Índice 
 Anterior 
 Siguiente 
 Texto íntegro 
Procedimiento : 2006/0009(CNS)
Ciclo de vida en sesión
Ciclo relativo al documento : A6-0286/2006

Textos presentados :

A6-0286/2006

Debates :

PV 23/10/2006 - 20
CRE 23/10/2006 - 20

Votaciones :

PV 24/10/2006 - 8.13
Explicaciones de voto

Textos aprobados :

P6_TA(2006)0434

Acta literal de los debates
Lunes 23 de octubre de 2006 - Estrasburgo Edición DO

20. Instrumento financiero para el medio ambiente (LIFE+) - Financiación de Natura 2000
Acta
MPphoto
 
 

  El Presidente. De conformidad con el orden del día, se procede a:

- la recomendación para la segunda lectura (06284/1/2006 C6-0226/2006 2004/0218(COD)) sobre la Posición Común del Consejo para la adopción de un reglamento del Parlamento Europeo y el Consejo relativa al Instrumento Financiero para el Medio Ambiente (LIFE+)) (Ponente: señora Isler Béguin) (A6-0288/2006)

- el debate sobre la pregunta oral a la Comisión sobre la financiación del marco NATURA 2000 del señor Florenz, en nombre de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria (O-0113/2006 B6-0441/2006).

 
  
MPphoto
 
 

  Marie Anne Isler Béguin (Verts/ALE), ponente. – (FR) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, en primer lugar permítanme dar las gracias a los miembros de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria y en particular a los ponentes alternativos por el trabajo que hemos realizado juntos, pues creo poder decir, aunque esta Cámara no esté muy llena, como es habitual a estas horas, que hemos realizado realmente un trabajo en común y que este informe, que lleva mi nombre, bien podría llevar asimismo el nombre de mis colegas diputadas, la señora Gutiérrez-Cortines, la señora Ries o incluso la señora Lienemann, que se ha excusado por no poder participar en el debate de esta noche.

Hemos realizado también un trabajo en común con la Comisión. Es de lamentar que el Consejo no esté presente porque, a fin de cuentas, nuestros resultados dependerán mucho de él. Estoy plenamente convencida de que la colaboración que hemos sabido establecer durante esta primera lectura, y que responde a la Posición Común, nos permitirá alcanzar un consenso con el Consejo y con usted mismo, y cuento con usted, señor Comisario, para que transmita al Consejo este debate.

En efecto, Señorías, LIFE+ no es ya el programa que conocíamos antaño, sino que será efectivamente la rúbrica presupuestaria de «medio ambiente» de la Unión. Así, LIFE+ gobernará las políticas innovadoras europeas, superará retos como la lucha contra el cambio climático, la descontaminación del aire y del suelo, frenará la merma de la biodiversidad y proporcionará a la DG Medio Ambiente y a las ONG, nuestros bioindicadores por excelencia, los medios para conferir un valor añadido europeo a las políticas ambientales de los Estados miembros.

De hecho, como ya sabrán, Señorías, estamos hablando aquí de una «rúbrica presupuestaria imposible», dado el irrisorio importe que el Consejo y la Comisión le han concedido. En primera lectura intentamos aumentar esta rúbrica LIFE, que ni siquiera asciende al 1 % del presupuesto total, hay que recordarlo, para situarla a la altura de las políticas pregonadas a bombo y platillo por la propia Unión. El debate versaba entonces sobre el apoyo a la red Natura 2000, la joya de nuestras políticas ambientales. Al añadir 21 000 millones, que la propia Comisión consideraba necesarios para una buena gestión de Natura 2000, el Parlamento Europeo transmitió una señal enérgica a la Comisión y al Consejo. Hicimos bien.

Hoy, con la reducción de los presupuestos de los Fondos Estructurales, se ha entablado una competencia desenfrenada entre las regiones y todos nuestros colegas cambian de opinión. Como Natura 2000 no figura específicamente en los reglamentos financieros, serán sin duda los voluntarios ecologistas los que produzcan los resultados. Sin embargo, no deberíamos hacernos demasiadas ilusiones sobre la parte que se reservará a la protección de la naturaleza y la biodiversidad, a pesar del hecho de que, en la primera lectura del Parlamento Europeo, apoyamos casi por unanimidad una política europea ambiciosa.

La Posición Común que se nos propone hace caso omiso, llamativamente, de nuestra advertencia. Lo que es peor, se aparta de ella de forma chocante, llegando incluso a conceder el 80 % de la responsabilidad de gestión delegada a los Estados miembros, cuando, en su propuesta inicial, ni siquiera mencionaban ese porcentaje. ¿Qué Ministro rechazaría semejante regalo? Claro que comprendemos que, al tener muy poco personal, la Comisión teme gestionar múltiples proyectos. Esto se vería dificultado todavía más por el hecho de que, al haberse anunciado una reducción del número de funcionarios europeos, pocas esperanzas quedan de que la DG Medio Ambiente refuerce su plantilla.

Lo decimos con toda claridad: este enfoque no es el correcto, ya que el nivel europeo sigue siendo el más pertinente y seguro para responder a los retos ambientales. Consideramos incluso que esta cesión de poder de la Comisión a los Estados miembros es peligrosa. A nuestro entender, esta estrategia inicial de renacionalización de las políticas ambientales sería la señal de una lenta desintegración de la idea europea. Cada Estado miembro que exigiera su aportación inicial sería libre de rebuscar en la Estrategia de Lisboa y convertirse así en un competidor sin igual –y sabemos muy bien que competencia suele ir de la mano de la degradación ambiental–, o de reivindicar el desarrollo sostenible, que exige un enfoque global, es decir, lo contrario de esa competencia. Sabemos también hasta qué punto la etiqueta «medio ambiente» sirve para justificar problemas que destruyen el medio ambiente.

Señor Comisario, Señorías, nos negamos a caer en esta trampa, porque sería la negación de todos los éxitos europeos en materia ambiental. Ahora bien, si existe una política visible, identificada, reconocida y apreciada por los ciudadanos europeos, es sin duda la que hemos conseguido implementar para la protección del medio ambiente.

Todos sabemos que LIFE debe permitirnos afrontar las emergencias y aplicar políticas encaminadas a restaurar nuestro medio ambiente. Los cien millones de euros arrancados en el momento de las perspectivas financieras y que exigimos, señor Comisario, correspondan en su totalidad al medio ambiente, no bastarán. Señor Comisario, a menos que seamos magos, le será imposible cumplir sus promesas con unas sumas tan irrisorias. Ponerlas en manos de los Estados miembros, por tanto, es correr el riesgo de un fracaso.

Nuestra ambición es que la Unión siga siendo el buque insignia, el líder mundial que toma la iniciativa de establecer leyes para proteger el planeta. Ello exige que la Comisión pueda presentar políticas ambiciosas, asumir la responsabilidad y el control de calidad de los proyectos impulsados en cada uno de los Estados miembros y rechazar los que no convienen. La política europea no debe paliar en ningún caso las deficiencias de los Estados miembros en materia ambiental y nos negamos a darles un cheque en blanco, como comprenderá.

En cambio, somos perfectamente conscientes de que el retraso que podría generar este procedimiento podría ocasionar a su vez demoras en la financiación. Por esta razón hemos presentado juntos la misma enmienda a fin de garantizar la continuidad de la financiación de los trabajos de la DG Medio Ambiente, en espera de un acuerdo, por supuesto. Sobre todo, queremos también que el trabajo pueda continuar e incluso que se puedan lanzar nuevos proyectos y supervisar la financiación del trabajo realizado por las ONG. Quisiéramos que quede claro en esta Cámara que, desde el punto de vista jurídico y financiero, esto es posible.

Para concluir, señor Presidente, diré que la pelota está ahora en el tejado del Consejo y de la Comisión y que estamos convencidos de que llegaremos a un acuerdo entre unos y otros precisamente para garantizar la continuidad de esta ambiciosa política en materia ambiental. Es lo que esperan nuestros conciudadanos y les alientan en este sentido.

 
  
MPphoto
 
 

  Cristina Gutiérrez-Cortines (PPE-DE), autora. (ES) Señor Presidente, mi intervención tiene dos partes. En la primera formularé la pregunta oral sobre Natura 2000 del señor Florenz, que no está presente y me ha pedido que hable en su nombre.

La pregunta es la siguiente: puesto que la Comisión calcula que son necesarios 6 100 millones anuales de euros para el mantenimiento y conservación de las zonas protegidas de Natura 2000 y se supone que la financiación va a proceder de los fondos de desarrollo rural, de los Fondos Estructurales, de LIFE + y de los fondos de pesca, ¿cómo piensa la Comisión coordinar esta política? ¿Cómo piensa mandar mensajes claros a los usuarios, a los propietarios, a los que detentan suelo de Natura 2000, sobre cuál es su política coordinada? ¿Dónde están los fondos? ¿Qué acciones deben emprenderse? ¿En qué medida son accesibles la protección y la ayuda de la Unión Europea?

Es algo que no está claro todavía. Es necesario un diseño clarísimo para que, de abajo a arriba, pueda surgir una auténtica comunicación entre los propietarios y la Comisión.

Respecto a LIFE +, yo suscribo todo lo dicho por la señora Isler Béguin. Los resultados de la votación reflejan un auténtico acuerdo en la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, aunque pueden existir disidencias y posiciones distintas, derivadas de las posiciones de cada Estado. ¿Por qué? Porque el nuevo diseño de LIFE + que ahora se presenta es una política descentralizada y muy diferente de la que habido hasta ahora.

Entendemos que LIFE ha sido tradicionalmente un programa líder para financiar proyectos de innovación y modelos de gestión innovadores, sobre todo en materia de medio ambiente. Es un programa de prestigio, al cual han mirado las ONG como una luz y un modelo. Para los ayuntamientos y las autoridades regionales se ha convertido en un camino que ha de seguirse, en una referencia permanente. Y pretendemos que esa referencia siga existiendo.

Pero, además, eso ha sido así porque precisamente se ha hecho hincapié en el carácter universal de la política ambiental, lo que ha sido uno de los éxitos de la política europea en este ámbito.

Europa sabe que la política de medio ambiente no se puede aplicar a una única región. Exige una reflexión global y así lo ha puesto de manifiesto siempre la Unión Europea, y el 6º Programa de Acción Medioambiental así lo ha considerado en todo momento.

La política en materia de cambio climático, de desertificación, de aguas, de residuos, de garantía de calidad de vida, de bienestar, de contaminación, tiene carácter universal, por lo que intentamos que no solo se aplique en Europa, sino que Europa se convierta en un modelo para el mundo entero.

Sin embargo, recordemos que LIFE se creó para llevar esto a cabo y así lo dice el texto de la ficha financiera que voy a leer, que declara que el crédito de LIFE + «se destina a financiar aportaciones económicas para acciones destinadas a aplicar, actualizar y desarrollar la legislación y política comunitarias en materia de medio ambiente, incluida la integración del medio ambiente en las demás políticas». ¿Cómo es posible llevar esto a cabo si la política solo se nacionaliza? ¿Cómo es posible llevar esto a cabo si Europa pierde su liderazgo, si deja en manos de los Estados estas gestiones?

Por ello, nosotros proponemos con toda claridad y rotundidad un modelo más centralizado: que Europa asuma otra vez su actuación y su papel director. Entendemos que la Comisión tiene falta de medios. La vamos a apoyar en un futuro, siempre que sea posible, porque esta política de desmantelamiento de funcionarios no se puede seguir manteniendo.

Si Europa no tiene una estructura y unas capacidades de gestión, así como un personal bien preparado, no podrá llevar a cabo esta tarea. Indudablemente, en este sentido, entendemos que hay que devolver a la Comisión Europea parte de la gestión y hacer proyectos internacionales europeos, para que Europa pueda obtener en un futuro una mejora de las capacidades, dotándose de capacity building, para hacer un mayor seguimiento de los proyectos, ver cómo se coordinan las políticas y seguir efectuando actuaciones transversales.

Esta es nuestra propuesta y vamos a colaborar plenamente en el proceso de conciliación para que pronto lleguemos a un acuerdo, se pueda garantizar la financiación e, indudablemente, la Comisión pueda cumplir su misión. Para eso precisamente estamos aquí: para colaborar con la Comisión y decir a los Estados que la política de sostenibilidad es un proceso y que Europa no es solamente un mercado.

 
  
MPphoto
 
 

  Stavros Dimas, miembro de la Comisión. (EL) Señor Presidente, quisiera empezar dando las gracias a la ponente, la señora Isler Béguin, por su excelente trabajo y por su informe sobre esta propuesta. Asimismo quisiera dar las gracias a la señora Gutiérrez por su positivo planteamiento y asegurarles a ambas, así como a todos los diputados al PE, que la Comisión trabajará para facilitar este planteamiento y para conseguir un rápido acuerdo con el Consejo.

Debo destacar que, desde septiembre de 2004 –cuando el Colegio de Comisarios adoptó la propuesta de la Comisión– aproximadamente un año después de la primera lectura, hemos hecho grandes avances con LIFE+ y la postura de la Comisión Europea ha cambiado significativamente por varios motivos con respecto a su propuesta inicial.

Creo que la Posición Común del Consejo, con la que coincide en gran parte la Comisión, satisface muchas de las demandas básicas del Parlamento. El proyecto de Reglamento incluye ahora una sección relativa a la naturaleza y la biodiversidad. LIFE+ podrá financiar medidas y actividades para el intercambio de opiniones y buenas prácticas o proyectos de demostración, incluidos los relativos a la gestión y el diseño de zonas y directrices para hábitats y aves Natura 2000.

El porcentaje de LIFE+ relativo a la gestión de la naturaleza es grande. Al menos el 40 % de los recursos se destinarán al gasto en este sector. Quisiera destacar que este porcentaje constituye un límite mínimo y que los Estados miembros podrán gastar un porcentaje mayor si así lo desean.

En lo que respecta a la cuestión sobre la financiación de Natura 2000, la Comisión ha garantizado oportunidades de financiación a través de los Fondos estructurales, el Fondo de pesca y el Fondo agrícola para el desarrollo rural. Por supuesto la Comisión puede fomentar el gasto en Natura 2000; sin embargo, conforme al principio de subsidiariedad, los Estados miembros tienen jurisdicción y facultades para decidir en qué medida desean hacer uso de estas oportunidades de financiación.

La Comisión, por su parte, hará todo lo que pueda por garantizar que los Estados miembros hacen uso de las oportunidades de financiación siempre que sea posible. Siempre se obtiene el dictamen de la Dirección General de Medio Ambiente antes de proceder a aprobar los marcos de referencia estratégica y los programas operativos para los Fondos estructurales, así como los programas de desarrollo rural presentados por los Estados miembros.

Reitero que una de nuestras mayores prioridades es salvaguardar una financiación adecuada para Natura 2000 y por ello valoro especialmente el respaldo del Parlamento sobre este tema.

Sin embargo, el principal tema de debate esta tarde es el método de aplicación del programa. Conforme a la Posición Común, el 80 % de la financiación de LIFE+ deberá facilitarse a los Estados miembros. Considero que el hecho de que el Parlamento prefiera mantener una gestión central del programa constituye un indicio de su confianza en la Comisión. Sin embargo, como ya he dicho, esta opción requiere muchos más recursos humanos.

Por ese motivo es preferible el método propuesto en la Posición Común. En primer lugar, es acorde con el principio de subsidiariedad, lo que concede la mayor flexibilidad posible con el fin de abarcar los diversos requisitos de los Estados miembros. En segundo lugar, garantiza que todos los países reciban un porcentaje mínimo de financiación. Dentro del marco del actual sistema LIFE III, a menudo no reciben ninguna suma. En tercer lugar, es transparente y controlado, y garantiza el mantenimiento del valor añadido para la Unión Europea.

Como saben, el centro de la propuesta de la Comisión se basa en la delegación de la gestión. Los Estados miembros confían en ella y ya están preparando sus proyectos de programas. De ahí que la Comisión no pueda aceptar las diversas enmiendas que eliminan toda referencia a la delegación de la gestión.

Lamentablemente, el resultado de las reuniones informales entre el Parlamento, el Consejo y la Comisión tras la votación en la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del 14 de septiembre, no nos ha permitido tomar medidas significativas para llegar a un acuerdo relativo a la delegación de la gestión. Sin embargo, a pesar de las diferencias, todos estamos a favor del programa LIFE+ y de que se aplique lo antes posible, de forma que puedan desembolsarse los fondos y no se produzca un retraso en la ejecución de los programas.

Los Estados miembros tienen más de dos mil millones de euros para el programa LIFE+. Es necesario encontrar un modo de desembolsar cuanto antes este dinero, aunque esto signifique un compromiso de todas las partes. Por lo tanto debemos seguir trabajando conjuntamente para encontrar soluciones prácticas, especialmente con respecto al método de aplicación de LIFE+. Dentro de este marco, haremos todos los esfuerzos posibles por impulsar un compromiso entre el Consejo y el Parlamento e mediaremos para facilitar un acuerdo.

 
  
MPphoto
 
 

  Péter Olajos, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (HU) Dentro del marco del programa LIFE III, en marcha desde 2000, hemos gastado más de 950 millones de euros en diversos programas de protección ambiental para completar con éxito innumerables proyectos locales, regionales y transfronterizos. Lo que es aún más importante, son precisamente estos proyectos los que han acercado la Unión a la gente corriente, y los que contribuyen más directamente a las condiciones de vida de los ciudadanos de la UE. Se trata de consideraciones importantes en un momento en el que la popularidad de la Unión Europea se encuentra en el nivel más bajo de su historia.

El estado de LIFE+, y dentro de este del programa Natura 2000, genera preocupación y plantea al menos dos preguntas significativas. La primera es el hecho de que ya está claro que no se tomará una decisión oportuna con respecto al nuevo programa y por lo tanto no podremos iniciar los programas de protección ambiental el próximo mes de enero, tal como se preveía. En mi opinión, esto constituye un importante problema. Por lo tanto propongo que sigamos la solución adoptada en 2004, cuando un reglamento del Parlamento Europeo y el Consejo amplió el programa LIFE III, que expiraba en aquel momento, por dos años más, con un presupuesto adicional de 317 millones de euros.

Propongo que adoptemos ahora una decisión que mantenga en vigor el programa LIFE, que expirará en 2006, hasta que se haya aceptado el nuevo reglamento. El segundo ámbito problemático es la propuesta del Consejo de delegar el 80 % de los fondos para que los gestionen los Estados miembros. Desde mi punto de vista, esto es contrario a la lógica y la práctica aplicada hasta el momento, conforme a la cual la protección ambiental exige un enfoque supranacional dada su naturaleza transfronteriza.

Por este motivo, personalmente solo puedo respaldar las propuestas que dejan bajo la competencia de la Comisión y el Parlamento una porción de poder de decisión sobre los fondos disponibles mayor que la otorgada por la propuesta actual.

 
  
MPphoto
 
 

  Anne Ferreira, en nombre del Grupo del PSE. – (FR) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, en primer lugar les ruego acepten las sinceras excusas de la señora Lienemann; con gran pesar, pues ya conocen su dedicación a esta cuestión, le resulta imposible estar aquí esta noche. No obstante, la sustituyo con el mismo placer y con las mismas convicciones.

Quiero recordarles todo el apoyo que nuestro Grupo concede al informe de la señora Isler Béguin y rendir homenaje al acuerdo a que han llegado nuestros Grupos políticos sobre una estrategia ambiciosa para consolidar el único instrumento financiero directo destinado a la política ambiental europea. Hay que subrayar, por otra parte, que fue nuestro Parlamento quien obtuvo créditos presupuestarios adicionales para LIFE, aunque muy por debajo de nuestros objetivos iniciales. Hoy, son de nuevo los diputados quienes reclaman más recursos para apoyar la aplicación de la Directiva Natura. Se ha realizado un esfuerzo, sin duda insuficiente, pero obtenido en un contexto presupuestario limitado, en el que tenemos que movernos.

Nuestros desacuerdos, en el estado actual de la cuestión, se refieren al método elegido para la financiación de las acciones. LIFE es un instrumento europeo ejemplar, que ha demostrado su valor y no podemos avalar una renacionalización de esta política, tal como prevé la delegación de la gestión del 80 % del presupuesto en los Estados miembros. La Unión Europea no debe limitarse a dar dinero, sino que ha de llevar las riendas de la política ambiental. En un momento en que es necesario consolidar la idea europea, y tratándose de una política ampliamente aprobada por los ciudadanos de la UE, este retroceso de la dinámica europea no es aceptable. Está en juego nuestra credibilidad ante los europeos, tras las declaraciones recogidas en la futura estrategia de desarrollo sostenible.

Por otra parte, LIFE debe mantener su condición de ejemplaridad, que se apoya en la elección de proyectos innovadores y reproducibles. Está claro que hay que garantizar a los Estados miembros el nivel de financiación que esperan, pero exigir al mismo tiempo que la selección de los proyectos se inscriba en esta doble lógica, la dimensión europea y una práctica ambiental significativa.

Nuestro Grupo apoya la enmienda de la señora Haug, que pide a la Comisión que garantice la continuidad de la financiación para los programas en curso. En efecto, no podemos aceptar que se penalice a las ONG y otros partícipes de LIFE.

 
  
MPphoto
 
 

  Frédérique Ries, en nombre del Grupo ALDE. – (FR) Señor Presidente, hace doce meses deplorábamos, junto con nuestra ponente, la señora Isler Béguin, este auténtico regalo hecho por la Comisión. Me refiero –ya se ha hablado mucho de ello– de la delegación de las políticas ambientales a los Estados miembros hasta el límite del 80 % del presupuesto de LIFE+. A este respecto, lamento yo también, como la ponente, que en nuestras conversaciones informales con la Presidencia finlandesa, esta no haya hecho dado un paso firme para responder al interés del público por un medio ambiente y una calidad de vida mejores.

Es evidente que hay que encontrar una solución para este desacuerdo institucional y, mientras tanto, debe prevalecer, por supuesto, el principio de continuidad de la financiación de la política ambiental comunitaria: este es el objetivo de nuestra enmienda 32. Al igual que mis colegas, cuestiono por tanto este «cheque en blanco» que se regala en bandeja de plata a los Estados miembros. ¿Por qué renacionalizar lo que Europa como tal hace muy bien, aunque con muy pocos medios, como ya se ha dicho, es decir, proteger la biodiversidad y las especies raras?

Quisiera recalcar algunos de los éxitos que se han logrado en el ámbito de la naturaleza, del medio ambiente y de terceros países desde la creación de LIFE en 1992. En Bélgica, que es mi país, la Unión Europea ha cofinanciado no menos de 120 proyectos de protección de la biodiversidad. Gracias a LIFE y al buen funcionamiento de conjunto de Natura 2000, el 20 % del territorio belga está hoy clasificado como zona especial de protección de la naturaleza.

La Comisión desveló además el pasado jueves 75 proyectos ambientales que gozarán del apoyo de la Unión, 136 millones de euros en total gracias al programa LIFE. Volviendo a Bélgica, me encanta que la restauración de la meseta de Hautes Fagnes, que abarca más de 4 500 hectáreas de la hermosa región de las Ardenas, sea uno de los proyectos admitidos.

¿Debemos ver en ello un buen presagio? Eso espero, porque al defender Europa desde el punto de vista de su medio ambiente, contribuimos también al bienestar y la salud de las generaciones futuras y estoy segura de que Europa tiene todo que ganar, como he subrayado, al comprometerse de todo corazón en esta lucha por preservar la naturaleza y la biodiversidad.

Para concluir, señor Presidente, como se ha dicho y es importante recalcarlo, se trata de una lucha que a lo largo del debate ha trascendido las divisorias políticas. El hecho de que todos nos hayamos unido firmemente en torno a nuestra ponente –a quien quiero dar las gracias y felicitar una vez más– es hoy la mejor prueba de ello.

 
  
MPphoto
 
 

  Margrete Auken, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (DA) Señor Presidente, quisiera dar las gracias al señor Florenz por su pregunta. El año pasado fui la ponente del informe del Parlamento sobre la financiación de Natura 2000. En aquel informe expresamos preocupación sobre la disposición de los Estados miembros y la Comisión para tomarse en serio esta cuestión. Serán muchas las voces que se alcen a favor del mundo natural cuando llegue la hora de las intervenciones que acaparen titulares. Baste recordar lo solemnes que fueron los Jefes de Estado o de Gobierno en Gotemburgo en 2001 al garantizar que Natura 2000 se aplicaría. Sin embargo, todo esto se olvidó cuando se llegó a la aprobación del presupuesto y se rechazó rotundamente la partida presupuestaria independiente para Natura 2000. Sería interesante ver si estas promesas se recuerdan cuando los grupos de presión agrícolas de nuevo traten de garantizar que todas las ayudas, incluidos los fondos de desarrollo rural, se destinan a la industria y la agricultura a gran escala. La Comisión tendrá que ser más estricta en este terreno. La dejadez y la falta de supervisión que se han dado hasta el momento están a punto de tener consecuencias desastrosas, principalmente y sobre todo para el mundo natural, pero también para la reputación de la UE, tal como han mencionado hoy algunos de mis colegas diputados. Para muchas personas, la protección de la naturaleza y el medio ambiente constituyen uno de los principales beneficios de la UE. Cuando hemos tenido que defender la necesidad de la cooperación europea y hablar sobre ella, los políticos hemos hecho referencia constante a lo que puede hacer la UE en este campo. Sin embargo, en la actualidad son muchos los que experimentan la indiferencia de la UE con respecto a aquellos valores que no pueden convertirse rápidamente en dinero.

Si queremos recuperar nuestro buen nombre es preciso emprender una acción rápida. La Comisión debería establecer como condición para el pago de fondos al desarrollo rural, concretamente, que los Estados miembros presenten planes, así como recursos suficientes adecuados a Natura 2000. También debería acordarse de recordar a los ingenieros agrónomos que los fondos de desarrollo rural no constituyen su dinero privado propio. Natura 2000 debe recibir su parte, y sin que la agricultura reciba una compensación por ello. La agricultura debería asumir su parte de responsabilidad de la salud y la diversidad de la naturaleza. Esto sería muy positivo para la gente de las zonas rurales. Existen excelentes oportunidades para hacer dinero en el desarrollo de Natura 2000. Por ejemplo, sabemos que aproximadamente unas 250 000 personas participan en la protección de la naturaleza, mientras que el potencial en el sector turístico es aún mayor.

 
  
MPphoto
 
 

  Dimitrios Papadimoulis, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (EL) Señor Presidente, quisiera dar las gracias a la ponente por su excelente informe y su firme posición con respecto a las demandas de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria en relación con LIFE+.

Un aspecto clave consiste en garantizar los recursos adecuados para el programa Natura 2000. Por ello respaldo sinceramente el llamamiento a que se añadan otros 50 mil millones de euros al presupuesto de LIFE+. Si dejamos los 50 millones al margen, con un único compromiso político, tal como solicita el Consejo, no tendremos una garantía clara.

Asimismo respaldo el llamamiento de la Comisión de Medio Ambiente para que el 55 % de LIFE+ se asigne a la naturaleza y la biodiversidad, cuestiones de gran importancia, en un esfuerzo por conseguir el correspondiente objetivo de la Unión Europea. En cualquier caso, los 100 millones de euros adicionales acordados en el marco de las perspectivas financieras deberían comprometerse por encima del 40 % propuesto por el Consejo. Si el porcentaje sigue siendo del 40 %, esto significará esencialmente una reducción proporcional en la correspondiente financiación para la biodiversidad en comparación con las anteriores perspectivas financieras, lo cual es inaceptable.

Por último, estoy de acuerdo con la ponente, que ha reaccionado a la propuesta de la Comisión de conceder el 80 % de los recursos a los Estados miembros, dándoles así un cheque en blanco. Los recursos de LIFE+ no están destinados a que los Estados miembros cubran agujeros financieros, sino a promover programas europeos conjuntos.

Señor Comisario, usted sabe muy bien que, en el país del que ambos venimos, con frecuencia el dinero se destina a pagar salarios en lugar de a proteger la red Natura 2000. Exigimos una política europea sólida; en el Parlamento Europeo todos queremos más Europa para la protección ambiental. Si la Comisión desea lo mismo, ¿por qué no lo defiende ante el Consejo?

 
  
MPphoto
 
 

  Kathy Sinnott, en nombre del Grupo IND/DEM. – (EN) Señor Presidente, me inclinaría por apoyar el 80 % de la gestión de LIFE por parte de los Estados miembros. Así se aseguraría una diseminación mucho mejor y más justa de los fondos en toda la UE y en todos los diferentes tipos de entorno dentro de la UE. Aportaría un mayor conocimiento local al proceso de selección de proyectos y facilitaría mucho la sensibilización de los ciudadanos.

Como diputada irlandés al Parlamento Europeo solo tengo una duda: creo que la segunda mitad del segundo pilar de LIFE –la aplicación de la política ambiental vigente– es crítica. Se trata de una prioridad, ya que no tiene sentido financiar nuevas políticas y proyectos cuando no hemos aprendido a aplicar las normas que ya nos hemos impuesto. Francamente, esto un problema en mi país de origen cuando hablamos de la industria. La Agencia de Protección del Medio Ambiente de mi Estado miembro parece muy remisa a exigir el mismo cumplimiento por parte de la industria que el que impone al público.

Quisiera apoyar la gestión de LIFE+ en cada Estado miembro, pero me gustaría ver un grado de comprobación razonable para garantizar que los proyectos seleccionados den prioridad a iniciativas encaminadas a mejorar el cumplimiento de la legislación ambiental de la UE por parte de la industria.

 
  
MPphoto
 
 

  Ryszard Czarnecki (NI). – (PL) Señor Presidente, durante la primera lectura del Reglamento LIFE+ se propuso una serie de enmiendas. Se acordó unánimemente que este instrumento financiero no cubre las expectativas en el ámbito de la protección ambiental. La principal dificultad tenía que ver con la restricción de los recursos financieros para la aplicación de todas las políticas en este campo. Los acuerdos financieros con el Consejo y la Comisión no se transfirieron al presupuesto de protección ambiental para los próximos siete años.

Desde mi punto de vista, la diferencia de planteamiento entre la señora Sinnott y la mayoría de los restantes diputados tiene una naturaleza bastante abstracta. Mi conciencia se sentiría mucho mejor si votase a favor de este informe con la certeza de que los recursos asignados a los distintos países se destinarán a proyectos ambientales. El problema es que los fondos se están gastando en personal y no en proyectos ambientales. Creo que este es el motivo por el que realmente nos sentimos obligados a intervenir de algún modo.

Para concluir, quisiera decir como inciso que en un momento de crisis respecto a nuestra visión de la Europa del futuro, y de escepticismo sobre las instituciones europeas, el medio ambiente podría servir como verdadero punto de referencia común para muchos ciudadanos de los Estados miembros de la Unión Europea.

 
  
MPphoto
 
 

  Françoise Grossetête (PPE-DE).(FR) Señor Comisario, en la primera lectura nuestro mensaje se refería al carácter limitado de los importes asignados a LIFE+. Hoy el Parlamento Europeo quiere transmitir un mensaje claro al Consejo y a la Comisión. No podemos aceptar en ningún caso la delegación del 80 % de los créditos LIFE+ a los Estados miembros para su gestión por parte de agencias nacionales. ¿Por qué es inaceptable? Porque la política ambiental es una de las políticas europeas más visibles para los ciudadanos europeos, que la consideran una de las más transparentes. Realmente nos preguntamos por qué quiere la Comisión abandonar esta posibilidad de mostrar a los ciudadanos el efecto directo de una política comunitaria sobre su vida diaria. No tiene sentido, y menos aún en un período en que se critica la falta de comunicación con los ciudadanos.

LIFE+ es un instrumento financiero indispensable para todas nuestras políticas ambientales. Pero hay tanta incoherencia. Votamos de sesión en sesión compromisos ambientales importantes en el marco del desarrollo sostenible mientras LIFE+ se reduce a una piel de zapa. Y tampoco aquí estamos de acuerdo con el Consejo. Confiar la responsabilidad del 80 % de la financiación a los Estados miembros es arriesgarse a que se incumplan todos nuestros compromisos y que la financiación se desvíe de su objetivo inicial.

Sí, señor Comisario, todos estamos a favor a LIFE+, pero no en la forma que usted propone. Hay que preservar un modelo centralizado, gestionado por la Comisión, con una selección de proyectos basada en la excelencia de estos últimos y en su valor añadido. De no ser así, nos enfrentaremos a un retroceso de nuestra política ambiental, como usted sabe muy bien. La renacionalización no es la solución acertada. No debemos utilizar estos recursos para pagar a funcionarios, sino para lanzar y financiar proyectos.

 
  
MPphoto
 
 

  Evangelia Tzampazi (PSE). (EL) Señor Presidente, señor Comisario, la nacionalización de LIFE contradice desde el principio la aplicación de su herramienta ambiental hasta la fecha.

La propuesta de delegar la gestión del 80 % del presupuesto decididamente inadecuado para LIFE+ a los Estados miembros implicaría la pérdida de todo el valor añadido europeo y, lo que es más importante, que los Estados miembros tendrían carta blanca para seguir –posiblemente– los objetivos nacionales. Por lo tanto exigimos una gestión transparente y eficiente de los programas importantes con un valor europeo añadido bajo el control de la Comisión Europea.

Por último, si no se llega a ningún acuerdo, creo que es especialmente importante que respaldemos la propuesta común, conforme a la que será posible financiar actividades que deberán presentarse dentro del programa en cuestión a partir de 2007.

Quisiera felicitar a la señora Béguin por su informe excepcionalmente positivo.

 
  
MPphoto
 
 

  Mojca Drčar Murko (ALDE). (EN) Señor Presidente, estoy de acuerdo con la ponente, la señora Isler Béguin, de que durante la primera lectura el Parlamento ha mejorado considerablemente la propuesta de la Comisión sobre LIFE+, en particular, con respecto a la cantidad que se incluirá para la financiación de Natura 2000. Por lo tanto, acojo con satisfacción la enmienda 18, que reafirma la suma de 100 millones de euros acordada durante las negociaciones en torno a las perspectivas financieras.

Sin embargo, hay varios motivos por los que no estoy entusiasmada con la enmienda 10, ya que elimina, para los nuevos Estados miembros, el importantísimo segundo apartado del artículo 6 de la Posición Común del Consejo. Mucho me temo que la asignación centralizada de la financiación que se realiza enteramente a través de los proyectos favorece a los antiguos Estados miembros que están más familiarizados con los procedimientos. Es sabido que las instituciones de los nuevos Estados miembros aún no están suficientemente preparados para competir con sus proyectos en igualdad de condiciones. La propuesta de la Comisión de que el 80 % de la financiación se asigne a los Estados miembros rectifica esta desventaja inicial objetiva y necesitamos criterios de admisión detallados que garanticen el valor añadido europeo de la financiación. Desde este punto de vista, no considero que sea una renacionalización. Con respecto a la aplicación, no me opondré a la solución del problema que plantea el Consejo.

 
  
MPphoto
 
 

  Richard Seeber (PPE-DE). (DE) Señor Presidente, señor Comisario, en numerosas ocasiones nos han oído decir que todos nos oponemos a que este programa europeo se devuelva a los Estados miembros. Debería seguir siendo europeo.

En esta Asamblea hablamos sobre los programas ambientales y sobre cómo financiarlos, pero deberíamos considerar bien el modo en que lo hacemos. No es aceptable que el programa sobre el hábitat o la Directiva sobre aves se empleen en los Estados miembros para hacer cosas que realmente van en contra del entendimiento normal de esta Asamblea. De hecho, a la política ambiental debería otorgársele el valor que tiene, pero no se pretende que las ranas disfruten de una mayor protección que los seres humanos, y una de las funciones de la Comisión y de sus oficinas es mantener el sentido adecuado de proporción al respecto.

Lo que importa es que nosotros, aquí en esta Asamblea, deberíamos unirnos a la Comisión para aplicar programas que aporten valor europeo. Esto no debe limitarse a ser una simple transmisión de fondos, es decir, devolver el dinero a los Estados miembros y dejar en sus manos lo que se haga con él. Tampoco es aceptable que estos fondos se empleen para financiar ONG con cuyos antecedentes y conexiones no estamos familiarizados. Por ello debemos ocuparnos de que el dinero de los contribuyentes se emplee adecuadamente.

 
  
MPphoto
 
 

  Karin Scheele (PSE). (DE) Señor Presidente, la segunda lectura del instrumento financiero para el medio ambiente nos demuestra una vez más que las Perspectivas Financieras para el período de 2007 a 2013 no permiten a la UE desempeñar adecuadamente sus funciones respecto al medio ambiente, además de muchos otros aspectos.

El hecho de que nos encontremos en una posición financiera tan problemática hace que sea importante que mañana respaldemos a nuestra ponente con una amplia mayoría. Puede que la Comisión indique su disposición a alcanzar un compromiso, pero sabemos que las negociaciones serán muy duras, ya que las enmiendas que la Comisión se ha declarado incapaz de aceptar esta tarde forman parte de la esencia de la postura de esta Asamblea.

Como ya se ha dicho, devolver este programa a los Estados miembros haría peligrar la política ambiental europea y el valor que aporta Europa a esta, y por ese motivo respaldaré todas las enmiendas de la ponente de eliminación, ya que nos hacen avanzar considerablemente en la dirección adecuada.

 
  
MPphoto
 
 

  Alfonso Andria (ALDE).(IT) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, el trabajo decidido de la ponente ha dado notables resultados ya en la primera lectura. No obstante, los recursos asignados a LIFE+ para el período 2007-2013 no son suficientes para responder a los retos ambientales de los próximos años, lo que puede poner en peligro todo lo que de positivo se ha logrado ya. Por este motivo, es especialmente importante apoyar la enmienda 3 de la ponente, para poder garantizar una financiación más adecuada al menos después de la revisión de 2008-2009 del marco financiero, con el fin de adecuar LIFE a los cambios necesarios y garantizar un alto nivel de cofinanciación comunitaria.

Además, quisiera resaltar la importancia de destinar los fondos europeos al medio ambiente, pues no deben utilizarse para remediar déficit financieros de los Estados miembros –se ha recordado varias veces que a menudo se emplean para pagar a funcionarios– sino para aplicar los proyectos europeos que materializan la estrategia de desarrollo sostenible de Gotemburgo.

Por último, celebro que el nuevo programa LIFE+ preste más atención al problema de la eficiencia energética, prestando apoyo financiero a las nuevas tecnologías, y estoy de acuerdo con la ponente en la necesidad de implicar más a la sociedad civil en la fase de elaboración tanto de los programas plurianuales como de los programas anuales nacionales.

 
  
MPphoto
 
 

  Stavros Dimas, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, quiero dar las gracias a sus Señorías por sus aportaciones sumamente positivas y por reconocer que la propuesta inicial –aprobada por la Comisión en 2004, con la ayuda del Parlamento– ha sido mejorada notablemente. Lo que tenemos que conseguir es una solución equilibrada y en este sentido voy a intentar facilitar un acuerdo entre el Consejo y el Parlamento.

En lo que respecta a las enmiendas, sé que la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria ha presentado 31 enmiendas y desde la semana pasada se ha presentado otra. Esta última enmienda, como ocurrió en el debate presupuestario, me hace pensar que el Parlamento desea encontrar una solución al déficit de financiación que generará la adopción tardía de LIFE+. Aunque la cuestión presupuestaria la resolverá en última instancia la autoridad presupuestaria, la Comisión hará todo lo que pueda por facilitar un acuerdo que, con el apoyo de la Cámara, aporte fondos a la DG Medio Ambiente durante todo 2007.

Volviendo a las 31 enmiendas presentadas sobre LIFE+, las voy a dividir en cuatro bloques distintos. En primer lugar, en lo que respecta al método de ejecución, la Comisión no puede aceptar el grupo de enmiendas que se oponen a la gestión delegada del programa.

En segundo lugar, en lo que respecta a la asignación de fondos, el presupuesto, la protección de fondos, etc., el Parlamento ha presentado una enmienda encaminada a añadir el total de los 100 millones de euros adicionales al instrumento LIFE+. Si el Parlamento y el Consejo llegaran a un acuerdo para asignar ese importe al programa LIFE+, me encantaría que el programa se ampliara. El Parlamento aboga también por que como mínimo el 55 % de los fondos LIFE+ se asignen al componente de naturaleza y biodiversidad. La Comisión no puede aceptar esta enmienda, ya que reduciría la flexibilidad que los diversos Estados miembros precisan para abordar otros problemas ambientales urgentes. El 40 % de la Posición Común es un mínimo, por lo que los Estados miembros pueden gastarse perfectamente el doble de esa cifra en naturaleza y biodiversidad si lo desean y pueden justificarlo.

En tercer lugar, en lo tocante a las cuestiones de comitología, las enmiendas destinadas a potenciar la participación del Parlamento durante las diversas fases de la programación y a introducir el procedimiento regulador con escrutinio nos parecen en principio aceptables.

Por último, en lo que respecta a una serie de enmiendas cuyo objetivo es conseguir aclaraciones, una mayor transparencia, etc. en cuestiones como la aplicación del Convenio de Aarhus, proyectos transfronterizos, una referencia específica a la incidencia del cambio climático sobre la biodiversidad, el papel de la Comisión en el apoyo a la integración, etc., creo que estas enmiendas pueden ser en principio aceptables para la Comisión, aunque con algunos cambios de redacción.

Quiero repetir lo que ya he dicho antes: debemos seguir trabajando juntos para encontrar soluciones prácticas, sobre todo en lo que respecta al método de aplicación de LIFE+. Además, tenemos que resolver juntos el problema del déficit de financiación para 2007. Los buenos deseos del Parlamento a ese respecto me animan mucho.

Necesitamos un instrumento de financiación para el medio ambiente con el fin de gastar nuestro presupuesto de 2 000 millones de euros. Por lo tanto, estoy dispuesto a contribuir a la búsqueda de un compromiso viable entre el Consejo y el Parlamento sobre estas cuestiones y a facilitar el acuerdo en este sentido.

 
  
  

PRESIDCIA DEL SR. MAURO
Vicepresidente

 
  
MPphoto
 
 

  El Presidente. El debate queda cerrado.

La votación tendrá lugar el martes a las 12.00 horas.

 
Aviso jurídico - Política de privacidad