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Procedimiento : 2005/2189(INI)
Ciclo de vida en sesión
Ciclo relativo al documento : A6-0219/2006

Textos presentados :

A6-0219/2006

Debates :

PV 06/09/2006 - 15
CRE 06/09/2006 - 15

Votaciones :

PV 07/09/2006 - 7.3
Explicaciones de voto

Textos aprobados :

P6_TA(2006)0347

Acta literal de los debates
Miércoles 6 de septiembre de 2006 - Estrasburgo Edición DO

15. Sistemas de etiquetado de los productos pesqueros (debate)
Acta
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  El Presidente. El siguiente punto es el informe de Carmen Fraga Estévez, en nombre de la Comisión de Pesca, sobre lanzar un debate sobre un enfoque comunitario acerca de los sistemas de etiquetado de los productos pesqueros (2005/2189(INI)) (A6-0219/2006).

 
  
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  Carmen Fraga Estévez (PPE-DE), Ponente. – (ES) Señor Presidente, lo primero que desearía destacar, como ponente de este informe, es el papel indiscutible que una etiqueta o certificación creíble puede desempeñar, entre las medidas que se pueden tomar, para tratar de garantizar una pesca sostenible.

Pese a ello, el asunto lleva encima de la mesa de la Comisión Europea desde los años 90 sin que nadie, hasta ahora, se decidiera a abordarlo. Mientras, con el mercado cada vez más sensibilizado hacia los temas medioambientales, promotores privados de ecoetiquetas pesqueras están haciendo su agosto, provocando la total confusión de los consumidores, en el mejor de los casos, y el más que probable descrédito del sistema en general, ya que cuando se puede aplicar una plusvalía a un producto por decir que es ecológico, sin tener que probarlo, el camino al fraude está servido.

Me cuento entre los que, en muchas ocasiones, han recordado a la Comisión que debía abordar este asunto cuanto antes. De ahí la decepción que muchos hemos sufrido cuando, finalmente, la Comisión hizo pública esta Comunicación: un documento casi sin contenido, que carece de análisis, que no se compromete en absoluto y que no aporta ni criterios, ni directrices que puedan seguirse.

Es evidente que para obtener este resultado no hacían falta más de diez años y que, la Comisión, está totalmente desbordada por la realidad del atractivo mercado de la ecoetiqueta y los múltiples y particulares intereses que lo sustentan, algunos dignos del mayor aplauso, muchos no tanto.

Al respecto, quiero recordar que, en su comparecencia ante la Comisión de Pesca con motivo de su despedida, el ex Comisario Fischler confesó que, la asignatura pendiente de su mandato había sido no haber podido abordar una normativa sobre ecoetiquetado y ello, —cito textualmente— «debido a las múltiples presiones recibidas». A ello se une que establecer con solvencia a qué criterios debe responder la definición de producto pesquero sostenible es, sin duda, una tarea mucho más compleja de lo que a primera vista pudiera parecer. Pero hay que ponerse a la tarea porque otros interesados lo están haciendo por nosotros y muchos solo en defensa de sus propios intereses.

La Comisión tampoco está sola ante esta tarea, porque cuenta ya con directrices al respecto emanadas de la FAO, y debates en muy diversos foros internacionales, entre ellos, la Organización Mundial de Comercio. Administraciones, ONG, empresas privadas y pescadores han aportado también sus opiniones.

Y, mediante este informe, con las inestimables y distintas aportaciones de muchos colegas, entre ellos los de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, el Parlamento Europeo también ofrece su contribución para definir las líneas que permitan a los consumidores, los políticos y el sector pesquero implicarse más en la sostenibilidad de los recursos pesqueros.

Pensamos que, de manera global, un sistema comunitario de etiquetado debe ser coherente con las directrices ya existentes de los organismos internacionales, que no debe dar lugar a ningún tipo de discriminación, ni crear obstáculos al comercio, particularmente, al de los países menos desarrollados, y que debe constituir un arma de lucha contra la pesca ilegal al impedir su acceso a los mercados.

En cuanto a su funcionamiento interno, la Comisión de Pesca, opina que, independientemente de que puedan existir una o varias etiquetas, siempre de carácter voluntario, el sistema debe ser único y promovido por la Unión Europea, quien debe establecer sus normas de funcionamiento y garantizar la independencia de los órganos de acreditación y certificación, así como la transparencia y la veracidad de la información en todas las fases de la cadena de custodia, desde el buque pesquero al consumidor final.

Pedimos también a la Comisión que, antes de seis meses, presente una comunicación sobre los requisitos mínimos y directrices a que debe responder un sistema comunitario de etiquetado de los productos pesqueros, a lo que añadiría que aclare si, finalmente, la Comisión se inclina por calificarlo de ecoetiqueta, o qué otra denominación elige y por qué, y la instamos a que tenga en cuenta las reflexiones puestas a su disposición por esta Cámara.

 
  
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  Joe Borg, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, en primer lugar quisiera expresar mi agradecimiento a la ponente, la señora Fraga Estévez, y a la Comisión de Pesca, así como a la señora Ries y a la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria por un informe constructivo relativo a un enfoque comunitario acerca del ecoetiquetado de productos pesqueros. Estoy satisfecho por el alto grado de interés que han demostrado por la Comunicación de la Comisión. De hecho, el informe es una contribución oportuna y valiosa al debate sobre el ecoetiquetado. Contiene muchos elementos e ideas útiles para seguir avivando el debate.

Es más, la Comisión otorga gran importancia al desarrollo de una política coherente sobre el ecoetiquetado y a una integración coherente de las preocupaciones ambientales en la Política Pesquera Común. Junto con otras acciones propuestas por la Comisión, como la aplicación de la sostenibilidad que desemboque en rendimientos sostenibles, o el fomento de métodos pesqueros más inocuos para el medio ambiente, para mí el ecoetiquetado es una herramienta complementaria de una política pesquera más respetuosa con el medio ambiente. Al mismo tiempo, satisface los intereses tanto de los consumidores como del sector.

Quisiera dar las gracias al señor Morillon por calificar el ecoetiquetado de sanción positiva en apoyo del comportamiento sostenible. El ecoetiquetado es un enfoque relativamente nuevo en el contexto de la gestión sostenible de las pesquerías. Se basa en un planteamiento voluntario y participativo, a través del cual en el futuro los pescadores, dentro de los límites de las normas impuestas por la legislación, definirán los requisitos y los aplicarán. Un enfoque voluntario como este ya se ha adoptado en otros ámbitos, en particular en el de la seguridad alimentaria con la imposición del sistema ARPCC, que ha demostrado ser sumamente eficaz. Les doy las gracias por haber prestado su apoyo a dicho enfoque.

Me alegra observar que la Comisión y el Parlamento comparten los mismos puntos de vista respecto a los objetivos generales de los planes de ecoetiquetado, los principios y las características que deberían contener los planes creíbles, y la necesidad de abordar adecuadamente una realidad compleja y en la actualidad bastante anárquica. La trazabilidad, la transparencia, una base científica sólida y la certificación por terceros son aspectos esenciales. Considero que estos prerrequisitos nos ayudarán a aprovechar al máximo los planes de ecoetiquetado y que contribuirán a la sostenibilidad de las pesquerías.

En la Comisión optamos por lanzar un debate sobre el enfoque correcto, en lugar de proponer disposiciones operativas en una fase demasiado temprana. Comprendo que muchos de ustedes consideren que la Comisión debería haber sido más firme. Sin embargo, estoy convencido de que era sensato proceder tal y como lo hicimos.

Dada la originalidad del planteamiento, el objetivo ambicioso que tenemos y la controversia que plantean invariablemente cuestiones como estas, habría sido prematuro presentar una propuesta operativa en junio del año pasado. Les aseguro que nuestra opción de lanzar primero un debate ha demostrado ser un acierto. Ha facilitado y acelerado el intercambio de opiniones y experiencias relevantes entre todas las partes involucradas. A resultas de ello, ahora contamos con un cuadro de la situación sólido y prácticamente completo, en el que poder basar la futura acción comunitaria.

La participación activa de la Comunidad en el debate de la FAO nos ha proporcionado una ventaja anticipada, y mediante el lanzamiento del debate y la participación en fructíferos intercambios de puntos de vista hemos reforzado nuestro liderazgo en este asunto.

La definición de la noción de sostenibilidad se encuentra en el centro del debate. Muchas de las partes implicadas han preguntado sobre criterios relevantes. Sobre esta base, la Dirección General de Pesca ha creado un grupo de expertos independientes para que trabajen precisamente en este aspecto. El grupo de expertos está a punto de concluir su labor. Sobre la base de dicho trabajo, la Comisión elaborará un borrador de directrices para el establecimiento de planes de ecoetiquetado y propondrá una lista de requisitos mínimos mediante los que puedan evaluarse los sistemas de ecoetiquetado privados.

He tomado nota de la petición contenida en la resolución de que se remita una Comunicación al Consejo y al Parlamento dentro de los próximos seis meses. No tengo ningún problema en informar al Parlamento. No obstante, en estos momentos, todavía están por determinar la configuración y la forma de las propuestas de la Comisión.

Teniendo en cuenta la situación en general, considero que sería más apropiado volver al Parlamento una vez concluida totalmente la consulta. Ello nos permitiría llevar a cabo una evaluación minuciosa de las siguientes discusiones y consultas: una segunda consulta entre los interesados, que se llevaría a cabo antes de finales de este año y que brindaría la oportunidad de recabar opiniones sobre las futuras directrices; discusiones adicionales en el Consejo, en los próximos meses, que concluirán la presente fase de discusión; y, de forma adicional, el informe del grupo de expertos, que servirá de base para la preparación de las disposiciones operativas que podrían presentarse en el transcurso del año que viene.

Todo esto nos ofrecerá una oportunidad adicional de discutir el enfoque comunitario futuro respecto del ecoetiquetado sobre una base consolidada e incluso más informada. Todo este proceso debería desembocar en la toma de decisiones específicas y concretas.

Respecto a las enmiendas 1 y 2, la Comisión considera que el ecoetiquetado es una herramienta que contribuirá a una explotación más sostenible de los recursos pesqueros y mejorará la efectividad de la Política Pesquera Común.

Respecto a la enmienda 3, reitera algunas de las ventajas de adoptar la tercera opción para el establecimiento de requisitos mínimos para los planes de ecoetiquetado voluntarios, como se señala en la Comunicación de la Comisión.

Les doy las gracias por este informe y el debate más amplio generado sobre el ecoetiquetado. Estoy seguro de que al final de este proceso podremos poner en práctica una base adecuada para los planes de ecoetiquetado que deberían tener efectos positivos y de gran alcance.

 
  
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  Frédérique Ries (ALDE), ponente de opinión de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria. – (FR) Señor Presidente, señor Comisario, me gustaría comenzar felicitando a la ponente, la señora Fraga, por la calidad de su matizado informe, que refleja bien la complejidad de lo que está en juego. El objetivo global es alentar al sector a que adopte métodos de pesca más acordes con los objetivos de desarrollo económico, social y ambiental sostenible.

En efecto, no se pueden negar los hechos: la sobreexplotación de los recursos pesqueros afecta al 25 % de las especies y, en el caso de algunas de ellas, de forma especialmente preocupante. Solo en el caso del bacalao, las poblaciones sehan reducido a un tercio del volumen mínimo recomendado por los expertos científicos para evitar la extinción de la especie. Así pues, en mi opinión, la Comisión de Pesca ha resaltado sus prioridades. Somos reticentes a la opción privilegiada por la Comisión en este debate, a saber, establecer unas exigencias mínimas –el Comisario lo ha recordado– para los programas de etiquetado ecológico.

Nuestra propia opción pretende ser más ambiciosa: un etiquetado único y centralizado y de acuerdo con criterios esenciales según los cuales el sistema ha de ser transparente, de carácter opcional, accesible y creíble, como ha subrayado la ponente. Es cierto que el éxito de esta iniciativa se basa en la consulta efectiva de los agentes del sector. En última instancia, sin embargo, depende esencialmente de la elección del consumidor. En este sentido, una visita a la sección de pescadería de un supermercado es bastante elocuente. Yo mismo la he hecho: «protege el mar», «apoya la pesca sostenible», «pescar ecológicamente», etc. Hay una profusión de mensajes que generan confusión.

Si las etiquetas se multiplican, nos arriesgamos a no ver el objetivo perseguido. El consumidor no se sentirá implicado ni estimulado a tomar las opciones más informadas que debemos conseguir que tome. No habremos conseguido alcanzar nuestro objetivo, es decir, crear un círculo virtuoso. Me sumo, pues, a la conclusiones de la señora Fraga y espero que la Comisión se ocupe al fin seriamente del análisis y el impacto de las opciones propuestas, y tenga en cuenta nuestras recomendaciones en las próximas etapas de este proceso.

 
  
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  Iles Braghetto, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (IT) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, ¿qué significa pesca sostenible? ¿Cómo consiguen las numerosas etiquetas que existen en la actualidad proteger la pesca y permitirnos decir que la pesca es sostenible?

El informe afirma que la Unión Europea debe afrontar la cuestión de frenar la proliferación de etiquetas ecológicas e implantar un sistema comunitario basado en los mismos principios y en los mismos requisitos fundamentales.

Compartimos esa opción, pero, ante todo, hay que poner de manifiesto que la implantación de un sistema de etiquetado ecológico tiene una gran repercusión sobre la producción de todo el sector: en primer lugar, hay que iniciar y potenciar el debate con los operadores del sector, para evaluar detenidamente las consecuencias resultantes de las opciones que se tomen para este sistema de certificación.

En segundo lugar, hay que tener presentes las características específicas y las peculiaridades de las costas en que se aplicará el sistema: es decir, las normas y las reglas deberán adecuarse a la realidad del sistema ecológico, ambiental y socioeconómico local.

En tercer lugar, la implantación de la etiqueta debe apoyarse con iniciativas socioeconómicas basadas en actividades y destinadas a estimular a los operadores del sector a unirse al sistema voluntario y con campañas de información dirigidas a los consumidores.

Por último, hay que prestar atención al hecho de que la implantación de una etiqueta ecológica para los productos pesqueros debe integrarse perfectamente con los sistemas de calidad reconocidos, para evitar superposiciones y contradicciones entre normativas, no generar confusión en los consumidores y crear sinergias entre los sistemas, de modo que se puedan ahorrar recursos.

 
  
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  Rosa Miguélez Ramos, en nombre del Grupo PSE. (ES) Señor Presidente, quiero felicitar a la señora Fraga por el interesante informe que debatimos hoy en esta Cámara.

El estudio en profundidad de las preferencias y de las actitudes del consumidor es una necesidad básica para cualquier industria, y también lo es, evidentemente, para la de los productos pesqueros. El cambio en los hábitos de vida y la introducción de nuevas tecnologías han hecho evolucionar al consumidor europeo, que cada día está más preocupado por su salud y, también, por la protección del medio ambiente.

Uno de los mejores métodos de suministro de información es el etiquetado, que, por ello, debe ser claro y comprensible y contener una información veraz. Por esta razón, me alegra que, por fin, la Comisión aborde este debate sobre los sistemas de etiquetado de los productos pesqueros para definir el enfoque que se va adoptar sobre este asunto desde la Unión Europea.

Lo cierto es que la importancia, cada vez mayor, que los consumidores otorgan al desarrollo sostenible, ha dado lugar a una colección desconcertante de etiquetas privadas, sin ningún tipo de control, que pueden desvirtuar su cometido inicial, es decir, la garantía de un sistema de captura y de elaboración respetuosas con el medio ambiente. Si, además, se aporta un plus de información sobre la sostenibilidad del producto, es preciso garantizar, como acertadamente señala la ponente, la independencia del organismo de control y acreditación.

En este sentido, hago mías las palabras del Director General de Estructuras y Mercados Pesqueros de España, Alberto López, cuando señala la necesidad de evitar la banalización del ecoetiquetado. Efectivamente, si las etiquetas no responden a parámetros homogéneos y acreditados, lo único que se consigue es que todos lleguen a ese nivel; se hacen armonizaciones, pero no por el elemento en sí, sino por pura política comercial. En este sentido, no puedo por menos que aplaudir la iniciativa de la FAO de auditar todas las ecoetiquetas para identificar las que tienen un respaldo técnico y científico y buscar coherencia y armonización.

Desde la Comisión de Pesca compartimos los objetivos de la Comisión, como la sostenibilidad y la necesidad de actuación europea en este ámbito.

 
  
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  Elspeth Attwooll, en nombre del Grupo ALDE. (EN) Señor Presidente, quisiera felicitar a la señora Fraga Estévez por un informe tan serio. Delimita las cuestiones cruciales y anima notablemente el debate sobre las mismas.

En cuanto a las enmiendas, solo apoyamos la número 2, pues opinamos que las enmiendas 1 y 3 ya están suficientemente contempladas en el texto propuesto.

Está claro que sea cual sea el sistema desarrollado, este deberá ser voluntario, en el sentido de que las empresas tendrán que poder elegir si desean o no participar. También debe respetar la necesidad de otros tipos de etiquetado, como los relativos a la calidad. Dicho esto, el informe llama la atención, con razón, sobre las dificultades que supone limitarse a establecer criterios mínimos para planes voluntarios.

Las normas de la FAO implican que debe existir una dimensión de titularidad pública. Ello requiere como mínimo cierto grado de supervisión independiente.

Por estos motivos, consideramos que un plan de etiquetado comunitario único merece un análisis más exhaustivo. Existen claras ventajas y desventajas potenciales, pero debería ser posible concebir algo que reconozca las distintas pesquerías y productos, pero que no sea engorroso ni burocrático.

Sea cual sea la decisión final, desde mi punto de vista personal como consumidora, más que como legisladora, quisiera proponer que se emplee algún símbolo común claramente identificable, similar a la marca CE utilizada actualmente, con la que hemos armonizado las normas relativas a la salud y la seguridad de los productos. Esperamos que el Parlamento avale por abrumadora mayoría el informe, así como el rápido avance hacia un resultado idóneo.

 
  
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  Carl Schlyter, en nombre del Grupo Verts/ALE. (SV) Señor Presidente, gracias, señora Fraga Estévez, por su informe constructivo y equilibrado.

En Suecia tenemos elecciones. Una de las cuestiones de las elecciones es la escasez de bacalao. Los votantes me preguntan: «¿Cómo puedo ser ético comiendo pescado?» Solo esta semana, les he dado seis páginas de recomendaciones sobre este tema en concreto. Necesitamos un etiquetado que sea fácil de comprender para que nos podamos ir a casa con la conciencia tranquila y comer buen pescado. Los que compran pescado con etiquetado ecológico también quieren saber que las poblaciones de peces no están amenazadas. Si se come el último bacalao, por mucho que haya sido capturado con un equipo estupendo, de la forma correcta y en circunstancias adecuadas, seguirá siendo el último bacalao. Semejante situación es claramente insostenible desde el punto de vista ecológico. Por ello creo que la enmienda 2 es importante, pues recalca que las especies amenazadas, precisamente por el hecho de estar amenazadas, no pueden pescarse de una manera ecológicamente responsable.

Quiero hacer hincapié en dos aspectos del informe de la señora Fraga Estévez. El control de forma independiente, tal como se menciona en el apartado 6, es muy importante a la hora de conferir credibilidad. Además, es muy importante que facilitemos de algún modo un etiquetado claro para la pesca a pequeña escala. Un etiquetado claro puede constituir una ventaja competitiva para este tipo de pesca. Por ello hemos de garantizar que pueda ser explotado y ponga a la pesca a pequeña escala en una posición competitiva justa.

 
  
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  Pedro Guerreiro, en nombre del Grupo GUE/NGL. (PT) Yo también quiero dar las gracias a la señora Fraga Estévez por su informe. La primera cuestión que suscita este informe es si hay realmente necesidad de un etiquetado ecológico de los productos pesqueros y si ello puede ayudar realmente a aumentar el valor del producto y a la vez beneficiar al consumidor.

Como señala la ponente, de acuerdo con el Reglamento (CE) nº 2371/2002, toda pesca realizada en la Unión Europea debería ser, por definición, sostenible, puesto que debe ser conforme a las normas comunitarias. Por ello, todos los productos pesqueros capturados sobre la base de estas normas tendrán etiquetado ecológico. No obstante, cualquier etiquetado ecológico de los productos pesqueros capturados sobre la base de criterios distintos a los establecidos en la legislación existente en materia de pesca puede conllevar la discriminación entre productores. Por consiguiente consideramos que el etiquetado ecológico sería un paso positivo. El etiquetado ecológico también se realiza en la agricultura, la acuicultura y los alimentos procesados, permitiendo que se aborden debidamente cuestiones relacionadas con el medio ambiente y la seguridad alimentaria. El etiquetado ecológico también funcionaría en relación con todos los productos importados, que tendrían que cumplir la normativa comunitaria en materia de productos pesqueros.

Otra cuestión es si una etiqueta comunitaria de este tipo tendría ventajas frente a la variedad de etiquetas existentes en el mercado, como han recalcado anteriores oradores, dado que estas etiquetas pueden crear confusión entre los consumidores y a menudo son simplemente el resultado de una estrategia de marketing de las empresas, sin ninguna certificación pública.

En este sentido, creemos que una etiqueta comunitaria sería compleja, burocrática y excesivamente restrictiva para las organizaciones del sector pesquero y para los Estados miembros. Lo que necesitamos es establecer un marco de certificación público con la implicación directa de las autoridades en los Estados miembros. Esta es la forma más adecuada para definir las reglas sobre esta cuestión, en la cual existe un vacío legislativo.

En lo que respecta a la cuestión del valor añadido que podría aportar este tipo de etiquetado, creemos que es necesario asegurar su distribución en la cadena de valores a fin de que los esfuerzos y las inversiones de los productores puedan ser recompensados sin penalizar a los consumidores.

 
  
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  James Hugh Allister (NI). (EN) Señor Presidente, el principio del ecoetiquetado es bueno. El peligro es que, cuando se ponga a trabajar la burocracia de la UE, el sistema que surja podría resultar poco flexible, excesivamente laborioso y muy caro. El sector pesquero ya sufre bastante con las decisiones y restricciones de la UE. Lo máximo que debería hacer la UE es establecer requisitos mínimos que deberían cumplir los planes voluntarios de ecoetiquetado. De esta forma, me vería obligado a disentir de aquellos que apoyan un plan comunitario único, con lo que se califica de «criterios ambiciosos», pero que al sector podría parecerle más bien una regulación excesiva.

Fundamentalmente, estamos buscando un buen sistema de trazabilidad y demostración de prácticas sostenibles. Estas pueden garantizarse fijando normas mínimas prudentes y gestionables. No necesitamos otra batería de reglas ni otro ejército de inspectores. A veces debemos atenuar las exigencias ambientales utópicas a la luz de la realidad empresarial. Sea cual sea el resultado final, espero que sea un distintivo del plan. No obstante, felicito a la ponente por su serio informe.

Esta noche también me regodeo en compadecer a nuestra ponente. Por supuesto, me refiero al hecho de que esta noche mi pequeño país, Irlanda del Norte, ha derrotado en toda la línea al potente equipo de fútbol de España en el Windsor Park de Belfast. Es algo que no ocurre muy a menudo, pero cuando ocurre vale la pena destacarlo. Llega en una buena fecha: un día en que los aficionados al fútbol de Irlanda del Norte han ganado el codiciado Premio Internacional de Bruselas a los Aficionados de 2006, patrocinado y apoyado por la UE. Termino mi intervención con este apunte de satisfacción.

 
  
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  Duarte Freitas (PPE-DE). (PT) Señor Presidente, Señorías, señor Comisario, en primer lugar quiero felicitar a la señora Fraga Estévez por su excelente informe y decirle que en vista del creciente interés en unos productos alimentarios seguros y de calidad, la necesidad de preservar los ecosistemas marinos y la reciente multiplicación de productos con lo que se conoce como etiquetado ecológico, necesitamos urgentemente un enfoque comunitario del etiquetado ecológico.

Han aparecido programas de etiquetado ecológico nuevos y de calidad en todo el mundo, como el que hay en mi país, POPA (el Programa de Observación de Pesca en las Azores), que certifica la captura de atún en la Región Autónoma de las Azores. El problema es que no todos los programas de certificación ecológica dan prioridad a la protección del patrimonio biológico de nuestros océanos. En lugar de ello, hay distintos intereses económicos detrás de este tipo de etiquetado, y es por ello que para proteger el medio ambiente y al consumidor, hemos de proceder con sumo cuidado y asumir nuestras responsabilidades como responsables políticos.

Entre las diferentes propuestas presentadas por la Comisión en esta comunicación, la que mejor sirve a los intereses en cuestión es la de establecer unos requisitos mínimos para programas voluntarios de etiquetado ecológico. De esta manera, sobre la base de estos requisitos mínimos previamente establecidos, los programas de etiquetado ecológico pueden desarrollarse libremente, de forma flexible y voluntaria, a través de iniciativas públicas o privadas, pero dentro de un marco regulador genérico.

Como entidad pública, la UE ha de definir estos requisitos mínimos porque solo entonces será posible proteger el interés general y las prerrogativas consagradas en la Política Pesquera Común.

Por último, también quiero señalar que este es un trabajo que hemos de realizar, tanto en el contexto de la Unión como en el marco de las relaciones comerciales fuera de la Unión, a fin de garantizar la transparencia, la credibilidad y la justicia, también porque el etiquetado ecológico será cada vez más una forma de distinguir entre productos con repercusiones para la competitividad.

 
  
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  Stavros Arnaoutakis (PSE). (EL) Señor Presidente, señor Comisario, yo también quiero felicitar a la ponente por su excepcional trabajo y decir que todos sabemos que las diversas crisis alimentarias que han llamado la atención de la opinión pública en los últimos años han generado un sentimiento de inseguridad entre los consumidores, con el resultado de que en el mercado está aumentando cada vez más la demanda de productos de calidad y de una certificación de calidad más frecuente.

La certificación ecológica y el etiquetado ecológico se encuentran en el centro de la reciente reforma de la Política Pesquera Común. La promoción y la aplicación de sistemas de etiquetado ecológico refuerzan la conciencia medioambiental de los consumidores, al tiempo que alientan la responsabilidad medioambiental de los productores, concienciándolos de las repercusiones medioambientales de la pesca y la acuicultura.

Lo que se necesita hoy es salvaguardar el desarrollo de un sistema de etiquetado uniforme, informando y colaborando con todas las agencias implicadas, un sistema basado en idénticos principios básicos y condiciones previas, de acuerdo con las directrices de la Oficina de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y las directrices publicadas por la Organización Internacional de Normalización.

Asimismo quiero señalar que la salud pública y la viabilidad de la pesca no deberían acabarse simplemente con un sistema de etiquetado, sino que deberían ser objeto de una búsqueda constante para formular la política de pesca sostenible que es nuestro objetivo básico.

 
  
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  Albert Jan Maat (PPE-DE). – (NL) Señor Presidente, quiero felicitar de todo corazón a la señora Fraga Estévez por su informe sobre la comunicación de la Comisión y también a la señora Ries, que ha elaborado la opinión de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria. Me complace ver – y ello demuestra también que la Comisión de Pesca puede tratar temas de una manera adulta – que hay cierto nivel de armonización con respecto a la manera de introducir una ecoetiqueta en el sector pesquero.

Cabría decir que en el sector pesquero, cada pez libre que se captura en el mar o en aguas interiores merece una ecoetiqueta: a fin de cuentas, ha crecido en libertad, en un entorno bueno y natural, pero seguramente esta no sea la intención y por ello hemos de considerar lo que puede hacerse a escala internacional, también fuera de Europa, sobre la base de criterios de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO). En este sentido, he de decir que estoy de acuerdo con el informe de la señora Fraga Estévez.

Si se opta por una ecoetiqueta europea, habrá que hacerlo bien. Esto significa que los peces que entran en este ámbito han de cumplir todas las reglas en cuanto a mantenimiento de las cuotas. Asimismo hay que cumplir las reglas de la legislación medioambiental, lo cual exige considerables esfuerzos por parte de los Estados miembros, pero podría ser una buena garantía.

Si no se hace de esta manera, es mejor dejarlo todo a la industria y asegurarse de que se introduzca una buena etiqueta en respuesta a la demanda del consumidor. Sin embargo, yo optaría por la línea de la ponente, con condiciones bien definidas, también para la Comisión, a fin de que la ecoetiqueta cumpla los reglamentos europeos en materia de cuotas y todo lo que está relacionado con ello. De esta manera, la Comisión facilita y la industria presenta las solicitudes, lo cual me parece la manera correcta de hacer las cosas.

Quiero añadir un breve comentario acerca de la pesca de bajura a pequeña escala, algo a lo que creo conviene prestar atención. Provengo de una zona en la que se capturan camarones. Ahora se ha introducido una ecoetiqueta en este sector, lo cual aplaudo, sobre todo si ello implica expresamente una pesca sostenible, además de otras cosas.

En este sentido, me complace este informe y me alegro de que esta Cámara, por medio del informe de la señora Fraga Estévez, pueda dar un paso positivo hacia un etiquetado ecológico europeo bien cualificado.

 
  
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  Paulo Casaca (PSE). (PT) Yo también quiero felicitar tanto a nuestra ponente de la Comisión de Pesca como a la ponente para opinión de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria.

Este debate me ha parecido sumamente interesante y creo que la ponente tiene mucha razón en recalcar la falta de rigor en la definición de las opciones que nos ha presentado la Comisión. Lo que considero absolutamente central es lo que respecta al punto 8 de nuestra resolución, que también se encuentra en la opinión de la Comisión de Medio Ambiente; en el sentido de que el etiquetado solo será eficaz si es uniforme y comprensible para el consumidor. Ello es incompatible con un sistema en el que la Comisión tiene un papel secundario y en el que las iniciativas publicitarias tienen más peso que una serie de criterios rigurosos y objetivos. Por ello, desde este punto de vista creo que hemos de adoptar una posición fuerte y centralizada, como recalca la ponente para opinión de la Comisión de Medio Ambiente. No podemos transigir, pues de lo contrario corremos el riesgo de perder por completo nuestros esfuerzos y la iniciativa.

 
  
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  Ioannis Gklavakis (PPE-DE). (EL) Señor Presidente, yo también quiero felicitar a la ponente, la señora Fraga Estévez, por su trabajo como siempre excelente. También quiero felicitar a la Comisión por iniciar un diálogo sobre etiquetado ecológico.

El etiquetado ecológico de los productos pesqueros dice que han sido producidos de acuerdo con una serie específica de reglas medioambientales y que su método de producción no tiene repercusiones adversas para el medio ambiente. Es muy importante que garanticemos que el etiquetado ecológico sea fiable. Ello protegerá tanto a las poblaciones de peces como a los consumidores.

Hay que hacer un esfuerzo para informar a los consumidores que han de apoyarlo, estar informados y comprender que, al comprar productos con etiquetado ecológico, pueden estar seguros de que están comprando unos alimentos saludables y seguros, y que están protegiendo el medio ambiente.

Con estos esfuerzos todos saldremos ganando: los consumidores porque se les suministrarán productos seguros y saludables, las empresas porque aumentarán su competitividad y el medio ambiente porque sus recursos serán explotados ecológicamente.

Para acabar quiero recapitular: en primer lugar, el etiquetado ha de ser voluntario; en segundo lugar, el etiquetado ha de estar imbuido de un espíritu de transparencia a fin de que nadie dude de su fiabilidad; en tercer lugar, el etiquetado ha de ser realizado por una autoridad independiente y en cuarto lugar, este esfuerzo exige – y lo recalco aunque sea evidente – que los pescadores estén presentes en las conversaciones. Pobres de nosotros si los ignoramos. Hemos de sentarnos alrededor de la misma mesa, hemos de consultarlos y ellos han de comprender que el esfuerzo que se está haciendo es en interés suyo. En quinto y último lugar, este esfuerzo y los principios establecidos y adoptados por la Unión Europea han de combinarse con acciones similares a escala mundial y todos los Estados han de adoptar estos principios, porque carece de sentido que la Unión Europea sea la única en proteger el medio ambiente.

 
  
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  Zdzisław Kazimierz Chmielewski (PPE-DE). (PL) Señor Presidente, el spiritus movens de la ponente del debate medioambiental resume nuestra experiencia actual y en especial la de la FAO. Recalca la función básica del etiquetado y su importancia a la hora de mejorar la calidad de los productos pesqueros y dar al sector pesquero una estructura social adecuada.

Puedo afirmar con satisfacción que los nuevos Estados miembros de la región del Báltico están de acuerdo con los objetivos de la comunicación de la Comisión. Sin embargo, su posición expresaba una preferencia por determinados aspectos del problema del etiquetado. Cuatro cuestiones son especialmente importantes en este caso.

En primer lugar, los Estados Bálticos apoyan firmemente la idea de establecer unos requisitos mínimos para los programas de etiquetado ecológico, en línea con las expectativas de las partes implicadas, a saber, los pescadores, los procesadores y los consumidores. Estos programas deberían basarse en la participación voluntaria.

En segundo lugar, el principio de participación voluntaria ha de significar, en la práctica, el rechazo de toda discriminación económica o barrera comercial.

En tercer lugar, un elemento importante de estas garantías ha de ser asegurar que las pequeñas y medianas empresas y las empresas de países menos desarrollados tengan un acceso equitativo al sistema.

En cuarto lugar, en los Estados Bálticos también hay preocupación acerca de las limitaciones relacionadas con el control y la supervisión de la pesca en alta mar, que ha ocurrido durante años y que ha sido difícil de eliminar. En estos momentos, es más fácil ver una diferencia en cuando a consecuencias medioambientales en el sector de la acuicultura, donde es más fácil introducir el etiquetado.

Por último, quiero decir que estoy de acuerdo con el mensaje «brillante» de la señora Fraga, que es una inspiración para la Unión Europea, y que nos brinda a todos una oportunidad real de demostrar al mundo cómo buscar maneras para aplicar programas largo tiempo esperados en el campo del etiquetado ecológico.

 
  
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  James Nicholson (PPE-DE). (EN) Señor Presidente, en primer lugar yo también quiero felicitar a la ponente. Como es habitual, ha elaborado un informe excelente; no esperábamos menos de ella.

Etiquetado es la palabra de moda en la actualidad, y si va a ser así, conservémosla clara y simple. No debería comportar una carga adicional para el sector. Yo también abogaría por que aquellos que tengan que aplicar este etiquetado aseguren que sea claro y transparente, que tenga un buen diseño y que pueda reconocerse y comprenderse sin dificultades.

El señor Maat tenía razón cuando ha dicho que la Comisión debe realizar a este respecto un buen trabajo. Apoyo plenamente lo que dice.

Esto no debe servir de vara para golpear al sector. Me preocupa que algunos de los científicos y otras personas puedan ver en ello una oportunidad para refrenar los TAC y las cuotas en caso de desacuerdo entre pescadores y científicos.

No creo que necesitemos o precisemos una política de «talla única». Si tomamos ese camino, alborotaremos el avispero. Los problemas no son los mismos en todas partes, y soy plenamente consciente de la necesidad, donde sea preciso, de garantizar que se respeten las diferencias regionales.

He escuchado con interés al Comisario. Ha dicho que volverá al Parlamento cuando la Comisión haya tomado una decisión. ¿No sería mejor consultar al Parlamento sobre la marcha, en lugar de volver y contarnos lo que ustedes han decidido, señor Comisario? Usted ha hablado de «una herramienta en su caja». Dicha herramienta no debe convertirse en otra con la que establecer un control burocrático sobre el sector. No estoy del todo convencido de que el consumidor esté solicitándolo realmente.

Por último, puedo decir a la señora Fraga Estévez y a usted, señor Presidente, que esta noche reina en Belfast una gran alegría: hemos ganado a la selección española de fútbol por 3 a 2. Irlanda del Norte es un lugar muy pequeño, con un millón y medio de habitantes, y hemos tenido muchos problemas a lo largo de los años. Parece que en el campo de fútbol podemos ganar a los ingleses, a los alemanes y a los españoles, pero el sábado pasado hubo muchas lágrimas en Belfast cuando Islandia nos derrotó por 3 a 0. Así que es un gran motivo de alegría que esta noche hayamos derrotado a España.

 
  
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  El Presidente. Gracias, señor Nicholson. No puedo decir que nos haya traído buenas noticias, pero enhorabuena de todas formas.

 
  
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  Joe Borg, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, en primer lugar quiero dar las gracias a la ponente, la señora Fraga Estévez, y a todos los que han tomado la palabra esta noche.

Aunque no están de acuerdo en todos los aspectos, la Comisión y el Parlamento sí coinciden en su deseo de que las decisiones se tomen sobre la base de evaluaciones arancelarias y amplias consultas. Quiero señalar a la atención del último orador, el señor Nicholson, que el debate de esta noche muestra claramente que la Comisión deseaba la participación del Parlamento antes de iniciar la fase legislativa de las iniciativas necesarias en materia de etiquetado ecológico. Obviamente, cuando entremos en dicha fase legislativa, la participación del Parlamento cobrará prioridad absoluta antes de que finalice todo el proceso relativo al sistema de etiquetado ecológico.

Permítanme abordar algunos puntos concretos que se han planteado durante el debate. La mayoría de los sistemas existentes son, en efecto, relativamente coherentes y no inducen a confusión. No obstante, la opción preferida de la Comisión de establecer criterios mínimos para sistemas de etiquetado ecológico pondrá orden en el sistema, si es preciso, e incrementará la confianza del consumidor. También aseguraremos que se comercialicen productos de mejor calidad, así como su transparencia y trazabilidad en el mercado.

En cuanto a la preferencia por un sistema único de etiquetado ecológico que han planteado varios oradores, aún es pronto para tomar una decisión concluyente y definitiva. No obstante, la Comisión ha indicado cuál es su opción favorita y cabría subrayar que el Comité Económico y Social, el Comité Consultivo de Pesca y Agricultura así como la mayoría de los representantes del sector y de otras partes interesadas apoyan dicha opción. Sin embargo, si bien parece que la balanza se inclina por la opción 3, que es la opción que prefiere la Comisión y que consiste en establecer criterios mínimos, los Estados miembros aún no han llegado a ningún acuerdo en el seno del Consejo.

Insisto por ello en que aún es demasiado pronto para adoptar una posición firme y definitiva sobre el procedimiento a seguir. A pesar de ello, no cabe duda de que este debate nos ha ayudado a estar mejor informados sobre la posición del Parlamento y de sus diversos diputados.

En lo que respecta a la captura sostenible de recursos pesqueros, me remito a la Comunicación de la Comisión en que se subraya que el objetivo de la política de ecoetiquetado del pescado y los productos pesqueros se basa en el concepto de pesca sostenible. La Comunicación explica que los sistemas de etiquetado ecológico, si se basan en criterios bien definidos e indicadores adecuados, pueden contribuir a supervisar los avances en materia de sostenibilidad de la pesca, así como a concienciar al público en cuestiones de sostenibilidad. Después hace referencia a la explotación sostenible conforme a la letra e) del artículo 3 del Reglamento del Consejo (CE) nº 2371/2002.

En cuanto a los demás puntos planteados, estoy de acuerdo con lo que se ha dicho de la importancia de una acreditación y certificación independientes. Las garantías en este ámbito vienen dadas por las normas y procedimientos de la ISO. No obstante, la Comisión no tiene competencia directa en el control de la aplicación de dichas normas.

También estoy de acuerdo en la necesidad de que el etiquetado ecológico sea claro y comprensible para el consumidor. Además, las ecoetiquetas ofrecen la posibilidad de combatir la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDR) y de demostrar la validez de las prácticas pesqueras sostenibles.

Gracias a todo este sistema, aumentaremos la concienciación del público en general. Se tendrán en cuenta los criterios de la FAO a la hora de establecer las bases de los planes de etiquetado ecológico. Por otra parte, los sistemas no deben suponer una carga para las PYME ni ser tan complejos que no puedan ser efectivamente aplicados por las partes interesadas.

 
  
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  El Presidente. Se cierra el debate.

La votación tendrá lugar mañana a las 12.00 horas.

 
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