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Procedimiento : 2006/2150(INI)
Ciclo de vida en sesión
Ciclo relativo al documento : A6-0334/2006

Textos presentados :

A6-0334/2006

Debates :

PV 25/10/2006 - 13
CRE 25/10/2006 - 13

Votaciones :

PV 26/10/2006 - 6.10
Explicaciones de voto

Textos aprobados :

P6_TA(2006)0459

Acta literal de los debates
Miércoles 25 de octubre de 2006 - Estrasburgo Edición DO

13. Acuerdo Euromediterráneo de Asociación UE/Siria (debate)
Acta
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  El Presidente. De conformidad con el orden del día se procede a debate del informe de la señora De Keyser en nombre de la Comisión de Asuntos Exteriores que contiene la recomendación del Parlamento Europeo al Consejo sobre la celebración de un Acuerdo Euromediterráneo de Asociación entre la Comunidad Europea y sus Estados miembros, por una parte, y la República Árabe Siria, por otra (2006/2150(INI) A6-0334/2006).

 
  
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  Véronique de Keyser (PSE), ponente. – (FR) Señor Presidente, doy las gracias a la Comisaria por estar hoy presente aquí. El Acuerdo de Asociación Unión Europea-Siria es la pieza que falta del Proceso de Barcelona, pero también el Godot del Parlamento Europeo: continuamente anunciado y nunca concluido.

Las negociaciones en torno a este Acuerdo se iniciaron en 1996, antes de que Siria se retirara del Líbano. Fueron difíciles, pero se llegó a un proyecto muchas veces revisado y que preveía, en particular, la no proliferación de armas de destrucción masiva y la lucha contra el terrorismo. El Acuerdo se firmó en el Consejo en octubre de 2004, pero el proceso de ratificación se vio interrumpido por el execrable asesinato del ex Primer Ministro, el señor Hariri, el 14 de febrero de 2005. Todos sabemos bien lo que vino después. Gentes del Líbano y del mundo entero apuntaron de inmediato al Gobierno de Damasco. Se emprendió una investigación sobre el terreno, dirigida primero por el juez Mehlis y hoy por el juez Brammertz, mientras la Resolución 1559 exigía la retirada de las tropas y los servicios secretos sirios del Líbano.

La presunción de inocencia es un pilar de nuestros sistemas jurídicos, pero también hemos de tener presente el principio de cautela. Aunque Siria se dio prisa y retiró rápidamente sus tropas del Líbano, se mostró reticente, en un principio, a cooperar con el juez Mehlis. Por consiguiente, Europa, por prudencia, se distanció del Gobierno de Damasco. ¿Sigue siendo necesaria hoy esa prudencia, cuando distintos acontecimientos, tanto en el escenario internacional como en el sistema político interno sirio, deberían impulsarnos a reabrir el dialogo? El Consejo juzgará, pero por mi parte estoy a favor del diálogo, y la Comisión de Asuntos Exteriores me ha apoyado en este sentido por amplia mayoría. Este diálogo podría conducir a fin de cuentas a la firma del Acuerdo, pero esta cuestión es prematura hoy y no es el propósito de la recomendación.

¿Cuáles son entonces esos acontecimientos? En primer lugar, la reanudación de una colaboración efectiva con la investigación del juez Brammetz, tal como acredita este en su último informe. Después, la constatación de que el aislamiento de Siria ha resultado contraproducente por lo que respecta a la democracia en el interior del país, y no ha debilitado a un régimen fuerte. Nuestra política de silla vacía ha contribuido a desestabilizar a una tendencia reformadora que estaba levantando cabeza con cautela. Además, la voz de Europa, escuchada en el pasado cuando se trataba de defender a los activistas y presos políticos, apenas se escucha ya. Por fin, y es el tercer punto, el drama libanés ha sido una terrible lección. La guerra israelo-libanesa ha demostrado, si era necesario, el peligro y la inutilidad de la fuerza. Ha demostrado la necesidad de trabajar políticamente con todos los implicados en este conflicto, y sabemos que detrás de los dos protagonistas operan otras influencias: los Estados Unidos, sin duda, pero también Irán y Siria. Cuando Europa le cerró las puertas, Siria encontró otros aliados, en particular Irán, proveedor de petróleo pero también de una ideología belicosa que no promueve la paz en Oriente Próximo.

Europa se ha implicado ahora a fondo en Oriente Próximo y ha habido sucesivas misiones diplomáticas sobre una base regular. Abogar por una reapertura del diálogo con Siria en torno al Acuerdo de Asociación se inscribe en esta estrategia de prevención, pues un nuevo conflicto en la región podría ser aún más devastador. No nos hagamos ilusiones. Siria no se despegará de Irán en el plano comercial, pero sus más altas instancias dicen estar dispuestas a distanciarse de ese país por lo que respecta al proceso de paz en Oriente Próximo. Este es un paso importante. Se trata de un país con un Gobierno fuerte y de línea dura, en el que los derechos humanos no se respetan lo suficiente, y mi informe aborda estos problemas sin ninguna ambigüedad. Dicho esto, Siria es un gran país civilizado que hay que tratar con respeto, dignidad y franqueza. Podría ser un elemento estabilizador en Oriente Próximo y lo necesitamos. El señor Siniora, cuando estuvo aquí, avanzó ya la hipótesis de una solución para las granjas de Cheba. Hay otros elementos de conciliación posibles. Abogo por que abramos absolutamente todas las puertas. Quiero dar las gracias a mis colegas de todos los partidos por su valiosa ayuda en la elaboración de esta recomendación.

 
  
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  Paula Lehtomäki, Presidenta en ejercicio del Consejo. (FI) Señor Presidente, señoras y señores, quiero dar las gracias a la señora De Keyser en nombre del Consejo por este importante informe que expone de forma excelente la situación existente en Siria. El Consejo comparte muchas de las inquietudes que se expresan en él por lo que se refiere a Siria.

Como señala la señora De Keyser en su informe, Siria tiene que desempeñar un importante papel en Próximo Oriente «como vínculo entre las partes en el proceso de paz y como facilitador de la resolución del conflicto regional». Por este motivo, el Consejo decidió en el mes de agosto autorizar al Alto Representante, señor Javier Solana, y a la Presidencia finlandesa a entablar contacto con todas las partes que puedan contribuir a encontrar una solución a la crisis de Líbano y a la situación de Oriente Próximo en general. No cabe duda que Siria forma parte de ellas.

Desde los dramáticos sucesos de este verano es de suma importancia estabilizar la situación en Líbano y la región que rodea este país. Cuando el Ministro de Asuntos Exteriores, señor Erkki Tuomioja, se reunió con su homólogo sirio a finales de agosto, presentó un mensaje muy claro a este país. Esperamos que Siria colabore en la aplicación de las Resoluciones 1559, 1680 y 1701. Siria debe apoyar el proceso de reconstrucción nacional de Líbano y hacer todo lo que esté a su alcance para estabilizar la situación política dentro de este país. El suministro de armamento a ejércitos que no son el libanés y el contrabando de armas tienen consecuencias muy graves para que el cese al fuego tenga un fundamento sostenible. Tenemos igualmente la cuestión, aún no resuelta, de la demarcación de la frontera entre Siria y Líbano, y el establecimiento de relaciones diplomáticas. La solución del complejo problema de la zona de Sheba requerirá igualmente la cooperación de Siria. Siria debe seguir mostrando que desea cooperar con la Comisión Brammertz, que investiga el asesinato del señor Hariri.

Una cuestión que no forma parte del ámbito de la Resolución 1701, pero que reviste importancia para la estabilidad de la región es la actividad de las organizaciones palestinas que tienen su sede en Damasco, así como el apoyo que les brinda Siria. Asimismo, las relaciones de Siria con Iraq e Irán, y sus actividades en relación con estos países tienen consecuencias directas para la situación general en Oriente Próximo.

El Consejo sigue muy de cerca los avances en el ámbito de los derechos humanos en Siria. Le preocupan en especial la detención de los defensores de los derechos humanos y de los firmantes de la Declaración Beirut-Damasco, que tuvo lugar en la primavera. La reciente liberación de algunos de ellos resulta sin duda una buena noticia. La UE observará detenidamente la forma cómo se aplica la libertad de reunión y la libertad de expresión en este país. Obviamente, Siria debe actuar de conformidad con los principios de los derechos humanos internacionales. La reapertura del Centro de Formación para la Sociedad Civil, que cuenta con el apoyo de la UE, constituye un objetivo importante. Este centro fue cerrado en la primavera, apenas una semana después de su inauguración.

Se mantienen lazos constantes con Siria, en particular a través de la cooperación euromediterránea. La reunión de los Ministros de Asuntos Exteriores en Tampere en el mes de noviembre, a la que se ha invitado igualmente a Siria, ofrecerá un excelente foro para deliberar sobre estas cuestiones.

Siria es un actor importante en Oriente Próximo. Y puede elegir entre ser un provocador de problemas o un socio constructivo. Los sólidos lazos históricos entre Siria y Líbano implican que la primera debe desempeñar un papel particularmente importante en la aplicación de las Resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas relativas a la situación de Líbano. La Unión ha recalcado una y otra vez que debe respetarse el derecho de Líbano a la autodeterminación, la inviolabilidad de su territorio y su independencia política. A fin de estabilizar Líbano y toda la región es muy importante impedir la entrada ilegal de armas a Líbano. Siria debe vigilar sus fronteras para alcanzar este objetivo.

El Consejo ha expresado que está dispuesto a mejorar sus relaciones con Siria si la conducta de este país lo permite. Ahora corresponde a Siria mover ficha. Si se dan las condiciones adecuadas, la Unión podría reconsiderar, por ejemplo, la posibilidad de firmar el Acuerdo de asociación. Dicho Acuerdo fomentaría la cooperación entre la UE y Siria, en particular en el aspecto financiero, así como las reformas que son indispensables para el desarrollo de este país, que es la hipótesis que plantea el informe.

 
  
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  Benita Ferrero-Waldner , miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, en primer lugar considero que se trata de una discusión muy oportuna. Gracias por incluirla en el orden del día.

He seguido de cerca los debates de la Comisión de Asuntos Exteriores, Derechos Humanos, Seguridad Común y Política de Defensa sobre el informe amplio y sustancial de la señora De Keyser. El informe presenta una visión equilibrada de los desafíos internos y regionales a los que se enfrenta Siria. Acojo con satisfacción la reflexión del Parlamento Europeo sobre el camino a seguir con Siria. Tras el conflicto del Líbano y el nuevo contexto de la resolución 1701 (2006) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, ha llegado efectivamente el momento de replantearnos nuestra política actual.

Siria es un socio inveterado del proceso de Barcelona y candidato potencial a medio plazo a integrarse en la Política de Vecindad Europea. Comparto su opinión de que nos interesa mucho acercar este país a Europa. Siria, como todos sabemos, es un factor fundamental para la estabilidad en Oriente Próximo. Es una pieza clave del rompecabezas para encontrar una solución a largo plazo a los conflictos en la región y también en la aplicación plena de la resolución 1701. En este momento crítico del proceso de paz, Damasco tiene el poder de ser parte de la solución y no del problema. Esto significa que esperamos que Siria, de acuerdo con su propuesta de resolución, transmita los mensajes adecuados a Hezbolá y Hamás, con el fin de evitar los envíos de armamento al Líbano, como ha dicho nuestra colega del Consejo, y ayude a resolver el litigio en torno a las granjas de Cheba. Como he indicado, estoy convencida de que estrechar de nuevo las relaciones con Siria debería ser parte de nuestra estrategia. Una cuestión distinta es entonces si podemos estrecharlas aquí y ahora y hasta qué punto esto sería posible. Lo primero que necesitamos para volver a estrechar relaciones con Siria es que sus líderes muestren su compromiso e interés en avanzar y tomar medidas positivas con respecto a una serie de cuestiones.

Como ustedes bien saben, últimamente hemos atravesado tiempos difíciles en nuestra relación con Siria. El informe de la señora De Keyser aborda una serie de divergencias políticas. Superar la parálisis política depende de la habilidad de los líderes para traducir algunas de sus palabras de buena voluntad en actos de buena voluntad. En este momento crítico para el proceso de paz, Siria cuenta con una nueva oportunidad de demostrar que su intención de contribuir positivamente a la estabilidad regional es seria.

En ausencia de un acuerdo de asociación, no tenemos mucho margen de maniobra para abordar las cuestiones que nos preocupan. No obstante, lo hemos intentado donde hemos podido y donde pensamos que sería de interés para la población siria. Hemos intentado dar continuidad a los programas en aquellos ámbitos que benefician directamente a los ciudadanos sirios. Por ejemplo, por lo que respecta a los derechos humanos, la Unión Europea emplea canales diplomáticos para abordar las violaciones más graves, entre las que por ejemplo destacan los casos de presos de conciencia. También hemos reaccionado a las restricciones a la libertad de expresión y la oleada de detenciones que acompañaron a la publicación de la declaración Beirut-Damasco el pasado mes de mayo. Pero cortando los contactos no avanzaremos mucho; si no hay diálogo, no hay influencia.

Por lo tanto, debemos invertir la situación y dar una perspectiva positiva a las relaciones con Siria y definir los ámbitos en los que esperamos progresos. Eso lo lograremos en parte gracias a nuestros programas de cooperación. Ahora parece que Siria ha puesto rumbo fijo hacia la transición económica y acogemos con satisfacción la aprobación del plan nacional de reforma patrocinado por el Viceprimer Ministro Dardari en mayo pasado. Si las cosas van bien, nuestra acción podría centrarse en los próximos años en el apoyo a la aplicación del proceso de reformas, con inclusión de medidas progresivas de la apertura política.

La cooperación al amparo del IEVA –el Instrumento Europeo de Vecindad y Asociación– nos permitirá ofrecer a Siria la perspectiva a medio plazo de plena participación en la Política de Vecindad. Entonces, la PEV aportará beneficios adicionales y, esperemos, un paquete más interesante para ellos cuando llegue el momento.

Por lo que respecta al acuerdo de asociación, todavía está sobre la mesa. Hemos concluido todos los preparativos técnicos y rubricado el acuerdo, que ahora está pendiente a una decisión sobre la firma por parte del Consejo. La firma es un proceso. Hasta ahora, las circunstancias políticas no han sido propicias. Los Estados miembros todavía esperan que Siria dé pasos positivos y creíbles para que la firma sea posible, incluyendo cuestiones regionales como las del Líbano o Palestina.

Las recientes declaraciones de Siria para facilitar la aplicación de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad pueden constituir signos esperanzadores al respecto, al igual que los llamamientos del Presidente Asad para la reanudación de las conversaciones de paz, que han tenido algunos ecos positivos en Israel.

Al igual que el Parlamento Europeo, la Comisión cree firmemente en el diálogo. En consecuencia, espero realmente que los mensajes positivos recibidos de Damasco últimamente se transformen en hechos y que seamos capaces de restablecer una relación sólida con este país.

 
  
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  José Ignacio Salafranca Sánchez-Neyra, en nombre del Grupo PPE-DE. (ES) Señor Presidente, señora Presidenta en ejercicio del Consejo, señora Comisaria, queridos colegas, quisiera, en primer lugar, felicitar a la señora De Keyser por el proyecto de recomendación que ha presentado y por todo el trabajo que viene realizando en torno a las relaciones con Siria.

Creo que es importante que tomemos en consideración y ubiquemos este debate en el contexto que le es más propio, señor Presidente. Y este contexto, como ha dicho muy bien la señora Comisaria, es hacer un balance de la situación, en el tránsito hacia el Acuerdo de Asociación, sin olvidar que también debemos favorecer un diálogo, parlamentario en nuestro caso, con Siria, habida cuenta de la importancia —como se ha subrayado aquí— que tiene este país, desde un punto de vista estratégico, en el complejo contexto de la región.

Pero yo creo que también es importante subrayar —y lo dice de forma muy clara el texto de la resolución— que no estamos en un momento en el que el Parlamento tenga que dar su dictamen conforme sobre el Acuerdo de Asociación. La resolución —el proyecto de recomendación— dice con toda claridad que todavía no se reúnen las condiciones: se tienen que producir una serie de progresos de forma muy clara.

No creo que sea una buena noticia que Siria haya concluido un acuerdo de defensa con Irán. Tiene que haber progresos sustanciales para respetar la doctrina tradicional de la Unión Europea en el ámbito de la democracia y del respeto a los derechos humanos. Tienen que ser respetadas las Resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y la integridad territorial del Líbano y Siria ha de cooperar en el esclarecimiento del asesinato del ex Primer Ministro Hariri, así como progresar en el terreno de la abolición de la pena de muerte, el respeto a las minorías religiosas, etc.

Creo, por lo tanto, señor Presidente, que queda todavía un largo trecho por recorrer. Hay buenas noticias, como el nombramiento del señor Dandari como Viceprimer Ministro. Tuve el privilegio de reunirme con él después de una misión en el Líbano. Creo que solamente sobre la base de estas premisas, como decía hace un momento la señora Comisaria, debemos transformar este catálogo de buenas intenciones en hechos concretos, para que la Unión Europea pueda dar su visto bueno a este importante Acuerdo de Asociación entre la Unión y Siria.

 
  
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  Hannes Swoboda, en nombre del Grupo del PSE. (DE) Señor Presidente, me gustaría comenzar dando las gracias a la señora De Keyser por su excepcional informe, así como al señor Salafranca por su cooperación que hizo posible que un informe como este fuera adoptado por una amplia mayoría.

Siria no es un país sin dobleces, sino un país problemático en una región que también lo es. No obstante, si deseamos la estabilidad y la paz en esta problemática parte del mundo, necesitamos que Siria coopere con nosotros. Por lo que se refiere a Líbano, Siria debe darse cuenta, de una vez por todas, que un Líbano políticamente estable y económicamente fuerte será beneficioso para ella y no constituye un peligro.

En cuanto a Irán, no tenemos objeción alguna que hacer a las relaciones de amistad que ese país sostiene con Siria, pues así debe ser entre vecinos, pero esta amistad debe dar lugar a una contribución constructiva en el proceso de paz y no a un bloqueo de este.

Comprendo que Siria exija a Israel la devolución de los Altos de Golán, pero Siria debe reconocer que Israel tiene intereses de seguridad a los que no puede renunciar, y debería contribuir a facilitar la pacificación en Palestina y, en particular, en la Franja de Gaza, no solo entre los propios palestinos, sino también entre los palestinos e Israel.

Es de suma importancia que entablemos este diálogo y, a ese respecto, me gustaría recordar a esta Cámara una expresión que ha utilizado la Comisaria, a saber: «capacidad de liderazgo». Me gustaría que el Presidente de Siria prestara menos atención a los susurros de aquellos que han hecho que Siria haya quedado aislada en los últimos años, y que prestará más atención a aquellos asesores que quieren que su país vuelva al diálogo con la comunidad internacional, en especial con la Unión Europea.

 
  
  

PRESIDENCIA DEL SRA. KAUFMANN
Vicepresidenta

 
  
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  Hélène Flautre, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (FR) Señora Presidenta, hay un obstáculo crucial en el camino de la firma: la situación de los derechos humanos en Siria, que no deja de deteriorarse. Los observadores denuncian regularmente detenciones arbitrarias, torturas, discriminaciones flagrantes de las minorías, obstáculos a la libertad de expresión y de asociación, y el acoso y encarcelamiento de personas que trabajan pacíficamente por la mejora de las libertades en Siria.

Pienso en Michel Kilo, Anuar al Bunni y Mahmud Issa, que siguen detenidos por haber firmado en mayo de este año la Declaración Beirut-Damasco, que llama a la normalización de las relaciones entre el Líbano y Siria. Michel Kilo habría debido ser liberado el 19 de octubre, pero una nueva inculpación ha prolongado su período de detención. En cuanto al señor Issa, liberado el 25 de septiembre, acaba de ser detenido de nuevo hace dos días. Estos ejemplos, entre otros muchos, demuestran la ausencia de una voluntad real por parte de las autoridades sirias de emprender las reformas democráticas necesarias.

En estas condiciones –como usted ha dicho, señora De Keyser– es impensable que la Unión Europea pueda celebrar un acuerdo de asociación con Siria. Como afirma la resolución, la mejora de la situación de los derechos humanos y el respeto de los valores democráticos deben ser una condición indispensable para concluir cualquier acuerdo. También es importante implantar un mecanismo de control eficaz en el marco de la aplicación de la cláusula de «derechos humanos». Este enfoque debería aplicarse igualmente, entre muchos otros países, a Rusia y Turkmenistán. Lo mismo cabe decir de la coherencia de las posiciones adoptadas por el Parlamento.

 
  
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  Miguel Portas, en nombre del Grupo GUE/NGL. (PT) Señora Presidenta, la finalidad del informe De Keyser es el diálogo y la futura normalización de nuestras relaciones con Siria.

Consideramos que el Acuerdo de asociación forma parte de este proceso político. Y hago hincapié en el término «político» porque, desde una óptica económica, el Acuerdo resulta mucho más ventajoso para Europa que para Siria. La suspensión de las relaciones con Damascos fue un error político. Europa no debe tener listas negras y no debe seguir ciegamente las ideas de los Estados Unidos sobre el eje del mal. Independientemente de su régimen, Siria es un país que es vital para la paz en la región. Europa debe aprender a respetar la complejidad de la sociedad siria y los numerosos matices de opinión que existen en ese país. El régimen es políticamente autoritario, pero muestra una actitud libera en lo económico, religioso y las costumbres. El pluralismo está reprimido y limitado, y no obstante, existe en la sociedad y las instituciones. Mientras menos intervengan las potencias occidentales en la región, mayor será el pluralismo que se permita en ella.

Es una pena que la versión definitiva del informe revele matices de la época colonial en una serie de aspectos. Por ejemplo, no nos corresponde a nosotros decir quién merece confianza y quién no, porque nosotros no aceptamos, con toda razón, este tipo de opiniones de terceros. Sería preferible igualmente si no hiciéramos afirmaciones exageradas sobre las inexistentes relaciones entre Damasco y Al Qaeda y el fundamentalismo sunita. Esta ignorancia no nos favorece. Y además debemos mostrarnos coherentes. Las relaciones diplomáticas no pueden depender del resultado de una investigación penal. Las pruebas relativas al horrendo asesinato de Rafiq Hariri deben escucharse en los tribunales. De lo contrario, nuestras políticas corren peligro de violar el principio de presunción de inocencia.

En todo caso, el informe se muestra claro sobre una cuestión importante, pues busca la normalización de las relaciones y eso es positivo. Es positivo que la cuestión de los derechos humanos ocupe un lugar destacado en este proceso de normalización, pero Europa tiene que aplicar la misma política a todos los demás países, entre ellos a Israel. Por último, el informe apoya la devolución de los Altos de Golán a Damasco, para cuya recuperación Siria nunca ha recurrido a medios violentos, y es una propuesta que se basa en resoluciones de Naciones Unidas.

 
  
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  Bastiaan Belder, en nombre del Grupo IND/DEM. – (NL) Señora Presidenta, al igual que la Comisión de Asuntos Exteriores, durante la votación en el Pleno votaré decididamente contra el informe De Keyser. Cualquier miembro de esta Cámara que aconseje al Consejo celebrar un acuerdo de asociación con Siria da apoyo a un régimen despiadado y minoritario del que basta decir que las únicas entidades que considera sus socios estratégicos en esta región son la República Islámica de Irán y Hezbolá. La presente resolución se vuelve a equivocar acerca del verdadero carácter del régimen de Asad, en el que todo gira en torno a la conservación del poder. Como consecuencia de ello, la ponente ha sucumbido a la ilusión de los posibles efectos positivos que tendría el acuerdo de asociación sobre la política interior y exterior de Damasco.

Y me gustaría trasladar a la señora De Keyser la opinión de un reconocido experto en Siria de mi país que ha efectuado numerosas visitas a ese país a lo largo de los años, que me dijo, hace muy poco, en palabras simples que «quienes detentan el poder consideran la democracia una amenaza mortal», algo que ha observado en los últimos años a través de las conversaciones que ha sostenido con fuentes pertenecientes al régimen, incluido el supuesto liberal señor Dardari. Lo absurdo de este informe es que está lleno de palabras que advierten de que no debemos seguir el falso perfume diplomático que apunta en dirección de Damasco. Esto es materia más para escritores satíricos que para políticos.

 
  
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  Paweł Bartłomiej Piskorski, en nombre del Grupo ALDE. (PL) Señora Presidenta, hoy debatimos un Acuerdo de asociación con un país cuya importancia debe ser evidente para todos los miembros de esta Cámara. Se trata de un país respecto al cual abrigamos numerosas objeciones y reservas. No hay duda alguna de que Siria está implicada, directa o indirectamente, en el contrabando de armas para organizaciones terroristas. No cabe duda de que Siria mantiene estrechos lazos con Irán. Es un hecho que tenemos graves inquietudes respecto al respeto de los derechos humanos y ciudadanos por parte de Siria. Lo que debemos preguntarnos es qué instrumentos debería utilizar el Parlamento Europeo y la Unión Europea. ¿Fomentará este acuerdo la democracia? ¿Hará que los instrumentos con que contamos para presionar a este Gobierno sean más eficientes o bien debilitará nuestra posición?

Yo creo que la comprensión mutua y la posibilidad de ejercer presión reforzarán nuestra posición y que debemos apoyar este acuerdo. Creo que esta actitud debe basarse en la premisa de que nuestra posición y nuestra opinión, en tanto que Parlamento Europeo, exige el respeto de los derechos humanos y ciudadanos. Debemos dejarlo sumamente claro en cada oportunidad que se presente. Dejar de apoyar actividades terroristas debe ser una condición sine qua non. Es indispensable aplicar este tipo de presión, pues de lo contrario violaremos nuestros principios fundamentales.

 
  
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  Elmar Brok (PPE-DE). (DE) Señora Presidenta, señora Comisaria, Señora Presidenta en ejercicio del Consejo, debemos tener claro que la crisis de Oriente Próximo –no solo por lo que se refiere a Líbano, sino el problema de Oriente Próximo en su conjunto– solo podrá resolverse con la participación de Siria, ya que actualmente este país mantiene lazos con Irán y Hezbollah, y debemos considerar de qué forma pueden deshacerse dichos lazos –en caso de que sea posible– de una manera que responda a los intereses de Siria. Siria es un Estado sunita y laico, que tiene muy poco en común, desde un punto de vista ideológico, con el fundamentalismo chií.

Eso es lo que nos permitiría aprovechar un acuerdo de asociación, siempre que se mejore el respeto a los derechos humanos y se encuentre una solución para que luchemos juntos contra el terrorismo. Lo cierto es que el suministro de armas a Líbano no podrá suspenderse totalmente sin el consentimiento de Siria, y debemos tener en cuenta este factor. Esta solución depende igualmente de la solución de los problemas de las granjas de Cheba. Este aspecto reviste una enorme importancia si deseamos despojar a Hezbolá de la excusa de que necesita armas en esta zona, pues se trata de un territorio ocupado por Israel. Por todos estos motivos es necesario mejorar tanto la situación al interior de Siria, como las relaciones de este país con la Unión Europea.

La iniciativa que ha tomado la señora De Keyser y la Comisión de Asuntos Exteriores –que tanto el Consejo como la Comisión acogen, en mi opinión, favorablemente– hace una importante contribución para que se ofrezca a Siria la oportunidad de proteger sus propios intereses y, de esta forma, de hacer una contribución constructiva al proceso de paz de la región. Es evidente que el régimen sirio no es amigo de la democracia, que viola los derechos humanos –que es necesario liberar a personas– tanto sirios como de otras nacionalidades y que es necesario poner fin a la cooperación con los brazos armados de Hezbolá y Hamás; a pesar de ello creo que es posible entablar este tipo de diálogo y que la oferta de una acuerdo de asociación, dentro de este marco, puede ser medio eficaz para conseguir ese fin.

 
  
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  Pierre Schapira (PSE).(FR) Señora Presidenta del Consejo, en primer lugar quisiera agradecer a la señora De Keyser este excelente informe. La celebración de un acuerdo de asociación entre la Comunidad Europea y Siria constituiría una señal política muy alentadora para la paz en Oriente Próximo que tanto deseamos. Los acuerdos de asociación representan un excelente medio de presionar a los países. Así, a cambio de nuestra cooperación económica y comercial, debemos pedir a Siria que se convierta en un país democrático y respetuoso con las libertades fundamentales, que deje de entrometerse en los asuntos de sus vecinos, que delimite estrictamente su frontera con el Líbano y que no apoye las milicias de Hezbolá o de los fundamentalistas de Hamás que alberga. Siria debe liberar a los intelectuales, los defensores de los derechos humanos y los presos políticos que retiene en sus cárceles. También debe respetar el derecho de las minorías que viven en su territorio, en especial los kurdos, a los que debe ofrecer la ciudadanía, pues no la tienen.

Si Siria renunciase a su proyecto de Gran Siria, si se volviese hacia otros aliados distintos de Irán, toda la región saldría beneficiada. Siria, más que todos los demás países de la región, puede desempeñar un papel regulador y pacificador, en particular en los conflictos iraquí y palestino. Europa debe esforzarse por tener a Siria entre sus aliados estratégicos en Oriente Próximo. Si soplara el viento del cambio en Siria y el país practicase una política de apertura, todas las poblaciones de Oriente Próximo podrían comenzar al fin a liberarse del yugo de la dictadura y del populismo teocrático.

 
  
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  Gerard Batten (IND/DEM). (EN) Señora Presidenta, este informe reafirma que el Acuerdo Euromediterráneo daría un impulso decisivo a las reformas políticas, económicas y sociales necesarias en Siria; sin embargo, el informe también condena la firma de un acuerdo militar entre Siria e Irán, que según los sirios incrementará la cooperación contra lo que ellos llaman la amenaza conjunta de Israel y los Estados Unidos.

Desde 1995, la Unión Europea ha dado a Siria 259 millones de euros. La UE paga millones de euros para apoyar al régimen tiránico sirio con la esperanza de que de alguna forma lo convierta en partidario de la democracia, las libertades civiles, los derechos humanos, etc. Los sirios, en cambio, se dan cuenta ahora de que tienen fondos suficientes para permitirse una alianza militar con Irán que, inevitablemente, convertirá el mundo en un lugar más peligroso.

El dinero de los contribuyentes de la UE no debería gastarse en el apoyo a regímenes tiránicos y asesinos, enemigos de la democracia, la libertad y la paz.

 
  
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  Charles Tannock (PPE-DE). (EN) Señora Presidenta, el interés estratégico de la UE en Siria es mantener la paz en Oriente Próximo en sentido amplio, de forma que el petróleo fluya, y dirigir el conflicto entre Israel y los palestinos hacia una solución duradera de dos Estados, como se detalla en el informe de la señora De Keyser.

Una Siria aislada ha ayudado a Irán durante algún tiempo a lanzar una ofensiva combinada panislámica sobre Israel, y Siria intenta mantener al Gobierno libanés en una posición de fragilidad mediante su firme apoyo a Hezbolá, el representante de Irán, puesto que Siria considera que ello le ayudará a reestablecer su influencia sobre el Líbano.

Sin embargo, Siria tiene un punto a su favor: es un país secular que rehuye del fundamentalismo islámico, y partes de la elite baazista en el poder están inquietas ante la alianza militar cada vez más profunda con el Irán teocrático y el Hezbolá islamista. Siria ya no tiene necesidad de adular a Irán en su antigua alianza contra el enemigo común, el Iraq de Sadam Husein.

Lamentablemente, ahora se están disipando las esperanzas de que la UE pueda tratar directamente con los palestinos por culpa de la intransigencia de Hamás, quienes se niegan a reconocer a Israel o renunciar a la violencia. Por lo tanto, ha llegado el momento de ofrecer garantías a Siria de que el bloqueo del rearme de Hezbolá, la detención del paso de combatientes yihadistas a Iraq y la mejora del terrible historial de derechos humanos aportaría valiosos beneficios, incluida la posible ratificación del acuerdo de asociación reforzado con la UE.

La UE, como miembro del «Cuarteto», también puede ayudar a mediar en un acuerdo de paz aceptable entre Israel y Siria respecto a los Altos del Golán y las granjas de Cheba, en caso de que los Estados Unidos no estén dispuestos. Hablar con su enemigo, Siria, sería muy beneficioso para Israel. Consciente de su vulnerabilidad frente a los ataques con misiles, Israel sabe que necesita un Estado defendible, libre de agresiones exteriores. La eliminación de la amenaza siria es un elemento clave en la consecución de este objetivo estratégico. Sin embargo, apruebo las conclusiones del informe y espero que la Unión Europea procure emplear su considerable influencia sobre Siria para alcanzar estos objetivos.

 
  
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  Panagiotis Beglitis (PSE). (EL) Señora Presidenta, a mi vez me gustaría felicitar a mi amiga Véronique de Keyser por el informe tan importante que nos ha presentado.

Considero que la Unión Europea debería formular su propia estrategia independiente basada en la nueva situación geopolítica que ha surgido en Oriente Próximo.

Siria es un hecho y su papel sigue siendo decisivo para la estabilidad y seguridad de la región. Europa tiene que hablar con Siria y debe proceder a entablar un diálogo institucional y político coordinado con el régimen de Damasco. Estoy absolutamente de acuerdo con todo lo que se dice en el informe y con lo que han dicho los miembros de mi Grupo. Sin embargo, nadie ha respondido a la pregunta acerca de cómo podemos hacer que Siria cambie de conducta y cómo contribuiremos al proceso de democratización. Nadie ha contestado a esa pregunta.

Creo que sin los mecanismos del acuerdo de asociación y del diálogo político, la Unión Europea no tiene posibilidad alguna de contribuir a la democratización de Siria. Es por ello que considero que la Unión Europea no debe retrasar la firma del acuerdo.

La respuesta a las falsas ilusiones de los abogados del aislamiento de Siria, de las sanciones o incluso del derrocamiento del régimen, es la guerra civil en Iraq.

 
  
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  Jana Hybášková (PPE-DE). (CS) Señora Presidenta, señora Comisaria, la decisión de reanudar la ratificación del Acuerdo de asociación con Siria tiene un carácter estratégico. En la situación en Oriente Próximo, el vaso está medio vacío y no medio lleno.

La falta de medidas de democratización en Egipto se ha vista alentada por el crecimiento de las fuerzas extremistas; Líbano se desliza hacia la confusión, y las posibilidades de crear un Estado palestino han desaparecido por razones internas. Las relaciones entre la UE e Israel se han deteriorado desde los ataques contra Líbano en verano. No existe una política europea ni una política israelí, e Israel se hunde cada vez más en el regionalismo, no siendo ya capaz de resolver los problemas desde una perspectiva más amplia. Además, los Estados Unidos tampoco tienen una política seria para la región, como lo demuestra la última decisión sobre Iraq. El final de la política consistente en enfrentar una parte contra otra ha servido sin duda para reforzar a Irán. Irán es el único actor con una política coherente y activa. El intermediario de Irán es Siria. El Parlamento no puede adoptar medidas de relevancia en relación con Irán. Para ello sería necesario un planteamiento conjunto de la UE, los Estados Unidos y la Federación de Rusia.

Lo que sí podemos hacer en esta Cámara es intentar sacar a Siria de su sumiso papel de intermediario. Esa es la estrategia. La táctica consiste en ofrecer incentivos económicos o internacionales, y para ello se requiere una política europea clara, común e inflexible. Debemos presentar nuestras exigencias a Siria de una manera clara e inflexible. No se trata de apaciguamiento. Lo importante es que Siria acepte un levantamiento progresivo de la ley marcial, la creación de una sociedad civil con plena libertad de expresión y respeto de los derechos de las minorías, así como una transición a un sistema político democrático basado en una economía de mercado.

Por supuesto, Siria debe cooperar en la investigación sobre el asesinato del señor Hariri. Debe dar pasos constructivos para desatascar el proceso de paz. Debe dejar de armar a Hezbolá y de dar apoyo a los grupos palestinos armados, debe cumplir las Resoluciones 1559 y 1701, y también debe retirar completamente todas sus fuerzas armadas de Líbano y establecer relaciones diplomáticas con este país.

No somos responsables del Acuerdo de asociación. Lo que se necesita es que Siria asuma esa responsabilidad. Nuestra tarea consiste en establecer una hoja de ruta para la transición en Siria a través del acuerdo. Quisiera pedir a la Comisión y, sobre todo, al Consejo que apoyen activamente tanto nuestra estrategia como nuestras tácticas.

 
  
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  Jamila Madeira (PSE). (PT) Señora Presidenta, señoras y señores, la Declaración de Barcelona consagra el objetivo de crear una zona común de paz, estabilidad y prosperidad por medio del diálogo político y la seguridad, la asociación económica y financiera, y la cooperación social, cultural y humana.

Este objetivo se ha alcanzado en los últimos años, y ya se han celebrado Acuerdos de asociación con casi todos los países de la cuenca mediterránea, excepto Siria, por diversas razones que resultan comprensibles. La UE ha prestado mucha atención a lo sucedido en los últimos meses. Debe asumir un auténtico compromiso para entablar negociaciones en debida forma con Siria a fin de garantizar el firme deseo de este país de celebrar el Acuerdo. Por consiguiente, esperamos que Siria desarrolle una democracia que respete los derechos humanos y la libertad religiosa, que contribuya a luchar contra el terrorismo y que promueva el diálogo y una paz duradera en la región. A tal fin, el Gobierno sirio debe emprender acciones para poner fin al estado de excepción lo antes posible con toda la ayuda que le pueda prestar la UE.

Siria es un lugar de suma importancia geoestratégica y debe desempeñar un papel crucial en el proceso de paz de Oriente Próximo. La UE debe dejar claro, de una vez por todas, que considera que el fortalecimiento de la democracia no puede lograrse con una política basada en bombardeos o el aislamiento.

 
  
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  Patrick Gaubert (PPE-DE).(FR) Señora Presidenta, señora Comisaria, Señorías, Siria es un país que no podemos ignorar en el contexto de la crisis de Oriente Próximo. Romper todo diálogo conduce a aislarla y conlleva el riesgo de una radicalización del régimen. Es empujarla aún más a los brazos de Irán, que solo aspira a la destrucción de Israel y a la desestabilización de la región.

Sin embargo, si queremos reabrir hoy el diálogo con Siria debemos ser muy prudentes, fijando de antemano unas condiciones estrictas. Debemos exigir que Siria respete la soberanía del Líbano y se ajuste a las resoluciones del Consejo de Seguridad, que le imponen el refuerzo de los controles en su frontera con el Líbano y el cese del suministro de armas a Hezbolá. Debemos reclamar el respeto de los derechos humanos y las libertades civiles como requisito indispensable para la firma de cualquier acuerdo. Debemos exigir que tome medidas concretas para dar curso a las conclusiones de la investigación sobre el asesinato del ex Primer Ministro Rafik Hariri. Quiero señalar que esto es también un requisito indispensable para la continuación de las negociaciones. Por último, debe exponer claramente a la comunidad internacional las medidas que tome para luchar eficaz y concretamente contra la proliferación de armas y el terrorismo en la región. Entiendo con esto que debe cesar también todo apoyo a las milicias de Hezbolá y Hamás.

Si la Unión Europea planea reabrir las negociaciones con Siria, debe hacerlo solo si esta última acepta y respeta estas condiciones. Hoy no se cumplen las condiciones necesarias para la firma de un acuerdo de asociación, cosa que deploro. Hay que pedir a Siria que abandone su mentalidad de cerrazón y situarla ante sus responsabilidades en una región en la que todos los agentes deben esforzarse por conseguir la paz y la estabilidad.

 
  
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  Richard Howitt (PSE). (EN) Señora Presidenta, quisiera respaldar las recomendaciones del informe de la señora De Keyser, en particular la de que ha llegado el momento de revisar la relación de Europa y el mundo con Siria, no para poner en peligro nuestros principios, sino para impulsarlos. Es preciso enviar un mensaje firme a Siria en relación con los derechos humanos y la mejora de su situación interna con respecto a la libertad de expresión, la tortura y la abolición de la pena de muerte. El abogado defensor de los derechos humanos, Anuar al Buni, quien, entre cientos de otras personas, firmó una petición por la que instaba al respeto de la soberanía libanesa, debería ser liberado junto a cientos de presos de conciencia.

Calificar a Siria de componente de un eje del mal no ha servido de nada. Acojo con satisfacción el hecho de que en el último mes la Comisaria haya autorizado que sus representantes mantuvieran conversaciones con los Ministerios sirios de Asuntos Exteriores y Asuntos Económicos, y que esta semana el Parlamento Europeo ofrezca la posibilidad de firmar el acuerdo de asociación si Siria decide colaborar sinceramente con Europa para conseguir la paz en Oriente Próximo.

 
  
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  Albert Jan Maat (PPE-DE). – (NL) Señora Presidenta, me gustaría felicitar a la ponente, la señora De Keyser, por su ardua labor, y quisiera aprovechar esta oportunidad para manifestar la inquietud que me provoca esta región, pues debemos ser honestos. No podemos imaginarnos que la Unión Europea, una Unión que se basa en valores y normas, celebre un acuerdo de cooperación con un Estado como Siria. Esa es la realidad, si tenemos en cuenta los lazos que mantiene con Hezbolá e Irán.

La única opción que nos queda es utilizar un acuerdo de cooperación y las negociaciones correspondientes como una oportunidad para imponer una serie de condiciones mínimas en el ámbito de los derechos humanos, ya que la opresión contra los sindicatos, periodistas y minorías religiosas en Europa va en aumento. Los ciudadanos sirios que pertenecen a minorías religiosas, así como los cristianos asirios que regresan a Siria, son encarcelados casi sin excepción. Por lo tanto existen muchas razones para adaptar la política de inmigración de la UER con la política de devolución de inmigrantes a Siria a nivel europeo, y para suspender por el momento la política de devolución de personas a Siria. Me parece que este debería ser el primer paso.

En segundo lugar, debemos exigir garantías firmes de libertad religiosa; el Gobierno sirio debe de dejar de interferir en los asuntos de las minorías religiosas en la propia Siria, ya que diversas comunidades religiosas y grupos étnicos experimentan actualmente grandes dificultades debido a la forma en que Siria gestiona sus intereses.

En este aspecto, Europa puede perder su reputación, pues las iglesias europeas se remontan a las primeras iglesias que divulgaron su fe desde Siria en dirección a Europa. Esto significa que la Unión Europea tiene la onerosa tarea de garantizar, en caso de que un acuerdo de cooperación sea la solución en estos momentos, que se exijan sólidas garantías de mejora en todos estos ámbitos.

 
  
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  Paula Lehtomäki, Presidenta en ejercicio del Consejo. (FI) Señora Presidenta, señoras y señoras, antes que nada quisiera dar las gracias por este debate tan útil. Durante él ha quedado claro que el mismo fenómeno es percibido de igual manera por esta Cámara, por la comunidad internacional y entre los países árabes moderados, es decir, que existen puntos de vista ligeramente distintos acerca de la política más eficaz para que Siria vuelva a ser una vez más un miembro constructivo de la comunidad internacional.

La Unión Eruoepa ha llegado a la conclusión de que el aislamiento llevaría a Siria en la dirección opuesta, y el Consejo deliberó sobre este tema y estableció una nueva política en la materia a principios de agosto a fin de que nos mantengamos en contacto con todos los actores importantes para resolver el conflicto de Oriente Próximo. Siria es uno de esos actores. Por consiguiente, puedo decir, por ejemplo, en respuesta al deseo del señor Swoboda en el sentido de que la Presidencia debe escuchar sobre todo a aquellos que desean entablar un diálogo sólido con Siria, que eso es lo que hemos hecho. Un ejemplo de ello es la próxima Conferencia Euromediterránea de Ministros de Asuntos Exteriores de Tampere, a la que se ha invitado también a Siria.

Asimismo resultaría útil establecer y activar un diálogo entre los Parlamentos, como señaló el señor Salafranca en su intervención. Las condiciones adecuadas y el momento correcto revisten igualmente una gran importancia para recalentar estas relaciones. Como es lógico, con las medidas que estamos adoptando pretendemos concretamente dar a Siria la oportunidad de desempeñar un papel positivo.

Este debate pone de relieve que existe una influencia recíproca entre todos los factores en la búsqueda de una solución para la situación de Oriente Próximo. Por ello hemos intentado activamente en los últimos meses encontrar una solución duradera a largo plazo al conflicto de esa región. Esa búsqueda ha sido muy activa. El Alto Representante, el señor Javier Solana, se encuentra actualmente en la región y tiene la intención de visitar no solo Israel y los territorios palestinos, sino también Beirut, Jordania y tal vez otros lugares. En otras palabras, el contacto con las distintas partes reviste gran importancia.

 
  
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  Benita Ferrero-Waldner, miembro de la Comisión. (EN) Señora Presidenta, Señorías, gracias por impulsar este proceso de reflexión sobre este país de fundamental importancia estratégica en Oriente Próximo. Considero que ha sido un debate muy importante.

Permítanme responder a algunas preguntas muy concretas. Una versa sobre los derechos humanos. En ausencia de un acuerdo de asociación en vigor, la Unión Europea no cuenta con ninguna plataforma para un diálogo en profundidad sobre los derechos humanos con Siria, con la que también podría discutir sobre asuntos fundamentales, que son muchos, tales como la derogación del estado de emergencia, las enmiendas a las leyes sobre ONG posicionadas políticamente, la concesión de la ciudadanía a kurdos apátridas o la creación de un consejo nacional de derechos humanos.

No pienso que debiéramos condicionar la firma a un progreso en toda regla en materia de derechos humanos. No obstante, nosotros –me refiero especialmente a los representantes de la Comisión y los Estados miembros en Damasco– usamos nuestros instrumentos políticos, como gestiones diplomáticas y declaraciones políticas, para denunciar los abusos más graves de los derechos humanos. Por ejemplo, planteamos a las autoridades sirias muy a menudo la situación de los presos de conciencia detenidos, y también observamos sistemáticamente los juicios en los tribunales de seguridad del Estado. Además, a través de nuestros programas de cooperación apoyamos el desarrollo en Siria de una sociedad civil abierta.

De ahí que la Comisión lanzara en enero seis microproyectos en el marco de la iniciativa europea para la democracia y los derechos humanos. Estos proyectos están dirigidos a abogados árabes, organizaciones de mujeres, organizaciones de refugiados, la minoría kurda y los medios de comunicación, y también fomentan los derechos de mujeres y niños. Sin embargo, en la situación actual de estricto control por parte de los servicios de seguridad, estos proyectos y la mayoría de actividades de formación han tenido algunas dificultades para despegar. Las autoridades cuestionan la legalidad de estos proyectos en Siria, a veces se tolera a las ONG políticas, pero no siempre son autorizadas, por lo que estamos estudiando soluciones a estos problemas. Por supuesto también hemos planteado determinados casos directamente al Gobierno sirio.

Respecto a las cuestiones relacionadas con la ayuda, la ayuda financiera de la UE no ha servido para apoyar al régimen, como han señalado antes algunos diputados en esta Cámara. Ha servido, por ejemplo, para apoyar al sector privado y también a las pequeñas y medianas empresas. Hemos ayudado a las personas directamente, por ejemplo a través de programas sanitarios, y hemos dirigido la ayuda hacia reformas para la apertura de la economía y el comercio, la competencia y la inversión, aspectos que serán muy importantes para el desarrollo futuro del país.

Por último, quisiera reiterar una cuestión que he planteado anteriormente. Estamos a favor de un diálogo con Siria dentro de una perspectiva política y económica. Intentamos mantener una visión positiva, basándonos en los progresos ya realizados, por ejemplo mediante el apoyo a las reformas emprendidas por el Gobierno para abrir la economía, como acabo de mencionar, y descentralizar el poder. Pero al mismo tiempo, como ya he dicho antes, nos fijaremos en la acción práctica relativa a cuestiones regionales como la aplicación de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad y el desempeño de un papel positivo, por ejemplo en Palestina. Ello determinará el ritmo al que podremos proceder en la creación de nuestra futura relación, y observo que una gran mayoría de los oradores en este debate parecen inclinarse igualmente por esta opción.

 
  
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  La Presidenta. El debate queda cerrado.

La votación tendrá lugar mañana a las 11.30 horas.

 
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