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Procedimiento : 2006/2061(INI)
Ciclo de vida en sesión
Ciclo relativo al documento : A6-0233/2006

Textos presentados :

A6-0233/2006

Debates :

PV 25/09/2006 - 14
CRE 25/09/2006 - 14

Votaciones :

PV 26/09/2006 - 7.5
CRE 26/09/2006 - 7.5
Explicaciones de voto

Textos aprobados :

P6_TA(2006)0367

Acta literal de los debates
Lunes 25 de septiembre de 2006 - Estrasburgo Edición DO

14. Estrategia temática para el medio ambiente urbano (debate)
Acta
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  El Presidente. De conformidad con el orden del día se procede al debate del informe del señor Hegyi, en nombre de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, sobre una estrategia temática para el medio ambiente urbano [2006/2061(INI)] (A6-0233/2006).

 
  
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  Gyula Hegyi (PSE), ponente. – (EN) Señor Presidente, aproximadamente el 80 % de nuestros ciudadanos viven en zonas urbanas, pero sus necesidades e intereses están muy infrarrepresentados en los fondos, proyectos e iniciativas de la Unión. A juzgar por nivel de financiación de la Unión Europea, estos habitantes de las ciudades son ciudadanos de segunda clase de la Unión Europea. La estrategia temática para el medio ambiente urbano debe ser una iniciativa valiente y progresiva, no solo una tibia recomendación de buenos deseos. Lamentablemente, el documento de la Comisión sobre esta cuestión es bastante débil. El Sexto Plan de Acción en materia de medio ambiente ha fijado objetivos alentadores, pero esta vez la Comisión ha logrado proponer medidas y plazos vinculantes legalmente. La Comisión no intenta equilibrar la política europea entre zonas urbanas y rurales y carece de una visión para un medio ambiente urbano más limpio. No puedo hacer el trabajo de toda la Comisión, pero al menos puedo intentar proponer medidas útiles.

En primer lugar, propongo que la legislación comunitaria exija un plan de gestión urbana sostenible y un plan de transporte urbano sostenible para todas las aglomeraciones de más de 100 000 habitantes, tal y como propuso la Comisión en 2004. Representantes de ciudades europeas han expresado su satisfacción con mi propuesta. Las medidas vinculantes de este tipo facilitan las cosas a los ayuntamientos sensibles al medio ambiente, pues así disponen de un fundamento jurídico para tomar medidas relativas al medio ambiente.

En lo que respecta al transporte, habría que dar prioridad al transporte no motorizado sobre los demás tipos de tráfico, al transporte público sobre el privado y a los turismos pequeños y menos contaminantes sobre otros vehículos. El peaje para prevenir la congestión, como se utilizan en Londres y Estocolmo, es una medida que está dando resultados actualmente. Es el único futuro posible para todas las grandes ciudades europeas. El referendo celebrado hace algunos días en Estocolmo ha demostrado que los ciudadanos comulgan en la idea, y tan solo una minoría de ciertos sectores interesados se oponen a ella. También propongo trasladar el 5 % en kilómetros-pasajero del transporte individual –es decir, los automóviles de turismo– al transporte público y a la bicicleta. Los límites de velocidad en los centros de las ciudades, como en Graz, Austria, reducen los accidentes, salvan vidas y reducen la contaminación atmosférica y las emisiones de ruido. Las zonas de bajas emisiones también son útiles para combatir la contaminación atmosférica.

Si verdaderamente queremos hacer algo con respecto al cambio climático, también debemos actuar en nuestras ciudades. Como dicen los ingleses, «la caridad empieza por uno mismo». Eso también debe aplicarse al desarrollo sostenible. Debido al cambio climático, las olas de calor convierten las ciudades en infiernos durante los calurosos días y noches de verano. Las olas de calor matan a miles de ciudadanos europeos, condenándolos a una muerte dolorosa y humillante. Los planes de emergencia para las olas de calor son cruciales para la mayoría de ciudades europeas, excepto en algunas comunidades nórdicas. Los tratamientos básicos para las olas de calor son sencillos: más agua, tejados y fachadas verdes, agua fresca y sistemas de refrigeración naturales, así como la reducción del tráfico de automóviles. Se avecinan veranos calurosos y debemos salvar las vidas de los habitantes de las ciudades. Necesitamos más espacios verdes en nuestras ciudades. Incluso diez metros cuadrados de islas verdes pueden mejorar el espíritu de una ciudad, junto con parques más grandes y jardines cercanos.

Las playas urbanas de verano, como las de París, Bruselas y Budapest, también son proyectos útiles para los que no pueden abandonar la ciudad durante largas vacaciones. Tanto en los antiguos como los nuevos Estados miembros, decenas de millones de personas viven en urbanizaciones prefabricadas masivamente. En muchas ciudades occidentales, estas urbanizaciones se han convertido en guetos étnicos y sociales. Se necesitan complejos programas sociales, culturales, educativos y ambientales para rehabilitar este tipo de barrios. En Centroeuropa, por ejemplo en Hungría, la mayoría de estas urbanizaciones todavía no se han convertido en guetos. La mayoría de sus habitantes siguen perteneciendo a las clases bajas y medias. En su caso, el estado físico de las viviendas es preocupante. En los diez nuevos Estados miembros, las reparaciones y rehabilitaciones de las urbanizaciones suponen un paso adelante crucial para mantener la paz social y mejorar la vida urbana.

Como ponente he aceptado muchas enmiendas presentadas por mis colegas del Grupo del PPE-DE con la esperanza de facilitar una buena colaboración. Me ha sorprendido bastante que el Grupo del PPE-DE intentara destruir posteriormente mi informe eliminando todos los objetivos y medidas importantes en la comisión.

Hago un llamamiento a los diputados para que apoyen la importancia de medidas y objetivos vinculantes. Sin esas medidas y objetivos, nuestro trabajo se reducirá a palabras, meras palabras. Mi informe puede resumirse en una frase: menos coches, más zonas verdes y agua. Es la única estrategia de supervivencia para nuestras ciudades.

 
  
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  Stavros Dimas, miembro de la Comisión. (EL) Señor Presidente, gracias por brindarme la oportunidad de participar en el debate de esta tarde sobre la estrategia temática para el medio ambiente urbano, que el Parlamento Europeo esperaba de la Comisión con especial interés.

Quisiera comenzar dando las gracias y felicitando al ponente, el señor Hegyi, y a la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria por el completo y ambicioso informe que se va a examinar hoy.

También acojo con satisfacción la contribución realizada por el señor Ó Neachtain y la Comisión de Transportes y Turismo y la contribución de la señora Kallenbach y la Comisión de Desarrollo Regional.

Antes de continuar, quisiera compartir con ustedes las buenas noticias de que los Comisarios aprobaron el viernes pasado la séptima y última estrategia temática sobre el suelo. La elaboración de estas estrategias fue difícil y laboriosa. No obstante, ahora se ha identificado un camino claro a seguir para las cuestiones ambientales de actualidad, entre las que se incluye el medio ambiente urbano.

El medio ambiente urbano es una cuestión importante para todos nosotros. Con el Sexto Programa de Acción en materia de medio ambiente, la Comisión reconoció el papel que desempeña el medio ambiente urbano en las vidas de muchos ciudadanos europeos y se comprometió a tomar medidas en este sector.

El medio ambiente urbano afecta directamente al modo de vida de millones de ciudadanos europeos, y también tiene repercusiones importantes sobre el medio ambiente en general. Las ciudades europeas deben ser viables, sostenibles y ofrecer una alta calidad de vida, de modo que los ciudadanos quieran vivir y trabajar allí y las empresas inviertan.

No obstante, todavía hay que realizar un esfuerzo considerable a este respecto. Sin duda, las zonas urbanas promueven el crecimiento económico y cuentan con una buena oferta y un buen acceso a servicios públicos como la educación, la salud y el transporte.

No obstante, la otra cara de la moneda muestra los múltiples problemas relacionados con la vida en la ciudad, como el deterioro del medio ambiente, la congestión del tráfico, la exclusión económica y social, el crimen y la alienación. El objetivo de la estrategia en cuestión es promover y facilitar el crecimiento urbano sostenible, centrándose en cuestiones ambientales como la contaminación atmosférica, el ruido exterior, los altos niveles de tráfico, las emisiones de gases de efecto invernadero, el caótico desarrollo de la construcción, el consumo de agua y la generación de residuos.

Los problemas han sido muy fáciles de identificar, pero encontrarles solución ha sido muy difícil. Esto se aplica principalmente cuando el objetivo es encontrar soluciones que puedan ensayarse y sean viables y adecuadas para el gran número y variedad de condiciones y problemas de las distintas ciudades de la Unión Europea. Por ese motivo, a pesar de que la Comisión Europea y la Comisión de Medio Ambiente están de acuerdo en lo sustancial, no lo están en el camino a seguir.

Hay quienes han solicitado más legislación y objetivos que produzcan mejoras. Puedo entenderlo desde un punto de vista teórico y estoy de acuerdo en principio. Ojalá fuera posible proceder de este modo.

Lamentablemente, no es útil ni factible y hay razones básicas por las que la estrategia no está a favor de introducir nueva legislación. Concretamente, la razón es que las soluciones deben ajustarse al principio de subsidiariedad, y nuestras ciudades son tan distintas que no hay una solución común para todas ellas.

Ya contamos con actos legislativos que habrían tenido resultados positivos sobre el medio ambiente urbano si se hubieran aplicado de manera adecuada. Ya contamos con legislación que ha tenido un efecto positivo sobre el medio ambiente y la calidad de la vida en las ciudades. Piensen, por ejemplo, en toda la legislación vigente sobre la calidad del aire ambiente, el ruido, los residuos y el agua, por citar algunas de las cuestiones abarcadas.

No obstante, esta legislación debe aplicarse mejor. En lugar de soluciones legislativas, la estrategia propone directrices sobre el modo de mejorar la gestión de las zonas urbanas de manera integrada e incrementar la sostenibilidad del transporte, que se incluirá en el Libro Verde sobre transporte urbano cuya aprobación se espera en 2007.

Esto llevará a un mejor cumplimiento de la legislación ambiental actual y a una mejora de la cohesión entre los distintos niveles políticos y administrativos. Este es el enfoque que todas las partes implicadas a las que consultamos dijeron claramente y en repetidas ocasiones que preferían. Este enfoque se verá complementado con otras medidas de apoyo como la creación de estructuras adecuadas, el intercambio de mejores prácticas y la creación de incentivos de acuerdo con los Fondos Estructurales de la Comunidad.

Los Estados miembros deben incluir las cuestiones ambientales urbanas en los programas nacionales de financiación de acuerdo con la política de cohesión comunitaria, para que las autoridades regionales y locales puedan beneficiarse de las oportunidades de financiación disponibles.

 
  
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  Seán Ó Neachtain (UEN), ponente de opinión de la Comisión de Transportes y Turismo. – (EN) Señor Presidente, como ponente de opinión sobre este informe en nombre de la Comisión de Transportes y Turismo, creo que las iniciativas políticas del Libro Verde de la Comisión Europea sobre energía deben integrarse en planes sostenibles de transporte urbano, especialmente con respecto a la promoción de biocombustibles. Hay que prestar apoyo suficiente al desarrollo del transporte público mediante el uso de fuentes de energía sostenibles. Solo en Irlanda, el transporte es el tercer factor más importante que contribuye a las emisiones de CO2.

Los biocombustibles deben representar el 5,75 % de nuestro suministro energético para 2010. En términos realistas, por ejemplo, de nuevo en mi país, Irlanda, se van a eliminar de las carreteras 70 000 turismos que utilizan combustibles fósiles. Los centros urbanos que disponen de transporte público con biocombustibles tienen la oportunidad de demostrar lo fácil que es utilizar dichos combustibles, que a su vez promoverán la demanda por parte de empresas privadas como taxis y usos domésticos individuales.

En conclusión, creo firmemente que únicamente mediante una política de integración en el terreno de la eficiencia energética y la protección del medio ambiente pueden establecerse objetivos reales y alcanzarlos en las zonas urbanas.

 
  
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  Gisela Kallenbach (Verts/ALE), ponente de opinión de la Comisión de Desarrollo Regional. – (DE) Señor Presidente, quiero dar las gracias al señor Hegyi por su ambicioso informe y por una cooperación muy satisfactoria y fructífera. En nombre de la Comisión de Desarrollo Regional, me complace especialmente ver que se presta atención especial a la planificación de ciudades y de un transporte sostenibles. Es evidente que la planificación urbana futura debe combinar el aspecto ecológico con las dimensiones económica y social, incluyendo en ellas la creación de puestos vacantes y la promoción de la educación, la cultura y el deporte para jóvenes y ancianos. Debemos reducir de una vez por todas el uso del terreno y reutilizar los solares abandonados.

Instamos a los Estados miembros y a las regiones a que tengan este aspecto en cuenta al redactar –como están haciendo actualmente– sus programas operativos, porque esto no solo beneficiará al medio ambiente local, sino que también será un medio excelente para comunicar los objetivos de la política europea a los hombres y mujeres de a pie, y sin duda ya va siendo hora de que los conozcan.

 
  
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  Renate Sommer, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (DE) Señor Presidente, quisiera comenzar felicitando al ponente, especialmente por su voluntad de diálogo.

Le diría que sé que, básicamente, queremos lo mismo, es decir, un medio ambiente en el que merezca la pena vivir en las grandes ciudades y aglomeraciones urbanas de la Unión Europea, pero es evidente que nuestras opiniones divergen totalmente en cuanto al modo de lograr este objetivo. Personalmente creo que el enfoque de la Comisión es el correcto: una estrategia temática y nada más; sin propuestas legislativas, puesto que de cualquier modo no tenemos competencias para realizar ninguna. Sin duda, podemos publicar directrices relativas a las disposiciones vigentes con respecto a cuestiones como el aire, el ruido, los residuos, etc.; podemos animar a compartir experiencias y a apoyarlas, incluida su financiación, porque sabemos que no todo el mundo tiene que seguir reinventando la rueda.

El ponente trata de salvar Budapest, su ciudad natal, y eso es algo encomiable, pero también intenta eludir el principio de subsidiariedad. Quiere medidas jurídicas vinculantes; quiere alterar los poderes de las autoridades locales y regionales en materia de planificación e intervenir en ese terreno. Tengo que decirle que se equivoca; si hace eso, levantará el rechazo público hacia la Unión Europea.

Hay por tanto una serie de cuestiones en este informe que mi Grupo y yo queremos que cambien. Por ejemplo, por importante que sea la protección del medio ambiente, no debe tener el resultado final de hacer la vida imposible a las empresas; la calidad de la vida urbana depende de la calidad del medio ambiente y de la vitalidad económica.

Y, tal y como yo lo veo, una tasa de congestión tampoco resuelve nada. Sí, sin duda existe la necesidad de contar con medios de transporte favorables para el medio ambiente, como autobuses, trenes, bicicletas, etc., pero sería un error prohibir los coches, que son medios de transporte para los individuos, en las ciudades. Lo único que haría eso sería animar a la construcción de centros comerciales en zonas verdes no urbanizadas y la despoblación de las zonas rurales, haría que los ciudadanos abandonaran las ciudades, los centros de las ciudades se convirtieran en tierras yermas y la calidad de la vida urbana decayera.

Tampoco tiene sentido exigir a las ciudades cosas que son incapaces de gestionar, como la recogida de datos, incluso sobre el uso local de biocidas, una categoría que incluye, si me permiten recordárselo al señor Hegyi, el polvo contra los piojos que utilizo para mi perro. Ese tipo de cosas nos hacen hacer el ridículo. Tenemos que garantizar el mantenimiento del principio de subsidiariedad; es decir, lo que considero que es nuestra función y que es la intención subyacente de nuestras enmiendas.

 
  
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  Anne Laperrouze, en nombre del Grupo ALDE. – (FR) Señor Presidente, quiero felicitar al ponente, el señor Hegyi, por el trabajo que ha realizado. Tenemos aquí un informe que formula las preguntas adecuadas y ofrece algunas respuestas acertadas.

En efecto, el informe resalta la necesidad de coherencia y cooperación, lo que algunos denominan el «enfoque integrado», del que se hace eco la comunicación de la Comisión Europea. Hace falta una visión de conjunto para comprender mejor el desafío del entorno urbano, en particular desde los puntos de vista social, cultural y ambiental.

Apruebo que el informe haga hincapié en una serie de puntos fundamentales: intercambiar buenas prácticas y promover la formación de los agentes locales, controlar el creciente volumen de tráfico y romper la correlación que se observa entre el aumento del transporte y el crecimiento del PIB, alentar el ahorro energético y mejorar la eficacia energética de los edificios, imponer la implantación de programas de gestión urbana sostenible y de programas de transporte urbano sostenible para todas las aglomeraciones de más de 100 000 habitantes y, por último, proponer un objetivo en materia de superficie de espacios verdes por habitante en las nuevas urbanizaciones.

Pienso, no obstante, que debemos encontrar un justo equilibrio entre dar instrucciones a los Estados miembros y otorgar un poder de iniciativa a los agentes locales, pues constituyen un vivero de innovaciones, al ser los primeros que se enfrentan a la realidad urbana. De hecho, nuestro objetivo debe ser crear un marco que suscite iniciativas locales, dejando en manos de los responsables locales la elección de los objetivos y las soluciones.

 
  
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  Claude Turmes, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (DE) Señor Presidente, muchas gracias al ponente por este espléndido informe. También agradezco el modo en que ha abordado una idea que me importa muchísimo, que es la idea de un nuevo pacto, de una nueva calidad de cooperación entre el nivel europeo por una parte y las grandes ciudades de Europa por otra.

En Europa, el 80 % de las personas viven en ciudades. Si queremos progresar en ámbitos como la conservación de recursos, la política energética, la calidad del aire, etc., una cosa absolutamente necesaria es una integración más estrecha de las políticas aplicadas en las ciudades y las aplicadas a escala europea. Lo que hace falta es aprovechar mejor los instrumentos financieros de la Unión Europea, incluidos, por ejemplo, los préstamos del Banco Europeo de Inversiones.

Lo último que quiero decir está dirigido a usted, señora Sommer: incluso el Gobernador Schwarzenegger y sus conservadores de California han avanzado más que usted. Lo que ha hecho con la industria del automóvil en su forma actual es desenmascararla ante todo el mundo por lo que es, una pandilla de granujas que debería comparecer ante un juez. El papel que se ha autootorgado usted como representante en esta Cámara del grupo de presión de la industria del automóvil alemana es algo que considero vergonzoso para alguien que dice querer conservar la naturaleza.

 
  
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  Erik Meijer , en nombre del Grupo GUE/NGL. – (NL) Señor Presidente, en tiempos pasados los países eran predominantemente rurales y las ciudades eran la excepción. El crecimiento de la población y la aparición de las profesiones urbanas ha cambiado este hecho drásticamente en el último siglo, hasta el punto de que la gran mayoría de europeos viven ahora en ciudades de verdad, en barrios periféricos y en zonas rurales que se han urbanizado en gran medida debido a la industria, a los puertos o a la minería.

En el mundo en desarrollo, pero también en partes de Europa, observamos que dichas zonas urbanas pueden resultar totalmente inviables debido al caos del tráfico, a los barrios pobres, la contaminación y la especulación inmobiliaria. En los casos en que falta agua potable y limpia, no existe una red densa de transporte público frecuente, una buena gestión de residuos sólida ni buenas viviendas asequibles, o en que la asistencia sanitaria, el trabajo social y la educación son insuficientes, estas ciudades se convierten en infiernos. Tan pronto como las ciudades van cuesta abajo, las personas con un alto nivel educativo y unos ingresos elevados pueden irse de la zona, pero los obreros y los inmigrantes no tienen otra opción que quedarse. Hasta la fecha, la política nacional y europea se basa en el incremento del número de coches y recortes de los servicios públicos. Eso pone en peligro el futuro de nuestras ciudades. Era correcto que la atención de la Unión Europea se centrase originalmente en la producción agrícola, y el campo debería haberse desplazado a las ciudades en los últimos años. Lamentablemente, esta cuestión también tuvo su reverso. Si se hubiera adoptado sin cambios la propuesta de la Comisión de 2000 de una obligación contractual para el transporte urbano, esto habría perjudicado la expansión de las redes de tranvías y del transporte público gratuito, al igual que la creación de una red de transporte frecuente y densa. Son las propias ciudades y regiones las que deben responsabilizarse, en la medida de lo posible, de la regulación del transporte urbano, la planificación física, el desarrollo urbano, la planificación de los espacios abiertos y los carriles de bicicleta. No obstante, la Unión Europea puede añadir valor en ámbitos como la investigación y el intercambio y transferencia de conocimientos. De ese modo podemos controlar los peligros y abusos, promover iniciativas de mejora y reforzar el desarrollo de mejores normas ambientales y su cumplimiento. Especialmente en los futuros Estados miembros, Rumanía y Bulgaria, queda mucho por hacer en este terreno.

Apoyo al señor Hegyi en su lucha por un transporte no contaminante, la protección de los cascos antiguos de las ciudades, la adopción de una cuidadosa gestión del agua, el consumo económico de energía y la protección de zonas de gran belleza natural.

 
  
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  John Bowis (PPE-DE). (EN) Señor Presidente, doy las gracias al señor Hegyi por su informe y por aceptar una serie de enmiendas que he presentado. Espero que, del mismo modo, acepte las enmiendas que ha presentado mi colega, la señora Sommer, en el sentido de que Europa resulta óptima cuando se trata de compartir buenas prácticas. Se trata de compartir buenas prácticas entre Estados miembros y autoridades locales. Las enmiendas tienen por objeto asegurar que esto se dirija a ellos y que no se pida a la Comisión que lo haga todo por ellos. Si nos ponemos de acuerdo en eso, entonces podremos apoyar las excelentes ideas que contiene el informe en su conjunto.

Nuestros electores están preocupados, y con razón, por muchos aspectos del medio ambiente urbano. Acabamos de celebrar un debate sobre la calidad del aire: es un aspecto muy importante de esta cuestión. No obstante, no se trata de eso únicamente; se trata del ruido que tenemos que soportar en el medio ambiente urbano, tanto de vecinos como de vehículos, de guetos, etc. Este no es un ámbito para directivas europeas, pero podemos compartir las mejores prácticas sobre el modo de abordarlo. Del mismo modo, la limpieza de las calles y la suciedad de nuestras ciudades suponen una cuestión de salud pública que debería estar en nuestra agenda. Podemos aprender unos de otros. Del mismo modo que se ven en París las alcantarillas con agua para limpiarlas por la noche, hay ideas en toda Europa. Queremos observar una reducción gradual de la delincuencia en el merco de nuestra estrategia para zonas urbanas, haciendo hincapié en la necesidad de diseñar las urbanizaciones de manera que no se conviertan en trampas para los ciudadanos en las que pueden ser sorprendidos por criminales, asegurando que haya rutas seguras hacia las estaciones de tren, etc. También debemos garantizar un desarrollo sensato a lo largo de nuestros ríos para evitar construir en llanos inundables y las catástrofes que esto puede ocasionar.

Hay muchas buenas ideas en este informe, así como oportunidades para compartir mejores prácticas, y eso es lo que podemos sacar de este asunto. Espero que el Comisario impulse esta cuestión con ese espíritu.

 
  
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  Gyula Hegyi (PSE).(HU) Señor Presidente, quiero dar las gracias a todos los diputados y diputadas que han contribuido a este informe con la esperanza de que se apruebe. De manera especial a aquellos que han estado de acuerdo con la mayor parte de mis ideas.

En cuanto a la subsidiariedad, creo que mis opiniones son ligeramente distintas. No estamos hablando de una directiva, sino de una propuesta estratégica. Por ello, no debemos rebajar nuestras exigencias en este momento. Cuando llegue el momento de elaborar directivas nos enfrentaremos en cualquier caso a un largo proceso de negociación.

Por cierto, me he reunido con representantes de autoridades locales y ciudades europeas y con miembros de Eurocity, que han venido a verme al edificio del Parlamento Europeo. Lo que esperaban de mí era precisamente que se incluyeran medidas vinculantes en la medida de lo posible para que pudieran llevar a cabo mejor sus ideas favorables al medio ambiente, contando con el apoyo de la Unión Europea, puesto que, sin duda, hay otros intereses a considerar en las ciudades.

También es importante que esta propuesta estratégica no se pierda en la confusión. Por eso, en uno de los apartados he planteado la necesidad de un seguimiento de este informe en el marco de una consulta intrainstitucional. Afortunadamente, esta propuesta ha recibido el apoyo de todos los partidos de la Cámara.

Por lo tanto, pido al Comisario Dimas que me conceda la oportunidad, la semana que viene o en otro momento, de debatir el modo de proceder a partir de este informe, tras su aprobación por el Parlamento.

 
  
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  Stavros Dimas, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, quiero dar las gracias a todos los oradores por sus contribuciones tan positivas y constructivas. Esta estrategia supone un paso importante hacia un desarrollo urbano más sostenible. Es una respuesta al Sexto Programa de Acción en materia de medio ambiente y una contribución clave a la mejora de las vidas cotidianas de los ciudadanos europeos.

Me complace que el Parlamento vaya a adoptar en breve una resolución que reconozca la importancia de las cuestiones urbanas para los ciudadanos de la Unión Europea. Creo que, a pesar de algunas diferencias sobre el modo de abordar este importante reto, la Comisión y el Parlamento tienen una visión y un entendimiento comunes de las cuestiones clave, en particular de las cuestiones de fondo y los efectos.

Mientras la Comisión cree que un enfoque basado en orientaciones, incentivos y diseminación de mejores prácticas es el mejor modo de proceder, no obstante, controlará la efectividad de la estrategia y realizará revisiones de vez en cuando para ver cómo puede ayudar a abordar este importante reto.

La Comisión informará al Parlamento sobre los resultados de este control. Espero que el Parlamento pueda adoptar una resolución que apoye los objetivos y fines de la estrategia.

 
  
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  El Presidente. El debate queda cerrado.

La votación tendrá lugar el martes a las 11.30 horas.

Declaraciones por escrito

(Artículo 142 del Reglamento)

 
  
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  Zita Gurmai (PSE). (EN) Las ciudades desempeñan un papel clave en la generación de riqueza: el desarrollo económico, social y cultural constituye una fuerza motriz del crecimiento y el empleo.

Una planificación urbana eficiente, el desarrollo pragmático de modelos e instrumentos ambientales urbanos con un enfoque integrado y el intercambio de mejores prácticas ayudan a las ciudades a garantizar el desarrollo sostenible y a conciliar los retos económicos, sociales y ambientales, al mismo tiempo que contribuyen a la salud y el bienestar de los ciudadanos de la Unión Europea.

Estas medidas, basadas en políticas exhaustivas con objetivos y marcos claros, concretos y perceptibles, deben ser sostenibles, estar orientadas al futuro y apoyarse con fondos suficientes de la UE. En cuanto al medio ambiente urbano –que es una cuestión amplia, integral y que cambia constantemente–, se necesita un enfoque flexible, por lo que debe hacerse hincapié en la investigación, que podría incluirse en el Séptimo Programa Marco de investigación.

Entre la gran variedad de objetivos prioritarios encontramos algunos de los retos más importantes. Uno de estos objetivos es adoptar medidas encaminadas a reducir el uso del terreno, y de manera especial limitar las urbanizaciones en zonas verdes no urbanizadas y potenciarla en solares abandonados en los programas de desarrollo urbano con el fin de proteger las zonas verdes. El transporte público urbano sostenible, la introducción progresiva de tecnologías y modos de transporte favorables al medio ambiente, así como la promoción del uso del transporte público y no motorizado en lugar de los coches privados, son algunos ejemplos de las prioridades principales.

 
  
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  Kathy Sinnott (IND/DEM). (EN) La Comisión Europea, con ayuda del Parlamento y el Consejo, elabora numerosas estrategias encaminadas a proporcionar orientación y a diseminar las mejores prácticas.

Garantizar que se tome en serio la Estrategia Urbana Europea es un reto. Los intereses financieros en la planificación y el desarrollo urbano son tales que hará falta algo más que sugerencias para garantizar que las medidas que tomemos ahora den pie en un futuro a ciudades seguras en las que se pueda vivir.

En lugar de declarar en la Estrategia que las zonas verdes son importantes para el diseño urbano, creo que es mejor estipular que necesitamos por ejemplo un 15 % de espacios verdes en las zonas urbanas o un tantos metros por cada 1 000 habitantes. Solo un objetivo real con peso detrás podrá hacer frente a los promotores hambrientos de suelo.

En mi circunscripción existe una urbanización de propiedad pública que se construyó hace 30 años. Planificada del modo previsto en esta Estrategia, cuenta con amplias zonas verdes, con calles fácilmente accesibles e infraestructuras municipales. Esta zona ha sido un modelo de buenas prácticas y ha servido muy bien a la comunidad.

No obstante, esta zona se encuentra amenaza por planificadores urbanos que pretenden construir viviendas. Únicamente una estrategia urbana que especifique porcentajes reales permitirá crear suficientes zonas verdes en las ciudades e impedirá la eliminación de las que existen actualmente.

 
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