La Presidenta. De conformidad con el orden del día, se procede al debate sobre:
– la pregunta oral a la Comisión (O-0098/2006) formulada por el señor Andersson y la señora Jöns, en nombre de la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales, sobre la reintegración en el mercado de trabajo de las pacientes afectadas por cáncer de mama y el uso de fondos sociales para la formación continua de profesionales de la salud en el ámbito del cáncer de mama (B6-0433/2006).
– la pregunta oral a la Comisión (O-0101/2006) formulada por el señor Florenz y la señora Jöns, en nombre de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, sobre la detección precoz y del tratamiento del cáncer de mama en la Unión Europea ampliada (B6-0434/2006) y
– la pregunta oral a la Comisión (O-0116/2006) formulada por la señora Záborská y la señora Jöns, en nombre de la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Oportunidades, sobre el cáncer de mama (B6-0436/2006).
Karin Jöns (PSE), autora. – (DE) Señora Presidenta, Comisario Špidla, Comisario Kyprianou, Señorías, en primer lugar deseo expresar mi más sincero agradecimiento a los presidentes de las tres comisiones, la señora Záborská, el señor Florenz y el señor Andersson, por su fantástica cooperación en la preparación de este debate. También quiero dar las gracias a usted, señora Presidenta.
El cáncer de mama estaba en el orden del día hace tres años, y es hora de hacer un repaso inicial de los resultados, lo cual parece bastante necesario. En los 25 Estados miembros, 275 000 mujeres contraen cáncer de mama cada año. El riesgo de mortalidad por esta causa es el doble de alto en un Estado miembro que en otro. Para empeorar las cosas, las mujeres que contraen la enfermedad son cada vez más jóvenes: tan solo en los últimos años, el número de mujeres afectadas con menos de 40 años de edad se ha duplicado. El cáncer de mama sigue siendo la causa de muerte número uno entre mujeres de 35 a 55 años de edad.
No obstante, también me sorprende lo radical que sigue siendo el tratamiento en muchos Estados miembros. En algunos países, las mastectomías siguen siendo la regla en lugar de la excepción, incluso en las primeras fases de la enfermedad, a pesar de que en el 80 % de los casos es posible operar sin extirpar el pecho. Como ven, estamos progresando a paso de tortuga. Esto es particularmente cierto en los nuevos Estados miembros, donde las deficiencias y oportunidades perdidas a lo largo de la cadena son de la peor clase. No obstante, al menos en los antiguos Estados miembros, el hecho de que las estructuras sigan siendo de poco adecuadas a catastróficas tiene menos que ver que los problemas del presupuesto público que con los intereses económicos y de clases de los doctores.
Comencemos por la detección temprana: el desarrollo de un programa de cribado mamográfico generalizado según las directrices de la Unión Europea implicará un gasto individual para el erario público que no será superior a 1,25 euros por ciudadano. Por lo tanto, estoy segura de que nadie en esta Cámara quiere afirmar que no se dispone de este dinero. Si contáramos con un programa de cribado en toda la Unión Europea, podríamos salvar las vidas de 31 000 mujeres al año en la Unión Europea, ayudar a reducir los gastos de sanidad, y así reducir los gastos posteriores para la sociedad en su conjunto.
No obstante, hasta la fecha, solo 11 países disponen de un programa de cribado de calidad, y estos programas están muy lejos de ser continuos. También en su país, señor Špidla, debe poner fin a la práctica de hacer pasar el cribado oportunista por cribado de la Unión Europea. También en Chipre, señor Kyprianou, el progreso sigue siendo muy lento. Ahora, sin duda, sabemos que ambos están de nuestra parte, pero de cualquier manera habría sido positivo disponer ahora del informe de progreso de la Comisión, en lugar de en primavera, fecha para la cual se espera. También les instamos a que hagan un mayor hincapié en la opción de utilizar dinero de los Fondos Estructurales para desarrollar un programa de cribado.
No obstante, incluso los mejores sistemas de detección temprana no sirven de nada si el tratamiento posterior no es adecuado. Una vez más, el cáncer de mama se sigue operando y se trata en los hospitales con escasa experiencia. Por lo tanto, quisiera dar las gracias de manera especial a la Comisión por las directrices de la Unión Europea para los centros mamarios que llevamos recibiendo desde el año pasado. Sin embargo, ahora la pelota está en el tejado de los Estados miembros, porque el único lugar de toda la Unión Europea que dispone de dichos centros actualmente es –sorprendentemente– el Reino Unido.
Por ese motivo hoy también haremos un llamamiento, en nuestra resolución conjunta, a que los Estados miembros establezcan suficientes centros mamarios en cada país para 2016. Es algo totalmente factible para 2016. Necesitaríamos alrededor de 1 800 centros en toda la Unión Europea. Entonces, todas las mujeres tendrían la oportunidad de disfrutar del mismo tratamiento óptimo, independientemente del lugar donde vivieran.
Con el fin de garantizar el funcionamiento de dichos centros mamarios de acuerdo con los criterios de la Unión Europea, la realización de un número mínimo de operaciones sobre cáncer de mama primario, 150 al año por centro, la especialización verdadera de los especialistas en enfermedades de pecho benignas y malignas y la realización de consultas interdisciplinarias antes y después de la operación para cada caso individual de cáncer de mama, ahora también necesitamos directrices para la certificación de los centros mamarios.
En este sentido, les pedimos que en la Comisión se pongan a elaborar estas directrices con gran celeridad. Asimismo también les pedimos que elaboren directrices para la descripción del empleo de enfermera mamaria, por ser un personal que desempeña una función muy importante en estos centros, como guías y mediadoras entre doctores y pacientes a través del proceso de tratamiento.
(Aplausos)
La Presidenta. Gracias, señora Jöns. Es un agradecimiento muy personal.
Jan Andersson (PSE), autor. – (SV) Señora Presidenta, quisiera comenzar agradeciendo a la señora Jöns su gran dedicación y su comprensión de esta cuestión tan sumamente importante.
Como ya ha mencionado la señora Jöns, esta es la forma más común de cáncer entre las mujeres. También es la causa de muerte más común entre mujeres de 35 a 59 años. Es más, sabemos que el cáncer de mama va en aumento entre las mujeres más jóvenes y que las posibilidades de detección de la enfermedad varían enormemente de un Estado miembro de la Unión Europea a otro, del mismo modo que lo hacen las oportunidades de cribado mamográfico. Sé por mi propio país, Suecia, donde el cribado se lleva a cabo desde hace muchos años para las mujeres de ciertos grupos de edad, que dicho cribado ha reducido la tasa de mortalidad entre las mujeres y que es importante detectar la enfermedad en su fase temprana para poder proporcionar el tratamiento adecuado. Todo esto significa que los esfuerzos mencionados en las resoluciones debatidas por la señora Jöns revisten una importancia extrema.
Hay tres comisiones implicadas en este asunto. En la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales no nos responsabilizamos de manera específica en cuestiones de sanidad y cuidados sanitarios, sino en el vínculo con el mercado laboral. Me complace decir que actualmente contamos con un mercado laboral que permite incluir a las mujeres y en el que se puede encontrar un número cada vez mayor de ellas. En mi país, la proporción de mujeres que trabajan es igual de elevada que la de hombres.
Si alguien contrae una enfermedad grave como el cáncer de mama, una consideración puramente objetiva es que hay que estar de baja para el tratamiento. En ocasiones, es posible que la mujer siga trabajando, pero hacerlo implica poder debatir con el empresario los cambios que pueden realizarse en su ritmo de trabajo para que pueda seguir contratada mientras recibe el tratamiento. También es posible que alguien enferme gravemente durante un período de tiempo, pero después mejore gracias al tratamiento y pueda volver a trabajar. Entonces la cuestión que se plantea es cómo puede esa mujer volver a integrarse con éxito en la vida laboral, de modo que el tratamiento del cáncer de mama no tenga efectos perjudiciales en la misma.
Es importante que abordemos estas cuestiones. Esa es la primera cuestión que quiere plantear la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales. El segundo tema que nos preocupa tiene que ver con los profesionales implicados en estas cuestiones. Hay un progreso constante de la investigación y el desarrollo y de los procedimientos para tratar el cáncer de mama. Es importante que el personal médico disponga en todo momento de información actualizada sobre nuevos procedimientos desarrollados. En el ámbito europeo, también contamos con instrumentos –de manera especial, en el marco del Fondo Social– para ayudar al personal en el desarrollo de sus capacidades. También en este ámbito debemos hacer uso del Fondo Social para el desarrollo de capacidades, para que el personal pueda hacer uso de los mejores métodos. Esto también guarda relación con el Proceso de Lisboa. Sin duda, el Proceso de Lisboa trata de las mejores prácticas, y eso significa que se supone que debemos observar a los países que han progresado en mayor medida.
Por último, me gustaría mencionar otro punto que he comentado con la señora Jöns. El cáncer de mama es una enfermedad que ataca a las mujeres, pero es importante que los hombres nos impliquemos en el logro de procedimientos mejores. No deben ser únicamente las mujeres las que se dediquen a buscar métodos mejores de lucha contra las enfermedades que afectan a las mujeres. En cambio, es algo a lo que todos –hombres y mujeres– debemos dedicarnos en cuerpo y alma.
(Aplausos)
Karl-Heinz Florenz (PPE-DE), autor. – (DE) Señora Presidenta, le doy las gracias, señora Jöns, por permitirme ser coautor de esta pregunta con usted. Me alegró poder hacerlo, porque me ha sorprendido durante el debate lo poco que había oído sobre el tema hasta ahora. Mientras seguía el debate, he pensado lo pusilánimes que somos en Europa, la manera tan tonta en la que hemos actuado en el pasado y cuántas preguntas tenemos abiertas en este continente. Voy a intentar añadir mi peso político a la balanza en este asunto, porque desde el punto de vista del contenido no tengo nada que añadir a lo que la señora Jöns y otros han dicho.
Solicito a ambos Comisarios que reúnan todo su coraje para tratar este tema y combatir el carácter pusilánime del Consejo. A menudo –y lo he comprobado con demasiada frecuencia– el Consejo dice débilmente: se trata de una cuestión subsidiaria, una cuestión nacional. La información y la comunicación son las tareas principales del futuro, también con respecto a esta terrible enfermedad, por lo que pido a ambos Comisarios que ejerzan toda su influencia política para convencer al Consejo y para establecer directrices.
Piénsenlo durante un minuto: incluso tenemos directrices para elaborar directrices, pero carecemos de directrices sobre el modo de combatir en el futuro el cáncer de mama, la enfermedad más importante de este continente. Creo que la idea de desarrollar una descripción de empleo para enfermeras altamente cualificadas es excelente e interesante, y le brindo todo mi apoyo.
(Aplausos)
Anna Záborská (PPE-DE), autora. – (FR) Señora Presidenta, señor Comisario, Señorías, henos aquí de nuevo reunidos en sesión plenaria para debatir un problema que afecta tanto a la salud pública como a la vida de las mujeres y las familias de nuestras circunscripciones: el cáncer de mama.
La Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género ya había formulado una pregunta sobre este mismo tema a la Comisión Europea en 2003. Señor Comisario, fue su predecesora, la señora Diamantopoulou, quien emprendió entonces las primeras gestiones para responder a las peticiones del Parlamento Europeo.
Hoy le pedimos que reconozca los progresos realizados. La Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género pretende reducir la tasa de mortalidad de las mujeres afectadas por cáncer de mama, mejorar su calidad de vida, facilitar a las mujeres y sus asociaciones, pero también a sus familiares cercanos, información sobre el riesgo y el tratamiento del cáncer de mama.
En este debate deberíamos tener en cuenta también el papel de los hombres. Los maridos, los padres de familia y los hijos también se ven afectados por las enfermedades específicamente femeninas. No hay que olvidar tampoco los muchos padres cuyas hijas sufren la enfermedad y que les aportan su apoyo.
En la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Genero trabajamos sobre los distintos aspectos de la enfermedad, para ver un día una Europa libre de cáncer de mama. Me alegra el gran interés que se presta a esta cuestión en la comisión parlamentaria. Quiero dar las gracias a mis colegas por su excelente colaboración, que realmente hay que reconocer.
El cáncer de mama es un problema de salud pública importante para todas las mujeres en la Unión Europea. Cada dos minutos se diagnostica un cáncer de mama a alguien. Cada seis minutos muere una mujer por su causa. Esta enfermedad no hace distinciones de raza, religión o cultura.
Debemos tener la honestidad de reconocer todas las razones, sin excepción, que originan el cáncer de mama. Sería útil comparar las tasas de crecimiento en los Estados miembros a fin de llegar a una estrategia concluyente. Todas las mujeres deben poder acceder sin dificultad a los medios de diagnóstico y a tratamientos de calidad en una fase temprana, independientemente de su origen, estatuto social o nivel de educación. Podrían salvarse miles de vidas. Sería un ejemplo de discriminación realmente positiva: es esencial sensibilizar a todas las mujeres sobre el riesgo de la enfermedad y aumentar los recursos concedidos a la prevención y la detección del cáncer en los Estados miembros.
Señores Comisarios, saben, como yo, por experiencia que los instrumentos médicos son demasiado caros para los hospitales regionales de los nuevos Estados miembros. El sector médico no está dispuesto a hacer esfuerzos financieros, está demasiado preocupado por hacer beneficios. Les ruego, de todos modos, que estudien seriamente la posibilidad de financiar la prevención del cáncer de mama a través de los Fondos Estructurales. El esfuerzo de los políticos, los médicos y los científicos por desarrollar la red de sinergias en todos los Estados miembros podría garantizar un acceso igual a los medios de detección y a la asistencia sanitaria. Solo esa estrecha colaboración permitirá combatir el cáncer de mama más allá de las diferencias ideológicas y las rivalidades personales.
(Aplausos)
Markos Kyprianou, miembro de la Comisión. (EN) Señora Presidenta, quisiera dar las gracias al Parlamento por organizar este debate sobre el cáncer de mama. Lo detallado de las preguntas refleja la amplitud de las cuestiones que implica. No voy a intentar responder por separado a todas las preguntas, porque eso sería imposible dado que mi tiempo de intervención es limitado. No obstante, me encantaría facilitarles información detallada en otro momento.
Por lo tanto, voy a centrarme en tres aspectos cruciales, aunque primero quisiera dar fe de la magnitud del problema, que ya han mencionado muchos oradores. Cada año se diagnostica cáncer de mama a 270 000 mujeres en la Unión Europea. Eso afecta a sus vidas y a las vidas de sus familias y tiene un coste médico, social y económico muy significativo.
La primera cuestión que quiero abordar –y que ya se ha tratado– es cuánto hemos avanzado desde la resolución del Parlamento Europeo del 5 de junio de 2003. Es cierto que la resolución fijó algunos objetivos ambiciosos que los Estados miembros debían alcanzar para 2008, especialmente una reducción del 25 % de la mortalidad y la reducción hasta el 5 % de las diferencias entre las tasas de supervivencia con cáncer de mama de los distintos Estados miembros. Debo admitir que es demasiado pronto para saber cuánto se ha avanzado exactamente. Los Estados miembros se han comprometido a informar a la Comisión sobre la situación antes de que concluya el año, tres años después de la aprobación de las recomendaciones del Consejo. Por lo tanto, la Comisión elaborará un informe de aplicación en 2007. Puedo asegurarles que la falta de información de algunos Estados miembros no retrasará la publicación de ese informe. Al contrario, el informe indicará qué Estados miembros no han facilitado información.
Ya existen indicios de que la resolución y otras medidas han tenido efectos positivos y han comenzado a cambiar las cosas. Esperamos que los avances en aspectos como el intercambio de modelos de buenas prácticas para facilitar la aplicación en distintas partes de la UE y las directrices para diagnósticos de cribado den lugar a reducciones muy significativas de la mortalidad por cáncer de mama. Además de facilitar los resultados en el ámbito de la mortalidad, esperamos tener los datos necesarios para hacernos una idea clara de los plazos en cuestión y de los avances en la reducción de las desigualdades.
El segundo aspecto del que quiero hablar es la investigación. El cáncer de mama tendrá una gran relevancia en el Séptimo Programa Marco. Este Programa abarcará tanto la detección de la enfermedad como otro aspecto crucial: las causas, es decir, cómo puede prevenirse.
En lo que respecta a la detección, la investigación se centra ahora sobre todo en la mejora del cribado para detectar el cáncer de mama y las alternativas a la mamografía convencional, con el fin de mejorar la detección temprana. Entre las alternativas que ya apoya el Sexto Programa Marco figura la mamografía con imagen molecular o la aplicación de la tomografía por emisión de positrones (PET), concebida específicamente para la exploración del cáncer de mama. La detección precoz es desde luego vital para garantizar el éxito de la terapia, pero sigue tratando la enfermedad y no las causas. Por lo tanto, me complace que el trabajo sobre las causas del cáncer sea una prioridad en el Programa Marco de Investigación. Ese trabajo se centrará en tres áreas clave: la genética, el medio ambiente y el estilo de vida.
En tercer lugar, la cuestión de las campañas: las campañas informativas tienen gran importancia en asuntos de salud pública, puesto que incrementan la sensibilización sobre aspectos importantes por parte de los ciudadanos, las autoridades públicas y las instancias decisorias, así como, por supuesto, de los profesionales sanitarios. Esto no solo permite a los ciudadanos protegerse mejor, sino que también presiona a las instancias decisorias para que den prioridad a este problema, cosa que a veces no hacen.
La resolución de 2003 del Parlamento Europeo ha sido un componente eficaz de una compaña de concienciación que todavía está en curso. Concienciar a las mujeres sobre la importancia del cribado ha sido un aspecto clave de la acción europea contra el cáncer. Esas campañas pueden recibir apoyo al amparo de nuestro programa de salud pública.
En conclusión, todos estamos de acuerdo en que es preciso luchar contra el cáncer de mama y los ejemplos de buenas prácticas demuestran que se pueden lograr resultados significativos. Sin embargo, es preciso entender que se trata de un proceso continuo. No debemos caer en la complacencia, ni siquiera ante el éxito inicial de algunos de esos esfuerzos e iniciativas. Se necesita un enfoque coherente y caracterizado por la colaboración, que aborde en particular los tres aspectos que he destacado anteriormente.
Por supuesto, tenemos que admitir que la mayoría de estas acciones corresponden principalmente a los Estados miembros, pero la Unión Europea puede ayudar, y lo va a hacer –como en el caso de la investigación– siempre que sea posible. A título indicativo puedo mencionar el futuro apoyo a las directrices sobre el cribado para la detección del cáncer de mama, que continuará bajo los actuales y futuros programas de salud pública, la red del Consejo Europeo y la red de la Unión Europea para la información sobre el cáncer en Europa. Un nuevo proyecto que se ha preseleccionado responde a algunas de las preguntas sobre la extensión de las directrices. Las directrices de la Unión Europea se actualizarán para que abarquen no solo la fijación de normas para las enfermeras especializadas en cáncer de mama, sino también las especificaciones para las unidades especializadas en la mama. Fijarán normas, principios y parámetros de referencia a los que los Estados miembros deberán ajustar sus medidas de cribado, su formación y su tratamiento en el campo del cáncer de mama. Estas iniciativas incluirán la necesidad de información y consultas también en los nuevos Estados miembros y contribuirán a integrar a los expertos implicados en las redes actuales.
No debemos olvidar nunca que cada año más de un cuarto de millón de mujeres dependen de esas medidas. Ellas y sus familias dependen de la prioridad que tanto nosotros como los Estados miembros concedamos a este importante y grave problema. No debemos defraudarles.
(Aplausos)
Vladimír Špidla, miembro de la Comisión. (CS) Señora Presidenta, Señorías, todos los presentes en esta Cámara somos conscientes de que el cáncer de mama es una terrible experiencia para las mujeres que lo sufren. Todos sabemos lo terrible que es para sus familias y para las personas cercanas a ellas. Se trata de una enfermedad que puede darle la vuelta a la vida de una persona. El tratamiento es arduo y largo, y a menudo impide trabajar o llevar una vida normal a las mujeres que lo sufren. Mi colega, el Comisario Kyprianou, acaba de pronunciarse sobre cuestiones de salud y prevención en relación con el cáncer de mama.
En mi breve intervención, quiero centrarme en la reintegración de las pacientes de cáncer de mama en la vida laboral. El cáncer de mama interrumpe de manera severa las vidas de las personas. La vida toma un nuevo rumbo y a menudo las mujeres no están preparadas para este cambio, aunque en la práctica a menudo se enfrentan a la realidad mejor que su familia, amigos, colegas y jefes. Muchas veces, estos últimos no saben cómo comportarse con las mujeres con cáncer de mama. Las soluciones universales no existen. Cada situación concreta necesita que se consideren sus propias circunstancias. Hay poca información y orientación disponible sobre el modo de tratar a las pacientes con cáncer de mama desde el punto de vista legal, laboral, sanitario y psicológico.
La Comunidad debe mejorar los mecanismos de ayuda a las pacientes con cáncer de mama. La experiencia nos muestra que es mejor que las mujeres con cáncer de mama sigan trabajando, siempre que su condición física y mental les permita hacerlo. Con el fin de mejorar la vida de las pacientes mientras no están bien, tienen que introducirse horarios de trabajo especiales y vacaciones adaptadas, por ejemplo, en combinación con el trabajo desde casa. Esto también les ayudaría a reintegrarse en el entorno laboral con mayor facilidad y rapidez. El apoyo a los empresarios y colegas podría desempeñar un papel crucial durante el tratamiento. También habría que disponer de ayuda psicológica permanente, y con este fin, hay que lanzar una campaña de sensibilización informativa dirigida a los empresarios y al lugar de trabajo en general.
Como he dicho anteriormente, es importante crear unas condiciones que permitan a las mujeres con cáncer de mama reintegrarse en el mercado laboral rápidamente y de manera satisfactoria. Las condiciones laborales especialmente adaptadas que pueden ser necesarias durante el tratamiento quizás debieran ampliarse hasta un período posterior al tratamiento, para ayudar a la reintegración de la paciente. No debe permitirse que las pacientes de cáncer de mama sufran discriminación en el lugar de trabajo. La Directiva europea de noviembre de 2000 proporciona un marco general para la igualdad de condiciones en el empleo y prohíbe la discriminación por motivos de discapacidad. La cuestión sigue siendo si las enfermedades de larga duración se incluyen en el apartado de discapacidad. Por ejemplo, en el Reino Unido, tras largos debates sobre esta cuestión, la ley que prohíbe la discriminación de los discapacitados se ha actualizado, y ahora protege contra la discriminación de pacientes de cáncer. El Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas tendrá que decidir si esta interpretación se aplica a la Directiva sobre la prohibición de la discriminación.
La legislación de la Unión Europea, concretamente la Directiva 89/391/CEE relativa a la aplicación de medidas para promover la mejora de la seguridad y de la salud de los trabajadores en el puesto de trabajo, también afirma que los empresarios deben adaptar la naturaleza del trabajo al estado de salud del trabajador, lo cual incluye implícitamente a aquellos con enfermedades crónicas y de larga duración. Acojo con satisfacción la propuesta de elaborar una carta para proteger a las personas con enfermedades crónicas y de larga duración en el lugar de trabajo. No obstante, considero que los interlocutores sociales deben desarrollar dicha carta en conjunción con los organismos correspondientes en el ámbito nacional.
Al margen de los instrumentos legislativos, la Comisión apoya la cooperación entre los Estados miembros mediante el método abierto de cooperación en el ámbito de la protección social. Las inversiones en materia de sanidad son uno de los objetivos de los nuevos Fondos Estructurales para 2007-2013, especialmente en las regiones de convergencia. El objetivo es incrementar el número de años de trabajo con salud y permitir que el mayor número posible de personas desempeñen una función activa en la sociedad. Este objetivo se relaciona con la infraestructura sanitaria y la formación de los trabajadores sanitarios, cuestión que se ha mencionado en esta Cámara. En este ámbito, las medidas pueden incluir apoyo sanitario, prevención de enfermedades, intercambio de información y formación de trabajadores altamente cualificados.
Señorías, el modelo social europeo se basa en la solidaridad con los miembros más vulnerables de la sociedad, para con los que tenemos una responsabilidad moral. Las pacientes de cáncer de mama son física y psicológicamente vulnerables y frágiles, y tienen que luchar contra esta enfermedad. Necesitan apoyo, necesitan unos cuidados sanitarios decentes, necesitan protección contra la discriminación, necesitan reintegrarse en la vida laboral en las mejores condiciones posibles.
Señorías, creo que pueden confiar en nosotros con respecto a esta cuestión.
(Aplausos)
John Bowis, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (EN) Señora Presidenta, hemos oído una lista de todo lo que necesitamos y lo que dice la Cámara es que hemos de tomar medidas para conseguirlo.
Esta resolución constituye una de esas raras ocasiones en las que en esta Cámara hay unanimidad total: unanimidad entre las comisiones parlamentarias y entre los Grupos políticos. Hay unanimidad en torno a lo que constituye una enfermedad infrecuente. Es una de las escasas enfermedades que no son consecuencia de la pobreza, sino del aumento de la prosperidad. Por eso precisamente se trata de una enfermedad europea cuya prevalencia aumenta.
El cáncer más habitual entre las mujeres es el cáncer de mama. Conocemos las cifras: 275 000 casos al año; 88 000 muertes al año. Por eso exigimos el acceso a mejores servicios y más investigación. Pero la ciencia médica abre las puertas a la esperanza: detección precoz, nuevos medicamentos, enfermeras especializadas, nuevas terapias y el conocimiento que conduce a la prevención. Todo eso significa que no tenemos por qué aceptar este terrible peaje para las mujeres.
Pero también es un problema para los hombres. Cada año mueren de cáncer de mama un millar de varones en la Unión Europea. Para hacernos una idea, sería como llenar esta Cámara de hombres –todos los asientos, las tribunas y las cabinas de los intérpretes, y también el estrado– y borrarla del mapa. Ese es el número de varones que perdemos cada año a causa del cáncer de mama. Los hombres también necesitan servicios especializados. También tienen problemas, porque a pesar de que la enfermedad es más fácil de detectar en los hombres, suele dejarse desarrollar hasta que es demasiado tarde y los tumores son demasiado grandes. Así que es necesario realizar cribados. Demasiados hombres no pueden soportarlo. No pueden hacer frente, no solo a la enfermedad, sino también a la perspectiva de volver a casa y decir a la familia que tienen cáncer de mama. No pueden soportar ir al bar y decir a sus amigos que tienen cáncer de mama. Algunos –y «algunos» es demasiados– se suicidan con tal de no enfrentarse a las consecuencias de su diagnóstico. Eso es culpa nuestra. No les capacitamos para soportarlo y es nuestra obligación hacerlo. Nuestro mensaje tanto para los hombres como para las mujeres es que tenemos una resolución común y exigimos acción común por parte de la Comisión.
Stephen Hughes, en nombre del Grupo del PSE. – (EN) Señora Presidenta, quiero dar las gracias a la señora Jöns por volver a plantear este tema en la Cámara. Esta enfermedad no es solo un problema de las mujeres, como han dicho el señor Bowis y la señora Záborská. Cientos de miles de hombres y cientos de miles de familias se ven afectadas por la enfermedad cada año. Mi suegra murió de cáncer de mama y a la hermana mayor de mi mujer le diagnosticaron cáncer de mama hace diez años, pero gracias al tratamiento temprano y a su eficacia hoy vive y está sana. Estoy seguro de que pueden imaginar cómo esta enfermedad ensombrece mi vida y la de mi familia. Pero como hemos oído, se trata de un trance especialmente duro para las 275 000 mujeres que contraen la enfermedad cada año y, desgraciadamente, para las 88 000 mujeres que mueren de ella cada año en la Unión Europea, así como para sus familias.
Estas son cifras que podemos y debemos reducir de forma radical. Necesitamos más investigación en el ámbito de la prevención. Pero me sorprende especialmente que las tasas de mortalidad varíen tanto como un 50 % entre los distintos Estados miembros y que las tasas de mastectomía varíen hasta un 60 %, lo que también es inadmisible. Es urgente que las buenas prácticas se extiendan uniformemente por toda la Unión y todas las regiones de la misma. Además, esas buenas prácticas deben elaborarse en torno a las directrices europeas de aseguramiento de la calidad en el cribado y diagnóstico del cáncer de mama.
Otra cuestión urgente es el hecho de que un número creciente de mujeres más jóvenes están desarrollando cáncer de mama: el 47 % son menores de 55 años. Si a eso se añade que hasta el 20 %, una quinta parte de las mujeres que han tenido cáncer de mama, no retoman su actividad laboral, es evidente que hay que hacer algo si queremos alcanzar el objetivo de Lisboa en lo que respecta a la participación de la mujer en el mercado laboral. Por lo tanto, apoyo plenamente la exigencia de la resolución –y me alegro de ver que el Comisario Špidla ha respondido hoy positivamente a la misma– de que se elabore una carta de protección de los derechos de los pacientes de cáncer de mama y de las personas enfermas en el lugar de trabajo para facilitar su reintegración en el mundo laboral. Sus horarios de trabajo deben adaptarse a sus tratamientos y su reintegración en el lugar de trabajo debe adaptarse a su rehabilitación.
Cada día se diagnostica cáncer de mama a cinco mujeres en mi región. Espero que, con una adecuada investigación en torno a la prevención, esa cifra se reduzca. También espero que nuestro trabajo permita que esos diagnósticos no representen una sentencia de muerte, sino que se conviertan en el punto de partida de una intervención temprana, sensible y humana, un tratamiento eficaz y la reintegración en el mundo laboral y a una vida plena y satisfactoria.
Elizabeth Lynne, en nombre del Grupo ALDE. – (EN) Señora Presidenta, quiero sumarme al agradecimiento a la señora Jöns por esta espléndida iniciativa. Le ha dedicado mucho trabajado.
El riesgo que padecen las mujeres europeas de desarrollar cáncer de mama en algún momento de su vida, como hemos oído, es de una probabilidad entre diez. Este cáncer es la principal causa de mortalidad entre las mujeres de edades comprendidas entre 35 y 59 años, y la segunda más importante en general. El señor Bowis tiene toda la razón: no debemos olvidar que, aunque afecta principalmente a las mujeres, mil hombres mueren de cáncer de mama cada año.
Los Estados miembros todavía no están haciendo lo suficiente. Con las modernas técnicas de cribado que existen es posible detectar el cáncer de mama en una fase temprana. La Comisión Europea publicó en abril una nueva serie de directrices sobre el cribado y diagnóstico de cáncer de mama. Se calcula que en toda Europa podrían evitarse 32 000 muertes por cáncer de mama. Sin embargo, muchos Estados miembros no cuentan con las instalaciones técnicas necesarias para la mamografía ni con personal de enfermería especializado. Insto a los Estados miembros a que se ajusten a las directrices europeas, pero sobre todo a que las apliquen.
Tenemos que hacer más en el aspecto educativo. El estilo de vida, al igual que la genética, puede influir por lo visto en la probabilidad de contraer cáncer de mama. También tenemos que asegurarnos de que las pacientes a las que se ha diagnosticado la enfermedad no sean discriminadas en el lugar de trabajo, como ya hemos oído. Deberían poder continuar con su trabajo durante el tratamiento, si lo desean; si no, deberían poder reanudar su carrera una vez finalizado. Esto debería estipularse en la Directiva sobre el empleo del año 2000 en materia de no discriminación en el lugar de trabajo. En el Reino Unido lo hemos hecho. Sin embargo, muchos Estados miembros no consideran el cáncer de mama una discapacidad, y por eso necesitamos una definición de la discapacidad. Con tantas personas enfermas de cáncer de mama, hace falta cubrir esta carencia.
También tiene que haber un intercambio de mejores prácticas, en particular porque las tasas de mortalidad varían en un 50 % entre Estados miembros. Todos debemos procurar que este asunto se mantenga entre las máximas prioridades políticas.
Hiltrud Breyer, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (DE) Señora Presidenta, tenemos ante nosotros una excelente propuesta de resolución que habla exhaustivamente de una mejor prevención y un mejor tratamiento del cáncer de mama. Como varias de sus Señorías ya han señalado, plantea propuestas de mejora del cribado, por citar un ejemplo. Y lo hace con mucha razón, por lo que deberíamos partir de esta base.
No obstante, solo quiero subrayar una vez más que también se trata de una cuestión de prevención. El hecho de que los factores genéticos y el estilo de vida sean las únicas causas de esta enfermedad es un cuento de viejas. Nuevos estudios han confirmado que los factores perjudiciales del medio ambiente en forma de productos químicos tóxicos o radiaciones excesivas son responsables de la mitad de casos de cáncer de mama. Esto es algo a lo que debemos prestar atención. La protección sanitaria, junto con una investigación exhaustiva de las causas, debe estar en primera línea de la legislación europea en materia de productos químicos.
En la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria hemos lanzado una iniciativa a favor de una mayor protección de la salud y del medio ambiente en Europa. No obstante, la votación de hoy sobre el cáncer de mama también supone un claro apoyo a un REACH contundente, porque queda claro que las alteraciones de los sistemas hormonales de las mujeres las hacen especialmente susceptibles a los efectos perjudiciales de los productos químicos. Estudios realizados en los Estados Unidos demuestran que las agricultoras que utilizan ciertos pesticidas en sus campos son más proclives al cáncer de mama. Las mujeres que viven en un radio de un kilómetro y medio de distancia de vertederos de herbicidas y pesticidas también corren mayor riesgo, y sabemos que muchos de los agentes suavizantes que antes se utilizaban en cosmética contribuyen al crecimiento de células de cáncer de mama.
La prevención debe tener una prioridad todavía mayor en nuestra lucha contra el cáncer de mama.
Adamos Adamou, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (EL) Señora Presidenta, he escuchado a los oradores anteriores, y yo también quiero dar las gracias a los autores de la resolución y a los que han trabajado de manera tan intensa para combatir el cáncer de mama.
Señor Comisario, quiero comentar las desigualdades y el tratamiento. Como saben, la tasa de mortalidad es más alta en los diez nuevos Estados miembros, y los programas de cribado están todavía en la «guardería», si me permiten acuñar una expresión. Aquí incluyo a mi país, que, como quizás sepan, tiene un programa piloto en lugar de un programa nacional. Señor Comisario, es una pena dejar que el azar decida en qué país alguien enfermará de cáncer y en qué país y hospital será tratado. Se debe al hecho de que las directrices sobre el desarrollo de mamografías de calidad, en primer lugar, y de países con centros de tratamiento especializados –clínicas mamarias– con enfermeras especializadas, en segundo lugar, no son fáciles de consolidar.
Evidentemente, a este respecto no voy a dejar de referirme a lo que John Bowis ha mencionado anteriormente: que los hombres también sufren cáncer de mama, y que no siempre deberíamos referirnos única y exclusivamente a las mujeres. Puesto que hoy estamos debatiendo el cáncer de mama gracias a esta excelente iniciativa, quisiera señalar, señor Comisario, que otros tipos de cáncer no son los parientes pobres.
Existen otros tipos de cáncer en los que, precisamente con las mismas directrices, podemos reducir las repercusiones y la tasa de mortalidad. Lo que necesitamos es una estrategia generalizada para el cáncer que coordine a los 25 Estados miembros, y dejar de chupar la golosina de la subsidiariedad, con la consecuencia de no conceder dinero de los Fondos Estructurales a fin de desarrollar estos programas. Le ruego que estudie estas cuestiones.
Liam Aylward, en nombre del Grupo UEN. – (EN) Señora Presidenta, apoyo de todo corazón esta pregunta formulada a la Comisión por parte de cada una de las tres comisiones sobre lo que considero un tema de máxima importancia. Asimismo, quiero aplaudir la respuesta positiva de los Comisarios.
He firmado también esta resolución sobre el cáncer de mama porque creo que la Unión Europea puede hacer mucho por ayudar a los Estados miembros en este aspecto investigando exhaustivamente, comparando y compartiendo las mejores prácticas, así como ofreciendo a los Estados miembros abundante asistencia profesional, material y técnica a través de los programas europeos.
La principal preocupación a la que se enfrentan actualmente los legisladores y los equipos sanitarios con respecto al cáncer de mama es que cada mujer, independientemente de su lugar de residencia, condición social, ocupación y educación, debe tener acceso a un cribado mamográfico de alta calidad para recibir tratamiento y cuidados posteriores en caso de sufrir cáncer.
Tenemos que mejorar el servicio de información a las mujeres, tanto jóvenes como mayores, sobre los riesgos y la disponibilidad de tratamientos para esta enfermedad a fin de reducir en última instancia la tasa de mortalidad de las mujeres y mejorar su calidad de vida y ayudarlas a regresar al mundo laboral, si así lo desean.
Hay que seguir investigando las causas del cáncer de mama, en particular los efectos de los productos químicos peligrosos y la contaminación del medio ambiente, la nutrición, el estilo de vida y los factores genéticos.
Pido a la Comisión que a través del Séptimo Programa Marco preste ayudas financieras para seguir desarrollando las analíticas de sangre, que inste a los Estados miembros a crear centros de información y asesoramiento y al mismo tiempo informe al Parlamento Europeo de los resultados de las últimas investigaciones llevadas a cabo en este ámbito sumamente importante.
Urszula Krupa, en nombre del Grupo IND/DEM. – (PL) Señora Presidenta, las alarmantes estadísticas de mujeres que sufren y mueren de cáncer de mama sin duda exigen una resolución que solicite a la Comisión y a los Estados miembros que luchen contra esta epidemia y realicen cribados mamográficos. Sobre todo, también señalan la necesidad de tomar medidas preventivas, que deberían incluir la eliminación de los factores de riesgo. Por tanto, sería conveniente sacar conclusiones lógicas de las investigaciones realizadas. Estos resultados indican que el cáncer de mama no se debe únicamente a daños tóxicos, sino que su causa principal es el uso de anticonceptivos hormonales desde edad temprana, junto con terapias de sustitución hormonal. Además, el cáncer de mama puede desencadenarse por complicaciones posteriores a un aborto.
Asimismo, el cáncer de mama se produce a menudo en mujeres sin niños o entre mujeres que se quedan embarazadas a una edad relativamente tardía y que tienen la menopausia relativamente tarde. Cuanto más niños tenga una mujer, menos posibilidades tiene de desarrollar cáncer de mana, cáncer de ovario o cáncer de útero. De ahí se deduce que el aumento de la incidencia del cáncer también puede vincularse al concepto feminista de la femineidad, que intenta privar a las mujeres de la maternidad, explotarlas como parte potencial de la mano de obra y obligarlas prácticamente a controlar su llamada vida reproductiva, que equivale virtualmente a percibirlas como animales.
Según los psicooncólogos, el aumento de la incidencia de tumores está relacionado con la expansión de trastornos mentales, especialmente la depresión. Estos comportan una reducción de la inmunidad a la enfermedad y permiten el desarrollo de tumores. Por ello, las medidas preventivas deberían incluir la difusión de una cultura de vida como alternativa a la extendida noción de que todo lo que nos rodea está a punto de derrumbarse.
Irena Belohorská (NI). – (SK) Quiero informarles del resultado de los debates celebrados el 20 de octubre de 2006 en una de las organizaciones más grandes y antiguas de mujeres de Eslovaquia, la Unión de Mujeres Eslovacas. En la reunión, las mujeres debatieron la intolerable situación del cáncer de mama en Eslovaquia y otros países europeos. Hoy en día el cáncer puede curarse si se diagnostica a tiempo. Por lo tanto, dado que la enfermedad puede prevenirse, las mujeres mueren en parte debido a nuestra ignorancia. Por lo tanto, estoy aquí para informarles de la iniciativa «No nos dejéis morir», lanzada el 20 de octubre. Insto a los políticos, a los médicos, a los pacientes y al público en general a que impidan que sus madres, sus mujeres, sus parejas y sus hijas mueran a causa de una enfermedad que no tiene por qué ser mortal.
El Parlamento Europeo promulga normativas sobre la protección de la naturaleza, se construyen autopistas, pero la inversión en materia de salud se pasa por alto. La Unión Europea también lucha por reducir las diferencias de estilo de vida entre los Estados miembros. De hecho, estamos obteniendo resultados satisfactorios en muchos ámbitos. No obstante, las estadísticas relativas a la curación del cáncer indican que existen diferencias importantes entre los Estados miembros, incluidas las tasas de supervivencia del cáncer de mama. Las mujeres eslovacas tienen un 30 % menos posibilidades de sobrevivir a este tipo de cáncer que muchas mujeres de Europa Occidental.
Es deplorable que no podamos garantizar de manera efectiva el cribado necesario para reforzar la tasa de supervivencia. Es necesario dar a las mujeres la oportunidad de visitar a sus médicos para realizar cribados por las tardes o durante los fines de semana, y al mismo tiempo recompensar de manera adecuada a los médicos y al profesional sanitario por estas horas extras.
Creo que la mayoría de mujeres son conscientes de este problema y se comportan de manera responsable. Lo único que necesitan es poder acceder adecuadamente a un médico. No obstante, la prevención no es gratis; exige una financiación considerable. Por lo tanto, todos deberíamos ejercer más presión para garantizar que el gasto en materia de prevención no se quede al margen en aras de otras prioridades. Debemos aprobar un presupuesto que incluya inversiones en materia de prevención, lo cual no solo significa dotar a los hospitales de equipos, incluidos los mamógrafos o los sonógrafos, sino sobre todo invertir en recursos humanos para que haya un número de profesionales sanitarios disponibles para manejar estos equipos.
Cristina Gutiérrez-Cortines (PPE-DE). – (ES) Señor Presidente, quisiera llamar la atención sobre algo que ya se ha dicho.
En primer lugar, creo que la Comisión Europea está haciendo una gran política, tratando de armonizar aspectos en un ámbito donde no tiene competencias reales, pero donde sí puede tener un liderazgo, y ahí le insistimos en que amplíe sus políticas, en que siga insistiendo en el autoexamen y divulgando las diferencias que existen en cada país, y no digo denunciando, pero sí poniendo en evidencia las carencias y, sobre todo, también creo que debería ampliar su página web e introducir, por ejemplo, el autoexamen y otra serie de actuaciones posibles, como están haciendo ya algunas casas comerciales.
En segundo lugar, quisiera llamar la atención sobre la tragedia familiar que supone normalmente padecer un cáncer de mama. Entiendo que es sumamente frecuente que se rompan familias y que muchas mujeres no se atreven a denunciar su caso, precisamente porque el cáncer les rompe el ritmo de trabajo, les rompe su vida habitual y les impediría atender a su familia, en caso de tener que pasar por la mesa de operaciones.
Por tanto, creo que la Unión Europea debe ampliar su acción y atender, también, este ámbito de asistencia familiar y de concienciación.
Dorette Corbey (PSE). – (NL) Señora Presidenta, señores Comisarios, Señorías, como ya se ha dicho, el cáncer de mama es un importante problema de salud, y lo es cada vez más. Es el segundo tipo de cáncer más frecuente, después del cáncer de pulmón, pero las causas del cáncer de pulmón se conocen parcialmente. El tabaco y el amianto son algunas de las más significativas, y la contaminación atmosférica es un factor de riesgo. Se puede hacer algo para prevenir el cáncer de pulmón, del mismo modo que la gente puede dejar de fumar, por ejemplo.
De hecho, se tienen pocos datos sobre el cáncer de mama aparte de las estadísticas. La incidencia del cáncer de mama en los Países Bajos es más alta que en cualquier otro sitio. También hay vínculos estadísticos, y agradezco al Comisario la amplia y detallada respuesta a mi pregunta por escrito. El Comisario afirma que la obesidad está relacionada con el cáncer de mama; también con el hecho de tener hijos en una etapa tardía de la vida. Hay un factor socioeconómico: los grupos con ingresos reducidos no se someten a revisiones con la misma frecuencia, y por ello tienen más posibilidades de morir a causa de la enfermedad. Por último, según la Comisión, quizás el factor más importante que determina el riesgo del cáncer de mama sean las hormonas, especialmente los estrógenos. Puede haber estrógenos procedentes de varias fuentes, incluida la contaminación química, la exposición a factores ambientales, pero también al uso de medicinas o anticonceptivos.
Señor Comisario, es un dato importante. En todos los contactos que tengo con grupos de mujeres, hay dos factores que continúan aflorando. Muchas pacientes de cáncer de mama sospechan que su enfermedad está relacionada con el medio ambiente, las medicinas o el uso de la píldora. Por este motivo, ¿podría crear los incentivos necesarios para que se dé la prioridad necesaria a la investigación en este terreno? Hace falta una mayor claridad sobre los efectos de las sustancias que regulan las hormonas en el medio ambiente y el uso de hormonas como medicinas y anticonceptivos.
Estoy en deuda con la señora Jöns por no escatimar esfuerzos en su preocupación y en su compromiso con las mujeres con cáncer de mama. Su trabajo es una verdadera inspiración para muchas mujeres. También me gustaría dar las gracias a Europa Donna por el excelente trabajo que están realizando al hacer posible que los países europeos aprendan unos de otros, que es justo lo que deberíamos hacer.
Anneli Jäätteenmäki (ALDE). – (FI) Señora Presidenta, la cifra de casos de cáncer crecerá drásticamente en los próximos años con el envejecimiento de la población europea. Muchos están preocupados por la adecuación de los recursos para el tratamiento y el incremento de los gastos. Esto tiene que ver con el crecimiento económico, y también con el incremento de los gastos de los propios pacientes. Garantizar la igualdad de oportunidades para que nuestros ciudadanos reciban tratamientos y cuidados sanitarios es una importante cuestión política tanto en el seno de los Estados miembros como en el ámbito de la Unión Europea. Debemos garantizar que la edad no suponga un derecho menor de las personas a los servicios y a los cuidados adecuados.
A continuación quisiera decir algunas palabras acerca de la integración de los pacientes en el mundo laboral. Entiendo que es importante para el crecimiento que la gente vuelva al trabajo. A menudo también es una cuestión importante para los pacientes. Los pacientes somos, en general, gente bastante normal. No obstante, también tenemos que recordar que hay que actuar de forma humana al volver a integrar a las personas en el trabajo. Desde el punto de vista de la humanidad, es importante que todos dispongan de tiempo suficiente para recuperarse de su enfermedad. Tenemos que recordar que los tiempos de recuperación difieren de una persona a otra.
Satu Hassi (Verts/ALE). – (FI) Señora Presidenta, Señorías, quiero dar las gracias encarecidamente a la ponente por un trabajo excelente. Quiero protestar por la declaración del Comisario Špidla de que el cáncer de mama impide que las personas hagan una vida normal. En realidad no tiene por qué ser así. Yo misma soy un ejemplo que una persona que ha tenido un cáncer de mama que, si se descubre a tiempo, se opera y se trata adecuadamente, en ningún caso impide que trabaje y lleve una vida normal.
Finlandia es uno de los países europeos donde el cáncer de mama se convierte más rápidamente en una dolencia común, pero gracias al cribado y al tratamiento, la tasa de mortalidad no ha crecido durante décadas. No obstante, mejorar el cribado y el tratamiento no basta por sí solo: también debemos examinar las causas del cáncer. Mis colegas, la señora Breyer y la señora Corbey, han mencionado que según nuevos hallazgos científicos hasta la mitad de los nuevos casos de cáncer de mama podrían explicarse tal vez por factores ambientales, uno de los cuales son los productos químicos industriales, a los que estamos expuestos todo el tiempo. Un cóctel de productos químicos que dañan las hormonas es particularmente peligroso, en especial para el feto y durante la pubertad. Hemos de hacer algo al respecto.
Ilda Figueiredo (GUE/NGL). – (PT) Señora Presidenta, como sabemos, el cáncer de mama no solo es el cáncer más común en las mujeres, sino que también es la principal causa de muerte entre las mujeres en edades comprendidas entre los 35 y 59 años.
Por lo tanto, es preciso mejorar e reforzar la política de información sobre el cribado mamográfico, poner en marcha programas de detección precoz del cáncer y redoblar la ayuda para la investigación con vistas a la prevención del cáncer de mama. De ahí la importancia de las cuestiones que hemos planteado a la Comisión. También esperamos una respuesta positiva de los Estados miembros para garantizar que todas las mujeres, sea cual sea su condición social y económica, tengan acceso a la prevención, el cribado, el diagnóstico precoz y el tratamiento del cáncer de mama y puedan reincorporarse al mercado laboral sin sufrir discriminación.
Jean-Claude Martinez (NI). – (FR) Señora Presidenta, en Francia el cáncer de mama significa en la práctica, ante todo, en la fase de detección, una mamografía; la anatomopatología viene después a confirmar la existencia de un cáncer. Este estudio debería extenderse al hígado, al cerebro y los huesos, que son las tres partes del cuerpo a las que apunta la metástasis.
En el mejor de los casos, en Francia se hará solo un escintigrama de los huesos; no se realiza ninguna exploración mediante formación de imagen por resonancia magnética ni ninguna tomografía por emisión de positrones (PET), que suele emplearse para el diagnóstico metabólico precoz. Durante el tratamiento, si se aplica radioterapia, esta correrá a cargo de un técnico de rango inferior. A resultas de ello, a veces se producen accidentes de irradiación alrededor del corazón o la glándula tiroides. Por último, una vez concluido el tratamiento, si la paciente presenta en el control dolores de espalda y el escintigrama muestra una mancha sospechosa en el hueso, tampoco entonces se hará un cribado mediante tomografía por emisión de positrones. ¿Por qué? Porque en Francia solo hay dos escáneres PET para 35 millones de mujeres. ¿Por qué? Porque el pacto de austeridad presupuestaria impide los gastos en equipos hospitalarios. Debido a ello mueren mujeres en Europa a causa del cáncer de mama, pero también a causa del cáncer ideológico de la Comisión Europea, llamado malthusianismo presupuestario y «libremercadismo» salvaje.
Françoise Grossetête (PPE-DE). – (FR) Señora Presidenta, señor Comisario, el cáncer de mama mata a demasiadas mujeres en la Unión Europea, muchas de ellas demasiado jóvenes. Esas muertes son inaceptables cuando sabemos que una detección precoz permite curar ese cáncer. Conocemos el trauma psíquico y físico que sufren las mujeres cuando descubren su enfermedad: deben reorganizar su vida familiar y profesional y, sencillamente, hacerle frente. Ahora bien, no hay ninguna armonización en Europa sobre el modo de encarar la plaga que representa el cáncer de mama. Solo diez Estados miembros tienen programas de chequeo, con distintos grados de éxito. Las mujeres europeas se enfrentan, pues, a una situación de desigualdad flagrante, en función de que vivan en un país u otro, o incluso en tal o cual ciudad.
Señor Comisario, nuestro objetivo consiste en erradicar esta enfermedad, dado que, aparte del trauma vivido por la paciente, esta enfermedad tiene un coste para nuestra sociedad. La solución a esta plaga pasa por una revisión precoz y obligatoria, organizada por los Gobiernos de los Estados miembros. Para ser eficaz, esa revisión debe ser gratuita y sobre todo ha de efectuarse bien, lo que requiere disponer de equipos avanzados en todo el territorio de la Unión Europea. La mamografía digital, que en el pasado podía no detectar microcalcificaciones –los indicios más comunes del cáncer de mama– ha progresado de forma considerable, de modo que, señor Comisario, ¿cuándo dispondremos de mamografías digitales en toda la Unión Europea?
Una revisión efectiva supone también que todos los equipos sean calibrados y sometidos, por tanto, a controles de calidad, pues nada es más grave que la falsa seguridad dada a las mujeres por un examen radiológico de mala calidad. Para que la detección sea eficaz, el equipo solo no basta: los médicos encargados de llevar a cabo esas pruebas de diagnóstico deben seguir una formación continua, cursos regulares de actualización y pruebas obligatorias para evaluar su cualificación.
Por último, las mujeres necesitan información sobre la prevención del cáncer de mama, necesitan consejos en materia de vida sana y de seguridad alimentaria, y no deben temer el chequeo. La investigación debe permitirnos avanzar con respecto a las causas del cáncer de mama. Estoy convencida de que, poniendo en común todos nuestros esfuerzos, podremos, una vez más, explicar qué hace la Unión Europea para mejorar la salud de las mujeres europeas. Este es, sin duda, un tema que debería contar con apoyo unánime en la Unión Europea: ¡cero muertes por cáncer de mama en Europa!
Anne Ferreira (PSE). – (FR) Señora Presidenta, señores Comisarios, en primer lugar quiero dar las gracias a mis colegas por su esfuerzo y la claridad de sus comentarios. El problema del que nos ocupamos hoy es serio. Para convencerse, basta ver las alarmantes estadísticas sobre el aumento del cáncer de mama en Europa y comprobar el número de fallecimientos que ocasiona la enfermedad. Este problema es tanto más grave cuanto que existen desigualdades muy grandes entre países, tanto desde el punto de vista de la prevención como por lo que se refiere al tratamiento del cáncer, desigualdades que son más importantes aún desde la última ampliación.
Si los Tratados disponen que la Unión Europea debe esforzarse, conjuntamente con los Estados miembros, por proteger y promover la salud de los ciudadanos europeos, no es menos cierto que habrá que hacer más hincapié en el término «conjuntamente», porque no se han tenido en cuenta suficientemente las orientaciones y recomendaciones de la UE. Ahora tenemos que responder a este estado de cosas y no seguir tolerándolo. La Unión Europea debe garantizar a sus ciudadanos un acceso igual a la detección y la gestión de la enfermedad y a los mejores tratamientos disponibles. Podemos conseguirlo con medios legislativos y presupuestarios, así como a través de los Fondos Estructurales y los programas de investigación.
Debemos canalizar todos los recursos necesarios para investigar todas las causas de la enfermedad, ya sean ambientales, sociales o genéticas, y para investigar tratamientos innovadores. La Comisión debe presentarnos propuestas en este sentido y creo con toda sinceridad que la Unión Europea debería hacer de la lucha contra el cáncer de mama y, más en general, de la lucha contra el cáncer, una política prioritaria, pues juntos siempre seremos más fuertes. Este es el valor añadido de la Unión Europea que esperan nuestros conciudadanos.
Los estudios y diagnósticos, las evaluaciones y las resoluciones son necesarios, pero la acción es absolutamente crucial. La Comisión y el Consejo deben escuchar nuestro grito de alerta y no perder más tiempo.
Marian Harkin (ALDE). – (EN) Señora Presidenta, hoy estamos debatiendo una resolución excelente con implicaciones para todas las mujeres y, de hecho, para todas las familias en la UE. Como ya se ha dicho, en la UE muere de cáncer una mujer cada seis minutos. Esto es un dato estadístico espeluznante que debería hacernos actuar de inmediato.
La mamografía, que según la OMS puede reducir un 35 % las muertes causadas por el cáncer de mama, solo se ofrece a escala nacional en 11 Estados miembros. ¡Debería darnos vergüenza! También a mi país, Irlanda, por no haber extendido todavía las mamografías sistemáticas a todo el país. Las muertes por cáncer de mama en la República de Irlanda superan significativamente las de Irlanda del Norte, donde ya se ha establecido el cribado de cáncer de mama. Sin embargo, nosotros, como muchos otros países europeos, no contamos aún con una cobertura nacional.
Por último, dos apuntes cruciales: todos los países deberían prestar tratamiento del cáncer de mama a escala nacional a cargo de unidades de mamografía interdisciplinares en ubicaciones adecuadas; y las mujeres de más de 69 años o, en el caso de Irlanda, de 65, no deben estar excluidas del cribado mamográfico.
Rodi Kratsa-Tsagaropoulou (PPE-DE). – (EL) Señora Presidenta, señor Comisario, Señorías, yo también quiero felicitar a las comisiones parlamentarias competentes por su iniciativa de promover este debate conjunto sobre el cáncer de mama, dado que se trata de un riesgo conocido y cada vez mayor para la salud de las mujeres y los hombres en edades cada vez más tempranas.
Las repercusiones que tiene en la organización de la vida personal, familiar, social y productiva ya se han señalado. Por consiguiente, hoy se reclama que la estrategia comunitaria responda tanto a las circunstancias actuales como a las nuevas tendencias y problemas para la salud de nuestros ciudadanos y se utilicen todos los medios posibles para alcanzar los objetivos de una reducción palpable que ha fijado.
El cáncer de mama es una enfermedad en que el cribado adecuado desempeña un papel fundamental, como sabemos por las estadísticas de que disponemos y como hemos oído decir hoy durante el debate. Sin embargo, esto quiere decir que necesitamos disponer de una infraestructura moderna de materiales y equipos, así como de personal especializado. El programa «Europa contra el cáncer», junto con todos los demás mecanismos que ofrecen los Fondos Estructurales, los programas de investigación, etc., han de responder a estos desafíos.
La supervisión médica y psicológica adecuada de los pacientes también es muy importante, como ya hemos oído. Por lo tanto, los Estados miembros, junto con las autoridades locales y regionales, tienen la obligación de preservar estas condiciones de prevención, control y terapia para todos los ciudadanos en cada rincón de su territorio. Esto es especialmente importante para los nuevos Estados miembros, en particular cuando estamos a punto de acoger a otros dos nuevos miembros en «nuestra familia».
Quiero destacar aquí el papel que desempeña la sociedad civil en la tarea de informar y apoyar a los pacientes. Se han desarrollado muchas iniciativas interesantes en varios países, e incluso se han conectado en red a escala europea. Tenemos que apoyar su labor, en especial en los nuevos Estados miembros, y crear oportunidades de intercambio de mejores prácticas y valor añadido en beneficio de la salud de nuestros ciudadanos.
Karin Scheele (PSE). – (DE) Señora Presidenta, quiero expresar mi felicitación y gratitud más cordiales a la señora Jöns, quien no solo es la principal artífice de la propuesta de resolución de hoy y de la pregunta, sino que también trabaja sin descanso para concienciar a todos sobre la cuestión del cáncer de mama. Esto significa, por supuesto, que mañana, esta propuesta de resolución recibirá un enorme apoyo.
El cáncer de mama es la primera causa de muerte entre las mujeres en edades comprendidas entre los 35 y 59 años, tanto si son madres como mujeres sin hijos. Todos los años, 88 000 mujeres y 1 000 hombres de la Unión Europea mueren de cáncer de mama. El cribado mamográfico puede reducir notablemente la mortalidad por cáncer de mama entre las mujeres en edades comprendidas entre los 50 y los 69 años. Desde 1992 existen unas directrices de la Unión Europea sobre este tema, pero hasta hoy solo se han puesto en práctica en 11 Estados miembros, y hay diferencias notables en las tasas de mortalidad femenina. Por esta razón esperamos con anhelo el informe de situación que el Comisario Kyprianou ha anunciado para 2007.
No obstante, hoy el Parlamento Europeo no solo debate sobre la detección precoz del cáncer de mama y la mejor manera de tratarlo, sino también sobre la prevención. Es preciso investigar más a fondo las causas del cáncer de mama, en particular el papel de los productos químicos tóxicos, la dieta, el estilo de vida y los factores genéticos, así como también la cuestión de cómo interactúan estos factores.
Dentro de unas semanas, cuando el Parlamento vote la nueva política europea sobre productos químicos, tendremos la oportunidad de enviar una clara señal de que nos tomamos la prevención del cáncer en serio.
Lissy Gröner (PSE). – (DE) Señora Presidenta, señores Comisarios, Señorías, hoy hemos escuchado las cifras abrumadoras que dan testimonio de los efectos que el cáncer de mama tiene en las vidas tanto de hombres como de mujeres. Es una cuestión de pura suerte si el tratamiento se inicia rápida y eficientemente y, por lo tanto, qué posibilidades tiene una mujer de sobrevivir.
Como coordinadora de la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género, he estado trabajando en este tema durante muchos años y hemos adquirido una gran experiencia. Sin embargo, no podemos quedarnos ahí. Hace ya más de diez años que disponemos de las directrices de la UE sobre mamografías de calidad. En Bélgica, donde tengo mi segunda residencia, me citan para una revisión rutinaria, mientras que en mi país de origen, Alemania, eso no ocurre. Se podrían salvar las vidas de madres, hijas y esposas y reducir el trauma.
Sin embargo, todavía seguimos avanzando a paso de tortuga. La Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género presentó un informe excelente en 2003, pero muy poco ha sucedido desde entonces. Creo que hay una falta de voluntad política en este asunto. Puedo decir que la voluntad está ahí en el ámbito europeo, pero en los Estados miembros aún queda mucho por hacer. El Séptimo Programa Marco de Investigación nos vuelve a dar ahora la oportunidad de ejercer presión para que se destine más dinero a la investigación.
En el caso de otras enfermedades de mujeres, como las migrañas, tampoco se ha ejercido mucha presión política para avanzar y adoptar medidas interdisciplinares. Como han demostrado más de veinte años de experiencia en los Estados Unidos, los centros de mastología interdisciplinares pueden prestar una asistencia muy eficiente. Ahora también tenemos estos centros en Europa, pero tampoco en este aspecto veo voluntad política alguna para ponerlos realmente en marcha.
Por lo tanto, trabajemos juntos, aquí en el Parlamento Europeo, para luchar contra el trauma del cáncer de mama, y para todo el mundo, no solo para quienes pueden permitírselo.
Edite Estrela (PSE). – (PT) A pesar de los avances que se han realizado en el diagnóstico y el tratamiento, el cáncer de mama sigue siendo la principal causa de muerte entre las mujeres de edades comprendidas entre los 35 y los 55 años. Se estima que solo en Europa el cáncer de mama mata a más de 130 000 mujeres al año. Cada dos minutos y medio se diagnostica a una mujer un cáncer de mama. Todas las mujeres han de tener acceso a la información, la prevención y el tratamiento adecuado. Los programas de cribado a base de mamografías tienen que ser obligatorios en todos los Estados miembros. Es necesario realizar más campañas informativas sobre el modo de llevar un estilo de vida sano. La prevención y el tratamiento del cáncer de mama también deben figurar entre las prioridades del Séptimo Programa Marco de Investigación, en especial en una época en que los estudios demuestran que, junto a los factores genéticos, los factores ambientales y del estilo de vida también pueden incidir en parte en el desarrollo del cáncer de mama.
Britta Thomsen (PSE). – (DA) Señora Presidenta, señor Comisario, Señorías, el cáncer de mama es la causa más frecuente de muerte entre las mujeres en edades comprendidas entre los 35 y los 50 años, y el número de mujeres que sobreviven a la enfermedad varía en gran medida de un país a otro. Tenemos que instar a los Estados miembros a que creen centros en los que se facilite información y se preste consejo sobre el cáncer de mama hereditario y hemos de pedir a la Comisión que presente un informe de progreso sobre el asunto cada dos años. Es importante dar prioridad a la investigación sobre el cáncer de mama. Por lo tanto, el Séptimo Programa Marco de Investigación de la UE también debería destinar recursos a la investigación del cáncer de mama: no solo para dilucidar sus aspectos técnicos y fisiológicos y buscar alternativas a las formas de tratamiento convencionales, sino también sus consecuencias sociales y, en especial, sus causas. Tenemos que ser capaces de aprender unos de otros y esto es, por supuesto, precisamente la clase de cooperación para la que la UE también ofrece un marco constructivo. La UE ha de encabezar las campañas europeas de prevención de la enfermedad e informar a las mujeres sobre cómo pueden examinar sus pechos. Asimismo, los distintos Gobiernos tienen que introducir programas nacionales de detección del cáncer de mama en todos los Estados miembros, ya que la detección precoz del cáncer de mama puede reducir notablemente las tasas de mortalidad.
Lidia Joanna Geringer de Oedenberg (PSE). – (PL) Señora Presidenta, las estadísticas sobre el cáncer en la Unión Europea son alarmantes. El cáncer de mama es el segundo tipo de cáncer más común después del cáncer de pulmón. En la Unión Europea se diagnostica un nuevo caso cada dos minutos y una mujer muere de cáncer de mama cada seis minutos.
La mejor manera de luchar contra el cáncer de mama pasa por el cribado sistemático y la promoción del diagnóstico efectivo del tumor. El uso generalizado de la mamografía podría reducir el número de muertes hasta un 35 %, siempre que, por supuesto, las pruebas se lleven a cabo con regularidad y estén al alcance de todo el mundo. Las disposiciones de la Unión Europea que fijan normas en este terreno son vinculantes desde hace 15 años. A pesar de ello, alrededor de la mitad de los países de la Unión no aplican programas de cribado regular. Esto ha de cambiar. El Parlamento Europeo espera una respuesta clara en lo tocante a las medidas que la Comisión Europea tiene previsto adoptar para ayudar a los Estados miembros a alcanzar sus objetivos. Una de ellas es la reducción del 25 % de la tasa media de mortalidad de aquí a 2008.
Es esencial que exista una estrategia coordinada en el conjunto de la Unión para luchar contra el cáncer de mama. Ha llegado la hora de adoptar medidas concretas. Más de 100 000 mujeres mueren cada año de cáncer de mama.
Marta Vincenzi (PSE). – (IT) Señor Presidente, Señorías, el debate plantea el tema de la prevención, de la calidad de la intervención sanitaria, de la urgencia de la investigación y del derecho a la dignidad y al trabajo. Son temas que forman parte integrante de la Estrategia de Lisboa.
El objetivo político del Parlamento es, pues, destacar la urgencia de acciones coordinadas, que la Comisión debe desarrollar asumiendo un liderazgo más fuerte y visible en relación con los Estados miembros. No basta con fijar objetivos para 2008: debemos supervisarlos, efectuar correcciones y comprender qué avances se producen. En esta materia no hay premios para los países modélicos en este terreno ni sanciones para los que no registran progresos. Propongo, por tanto, a los Comisarios que introduzcan una especie de lista negra de los países que no registran ningún progreso, como hemos hecho ya con las compañías aéreas que no garantizan la seguridad. Usemos la fuerza de la opinión pública, unida a la comunidad científica, para apoyar las políticas comunitarias.
Karin Jöns (PSE), autora. – (DE) Señora Presidenta, Señorías, ha sido un debate muy importante y excelente, ya que, de nuevo, hemos demostrado que esta Cámara respalda a las mujeres que padecen cáncer de mama y también a sus familias. Por cierto, que yo sepa, somos el único órgano legislativo de la Unión Europa que conmemora el mes internacional de cáncer de mama con un debate sobre las mejoras estructurales del tratamiento y el diagnóstico precoz del cáncer de mama.
Hoy, aunque quiero expresar mi agradecimiento a la Comisión por haberse comprometido a elaborar un procedimiento de certificación de los centros de mastología interdisciplinares y de los asistentes técnicos sanitarios especializados en este campo, he de decir a los Comisarios que nos complacería mucho que estas directrices se publicaran en Internet, lo cual no sería demasiado precipitado en esta era de la comunicación moderna, y que no hemos perdido las esperanzas de que pongan en venta las directrices vigentes en otro formato que no sea simplemente un libro.
Este debate, no obstante, se ha centrado por primera vez en un nuevo enfoque, que es cómo tratar a las mujeres con cáncer de mama en el entorno laboral y su reincorporación en el mercado de trabajo, y se han hecho llamamientos a realizar una campaña para que los empresarios estén al corriente de estas cuestiones. Hoy el Comisario Špidla nos ha prometido una –si le he entendido bien–, cosa que le agradezco mucho. Esto pone de relieve hasta qué punto es importante que exista una carta de derechos para las personas que padecen enfermedades crónicas en el trabajo, y creo que la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales se va a ocupar de este problema.
Voy a concluir observando que la respuesta, a las personas que no tienen ni idea de cómo ocuparse de los pacientes con cáncer de mama, es que hay que tratarlos exactamente igual que los que padecen otras formas de cáncer; no hay que estigmatizarlos –cosa que por desgracia sigue sucediendo–, sino que, simplemente, hay que tratarlos de manera completamente normal, lo que probablemente les hará mucho bien.
La Presidenta. Gracias, señora Jöns. Aunque yo solo estoy aquí para presidir este debate, voy a hacer lo que seguramente no se supone que deba hacer: respaldar su petición de que estas directrices se cuelguen en Internet. La Comisión no necesita utilizar el libro para recuperar sus gastos.
Markos Kyprianou, miembro de la Comisión. (EN) Señora Presidenta, quiero dar las gracias a sus Señorías por este debate útil e interesante. Desde el principio he sabido que estábamos en el mismo bando, pero es bueno apoyarnos mutuamente siempre que sea posible. Me gustaría responder muy brevemente a unos cuantos aspectos específicos y hacer un comentario general en relación con la cuestión planteada.
Somos conscientes del problema del cáncer de mama en los hombres, planteado por el señor Bowis. Tenemos que abordarlo como una enfermedad rara, porque es mucho menos frecuente que en el caso de las mujeres. Prestamos atención a esta cuestión y muy pronto la plantearemos a expertos para ver cómo podemos incluirla en futuras directrices, pero en calidad de enfermedad rara, del mismo modo que hacemos con otras enfermedades raras.
En cuanto a la investigación, me gustaría repetir que las causas ambientales forman parte del plan. El nuevo Séptimo Programa Marco nos ofrecerá la oportunidad de abrir esa vertiente a la investigación. La interacción entre los genes y el medio ambiente y el desarrollo del cáncer también abarcará el estilo de vida y otros factores de riesgo importantes. Entonces podremos saber más sobre las causas de la enfermedad. Esto es una prioridad, porque la prevención es mucho más importante que tener que tratar la enfermedad una vez contraída.
La cuestión de los otros tipos de cáncer ha sido planteada por el señor Adamou. También estamos trabajando sobre estos y no nos limitamos a uno solo. Cada uno es un caso específico y necesita directrices concretas y un enfoque específico. Esperamos tener directrices sobre el cáncer cervical el año que viene, sobre el cáncer de próstata en 2008 y sobre el cáncer colorrectal en 2009. Tenemos que evaluar, tenemos que investigar, tenemos que reunir información y, entonces, elaborar las directrices.
También estamos trabajando en otros terrenos, como los virus de la hepatitis B y C, porque sabemos que causan cáncer de hígado, así como en aspectos como el tabaco, la obesidad y otras causas de cáncer.
Hemos elaborado directrices y recomendaciones sobre cómo abordan los Estados miembros la enfermedad y sobre las desigualdades. Esas directrices no tienen fuerza jurídica, así que no podemos obligar a los Estados miembros a cumplirlas. Reflejan las mejores prácticas. Señorías, con su ayuda animamos y presionamos a los Estados miembros a que cumplan las directrices. Espero volver a debatir este asunto una vez hayamos presentado el informe. Entonces podremos someter a debate el resultado y el compromiso de los Estados miembros.
Es un problema preocupante. Las cifras son espeluznantes. Si tenemos que presionar a los Estados miembros para que hagan sus deberes, sus Señorías pueden imaginarse lo que ocurre con las enfermedades raras que no afectan a tantas personas. Por decirlo francamente y sin rodeos, no hay tanta presión política. Si nos paráramos a pensar en ello nos entraría el pánico, pero no debemos hacerlo. Nuestro trabajo es asegurarnos de que los Estados miembros cumplan sus compromisos y sigan las recomendaciones que adopten y las directrices que acuerden. Tenemos que trabajar en ello, en relación no solo con el cáncer de mama, sino con todas las desigualdades que, lamentablemente, siguen existiendo en la Unión Europea, a escala nacional y entre Estados miembros. Esta no es la Unión Europea de la solidaridad a la que todos aspiramos y a la que todos nos hemos sumado.
Esto se aplica al uso de los Fondos Estructurales. Tenemos dinero, pero a menos que los Estados miembros den prioridad al gasto en sanidad, no hay nada que hacer. Repito, nuestro reto es hacer que los Estados miembros adopten las políticas.
A menos que los Estados miembros reconozcan que el gasto en sanidad no es un coste, sino una inversión –y tenemos que convencerles de ello–, la situación no mejorará. Por eso tenemos que trabajar juntos y cooperar.
Vladimír Špidla, miembro de la Comisión. (CS) Señora Presidenta, Señorías. Quiero darles las gracias por el debate, que ha sido muy fructífero y ha clarificado la cuestión del cáncer de mama desde diferentes perspectivas. Acojo con satisfacción que otras cuestiones hayan adquirido un protagonismo preferente en el debate, incluidas las cuestiones sociales, demostrando que las circunstancias de esta enfermedad van más allá de factores que son de tipo exclusivamente médicos y se refieren también a la lucha contra la discriminación en el lugar de trabajo y en la sociedad en su conjunto.
También está claro que las oportunidades directas de que dispone la UE son limitadas, aunque no aprovechamos al máximo las oportunidades que tenemos y en mi opinión este es uno de los más grandes retos a los que nos enfrentamos. Quiero dar las gracias al Parlamento en general, ya que creo firmemente que si logramos mantener el mismo grado de determinación y voluntad política para resolver este problema, podemos resolverlo realmente, ya sea directa o indirectamente. Dado que la política social y médica siempre se mide en unidades, y que estas unidades son seres humanos individuales, todo progreso, ya sea grande o pequeño, puede, en definitiva, convertirse a vidas humanas, y estoy convencido de que podemos lograr este progreso y que sus resultados serán claros.
La Presidenta. Al término del debate se ha presentado una propuesta de resolución (B6-0528/2006) de conformidad con el apartado 5 del artículo 108 del Reglamento.
El debate queda cerrado.
La votación tendrá lugar el miércoles a las 12.00 horas.