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Acta literal de los debates
Martes 16 de mayo de 2006 - Estrasburgo Edición DO

14. Informe sobre los progresos realizados por Bulgaria y Rumanía en el proceso de ampliación (debate)
Acta
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  El Presidente. El punto siguiente del orden del día es la declaración de la Comisión acerca del informe sobre los progresos realizados por Bulgaria y Rumanía en el proceso de ampliación.

 
  
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  José Manuel Barroso, Presidente de la Comisión. (EN) Señor Presidente, me complace tener la oportunidad de presentarles hoy los resultados de nuestra evaluación de los preparativos de Bulgaria y Rumanía para la adhesión, y espero con interés debatir este tema con ustedes.

Quisiera dar las gracias al Parlamento, concretamente a su Comisión de Asuntos Exteriores, a su presidente, el señor Brok, y a los ponentes, el señor Van Orden y el señor Moscovici, por su contribución a este importante ejercicio. Aprecio mucho el espíritu concertado de nuestros frecuentes debates sobre este tema. Como saben, la decisión que ha adoptado hoy la Comisión es el resultado de un amplio proceso de revisión y diálogo con todas las principales partes interesadas. El punto de partida de nuestro planteamiento es que la Unión Europea debe cumplir los compromisos contraídos. Al mismo tiempo debemos ser rigurosos con respecto a los criterios que deben cumplir los países candidatos.

Con su permiso, antes de ceder la palabra al señor Rehn, que comentará más en detalle los hallazgos de la Comisión recogidos en el informe de seguimiento, quisiera hacer varios comentarios.

Desde octubre, los Gobiernos de Bulgaria y Rumanía han trabajado muy duro para cumplir con sus compromisos pendientes. Han seguido avanzando en sus preparativos para la adhesión. Reconozcamos lo que es debido. No obstante, todavía hay algunos problemas importantes que es necesario afrontar. Quisiera destacar, concretamente, la necesidad de un mayor avance en el ámbito de la justicia y los asuntos de interior. La Comisión considera que Rumanía y Bulgaria deberían estar listas para su incorporación el 1 de enero de 2007, siempre que afronten una serie de cuestiones pendientes durante el próximo mes.

Permítanme referirme en primer lugar a la situación de las reformas judiciales y la lucha contra la corrupción. Esperamos que todo país candidato cuente con un sistema judicial que funcione bien y esté preparado para combatir la corrupción y el crimen organizado. Esto es especialmente importante, ya que sostiene el funcionamiento del conjunto de la sociedad y la economía. Ambos países han demostrado su firme voluntad de acometer las necesarias reformas pendientes y nuestros informes reconocen plenamente los resultados que ya han conseguido. Bulgaria todavía debe demostrar resultados claros en la lucha contra la corrupción, en particular la corrupción de alto nivel, principalmente desde el punto de vista de las investigaciones y los posteriores procesos judiciales. También necesita seguir reformando la judicatura y eliminar toda ambigüedad con respecto a su independencia. Asimismo esperamos que Bulgaria intensifique los esfuerzos en torno a la investigación de las redes del crimen organizado.

Rumanía ha de proseguir con sus esfuerzos y mostrar más resultados en la lucha contra la corrupción, principalmente desde el punto de vista de las investigaciones complementarias y los procesos judiciales subsiguientes. Es necesario que consolide la aplicación de las reformas judiciales en curso.

Respecto al nivel de alineación de Bulgaria y Rumanía con el acervo comunitario, hemos registrado nuevos avances. Sin embargo, nos siguen preocupando mucho algunos sectores: la agricultura y la seguridad alimentaria, la justicia y los asuntos de interior y las finanzas públicas. Todo país candidato debe estar en condiciones de aplicar debidamente las políticas de la Unión Europea tras la adhesión. Hay que respetar las normas del club. Esperamos que Bulgaria y Rumanía tomen inmediatamente medidas correctivas en estos sectores problemáticos.

A principios de octubre a más tardar revisaremos la situación de estos aspectos pendientes. Sobre esta base, la Comisión considerará si aún es posible mantener la fecha de adhesión del 1 de enero de 2007. Es posible que los dos países estén listos para 2007, pero deben tomar medidas decisivas.

Al mismo tiempo, la Unión Europea necesita transmitir una señal clara de que está dispuesta a cumplir sus compromisos. Esto es esencial para mantener el impulso. Es necesario que continúen los preparativos prácticos para la adhesión. Cuento con el respaldo de todos los Gobiernos y Parlamentos que todavía deben completar sus trámites para ratificar el tratado de adhesión.

Nuestro planteamiento se basa en la estricta condicionalidad y el respeto de los compromisos. Este planteamiento nos ha permitido adquirir fuerza y confianza con cada ampliación. Al igual que en ampliaciones anteriores, especialmente la de 2004, la próxima será un éxito.

La ampliación siempre ha sido la respuesta de Europa a los desafíos estratégicos y la historia ha demostrado que esta ha sido la adecuada. Una y otra vez ha venido acompañada de un dinamismo que ha proporcionado a la Europa ampliada una mayor capacidad para dejar su impronta en el mundo.

En la situación en la que nos encontramos hoy es más importante que nunca preservar el espíritu de apertura y ambición que siempre nos ha inspirado para seguir adelante con la construcción de Europa. Por esto precisamente el Comisario Rehn y yo hemos decidido viajar hoy a Bucarest y mañana a Sofía para explicar estas cuestiones y transmitir un claro mensaje de ánimo a ambos países.

(Aplausos)

 
  
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  Olli Rehn, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, el 1 de mayo celebramos el segundo aniversario de la última ampliación. Analizando los dos últimos años, tenemos muchos motivos para estar satisfechos y orgullosos, aunque en su momento no faltaran los augurios más catastróficos. Sin embargo, se ha demostrado que las Casandras estaban equivocadas.

Podemos conseguir el mismo éxito en los casos de Bulgaria y Rumanía. Ambos países están trabajando duramente para resolver las deficiencias que persisten para cumplir plenamente los criterios de adhesión.

Es obligación de la Comisión evaluar los avances realizados por ambos países para determinar si están verdaderamente preparados para la adhesión. Nuestro objetivo es dar la bienvenida a Bulgaria y Rumanía como miembros en 2007 y es nuestra obligación, como guardianes de los Tratados, garantizar que una vez que se incorporen cumplan realmente las condiciones. Por lo tanto, cuando nos reunimos por última vez a finales de abril les prometí una decisión cuidadosamente calibrada que mantuviese el impulso de las reformas hasta el momento de la adhesión y posteriormente. Ahora ustedes tienen esa decisión: Bulgaria y Rumanía pueden incorporarse en enero de 2007 con la condición de que demuestren la resolución, la mentalidad y los resultados necesarios para hacer frente a las deficiencias que todavía existen. Para principios de octubre informaremos sobre su avance y consideraremos si puede mantenerse la fecha.

De hecho, Bulgaria y Rumanía se han sometido a un proceso de supervisión de una amplitud e intensidad sin precedentes. Respecto a los criterios políticos, aunque se han hecho muchas cosas, todavía puede avanzarse más. Es necesario aplicar efectivamente la reforma de la judicatura y reforzar la lucha contra la corrupción, sobre todo la de alto nivel.

Bulgaria necesita seriamente intensificar sus esfuerzos contra el crimen organizado y la corrupción. También es necesario que demuestre resultados claros en la lucha contra la corrupción desde el punto de vista de las investigaciones y los procesos judiciales.

Sobre la base de los avances realizados hasta el momento, Rumanía necesita continuar con sus esfuerzos y mostrar resultados adicionales en la lucha contra la corrupción.

En el ámbito de los derechos humanos y los de las minorías, Bulgaria y Rumanía deben esforzarse más.

Respecto a los criterios económicos, la transformación de ambos países constituye un éxito notable en el que todos en Europa salen ganando. Estos dos países han registrado un sólido crecimiento durante los últimos años, dando lugar a una zona de dinamismo económico muy necesaria en nuestro extremo sudoriental.

Respecto al acervo, nuestro ordenamiento jurídico, se ha avanzado mucho y en la mayoría de ámbitos no se plantean problemas, siempre que se mantenga el ritmo actual de los preparativos. Sin embargo, en algunos aspectos los preparativos requieren un mayor esfuerzo y también hay determinadas cuestiones muy preocupantes. A menos que los países tomen medidas correctivas inmediatas y decisivas, no estarán listos en estos ámbitos que preocupan en la fecha prevista para la adhesión.

Desde octubre del pasado año, los ámbitos muy preocupantes se han reducido de 16 a 6 en Bulgaria y de 14 a 4 en Rumanía. Siguen incluyendo determinados aspectos de la agricultura, la seguridad alimentaria y veterinaria, así como del control y gestión de los fondos comunitarios. En caso de persistir estas graves preocupaciones, no dudaríamos en recurrir a nuestros instrumentos correctivos. Nuestro informe especifica las salvaguardias y otras medidas de protección de que disponemos conforme a la legislación vigente. Podríamos recurrir a esas salvaguardas si en el momento de la adhesión persistiesen determinados problemas limitados en las áreas del mercado interior y la justicia y los asuntos de interior, por ejemplo, en las que también podemos establecer un mecanismo de control basado en el Tratado de adhesión.

Respecto al uso del dinero comunitario, el acervo requerirá una suspensión de los pagos en caso de problemas graves. En la agricultura incluso proponemos medidas novedosas y más estrictas, basadas en el Tratado de adhesión que transmite el sólido mensaje de que somos cuidadosos con nuestro dinero.

Confío en que la decisión escrupulosamente calibrada de hoy y su rigor convencerán a los Parlamentos nacionales que todavía no han ratificado el Tratado de adhesión para que lo hagan. El propio Tratado incluye las condiciones, salvaguardias y mecanismos de control que garantizan que los países solamente puedan incorporarse una vez estén preparados y que cuando se hayan incorporado respeten sus obligaciones como miembros.

Permítanme expresar nuestro aprecio por el respaldo del Parlamento Europeo al proceso de adhesión de Bulgaria y Rumanía. Tal como acordaron el Presidente Barroso y el Presidente Borrell el pasado año, hemos escuchado atentamente sus puntos de vista antes de presentar nuestra postura sobre si deben posponerse o no las adhesiones. Confío en que este planteamiento constructivo, transparente y riguroso proporcionará los mejores resultados para Bulgaria y Rumanía, así como para Europa.

(Aplausos)

 
  
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  Hans-Gert Poettering, en nombre del Grupo del PPE-DE. (DE) Señor Presidente, señor Presidente de la Comisión, señor Comisario, Señorías, para empezar quisiera manifestar a la Comisión lo mucho que valoro la presencia de su Presidente y, por supuesto, del Comisario responsable cuando se va a debatir una cuestión tan importante. Los presidentes de los Grupos se encuentran aquí, al igual que los diputados a esta Asamblea; podría haber más, pero la cifra de hoy es más o menos aceptable. Sin embargo, no puedo evitar señalar que no haya nadie representando al Consejo de Ministros, como tampoco hubo nadie cuando intervino el Presidente de la Autoridad Palestina, y no creo que sea aceptable que el Consejo no esté representado en un debate tan importante.

(Aplausos)

Señor Presidente, quisiera alentarle –y esto no solo tiene que ver con la Presidencia y no es solo a esta a quien me dirijo, ya que también se trata de un asunto de la Secretaría General del Consejo– a que utilice su influencia sobre el Consejo para conseguir que realmente estén presentes en debates tan importantes. Podrá contar, señor Presidente, con nuestro apoyo si insiste en esta cuestión con la mayor claridad posible ante el Consejo, su Secretaría General y también la Presidencia.

Retomando la materia en cuestión, Bulgaria y Rumanía están en camino de incorporarse a la Unión Europea. Deseamos que se incorporen y simplemente quisiera hacer una evaluación. En numerosas ocasiones ha dado la impresión de que es de nosotros –los 25 Estados miembros actuales de la Unión Europea– de quienes deben aprender. Por una vez deberíamos reconocer el largo camino que han recorrido estos países en un colosal esfuerzo por deshacer el daño causado por 45 años de mala gestión bajo una dictadura comunista para convertirse en Estados democráticos bajo el Estado de derecho.

(Aplausos)

Pese a que muchas veces –y a menudo con razón– criticamos la administración que tenemos a todos los niveles en la Unión Europea y en nuestros propios Estados miembros, quisiera decir lo positivo que es que los sistemas de administración con que contamos en la Unión Europea y en nuestros Estados miembros se basen en la ley, de forma que sea posible impugnar cualquier medida administrativa o cualquier acción de un funcionario a través del sistema judicial. En los antiguos países comunistas no existe nada parecido y esto es algo que tendrán que desarrollar. Por ello es tan importante que desarrollemos un sistema legal con carácter de Estado basado en el Estado de derecho, lo cual requerirá un enorme esfuerzo.

A los Gobiernos, Parlamentos y pueblos –también de Bulgaria y Rumanía– quiero decirles que no deben considerar nuestro debate y nuestras preocupaciones sobre la falta de avance como una indicación de nuestro deseo de darles una lección, sino al contrario, queremos trabajar de forma conjunta para hacer que la adhesión de estos dos países sea un éxito para todos, para estos dos países y para la Unión Europea en su conjunto.

Pese a que no cuestionamos los datos, creo que ustedes, señores Barroso y Rehn, están bien informados cuando dicen que queremos animar a ambos países a que afronten los déficit pendientes mediante la legislación y la aplicación práctica de tal forma que –aunque sean incapaces de conseguir todo en los próximos meses– podamos esperar decirles con buena conciencia en otoño que serán bienvenidos el 1 de enero de 2007. Por ese motivo, su decisión –la cual refrendo– es astuta y da a estos dos países el valor para continuar por el camino que han iniciado.

Hoy todo encaja. Asimismo cabe señalar que el pueblo de la Unión Europea actual también tiene sus preocupaciones al respecto; todavía no se han acostumbrado a que ahora seamos una comunidad de veinticinco miembros. El 1 de mayo de 2004 se nos unieron diez países. Debemos adoptar una línea positiva a este respecto con nuestros ciudadanos y debemos decir que la incorporación de Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, la República Checa, Eslovaquia, Hungría, Eslovenia y por supuesto también Malta y Chipre fue un enorme éxito, ya que el Estado de derecho, la democracia y la economía de mercado social han prevalecido en estos países, y esto contribuye a mantener estable todo el continente europeo. Esto es lo que debemos decir a nuestro pueblo, en lugar de centrarnos siempre en las críticas y los retos, y es en este sentido en lo que todavía tenemos mucho trabajo que hacer con el fin de mejorar la aprobación de la Unión Europea.

Durante los últimos meses, esta Asamblea –y creo que aunque siempre debemos ser capaces de criticarnos a nosotros mismos también podemos enorgullecernos un poco de esto– ha conseguido un gran logro en forma del gran compromiso sobre la directiva de servicios, seguida de la adopción de las Perspectivas Financieras, a las que hemos conseguido introducir importantes mejoras, pero todavía quedan cosas por hacer, en lo que respecta a la legislación sobre sustancias químicas de REACH, debemos conseguir un equilibrio entre las consideraciones económicas y ambientales.

Hoy hemos debatido con la Comisaria Wallström –que ha intervenido en nombre de toda la Comisión y de su Presidente– la cuestión más importante después de la mejora del entorno psicológico y político de la Unión Europea, que es que no deberíamos permitir que hubiese ninguna duda sobre el hecho de que la mayoría del Parlamento Europeo quiere que el tratado constitucional se convierta en una realidad, y lo quiere porque necesitamos la constitución si la Unión Europea pretende tener normas básicas para las decisiones y valores comunes que nos unan.

Espero que la Comisión tenga todo esto en cuenta. Señor Barroso, considero muy positivo que haya tomado su decisión hoy y que inmediatamente la haya justificado ante el Parlamento Europeo. Mañana viajará a Rumanía y Bulgaria. Le deseo un buen viaje y que todos podamos compartir un buen futuro europeo.

(Aplausos)

 
  
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  Martin Schulz, en nombre del Grupo del PSE. (DE) Señor presidente, Señorías, también a mí me complace que el Presidente de la Comisión se haya unido hoy a nosotros, ya que su presencia aquí destaca la importancia del debate, y el motivo por el que la destaca es porque lo que estamos debatiendo es importante. No debemos subestimar la dramática naturaleza de la decisión que tendremos que tomar, que el Consejo tendrá que tomar, y que ustedes todavía deben tomar, no solo respecto a su efecto interno, sino también para los dos países sobre los que estamos hablando.

El Grupo Socialista en el Parlamento Europeo, los socialdemócratas de esta Asamblea, estamos a favor del deseo que hemos expresado de que si no existen obstáculos importantes, el 1 de enero de 2007 sea la fecha de adhesión de Bulgaria y Rumanía. Esta ha sido y sigue siendo nuestra postura, y observo que el Presidente fue muy exacto en el modo que lo expresó en su intervención, diciendo que la Comisión estaba trabajando sobre la base de que los dos países estarían listos para la incorporación a la UE el 1 de enero de 2007. Ahora usted, señor Rehn, y usted, señor Barroso, han optado por expresarse con palabras que indican la presencia de carencias, que han descrito superficialmente en lugar de enumerarlas una a una. Si después de siete años van a viajar ahora a Sofía y Bucarest, tengo un buen consejo para ustedes: cuando lleguen allí utilicen un lenguaje más exacto a la hora de hablar a sus Gobiernos sobre lo que han dicho a esta Asamblea, descríbanles exactamente dónde se encuentran las carencias y díganles exactamente qué mejoras se esperan, ya que esta es la única forma de que tengan una oportunidad de hacer lo que ya han estado haciendo, trabajar duro para garantizar que realmente se cumplen todos los criterios que se les demandan y se esperan de ellos. Esto es justo, ya que como ustedes –Presidente y Comisario– han dicho, estos Gobiernos están haciendo un gran esfuerzo. El proceso de transformación al que se han sometido estos países –y en este aspecto estoy de acuerdo con el señor Poettering– ha transcurrido durante una década y media y ha hecho grandes demandas al pueblo. Ahora, en la fase final, cuando necesitamos tener en cuenta las esperanzas del pueblo búlgaro y rumano, de su esperanza de que podrán incorporarse a la Unión Europea, es esencial que haya una gran precisión.

Aceptamos lo que ustedes –señor Barroso y señor Comisario Rehn– han dicho, pero al decirlo asumen una gran responsabilidad y quisiera explicar con detalle en términos inequívocos cuál es esta responsabilidad. Ustedes les dirán a los Gobiernos de Sofía y Bucarest cuáles son los criterios que todavía deben cumplir. Describirán qué se quiere de ellos y nos han planteado octubre como fecha. Lo que esto significa entonces es que en octubre deberán decir al Consejo y al Parlamento Europeo en términos muy exactos si creen que estos aspectos son como deberían ser y, si no lo son, por la lógica de nuestro argumento la decisión debería ser distinta a la que ustedes prevén hoy. Con ello asumen una gran responsabilidad y hoy quisiera recalcarles una vez más cuál es esa responsabilidad. Por ese motivo el debate de hoy es muy importante y debe tomarse muy en serio.

Bulgaria y Rumanía serán Estados miembros de la Unión Europea y a los socialdemócratas nos gustaría que se incorporasen el 1 de enero de 2007. Somos muy conscientes de las mejoras que todavía quedan por hacer. Confiamos en que estos países puedan introducirlas, de forma que pueda cumplirse el plazo. Damos por sentado que ustedes los observarán mientras lo hacen.

Sin embargo hay algo que quisiera añadir: no solo se trata de la adhesión, sino también de los tratados conforme a los cuales accederán Asimismo necesitamos considerar por qué esta adhesión es tan importante en el contexto histórico. Estos dos países, que constituyen la Región del mar Negro, han hecho enormes avances. Aparte de las cosas que ustedes critican con acierto, tanto Rumanía como Bulgaria se han estabilizado mucho, y esta estabilidad en las fronteras de la Unión Europea es muy importante, ya que esta región está limitada por otras que también son vecinas nuestras y que están lejos de ser lo estables que nos gustaría que fuesen. De ahí se deduce que tenemos un interés personal en que estos países consigan la estabilidad –económica, social, política y cultural– como Estados miembros de la Unión Europea, así que, cuanto antes cumplan los criterios, antes estarán listos para la adhesión y será mejor para todas las partes implicadas –no solo para los países en cuestión, sino también para la Unión Europea.

Los socialdemócratas del Parlamento Europeo han tomado nota de la propuesta de la Comisión; aunque consideramos aceptable su planteamiento, les aconsejaríamos que fuesen más precisos en Bucarest y Sofía de lo que lo han sido hoy. Lo que nos gustaría es que ambos países cumpliesen los criterios de tal forma que sean capaces de convertirse en miembros de nuestra Unión el 1 de enero de 2007.

(Aplausos)

 
  
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  Graham Watson, en nombre del Grupo ALDE. (EN) Señor Presidente, quisiera rendir homenaje al Comisario Rehn por su equilibrada y exhaustiva evaluación, además de su competente gestión de este expediente. Asimismo quisiera elogiar a Anca Boagiu, a Meglena Kuneva y a sus predecesores como Ministros de la Integración de la UE por su generosa y esforzada labor.

El escritor Mark Twain dijo: «Podemos cambiar el mundo o a nosotros mismos, pero esto último es más difícil». Echar abajo el muro de Berlín fue la parte fácil. Construir una nueva cultura democrática lleva mucho más tiempo. Pero los ladrillos del esfuerzo y el cemento de la persistencia están funcionando. La decisión de proceder en 2007, con las condiciones adecuadas, es la correcta. Desde el punto de vista de mi Grupo, la Comisión no debería reconsiderar su decisión en otoño, excepto en las más graves circunstancias.

Queremos que se juzgue a Rumanía y Bulgaria con el mismo rigor, ni más ni menos, que a los anteriores países adheridos. Nuestro control debe ser acorde con las disposiciones del tratado vigente y la legislación en vigor. Por lo tanto, nos tomamos muy en serio la grave preocupación expresada por la Comisión respecto a la persistencia de la corrupción y las deficiencias del Estado de Derecho, áreas en las que es urgente seguir actuando. El trato incorrecto de la población romaní también sigue siendo una ofensa, motivo por el que es tan importante la Década de la Inclusión Romaní, lanzada por seis Jefes de Estado y de Gobierno.

La Comisión identifica fallos en muchas otras áreas. Estos deben subsanarse sin demora. Pero la adhesión no puede ser un examen en el que los candidatos suspendan, ya que el fracaso lo sería tanto para la Unión como para los países candidatos. Lo más importante para la salud de una sociedad es adónde dirige su mirada. Bulgaria y Rumanía miran y avanzan en la buena dirección. ¿Podemos decir esto de todos los actuales Estados miembros? Imagínense, Señorías, que el pasado otoño el Ministerio del Interior rumano hubiese propuesto la detención de sospechosos durante tres meses sin acusación o que el Primer Ministro búlgaro hubiese utilizado los servicios secretos para espiar a sus colegas. Se habría producido un escándalo.

Mi Grupo ha sido siempre cauteloso respecto a aquellos que consienten la ansiedad de moda respecto a la ampliación, convirtiendo en extraños a pueblos que pronto se convertirán en conciudadanos. Por ello me ha encantado oír que el señor Poettering ha desafiado a algunos miembros de su propio partido y ha respaldado firmemente la futura ampliación. Esto da una mayor relevancia a la decisión de su Grupo de reunirse la semana pasada en una ciudad llamada Split.

Pido a los corazones débiles de la derecha que analicen lo que se ha conseguido. ¿No ha sido la ampliación uno de los mayores éxitos de la Unión Europa, sus joyas de la corona? El informe del Comisario Spidla sobre los mecanismos de transición demuestra que la ampliación ha generado más empleo y un mayor crecimiento económico, sobre todo en los países que permitieron el acceso a sus mercados laborales. Pero más allá de las consideraciones económicas, la acogida de nuevos miembros ha enriquecido la cultura de nuestra Unión. Bulgaria y Rumanía se convertirán en valiosos activos si les damos media oportunidad.

Parece que muchos de sus ciudadanos creen que todo es asunto del Gobierno, pero no es así: ganar la guerra contra la delincuencia y la corrupción es labor de todos los ciudadanos. Por ello insto a búlgaros y rumanos a que trabajen conjuntamente con el Gobierno para garantizar el mejor resultado posible y evitar cualquier demora en su ingreso, también porque la reforma que se requiere para incorporarse a la Unión es el medio para subir el nivel de vida, la calidad de vida y la seguridad en su país. Quisiera pedir a todas sus Señorías de esta Asamblea que muestren su solidaridad y demuestren a búlgaros y rumanos que no están solos.

(Aplausos)

 
  
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  Daniel Marc Cohn-Bendit, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (FR) Señor Presidente, Señorías, no sabía que mis colegas, el señor Watson y el señor Poettering, fueran adeptos a la actitud de los jóvenes de la edad de mi hijo, que, cuando tienen un problema, uno puede estar seguro de que dirá: «pero todo saldrá bien, seguro que sí». Desde hace años recibimos la misma respuesta en el tema de la ampliación: «pero todo saldrá bien, seguro que sí».

Yo, por mi parte, espero que realmente todo salga bien. Solo que la responsabilidad, señor Schulz, no la ha contraído exclusivamente la Comisión, sino que también usted la contrajo cuando, hace un año, decidió sobre la ampliación, cuando todos sabíamos entonces que ni Rumanía ni Bulgaria estaban preparadas para la ampliación. Es usted, por tanto, y no solo la Comisión, quien aceptó esa responsabilidad.

(EN) Así que asuman sus responsabilidades.

(DE) O dicho en alemán, ¡hagan lo que han prometido! ¡Ustedes comparten esta responsabilidad!

Porque lo que estamos haciendo hoy es demasiado fácil. Demasiado fácil.

He leído lo que ha dicho y repetido la Comisión: hay que progresar en varios frentes. Señor Watson, lo que dice sobre Alemania es cierto, pero lo que debemos decir sobre Polonia es igualmente cierto: el señor Haider es un demócrata al lado del señor Lepper, que es un notorio racista, antisemita y homófobo. Hoy ocurre que en Europa, y concretamenteen Polonia, está en el poder un Gobierno de extrema derecha, y este Parlamento, que con razón criticó a Austria, ¿qué ha dicho para denunciar a Polonia? Nada. No se atreve a decir nada cuando se trata de países de la ampliación.

Les diré una cosa muy simple. Estoy a favor de la ampliación.

(EN) ¡Estoy a favor de ampliar Europa!

(FR) Pero no de cualquier modo anticuado. De lo contrario llegará el momento en que haremos pagar a los Balcanes y a Turquía nuestra actitud hacia Bulgaria y Rumanía.

¿Por qué les haremos pagar? El hecho es que no es cuestión de rechazar a Rumanía. No es cuestión de rechazar a Bulgaria. Se trata simplemente de decir que, en la actualidad, no podemos integrar ni a Bulgaria ni a Rumanía, dada la situación reinante en esos países. En vez de hablar sin cesar de seguimiento, declaren que esos países se integrarán en la Unión en 2008 y establezcan unos programas que permitan integrar realmente a la población romaní, o los gitanos, en Rumanía y Bulgaria.

La semana pasada visité un barrio habitado por personas de etnia romaní. Lo que vi allí es increíble. Van ustedes a integrar a esos países y han concedido fondos para financiar esos programas. ¿A dónde ha ido el dinero? Pregunten al Gobierno búlgaro qué ha sido del dinero. Háganlo. Será incapaz de responder. Contestará que acaba de promulgar una nueva ley. Es buena cosa hacer nuevas leyes.

Pero lo que yo quiero es que cambie la realidad sobre el terreno. Para ello, no basta con decir que estamos a favor de la ampliación, que somos buenos cristianos o buenos judíos o personas que preocupadas por el mundo. No, es necesario que el mundo cambie. Pero el caso es que la actitud que mantienen ustedes no hará que cambie el mundo. Por tanto, hay que ser más claros y más precisos: sí a la ampliación, pero en determinadas condiciones. La Comisión no nos ayuda lo suficiente a pesar de disponer de los instrumentos necesarios.

(Aplausos)

 
  
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  Jaromír Kohlíček, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (CS) Quisiera pedir a mis colegas diputados que analizasen la integración de los romaníes en Italia, y la integración de las minorías en otros Estados miembros, en los antiguos Estados miembros, y luego hablemos, quizás sin interrupción.

Señorías, cuando los líderes francés y alemán, el Presidente Mitterrand y el Canciller Kohl, decidieron en 1990 dirigirse a los países del centro, el sur y el este de Europa, dijeron: «Bienvenidos a una Unión Europea sin fronteras. Les invitamos a participar en un proyecto común que está abierto a todos los países de Europa. Queremos ayudarles a ponerse al día rápidamente con nuestro nivel técnico y equiparar sus normas legales a las de los restantes estados». Varios años después en Copenhague se aprobaron tres condiciones que tendrían que cumplir los Estados interesados en incorporarse a la UE. El componente económico de los criterios de Copenhague es oscuro y normalmente se interpreta que incluye la aceptación en la OMC (Organización Mundial del Comercio), así como un Acuerdo de Asociación de la UE.

El componente político habla de la resolución pacífica de las relaciones con los Estados vecinos y de la política de las nacionalidades. Esto es algo que los antiguos Estados miembros todavía deben dominar. En 1993 todavía no se hablaba de la venta de los activos nacionales, de la liquidación de cuotas de productos agrícolas ni del desmantelamiento de las centrales nucleares. El requisito fundamental en aquel momento era no socavar las condiciones para el intercambio de bienes entre los países candidatos y la UE. En aquel momento la Comisión abrió negociaciones con 12 Estados. La agenda de negociación se dividió de forma técnica en 29 capítulos, una sección titulada «Varios» y una sección titulada «Instituciones». Después de concluir las negociaciones, hace dos años, 10 Estados fueron aceptados como miembros. En la actualidad existen algunas condiciones –por ejemplo aquellas para retirar fondos– que todavía deben ultimarse para estos. Sus términos de adhesión incluyen toda una serie de medidas discriminatorias, y el hecho es que estas se han evaluado de forma muy pobre, especialmente en las áreas de la agricultura y la industria alimentaria. La desigualdad entre los habitantes de los antiguos y los nuevos Estados miembros es demasiado evidente.

Hoy nos encontramos en una curiosa situación. Se ha negociado una agenda completa con Bulgaria y Rumanía, ha habido acuerdo respecto a todos los capítulos y ahora aparece una nueva serie de medidas extrañas y discriminatorias. Estas incluyen demandas de restitución, el desmantelamiento de modernas plantas generadoras en la central nuclear de Kozloduj y términos desiguales para la agricultura y la industria alimentaria. La gente habla de corrupción, de reformar el sistema judicial, de la situación de los niños, el tráfico de seres humanos, etc. Todo lo que se aplica a los antiguos Estados se aplica a los nuevos Estados. Entiendo a los fanáticos opositores a la energía nuclear. Para mí está claro que sus puntos de vista no cambiarán y que no podrían preocuparse menos sobre la situación energética en los Balcanes. Lo que me sorprende es la postura de Italia y Grecia, cuyo suministro eléctrico depende en parte de Kozloduj. Esto significa que una vez que se haya apagado la planta, Italia será más dependiente de las importaciones de Francia y otros países. ¿Cómo se las arreglará Grecia con la pérdida de energía? Probablemente mediante la quema de carbón, independientemente de los acuerdos formalizados conforme al Protocolo de Kyoto. Siempre pueden adquirir permisos para la emisión de gases. Respecto a los búlgaros, simplemente tendrán que alumbrarse con velas, ya que la central eléctrica de Belene todavía se encuentra en las fases iniciales de planificación, salvo que la Comisión Europea tenga quizás otra solución respetuosa con el medio ambiente pero viable. Por favor, piénsenlo por un momento y traten de explicar cómo está contribuyendo realmente la UE al desarrollo de estos dos países. ¿Quizás se trata simplemente de asegurar que no se les acepta en la Unión conforme a términos razonables? Mi Grupo está totalmente a favor de que se les acepte el 1 de julio de 2007.

 
  
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  Bastiaan Belder, en nombre del Grupo IND/DEM. (NL) Señor Presidente, los dos partidos protestantes neerlandeses en nombre de los que puedo intervenir en esta Asamblea han estado constantemente a favor de remediar la división europea de posguerra. Al mismo tiempo, siempre hemos defendido una ampliación sólida de la Unión Europea, y por lo tanto una aplicación enérgica de los criterios de adhesión reconocidos, los criterios de Copenhague de sobra conocidos. Nos ha entristecido el hecho de que Rumanía y Bulgaria fuesen incapaces de incorporarse en 2004 durante la mayor ronda de ampliación de la Unión en la historia.

Después de todo, tras la revolución del año mágico de Europa en 1989, los contactos de la iglesia y la sociedad civil se reforzaron entre nuestro apoyo ciudadano y ambos países candidatos. Al mismo tiempo podríamos asociarlo por completo al retraso de 2004. ¿Qué pensamos de las dos fechas de adhesión actuales del 1 de enero de 2007 y el 1 de enero de 2008 respectivamente? Como ya he dicho, mi partido está a favor de la adhesión «sólida» de Sofía y Bucarest, es decir, en función de una evaluación independiente para Bulgaria y Rumanía. La palabra «sólida» hace referencia a hechos y medidas de reforma reales y no a intenciones.

Por último, el Consejo y la Comisión añadieron dos cláusulas de salvaguarda específicas a las tres cláusulas habituales de los tratados de adhesión de Bulgaria y Rumanía por algún motivo. Esto también refleja nuestro mensaje a la Comisión. Nos gustaría que en octubre se diese una señal clara sobre la preparación de Bulgaria y Rumanía para adherirse el 1 de enero de 2007, ya que dicha claridad beneficiará a todas las partes en Europa.

 
  
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  Brian Crowley, en nombre del Grupo UEN. – (EN) Señor Presidente, quisiera dar las gracias al Comisario por su presentación y felicitarle por su trabajo en este tema tan difícil, sobre el que he mantenido numerosos debates recientemente.

En primer lugar quisiera plantear mi comentario principal, y después podemos debatir la cuestión más general. Respecto a Rumanía y la situación de los niños en instituciones, orfanatos y hogares de acogida de este país, aún queda trabajo por hacer; es necesario tomar medidas para tratar a estos niños como seres humanos individuales con derechos humanos. Si en ocasiones esto significa permitir la adopción internacional, entonces debería ser así. Conozco el caso de muchos padres irlandeses que pueden y quieren adoptar niños rumanos, especialmente niños con discapacidades físicas y mentales, y desean darles un hogar lleno de amor y cuidados en Irlanda, pero se enfrentan a importantes problemas debido a las dificultades. Por ello quisiera pedir a las autoridades rumanas que reconsiderasen esta cuestión.

Sin embargo, estamos donde estamos debido a la declaración de hoy de la Comisión y también de los movimientos poco limpios que se están produciendo en determinadas capitales de toda Europa para tratar de impedir o ralentizar la adhesión de Bulgaria y Rumanía. No olvidemos que no se trata solamente de que estos dos países cumplan los compromisos contraídos con nosotros conforme a los criterios de Copenhague y conforme a sus acuerdos de adhesión. También nosotros debemos cumplir nuestros compromisos.

Expresamos la esperanza y el deseo de que estos países pudiesen formar parte de la Unión Europea. La primera vez les dijimos: no, no estáis preparados, no podéis incorporaros el 1 de mayo de 2004 con los diez países restantes; todavía tenéis cosas que hacer. En el pasado reciente han realizado grandes avances en la modificación de leyes y de sistemas que tienen décadas de antigüedad para tratar de llegar a un planteamiento más realista. Ahora depende de nosotros ser generosos en nuestro elogio a estos países, para estimularlos de verdad y no aleccionarlos sobre cómo deberían funcionar sus sistemas, aportarles nuestra experiencia con el método abierto de coordinación, conforme al que se analizan las prácticas de otros países, se les saca el mejor partido y se trata de obtener el mejor resultado posible.

Todos sabemos cuáles son los aspectos básicos: el Estado de Derecho, el orden democrático, la separación de poderes, los derechos del individuo y los derechos humanos y las libertades fundamentales. Todo lo demás puede solucionarse mediante por la vía de la simple legislación. En un momento dado se dijo que la política no es tan importante. Sí es importante, ya que afecta a la vida de las personas. A menudo se critica a esta Cámara por no ser suficientemente radicales en nuestras opiniones y puntos de vista.

Lo que debemos hacer hoy no es limitarnos a decir a los Gobiernos de Bulgaria y Rumanía que continúen con el trabajo que están haciendo y consigan la meta que pretenden alcanzar; no deberíamos hablar solamente a los Gobiernos de nuestros países y decirles que deben ser claros y ecuánimes y dar una respuesta real a estos países; debemos hablar directamente a los ciudadanos y al pueblo de Bulgaria y Rumanía y decirles que en la Unión Europea tienen un hogar, un derecho y una prerrogativa, y que nosotros defenderemos esos derechos y prerrogativas para ellos.

(Aplausos)

 
  
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  Andreas Mölzer (NI). (DE) Señor Presidente, no cabe duda de que poner fin a la división europea al acoger en la Unión Europea a estos países que durante décadas sufrieron bajo el yugo comunista fue un enorme e histórico logro. Sin embargo, hay que decir que durante demasiado tiempo no se han tomado suficientemente en serio los justificados miedos y preocupaciones del público europeo, de forma que, por así decirlo, el mecanismo de ampliación se ha establecido sin una referencia a estos. El actual debate sobre las diversas hipótesis para Bulgaria y Rumanía –con sus aplazamientos y medios de ejercer presión– es consecuencia de lo que considero un proceso desventurado.

Si son sinceros, deben admitir que fue de hecho la inclusión de un calendario rígido en los tratados de adhesión del pasado año lo que constituye la base de nuestro dilema actual, ya que fue tan solo la perspectiva de adhesión lo que estimuló a Bulgaria y Rumanía en nuevos esfuerzos con la esperanza de ser aceptados en la UE, así que una vez más nos hemos negado la oportunidad de ejercer una influencia sobre los posibles miembros con el fin de conseguir que estén tan preparados como sea posible.

Pese a que no cabe duda de que Rumanía y Bulgaria pertenecen a la familia de pueblos europeos, no cabe esperar que estos países resuelvan sus diversos problemas –como son la corrupción y la delincuencia organizada– en unos meses. Por el bien de la Unión Europea y de los pueblos de ambos países candidatos, no debería precipitarse su adhesión, ya que si sus condiciones se ven con los mejores ojos posibles y la adhesión se precipita, los ejemplos del pasado nos indican que será el pueblo de los países candidatos el que acabará pagando los platos rotos.

Sin duda la intención es que la adhesión de Rumanía y Bulgaria complete la reunificación de Europa, pero ambos países deben estar realmente preparados para la adhesión y para Europa.

 
  
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  Elmar Brok (PPE-DE). (DE) Señor Presidente, señor Presidente de la Comisión, señor Comisario, Señorías, la ampliación es la política más exitosa de la UE y gran parte de la paz, estabilidad, libertad y prosperidad de que disfrutamos puede atribuirse a esta. Pero esta solamente funciona si se realiza conforme a normas adecuadas, ya que de lo contrario tenderá a deshacerse y todo este ejercicio estará condenado.

Debo decir al señor Watson –aunque ya no esté presente– que mi partido siempre ha sido partidario de la ampliación y que mi país, a diferencia del Reino Unido, nunca ha pedido un reembolso para financiarla. Sin embargo, me gustaría decir que una acción del tipo que propone la Comisión satisfaría los requisitos del Tratado. Si las condiciones establecidas como vinculantes en los tratados de adhesión no se cumplen, entonces la aplicación de estas normas no constituye una discriminación hacia un país, sino el cumplimiento de un contrato entre las partes contratantes.

Al leer sobre los importantes problemas que existen con la corrupción y el crimen organizado, sobre las diferencias considerables que existen entre los dos países, y analizando de cerca lo que ha dicho al respecto la Comisión, al efecto de que Rumanía debería presionar con sus esfuerzos de consolidación, mientras Bulgaria todavía debe presentar alguna prueba de que está haciendo algo en este frente, me parece que esta es una comunicación importante y debemos juzgar cada caso por separado.

La segunda cosa que cabe decir es que podemos proporcionar fondos europeos solamente si las estructuras de dichos países están organizadas de tal forma que el dinero pueda llegar a los destinatarios para los que están previstos, de forma que pasen la revisión del Tribunal de Cuentas. Hasta que no cumplan este requisito tendremos un problema en nuestras manos. Se ha hecho referencia a diversos ejemplos distintos, pero siempre con evidentes diferencias considerables entre los dos países.

Quisiera animar a la Comisión a que aplique la propuesta con el máximo rigor, que revise la situación a partir de ahora y hasta octubre y que dé a los países en cuestión una oportunidad de hacer frente a las deficiencias específicas que muestran. Espero que tomen esto con espíritu constructivo, de forma que sea posible elaborar un informe mejor en octubre, ya que de lo contrario se aplicará la correspondiente cláusula de salvaguardia de la forma que dispone el Tratado. Quisiera recordar esto a la Comisión, además de felicitarla por el informe que ha presentado.

(Aplausos)

 
  
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  Pierre Moscovici (PSE).(FR) Señor Presidente, señor Barroso, señor Rehn, en primer lugar quisiera dar las gracias de todo corazón al señor Rehn, cuyo trabajo como Comisario responsable de la Ampliación es muy apreciado por todos nosotros por su rigor, su buen sentido y su minuciosidad. Gracias a él y gracias a su trabajo, la cooperación entre el Parlamento Europeo y la Comisión, y entre las instituciones europeas y las autoridades rumanas y búlgaras, ha sido eficaz y fructífera. El proceso de adhesión de Rumanía y Bulgaria llega hoy a un momento crucial: nuestras instituciones deben tomar una decisión confirmando, o por el contrario aplazando, la fecha de adhesión de estos dos países candidatos, prevista en principio para el próximo 1 de enero.

Me sumo al espíritu del informe del señor Rehn, que se inclina, como en el pasado, por el sí, pero un sí supeditado a unas condiciones precisas. Recuerdo desde hace muchos meses que nuestra amistad por Rumanía y Bulgaria, nuestro apoyo a su proceso de adhesión, va siempre acompañado de una exigencia concreta, la del respeto de los criterios y las reformas necesarias para evolucionar en este sentido. No obstante, yo iría más lejos que el señor Barroso y el señor Rehn en el juicio que debemos hacer hoy sobre el resultado de los esfuerzos desplegados por estos países para responder a nuestras peticiones. En efecto, creo firmemente que es nuestro deber, a solo siete meses de la fecha de adhesión, prevista para el 1 de enero de 2007, confirmar clara y definitivamente dicha fecha o bien decir que deja de ser válida. Además, en estos momentos, a diferencia del señor Cohn-Bendit, estoy totalmente convencido de que debemos confirmar esa fecha.

Por lo que se refiere más concretamente a Rumanía, como ponente del Parlamento Europeo he tenido en varias ocasiones la oportunidad de declarar que, en mi opinión, la cláusula del aplazamiento solo debería utilizarse como último recurso, no como medida de emergencia. He recordado muchas veces en esta Cámara lo peligroso que sería que banalizáramos esta cláusula o la utilizáramos como pretexto para expresar preocupaciones diferentes, reales, insatisfacciones puntuales, perdiendo un poco de vista el cuadro general. No me parece que sea el caso hoy.

El informe de la Comisión subraya que Rumanía cumple hoy los criterios políticos y los correspondientes a la economía de mercado, que el acervo comunitario se ha seguido aplicando con diligencia y que, sin duda, sigue habiendo puntos en los que el país debe avanzar más. Las recomendaciones de la Comisión a este respecto son útiles y deben ponerse en práctica. Pero el informe hecho público hoy me da la certeza de que la situación actual del país no es tan deficiente como para merecer una medida tan radical como el aplazamiento de la fecha de adhesión.

Hablando de inquietudes menos importantes, la pregunta oral que he presentado junto con el señor Van Orden y el señor Brok estaba destinada a promover las demás cláusulas de salvaguardia, cuya naturaleza es muy distinta y sin duda menos dramática. Ofrecen la posibilidad de un seguimiento más continuado, sostenido pero siempre muy estricto, en su caso acompañado de sanciones, durante los tres años siguientes a la adhesión de Rumanía a la Unión Europea. Y esas cláusulas son las que deben responder a las preocupaciones que puedan subsistir en torno a puntos concretos. Me parece igualmente importante destacar hoy el coste que supondría una indefinición demasiado prolongada en relación con la aceptación o el rechazo de la adhesión de Rumanía el próximo 1 de enero.

El mes de mayo se fijó como fecha para que las instituciones europeas tomaran la decisión sobre la fecha de adhesión de Rumanía y Bulgaria, cosa que me parecía razonable. Lo sigo creyendo. Aplazar la decisión para más adelante plantearía problemas técnicos. El tiempo correspondiente a la ratificación del Tratado de adhesión se reduciría, quizás incluso demasiado. El debate sobre la ampliación generaría aún más tensión. Por ello, si bien aprecio mucho el rigor del trabajo realizado por el Comisario responsable de la Ampliación, y comparto sus análisis y exigencias, propongo que nos apoyemos en este trabajo y en los muy alentadores resultados en que hace hincapié para formular por fin claramente nuestro acuerdo y nuestro apoyo a la adhesión de Rumanía el próximo 1 de enero en las condiciones especificadas por el comisario.

(Aplausos)

 
  
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  Nicholson of Winterbourne (ALDE). (EN) Señor Presidente, menos mal que no tengo que jugar a las cartas contra el señor Rehn, ya que se acerca tanto las cartas al pecho y juega su triunfo –su última carta– en el último minuto. Afortunadamente, en este caso juega en nombre de Rumanía y Bulgaria. Quiere que estos países ganen y está seguro de que lo van a hacer. Confío en que el 1 de enero de 2007 sea el día D –día de alumbramiento– para Rumanía y Bulgaria, cuando obtengan la plena integración en la Unión Europea. De hecho, estoy tan segura de ello que el 31 de diciembre de 2006 compraré mi billete para Bucarest en Rumanía.

Quisiera dar las gracias y rendir homenaje a Fokion Fotiadis y a Jonathan Scheele, quien le sustituyó en la delegación de la Comisión en Bucarest, al propio señor Rehn y al señor Verheugen, su predecesor. Estos han asumido la labor de trabajar duramente para hacer que ambos países se integren en la Unión, combatiendo la corrupción y el tráfico de seres humanos, afrontando los distintos aspectos relativos al mercado libre, el Estado de Derecho y la transparencia: todo lo que se ha mencionado en numerosas ocasiones durante seis años y medio ahora se está convirtiendo en realidad. Se trata de un momento realmente emocionante.

Para mí ha sido un verdadero placer poder trabajar conjuntamente con varios Primeros Ministros rumanos, incluido el actual, el señor Tariceanu, varios Presidentes, incluido el actual Jefe de Estado, el Presidente Basescu, así como con numerosos diputados al Parlamento. Hoy se encuentran aquí en la tribuna de visitantes distinguidos Alin Teodorescu, así como la Secretaria de Estado de Adopciones, Theodora Bertzi, Gabriela Coman, responsable de la protección de los niños y, por supuesto, la Ministra de Asuntos Europeos, la señora Boagiu. Son bienvenidos y ahora se convertirán en nuestros hermanos y hermanas permanentes dentro de la Unión.

Es inevitable que haya problemas. La situación geográfica de ambos países los hace vulnerables, especialmente al tráfico de Europa Oriental, sobre todo, y de Rusia. Ambos países aparecen mencionados en un informe de las Naciones Unidas sobre el tráfico de seres humanos de la semana pasada.

Es cierto que quedan más cosas por hacer y que siempre habrá más cosas que hacer, pero en poco tiempo estarán junto a nosotros y serán miembros de pleno derecho. Quisiera dar las gracias al señor Comisario por toda su labor.

(Aplausos)

 
  
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  Joost Lagendijk (Verts/ALE). – (NL) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, estoy de acuerdo con las conclusiones de la Comisión en lo que respecta a Rumanía. Dado que este país realmente ha hecho avances importantes durante el último año, existen motivos para que acceda en 2007. Por eso sería sensato hacer una especie de comprobación final en otoño y también lo sería hacer un seguimiento de cerca tras su adhesión, con el fin de garantizar que los avances que hemos observado se consolidan, aunque debo decir que las sanciones en caso de incumplimiento no son demasiado imponentes.

Asimismo estoy de acuerdo con los informes de la Comisión en lo que respecta a Bulgaria, ya que ese país no muestra un avance tan importante, dado que está sumida en importantes problemas, sobre todo con relación a la lucha contra el crimen organizado y la corrupción. Por este motivo todavía no estoy de acuerdo con las conclusiones de la Comisión sobre Bulgaria. Creo que es injusto tratar a Rumanía y a Bulgaria conjuntamente y decir que 2007 también es viable para este último país. Debo decirle a la Comisión que, si se toma en serio sus informes, no creo que los importantes problemas que plantea en los mismos puedan resolverse en un plazo de cinco meses. Estoy a favor de que nos sinceremos en esta fase y le digamos a Bulgaria que, sintiéndolo mucho, no podrá unirse a nosotros hasta 2008.

Comprendo el dilema político de la Comisión, ya que no existe una mayoría partidaria de esta opción en el Consejo, órgano al que la Comisión emite su opinión, pero considero injusto mantener a Rumanía y Bulgaria en el mismo grupo hasta el último momento.

¿Por qué es sensato y por qué sería positivo hacer una distinción entre estos países basada en sus propios logros? Se trata de transmitir un mensaje, no solo a nuestro pueblo, sino también a los nuevos países candidatos como son Croacia y Turquía. El mensaje debería ser que existen diferencias entre introducir y no introducir las reformas. Si las introduces, obtendrás tus frutos, si no lo haces, como sucede en con Bulgaria, habrá penalizaciones. Por el momento parece que no importa lo que se haga, y que la decisión de la adhesión depende de los acontecimientos internos en la UE, las encuestas de opinión y las votaciones, y no de los logros de los candidatos.

La lección que deberíamos aprender de este procedimiento es la de no volver a mencionar más fechas, ya que esto alivia la presión. Si existe alguna duda, es mejor que no mencionemos el aplazamiento de fechas y no deberíamos dar a los países candidatos ninguna garantía de que podrán incorporarse si cumplen las condiciones. Si no están a la altura tendrán que vivir con las consecuencias.

(Aplausos)

 
  
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  Erik Meijer (GUE/NGL). – (NL) Señor Presidente, los pioneros de la Unión Europea comenzaron con seis Estados, principalmente bajo la esfera de influencia directa de Bruselas y Estrasburgo.. Entonces nadie podía prever de forma seria que aquellas comunidades europeas crecerían para convertirse en una cooperativa de 27 o más estados europeos. Sin embargo, desde principios de los setenta, aquellos pioneros han conseguido consolidar gradualmente una postura monopolística a la hora de tratar con los Estados europeos. Los Estados que antes pertenecían a la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC) o el Consejo de asistencia económica mutua (COMECON) ahora forman parte de la Unión Europea. La próxima adhesión de Rumanía y Bulgaria más o menos da los últimos toques a este desarrollo.

El hecho de que esta ampliación pudiese explicarse en parte como una victoria en la Guerra Fría contra el viejo adversario beneficiaría a su integración. Esto generará un apoyo que de lo contrario no existiría. En parte por ese motivo este Parlamento decidió el pasado año que estos dos estados que no tenían listos los preparativos para 2004 fuesen admitidos en 2007 o 2008. Yo fui uno de los que votaron a favor de esa idea.

A pesar de esto, la situación nacional de estas dos nuevas incorporaciones ha provocado críticas generalizadas. A día de hoy, el pueblo de etnia romaní es expulsado y sus casas son demolidas. A día de hoy, la naturaleza y el medio ambiente están bajo una amenaza mayor en estos países que en otras partes de Europa, porque las autopistas se construyen y los minerales se extraen de la forma más barata posible. No se dispone de información sobre el modo en que los Gobiernos gastan su dinero y sobre las empresas que se benefician de esto. También existen dudas sobre la independencia y la objetividad del sistema judicial. Todavía existen etnias que consideran que reciben el trato de ciudadanos de segunda clase y todavía hay gente que abandona estos países en hordas.

Las posibilidades son por lo tanto que, transcurridos varios años, su adhesión se considere un enorme error y un fracaso. Pese a que puede que estos inconvenientes no cambien nada respecto a su integración, generarán más argumentos en contra de posteriores ampliaciones. El primer afectado será Croacia, un país que ya cumple estos criterios mejor que Rumanía y Bulgaria, y que tiene mucho en común con Eslovenia, actual Estado miembro, pero que tendrá que esperar mucho más. También es el caso de las candidaturas de otros países como Macedonia, el resto de los Balcanes, Moldavia y Ucrania. ¿Cómo podemos evitar un resultado tan negativo? Puede que se contribuya mejor a la continua solidaridad con un respaldo más activo para hacer avanzar más rápido a estos países que con la rápida admisión o el mercado libre.

En el Parlamento neerlandés, tanto mi partido, el Partido Socialista, como los Demócrata-Cristianos, hemos llegado a la conclusión de que los riesgos de la ampliación en 2007 son demasiado grandes.

 
  
  

PRESIDENCIA DEL SR. ONESTA
Vicepresidente

 
  
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  Nils Lundgren (IND/DEM). – (SV) Por supuesto, la cuestión de la adhesión de Bulgaria y Rumanía a la UE ya se ha decidido en la práctica. Lo único que podemos debatir formalmente en esta Asamblea es si estos dos países serán admitidos en enero de 2007 o en enero de 2008.

Hay dos motivos por los que la Lista de Junio celebra la ampliación para incluir a nuevos Estados miembros. En primer lugar, cuantos más seamos más difícil es imaginar que Bruselas sea capaz de regular en detalle el desarrollo de la Unión Europea. Esto constituye un avance considerable. En segundo lugar, el hecho de que admitamos a nuevos países a la UE constituye un enorme éxito para la democracia, el principio del Estado de derecho y la paz en Europa. En este sentido somos defensores de lo que normalmente se denomina el poder atrayente de la UE.

De hecho, la UE contribuye a la democracia y al principio del Estado de derecho en los países que se encuentran a sus puertas por el simple motivo de que dichos países desean, por todo tipo de motivos distintos, incorporarse a la UE, y antes de que se incorporen, la UE les pedirá que cumplan importantes condiciones, conocidas como los criterios de Copenhague. Sin embargo, siendo así debemos tomarnos en serio estas consideraciones. Es obvio que Bulgaria y Rumanía no cumplen los requisitos que elegimos establecer desde el principio. Por el mismo motivo, consideramos que fue un error iniciar ahora las negociaciones de incorporación con Turquía. Su trato a los kurdos y a las mujeres, así como sus actitudes hacia la libertad de expresión, por ejemplo, demuestran que no deberíamos haberlo hecho. Sin embargo, no nos equivocábamos al negarnos por el momento a iniciar las negociaciones con Serbia basándonos en que el General Mladiæ sigue en libertad.

Lo que podemos hacer ahora con respecto a la cuestión a la que los enfrentamos hoy es por lo menos posponer la adhesión de Bulgaria y Rumanía a enero de 2008. Teniendo en mente el futuro, de este modo transmitiríamos la señal correcta a Europa, incluidos Croacia, Serbia, Turquía, Ucrania y Belarús.

 
  
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  Konrad Szymański (UEN). – (PL) Señor Presidente, cada ver que discutimos el tema de la ampliación se menciona la dimensión histórica de nuestro trabajo. Para la Unión cada ampliación representa no solo una celebración formal, sino una necesidad y una oportunidad.

Un importante problema que plantea la ampliación es el modo en que se percibe desde el mundo exterior, ya que es fácil calcular los costes de la ayuda transferida a los nuevos países, por lo general más pobres. Sin embargo, esta imagen dista de ser completa. Uno no puede ver en qué medida la ampliación puede impulsar el comercio y la inversión, además de crear oportunidades de modernización. Sin la ampliación no podríamos presumir hoy de ser, como Parlamento Europeo, el punto de contacto de 450 millones de ciudadanos. En caso de que fuésemos 75 millones menos Europa sería también un actor proporcionalmente menor en la escena mundial, en la que con tanto entusiasmo aspiramos a actuar en la actualidad.

La mayor mentira política extendida hoy por toda Europa por políticos del pasado que no tuvieron éxito en su país es acusar al proceso de ampliación de ocasionar todos los problemas a los que nos enfrentamos actualmente. Esto no es así. Las consecuencias de la falta de reformas serían mucho más graves si no fuese por la ampliación. Por este motivo me alegra mucho la posibilidad de que dos nuevos Estados miembros se incorporen a la Unión Europea, Bulgaria y Rumanía, que han reformado su cultura política nacional con un gran esfuerzo durante los últimos años.

Como diputado de Polonia, un país que debe mucho a la política de ayuda de la Unión Europea de los últimos años, me entusiasma la posibilidad de la incorporación de estos dos nuevos países, aunque pronto tengamos que compartir nuestro menguante presupuesto comunitario. Como diputado polaco, también quisiera aconsejarles que no presten atención a las advertencias del señor Cohn-Bendit. Es difícil creer los consejos relativos a la ampliación que provienen de alguien con tan poco conocimiento de otros Estados miembros, como Polonia, que lo es desde hace dos años. Quizás las emociones políticas afectan a la capacidad para evaluar racionalmente al nuevo Gobierno polaco. Sin embargo, señor Cohn-Bendit, debemos tener cuidado con nuestras emociones, ya que puede que digamos algo estúpido.

En ocasiones uno puede tener la impresión de que las puertas de la Unión se están cerrando como se cierran las puertas de un ascensor, y que los pasajeros extra tienen dificultades para pasar a través de ellas. Espero que esto sea una ilusión o un fallo temporal en este ascensor llamado Unión Europea, ya que no me gustaría que nadie viajase en un ascensor cuyas puertas no se abren.

 
  
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  Ryszard Czarnecki (NI). – (PL) Seor Presidente, tenía 18 años cuando participé en una de las mayores huelgas de estudiantes de Europa Oriental. Esta se produjo en Polonia durante el período de «Solidaridad». Recuerdo los pósters que pusimos en los muros de mi universidad, que decían: «prohibido prohibir». Hoy el mismo póster podría estar en el edificio de la Comisión Europea con el texto: «prohibido prohibir la adhesión de Rumanía y Bulgaria a la Unión Europea lo antes posible». Sí, ese póster que decía «Prohibido prohibir» hacía referencia a las revueltas estudiantiles de mayo de 1968 en París.

Incluso entonces conocía el papel desempeñado en aquellas protestas por mi colega el señor Cohn-Bendit. Entonces para muchos de nosotros él era una especie de Robin Hood contemporáneo. Robin Hood no podía ser asesinado. Lo que yo no sabía era que, veinticinco años después, Robin Hood podría cometer un suicidio político diciendo tonterías, como ha hecho hoy en esta Asamblea. El señor Cohn-Bendit no ha hablado sobre el enorme esfuerzo realizado por Bulgaria y Rumanía, que desean cumplir los criterios de adhesión de la Unión Europea. No ha dedicado demasiado tiempo a las medidas adoptadas por los Gobiernos de ambos países en este campo. Ha utilizado el debate como pretexto para hablar mal de mi país, Polonia.

En su lugar preferiría centrarme en el racismo y el antisemitismo en Alemania y Francia, países con los que está muy familiarizado, o quizás en los problemas sociales de Francia. Estas son las verdaderas amenazas para Europa, no la ficción política que el señor Cohn-Bendit se ha dignado a presentarnos hoy aquí. Es positivo que Rumanía y Bulgaria se incorporen a la Unión en 2007, tal como espero. No deberíamos crear un nuevo «telón de acero» para estos países, una nueva versión del muro de Berlín. No se lo merecen. Animémosles a que cumplan los criterios de adhesión de la Unión, pero no les creemos barreras injustas. Reconozcamos los considerables esfuerzos realizados por las sociedades y Gobiernos de ambos países en este ampo. Solicito a la Comisión Europea que haga exactamente eso.

 
  
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  Geoffrey Van Orden (PPE-DE). (EN) Señor Presidente, quisiera dar las gracias al Comisario Rehn por la seriedad con que se está siguiendo el avance de Bulgaria hacia la adhesión. Conforme al Tratado de adhesión, Bulgaria se incorporará el 1 de enero de 2007, salvo que el Consejo decida unánimemente, por recomendación de la Comisión, posponer un año su entrada. La Comisión no ha hecho dicha recomendación, que quede claro. Bulgaria cumple los criterios políticos para su adhesión, cuenta con una economía de mercado en funcionamiento, ha mantenido el progreso económico, y la tasa de desempleo búlgara, pese a seguir siendo elevada, actualmente es menor que la de Alemania. Respecto a otras cuestiones, observo que los 16 ámbitos calificados de muy preocupantes en octubre se han reducido ahora a 6. Por supuesto, no debemos subestimarlas en modo alguno.

En primer lugar, existe la necesidad de tomar medidas más efectivas contra el crimen organizado, el fraude y la corrupción. Este es el ámbito que más afecta al pueblo de Bulgaria y a nuestros ciudadanos. Se han hecho avances desde octubre. El pasado mes hablé de ese tema en esta Asamblea, pero muchos de los jefes criminales siguen en libertad y es preocupante lo lejos que pueden llegar sus tentáculos. Durante los próximos meses necesitamos ver resultados considerables, además de medidas adicionales para mejorar la eficacia y los recursos de los servicios policiales, de investigación y judiciales. La Comisión debe especificar más exactamente qué resultados se requieren.

En segundo lugar, también relacionada con el primer punto, está la necesidad de reforzar los controles financieros para el futuro uso de los Fondos Estructurales. Esto es sumamente importante. No debe haber ninguna posibilidad de que el dinero de nuestros contribuyentes caiga en manos equivocadas o se malgaste. Como hemos visto en la sistemática negativa del Tribunal de Cuentas a aprobar las cuentas de la UE, se trata de un ámbito en que la propia UE debe poner orden en su casa. Depende de la Comisión asegurarse de que existan estructuras de gestión financiera eficaces para garantizar la integridad del sistema de financiación y, si fuese necesario, retener la financiación hasta que así sea.

Creo que en su cumbre de junio de 2006 el Consejo Europeo debería refrendar la decisión de la incorporación de Bulgaria para el 1 de enero de 2007, confirmando al mismo tiempo las medidas correctivas que debe introducir este país en los meses que quedan por delante y la naturaleza del control posterior a la adhesión.

En otras palabras, «sí, pero ...». En cierto modo creo que esto es lo que pretende decir la Comisión. Por su parte, el Gobierno búlgaro debe tomar medidas urgentes para conseguir resultados tangibles, especialmente en la lucha contra el crimen organizado. Se han conseguido muchas cosas en los últimos seis meses y es esencial que en los próximos seis meses se consigan resultados aún mejores.

 
  
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  Jan Marinus Wiersma (PSE). – (NL) Señor Presidente, trataré de ajustarme a los tres minutos. Refrendo totalmente el análisis que el presidente de mi Grupo ha hecho hace unos instantes en reacción a los informes de la Comisión. Mi Grupo, el Grupo Socialista en el Parlamento Europeo, siempre ha sido y seguirá siendo consecuente en lo que respecta al apoyo a la incorporación de Rumanía y Bulgaria.

Pese a que puedo comprender la decepción de la gente de Sofía y Bucarest respecto a la constante negativa de la Comisión a comprometerse de un modo u otro, también es importante llamar su atención sobre las noticias positivas en el informe de la Comisión: que conforme a esta definitivamente es posible cumplir la fecha objetivo de 2007. Eso es precisamente lo que desea nuestro Grupo.

En segundo lugar, estamos en contra de separar a estos dos países del modo que han mencionado otros oradores hace unos instantes. Al tratar realmente del mismo modo a Rumanía y a Bulgaria impedimos que entren en una competición el uno con el otro. Otro importante aspecto que cabe señalar es que, conforme a la Comisión, ambos países han adoptado en gran parte el acervo. El número de banderas rojas se ha reducido considerablemente en ambos casos: de 14 a 4 en Rumanía y de 16 a 6 en Bulgaria. La gente ha trabajado muy duramente y conseguido grandes logros en poco tiempo.

También es importante que la Comisión evite decir en sus informes que uno de los países está claramente mal preparado en determinada área. Esta fraseología inmediatamente conduce a un debate sobre un posible retraso. Considero que los avances realizados en ambos países demuestra la determinación de los Gobiernos y el hecho de que podemos utilizarlos como base para nuestro optimismo respecto a que la incorporación en 2007 es posible.

Como ya ha indicado el señor Schulz, esto también requiere un esfuerzo por parte de la propia Comisión, que realmente asume una gran responsabilidad en el sentido de que debe especificar qué se requiere exactamente de los Gobiernos de ambos países. Concretamente respecto a Bulgaria, he observado que ha habido varios malentendidos entre la Comisión y el Gobierno de ese país respecto a cuáles son los criterios exactos. Creo que tanto el Gobierno como el Parlamento de Sofía no quieren que tengamos ninguna duda respecto a su disposición para hacer las cosas que hay que hacer con la mayor rapidez posible.

La diferencia entre Rumanía y Bulgaria tiene que ver principalmente con la aplicación. En la lucha contra la corrupción, Rumanía pasó antes a la acción. No dudo que, ahora que también existe legislación vigente en Sofía, pronto observaremos los avances en la lucha contra el crimen y contra la corrupción.

He observado que la Comisión ha decidido a favor de determinado plazo, y creo que debemos resignarnos a esto y aceptarlo. Cabe esperar que en este plazo esté sincronizado con los procesos de ratificación que actualmente se están produciendo o que se producirán en varios Estados miembros. Lo que es y seguirá siendo importante es que se respete la fecha de adhesión acordada. Confiamos en que Rumanía y Bulgaria lo consigan y creo que tanto Sofía como Bucarest son conscientes de que también deben ganarse esa confianza.

 
  
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  Alexander Lambsdorff (ALDE). (DE) Señor Presidente, señor Comisario Rehn, Señorías, Bulgaria y Rumanía se incorporarán a la Unión Europea el 1 de enero de 2007. No cabe duda. Ambos países han hecho avances en sus medidas de reforma, pero este trabajo continuará durante un tiempo. Todos lo sabemos. El señor Cohn-Bendit está en lo cierto. Sin embargo, está tirando la fruta sana con la podrida, y eso es irresponsable. Es la Comisión la que está actuando responsablemente en este caso. Es justo no emitir un cheque en blanco de forma inmediata. También está bien desarrollar una perspectiva para seguir controlando el proceso de reforma, si fuese necesario incluso en los años posteriores a la adhesión. Todavía existen carencias en determinadas áreas, algunas de ellas graves, las cuales se han mencionado aquí. Debemos garantizar que las leyes no solo se adoptan, sino que también se aplican. Me refiero especialmente a los recursos comunitarios que se gastarán.

El control justo por parte de la Comisión puede ser útil en este caso y ambos países deberían aceptarlo. Así lo ha dicho Pierre Moscovici. Esto es mucho menos drástico que posponer la fecha o medidas similares.

Los ciudadanos de la UE y de los futuros países candidatos estarán también muy interesados en la política de ampliación en el futuro. Esto hace aún más importante que la UE persiga una política de ampliación coherente y creíble. Esta ampliación ha demostrado que en el futuro en el Parlamento Europeo debemos tener cuidado de votar las ampliaciones en una fecha próxima a la de adhesión y no 18 meses antes. Quisiera dejar claro una vez más que esto no es un fallo de los candidatos a la adhesión, sino nuestro. Por otra parte no tiene sentido incluir cláusulas de aplazamiento en los tratados que realmente no son aplicables, como el Artículo 39. La Comisión no puede recomendar un aplazamiento en ningún caso. ¿Qué sucedería si no se siguiese su recomendación debido a unos cuantos votos en el Consejo? Se repudiaría a la Comisión y en la mesa del Consejo se sentarían dos países en contra de cuya participación habría votado la mayoría en este. Esto no puede ser. Por lo tanto necesitaremos instrumentos mejores en el futuro.

La adhesión de Bulgaria y Rumanía es incuestionable. Ambos países han conseguido grandes logros, pero nosotros todavía tenemos algo que hacer para mejorar nuestra política de ampliación. También creo que deberíamos celebrar este debate en Bruselas, no en Estrasburgo.

 
  
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  Milan Horáček (Verts/ALE). (DE) Señor Presidente, Señorías, señor Comisario, esta recomendación es errónea. La decisión se está retrasando más y más. ¿Por qué no decimos sinceramente que ninguno de los dos países cumple los criterios? Hay muchas cosas solamente sobre el papel y lamentablemente la realidad es distinta. Si tomamos una decisión equivocada y permitimos a estos dos países que se incorporen de forma prematura lo pagaremos. Nuestros viajes a Rumanía y Bulgaria, las conversaciones celebradas la semana pasada en Sofía con las ONG, los diputados y los representantes de ambos países han confirmado mi opinión de que, pese a todos sus esfuerzos, ninguno de los dos países está todavía preparado para la adhesión, ni para 2007, ni incluso para 2008.

Tres ejemplos de Sofía: crimen, corrupción y Kozloduj. Desde 1990 se han producido 173 asesinatos a sueldo, ninguno de los cuales se ha resuelto. Corrupción, universal. La planta nuclear de Kozloduj es peligrosa y todavía no se ha apagado. No tengo tiempo para adentrarme en el problema de las minorías –la etnia romaní– y las condiciones de las cárceles, las residencias para ancianos y discapacitados y mucho más. Si insistimos con esta decisión errónea, esta tendrá repercusiones internas y externas. Perderemos la credibilidad que todavía tenemos entre los ciudadanos de la Unión. Países como Croacia, que están haciendo enormes esfuerzos y que en mi opinión están más avanzados en muchos aspectos, se bloquearán. En este caso los liberales respaldan al primer ministro liberal de Rumanía, y los socialistas al primer ministro socialista de Bulgaria. No estamos obligados a adherirnos a esta decisión errónea. Las correcciones son posibles. Autoengañarnos de esta forma es cobarde y peligroso.

 
  
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  Vladimír Remek (GUE/NGL). – (CS) Señor Comisario, Señorías, se han formalizado acuerdos de adhesión razonables para Bulgaria y Rumanía y la Unión debería ampliarse para incluir a estos Estados el primer día del próximo año, pero una vez más se ha puesto en duda la fecha. Permítanme hacer varias observaciones desde el punto de vista de mi experiencia, basándome en que antes de nuestra incorporación a la Unión a nosotros se nos sometió al mismo tipo de presión a la que se enfrentan hoy Bulgaria y Rumanía. También se nos dijo que la República Checa no estaba totalmente preparada, que no habíamos cumplido suficientemente un requisito u otro. El resultado es que todavía no disfrutamos las mismas condiciones que los denominados antiguos Estados miembros. Por otra parte, me atrevería a añadir que a más de un miembro de la antigua Unión de los 15 le costaría cumplir las condiciones ofrecidas, por ejemplo, a la República Checa.

Los requisitos planteados a Bulgaria y Rumanía son aún más estrictos. Al plantear dudas sobre su fecha de adhesión y al imponer términos desiguales estamos aumentando la inseguridad y proporcionando munición a las fuerzas de ambos países que se oponen a la adhesión a la UE. Por otra parte, estamos creando profundas divisiones internas para el futuro de la Unión, con lo que por supuesto no quiero decir que debamos hacer la vista gorda con los fallos en la lucha contra la corrupción en Bulgaria y Rumanía, ni la cuestión del crimen organizado, del mismo modo que no deberíamos hacerlo en otros Estados miembros. Sin embargo no es positivo para los nuevos Estados y sus ciudadanos que se incorporen a la Unión con la sensación que son de segunda clase y desiguales. Con relación a esto, creo que nuestro objetivo debería ser que no se repitiese la situación de la República Checa, en donde, conforme a una encuesta pública, la mayoría de la población cree actualmente que la igualdad y la justicia no prevalecen en la Unión y que los denominados antiguos Estados miembros siguen disfrutando ventajas que se les niegan a los nuevos Estados miembros en forma de ayudas que se ocultan a estos últimos. En el caso de Bulgaria y Rumanía, como mínimo, llevamos el mismo camino. Les pondré un ejemplo. La central nuclear de Kozloduj –que ya se ha mencionado en varias ocasiones– es tan segura como muchas otras de Europa, según los expertos internacionales. Sin embargo la Unión obliga a Bulgaria a reducir parte de su capacidad nuclear como condición de entrada, lo que hará que este país pase de exportar a importar electricidad. La cuestión es quién se beneficia realmente de esto. Dicho y hecho todo esto, hemos creado esperanzas en los habitantes de Rumanía y Bulgaria respecto a la incorporación a la Unión y por lo tanto no deberíamos tratarles como rehenes ni plantear problemas sobre su fecha de adhesión. Es posible que, como Estados miembros con nuestros propios intereses económicos, tengamos más motivos que Bulgaria y Rumanía para lamentarnos si la ampliación no se produce el 1 de enero.

 
  
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  Nigel Farage (IND/DEM). (EN) Señor Presidente, ¿acaso no es maravilloso? Prácticamente todo el mundo está de acuerdo –la Comisión, los líderes de los Grupos del Parlamento– en que es estupendo que se incorporen dos países más. Pero yo pediría que dejáramos la ridícula farsa de que esto tiene que ver con los criterios del tratamiento del sistema judicial o de cumplimiento del acervo comunitario. Rumanía y Bulgaria se incorporarán el 1 de enero del próximo año por motivos políticos. Tiene que ser así porque ustedes necesitan una distracción. Los pueblos de Europa han perdido la confianza en ustedes y en estas instituciones.

Todo lo que representa la declaración de hoy es una victoria de las clases políticas, las clases de la Unión Europea que quieren que esta sea una superpotencia mundial que se enfrente a los Estados Unidos de América, y por supuesto una enorme victoria de los políticos de Rumanía y Bulgaria, que se enriquecerán enormemente y conseguirán empleos a perpetuidad. Así que demos la bienvenida a Rumanía y Bulgaria; acojamos a sus políticos en la ganga de la UE.

Pero ¿qué pasa con las implicaciones para todos nosotros? Bien, soy partidario del libre comercio. Estoy totalmente a favor de la libre circulación de mercancías y servicios. Soy partidario de que tengamos la oportunidad de trabajar unos en el país de otros, pero mantener una política de puertas abiertas de cara a la inmigración entre países con un PIB muy distinto es una locura. Gran Bretaña ya ha recibido un tercio de millón de personas de los diez países que se incorporaron en 2004 y Migration Watch en el Reino Unido calcula ahora que cuando se incorporen Bulgaria y Rumanía entrará otro tercio de millón durante los próximos tres años. Nuestros servicios públicos no pueden asumir una migración masiva de este calibre, y Rumanía y Bulgaria perderán a muchos de sus mejores y más brillantes jóvenes por si fuera poco.

Puede que hoy tenga usted su distracción, señor Comisario, pero la UE está fracasando, la confianza del público se reduce y todo esto acabará mal.

(Aplausos del Grupo IND/DEM)

 
  
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  Hans-Peter Martin (NI). – (DE) Señor Presidente, sí, esto acabará en lágrimas; la pregunta es, ¿de quién? No creo que con la decisión que ha anunciado hoy haya hecho avanzar a la Unión Europea para convertirla en una superpotencia, sino que ha dado un paso más hacia la implosión. Dado que actúa de forma contraria a los criterios que defiende como suyos, ahora se producirá un desastroso matrimonio entre las culturas de corrupción de Bruselas y Estrasburgo y las de Bucarest y Sofía.

Los pueblos que le están impulsando a hacerlo, los Gobiernos británico y polaco, tendrán que responder por ello ante sus electorados. Me pregunto ante quién responderá la Comisión. El Frankfurter Allgemeine Zeitung publicó anteayer: «El verdadero problema no es la supuesta dependencia de la judicatura, sino su independencia prácticamente total de todo medio de control. Los jueces y fiscales no temen la supervisión, ya que hasta el momento no ha existido. La judicatura disfruta de una gran libertad, a menudo incluso libertad frente a la justicia y el derecho. Hay muchas posibilidades de comprar juicios». Ayer el Standard informaba de que el jefe de la Federación Alemana de Detectives afirmaba: «No tiene sentido. Cada vez que intentaba entrar en detalles me decía que la revelación iba en contra del interés nacional.»

El error fue prometerles la incorporación demasiado pronto. ¿Por qué continúa cometiendo incluso más errores y sigue hablando como si quisiera hacer avanzar a la Unión?

 
  
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  Francisco José Millán Mon (PPE-DE). – (ES) Señor Presidente, señor Comisario, leeré con detenimiento el informe que nos acaba de esbozar, pero permítame algunas observaciones preliminares sobre Rumanía.

En primer lugar, reconoce usted los importantes progresos alcanzados en materia de reforma del sistema judicial y de lucha contra la corrupción. Si bien señala que deben mantenerse los esfuerzos, me parece que esta ya no es un área, como antes se decía, de seria preocupación. Este era un ámbito realmente prioritario, en el que ahora todos reconocemos que los avances alcanzados en Rumanía han sido muy notables y debemos celebrarlo.

Nos ha señalado usted, señor Rehn, que se mantienen cuatro áreas de seria preocupación en lo relativo al acervo. Así ocurre, por ejemplo, en determinadas materias agrícolas y veterinarias. En fin, en todo caso son áreas en las que sé que las autoridades rumanas están trabajando seriamente, como tuve ocasión de comprobar hace quince días, cuando visité Bucarest con una delegación de mi Grupo.

Señor Comisario, como ya mencioné en el Pleno del pasado 26 de abril, personalmente era partidario de dejar claro lo antes posible el horizonte temporal de la adhesión, porque así los Gobiernos afectados saldrían cuanto antes de la incertidumbre. Sin embargo, veo que la Comisión, aunque reconoce que Rumanía trabaja adecuadamente hacia el objetivo del 2007, prefiere esperar, por rigor, por prudencia, hasta el otoño para confirmar si la adhesión efectiva deberá producirse en enero de 2007, como yo deseo.

Estoy convencido de que las autoridades rumanas mantendrán su línea de firme compromiso con el objetivo común del 2007. Y así, en el informe de octubre de 2005, mencionaba la Comisión un elevado número de áreas –usted nos recordaba que catorce– que afectaban a siete capítulos del acervo y que eran motivo de seria preocupación.

Pues bien, ahora entiendo que estas áreas se han reducido a cuatro, como usted nos ha dicho, y afectan a muy escasos capítulos. El progreso es, pues, evidente. Y con estos precedentes, con el serio europeísmo de las autoridades rumanas, creo que prestarán máxima atención a sus recomendaciones. Y estoy seguro de que usted nos podrá confirmar en otoño, sin más condiciones, la fecha del 1 de enero de 2007 para la adhesión. Soy optimista.

Por último, me permito también animar a los Parlamentos que no lo hayan hecho a acelerar cuanto antes los trámites para la ratificación del Tratado de adhesión.

 
  
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  Alexandra Dobolyi (PSE). (EN) Señor Presidente, también yo celebro la decisión de la Comisión respecto a la fecha de adhesión de Rumanía y Bulgaria. Deseo felicitar asimismo a la Comisión por su trabajo, concretamente el trabajo de la DG Ampliación.

El Consejo Europeo acertó al decidir acoger al pueblo de Bulgaria y Rumanía el 1 de enero de 2007 en nuestra gran familia europea, la familia europea a la que siempre han pertenecido, ya que comparten nuestra cultura histórica y nuestros valores comunes. Nuestro mensaje a los ciudadanos de estos dos países es el correcto.

Ambos han trabajado arduamente y han conseguido enormes avances hasta el momento. Los ciudadanos de estos dos países han respaldado firmemente a sus Gobiernos en esta labor. Estos ciudadanos estarán ahora incluso más motivados para respaldar las reformas que aún son necesarias y que se describen en el informe de la Comisión. Tal como ha señalado el señor Comisario de forma muy correcta en numerosos intercambios de puntos de vista que hemos tenido en el pleno y en la Comisión de Asuntos Exteriores, Bulgaria y Rumanía han demostrado un avance continuo en todos los ámbitos importantes. Ambas capitales son conscientes de que deben acelerar y redoblar sus esfuerzos en determinados campos y creo firmemente que conseguirán cumplir las expectativas de la Unión Europea, tal como ha expresado su Parlamento, así como la mayoría de las expectativas de sus propios ciudadanos.

Como húngara, también quisiera decir algunas palabras acerca de la minoría húngara en Rumanía. En primer lugar, quisiera dar las gracias al Colegio de Comisarios por plantear la cuestión de la situación de la minoría húngara en el actual informe. En segundo lugar, como ya he dicho en numerosas ocasiones en esta Asamblea respecto a esta cuestión, uno de los principales fallos del acuerdo de coalición del actual Gobierno rumano fue y es la adopción de una ley sobre las minorías. Aunque considero que la adhesión de Rumanía dará una solución a los húngaros que viven al otro lado de la frontera y que a partir del 1 de enero de 2007 podremos vivir en una Europa común sin fronteras, también quisiera insistir al Gobierno rumano en que no debería olvidar su promesa de aprobar una ley sobre las minorías; tanto el Parlamento como la Comisión supervisarán esto de cerca.

 
  
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  Cecilia Malmström (ALDE). – (SV) Se ha ejercido presión desde muchos frentes en el debate de hoy, y ha habido gran especulación sobre las observaciones que deben realizarse y, lógicamente, mucho nerviosismo en los países en cuestión. Así pues, me siento satisfecha por el mensaje expresado hoy por la Comisión de que esperamos ser capaces de dar la bienvenida a la Comunidad a nuestros amigos rumanos y búlgaros a principios del año próximo. El camino que ha llevado a ese punto ha sido, y sigue siendo, largo y difícil. Obviamente, las consecuencias de la enorme represión practicada por las dictaduras comunistas en Rumanía y Bulgaria, y de la miseria provocada allí por ellas no puede invertirse con un gesto de la mano. Los políticos y los ciudadanos de estos países han realizado grandes esfuerzos y sacrificios con el objetivo claro de reformar y democratizar sus países y dirigirlos hacia la Comunidad Europea.

Todavía queda mucho por hacer y tenemos plena conciencia de los problemas que existen: corrupción, delincuencia organizada, las dificultades de integrar a la minoría romaní y la situación de los huérfanos. También somos conscientes de los criterios. Son los mismos para todos y confiamos en que la Comisión lleve a cabo una valoración y evaluación objetivas y profesionales. También confiamos incondicionalmente en que ustedes apoyen y ayuden a Bulgaria y Rumanía a abordar estas dificultades, de modo que podamos hacer progresos en su conversión en miembros a principios del año próximo. Nosotros en el Parlamento Europeo ayudaremos en la medida en que seamos capaces, y estamos convencidos de que los asuntos progresarán como es debido en el tiempo restante.

El Grupo de la Alianza de Liberales y Demócratas por Europa ha propugnado durante mucho tiempo cláusulas de seguridad para todos nosotros, tanto para los nuevos como para los antiguos Estados miembros. Sabemos que, también en la actual UE, los Tratados se infringen y los derechos humanos se violan, y sería útil contar con mecanismos más claros para concienciarse de estos hechos y subsanarlos.

La integración de la UE es como un tango. Se necesitan dos para que funcione. Los países candidatos deben hacer sus deberes, pero nosotros también debemos hacer los nuestros. En la UE tenemos problemas internos que debemos solucionar, algo de lo que ya hemos hablado esta mañana con la Comisaria Wallström. También debemos atrevernos a proclamar la importancia de la ampliación y explicar a nuestros ciudadanos por qué es tan importante que Rumanía y Bulgaria se adhieran ahora a nosotros, y la importancia para rumanos y búlgaros de estar presentes en esta Cámara y que se les permita hablar desde los bancos en lugar de estar sentados en la tribuna del público y simplemente escuchar.

 
  
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  Elly de Groen-Kouwenhoven (Verts/ALE). (EN) Señor Presidente, durante medio siglo Bulgaria estuvo bajo un régimen comunista. Sin embargo, tras la caída del muro de Berlín pasó a un régimen poscomunista. Los agentes de los antiguos servicios secretos, la Darzavna Sigurnost, siguieron controlando el Estado. Occidente hizo negocios con ellos durante las privatizaciones, que con frecuencia se realizaron de forma ilegal. El respaldo financiero occidental prácticamente no llegaba a los búlgaros desempleados y a los discriminados ciudadanos de etnia romaní. Solamente los antiguos agentes secretos prosperaron en su papel de empresarios, jueces, banqueros, políticos y líderes de ONG. ¿Ha tenido en alguna ocasión la población una oportunidad justa bajo el régimen poscomunista?

En el informe de progreso de 2001, el ponente, el señor Van Orden, instó a las autoridades búlgaras en que facilitaran información adicional sobre el asesinato del escritor disidente Georgi Markov en Londres en 1978. Este fue uno de los numerosos asesinatos por encargo de los que no se dio explicación ni hace tiempo ni más recientemente.

El informe destaca la necesidad que mayores esfuerzos para la inclusión social de la etnia romaní. También estoy de acuerdo con la Comisión en que hacen falta más esfuerzos para combatir todas las formas de intolerancia, racismo y xenofobia. Por lo tanto, apelo a todos mis colegas diputados a que firmen la Declaración escrita nº 19 –lanzada por diputados al Parlamento Europeo de cinco Grupos políticos distintos– sobre la protección de los ciudadanos de Bulgaria contra el neototalitarismo. Los negadores del holocausto en Bulgaria, cercanos a los antiguos servicios secretos, no tienen cabida en la UE. También agradezco que la Comisión se preocupe por las condiciones de vida inaceptables de los ciudadanos de etnia romaní. Son chivos expiatorios, como los judíos, los turcos y los homosexuales.

Por último, me complace enormemente que la semana pasada el Ministro del Interior búlgaro, el señor Petkov, prometiera a la delegación del Grupo Verts/ALE que todos los archivos de la Darzavna Sigurnost se abrirían al público antes del 20 de julio. Solamente entonces sabremos quién asesinó a Georgi Markov, quién cometió otros crímenes y quién manda realmente en Bulgaria en la actualidad. Respaldemos a los verdaderos reformadores y liberemos a Bulgaria de su pasado, en lugar de postergar su futuro.

 
  
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  Jean-Claude Martinez (NI).(FR) Señor Presidente, señor Comisario, en la autopista entre Estambul y Sofía hay un puesto fronterizo o un peaje cuyo nombre es Kapitan Andreevo. Recuerden bien el nombre porque estará en todos los periódicos a partir del 1 de enero si Bulgaria entra en la Unión. En efecto, allí llegan cada año, procedentes de Turquía, 300 000 camiones: una fila de 5 kilómetros, 3 días de espera. Esos camiones se utilizan para todas las formas de contrabando: droga de Afganistán, trata de seres humanos de Pakistán, tráfico de anfetaminas y moneda falsa. Para controlarlo todo hay un aduanero por cada mil camiones. Debido a ello, todas las cosas pasan el filtro.

Hace falta a todas luces por lo menos un escáner de carga. El señor Rehn nos dijo aquí, el 25 de octubre, que, en efecto, hacía falta aparatos de rayos X y que se habían pagado 8 millones de euros por este concepto. Sin embargo, no hay ningún escáner. Pues bien, a todos los que estaban satisfechos con Sangatte, Brindisi, Almería o las Canarias les va a encantar Kapitan Andreevo, puerta de entrada de Asia en Europa y punto focal desde el que se expandirá la delincuencia por todas partes.

 
  
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  Guido Podestà (PPE-DE).(FR) Señor Presidente, Señorías, quiero felicitar al Comisario Rehn por las medidas sistemáticas que viene aplicando en relación con los dos países en cuestión, y de sus palabras se desprende que Rumanía y Bulgaria han realizado progresos evidentes. Creo que haber reducido, en pocos meses, los puntos aún pendientes de resolver de 16 a 6 y de 14 a 4 es un resultado brillante.

Pues bien, pienso que todos en esta Cámara sabemos que con ocasión de la adhesión de diez países a la Unión Europea, el 1 de mayo de 2004, los diez países en cuestión no estaban completamente preparados para su entrada en la Unión. Sabemos también que los esfuerzos realizados por esos países se complementan con el tiempo. Díganme si en alguno de esos países no hay problemas con las minorías o si la lucha contra la corrupción no afecta a cada uno de los 25 Estados miembros de la Unión. Entonces, ¿qué ha cambiado respecto del 1 de mayo de 2004? ¿Por qué en aquel momento primaron las fotos y las banderas y hoy podemos observar una posición mucho más rigurosa y también mucho más formal?

Creo que debemos reconocer que si bien es cierto que hay problemas en los dos países que van a entrar en la Unión, es probable que los mayores problemas residan dentro de la propia Unión. Es más, si nos preguntamos qué ha cambiado respecto de entonces, la respuesta es que no hemos sabido llevar a buen puerto el Tratado Constitucional, que era el elemento fundamental de esta ampliación.

Atención, sin embargo, a no hacer pagar a estos países y estos pueblos, que han realizado tantos esfuerzos por salir de la fase histórica del comunismo, un precio que no les corresponde pagar. En conclusión, señor Comisario, creo que vamos por buen camino y espero que en otoño se confirme la fecha de 1 de enero de 2007 para la adhesión de Rumanía y Bulgaria.

 
  
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  Hannes Swoboda (PSE). (DE) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, seamos sinceros y realistas. Debemos asumir que estos dos países, Bulgaria y Rumanía, ingresarán en la Unión el 1 de enero de 2007, en primer lugar porque continuarán su propia labor reformista –estoy convencido de ello–, y en segundo lugar porque las mayorías exigidas en el Consejo están a favor.

Sin embargo, para mí el aspecto decisivo es cómo estos países van a acceder a la Unión Europea en 2007, si de algún modo se las arreglarán para entrar, o si llegarán con sus cabezas en alto y seremos capaces de mostrarnos de acuerdo con la conciencia tranquila. Estoy de acuerdo con la Comisión y con usted, Comisario Rehn, en que todavía hay cosas por hacer en ambos países. Lo que únicamente quisiera pedirle de verdad es que diga explícitamente qué cambios son necesarios. Porque usted no parece tener muy claros algunos aspectos de este informe. Por ejemplo, usted habla de «ambigüedad relativa a la independencia de la judicatura». Deben existir motivos por los que ello no le parece claro. Así que a los búlgaros y a los rumanos debe decírseles lo que deben hacer.

Considero que los Gobiernos de ambos países están dispuestos a realizar los cambios. Pero cuando le damos tanta importancia a esta cuestión, tal vez más de lo permitido por los criterios de Copenhague o el acervo comunitario –para lo que existen buenas razones–, entonces debemos decir con mucha claridad qué cambios son necesarios, y solicito que lo digan hoy y mañana cuando se encuentren en dichos países. Los cambios deben explicarse de forma explícita y realista, y deben ser alcanzables, porque no tiene sentido solicitar cosas que no puedan alcanzarse en este corto espacio de tiempo. Si lo hacemos, y si a continuación existe un seguimiento especial, es decir, un periodo preciso de observación, entonces estaré seguro de que ambos países van a dar los pasos necesarios y van a ser realmente capaces de adherirse el 1 de enero de 2007. Considero que entonces serán capaces de representar un gran papel. Algunos diputados han mantenido que la delincuencia y la corrupción imperan en ambos países, pero esto no es así. Ambos países han trabajado mucho por mejorar las cosas y lo continuarán haciendo. A esta situación también se ha llegado gracias a la presión de la Unión Europea.

 
  
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  Bronisław Geremek (ALDE). – (PL) Señor Presidente, en primer lugar quiero decir que el informe del señor Rehn y su labor se merecen el máximo reconocimiento, sobre todo en el contexto de este debate parlamentario. No quiero que las claras conclusiones establecidas en este informe se modifiquen en el transcurso del debate parlamentario.

Hasta el momento, Rumanía y Bulgaria han hecho todo lo que estaba en su poder. Han logrado lo que la Unión Europea quería de ellas. Han aplicado reglamentos en el terreno económico, político y social, y han establecido el principio del Estado de Derecho. Ahora la Unión Europea y las sociedades de ambos países evaluarán estos logros. Pienso que es sumamente importante destacar el alcance del progreso realizado por ambos países, lo que les permitirá afirmar que están entrando en la Unión Europea con paso firme.

Durante el periodo transcurrido desde el 1 de mayo de 2004, países como el mío han demostrado cómo dirigir la adhesión a la Unión Europea. Considero que el éxito de dicha transición, tanto para los antiguos como los nuevos Estados miembros, convencerá a aquellos que siguen teniendo dudas. El hecho de que Gran Bretaña no solo haya tenido la generosidad, sino también el sentido común de abrir su mercado laboral de inmediato a los ciudadanos de Europa del Este significa que ahora, aparte de Alemania y Austria, que parecen haber sido olvidadas por el señor Brok, muchos otros países europeos han seguido sus pasos.

Quisiera expresar la gran importancia de ser capaces de confiar en que, una vez introducidas, las reglas del juego se aplicarán, y a continuación evaluar la situación. El ejemplo de Polonia muestra que la introducción de los principios establecidos en los criterios de Copenhague puede ser un buen augurio, pero que estos principios también deben aplicarse una vez los países hayan ingresado en la Unión Europea.

 
  
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  Hartmut Nassauer (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, Señorías, nos estamos aferrando a enero de 2007 como fecha de adhesión, pero siempre que las condiciones vinculadas a dicha fecha hayan sido satisfechas para octubre. La Comisión está en este caso recorriendo un camino sinuoso. Se encuentra claramente sufriendo bajo la carga de sus propios errores cometidos en el pasado. Señor Comisario, estamos impacientes por escuchar en octubre sus explicaciones sobre cómo se habrán superado los obstáculos que usted hoy ha levantado. Fue un gran error establecer 2007 como fecha para la adhesión, cuando todavía no estaba claro si podría cumplirse. Ahora la Comisión está intentando encontrar de forma bastante desesperada una salida de este callejón en el que ella misma se ha metido. Por supuesto, dadas las circunstancias, la propuesta que hoy ha hecho usted es sensata. Por eso le doy mi apoyo a pesar de todos sus puntos débiles.

Voy a limitarme a realizar unas observaciones sobre Rumanía, puesto que he estado allí con una delegación de la CDU/CSU. Bajo el liderazgo del Presidente Basescu y el Primer Ministro Popescu-Tariceanu, se ha iniciado un decidido y serio proceso de reformas, que afecta a los asuntos interiores, la judicatura y la lucha contra la corrupción. Este proceso todavía no se ha completado. Las condiciones todavía no se han satisfecho plenamente. Los juicios por corrupción todavía no se han concluido de forma definitiva, pero siguen su curso de forma seria y llevarán su tiempo. Considero importante que mandemos a este Gobierno la señal de que siga con determinación esta ruta dirigida a la reforma. Esto es importante.

Rumanía es un país con mentalidad europea hasta la médula. Será un buen aliado nuestro en la Unión Europea. Allí existe una minoría alemana cuyos derechos se encuentran consagrados de forma satisfactoria en la legislación. La ley de minorías constituye un ejemplo para otros. Por ello, señor Comisario, le insto a alentar al Gobierno a que continúe su proceso de reforma.

 
  
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  Poul Nyrup Rasmussen (PSE). (EN) Señor Comisario, quisiera expresar mi respeto por su trabajo, pero, como sucede con todos los trabajos, también es necesario que haya claridad. Hoy mi único problema es la falta de claridad. Usted afirma que nuestro objetivo es conseguir que los dos países se incorporen el 1 de enero de 2007. Esto es lo que todos esperamos. No veo ningún motivo fundamental por el que no debamos dejarles incorporarse en esa fecha.

Así que de lo que realmente estamos hablando es sobre cómo podemos promover un mayor avance en estos dos países en la medida de lo posible. Lo que les pido ya lo ha mencionado el presidente de mi Grupo, el señor Schulz, así como el señor Swoboda y otros colegas. Si realmente esperamos que se realicen nuevos avances en los próximos tres meses y medio, antes de su próximo informe de octubre, ¿qué podemos hacer en ese tiempo? ¿Qué esperamos? ¿Un nuevo Fiscal del Estado en Bulgaria? No. ¿En qué medida es necesario levantar la inmunidad? ¿Cuántos casos necesitamos plantear? ¿Cuántas decisiones en los tribunales necesitamos? ¿Ve adónde quiero llegar, señor Comisario?

Si estos países van a trabajar con nosotros, ahora lo que necesitamos es que sea usted muy preciso. Quisiera hacerle una sugerencia. Le propongo que confeccione un marcador para presentarlo a los nuevos Gobiernos de Bulgaria y Rumanía y en el que se muestre de forma clara qué queremos que hagan en los próximos tres meses y medio o cuatro meses en ámbitos concretos. No basta con decir que esperamos que haya un avance. Es muy importante decir qué esperamos exactamente de ellos en justicia y asuntos de interior, de forma que ambos Gobiernos sepan exactamente qué hacer.

La segunda cosa que quisiera pedirle, señor Comisario, con el debido respeto, es que posteriormente no queden asuntos pendientes. Como me han dicho algunos miembros del Gobierno búlgaro recientemente, «no podemos cambiar nuestra constitución cada quince días». Ahora lo que hace falta es que seamos precisos en nuestras demandas. Mi última esperanza es que el Consejo de junio tome una decisión clara. Como ha dicho el señor Moscovici, ahora es el momento de transmitir una señal clara, y el Consejo de junio puede transmitir la clara señal de que serán bienvenidos el 1 de enero de 2007 y que esperamos trabajar con ellos.

(Aplausos)

 
  
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  Sophia in 't Veld (ALDE). – (NL) Señor Presidente, estoy satisfecha con la propuesta de la Comisión porque hace honor a los esfuerzos de Bulgaria y Rumanía, y también a las preocupaciones sobre ámbitos problemáticos duraderos, la existencia de los cuales, por cierto, nadie niega.

A los oradores anteriores, incluido el señor Cohn-Bendit, me gustaría decirles que, a mi entender, esta propuesta es un estímulo para los reformadores y, por lo tanto, una fuente de frustración para delincuentes, corruptos y xenófobos. Tal vez el señor Cohn-Bendit deba considerar a quién desea dar en realidad su apoyo. La idea de que las reformas se terminarán tan pronto como estos países ingresen en la Unión no tiene sentido. Esta idea ya se mencionó durante la ampliación anterior y al final fue rebatida. Además, ante todo, las reformas se llevan a cabo con el fin de mejorar la calidad de vida y no solamente para adherirse a la Unión Europea.

Sin duda también es cierto que, con carácter de urgencia, debemos contar con un instrumento que nos permita señalar sin tapujos a todos los Estados miembros de la UE, incluidos los actuales Estados miembros, si dejan de cumplir las normas, también por lo que a los derechos fundamentales respecta. Quiero expresar mi opinión a favor de una visión a largo plazo, ya que todos sabemos que este no es el final de las reformas. La corrupción, la delincuencia, la discriminación contra las minorías y otros problemas similares también deberán abordarse en el futuro. Es posible que un día Bulgaria y Rumanía sean perfectamente líderes al frente de la Unión Europea, de la misma forma que han demostrado que, económicamente, son capaces de mucho más y de una voluntad de reforma mucho mayor que la nuestra en Europa occidental. Puede que un día sean campeonas de derechos fundamentales y del Estado de derecho, y asuman funciones de liderazgo en la Unión Europea.

Finalmente, quisiera instar a todos los diputados a que en sus propios países ofrezcan explicaciones completas y no la palabrería populista basada en la xenofobia. Daré la bienvenida a Bulgaria y Rumanía el 1 de enero de 2007.

 
  
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  Kinga Gál (PPE-DE). – (HU) Señor Presidente, Comisario, aunque valoro su trabajo, le ruego me permita formularle una pregunta. ¿Por qué razón ha desaparecido de este informe el millón y medio de población húngara, una de las mayores minorías en Europa? Todos los anteriores informes de la Comisión, seguidos por los informes del Parlamento, llamaban la atención sobre las necesidades de la comunidad húngara en Rumanía. Este informe prácticamente no la menciona. Estamos satisfechos de que, contrariamente a las noticias previas, como mínimo contenga una referencia general a la Ley sobre las minorías.

Comisario, puedo afirmar con seguridad que la población húngara de Rumanía no ha desaparecido desde octubre de 2005. Los aspectos que el Parlamento consideró especialmente problemáticos tampoco han desparecido. Se trata de asuntos sin resolver. Y cada vez se está dejando más claro que tampoco existe la voluntad política de solucionarlos; por ejemplo, no hay voluntad alguna en aprobar una Ley sobre las minorías basada en la autonomía cultural. O garantizar la educación superior en lengua húngara. O hacer respetar el principio de autogobierno. O enmendar la discriminatoria Ley electoral.

Comisario, las instituciones europeas tienen una responsabilidad importante a la hora de ayudar a los ciudadanos de Rumanía, incluidas las minorías, a reconocer las posibilidades que la adhesión proporciona. De esta forma, la comunidad húngara en Rumanía también debe beneficiarse de los métodos y técnicas de la Unión Europea para el respeto de sus intereses. Ello precisa el apoyo tanto de Bucarest como de Bruselas.

A día de hoy, Bruselas no ha proporcionado demasiada ayuda a esta comunidad. Pero todavía puede ayudarla a reconocer las posibilidades y adquirir las técnicas. Ello será una condición previa de la competitividad de la Comunidad Europea.

Así pues, señor Comisario, ahora le haré entrega de una carta escrita por los diputados al Parlamento Europeo, así como, de manera simbólica, algunas de las miles de cartas dirigidas a usted de parte de ciudadanos y organizaciones civiles de Transilvania. Quedamos y quedo a la espera de recibir también en octubre una respuesta.

 
  
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  Helmut Kuhne (PSE). – (DE) Señor Presidente, Comisario Rehn, usted tiene una forma agradablemente directa de presentar sus conclusiones en el Pleno. Por lo tanto, yo seré igual de directo al expresarle mi agradecimiento. Gracias, sin florituras en las que luego se esconden reservas. Así pues, gracias sin reservas.

Usted ha trabajado con esmero, ha sacado lo mejor de una situación insatisfactoria de la que en principio no es responsable. Sería difícil cuestionar sus conclusiones y, por consiguiente, los motivos para estas sobre la base de los hechos.

Por eso aconsejo a aquellos que puedan sentirse tentados a ofenderse en la presente situación a que no lo estén, y en cambio se pongan a trabajar y completar las tareas que todavía quedan pendientes.

Si en otoño su informe demuestra que todavía existen déficit, la Comisión debería proponer cláusulas de salvaguarda. En tal caso, el Parlamento debería proporcionar a la Comisión su apoyo, aunque cada uno de los dos países debería tratarse por separado.

No obstante, este debate es para mí también una ocasión para extraer conclusiones suplementarias, más allá de los dos países en cuestión. Algunos diputados lo han mencionado, y yo volveré a repetirlo muy claramente: nunca más deben existir tratados de adhesión sin antes haberse cumplido por entero las condiciones de adhesión.

En cualquier caso, Bulgaria y Rumanía completan la lista de 27 países presentes en el catálogo de Niza, por decirlo de alguna forma. Solo podrán darse adhesiones posteriores si la Unión Europea también hace sus deberes y realiza las reformas internas necesarias para asegurar su existencia continuada con más de 27 Estados.

 
  
  

PRESIDENCIA DEL SR. DOS SANTOS
Vicepresidente

 
  
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  Viktória Mohácsi (ALDE). (HU) Señor Presidente, estoy satisfecha de que ambos países se hayan unido al Programa Década y de que estén haciendo todo lo posible por garantizar la integración de la minoría romaní tan pronto como sea posible. Sin embargo, el informe de seguimiento describe abusos cometidos por las autoridades policiales y judiciales en ambos países. Debemos continuar realizando el seguimiento de los ámbitos problemáticos mencionados.

En el informe sobre Bulgaria ya se ha hecho mención a la segregación en el sector educativo, pero preferiría que cada vez se prestara mayor atención a este asunto en el caso de Rumanía, donde el nivel de segregación es igual de elevado. Según informes de determinadas organizaciones civiles, el 80 % de los niños clasificados con dificultades en el aprendizaje son de la minoría romaní.

Hace tan solo una semana, el 9 de mayo, recibí un informe sobre abusos cometidos por la policía. Las heridas ocasionadas a miembros de la comunidad romaní por las fuerzas policiales de las autoridades rumanas pueden verse en fotografías. Se trata del tercer caso que ha llegado a mis oídos en los últimos seis meses.

A pesar de ello, he votado a favor de la adhesión de ambos países. No obstante, la gran diferencia entre los dos países radica en que mientras Bulgaria reconoce los problemas relacionados con la población romaní, Rumanía prefiere ocultarlos y negarlos. Insto a nuestros colegas rumanos, a la Comisión y al señor Comisario a que soliciten a las autoridades competentes el cambio de esta política.

 
  
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  Camiel Eurlings (PPE-DE). (NL) Señor Presidente, la ampliación es sin lugar a duda uno de los mayores éxitos de la UE. No nos damos cuenta lo suficiente de lo que significa para estos países pertenecer a una comunidad de valores, a menudo tras décadas de tiranía, ni tampoco de lo que significa para los antiguos países. Si la ampliación no hubiera tenido tanto éxito, nos encontraríamos en cualquier caso mucho peor. Sin embargo, con el fin de ganar y mantener el apoyo para esta ampliación, es necesario que tenga lugar de un modo creíble y sin alteración de los criterios.

Bulgaria y Rumanía pertenecen a la UE, pero dichos criterios son importantes si no queremos perder el apoyo de la opinión pública, si queremos que la ampliación fortalezca y no debilite la comunidad de valores y por último, pero no por ello menos importante, dichos criterios tienen importancia para los ciudadanos de Rumanía y Bulgaria, y por este motivo deseo decirle al señor Watson, que ha hablado hace unos instantes, así como a mi compatriota, la señora In 't Veld, que el cumplimiento de los criterios no significa ir en contra de la ampliación, si no a favor.

Volviendo a la propuesta actual de la Comisión, si se tiene en cuenta el nivel de progreso ahí contenido, considero que la táctica de ejercer presión ha funcionado hasta ahora, sobre todo en Rumanía, donde la señora Macovei, en su calidad de Ministra de Justicia, ha logrado más resultados en un corto espacio de tiempo que la administración Nastase en los años anteriores. Se merece un cumplido enorme. Asimismo, debemos darnos cuenta de que es necesaria una mayor presión. Aunque en Rumanía se necesita un gran cambio, sobre todo es Bulgaria la que debe cambiar, pues allí parece que algunos desarrollos han sido más negativos que otra cosa.

Ante la necesidad de una presión persistente, el planteamiento de la Comisión es el mejor. Si afirmamos que 2007 va a ser el año, ello eliminaría la presión, pero si decimos que 2008 va a ser el año, ello también la eliminaría, ya que de esta forma la gente sabría que pueden ingresar en 2008 pase lo que pase y que pueden dormirse en los laureles. Es importante aprovechar el incentivo de que 2007 todavía es una posibilidad, siempre y cuando ello se realice bajo tres condiciones.

La primera es que el Consejo no considere el mes de octubre como demasiado tarde para tomar una decisión. La segunda es que si los países no están a la altura de lo que se espera de ellos, deberíamos ser verdaderamente capaces de decir en octubre que no pueden adherirse en enero de 2007. Y la tercera es que, si en realidad estamos hablando de credibilidad, entonces deberíamos atrevernos a evaluar cada país según sus propios méritos, y un país no debería convertirse en víctima del otro. Por lo tanto, ello significaría que Bulgaria y Rumanía se considerarían por separado y se evaluarían de forma individual en octubre.

Les doy las gracias y quiero felicitar de nuevo a la Comisión por el planteamiento adoptado en la actualidad.

 
  
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  Miguel Ángel Martínez Martínez (PSE). – (ES) Señor Presidente, colegas, hace veinte años, como hoy búlgaros y rumanos, apurábamos la negociación para la integración de España en las Comunidades. Recuerdo nuestros esfuerzos para acomodarnos a los Tratados y recuerdo humillaciones, ante obstáculos, de responsables que ya entonces aparecían como mucho menos comprometidos que nosotros con el proyecto. Pero recuerdo, sobre todo, la solidaridad de muchos, su respeto y su comprensión.

Unos años después, rico de esta experiencia y como Presidente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, apoyé con todas mis fuerzas el ingreso en el Consejo de Bulgaria y Rumanía, como primer paso del proceso que ahora culminará con su integración en la Unión Europea.

La Comisión nos presenta un informe positivo en general, pero que reconoce algunas carencias. Ese es el papel de la Comisión. El del Parlamento, como órgano eminentemente político de la Unión, ha de ser otro. Puesto que representamos a nuestros pueblos, nos corresponde comprender y apoyar a los de Bulgaria y Rumanía; comprender sus dificultades y, mediante la confirmación de su fecha de ingreso para el 1 de enero de 2007, ayudarles para que las carencias detectadas se vayan resolviendo.

Nuestro papel es sobre todo el de entender que en Bulgaria y Rumanía hay dos pueblos con profundas convicciones europeístas, bastante más que en la mayoría de los Estados miembros, y que, por lo tanto, nos hacen mucha falta para que salga adelante el proyecto de la Unión Europea que se concreta en la Constitución.

Nada sería más negativo que frustrar aspiraciones, sembrar desconcierto y desconfianza y hacer que rumanos y búlgaros se sientan maltratados y discriminados. Porque nos hacen falta y porque van a ser de los mejores entre nosotros, el Parlamento debe apoyar masivamente su incorporación en la fecha prevista. Es el planteamiento de mi Grupo Socialista, solidario por excelencia, y el de los socialistas españoles, habida cuenta de nuestra propia experiencia y de las esperanzas y compromisos que con búlgaros y rumanos compartimos.

 
  
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  Charles Tannock (PPE-DE). (EN) Señor Presidente, la ampliación es sin duda una de las grandes proezas de la UE. La quinta oleada, que amplió la Unión a 25 Estados miembros en 2004, ha sido efectivamente un gran éxito, pese a tantas advertencias funestas de que la Unión se paralizaría sin una Constitución y que países como el mío sufrirían flujos migratorios insostenibles, incluso de personas de etnia romaní. En términos generales, los nuevos Estados miembros se han hecho más atlantistas, creen en el planteamiento de los mercados libres y los impuestos bajos, cosa que celebro. Creo que la adhesión de Rumanía y Bulgaria, que en realidad constituyen la quinta oleada y media, ya que se suponía que se incorporarían al mismo tiempo que los 10 Estados miembros restantes, también resultará ser un enorme éxito.

Sigo pensando que el incentivo de la pertenencia a la UE ha resultado ser el gran impulsor de la reforma política y económica. Sin embargo, no subestimo la envergadura de las tareas a las que se enfrentarán estos dos países después de incorporarse en 2007. Sigue siendo necesario que no bajen la guardia respecto a la corrupción pública, y el hecho de que se formulen acusaciones y se dicten condenas contra altos cargos realmente constituirá un potente ejemplo para disuadir la corrupción.

Se ha mencionado el problema del crimen organizado: el tráfico de seres humanos y de drogas sigue siendo un problema grave. Bulgaria parece haber avanzado menos, con una serie de horrendos asesinatos por encargo de tipo mafioso, que nos preocupan mucho a todos nosotros. Es justo decir que el crimen organizado sigue siendo un problema incluso en algunos de nuestros Estados miembros, como es el caso del sur de Italia. Esto no puede ser un motivo para seguir retrasando la adhesión de Rumanía y Bulgaria, aunque existen argumentos para invocar las cláusulas de salvaguardia de un año respecto a capítulos concretos como son la justicia y los asuntos de interior.

Permítanme plantear dos cuestiones específicas. En primer lugar, solicito a Rumanía que solucione su disputa pendiente con Ucrania respecto a la frontera marítima relativa a la Isla de las Serpientes. Cabe esperar que Ucrania también se convierta algún día en Estado miembro de la Unión Europea. En segundo lugar, solicito al Gobierno rumano que reconsidere su prohibición absoluta de las adopciones internacionales.

 
  
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  Catherine Guy-Quint (PSE).(FR) Señor Presidente, de entrada quisiera dar las gracias al Comisario por este nuevo informe, que constituye un resultado muy riguroso de la labor administrativa de la Comisión. Pero ese mismo rigor ha llevado a la Comisión a aplazar una vez más su decisión sobre la fecha de adhesión de Bulgaria y Rumanía. A pesar de la dinámica que registran esos países y de que todo sigue apuntando a la adhesión, el informe emite serias reservas. Una vez más, les recomienda que prosigan sus esfuerzos en numerosos ámbitos: administración agrícola, lucha contra la delincuencia, lucha contra la corrupción y el fraude, control del gasto comunitario. Y las intervenciones en esta Cámara han engrosado la lista: inserción de las minorías, adopción internacional, control del contrabando aduanero. Ahora bien, en mi opinión debemos admitir que Bulgaria y Rumanía no tienen la exclusiva de este tipo de problemas. La actualidad europea nos demuestra todos los días las carencias de Europa en todos estos aspectos.

¿Por qué entonces, señor Rehn, añadir cada vez nuevas exigencias a los criterios de adhesión? ¿Por qué aplazar una decisión que ha planteado menos dificultades para los últimos diez países adheridos? Con esta decisión a la vista, usted se muestra extremadamente cauteloso, y esto repercutirá en las esperanzas de búlgaros y rumanos. Sin embargo, desde hace un año, conocemos las consecuencias de la desesperación de los pueblos ante el futuro de Europa. De informe en informe, la Comisión multiplica las exigencias asociadas a los criterios que deben cumplirse para la adhesión y después recula cuanto tiene que tomar una decisión. De informe en informe, los pueblos búlgaro y rumano se sienten humillados, a pesar de que progresan. Los ciudadanos dudan cada vez más de su derecho a ocupar un lugar en la democracia europea. De informe en informe, el populismo gana terreno. Por tanto, ha llegado el momento de decidir con claridad, con valentía, la fecha de entrada de Bulgaria y Rumanía en la Unión. Para nosotros, será el 1 de enero de 2007, ya que esos dos países son esenciales para un verdadero proyecto de Unión Europea.

 
  
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  David Casa (PPE-DE)(MT) Señor Presidente y Comisario Rehn, en mi último discurso sobre el proceso de adhesión de Bulgaria a la Unión Europea dije que todavía había mucho trabajo por hacer y muchas reformas por aplicar. Mencioné la delincuencia organizada y el tráfico de bebés a los países occidentales. Parece ser que las autoridades búlgaras están tratando estos dos problemas, aunque es necesaria una mayor coherencia si queremos ver resultados más concretos. Se me ha informado de que, dejando de lado la tan arraigada corrupción, todavía no existe un control suficiente sobre el tráfico de drogas, en especial de la heroína procedente de Afganistán, como algunos ya han mencionado anteriormente, que se está vendiendo a los países de Europa del norte a precios astronómicos. El Presidente de la Asamblea Nacional búlgara, George Pirinski, declaró a principios de esta semana que la Unión Europea debería aplicar el mismo baremo empleado con los diez países que se unieron en la última ampliación. Considero que todos nosotros podemos asegurar al señor Pirinski y a los ciudadanos búlgaros que la Unión Europea no solo garantizará la aplicación del mismo baremo, sino que también hará todo lo posible para ayudar a Bulgaria a cumplir los criterios necesarios. No obstante, también debemos añadir que la Unión Europea nunca aceptará a ningún país candidato, ya sea Bulgaria o Rumanía, Croacia o Turquía, como miembro de la Unión Europea que no satisfaga los criterios de adhesión. Siento decir, por ejemplo, que la reforma del sistema judicial no ha hecho todos los progresos necesarios, y determinados aspectos todavía deben aclararse, incluida la independencia de la judicatura. Todavía queda camino por recorrer antes de alcanzar el lugar al que queremos llegar. Finalmente, señor Presidente, considero que las autoridades búlgaras deberían aprovechar esta oportunidad de continuar implementando las reformas necesarias en el tiempo más corto posible. De esta forma, podremos darles la bienvenida aquí entre nosotros en 2007. Muchas gracias.

 
  
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  Józef Pinior (PSE). (PL) Señor Presidente, los preparativos para la adhesión de Bulgaria y Rumanía a la Unión Europea se están llevando a cabo en un periodo de crisis en Europa. Los sentimientos crecientes de populismo y en contra de la inmigración solo son algunos de los aspectos que han contribuido a esta crisis. De acuerdo con encuestas recientes del Eurobarómetro, cerca del 53 % de los europeos consideran el proceso de ampliación con indiferencia, temor, irritación o frustración. Sin embargo, al mismo tiempo, hemos de recordar que según estas encuestas la mayoría, el 55 %, todavía presenta una actitud positiva frente a la ampliación.

Bulgaria y Rumanía no deben ser víctimas de la crisis europea. No podemos aumentar las barreras a la adhesión a causa del estado emocional del electorado. No deberíamos hacer demandas a Bulgaria o Rumanía mayores o menores que las realizadas a los otros países que participaron en el proceso de adhesión de los años anteriores. Debemos aceptar y reconocer el informe equilibrado de la Comisión, presentado hoy por el Presidente Barroso y el Comisario Rehn. La Unión Europea desea conservar sus obligaciones relativas a la adhesión de Bulgaria y Rumanía el 1 de enero de 2007. Asimismo, y con el fin de no retrasar la fecha de adhesión, ambos países deben cumplir todos los criterios de ingreso a la Unión Europea.

También quisiera expresar mi admiración por los esfuerzos realizados por la sociedad en Bulgaria y Rumanía en la senda hacia el ingreso en la Unión Europea, y por la labor y el compromiso de jueces, abogados, maestros, políticos, periodistas y activistas civiles durante los últimos meses. Quisiera decir que estoy convencido de que este esfuerzo dará sus frutos para Bulgaria y Rumanía el año próximo en forma de su adhesión a la Unión Europea.

 
  
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  Zbigniew Zaleski (PPE-DE). – (PL) Señor Presidente, ya se ha dicho todo sobre los criterios que los dos países deben cumplir. Quisiera llamar su atención sobre otros tres aspectos.

En primer lugar, recordemos que el establecimiento de la normalidad en Europa occidental, a pesar de la democracia y la importante ayuda de los Estados Unidos, llevó mucho tiempo. En segundo lugar, la Unión ha tomado la decisión de aceptar a estos dos países y ha fijado una fecha, lo que considero constituye una obligación por parte de una institución política de tanta importancia. En tercer lugar, ¿hemos prestado en nuestra calidad de Unión Europea la ayuda suficiente a estos países respecto al cumplimiento de las normas?

Si Bulgaria y Rumanía se encontraran hoy situadas en el Pacífico, podríamos esperar a que cumplieran los criterios, pero dada su situación en Europa, no podemos ser indiferentes. La Comisión debe representar un papel activo, al igual que el Consejo y el Parlamento. No veo ninguna otra solución. También quisiera añadir que Bulgaria y Rumanía son por naturaleza una parte de Europa, son miembros naturales de Europa, parte de este organismo y nuestro deber común debe ser el de integrar a estos dos países en un organismo.

Dado que mi discurso ha sido bastante breve y he ahorrado un poco de tiempo, simplemente quisiera concluir diciéndole a nuestro compañero, el señor Cohn-Bendit, quien ha criticado con tanta vehemencia al Gobierno polaco, que él también tuvo la oportunidad de juzgar a su Canciller, representante de un Estado miembro de la UE durante muchos años, sobre el modo en que se comportó justo antes de abandonar el cargo.

 
  
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  Csaba Sándor Tabajdi (PSE). – (HU) Señor Presidente, la delegación del Partido Socialista húngaro apoya la adhesión de Bulgaria y Rumanía a la Unión Europea el 1 de enero de 2007. Esta ha sido nuestra recomendación en todo momento, sin olvidar las numerosas y justificadas críticas y recomendaciones.

Obviamente, nuestro apoyo no puede significar que los Gobiernos rumano y búlgaro se vean liberados de su obligación de hacer todo lo que esté en su poder para eliminar las deficiencias listadas en el informe actual y en los anteriores de la Comisión Europea y del Parlamento Europeo. Hungría hará todo lo posible por ayudarlos en este aspecto.

Sin embargo, no comprendo el último informe de la Comisión Europea del señor Rehn, quien prácticamente ha olvidado por completo la cuestión de las minorías. ¿Podría ser que los problemas planteados anteriormente se hayan resuelto durante los últimos seis meses?

La Comisión Europea debería pedir cuentas a Rumanía, en el sentido de las anteriores decisiones del Gobierno, por no adoptar la Ley sobre las minorías, no devolver los bienes de la Iglesia y no establecer una universidad de lengua húngara financiada por el Estado.

Señor Olli Rehn, no pido nada más que lo que usted describió en su informe de octubre de 2005. Señor Comisario, usted declaró recientemente que no podemos pedirle a Rumanía más de lo que ya le solicitan los actuales Estados miembros, a pesar de que en sus declaraciones anteriores su punto de partida era distinto. La situación no ha cambiado, ¿lo ha hecho su postura?

Esta falta de coherencia solo se explica en parte por el hecho de que no existen normas europeas para los derechos de las minorías. Por lo tanto, en el futuro, el punto de partida siempre debería ser la situación del país en cuestión. No es correcto remitirse a los antiguos Estados miembros, algunos de los cuales –y no deseo señalar a Francia–, incluso niegan la existencia de minorías, ya que si a día de hoy tuvieran que solicitar la adhesión a la Unión Europea, serían sin duda rechazados.

 
  
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  Fernand le Rachinel (NI).(FR) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, la adhesión de Bulgaria y Rumanía, prevista para enero de 2007, podría retrasarse debido a la corrupción, que, según la Comisión, reina en esos dos países. Es una preocupación totalmente loable, pero antes de dar lecciones de moral, ¿no deberían algunos de nuestros Gobiernos, como el de Francia, barrer primero delante de su puerta?

Rumanía y Bulgaria son auténticas naciones europeas, tanto más merecedoras cuanto que sufrieron la ocupación turca entre los siglos XVI a XIX, y después el comunismo de 1945 a 1990. Por esta razón, les prevenimos contra otra opresión, menos brutal pero igual de peligrosa: la de la Europa de Bruselas, sin fronteras, destructora de nuestras libertades y nuestras identidades nacionales, que renegando de las raíces cristianas de nuestra civilización, abre sus puertas a la Turquía islámica. Esta Europa, desde el voto de los franceses y los neerlandeses en 2005, no tiene ya ninguna legitimidad democrática. Es hora de construir con todas las naciones europeas otra Europa, la Europa de las naciones.

 
  
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  Anna Ibrisagic (PPE-DE). – (SV) A Rumanía y Bulgaria se les ha prometido la adhesión a la UE a partir del 1 de enero de 2007. Han firmado el acuerdo de adhesión y hemos enviado señales a Rumanía y Bulgaria en el sentido de que están realizando un buen trabajo y que, si continúan trabajando duro, también se convertirán en miembros de acuerdo con el calendario.

Mientras tanto, se han sucedido una serie de desarrollos en Europa que no tienen nada que ver con Rumanía y Bulgaria, pero que han influido enormemente en la opinión del público, incluida la opinión sobre la adhesión de estos dos países. A Rumanía y Bulgaria se les prometió la adhesión antes de que empezara a propagarse el escepticismo sobre la ampliación continuada, antes de que varios países europeos votaran en contra del borrador de la Constitución Europea y antes de que empezara a extenderse por la vieja Europa el miedo al turismo social. El hecho de que estos temores sean injustificados y de que los actuales líderes políticos no hayan logrado explicarlo y transmitir a la gente una sensación de optimismo son signos claros de que existe una grave falta de liderazgo en la Europa actual. Sin embargo, ello no es algo por lo que Rumanía y Bulgaria deban pagar un precio.

Estoy tanto sorprendida como inquieta por el hecho de que nadie hoy en esta Cámara haya destacado que la ampliación es en realidad una cuestión de seguridad. La mayoría de países en los Balcanes se encuentran en plena formación de Estados-nación, un proceso difícil y delicado que podría irse al traste en cualquier momento y que debe abordarse con sensibilidad y conocimiento. En una situación como esta no sería sensato posponer la entrada a la UE de Rumanía y Bulgaria, en particular porque con gran seguridad desviaría tanto la atención como la energía de asuntos mucho más complicados en la región como el estatus de Kosovo, el referendo en Montenegro y el estatus de ese país y los cambios constitucionales que están en marcha en estos momentos en Bosnia. Rumanía y Bulgaria han hecho un buen trabajo. Es necesario trabajar duro y ambos países también lo harán en el futuro, del mismo modo que otros países lo hicieron durante su primer periodo como Estados miembros de la UE. Sin embargo, por el bien de la seguridad en Europa, lo mejor sería que la UE cumpliera sus compromisos con Rumanía y Bulgaria y, si no, que concentrara sus esfuerzos en otros asuntos mucho más delicados a resolver en la región de los Balcanes en el transcurso del año.

 
  
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  Arlene McCarthy (PSE). (EN) Señor Comisario, tengo un dilema personal: represento a un país partidario de la ampliación pero a una región que me insta a que vote en contra de la adhesión de Bulgaria. ¿Por qué? Porque mi elector Michael Shields está cumpliendo una pena de diez años por un atentado violento del que sigue manteniendo que es inocente.

El sistema judicial penal búlgaro no ha dado un juicio justo a Michael. Su único recurso es llevar su caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo. Cuando la defensa presentó nuevas pruebas, las autoridades búlgaras hicieron caso omiso de ellas; cuando otro hombre de Liverpool confesó la autoría del delito, los búlgaros lo desecharon. Insto a las autoridades de este país a que recuperen nuestra confianza en su sistema judicial penal.

Insto al señor Comisario a que pida a las autoridades que acepten la oferta de ayuda por parte del Reino Unido para interrogar a los testigos y examinar las pruebas previas y posteriores al juicio que se rechazaron en su recurso. Cualquier Estado miembro de la UE puede cometer errores, incluido el mío. La verdadera prueba de una democracia es la voluntad de reparar cualquier posible error y garantizar que se haga honor a la verdadera justicia.

Señor Comisario, le haré llegar una copia de esta documentación independiente, que demuestra que mi elector no tuvo un juicio justo y que hubo un grave problema con la investigación policial.

 
  
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  Olli Rehn, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, no se trata de mi agenda, sino de las horas de cierre de los medios de comunicación de Bulgaria y Rumanía. Espero que comprenda esta excusa, porque tenemos que enviar el mensaje correcto esta noche a Bulgaria y Rumanía, adonde viajamos, junto con el Presidente Barroso, inmediatamente después de esta sesión para transmitir un mensaje de aliento. Nos pondremos manos a la obra para subsanar las deficiencias que quedan.

Quiero darles las gracias por este debate tan constructivo y responsable, que refleja igualmente el amplio abanico de opiniones que existe en la sociedad civil europea. Ese es, desde luego, el papel del Parlamento.

He detectado en este debate un apoyo general por el planteamiento fundamental de la Comisión, según el cual la adhesión prevista para 2007 debería ser viable siempre que estos países puedan subsanar las deficiencias restantes. Por supuesto, algunos son más favorables que otros, y las opiniones divergen en cuanto a las condiciones, pero el tono general de este debate ha sido muy claro y puedo afirmar que la Comisión está a favor de la fecha prevista y de mantener rigurosamente las condiciones.

Me gustaría hacer algunos comentarios sobre las cuestiones planteadas en diversas intervenciones a fin de entablar un verdadero diálogo. En primer lugar, se ha dicho que las condiciones restantes deben ser realizables. Estoy totalmente de acuerdo con ello. No propondríamos un examen final del cumplimiento de las condiciones en octubre si no creyéramos que estos países pueden ajustarse a los criterios que quedan por satisfacer.

Al mismo tiempo resulta evidente que, en nuestra calidad de guardianes de los Tratados, no podemos recomendar algo que no existe. Tenemos que comprobar que las condiciones realmente se han cumplido, en particular en el ámbito del terrorismo y de la lucha contra la corrupción y la delincuencia organizada. De lo contrario no estaríamos a la altura de la tarea que se nos ha confiado.

En segundo lugar, se ha pedido una lista o marcador de las cosas concretas que los países deben hacer, para que sepan lo que se espera de ellos. Estoy de acuerdo. El informe de la Comisión incluye este punto, y ambos países conocen perfectamente lo que se espera de ellos y los criterios por satisfacer. Precisamente por ello el Presidente Barroso y yo visitaremos Bucarest y Sofía el día de hoy y mañana, para discutir de lo que se espera de Bulgaria y Rumanía.

Además, debemos confiar en la madurez política de los Gobiernos, Parlamentos y administraciones de estos países y en que saben lo que significan realmente los criterios políticos y económicos de Copenhague y los del acervo, de forma que planifiquen sus vías de reforma sobre la base de estos criterios perfectamente establecidos, que forman el fundamento de nuestro inequívoco informe.

Puedo darles un ejemplo muy preciso de un ámbito en el que nosotros y Bulgaria y Rumanía tenemos un interés en que estos países cumplan las condiciones previstas a más tardar en la fecha de adhesión: se trata de que los recursos comunitarios se gasten correctamente y se rinda debida cuenta de ello, cosa que, espero, es el vivo deseo de esta Cámara, o al menos lo era cuando yo era miembro de la Comisión de Control Presupuestario. Bulgaria tiene que establecer un sistema integrado de administración y control en la agricultura para aplicar las disposiciones y la financiación de la Política Agrícola Común. Esto implica que debe tomar fotografías aéreas de todas las parcelas de tierra, digitalizarlas y formar con ellas un sistema que las vincule con sus propietarios. Si no lo hace, me temo que tendremos que retener los pagos directos con cargo a la Política Agrícola Común. Este sería un gran incentivo para resolver esta deficiencia. Espero que este ejemplo sea suficientemente concreto, pero podría citar docenas de otros ejemplos precisos de lo que queda por hacer en diversos ámbitos de las políticas y del acervo de la Unión.

Por último, el señor Van Orden ha señalado que en el informe de la Comisión no se hace referencia a una posible recomendación de aplazamiento, que es una de las disposiciones del Tratado de adhesión. Para evitar cualquier confusión o malentendido, tengo que decir que en las conclusiones del informe que la Comisión adoptó hace tan solo tres horas, señalamos que a principios de octubre evaluaremos si los dos países han sido capaces de superar las deficiencias aún por resolver y adoptaremos, sobre esta base, una posición acerca de si es posible mantener la fecha propuesta para la adhesión. Esto significa, hablando claramente, que la Comisión se reserva el derecho de plantearse la aplicación de esta cláusula de salvaguardia de aplazamiento, a menos que las deficiencias se resuelvan en los próximos cinco meses, cosa que, como ya he dicho, es totalmente posible en el caso de ambos países si estos hacen un verdadero esfuerzo.

Nuestra meta es la adhesión de Bulgaria y Rumanía en 2007, y nuestra obligación es comprobar que ambos países se adhieran cuando cumplan las condiciones y estén plenamente preparados para integrarse en la Unión Europea. Se trata igualmente de la famosa capacidad de absorción de la Unión Europea. Esa es la mejor manera de que la ampliación sea un éxito para Bulgaria, Rumanía y Europa. Espero que sus Señorías apoyen a la Comisión en este propósito.

 
  
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  Árpád Duka-Zólyomi (PPE-DE). – (HU) Señor Presidente, el 1 de enero de 2007 está casi llegando, pero parece que la incertidumbre va a permanecer. En Rumanía, a pesar de los esfuerzos dignos de elogio del Gobierno actual, todavía existen muchos problemas graves esperando a ser resueltos. Los criterios de Copenhague, como en el pasado, son aplicables a todos los Estados candidatos por igual.

Junto a la necesidad de la reforma de la judicatura y de refrenar la corrupción y la delincuencia organizada, las cuestiones relativas al cumplimiento de los derechos humanos y la garantía de seguridad jurídica para las minorías plantean dudas. Se han dado varios cambios positivos respecto a estas últimas cuestiones, que han recibido una ayuda importante por parte de la presencia en la legislación y el Gobierno de la Alianza Democrática de los Húngaros en Rumanía (RMDSZ), la representación política de la comunidad húngara en Rumanía.

No obstante, es equivocado pensar, como ha afirmado el Comisario Rehn, que la participación de la RMDSZ en el Gobierno de coalición sea suficiente para garantizar la seguridad jurídica de las minorías. El partido político que representa a la comunidad húngara nunca estará en mayoría, y los resultados solo pueden lograrse con la ayuda de los partidos de mayorías rumanos y su voluntad para el compromiso.

Como consecuencia de la falta de voluntad política racional, todavía están a la espera de ser resueltos algunos problemas básicos. ¿Por qué se pospone la adopción de la Ley sobre las minorías? Asimismo, tampoco se ha resuelto todavía la cuestión de la educación universitaria en lengua materna de la comunidad húngara autóctona, en forma de una institución húngara independiente de educación superior. Otra cuestión sin resolver es la restitución de los bienes de la Iglesia. La actual Ley electoral, discriminatoria contra las comunidades nacionales y étnicas, también debería enmendarse, acorde con las normas europeas.

Señorías, es fundamental que a la cuestión de las minorías se le otorgue la importancia adecuada en el informe de la Comisión. ¿Cuál sería la decisión correcta en estas circunstancias, cuando el Consejo ya le ha prometido a Rumanía la adhesión a la Unión Europea a partir del 1 de enero? La solución intermedia racional sería aplicar un sistema de estrecho seguimiento durante tres años. Sin duda ello exigiría una planificación precisa de las sanciones imprescindibles y de las condiciones de la activación de la cláusula de salvaguarda.

 
  
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  Mia De Vits (PSE). – (NL) Señor Presidente, el hecho de que ni Bulgaria ni Rumanía hayan terminado por completo sus deberes no debería sorprender a nadie, ya que se trata de una labor hercúlea. Sin embargo, los dos países no deberían convertirse en víctimas de los problemas internos de la Unión o de la falta de solidaridad. He oído al Comisario mencionar también «capacidad de absorción». En realidad no conozco los criterios frente a los cuales esto debería comprobarse. Asimismo, pienso que los acuerdos alcanzados deberían aplicarse. Cuando nuestra comisión parlamentaria visitó Sofía, vimos con nuestros propios ojos el gran esfuerzo que la gente está realizando con el fin de alcanzar el objetivo, y considero que deberíamos apoyar a los reformistas.

El Comisario nos dice que se darán ejemplos específicos de lo que exactamente se espera de esos países. Realmente esperamos que los criterios sean detallados y, sobre todo, que los responsables políticos en esos países se vean respaldados en toda forma posible, para que puedan mantener la fecha límite del 1 de enero de 2007. La Comisión debería dejar de esconderse detrás del Consejo. Debería dirigirse a nosotros con una opinión clara.

 
  
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  Georgios Papastamkos (PPE-DE). (EL) Señor Presidente, a modo de introducción, deseo expresar mi agradecimiento a la Comisión Europea por la valiosa labor que hoy ha presentado ante nosotros.

Señorías, la adhesión de Bulgaria y Rumanía no plantea cuestiones de geografía política, económica o cultural para la Unión Europea. Es cierto que existen déficit en la adaptación institucional y administrativa, en especial en ámbitos relacionados con las libertades, la seguridad y la justicia europeas. No obstante, no deberíamos pasar por alto el hecho de que la orden de adaptarse está en curso. Es inherente a las relaciones y orienta las mismas entre la Unión Europea y un Estado miembro. En mi opinión, la cuestión fundamental se centra en sopesar los costes y beneficios para la Unión Europea en el caso de que se posponga la adhesión. Pienso que la credibilidad de la Unión Europea sufrirá un coste. Demostrará por su parte una falta de capacidad para asimilarlo. Tan solo unos meses antes de la adhesión, la Unión Europea no debería mandar un mensaje negativo de aplazamiento a los ciudadanos de Bulgaria y Rumanía.

El ingreso de estos dos países reforzará la homogeneización del ámbito económico del sureste de Europa y, al mismo tiempo, alentará el proceso de convergencia política y económica de los Balcanes Occidentales en su senda hacia la integración en la Unión. En otras palabras, también se creará un efecto indirecto positivo para los Balcanes Occidentales.

El mensaje que debemos enviar a Bulgaria y Rumanía es un mensaje para intensificar la labor reguladora en el periodo de tiempo restante. En la medida en que la gobernanza europea –la gobernanza multinivel europea– afecte a la unificación o desunificación nacional, solo tenemos una opción: una convergencia creativa de opiniones que permita pasar de una Unión Europea de los 25 a una Unión Europea de los 27. El camino a seguir está políticamente prefijado. Asegurémonos de que esté institucionalmente preparado el 1 de enero de 2007.

 
  
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  Panagiotis Beglitis (PSE). (EL) Señor Presidente, considero que el útil informe de hoy sobre Bulgaria y Rumanía presentado por la Comisión establece de la forma más objetiva y justa el serio progreso realizado tanto por Rumanía como por Bulgaria durante el periodo final para adaptarse al acervo comunitario.

Considero que con este informe la Comisión no subestima el progreso ni exagera las deficiencias de ambos países, y creo que esta evaluación equilibrada de la situación actual en ambos países por parte de la Comisión le otorga credibilidad en la defensa de la estrategia de ampliación, que todos debemos defender, y realiza una contribución constructiva a los esfuerzos de ambos países por completar las reformas.

El mensaje que hoy manda Europa es, en mi opinión, alto y claro. Contiene un incentivo y una advertencia: el incentivo de adhesión del 1 de enero de 2007 de conformidad con el calendario, y la advertencia de que este objetivo se alcanzará si ambos países intensifican sus esfuerzos de acuerdo con el informe final que será presentado por la Comisión.

Hoy, señor Presidente, la responsabilidad por el resultado final recae en los Gobiernos y en las fuerzas políticas de estos dos países.

 
  
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  Ari Vatanen (PPE-DE). (EN) Señor Presidente, es una pena que el Comisario tenga que irse, porque ahora nuestros discursos inmortales no tendrán efecto alguno sobre el futuro de la UE, pero no importa. Tenemos que felicitarle por haber realizado una gran labor en condiciones sumamente difíciles.

Hoy debemos mostrarnos firmes pero justos, y subrayo el término «justos» porque no estamos hablando de los próximos tres meses, sino de tres generaciones. Eso es lo que debe interesarnos. No tengo la intención de subestimar los problemas a los que se enfrentan estos dos países, ya sea la delincuencia, la corrupción, el sistema judicial o las minorías, tanto romaníes como húngaras, pero tenemos que recordar de dónde vienen esos países, pues han recorrido un largo trecho.

Eso es lo que Finlandia ha venido haciendo en los últimos cincuenta años. Tenemos que ver los increíbles avances que Portugal ha hecho en veinte años. Hoy tenemos que decir «no» al populismo y «sí» a la visión. Debemos decir «sí» al liderazgo, porque los avances de esos países en materia de armonización dentro de la gran familia europea depende de la voluntad política. Depende de nuestra voluntad de construir un mundo más estable. Permítanme recordar que la tragedia de los Balcanes no habría ocurrido si esos países hubiesen tenido la esperanza de ingresar en la UE hace veinte años. Esta es la fuerza de la ampliación, y debemos ver la situación en su conjunto y no hacer concesiones al populismo.

Tenemos muchas maneras de hacer un seguimiento de las cláusulas de salvaguardia, incluso sanciones, para supervisar los avances, pero es indispensable que apoyemos a las fuerzas democráticas de esos países. Debemos apoyar a aquellos que desean establecer el Estado de Derecho. Eso es lo que importa y tenemos que creer en la victoria de las fuerzas democráticas. Hoy en día, nuestra obligación es abrir horizontes y no crear fronteras.

 
  
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  Pia Elda Locatelli (PSE).(FR) Señor Presidente, Señorías, en este debate no se ha hablado en absoluto del acervo comunitario relativo a la igualdad entre hombres y mujeres; un silencio culpable que tristemente refleja la escasa consideración por esta cuestión. Pues bien, en Rumanía, en el ámbito escolar, las mujeres han realizado grandes progresos: las chicas han alcanzado un grado de escolarización superior a los chicos; en 2005, casi del 55 % de los licenciados eran mujeres y entre los docentes universitarios las mujeres representan el 40 %.

Estos datos indican la potencialidad de la población femenina rumana, una potencialidad frustrada, en cambio, en el ámbito político, donde los hombres dominan absolutamente todos los niveles de decisión. Otro dato positivo es el compromiso de destinar mayores recursos y autonomía administrativa para la Agencia Rumana de Igualdad de Oportunidades.

En Bulgaria se han emprendido otras acciones: se ha creado el Consejo nacional para la igualdad de oportunidades en la Presidencia del Consejo; el Gobierno ha firmado el protocolo opcional del Comité para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW); con las recientes elecciones, Bulgaria se ha acercado significativamente a la media europea de presencia de mujeres en el Parlamento y el Gobierno.

Sin duda todavía queda mucho por hacer para que en los dos países exista una verdadera igualdad entre hombres y mujeres, pero este viaje hacia la igualdad será tanto más rápido cuanto antes ingresen Rumanía y Bulgaria en la Unión Europea. Me pronuncio, pues, a favor de su adhesión el 1 de enero de 2007.

(Aplausos)

 
  
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  Jacek Protasiewicz (PPE-DE). – (PL) Señor Presidente, represento a Polonia, Estado miembro reciente de la Unión Europea. El recuerdo del gran esfuerzo realizado por nuestro país, la labor de los ciudadanos, y también de los políticos y los funcionarios, destinada a adaptarse a las rigurosas normas de la Unión Europea, todavía sigue vivo en nuestras mentes. Por eso puedo apreciar el tremendo esfuerzo realizado por Bulgaria y Rumanía para aplicar reformas en preparación a la integración.

Por lo tanto, pienso que la Comisión Europea no debería retrasar la decisión relativa a la fecha de adhesión de estos dos países a la Comunidad. Mantener el 1 de enero de 2007 como fecha de adhesión será un signo de solidaridad y de reconocimiento por la ardua labor realizada por estos dos países. Mantener esta fecha es de suma importancia porque un cambio puede interpretarse como un intento de bloquear o incluso rechazar la solicitud de adhesión de ambos países, sobre todo porque recientemente hemos sido testigos de tendencias proteccionistas en la Unión Europea o, en otras palabras, de acciones para prevenir el acceso a los beneficios del mercado común y a la verdadera libre circulación de personas y servicios.

Soy consciente de que existen determinadas deficiencias que han sido destacadas correctamente por la Comisión Europea en su informe. Sin embargo, considero que la mejor forma de superar estas deficiencias es que la Unión Europea y la Comisión Europea ejerzan presión sobre los Gobiernos búlgaro y rumano para disipar todas las dudas y resolver todos los problemas dentro de los próximos seis meses. Además, estoy plenamente convencido de que la perspectiva clara y estable de unirse a la Unión es la mejor motivación para que Bulgaria y Rumanía realicen un esfuerzo adicional y satisfagan todos los criterios de adhesión. También estoy convencido de que, al igual que la ampliación de la Unión Europea de hace dos años con diez países demostró ser un éxito político y económico, la adhesión de Bulgaria y Rumanía el 1 de enero de 2007 demostrará también serlo.

 
  
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  Mairead McGuinness (PPE-DE). (EN) Señor Presidente, esta tarde ha tenido lugar un acontecimiento muy importante en la comarca de Constanza en Rumanía: la inauguración oficial de hogares protegidos para más de 100 personas que actualmente viven en condiciones insatisfactorias. Este proyecto es fruto de la colaboración entre el consejo comarcar, el Gobierno rumano y dos ONG irlandesas, Focus on Romania y Aurelia Trust.

Mucho se ha debatido –acaloradamente, todo hay que decirlo– en esta Cámara sobre la forma en que Rumanía trata a los niños y jóvenes discapacitados más vulnerables. Si ese interés ha servido para mejorar la situación de estas personas –y pienso que ha sido así–, habrá valido la pena, incluso si ha disgustado a las autoridades.

Un informe publicado la semana pasada por Mental Disability Rights International provocó una gran preocupación e indignación porque señalaba que en las instituciones rumanas se cometen graves abusos. Hoy, algunos han restado crédito a dicho informe, quizá demasiado radicalmente.

La Comisión ha observado la existencia del problema del tráfico de seres humanos, y todos los Estados miembros –incluido mi país, Irlanda– tienen que contribuir a poner fin a este tráfico cruel y horrendo de seres humanos vulnerables.

Tal vez resolvamos todos estos problemas de aquí a octubre de este año, como ha dicho el Comisario Rehn, pero estos dos países deben ingresar.

 
  
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  Panayiotis Demetriou (PPE-DE). (EL) Señor Presidente, todo el mundo ha aceptado que tanto Bulgaria como Rumanía han hecho mucho en beneficio de la adhesión a la Unión Europea y ello me alegra porque la Unión Europea permanece firme en su postura sobre el «sí» que ha dado a los dos países.

Sin duda existen deficiencias. Existen en todos los países de forma previa a su adhesión a la Unión Europea, pero las subsanan. Estoy seguro de que tanto Bulgaria como Rumanía aprovecharán el tiempo de que disponen, trabajando día y noche, para demostrar que están en condiciones de aceptar lo que les hemos prometido: el «tren de enero» para su adhesión y su unificación con la familia europea. Este es el desafío histórico y estoy seguro de que con nuestra ayuda, la de la Comisión y la de todo el mundo estos pueblos demostrarán que son grandes y se unirán a la gran familia de la Unión Europea el 1 de enero de 2007.

 
  
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  El Presidente. El debate queda cerrado.

Declaraciones por escrito

(artículo 142 del Reglamento)

 
  
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  Christine de Veyrac (PPE-DE).(FR) Quisiera mencionar un problema muy doloroso desde el punto de vista humano: la adopción de niños rumanos por parejas europeas.

Mediante una moratoria de junio de 2001, las autoridades rumanas prohibieron las adopciones internacionales salvo en casos excepcionales: adopción de hermanos, de niños mayores de seis años o de niños con discapacidad.

Ahora bien, desde entonces se encuentran pendientes, a pesar de formar parte de las excepciones admitidas, varias decenas de solicitudes de adopción en curso de examen en 2001.

Así, 800 familias europeas esperan desde hace más de cinco años acoger a sus hijos cuando su expediente de adopción había sido aprobado antes de junio de 2001 por el Comité rumano de adopciones.

Esos niños conocen a sus padres adoptivos y les tienen apego. Sufren ahora un segundo abandono. ¿Qué pasa con el interés superior del niño?

El pasado mes de diciembre, el Parlamento Europeo pidió a Rumanía que solucionara esos casos de solicitudes de adopción lo más pronto posible, pero a día de hoy no se ha observado ningún desbloqueo.

Todo expediente de adopción internacional es sistemáticamente rechazado. El pasado mes de marzo se rechazaron de nuevo solicitudes presentadas antes de la moratoria de junio de 2001.

¿Tiene previsto la Comisión Europea presionar al Gobierno rumano para que encuentre rápidamente una solución justa y humana en interés de los niños y de las familias adoptivas?

 
  
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  Dominique Vlasto (PPE-DE).(FR) En su Comunicación del 25 de octubre de 2008, la Comisión Europea observaba «lagunas especialmente preocupantes en la preparación de la adhesión».

Citaré dos ejemplos principales: la corrupción, que sigue siendo un problema grave y puede amenazar el mercado interior, y las considerables dificultades existentes para implantar un dispositivo eficaz de gestión y control financieros que permita la ejecución de los Fondos Estructurales.

No se pueden negar los progresos realizados por Bulgaria y Rumanía ni su voluntad de adhesión. No obstante, dudo que las lagunas especialmente preocupantes observadas por la Comisión Europea puedan colmarse de aquí a la fecha prevista para la adhesión, el 1 de enero de 2007.

Con la llegada de los diez nuevos Estados miembros, las disparidades socioeconómicas se han multiplicado por dos en la Unión ampliada, mientras que los Quince no estimulan el crecimiento europeo y sus resultados económicos siguen siendo más bien mediocres. Por consiguiente, ¿no deberíamos pensar en consolidar la Unión de 25 Estados miembros antes de prever la adhesión de nuevos países?

Creo que ni la Unión Europea ni Bulgaria y Rumanía estarán preparadas en 2007. Por esta razón, pido al Consejo que no confunda rapidez con precipitación en la perspectiva de su adhesión.

 
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