El Presidente. De conformidad con el orden del día, se procede al debate del informe del señor McMillan-Scott, en nombre de la Comisión de Asuntos Exteriores, sobre la propuesta de Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo por el que se establece un instrumento financiero para la promoción de la democracia y los derechos humanos a escala mundial (Instrumento Europeo para la Democracia y los Derechos Humanos) (COM(2006)0354 C6-0206/2006 2006/0116(COD)) (A6-0376/2006).
Paula Lehtomäki, Presidenta en ejercicio del Consejo. (FI) Señor Presidente, Señorías, la Presidencia finlandesa está a punto a tomar las últimas decisiones con respecto a los futuros instrumentos financieros de la Unión Europea. En una excelente muestra de solidaridad, hemos logrado resolver la cuestión y hemos adoptado la mayoría de los reglamentos sobre los nuevos instrumentos financieros. Aunque ha habido no pocas dificultades, también se ha observado una gran voluntad política por parte del Parlamento Europeo, los Estados miembros y la Comisión de llegar a un acuerdo sobre las cuestiones relevantes.
Todavía queda un reto por delante, que es la adopción de la normativa por la que se establece un Instrumento Europeo para la Promoción de la Democracia y los Derechos Humanos (IEDDH). Se trata de una cuestión importante, tanto para el Parlamento como para los Estados miembros, porque se refiere a la promoción de valores fundamentales, tal como están consagrados en el Tratado sobre la Unión Europea. El Parlamento y sus diputados y diputadas tienen un profundo conocimiento de la democracia y las cuestiones de derechos humanos, lo cual ha sido de gran ayuda para alcanzar un buen resultado.
La normativa sobre un nuevo instrumento de derechos humanos que se aplicará a escala mundial se ha elaborado dentro de un plazo muy ajustado. Al igual que el Parlamento, los Estados miembros también han presentado numerosas propuestas con respecto a su contenido. Es muy buena señal que se haya logrado un acuerdo sobre casi todas las cuestiones en estas negociaciones. El Consejo, por su parte, ha aprobado por unanimidad el texto de compromiso que servirá de mandato para que la Presidencia mantenga conversaciones con el Parlamento con vistas a encontrar una solución.
La Presidencia se propone adoptar el instrumento en primera lectura. Los motivos estarán claros para todos. El IEDDH actual expira dentro de unas semanas, a finales de año. No queremos ninguna interrupción importante del apoyo de la Unión Europea a la democracia y los derechos humanos. Es nuestro deber tomar una decisión rápida, no solo por la importancia que tienen los derechos humanos y la democracia como valores para nosotros, los europeos, sino también por las esperanzas y expectativas que nos hacen llegar los defensores de los derechos humanos y la democracia en otros países.
Los instrumentos se han redactado de tal manera que forman un conjunto lo más viable posible. La democracia y los derechos humanos también se aplican mediante otros instrumentos, y el IEDDH servirá de complemento de este conjunto en ámbitos especiales. También por este motivo, es muy conveniente que la adopción del instrumento se produzca antes de que comience el nuevo período de financiación.
La Presidencia del Consejo pide encarecidamente al Parlamento que tome una decisión antes de que finalice el año. El paquete adoptado por el Consejo incluye un número considerable de enmiendas al texto del reglamento presentado por el Parlamento con respecto a ámbitos de apoyo prioritarios y a la posición del propio Parlamento en relación con la implementación del reglamento. Una característica significativa de la nueva normativa es el reconocimiento de la importancia del trabajo a favor de la democracia y, en este marco, la mayor insistencia en la labor de los Parlamentos y los parlamentarios. La base esencial de nuestro trabajo en terceros países es que nos apoyamos en los convenios internacionales de derechos humanos y los derechos y obligaciones consagrados en los mismos.
Con la propuesta de reglamento se amplían las posibilidades de que los actores pueden acogerse a la ayuda de la Unión. Es bueno que podamos reconocer la diversidad de los derechos humanos y la democracia y que hagamos un uso flexible de distintos recursos en situaciones diferentes. Asimismo parece que los recursos financieros del instrumento también aumentarán ligeramente con respecto al período de financiación que ahora toca a su fin, así que la inclusión de nuevos actores no merma necesariamente las posiciones de los demás.
La idea principal subyacente a la creación del instrumento ha sido que permitirá apoyar el trabajo de los interlocutores de la sociedad civil en particular y prestar apoyo en situaciones en las que tenga lugar sin el consentimiento concreto del Gobierno del país afectado. Es importante que se mantenga este enfoque y que no se añadan demasiadas formas de apoyo para otros actores en el marco del reglamento.
Los criterios que hay que cumplir para acogerse a la ayuda, en la propuesta de compromiso del Consejo, se han ampliado de acuerdo con las sugerencias del Parlamento Europeo para incluir fundaciones parlamentarias y políticas. Además, el proyecto de reglamento también permitirá la elegibilidad de otros interlocutores en circunstancias especiales. En mi opinión, se trata de una solución factible y bien planteada que tiene en cuenta las esperanzas y objeciones de varios actores de la UE.
El Parlamento ha querido subrayar la condición especial de que la ayuda concedida al amparo del instrumento, principalmente pensada para los actores de la sociedad civil tal cual, pueda concederse sin el consentimiento del Gobierno de un tercer país. Desde el principio ha existido un consenso general sobre este principio entre el Consejo y el Parlamento. Creo que también hemos logrado encontrar un modo de citar este principio de manera más clara y precisa, dadas las obligaciones que nos impone el Tratado sobre la Unión Europea y los acuerdos y convenciones internacionales. La Presidencia está dispuesta a proponer la inclusión del principio en el primer texto introductorio, si existe acuerdo sobre el contenido del reglamento en su conjunto en primera lectura.
El Parlamento también ha llamado la atención sobre la importancia de mencionar en el texto del reglamento los derechos de los inmigrantes, solicitantes de asilo y refugiados en un país dado. El texto se basará en convenciones internacionales de derechos humanos. Por lo tanto, se podría plantear ya la incorporación de este ámbito propuesto. No obstante, la Presidencia está dispuesta a considerar también esta incorporación si el reglamento puede adoptarse en su totalidad en primera lectura.
Por lo tanto, el Consejo, por su parte, está dispuesto a demostrar una mayor flexibilidad con el fin de encontrar una solución antes de fin de año. La flexibilidad de todas las partes es un requisito a este respecto.
En el informe de la comisión del Parlamento Europeo se propone incluir a los grupos políticos en la lista de los receptores de apoyo. Es probable que esto incluya, entre otras cosas, a los partidos políticos; es decir, habría apoyo financiero al trabajo de partidos que también operan en terceros países. Sin duda, los partidos democráticos desempeñan un papel importante en el refuerzo de la democracia y los derechos humanos en todo el mundo. Es muy importante que los criterios de concesión del apoyo en el marco de este instrumento de derechos humanos queden claros y estén basados en principios de derechos humanos acordados internacionalmente. Ni por asomo habrá suficientes recursos disponibles al amparo de este instrumento para prestar un apoyo general a todos los partidos sobre la base de los mismos criterios, como el que existe en muchos países de Europa. La selección de partidos concretos como beneficiarios sería una tarea muy ardua desde el punto de vista del establecimiento de criterios claros. La elección tendría que hacerse de modo que no se causara la impresión de que las opiniones de partido están ocupando el lugar de los criterios de democracia y derechos humanos a la hora de asignar la ayuda. También queda claro que un incremento del número de beneficiarios en este ámbito podría implicar la merma de la ayuda concedida a otros. Sobre todo hemos intentando encaminar el apoyo hacia las ONG que trabajan en particular a favor de la democracia y los derechos humanos.
La propuesta de compromiso de la Presidencia tiene en cuenta las sugerencias del Parlamento para añadir fundaciones independientes de partidos y Parlamentos nacionales, regionales e internacionales al grupo de beneficiarios. El apartado 2 del artículo 9 del reglamento también permite prestar apoyo en casos especiales a grupos no mencionados en dicho artículo. El texto coincide en gran medida con las expectativas del Parlamento y es flexible, porque permite resolver los problemas durante el período de financiación. Por todas estas razones, la inclusión de grupos políticos en el texto de la normativa no cuenta con la aprobación del Consejo.
Puede que esta cuestión merme las posibilidades de que se apruebe la totalidad de la normativa en primera lectura, y eso daría lugar a su vez a una situación en la que temporalmente no habría un fundamento jurídico para la acción de la UE en materia de democracia y derechos humanos. Congelar toda la ayuda de la Unión Europea en defensa de los derechos humanos y la democracia para resolver esta cuestión sería una medida muy drástica. El Consejo ha dado grandes pasos para acercar posiciones con el Parlamento. Para llegar a una solución, es muy importante incorporar y mantener el apoyo de los Estados miembros en este paquete reglamentario.
Espero que el Parlamento muestre flexibilidad para que juntos podamos lograr nuestro objetivo principal. Nuestro objetivo principal es que el año que viene la Unión Europea pueda continuar ayudando a la acción por la democracia y los derechos humanos gracias al nuevo instrumento. Para garantizar la continuidad de este apoyo, es vital que se tome una decisión sobre la propuesta de normativa, y cuanto antes mejor.
Benita Ferrero-Waldner, miembro de la Comisión. (DE) Señor Presidente, Señorías, quiero ser breve para que este debate pueda concluir. Este instrumento de financiación es, sin duda, un hito muy importante en esta completa reforma del sistema comunitario de ayuda en el extranjero, y me complace enormemente ver que han logrado ustedes presentar, en un período de tiempo relativamente corto, un proyecto común de reglamento sobre derechos humanos y democracia. En mi opinión, este instrumento expresa de manera ejemplar el compromiso incondicional de la Unión Europea con la democracia y los derechos humanos como factores fundamentales en las relaciones exteriores.
Puesto que para la Comisión esta Cámara es el socio más importante, defendemos sin reservas nuestra declaración sobre la fiscalización democrática y la coherencia de las acciones exteriores y mantendremos un diálogo regular con su institución. En situaciones en las que los derechos humanos y la democracia están especialmente amenazados y que exigen respuestas rápidas por parte de la Comunidad, propongo que se convoquen conversaciones con poca antelación con un grupo reducido de diputados al Parlamento Europeo que representen a las comisiones relevantes de su Asamblea.
Tras la explicación de la Presidencia del Consejo hace un momento sobre el modo en que ha dirigido las largas negociaciones en este terreno, quiero decir que consideramos que la propuesta de compromiso que ha elaborado en el curso de las mismas hace justicia en general a las expectativas que despertó este nuevo instrumento de financiación, y también quisiera subrayar que sin duda refleja muchas propuestas de su Asamblea que la Comisión apoya sin reservas, puesto que no solo aborda el proceso de la reforma democrática, sino también la protección general de los derechos humanos, y acentuando más el apoyo y la protección de los defensores de los mismos sin dejar de lado a las víctimas de la tortura y del abuso. También crea una base específica para una supervisión efectiva de las elecciones –y por ello les estoy muy agradecida– sin reclamar demasiado de los fondos disponibles para este fin.
No puedo sino acoger con satisfacción este instrumento y la mayor flexibilidad y la nueva rapidez de la orientación y de las respuestas que permite. A este respecto, prestaremos especial atención a que no solo puedan acogerse individuos particulares, sino también asociaciones legalmente constituidas o no y que al amparo de la flexibilidad se utilicen todos los medios disponibles sobre la base del Reglamento presupuestario y los reglamentos de aplicación promulgados con referencia al mismo.
Puedo estar de acuerdo con las propuestas de esta Cámara a favor de un comentario más detallado en los considerandos sobre el carácter particular del apoyo, que es independiente del consentimiento de los organismos oficiales, así como de la inclusión de una referencia que indique que se considerará que el instrumento abarca los derechos de los inmigrantes, los solicitantes de asilo y las personas deportadas de una parte del país a otra.
Lamentablemente, no puedo ver, al igual que el Consejo, ninguna posibilidad de incluir a los partidos y movimientos políticos entre los beneficiarios inmediatos de la financiación concedida. Tal y como yo lo veo, la Presidencia del Consejo y el Parlamento –apoyados por nosotros en la Comisión– han llegado, tras un debate bastante largo, a un excelente compromiso al acordar que los Parlamentos nacionales puedan ser receptores de ayuda exterior. Lo considero justificado objetivamente por la inclusión, entre los objetivos del instrumento, de la creación, promoción y refuerzo de la democracia participativa, representativa y parlamentaria y los procesos de democratización asociados. Podría muy bien imaginarme también la financiación de fundaciones como una manera de superar nuestras dificultades.
Hasta ahora hemos visto que lo más importante es que en la Comisión seamos capaces de permanecer neutrales y no nos pongamos de parte de nadie por lo que respecta a la ayuda comunitaria; eso nos ha beneficiado mucho, y debemos mantenerlo en el futuro, porque es esto lo que nos ha reportado la amplia aceptación y el potencial de nuestra ayuda en terceros países, así que esto es otra cosa más de la que no debemos desviarnos.
Hélène Flautre (Verts/ALE), coponente. – (FR) Señor Presidente, Señorías, desde el mes de septiembre mi coponente y yo hemos estado negociando con el Consejo y la Comisión con ánimo de que aceptaran la posición del Parlamento sobre el instrumento de financiación europeo para la promoción de la democracia y los derechos humanos en todo el mundo. Estas negociaciones ya se han concluido y como acaba de decirse, el Consejo adoptó la semana pasada una Posición Común basada en un texto de compromiso. Este proyecto, que en gran parte habíamos formulado nosotros previamente en forma de enmiendas, satisface la mayoría de exigencias del Parlamento. Estipula que la utilización del instrumento no depende del consentimiento de los Gobiernos anfitriones. Permite la financiación de organizaciones no registradas. Incluye un mecanismo flexible para la prestación de apoyo directo a activistas de derechos humanos que se enfrentan a peligros inminentes. Este nuevo mecanismo debe reforzar en gran medida la eficacia de nuestras acciones de protección de aquellos que defienden las libertades fundamentales.
El compromiso también incluye toda una sección dedicada a la promoción de los principios democráticos, procesos electorales y democracia parlamentaria. Las fundaciones políticas, al igual que los Parlamentos nacionales –un elemento introducido por nuestro Parlamento– figuran explícitamente entre los organismos que pueden acogerse al apoyo. La parte que trata de la protección de los derechos humanos también satisface prácticamente todos los deseos del Parlamento, excepto el de que se hiciera referencia expresa a la lucha contra la impunidad y a la prevención de conflictos. Por otra parte, se han introducido los derechos de las personas con discapacidades, la responsabilidad social de las empresas, la lucha contra la violencia contra las mujeres y muchos otros objetivos.
El Parlamento también ha conseguido el establecimiento de un diálogo estructurado reforzado que lo implicará en la formulación de prioridades estratégicas. Habríamos querido incluirlo en el articulado del texto, pero el acuerdo de compromiso prevé que la participación parlamentaria se garantizará mediante un intercambio de cartas.
Por lo que respecta a las referencias explícitas a grupos políticos democráticos, como acabamos de escuchar, el Consejo considera que ese es terreno vedado. Por lo tanto, no fue posible incluir una referencia para el apoyo a estos grupos. No obstante, se introdujo un elemento de flexibilidad para permitir la financiación de otros actores en casos debidamente justificados. De este modo, los grupos políticos, aunque no mencionados de manera explícita, podrán recibir apoyo en determinadas circunstancias.
En conclusión, señor Presidente, permítame subrayar el carácter singular de este instrumento. Es el único que financia los proyectos de actores no gubernamentales sin necesidad de autorización previa de su Gobierno. También es el único instrumento que financia las misiones de observación electoral. Por este motivo, no sería útil ni responsable retrasar su adopción, y con ello la financiación de estos proyectos, con la esperanza vana de introducir una referencia explícita a grupos políticos. De hecho, aferrarnos de modo obstinado a ese propósito ya nos ha costado caro en esta fase, puesto que ha desbaratado el pacto concluido con el Consejo sobre la inclusión de los derechos de los inmigrantes y los solicitantes de asilo.
Por estas razones, Señorías, les pido que apoyen el compromiso tal y como se ha negociado con el Consejo.
Edward McMillan-Scott (PPE-DE), coponente. – (EN) Señor Presidente, en primer lugar quiero dar las gracias a la señora Flautre por su esfuerzo y el de su personal en los últimos meses por intentar llevar adelante este instrumento hasta el punto en que podamos aprobarlo a finales de este año. También me gustaría dar las gracias a la Comisión y su personal, así como al Consejo, por su trabajo.
El Consejo y la Comisión han trabajado muy arduamente para lograr algún tipo de compromiso en torno a este instrumento. He de decir que en términos generales los deseos de la presidenta de la Subcomisión de Derechos Humanos, mi coponente, han sido ampliamente satisfechos. Creo que en la cuestión de la promoción de los derechos humanos, que representan valores universales aceptados en todo el mundo, disponemos ahora de un instrumento que tiene la capacidad y la flexibilidad para funcionar efectivamente, ante todo a través de la sociedad civil, y lograr los objetivos de la Unión Europea consagrados en sus obligaciones conforme al Tratado con respecto a los derechos humanos en todo el mundo.
Existe, sin embargo, una deficiencia. Como saben sus Señorías, fui el promotor original y ponente fundador de la iniciativa europea en 1992. Su finalidad era la transformación del ex bloque soviético y buscaba principalmente el proceso democrático. En el mundo de hoy nos enfrentamos a desafíos diferentes. He pasado algún tiempo este año visitando países que son «entornos complejos», para emplear la terminología de las Naciones Unidas: China, Cuba y Rusia. Estos son los desafíos de hoy.
Mi pregunta al Consejo y la Comisión, y puesto que el Consejo ha decidido negociar en público, es esta: ¿Por qué no podemos nosotros, como Unión Europea, aprovechar los mismos instrumentos que los Gobiernos de nuestros Estados miembros han dado a las Naciones Unidas? Veo esto como un gran rompecabezas. Durante mi reciente visita a Nueva York estuve conversando con el PNUD, que, en su manual sobre el trato con los partidos políticos dice: «pero hemos visto que la ausencia de partidos políticos fuertes, responsables y competentes que puedan representar posiciones y negociar cambios debilita el proceso democrático». Este es un Parlamento de partidos políticos. La democracia no puede existir sin fuerzas políticas que compiten. Por eso me pregunto si el Consejo ha perdido el valor. Enfrentados a los desafíos que vemos al este y al sur, ¿es realmente satisfactorio que la Unión Europea no tenga la misma capacidad de implicarse en los procesos políticos, para reformar países donde no hay democracia, que hemos dado a las Naciones Unidas?
Creo que la Unión Europea debe actuar a favor de la democracia de acuerdo con lo que proclama e incluir en el instrumento una referencia al apoyo a los grupos políticos democráticos. Esto es en algunos países la única forma de lograr el cambio.
Alessandro Battilocchio (NI), ponente de opinión de la Comisión de Desarrollo. – (IT) Señor Presidente, Señorías, quisiera agradecer a los dos ponentes su cooperación, que ha supuesto que el documento presentado a la Comisión de Asuntos Exteriores ya incorpore las peticiones de la Comisión de Desarrollo. Estas peticiones también se encuentran en el documento redactado por el Consejo, al que quiero agradecer su trabajo y la flexibilidad demostrada durante los meses de negociación. En particular, acojo con agrado la dimensión local del instrumento, de modo que permita responder a las necesidades específicas de las zonas en dificultad; la característica del instrumento que permite una acción independiente del consentimiento de los Gobiernos y las autoridades públicas; la transparencia de los procedimientos y su coherencia con otras políticas exteriores europeas; su alcance, o dicho de otro modo, la prioridad que da a la sociedad civil; el acceso incluso para actores no registrados; la protección de mujeres y niños, inmigrantes y minorías; el acceso a la información y las acciones que apoyan los procesos democráticos, aunque el proyecto final del documento no sea plenamente satisfactorio.
Quisiera hablar brevemente sobre los puntos más controvertidos: en cuanto al techo de las misiones de observación electoral, habría esperado un compromiso más enérgico que una declaración adjunta de la Comisión y el Consejo, pero espero que después de los comentarios realizados en esta Cámara, este techo se respete de manera estricta. Con respecto al diálogo estructurado, observo que el Consejo y la Comisión han demostrado poca voluntad de mejorar los procedimientos a este respecto. No obstante, es significativo que la carta de la Comisión se dirija al menos no solo al Presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores, sino también al Presidente de la Comisión de Desarrollo, de acuerdo con el fundamento jurídico del instrumento (apartado 1 del artículo 179 del Tratado) y el Reglamento del Parlamento (anexo VI).
En relación con los actores políticos, aprecio las preocupaciones del señor McMillan-Scott, y aunque mi comisión no se ha pronunciado de manera explícita sobre el tema, no tengo problema alguno en apoyar su petición, si existen posibilidades abiertas. Si no es así, consideraré con mis colegas, a la luz de los acontecimientos recientes, si es apropiado bloquear el proceso tras lograr compromisos satisfactorios, con gran esfuerzo, sobre los puntos clave, con el fin de lograr concluir un acuerdo en primera lectura y permitir el lanzamiento del instrumento en enero de 2007.
Albert Jan Maat (PPE-DE), ponente de opinión de la Comisión de Presupuestos. – (NL) Señor Presidente, quiero hacer extensiva mi más sincero agradecimiento a ambos ponentes, el señor McMillan-Scott y la señora Flautre, por el modo en que han aceptado las recomendaciones de la Comisión de Presupuestos.
Hay dos cosas que la Comisión de Presupuestos considera importantes: la rendición de cuentas y el marco financiero 2007-2013. Se han reservado 1 103 millones de euros para este instrumento, y nuestra comisión desea que esta Cámara pueda supervisar el modo en que se emplean.
En segundo lugar, los derechos del Parlamento en este ámbito deben protegerse, tanto en lo que respecta a la consulta con el mismo como a la aplicación de la política, que debe estar sujeta, según la declaración de la Comisión, a un firme control democrático. Por ello nos complace que esta propuesta no solo haya sido aceptada por los ponentes, sino también por la Comisión de Asuntos Exteriores.
También es muy importante para la Comisión de Presupuestos la disponibilidad de fondos de otros instrumentos significativos, para el desarrollo, pero también para las asociaciones con países vecinos y de preadhesión.
Si esto ocurre, si este instrumento se utiliza de este modo, estoy convencido de que cuando debatamos este programa en la Comisión de Control Presupuestario dentro de cinco años, aprobaremos la gestión en este terreno.
Teresa Riera Madurell (PSE), Ponente de opinión de la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género. – (ES) Señor Presidente, desde la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género nos congratulamos por todos los esfuerzos realizados por el Parlamento para conseguir que, en el día de hoy, este instrumento específico para la promoción de la democracia y los derechos humanos se esté debatiendo en esta Cámara.
Dentro del importante ejercicio de simplificación de los instrumentos y procedimientos en materia de acción exterior, pensamos que es muy importante contar con una herramienta cuyo principal objetivo sea apoyar a la sociedad civil, apoyar a aquellas personas que trabajan para conseguir en democracia una vida más digna para todos y todas.
En este contexto, permítanme, Señorías, que resalte el papel de las mujeres como protagonistas de la defensa de los derechos fundamentales.
Desde nuestra comisión hemos trabajado para que, a través de este instrumento, se apoyen objetivos y medidas que promuevan los derechos de las mujeres, los niños y las niñas, la igualdad de género a nivel internacional y la lucha contra la discriminación que sufren diariamente millares de mujeres.
Aprobar este Reglamento en primera lectura, para que pueda entrar en funcionamiento en el año 2007, sería para nosotros una buena noticia, si además se tiene en cuenta que el año 2007 ha sido designado oficialmente como Año Europeo de la Igualdad de Oportunidades para Todos.
Michael Gahler, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (DE) Señor Presidente, es bueno que dispongamos de este instrumento. Está muy bien que debamos desafiar la voluntad de los autócratas y dictadores y defender la causa de los derechos humanos y la democracia, y de hecho también la de las agrupaciones políticas democráticas en los países en cuestión. Imaginemos que estamos viviendo, como demócratas, en Europa Oriental antes de la caída del Muro, e imaginemos que a nuestros grupos organizados clandestinamente se les deniega la ayuda por parte de Occidente sobre la base de este mismo argumento.
Después de todo, lo único que estamos intentando hacer es dotar a la Comisión de la mayor flexibilidad posible en la práctica, y habría que animar a los funcionarios que se muestran cautelosos a la hora de conceder ayuda a los grupos políticos que no se nombran específicamente a que lo hicieran si las circunstancias reales lo hacen necesario. No se trata principalmente de financiar partidos, así que pido al Consejo que no restrinja el debate a ese aspecto.
No obstante, no podemos dejar de tomar partido en países como Belarús, porque estaríamos dando la espalda a todos los partidos políticos y terminaríamos apoyando a Lukashenko y sus acólitos.
Elena Valenciano Martínez-Orozco, en nombre del Grupo del PSE. – (ES) Señor Presidente, lo que hoy debatimos aquí es, para miles de personas que se arriesgan en la defensa de las libertades y los derechos humanos, fundamental e, incluso, vital. El Instrumento Europeo para la Democracia y los Derechos Humanos es, sobre todo, un logro de este Parlamento. No ha sido nada fácil obtenerlo.
Siempre defendimos que para que una política exterior contemple realmente los valores de la Unión Europea debe trabajar expresamente en favor de los derechos humanos que todos decimos defender.
Ahora lo tenemos; tenemos una herramienta preciosa en manos de los defensores de los derechos humanos y de todos aquellos actores que trabajan a favor de la democracia, de las libertades fundamentales y de la justicia. Ya tenemos nuestro instrumento; contiene una definición lo suficientemente amplia sobre los actores que pueden beneficiarse de él —como ha explicado Hélène Flautre—; tanto, que no debería justificarse una batalla que alargase la puesta en marcha de este instrumento, frustrando muchas expectativas y esperanzas.
Los socialistas también habríamos preferido una inclusión clara del concepto de «prevención de conflictos», porque es una condición previa para la paz y el desarrollo democrático. Sin embargo, aceptamos, en aras del acuerdo y de la necesidad de aprobar la propuesta, este consenso alcanzado con la Comisión y el Consejo. Mi Grupo no presentará, por ello, enmiendas. Espero el mismo grado de responsabilidad en el Grupo del PPE-DE. No defraudemos a los principales protagonistas de este instrumento.
Annemie Neyts-Uyttebroeck, en nombre del Grupo ALDE. – (NL) Señor Presidente, señora Presidenta en ejercicio del Consejo, señoras y señores Comisarios, este instrumento será el medio con el que la Unión Europea contribuirá a la democracia y a los derechos humanos en todo el mundo. En su conjunto, considero satisfactorio el compromiso que hemos logrado, porque ha tenido en cuenta aspectos esenciales, y nuestros ponentes, al igual que la Presidenta en ejercicio y el Presidente de la Comisión, merecen todo nuestro reconocimiento por ello.
Por ejemplo, me complace que se pueda conceder ayuda sin la aprobación de los Gobiernos de terceros países y que se mencione expresamente la democracia parlamentaria, del mismo modo, para el caso, que el pluralismo político y la representación política democrática. Por último, me complace que se haga referencia a organizaciones políticas independientes.
Sin querer, por supuesto, restar importancia a los derechos humanos como tales –de hecho, más bien al contrario–, deseo subrayar al mismo tiempo la importancia crucial de los partidos políticos en todo proceso de democratización. En una democracia, las elecciones son indispensables, pero no suficientes. Si se pretende que una democracia sea sostenible, lo que hace falta es que haya partidos políticos democráticos y eficaces que aseguren que haya debate no solo entre partidos, sino también con el público.
Con demasiada frecuencia, los partidos funcionan únicamente como vehículo para que cierta persona, clan o grupo pueda hacerse con el poder o mantenerse en él. De hecho, esta es una de las razones principales por las que generalmente se desconfía de ellos.
No obstante, las ONG y la sociedad civil no son suficientes para garantizar un debate político y controlar la gobernanza.
Por ese motivo quisiera pedir al Consejo y a la Comisión que continúen esforzándose por que en el futuro se pueda apoyar a agrupaciones políticas democráticas –en circunstancias excepcionales, por supuesto.
Richard Howitt (PSE). – (EN) Señor Presidente, permítame comenzar diciendo que fue este Parlamento el que insistió en que se creara un instrumento jurídico específico para los derechos humanos y la democracia. Costó bastante convencer a nuestros amigos y colegas de esto, pero el debate de esta noche demuestra que se trata de una victoria del Parlamento y que se tomó la decisión acertada.
Con respecto a las cuestiones clave del debate, acojo con gran satisfacción los comentarios de nuestro colega de la Presidencia finlandesa de que este es un programa que presta ayuda sin el consentimiento de los Gobiernos anfitriones.
Quisiera decir a la Comisaria que estoy muy orgulloso del trabajo que realizamos en el seguimiento de procesos electorales. Creo que es una de las cuestiones más efectivas en las que estamos implicados. Nuestro intento de limitarlo consiste en decir simplemente que no debería detraer dinero de proyectos de derechos humanos para las clases sociales desfavorecidas. Ambas cuestiones son importantes.
Mis enmiendas presentadas incluían el apoyo a la democracia parlamentaria donde está siendo suprimida, garantizando que el gasto amparado en este instrumento sea complementario y no a expensas del trabajo en materia de derechos humanos al amparo de los programas principales, y una referencia específica en el ámbito de aplicación a las normas laborales básicas y la responsabilidad social de las empresas, a los derechos humanos de las personas discapacitadas y al acceso a la justicia. Quisiera agradecer a los coponentes su apoyo a estas enmiendas, y al Consejo y a la Comisión la flexibilidad demostrada con respecto a las enmiendas del Parlamento en su conjunto.
Esta noche hemos debatido textos jurídicos en detalle. En esta Cámara entendemos la importancia de garantizar la eficacia de la Unión Europea. No obstante, el principal mensaje político que debemos transmitir es que, del mismo modo que este Parlamento ha establecido su propia subcomisión en materia de derechos humanos, esta Unión está creando un instrumento independiente en el ámbito de los derechos humanos y la democracia, porque al mismo tiempo que las Naciones Unidas están ensalzando la condición y el papel de los derechos humanos, también nosotros lo hacemos en la Unión Europea, con el fin de ayudar a las víctimas de la opresión, la injusticia y la persecución y a aquellos que defienden estos derechos en todo el mundo.
Kader Arif (PSE). – (FR) Señor Presidente, señora Comisaria, Señorías, debemos sentirnos orgullosos de formar parte de la Unión Europea cuando vemos las medidas que ha tomado para promover la democracia y los derechos humanos. Estos valores comunes hacen de la Unión uno de los máximos protagonistas de la escena mundial en este terreno. En el contexto de esta lucha interminable, era imperativo reformar el viejo instrumento para mejorar su eficacia. Gracias a la combatividad de los ponentes, la señora Flautre y el señor McMillan-Scott, a quienes felicito, tenemos ante nosotros un proyecto que realmente hace avanzar las cuestiones.
Corresponde a la importancia de este instrumento que sea ambicioso, y no hay duda de su ambición en sus referencias a los derechos de los inmigrantes y en la posibilidad que ofrece de pasar por alto la necesidad de que los Gobiernos anfitriones aprueben las medidas de apoyo de la democracia y los derechos humanos. No obstante, lamento que las negociaciones no lograran que el instrumento se ampliara para incluir la prevención de conflictos. Además, a pesar de la mayor implicación parlamentaria en el proceso de supervisión, la negativa del Consejo a formalizar las relaciones entre nuestras dos instituciones en este ámbito representa una deficiencia.
En conclusión, la eficacia de este instrumento dependerá de su evaluación y revisión periódicas, un proceso en el que el Parlamento debe hacer todo lo posible, porque creo que Europa, armada con sus valores, está luchando por un mundo sin temor.
Paula Lehtomäki, Presidenta en ejercicio del Consejo. (FI) Señor Presidente, Señorías, les agradezco los comentarios realizados en este debate. Ha quedado muy claro que la toma de decisiones con respecto a este instrumento redunda en beneficio mutuo, de modo que la ayuda de la Unión Europea al desarrollo de la democracia y los derechos humanos pueda continuar y aumentar a partir del próximo año.
Permítanme subrayar por última vez que la propuesta de compromiso que debatimos es una propuesta audaz. Permitirá conceder ayuda incluso a grupos políticos, cosa que el Parlamento considera muy importante.
Por última vez, permítanme decir en serio que espero que podamos alcanzar una decisión, cuanto antes mejor. Como se ha señalado en el debate, este instrumento es, en gran medida, resultado de la gran influencia del Parlamento. Su poderoso papel queda patente en el texto de este Reglamento. No obstante, en última instancia también tenemos que estar dispuestos a realizar compromisos sobre cuestiones en las que los Estados miembros y el Parlamento comparten el proceso decisorio. De otro modo no podrán tomarse decisiones.
Benita Ferrero-Waldner, miembro de la Comisión. (DE) Señor Presidente, Señorías, quisiera empezar mi intervención expresando mi gratitud no solo por el debate, sino también por las numerosas sesiones de negociación en las que se ha logrado un buen compromiso. Hemos recorrido un largo camino, y desde el principio ha existido un alto grado de consenso con respecto a los objetivos y al ámbito de aplicación de la norma. A propuesta de esta Cámara, el ámbito de aplicación se amplió notablemente y se formularon estipulaciones todavía más detalladas, especialmente con respecto a la consulta a los Parlamentos nacionales y a nuevas medidas para los defensores de los derechos humanos, pero las llamadas medidas ad hoc siguen siendo posibles.
En cuanto a los partidos políticos, quiero decir que en el ámbito de aplicación del reglamento se prevé de manera muy explícita que el apoyo se concederá al pluralismo político, a la representación política democrática y a los procesos de reforma democrática a escala local, regional y nacional, y como ya se ha subrayado, también se ha previsto la implicación de fundaciones políticas independientes y organismos parlamentarios como socios en la aplicación de medidas de apoyo al desarrollo de la democracia. De ahí se desprende que será posible implementar el instrumento para promover la democracia de manera principalmente política, que creo que es lo que todos deseamos.
Siendo así, permítanme decir que este proyecto de nuevo reglamento, que ha sido objeto de negociaciones muy intensas, merece –o al menos así lo creo yo– el apoyo de esta Cámara.
A modo de conclusión, permítanme señalar una vez más que este es el último instrumento financiero que tendremos que abordar hoy, y puesto que creo que hemos logrado soluciones buenas y sostenibles con el resto de instrumentos, debemos asegurarnos de que el instrumento para la democracia y los derechos humanos pueda entrar en vigor en la fecha prevista del 1 de enero de 2007, porque hemos intentado ser tan flexibles como las circunstancias lo requieren.
El Presidente. Gracias, señora Comisaria. El debate queda cerrado.
La votación tendrá lugar en diciembre.
Declaraciones por escrito (artículo 142 del Reglamento)
Marianne Mikko (PSE). – (ET) El desarrollo de la sociedad civil y de mecanismos democráticos en todo el mundo, y especialmente en los países vecinos de la Unión Europea, tiene una importancia crucial para la estabilidad de la propia Europa. Debemos ayudar a resolver los problemas sobre el terreno, en lugar de esperar a que nos inunde la oleada de refugiados políticos y económicos. Los oponentes de la sociedad civil han aprovechado la inflexibilidad de nuestra burocracia y han criticado la adhesión a documentos programáticos como si fueran sagradas escrituras.
Recientemente, las autoridades rusas han despojado a varias organizaciones internacionales de su condición legal. De acuerdo con las normas en vigor, no podemos seguir financiando a estas organizaciones. Nos enfrentamos al mismo problema en el Transdniéster separatista, gobernado por un régimen marioneta que imita con fruición los métodos del Kremlin.
El informe saca la única conclusión posible: debemos ser más flexibles. Debemos poder reaccionar de manera rápida y apropiada y financiar medidas imprevistas y organizaciones que los Gobiernos no reconocen, si es preciso incluso por vías ocultas.
Esta flexibilidad también presupone una buena supervisión. Por esa razón apoyo firmemente una mayor implicación del Parlamento en la supervisión.
(La sesión, suspendida a las 20.20 horas, se reanuda a las 21.00 horas)