El Presidente. – De conformidad con el orden del día, se procede al debate conjunto de los siguientes informes:
– informe (A6–0234/2006) del señor Krahmer, en nombre de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, relativo a la propuesta de Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo sobre calidad del aire ambiente y una atmósfera más limpia en Europa (COM(2005)0447 – C6–0356/2005 – 2005/0183/(COD)), e
– informe (A6–0235/2006) de la señora Corbey, en nombre de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, sobre la estrategia temática sobre la contaminación atmosférica (2006/2060 (INI)) .
Stavros Dimas, miembro de la Comisión. (EL) Señor Presidente, Señorías, quisiera empezar dando las gracias a la señora Corbey, ponente sobre la estrategia temática sobre la contaminación atmosférica, y el señor Krahmer, el ponente sobre la propuesta de Directiva sobre calidad del aire ambiente y una atmósfera más limpia en Europa, y felicitarles por su excepcional y esmerada labor. También quisiera extender mi especial gratitud a la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria por sus esfuerzos hasta la fecha.
La contaminación atmosférica es y seguirá siendo uno de los problemas más importantes de salud pública. Como resultado de la contaminación atmosférica, la esperanza de vida en la Unión Europea hoy se ha reducido en 8,5 meses. La calidad de vida de cientos de miles de personas se reduce cada día y el entorno natural está en peligro, a pesar de las importantes reducciones de las emisiones alcanzadas en los últimos años.
Debemos redoblar nuestros esfuerzos. La estrategia que proponemos define las medidas que debemos tomar en esta dirección. Establece nuevos objetivos sin precedentes para la salud y el medio ambiente. Las medidas relativas a las pequeñas partículas en suspensión provocarán una reducción en las previsiones de fallecimientos prematuros de los aproximadamente 350 000 actuales a 160 000 en 2020. Ese será el resultado de la aplicación combinada de la estrategia y otras medidas ya acordadas.
Por lo que respecta al entorno natural, esperamos que el tamaño de los ecosistemas con riesgo de acidificación se reduzca en un 50 % y el tamaño de los ecosistemas en peligro a causa de la presencia de niveles de nitrógeno excesivo lo hará por encima de un 30 %. Se trata de objetivos ambiciosos, cuya consecución aportará beneficios medioambientales exponenciales.
Está claro que la estrategia deberá aplicarse de forma eficaz. La Comisión ha prometido proponer medidas a escala de la Unión Europea para mejorar el aire ambiente. Ello también servirá para hacer frente al problema de la contaminación transfronteriza. La estrategia sobre el aire describe algunas de las medidas comunitarias relacionadas. La Comisión ya ha presentado una propuesta para reducir las emisiones de los automóviles de turismo y las furgonetas, a la que a menudo se hace referencia como la propuesta Euro V, y la Comisión de Medio Ambiente aprobó recientemente su proyecto de informe. Se espera una propuesta Euro VI para automóviles y furgonetas. También se presentará otra propuesta Euro VI para camiones y autobuses, y también se revisará la Directiva sobre techos nacionales de emisión, con la fijación de nuevos límites de emisión para los Estados miembros. Otras medidas para la combustión a pequeña escala y la agricultura se introducirán en el momento oportuno. Todas estas medidas están siendo elaboradas en la actualidad y por supuesto se evaluarán en detalle de conformidad con los principios de mejor legislación.
Uno de los principales elementos de la estrategia es la revisión propuesta de la legislación actual relativa a la calidad del aire ambiente. La propuesta mantiene los actuales valores límite para la calidad del aire. Las estadísticas oficiales de la Organización Mundial de la Salud confirman claramente que estos valores límite son necesarios. La propuesta introduce por vez primera límites vinculantes para partículas minúsculas conocidas como PM2,5, en otras palabras, partículas con un diámetro inferior a 2,5 millonésimas de un metro. Los científicos sostienen unánimemente que estas partículas tienen graves repercusiones sobre la salud pública. Se ha propuesto que en 2010 entren en vigor límites de concentración máxima permisible. Al mismo tiempo, la propuesta requerirá que los Estados miembros inicien un seguimiento detenido de estas partículas en todos los países europeos. También se tomarán medidas en vistas a reducir los niveles medios de exposición de la población a micropartículas. La aprobación de estas medidas no debe demorarse. Las repercusiones sobre la salud son sumamente graves y los datos son indisputables. En los Estados Unidos, los objetivos PM2,5 se han aplicado desde 1995. Las estadísticas incluidas en el estudio sobre las repercusiones de esta propuesta demuestran que el planteamiento que nosotros proponemos de reducir la exposición a las micropartículas beneficiará a más gente a un coste más bajo que el límite menor de PM2,5 propuesto por el Parlamento. La propuesta de la Comisión también ofrece a los Estados miembros mayor flexibilidad por lo que respecta al cumplimiento de los valores límite actuales de la calidad del aire.
Las cifras no incluyen las emisiones no controladas procedentes de fuentes naturales. También se concederá un plazo mayor en los casos en que los Estados miembros se enfrenten a problemas graves de cumplimiento. Estas prolongaciones deben ser lo más cortas posibles con el fin de proteger la salud de nuestros conciudadanos y no sancionar a los Estados miembros que han realizado esfuerzos serios y creíbles de cumplimiento.
Comentaré muy brevemente algunas de las enmiendas básicas propuestas por el Parlamento: por lo que respecta a la posibilidad de extender las fechas límite, la Comisión propone cinco años adicionales a partir de la fecha en que entran en vigor los valores límite, en otras palabras, no más tarde de finales de 2009, en conjunción con la prestación de excluir las emisiones de las fuentes naturales. Con estos planes, los Estados miembros se encontrarán claramente en una posición propicia para el cumplimiento de la Directiva.
La Comisión de Medio Ambiente ha propuesto dos periodos de cinco años a partir de la fecha en que la nueva Directiva entre en vigor. En virtud de dicha propuesta, el cumplimiento se pospondrá hasta 2018 para valores límite ya acordados en 1999. Es algo inaceptable. La nueva enmienda presentada ante esta sesión plenaria, la enmienda 81, es un movimiento en la dirección correcta, pero de nuevo no puede aceptarse porque, si aceptamos cuatro más dos años desde la entrada en vigor de la nueva Directiva, ello retrasará el cumplimiento hasta 2013 para los valores límite para PM10 ya acordados en 1999. En otras palabras, los Estados miembros ya reconocieron dichos límites en 1999.
En virtud de la decisión del Consejo y el Parlamento sobre el Sexto Programa de Acción Medioambiental, la Comisión pidió a expertos de la Organización Mundial de la Salud que les asesoraran sobre si los valores límite que en la actualidad son aplicables a la calidad del aire debían ser modificados. Su respuesta fue negativa. Por lo tanto, la Comisión no puede aceptar atenuación alguna del valor límite diario en el caso de PM10. Las enmiendas 46 y 81 aumentan el número de días en que dicho valor puede superarse de 35 a 55. Si estas enmiendas se aceptaran, según las estadísticas de 2004, entonces ya no habría ninguna necesidad de medidas para combatir la contaminación atmosférica en ciudades como Viena, Francfort, Bonn, Stuttgart y otras. La pregunta fundamental es: ¿cuál es la mejor forma de atender la salud de nuestros ciudadanos? ¿Atenuando el valor límite diario o tomando medidas para combatir el problema de la contaminación?
De la misma manera, la enmienda para atenuar los valores límite no puede aceptarse, salvo que esté precedida por nuevas medidas comunitarias para reducir la contaminación. Entra en conflicto con el derecho de iniciativa de las instituciones. También es impracticable porque es imposible predecir los resultados de las medidas que todavía no se han propuesto y, en tal caso, debilitará el derecho de los ciudadanos a aire limpio.
Creo que debo terminar aquí.
Holger Krahmer (ALDE), ponente. – (DE) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, quisiera comenzar expresando mi agradecimiento a los ponentes alternativos del Grupo del Partido Popular Europeo (Demócrata-Cristianos) y de los Demócratas Europeos y del Grupo Socialista en el Parlamento Europeo, la señora Weisgerber y la señora Corbey, por su cooperación; asimismo, quiero dar las gracias a la Comisión y a las Presidencias austriaca y finlandesa del Consejo por su apertura y disposición para entablar el diálogo. El hecho de que no siempre exista un acuerdo total sobre todas las cuestiones, en esta Asamblea o entre una institución y otra, debería ser la norma en la democracia europea, porque lo que cuenta es que persigamos el mismo fin –la mejora de la calidad del aire en Europa–, aunque lo enfoquemos desde distintos ángulos y con distintas prioridades.
Nadie cuestiona que numerosas enfermedades respiratorias y las consecuencias derivadas de las mismas son atribuibles a los altos niveles de contaminación atmosférica, especialmente en zonas densamente pobladas y aglomeraciones urbanas de la Unión Europea. El aire contaminado no respeta las fronteras, por lo que la mejora de la calidad de nuestro aire ambiente sigue siendo un reto importante. El problema de la contaminación atmosférica puede resolverse únicamente a largo plazo y en un marco europeo, especialmente impulsando medidas transfronterizas. Para lograr los ambiciosos objetivos, en un futuro necesitaremos instrumentos adicionales en la Comunidad: solo podremos lograr un aire limpio en los Estados miembros si las directivas que están en vigor se transponen de manera coherente y si las nuevas propuestas legislativas de la Unión Europea se centran en la reducción de las emisiones en el punto en el que los contaminantes las originan.
A la vez que existe una preocupación justificada por el estado del aire ambiente en Europa, quisiera aprovechar esta oportunidad para subrayar que en las últimas décadas la calidad del aire en Europa ha mejorado a raíz de una normativa legal estricta y de los avances técnicos.
Antes de las votaciones celebradas en julio en la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, y con vistas a la votación que vamos a realizar en este Pleno, los tres Grupos principales de esta Asamblea negociaron un paquete de enmiendas de transacción que pueden resumirse en propiciar por un lado unos valores límite y objetivo ambiciosos y por otro una mayor flexibilidad y conciencia de las dificultades a que se enfrentan los Estados miembros con la transposición de la directiva vigente. Permítanme esbozar brevemente los puntos esenciales.
Comenzaré con las partículas PM10. Existe un amplio consenso en esta Cámara con respecto a la falta de ambición que refleja el hecho de permitir que el valor medio anual de 40 microgramos para las PM10 permanezca intacto después de 2010. Este valor ya se cumple en la mayoría de ciudades europeas. La Comisión ya había anunciado un valor medio anual más estricto para las PM10 que tendría efecto a partir de 2010, pero como la propuesta actual no hace referencia al mismo, los tres grandes Grupos proponen que el umbral de las PM10 se reduzca a 33 microgramos con efecto a partir de 2010.
Señor Comisario, tengo que decir que es notable, en vista de todas las críticas suscitadas por estos compromisos, que continúe usted pasando por alto esta cuestión. Por lo que respecta a los valores límite anuales de las PM10, hay una clara tendencia a la baja. Quisiera señalar que no se trata de un ejemplo de dilución de los valores límite que ha suscitado críticas tan enérgicas por parte de las organizaciones ecologistas.
El límite diario de las PM10, según el cual los 50 microgramos pueden sobrepasarse como máximo en 35 días al año, ha sido objeto de críticas manifiestas de muchas de sus Señorías, pero la cuestión es que no existe correlación alguna entre los valores diarios actuales y los umbrales anuales; es más, la cifra de 35 días es arbitraria. Nadie en esta Asamblea pondría en duda la importancia de realizar mediciones diarias e informar a los grupos de riesgo del aumento de la concentración de contaminantes. Por otra parte, ningún científico creíble ha afirmado todavía que el valor límite diario sea más relevante para la política de salud que el anual. Los problemas que sufren las ciudades con respecto al cumplimiento del valor límite diario no son un secreto, y abandonamos a los municipios a una especie de impotencia organizada. Actualmente se ha demostrado que el cumplimiento de los valores límite diarios no está relacionado de ningún modo con ninguna medida de depuración de la atmósfera, sino que dependen en gran medida de los fenómenos meteorológicos.
La Comisión de Medio Ambiente y los tres Grupos principales de esta Cámara apoyan la propuesta transaccional según la cual se otorgaría a las ciudades y municipios afectados, paralelamente a una reducción del valor límite anual de alrededor del 20 % –aunque sujeto a ciertas condiciones–, una mayor flexibilidad y se les permitiría cumplir un valor límite durante un máximo de 55 días en lugar de 35.
Puede que algunas de sus Señorías tengan dudas sobre la correlación entre los valores límite diarios y anuales propuestos por esta Asamblea, pero nadie puede afirmar seriamente que a ese respecto estemos siendo menos ambiciosos que la Comisión y el Consejo.
Permítanme abordar ahora las PM2,5, las partículas más pequeñas, que según todos los expertos son fuente de los mayores peligros para la salud. No obstante, los datos obtenidos en Europa sobre las PM2,5 todavía siguen siendo inciertos, y la mayoría de Estados miembros no tienen experiencia suficiente con respecto a las mediciones de las mismas.
Por ello proponemos una aplicación en dos etapas para las PM2,5, con un valor objetivo a partir de 2010 en primer lugar, y, con efecto a partir de 2005, un valor límite en torno a los 20 microgramos; esto también es más ambicioso que lo que proponen el Consejo y la Comisión.
La mayoría de esta Cámara está de acuerdo en que el valor medio anual de 25 microgramos, como propone la Comisión, carece de ambición, por lo que deberíamos reducirlo. En esta propuesta, la Comisión ha optado por una reducción general del 20 % para las PM2,5 sin realizar ninguna evaluación de impacto adicional en relación con las medidas prácticas y los costes derivados de las mismas para cada uno de los Estados miembros. Al igual que mis colegas de la comisión, opino que un modelo graduado, en el que los Estados miembros reciban un trato diferente y se tengan más en cuenta los logros anteriores es, en cualquier caso, preferible que pretender una reducción generalizada.
Permítanme hacer un comentario sobre el artículo 20. Podría entender las críticas de la Comisión y de otros organismos externos con respecto a la regla 5+5, que pretende instituir un aplazamiento a fin de permitir que se alcancen los valores límite. Hemos preparado un paquete nuevo llamado «4+2», que representa un paso adelante hacia la postura adoptada por la Comisión, que como sabemos propone un período de cinco años. Quiero reiterar que la calidad del aire en Europa se logrará únicamente a largo plazo y con medidas que atajen el problema en la fuente, es decir, las causas de la contaminación. Espero con interés las propuestas que ha anunciado la Comisión para reducir la contaminación en su fuente.
El Presidente. – Muchas gracias, señor Krahmer. Sin embargo, me ha planteado un pequeño problema. Su discurso ha sido muy interesante –creo que todo el Parlamento puede testimoniarlo–, pero ha sobrepasado su tiempo de palabra en dos minutos y diez segundos. Como comprenderán, no podré ser igualmente generoso con todos los diputados. Les ruego que me disculpen por adelantado y espero que intenten respetar su tiempo de palabra. Ha sido usted el primer orador parlamentario de la sesión, así que digamos que ha sido un acto de benevolencia de la Presidencia.
Dorette Corbey (PSE), ponente. – (NL) Señor Presidente, aunque supongo que este gesto de generosidad incluye al segundo orador de hoy, voy a intentar ser breve. Señor Comisario, Señorías, a mí también me gustaría comenzar con unas breves palabras de agradecimiento a los ponentes alternativos sobre este tema, el señor Krahmer, la señora Weisgerber y el señor Wijkman, junto con todos los demás ponentes alternativos que han contribuido a este resultado tan positivo. La calidad del aire constituye un importante problema de salud y cuando hace más de seis meses empecé a examinarlo en profundidad, me sorprendió la envergadura que resultó tener.
Los europeos mueren prematuramente debido a la mala calidad del aire: unos nueve meses en promedio, y diez años en el caso de 350 000 personas. Millones de personas sufren asma y trastornos asociados. La mala calidad del aire no nos afecta a todos del mismo modo. Las personas que viven en grandes ciudades, junto a las autopistas, los niños y los ancianos, son las más afectadas. Además, la contaminación atmosférica y la lluvia ácida resultante constituyen un importante problema ambiental que causa grandes estragos en Europa, especialmente en Escandinavia.
Por este motivo, señor Comisario, esperamos una política firme que frene la contaminación atmosférica, de ahí que nos decepcione la propuesta que ha presentado. El informe del señor Krahmer y el mío propio son ante todo una crítica a la actitud de indiferencia con respecto a la contaminación atmosférica. De hecho, exigimos tres cambios políticos. En primer lugar, normas más estrictas; en segundo lugar, que se preste mayor atención a la aplicación, y en tercer lugar, medidas para abordar el problema de la contaminación atmosférica en la fuente.
En cuanto a las normas, en primer lugar, la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria solicita en ambos informes un enfoque más ambicioso, que necesitamos urgentemente. En la estrategia temática, el nivel de ambición elegido se sitúa entre A, B y C y la hipótesis de la máxima reducción técnicamente factible. Todas las evaluaciones de impacto indican que incluso la hipótesis máxima sigue siendo rentable, y que la hipótesis ideal se sitúa entre B y C. No obstante, la Comisión, sin dar ninguna explicación, ha escogido el nivel de ambición A+, que, desde el punto de vista de la salud pública, es una opción incomprensible. Es posible lograr un nivel de ambición más alto, como han demostrado los Estados Unidos, y también resulta muy rentable, como demuestran todos los estudios que lo sustentan.
Aunque las propuestas presentadas en mi informe puedan resultar algunos miles de millones más caras, comportan beneficios para la salud incuestionables. También representan un incentivo definitivo para la innovación. En la directiva, la Comisión propone una nueva forma para las partículas más finas, las PM2,5. Las partículas más finas son las más perjudiciales para la salud, y la norma también es más precisa, puesto que las partículas más pequeñas contienen menos fuentes naturales como la sal marina y la arena del desierto. Por lo tanto, las PM2,5 representan una medida mejor, aunque el modo en que la ha desarrollado la Comisión es bastante decepcionante. El Parlamento ha exigido un valor límite y objetivo de 20 µg/m3 para las PM2,5. Esto representa una mejora considerable con respecto al valor de 25 µg que respaldan la Comisión y el Consejo, pero sigue siendo peor que el valor de 15 µg de los Estados Unidos y el de 10 µg que recomienda la Organización Mundial de la Salud.
De hecho, me interesa mucho ver el modo en que integra la Comisión el nivel de ambición elegido para la estrategia por parte del Parlamento en la legislación futura y en la directiva de topes de emisiones nacionales. ¿Está usted en condiciones de decir algo al respecto, señor Comisario? ¿No va a seguir el ejemplo del Parlamento y optar por un nivel de ambición situado entre B y C?
Como he afirmado anteriormente, se necesitan normas mejores, pero ese solo es uno de los tres pilares. Nuestro segundo pilar es la necesidad de prestar atención a la aplicación. Hasta la fecha, los esfuerzos por parte de los Estados miembros no han sido del todo convincentes. Únicamente cuatro Estados miembros cumplen plenamente los valores límite especificados en la directiva actual. Corresponde a la Comisión garantizar que dichos valores se cumplan, y eso también es necesario, puesto que la contaminación atmosférica es un problema transfronterizo. Dado que la mitad de la contaminación atmosférica de los Países Bajos se importa del extranjero, seguramente este país no puede depurar el aire por sí solo y debe confiar en que los Gobiernos belga, británico y alemán realicen todos los esfuerzos posibles para atajar la contaminación atmosférica. A la inversa, los Países Bajos exportan una cantidad enorme de contaminación, y por este motivo los países escandinavos, Alemania y Bélgica deben poder contar con que los Países Bajos darán todos los pasos necesarios para depurar el aire.
Hasta ahora, la Comisión no ha reaccionado de manera muy convincente con respecto a los Estados miembros que no cumplen la normativa. Mediante la introducción de nuevas disposiciones en la directiva, la Comisión de Medio Ambiente espera movilizar a la Comisión para que adopte un papel más activo. Los Estados miembros estarán claramente obligados a realizar esfuerzos. Algunos países necesitan más tiempo para lograr los valores límite que otros. Puedo aceptar ese punto, mientras realicen el esfuerzo, porque no habrá excepciones sin esfuerzos. Únicamente los esfuerzos adecuados garantizarán las excepciones. Las excepciones no son un premio por «no hacer nada», como sugiere la propuesta de la Comisión, y la enmienda 66 confirma este aspecto.
El tercer pilar es una política ambiciosa en la fuente. Sin una política en la fuente, sin una política destinada a hacer más limpios los coches, el tráfico de mercancías, el transporte y la industria, es muy difícil que los Estados miembros, y sin duda los Estados miembros con mayor densidad de población, hagan el aire más limpio. Por ese motivo, la calidad del aire solo puede mejorarse parando el tráfico y la industria. Son medidas draconianas y al mismo tiempo no muy eficaces. Serán las autoridades inferiores, más que nadie, las que tengan que correr con los gastos de todo, y eso es, sin duda, inaceptable.
Una política seria en la fuente tiene un efecto positivo en el aire, el medio ambiente y la salud pública, pero en última instancia también recorta el consumo de energía y beneficia al clima al reducir las emisiones de CO2. También favorece la innovación: los coches más limpios y más económicos se venden mejor, por ejemplo. Por ese motivo, la Comisión de Medio Ambiente desea incluir el artículo 30A en la directiva, que exige una política en la fuente para 2010. Por ese motivo, la estrategia propone un acuerdo interinstitucional en el que se consagre la política dirigida a las fuentes. Es más, los Estados miembros deben ser capaces de tomar sus propias medidas en la fuente al margen del mercado en ausencia de una política en la fuente.
La contaminación es un grave problema, pero la buena noticia es que puede resolverse, siempre que queramos hacer gala de la voluntad política necesaria. En mi opinión, la Comisión de Medio Ambiente ha sentado unas bases firmes con estos tres pilares. En el nuevo compromiso también hemos perfilado las cuestiones planteadas y las hemos mejorado, y una vez más me declaro en deuda con todos aquellos que han contribuido, especialmente el señor Krahmer, la señora Weisgerber y el señor Wijkman. Con unas normas más estrictas, más atención a la aplicación y una política en la fuente, hemos realizado algunos cambios políticos importantes. Este enfoque defiende una nueva Europa, cercana a las personas, que pretende aplicar la legislación por parte de los Gobiernos nacionales y locales pensando en la innovación.
Anja Weisgerber, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (DE) Señor Presidente, las negociaciones constructivas con los ponentes han dado lugar a un compromiso sostenible.
Si queremos lograr nuestro objetivo principal, que es una mejora eficaz y duradera de la calidad del aire, es vital que fijemos valores límite, aunque por sí solos no podrán mejorarla; esto solamente podrá lograrse con medidas efectivas de reducción de las emisiones, como la norma Euro 5 que ha se ha propuesto y que prevé la obligatoriedad de los filtros de partículas de hollín en los vehículos nuevos. Exigimos principalmente a la Comisión que adopte medidas adicionales, en forma, por ejemplo, de normas sobre fuentes de combustión residenciales, Euro 6 para el tráfico pesado y valores límite paneuropeos para los motores de los barcos.
En términos generales, queremos huir de medidas que causan sensación pero son de un carácter temporal y a corto plazo, favoreciendo medidas a largo plazo que protejan la salud de manera más efectiva abordando el problema en la fuente. Ese es el motivo por el que nuestros valores límite anuales, en 33 miligramos por metro cuadrado, son más ambiciosos que los de la Comisión, y el motivo por el que deseamos una mayor flexibilidad a escala local con respecto a los valores límite diarios, que está visto que dependen en gran medida de factores meteorológicos, puesto que es un hecho demostrado que la exposición prolongada es lo más peligroso, y en eso tenemos que centrarnos.
Al reducir los límites anuales para las partículas pretendemos crear incentivos para proyectos sostenibles y a largo plazo como zonas ambientales o la introducción de filtros de hollín. Unos límites anuales más rigurosos y la reducción eficaz de la contaminación a largo plazo producen más beneficios para las personas que el cierre de una carretera durante veinticuatro horas.
También en el plano nacional y local hay que hacer todo lo que sea necesario y proporcionado para mejorar la calidad del aire, y también a este efecto estamos creando los incentivos correctos. Las autoridades locales solo verán prorrogados sus plazos hasta un máximo de seis años si pueden presentar programas de acción que demuestren que han tomado todas las medidas a su alcance, dentro de los límites de la proporcionalidad, para mejorar la calidad del aire; además, esta concesión no se realizará a todos, sino a aquellos que demuestren que tienen que afrontar unas condiciones meteorológicas especialmente desfavorables, entre otros motivos debido a su ubicación en cuencas.
Precisamente este compromiso se refiere a estos claros mensajes, y por ello constituye un modo equilibrado y efectivo de conceder a la salud pública la protección que necesita.
Riitta Myller, en nombre del Grupo del PSE. – (FI) Señor Presidente, estoy de acuerdo con el ponente en que esta directiva no nos acercará más al objetivo de una buena calidad del aire ambiente. Es bueno que las partículas finas, las PM2,5 especialmente, se incluyan en la directiva y que se vayan a establecer valores límite vinculantes para las mismas. El valor límite propuesto por la Comisión y apoyado por el Consejo es de 20 microgramos, como ya se ha mencionado en más de una ocasión. También se ha mencionado que el Parlamento reclama un valor más bajo. Todo esto está muy bien, pero si comparamos esta propuesta con los valores que ha propuesto la Organización Mundial de la Salud, por ejemplo, y que harían que dejáramos de menoscabar la salud humana o ocasionar un efecto adverso en los niveles de tolerancia de la naturaleza, este valor límite es demasiado elevado. La OMS propone 10 microgramos y, como se ha dicho aquí, en los Estados Unidos de América y Canadá ya han alcanzado un valor de 15.
La contaminación atmosférica es uno de los principales problemas ambientales de Europa y la población está expuesta a ella. Alguien ha mencionado una cifra de 360 000 a 400 000 muertes prematuras al año. Sea la cifra que sea, es muy elevada. El valor límite que se ha establecido puede tener un efecto genuino en el número de vidas humanas que pueden salvarse. Si esta recomendación de la OMS entrara en vigor, la cifra se vería reducida a varias decenas de miles. Con los valores límite que se están proponiendo alcanzaríamos una cifra de unos pocos miles de vidas. No obstante, el Parlamento solicita valores límite más estrictos para estas partículas más pequeñas, lo cual apoyo. No obstante, no apoyo el hecho de que se alargue el plazo para la aplicación. Espero que podamos mejorar ese aspecto.
Soy ponente sobre la última fase del Sexto Programa de Acción en materia de medio ambiente. Dicha fase establece objetivos relativamente ambiciosos, y esto también se aplica a la calidad del aire. Su objetivo era garantizar que dejemos de menoscabar la salud humana. Ahora hay que decir que con esta primera estrategia temática legislativa, que pretende cumplir con los objetivos del Sexto Programa de Acción en materia de medio ambiente, no lograremos los objetivos contenidos en el mismo. Esto también restringirá los objetivos que decidimos en el Sexto Programa de Acción en materia de medio ambiente.
Jules Maaten, en nombre del Grupo ALDE. – (NL) Señor Presidente, la importancia del aire limpio es, sin duda, incuestionable, y también es obvio que sus beneficios sobrepasan con mucho a los gastos. Por lo tanto, el objetivo de esta legislación –y me centro principalmente en el proyecto de directiva– es encomiable, y apoyo especialmente los intentos del señor Krahmer de hacerlo lo más factible posible. No obstante, deberíamos cuestionar si en la Unión Europea vamos por buen camino y si la legislación que proyectamos no es simbólica.
¿Por qué digo esto? Aunque queremos imponer requisitos estrictos a los Estados miembros, ni siquiera llegan a cumplir las antiguas normas de calidad del aire. Desde la entrada en vigor de la Directiva sobe calidad del aire en 2005, que fija topes para las partículas de polvo PM10, diez Estados miembros no han logrado cumplir los requisitos. Incluso antes de 2005 debería haber sido obvio para la Comisión que los Estados miembros no cumplirían los valores límite sin una política sistemática de reducción en la fuente que implicara restricciones con respecto a las emisiones de escape de coches, camiones y barcos.
Entre 2002 y 2004, aproximadamente el 96 % de las ciudades superaba las normas diarias, y las normas anuales se superaban en varias regiones de Europa del sur, los países del Benelux y Alemania, al igual que en Europa Central y Oriental, donde lo hacían un 73 % de las ciudades. Sin medidas en la fuente, que la Comisión anunció en repetidas ocasiones hace años, los valores más o menos estrictos para las PM10 o PM2,5 no sirven para nada, y ni siquiera hablo del nitrógeno.
Sin medidas en la fuente, los Estados miembros serán incapaces de cumplir los valores límite, y sin duda me complace escuchar al Comisario confirmar que presentarán todas estas medidas de reducción en la fuente, aunque habrá que esperar. En la Comisión existe una fuerte oposición a esta política, como de hecho también en esta Cámara. Las medidas a corto plazo no son eficaces. Una política efectiva debe centrarse en medidas a largo plazo, y por ello también debe incluir una política de reducción en la fuente, que aquí no está prevista. El objeto de la legislación es encomiable, pero el camino elegido para lograrlo es dudoso.
Satu Hassi, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (FI) Señor Presidente, Señorías, como se ha dicho, la contaminación atmosférica mata a más de 300 000 europeos al año de manera prematura. Los expertos en salud ambiental han afirmado que la propuesta de la Comisión era asombrosamente insuficiente, pero ¿nos dará ahora el Parlamento Europeo motivos para un desconcierto todavía mayor? La mayoría de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria propone que la legislación actual sea menos estricta. Ha retrasado la entrada en vigor más de 10 años y duplicado el número de días en los que se pueden superar los valores límite, pasando de 30 a 55 al año. Ofrece la excusa de que en un futuro lejano los límites anuales se reducirían de 40 a 30 microgramos por metro cúbico. No obstante, esto es solo una mejora aparente, puesto que si el valor límite actual se puede superar en más de 35 días, en la práctica esto representa una media anual de 30 microgramos.
Es falso que las empresas con valores límite diarios tengan un efecto desdeñable en la salud. Al contrario, los hospitales siempre ingresan a más pacientes cardiacos cuando se han superado los límites de contaminación diarios. Esta propuesta escandalosa de la Comisión de Medio Ambiente se justifica diciendo que los Estados miembros no pueden hacerlo mejor. No obstante, los propios Estados miembros han acordado en el Consejo, de forma provisional, una línea más estricta, en la que los retrasos solo serían de tres años. Tras este amago de acuerdo preliminar en el Consejo, los tres Grupos principales realizaron una propuesta de compromiso más elaborada, que no obstante seguía retrasando la entrada en vigor de las normas por un período de tiempo más largo que el previsto en la propuesta del Consejo de Ministros de la CE.
Ha sido horrible ser testigo del modo en que los negociadores de ciertos Grupos han seguido las directrices de la industria del automóvil. En efecto, será una vergüenza si los Grupos más grandes del Parlamento sucumben a la presión de los grupos de presión de la industria del automóvil.
Señorías, les ruego que no acepten la propuesta de la Comisión de Medio Ambiente o de la señora Weisgerber y de otros diputados de postergar la entrada en vigor de la legislación, sino que defiendan los derechos de nuestros ciudadanos a respirar aire limpio.
Jonas Sjöstedt, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (SV) La contaminación atmosférica causa importantes problemas de salud pública en el seno de la Unión Europea. Los propios cálculos de la Comisión demuestran que las emisiones al aire causan unas 370 000 muertes prematuras al año. Las emisiones de partículas son la causa más importante de estas muertes prematuras, a la que hay que añadir todos los problemas de salud que afectan a las personas con asma o las alergias de cualquier tipo, siendo los niños un grupo especialmente vulnerable. La contaminación atmosférica también crea importantes problemas ambientales en forma de eutrofización, acidificación y ozono troposférico. Existen motivos claros desde el punto de vista de la salud y el medio ambiente para fijar un límite estricto sobre estas emisiones. Los cálculos socioeconómicos llevan a la misma conclusión. La sociedad se beneficiaría significativamente si evitara los gastos asociados a las emisiones.
La estrategia temática propuesta por la Comisión y su propuesta de directiva sobre la mejora de la calidad del aire son por tanto decepcionantes. El nivel de ambición es muy bajo. Una vez más, hemos recibido la triste confirmación de que una política ambiental ambiciosa no es prioritaria para esta Comisión Europea. Lamentablemente, los proyectos de informe elaborados por la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria también son compromisos insuficientes. Las decisiones propuestas en los mismos no son, sencillamente, suficientemente satisfactorias como para aportar soluciones reales a los problemas. Por ello, el Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica ha presentado una serie de enmiendas con el fin de hacer más estrictas las propuestas de directiva. Hay una serie de propuestas contenidas en estas diversas enmiendas. En primer lugar queremos eliminar las generosas exenciones que se concederían a los Estados miembros, en virtud de las cuales tendríamos que esperar un número innecesario de años antes de que la directiva se aplicara en la práctica. Por lo que respecta al objetivo de reducir la exposición, creemos que debería ser vinculante y que puede aumentarse al 25 %. En cuanto al tope de concentración de partículas, queremos reducirlo a diez microgramos, situándolo en el mismo nivel que el recomendado para países industrializados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). También creemos que deberían imponerse los mismos requisitos de bajos niveles de contaminación en cualquier lugar, independientemente de las fuentes naturales de emisiones. De otro modo se precisarían ambientes de distintas calidades para distintas personas, en función del lugar en el que vivieran. Esta es nuestra posición.
Señor Presidente, quiero aprovechar el último medio minuto para expresar un agradecimiento personal. Mañana dejaré de ser diputado al Parlamento Europeo, por lo que este es mi último discurso en la Asamblea. Quiero dar las gracias a las diputadas y diputados con quienes he trabajado durante los últimos 11 años. Ha sido un placer haber podido trabajar en esta Cámara. También quiero dar las gracias a los servicios del Parlamento y sobre todo a los intérpretes. Muchas gracias.
(Aplausos)
El Presidente. – Señor Sjöstedt, me emociona mucho estar aquí en este momento. Créame, y me expreso en nombre de todos los diputados, que estamos muy satisfechos con su participación en todos nuestros debates. Es usted diputado a este Parlamento desde hace mucho tiempo, un diputado muy apreciado, y no solo en su Grupo, como puedo testimoniar.
(Aplausos)
Liam Aylward, en nombre del Grupo UEN. – (EN) Señor Presidente, yo también quiero desearle mucha suerte en el futuro al señor Sjöstedt.
Como miembro de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, apoyo la estrategia establecida por la Comisión sobre la calidad del aire. Dicha estrategia establece una serie de objetivos sanitarios y ambientales, así como objetivos de reducción de emisiones de las principales sustancias contaminantes. Solicita que la Comisión presente una serie de iniciativas de base sectorial, entre ellas las siguientes: la reducción de emisiones del trasporte marítimo; la reducción de emisiones de amoniaco procedentes de su uso en la agricultura; la prórroga de medidas de control y prevención integrados de la contaminación para las unidades más pequeñas; normas más estrictas con respecto a las emisiones de los vehículos y la aplicación de una directiva de topes para las emisiones nacionales.
Todos reconocemos los beneficios significativos que supone la reducción de la contaminación del aire, y apoyamos enfoques integrados y rentables para lograr mejoras de la calidad del aire. Sin duda, una mayor inversión en energías renovables y en el sector del biocombustible también ayudará a crear un medio ambiente más limpio.
Mi informe sobre el futuro de la industria del biocombustible ha sido aprobado recientemente por buena parte de la Comisión de Medio Ambiente. Algunos de los puntos clave que incluyo en dicho informe son los siguientes: los biocombustibles emiten entre un 40 % y un 80 % menos de gases de efecto invernadero en comparación con los combustibles fósiles; los biocombustibles ofrecen nuevas fuentes de ingresos para los agricultores mediante una agricultura sostenible y multifuncional del tipo que la Política Agrícola Común quiere promover.
La Unión Europea debe ser ambiciosa en las estrategias que persigue para promover la utilización de los biocombustibles. Debemos estimular una mayor demanda de biocombustibles en Europa, y debemos garantizar que el séptimo Programa Marco de I+D de la Unión Europea para el período 2007 a 2013 apueste por la promoción del sector de los biocombustibles en los Estados miembros de la Unión Europea.
Creo que todos podemos reconocer el potencial de las energías renovables como medio importante para promocionar el empleo y crear un valor añadido en las zonas rurales. La disociación del apoyo a los ingresos con respecto a la producción, introducido por la reforma de la Política Agrícola Común en 2003, ayudará a favorecer la oferta de cultivos energéticos. La llegada de los biocombustibles es una buena noticia para el sector agrícola en Europa e Irlanda, y también para la protección de nuestro medio ambiente a medio y largo plazo.
Necesitamos una acción decidida en la Unión Europea para promover el sector de los biocombustibles. Sabemos la importancia que tiene este sector. Conocemos sus beneficios ambientales, así que pongámonos manos a la obra y abordemos ese reto.
Johannes Blokland, en nombre del Grupo IND/DEM. – (NL) Señor Presidente, en ningún otro Estado miembro ha habido tantos debates sobre la calidad del aire como en mi país. Tal y como yo lo veo, los problemas actuales de los Países Bajos también deberían ser evidentes en casi todos los Estados miembros, especialmente en las zonas urbanas. El acuerdo alcanzado entre los Grupos políticos deja abierta la posibilidad de un retraso, y con razón, antes de que entren en vigor los valores límite para las PM10, y voy a aconsejar a mi Grupo que vote a favor de ello. De hecho, debo llamarles la atención especialmente con respecto a la enmienda 76, porque creo que el acuerdo –a mi juicio de manera equivocada– no ha tenido en cuenta la posición del óxido de nitrógeno. Quisiera pedir a sus Señorías que apoyen dicha enmienda.
Ahora quiero dirigirme al Comisario Dimas. Hasta ahora, señor Comisario, siempre ha dicho que la Comisión no puede estar de acuerdo con la idea de un posible aplazamiento en relación con nuevas medidas de la Comisión. Mañana observará que tiene una amplia mayoría frente a usted. Sin duda, la semana pasada también leyó usted el informe elaborado por el Instituto para una Política Ambiental Europea, que afirma que combinar ambas cosas sería muy positivo. ¿De verdad no hay posibilidades de que nos encontremos a medio camino?
Por último, sin duda, unas palabras de agradecimiento a ambos ponentes. Sé que negociar todas las dificultades en una cuestión tan sensible como esta puede ser muy complejo, pero creo que lo han conseguido, y por eso estamos en deuda con los dos. Señor Sjöstedt, muchas gracias por el buen trabajo en equipo; que Dios nos bendiga.
Irena Belohorská (NI). – (SK) Quisiera dar las gracias a los dos ponentes por su trabajo sobre este tema tan importante. Se sabe que la contaminación atmosférica reduce la esperanza de vida media nada menos que nueve meses. Más de la mitad de los europeos viven en condiciones en las que el límite de concentración diario se supera más de 35 veces al año. En la Unión Europea, la peor situación se da en el Benelux, el norte de Italia y en los nuevos Estados miembros.
La contaminación atmosférica es causa de múltiples enfermedades respiratorias y de otra índole. De acuerdo con el artículo 152 del Tratado de las Comunidades Europeas, la salud pública entra dentro del ámbito más inmediato de los Estados miembros, y la Unión Europea tan solo tiene poderes limitados a este respecto; por lo tanto, es necesario buscar la manera de capacitar a la Unión Europea para que actúe de manera indirecta, es decir, a través de otras políticas, con el fin de mejorar la salud. La mejora de la calidad del aire es, sin duda, un ejemplo de dichas políticas.
Si los Estados miembros, y especialmente a los nuevos Estados miembros, para los que la legislación de la UE sigue siendo una nueva esfera jurídica y que se enfrentan a importantes problemas económicos, han de aplicar una Directiva Marco en sus respectivos sistemas jurídicos, junto con cuatro instrumentos legislativos adicionales, tres directivas derivadas y una Decisión del Consejo, está claro que la aplicación se encontrará con dificultades, errores y omisiones. El público tendrá dificultades para identificar las normas vinculantes de la UE sobre la calidad del aire. Por ello, agradezco enormemente el hecho de que el proyecto propuesto simplifique la legislación vigente un 50 %. La Unión Europea necesita objetivos a largo plazo, controles estrictos y verificar si los Estados miembros están aplicando debidamente la directiva.
Por otra parte, la UE debe adoptar normas transparentes más centradas en la limitación de emisiones por parte de los contaminantes. Los objetivos establecidos en la legislación, ya sea para las PM10 o las PM2,5, o la fecha en la que la Directiva entrará en vigor, deberían ser ambiciosos pero realistas. A falta de ello, nos exponemos al riesgo de que los Estados miembros no los cumplan. A este respecto, es importante darse cuenta de que incluso las medidas más serias por parte de la Unión Europea no sevirán de nada a menos que la UE se implique en la cooperación global, puesto que entonces la contaminación atmosférica será importada y no estaremos en condiciones de impedirlo.
John Bowis (PPE-DE). – (EN) Señor Presidente, si quiere saber por qué motivo celebramos este debate, venga a Oxford Street, en mi circunscripción de Londres, donde podrá oler, gustar y sentir la contaminación atmosférica que pretendemos atajar. Una generación anterior se encontró con la bruma y le hizo frente con leyes de aire limpio, que hizo que dejara de quemarse carbón en los hogares, en las industrias y en los ferrocarriles.
Ahora nos encontramos con el reto de partículas finas y el efecto respiratorio y cardiovascular que tiene sobre nuestros electores: medicación extra, millones de jornadas de trabajo perdidas al año y muertes prematuras. En mi circunscripción, 1 000 personas mueren de manera prematura a causa de la contaminación, y otras 1 000 son hospitalizadas. Ahora se calcula que la contaminación por las PM2,5 reduce nuestra esperanza de vida en unos ocho meses. Ese es el reto. Por ese motivo tenemos que abordar la contaminación en su origen, en relación con los turismos y vehículos pesados, barcos, maquinaria agrícola, productos que consumen energía, etc. No obstante, tenemos que abordarlo mediante esta directiva, simplificando los instrumentos jurídicos anteriores a la vez que introducimos esta nueva norma para las partículas más pequeñas, las PM2,5, porque sabemos que son las más peligrosas para la salud humana. Necesitamos una directiva robusta, y el Comisario tiene razón al recordarnos que no debemos retroceder con respecto a cuestiones que ya se han acordado. Sin duda, mi delegación votará a favor de normas que supongan retos, que sean eficaces y que se apliquen lo antes posible.
Quiero dar las gracias a los dos ponentes que han presentado la cuestión a través de la comisión parlamentaria en esta sesión plenaria, y deseo al Comisario mucho éxito en su trabajo. También quiero desear lo mejor al señor Sjöstedt, nuestro amigo y colega de la Comisión de Medio Ambiente. Mientras se lleva sus credenciales ambientales al otro lado del océano, esperemos que también logre influir en los estadounidenses y que haga que entiendan la necesidad de tomar medidas ambientales de este tipo.
Matthias Groote (PSE). – (DE) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, agradezco a los ponentes el trabajo que han realizado y su capacidad de compromiso, que se refleja en estas enmiendas de transacción. La calidad del aire es un criterio para medir la calidad de vida. Cada año, más de 300 000 personas mueren de manera prematura a raíz de las partículas, una situación intolerable a la que hay que poner fin, por lo que debemos acoger con satisfacción que se desarrolle una estrategia y se elabore una directiva sobre la calidad del aire y el aire limpio en Europa.
Por lo que respecta a la mejora de la calidad del aire, la principal preocupación tiene que ver con los valores límite para las partículas PM10 y PM2,5. El 21 de junio, la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria se pronunció a favor de fijar unos valores límite ambiciosos al respecto. Lo que es significativo para los Estados miembros de la UE es que no solo se definan valores límite para una buena calidad del aire, sino que se planifiquen los medios para garantizar su cumplimiento, y pongo como ejemplo la norma de emisiones Euro 5 para vehículos de motor particulares.
Del mismo modo que los instrumentos, el factor tiempo también desempeña un papel esencial en el cumplimiento de los valores límite; incluso si se establecen de manera inmediata valores límite más estrictos para los vehículos de motor particulares, tendrá que pasar cierto tiempo hasta que aumente el número de vehículos de motor no contaminantes en las carreteras europeas. Los compromisos sobre los que vamos a votar garantizan valores límite más estrictos y un calendario realista, posibilitando que los instrumentos funcionen y que se cumplan los valores límite. El establecimiento de valores límite ambiciosos para la calidad del aire y el desarrollo de instrumentos para garantizar su cumplimiento puede mejorar la calidad del aire, y con ello, la calidad de vida en Europa en los próximos años, y eso es lo que debemos intentar hacer.
Por último, también debo extender mi agradecimiento al señor Sjöstedt, quien ha trabajado conmigo, como ponente alternativo, en la recta final de las negociaciones sobre la norma Euro 5. No llevo aquí mucho tiempo –tan solo diez meses–, pero puedo decirte, Jonas, que en este tiempo te has convertido en un gran colega para mí. Mis mejores deseos y mucho éxito en tu futura carrera.
Sarah Ludford (ALDE). – (EN) Señor Presidente, yo no estoy en la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, pero al igual que el señor Bowis, represento a Londres, la ciudad conocida tradicionalmente por el nombre de «Gran Humo». Hoy el aire de Londres sigue estando muy contaminado y figura entre los peores de cualquier ciudad de Europa. En la principal red de carreteras de Londres, en el centro de la ciudad y en los alrededores del aeropuerto de Heathrow se superan con creces los límites de contaminación atmosférica fijados por la Unión Europea, puesto que se sitúan un 50 % por encima del límite de dióxido de nitrógeno, debido a la combinación de aviones y vehículos.
Acojo con satisfacción los muchos aspectos positivos de las nuevas propuestas y el informe Krahmer, como la racionalización de la legislación, la mayor accesibilidad del público a los resultados de los controles, los nuevos límites de partículas finas y los límites más estrictos para otros contaminantes. No obstante, me preocupa mucho el efecto que podría tener en mi ciudad el retraso de los plazos, quizás hasta 2018 en lugar de 2010, con respecto a los puntos calientes.
Habría que pedir a los ciudadanos de Londres que confiaran en el Gobierno británico o en el alcalde de Londres a la hora de conseguir el aplazamiento si es realmente imposible cumplir el plazo de 2010. No obstante, sin duda se precisa voluntad política para cortar el tráfico viario y aéreo. Una barrera entre el Gobierno del Reino Unido y su objetivo de tender una tercera pista en Heathrow está formada por los límites europeos de calidad del aire, especialmente con respecto al dióxido de nitrógeno. Me temo que un aplazamiento prolongado permitirá ajustarse a esos límites.
Me sorprende y me decepciona en cierta medida que haya diputados al Parlamento Europeo menos progresistas que los Gobiernos de la Unión Europea, al menos con respecto a la cuestión de los plazos. Es la primera vez en siete años en esta Asamblea que el Consejo se muestra más progresista que el Parlamento Europeo. Espero, para bien de los londinenses, que nos ciñamos a los plazos más ajustados posible.
(Aplausos)
Marie Anne Isler Béguin (Verts/ALE). – (FR) Señor Presidente, Señorías, si queremos luchar eficazmente contra la contaminación atmosférica y obtener resultados en materia de salud, debemos aprobar proyectos mucho más ambiciosos en esta Cámara. La mala excusa de las dificultades que tienen algunos Estados miembros para aplicar la legislación ambiental ya no es aceptable, porque la salud de las personas ya no es negociable.
El coste de las enfermedades debidas a la contaminación atmosférica aumenta cada día. Ahora bien, en la actualidad, son las autoridades las que asumen la factura sanitaria, porque el coste de la sanidad no se ha integrado aún en nuestros presupuestos. Por lo demás, los economistas estiman que habría que elevar el precio del galón de petróleo, que actualmente es de tres dólares estadounidenses, a diez dólares para integrar el coste de la sanidad y el cambio climático. Esto cambiaría profundamente la situación.
La Unión no debe debilitarse, señor Comisario, en materia de política ambiental, cosa que puede tender a hacer por el juego insidioso de la simplificación y la refundición de textos jurídicos europeos. Por esta razón, el Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea pedimos enfoques más vinculantes, en especial para las PM2,5, así como la supresión de las excepciones.
La catástrofe ecológica que nos amenaza, Señorías, exige medidas drásticas, y el ejemplo nos viene por una vez de los Estados Unidos, donde el Estado de California incita a la reflexión al querellarse contra los mayores constructores de automóviles por atentar contra el medio ambiente y perjudicar la salud pública.
Por último, quisiera decir unas palabras para nuestro querido amigo, el señor Sjöstedt. Creo que echaremos de menos su visión de las cosas en la Comisión de Medio Ambiente, pero le deseamos viento favorable al otro lado de la frontera, al otro lado de la Unión Europea. Lleve allí también el mensaje de protección de la naturaleza. Muchas gracias.
Adamos Adamou (GUE/NGL). – (EL) Señor Presidente, señor Comisario, aunque los contaminantes atmosféricos son difíciles de ver, no dejan de perjudicar nuestra salud. Solo tengo que decir que los gastos que estas enfermedades suponen para la sanidad nacional superan el 10 % del producto nacional bruto. Por lo que respecta a las excepciones, la mejor solución sería que no hubiera ninguna.
Llegados a este punto, quisiera subrayar nuestro apoyo a la enmienda correspondiente, la enmienda 73 del señor Sjöstedt; si esta enmienda es rechazada, la enmienda 54 de la señora Hassi garantiza el período mínimo de tiempo durante el cual se permitirán las excepciones.
Debemos subrayar que la reducción del límite superior de las concentraciones de las PM2,5 sin duda beneficiará a los ciudadanos europeos. No obstante, estudios recientes han demostrado que una reducción del orden de 25 µg/m3 únicamente reduciría las muertes prematuras en 4 500, mientras que si la reducción se ampliara a 15 o 10 µg/m3, como propone la Organización Mundial de la Salud, las muertes prematuras se reducirían en 13 000 y 22 000, respectivamente.
Conviene señalar que uno de los puntos más fuertes de la legislación sobre la calidad del aire es que el valor límite de 50 µg/m3 para concentraciones máximas de PM10 no debe superarse más de 35 veces.
Las enmiendas que apoyan un aumento de 35 a 55 del número de días en que se puede superar el límite debilitan significativamente la directiva, por una parte, y por otra no hacen nada por garantizar la protección de la salud pública; en este punto estoy totalmente de acuerdo con el Comisario.
Jonas, tenemos una deuda contigo, y te doy las gracias personalmente y de manera especial, porque me has enseñado mucho como nuevo diputado a esta Asamblea. Buena suerte para el futuro.
Urszula Krupa (IND/DEM). – (PL) Señor Presidente, en el minuto del que dispongo, quiero subrayar que la directiva sobre la calidad del aire en Europa, junto con las enmiendas que restringen las normas de manera significativa, tratan a los Estados miembros que se acaban de integrar en la Unión en pie de igualdad con los llamados Quince. No obstante, estos últimos llevan aplicando métodos para reducir las emisiones de contaminantes durante un período de tiempo considerable.
Según las estimaciones del Ministro de Medio Ambiente polaco, necesitamos una inversión que supera los 50 000 millones de zlotys si queremos cumplir los requisitos establecidos en la directiva. También se produciría un incremento significativo de los gastos sociales y económicos. Para las clases sociales más pobres, el aumento del coste de la vida podría neutralizar cualquier beneficio aportado por la mejora de la calidad del aire. Su nivel de vida caería debido a una dieta insuficiente, a la imposibilidad de acceder a la asistencia sanitaria y a la incapacidad de mantener las normas de higiene básicas, junto con otros factores ambientales que contribuyen a una buena salud.
«Un aire más limpio para Europa»: otros enfoques no abordarán la cuestión a corto plazo. Por eso estamos a favor de ampliar el período de tiempo en el que han de cumplirse las normas, especialmente para los nuevos Estados miembros. También es el motivo por el que nos oponemos a fijar unas condiciones más estrictas para las excepciones. Vamos a votar en contra de las enmiendas restrictivas.
Karl-Heinz Florenz (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, señor Comisario, señores ponentes, estimado Jonas, creo que el compromiso que hemos logrado aquí es satisfactorio, con su combinación de objetivos exigentes y una aplicación flexible. Se trata de una buena decisión, combinada como lo está con una declaración al efecto de que no habrá viaje gratis para los que no hagan nada, aunque quizás no sea por propia voluntad. Por ejemplo, se espera que el sector del transporte crezca un 60 % en los próximos 20 años.
Todos los que han intervenido hoy han mencionado la importancia de un medio ambiente limpio, y ese es el motivo por el que este asunto no implica únicamente a los fabricantes de coches, sino también a los constructores de sistemas de calefacción; tiene que ver con las plantas generadoras energía y con los sistemas de carga; de hecho, con un ámbito muy amplio que hay que abordar. La industria debe entender que las normas de este tipo son, en última instancia, una oportunidad para vender tecnología moderna en todo el mundo, y por ese motivo las industrias del automóvil, y también los fabricantes de otros equipamientos industriales, deben darse cuenta de que estas normas les ofrecen actualmente una oportunidad de desarrollar nuevas tecnologías y trabajar en la investigación y la innovación.
Esta directiva también nos llevará a preguntar quién investigará en el futuro sobre mejores combustibles, porque los combustibles renovables no son la única cuestión crucial; también se plantea la cuestión de los combustibles que estamos utilizando actualmente. Si le plantea esa cuestión a la industria del motor, la respuesta que obtendrá es que no son de gran calidad, sino más bien deficientes. En los últimos años se han exigido muchas cosas a la industria del automóvil, pero los automóviles siempre han tenido que funcionar con combustibles de baja calidad, y eso debe cambiar en los próximos años. En un período de diez o quince años podremos realizar cinco veces el recorrido que hacemos hoy con un litro de combustible, y eso es lo que hace que la innovación y la investigación sean tan importantes; también por ese motivo se exigen normas ambientales estrictas.
Mi querido Jonas, has sido un buen colega y te has convertido en un buen amigo. Te deseo mucha suerte en el futuro.
Gyula Hegyi (PSE). – (EN) Señor Presidente, todos tenemos derecho a un medio ambiente limpio y saludable, y nadie debe poner en peligro la salud y la vida de otras personas. Este principio debe ser la piedra angular no solo de nuestra política ambiental, sino también de nuestra futura Constitución. Las personas tienen derecho a un aire limpio, y los políticos e industriales tienen la responsabilidad de garantizárselo.
Hace algunas décadas, la industria era la principal causante de la contaminación atmosférica y de las enfermedades asociadas. Con los cambios tecnológicos, la industria ha logrado contaminar menos, pero al aumentar la cifra de automóviles, la situación no ha mejorado. El ochenta por ciento de nuestros ciudadanos viven en ciudades, y para ellos la causa principal de la contaminación atmosférica es el tráfico. Durante la audiencia del Grupo del PSE sobre la contaminación atmosférica vimos pruebas claras de esto. Si queremos garantizar un aire más limpio a nuestros ciudadanos, debemos cambiar nuestra política de ordenación del tráfico en las ciudades.
En las ciudades con aire contaminado debemos reducir el tráfico en vehículos individuales y mejorar el transporte público. Los estrictos objetivos de reducción de la contaminación, tal y como se proponen para las partículas en suspensión, únicamente podrán alcanzarse de ese modo. Ese debe ser el objetivo principal, pero también tenemos que reducir las emisiones peligrosas procedentes de los automóviles utilizando motores, combustibles y filtros más limpios, tal y como se indica en las propuestas Euro 5 y Euro 6. Cuando están en juego vidas humanas, no basta hacerse ilusiones y formular recomendaciones prudentes. Necesitamos objetivos vinculantes y reglas estrictas. También debemos fijar valores límite anuales y diarios. Los valores límite deben ser bajos y estrictos, pero por otra parte también deben reflejar la realidad. Es mejor reducirlos paso a paso que fijar medidas poco realistas y permitir que se incumplan.
Mis últimas palabras son para el señor Sjöstedt: Tack, Jonas.
Hiltrud Breyer (Verts/ALE). – (DE) Señor Presidente, la propuesta de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria es un compromiso endeble, ni más ni menos que una invitación a la inactividad, y si se acepta, la política de aire puro de Europa corre el riesgo de hacer el ridículo.
Muchos municipios ya han puesto en marcha ambiciosas medidas políticas para conseguir un aire limpio, incluida la modernización de sus flotas de automóviles, zonas ambientales y cosas por el estilo, por lo que no debe premiarse la inactividad, y eso es precisamente lo que les ofrece el endeble compromiso de la Comisión de Medio Ambiente al alargar el plazo, a ellos y a los que no han hecho los deberes.
¿Para qué pensamos que sirve la legislación europea si premiamos a los que no hacen nada? Hemos hablado de la norma más estricta para las PM2,5. Sabemos que con 20 no llegamos a ninguna parte, ni con 25, así que, ¿por qué no votar a favor de la propuesta más ambiciosa de los Verdes de 12? Espero que mañana logremos evitar que la política europea de aire limpio acabe en la basura, porque sería una vergüenza que Europa abandonara su liderazgo y se arriesgara a negar el futuro a la industria, en particular a la industria del motor.
La contaminación atmosférica mata a más de 350 000 personas en Europa, 65 000 de las cuales se encuentran en Alemania, por lo que sería bueno que hiciéramos algo más que hacer mucho ruido.
PRESIDENCIA DEL SR. ONYSZKIEWICZ Vicepresidente
Ria Oomen-Ruijten (PPE-DE). – (NL) Señor Presidente, en primer lugar quisiera dar las gracias a la señora Weisgerber, que ha mostrado mucha comprensión, ha escuchado mucho y ha logrado un compromiso sólido con el señor Krahmer y la señora Corbey. Estoy en deuda con todos ellos. Señora Corbey, está usted a favor de una nueva política estricta de reducción de emisiones en la fuente. Quisiera decir a la señora Breyer y a la señora Hassi que para cumplir las normas de calidad del aire podemos redactar normas estrictas, pero si después no tenemos posibilidades de cumplirlas técnicamente, entonces no sirven de nada. Es más, los Países Bajos reciben críticas por querer acelerar la introducción de filtros de hollín. Bueno, si todo eso es inaceptable, no deberíamos prescribir normas estrictas, puesto que no podemos cumplirlas.
También sé, y una vez más me dirijo a la señora Hassi al decir esto –puesto que el señor Blokland y el señor Maaten han dicho muchas cosas con las que estoy totalmente de acuerdo–, también sé por qué los Países Bajos han votado a favor de esta legislación. Lo han hecho porque les daba la oportunidad de inyectar cierta flexibilidad en una serie de ámbitos. Esa es la verdadera razón por la que han votado a favor. No obstante, ¿qué podemos ver cuando se compara la posición del Consejo con la del Parlamento? Aunque los Ministros de Medio Ambiente pueden dormir el sueño de los justos por haber establecido normas estrictas, después llegan a casa y se encuentran con una investigación de la Agencia de Medio Ambiente que concluye que todo lo que se ha puesto por escrito no puede lograrse en casa de ninguna manera.
Deberíamos dejar de jugar a la política de ese modo. En casa se me han acabado las excusas. Ese también es el motivo por el que apoyo cada uno de los detalles del compromiso que se ha logrado en esta Asamblea. Por «estricto» que sea, en esta Asamblea, sin embargo, decimos «sí» a esto mientras pueda lograrse.
Françoise Grossetête (PPE-DE). – (FR) Señor Presidente, señor Comisario, la calidad del aire es una de las claves del éxito del desarrollo sostenible. Nuestros conciudadanos conocen la repercusión que puede tener la calidad del aire en su salud. Se preocupan con razón cuando un colegio está situado cerca de un cruce con tráfico intenso. Los padres piden que se apliquen medidas de mejora de la calidad del aire porque quieren saber qué aire respiran sus hijos.
El informe Krahmer tiene la utilidad de reunir distintos textos en una sola directiva, lo que debería permitirnos mejorar nuestro enfoque del problema.
Queremos ser, pues, ambiciosos por lo que respecta a la calidad del aire. Pero para conocer la calidad del aire, primero hay que medirla. Ello exige apoyarse en organizaciones que estén lo más cercanas posible del lugar, que conozcan la geografía del territorio estudiado: son las redes vecinales.
Sabemos que los desplazamientos de la contaminación por el viento se interfiere en esto. Conocemos también que las cadenas montañosas influyen. La contaminación se desplaza y llega a territorios que no son en sí mismos fuente de contaminación. Contrariamente a lo que se dice en la exposición de motivos, no siempre se observan altos niveles de contaminación atmosférica en las zonas urbanas con gran densidad de población.
Pero para que la política europea sea visible, debe ser ante todo coherente e inscribirse en un enfoque integrado de lucha contra el cambio climático. Fijar valores límite no es todo. También hay que saber qué se piensa hacer. La lucha contra el CO2 ocupa un lugar central en los mecanismos propuestos.
Permítanme hacer alusión al reglamento relativo a las emisiones de los vehículos de motor, el Reglamento Euro 5. Ya conocemos las consecuencias de su aplicación. Si por un lado remediamos el problema de las emisiones, por otro incrementamos las emisiones de CO2, que, como sabemos, están en el origen del cambio climático. Hay, pues, muchas contradicciones en todo esto.
Por tanto, necesitamos flexibilidad. De nada sirve decidir medidas estrictas si no se pueden aplicar en los Estados miembros. Debemos concedernos, pues, el tiempo necesario. Creo, ante todo, en la prevención, que pasa por planes de desplazamiento urbano y por el desarrollo de tecnologías limpias.
En cualquier caso, quiero dar las gracias a todos los ponentes por el compromiso que han alcanzado, que me parece bueno.
María del Pilar Ayuso González (PPE-DE). – (ES) Señor Presidente, señor Comisario, en primer lugar, me gustaría felicitar a la Comisión por sus propuestas y también a los ponentes, porque han mostrado, una vez más, su alto compromiso con el medio ambiente.
Es cierto que los ciudadanos desean un aire cada vez más limpio y un alto nivel de protección. Sin embargo, estos mismos ciudadanos afirman −y así lo demuestran muchas encuestas− que no están dispuestos a sufragar los costes de semejante nivel de protección, y ello nos obliga a ser equilibrados a la hora de tomar medidas.
Me sorprende la cantidad de espacio que el informe consagra a la agricultura. Creo sinceramente que es demasiado reducida para un sector en crecientes dificultades y que además cumple múltiples funciones con efectos positivos para el medio ambiente y la cohesión social.
En cuanto al sector del transporte marítimo, estoy de acuerdo con el objetivo de conseguir condiciones equitativas de competencia, pero, además, creo que es importante trabajar en la Organización Marítima Internacional para la designación de las nuevas zonas de control de emisiones de azufre; de lo contrario, vamos a conseguir que parte de la flota europea se abandere en terceros países en los que los controles son prácticamente inexistentes.
Por otra parte, echo de menos algo más de ambición en lo que se refiere a los vehículos, los primeros causantes de la contaminación en las ciudades y de la dependencia exterior en el ámbito energético. Me gustaría conocer la opinión de la Comisión al respecto, porque creo que los vehículos limpios nos harían mejorar drásticamente la calidad del aire en las ciudades.
Por último, es importante seguir aplicando y desarrollando la Directiva sobre prevención y control integrados de la contaminación. Esta Directiva permitirá que las industrias sigan innovando y controlen sus emisiones de forma más eficaz, sin necesidad de cerrar ninguna instalación.
Solo me queda pedir a la Comisión flexibilidad y sentido común a la hora de aplicar todas estas propuestas que hoy se nos hacen.
Péter Olajos (PPE-DE). – (HU) Señor Presidente, como diputado húngaro al Parlamento Europeo, soy especialmente sensible al debate actual sobre la contaminación atmosférica. Tanto mi lugar de trabajo, Bruselas, como mi hogar, Budapest, figuran entre los lugares más oscuros del mapa de contaminación atmosférica europeo. Con respecto a las partículas en suspensión, por ejemplo, Budapest ya había superado los umbrales en los cuatro primeros meses del año, y no es raro ver cómo los niveles superan el máximo 4 o 5 veces.
Esto lleva ocurriendo muchos años, sin el menor signo de mejora. Pero el efecto perjudicial de las partículas finas sobre la salud es un hecho. Una persona que resida en Europa pierde una media de ocho meses de vida a raíz de esto. No obstante, en el caso de los habitantes de Budapest, esta pérdida asciende a tres años. Por este motivo, acojo con satisfacción la nueva estrategia temática sobre la contaminación atmosférica, al igual que la normativa sobre partículas finas.
No obstante, la normativa no logra nada si no se garantiza su cumplimiento. No podemos esperar que las comunidades locales hagan más de lo que pueden hacer realmente. Pero debemos esperar que por lo menos hagan lo que pueden. Es obvio que la contaminación atmosférica está muy influida por numerosas causas externas, incluido el clima, por citar un ejemplo. No obstante, esto no quiere decir que con una planificación urbana adecuada y el desarrollo de redes de transporte públicas no podamos lograr mejoras significativas. Por lo tanto, es muy importante que se concedan extensiones a estas comunidades sobre la observación de los umbrales que han realizado todos los esfuerzos posibles.
Debemos garantizar que ninguna ciudad europea experimente lo que ocurre hoy en día en Budapest, que a pesar de las obligaciones europeas a este respecto para todos estos años, el gobierno municipal sigue sin tener una estrategia de mejora de la calidad del aire. Es decir, ni siquiera tienen idea de cómo pueden acercarse al cumplimiento de los límites que son tan esenciales para garantizar la salud pública. Me parece que tenemos que ofrecer a los ciudadanos europeos una alternativa más atractiva que las máscaras que han de llevar los ciclistas en China.
Stavros Dimas, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, en primer lugar quisiera dar las gracias a todos los oradores por sus importantes contribuciones a este debate. Para cerrar el debate quisiera hacer hincapié en la importancia de seguir actuando frente a la contaminación atmosférica. Sus efectos adversos para la salud, la pérdida de productividad económica y el deterioro de la calidad ambiental siguen siendo demasiado grandes.
Algunos han criticado la estrategia desde un ángulo, y otros desde otro distinto. Algunos consideran que la flexibilidad propuesta va demasiado lejos, otros creen que es demasiado reducida. Revisaremos la estrategia para ver qué avances se han realizado y cuánto más podemos acercarnos a los objetivos del Sexto Programa de Acción en materia de medio ambiente.
Entiendo la preocupación expresada por aquellos que quieren que se tomen más medidas de la Comunidad para atajar la contaminación y cumplir el objetivo estratégico y las normas de calidad del aire. Creo que hay consenso entre el Parlamento, el Consejo y la Comisión con respecto a las medidas necesarias. De hecho, la Comisión ya ha realizado gran parte de los preparativos, cuyos frutos se verán en los próximos meses. A raíz de ello, no creo que haya necesidad de un acuerdo interinstitucional en este ámbito.
En cuanto a las enmiendas 30 y 81, entiendo las preocupaciones de aquellos que solicitan una mayor flexibilidad en la aplicación de la legislación vigente sobre la calidad del aire. No obstante, no puede haber flexibilidad sin debilitar la legislación. Creo que la propuesta de la Comisión de fijar un plazo de cinco años a partir de la entrada en vigor de los valores límite supone un buen equilibrio y la Comisión no puede apoyar que se debiliten las disposiciones todavía más. A modo de explicación, según la propuesta de la Comisión, la prórroga alcanzará hasta finales de 2009; según el enfoque general del Consejo, llegará hasta 2010 y según la enmienda de los ponentes se extenderá hasta 2013. Así que hay diferencias en esta cuestión. Son cuatro años más dos desde la entrada en vigor de la nueva directiva. Entiendo que esta es la propuesta presentada en este Pleno.
Con respecto a las enmiendas 46 y 82, conviene una aclaración con respecto al valor límite diario de PM10. Esta medida protege a los individuos sensibles del efecto de una breve exposición a partículas en suspensión. Es distinto del valor límite anual, concebido para proteger a todos de una exposición prolongada. No se puede sustituir sin más el límite diario por un valor límite anual más restrictivo. Esto es lo que dicen los expertos en salud. La clave para garantizar el cumplimiento de los límites diarios y anuales consiste en realizar buenas evaluaciones oportunas de la calidad del aire y en tomar las medidas necesarias para reducir las emisiones. Está claro que muchas autoridades no lo han hecho, y ahora tienen problemas para cumplir los límites.
Con respecto a las enmiendas 49 y 50, la concentración propuesta para PM2,5 está fijada en un nivel coherente con los estrictos valores límite anuales de PM10, que la Comisión no pretende cambiar. También es útil recordar que la Comisión ha propuesto dos modos de atajar PM2,5: la concentración de 25 microgramos por metro cúbico y el enfoque de reducción a la exposición, en el que los niveles medios en zonas urbanas se reducirán en un plazo de diez años. Estos métodos combinados permitirán conseguir mejoras para la salud.
Nuestro trabajo de modelado, que está en la base de la estrategia temática y la propuesta de calidad del aire, muestra que es posible obtener mayores mejoras para la salud permitiendo a los Estados miembros escoger en qué ámbitos desean reducir los niveles de contaminación. Este es el propósito de los objetivos de reducción de la exposición. Esta flexibilidad se limitará si el grado de concentración fuerza a los Estados miembros a desviar los recursos para garantizar el cumplimiento en determinadas regiones críticas, donde pueden lograrse pocas mejoras de salud. Para la salud pública, es preferible una reducción general de la exposición.
En resumen, sobre la propuesta legislativa de la calidad del aire, me complace decir que la Comisión puede apoyar 32 enmiendas, en parte o en principio. Facilitaré a la Secretaría del Parlamento una lista completa de la posición de la Comisión sobre cada una de las enmiendas(1).
El Presidente. El debate queda cerrado.
La votación tendrá lugar el martes a las 11.30 horas.
La Comisión puede aceptar en su totalidad, en parte o en principio las enmiendas 1, 2, 3, 4, 6, 8, 9, 11, 13, 14, 15, 19, 21, 23, 26, 27, 29, 31, 32, 37, 39, 40, 41, 42, 44, 45, 47, 48, 49, 50, 65 y 80.
La Comisión se reserva su posición con respecto a las enmiendas 54, 56, 58, 61, 62, 63, 66 y 75.
La Comisión no puede aceptar las enmiendas 5, 7, 10, 12, 16, 17, 18, 20, 22, 24, 25, 28, 30, 33, 34, 35, 36, 38, 43, 46, 51, 52, 53, 55, 57, 59, 60, 64, 67 a 74, 76 a 79 y 81 a 84.