El Presidente. De conformidad con el orden del día se procede al debate del informe (A6-0174/2006) del señor Seppänen, en nombre de la Comisión de Industria, Investigación y Energía, sobre la propuesta de Directiva del Consejo relativa a la vigilancia y al control de los traslados de residuos radiactivos y combustible nuclear gastado (COM(2005)0673 C6-0031/2006 2005/0272(CNS)).
Andris Piebalgs, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, la propuesta que es objeto del informe del señor Seppänen pretende modificar y sustituir la Directiva 92/3/Euratom, que establece un procedimiento administrativo uniforme de la Comunidad aplicable al traslado de residuos radiactivos.
En primer lugar quiero recordar los objetivos de esta propuesta, a saber: garantizar la coherencia con el resto de la legislación comunitaria en materia de protección frente a la radiación; asegurar la coherencia con las convenciones internacionales; aclarar los procedimientos; simplificar la estructura y el texto de la Directiva vigente y mejorar la seguridad, primero incluyendo explícitamente transferencias de combustible gastado para su reciclaje –actualmente se aplica el mismo procedimiento de control a todos los traslados de combustible gastado, independientemente del uso pretendido– y, en segundo lugar, generalizando el procedimiento de consentimiento automático. El consentimiento del Estado miembro de tránsito y del de destino se da por supuesto tras un plazo razonable.
Esta propuesta tiene en cuenta la experiencia de la aplicación de la Directiva vigente. Asimismo, también tiene en cuenta la opinión emitida por el Comité Económico y Social Europeo el 9 de junio de 2005, así como los debates informales celebrados en el Consejo y el Parlamento en 2005.
Quiero dar las gracias al ponente, el señor Seppänen, por el excelente informe que ha elaborado y que cuenta con el firme apoyo de la Comisión de Industria, Investigación y Energía. Las enmiendas pretenden sobre todo aclarar la propuesta de la Comisión, y, por tanto, merecen nuestro apoyo.
Por tanto, estoy seguro de que el Consejo tendrá debidamente en cuenta el contenido de la opinión del Parlamento, en la medida en que puede contribuir a mejorar la Directiva. La Comisión apoyará la inclusión en la directiva de las enmiendas del informe Seppänen.
Quiero animarles a aprobar la recomendación presentada por la Comisión de Industria, ya que constituye la mejor forma de promover nuestros objetivos comunes. Mejora la seguridad con respecto al procedimiento uniforme comunitario que puede aplicarse al control de los traslados de residuos radiactivos y combustible nuclear gastado.
Espero con interés el debate.
Esko Seppänen (GUE/NGL), ponente. – (FI) Señor Presidente, señor Comisario, gracias por su interesante punto de vista. Este informe ha sido aprobado por la comisión con una muy amplia mayoría, y quiero dar gracias a sus miembros, que han presentado muchas y muy buenas enmiendas a la propuesta y han ofrecido una gran cooperación.
Durante el proceso de redacción, pensé que sería importante que insistiéramos en que debía traducirse en una norma comunitaria el derecho de cada Estado miembro a prohibir la importación de combustible nuclear gastado para su almacenamiento definitivo. Este principio está plasmado en la Convención conjunta sobre seguridad en la gestión del combustible gastado de la IAEA. El Parlamento Europeo respaldó en su momento la adopción de la Convención conjunta, y Euratom es parte en ella. Por tanto, en la Unión hay una aceptación general del principio de que ningún Estado miembro está obligado a aceptar contra su voluntad la entrada de combustible gastado de otros países para el almacenamiento definitivo en su territorio.
Aunque es un asunto aparentemente sencillo, en la práctica no lo es tanto. La Comisión se ha resistido a que este derecho de los Estados miembros sea plasmado en una norma comunitaria. Probablemente, la Comisión se ha visto influida por la idea de que la libre circulación de mercancías consagrada en el Tratado también se ha de aplicar al combustible gastado que se quiere eliminar. Según esto, el combustible nuclear gastado sería como cualquier otra mercancía. Dado que, con arreglo a los Tratados, se debe consentir que las mercancías circulen libremente dentro de la UE, no puede plasmarse en la legislación primaria de la Unión el derecho de un Estado miembro a prohibir la importación desde otros países del combustible nuclear gastado si está almacenando en su territorio sus propios desechos nucleares. Incluso aquí parece haber un anhelo de libre comercio.
Los miembros de nuestra comisión han apoyado al ponente en este punto. El derecho de los Estados miembros a prohibir la importación de combustible nuclear gastado ha sido formulado en los artículos de la Directiva en el informe del Parlamento, con lo que la disposición es jurídicamente vinculante. Si hubiera sido escrita en el preámbulo, no tendría el mismo rango: sería una descripción de la voluntad política, pero sin fuerza de ley.
Este principio y el informe entero han sido aprobados por la comisión con tal grado de consenso que no hubiera sido necesario abrirlo a las enmiendas del Pleno. Sin embargo, he asentido a la petición del Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea de tener un debate en el Pleno para enmendar la directiva. En mi opinión, deben dar a conocer sus motivos por los cuales los Estados miembros han de hacerse cargo ellos mismos de su combustible nuclear gastado sin permitir que sean exportados fuera de la Unión los residuos radioactivos ni el combustible gastado, ya sea para su reciclado o para su almacenamiento definitivo.
Podría justificar esta petición haciendo referencia a los altos conocimientos de la UE en tecnología nuclear y a sus estrictas normas de seguridad. Me temo que en países externos potenciales receptores existan menos conocimientos y una legislación más laxa. Si se utiliza la energía nuclear, se están asumiendo altos riesgos radiactivos, que deben ser gestionados en los países que producen la energía nuclear. Los problemas que se puedan resolver conjuntamente dentro de la Unión no deben ser transferidos a terceros países. Por eso, doy mi apoyo a muchas de las enmiendas presentadas por los Verdes, aunque en la comisión no contaran con suficiente simpatía general.
Werner Langen, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (DE) Señor Presidente, quiero dar las gracias a la Comisión por su disposición para redactar la primera propuesta y por considerar en esta segunda lo que se dijo en el debate de esta Cámara, gracias a lo cual nos hemos encontrado a mitad de camino. Lo mismo quiero decir del ponente, que, aunque ha perdido algo de esa disposición, se ha mostrado dispuesto a colaborar con los grandes Grupos y la Comisión para encontrar un camino razonable.
Estamos ante un informe muy sensato y que merece nuestro apoyo, aunque no pensamos lo mismo de las enmiendas presentadas por los Verdes. En su conjunto, el informe del señor Seppänen disfruta del respaldo del Grupo del Partido Popular Europeo (Demócrata-Cristianos) y de los Demócratas Europeos, pero rechazamos en esencia las enmiendas que han sido presentadas en contra de nuestro acuerdo inicial, y lo hacemos basándonos en los artículos 31 y 32 del Tratado Euratom, que tratan de la salud y la seguridad. Quiero señalar que este no es un procedimiento de codecisión y que solo debemos ser consultados.
Se han introducido nuevos puntos de vista, como el ámbito extendido de aplicación para los elementos combustibles gastados, el almacenamiento definitivo y el reciclado, o el proceso de consentimiento automático para el traslado de materiales dentro de la Comunidad y fuera de ella.
No estamos de acuerdo con lo propuesto por los Verdes. La enmienda 23, en concreto, que anticipa un deber de información extremadamente exigente, no puede verse sino como una incitación a las manifestaciones multitudinarias, y la señora Harms ha recalcado que tendrán lugar. Ya propuso una vez, sin éxito, que se aceptara algo así, y ahora lo ha vuelto a intentar. Nos entenderíamos mucho mejor si fuéramos capaces de encontrar una postura común acerca de la cuestión abierta del almacenamiento definitivo y abandonásemos las posturas aceradas que pretenden que una parte del Parlamento tiene toda la razón y que la otra está totalmente equivocada.
Quiero dar las gracias al señor Seppänen por su disposición a encontrar el punto intermedio, y creo que podemos dar ampliamente nuestra aprobación al informe en su forma actual.
Vincenzo Lavarra, en nombre del Grupo del PSE. – (IT) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, la propuesta de la Comisión de una Directiva relativa a la vigilancia y al control de los traslados de residuos radiactivos y combustible nuclear gastado tiene en cuenta muchas de las sugerencias hechas por el Parlamento durante el debate de la propuesta precedente.
Es encomiable este intento de actualizar y aclarar la anterior Directiva desde el punto de vista del procedimiento y la terminología. Y digna de elogio es también la inclusión del combustible nuclear gastado en el ámbito de la Directiva. Por tanto, el Grupo Socialista del Parlamento Europeo está básicamente de acuerdo con este texto y desea felicitar al señor Seppänen por su informe y su contribución.
Hemos solicitado el voto separado de la enmienda 6 porque no creemos que sea posible excluir de las disposiciones legales de los países de tránsito las restricciones y controles que hay por toda la directiva.
Las enmiendas propuestas por el Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea expresan una preocupación que todos compartimos, pero creo que el texto de la Comisión (su artículo 13) ya establece límites a las exportaciones, en concreto hacia países que no dispongan de suficientes recursos técnicos, jurídicos y administrativos para garantizar que el almacenamiento definitivo de los residuos radiactivos se realiza de forma segura. Por eso votaremos en contra de las enmiendas de los Verdes.
También estoy de acuerdo con la estructura de la propuesta, y quisiera dar las gracias a la Comisión y al señor Seppänen por su trabajo.
Marios Matsakis, en nombre del Grupo ALDE. – (EN) Señor Presiente, felicito al ponente por la ardua labor que ha llevado a cabo al elaborar un informe excelente sobre un tema tan difícil y controvertido. Las enmiendas presentadas en este informe mejorarán sin duda alguna la última propuesta de la Comisión y constituirán una mejora importante de la directiva original sobre la vigilancia y el control de los traslados de residuos radiactivos.
Una de las aportaciones más interesantes realizadas por el ponente a la hora de mejorar sustancialmente la posición de la Comisión es su postura a la hora de establecer firmemente el derecho de todos los países a prohibir que se almacene combustible nuclear gastado procedente del extranjero en depósitos situados dentro o encima de su suelo. Este derecho es fundamental y sumamente importante.
En mi opinión, sin embargo, hay un pequeño número de cuestiones un tanto equívocas que siguen sin resolverse. Mencionaré solo dos de esos aspectos problemáticos, que de hecho están interrelacionados. La definición exacta de combustible nuclear gastado y de residuos nucleares sigue sin estar del todo clara, por lo que algunos residuos nucleares, en función de su uso previsto, a veces se consideran combustible nuclear gastado y otras no. Esto puede inducir a confusión. En cualquier caso, es bastante curioso que para la legislación de la Unión Europea estos materiales peligrosos sigan considerándose mercancías desde el punto de vista jurídico. Por consiguiente, un Estado miembro, después de recibir una única notificación, está obligado en ocasiones a permitir que traslados altamente peligrosos crucen su territorio por tierra, mar o aire y expongan a sus ciudadanos a posibles peligros de accidente catastrófico de contaminación nuclear. Esto sucede sin que el país tenga derecho a impedir ni siquiera que dichos traslados se produzcan.
Sé que dar con una solución a este problema y aplicarla no es fácil, pero de alguna manera hemos de encontrar la forma de que los Estados miembros puedan tener la última palabra, una vez bien informados, en forma de decisiones claramente razonadas de aceptar o no el traslado de material nuclear –o de cualquier otro material peligroso, dicho sea de paso– a través de su territorio.
Rebecca Harms, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (DE) Señor Presidente, Señorías, antes que nada quisiera agradecer al señor Seppänen su sensibilidad ante las cuestiones relativas a las condiciones del mercado de un bien tan problemático como los residuos nucleares y el combustible gastado.
Una vez más quisiera explicar dos enmiendas de mi Grupo que me preocupan especialmente: las enmiendas 24 y 25, que tratan específicamente de la exportación de residuos nucleares y de elementos gastados de carburante a terceros países, y mi preocupación se centra en Rusia. Quienes trabajen en este campo habrán oído ya nombres como Mayak o Cheliabinsk, lugares de los Urales donde desde hace décadas se reciclan o se reciben para su almacenamiento residuos no solo soviéticos, sino, cada vez más, de toda Europa, y donde los incidentes son continuos.
Sin embargo, grandes cantidades de radiactividad se liberan no solo cuando hay accidentes, sino también durante el curso normal de las operaciones, causando una grave contaminación en ríos y lagos de los Urales, en un grado mayor incluso que el registrado en algunas partes de la zona de exclusión en torno a Chernobyl. Hemos llegado a una situación en que ya no se puede consentir el doble rasero: la UE no puede operar con esas instalaciones, y los europeos no pueden seguir enviando allí sus residuos para su almacenamiento o reciclado. Y ya no se puede argumentar de ninguna manera que allí se esté efectuando el reciclado - esto es, la recuperación de esos materiales nucleares -, ya que no existe a disposición del público ningún balance comprensible de tal reutilización o reciclado.
Si seguimos permitiendo que miles de toneladas de residuos nucleares de la Unión Europea sean exportados a Rusia, cada vez tendremos mayor responsabilidad - y quiero subrayar que ahora estamos empezando esa exportación - por el lamentable estado en que se encuentra el medio ambiente en la región en torno a Mayak y Cheliabinsk y por la salud de la población local. Estoy totalmente convencida de que la responsabilidad por la resolución de los problemas que generan los residuos nucleares deben asumirla los países que traen esos problemas al mundo. Rusia no es la responsable de nuestros residuos nucleares, sino nuestros Estados miembros.
Kartika Tamara Liotard, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (NL) Señor Presidente, antes que nada, naturalmente, quisiera felicitar a mi colega de Grupo, el señor Seppänen, por su magnífico informe. Tiene razón al subrayar la gran responsabilidad que atañe a los Estados miembros en cuanto al almacenamiento y procesamiento de los residuos nucleares, y ciertamente es su responsabilidad rechazar los residuos procedentes de fuera de sus fronteras. Aunque ese es un derecho básico que no puede ser socavado bajo ningún concepto por el Derecho comunitario, creo que la responsabilidad nacional va incluso más allá, pues quienes producen los residuos nucleares nunca pueden despreocuparse de si estos son procesados y almacenados convenientemente, aunque sea en otro país.
La forma en que los Estados miembros de la UE envían actualmente sus desechos a países como Rusia para que sean almacenados allí en unas condiciones totalmente insatisfactorias es poco menos que escandaloso. La negligencia europea con los residuos nucleares la sufren la población local y su medio ambiente. Si algún país decide utilizar una fuente de energía tan peligrosa y antiecológica como la nuclear, se le debe exigir que recoja su propia basura en vez de endosársela a la población de países más pobres de fuera de la UE.
Quien realmente quiera hacer algo útil para resolver el problema de los residuos nucleares en Europa deberá tener en cuenta en primer lugar de dónde procede; si no, esto será una lucha constante. Es especialmente decepcionante ver cómo la energía nuclear, tras un tiempo merecidamente al margen del debate energético, se ha colado de nuevo en la agenda europea, pues, al no ser una fuente respetuosa con el medio, segura ni asequible, no es una alternativa aceptable, y prueba de ello es el problema de sus residuos.
Kathy Sinnott, en nombre del Grupo IND/DEM. – (EN) Señor Presidente, quiero decir al Comisario que cuando leo el informe, que califica claramente los residuos radiactivos de mortalmente peligrosos, me pregunto por qué seguimos considerando la energía nuclear una opción, incluso, tal y como he visto en algunas recientes campañas de grupos de presión que hacen pasar la energía nuclear por «verde».
Esta directiva se centra exclusivamente en los Estados miembros que son partícipes activos de la producción de energía nuclear y en los que aceptan los residuos. Irlanda ni produce residuos nucleares ni los reprocesa. No se nos tiene en cuenta en este informe y, sin embargo, necesitamos protección porque tenemos Sellafield, una planta reprocesadora británica muy próxima a nuestras costas.
El Mar de Irlanda, la estrecha franja de agua que nos separa de Sellafield, se ha convertido, a causa de Sellafield, en el cuerpo acuático más radiactivo del mundo. Sellafield crece y se dispone a recibir cada vez más residuos radiactivos para reprocesarlos. Es muy probable que todos los residuos procedentes de Europa continental se transporten a través del Mar de Irlanda, lo que nos expone a un riesgo adicional. Parece que los irlandeses no tenemos voz ni voto en este asunto. Se nos considera meros espectadores. Nadie nos pide nuestro consentimiento. Podemos rechazar el combustible, pero no rechazar los riesgos cuando nuestros vecinos lo aceptan. Nuestro país ha optado por prescindir de la energía nuclear. Esto debería respetarse, tanto en relación con la aceptación de residuos como con el riesgo de que se transporten residuos a través de nuestras aguas.
En el ámbito del tabaquismo, los legisladores han llegado a reconocer el peligro que corren los fumadores pasivos y han tomado medidas para defender a quienes se hallan cerca de un fumador. Tenemos que reconocer los efectos y riesgos del reprocesado y del transporte de ida y vuelta para todos, no solo para los países de origen y destino que se lucran con el negocio nuclear.
Alejo Vidal-Quadras (PPE-DE). – (ES) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, me alegro de que, tras más de año y medio de trámite en el Parlamento, el informe del señor Seppänen sea, por fin, votado en el Pleno. En comisión hemos encontrado una amplia mayoría de consenso a la hora de elaborar las enmiendas necesarias para mejorar la propuesta de la Comisión, que creemos el Consejo está dispuesto a aceptar.
En particular, me gustaría destacar el nuevo sistema de notificación y autorización de envíos de residuos radiactivos y combustible gastado, que, en mi opinión, maximiza la utilidad del procedimiento de aceptación automática, que ya en su día fue destacado por el Comité Económico y Social Europeo como elemento esencial para el buen funcionamiento del mercado interior.
Además, las enmiendas votadas en comisión cumplen totalmente con el objetivo inicial de la propuesta, que es alinear la legislación en vigor con la Convención conjunta del Organismo Internacional de la Energía Atómica. En este sentido el Parlamento ha insistido en reproducir fielmente las definiciones de la Convención, así como el ámbito de aplicación de la directiva.
En cuanto a las enmiendas presentadas por la señora Harms me gustaría hacer un par de comentarios: en primer lugar, que la Convención deja muy claras las condiciones que permiten a Estados miembros exportar residuos radiactivos y combustible gastado, y en segundo lugar, su insistencia en que la información sobre los traslados de estas sustancias sea pública va contra gran parte de su argumentación en comisión cuando alertaba del peligro de que estas cayeran en manos poco fiables. Seguro que la señora Harms entiende el riesgo que supondría que esta información sensible fuera accesible a todo el mundo.
Señor Presidente, quiero agradecer al señor Seppänen su excelente trabajo y a todos los ponentes alternativos su excelente labor y colaboración durante todo el proceso y reiterar mi apoyo a las enmiendas aprobadas en comisión. Esperemos que la Cámara sea consciente de que lo que se vota mañana no es una cuestión de «nuclear sí» o «nuclear no», sino una propuesta para hacer el transporte de estas sustancias más seguro.
Justas Vincas Paleckis (PSE). – (LT) Quisiera felicitar al ponente y subrayar que la Directiva en cuestión es importante para todos los países de la Unión Europea, sobre todo para los que cuentan con centrales nucleares. Las propuestas de la Comisión de cooperar en el transporte y almacenamiento de los residuos nucleares y del combustible nuclear gastado reflejan el espíritu de solidaridad de la UE y miran hacia el futuro. Por otro lado, no cabe duda de que deben hacerse más estrictas las inspecciones de los transportes de residuos radiactivos, así como el sistema de autorización previa.
Una vez cerrado el primer reactor de la central nuclear de Ignalina y con la previsión de cerrar el segundo en el plazo de tres años, Lituania se enfrenta al problema del almacenamiento del combustible nuclear gastado. En este momento, los residuos se están enterrando provisionalmente en zonas especiales. Si se decidiera la construcción de una nueva y moderna central nuclear en Ignalina con ayuda de los países vecinos, la directiva en debate cobraría aún más importancia para toda la región.
También quisiera destacar la necesidad de fomentar la investigación científica sobre la neutralización de los residuos nucleares. Esta podría ser también una prioridad del Séptimo Programa marco de investigación.
Marie Anne Isler Béguin (Verts/ALE). – (FR) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, Francia despertó una oleada de indignación cuando clasificó como alto secreto los transportes de residuos radiactivos. Negaba así a los representantes electos locales y a las comunidades locales el derecho a ser informados del paso por su territorio de trenes con materias radiactivas altamente peligrosas.
Hasta el pasado 16 de mayo de 2006, un miembro de la sociedad civil francesa fue detenido por la policía por poseer un estudio de impacto sobre la capacidad del proyecto EPR para resistir la caída de un avión regular, también clasificado como alto secreto.
Al adoptar con palabras vagas la idea francesa de que «la información relativa a los traslados (...) se trate de forma adecuada y se proteja de cualquier uso indebido», la Comisión de Industria, Investigación y Energía del Parlamento propone, de hecho, institucionalizar el alto secreto a escala europea.
El Parlamento Europeo, campeón del mundo en todas las categorías de la promoción y la exigencia de transparencia y control democrático en la escena internacional, ¿va a desdecirse y hacer una excepción con la cuestión nuclear? El Parlamento perdería gran parte de su credibilidad si convirtiera el oscurantismo en norma para los residuos altamente radiactivos.
Sabemos que el enterramiento no es la solución para la gestión de los residuos nucleares. Por esta razón, rechazamos el proyecto de construir un basurero nuclear europeo en Bure, mi región, o en cualquier otra parte. Además, delegar, como se ha propuesto, la gestión de los residuos nucleares en terceros países –Ucrania o Rusia, por ejemplo– no es responsable. La idea es ética y moralmente condenable cuando se trata de residuos nucleares que, no lo olvidemos, han de permanecer bajo vigilancia para siempre.
Entre tanto, la solución aceptable –y esta es la respuesta que quiero dar a mis colegas diputados del Grupo del Partido Popular Europeo (Demócrata-Cristianos) y de los Demócratas Europeos– es almacenar los residuos dentro de las centrales nucleares. Es el único lugar en que están seguros, sin mencionar el hecho de que esta medida pondría fin al proceso por el que los residuos circulan a lo largo y ancho de Europa por carretera o ferrocarril.
Por último, la cuestión es esta: ¿cuánto tiempo deberán esperar los ciudadanos europeos para que la transparencia de la información se aplique al sector nuclear?
Romana Jordan Cizelj (PPE-DE). – (SL) Señorías, a no ser que garanticemos la estabilidad de nuestro sistema, establezcamos unas reglas claras y cumplamos nuestros compromisos internacionales energéticos, todo el debate sobre el crecimiento económico, el pleno empleo y la competitividad en la UE será papel mojado.
Nos guste o no, la realización de los objetivos de la Estrategia de Lisboa está íntimamente vinculada a la cuestión de la energía, incluida la nuclear. De hecho, la energía nuclear representa más del 30 por ciento de la electricidad generada, con 154 reactores en Europa. Al observar esas cifras, los que se oponen a la energía nuclear y muchos sectores del público expresan sus preocupaciones por los residuos nucleares. Ha llegado el momento de reformar la actual Directiva de 1992 sobre la vigilancia y el control de los traslados de residuos radiactivos y combustible nuclear gastado, en línea con la evolución de la sociedad contemporánea, y eso es exactamente lo que la Comisión propone.
Merecen especial elogio la simplificación de la actual directiva, la clara definición de los procedimientos y la definición del uso de idiomas. Asimismo, el rápido desarrollo de la tecnología hoy en día facilita la reutilización y la recuperación material del 96 por ciento de los residuos altamente radioactivos. Por este motivo, doy mi respaldo a la propuesta de armonización de los procedimientos de gestión del combustible nuclear gastado, sean cuales sean los procedimientos que se vayan a aplicar en el futuro. Creo firmemente que este documento merece nuestro apoyo.
Quisiera acabar expresando mi esperanza de que obremos coherente y constructivamente y nos atengamos a la opinión de la Comisión de Industria, Investigación y Energía. También espero que no sobrecarguemos en el Parlamento Europeo la directiva en cuestión con excesivas enmiendas, haciéndola difícil de aplicar antes de haber comenzado siquiera.
András Gyürk (PPE-DE). – (HU) En el tema de la salud y la seguridad, los artículos 31 y 32 del Tratado Euratom no solo sientan la base para la legislación que estamos reformando, sino que también constituyen una obligación para nosotros.
En consideración a la salud y la seguridad de los ciudadanos de Europa, debemos poner al día la normativa nuclear. Al aceptar el informe Seppänen, creo firmemente que estaremos haciendo lo suficiente para cumplir con ese deber y que daremos mayor eficacia a la Directiva 92/3/Euratom.
Considero un hecho muy destacable que la legislación esté en el correcto punto de equilibrio, en diversos aspectos. En primer lugar, garantiza la estrecha vigilancia de los residuos nucleares y del combustible gastado, ahora en revisión, sin la aplicación de injustificadas restricciones ni prohibiciones. En segundo lugar, garantiza la seguridad de los ciudadanos sin imponer, a cambio, una carga desproporcionada a los agentes económicos.
Por último, aunque la Directiva amplía el ámbito de la legislación, no rompe con el principio de subsidiariedad. En otras palabras, aunque el nuevo cuerpo legislativo da nuevas garantías a la sociedad, los Estados miembros siguen siendo responsables de legislar de acuerdo con las peculiaridades nacionales y de asegurar que sus autoridades actúen para hacer cumplir esas legislaciones. Y esto último significa que, además de perfeccionar conjuntamente la legislación aportando una base sólida a la seguridad, también es necesario asegurar la efectiva actuación de las autoridades nacionales que constituyen esta red, de modo que todos los ciudadanos de la Unión Europea puedan disfrutar de la máxima seguridad que ofrece la nueva Directiva.
Todo esto es también de vital importancia para el futuro del suministro energético en Europa, pues debemos ser conscientes de que el éxito de esta compleja operación será clave para que entre los ciudadanos exista confianza en la energía nuclear.
Paul Rübig (PPE-DE). (DE) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, antes que nada deseo dar las gracias a la Comisión por traernos esta iniciativa, pues llega en el momento en que la Comisión debe ocuparse de los asuntos esenciales de la Unión Europea, como las normas de seguridad y los riesgos extremos que esta tecnología encierra, y el momento también en que hemos de adquirir conciencia de que las normas de seguridad actuales son totalmente divergentes y, en muchos casos, precisan de un mejor control, de una vigilancia recíproca o de cualquier otro método de supervisión objetiva y transparente.
En mi opinión, la cuestión es cómo se presentan en este asunto las consultas entre la Comisión, el Parlamento y los respectivos Estados miembros, y qué sucede con la nueva estrategia, según la cual el grupo de trabajo del Consejo está acaparando de facto competencias exclusivas y está tratando a las demás partes de este proceso europeo de decisión de una forma que ya no se corresponde con los tiempos. Deberíamos buscar una situación de equilibrio asumiendo ahora la responsabilidad sobre el control y la transparencia, que en este sensible terreno son cada vez más necesarios, y no esperar a que suceda un accidente en cualquier lugar y empezar entonces a buscar culpables.
Debemos tomarnos en serio también la competencia, considerando los costes que generan la retirada y el almacenamiento definitivo de los residuos, los relacionados con la seguridad del transporte, así como las normas que deben regir estos procesos. Ahí es donde la Unión Europea debe actuar, y pido a sus Señorías que, en atención a los cincuenta años de vigor del Tratado Euratom, nos embarquemos en un serio debate en cuyo centro se sitúen la seguridad y la transparencia.
Andris Piebalgs, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, como ha demostrado el debate de hoy, el informe del ponente cuenta con un amplio apoyo. Quiero agradecer de nuevo al señor Seppänen su excelente informe, que cuenta con el apoyo de una gran mayoría en la Comisión de Industria, Investigación y Energía.
En cuanto a la cuestión de la prohibición de toda exportación de residuos radiactivos y combustible gastado de la Comunidad, recordaré la letra c) del apartado 1 del artículo 13 de la propuesta de directiva, que prohíbe exportar residuos radiactivos y combustible gastado a países que no tengan la capacidad administrativa y técnica necesaria para gestionar de forma segura el combustible usado o los residuos radiactivos. La Comisión emitirá criterios estrictos para determinar esa capacidad.
Corresponde a los Estados miembros decidir caso por caso si autorizan un traslado a un tercer país, de acuerdo con la clara orientación de la Comisión. Esa es la respuesta a la cuestión que ha surgido durante el debate.
Creo firmemente que necesitamos toda la transparencia posible cuando nos ocupamos de cuestiones energéticas. Esto también se aplica a la energía nuclear.
El Presidente. El debate queda cerrado.
La votación tendrá lugar mañana a las 12.30 horas.