El Presidente. El siguiente punto es el informe de Friedrich-Wilhelm Graefe zu Baringdorf, en nombre de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural, sobre la propuesta de Reglamento del Consejo por el que se modifica el Reglamento (CEE) n° 2092/91 sobre la producción agrícola ecológica y su indicación en los productos agrarios y alimenticios (COM(2005)0671 - C6-0033/2006 - 2005/0279(CNS)) (A6-0253/2006).
Mariann Fischer Boel, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, gracias por darme la oportunidad, a pesar de la hora tardía, de comentar nuestras propuestas sobre nuevas disposiciones relativas a la importación de productos ecológicos. Y gracias, señor Graefe zu Baringdorf, por su excelente informe.
Estamos hablando de un sector muy importante, con más de 150 000 explotaciones repartidas en 4,4 millones de hectáreas, un volumen de negocio estimado de 11 000 millones de euros en 2002 y una clara tendencia a crecer. Teniendo en cuenta la gran variedad de productos en el mercado y el número de productos transformados que contienen uno o más ingredientes importados, es evidente que las importaciones son vitales para el desarrollo del sector de la producción agrícola ecológica en la Unión Europea.
Debemos garantizar que los consumidores tengan la seguridad de que los productos que compran por ser ecológicos lo sean realmente, tanto si son importados como si son producidos dentro de la Unión Europea, y de que no haya competencia desleal para los productores ecológicos europeos. Debemos establecer asimismo mecanismos firmes para nuestros socios comerciales de manera que la producción ecológica pueda seguir aumentando.
Desde 1992, los productos importados han entrado en la Unión Europea, bien procedentes de terceros países que ofrecen garantías oficiales equivalentes y reconocidas por la Comunidad Europea –son ahora siete los países incluidos en la lista y otros tantos que han solicitado su inclusión–, o bien mediante autorizaciones de los Estados miembros para la entrada de partidas concretas. Este último sistema va en contra de las normas comunes que expiran a finales de 2006. Con esta propuesta, queremos subsanar el vacío existente entre esa fecha y el 1 de enero de 2009, día de la entrada en vigor de la propuesta que hemos presentado y que contiene exactamente las mismas disposiciones sobre importaciones que tenemos hoy sobre la mesa. No existe diferencia alguna entre lo que proponemos ahora y lo que se incluirá en la propuesta general cuya entrada en vigor está prevista para el 1 de enero de 2009. Proponemos mantener la lista de terceros países en su modalidad actual, pero sustituir las autorizaciones del Estado miembro por un régimen comunitario permanente. Por último, nuestra propuesta proporciona acceso directo a los productos que cumplan todas las condiciones establecidas, con el fin de respetar nuestros compromisos comerciales internacionales.
He tomado nota de que el informe pide garantías adicionales para esta última posibilidad de acceso directo. No pienso que nuestras posiciones sobre esta cuestión difieran mucho. Queremos exigir el máximo de garantías posibles a los operadores de terceros países que deseen ir en esta dirección, sin dar lugar no obstante a objeciones por parte de la OMC.
Por tanto, puedo aceptar parcialmente las enmiendas 1 y 2. Estoy de acuerdo en principio con el contenido de las demás enmiendas, pero preferiría que esta propuesta fuera lo más concisa posible y que estableciera todas las disposiciones importantes necesarias, pero sin ir más allá de eso. En mi opinión, las futuras normas de aplicación deberán encargarse de los detalles.
También he notado con agrado la firme voluntad de apoyar el desarrollo de organismos locales de control en terceros países. Es un elemento que apoyo, pero que no forma parte de este Reglamento.
(El Presidente interrumpe a la oradora)
El Presidente. Señora Comisaria, le pido comprensión. Lo siento mucho, pero tenemos que ajustarnos a un tiempo que ya está fuera de todo límite.
El ponente tiene cinco minutos. Le voy a pedir que utilice solo cuatro.
Friedrich-Wilhelm Graefe zu Baringdorf (Verts/ALE), ponente. – (DE) Señor Presidente, puesto que todavía estamos aquí a esta hora –usted tiene que estarlo, nosotros también y la Comisión está presente– no deberíamos pasar un cuarto de hora en discusiones. Realmente no importa si es medianoche o quince minutos más tarde; y yo tengo la intención de utilizar la totalidad de mis cinco minutos.
Nosotros, señor Comisario, coincidimos en gran parte por lo que respecta a la valoración de la situación; el mercado de productos biológicos registra una gran expansión y se está transformando de un mercado en el que los productores anteriormente comercializaban directamente sus productos, de comercios especializados en estos productos y de alimentos saludables, en un mercado de cadenas comerciales que ahora desean aprovechar y explotar la expansión del mercado de los productos biológicos. Si entran en el sector exigirán un descuento del 10 % o 20 %, lo que representa una cantidad muy considerable que los productores europeos no pueden permitirse.
Su actitud hacia la reglamentación vigente no es coherente. En un momento señala que desea modificar lo establecido para las transacciones con terceros países, lo que equivale a su revisión. Usted quiere un reglamento totalmente nuevo para regular lo que ya regula este, y eso es lo que nos parece discutible, ya que la manera en que aborda la mayor parte –casi cada tercer artículo– de la propuesta de reglamento equivale a decir que los detalles se resolverán mediante el procedimiento de comitología, es decir, a través de las disposiciones de ejecución. Eso nos parece demasiado impreciso. Lo que le pidió esta Cámara fue que hiciera mejoras; y es por ese motivo por lo que hemos presentado únicamente un documento de trabajo y no un informe.
Por lo que respecta a las importaciones –es decir, a las relaciones con terceros países– consideramos que es necesario que los productos se obtengan en las cantidades que necesitan las cadenas; el problema reside en que la producción de estos países no se ajusta a las normas comunitarias, por lo que es urgente hacer más estrictas las normas aplicables en este ámbito. Apoyamos ese aspecto, si bien tenemos dudas, por lo que se refiere al reglamento de base, de que se muestre demasiado acomodaticio a las exigencias que hacen las cadenas, a las que ya no les interesa el nombre de los productores ni los nombres de las asociaciones tradicionales de agricultura biológica, sino que quieren que la gente compre alimentos anónimos que puedan comercializar con su propio nombre. Existen tendencias divergencias en este aspecto; podemos abrigar recelos en algunas ocasiones, pero en esta estamos a su lado, pues queremos que las normas comunitarias se mantengan en los países que no forman parte de la UE.
Aunque se ha hecho referencia a los terceros países notificados, un 70 % de las importaciones todavía nos llegan por medio de lo que se denomina licencias de importación, lo que implica el examen no del proceso de producción, sino tan solo de los documentos de acompañamiento que certifican que algo es «biológico». Todos sabemos que el papel lo aguanta todo, por lo que tenemos que procurar que las normas de la Unión Europea se apliquen en estos países.
Según usted, hemos ido demasiado lejos en nuestras enmiendas, pero no es así, señor Comisario, lo cierto es que estamos de acuerdo con usted. Lo que queremos es una mayor precisión en ciertos ámbitos, y nos gustaría que el Parlamento Europeo interviniera en este proceso de notificación de la misma manera que participarán los Estados miembros; nos gustaría que este extremo quedara documentado en un informe de la Comisión en el que se detalle los avances logrados en materia de recopilación de datos y los avances de las notificaciones. También nos gustaría que se creara una base de datos con los datos sobre terceros países así recopilados a fin de poder hacer un seguimiento de los riesgos mediante inspecciones –las cuales tendrán que ser selectivas en vista de que sabemos con quién tratamos– cuyo objeto sería impedir que se cometan irregularidades.
Nos gustaría que este informe tome en consideración las críticas que hemos formulado, y esperamos que no oculte a esta Cámara los datos que ha reunido. No queremos que se repita lo que sucedió con el estudio sobre el acceso cualificado al mercado, donde todo lo que quedó fue el acceso al mercado y la cualificación se perdió en algún lugar del camino.
Todo lo que buscamos por el momento –puesto que usted ha mencionado a la OMC– es un ejemplo de lo que nos llevará a considerar que también el comercio es «cualificado».
(El Presidente interrumpe al orador)
Albert Jan Maat, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (NL) Señora Presidenta, me gustaría unirme a las protestas del ponente. Esta noche se ha retirado la palabra a una Comisaria que siempre está presente y asiste regularmente a las reuniones de la comisión parlamentaria después de tan solo cinco minutos. Tuvimos que esperar a su colega, el señor Frattini, durante 15 minutos en la votación de esta tarde, y a este se le concedió un tiempo de intervención de 15 minutos. Esta Comisaria siempre está presente, independientemente del turno que se le asigne. El hecho de que celebremos debates sobre política agrícola a las once y media de la noche no tiene nada que ver con su agenda, sino con la nuestra.
(El Presidente interrumpe al orador)
Me uno a esta protesta y notificaré mañana este incidente al presidente de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural.
Ahora pasaré al tema que nos ocupa, pero primero me gustaría condenar firmemente que se haya retirado la palabra a la Comisaria de Agricultura y Desarrollo Rural, quien no solicitó este turno, pero que no obstante se encuentra aquí y participa seriamente en este debate. No fue ella la que eligió la hora de su presencia, sino la Mesa.
La Comisaria expresó que comprende los deseos del Parlamento. El fondo del tema que debatimos hoy es que los productos importados deben cumplir los requisitos impuestos a la producción en la Unión Europea. Es indispensable y el informe lo señala claramente. Mi Grupo, el Grupo del Partido Popular Europeo (Demócrata-Cristianos) y de los Demócratas Europeos, está satisfecho con el resultado logrado en la Comisión de Agricultura y las deliberaciones realizadas en esa comisión se reflejan en las enmiendas.
Me gustaría añadir una observación de carácter político. Será necesario que en los futuros acuerdos comerciales mundiales los productos importados cumplan los mismos requisitos que los productos europeos. No solo a la agricultura biológica, sino a todos los productos agrícolas. Espero que esta Cámara brinde suficiente apoyo a la Comisaria de Agricultura en este tema, y le demos nuestro apoyo en el debate con el Comisario Mandelson dentro de la Comisión. Quiero dar las gracias al ponente por su informe, y recomendaré a mi Grupo que vote a favor del informe en su versión modificada en la Comisión de Agricultura.
El Presidente. Muchas gracias. Ruego a todos los colegas que entiendan que los intérpretes acaban su horario de trabajo a las doce. Podemos aguantar unos cuantos minutos más, pero no muchos más. No quiero correr el riesgo de que mañana no tengamos interpretación y ustedes tampoco deberían correr este riesgo, de manera que les ruego simplemente que se atengan al tiempo que tienen asignado.
El señor Graefe zu Baringdorf ha dicho que iba a hablar los cinco minutos que tenía asignados y lo ha hecho. Ha hablado exactamente los cinco minutos que tenía asignados. Por tanto no tiene usted ninguna razón para protestar.
María Isabel Salinas García, en nombre del Grupo PSE. – (ES) Señor Presidente, me atendré al tiempo asignado.
La Comisión presentó a finales de 2005 dos propuestas legislativas: una propuesta de Reglamento sobre la producción ecológica, que sustituirá al actual a partir de 2009, y la propuesta que estamos debatiendo ahora sobre el régimen de importación.
Respecto a las importaciones, el perfeccionamiento del sistema comunitario era deseable y urgente, sobre todo para simplificar de forma definitiva el sistema de autorización de importaciones provenientes de terceros países en los que no hay o no había una equivalencia general en lo ecológico y para facilitar el acceso al mercado de productos ecológicos, que, hoy por hoy, cuentan con una débil estructura administrativa.
Mi Grupo considera que la modificación propuesta tiene esos loables objetivos. Sin embargo, me gustaría llamar la atención sobre el hecho de que no se puede ni debe llevar a cabo reduciendo las garantías al consumidor −como muy bien ha dicho la propia Comisaria− sobre el producto ecológico que se importa o generando competencia desleal para el operador europeo. Creo que estos son los dos riesgos que podemos correr.
Se hacen muy necesarios unos procedimientos de inspección que tengan en cuenta estos riesgos y que se basen en normas claras, y por ello es tan necesario regular a escala europea el reconocimiento y la acreditación de los organismos certificadores. En este sentido, quisiera felicitar al ponente por el trabajo y la labor que se ha realizado en el seno de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural.
Pero dicho esto y, brevemente, no quisiera dejar de recordar que estamos hablando solo de una parte de la regulación sobre los productos ecológicos. El informe sobre el reglamento está paralizado porque, entre otras cosas, la ponente alega que no ha recibido de la Comisión Europea la totalidad de la documentación.
Aprovecho esta ocasión para instar a la Comisión a que haga todo lo que esté en su mano para poner fin a esta situación y permitir que el informe siga su curso, que supere el trámite parlamentario y que podamos establecer una normativa clara, sencilla y eficaz para este mercado, que evite la incertidumbre en la que ahora mismo se encuentran los productores ecológicos.
Marios Matsakis, en nombre del Grupo ALDE. – (EN) Señor Presidente, deseo sinceramente felicitar al ponente por su excelente informe sobre la propuesta de la Comisión por la que se modifica el actual Reglamento sobre la producción agrícola ecológica y su indicación en los productos agrarios y alimenticios.
Todos sabemos que existe en todo el mundo una creciente demanda de productos ecológicos y los Estados miembros de la UE no son una excepción. Por ello, la importación de productos ecológicos procedentes de terceros países puede ser una actividad muy lucrativa y, lamentablemente, las normas actuales relativas a dicha importación no son suficientes para garantizar la necesaria calidad del producto. Por consiguiente, acogemos con gran satisfacción esta propuesta tan esperada de la Comisión. Por otra parte, reconocemos que la propuesta tiene puntos débiles y lagunas que el ponente ha detectado e intenta corregir mediante algunas enmiendas que nos parecen todas justas y lógicas. La Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural ha complementado su esfuerzo presentando a su vez una serie de útiles enmiendas.
No tenemos ninguna objeción de peso contra esas enmiendas, pero queremos llamar su atención sobre el hecho de que el principal problema al que nos enfrentamos a la hora de garantizar la estricta observancia del Reglamento que está a punto de convertirse en normativa comunitaria es el de su ejecución. Ese es en realidad el punto débil: combinar las muchas disposiciones comunitarias con una aplicación efectiva. Y tememos que, a pesar de las indudables mejoras que aporten las numerosas enmiendas, esta normativa pierda su eficacia cuando llegue el momento de su aplicación concreta y correcta.
Espero que con el tiempo los hechos me desmientan y felicito de nuevo al ponente por su buen trabajo.
Andrzej Tomasz Zapałowski, en nombre del Grupo IND/DEM. – (PL) Señor Presidente, el debate de hoy sobre el proyecto de Directiva relativa al etiquetado de los productos agrícolas biológicos concuerda con la tendencia mundial de aumento de la demanda de alimentos sanos. Actualmente nos enfrentamos a un excedente de producción de alimentos en los Estados miembros de la Unión Europea. Asimismo observamos un crecimiento considerable del número de enfermedades causadas por el consumo de alimentos saturados con sustancias químicas. Por ello los consumidores prefieren comprar alimentos que son más caros, pero más seguros. No es posible producir dichos alimentos en muchos países, debido al deficiente estado de importantes superficies de tierra. Tampoco es posible producir estos alimentos en grandes explotaciones. Esta situación brinda oportunidades a los países cuyo suelo se encuentra relativamente intacto y cuentan con explotaciones de pequeño o medio tamaño. También representa una oportunidad para resolver, al menos en parte, el problema del desempleo en las zonas rurales.
Por supuesto, también nos preocupa la introducción de alimentos poco saludables a la Unión Europea. El engaño es algo muy común en el comercio internacional. Pronto podríamos vernos inundados de alimentos pretendidamente sanos procedentes de China, por ejemplo. La aparición en el mercado europeo de alimentos teóricamente saludables producidos a partir de plantas modificadas genéticamente plantea otro riesgo. A fin de enfrentarnos a estas dos cuestiones tenemos que adoptar disposiciones que prohíban directamente la importación de productos biológicos procedentes de fuera de la Unión, a menos que exista completa certeza acerca de las normas de calidad con las que son producidos.
Agnes Schierhuber (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, señora Comisaria, Señorías, incluso en su ausencia me gustaría dar las gracias al ponente por su informe que es realmente muy bueno.
Para muchos agricultores, la agricultura biológica representa un modo alternativo de producción. La aparición de la ingeniería genética está provocando un constante aumento de la demanda de productos biológicos procedentes de explotaciones supervisadas y certificadas. Los alimentos biológicos representan un 5 % del volumen total de negocio del comercio minorista de alimentos, y los consumidores optan por los productos biológicos no solo porque tienen mejor sabor, sino también por un sentido de responsabilidad hacia el medio ambiente y los animales, y para hacer una contribución concreta a mantener un campo intacto y diverso.
Si la estrategia se basa en la cantidad, países como Austria –que es mi país de origen– nunca podrán competir con los grandes países agrícolas; por ello debemos concentrarnos en productos de calidad –de la más alta calidad posible– procedentes de un entorno de alta calidad.
Una gran parte de la agricultura austriaca es biológica, pues las explotaciones biológicas representan un 11,2 % del total de explotaciones, y estamos muy orgullosos de ello. El volumen total de negocios de los alimentos biológicos en Austria se eleva a unos 450 millones de euros anuales. La confianza en los productos biológicos solo podrá mantenerse si se realizan inspecciones estrictas en todos los ámbitos, en otras palabras en todos los productos, ya sean originarios de la UE o de otros países. Solo así los consumidores estarán dispuestos a pagar el incremento de precios que se pide por estos productos.
Kathy Sinnott (IND/DEM). – (EN) Señor Presidente, en Irlanda, en mi circunscripción, la producción de alimentos ecológicos está adquiriendo una importancia cada vez mayor. A lo largo de los años, los agricultores irlandeses se han enorgullecido de producir de forma natural alimentos de gran calidad. Para muchos de ellos, convertirse a la agricultura ecológica ha sido un paso lógico.
He presentado varias enmiendas. Una de ellas trata de restringir la indicación de semilla ecológica a las semillas que contengan menos de un 0,1 % de contaminación por OGM, añadiendo así una garantía más al reglamento original que solo especifica que la planta madre, y no la semilla, debe haberse producido ecológicamente.
La enmienda al artículo 16 refuerza la definición de los productos de la agricultura ecológica. La propuesta de la Comisión permite una serie de excepciones a las condiciones de la producción ecológica, como es el caso del establecimiento de explotaciones ecológicas o la solución de los problemas de gestión del ganado. Esto llevaría a que productos que no son ecológicos ni están libres de OGM puedan encontrarse en el mercado con la etiqueta de producto ecológico. Debemos modificar ese artículo para controlar los abusos, permitiendo excepciones únicamente en condiciones concretas e inusuales, como por ejemplo un brote de gripe aviar.
Si queremos pedir a los consumidores que opten por productos ecológicos, tenemos que garantizar que esos productos sean realmente ecológicos.
Ioannis Gklavakis (PPE-DE). – (EL) Señor Presidente, quiero felicitar al ponente. Hoy en día pagamos un precio muy alto por tener una dieta compuesta en gran medida de productos poco saludables, muchos de ellos contaminados con diversos productos agroquímicos. Hemos de adoptar la dieta mediterránea, utilizando productos que no contengan muchas grasas ni pesticidas. Los productos ecológicos empiezan a garantizar una mejor dieta, y es por ello que han aumentado en los últimos años, lo cual está muy bien.
La Unión Europea, en un intento por proteger a los consumidores, ha establecido unas reglas de producción adecuadas y unos controles estrictos y, en mi opinión, es lo correcto. Sin embargo, me pregunto si los productos ecológicos importados de terceros países se producen de acuerdo con las normas que se aplican en la Unión Europea. Los certificados que acompañan a los productos ecológicos procedentes de terceros países han de remitir cada vez a los envíos específicos. Las empresas en terceros países que producen productos ecológicos para la exportación a la Unión Europea deben ser inspeccionadas una vez al año. La Unión Europea quiere productos ecológicos, pero para proteger al consumidor y garantizar la competencia justa con nuestros agricultores son necesarios todos estos controles, porque de lo contrario no obtendremos resultados. No haremos más que ayudar a las cadenas de supermercados a enriquecerse a costa de la salud del consumidor y a costa de los agricultores europeos.
Neil Parish (PPE-DE). – (EN) Señor Presidente, quiero dar las gracias al señor Graefe zu Baringdorf por su excelente informe y a la Comisaria por estar aquí a una hora tan tardía. Quisiera pedirle, señor Presidente, que conceda a la Comisaria tiempo suficiente para que pueda concluir correctamente el debate. Ya que ha tenido la bondad de venir a esta hora, debemos terminar nuestro debate como es debido.
En lo que respecta a la agricultura ecológica y a los productos ecológicos, quiero subrayar que la gente compra cada vez más productos ecológicos, lo que es de agradecer. No obstante, es natural que esperen de esos productos que sean ecológicos y no que se hayan utilizado fertilizantes u otros productos químicos para su producción. Uno de los problemas que plantea la alimentación ecológica es lo difícil que resulta comprobar su modo de producción. Es muy importante, por tanto, controlar la producción en los países cuyos productos ecológicos importamos. Uno de los problemas que preveo en materia de producción ecológica, y no solo en Europa, sino también fuera de ella, es que cualquier día de estos veremos en un documental de televisión todo el proceso de producción de principio a fin y descubriremos que esos productos no son tan ecológicos como pensábamos. Esto haría que la gente se apartara de todo el proceso. En consecuencia, es importante que los consumidores que compran un producto importado de un país tercero lo hagan con la absoluta seguridad de que cumple las condiciones estrictas establecidas para la producción ecológica.
Por ello, el informe y la labor de la Comisión son muy importantes, no solo para la importación de alimentos ecológicos sino también a la hora de garantizar idénticas condiciones en toda Europa, en términos de definición de los productos ecológicos. De esa forma, los consumidores podrán comprarlos confiados y la comunidad agrícola podrá producirlos con la misma confianza.
Quisiera dar de nuevo las gracias a la Comisaria y dejarle unos segundos para concluir.
Czesław Adam Siekierski (PPE-DE). – (PL) Quiero plantear cinco cuestiones en relación con la agricultura ecológica. La primera cuestión es el etiquetado de productos ecológicos, que implica el uso de un logotipo comunitario para estos productos o un logotipo nacional o regional, junto con información sobre el lugar de origen y datos similares.
La segunda cuestión tiene que ver con las condiciones de producción de los productos ecológicos, las normas aplicadas y los controles realizados. Es esencial disponer de una lista de sustancias cuyo uso está permitido en la agricultura ecológica, como sustancias fitosanitarias, fertilizantes, sustancias utilizadas para mejorar la calidad de la tierra, potenciadores y sustancias utilizadas en el procesamiento. La producción de alimentos ecológicos tiene lugar en un entorno seguro y limpio que está libre de antibióticos, hormonas del crecimiento y organismos modificados genéticamente. El sistema de control de la certificación debería ser obligatorio y estar sujeto a un continuo seguimiento.
En tercer lugar está la cuestión del valor de los alimentos ecológicos y su promoción. Es preciso concienciar a los consumidores sobre las ventajas de los productos ecológicos para incrementar la demanda. Son necesarias mejores medidas de marketing y de sensibilización a fin incrementar el consumo de productos ecológicos.
En cuarto lugar, la agricultura ecológica satisface las necesidades y las expectativas de los consumidores en relación con la calidad de los alimentos. La agricultura ecológica ofrece una oportunidad a los agricultores para aumentar sus ingresos. Asimismo es una oportunidad para reforzar el desarrollo regional y local, sobre todo en las zonas menos desarrolladas.
Por último, el apoyo a la agricultura ecológica por medio de subsidios para la agricultura ecológica y el apoyo a la creación de un sistema de distribución y promoción adecuadas. Este es el eslabón más frágil en la relación entre productores y consumidores.
Mairead McGuinness (PPE-DE). – (EN) Señor Presidente, quiero dar las gracias a la Comisaria y al ponente por su informe. El señor Parish ha señalado que los consumidores tienen mucha fe en la palabra «ecológico» y en la producción ecológica, y debemos garantizar que los que quieran comprar productos ecológicos obtengan realmente lo que consideran un producto muy puro. Pero la verdad –y doy las gracias a la Autoridad Irlandesa de Seguridad Alimentaria por esta información, aunque pienso que todos en esta Cámara probablemente la conocemos– es que no existe ninguna prueba científica reconocida por la que se pueda diferenciar un producto ecológico de otro producto de cultivo convencional. Esto significa que debemos establecer controles y balances en el sistema partiendo de la misma semilla. Es posible que todo esté claro en el papel, pero lo que puede fallar es la aplicación.
Los consumidores pagan precios más altos para los productos ecológicos. En el mercado irlandés, menos del 1 % de los alimentos son de producción ecológica. Importamos el 70 % de nuestra demanda de productos ecológicos de más de 70 países, de nuevo según datos de la Autoridad Irlandesa de Seguridad Alimentaria. Debo decir que no me había imaginado que algunos de estos países pertenecieran a la «liga ecológica», pero están en la lista y por ello debemos asegurar a los consumidores irlandeses y europeos que los productos ecológicos importados de esos países cumplen las mismas normas de producción ecológica que los productos procedentes de la Unión Europea.
Las instrucciones en papel están muy bien y la UE es muy buena en eso. Mi preocupación principal radica en quién controlará a los organismos de control y quién revisará a los auditores. Esto es algo que me preocupa en todos los ámbitos de nuestra legislación y quizás sea algo que la Comisaria pueda tomar en consideración durante el poco tiempo de que dispone. Sí, el sector ecológico está creciendo. Es un sector pequeño, pero comparto la preocupación del señor Parish de que cualquier fisura en la confianza del consumidor daría al trasto con él. Destruiría el mercado para los productores y arruinará la confianza del consumidor, algo que debemos intentar evitar. Me temo que algunos de los productos ecológicos que se importan en la UE son cualquier cosa menos ecológicos.
Mariann Fischer Boel, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, quiero agradecer a los diputados sus intervenciones, si bien algunas observaciones parecen referirse al reglamento general sobre los productos ecológicos. Espero que la próxima vez que se debata este asunto tengamos más tiempo para que pueda entrar más en los detalles.
En lo que concierne a la enmienda 13, no se puede elaborar ningún informe significativo mientras no haya estado funcionando un tiempo la primera lista de organismos de control y en todo caso no antes de la entrada en vigor del Reglamento en su totalidad el 1 de enero de 2009.
La idea de formar certificadores locales es buena y tendremos que encontrar la forma de planificar dicha formación. El apoyo a la formación y la ayuda técnica están previstas asimismo en el reglamento oficial sobre el control alimentario.
La idea planteada por el ponente de establecer una base de datos parece difícil de poner en práctica, aunque estoy dispuesta a examinarla de cerca.
La obligación a la que se refiere el apartado 4 de que los organismos de control estén homologados en el contexto de la lista de terceros países no se puede aplicar, dada la supervisión gubernamental en estos casos. En cuanto a los organismos de control descritos en el apartado 5, estoy de acuerdo en principio en que se pida una homologación oficial, pero también se debe aceptar como alternativa en este caso una supervisión gubernamental adecuada. También debemos mostrarnos flexibles con los organismos locales de países en desarrollo o en una fase temprana de desarrollo, de los que no siempre se puede conseguir una homologación internacional.
Estoy de acuerdo con la idea de supervisar los organismos de control y de hecho pienso que resulta crucial y primordial hacerlo. Pero preferiríamos que este tema de la supervisión se redactara de forma más general. Se podrán establecer disposiciones más detalladas en las normas de ejecución; como ya he mencionado en mi introducción, prefiero una propuesta concisa y sencilla.
Por último, las enmiendas 1, 3, 4, 5, 6, 7, 9, 12, 13, 15 y 16 son aceptables en parte o aceptables en principio. Las demás enmiendas no pueden aceptarse.
Gracias por el debate. Pienso que vamos en la misma dirección, si bien quizás no en la letra, pero sí en el espíritu.
El Presidente. Muchas gracias, señora Comisaria. Le ruego me disculpe. Comprenda las limitaciones del tiempo. A pesar del esfuerzo de todos hemos acabado casi un cuarto de hora más tarde de lo previsto. Quiero agradecer a los intérpretes la comprensión que han tenido para permitirnos acabar el debate con todas las limitaciones que lamento haber tenido que imponerles.