Hélène Flautre (Verts/ALE), ponente. – (FR) Señor Presidente, quiero decir, brevemente, que espero que nos dispongamos a adoptar, masivamente, este instrumento europeo para la democracia y los derechos humanos, porque es el único que permite apoyar los proyectos de fomento de la democracia en terceros países sin el aval de los Gobiernos, el único instrumento, pues, que permite responder a lo que nos acaba de plantear el señor Milinkievitch: ¿cómo apoyamos a medios de comunicación libres, cómo apoyamos a la sociedad civil independiente, cómo defendemos y protegemos a defensores de los derechos humanos en los terceros países sin el aval de los Gobiernos? La respuesta está en este instrumento.
(Aplausos)
Edward McMillan-Scott (PPE-DE), ponente. – (EN) Señor Presidente, quiero informar a la Cámara de que no solo hemos logrado un instrumento independiente para promover la democracia y los derechos humanos como sucesor de la iniciativa europea, en contra de los deseos originales del Consejo y la Comisión, sino que hemos logrado alcanzar todos los objetivos marcados por el Parlamento Europeo.
En respuesta a lo que ha dicho el señor Milinkevich esta mañana, es cierto que ahora el instrumento puede tener la capacidad para operar dentro de su país sin el consentimiento del mismo, como dice la señora Flautre. Además, este año he visitado una serie de los que denominamos «países difíciles» –China, Cuba, incluso Rusia hoy, partes del mundo árabe– en los que hay un franco retroceso de la democracia.
Voy a leer un pasaje de la carta que la señora Ferrero-Waldner envió el pasado viernes a los ponentes y al Presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores, el señor Brok: «Esta disposición también puede incluir la cooperación con socios políticos democráticos en terceros países, siempre que se respete el principio de imparcialidad con respecto a dichos socios. Por otro lado, la financiación de partidos políticos como tal queda excluida del ámbito del proyecto de Reglamento.»
Así que, señor Presidente, esto es una parte del proceso de la política moral de la que ha hablado el señor Milinkevich, pero solo una parte. Tenemos que hacer mucho más y no dejar esa parcela en manos de los estadounidenses.
(Aplausos)
El Presidente. – Si no me equivoco, usted propone una enmienda oral a la enmienda 147.
Hélène Flautre (Verts/ALE), ponente. – (FR) Señor Presidente, no se equivoca usted, en efecto. Se trata de una enmienda oral a la enmienda 147, que tiene por objeto, para ajustarnos exactamente a los términos negociados con el Consejo, sustituir la frase
«incluidos los derechos de los inmigrantes, los solicitantes de asilo y las personas desplazadas dentro del país» por «incluidos el disfrute de los derechos humanos por los inmigrantes, los derechos de los solicitantes de asilo y las personas desplazadas dentro del país».