El Presidente. – De conformidad con el orden del día, se procede al debate de la pregunta oral al Consejo sobre la Iniciativa europea en el ámbito de la protección civil, formulada por el señor Florenz, en nombre de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, el señor Galeote, en nombre de la Comisión de Desarrollo Regional, y el señor Daul, en nombre de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural (O-0115/2006) (B6-0442/2006).
Antonios Trakatellis (PPE-DE), autor. – (EL) Señor Presidente, señora Presidenta en ejercicio del Consejo, señora Vicepresidenta de la Comisión Europea, la experiencia adquirida durante los últimos años a causa de enfrentarnos a catástrofes naturales y provocadas por el hombre ha revelado la existencia de deficiencias en la capacidad de intervención nacional y, por consiguiente, se ha producido un incremento en las expectativas de ayuda comunitaria, una ayuda que deberá contar con los atributos de una intervención eficaz en el ámbito de la prevención y la respuesta rápida. Desde este punto de vista, es necesario un sistema de alerta y respuesta tempranas, basado en los siguientes cuatro componentes: identificación y evaluación de los riesgos, seguimiento constante de los riesgos, un mecanismo de alerta y comunicación y, por último, preparación, es decir, la habilidad de responder y ayudar.
Permítanme hacer breve alusión a determinados parámetros de especial importancia que caracterizan a un mecanismo tan eficaz de protección civil, como se ha mencionado en el excepcional informe Barnier aprobado en el Pleno, así como en el informe que presenté al pleno euromediterráneo.
Necesitamos un sistema de observación, unidades de intervención de los Estados participantes, directrices de respuesta y la información relevante para los ciudadanos, buenas prácticas para enfrentarnos a las situaciones y asistencia consular mutua para determinar puntos de contacto entre Estados miembros.
Huelga decir que, sin la financiación necesaria ni la participación esencial de los Estados miembros, la totalidad del esfuerzo permanecerá en suspenso. Por lo tanto la cuestión, señora Presidenta en ejercicio, es si el Consejo tiene la voluntad de responder a este ruego y, por supuesto, de garantizar la cooperación necesaria de los Estados miembros.
Considero que, en las decisiones relevantes, en última instancia se impondrá la necesidad de responder a las peticiones y expectativas de los ciudadanos, dictadas sobre todo por el incremento de las catástrofes naturales, así como su frecuencia e intensidad, que resultan en una pérdida de vidas, así como en perjuicios financieros y ambientales.
Además, debemos tener en cuenta en todo momento que la promoción de la cooperación entre los Estados miembros en el ámbito de la protección civil consolidará de forma gradual una conciencia europea en los ciudadanos y será un ejemplo visible de la solidaridad que debe distinguir a la Unión Europea.
Gerardo Galeote (PPE-DE), autor. – (ES) Señor Presidente, durante los últimos años y sin entrar en motivos de fondo, diversos países vienen sufriendo catástrofes naturales graves. Especialmente en los meses de verano, sufrimos incendios, inundaciones y los efectos de una sequía particularmente severa.
Es frecuente observar que las regiones afectadas de los Estados miembros, incluso de los más desarrollados, carecen de medios suficientes para hacer frente por sí solas a esos fenómenos.
Y, sin embargo, parece, a veces, que somos más diligentes al prestar nuestra solidaridad cuando el daño se produce a miles de kilómetros de distancia que en un país miembro.
A pesar de todo, el Consejo parece instalado en una actitud pasiva. Algunos dirán que no se quiere gastar más, pero no es una cuestión financiera, y un ejemplo de ello es que ustedes, señores del Consejo, tienen parada la reforma del Fondo Europeo de Solidaridad, que no supone ni un euro adicional al presupuesto comunitario.
En ocasiones, nos quedamos sin argumentos. El Pleno aprobó el envío de una delegación a las regiones más afectadas a comienzos de septiembre y todavía, señor Presidente, la Mesa del Parlamento está enfrascada en cuestiones reglamentarias para dar el visto bueno a esa delegación.
Pero no nos vamos a desanimar, porque nadie entiende que no se pongan medios en favor de un esfuerzo común que nos haga más eficaces para ayudar a la gente. Y eso en el pleno respeto del principio de subsidiariedad. No se pretende arañar soberanía de ningún Estado miembro.
Hay un informe, encargado a Michel Barnier, sobre la mesa del Consejo, que es una buena mesa de trabajo. Quisiera saber si el Consejo pretende dar seguimiento a ese dossier. El Parlamento Europeo, sin duda, lo acompañará con entusiasmo y los europeos se lo agradecerán.
Markus Pieper (PPE-DE), autor. – (DE) Señor Presidente, señora Presidenta en ejercicio del Consejo, ninguna región puede sobrellevar sin ayuda las catástrofes naturales, ya se trate de incendios forestales, terremotos o inundaciones. Luchar contra ellas y, además, hacer frente a sus repercusiones va más allá de las capacidades de las autoridades regionales, de forma que las regiones afectadas dependen de la solidaridad, principalmente de la ayuda de las regiones vecinas y del apoyo recibido a escala nacional, nivel en el que recae la responsabilidad en el ámbito de la protección civil y la prevención de catástrofes.
Quisiera dejar claro que no tenemos necesidad alguna de nuevos poderes a escala europea, algo que duplicaría las estructuras y sería un derroche de dinero en el aparato administrativo. También considero un tanto problemática la idea de emplear dinero europeo de los fondos estructurales o incluso dinero destinado al desarrollo rural. La política europea para las zonas rurales tiene la mirada puesta en el futuro; apoya a los Estados nacionales en sus estrategias regionales de inversión para hacer frente a la competencia internacional. Ahora algunos solicitan que estos valiosos recursos se destinen a la prevención de incendios forestales y la indemnización de sus víctimas y, también en este sentido, debo decir que no parece muy sensato destinar el dinero de los contribuyentes europeos a financiar por ejemplo cortafuegos.
Como todos sabemos, el Fondo Europeo de Solidaridad está ahí para hacer frente a catástrofes realmente graves, precisamente para aquellas situaciones en que los países son incapaces de sobrellevar a solas las catástrofes naturales; sin embargo, deseo pedir que este fondo sea más flexible en el uso del dinero. También solicito normas con mayor poder vinculante respecto a la coordinación internacional de las intervenciones en momentos de crisis, en principio de forma bilateral entre los Estados afectados y, en casos excepcionales, también a escala europea; no obstante, ruego que no se creen nuevas superestructuras europeas en el campo de la protección civil ni se derrochen más recursos europeos valiosos en tareas que, en realidad, son competencia de los Estados nacionales.
Paula Lehtomäki, Presidenta en ejercicio del Consejo. (FI) Señor Presidente, Señorías, al plantear su respuesta, el Consejo se ha basado en el supuesto de que sus Señorías desean saber cómo se van a desarrollar los servicios de protección civil de la Unión y cómo el Consejo los va a llevar adelante. En el debate, sus discursos de introducción han confirmado que nuestra suposición era correcta y que, en efecto, es lo que les importa.
El objetivo principal de la labor del Consejo es establecer una mejor coordinación para garantizar que las intervenciones de ayuda funcionen de forma más eficaz. El Consejo se basará en ello en el caso de las estructuras vigentes, tales como el seguimiento de protección civil y el centro de información que opera en asociación con la Comisión y la Secretaría General del Consejo de la Unión Europea.
El segundo objetivo de la labor del Consejo consiste en facilitar ayuda rápidamente allí donde sea necesario. La principal responsabilidad de proporcionar ayuda en caso de emergencia recae en los mismos Estados miembros. En referencia a una propuesta de la Comisión con el fin de establecer un instrumento financiero para los servicios de emergencia y las intervenciones de ayuda rápida, el Consejo está examinando si, con determinadas condiciones en vigor, sería posible usar una proporción de los créditos presupuestarios asignados a las operaciones de protección civil de la UE para el alquiler de transporte y equipamientos. Todo esto demuestra que el Consejo considera de suma importancia el fortalecimiento de la preparación de la Unión Europea en el ámbito de la protección civil.
Konstantinos Hatzidakis, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (EL) Señor Presidente, el hecho de que esta sea la tercera vez en los últimos meses en que discutimos este tema demuestra la mejora de la sensibilidad del Parlamento Europeo.
En otras ocasiones he destacado que es una paradoja que contemos con una política común para los agricultores, el medio ambiente y el desarrollo regional, pero ninguna para las catástrofes naturales que afectan a los agricultores, al desarrollo regional y al medio ambiente. Es una paradoja hasta la fecha en el funcionamiento de la Unión Europea.
Además, considero que la indiferencia hacia estos temas también refuerza el euroescepticismo. La imagen de la Unión Europea sería mucho más positiva si existiera un mecanismo europeo y si la Unión Europea mostrara su presencia tras cualquier catástrofe natural ante los problemas a los que en ese momento se enfrentan los ciudadanos. Debemos comprenderlo. Considero que no es necesario reflexionar largamente para estar de acuerdo con esta percepción. No deseamos una sustitución de los Estados miembros. Obviamente, los Estados miembros también continuarán estando presentes, pero lo que deseamos es que exista coordinación.
Señora Ministra, fue el Consejo quien pidió al señor Barnier, un distinguido europeo y eficaz Comisario, que le presentara una propuesta, no la solicitamos nosotros. Usted tomó nota de la propuesta del Consejo en junio y, desde entonces, no ha experimentado desarrollo alguno. Debe aclararnos algo. Sé que usted no representa simplemente a su país aquí, sino a 25 países, que realmente deben coordinarse entre ellos. Ha pasado un mes tras otro. ¿Debemos esperar de nuevo a que ocurran catástrofes como las del 2002 en Alemania para empezar a hacer algo? En aquella época, las catástrofes fueron la razón por la que creamos el Fondo de Solidaridad. No podemos continuar de esta forma. Debe expresarse de forma más clara en algún momento, y tiene tiempo hasta diciembre para plantear la cuestión y seguir el informe Barnier. Se lo deben a ustedes mismos, porque ustedes le pidieron que redactara el informe, pero sobre todo se lo deben a los ciudadanos de Europa.
Edite Estrela, en nombre del Grupo del PSE. – (PT) Señora Presidenta en ejercicio del Consejo, señora Comisaria, a medida que pasa el tiempo, cambian las necesidades. El clima ya no es igual que hace unas docenas de años. A lo largo del año, días extremadamente secos se alternan con días de lluvias torrenciales.
«El cambio climático no es ficción científica», ha dicho hoy Kofi Annan en la inauguración de la Conferencia sobre Cambio Climático de Nairobi. Los expertos en seguros han predicho que las catástrofes naturales generarán 2 300 millones de euros en concepto de perjuicios en 2040.
El cambio climático se encuentra en la raíz de las catástrofes naturales de todo el mundo, que han dejado una estela de destrucción y muerte a su paso. El calentamiento global es uno de los principales problemas de nuestra época. Es necesario concienciar a los ciudadanos y alentarlos a que participen en la prevención de estos desastres, aunque la responsabilidad de la gestión de la respuesta a las catástrofes naturales recae principalmente en el país afectado, a la vez que la Unión desempeña un papel de apoyo.
Debe reforzarse el mecanismo de protección civil comunitario con mayores recursos y poderes más amplios. Eso es precisamente lo que usted ha dicho, señora Lehtomäki, pero ¿qué forma va a tomar exactamente este proceso de refuerzo? ¿Qué piensa hacer el Consejo para mejorar el mecanismo de protección civil europeo? ¿Apoya el Consejo la idea de crear un Centro de Coordinación Estratégica europeo responsable de reunir y diseminar información sobre emergencias y de poner a disposición recursos de reacción rápida para combatir los distintos tipos de catástrofes? ¿Qué pretende hacer el Consejo con el informe Barnier, como se ha mencionado anteriormente?
He aquí las cuestiones sobre las que nos gustaría recibir respuestas.
Jean Marie Beaupuy, en nombre del Grupo ALDE. – (FR) Señor Presidente, Señorías, si hay un ámbito en el que todos los ciudadanos europeos esperan respuestas efectivas de la Comunidad, es el de las grandes catástrofes naturales.
Todo el mundo ha podido constatar con ocasión de las grandes catástrofes, como el tsunami, que se produce una reacción rápida, no solo por parte de los Estados y las ONG, sino también por parte de nuestros conciudadanos, que con sus donaciones de dinero, ropa y tiempo fueron capaces de aunar fuerzas y pasar a la acción. Ahora bien, hemos constatado también, en cada una de esas catástrofes, que lo que falta es una buena organización. Nos encontramos en efecto ante una organización insuficiente.
Por esta razón apoyo, junto con mi Grupo, la adopción de medidas preventivas y el establecimiento de una capacidad para responder con gran celeridad a las consecuencias de las tragedias que ocurran. En este sentido, quiero resaltar la calidad del informe Barnier, que plantea bien el problema y propone soluciones que no solo son constructivas –como ya han destacado mis colegas– desde el punto de vista de la eficacia, sino también del de la subsidiariedad. En este punto quisiera subrayar el interés de este informe. Aunque nadie discute que corresponde a los distintos cuerpos militares, a los bomberos y a otros agentes de diversos tipos ejercer plenamente sus responsabilidades, conviene reconocer que solo la Unión Europea puede asegurar una prevención y una respuesta coordinadas.
Por último, quisiera destacar que la Unión Europea ha tenido ocasión así de demostrar a escala planetaria que la palabra «solidaridad» no es una palabra vacía, sino que puede traducirse en la «acción práctica». Si cuando ocurran catástrofes similares a las del pasado –y por desgracia existe el peligro de que ocurran en 2007–, la Unión Europea tiene una presencia sobre el terreno para dar una respuesta al sufrimiento humano y mitigar los desastres materiales, técnicos y ecológicos, aparecerá a los ojos del mundo como una empresa más unida y mucho más concreta. También por esta razón, es importante que la Presidencia logre llevar a cabo efectivamente esta operación desde comienzos de 2007.
Derek Roland Clark, en nombre del Grupo IND/DEM. – (EN) Hay, en realidad, dos aspectos. Por un lado están las catástrofes –naturales y provocadas por el hombre– y por otro están los atentados terroristas.
Permítanme que hable desde la perspectiva del Reino Unido, donde he experimentado ambas cosas en el último año. El pasado mes de diciembre, en un tanque de almacenamiento de aceite cercano a Londres, se produjo el mayor incendio ocurrido en Europa en tiempos de paz. En julio se cometió un grave atentado en el centro de Londres, estallando bombas en tres vagones de metro bajo tierra y un autobús en la calle.
En ambos casos, supimos hacer frente a la situación. Y es algo más que solo una cuestión de subsidiariedad. Nosotros no queremos hacernos dependientes, ni nadie debe querer serlo.
Así pues, quiero hacer una pregunta. ¿Qué quiere decir con «Consulados europeos»? ¿Se van a imponer a los sistemas nacionales y van a estar por encima o por debajo de ellos?
Otra pregunta: ¿Qué va a hacer la Fuerza Europea de Defensa Civil que se menciona en el informe Barnier? ¿Se trata de una unidad armada? Sí lo es, ¿bajo qué mando? ¿Con base en dónde? ¿Podrá desplegarse sin que lo solicite o autorice el Gobierno nacional?
Por último, la Constitución incluía una política europea sobre la prevención de catástrofes naturales y sobre protección social. Una pregunta más: ¿es esto un intento de introducir partes de la Constitución muerta en nuevos textos legislativos?
Paula Lehtomäki, Presidenta en ejercicio del Consejo. (FI) Señor Presidente, Señorías, en este debate ha quedado muy claro que el Consejo, el Parlamento y sin duda también la Comisión comparten exactamente los mismos objetivos. En primer lugar, debemos ser capaces de establecer mecanismos eficaces para la coordinación en el ámbito de la protección civil. El otro objetivo que compartimos es que debería prestarse asistencia allí donde sea necesaria de forma eficaz. Vale la pena tener en cuenta que será necesaria una gran cooperación para alcanzar estas metas compartidas. No necesitamos forzosa o automáticamente nuevas estructuras, y no debemos imaginar que algo funcionará bien por el mero hecho de crear una nueva estructura. Por lo tanto, la cooperación es primordial, y se trata de una palabra clave en este caso.
Además, cuando hablamos de determinadas catástrofes naturales, debemos recordar, sobre todo cuando ocurren fuera de la Unión Europea, que sobre el terreno existen gran cantidad de otros actores distintos a la Unión. En tales situaciones, la Unión debe formar parte de una operación más amplia coordinada a escala internacional. La necesidad de coordinación sobre el terreno se hizo patente en el caso de la catástrofe del tsunami, cuando aparecieron docenas, incluso cientos de actores sobre el terreno.
Ahora los Estados miembros están considerando y digiriendo las propuestas del señor Barnier. Son muy ambiciosas, y ahora mismo el trabajo del Consejo se centra en la conclusión de las decisiones sobre el instrumento financiero, que deben desembocar en un instrumento común de protección civil. No obstante, también se están continuando los trabajos relativos a las propuestas del señor Barnier, y se le ha invitado a presentar sus ideas el 5 de diciembre en el Consejo de Justicia y Asuntos de Interior.
El Presidente. – El debate queda cerrado.
Declaraciones por escrito (artículo 142 del Reglamento)
Sebastiano (Nello) Musumeci (UEN). – (IT) Esta enésima y oportuna cuestión sobre la delicada cuestión de la capacidad de protección civil de la UE centra su atención en uno de los aspectos más enrevesados y controvertidos a los que han tenido que enfrentarse los Estados miembros.
Como he dicho antes –me he dirigido a la Comisión en varias ocasiones y expresado mis opiniones en esta Cámara– dado que el ámbito de la protección civil es competencia de los Estados miembros individuales, inevitablemente se topa con distintas leyes, tipos de formación profesional y prácticas. Por este motivo, durante algún tiempo he apoyado la idea del desarrollo de capacidades y el refuerzo de la coordinación de las fuerzas de intervención nacional, con el objetivo de homogeneizar en mayor grado las distintas legislaciones nacionales. Desde mi punto de vista, dicha acción debe delegarse a una Agencia Europea de Protección Civil especial, que siga el modelo de la Federal Emergency Management Agency estadounidense.
La experiencia reciente nos ha enseñado que, si se mira más allá de la buena voluntad demostrada, por ejemplo, cuando el terrible tsunami azotó parte del Océano Índico en 2004, la gestión de emergencia de la Unión Europea es, siento decirlo, totalmente insuficiente.
Margie Sudre (PPE-DE). – (FR) La estrategia desarrollada en el excelente informe Barnier para optimizar los muy importantes esfuerzos realizados por los europeos en materia de ayuda de emergencia podría completar el mecanismo comunitario de protección civil instituido en 2001, independientemente de que la crisis sea interna o externa a la UE.
Apruebo en particular la propuesta encaminada a basar esa fuerza en las siete regiones ultraperiféricas de la Unión, gracias a las cuales Europa está humana y territorialmente presente junto a las costas africanas –Canarias, Madeira–, en el Océano Índico –Reunión–, cerca del continente americano –Guyana, Martinica, Guadalupe, Azores–, por no hablar de los territorios de ultramar en el Pacífico –la Polinesia francesa, Nueva Caledonia.
Tenemos que seguir el ejemplo de la Cruz Roja francesa, que ha creado equipos de respuesta a las emergencias humanitarias en ultramar, capaces de acudir a la zona en menos de 24 horas y de levantar hospitales de socorro y de suministrar tiendas, medicamentos, abastecimiento de agua, telecomunicaciones y apoyo logístico.
Para materializar la «Europa de los proyectos», la Unión Europea debe tomar iniciativas apoyadas por una voluntad política clara, comprensible y enérgica.
Una protección civil europea reforzada llevaría consigo una dimensión federativa que permitiría una importante identificación de la acción de Europa y representaría una fuente de orgullo para nuestros conciudadanos, conforme al principio de solidaridad que nuestra Comunidad tanto aprecia.