El Presidente. De conformidad con el orden del día se procede a la pregunta oral a la Comisión del señor Florenz, en nombre de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, sobre la Conferencia de Nairobi sobre Cambio Climático (O-0100/2006 B6-0440/2006).
Stavros Dimas, miembro de la Comisión. (EL) Señor Presidente, la duodécima conferencia de las partes contratantes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático en Nairobi es la primera de estas conferencias que se celebra en el África subsahariana, la zona más pobre del planeta con la que la Unión Europea mantiene unas relaciones políticas especiales. Por ello, es natural que la conferencia se concentre en las necesidades de los países en vías de desarrollo.
La Unión Europea recalcará en especial que combatir el cambio climático puede combinarse con un desarrollo económico rápido y, además, que las políticas para reducir las emisiones han de incorporarse a los procedimientos de toma de decisiones en sectores cruciales.
El desarrollo de las economías de los países de Asia, África y Sudamérica, un suministro de energía seguro y una mejor calidad del aire son, por ejemplo, ventajas importantes y paralelas de las acciones para combatir el cambio climático.
Creo que mejorar la comprensión a escala internacional de las peligrosas repercusiones del cambio climático y mostrar interés en abordar las necesidades de los países en vías de desarrollo incrementará el potencial para que lleguemos a un acuerdo en el periodo después de 2012.
La Unión Europea tiene cuatro prioridades específicas en Nairobi. En primer lugar, lograr un acuerdo sobre el marco institucional para el Fondo de Adaptación. El fondo se financiará con tasas del mecanismo de desarrollo limpio y se espera que desembolse más de 350 millones de euros entre 2008 y 2011.
En segundo lugar, lograr un acuerdo sobre la lista de actividades dentro del marco del programa de trabajo quinquenal sobre la adaptación. El programa contiene una serie de actividades que pretenden mejorar nuestra adaptabilidad, como una mejora de nuestros conocimientos sobre las repercusiones negativas del cambio climático, sus repercusiones socioeconómicas y los puntos débiles de nuestras economías y sociedades en cuanto al cambio climático.
En tercer lugar, facilitar un mejor acceso de los países pobres de África y otras zonas del planeta al mecanismo de desarrollo limpio. Hemos de abordar la cuestión de una distribución justa de proyectos al amparo del mecanismo de desarrollo limpio, porque solo un pequeño porcentaje de todos los proyectos va destinado a África.
En cuarto lugar, el debate sobre el periodo posterior a 2012, que continuará, sin que se haya completado en Nairobi. Realmente creo que aún nos queda mucho trabajo por hacer. Hay diferentes opiniones sobre lo que debería hacerse. Los países en desarrollo no se sienten cómodos con la idea de tener que intensificar sus esfuerzos para combatir el cambio climático. Al mismo tiempo, muchos países en desarrollo siguen dudando a la hora de tomar las medidas necesarias para reducir las emisiones a fin de ayudar a limitar el aumento en la temperatura del planeta en dos grados centígrados.
En Nairobi, la Unión Europea seguirá defendiendo con razón que la lucha contra el cambio climático y los Objetivos de Desarrollo del Milenio no solo son compatibles entre sí, sino que también dependen unos de otros.
En Nairobi esperamos asegurar, por un lado, un enfoque claro, específico y equilibrado y un progreso estable en el grupo de trabajo ad hoc sobre el apartado 9 del artículo 3, sobre el diálogo que se mantiene dentro del marco de la convención y, por otro lado, un acuerdo sobre cómo se revisará el Protocolo de Kyoto en virtud del artículo 9. Sin embargo, hemos de mirar más allá de Nairobi, dado que Europa debe intensificar sus esfuerzos a fin de convencer a sus socios en todo el mundo de que tienen que seguir esforzándose para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero después de 2012.
Es muy positivo que 10 diputados al Parlamento se unan a la delegación, y personalmente me complace poder seguir –como en los últimos dos años– cooperando estrechamente con ellos. Me aseguraré de que estén plenamente informados y les entregaré de inmediato toda la información de que disponga. Nos dirigiremos juntos a los medios de comunicación y espero que los diputados a este Parlamento mantengan contactos y diálogos con delegados de otros países durante la conferencia. De este modo podremos transferir a una audiencia mundial nuestra ambición y nuestra visión conjunta de un futuro sostenible para la humanidad.
Avril Doyle, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (EN) Señor Presidente, quiero dar las gracias al Comisario por sus acertadas palabras de esta noche.
Me complace figurar entre los diez diputados que conforman el grupo del Parlamento Europeo en la delegación de la UE. Todos somos miembros de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria y a la cabeza del grupo estará nuestro colega, el señor Blokland, que es nuestro vicepresidente.
Yo esperaba que mi colega, el señor Florenz, asumiera la dirección en nombre del Grupo del PPE-DE, pero no le veo. Parte de su pregunta se refería, predicando de nuevo en el desierto, al hecho de que los miembros de la delegación del Parlamento Europeo integrados en la delegación de la Unión Europea sean tratados como ciudadanos de segunda clase.
Sé que el Comisario nos contará el cuento de los acuerdos interinstitucionales, del Consejo, de la Comisión, de precedencia y de práctica. Sinceramente, todos estamos hartos de oír eso y no queremos oírlo más. El Comisario siempre es magnífico en esas ocasiones, dedicando una parte generosa de su tiempo, como hacen también sus funcionarios. Nos informan muy bien después de los hechos, de puertas afuera, pero nunca nos dejan entrar en las reuniones de alto nivel, ni siquiera como observadores. En nombre de mis colegas del Grupo del PPE-DE y sospecho que en el de todos mis colegas, quisiera recibir el mismo trato que los delegados del Consejo y de la Comisión que estén presentes allí. Si la Comisión la califica de delegación de la UE, entonces las tres partes presentes deberían recibir el mismo trato.
El Comisario nos dijo en una reciente sesión informativa que no esperaba cambios espectaculares. Será otra reunión intermedia de COP, o si lo desean de COP 12-MOP 2, pero al ser la primera reunión sobre el África subsahariana, es muy importante. El Comisario ha mencionado la necesidad de ampliar los Mecanismos de Desarrollo Limpio. En estos momentos, solo el 2,5 % de los fondos se gastan en África en este terreno y ello principalmente en Marruecos y Sudáfrica, y nada en el resto del África subsahariana como tal. Hay allí mucho trabajo por hacer. Me interesa mucho la posibilidad de crear un fondo para el carbono en África, como ha sugerido el Comisario, y estudiar cuáles serían sus consecuencias.
¿Quién financiará el Fondo de Adaptación? La discusión es si el Fondo Mundial para el Medio Ambiente será la principal fuente de financiación y adónde irá a parar ese dinero. En Montreal se acordó que habría una doble vía en las negociaciones: una para la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y la otra para el Protocolo de Kyoto. Pienso que esto aclara la posición de los diferentes países. Juntos podemos progresar, podemos atraer a más países en desarrollo y convencer a nuestros amigos en los Estados Unidos para que se unan a nosotros, en particular en la importantísima tarea de reducir las emisiones de carbono.
Dorette Corbey, en nombre del Grupo del PSE. – (NL) Señor Presidente, señor Comisario, Al Gore lleva ya un tiempo viajando por el mundo, divulgando su mensaje. El clima cambia con rapidez, con mayor rapidez de lo esperado. Las capas de hielo se están derritiendo, el nivel de mar sube y pronto habremos alcanzado el punto de no retorno. Es entonces cuando se espera una respuesta de los políticos. No debemos limitarnos a llorar con Al Gore, sino que también debemos buscar una solución. Nairobi nos brinda una oportunidad para hacer frente a este desafío con decisión. Cuando debatimos sobre la crisis energética y los problemas climáticos, no deberíamos entregarnos al pesimismo, pues las soluciones son posibles. ¿Dónde podemos encontrar estas soluciones?
En primer lugar, confiando en nuestras medidas. Quisiera aprovechar esta oportunidad para expresar una vez más mi apoyo a favor del sistema de comercio de emisiones, aunque no sea en absoluto perfecto. Me dirijo, sobre todo, a la Comisión, que debería asegurar que los planes de asignación nacionales sean creíbles y que la sobreasignación sea cosa del pasado. A más largo plazo, hemos de considerar la posibilidad de subastar los derechos de emisión porque de esta manera podemos evitar las ganancias extraordinarias en las empresas de electricidad y la asignación demasiado generosa de derechos de emisión gratuitos.
En segundo lugar, quisiera abogar a favor de una inversión a gran escala en el desarrollo de una energía nueva y limpia. Aparte de las iniciativas existentes, hay muchas posibilidades para la innovación. Tenemos la energía azul que se logra mezclando sal y agua dulce, y que puede producir energía. O los molinos de viento con cometas a gran altura que funcionan como molinos de viento y generan energía. Otras alternativas incluyen los invernaderos y las casas que producen energía, la energía geotérmica y los espejos solares; como ven, hay muchas posibilidades. Hemos de capitalizar estas posibilidades por medio de la innovación tecnológica. El dinero deberá proceder de los Gobiernos, pero a la larga también de la subasta de los derechos de emisión.
En tercer lugar, hemos de cooperar activamente con países como China, que abre una nueva central eléctrica cada mes y necesita una tecnología de carbón limpio que nosotros debemos suministrarle. La transferencia de tecnología puede persuadir a China a asumir obligaciones después de 2012. Si China participa, también será más probable la participación de los Estados Unidos.
En cuarto lugar, hemos de invertir generosamente en el fondo de ajuste. Europa tiene la responsabilidad histórica del cambio climático, y es tarea nuestra el ayudar a los países en desarrollo a ajustarse a sus implicaciones. El cambio climático no siempre es un tema popular en los países en desarrollo. Un líder de un país en desarrollo –Señor Presidente, se me ha concedido un minuto adicional porque la señora Ferreira ha sido tan generosa de darme su tiempo de uso de la palabra, lo cual me da un total de tres minutos– dijo en una ocasión a un Ministro neerlandés de Medio Ambiente: «Primero queremos ser tan ricos como vosotros, y solo entonces nos preocuparemos por el cambio climático tanto como vosotros». Creo que las cosas podrían hacerse de otra manera. Podrían enriquecerse sin emisiones de CO2. Europa tiene el deber de ayudarles a lograrlo, y en Nairobi tenemos que demostrarles que lo decimos en serio.
Señor Comisario, espero con interés una excelente colaboración durante la conferencia de Nairobi. Huelga decir que apoyo de todo corazón el llamamiento de la señora Doyle. Creo que hemos de estar implicados en todas las negociaciones en la medida de lo posible y tener un acceso máximo a las reuniones, y sé que hará usted todo lo posible en este sentido. Quiero acabar repitiendo que espero una buena cooperación.
Chris Davies, en nombre del Grupo ALDE. – (EN) Señor Presidente, quisiera dar las gracias al Comisario por venir a hablar en una Cámara tan llena sobre el tema más importante al que se enfrenta el planeta.
Usted ha dado a entender antes que la Conferencia de las Partes en Nairobi es un poco una especie de reunión de tipo orientativo y que los acontecimientos laterales podrían ser tan importantes como los principales. Pero hemos oído a menudo que a medida que pasan los meses los problemas se vuelven más graves y difíciles de resolver. Por tanto, quizás no podamos ya permitirnos celebrar reuniones intermedias: hay que elevar las apuestas y tiene usted que tratar de sacar el máximo partido de cualquier posible reunión.
Quisiera plantear tres cuestiones concretas: en primer lugar hablaré de las emisiones del transporte dentro de la Unión Europea. De acuerdo con las cifras actuales, cinco de los principales fabricantes de coches alcanzarán el objetivo acordado voluntariamente para 2008, a saber, 140 g de CO2, pero el 75 % no están en condiciones de alcanzarlo. Recuerde lo que eso significa. Firmaron un acuerdo voluntario con la Comisión, con la Unión Europea. En sus salas de juntas privadas han examinado las cifras y han visto que podrían obtener mayores beneficios con los vehículos utilitarios deportivos y todo terreno y han decidido deliberadamente que no van a cumplir el acuerdo. Lo han anulado, no han obrado de buena fe y es hora de que la Comisión les apriete los tornillos.
Sabemos por los cinco que cumplen el objetivo que los 140 g no tienen nada extraordinario. Es preciso que actúe usted enérgicamente y espero que lo haga en los próximos meses.
En segundo lugar están los planes nacionales de asignaciones. Sé que está usted devolviendo los planes nacionales de asignación a los Estados miembros y afirmando que un margen del 15 % entre las asignaciones y las emisiones reales de CO2 no es suficiente ni mucho menos. Es una situación imposible. Usted sabe que este es el instrumento más importante. La Comisión debe ser estricta y utilizar cualquier recurso de que disponga para insistir en que los Gobiernos nacionales actúen conforme a los hermosos discursos que pronunciaron en el Consejo.
Por último, en lo que respecta al régimen de comercio de derechos de emisión para después de 2012, ¿cómo piensa hacer que funcione en el futuro? Las asignaciones libres fueron un buen comienzo, pero han resultado muy débiles en la práctica. Las subastas aún proporcionarán beneficios extraordinarios a algunas de las principales compañías eléctricas generadoras. Usted piensa que tiene que empezar a buscar referencias comparativas, lo cual es muy difícil. Pero debe decir a la industria de toda Europa que vamos a recompensar la buena práctica y que debe empezar a invertir desde ahora en salvaguardar nuestro planeta.
Satu Hassi, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (FI) Señor Presidente, Señorías, el mensaje que recibimos del mundo de la ciencia es cada vez más preocupante: cuanto más reciente sea el estudio, más preocupante es el mensaje de los científicos sobre el cambio climático acelerado. Nos acercamos a un umbral, pasado el cual serán inevitables los grandes desastres. Esto es lo que dijo la Ministra británica de Asuntos Exteriores, Margaret Beckett, y añadió que nos dirigimos hacia un caos climático. Al mismo tiempo, los análisis económicos demuestran que las reducciones muy ambiciosas de las emisiones son muy razonables en cuanto a costes y que por supuesto serán mucho más baratas que dar rienda suelta al cambio climático.
La sensibilización pública está aumentando, y ello se desprende, por ejemplo, de la opinión expresada por la Confederación de Sindicatos Europeos (CSE) de que Europa deberá reducir sus emisiones en un 75 % a mediados de siglo y no puede esperar a que otros le sigan.
Incluso en los Estados Unidos de América, la opinión pública está cambiando. Ello se evidencia por el enorme éxito de la película de Al Gore, los largos artículos en los grandes periódicos sobre el cambio climático y su posible solución y, más recientemente, el último número de Scientific American sobre energía sin carbón.
En esta situación, lo que necesitamos realmente es liderazgo por parte de la UE. También en los Estados Unidos, los que desean una protección responsable del clima miran a Europa y lo que hace Europa les alienta. Hemos de ser merecedores de esta confianza. Tampoco podemos contentarnos, en el contexto de las conversaciones internacionales, con esperar y perder tiempo. Hemos de elaborar nuestras propias propuestas constructivas sobre lo que debería hacer el mundo después de 2012.
Dentro de Europa, también hemos de llegar a compromisos en materia de reducción de emisiones y emprender acciones de conformidad con el objetivo de evitar que el mundo se caliente más de dos grados. Asimismo tenemos que poner en práctica nuestros compromisos en el marco de Kyoto y, con respecto a eso, el sistema de comercio de emisiones es muy importante. Pido a la Comisión que sea estricta. No basta con que se comercien las emisiones; el comercio de emisiones ha de ser el resultado de una reducción de las emisiones del modo en que se describe en el Protocolo de Kyoto.
Las empresas también necesitan el liderazgo de Europa. Para poder invertir sabiamente necesitan objetivos de reducción de emisiones a largo plazo. Las inversiones equivocadas saldrán muy caras. La vida útil de una central eléctrica es de 40 años. Ya no deberían construirse centrales hostiles al clima.
Johannes Blokland, en nombre del Grupo IND/DEM. –Señor Presidente, a nadie le cabe duda de que el cambio climático es una realidad. La temperatura media sube cada año, y, por desgracia, este año no ha sido una excepción. Por ello, la semana pasada, los Primeros Ministros Balkenende y Blair escribieron una carta a la Presidencia del Consejo pidiendo acciones concretas. Cito su carta: «Solo disponemos de entre diez y quince años para tomar las medidas necesarias a fin de evitar rebasar el punto de no retorno». Me gustaría saber qué pasos podemos esperar en breve, puesto que el tiempo apremia.
Asimismo quiero aprovechar esta oportunidad para dar las gracias al Comisario por el plan de acción para mejorar la eficacia energética publicado la semana pasada, aunque me gustaría añadir en este sentido que el porcentaje meta del 20 % es, en primer lugar, demasiado bajo y en segundo lugar, nunca se alcanzará si no se combina con objetivos de reducción para los Estados miembros.
Como ya han dicho la señora Doyle y la señora Corbey, la delegación de esta Cámara insiste en que la conferencia sobre el clima prometa que finalmente se nos admitirá en todas las reuniones organizadas por la delegación de la UE. El Comisario Dimas lo sabe y contamos con su apoyo para poder conseguirlo. Somos una institución oficial de la Unión Europea y por ello tenemos tanto derecho a asistir a estas reuniones como las demás instituciones.
Eija-Riitta Korhola (PPE-DE). – (EN) Señor Presidente, cuando nos estamos preparando para la próxima conferencia de Nairobi sobre el cambio climático, lo que necesitamos con más urgencia es honestidad. Es cierto que estamos orgullosos de los progresos que hemos realizado hasta ahora, pero ¿cuál es el resultado en términos de reducción global de emisiones? Lo que el mundo necesita son políticas climáticas eficientes y no una actitud de complacencia infundada. Todos sabemos y estamos de acuerdo en que debemos pasar de una política climática unilateral de la UE a un frente mundial, ya que solo una acción verdaderamente mundial podrá reducir eficazmente las emisiones. Por tanto, por el bien del clima y para ganar realmente la batalla, seamos honestos a la hora de analizar los problemas derivados del Protocolo de Kyoto así como del régimen de comercio de derechos de emisión que nos prepara para Kyoto.
Me temo que los titulares ya están escritos: «Nairobi ha sido un éxito y la UE abre camino». Pero, ¿es este el camino correcto? No cabe duda de que para la UE, es importante desde un punto de vista político mantenerse en primera línea y dar buen ejemplo, alentando a los demás para que tarde o temprano nos sigan. No obstante, si no se amplia el frente, los esfuerzos de la UE serán como sacar unas gotas de agua del océano o cortarse el pelo para perder peso.
Lo que resulta particularmente problemático es el resultado que tienen los esfuerzos unilaterales en los mercados. En los mercados mundiales, llevar a cabo una política unilateral equivale a dar la ventaja competitiva a los contaminadores, ya que los costes de las inversiones ambientales y los derechos de emisión no se pueden incluir en los precios. La tentación es invertir el capital internacional de los mercados mundiales en lugares donde no existen restricciones a la emisión ni normas ambientales. Desplazar la contaminación no es reducirla.
Es interesante ver que la última conferencia sobre el cambio climático en Montreal se calificó públicamente de victoria. No obstante, viendo los resultados, no son muchos los motivos de júbilo. En Montreal no se dio ni un solo paso adelante para la reducción de emisiones. No hay indicios de que se vaya a ampliar el frente de mitigación de las emisiones. Con el Protocolo de Kyoto solo se controlan un cuarto de las emisiones mundiales. Eso no es suficiente.
Marios Matsakis (ALDE). – (EN) Señor Presidente, señor Comisario, el cambio climático ya no es especulación, es un hecho. Como es un hecho también la perspectiva de una cuenta atrás hacia una catástrofe sin precedentes para las generaciones futuras si se mantiene la actual situación inaceptable.
Ha llegado el momento de tomar decisiones valientes y rotundas que den lugar a medidas drásticas para garantizar resultados significativos. La UE ha desempeñado hasta ahora un papel preponderante en este terreno y la Conferencia de las Naciones Unidas de Nairobi nos ofrece la oportunidad y el deber de presionar a favor de acciones concretas y efectivas. Ya no podemos permitirnos el lujo de esperar a los que todavía no están convencidos o de seguir tolerando a los que sencillamente miran a otro lado. A mi modo de ver, al menos, nuestra estrategia de cara a Nairobi debemos incluir los dos puntos siguientes: en primer lugar es preciso establecer objetivos estrictos de reducción de emisiones y prever y aplicar multas severas a los que no los cumplan; en segundo lugar, la comunidad internacional debe aislar a aquellos países que no han ratificado los convenios pertinentes y que no se muestran dispuestos a cooperar en la lucha conjunta contra el cambio climático. Con esto me refiero por supuesto, en particular, a los Estados Unidos, que es responsable por sí solo de un tercio de las emisiones mundiales de dióxido de carbono.
La actitud de los Estados Unidos se plasma en la manera increíblemente arrogante y extraordinariamente egoísta en que el señor Adam Ereli, portavoz del Departamento de Estado, comentó la ratificación por parte de Rusia del Protocolo de Kyoto en 2004. Dijo que no pensaban que el Protocolo de Kyoto fuera realista para los Estados Unidos y que no tenían intención de firmarlo o ratificarlo.
Ya es hora de que plantemos cara a los Estados Unidos y les digamos claramente que si no ratifican el Protocolo de Kyoto, nuestras relaciones transatlánticas sufrirán un golpe muy duro.
Stavros Dimas, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, quisiera expresar mi agradecimiento por la oportunidad que se me ha brindado de responder a algunas de las cuestiones planteadas en este debate y por todas las aportaciones positivas que se han hecho.
Si Nairobi es un éxito, significará que hemos tomado las decisiones correctas y concluido los acuerdos adecuados. La Comisión reconoce la necesidad de que la Unión Europea mantenga su papel predominante en la lucha contra el cambio climático, no solo en el ámbito internacional, sino también a escala nacional. Estoy de acuerdo en que es importante ayudar a los países en desarrollo a adaptarse a los efectos adversos del cambio climático y a desarrollar tecnologías sostenibles.
Hace unos días, la Comisión propuso un nuevo Fondo Mundial de Eficiencia Energética y Energías Renovables. La financiación total prevista en un principio asciende a 100 millones de euros procedentes de fuentes públicas y comerciales. Esta nueva iniciativa pretende impulsar en particular las tecnologías que respetan el clima en África. Tenemos además el Fondo de Adaptación. Esperamos que se acuerde su puesta en práctica en Nairobi. El 2 % de la financiación del fondo provendrá de los beneficios del mecanismo de desarrollo limpio. Prevemos disponer de 350 millones de euros para inversiones en países en desarrollo y en África para el período 2008-2012.
La Unión Europea solo puede tener credibilidad en su liderazgo en la medida en que consiga reducciones significativas de las emisiones interiores y cumpla los acuerdos internacionales del Protocolo de Kyoto. El segundo plan nacional de asignaciones del régimen de comercio de derechos de emisión de la Unión Europea será una prueba decisiva. Si los Estados miembros ponen en el mercado europeo más asignaciones de lo que vayan a emitir conjuntamente las empresas, el régimen de comercio de derechos de emisión de la Unión Europea fracasará. El señor Davies ha afirmado que los 17 primeros planes notificados proponen una asignación total que supera un 15 % las emisiones de 2005 de estos Estados miembros, lo que realmente es mucho. No estoy dispuesto a permitir que fracase el régimen de comercio de derechos de emisión de la Unión Europea y la Comisión evaluará todos los planes nacionales de asignaciones de manera coherente y justa. Todos los Estados miembros tendrán que contribuir al éxito del régimen de comercio de derechos de emisión en el período 2008 a 2012.
Estoy de acuerdo en que debemos utilizar al máximo nuestras relaciones públicas y las posibilidades de convencer a nuestros Gobiernos, pero también la acción e implicación de esta Cámara es importante en esta fase crucial del régimen de comercio de derechos de emisión. Les pido que juntos garanticemos que el debate sobre las asignaciones en todas las capitales de los Estados miembros y en Bruselas aborde la pregunta de ¿cuánto podemos reducir? y no ¿cuánto podemos emitir?
En los próximos días, la Comisión aprobará una comunicación sobre el régimen de comercio de derechos de emisión, proponiendo así una revisión de este importante mecanismo. La revisión examinará su ámbito de aplicación y la manera de simplificarlo y hacerlo más previsible, reforzando su cumplimiento y vinculándolo a otros regímenes de comercio en otros lugares.
En lo que respecta a las emisiones del transporte, que constituyen el 22 % de las emisiones en la Unión Europea, este año la Comisión presentará una propuesta legislativa que incluya el sector de la aviación en el comercio de emisiones de la Unión Europea. La Comisión también revisará este mismo año las posibilidades de que se reduzcan aún más las emisiones de dióxido de carbono procedentes de los coches después de 2008-2009, con miras a satisfacer el objetivo de la Comunidad de 120 g de dióxido de carbono por kilómetro en 2012. Esto, por supuesto, requerirá la legislación pertinente.
La Comisión también está examinando opciones para un marco jurídico en la Unión Europea que permita la captura segura y el almacenamiento subterráneo de dióxido de carbono procedente de plantas industriales, siempre que se considere apropiada esta opción.
La Comisión también tiene la intención de promover medidas de adaptación, contribuyendo a que las autoridades regionales y nacionales hagan frente a las consecuencias cada vez más evidentes del cambio climático. Sobre la base de un Libro Verde sobre la adaptación al cambio climático, que se presentará en una conferencia en Bruselas el 1 de diciembre, la Comisión iniciará un debate público sobre la necesidad de adaptarse al inevitable cambio climático.
Sobre todo, tendremos que seguir enmarcando el debate internacional para después de 2012. El próximo mes de enero, la Comisión tiene previsto presentar su paquete energético. Una parte esencial del paquete será la revisión de la estrategia energética de la Unión Europea. Esta planteará una perspectiva energética alternativa de la Unión Europea en concordancia con el objetivo a largo plazo de la Unión Europea sobre el cambio climático.
Paralelamente a la adaptación del paquete energético, la Comisión también presentará un Libro Verde sobre los puntos de vista de la Unión Europea en torno a las medidas necesarias para hacer frente al cambio climático. El Libro Verde responderá a la solicitud del Consejo Europeo de desarrollar una estrategia comunitaria para limitar el calentamiento global a 2 ºC, en comparación con niveles preindustriales. Determinará propuestas concretas, tanto en el ámbito comunitario como internacional, para conseguir dicho objetivo. Uno de nuestros principales objetivos será convencer a los Estados Unidos y a otros países en rápido desarrollo, como China y la India, de una forma común pero diferenciada, tal como lo prevé la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
La Comisión garantizará que el paquete energético y el Libro Verde den lugar a una estrategia de la Unión Europea sobre el clima y la energía que sea coherente, coordinada y sostenible. Pienso que desde el año pasado en Montreal hay un nuevo ímpetu en el debate internacional sobre el cambio climático. Si bien debemos mantener el paso en nuestros esfuerzos nacionales, también debemos conservar la paciencia en cuanto al proceso internacional y seguir creando confianza.
Por último, quisiera decir que Al Gore ha contribuido mucho a que la Unión Europea se concienciara y hace un mes tuve el honor de presentarle en una sala repleta de personas en Bruselas.
El Presidente. He recibido una propuesta de resolución(1) de conformidad con el apartado 5 del artículo 108 del Reglamento.
El debate queda cerrado.
La votación tendrá lugar mañana a las 11.30 horas.