamás permitiremos que desaparezca.

 
  
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  Árpád Duka-Zólyomi (PPE-DE). – (HU) Tras las elecciones presidenciales en Belarús, nos enfrentamos a una situación compleja. Debemos ser conscientes de que el señor Lukashenko se siente afianzado en su posición por el hecho de haber ganado las elecciones. En los próximos años, intentará consolidar su poder con mayor empeño todavía. A este respecto, debemos recordar un factor muy importante: las conexiones rusas, la estrecha cooperación entre el régimen de Lukashenko y la Federación Rusa, y la dependencia del régimen de Lukashenko –y de Belarús– de los rusos en el aspecto económico y energético. Por consiguiente, si la Unión Europea busca una solución eficaz, una de las cosas importantes que debería hacer es incluir este tema en la agenda de las negociaciones bilaterales con Rusia.

También es preciso aumentar la presión internacional. En este sentido, el comunicado de prensa de la OTAN del 31 de marzo, merece nuestra atención. También es necesario aislar en la mayor medida posible no solo al señor Lukashenko, sino a todos los representantes de su Gobierno. Se deben explicitar y controlar estrictamente las condiciones de diversas subvenciones y en todo momento debemos evitar convertirnos, aunque sea por azar, en contribuyentes o defensores del éxito y la consolidación del régimen de Lukashenko.

Una de nuestras prioridades es ofrecer a las fuerzas democráticas de Belarús, dirigidas por el señor Alexander Milinkevich, así como a las organizaciones civiles, no solo apoyo moral, sino también ayuda financiera concreta y bien calculada. En primer lugar, es necesario despertar a la nación de Belarús e informarla –por televisión, radio, Internet y otros medios– de que esa no es la cara de la verdadera democracia, de un Estado de Derecho. La invitación de dos representantes de la oposición de Belarús, los señores Alexander Milinkevich y Vincuk Viachorka, que han estado encarcelados, fue una excelente iniciativa; hagámosle saber al régimen dictatorial que todos apoyamos plenamente a nuestros dos invitados. Confío en que brindarán todo su apoyo a la propuesta de resolución que tenemos sobre la mesa.

 
  
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  Aloyzas Sakalas (PSE). – (LT) Apoyo la posición adoptada por el señor Winkler y la señora Wallner y, por mi parte, quiero destacar cuatro puntos. En primer lugar, dado que las elecciones en Belarús fueron injustas, legalmente, Lukashenko no es el Presidente y no se le puede conceder ese título en ningún documento del Parlamento Europeo. Tampoco se debería llamar Presidente a Lukashenko en esta Cámara. En segundo lugar, con el fin de combatir el adoctrinamiento del pueblo de Belarús que están llevando a cabo los medios de comunicación, controlados por Lukashenko, desde Lituania, Polonia e incluso Ucrania, se tienen que emitir de forma continuada programas de televisión que lleguen a todo el territorio de Belarús y no solo a una parte del mismo. Es la televisión y no la radio la que tiene una mayor influencia sobre las opiniones de la población. En tercer lugar, debemos utilizar todos los medios posibles para fortalecer a la oposición unida de Belarús. Finalmente, en cuarto lugar, debemos recordar continuamente al Presidente de Rusia, el señor Putin, que si el régimen belaruso todavía no se ha hundido, ello se debe en parte al apoyo que recibe de Rusia y la responsabilidad es suya.

 
  
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  Barbara Kudrycka (PPE-DE). – (PL) Señor Presidente, hace diez años se publicó un bello relato del escritor belaruso Vasil Bykov. Se titulaba Enamórate de mi, soldado. En esa obra, el autor describe –de forma simbólica, naturalmente– el modo en que Belarús se identifica con la civilización europea, mediante la adopción de un sistema de valores similar y el consiguiente rechazo de las ideologías basadas en el odio.

En la Plaza de Octubre, el pueblo belaruso demostró que había reconocido el verdadero significado de la propaganda general del Gobierno, que difunde mentiras y alimenta infundios acerca de Europa. Durante un par de días, esa plaza se convirtió en la cabeza de puente de la libertad, desde donde se dirigieron llamamientos al pueblo belaruso, instándole a reafirmar su identidad nacional. En sus esfuerzos por reavivar la identidad nacional, la oposición contó con el apoyo del talento creativo figuras destacadas del mundo de la cultura y la literatura belarusas. Entre ellos se encontraban Vasil Bykov, Uladzimir Arlov y Slawomir Adamowicz. Incluso jóvenes que participan en la cultura pop contemporánea ofrecieron su apoyo. Por lo tanto, ahora nos corresponde a nosotros desacreditar el mito generalmente aceptado en Europa de que los belarusos están «rusificados» hasta tal extremo que no tienen el menor interés por recuperar su identidad independiente, basada en su lengua, su cultura y sus símbolos nacionales propios.

¿Qué ayuda concreta puede ofrecer la Unión Europea con este objeto? Los dos millones de euros que la Comisión ha destinado a los medios de comunicación libres no son más que una gota en el océano. No son gran cosa, comparados con los 60 millones de dólares que ha destinado, solamente durante este año, el Presidente Lukashenko a una amplia campaña de propaganda, al adoctrinamiento y a los medios de comunicación gubernamentales.

Además del apoyo a los medios de comunicación libres y a los periodistas independientes, se necesitan fondos para otros fines; voy a citar solo unos pocos. Se debe prestar ayuda a las editoriales independientes que publican en lengua belarusa. No me refiero solamente al apoyo para publicaciones políticas y de investigación, sino también para la literatura belarusa. Deben crearse becas para investigadores belarusos y para quienes se dedican a las artes creativas, como pueden ser los escritores, poetas y pintores, que les permitan sobrevivir y continuar desarrollando su trabajo. También se deben crear becas para los estudiantes expulsados de los centros de educación superior y para los que no desean integrarse en el sistema gubernamental y verse sometidos a un total adoctrinamiento, y prefieren asistir a centros privados de educación superior en Belarús o solicitar plaza en centros europeos.

La única forma de responder a los regímenes que encarcelan a la gente por el mero hecho de haber escrito un poema, es ofrecer un amplio apoyo a la libertad de pensamiento y de creación. En conclusión y por lo que respecta a la definición de los métodos y entidades adecuados para prestar ayuda financiera a la Belarús libre, le pido encarecidamente a la señora Comisaria que incluya en los organismos responsables de tomar las decisiones a personas que conozcan y comprendan bien a Belarús, sus circunstancias, sus problemas y su identidad nacional, a la que ya me he referido antes.

 
  
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  Hans Winkler, Presidente en ejercicio del Consejo. (DE) Señor Presidente, señora Comisaria, Señorías, esta Cámara ha emitido nuevamente hoy un mensaje firme y sus contribuciones han demostrado algo que considero fundamental y que les agradezco: su apoyo y reconocimiento de los esfuerzos de la Comisión y del Consejo. Es importante que la Unión Europea hable con una sola voz sobre esta cuestión y emita la señal adecuada. El Consejo e indudablemente también la Comisión quieren continuar trabajando para este fin.

El señor Klich y otros después de él han planteado el tema de la influencia que se puede ejercer sobre Rusia. Quiero recordarles que la declaración anexa a las conclusiones del Consejo Europeo ya manifiesta explícitamente que tenemos que la manera de incorporar a nuestros socios internacionales –y a los demás vecinos de Belarús, en particular – a este debate. No cabe la menor duda de que, obviamente, también hay que plantearle esta cuestión a Rusia, un importante vecino de Belarús. Pueden tener la seguridad de que el Consejo no evitará este tema en sus conversaciones con Rusia; acabamos de celebrar un debate sobre los derechos humanos y habrá otras oportunidades. También se nos ha preguntado, espero que retóricamente, si tenemos miedo. Solo puedo responderles que no, no tenemos miedo. Sabemos perfectamente cuáles son nuestros valores y los defendemos con toda claridad.

Muchos de ustedes han señalado que la flexibilización de las normas relativas a los visados se debe aplicar, específica y concretamente, a las personas a quienes queremos acoger aquí para demostrarles cómo funciona la democracia occidental. Por supuesto, eso no se puede separar de ciertas consideraciones administrativas. Estamos trabajando en ello; queremos invitar a las personas adecuadas y ofrecerles la oportunidad de venir aquí. A la inversa, en el debate también se ha exigido que incluyamos a las personas adecuadas, concretamente a los responsables, en la lista de las prohibiciones de concesión de visados.

La distinción entre la prohibición de concesión de visados que ya existía antes de las elecciones y la situación actual es que, anteriormente, esta solo afectaba a los altos funcionarios, mientras que ahora estamos haciendo exactamente lo que muchos de ustedes han pedido: queremos llegar a los políticos responsables. Alguien ha preguntado qué se propone hacer el Consejo la próxima semana, el 10 de abril: muy concretamente, vamos a adoptar una lista de ese tipo y a partir de ese momento no habrá más obstáculos para la aplicación.

El Consejo también analizará otras posibles sanciones y medidas, que debemos contemplar con mucho cuidado para evitar emprender ninguna acción que pueda acabar teniendo un resultado contrario al que deseamos conseguir. No debemos exponer al pueblo a riesgos innecesarios a causa de nuestras acciones. Queremos protegerlo, incluido el señor Milinkevich, y queremos enviarle una clara señal de que estamos de parte de la población y de las personas que están ejerciendo sus derechos.

Por lo tanto, pueden tener la seguridad de que el Consejo continuará trabajando con gran seriedad y firmeza, y de manera muy concreta, en unas medidas que acaben siendo útiles y permitan conseguir el objetivo que todos perseguimos, concretamente la democratización del país y su inclusión en los programas de vecindad de la Unión Europea. De eso se trata, en fin de cuentas. Debemos decirle al pueblo –y demostrarle– que le interesa que se cumplan las condiciones que permitan la inclusión de su país en el programa de vecindad europeo, en las mismas condiciones que Ucrania y otros países.

Otro objetivo es la incorporación del país al Consejo de Europa, dado que es el único que todavía no forma parte del mismo. De momento, eso no es posible, dado que solo pueden formar parte del Consejo de Europa los países que quieran y puedan respetar los derechos humanos establecidos en el Convenio Europeo de Derechos Humanos. Nuestra intención es que Belarús pueda hacerlo algún día y el Consejo continuará trabajando para conseguir ese objetivo.

 
  
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  Benita Ferrero-Waldner, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, creo que el mensaje clave es que nos gustaría poder incluir a Belarús en la Política de Vecindad. Esto es lo que nos gustaría hacer, con todas las ventajas para la población y para el país. Permítanme contestar a varias cuestiones concretas planteadas de nuevo en el debate.

En lo que respecta a Belarús, prestamos apoyo a ONG registradas fuera de ese país para actividades que beneficien a Belarús a través de la IEDDH, la Iniciativa Europea para la Democracia y los Derechos Humanos, y esto no es habitual porque, según nuestras normas, normalmente solo trabajamos con ONG de dentro del país, así que hemos intentado encontrar una solución flexible. Esa flexibilidad continuará en los próximos años. Pronto se destinarán 420 000 euros más a ONG situadas fuera de Belarús mediante el mismo instrumento y ya se han publicado las licitaciones.

Nuestras herramientas de ayuda en el futuro, que sustituirán a la IEDDH, y la cooperación descentralizada para el próximo periodo al amparo de las perspectivas financieras nos permitirán conceder ayudas fuera de Belarús. Actualmente estamos ultimando una propuesta para nuestra estrategia de ayuda para los próximos años.

Se ha mencionado el proyecto relativo a los medios de comunicación. Ha sido muy importante empezar con este proyecto, que hemos financiado. Hemos financiado cinco componentes de los medios de comunicación: la televisión, la radio, Internet, apoyo a la prensa escrita independiente y la formación de periodistas en los próximos 24 meses. Tendremos que seguir con estas tareas. Las retransmisiones de radio diarias y los programas de televisión semanales para Belarús empezaron en febrero e inmediatamente –yo diría que dos semanas después de haber firmado el contrato– intentamos hacer todo lo posible para que la población belarusa tuviera conocimiento de ello. Tanto los componentes de radio como de televisión seguirán ofreciendo información independiente, fiable y –esperemos– muy equilibrada sobre Belarús, así como sobre la UE, la diversidad de sus 25 Estados miembros y nuestras relaciones con el país. Nosotros, en la Comisión, seguiremos desarrollando sinergias con los demás donantes en el ámbito de este proyecto, y los programas de radio ya se retransmiten a través de varios operadores técnicos, tanto en FM como en AM –sé que esto es también motivo de preocupación– y a través de Internet, que incluye opciones de descarga.

En cuanto a la expedición de visados, sabemos que esto se ha solicitado. El criterio general sobre los visados fue adoptado por el Consejo en diciembre del año pasado y manifiesta, a diferencia de los acuerdos de readmisión, que la expedición de visados no se ofrecerá activamente a países terceros. A pesar de esta posición común general, estamos buscando posibilidades para facilitar contactos personales entre la Unión Europea y Belarús con medidas encaminadas a renunciar a las tasas de visado sobre una base ad hoc. Todavía no se ha decidido nada, pero las medidas se están tramitando. A ese respecto, el acervo vigente y las medidas que estamos preparando ya ofrecen el margen de maniobra idóneo para que los Estados miembros puedan eximir del pago de tasas de visado a los visitantes procedentes de Belarús.

Por último, sobre la cuestión de los estudiantes, nos inclinamos por facilitar el acceso de estudiantes belarusos a sus universidades. Compartimos plenamente el punto de vista expresado por muchas de sus Señorías de que hay que ayudar a los estudiantes, no solo porque han constituido la plataforma, la base, el grueso de los que han protestado pacíficamente tras las elecciones, sino también porque la consolidación de la democracia descansará en buena medida sobre sus hombros. Por tanto, podemos facilitar el acceso de los estudiantes a nuestras universidades siempre que todos los Estados miembros y la Comisión sumen sus fuerzas y siempre que podamos asegurar cierta coordinación entre los Estados miembros y nosotros, y creo que la Comisión estaría dispuesta a ello.

Esto también requerirá esfuerzos financieros que estamos dispuestos a examinar. Contamos con los programas Tempus y Erasmus y, junto con los esfuerzos realizados por los Estados miembros, creo que podemos hacer muchas cosas.

Por último, en cuanto a Rusia, como ya ha dicho el señor Winkler, este país siempre ha sido un tema recurrente en el diálogo político porque estamos hablando de nuestros vecinos comunes, entre los que se incluyen el Cáucaso Meridional, Ucrania, Moldova y Belarús. El Presidente Barroso habló con firmeza el 17 de marzo y recordó al Presidente Putin nuestra conocida posición sobre la democratización, pero también le advirtió de que no aceptaríamos ningún tipo de violencia el día de las elecciones. No hubo derramamiento de sangre en la jornada electoral, pero es necesario convencer a Rusia de que otros líderes distintos al Presidente Lukashenko no supondrían una amenaza para la relación especial con Belarús. Sus Señorías pueden estar seguras de que intentaremos seguir trabajando por ustedes y con ustedes en esta cuestión.

 
  
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  El Presidente. He recibido seis propuestas de resolución(1) de conformidad con el apartado 2 del artículo 103 del Reglamento.

El debate queda cerrado.

La votación tendrá lugar el jueves a las 12.00 horas.

Declaración por escrito

(artículo 142 del Reglamento)

 
  
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  Filip Andrzej Kaczmarek (PPE-DE). – (PL) La Unión Europea concede gran importancia al respeto de los derechos humanos y a la instauración de la democracia en todo el mundo. No obstante, debe prestar especial atención a los acontecimientos que tienen lugar justo al otro lado de sus fronteras. Una vez más, la última dictadura de Europa nos ha recordado, de forma dolorosa, su siniestra naturaleza. Elecciones fraudulentas, persecución de los oponentes políticos, supresión de la libertad de reunión y expresión; estas son las acciones del régimen belaruso.

Apoyamos a la oposición belarusa porque lucha por algo que nosotros damos por sentado, a saber: la democracia y la libertad. También está luchando por la soberanía nacional, amenazada por las ambiciones malsanas del dictador, que son contrarias a los intereses de la nación. Apoyamos a la oposición no solo porque compartimos sus ideas políticas, sino también por los objetivos por los que está luchando.

También debemos hacer todo cuanto esté en nuestras manos para dificultar las cosas al régimen y al señor Lukashenko. Las personas que no respetan los valores que son importantes para nosotros, no deben beneficiarse de su aplicación. Los defensores del dictador deben comprender que no hay lugar para ellos en Europa. Europa es para quienes respetan la libertad, la democracia y el Estado de Derecho.

El señor Milinkevich ha dicho que la dictadura no durará y que el cambio está próximo. Espero sinceramente que tenga razón, por el bien de la nación belarusa y de toda Europa. Esperemos que su optimismo dé fuerzas a quienes están luchando por la libertad y que consigan derrocar al tirano.

 
  
  

PRESIDENCIA DEL SR. FRIEDRICH
Vicepresidente

 
  

(1)cf. Acta.

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