El Presidente. – De conformidad con el orden del día, se procede al debate del informe (A6-0370/2006) del señor Purvis, en nombre de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios, sobre el crédito hipotecario en la Unión Europea (2006/2102(INI)).
John Purvis (PPE-DE), ponente. – (EN) Señor Presidente, estaba intentando decir que la intervención del señor Allister se escuchaba en un idioma extranjero por el canal inglés, o sea que se estaba traduciendo del inglés a otro idioma, no sé cuál. Lo siento, señor Allister, pero no sabemos qué ha dicho.
El saldo pendiente de los préstamos hipotecarios europeos asciende a 5 billones de euros, lo que equivale al 45 % del PIB de la UE, y ha aumentado un 9,4 % anual durante los últimos cinco años. La compra más importante de nuestras vidas es una casa, y la hipoteca es la obligación financiera más importante que contraen la mayoría de las personas. Por tanto, no es sorprendente que la Comisión se haya fijado en esta cuestión al pasar a prestar atención a los servicios financieros minoristas.
El mercado hipotecario está fragmentado y con su apertura los consumidores dispondrán de una gama de productos hipotecarios más amplia y a mejor precio. Habrá más oportunidades para las personas que actualmente tienen dificultades para obtener una hipoteca, como los compradores de la primera vivienda o los trabajadores con contratos de duración determinada. También beneficiará a las personas que se trasladan a otro país de la UE por motivos de trabajo o jubilación o las que quieren comprar una segunda residencia en el extranjero.
Un mercado más integrado ofrecerá a los prestamistas mayores economías de escala, reducirá los costes y rebajará los tipos de interés para los prestatarios. Por otra parte, la cultura y las tradiciones locales han conformado los productos disponibles y los consumidores no querrán que se debiliten las normas vigentes de protección del consumidor. Una plena armonización sería costosa para la industria y podría limitar la gama de productos que ofrece. En la mayoría de Estados miembros, el sector es altamente competitivo, así que no debemos tomar medidas contundentes que puedan dañar a este sector en auge. Queremos un mercado europeo de créditos hipotecarios con una amplia gama de productos a precios competitivos y cualquier cambio tiene que beneficiar sobre todo a los prestatarios.
Por tanto, estamos en contra de un gran instrumento legislativo de armonización. Sería perjudicial para los consumidores y para las empresas. En su lugar, la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios cree que debemos centrarnos en medidas destinadas a eliminar barreras concretas con que tropiezan las hipotecas transfronterizas. Cualquier medida debe tomarse únicamente después de que las evaluaciones de impacto hayan demostrado que los beneficios superan a los costes. Siempre que sea posible, es preferible recurrir a medios no legislativos.
Nuestra prioridad es mejorar el mercado financiero europeo. Existen varios obstáculos que lo impiden. Por tanto, me gustaría que se creara una base de datos que abarque los diferentes mercados y valores hipotecarios, para que los inversores puedan evaluar y tasar mejor los fondos hipotecarios. Sugerimos una gama de paquetes normalizados de hipotecas europeas para comerciar en los mercados de capitales. Los agentes hipotecarios pueden desempeñar un papel importante ayudando a los prestatarios a acceder a créditos hipotecarios de prestamistas nacionales e internacionales. Me complace que la Comisión se haya comprometido a evaluar los problemas relacionados con dichos intermediarios.
Necesitamos una norma europea sobre la cuestión del tipo anual efectivo global (TAEG). La mayoría de la comisión quería una norma europea que comprendiese todas las cargas aplicadas por el prestamista y que este facilite información sobre cualquier otro coste. El informe considera que toda restricción en materia de comisiones de cancelación anticipada y tipos de interés limitará el desarrollo de nuevos productos, en especial los productos a prestatarios de más alto riesgo, así como el del mercado financiero.
Otras cuestiones que hemos planteado son la eliminación de obstáculos a la transferencia de préstamos transfronterizos y la evaluación del potencial de la eurohipoteca. Tenemos que abordar la ley aplicable a los contratos de crédito hipotecario, con la revisión del Convenio de Roma de 1980. Sobre las bases de datos de créditos queremos un formato coherente y un acceso transfronterizo no discriminatorio tanto a los datos positivos como negativos sobre los clientes, siempre sujetos a la protección de la intimidad.
En el ámbito de las ventas forzosas, apoyamos la idea de un marcador que compare la duración y los costes de los procesos judiciales en los diferentes Estados miembros. Diversos organismos profesionales deberían establecer normas comunes de tasación de la propiedad inmobiliaria.
Respecto de los catastros, el informe aboga por fomentar el acceso a una información normalizada, y apoya el trabajo del Servicio Europeo de Información sobre el Territorio.
Los obstáculos fiscales siguen siendo un problema y deben examinarse, aunque su resolución dependa de los Estados miembros conforme al principio de subsidiariedad.
La función del Banco Central Europeo y de la Comisión es supervisar los riesgos potenciales de los crecientes niveles de deuda presupuestaria y su impacto potencial en los mercados de capitales.
Agradezco el apoyo y las contribuciones de mis colegas de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios. Parece que la Comisión apoya la línea de trabajo que proponemos. Esperamos con interés el Libro Blanco del año que viene y esperamos proseguir la excelente cooperación que hemos logrado hasta ahora en este importante tema.
Charlie McCreevy, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, Señorías, el Libro Blanco sobre la Política de Servicios Financieros 2005-2010 establece un plan de trabajo para la apertura de los fragmentados mercados europeos de servicios financieros minoristas. Uno de los elementos centrales de esta estrategia es nuestra iniciativa sobre el crédito hipotecario.
No debemos subestimar los retos que plantea la integración de los mercados hipotecarios europeos. Las diferencias de características de los productos y sistemas de distribución, de comportamiento de los consumidores y muchos otros factores económicos, estructurales y, de hecho, sociales tienen un impacto significativo en el sector. No debemos olvidar que para la mayoría de consumidores europeos, contratar una hipoteca es quizá la decisión financiera más importante de sus vidas.
Dada la importancia económica y social del préstamo hipotecario, la Comisión ha adoptado un enfoque abierto y consultivo. Las deliberaciones comenzaron en 2003 con el establecimiento de un foro de sobre el crédito hipotecario, y en julio de 2005 se publicó un Libro Verde. En agosto de 2005 se publicó un estudio de rentabilidad para determinar los beneficios potenciales de las iniciativas en el ámbito del crédito hipotecario.
La consulta pública que siguió a la publicación del Libro Verde confirmó que la Comisión iba por buen camino. Pero al mismo tiempo observó aspectos en los que había que llevar a cabo más estudios, por ejemplo sobre la financiación de las hipotecas, antes de que la Comisión pudiese tomar una decisión sobre las respuestas políticas adecuadas.
Su informe llega en un momento importante de nuestras deliberaciones. La fase de consulta está concluyendo y nos acercamos al momento en que la Comisión tiene que decidir sobre la forma de proceder.
Quiero dar las gracias a los ponentes por su gran esfuerzo en la preparación de lo que creo que es un informe pragmático y muy ponderado. Quiero centrarme en algunos aspectos del informe.
Me complace leer que ustedes también creen en las ventajas de la integración. Esta posición es coherente con nuestro propio análisis y con los comentarios que hemos recibido en la consulta sobre el Libro Verde. Las respuestas a dicha consulta señalan que hay mucho debate sobre los medios adecuados para conseguir esas ventajas. Ustedes proponen un enfoque pragmático y matizado que incluya medidas concretas y evaluaciones de impacto exhaustivas. Como saben, estoy muy a favor de «legislar mejor» con una evaluación de impacto completa que delimite los problemas y establezca objetivos y opciones. La Comisión examinará todos los instrumentos a nuestra disposición, no solo los legislativos, para encontrar la respuesta política más adecuada para cada cuestión que se aborda en el Libro Verde.
Acojo con satisfacción que el informe haga hincapié en las ventajas de mejorar la diversidad de los productos y pida a la Comisión que garantice que las medidas no obstaculicen la innovación y la competencia. Actualmente existe una amplia gama de productos disponible para los prestatarios en la Unión Europea. Sin embargo, no hay ningún país donde los consumidores puedan tener acceso a una gama de productos completa. En algunos mercados, ciertos prestatarios –por ejemplo, los trabajadores autónomos o los prestatarios con perfiles crediticios bajos o deficientes– tienen dificultades para obtener un crédito hipotecario o incluso están excluidos. También existen barreras que limitan la posibilidad de que los incentivos de los prestamistas hipotecarios sean transfronterizos, lo que impide la introducción de productos y procesos nuevos e innovadores en otros mercados europeos. A este respecto, creo que nuestros objetivos coinciden plenamente con los del informe.
El crédito hipotecario abarca muchos contextos y cuestiones técnicas, desde la protección del consumidor o la financiación hipotecaria hasta la tasación de la propiedad y las inscripciones catastrales, por mencionar tan solo algunas de las cuestiones que debemos abordar.
Tengo interés en proseguir nuestro fructífero diálogo con el Parlamento sobre la mejor manera de abordar los retos políticos que se derivan de esta cuestión para fomentar el desarrollo de un verdadero mercado único de créditos hipotecarios, que cree nuevas oportunidades tanto para los prestamistas como para los prestatarios y proteja de forma adecuada a la gran mayoría de europeos que toman la decisión financiera más importante de sus vidas.
Manuel Medina Ortega (PSE), ponente de opinión de la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor. – (ES) Señor Presidente, creo que la Comisión ha adoptado el enfoque adecuado en relación con el crédito hipotecario, porque, como ha dicho el Comisario, es, probablemente, el compromiso más importante que adquieren los ciudadanos europeos a lo largo de toda la vida: el crédito para comprarse una vivienda propia.
En consecuencia, es necesario recordar que estamos evolucionando hacia un mercado único y que, en ese mercado único, no tiene mucho sentido que haya 27 legislaciones nacionales diferentes o 27 sistemas hipotecarios diferentes.
Se trata, por otro lado, de un tema relacionado con los elementos más esenciales del sistema jurídico de cada Estado. Por tanto, la consecución de resultados no será ni inmediata ni fácil; se requerirá algún tiempo.
En todo caso, desde la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor, queremos señalar la importancia de avanzar en el área legislativa. No es posible, desde luego, adoptar una reglamentación completa de la Unión Europea en materia hipotecaria, pero sí se pueden hacer algunos avances, por ejemplo, en materia de información, de tipos máximos autorizados, de repago de las hipotecas en un momento determinado, de forma que, cuando un ciudadano se traslade de un país de la Unión Europea a otro, no se encuentre en un ámbito jurídico completamente distinto de aquel en el que está acostumbrado a vivir.
Kurt Lechner (PPE-DE), ponente de opinión de la Comisión de Asuntos Jurídicos y Mercado Interior. – (DE) Señor Presidente, Señorías, el mercado del crédito hipotecario sigue dividido de acuerdo con las fronteras nacionales. ¿Por qué? ¿Se debe a las dificultades que impone el idioma, a las diferentes culturas financieras, al marco jurídico o al hecho de que la gente confía en aquellos prestamistas que les resultan familiares y que están a la vuelta de la esquina? Lo que propone hacer la Comisión es estudiar la posibilidad de armonizar el marco jurídico con vistas a aumentar el volumen de préstamos transfronterizos.
Se trata de una investigación digna de contar con nuestra aceptación. También resulta aceptable la declaración incluida en el Libro Verde en la que se considera que sigue siendo preciso llevar a cabo estudios más exhaustivos antes de poder hacer propuestas de reglamentos, así como el hincapié que hace el propio Libro Verde en la dificultad del asunto en cuestión.
Las diferencias jurídicas entre los Estados miembros no se encuentran en un solo ámbito, si bien su presencia en el terreno del derecho hipotecario es clara, sino que, tal y como han señalado el Comisario McCreevy y el señor Medina Ortega, afectan a numerosos aspectos del derecho, entre ellos al registro de propiedades, las prácticas notariales, la legislación relativa a las subastas forzosas, el derecho contractual y la protección de los consumidores, cuestiones que están todas interrelacionadas. En algunas de estas áreas, la Unión Europea no tiene competencias para promulgar normativas, y la armonización central de una de ellas podría tener graves consecuencias en el nivel nacional, resultando, finalmente, más perjudicial que provechosa.
Lo que cabe celebrar sin reservas es la intensificación del fomento de los sistemas de refinanciación, por lo cual doy un «sí» incondicional a la investigación y el análisis de esta cuestión y a los esfuerzos destinados a conseguir la integración, siempre y cuando se realicen principalmente a través de la convergencia. Si bien no quiero excluir la posibilidad de un reglamento a nivel europeo, nos mostramos bastante escépticos hacia la legislación comunitaria debido a su capacidad para destruir mercados operativos. En cualquier caso, es preciso llevar a cabo estudios más exhaustivos al respecto. Asimismo, quizás debamos afrontar el hecho de que en este punto nos hemos topado con el límite máximo de la capacidad de normalización en Europa a través de legislaciones de nivel comunitario. No creo que el papel de esta Cámara como órgano legislativo esté exento de aspectos problemáticos, puesto que, al afirmar la propia Comisión que es necesario realizar investigaciones más completas, en cierto modo debe contenerse y evitar reclamar iniciativas legislativas de manera precipitada, cosa que, en efecto, no ha hecho. Apoyo los aspectos fundamentales del informe.
Harald Ettl, en nombre del Grupo del PSE. – (DE) Señor Presidente, señor Comisario, doy las gracias al señor Purvis por el trabajo que ha realizado. El Libro Verde sobre el crédito hipotecario que publicó la Comisión en julio de 2005 desató un intenso debate acerca de si los legisladores de la Unión Europea deberían poner en marcha medidas y, de ser así, en qué ámbitos.
El intento de promulgar reglamentos aplicables en toda Europa podría toparse con diferencias muy marcadas entre los distintos sistemas jurídicos y, sobre todo, entre las culturas financieras. No obstante, la compra de un bien inmueble es la decisión más relevante en términos de gasto que tienen que tomar la mayoría de las economías domésticas, por lo que el crédito hipotecario necesario para financiar esta operación reviste una importancia enorme. Diversos estudios demuestran que los consumidores particulares –a pesar del euro y del mercado interior– siguen recurriendo a las entidades financieras de confianza, generalmente al banco en el que tienen una cuenta, y esto sin duda tiene que ver con el hecho de que, entre todos los mercados financieros, el del crédito hipotecario es el más complejo. Por lo tanto, la concesión de créditos hipotecarios se sigue realizando mayoritariamente en el ámbito nacional o incluso local.
De todo el crédito hipotecario, solo un 1 % se contrata a escala transfronteriza, sobre todo –al menos así cabe imaginar– debido a los obstáculos existentes en el plano fiscal y del mercado; una mayor integración supondría un beneficio neto aproximado del 1 % para los mercados hipotecarios europeos, una suma nada despreciable que se podría alcanzar en un plazo no superior a diez años. Por tanto, si pretendemos establecer un mercado interior en el ámbito del crédito hipotecario, tendremos que garantizar que las nuevas normas aplicables al mismo proporcionen un valor añadido apreciable para los consumidores particulares.
Uno de los aspectos más importantes desde el punto de vista del consumidor es la capacidad para comparar las distintas ofertas de crédito antes de firmar un contrato, junto con la opción de amortización anticipada de parte del préstamo y las condiciones en función de las cuales se puede acordar el establecimiento de intereses fijos o variables. Asimismo, es preciso que el cálculo de los costes asociados sea transparente y comparable.
Las nuevas normas también deben mejorar la situación de aquellos prestatarios con calificaciones de solvencia insuficientes o incompletas, sobre todo con vistas a permitirles la firma de una hipoteca. Entre las personas de esta categoría, se incluyen los trabajadores con contratos a corto plazo y los jóvenes en particular, un grupo de prestatarios potenciales que no debe quedar excluido del mercado hipotecario. La experiencia ha demostrado que no se ha respetado el código de conducta voluntario firmado por unos 3 000 prestamistas en 2003, por lo que también convendría que la Comisión revisara esta situación y tomara las medidas oportunas.
En cualquier caso, una mayor integración del mercado de crédito de la Unión Europea sería beneficiosa no solo para los consumidores, sino también para la economía.
Margarita Starkevičiūtė, en nombre del Grupo ALDE. – (LT) Quiero dar las gracias al ponente por este informe tan bien elaborado y resaltar la importancia del debate iniciado en relación con la creación de un mercado hipotecario europeo común. En el sector hipotecario surgen constantemente nuevas necesidades debido a la rápida integración de los mercados laboral y de capitales de la Unión Europea, y al desarrollo del mercado interior. Creemos que es sumamente importante evaluar como es debido estos nuevos retos.
En primer lugar, es preciso reducir los costes relativos al aumento de capital mediante la creación de un mercado común para la financiación hipotecaria y la oferta de productos de inversión seguros y atractivos. En segundo lugar, es necesario establecer condiciones favorables para la transición entre los mercados hipotecarios de países diferentes con vistas a incrementar la movilidad de la población activa. En tercer lugar, hay que organizar de manera apropiada la red de servicios de consultoría de corretaje a fin de ofrecer a la población mejores opciones y un acceso más fácil a productos hipotecarios más flexibles y modernos. En cuarto lugar, es muy importante aumentar la transparencia del mercado, así como la competitividad, a través de la unificación de los procedimientos de pago de los diferentes productos hipotecarios y la especificación de todos los costes relativos a la adquisición de dichos productos.
La compra de una vivienda es una de las inversiones más importantes y significativas de nuestra vida; por lo tanto, hay que valorar y estudiar con detenimiento el impacto de todas las propuestas. En la actualidad, las operaciones de crédito hipotecario se efectúan sobre todo en los mercados nacionales y de forma muy fragmentada. El desarrollo de un mercado hipotecario único se considera una oportunidad para que los bancos ofrezcan sus productos hipotecarios a través de sus sucursales en otros países de la Unión Europea. Por consiguiente, la creación de un nuevo mercado hipotecario representará un reto enorme y difícil para todos nosotros.
Marek Aleksander Czarnecki (NI). – (PL) Señor Presidente, en estos momentos resulta difícil hablar de un mercado financiero europeo común. La fragmentación del mercado financiero es muy grande, lo que provoca problemas de tipo jurídico, fiscal y reglamentario. La mayoría de las hipotecas del mercado se financian con los ahorros de los pequeños ahorradores. Menos del 40 % de las hipotecas las financian los mercados de capitales, cuya participación, aunque crece poco a poco, es insignificante.
En Suecia y Alemania existen mercados bastante extensos de cédulas hipotecarias. En Dinamarca, por ejemplo, las entidades de crédito hipotecario emiten cédulas contra todo el valor de los préstamos hipotecarios. Aunque hay varios países de la Unión Europea donde los mercados de títulos hipotecarios son fuertes, hay otros en los que ni siquiera existen.
Durante los últimos diez años, aproximadamente, este mercado también ha experimentado un gran empuje en Polonia, lo cual ha influido notablemente en el crecimiento económico. Visto el fuerte impacto de este fenómeno en los mercados de nuestros países, apoyo el establecimiento de un marco jurídico que permita la realización eficaz de las operaciones de cartera.
Charlie McCreevy, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, el proceso de consulta iniciado con el Libro Verde está a punto de concluir. La creación de oportunidades transfronterizas para los prestamistas y los prestatarios plantea cuestiones políticas importantes, pero también muy complejas. No hay soluciones rápidas ni sencillas.
Durante las próximas semanas debatiré con mis servicios las posibles opciones para seguir avanzando. El informe equilibrado del Parlamento contribuye de forma significativa a ello. Doy las gracias al señor Purvis y al señor Medina Ortega.