El Presidente. – De conformidad con el orden del día, se procede al examen de seis propuestas de resolución sobre el Tíbet(1).
Adam Jerzy Bielan (UEN), autor. – (PL) Señor Presidente, el Tíbet ha permanecido cincuenta años bajo la ocupación china. Las autoridades chinas han ejercido una política de discriminación y persecución dirigida a la marginación de los tibetanos en su propia tierra. Recientemente, el ejército chino ha ejecutado un nuevo y bárbaro asesinato: en esta ocasión, una indefensa monja tibetana ha sido asesinada cruzando la frontera hacia Nepal. China niega que dirigiera disparos contra refugiados chinos que intentaran huir a Nepal, pero todo el incidente fue recogido por las cámaras.
El Parlamento no puede quedarse impasible ante estos últimos acontecimientos. La política de violencia y represión impuesta sobre el pueblo del Tíbet por las autoridades chinas no puede tolerarse por más tiempo.
Por eso, apelo al Gobierno de la República Popular China para que deje de violar los derechos humanos de la nación tibetana y de otras minorías. Y apelo también al Gobierno chino para que garantice el respeto del Derecho internacional, de las normas internacionales sobre derechos humanos y de la libertad de religión. El Tíbet debe gozar de una auténtica autonomía, y al pueblo tibetano debe reconocérsele la libertad de religión y de educación.
Y pido también al Gobierno de la República Popular China que acelere el diálogo iniciado con representantes del Dalai Lama y que, sin más demora, intente llegar a una solución que sea aceptable para ambas partes.
Eva Lichtenberger (Verts/ALE), autora. – (DE) Señor Presidente, Señorías, representantes chinos han descrito los incidentes del 30 de septiembre en la frontera del país sugiriendo que habían sido atacados por una banda de tibetanos y, no sin dificultades, se habían visto obligados a defenderse.
En esta ocasión, de forma extraordinaria, existe un vídeo que demuestra claramente todo lo contrario. Las imágenes muestran que los refugiados tibetanos no atacaron; al contrario, el grupo que trataba de cruzar la frontera se componía de jóvenes, niños, monjas y monjes. La Unión Europea debe rechazar firmemente la versión china de lo sucedido y exigir una aclaración.
También exijo una aclaración acerca de lo sucedido con los niños que las tropas chinas tomaron en custodia: cuál es su paradero actual y el estado de esos niños y de los refugiados, y cómo se está actuando como regla general en tales situaciones fronterizas. La Unión Europea debe expresar con toda rotundidad que el Tíbet debe constituirse en autonomía dentro de las fronteras chinas, pero una auténtica autonomía, tal como propone el Dalai Lama con su «Vía Intermedia».
Thomas Mann (PPE-DE), autor. – (DE) Señor Presidente, un nuevo incidente con fatales consecuencias ha tenido lugar en la frontera entre China y Nepal. Cuando, el 30 de septiembre, un grupo de tibetanos (todos ellos, civiles desarmados) intentaban huir por el paso de Nangpa hacia Nepal, la guardia de frontera china abrió fuego contra ellos. Murió Kelsang Namtso, una monja de diecisiete años, y muchas otras personas resultaron heridas; treinta, detenidas, entre las cuales había mujeres y nueve niños.
Quiero adherirme a lo dicho por los anteriores oradores: no se habría conocido esta tragedia de no ser por un equipo de televisión rumano que estaba en el lugar por casualidad y filmó la escena. Las imágenes aparecieron en la televisión neerlandesa en horario de máxima audiencia. A pesar de este documento, Pekín mantiene que hubo heridos pero no muertos y que, además, fueron los tibetanos quienes abrieron fuego, obligando a los chinos a defenderse.
Condenamos esta brutal acción por parte de las fuerzas de seguridad chinas y exigimos a las autoridades que traten humanamente a sus prisioneros, en cumplimiento de los tratados internacionales, pues China es signataria de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, que protege a los menores de la detención y del trato arbitrario por parte del Estado.
Lo sucedido en el paso de Nangpa debe ser investigado sin tardanza, y se ha de pedir cuentas a los responsables por sus actos. Estos ataques a civiles indefensos deben figurar en la agenda para el próximo diálogo entre la UE y China sobre derechos humanos.
Conmino a los enviados de la Comisión a que averigüen lo que está pasando, a que acudan al Centro de Bienestar Tibetano de Katmandú, tal como hizo la delegación del Parlamento ad hoc en julio, cuando fuimos a Nepal, y pregunten a los refugiados que llegan por las vicisitudes que han tenido que sufrir, y a que hagan algo al respecto.
(Aplausos)
Erik Meijer (GUE/NGL), autor. – (NL) Señor Presidente, esta Cámara hace bien en expresar una vez más su indignación, y por desgracia creo que aún tendrá que hacerlo muchas veces más. La situación en el Tíbet, antes que mejorar, empeora, y quizá tengamos la culpa nosotros. Ya antes de 1951, los países europeos aceptaron que el Tíbet debía ser parte de China, aunque los mapas no lo describieran así. La situación actual tiene el origen en los años cincuenta, cuando la República Popular China tomó efectivamente bajo su control esta inhóspita región mediante un gran contingente militar y el Dalai Lama huyó a la India.
El Tíbet es ahora más fácilmente accesible desde China gracias a la línea de ferrocarril más alta del mundo. Montañeros extranjeros han sido testigos recientemente de cómo los habitantes que intentan huir del país son abatidos a tiros. El Gobierno, y probablemente la mayor parte de la opinión pública china, considera el Tíbet en esencia como una región casi deshabitada que necesita ser colonizada por chinos procedentes de las regiones más densamente pobladas. Dado que la economía china está cada vez más vinculada a la europea, Europa tiene una poderosa arma. La cuestión es si estamos dispuestos a usar esa arma. Si no ejercemos la presión necesaria, continuará la opresión.
Marios Matsakis (ALDE), autor. – (EN) Señor Presidente, la ocupación comunista del Tíbet por parte de China es una lacra muy antigua de la democracia y una herida abierta en los principios de justicia y libertad. Una y otra vez hemos condenado con firmeza la forma totalmente inexcusable y brutal con que el régimen chino ha tratado a una pequeña nación pacífica, aislada en el techo del mundo.
Durante el último incidente, las fuerzas de ocupación chinas abrieron fuego contra un grupo de civiles desarmados e indefensos que intentaban desesperadamente huir de su país por el paso glacial de Nangpa, situado a una altura de casi 19 000 pies. En el grupo había muchas mujeres y niños. Murió una monja de diecisiete años; una de veinte quedó gravemente herida; algunas personas desaparecieron y 29 fueron arrestadas, entre ellas 14 niños. Algunos consiguieron escapar al país vecino, Nepal. Por suerte, el incidente fue presenciado por varios montañeros extranjeros, cuyo testimonio independiente y fiable, que incluye un vídeo, contradijo totalmente las ridículas mentiras sobre lo ocurrido que aparecen en una declaración oficial de las autoridades chinas.
Aquí en Europa tenemos mucho que decir cuando se trata de condenar las acciones de regímenes totalitarios y opresores, pero en la práctica la severidad de nuestras palabras no se ve reflejada en nuestros actos. Aparte de ser lamentable, en mi opinión es una actitud muy hipócrita. La ocupación de tipo colonial del Tíbet por parte de China, igual que cualquier otra ocupación colonial de un país por parte de otro, tiene que terminar inmediatamente. Y para demostrar que realmente pensamos lo que decimos, debemos tomar medidas tangibles contra China. Sí, mantenemos un embargo de armas sobre ese país, pero surte muy poco efecto. Lo que realmente sería eficaz es una prohibición comercial de las importaciones de China; eso provocaría verdaderos quebraderos de cabeza a los líderes comunistas de Pekín y el resultado sería una respuesta apreciable a nuestras peticiones de libertad para el Tíbet.
(Aplausos)
Piia-Noora Kauppi, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (EN) Señor Presidente, es evidente que hace falta una acción valiente para mejorar la situación de los derechos humanos en China. Este reciente suceso nos da una razón clara de por qué debería ser una prioridad para la Unión Europea. Considero absolutamente vergonzoso que la agencia estatal de noticias china Xinhua dijera que los disparos fueron en defensa propia, mientras la película de vídeo muestra claramente que los refugiados tibetanos recibieron los disparos desde una gran distancia y en la espalda. No hubo fuerza, resistencia ni amenazas contra los guardias fronterizos chinos. Ninguno de los refugiados tenía armas de ningún tipo, ni siquiera un cuchillo.
Quiero dar las gracias a la Presidencia finlandesa y llamar la atención sobre su labor en el diálogo sobre derechos humanos. La semana pasada, el 20 de octubre, la Presidencia finlandesa emitió una declaración oficial condenando el incidente. Quiero dar las gracias a la Presidencia por ello.
Finalmente, como se indica en la resolución común sobre el Tíbet, debemos seguir fomentando las conversaciones de alto nivel entre el Dalai Lama y el Gobierno de China. Quiero reiterar que ese es el único camino para una solución pacífica y sostenible con el fin de conseguir una verdadera autonomía para la nación tibetana.
Lidia Joanna Geringer de Oedenberg, en nombre del Grupo PSE. – (PL) Señor Presidente, a pesar de que las relaciones oficiales entre el Gobierno chino y el Dalai Lama se restaurasen en 2002, los derechos humanos siguen siendo violados constantemente en el Tíbet. Se calcula que cada año unas dos mil quinientas personas deciden huir de la represión y emprenden el peligroso viaje hacia Nepal, que dura varios días. Los episodios de violencia ejercida contra civiles desarmados han levantado una especial preocupación. Entre ellos están los disparos de la guardia fronteriza china contra refugiados en el paso de Nangpa La el pasado septiembre. Aquel grupo de fugitivos intentaba cruzar la frontera tibetana y estaba formado por mujeres, niños y monjes. A fecha de hoy, las autoridades chinas no han asumido su responsabilidad por el incidente, en que murió una persona. Aún se desconoce el destino de varios niños detenidos por el ejército.
Incumbe a las instituciones internacionales tomar medidas eficaces para obligar al Gobierno de la República Popular China a que ponga fin a su represión sobre el pueblo del Tíbet, a su trato inhumano a los prisioneros, al uso de la tortura y a las ejecuciones extrajudiciales. Apelamos una vez más desde esta Cámara al respeto de los derechos humanos fundamentales en el Tíbet, entre los que están la libertad de expresión y de asociación. También pedimos que exista un verdadero diálogo entre ambas partes, dirigido a alcanzar un entendimiento y el respeto de los derechos religiosos, políticos y culturales del pueblo tibetano.
(Aplausos)
Raül Romeva i Rueda, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (ES) Señor Presidente, en los dos años y medio que llevo ya de diputado, esta es seguramente la tercera, si no más, ocasión en la que tenemos que hablar de las vulneraciones de derechos humanos en el Tíbet, y me temo que no será la última. Pero la diferencia entre esta vez y las anteriores es que, en esta ocasión, tenemos hechos filmados que demuestran que los intentos por parte de las autoridades chinas de negarlos son instrumentalizadores y que, al mismo tiempo, el intento, por parte de la agencia de noticias Xinhua, de demostrar que se trataba de una acción en defensa propia, tampoco tiene ningún tipo de fundamento.
Por lo tanto, estamos ante un hecho que claramente reclama una investigación, como se ha dicho. Lo suscribo y lo apoyo, pero, además, reclama también ser tratado como un tema fundamental en el marco del diálogo Unión Europea-China. No es, insisto, la primera vez, pero realmente empieza a ser ya un poco triste que, teniendo, como tenemos, la oportunidad de tener este diálogo con China, y en vísperas de los Juegos Olímpicos de 2008, no recalquemos una y otra vez que la situación del Tíbet se podría resolver si realmente hubiera un poco de voluntad política por parte de las autoridades chinas, que, de momento, todavía no hemos visto.
Michał Tomasz Kamiński, en nombre del Grupo UEN. – (PL) Señor Presidente, hoy el debate versa sobre los derechos humanos en China. Y sucede a raíz de un trágico y aterrador incidente de frontera. En este caso, la sociedad mundial ha tenido ocasión de ver por sí misma cómo trata China a personas indefensas que no presentan ninguna amenaza para las autoridades comunistas: son tiroteadas sin miramientos.
El incidente objeto del debate y que ha motivado la discusión sobre esta materia en el Parlamento Europeo nos recuerda una amarga verdad: en China, los derechos humanos son sistemáticamente violados en casi todos los aspectos de la vida. Los ciudadanos de la República Popular China ven continuamente vulnerados sus derechos humanos, económicos y religiosos. Por desgracia, hemos de admitir la triste realidad de que, demasiadas veces, los Gobiernos de los Estados miembros de la UE guardan silencio hipócritamente ante lo que sucede en China. Y lo mismo sucede con las instituciones comunitarias. Si los valores comunes que nos unen en esta Cámara y en toda Europa son verdaderamente comunes, debemos apelar, alto y claro, al respeto de los derechos humanos en China.
Kathy Sinnott, en nombre del Grupo IND/DEM. – (EN) Señor Presidente, me complace mucho que el Parlamento demuestre tanta preocupación por el pueblo tibetano. No pongo en duda de que sea auténtica, pero sí dudo de la autenticidad de la forma en que actúa este Parlamento en estos asuntos. Hoy en la votación del presupuesto hemos rechazado tres enmiendas que habrían eliminado la financiación del desarrollo por parte de la UE de programas gubernamentales y de organizaciones que incluía el aborto coercitivo, la esterilización involuntaria y el infanticidio.
¿Por qué intentan los tibetanos huir de China? Precisamente a causa de esas prácticas bárbaras, además de la persecución religiosa y la persecución política. Eso es lo que arruina la vida de todas las minorías y pueblos conquistados en el territorio que ahora China quiere gobernar.
Señora Comisaria, yo le pregunto, y me gustaría obtener una respuesta, ¿qué papel desempeña nuestra ayuda al desarrollo en este tipo de sufrimiento?
Robert Evans (PSE). – (EN) Señor Presidente, quiero empezar diciendo a la señora Sinnott que es embrollar el asunto plantear cuestiones como esa, que no tienen nada que ver con lo que estamos debatiendo hoy aquí.
Unos 2 500 tibetanos, o tal vez más, cruzan cada año la frontera desde el Himalaya hacia el exilio. Sin duda, huyen de la brutalidad de la ocupación china, pero no necesariamente como sugiere la señora Sinnott.
Es difícil saber cuántos han sido capturados o heridos por las autoridades fronterizas chinas, porque en general nadie ha investigado las acusaciones. Este incidente especialmente horroroso del 30 de septiembre es una violación de los principios básicos de las Naciones Unidas sobre el uso de la fuerza y las armas de fuego por parte de los agentes responsables del cumplimiento de la ley. Es interesante que existan unas normas para que los agentes de policía sepan cuándo pueden disparar, pero esas normas exigen que no se usen armas de fuego contra personas a menos que sea en defensa propia o en defensa de otros ante una amenaza inminente de muerte o lesiones graves. Aquellos de nosotros que hemos visto los videoclips de este incidente sabemos que la situación no implicaba graves amenazas para la vida. Parecía un ataque no provocado.
Por este motivo, la propuesta de resolución que tenemos ante nosotros es muy importante, en concreto el apartado 8, que insta al Consejo y a la Comisión a reiterar su postura en cuanto al diálogo entre las correspondientes autoridades. Es una postura que esta tarde debemos apoyar: diálogo para resolver esta situación.
Filip Kaczmarek (PPE-DE). – (PL) Señor Presidente, la resolución que vamos a votar hoy se refiere a los sucesos del 30 de septiembre, cuando policías chinos dispararon contra un grupo de refugiados tibetanos que buscaban la libertad fuera de la República Popular China. No era el primer incidente de este tipo, pero esta vez, de forma inusual, la bárbara acción fue captada por las cámaras. La televisión e Internet han permitido que todos nosotros y millones de personas más en todo el mundo vean por sí mismas lo que hace la policía china en el Tíbet.
La suerte del pueblo tibetano es especialmente adversa, pues se trata de una de las naciones más pacíficas del mundo. El Dalai Lama no pide la independencia para el Tíbet: los tibetanos están dispuestos a vivir en el marco establecido por la constitución china. ¿Cómo es posible que se dispare contra personas así? ¿Cómo pueden sufrir la persecución y el asesinato solo por su deseo de una pequeña porción de libertad y por la defensa de su legado cultural? ¿Es posible poner fin a estos acontecimientos? Sí lo es, si se da la orden que prohíba disparar a las personas que huyen de un país en que no desean vivir. Esto ya sucedió en el pasado, más cerca de nosotros, en la frontera entre Alemania Oriental y Occidental. Las grandes naciones no pueden basar su autoridad en masacrar a refugiados indefensos.
Józef Pinior (PSE). – (PL) Señor Presidente, hoy ya se ha hablado mucho aquí sobre la situación en el Tíbet. Las autoridades chinas afirman respetar la autonomía tibetana, pero sus actos demuestran lo contrario.
Quisiera aprovechar esta ocasión para llamar la atención del Parlamento sobre el informe de Human Rights Watch publicado el 9 de octubre de 2006. En él se cuenta que un blog de Internet creado por Woeser, una destacada intelectual tibetana, ha sido clausurado. El blog era uno de los más interesantes fenómenos políticos y culturales de la China contemporánea: decía la verdad sobre la situación en el Tíbet, describiendo los daños al medio ambiente y a la cultura de la región. Woeser es una de las más distinguidas intelectuales de la China actual, y su blog reflejaba la realidad de lo que sucede en el Tíbet.
No podemos tolerar una situación en que las autoridades chinas dicen haber otorgado la autonomía a una provincia mientras, en la práctica, se dedican a cerrar blogs de líderes intelectuales.
Mariann Fischer Boel, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, la Comisión comparte plenamente la preocupación expresada por Sus Señorías en relación con el reciente tiroteo contra refugiados tibetanos por parte del Ejército de Liberación Popular chino en la frontera entre la República Popular China y Nepal, la subsiguiente muerte de una de esas personas y el encarcelamiento de algunos de los refugiados.
La Unión Europea ha tratado este tema formalmente en el marco de la última sesión del Diálogo sobre Derechos Humanos UE-China, celebrada en Pekín el 19 de octubre, como ya ha mencionado el diputado de Finlandia. En dicha ocasión, la Unión Europea rechazó la declaración de China diciendo que los disparos fueron en defensa propia, instó al Gobierno chino a realizar una investigación profunda del incidente e insistió en que los refugiados encarcelados recibieran un trato acorde con los criterios humanitarios internacionales.
Más en general, la Comisión está muy preocupada por la situación de los derechos humanos en el Tíbet, y en concreto por la preservación de la identidad cultural, religiosa y lingüística del pueblo tibetano. Este tema se ha abordado en varias ocasiones durante el diálogo bilateral sobre derechos humanos así como en el más alto nivel, durante las cumbres bilaterales.
La Unión Europea está preocupada en especial por el número de tibetanos procedentes de entornos religiosos que están encarcelados por razones políticas, y ha pedido reiteradamente su liberación inmediata. Algunas de estas personas figuran en la lista de casos individuales que se presentan regularmente a las autoridades chinas al margen de estos diálogos.
La Comisión cree que la política china en el Tíbet no es coherente con las disposiciones del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Una de las máximas prioridades de la Unión Europea en el ámbito de los derechos humanos es la pronta ratificación de este pacto por parte de China, y hemos dejado muy clara a China la necesidad de respetar plenamente el espíritu de este pacto, una vez firmado e incluso antes de que sea ratificado.
En el marco de esta política global respecto al Tíbet, la Unión Europea ha expresado sistemáticamente su opinión de que la única vía realista para lograr una solución pacífica y duradera del problema del Tíbet es establecer un diálogo directo entre el Dalai Lama y las autoridades chinas. Por lo tanto, hemos acogido con satisfacción y seguido muy de cerca las cinco rondas de conversaciones celebradas hasta el momento entre los enviados especiales del Dalai Lama y el Gobierno chino.
La Comisión insta a ambas partes a continuar este diálogo y utilizar esas conversaciones para intentar un progreso considerable.
El Presidente. – El debate queda cerrado.
La votación tendrá lugar hoy al término de los debates.