Giusto Catania (GUE/NGL), ponente. – (IT) Señor Presidente, Señorías, para empezar doy las gracias a los ponentes alternativos por este informe, en particular, a la señora Mastenbroek y al señor Kudrycka, quienes han contribuido en la redacción del proyecto definitivo.
La corrupción constituye un grave problema para la gestión transparente de los asuntos públicos: disminuye la credibilidad, aumenta la desconfianza en las instituciones democráticas y pone en peligro los derechos humanos y el Estado de Derecho, facilitando así la expansión de la delincuencia organizada. La corrupción es un problema antiquísimo sobre el que existen numerosas referencias literarias: Cicerón ya mencionaba este fenómeno en sus escritos del año 70 a. C. Por desgracia, el cáncer de la corrupción también ha afectado al funcionamiento de las instituciones comunitarias. Resulta preocupante que el Tribunal de Cuentas de la Unión Europea se niegue a aprobar el presupuesto comunitario debido a las dudas existentes en torno al uso apropiado de los fondos. Asimismo, resulta igualmente vergonzoso que el sistema judicial belga haya iniciado un procedimiento judicial contra los empleados de la Comisión en relación con supuestos sobornos para la adquisición de fondos asignados al desastre nuclear de Chernóbil.
Del mismo modo, el problema de la corrupción está presente en el uso de los fondos estructurales, ya que a menudo estos se suelen gestionar para el beneficio particular o, como sucede en mi región, se falsifican las clasificaciones, hasta el punto de que la Comisión Europea ha tenido que imponer multas de 75 millones de euros. Por este motivo, creo que los problemas de corrupción resultan al mismo tiempo delicados y peligrosos. La lucha contra la corrupción debe convertirse en una prioridad de la Unión Europea y, en nuestra opinión, es preciso que esta Convención la firmen todos sus Estados miembros. Por otra parte, instamos a la Comisión y al Consejo a que tomen las medidas oportunas de forma que, además de suscribir esta Convención, también se firme la Convención de las Naciones Unidas contra el Crimen Organizado Internacional. Considero que se trata de una aportación significativa a la lucha contra la delincuencia organizada, cuya presencia, lamentablemente, sigue aumentado en la Unión Europea.