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Procedimiento : 2006/2002(INI)
Ciclo de vida en sesión
Ciclo relativo al documento : A6-0248/2006

Textos presentados :

A6-0248/2006

Debates :

PV 25/09/2006 - 19
CRE 25/09/2006 - 19

Votaciones :

PV 26/09/2006 - 7.6
CRE 26/09/2006 - 7.6
Explicaciones de voto

Textos aprobados :

P6_TA(2006)0368

Acta literal de los debates
Lunes 25 de septiembre de 2006 - Estrasburgo Edición DO

19. Marco europeo de cualificaciones (debate)
Acta
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  El Presidente. De conformidad con el orden del día, se procede al debate del señor Mann, en nombre de la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales, sobre la creación de un marco europeo de cualificaciones (2006/2002(INI)) (A6-0248/2006).

 
  
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  Thomas Mann (PPE-DE), ponente. (DE) Señor Presidente, Comisario Figel’, Señorías, puesto que en la Unión Europea no podemos competir con los bajos salarios y las normas sociales mínimas de las economías emergentes, en su lugar tenemos que ser coherentes en el desarrollo de nuestro potencial para un trabajo de alta calidad y, para ello, la formación en capacidades y la educación permanente son esenciales. En marzo de 2005, los Ministros de Educación de los 25 Estados miembros de la UE declararon que estaban dispuestos a modernizar sus sistemas nacionales para que los ciudadanos pudieran adaptarse a las demandas cada vez más exigentes de los mercados nacionales e internacionales.

Siguen existiendo grandes obstáculos que impiden el acceso a la educación y la formación entre una institución y otra y entre los Estados miembros, lo que impide que se apliquen con eficacia los conocimientos y las capacidades. Debido a ello, las cualificaciones son cada vez menos transparentes, lo que conlleva que no haya el suficiente reconocimiento de las cualificaciones del título o licenciatura fuera del país en el que se han obtenido, pero cuanto más transparentes sean los sistemas escolares, de formación profesional y universitarios, más fácilmente se podrán evaluar los modelos específicos que se utilizan en los Estados miembros; por ejemplo, la calidad del doble sistema en mi propio país, Alemania, y el valor de una cualificación de maestro de obra.

El marco europeo de cualificaciones es un metamarco con tres funciones. Primero, se pretende que vincule las cualificaciones nacionales e internacionales. En segundo lugar, se ha concebido para asegurar el reconocimiento de las cualificaciones tanto de la educación general como de la formación profesional y sean capaces de ser reconocidas y transferidas, y en tercer lugar, están destinadas a asegurar una mayor transparencia, permeabilidad y movilidad. El marco europeo de cualificaciones se fundamenta en ocho niveles de referencia que clasifican los resultados del aprendizaje, y que van desde las capacidades básicas para tareas sencillas a las capacidades específicas de alto nivel exigidas para la formación académica. En cada uno de estos ocho niveles, sea cual sea el camino educativo emprendido, tiene que ser posible adquirir capacidades relacionadas con el trabajo. Este aspecto ha recibido una amplia aprobación de los interlocutores sociales, desde las cámaras de comercio e industria y los órganos de gobierno de gremios y oficios, a instituciones educativas, profesores de centros de formación profesional, trabajadores en prácticas y aprendices y sus formadores, y estudiantes de escuelas y colegios, ya que todos entienden que no se están substituyendo los planes de los Estados miembros, sino que más bien se amplían fundamentándose en el conocimiento basado en la experiencia para que se aplique de forma voluntaria.

Como ponente de esta Cámara, he criticado una serie de puntos de la propuesta de la Comisión por presentar un énfasis excesivo en la formación académica y tener en cuenta de manera insuficiente la formación profesional. Sigo creyendo que existe un vínculo que no está lo suficientemente claro con el mercado laboral. El marco europeo de cualificaciones ha de tener como objetivos los del crecimiento y el empleo, entre otras cosas, como se estableció en Lisboa II, que combine por un lado la competitividad de las empresas y, por otro, la empleabilidad de los ciudadanos. La Comisión de Empleo y Asuntos Sociales ha compartido mis objeciones, y me ha alegrado mucho ver que mis colegas –muchos de los cuales están presentes hoy aquí– presentaban propuestas y, salvo tres abstenciones, han votado por unanimidad la aprobación de este informe.

Entre otras cosas, respaldamos la revisión del marco de cualificaciones para que incluya la comparabilidad de los resultados de los procesos de aprendizaje, en marcado contraste con muchas evaluaciones anteriores, que solo han considerado la duración del proceso de aprendizaje y el tipo de cualificación obtenido. Lo que para nosotros es más importante es que se considere que la educación académica y la formación profesional tienen el mismo valor, siendo dos caras de la misma moneda, en concreto el proceso de Bolonia tenía como objetivo la creación de un marco europeo común para la educación superior y el proceso de Copenhague el de mejorar la cooperación europea en la formación profesional. El marco europeo de cualificaciones solo tendrá éxito si se crean marcos nacionales de cualificaciones en todos los Estados miembros, si entonces es posible desarrollarlos, y si se pueden asociar debidamente al marco europeo de cualificaciones en 2009. Espero que lo que contiene este marco sea accesible al gran público –en lo que, por supuesto, vamos a colaborar en esta Cámara– y que los interlocutores sociales, los educadores y las instituciones colaboren de buena fe. Solo en ese momento los establecimientos educativos dispondrán de las herramientas adecuadas y para la vida laboral en la Unión Europea.

 
  
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  Ján Figeľ, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presiente, estamos ante un paquete de cuestiones que demuestran que la educación y la formación están ganando impulso. Estoy seguro de que el marco europeo de cualificaciones (MEC) es uno de los puntos de los próximos años. Cuando se me pregunta por las principales cuestiones de mi competencia para los próximos cinco años, contesto que el MEC es una de ellas y creo que ahora estamos actuando en consecuencia y que no nos limitamos a las palabras.

En primer lugar, quiero expresar mi gratitud al ponente y a la Comisión de Empleo por el excelente informe que han preparado en consulta con otras comisiones y que refleja el documento de consulta de la Comisión del año pasado. Este informe nos ofrece la oportunidad de reflexionar sobre la propuesta formal aprobada este mes, porque estoy seguro de que el aprendizaje permanente y la movilidad son factores cruciales para nuestra competitividad y la cohesión social en la Unión Europea.

La Comisión siempre ha dado pasos positivos para avanzar en estos ámbitos. Sin embargo, en la práctica, los ciudadanos en Europa siguen encontrándose obstáculos cuando intentan desplazarse de un país a otro para estudiar o trabajar y cuando quieren convertirse en ciudadanos y no en meros turistas en la Unión. También se enfrentan a dificultades cuando intentan seguir estudiando y formándose y pasar, por ejemplo, de la formación profesional a la educación superior. El MEC ayudará a solucionar este problema. Mejorará la transparencia y hará que los distintos sistemas o marcos nacionales de cualificaciones sean más comprensibles en Europa. Al hacer que los distintos sistemas interactúen unos con otros, el MEC fomentará el acceso a la educación y la formación e incrementará la movilidad para estudiar o trabajar. También podría ser importante fuera de Europa, porque cuando estuve en Moscú o, en junio, en Canadá, estos dos países –Rusia y Canadá– expresaron su interés por saber más de este instrumento, porque les gustaría utilizarlo para inspirar sus políticas.

Ya tenemos instrumentos jurídicos, como las directivas sobre el reconocimiento mutuo de cualificaciones profesionales. La iniciativa Europass se ha mencionado hoy, y también persigue los mismos objetivos. Sin embargo, estos instrumentos por sí solos no son suficientes, y esto es por lo que el MEC es tan importante para seguir mejorando la situación.

Nuestra propuesta ya integra muchos de los comentarios y recomendaciones recogidos en el informe del señor Mann; estoy seguro de que podemos estar de acuerdo en eso. Por tanto, considero que el Parlamento y la Comisión están siguiendo el mismo camino en esta cuestión. El documento que han comentado fue un documento de consulta publicado en julio del año pasado. Desde entonces, hemos avanzado hacia un instrumento más práctico y más favorable para los destinatarios.

El señor Mann tiene razón cuando dice que deberíamos hacer más por la formación profesional. Me gustaría recordarles que esta cuestión ya se incluyó en el Tratado de Roma, en 1957; y la educación superior no se recogió hasta el Tratado de Maastricht; en 1999, lanzamos el proceso de Bolonia y, más tarde, el proceso de Copenhague. Ahora tenemos dos procesos paralelos, que impulsan el marco europeo de cualificaciones, pero tenemos que empezar a aplicar verdaderamente las cláusulas importantes de nuestros tratados. Lo estamos haciendo ahora: en el proceso de Bolonia, 45 países, en el de Copenhague, 32. Hace dos semanas estuve en Suiza, que quiere incorporarse al proceso de Copenhague. Así que estos son buenos mensajes para nuestro trabajo.

Solo podremos beneficiarnos plenamente del MEC, si los Estados miembros lo aplican correctamente. Tendrán que vincular sus sistemas de cualificaciones con el MEC. Estoy convencido de que nuestra propuesta aporta el lenguaje común y los medios para desarrollar la confianza mutua necesaria, que es la base para la verdadera aplicación de dicho instrumento. Esta estrategia también es útil para los empresarios y los particulares a la hora de comparar las cualificaciones en todo el territorio de la Unión y entre los distintos sistemas educativos y de formación.

Estoy seguro de que esta iniciativa clave está ayudando a los ciudadanos de Europa a hacer frente a los retos y a recoger los beneficios de una sociedad basada en el conocimiento. No solo estamos deseando seguir debatiendo, sino también seguir cooperando tras la reciente aprobación de la propuesta.

(Aplausos)

 
  
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  Stefano Zappalà (PPE-DE) , ponente de opinión de la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor. – (IT) Señor Presidente, Señorías, la Estrategia de Lisboa propone acelerar el proceso de modernizar los sistemas europeos de educación y formación, con el objetivo de que la economía europea sea la más competitiva del mundo en 2010.

Una mayor movilidad dentro del mercado laboral y un sistema de aprendizaje permanente eficaz son las condiciones básicas y esenciales para ello. La falta de comunicación y cooperación entre las autoridades nacionales y entre los sistemas de formación en diferentes niveles impide que se utilicen eficazmente las capacidades y conocimientos ya adquiridos. Por esta razón, necesitamos fomentar una cierta interacción entre los sistemas de educación y cualificación de los diversos Estados miembros.

Como ha mencionado el Comisario, mediante la Directiva 36 relativa al reconocimiento de cualificaciones profesionales, en la que he sido el ponente, el trabajo ya ha comenzado en determinados aspectos, y la creación de un marco europeo de cualificaciones lo complementará y lo continuará de forma natural. Con este trabajo se mejorará y fortalecerá la confianza recíproca entre los diversos sistemas, y fomentará la movilidad y el aprendizaje permanente. Tiene que facilitar una estructura que sea flexible y que se pueda integrar fácilmente en las estructuras nacionales correspondientes, al mismo tiempo que mantiene las diversas características específicas de esas estructuras. Ha de asegurar que las cualificaciones relativas a la educación y formación profesionales sean reconocibles, compatibles y transferibles, como el señor Mann mantiene con razón.

Esto supondrá aumentar y mejorar el intercambio de información en lo que se refiere a titulaciones, cualificaciones, certificados y la experiencia profesional reconocidos en los Estados miembros.

En la situación actual, no obstante, y tal como se concibe en la propuesta de la Comisión, el marco europeo de cualificaciones no parece ser nada claro; necesita que sea más comprensible, y es necesario revisar ciertos aspectos que ahora parecen ser incoherentes. Por lo tanto, sugerimos que la Comisión revise y vuelva a formular su propuesta, al tiempo que, no obstante, mantiene los objetivos.

 
  
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  Milan Gaľa (PPE-DE), ponente de opinión de la Comisión de Cultura y Educación. (SK) Me complace observar que todo el ámbito de la educación y formación permanentes haya dejado de estar en una posición marginada y haya pasado a ocupar el centro del escenario. La revisión de la Estrategia de Lisboa para el crecimiento y el empleo y la necesidad de cumplir sus objetivos han sido un incentivo importante. A principios de 2000, se dio un paso importante al aprobar el programa de trabajo Educación y Formación 2010, cuyo objetivo no solo era el de mejorar la calidad y la eficacia de los sistemas de educación y formación sino también hacer que se accediera fácil y ampliamente a ellos.

El concepto propuesto del marco europeo de cualificaciones que estamos debatiendo hoy es una iniciativa concreta que deriva del programa de trabajo. Considero que este concepto es un incentivo constructivo que contribuirá considerablemente a la transparencia en el traspaso y reconocimiento de cualificaciones a escala europea. También ha de alentar las reformas nacionales y sectoriales para promover la educación a lo largo de toda la vida, mientras desempeña un papel sustancial en el fomento de la movilidad de los estudiantes y los empleados. En el debate de hoy quiero destacar el nuevo elemento introducido por el MEC, en concreto el reconocimiento de la educación no oficial e informal. Esto alterará el enfoque en la evaluación, que tradicionalmente se ha basado en la duración de la educación o el tipo de institución, poniendo en su lugar más énfasis en el desempeño, el conocimiento, la capacidad y la competencia.

Quiero dar las gracias a mi colega y diputado al Parlamento Europeo, el señor Mann, ponente de la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales, por su trabajo en este informe en el establecimiento de un marco europeo de cualificaciones, así como al miembro asistente de la Comisión Europea responsable de la Educación, la Formación, la Cultura y el Multilingüismo, el señor Figel’, y a su equipo quienes han trabajado en el documento político. Son buenas noticias que en su reunión del 5 de septiembre la Comisión Europea aprobara el proyecto de Recomendación del Parlamento Europeo y del Consejo que establecía el marco europeo de cualificaciones (MEC) para el aprendizaje a lo largo de toda la vida. Confío que el Parlamento Europeo apruebe el informe del señor Mann en su sesión plenaria, colocándonos en una posición que nos permita debatir un nuevo documento de la Comisión sobre el marco europeo de cualificaciones.

 
  
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  Zita Pleštinská, en nombre del Grupo PPE-DE. – (SK) Considero que se trata de una tarea importante de la UE promulgar legislación europea que mejore, tanto de manera formal como no formal, las normas que regulan el entorno empresarial. El capital humano constituye un componente fundamental de ese entorno; por consiguiente, las asociaciones empresariales describen la Directiva relativa al reconocimiento de cualificaciones personales como la medida más positiva adoptada por la Unión Europea durante esta legislatura.

Otra medida importante que merece que se le preste una atención particular es el establecimiento del marco europeo de cualificaciones, que asegurará el tratamiento transparente de la educación sea cual sea el método que se utilice para alcanzar las cualificaciones subyacentes. También quiero elogiar el nuevo elemento, es decir, el reconocimiento de la educación formal y no formal, incluida la adquisición de experiencia profesional. En este sentido, quiero agradecer a mis colegas y diputados, los ponentes, señores Mann, Gal'a y Zappalà por haber elaborado un informe coherente. Estoy de acuerdo con la recomendación de los ponentes de simplificar y hacer que sea más transparente la escala de ocho niveles de referencia que constituye su elemento básico.

Creo que aunque el marco europeo de cualificaciones es voluntario, establecerá, junto con los marcos nacionales de cualificaciones, un sistema que ayudará a abordar los obstáculos en el mercado laboral de la Unión Europea. Estoy convencida de que el sector empresarial también agradecerá esta iniciativa de la Comisión Europea, ya que hará que los diversos certificados de cualificación nacionales sean más fáciles de entender, y los empresarios estarán entonces en posición de utilizar el marco europeo de cualificaciones como una herramienta de referencia en el momento de seleccionar personal altamente cualificado basándose en su educación, capacidad y competencia.

 
  
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  Françoise Castex, en nombre del Grupo del PSE. – (FR) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, con el marco europeo de cualificaciones, la Unión se dota de un instrumento sin duda mejorable, pero esencial para desarrollar la movilidad en la Unión Europea.

La movilidad de las empresas y los ciudadanos europeos abre de hecho un nuevo mercado de trabajo a escala comunitaria. Para todos los trabajadores europeos, ya sean ingenieros, técnicos u obreros, la cualificación profesional es la única y verdadera garantía de su valor en el mercado de trabajo, tanto a escala nacional como comunitaria.

Del mismo modo que la moneda única, el euro, es un valor compartido que garantiza la flexibilidad de la economía y su integración en la Comunidad, necesitamos un valor compartido de las cualificaciones profesionales reconocido en el mercado de trabajo europeo. El reconocimiento de un valor compartido de las cualificaciones profesionales es necesario tanto para las empresas como para los trabajadores. Para las empresas, la cualificación garantiza el nivel de competencia y adecuación al puesto; para el trabajador, garantiza y reconoce dicho nivel de competencia en el lugar de la Unión Europea en que se encuentre. Cualesquiera sean nuestras tradiciones nacionales, la certificación siempre confirma la aptitud de una persona para ocupar un puesto de trabajo y hacer uso de las competencias necesarias a tal fin. Esa aptitud es fruto de conocimientos adquiridos a través de la formación o de la experiencia profesional.

Quiero resaltar el progreso realizado en algunos de los Estados miembros con respecto a la validación de la experiencia, que complementa la formación, como se ha dicho. A la larga, el marco europeo de cualificaciones deberá integrar este proceso y estar abierto a todas las formas de reconocimiento. La etapa siguiente ha de consistir en anticipar desde ahora este proceso y asociar a él a los interlocutores sociales, para garantizar que se tenga en cuenta el MEC en los contratos y convenios colectivos, de modo que se garantice la combinación de una garantía social genuina con la flexibilidad del mercado de trabajo.

El valor que se da realmente al empleo, señor Presidente, está reflejado en los contratos de trabajo y en las nóminas.

 
  
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  Anne E. Jensen, en nombre del Grupo ALDE. (DA) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, como se ha dicho en varias ocasiones esta tarde, la política de educación y formación se debe decidir en el ámbito nacional. Además, esto debe seguir siendo así. Sin embargo, como también ha demostrado el debate de hoy, se están poniendo en marcha numerosas iniciativas comunes encaminadas a desarrollar la educación y la formación en Europa mediante los intercambios y la cooperación. Se trata de iniciativas sólidas y es importante que estas se den a conocer amplios sectores de la población.

El Grupo de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa puede apoyar sinceramente la creación de un marco europeo de cualificaciones, el llamado MEC. Este marco tiene por objeto promover el reconocimiento y el uso de las cualificaciones y capacidades ya adquiridas y facilitar, así, el acceso de todas las personas a la formación permanente. La participación de de 32 países en esta forma de cooperación permite desarrollar las oportunidades de educación, formación y empleo en Europa sobre una amplia base. El hecho de que la atención se centre en las cualificaciones ya adquiridas constituye en sí mismo un gran avance. Lo importante son los resultados y la capacidad real, no cómo esta se ha adquirido. Por lo tanto, se tiene debidamente en cuenta la gran diversidad de estructuras existentes en Europa, especialmente en el ámbito de la formación profesional, a la vez que se establecen unas metas comunes. En este sentido quisiera insistir en el llamamiento del señor Mann cuando nos insta a que prestemos mayor atención a la formación profesional, incluida la formación continua. No deberíamos concentrarnos solo en la formación universitaria.

Por otra parte es importante elaborar un sistema que no sea innecesariamente complejo. Es preciso que este sea más claro y sencillo que el que propone el documento de trabajo. Si queremos que el MEC sea un éxito, también es importante, como ya ha manifestado el señor Comisario, que todos los países participen de manera voluntaria e incorporen sus propios sistemas marco de evaluación de las cualificaciones, a escala nacional o regional, si fuera el caso. Es importante consolidar el trabajo ya realizado en materia de evaluación de la calidad de la educación y la formación y evitar crear una burocracia innecesaria. No será fácil, pero las metas que nos estamos marcando esta tarde son ambiciosas.

 
  
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  Sepp Kusstatscher, en nombre del Grupo Verts/ALE. (DE) Señor Presidente, no cabe duda de que es muy positivo que al Consejo y a la Comisión les preocupe el reconocimiento mutuo, en la medida de lo posible, de las capacidades, habilidades y competencias adquiridas en la educación, en la vida laboral o en el tiempo de ocio. Asimismo quisiera expresar lo mucho que valoro al señor Mann, cuyas propuestas merecen nuestro respaldo, especialmente la de que se preste mayor atención a la formación profesional, paralelamente a la formación académica.

En el minuto de que dispongo voy a limitarme a comentar brevemente los problemas que plantea el reconocimiento de cualificaciones. La principal dificultad reside en que los conocimientos y capacidades son bienes inmateriales y, por lo tanto, muy difíciles de normalizar y cuantificar. A menudo, personas que obtenían excelentes resultados en los estudios no salen adelante en la vida laboral cotidiana, dado que las cualidades que se cuantifican y califican en los estudios son a menudo de un carácter muy distinto. Para tener éxito en la vida profesional se requieren, sobre todo, competencias emocionales, creativas y sociales, hay que tener valor, entusiasmo, inteligencia práctica, tenacidad y la capacidad de gestionar las tensiones. Lamentablemente, estas cualidades no se exigen ni se fomentan especialmente en la escuela y, de hecho, tampoco es posible hacerlo.

 
  
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  Guntars Krasts, en nombre del Grupo UEN. (LV) Ante todo, quiero manifestar mi agradecimiento al ponente por su excelente y equilibrado su informe. No me cabe la menor duda de que el funcionamiento efectivo del mercado laboral de la Unión Europea sigue siendo solo cuestión de tiempo. El marco europeo de cualificaciones constituirá un paso importante en esa dirección, ya que establece las condiciones previas para la constitución de un mercado único de empleo y un entorno único en el ámbito de la formación. Estoy seguro de que la posibilidad de comparar las cualificaciones no solo propiciaría la movilidad de los trabajadores, sino que también modificaría el carácter del mercado laboral al distribuir de manera eficaz a los trabajadores. El marco de cualificaciones favorecería una vinculación mucho más estrecha entre los sistemas educativos nacionales de los Estados miembros y las necesidades del mercado laboral a escala de la Unión Europea. Se trata de medidas estrechamente relacionadas con la Estrategia de Lisboa y con sus objetivos. La última ampliación dio lugar a un aumento sin precedentes en la movilidad de los trabajadores en el ámbito de la Unión Europea. Ciudadanos de diversos nuevos Estados miembros de Europa central y oriental se han desplazado en busca de empleo al Reino Unido y a Irlanda, los únicos antiguos Estados miembros que han abierto sin restricciones el acceso a sus mercados de trabajo. De hecho la situación actual es única en lo que respecta a la necesidad de que las cualificaciones europeas puedan ser comparables. Las notables diferencias salariales han animado a millares de trabajadores altamente cualificados procedentes de Europa central y oriental a aceptar empleos modestos que solo requieren un bajo nivel de formación. Un estudio reciente, elaborado por el Ministerio de Empresa, Comercio y Empleo de Irlanda, indica que la mayoría de los trabajadores están empleados en puestos con un nivel de cualificación inferior al que podrían aspirar por su formación profesional. Un número nada despreciable de trabajadores con titulación universitaria están empleados en puestos que requieren apenas unas pocas horas de formación básica. Estas son las dificultades que se plantean cuando hay que establecer comparaciones entre sistemas educativos totalmente distintos. Esto supone una pérdida de recursos para los Estados de procedencia de los demandantes de empleo y también un despilfarro de recursos para los Estados donde aquellos no pueden hacer uso de su formación profesional. Espero que el marco europeo de cualificaciones anime a los Estados miembros entre los que se está desarrollando un activo desplazamiento de trabajadores a ser los primeros en aplicarlo y en introducir la comparabilidad entre cualificaciones, y también que no sean los únicos. Muchas gracias.

 
  
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  Jan Tadeusz Masiel (NI). – (PL) Señor Presidente, permítame que felicite al señor Mann por su interesante informe. La movilidad es uno de los principios de la Europa común. Sin embargo, la movilidad de estudiantes y trabajadores solo se podrá hacer realidad si por final se resuelven los problemas relativos al reconocimiento de certificados y titulaciones. Esto requiere que la Unión Europea establezca unos marcos europeos de cualificaciones. Es preciso continuar el trabajo iniciado en Bolonia, Barcelona, Copenhague y Maastricht. Tenemos que garantizar cuanto antes que las administraciones locales no digan a los trabajadores procedentes de otros países de la Unión que hay trabajo para ellos pero su titulación no es admisible.

Los MEC mejorarán la calidad de la formación en todos los Estados miembros de la Unión. Nos ayudarán a hacer frente a los retos de la globalización y a mejorar la competitividad en el mercado de trabajo. Esto incluye también una importante dimensión psicológica. El reconocimiento de la capacitación de una persona mediante un certificado de formación profesional o una titulación académica equivale a reconocer el esfuerzo que ha realizado para obtener una formación. Por el contrario, la negativa a reconocer la equivalencia de una titulación en otro Estado miembro tiene un componente discriminatorio y denigrante.

No debemos engañarnos, los MEC no son una cuestión sencilla. A los centros de formación y las instituciones de educación superior de un mismo país a menudo les resulta difícil ponerse de acuerdo; por lo tanto, no es de extrañar que esto también suceda a escala comunitaria. Por esto, la decisión debe ser política, en el ámbito de la Unión, y no de carácter académico. Por ejemplo, un título de albañilería polaco debería estar reconocido en Alemania y uno alemán en Polonia. Una licenciatura en psicología obtenida en Oxford se debería reconocer en todas partes y lo mismo debería ocurrir con una licenciatura en psicología otorgada por una universidad menos prestigiosa de un país de menor tamaño. No debería permitirse que las asociaciones profesionales locales planteen objeciones. Sin embargo, en Bélgica, por ejemplo, ni siquiera existe un órgano competente encargado de considerar la validez de las titulaciones de los albañiles o pintores polacos autónomos. Como consecuencia, algunas personas no pueden realizar determinados trabajos.

La cuestión de los MEC es especialmente importante para los ciudadanos de los nuevos Estados miembros, que en el futuro próximo ofrecerán sus titulaciones profesionales, en lugar de inversiones de capital, a otros Estados miembros de la Unión. Ya existe un denominador común para las inversiones de capital, que es el euro.

 
  
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  Maria Matsouka (PSE). (EL) Señor Presidente, señor Comisario, es cierto que en el curso de su historia Europa se ha enfrentado a numerosos retos y graves amenazas, como el desempleo, la pobreza y la precariedad laboral. Sin embargo, esas preocupantes tendencias hacia la desestructuración social no son una profecía que deba cumplirse forzosamente y que debamos aceptar con fatalismo. Es necesario intentar encontrar soluciones que se aparten de las percepciones que consideran que la competitividad se debe conseguir desdeñando el aspecto del empleo.

Podemos seguir un curso de desarrollo que respete por los valores europeos y nuestras sensibilidades sociales, con el conocimiento como epicentro, sin perder de vista que la globalización de la actividad económica, el progreso social y la protección del medioambiente se basan en el desarrollo continuo de nuevas capacidades y en el uso de nuevas tecnologías.

Si convertimos los centros de investigación en pilares de la innovación y la adquisición de experiencia profesional, conseguiremos una formación permanente sea eficiente, en beneficio de todos. Las nuevas capacidades de los trabajadores deben cumplir unos criterios de evaluación comunes europeos, con la consiguiente ampliación de su potencial de desarrollo.

Por todo ello –y sin dejar de respetar las particularidades de los distintos sectores profesionales y las distintas regiones–, es necesario determinar de forma clara, explícita e integrada, los ejes y las posibilidades del marco europeo de cualificaciones, situando en su centro el conocimiento como un bien social y no como una mercancía.

Para concluir, permítanme que felicite al señor Mann.

 
  
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  Ján Figeľ, miembro de la Comisión. (SK) No es solo el presente debate sino también el propio informe y el ambiente que rodea el tema de las cualificaciones en Europa nos plantean el importante reto de crear un espacio con un contenido más europeo. Esto requiere unas normas y estándares que definan una cierta calidad y, por tanto, una cierta movilidad para los ciudadanos.

Por consiguiente, quisiera destacar varios aspectos importantes para toda esta cuestión. Uno de ellos está relacionado con la creación de un espacio, lo que significa no solo la disponibilidad y calidad de la enseñanza básica y superior y de la formación profesional, sino también un espacio de formación complementaria, continua o permanente, así como con el reconocimiento de los estudios extraoficiales e informales. El marco europeo de cualificaciones avanza justamente en esa dirección. En segundo lugar, este complementa la labor ya realizada: el Europass aprobado en esta Asamblea contribuye a una mayor transparencia de las cualificaciones, pero el MEC será decisivo para conseguir que estas sean compatibles y comparables, y por lo tanto transferibles. Se trata de un cambio muy importante.

Si conseguimos que se adopte de manera definitiva, proporcionará un buen marco no solo a los empresarios y trabajadores, sino también a los proveedores de educación y formación profesional, puesto que abrirá ese espacio y, como resultado, ejercerá una presión a favor de una mejora de la calidad. El objetivo de dicha apertura es fomentar una mejora de la calidad de la educación y la formación profesional. La señora Jensen ha hablado de 32 países. Creo que su número aumentará gradualmente a medida que consigamos desarrollar el Proceso de Copenhague y el Proceso de Bolonia, con su oferta de credibilidad, unos estándares elevados y parámetros cualitativos garantizados. Estoy seguro de que esto beneficiará a la UE en su conjunto y también a sus ciudadanos e instituciones. Creo que esto será esencial para garantizar que no se vea como una amenaza a un fontanero, por ejemplo, ya sea polaco o de otro país, sino como un importantísimo contribuidor a la movilidad y la competitividad en una Europa común. Continuemos con el buen trabajo en relación con este marco de cualificaciones.

 
  
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  El Presidente. El debate queda cerrado.

La votación tendrá lugar mañana a las 11.30 horas.

 
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