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Ciclo de vida en sesión
Ciclos relativos a los documentos :

Textos presentados :

RC-B6-0489/2006

Debates :

PV 07/09/2006 - 11.2
CRE 07/09/2006 - 11.2

Votaciones :

PV 07/09/2006 - 12.2

Textos aprobados :


Acta literal de los debates
Jueves 7 de septiembre de 2006 - Estrasburgo Edición DO

11.2. Solicitantes de asilo procedentes de Corea del Norte, en particular en Tailandia
Acta
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  El Presidente. De conformidad con el orden del día, se procede al debate de cinco propuestas de resolución sobre los solicitantes de asilo procedentes de Corea del Norte, en particular en Tailandia.(1)

 
  
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  Erik Meijer (GUE/NGL), autor. – (NL) Señor Presidente, después de más de 60 años de aislamiento, Corea del Norte ha desarrollado un modelo de gobierno y un modo de vida que no se parece en nada a cualquier otro. También es evidente que piensa más en misiles y bombas atómicas que en la producción de alimentos. Los ciudadanos que viven en unas condiciones de vida intolerables están atrapados, porque la frontera con Corea del Sur está permanentemente cerrada.

Su vecino, China, no les ofrece ninguna solución, porque repatría a todos los refugiados, que sin duda se enfrentan a un grave castigo por su delito; no vuelve a saberse nada de ellos. Por eso hay que encontrar una alternativa para los que quieren escapar. En este momento, acaban en países pobres como Vietnam y Camboya, pero también cada vez más en Tailandia, que es un país mucho más próspero y debería poder acomodar a pequeños grupos de personas de forma temporal.

Aunque su estatuto de refugiados está reconocido por la agencia de refugiados de las Naciones Unidas, el Gobierno tailandés considera que han cruzado la frontera ilegalmente y, por tanto, tras todas las penurias que han tenido que sufrir, les condena a una pena de 30 días en prisión además de una multa considerable en relación con sus circunstancias. Tailandia tiene que atenderles y permitir que los que quieran pasar a Corea del Sur o a cualquier otro país puedan hacerlo.

Esperamos que Tailandia aplique las normas que son habituales en Europa, aunque hay que decir que se han aplicado de forma muy poco coherente, pero que sin embargo son las tradicionales. Si Tailandia desea ser una democracia –lo que, para ser francos, entraña bastantes dificultades–, así es como debe de tratar a esos refugiados.

 
  
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  Bernd Posselt (PPE-DE), autor. – (DE) Señor Presidente, incluso antes de 1989 tanto el señor Deß como yo luchamos juntos contra el Telón de Acero y la división de Alemania y Europa.

En aquella época, muchos pensaron que éramos unos ilusos, igual que hoy piensan que la idea de reunificación coreana es una ilusión. Eso parece cuando una dictadura profundamente arraigada –y, además, con armas nucleares a su disposición– oprime de forma brutal a sus ciudadanos, pero no por eso dejaremos de defender una Corea libre y reunificada. Pero hasta que llegue ese momento, tenemos que proteger a los ciudadanos que están siendo perseguidos.

Ahí es donde Tailandia tiene que mantenerse fiel a su gran tradición, que demostró por primera vez hace varias décadas en su trato a millones de camboyanos. Muchos pierden de vista que la mayoría de los camboyanos sobrevivieron al terror del Jemer Rojo solo porque Tailandia –con ayuda europea, pero fue un esfuerzo tailandés– les ofreció ayuda y protección, y si fue posible hacerlo por millones de camboyanos, también tiene que ser posible hacerlo por unos miles de norcoreanos perseguidos por el comunismo. Teniendo esto en cuenta mi Grupo apoya esta resolución.

 
  
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  Marcin Libicki (UEN), autor. (PL) Señor Presidente, no cabe duda de que aún existen dos dictaduras comunistas. Por su naturaleza, los regímenes comunistas solo pueden ser dictaduras. Me refiero a Cuba y a Corea del Norte. El mundo tiene que hacer todo lo posible por eliminar ambos regímenes.

Hoy estamos debatiendo la situación de los refugiados de Corea del Norte. No son inmigrantes económicos. Somos perfectamente conscientes de que los países a menudo desean protegerse de esa clase de inmigrantes. La repatriación de inmigrantes económicos, aunque dolorosa, solo significa devolverles a su desafortunada situación económica. Pero la repatriación de refugiados políticos les expone al mayor de los peligros. Por tanto, lo primero que tiene que hacer la comunidad internacional es impedir la repatriación de un solo refugiado norcoreano. El destino que les espera allí es tan cruel que desafía toda imaginación. Ese tiene que ser el objetivo principal de todas nuestras actividades.

 
  
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  Paulo Casaca (PSE), autor. – (PT) Estamos ante una de las peores dictaduras del mundo, una dictadura que amenaza al mundo entero con su programa nuclear, y que ha conseguido transformar al país en un enorme campo de concentración.

En este contexto espero, junto con el señor Posselt y todos nosotros, por supuesto, que la frontera deje de existir y Corea del Norte deje de existir en su forma actual, pero no podemos esperar que eso ocurra antes de expresar toda nuestra solidaridad con los refugiados de Corea del Norte.

Por eso pedimos a las autoridades tailandesas un mínimo de justicia, de humanidad y de dignidad, que no criminalicen a las víctimas de una dictadura brutal y que ofrezcan toda la ayuda que puedan. También pedimos a las instituciones europeas que cooperen en los esfuerzos por ayudar a los refugiados norcoreanos.

 
  
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  Marco Cappato (ALDE), autor. – (IT) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, se trata en efecto de un episodio muy grave, señal de una situación de un enorme alcance, como ya han destacado mis colegas y se afirma en el texto de la resolución. Por tanto, solo me queda preguntar al Comisario, al Vicepresidente Frattini, por los medios y las posibilidades de resolver este problema, en particular con ocasión de la Reunión Asia-Europa (ASEM).

El problema afecta a Corea del Norte, naturalmente también a Tailandia, y por supuesto a nosotros, la Unión Europea, y al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. Tengo la impresión –no sé qué piensa el Comisario– de que demasiado a menudo en esa región del mundo, y no solo en ella, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados tiene miedo de tomar posiciones que puedan resultar, por así decir, políticas –por ejemplo, en el caso de las minorías montañesas de Vietnam. Además, son muchos los casos en que la ONU parece prudente a la hora de garantizar el respeto efectivo del estatuto de refugiado, porque tiene miedo de que pueda ser entendido como algo negativo por los Gobiernos o los regímenes de la zona.

A este respecto, la Unión Europea puede desempeñar un gran papel alentando a las instituciones internacionales, y en especial a las Naciones Unidas, para garantizar, asignar y autorizar el estatuto de refugiado allí donde existan las condiciones. Obviamente, en el caso de Corea del Norte –estoy de acuerdo con lo que decían sus Señorías antes– se trata claramente de migraciones no solo económicas, sino del resultado o el producto de una de las peores y más violentas dictaduras que aún permanecen sobre la faz del planeta.

 
  
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  Marios Matsakis, en nombre del Grupo ALDE. (EN) Señor Presidente, Corea del Norte se ha convertido en un símbolo del Estado comunista anacrónico con la vista puesta en el pasado. El grave deterioro del nivel de vida resultante y la insoportable represión de la población por parte de un régimen totalitario cada vez más brutal, han hecho que decenas de miles de norcoreanos huyan de su patria para buscar un destino mejor.

Tailandia se ha convertido en un importante destino de tránsito para los refugiados norcoreanos. Por desgracia, recientemente hemos observado que las autoridades tailandesas dan un trato inaceptable a los solicitantes de asilo procedentes de Corea del Norte, que se caracteriza por detenciones, abultadas multas, encarcelamiento y repatriación. Dicha conducta contraviene la tan envidiada tradición de hospitalidad tailandesa e infringe las violaciones que la Convención sobre el estatuto de los refugiados de 1951 impone a Tailandia.

Pedimos al Gobierno de Tailandia que respete los derechos de los solicitantes de asilo norcoreanos y colabore plenamente con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. Además, exhortamos al Consejo y a la Comisión a que sigan muy de cerca la situación de los refugiados norcoreanos.

 
  
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  Kathy Sinnott, en nombre del Grupo IND/DEM. – (EN) Señor Presidente, Corea del Norte es uno de los regímenes más represivos del mundo. Este Estado carcelario está, a nuestro juicio, regido con la peor tradición estalinista, que se caracteriza por el hambre, el terror y el adoctrinamiento. Conocemos los horrores de los regímenes de Pol Pot y Stalin, y me obsesiona la idea de que esa misma situación existe actualmente en Corea del Norte.

Como es lógico, la gente arriesga la vida para escapar del país. Si miles lo han hecho, ¿cuántos miles más han perdido la vida en el intento? La mayoría de la población norcoreana reúne las condiciones para que se le reconozca el estatuto de «personas con problemas especiales». Si logran escapar, deben recibir la ayuda y la protección que necesitan. Tailandia ha gozado de la solidaridad mundial recientemente, tras el tsunami. Debe mostrar la misma solidaridad y no acosar a los norcoreanos que se han abierto camino hasta sus fronteras, pero también debe recibir ayuda para soportar esta carga.

La UE y los países europeos deben mostrarse dispuestos a acogerlos y facilitar recursos. Me gustaría recordar a esta Cámara que después de la Segunda Guerra Mundial, los países de Europa Occidental permitimos que los soldados polacos que se encontraban en los campamentos de prisioneros de guerra alemanes fueran devueltos a las fauces de Stalin, quien los devoró inmediatamente o lentamente en el Gulag siberiano. En la atroz situación de Corea del Norte, tenemos la oportunidad de corregir la terrible injusticia cometida con los prisioneros polacos. Al ayudar a los solicitantes de asilo norcoreanos a que no sean devueltos a su país para ser encarcelados en campos de trabajos forzosos o ejecutados, pagaremos una vieja deuda y tomaremos la decisión correcta.

 
  
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  Marek Aleksander Czarnecki (NI). (PL) Señor Presidente, no es la primera vez que abordamos la cuestión de Corea del Norte, y por desgracia lamento tener que decir que en los últimos años pocas cosas han mejorado en ese país. Sigue habiendo violaciones a gran escala de los derechos humanos.

Hoy estamos debatiendo la cuestión de los refugiados, que se ven obligados por el hambre y la represión en su país a tomar la decisión más difícil en la vida de una persona, que es abandonar su país, a menudo poniendo en peligro su propia vida. Tailandia en particular se está convirtiendo en el centro de tránsito de muchos de ellos, pero las autoridades tailandesas, que tienen buenas relaciones con Corea, quieren aplicarles la ley de los inmigrantes ilegales, y así lo hacen.

Pido al Gobierno de Tailandia, conocido por su hospitalidad, que no repatríe a esos refugiados a su país, porque les expone a una persecución implacable, sino que los envíe a otro país.

No permitan que esas personas caigan presas del régimen.

 
  
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  Franco Frattini, Vicepresidente de la Comisión. (EN) Señor Presidente, usted conoce muy bien la triste historia de los numerosos solicitantes de asilo norcoreanos y los recientes casos ocurridos en Tailandia.

La Comisión lamenta profundamente que estos refugiados no sean tratados de acuerdo con el Derecho humanitario internacional e insta a las autoridades tailandesas a respetar el principio de no devolución, que generalmente respetan, y garantizar el libre tránsito a terceros países en los que estos refugiados puedan establecerse. Esperamos que las conversaciones en curso entre Tailandia, las autoridades de Corea del Sur y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados dé lugar al traslado de estas personas a Corea del Sur u otros países en los próximos días. En este contexto me gustaría destacar igualmente que la situación de los refugiados h’mong procedentes de Laos y que viven en Tailandia es motivo de gran preocupación.

En el caso de los norcoreanos, la búsqueda de asilo es el síntoma y no la causa de un problema muy conocido, a saber, el régimen antidemocrático de la República Popular Democrática de Corea, donde reina la pobreza, la economía está colapsada y no se respetan los derechos humanos.

La Unión Europea mantiene una política de ayuda humanitaria para Corea del Norte –345 millones de euros desde 1995– y una política de contactos personales y a nivel de directores de la troika, que comprende cuestiones sobre derechos humanos. Las Naciones Unidas adoptaron una resolución sobre derechos humanos en noviembre de 2005. Esta aborda, entre otras cosas, la devolución de ciudadanos norcoreanos a su país. Esta resolución enfadó a los norcoreanos, que suspendieron la ayuda humanitaria, que tan solo se ha reanudado hace unos pocos meses.

La Unión Europea continuará apoyando las negociaciones a seis bandas y su política de implicación para lograr mejoras prácticas y resolver la causa del problema.

Puedo asegurar a sus Señorías, en nombre de la Comisaria Ferrero-Waldner, que la Comisión continuará el estrecho seguimiento de los acontecimientos relacionados con los refugiados en Tailandia, en el marco –como acaba de decir el señor Cappato– del diálogo UE-Asia.

 
  
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  El Presidente. El debate queda cerrado.

La votación tendrá lugar al término del debate.

 
  

(1) Véase el Acta.

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