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Procedimiento : 2006/0807(CNS)
Ciclo de vida en sesión
Ciclos relativos a los documentos :

Textos presentados :

A6-0430/2006

Debates :

PV 12/12/2006 - 8
CRE 12/12/2006 - 8

Votaciones :

PV 12/12/2006 - 14.20
CRE 12/12/2006 - 14.20
Explicaciones de voto

Textos aprobados :

P6_TA(2006)0550

Acta literal de los debates
Martes 12 de diciembre de 2006 - Estrasburgo Edición DO

8. Instrumento de financiación de la cooperación al desarrollo y de la cooperación económica - Instrumento de financiación de la cooperación con los países y territorios industrializados y otros de renta alta (debate)
Acta
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  El Presidente. De conformidad con el orden del día se procede al debate conjunto de

– Recomendación para la segunda lectura del señor Mitchell, en nombre de la Comisión de Desarrollo, respecto de la posición común del Consejo con vistas a la adopción del Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo por el que se establece un instrumento de financiación de la cooperación al desarrollo y de la cooperación económica (11944/2/2006 C6–0357/2006 2004/0220(COD)) (A6-0448/2006)

y

– el informe del señor Martin, en nombre de la Comisión de Comercio Internacional, sobre la propuesta de Reglamento del Consejo por la que se establece un instrumento de financiación de la cooperación con los países y territorios industrializados y otros de renta alta (11877/2006 – C6-0265/2006 – 2006/0807(CNS)) (A6-0430/2006)

 
  
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  Gay Mitchell (PPE-DE), ponente. (EN) Señor Presidente, este Reglamento se ha estado gestando durante casi dos años. En algunos momentos, la presión para que el Parlamento cediera, para dividirlo, para que abandonara su papel legislativo, ha sido casi intolerable. En algunos momentos me ha sorprendido la voluntad de mis colegas diputados de dar a las demás instituciones carta blanca en este importante ámbito, siempre que no se perdiera un cierto interés por su parte o influencia. Sin embargo, quiero rendir homenaje a mis colegas de la Comisión de Desarrollo, diputados que no han permitido que la presión nos dividiera, de todos los Grupos, y que, al final, prevalecieron. También quiero rendir homenaje a la secretaría de la Comisión de Desarrollo y a las secretarías de los Grupos que han trabajado con nosotros de forma constructiva en estas negociaciones.

Con la amenaza de rechazar el primer Instrumento de Cooperación al Desarrollo y Cooperación Económica (DCECI), como fue denominado, con el que se pretendía eliminar los poderes de codecisión cambiando el fundamento jurídico del artículo 179 por la letra a) del artículo 181 e incluir los países en desarrollo y el gasto en cuestiones no relacionadas con el desarrollo en un instrumento para el desarrollo, hemos negociado con el Consejo y la Comisión un instrumento que pocos creían posible hace 12 meses, un instrumento que racionalizará las actividades de la UE para el mundo en desarrollo y a la vez mantendrá la responsabilidad y la transparencia.

Quiero rendir homenaje, en concreto, al equipo negociador que me ha acompañado en esas conversaciones, a las sucesivas Presidencias por el trabajo que han aportado y a la Comisión por el buen resultado. Pero tengo una reserva. Creo que fue Voltaire quien dijo: «No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo.» Habiendo planteado el conjunto de las negociaciones de tal forma que se pudieran adoptar los diversos puntos de vista, me decepcionó en gran manera que, en un tema en concreto, no se adoptara el mío.

No se trata de reducir la disponibilidad de los servicios sanitarios para las mujeres que los necesitan. En realidad, si se hubieran aceptado mis enmiendas, que eran modestas, la Conferencia de El Cairo y todas las cuestiones asociadas se habrían respetado. De hecho, dado que había estado en el centro del compromiso, buscando y apoyando a otros, me sorprendió que mis modestas propuestas no recibieran la consideración adecuada. Me parece que en parte el motivo de que eso ocurriera fue un trozo de papel escrito que se hizo circular, que se adelantó a mis propuestas diciendo que la política del PPE ya se había decidido. Como demuestran hoy las firmas de las enmiendas, eso no es verdad y no tendría que haberse dicho, sobre todo en un momento muy delicado de las últimas fases de las negociaciones.

Puedo apoyar el contenido general de la Posición Común, con esa única reserva. Creo que es un resultado muy bueno para nosotros: el Parlamento ha ganado, en la medida en que hemos conservado la codecisión según el artículo 179, lo que es un principio muy importante para nosotros. Debe ser una legislación limitada en el tiempo. El instrumento específico para la política de desarrollo es este instrumento; no tendrá ningún otro contenido. Habrá disposiciones financieras más detalladas: las disposiciones financieras de la propuesta eran otro tema que causaba gran preocupación a la Comisión de Desarrollo, porque eran excesivamente generales y estaban muy lejos del grado de detalle al que el Parlamento estaba habituado como miembro de la autoridad presupuestaria. Eso ahora ha cambiado, y la Posición Común incluye un desglose de la financiación por programas y, en algunos casos, dentro de cada programa.

También abrimos nuevos caminos. Por primera vez, el nuevo ICD consagrará en un texto legal la definición internacionalmente aceptada de política para el desarrollo establecida por la Comisión de Asistencia al Desarrollo de la OCDE. Una Declaración de la Comisión adjunta al nuevo ICD contendrá, también por vez primera, el criterio de referencia que lleva utilizando la Comisión de Desarrollo desde 2003 para asignar una mayor prioridad a sectores fundamentales de los ODM como la educación y la sanidad básicas, y la Comisión no había aceptado nunca el criterio de referencia del 20% de la Comisión de Desarrollo respecto a estos sectores, que sí ha aceptado en esta ocasión.

En relación con el control democrático, se ha avanzado asimismo en lo que se refiere al diálogo entre el Parlamento y la Comisión sobre los proyectos de documentos estratégicos, con el fin de posibilitar un control parlamentario efectivo de la ejecución del ICD, y quiero dar las gracias a la Comisaria Ferrero-Waldner y al Comisario Michel por la carta que me han enviado, a mí y a la presidencia de la Comisión de Desarrollo, para confirmarlo. El Parlamento no quiere, ni necesita, implicarse en la microgestión, pero se nos ofrece una oportunidad de implicarnos desde un principio, a través de las estructuras que nosotros mismos decidamos, otorgando así al Parlamento un papel mucho más prominente en el ámbito de la transparencia y la responsabilidad.

Con la excepción que he mencionado, considero que la Posición Común tal como la ha elaborado el Consejo es un muy buen resultado para el Parlamento Europeo. Como he dicho desde el principio, dudo mucho de que hace 12 meses nadie hubiera pensado que se podía conseguir lo que hemos conseguido. Pero eso demuestra que, cuando el Parlamento está unido, cuando los diferentes Grupos no se permiten estar divididos y están decididos a no ceder el poder de esta Cámara, podemos, junto con las demás instituciones, presentar un instrumento muy bueno que además asegure que las prerrogativas de esta Cámara queden protegidas.

 
  
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  David Martin (PSE), ponente. (EN) Señor Presidente, antes de pasar a mi propio informe, permítame felicitar al señor Mitchell por el suyo. Como sabe la Cámara, esos dos instrumentos nacieron como uno solo y la Comisión de Desarrollo tenía razón al argumentar que debían separarse porque estábamos mezclando manzanas con peras. El instrumento de desarrollo pretende esencialmente promover los intereses de los países en desarrollo. El instrumento económico, del que soy responsable, se refiere, no exclusivamente pero sí principalmente, a la promoción de los intereses de la Unión Europea. Por lo tanto, no estaba bien que esos dos objetivos se incluyeran en un solo instrumento. La Comisión de Desarrollo tenía razón al exigir un instrumento independiente, y también era correcto exigir que se pidiera con firmeza que la implicación del Parlamento Europeo fuera al menos la misma que en la plétora de instrumentos existentes. Por eso, felicito al señor Mitchell por su informe.

Pasando a mi propio informe, tiene poca importancia en comparación con los demás instrumentos externos, pero sigue siendo una valiosa herramienta de esta Unión Europea. Amplía los programas existentes, en primer lugar en términos de ámbitos geográficos: los programas existentes abarcan solo seis países, mientras que este nuevo instrumento abarcará 17 países. Es más amplio en términos de objetivos y, como sería de esperar tanto en lo que se refiere a los objetivos como al ámbito geográfico, también es más amplio en términos de su presupuesto. Por eso, aunque es el más corto de los instrumentos externos, sigue siendo un instrumento importante.

Su objetivo es promover los intereses de la UE en los países industrializados y se basa en el Programa de formación de ejecutivos en Japón y Corea, que ha tenido un gran éxito, y el programa «Gateway to Japan». Ambos han sido objeto de un estudio financiado por la Comisión, que demuestra que ha aumentado el acceso de las compañías europeas tanto a Japón como a Corea y una mayor concienciación de la Comunidad Europea respecto a aquellos dos países, y por eso merecen la pena.

El nuevo programa tendrá cinco objetivos principales: el fomento de la diplomacia pública y de la proximidad; la promoción de las asociaciones económicas y de los marcos de colaboración empresarial; el establecimiento de lazos personales, especialmente a través de la educación; la promoción del diálogo; y finalmente la evaluación de proyectos de cooperación a pequeña escala para ayudar a las pequeñas y medianas empresas a acceder a los mercados de terceros países. Todos ellos son objetivos muy valiosos.

En cuanto al planteamiento de la Comisión de Desarrollo Internacional, nos hemos concentrado en tres aspectos. En primer lugar, dado que el alcance de los programas se ha ampliado de 6 a 17 países, hemos insistido en que hay espacio para la diferenciación dentro del programa, un planteamiento único para todos simplemente no funcionaría en un programa como este. Me complace decir que la Comisión ha aceptado la idea de que debería haber un programa específico para cada país, en vez de un programa general para 17 países.

También hemos presentado enmiendas para asegurar que este programa sea complementario de los demás instrumentos que adoptaremos ya sea hoy o en una fase posterior.

De nuevo, dado que el programa se ha ampliado, hemos insistido en que esos instrumentos incluyan cláusulas sobre los derechos humanos y el Estado de Derecho. De nuevo, tanto el Consejo como la Comisión han indicado una voluntad de aceptar esas enmiendas.

También me complace decir que, a pesar de que ahora se trata solo de una consulta y no de un asunto de codecisión, al contrario que el informe del señor Mitchell, el Consejo ha aceptado anexar los dos acuerdos interinstitucionales sobre disciplina presupuestaria y control democrático. También se ha acordado que el Parlamento debería implicarse más en este programa de lo que se podría haber previsto en un principio y ha aceptado que, si se altera el alcance del programa, ya sea geográficamente o en términos de sus objetivos, se consulte plenamente al Parlamento. La Comisión ha acordado también presentar una planificación multianual para la consulta con el Parlamento al respecto. Por eso se ha modificado considerablemente el nivel de implicación parlamentaria.

Finalmente, permítame concluir diciendo que existe una oportunidad de que, si adoptamos todas las enmiendas hoy, este instrumento sea adoptado por el Consejo exactamente de la misma forma que lo deja el Parlamento. Eso ya es un logro considerable, dado que se trata solo de un ejercicio de consulta. Quiero dar las gracias a la Comisión por su excelente cooperación y en concreto a la Presidencia finlandesa, que, a pesar de ser un instrumento relativamente menor en comparación con otros, se ha implicado plenamente en el trabajo del Parlamento, nos ha mantenido totalmente al día respecto a su posición y ha aceptado compromisos. Hemos llegado a compromisos con la Presidencia. Creo que al final hemos conseguido un instrumento muy práctico y me gustaría dar las gracias a todas las instituciones por su cooperación.

 
  
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  Benita Ferrero-Waldner, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, este período parcial de sesiones de diciembre es un hito importante en el establecimiento de un marco legislativo eficaz y racionalizado para el gasto externo de la Comunidad. Debo decir que me siento honrada de representar a la Comisión en este período parcial, dado que ahora estamos cerca de terminar las negociaciones sobre los cuatro instrumentos restantes para el reparto del gasto externo en el futuro período de 2007 a 2013.

Todos hemos recorrido un largo camino desde que la Comisión presentó estas propuestas hace dos años. La nueva arquitectura simplificada fue el primer intento de racionalizar todos los instrumentos relacionados con el gasto externo. Esta era la máxima prioridad de la Comisión con el fin de aumentar nuestra propia eficacia y coherencia y la de nuestra acción externa en conjunto.

Aunque tanto el Parlamento como el Consejo agradecieron el proceso de simplificación, esas propuestas generaron un considerable debate. Poco después de que el Parlamento empezara su trabajo se plantearon cuestiones importantes. Aprecio en gran manera los esfuerzos que han realizado el Parlamento y las sucesivas presidencias del Consejo para encontrar soluciones constructivas a los retos que nos han planteado esas propuestas innovadoras. Esos esfuerzos culminaron en un satisfactorio diálogo a tres bandas en junio de 2006 cuando se llegó a un acuerdo global sobre la arquitectura de los instrumentos de financiación externa.

En respuesta a su preocupación por asegurar que el instrumento de cooperación al desarrollo se centrara plenamente en el desarrollo, acordamos separar el instrumento para la cooperación con los países industrializados. Se creó también un instrumento específico para los derechos humanos.

Para abordar las nuevas preocupaciones de esta Cámara, se acordó que los instrumentos se adoptarían mediante codecisión siempre que el Tratado lo permitiera, y se creó un instrumento independiente para la cooperación en seguridad nuclear de modo que el instrumento para la estabilidad pudiera pasar de la consulta a la codecisión. En total ahora se resolverán mediante codecisión cuatro de los siete nuevos instrumentos. Eso da al Parlamento un nivel legítimo y sin precedentes de poder legislativo en el marco que abarca el gasto externo.

En cuanto al instrumento para la cooperación al desarrollo, que es la piedra angular de esta nueva estructura, aprecio en gran manera la fructífera cooperación con el Parlamento, sobre todo durante los últimos cinco meses, y doy las gracias al ponente, el señor Mitchell, por el papel central que ha desempeñado a la hora de llevar las negociaciones a una conclusión positiva y a tiempo. También quiero dar las gracias al equipo de negociación de la Comisión de Desarrollo. El compromiso tal como se refleja en la Posición Común negociada del Consejo representa una solución delicadamente equilibrada. También agradezco que la Comisión de Desarrollo apoyara este compromiso y recomendara la aprobación de la Posición Común negociada del Consejo en segunda lectura.

Como pedía el Parlamento, el instrumento de cooperación al desarrollo incluye ahora asignaciones de fondos indicativas, una revisión intermedia y una fecha de caducidad. Para los nuevos instrumentos de codecisión, también hemos acordado que antes de efectuar la revisión el Parlamento debería examinar el funcionamiento de los instrumentos para identificar posibles situaciones de disfunción que pudieran haberse producido. El informe del Parlamento sería considerado por la Comisión al efectuar la revisión de los instrumentos. Esa revisión debería llevarse a cabo en 2009. En respuesta a la carta enviada por la presidenta de la Comisión de Desarrollo, la señora Morgantini, me complace confirmar que esta fecha de revisión se aplicará también al instrumento de cooperación al desarrollo.

En comparación con el instrumento de cooperación al desarrollo, y si el peso presupuestario es una medida de importancia, el instrumento para la cooperación con los países industrializados no destaca como el mayor entre los instrumentos de acción exterior, pero no por ello debemos subestimar su utilidad y su relevancia en la mejora del papel de la Unión Europea en el mundo globalizado. En realidad, este instrumento ayudará directamente a promover el objetivo de la UE de convertirse en un agente más visible en el escenario mundial. Conseguirá este objetivo proporcionando un marco en el que, mediante iniciativas concretas, podamos reforzar las relaciones con los principales agentes desarrollados, promover los intereses comunitarios, y también mejorar allí la sensibilización respecto a la UE.

Desde el mes de junio pasado, el ponente, la Presidencia finlandesa y la Comisión han trabajado mano a mano para asegurar la oportuna adopción del instrumento, garantizando a la vez que se tengan en cuenta las opiniones de cada institución. En este sentido quiero expresar mi agradecimiento al ponente, el señor Martin, y a la Comisión de Comercio Internacional en su conjunto por el gran esfuerzo que han realizado y el espíritu de cooperación demostrado en la rápida tramitación del expediente.

Este diálogo continuo ha permitido tener en cuenta las opiniones del Parlamento en los debates preparatorios del Consejo celebrados en paralelo con el trabajo parlamentario y, por lo tanto, gracias también a este enfoque de colaboración, más allá de la propia opinión de la Comisión y sin invadir las prerrogativas del Consejo.

Puedo prever con cierta confianza que las principales enmiendas relacionadas, en concreto, con las referencias a los valores básicos de la Comunidad –democracia, Estado de Derecho, respeto por los derechos humanos; la protección de los intereses de la Comunidad; el fortalecimiento de la evaluación y de los mecanismos de notificación para la dotación indicativa asignada para el período 2007-2013; o la inclusión de la cláusula de revisión– encontrarán su camino hacia el texto final. Además, los cambios adicionales en la redacción harán que el texto final se adecue más al lenguaje que sugiere el Parlamento y al lenguaje ya acordado en otros instrumentos de acción externa, para asegurar una coherencia sólida entre ellos.

Quedo a la espera de un resultado positivo en las votaciones de hoy sobre el instrumento de cooperación al desarrollo. Esto permitirá a la Comisión iniciar su trabajo a partir del 1 de enero y repartir la ayuda externa sin más retraso, lo que es muy importante. Con un acuerdo sobre las demás propuestas legislativas, la Unión Europea incrementará en gran medida la eficacia de su gasto externo y, en concreto, su visibilidad en el escenario internacional, lo que le permitirá estar a la altura de su papel como principal donante de ayuda para el desarrollo.

De la misma forma, agradezco el punto de vista positivo adoptado en el instrumento sobre los países industrializados en el informe que se ha presentado hoy al Parlamento. Puedo asegurarles que el texto final, que el Consejo está dispuesto a adoptar muy pronto, reflejará también en gran parte la tendencia principal de la resolución del Parlamento. Es un testimonio de nuestra voluntad de trabajar constructivamente con el Parlamento en este expediente, y seguirá siendo así en el futuro en la puesta en práctica de las actividades de cooperación, también con los países industrializados.

 
  
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  Syed Kamall, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (EN) Señor Presidente, quiero dar las gracias a la señora Comisaria y al ponente por todo su trabajo y su cooperación en este informe.

El ponente y yo bromeamos a menudo sobre lo poco que divergimos en cuestiones de comercio internacional. Cuando tuvimos que supervisar este informe desde el punto de vista de un ponente alternativo, una vez más estuvimos de acuerdo en casi todo, en parte debido a que el ponente es un gran experto en este terreno y ha trabajado ya en varios informes sobre el tema. Solo quiero repetir lo buena que ha sido nuestra cooperación, y en realidad durante este proceso he aprendido mucho de él. Un día encontraré algo en lo que poder discrepar, pero de momento examinemos las cuestiones.

Todos estamos de acuerdo en que la propuesta debe reforzarse y ser más clara. Es muy importante que definamos los intereses estratégicos de la UE, y en este sentido agradezco las enmiendas que la comisión ha adoptado. También debemos ser coherentes en los instrumentos financieros. Una vez más, el ponente y yo tuvimos varias conversaciones al respecto, y me complace en gran manera decir que se han tenido en cuenta.

El otro tema es la cláusula de revisión. Es muy importante decidir si este instrumento debería revisarse durante el mandato de este Parlamento o después de las elecciones europeas de 2009 cuando hayan entrado los nuevos miembros. Los nuevos miembros no tendrán nuestra experiencia en este tema, y por ese motivo yo habría preferido que se revisara durante el mandato de este Parlamento.

Finalmente, el informe es correcto en cuanto a derechos humanos y democracia, sobre todo cuando se trata de los países en desarrollo. Esperemos que podamos seguir persiguiendo esos objetivos en el marco de los acuerdos comerciales y seguir trabajando con nuestros socios.

 
  
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  Margrietus van den Berg, en nombre del Grupo del PSE. (NL) Señor Presidente, señora Comisaria, con el nuevo instrumento para el desarrollo al final obtendremos un instrumento legislativo en materia de desarrollo que dará prioridad a los Objetivos del Milenio, que representan una promesa que hicimos a millones de niños de África, una promesa que guarda relación con la educación y la asistencia sanitaria. Por desgracia, la amarga realidad es que en los últimos años los Objetivos del Milenio, en lugar de acercarse, han tendido a desaparecer de la vista, y precisamente por ese motivo hemos sido tan duros en el debate sobre el instrumento de financiación actual.

Durante año y medio, hemos debatido largo y tendido sobre este nuevo instrumento legislativo; no se trataba de un acto de mala fe y no ha resultado en vano. Para los próximos siete años tenemos una clara ley europea en materia de desarrollo que, con un programa temático claro y un programa geográfico que absorben casi 70 000 millones, marcará el rumbo. Así se pone fin a 16 reglamentos distintos que son difíciles de aplicar y de supervisar. La nueva ley tiene dos prioridades claras, a saber, los Objetivos del Milenio y, dentro de esos objetivos, la educación y la asistencia sanitaria básica, ámbitos, por decirlo en pocas palabras, que son realmente importantes.

Las campañas que hemos lanzado para conseguirlo no han sido en vano. Hemos luchado junto con sindicatos de profesores y muchas otras organizaciones del mundo de la educación, incluida la Internacional de la Educación, para intentar que la educación tenga más importancia en los programas de desarrollo europeo. Lo mismo ocurre con nuestras campañas con los trabajadores sanitarios en un esfuerzo por doblar el gasto en asistencia sanitaria básica. Por último, la Comisión ha prometido ahora oficialmente doblar como mínimo su gasto para 2008, y por lo menos el 20 % del presupuesto geográfico se gastará en educación y asistencia sanitaria básica. Si incluimos la dimensión temática de la ley, esto supone más de 2 500 millones de euros.

Con este nuevo instrumento financiero, Europa, con sus Estados miembros, puede marcar la diferencia con respecto a África. Sigue habiendo más de 45 millones de niños que no tienen acceso a la escuela y millones de pacientes, especialmente niñas, que tienen que prescindir de una asistencia sanitaria básica. En 2015 disfrutarán de la educación y la asistencia sanitaria a las que tienen derecho. Esto pondrá punto final a la lucha que, con mi Grupo, he emprendido desde que ocupé mi escaño como diputado al Parlamento Europeo en 1999. Quiero agradecer a todos los ciudadanos y organizaciones europeos que me han ayudado por el camino, desde la «Alianza STOP SIDA» hasta «Bono», ¡gracias!

El 1 de enero de 2007 empezaremos un nuevo capítulo, a saber, la puesta en práctica de esta ley con todos sus principios y promesas. La Comisión de Desarrollo dedicará gran parte de su tiempo parlamentario a esta tarea, tanto desde el punto de vista de la programación de los planes de política nacional como de la supervisión de su aplicación. No queremos una actitud no comprometida. Queremos un compromiso pleno de todas las partes. Por este motivo, no aceptamos que la fase de programación para el período hasta 2008 ya se dé por concluida. Es preciso consultar a organizaciones civiles y a Parlamentos nacionales y a ONG y a nuestro Parlamento, de conformidad con los nuevos acuerdos. Esto incumbirá a la Comisión a partir del 1 de enero, conforme a la nueva ley. Supongo que la Comisaria está de acuerdo conmigo y que está preparada para confirmarlo de forma incondicional.

Hace diez días, la financiación del Fondo Mundial a punto estuvo de poner en peligro los mecanismos creados con respecto a la sección temática de la Ley de 2007. Afortunadamente, mediante carta de 8 diciembre, la Comisión confirmó su voluntad de respetar el acuerdo de programación temática para 2007. Sería positivo que la Comisión lo confirmara y, con ello, tranquilizar a las 23 ONG que este fin de semana presentarán al Presidente Barroso una nota con carácter urgente a este respecto. Deseo buena suerte al Presiente, al señor Mitchell, al Consejo y a la Comisión. Asimismo, les estoy muy agradecido por su cooperación; espero que esta Cámara rechace la enmienda de anulación, porque, en mi opinión, hemos dejado claro que ya no aceptamos enmiendas. Tenemos la ley; hagamos que sea un éxito.

 
  
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  Danutė Budreikaitė, en nombre del Grupo ALDE. (LT) Señor Presidente, Señorías, la propuesta de Reglamento relativa al instrumento de financiación de la cooperación al desarrollo y la cooperación económica presentada por la Comisión Europea hace dos años al Parlamento Europeo no nos satisfizo. El Reglamento pretendía dominar la capacidad de tomar decisiones en general del Parlamento Europeo y no se adhería a los principios de la política de cooperación al desarrollo, combinando la cooperación económica con los países en desarrollo y con los desarrollados.

Hoy, en segunda lectura, vamos a debatir un documento que tiene otro nombre y que se refiere a un Reglamento del Parlamento Europeo y la Comisión Europea que describe un instrumento de cooperación que apoya el desarrollo.

Para la Comisión de Desarrollo ha sido muy importante contar con un instrumento de financiación de la cooperación al desarrollo destinado únicamente a los países en desarrollo.

El documento presentado en segunda lectura es un verdadero documento de compromiso del Parlamento Europeo, el Consejo Europeo y la Comisión Europea, redactado en negociaciones a tres bandas. Se ha vuelto a aplicar la norma del consenso, al igual que la transparencia presupuestaria y la fiscalización del Parlamento; se han reincorporado las antiguas partidas presupuestarias con directrices financieras detalladas y disposiciones específicas sobre cooperación al desarrollo.

Es preciso recalcar que acordamos basarnos en el artículo 179 del Tratado CE, ya que el consenso garantizará una definición amplia de la cooperación en materia de apoyo al desarrollo y una amplia gama de acciones de acuerdo con programas geográficos y temáticos.

Los programas geográficos abarcan Latinoamérica, Asia, Asia Central, Oriente Próximo y Sudáfrica.

Los programas temáticos específicos incluyen programas de inversión en recursos humanos, gestión del medio ambiente y recursos naturales sostenibles, incluyendo recursos energéticos, participación de organizaciones no gubernamentales e instituciones de gobierno local en el proceso de desarrollo, seguridad alimentaria, migración y asilo.

Es gratificante haber alcanzado un acuerdo sobre la financiación de la educación básica y la asistencia sanitaria y que más del 20 % de los fondos asignados al desarrollo se destinen a estos ámbitos, que es una de las prioridades de la Comisión de Desarrollo del Parlamento Europeo.

La Comisión se ha comprometido a llevar a cabo un seguimiento más intenso y más preciso de la ejecución de estos fondos. A menudo hemos notado que esto faltaba a la hora de aprobar la ejecución del presupuesto.

El Reglamento por el que se establece un instrumento de financiación de la cooperación al desarrollo sustituye a 16 instrumentos legislativos, lo que constituye un buen paso hacia la mejora y simplificación de la legislación de la UE.

Recomiendo que se apruebe el Reglamento sin añadidos ni enmiendas.

 
  
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  Gabriele Zimmer, en nombre del Grupo GUE/NGL. (DE) Señor Presidente, Señorías, señor Mitchell, esta Cámara, el Consejo y la Comisión han pasado mucho tiempo discutiendo sobre el futuro instrumento de financiación del desarrollo y, en realidad, han acabado por encontrar un compromiso en gran medida sostenible. Se pretende que el nuevo instrumento nos ayude a lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio, impulsando así un objetivo muy importante que tanto la comisión como esta Cámara en su conjunto han defendido continuamente y, a la luz de las estimaciones recientemente publicadas por las Naciones Unidas sobre su eficacia hasta la fecha, en particular en la lucha contra la pobreza, me parece que la Unión Europea transmite un mensaje muy importante a este respecto.

Es evidente que la dedicación del señor Mitchell, como ponente, y la del conjunto de la Comisión de Desarrollo, con vistas a cambiar el Reglamento presentado definitivamente ha merecido la pena y, por tanto, con ánimo de compromiso todos los Grupos se han abstenido de presentar enmiendas, aunque no el ponente, y debo decir, lamentándolo, que en este punto le critico enérgicamente, porque en lugar de hacer lo que dijo que haría y apoyar a quienes quieren apechugar con el texto del acuerdo de compromiso, el propio señor Mitchell ha presentado las enmiendas en cuestión, cosa que, en muchos aspectos, me parece problemático y escandaloso, porque plantean nada más y nada menos que la salud reproductiva de la mujer deje de ser un objetivo en la cooperación al desarrollo; sus enmiendas destinadas a suprimir el considerando 18 y partes de los artículos 5 y 12 no se limitan a eliminar el texto con el que discrepa, contrariamente a lo que él ha dicho, sino que también tienen el efecto de eliminar otros objetivos, entre ellos el derecho a dar a luz sin riesgos y a un acceso generalizado a una asistencia y servicios sanitarios sexuales y reproductivos completos, seguros y fiables, la reducción de la mortalidad infantil y la lucha contra enfermedades asociadas a la pobreza, en particular el VIH/sida, la tuberculosis y la malaria. Con ello, no solo desprecia el compromiso ya alcanzado, sino también la opinión mundial expresada en las conferencias de las Naciones Unidas sobre el desarrollo demográfico, en El Cairo, y sobre la situación de la mujer, celebrada en Pekín y, por ende, también la definición de la OMS. Esto me parece un escándalo, y creo que esta Cámara haría el ridículo si mañana aprobara las enmiendas del ponente. Mi Grupo, por profunda convicción, votará en contra.

Me parece que tiene mucho sentido combinar las opciones de ayuda de la Unión Europea, que hasta ahora han sido muy caóticas, en un instrumento único, pero esto no debe llevarnos a abandonar por ello cuestiones importantes. Como el ponente pone en duda el compromiso, ya puedo decirle que mi Grupo, en el futuro, pedirá que se investiguen cuestiones sobre un aspecto del nuevo instrumentos financiero en particular, a saber, el uso de recursos de cooperación al desarrollo para financiar medidas dirigidas contra la inmigración ilegal y utilizadas para intensificar los controles fronterizos.

La letra c) del apartado 2 del artículo 16 introduce en este compromiso algo que prácticamente pervierte el conjunto de la política de inmigración y asilo que, tal como está formulada en otro apartado del artículo 16, supone un enfoque positivo.

Pueden estar ustedes seguros que mi Grupo, al hacerlo, aprovechará un aspecto especialmente positivo del nuevo instrumento, a saber, la mejor oportunidad que se brinda a esta Cámara de hacer aportaciones directas, con el Consejo y la Comisión, gracias a cuya insistencia, significativamente, el comercio se incluirá en la financiación del desarrollo. Independientemente de que las primeras palabras del nuevo instrumento hagan hincapié en la importancia de desarrollar las capacidades comerciales de los países, procuraremos asegurar que no nos embarquemos en una nueva década caracterizada por la promoción encubierta del comercio exterior. Pediremos que se investigue y adoptaremos una postura crítica si con ello su único deseo es ayudar a los países del sur a vender a Europa materias primas que necesita sin impedimento ni obstáculo alguno, ya que no se trata de vender todas sus materias primas, sino más bien de practicar un comercio justo con productos acabados, que ofrezcan a las sociedades del sur una oportunidad de superar la pobreza. Hace quince días, en el Financial Times, Philippe Maystadt, el Presidente del Banco Europeo de Inversiones, advirtió de que Europa estaba imponiendo condiciones demasiado estrictas en los acuerdos financieros para poder competir con las empresas chinas o rusas por las materias primas africanas. ¿A dónde apunta este argumento? ¿No acabaremos entonces por tolerar de nuevo la esclavitud para no perder la carrera por las materias primas? Me parece bastante destacable y un motivo de alegría que se señale en el presente instrumento financiero y en nuestro compromiso que los criterios que deben cumplirse incluyan el «trabajo digno» sobre el que en breve esta Cámara expresará su opinión en un informe. Creo que esto constituye un importante mensaje en respuesta a las peticiones –a mi juicio obcecadas– a la Unión Europea de que en el futuro sea menos exigente en sus criterios políticos con respecto a la lucha contra la pobreza y el avance del desarrollo.

En su lugar, deberíamos utilizar el nuevo instrumento, sabiendo lo importantes que son la coherencia y la política, para ofrecer algo mejor, por ejemplo convertir localmente la bauxita en aluminio con métodos ecológicos, con trabajadores contratados en condiciones dignas y con salarios dignos. El nuevo instrumento habrá logrado algo si consigue crear las condiciones con respecto a la educación y la salud sin las que no es ni siquiera posible el rendimiento económico productivo que beneficia a la comunidad local.

 
  
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  Konrad Szymañski, en nombre del Grupo UEN. – (PL) Señor Presidente, nuestra privilegiada y acaudalada zona del mundo tiene una gran responsabilidad con respecto a quienes se mueren de hambre y no tienen perspectivas de desarrollo. Por supuesto, la ayuda que prestamos a esas personas no puede resolver todos sus problemas, algunos de los cuales están motivados por causas políticas más profundas. Sin embargo, puede contribuir a resolver crisis.

Me parece que todos estamos de acuerdo en reconocer nuestros deberes humanitarios, y eso nos da una gran fuerza. Por este motivo me opongo totalmente a toda legislación relativa a los llamados derechos reproductivos y sexuales, que implica nuestra ayuda política y económica al aborto. Esta propuesta no figuraba en el proyecto inicial de la Comisión Europea y se introdujo en este Parlamento.

Envía una señal muy negativa a los europeos que tienen objeciones morales frente al aborto y no quieren pagar actividades que se esconden detrás de la fachada del término técnico «derechos reproductivos». Después de todo, es un modo de socavar el frente común en contra de la pobreza y de debilitar la integración europea. ¿Es eso realmente lo que queremos? ¿Podemos ignorar las conciencias de muchos cristianos simplemente porque hoy día son minoría? En estos momentos les estamos haciendo saber que Europa se ha convertido en un proyecto donde ellos ya no desempeñarán ningún papel. Por tanto, les pido que apoyen las enmiendas 1, 2 y 3. Sin ellas no podré votar a favor de este informe.

 
  
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  Hélène Goudin, en nombre del Grupo IND/DEM. (SV) Señor Presidente, me parece que en este Parlamento hay un gran entusiasmo por opinar sobre todo lo que luce bajo el sol. Todo, desde cuestiones muy importantes como la legislación sobre sustancias químicas hasta asuntos menores como la normalización de los limpiaparabrisas, es objeto de estudio. Ahora nos encontramos debatiendo el instrumento de financiación para la cooperación al desarrollo de la Unión Europea. Estoy convencida de que mis colegas de la Comisión de Desarrollo quieren que disminuya la pobreza mundial para que las personas vulnerables de todo el mundo puedan llevar vidas soportables. Creo que la mayoría de mis colegas diputados desean lo mismo. No obstante, quiero pedirles que se paren a pensar un poco.

¿Hace la UE realmente todo lo posible por reducir la pobreza a escala mundial? Me parece muy difícil entender cómo, en un momento, alguien puede sentarse y recomendar ayuda bajo los auspicios de la UE y, seguidamente, apoyar subvenciones para la agricultura de la UE o un acuerdo de pesca perjudicial con un país africano pobre donde la corrupción es el principal problema. Si de verdad queremos ayudar a los pueblos pobres y vulnerables del mundo, deberíamos hacerlo desde otro ángulo. Anulemos la Política Agrícola Común de la UE y la política comercial proteccionista y dejemos de proteger la producción europea no competitiva. Naturalmente, mis propuestas no resolverían todos los problemas del mundo, pero creo que serían un buen comienzo.

 
  
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  Irena Belohorská (NI). (SK) En primer lugar quiero manifestar que en mi opinión tanto la cooperación económica como la cooperación al desarrollo deberían incluirse en un único instrumento financiero apuntalado por un doble fundamento jurídico, a saber, los artículos 179 y la letra a) del artículo 181. No obstante, respeto las conclusiones de las reuniones a tres bandas que, al final, dividieron el instrumento financiero original en cooperación económica y cooperación al desarrollo.

El instrumento utilizado para financiar la cooperación con países industrializados y otros países y territorios de renta alta es flexible desde el punto de vista financiero y su extenso ámbito geográfico ampliado refleja la situación actual. También considera que países que siguen en la lista DAC son países en desarrollo, a pesar de que ya han dejado de serlo. Esto incluye a países como Brunéi, Taiwán, Singapur, Arabia Saudí, Bahréin, Qatar, etc. Estos países son importantes socios comerciales de la Unión Europea y, por tanto, es necesario ampliar la cooperación existente con países como Japón, Sudáfrica y Australia para incluir a los nuevos países mencionados.

Como los países englobados en este instrumento financiero representan un conjunto muy heterogéneo, es imperativo que todos los tratados incluyan cláusulas sobre derechos humanos y respeten los principios democráticos. En mis enmiendas al informe he subrayado la necesidad de fortalecer el papel del Parlamento Europeo.

Para concluir, estoy a favor de que el Parlamento Europeo apruebe todo cambio en la lista de los países industrializados y de que se pida a la Comisión que evalúe regularmente el cumplimiento de los objetivos y los costes originales. Por último, señora Comisaria, quiero expresarle mi admiración por su trabajo.

 
  
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  Maria Martens (PPE-DE). (NL) Señor Presidente, dado que la cooperación al desarrollo tiene su propia Comisaria, su propio presupuesto y su propia comisión en el Parlamento Europeo, y como esta Cámara tiene capacidad de codecisión en este ámbito, ha sido una esfera de actividad importante desde los inicios de la cooperación europea. La Unión Europea tiene derecho a sentirse responsable de contribuir a la paz y la prosperidad en países que se hallan fuera de la Unión. El hecho de que la Comisión haya intentado introducir mejoras es positivo. Aunque nuestras inversiones son generosas, los resultados a veces distan de ser satisfactorios. África es un caso aparte, porque la pobreza allí incluso parece que aumenta. Todavía queda mucho por hacer a fin de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

La propuesta original de la Comisión pretendía mejorar las cosas, pero de hecho fue muy decepcionante y apenas inspiraba confianza. Tanto el presupuesto para la cooperación al desarrollo como la participación de esta Cámara corrían el riesgo de verse seriamente afectados. Debido a ello, las negociaciones no fueron sencillas. Todo el mérito es del señor Mitchell, que ha hecho un trabajo excelente. El resultado final es que en cualquier caso seguirá habiendo un instrumento de desarrollo aparte, con codecisión y con el artículo 179 como único fundamento jurídico. Se ha alcanzado un acuerdo sobre las prioridades de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, entre los cuales se ha dado preferencia a la educación y a la asistencia sanitaria básica.

Esto también incluye la salud reproductiva y yo añadiría, también en respuesta a la señora Zimmer, que las enmiendas se han presentado a fin de subrayar la importancia de esta cuestión. Es incorrecto decir que las enmiendas del señor Mitchell se oponen a la salud reproductiva. Él afirma –cito de su explicación de motivos de las enmiendas– que es una cuestión demasiado importante para tratarla en un par de frases, lo que es decir algo completamente diferente. El nuevo instrumento de financiación para la cooperación al desarrollo va a cambiar la forma de trabajar del Parlamento; necesitaremos centrarnos más en el aspecto de la supervisión y la aplicación de programas. Espero que podamos contar con la cooperación y apertura prometidas por la Comisión a este respecto.

 
  
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  Miguel Angel Martínez Martínez (PSE). – (ES) Señor Presidente, este debate es importante, porque vamos a aprobar el instrumento que servirá de base legal para utilizar los recursos que la Unión Europea dedique a la cooperación al desarrollo y la acción humanitaria.

Y, mientras las Perspectivas Financieras para el período 2007-2013 recortan la capacidad de actuar de la Unión en casi todos los terrenos, paradójicamente, el dinero de que vamos a disponer para nuestra solidaridad con el tercer mundo no disminuye, sino que aumenta discretamente.

Este debate cierra satisfactoriamente un proceso que se ha demorado de forma excepcional, tras haber tenido que superar serias dificultades. Pero el instrumento que aprobaremos tiene el mérito de llegar a la Cámara consensuado entre el Parlamento, la Comisión y el Consejo.

La búsqueda de ese consenso explica la inusual duración del proceso. El reto era complicado, puesto que se trataba de condensar, en un solo instrumento jurídico, los más de quince antes vigentes y en los que se desperdigaban las bases para nuestras actuaciones en cooperación para el desarrollo.

Se trataba de racionalizar esta tarea y en eso el Parlamento estaba de acuerdo. En cambio, tuvo que rechazar los planteamientos iniciales de la Comisión, cuando, en aras de una supuesta mayor eficacia, se trató de limitar el papel de la Cámara, es decir, se trató de limitar la democracia. Por ahí no podía pasar el Parlamento y su Comisión de Desarrollo operó con una responsabilidad de la que podemos estar orgullosos.

No se trataba, como algunos dieron a entender, de propiciar el protagonismo en nuestra comisión, se trataba de mantener y aumentar el papel del Parlamento, es decir, la responsabilidad democrática de nuestra Cámara, en una materia destacada en lo político y en lo presupuestario.

Muchos de nosotros hemos tenido que enfrentarnos a poderes totalitarios, que justificaban su autoritarismo afirmando que la democracia complicaba los procedimientos y restaba eficacia a la gestión. Todos sabemos, sin embargo, hasta qué punto eso era una falacia y que no hay eficacia fuera de las normas democráticas, tanto cuando se deciden las actuaciones, como cuando se controla al ejecutivo en las actuaciones mismas.

Gracias a nuestra firmeza en torno al trabajo del ponente, señor Mitchell, y gracias a que todos los Grupos operamos como una piña, nuestro esfuerzo se vio coronado por el éxito. Hay que agradecer a las Presidencias británica, austriaca y finlandesa su comprensión hacia nuestras posiciones y, también a la Comisión, que haya buscado vías de entendimiento hacia las reivindicaciones del Parlamento.

El texto del instrumento es coherente con el consenso europeo de desarrollo y con las distintas estrategias que hemos venido aprobando, en particular, la estrategia europea para el desarrollo de África. Es coherente también con el texto de la Constitución, que hace de la solidaridad con los países del Sur una prioridad constitucional de la Unión Europea.

Mi preocupación es que, habiendo consolidado las competencias del Parlamento, ahora va a hacer falta asumir las responsabilidades que nos confiere el instrumento y que van a requerir mucho trabajo de parte de la Cámara, de su Comisión de Desarrollo, de su personal, que, por cierto, deberá crecer, si queremos estar en condiciones de asumir el trabajo, y, sobre todo, de los Grupos parlamentarios, que van a ver aumentadas sus obligaciones al tener que intervenir en los documentos de estrategia de cada país con el que la Unión Europea coopera en su desarrollo, y en el control de los programas que se vayan aprobando.

No deberíamos caer en el ridículo de no ser capaces de cumplir con la obligación que tanto nos costó arrancar de los interlocutores institucionales comunitarios.

 
  
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  Thierry Cornillet (ALDE).(FR) Señor Presidente, siempre es un placer celebrar un consenso y un buen resultado. Por tanto, me sumo a mis colegas que lo han acogido con agrado. Por fin se ha restablecido el equilibrio. Tenemos un instrumento jurídico común que expira en 2013 y una revisión intermedia. Por fin tenemos un instrumento adecuado. Hemos evitado el uso confuso de términos diferentes: no se habla de países industrializados ni de derechos humanos, solo de desarrollo. Podemos fijar objetivos claros y señalar nuestras prioridades políticas.

Tenemos, por fin, un instrumento que, como han destacado mis colegas diputados, tiene su fundamento jurídico en el artículo 179, que restablece el procedimiento de codecisión. Nunca más el Parlamento Europeo no podrá codecidir sobre una política de desarrollo.

Hemos conseguido, por fin, que las dotaciones financieras estén vinculadas a programas diferentes, para que podamos mejorar el control. Quisiera resaltar por ello el trabajo del ponente, el señor Mitchell, y la atención que han prestado a esta cuestión la Comisión y el Consejo.

Señora Ferrero-Waldner, hemos tomado buena nota de los compromisos de la Comisión con respecto a nuestro papel con ocasión de la revisión intermedia y en relación con el anclaje racional de las finanzas, con el diálogo sobre los documentos de estrategia y, como quisiera señalar, con nuestras prioridades, a saber, la salud y la educación.

Para terminar, pienso que nuestro Parlamento no tendrá problemas en aprobar este informe y en aprobarlo sin enmiendas. No les haré perder más tiempo comentando dichas enmiendas, que sin duda están fuera de la realidad y son retrógradas y absurdas en todos los sentidos.

 
  
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  Witold Tomczak (IND/DEM). (PL) Señor Presidente, la idea de una Unión Europea que presta ayuda a naciones y países necesitados merece nuestro apoyo. Sin embargo, existen dudas sobre si deberían incluirse cuestiones políticas en la política de cooperación como condiciones para prestar dicha ayuda.

Entiendo el principio de no prestar ayuda a los países que infringen los derechos humanos o cometen diferentes delitos. No obstante, utilizar la política de cooperación como herramienta para obligar a los países necesitados a adoptar soluciones aplicadas en la Unión Europea como condición para prestar ayuda es presionar de forma ilegal a esas naciones y es contrario a la idea de solidaridad.

Haremos más por promover procesos democráticos si demostramos, en nuestro patio trasero, que podemos proteger los derechos civiles y las libertades y asegurar el respeto de los valores que siempre han formado parte de la identidad europea y el desarrollo de los mismos. Convertir la política de cooperación en un arma del feminismo, por ejemplo, que crea bastante controversia en la propia Europa, minará nuestro prestigio y capacidad para actuar en otras partes del mundo.

 
  
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  Andreas Mölzer (NI). (DE) Señor Presidente, señora Comisaria, el objetivo que nos hemos fijado –aumentar la ayuda oficial al desarrollo y reducir a la mitad la pobreza mundial para 2015– es ambicioso, pero hay que decir que estamos lejos de lograrlo. Mi opinión es que la ayuda al desarrollo ha de ser una medida a corto plazo, que se presta cuando las personas no tienen nada, en regiones llenas de refugiados o países en crisis, por ejemplo. No obstante, a largo plazo no puede ser un sustituto de sistemas que funcionan realmente.

Entonces lo que importa es que los beneficiarios de la ayuda tengan más poder de decisión sobre sus propios asuntos y que se les exija cierta responsabilidad a fin de evitar la corrupción y demás. África es un ejemplo de que el funcionamiento de la cooperación al desarrollo no siempre es ideal, y no es de extrañar que a menudo haya sido utilizada para promover las exportaciones de los países donantes, para sostener dictaduras o conducir a los países a la deuda y la dependencia. No es aceptable que China, por ejemplo, anime a los países a que vuelvan a endeudarse y a que generen nuevos tipos de dependencia, simplemente para garantizarse el suministro de materias primas. No obstante, tampoco es aceptable que los países estén tan dispuestos a extender sus manos para recibir fondos de desarrollo cuando no tienen la voluntad de acoger de nuevo a sus propios ciudadanos que han buscado en masa refugio en otros lugares.

 
  
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  Nirj Deva (PPE-DE). (EN) Señor Presidente, tomo la palabra para felicitar a una serie de colegas de la Comisión de Desarrollo, y en concreto al ponente, el señor Mitchell, así como a mi colega coordinadora, la señora Martens, y a todos los coordinadores de los Grupos políticos, por haber pilotado este asunto a lo largo de dos años hasta alcanzar este resultado.

Cabría preguntarse por qué se ha tardado dos años, ya que lo que hemos elaborado ahora se podría haber realizado en tres meses. Ha llevado todo ese tiempo debido a una actitud muy obstinada de un miembro de la Comisión –podríamos calificarlo de «comisario político»– que ocupaba un alto en cargo en la DG de Relaciones Exteriores. Se debe únicamente a que los Comisarios y el Consejo son conscientes de que el Parlamento Europeo es una institución democrática de primera categoría, que tiene que poder criticar la legislación y exigir responsabilidades.

En unos momentos en que el Parlamento Europeo y las instituciones europeas se consideran alejados de nuestros ciudadanos, resultaba indignante que la Comisión, en su composición de entonces, presentara un documento que revocaba los poderes de la Comisión de Desarrollo y del Parlamento Europeo para definir la política de desarrollo. Solo porque el Parlamento se mantuvo firmemente unido, a pesar de las tentativas por parte de determinadas personas de dividir a los diputados e incitarnos a que nos lanzáramos mutuamente a degüello, hemos logrado elaborar esto. Quiero que lo dicho quede reflejado en acta porque, como coordinador de la Comisión de Desarrollo, estoy en condiciones de afirmar que hemos pasado un infierno para conseguir que esto fuera aprobado de forma que la fiscalización parlamentaria, el control parlamentario de la política, el control parlamentario de los documentos de estrategia, el control parlamentario de los límites de tiempo en lo referente a la legislación y el control parlamentario de instrumentos específicos para la política de desarrollo, fueran todos muy importantes.

Hemos de conectar con nuestra gente, con nuestros electores, con nuestros votantes. Dejar que interviniera la Comisión, como si viniera de Moscú en los viejos tiempos de los sóviets, era absurdo. Doy sinceramente las gracias a los Comisarios, a la señora Ferrero-Waldner, en particular, y al señor Michel, por comprender que tenemos un papel democrático que desempeñar.

 
  
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  Marie-Arlette Carlotti (PSE).(FR) Señor Presidente, una declaración común sobre el desarrollo, una estrategia para África, compromisos sobre los niveles de la ayuda al desarrollo: no hay duda de que en los últimos años la UE ha revisado al alza sus ambiciones políticas en materia de cooperación al desarrollo y este nuevo instrumento de financiación nos proporciona una herramienta que estará a la altura de nuestras ambiciones. Un programa de financiación para siete años, exclusivamente consagrado a la solidaridad internacional, es realmente una gran victoria para nuestros socios del Sur y una gran victoria para nosotros en este Parlamento, ya que tras dos años de pulso con el Consejo y la Comisión se han satisfecho nuestras principales reivindicaciones. Es una victoria por lo que respecta al compromiso de conceder al menos el 20 % de los créditos al sector de la educación y la sanidad básica, a fin de avanzar más rápidamente hacia los Objetivos del Milenio; es una victoria por lo que respecta a la creación de una herramienta específica para financiar la promoción de los derechos humanos y los procesos democráticos en los países del Sur; y es una victoria en lo referente a la limitación del ámbito de aplicación del nuevo instrumento únicamente a los países del Sur, a fin de evitar que se trasvasen créditos para el desarrollo en beneficio de otras políticas.

Por último, la previsión de una revisión intermedia de este instrumento crucial nos brindará la oportunidad de repasarlo en breve e introducir las eventuales mejoras necesarias. Es una perspectiva feliz que nos permite cerrar hoy el procedimiento de examen de este texto con serenidad. Estas victorias llevarán a otras, como por ejemplo las negociaciones en curso sobre la programación del Fondo Europeo de Desarrollo (FED), en las que, como ponente, me esforzaré por defender las mismas prioridades.

Si bien es cierto que a pesar de nuestros esfuerzos no hemos conseguido incluir el FED en el presupuesto ni participar oficialmente en el procedimiento de comitología para controlar más de cerca la aplicación de la política de desarrollo, debemos celebrar, en cambio, victorias muy numerosas, en el primer puesto de las cuales figura el fomento de una visión generosa de la política de desarrollo. Dotándose de este instrumento de cooperación al desarrollo, la Unión Europea asume más que nunca el liderazgo en este terreno. Ya era de lejos el primer donante del mundo en este ámbito y ya hacía más que todo el mundo en materia de solidaridad internacional. A partir de ahora hará todavía más.

Hoy, Europa puede estar orgullosa, creo, de ser fiel a sus valores de generosidad y solidaridad. Yo también quisiera asociarme a lo que se ha dicho y dar las gracias al ponente, el señor Mitchell, a todos los que han trabajado –en especial a mi colega, el señor Van den Berg– y a todos los que han contribuido y mucho a este resultado. Espero que este informe se apruebe sin enmiendas.

 
  
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  Toomas Savi (ALDE). (ET) El instrumento financiero para la cooperación al desarrollo implica un compromiso muy frágil entre la Comisión, el Consejo y el Parlamento. Además, debemos reconocer que las opiniones del Parlamento se han tenido en cuenta durante mucho tiempo en el procedimiento de codecisión.

Toda propuesta de añadir un nuevo instrumento implicaría que el instrumento no se aplique desde comienzos del año siguiente y es posible que la ayuda ni siquiera llegue a quienes la necesitan. El instrumento abarcará una amplia gama de países en desarrollo, desde los países menos desarrollados hasta los países con altas rentas. El instrumento también abarcará una amplia gama de temas e incluirá actividades anteriormente financiadas con cargo al presupuesto de medio ambiente.

Estoy satisfecho con el curso de los procedimientos, durante los cuales el Partido Popular Europeo ha retirado esas propuestas de enmiendas que mencionaban instituciones políticas; así pues, ofreceré una breve conclusión. Quiero hacer hincapié de nuevo en que el instrumento financiero de cooperación al desarrollo es un compromiso entre instituciones y que retrasar su tramitación implicaría la demora y la interrupción de la ayuda, lo cual sin duda no sirve a la finalidad del instrumento de promover la democracia y los derechos humanos. Por tanto, apoyo la aprobación del informe sin ninguna enmienda.

 
  
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  Georgios Papastamkos (PPE-DE). (EL) Señor Presidente, mi intervención se refiere al informe del señor Martin, a quien debo felicitar por su creativa contribución. Su informe se refiere al instrumento financiero para la cooperación al desarrollo con países y territorios industrializados.

El debate relativo a la creación de dicho instrumento financiero forma parte de un problema más amplio que concierne principalmente a la armonización de las acciones de la Unión Europea en el interior, en el exterior y, en segundo lugar, la cohesión de toda la actividad exterior de la Unión Europea, ya sea política, financiera o comercial.

En particular, el Reglamento propuesto unifica un grupo heterogéneo de países, así como una amplia gama de actividades en ámbitos como la economía, el comercio, la investigación y la cooperación científica. Distribuir los recursos por campo de actividad por un lado, y por país o grupo de países por otro, debería reflejar los objetivos estratégicos, políticos, financieros y comerciales de la Unión Europea.

Señorías, con respecto a la cohesión de la actividad exterior de la Unión Europea quiero referirme a la nueva estrategia comercial que ha anunciado el Comisario de Comercio Exterior. Dado que esta estrategia se refiere a nuestros próximos pasos con importantes socios comerciales de la Unión Europea, ¿se plantea una cuestión de compatibilidad con respecto a las prioridades políticas de la Unión Europea? ¿Relaciona la gama de temas abarcados por el instrumento financiero propuesto con las opciones políticas internas de la Unión Europea? Además, ¿no debería promover aún más el papel activo del Parlamento Europeo a la hora de fijar las prioridades, así como la evaluación de la eficacia del programa?

 
  
  

PRESIDENCIA DE LA SRA. KAUFMANN
Vicepresidenta

 
  
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  Erika Mann (PSE). (DE) Señora Presidenta, señora Comisaria, Señorías, es buena idea que celebremos este debate, ya que en el futuro terminaremos con un fundamento jurídico compartido que diferenciará entre países en desarrollo y países más ricos, naciones industrializadas y, por tanto, es bueno que hoy hablemos de esto.

El señor Martin, el ponente, tiene razón cuando dice que debemos buscar un enfoque más lógico y sistemático cuando se trata de defender los intereses de la Unión Europea en nuestros esfuerzos de cooperación con terceros, y me alegro que la Comisión tratara con respeto su argumento de que es preciso diferenciar más y tener en cuenta los intereses concretos de los países, evaluar más y una revisión temprana.

Quiero añadir un par puntos más, que el señor Papastamkos ya ha abordado. Cuando se haga esta revisión, esa diferenciación debe reflejarse de forma todavía más lógica en nuestros tratos en los frentes de la política exterior y la política comercial. Lo que quiero decir con esto es que actualmente mantenemos relaciones muy intensas con ciertos países, con acuerdos de libre comercio y acuerdos de asociación, pero la idea sobre cuya base cooperamos utilizando instrumentos financieros no siempre es acorde con nuestro pensamiento político.

Se deduce que también deberíamos esforzarnos por una mayor profundidad estratégica en la cooperación financiera, ya que no tiene sentido establecer acuerdos de libre comercio –con México o Chile, por ejemplo– y pensar en más acuerdos de este tipo para el futuro sin ser lógicos en nuestra cooperación; tan ilógico es negar a los países menos desarrollados ayuda más intensa que la dada a los países que ya han empezado a recuperarse y pueden calificarse de emergentes. Justo en esto tenemos que ser más específicos en el futuro, y añadiría que para ello es preciso consultar al Parlamento, no solo en materia de instrumentos financieros al amparo del procedimiento de codecisión, sino también tan pronto como se inicie el diálogo sobre la conclusión de cuerdos bilaterales, y que su acuerdo sea un requisito indispensable, porque de lo contrario la participación de esta Cámara solo dará lugar, en última instancia, a una brecha abierta entre la Comisión y los Estados miembros, lo que simplemente impedirá una ayuda plena y democrática.

Quiero pedir a la Comisaria, con carácter urgente, que haga hincapié, en los debates entre la Comisión y los Estados miembros, en la necesidad de obtener la aprobación del Parlamento en todos los ámbitos, para que nuestro sistema de valores, del que tanto hablamos, siga intacto no solo cuando hablamos de otros países, sino también cuando hacemos política para nosotros.

 
  
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  Jana Hybášková (PPE-DE). (CS) Señora Presidenta, señora Comisaria, quiero dar las gracias al señor Mitchell y a los coordinadores, y felicitarles por lograr afirmar, a través de valores morales compartidos, la voluntad de un Parlamento directamente elegido, logro que se debe en parte a nuestro apoyo. La cooperación al desarrollo debe conducir al desarrollo y no al estancamiento. Debe conducir al Estado de Derecho, al desarrollo de una economía libre y, a su vez, al pluralismo en la toma de decisiones y el respeto de los derechos humanos.

Tal y como muchos países del mundo han demostrado, el desarrollo económico por sí mismo no basta. No es suficiente buscar la apertura económica y el desarrollo económico rápido cuando, a falta de un Estado de Derecho, existe estancamiento político, una sociedad cerrada, corrupción y usurpación del poder. El desarrollo económico de este tipo propicia fracasos políticos y problemas de seguridad graves y acaba en terrorismo.

En el Parlamento tenemos a nuestra disposición un instrumento con el que podemos condicionar la ayuda al desarrollo, orientándola y asignándola de modo que se cumplan debidamente los criterios y lograr un verdadero desarrollo. Este instrumento fija condiciones financieras precisas y facilita fondos controlados con rigor para programas de desarrollo, incluidos los de beneficiarios no estatales y autoridades locales. Si todos salen ganando, el Parlamento podrá influir en la forma final de los documentos estratégicos nacionales y evaluar su aplicación. Hablando en calidad de miembro de la Comisión Ejecutiva del Movimiento Mundial por la Democracia, celebro la posibilidad de promover la auténtica democracia a través de nuestro Parlamento democráticamente elegido. Solo quiero prometer que junto con los demás diputados a esta Cámara me esforzaré todo lo posible por asegurar que trabajemos con eficacia con la Comisión y el Consejo para lograr el desarrollo en todo el mundo.

 
  
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  Proinsias de Rossa (PSE). (EN) Señora Presidenta, quiero felicitar al señor Mitchell y al señor Van den Berg por su excelente trabajo sobre el instrumento de cooperación al desarrollo. No obstante, debo manifestar que me opongo firmemente a las enmiendas planteadas por el señor Mitchell al considerando 18, al artículo 5 y al artículo 12.

Dentro de algunos días ya no tendremos partidas separadas para la financiación de los derechos de salud sexual y reproductiva y pienso que sería una gran injusticia, sobre todo para las mujeres que corren riesgo de dolencia grave durante el embarazo, que se suprimieran estas referencias. En varios acuerdos ya firmados por el Parlamento Europeo con la Comisión, con el Consejo y en acuerdos internacionales, estamos comprometidos con la formulación exacta recogida ya en este ICD, y me parece poco sincero por parte del señor Mitchell que ofrezca, a título de explicación a estas enmiendas, la afirmación de que estos asuntos no pueden ser tratados en dos partidas.

Estos temas han sido debatidos hasta la saciedad por esta Cámara y por la mayoría de los Parlamentos nacionales, y el resultado siempre ha sido el mismo en este Parlamento. Este Parlamento defiende los derechos de la gente a elegir con independencia su actividad sexual, sus inclinaciones sexuales y su derecho a unos servicios sanitarios adecuados, y a evitar la sobrecogedora cifra de mortalidad de cerca de 90 000 mujeres, que fallecen anualmente a causa de abortos clandestinos. Tenemos que poner fin a esa situación y creo que deberíamos dejar el informe tal como está.

 
  
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  Justas Vincas Paleckis (PSE). (LT) Hoy solo oímos halagos para el ponente, el señor Mitchell, que ha logrado un buen compromiso tras dos años de negociaciones con el Consejo en un asunto muy importante. Por primera vez tenemos una definición de la política de desarrollo que permite dirigir los recursos de ayuda de la cooperación al desarrollo solo a los países que más los necesitan. Una quinta parte de los fondos irá a parar a los ámbitos de la asistencia sanitaria y la educación, lo que constituye una ayuda equitativa desde el punto de vista social para los países que intentan liberarse del yugo de la pobreza, la enfermedad y la educación insuficiente.

Es muy importante que el Parlamento pueda ejercer el control continuo y que influya en la asignación de fondos. El compromiso que se está elaborando demuestra que eso es esencial.

Me parece que los países en desarrollo celebrarán este paso constructivo del Parlamento Europeo y la Comisión Europea, lo que nos permite esperar que se asignen con seriedad 17 000 millones de euros, que beneficiarán al máximo a las personas que afrontan las mayores adversidades. Es importante extender estas noticias también en los países de la Unión Europea, en particular en los nuevos Estados miembros.

 
  
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  Eoin Ryan (UEN). (EN) Señora Presidenta, yo también deseo felicitar al señor Mitchell y al señor Van den Berg por el éxito de este informe, que se centra en simplificar la forma de invertir la ayuda de la UE en los países en desarrollo. Quiero manifestar asimismo que, por desgracia, no puedo apoyar las enmiendas que ha presentado el señor Mitchell, por las mismas razones que las que ha expuesto el señor De Rossa. Tal como ha dicho, se trata de un asunto que ha sido tratado en diferentes ocasiones, tanto en el seno del Parlamento como a nivel internacional. Creo que deberíamos atenernos a los acuerdos que están vigentes desde El Cairo.

«Los Estados Unidos combaten, las Naciones Unidas alimentan y la UE financia». Esas son las palabras de un estudiante francés de asuntos internacionales. Por injustas que sean, retrata la importancia de la UE para los países en desarrollo. En los últimos años, el mundo se ha visto trágicamente golpeado por catástrofes como tsunamis, terremotos en Pakistán y las recientes inundaciones en Bangladesh. El Fondo CERF de las Naciones Unidas está destinado a financiar y dar una respuesta rápida a cualquier emergencia mundial imprevista y facilitar la financiación crítica que ya ha sido habilitada por donantes internacionales. En los primeros cinco meses de este año, el CERF ha dedicado 200 millones de euros a más de 320 proyectos en 26 países. Sin embargo, ECHO se ha negado hasta la fecha a realizar aportaciones al CERF, alegando que cuenta con su propio mecanismo de financiación rápida para la ayuda rápida e imparcial en casos de emergencias. Yo pregunto lo siguiente: ¿qué sentido tiene contar con dos fondos que se supone persiguen los mismos objetivos? ¿Por qué no habilitar un fondo central que se encargue de estas emergencias?

Quisiera pedir al Comisario de Desarrollo y Ayuda Humanitaria de la UE, el señor Michel, que se siente a debatir con las Naciones Unidas con vistas a armonizar la respuesta global a emergencias internacionales. La burocracia no debe constituir un obstáculo para salvar vidas humanas, pues eso es de lo que estamos hablando. No nos peleemos por dos diferentes bloques de financiación, cuando el objetivo radica en alimentar y financiar a las personas que han sufrido una catástrofe tan pronto como nos sea posible.

 
  
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  Benita Ferrero-Waldner, miembro de la Comisión. (EN) Señora Presidenta, quiero darles las gracias una vez más por este debate final. Hemos celebrado prolongadas negociaciones, que en ocasiones no han sido sencillas, y multitud de diálogos a tres bandas formales e informales. Como siempre, cada parte ha de dejar claras sus opiniones y eso, en ocasiones, lleva su tiempo. Sin embargo, lo importante es que al final alcancemos un resultado satisfactorio. He prestado suma atención a todas sus intervenciones y creo que todos podemos aceptar este resultado y mirar hacia el futuro. Ahora existe un nuevo conjunto de instrumentos financieros y queremos mejorar la acción exterior y aumentar la visibilidad en favor del desarrollo, la estabilidad y los derechos humanos.

Permítanme decir unas palabras acerca de ciertos aspectos concretos mencionados en el debate. Acerca de la cuestión de la salud y los derechos sexuales y reproductivos, soy consciente que el tema es de una naturaleza muy delicada siempre que se suscita en los diferentes foros. Se convierte en un asunto aún más complejo en una Unión de 25 Estados miembros, cada uno de los cuales posee sus propias tradiciones diferentes. Por tal razón, las pertinentes estipulaciones en el Instrumento de Cooperación al Desarrollo representan un compromiso perfectamente equilibrado que, debo admitir, ha resultado difícil de lograr y que no debe volver a plantearse. Estas previsiones están tomadas, en gran medida, del antiguo reglamento sobre ayuda a las acciones relativas a la salud y los derechos sexuales y reproductivos en los países en desarrollo. Por tanto, estas previsiones ya reflejan un cierto consenso, puesto que el antiguo Reglamento fue aprobado por el Parlamento por el procedimiento de codecisión. Trasladar el asunto desde el Instrumento de la Cooperación al Desarrollo a un Reglamento independiente no resolvería el problema, sino que prolongaría los debates sobre este asunto tan delicado. Una solución así iría contra el propósito de simplificación, que ha sido el principio rector de la reforma de los instrumentos de acción exterior. Las pertinentes disposiciones sobre el Instrumento de la Cooperación al Desarrollo reflejan un compromiso equilibrado, que muy probablemente no se vería mejorado regulando el tema de la salud sexual y reproductiva en un Reglamento aparte.

Quiero decir igualmente unas palabras sobre la cuestión del planteamiento principal. La Comisión ratifica que la erradicación de la pobreza y la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio es un objetivo primordial de su ayuda al desarrollo. La Comisión se compromete a conceder prioridad a la salud y la educación básicas y a la cohesión social en su conjunto en su función de programación y ejecución de los programas nacionales. Además, la Comisión se va a esforzar por garantizar que la cantidad fija del 20 % de su ayuda asignada en virtud de los programas nacionales, cubierta por el ICD, esté dedicada llegado el año de la revisión, 2009, a la educación básica y secundaria y a la atención sanitaria básica.

Pero también tengo que decir que el IDC contiene asimismo un programa temático sobre migración y asilo, que es el sucesor del antiguo programa AENEAS. El contenido de este programa temático es de nuevo la expresión de un compromiso perfectamente equilibrado, en concreto con los Estados miembros en el Consejo. A la vista de los retos con que la Unión Europea se enfrenta en el campo de la migración, los programas temáticos responderán a tales necesidades. De hecho, las causas profundas de la migración se acometerán, primordialmente, por medio de nuestra cooperación geográfica; acabo de referirme a ella. los que tienen perspectivas, no emigrarán, pero hay otra mucha gente. Se trata de combatir la migración ilegal por una parte, y de trabajar en favor de la legal, por otra. No debemos cerrar los ojos al hecho de que la migración, y en especial la ilegal, constituye unos de los grandes retos de nuestra época al que hemos de hacer frente.

Espero con impaciencia poner en funcionamiento estos instrumentos, junto con ustedes. Hemos de mirar adelante. Una de las cuestiones más arduas en el transcurso de las negociaciones sobre estos nuevos instrumentos aprobados por la vía de la codecisión ha sido la función del Parlamento en la planificación estratégica, tal como se expone en los documentos de estrategia. Sobre la base de las declaraciones adjuntas para el Acuerdo Interinstitucional acerca de las nuevas perspectivas financieras, las modalidades de un diálogo de control democrático han quedado exploradas en un intercambio de cartas con las comisiones afectadas. El primer documento de estrategia de un país piloto llegará pronto al Parlamento. Ahora estamos pendientes de la puesta en práctica de dicho diálogo de fiscalización democrática.

Con respecto al instrumento para la cooperación con los países industrializados, quiero decir al señor Martin y a la señora Mann que, como es sabido, el fundamento jurídico es el artículo 181(A) del Tratado constitutivo de la Comunidad Europea, que prevé el procedimiento de consulta en el proceso legislativo. Pero la Comisión, desde luego, siempre está dispuesta a intercambiar opiniones con el Parlamento, también sobre aspectos de cooperación con países industrializados. Sin duda tendremos muy en cuenta cualquier resolución que el Parlamento pueda aprobar a este respecto.

Si en los países en desarrollo no siempre se han obtenido los resultados que deseábamos lograr, se debe a que en ocasiones aún no se ha alcanzado la gobernanza. Este es otro factor muy importante que quiero poner de relieve, ya que estamos aportando una cantidad enorme de financiación e intentando hacer cuanto podemos. Pero por desgracia, a veces todavía no existe buena gobernanza.

En conclusión, las negociaciones siempre son complicadas, pero lo que nosotros perseguíamos era la simplificación. Resulta de enorme importancia simplificar con el fin de conseguir visibilidad y eficacia. Reducir más de 40 instrumentos jurídicos diferentes a siete instrumentos de índole política ha entrañado serias dificultades, pero creo que, al final, ha supuesto un reto gratificante. Ya han entrado en vigor tres nuevos instrumentos: preadhesión, la política de vecindad y el instrumento de estabilidad. A corto plazo se van a aprobar cuatro instrumentos: el ICD y el instrumento de cooperación con los países industrializados, la seguridad nuclear y los instrumentos de derechos humanos y democracia. Todos los que han hablado hoy de los resultados positivos de nuestras negociaciones respecto del ICD y el instrumento de cooperación con los países industrializados así lo han entendido.

Lo que este ejercicio en su conjunto ha puesto de manifiesto es que si nosotros, las tres instituciones –la Comisión, el Consejo y el Parlamento– trabajamos conjuntamente de forma constructiva, al final podemos presentar buenos resultados. Una vez más, me satisface cooperar con ustedes para garantizar una ejecución realmente buena, eficaz y visible.

 
  
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  La Presidenta. El debate queda cerrado.

La votación se celebrará hoy a las 12.00 horas.

 
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