3. Estrategia europea para una energía sostenible, competitiva y segura - Libro Verde - Estrategia para la biomasa y los biocarburantes - Ayuda en materia de seguridad y protección nucleares (debate)
La Presidenta. De conformidad con el orden del día, se procede al debate conjunto sobre los siguientes informes:
- A6-0426/2006, de la señora Morgan, en nombre de la Comisión de Industria, Investigación y Energía, sobre una Estrategia europea para una energía sostenible, competitiva y segura – Libro Verde [2006/2113(INI)],
- A6-0347/2006, del señor Langen, en nombre de la Comisión de Industria, Investigación y Energía, sobre una estrategia para la biomasa y los biocarburantes [(2006/2082(INI)] y
- A6-0397/2006, del señor Seppänen, en nombre de la Comisión de Industria, Investigación y Energía, sobre la propuesta de Reglamento del Consejo por el que se establece un Instrumento de ayuda en materia de seguridad y protección nucleares [09037/2006 – C6-0153/2006 – 2006/0802(CNS)]
Andris Piebalgs, miembro de la Comisión. (EN) Señora Presidenta, los diputados han decidido celebrar un debate conjunto sobre los tres informes de la señora Morgan, del señor Langen y del señor Seppänen. Esto nos da una gran oportunidad para discutir asuntos de vital importancia para la política energética justo antes del año nuevo, asuntos que el año pasado despertaron gran inquietud.
Comenzaré por el informe sobre una estrategia europea de energía sostenible, competitiva y segura. En primer lugar, quiero felicitar y dar las gracias a la ponente, la señora Morgan, por su impresionante trabajo en torno al Libro Verde sobre energía. Y también felicito y doy las gracias a los ponentes de opinión, los señores Zieleniec, Wijkman, Markov, Ehler, Takkula y Vlasák y la señora Tzampazi, por sus contribuciones.
Este documento es una importante aportación al trabajo de la Comisión sobre la revisión estratégica del sector de la energía. Su labor en los últimos meses ha enriquecido las más amplias deliberaciones de la Comisión sobre el futuro de la política energética en Europa.
Estoy de acuerdo en que la Unión Europea necesita una política energética integrada, coherente y uniforme que mantenga la competitividad europea, asegure nuestros objetivos ambientales y asegure nuestro suministro.
También comparto la visión del desafío del cambio climático. El cambio climático es lo que más nos anima a buscar una nueva política energética. La energía supone más del 90 % de las emisiones de dióxido de carbono en la Unión Europea, de modo que no podemos afrontar el cambio climático sin una adecuada política energética. Estoy de acuerdo en que la Unión Europea debe dar muestras de visión de futuro y determinación y liderar al mundo en un cambio hacia una economía con bajas emisiones de carbono, que se ha de basar en unos objetivos ambiciosos pero verosímiles para seguir reduciendo los gases de efecto invernadero más allá de 2012. Sin un mercado interior eficaz, el sistema de comercio de las emisiones –piedra angular de nuestra lucha contra el cambio climático de forma competitiva– no funcionará debidamente ni podremos lograr nuestras metas de competitividad y seguridad del suministro. Por lo tanto, la Comisión mantendrá la presión sobre los Estados miembros para la plena aplicación de la legislación.
Esta semana hemos aprobado otro paquete de medidas por infracción contra dieciséis Estados miembros. Actualmente hay procedimientos de infracción contra otros diecinueve, y esto demuestra nuestra verdadera determinación por hacer funcionar el mercado interior.
Además, en línea con las conclusiones del informe sobre el mercado interior y del informe final sobre el estudio del sector energético, la Comisión pretende ahora actuar para afrontar los siguientes asuntos pendientes: asegurar el acceso no discriminatorio a las redes desarrolladas, teniendo en cuenta sobre todo la desagregación; mejorar la regulación del acceso a redes en los ámbitos nacional y de la UE, lo que incluye una mejor coordinación entre los reguladores del ámbito comunitario; reducir el margen para la competencia desleal incrementando la transparencia y mejorando el acceso a las instalaciones de almacenamiento; favorecer un claro marco de inversión, y fortalecer el sentido de servicio público.
No obstante, el mercado interior solo podrá lograr su objetivo si obedece a las decisiones de los ciudadanos europeos. El papel de los ciudadanos es especialmente importante con respecto a nuestra agenda de eficiencia energética. Ahí podemos contribuir todos a un mundo más sostenible y seguro, y agradecemos el apoyo de sus Señorías al plan de acción para la eficiencia energética. Los ciudadanos de Europa también tienen mucho que hacer respecto a las energías renovables en la combinación energética, pero no podemos exigirles que hagan el cambio necesario sin un adecuado plan político y de inversión. Por eso estoy de acuerdo en la necesidad de un marco estable y duradero para las energías renovables.
El cambio climático, la globalización y los objetivos a largo plazo exigen nuevos esfuerzos en el plano tecnológico. Todos queremos ver a Europa liderar el camino de la investigación global, lo que significa un mejor uso de los presupuestos de investigación y hacerlos funcionar como un catalizador que lleve a una mayor financiación de la investigación industrial en la UE.
La importancia de la dimensión externa también está bien articulada en el informe: este año, nuestra política exterior ha dado algunos pasos muy importantes, como la constitución de la Comunidad de la Energía y los nuevos acuerdos con diversos países productores y de tránsito, incluidos Kazajstán, Azerbaiyán y Ucrania.
Me referiré ahora al informe del señor Langen sobre una estrategia para la biomasa y los biocarburantes. En primer lugar, quiero dar las gracias al señor Langen por su valiosa contribución y su gran ayuda a la Comisión en sus esfuerzos por la energía renovable que incluye la bioenergía.
La UE deberá primero fortalecer el marco legislativo de la energía renovable actuando conjuntamente y comprometiéndose a establecer un marco legislativo estable basado en objetivos ambiciosos. Unos objetivos exigentes y a largo plazo hasta 2020 requerirán fijar obligaciones vinculantes para los Estados miembros, a fin de garantizar el reparto de la carga y el desarrollo de un mercado interior de energía renovable. Al mismo tiempo, hemos de conceder cierto grado de flexibilidad que posibilite a los Estados miembros centrar su atención en áreas concretas según sus específicos puntos fuertes y débiles.
En segundo lugar, este marco deberá incluir medidas legislativas adecuadas para los obstáculos concretos que afectan a las energías renovables en cada sector. Por ejemplo, el acceso a la red es un elemento clave para la energía renovable en electricidad. Probablemente sea preciso mejorar la actual normativa en este campo. En cuanto a la calefacción, hacen falta medidas que eliminen las innecesarias trabas de planificación para los paneles solares, por ejemplo, y asegurar la igualdad de condiciones para las redes urbanas de calefacción.
En el transporte, es necesario tener en cuenta que el coste añadido para los biocarburantes es mayor que el de las energías renovables en otros sectores, pero hacen falta los biocarburantes en la combinación energética, pues son una buena arma no solo para combatir el cambio climático, sino también para la seguridad del suministro.
En cuanto a los aspectos concretos del informe, hay tres puntos básicos que quisiera destacar. Por un lado, celebro el énfasis sobre la certificación de los biocarburantes para asegurar que, ya sean producidos en Europa o fuera de ella, cumplan unas normas de sostenibilidad. Entiendo los argumentos para la prohibición del uso de aceite de palma, pero, tal como ha demostrado el trabajo de la mesa redonda sobre aceite de palma sostenible, el impacto ambiental de esta producción puede ser muy variable, y esto ha de tenerse en cuenta.
En segundo lugar, estoy de acuerdo con los biocarburantes de segunda generación revisten una importancia crucial: tienen un menor efecto invernadero y favorecen la seguridad del suministro al ampliar el espectro de materias primas para la producción de biocarburante. Sin embargo, no hay que crear una falsa oposición entre la primera y la segunda generación. Los biocarburantes de primera generación también mejoran la seguridad del suministro al reducir la dependencia del petróleo, además de contribuir a la reducción de gases de efecto invernadero en comparación con los carburantes convencionales. Esta primera generación sirve también de puente para la segunda. Cuando los biocarburantes de segunda generación lleguen al mercado, desplazarán a los de la primera en las redes y plantas de suministro y distribución.
Por último, estoy de acuerdo con la opinión de que es precisa una mayor información a la sociedad en general, y a los agricultores en particular, sobre el uso de biomasa y biocarburantes. Sobre todo, debemos animar a los agricultores a aventurarse en el nuevo mundo de la producción de alimentos agrícolas y cultivos energéticos.
A continuación hablaré del informe del señor Seppänen sobre el reglamento del Consejo por el que se establece un instrumento de ayuda en materia de seguridad y protección nucleares. Quiero dar las gracias al señor Seppänen por el esfuerzo realizado por el ponente y por el Parlamento en conjunto para presentar este informe a tiempo de disponer de un nuevo instrumento antes de acabar el año.
La mejora de la seguridad nuclear ha sido una parte importante de nuestro trabajo en los países de la Europa central y oriental y en la Comunidad de Estados Independientes, sobre todo Ucrania y Rusia. Pero también hemos hecho esfuerzos en otros países, como Armenia y Kazajstán. En los próximos años seguirá siendo fundamental, pues la mayor parte de nuestros vecinos y de las economías emergentes dependen en gran medida de la energía nuclear para satisfacer sus necesidades.
Dada la falta de tiempo, no puedo comentar cada una de las enmiendas, pero quisiera destacar algunas consideraciones importantes que nos impiden aceptar algunas de ellas. No hablaré de las enmiendas con las que estamos de acuerdo.
En la enmienda 3, el ponente propone añadir una referencia al riesgo de la proliferación de armas nucleares. La Comisión cree que este no es el objetivo de este instrumento, ya que de ello se ocupa el instrumento de estabilidad.
La enmienda 7 declara que «deberá otorgarse prioridad a la asistencia prestada a las instalaciones y actividades nucleares que puedan tener repercusiones significativas para los Estados miembros». Comprendo las preocupaciones que han llevado a formular esta propuesta, y quiero recalcar que es una prioridad de la Comunidad apoyar las mejoras en la seguridad nuclear de las instalaciones cercanas a nuestras fronteras. Sin embargo, debo repetir que el nuevo instrumento tiene un objetivo global, y un accidente nuclear en un lugar concreto es un accidente nuclear general, pues sus consecuencias directas e indirectas acabarán afectando al mundo entero.
Por último, las enmiendas 27 y 28, que limitan el ámbito de aplicación del instrumento «a las instalaciones que están –o estaban– en funcionamiento en el momento de la entrada en vigor del presente Reglamento». Aunque está claro que no podemos prestar asistencia al diseño y la construcción de nuevas plantas en terceros países, debería haber una posibilidad de prestar ayuda a todas las plantas existentes. En caso contrario, perderíamos un eficaz instrumento para influir en la seguridad nuclear del exterior.
Para concluir, quiero agradecer una vez más el trabajo del Parlamento y de todas las comisiones implicadas en el Libro Verde, la estrategia de biomasa y biocarburantes y el instrumento sobre seguridad nuclear. Espero que continúe nuestra colaboración por el futuro energético de Europa.
(Aplausos)
Eluned Morgan (PSE), ponente. – (EN) Señora Presidenta, a comienzos de este año un escalofrío atravesó los hogares de una amplia población de Europa Oriental, cuando la compañía rusa Gazprom interrumpió el suministro a Ucrania. Los efectos se hicieron sentir en toda la Unión Europea. Un escalofrío recorrió la espalda de muchos políticos al darse cuenta de que en el futuro, si sigue nuestra actual trayectoria, más del 80 % del gas podría proceder de fuera de la UE. Hay asuntos de la seguridad del suministro que deben ser abordados con urgencia.
Además, existe una creciente conciencia sobre la agenda del cambio climático. Los efectos de este fenómeno en el planeta están siendo más rápidos y más dramáticos de lo que se había imaginado. Si queremos poner coto a los devastadores impactos de la actividad humana en el medio ambiente, sin duda hemos de comenzar con unos cambios radicales en la forma de utilizar y producir energía.
Quisiera creer que el informe que hoy votamos pueda ser una respuesta adecuada a estos retos. La Comisión ha reaccionado ante la magnitud del problema. Esperamos haber respondido constructivamente a algunas de las difíciles elecciones que hay que hacer.
No cabe duda de que estamos ante una oportunidad para que la UE se ponga a prueba ante los ciudadanos de Europa. Colocar a los ciudadanos y consumidores de nuevo en el centro del debate energético es una de las mayores contribuciones del Parlamento a este debate. Para asumir estos retos hay que implicar al consumidor y hemos de reconocer que la escasez de energía es un problema real para millones de nuestros ciudadanos. La eficiencia energética es, sin duda, la forma más rentable de superar algunos de los desafíos que nos plantea la energía, y la Comisión ha presentado un plan de acción muy completo sobre el consumo de energía y la eficiencia energética. Es fundamental que para 2020 hagamos de la Unión Europea la economía que mejor uso haga de la energía.
Estamos ante una clara situación en que, pese a contar con abundante legislación en vigor, los Estados miembros están haciendo caso omiso de las leyes que ellos mismos han aprobado. Tenemos que llegar a una reducción de nuestro consumo energético del 20 %. Esto es absolutamente crucial, y quisiera preguntar al señor Comisario qué otros pasos podemos dar. Ha señalado usted que se van a iniciar más procedimientos de infracción, pero ¿puede usted ir más allá y dar los nombres de los Estados miembros que no están aplicando las leyes que han suscrito?
Durante demasiado tiempo, los Estados miembros han estado más preocupados por conseguir el mejor negocio para sus campeones energéticos nacionales que por ayudar y favorecer al consumidor. ¿Por qué en el Reino Unido el año pasado el 19 % de la población cambió de compañía energética, cuando en Francia no llegó al 2 %? ¿Es porque todos los ciudadanos de Francia y Alemania están contentos con sus proveedores? Lo dudo. Me temo que la causa está en las grandes dificultades que muchas compañías tienen para acceder a esos mercados debido al interés intrínseco de algunas en excluir a las demás. Por eso es preciso tomar medidas drásticas para abrir y desagregar las redes de energía. Cuando se llega al Reino Unido en Eurostar, lo primero que se ve es un gran cartel que afirma que Électricité de France está suministrando energía a millones de londinenses. Ojalá llegue un día en que pueda salir del tren en París y leer un cartel que diga: «Centrica –aún no en manos rusas– suministra energía a millones de parisinos». Pero me temo que ese día está muy lejos.
La seguridad del suministro y la sostenibilidad deben ir de la mano. Tenemos que emplear mecanismos como el régimen de comercio de emisiones para orientar la economía. La combinación energética es asunto de los Estados miembros, pero hemos de ser sensatos y reconocer que la de cada país afecta a los demás, y por eso hacen falta objetivos de recorte del 30 % de las emisiones de CO2 para 2020. Insistimos en establecer unos objetivos vinculantes del 25 % en energías renovables. Esto supondrá una auténtica revolución en la forma de producir energía de muchos Estados miembros. Gastamos grandes sumas de dinero en investigación y desarrollo, y tenemos que trabajar hacia una política energética común europea en asuntos exteriores.
Quiero dar las gracias a los demás partidos políticos, en especial al señor Reul, la señora Ek, el señor Turmes y la señora Seppänen, por su contribución y su apoyo en este debate. Espero que el señor Comisario haga suyas algunas de nuestras ideas, y esperamos oír las suyas sobre la revisión estratégica del sector de la energía en el nuevo año.
Werner Langen (PPE-DE), ponente. – (DE) Señora Presidenta, muchas gracias por darme la oportunidad de debatir el plan de acción sobre la biomasa y los biocarburantes junto con el Libro Verde, ya que todas las medidas de fomento de la biomasa y los biocarburantes cumplen los objetivos del Libro Verde –competitividad, sostenibilidad y seguridad de suministro–, aunque no de modo completo. Esto es importante, puesto que en este momento el 50 % de todas las energías renovables –alrededor del 4 % de todas las necesidades energéticas de Europa– provienen de la biomasa. Estoy muy agradecido al Comisario. El año 2006 fue un año de planes y espero que 2007 sea el año de la ejecución política. Esperamos impacientes las propuestas que tiene usted previsto presentar el 10 de enero para poner en práctica estos programas de acción y Libros Verdes, porque estamos convencidos de que no podemos omitir ninguna medida que pueda contribuir a mejorar la seguridad del suministro de la Unión Europea.
En este momento, la biomasa es un gigante dormido. El potencial es enorme, ya que en la Unión Europea solo se utilizan actualmente para cultivos energéticos 1,6 de las 97,4 millones de hectáreas que se podrían aprovechar. El 90 % de la biomasa la producimos nosotros mismos e importamos un 10 %. Pero vemos que grandes países productores como Brasil y, desde hace ahora dos años también los Estados Unidos, están llevando a cabo una estrategia deliberada de producción de biocarburantes de cultivo propio. Me parece impresionante que en el espacio de solo dos años, los Estados Unidos hayan logrado pasar de prácticamente cero a 19 millones de toneladas de biocarburantes. Eso debe ser un incentivo también para nosotros, en la medida de que seamos capaces, incluido en el contexto del uso alternativo. Nadie quiere que el desafío energético dificulte la producción de alimentos de alta calidad, por ejemplo debido a un exceso de subvenciones. Debemos mantener un equilibrio entre los dos sectores. Pero existen posibilidades. Por esta razón, la Comisión de Industria, Investigación y Energía, que era la comisión principal, aprobó en gran parte mi propuesta de informe. Es raro conseguir un voto unánime. Por ello hemos incorporado en la medida de lo posible las preocupaciones de los distintos Grupos en este informe. Sin embargo, no es demasiado largo, ya que consta de 81 apartados. Demuestra que en el Parlamento Europeo estamos en gran medida de acuerdo en seguir usando la biomasa.
El plan de acción de la Comisión describe correctamente las medidas de apoyo y las áreas prioritarias. No tenemos nada que criticar en el plan de acción, pero hemos incluido algunos aspectos en nuestra opinión que confío en que serán aprobados por amplia mayoría este mediodía, y quisiera pedirle, señor Comisario, y también a sus colegas, que incluyan estos puntos planteados por el Parlamento en su estrategia de ejecución.
Es importante, en relación con ambos bloques, que utilicemos todo el potencial que ofrece la biomasa, ya que gran parte de ese potencial aún no se utiliza, como son los bosques y las plantas de crecimiento rápido, y que garanticemos en un segundo nivel el uso de tecnologías modernas, por ejemplo con los biocarburantes de segunda generación. Por otra parte, también es importante que nos aseguremos, en primer lugar, de que el uso de los biocarburantes sea tecnológicamente neutro y, en segundo lugar, que se utilice el potencial de desarrollo existente.
Hace dos semanas hablé con un representante destacado de la industria automovilística europea, quien me dijo: independientemente de la adición obligatoria de biocarburantes y del objetivo del 5,75 % fijado para 2012, si nos dan luz verde, si las condiciones reglamentarias son correctas y las normas técnicas están adaptadas, si se nos concede libertad de acción, entonces estamos dispuestos a unirnos al sector e invertir miles de millones, y no solo para llegar al objetivo de 5,75 %. La industria europea del automóvil piensa que se puede alcanzar un 15 % en 10 años si la inversión es segura. Ese es nuestro enfoque: hacer todo lo posible.
Quiero agradecer expresamente a todos los que han trabajado en esto. Quiero dar las gracias a las demás comisiones. Se presentaron 187 enmiendas y 122 enmiendas en las opiniones; ha sido un buen debate con todos los colegas. Ahora nos quedan aún un par de votaciones separadas y el informe aún tiene que terminar de definirse en la votación. Pero por lo general podemos estar satisfechos, así que ¡muchísimas gracias! Espero que la Comisión haga suyas las instrucciones del Parlamento sobre la acción que hay que llevar a cabo.
Esko Seppänen (GUE/NGL), ponente. – (FI) Señora Presidenta, señor Comisario, he elaborado el informe para la Comisión de Industria, Investigación y Energía sobre la ayuda a terceros países en los temas de seguridad y protección nucleares. Este Reglamento supondría una ayuda adicional concedida para otros fines y es necesario en virtud de un fundamento jurídico apropiado.
No se puede conceder una ayuda para la mejora de la seguridad y la protección nucleares en países terceros sin el fundamento jurídico establecido al amparo de este Reglamento, que es el artículo 203 del Tratado Euratom. Por consiguiente, la Unión Europea, por ejemplo, puede continuar su labor de mejora de la seguridad nuclear en los antiguos países TACIS, incluso después del fin del programa de asistencia TACIS.
Señor Comisario, la comisión –no solo el ponente, sino toda la comisión– opina que la UE no debe prestar ayuda para la construcción de nuevas plantas nucleares, sino solamente mejorar la seguridad y protección de las plantas existentes y que están en funcionamiento y de otras plantas nucleares. El Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea presentó la enmienda 27 al texto aprobado por la comisión sobre este asunto. La intención es buena, pero la redacción no aclara las cosas, sino que, por el contrario, introduce un problema de interpretación. Cuando dicen que las plantas nucleares susceptibles de recibir ayuda deberán estar en funcionamiento en la fecha de entrada en vigor del Reglamento, no queda claro si las plantas existentes y en funcionamiento que en ese día preciso estén siendo revisadas o no operen por algún otro motivo, pueden recibir asistencia. No conviene excluir esas plantas de la ayuda y, por consiguiente, personalmente no puedo sancionar dicha enmienda. A mi juicio, el propósito del Parlamento al respecto se expresa claramente en otros artículos. Esta ayuda no debe concederse solamente para mejorar la seguridad y protección de las plantas existentes ni debe utilizarse para construir nuevas plantas.
Debemos recordar que la responsabilidad, en lo que a seguridad nuclear se refiere, siempre recae en la propia planta y que la ayuda de la UE para mejorar la seguridad y protección de las plantas nucleares solo es complementaria. Contribuirá a la transferencia de conocimientos específicos de la UE, de sus Estados miembros o de la Agencia Internacional de Energía Atómica a plantas nucleares de terceros países, pero su uso en los países elegibles no está sujeto a ninguna condición previa de tipo económico.
Por último, deseo presentar una enmienda oral al informe y rectificar la suma presupuestada en la enmienda 25 de la comisión y en el marco financiero multianual, que quedaría fijada en 524 millones de euros.
Quiero dar las gracias a todos por su magnífica cooperación.
Anders Wijkman (PPE-DE), ponente de opinión de la Comisión de Desarrollo. – (EN) Señora Presidenta, en un minuto solo me da tiempo para hacer dos comentarios.
En primer lugar, los biocarburantes son realmente muy importantes, pero deben producirse de la forma más eficiente. La producción de biocarburantes en los países tropicales es mucho más eficiente que en Europa, y en vez de sacar el máximo provecho de eso, parecemos dispuestos a imponer cargas a tales importaciones. Si podemos importar petróleo y gas de Arabia Saudí sin aranceles, ¿por qué se imponen aranceles a los biocarburantes? Aparte del argumento de la eficiencia, también estamos privando a países de renta baja de unos ingresos muy necesitados.
En segundo lugar, las emisiones en China y la India están creciendo a gran velocidad. Por eso, en su opinión, la Comisión de Desarrollo ha propuesto que la Unión Europea establezca una estrategia activa de cooperación tecnológica con esos países y les ofrezca apoyo financiero para cubrir algunos de los costes suplementarios de las tecnologías más eficientes posible.
La enmienda 5 propone reemplazar «financiera» por «técnica». Debemos ser más ambiciosos que eso, si no queremos que las emisiones de esos países nos inunden en el futuro. Por tanto, pido a sus Señorías que voten en contra de la enmienda 5.
Jean-Pierre Audy (PPE-DE), ponente de opinión de la Comisión de Comercio Internacional. – (FR) Señora Presidenta, empezaré dando las gracias a mi colega, el señor lancen, por su disposición a escuchar y por la sabiduría y la audacia que ha mostrado en su informe.
La Comisión de Comercio Internacional, tras constatar el importante retraso de la Unión Europea tanto en el consumo como en la producción de biocarburantes, ha propuesto aumentar las importaciones, cosa perfectamente natural, pero también prestar más atención a la producción industrial europea con el doble objetivo de lograr la independencia energética de la UE y salidas para productos agrícolas como los vegetales azucareros.
Los costes de producción del etanol ascienden a 25 euros por hectolitro en Brasil, 35 en los Estados Unidos y 45 en la Unión Europea: por eso proponemos definir, durante un período determinado, una tasa de penetración aceptable de las importaciones de bioetanol en la Unión, que sea conciliable con el desarrollo gradual de una producción comunitaria, de conformidad con la estrategia europea de desarrollo sostenible.
Jacky Henin (GUE/NGL), ponente de opinión de la Comisión de Comercio Internacional. – (FR) Señora Presidenta, en nuestra experiencia, la liberalización del sector de la energía ha dado pie siempre a precios más altos y a un servicio peor. En la UE, la liberalización y la separación entre productores y distribuidores de energía han provocado una falta de inversión en las plantas de producción y en las redes de transporte de electricidad. Esta política es la responsable de los apagones de noviembre de 2006 y provocará sin duda enormes problemas en los próximos años.
En estas circunstancias, es urgente acelerar las inversiones en investigación en todos los ámbitos, incluida la tecnología nuclear, para superar el desafío de la era postpetróleo y combatir los gases de efecto invernadero. Es urgente poner fin a la obligación de separación entre productores de energía y redes de transporte de energía y frenar todos los nuevos intentos de liberalización del sector energético.
Por esta razón defiendo la creación de una agencia europea de la energía que coordine las políticas energéticas de los Estados miembros y sus esfuerzos en materia de investigación y desarrollo. Esta entidad presidiría un grupo de interés económico a escala de la Unión, que reuniría a todas las empresas de producción y distribución de electricidad y velaría por el acceso de todos a la energía a unos costes razonables. La energía no es una mercancía como las demás, es un bien común de la humanidad.
Janusz Lewandowski (PPE-DE), ponente de opinión de la Comisión de Presupuestos. – (PL) Señora Presidenta, como en otros reglamentos nuevos, la labor de la Comisión de Presupuestos en el caso del Reglamento sobre la asistencia a la seguridad y la protección nucleares ha consistido en garantizar que sus disposiciones sean conformes con las disposiciones del nuevo Acuerdo Interinstitucional que entró en vigor en mayo de este año. Esa es la esencia de mi opinión. Resultó más sencillo elaborarla debido a que el ponente, el señor Seppänen, es miembro de la Comisión de Presupuestos.
Jan Christian Ehler (PPE-DE), ponente de opinión de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios. – (DE) Señora Presidenta, los comentarios de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios son lógicamente de índole estructural. Tenemos siete observaciones.
Primero, queremos un enfoque de la política energética que garantice que la energía sea asequible. Segundo, apoyamos un enfoque integrado de la política económica que tenga igualmente en cuenta los objetivos de seguridad del suministro energético, de seguridad de competencia y de protección del medio ambiente. Tercero, la dependencia de las importaciones energéticas no deja lugar para ninguna anteojera ideológica. Queremos una panoplia de fuentes de energía que no sea discriminatoria. Cuarto, creemos que la plena realización del mercado interior es crucial para la seguridad del suministro y para conseguir precios asequibles de la energía. Quinto, es preciso facilitar y acelerar las inversiones en redes y capacidades, así como inversiones en CO2 o energías bajas en CO2. Sexto, apoyamos a la Comisión en su actuación sistemática contra los comportamientos contrarios a la competencia a fin de garantizar una competencia leal. Séptimo, no queremos sobrecargar nuestra política energética con una burocracia innecesaria. Actualmente no necesitamos nuevas agencias o autoridades europeas, como tampoco necesitamos nuevas normas sobre el mercado interior. Es preciso utilizar de forma más eficiente el aparato existente y transponer íntegramente en el Derecho nacional la legislación europea vigente.
Evangelia Τzampazi (PSE), ponente de opinión de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria. – (EL) Señora Presidenta, señor Comisario, Señorías, tanto el uso racional de la energía como la inclusión de energías renovables en la combinación de fuentes de energía de la Unión son una demanda general de esta. Por tanto, la Unión debe tomar todas las medidas necesarias para plasmar esa demanda de una política energética común europea. Esta necesidad se expresa a través del informe de la señora Morgan, a quien deseo felicitar.
Es importante que entendamos que la Unión podría ahorrar hasta un 20 % de su actual consumo energético. Esta es por tanto una fuente de energía explotable dentro de la Unión. Dicho ahorro podría lograrse mediante la aplicación estricta del actual marco legal europeo. Disponemos de los instrumentos necesarios, a saber, los Fondos Estructurales. Para el próximo período de programación de 2007 a 2013 es preciso añadir una política favorable al medio ambiente al Fondo Europeo de Desarrollo Regional.
Frédérique Ries (ALDE), ponente de opinión de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria. – (FR) Señora Presidenta, intervengo como ponente de opinión de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria sobre el informe del señor Seppänen. Mi comisión está satisfecha, en líneas generales, con el informe elaborado por la Comisión de Industria, Investigación y Energía.
Emplearé el minuto que se me ha concedido para destacar los siguientes puntos: en primer lugar, el apoyo que la Comunidad debe prestar a la elaboración, bajo la égida de la AIEA, de un código de conducta para el sistema internacional de vigilancia de accidentes nucleares; en segundo lugar, el carácter esencial del principio de quien contamina paga, para obligar a los terceros países y los operadores a asumir sus responsabilidades; en tercer lugar, la financiación de la renovación de antiguos emplazamientos nucleares, con la condición expresa de que se garantice un alto grado de seguridad al menor coste y dentro de un periodo razonable.
En cambio, es de lamentar que nuestras enmiendas sobre la modificación del fundamento jurídico, la consideración de las auditorías independientes del Tribunal de Cuentas Europeo, o incluso el rigor presupuestario en materia de consulta, por citar solo esas, no hayan sido aceptadas.
Celebro también, a título personal, que la Comisión de Industria, Investigación y Energía aceptara mi enmienda encaminada a modificar el considerando 13, que recuerda que los Estados miembros son soberanos en materia de decisiones en el ámbito de la energía nuclear. Lo que vale para Austria no es necesariamente válido para Finlandia o Bélgica.
Liam Aylward (UEN), ponente de opinión de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria. – (EN) Señora Presidenta, acojo con satisfacción las dos comunicaciones de la Comisión relativas al Plan de acción sobre la biomasa y a la Estrategia de la UE para los biocarburantes. Es obvio que hay una necesidad urgente de incrementar la demanda de bioenergía para poder combatir el cambio climático y las emisiones de gases de efecto invernadero, para reducir la dependencia del petróleo y para impulsar el desarrollo tecnológico y económico en la Unión Europea.
La cuestión es cómo hacerlo. En mi opinión, el incremento de la demanda de bioenergía se lograría dando prioridad a la investigación, el desarrollo y la demostración de la bioenergía y los biocarburantes –sobre todo, los de segunda generación y los productos más eficientes–, fomentando la creación de mercados transparentes y abiertos, eliminando las barreras comerciales y lanzando campañas de información que impliquen a productores, proveedores y consumidores.
Es fundamental para el futuro incremento de la bioenergía que no merme la capacidad europea o de terceros países de lograr sus prioridades ambientales, como frenar la pérdida de biodiversidad, proteger los bosques, prevenir la degradación del suelo y conseguir un buen estado ecológico de sus aguas.
Celebro que el informe Langen incorpore la petición de la Comisión de Medio Ambiente de que la Comisión introduzca un sistema de certificación preceptivo e integral. Es fundamental la coordinación dentro de los departamentos de la Comisión y de los Gobiernos de los Estados miembros con un enfoque integrado del problema. Pido a la Comisión que supervise el progreso y que formule una política cohesiva que abarque a todos los agentes del proceso de producción y suministro de biomasa y biocarburantes. Asimismo, es crucial que los Estados miembros cuenten con la discreción y la flexibilidad necesarias para decidir sus propios objetivos y medidas políticas en el camino hacia las amplias metas comunitarias.
La producción de bioenergía siempre debería ir de la mano de buenas prácticas agrícolas y no debería afectar significativamente a la producción interior de alimentos en la Unión Europea ni en terceros países; los incentivos tampoco deben entenderse como subsidios indirectos, sino que se han de limitar a aquello que aporte la mayor eficiencia y los máximos beneficios para el medio ambiente y el clima.
No obstante, una mayor producción de bioenergía impulsará sustancialmente a la comunidad agrícola, y estoy seguro de que serán altamente rentables las inversiones en proyectos de biocarburantes de pequeña escala en el sector primario agrícola. Celebro la propuesta de la Comisión de estimular la adquisición pública de vehículos limpios y eficientes, incluidos los que usen mezclas ricas en biocarburante.
Apelo a los Estados miembros a que impulsen el desarrollo de planes de acción nacionales de bioenergía, y aplaudo la iniciativa del Gobierno de mi país de favorecer la producción de bioenergía y de incentivar al sector del transporte, como ha reflejado el presupuesto de la semana pasada en mi país.
Marta Vincenzi (PSE), ponente de opinión de la Comisión de Transportes y Turismo. – (IT) Señora Presidenta, Señorías, la Comisión de Transportes y Turismo ha aprobado por unanimidad una opinión sobre el informe Langen en la que pone de relieve la necesidad de optar por soluciones que estabilicen las inversiones a medio y largo plazo y que proporcionen seguridad a los inversores así como a los productores y consumidores. Quisiera que se tenga plenamente en cuenta esta opinión.
Necesitamos además una mayor claridad en la definición de los biocarburantes de segunda generación y en lo que respecta al impacto ambiental que pueda derivarse de su uso y su producción. Hablar de la biomasa derivada de residuos no es lo mismo que hablar de productos derivados de la silvicultura u otras fuentes.
Es preciso asimismo ser claros en lo que respecta a las muchas directivas anteriores que han acompañado a la política de ayuda a los biocarburantes, ya que es preciso corregir algunas incoherencias; en particular, hay que revisar la Directiva sobre la calidad de los combustibles que se mezclan con gasolina.
Hannu Takkula (ALDE), ponente de opinión de la Comisión de Transportes y Turismo. – (FI) Señora Presidenta, es cierto que las emisiones procedentes del tráfico se encuentran actualmente entre las que más aumentan en nuestra sociedad. Este hecho hace que nos interroguemos acerca de cómo poner en práctica los principios del desarrollo sostenible y encontrar soluciones en materia de transporte que sean más respetuosas con el medio ambiente, de forma que podamos responder mejor a las exigencias ambientales definidas en el transporte por tierra, mar y aire.
Tenemos un enorme problema porque no hemos invertido en modos de transporte respetuosos con el medio ambiente ni les hemos prestado ayuda económica. Buen ejemplo de ello es el biodiesel o los coches híbridos, que han estado esperando en vano ayuda financiera, por lo que se han quedado en un fenómeno muy marginal.
La fiscalidad también es una manera de ir hacia a un desarrollo más sostenible, pero los Estados miembros no han querido emprender esta vía. Ahora hace falta prestar apoyo en ese ámbito: desgravaciones fiscales y políticas claras que muestren que el medio ambiente y el desarrollo sostenible son realmente una prioridad para nosotros y no un simple tema para los discursos de las grandes ocasiones.
Oldřich Vlasák (PPE-DE), ponente de opinión de la Comisión de Desarrollo Regional. – (CS) Señora Presidenta, señor Comisario, Señorías, en primer lugar quisiera felicitar a la señora Morgan por su labor, incluido el acuerdo negociado, que refleja las opiniones de las diversas corrientes políticas en que se dividen los miembros de la comisión así como la experiencia adquirida en este terreno.
Como ponente de opinión de la Comisión de Desarrollo Regional, creo firmemente que a la hora de elaborar una política energética europea debemos respetar ante todo el principio de subsidiariedad, ya que siempre serán los propios Estados miembros los que deberán tomar las decisiones concretas sobre la combinación de fuentes de energía y las preferencias en el ámbito de las fuentes de energía renovables o de la energía nuclear, de forma que se puedan tener en cuenta las condiciones geográficas, climáticas y económicas de una región particular. También debemos ser conscientes de que la energía más barata es aquella que no necesitamos producir. Por tanto, el camino a seguir es el del ahorro de energía. En este contexto hay un gran potencial, particularmente en las ciudades, que suman más del 70 % del consumo de energía. Por esta razón, la Comisión debe iniciar un diálogo genuino en especial con las ciudades, pero también con entidades autónomas y sus asociaciones.
Willem Schuth (ALDE), ponente de opinión de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural. – (DE) Señora Presidenta, señor Comisario, Señorías, quiero iniciar mi intervención felicitando al señor Langen por su informe equilibrado. Como ponente de opinión de la Comisión de Agricultura sobre este informe, me complace poder comentar brevemente algunos puntos.
La bioenergía revestirá una importancia crucial en la futura combinación de fuentes de energía. En muchas regiones puede contribuir y contribuirá a la seguridad del suministro energético y a la reducción de nuestra dependencia de las importaciones. También contribuirá al mantenimiento del clima y al fomento del empleo y la economía en las regiones rurales de Europa.
La Comisión de Agricultura considera particularmente importante la introducción de un sistema de certificación de la UE. Por una parte, debemos evitar cargas administrativas adicionales para los productores europeos mediante la utilización de normas vigentes como la condicionalidad. Por otra parte, los biocarburantes importados de terceros países también deberán cumplir criterios ecológicos estrictos para garantizar un equilibrio ambiental positivo.
A la hora de promover los biocarburantes y asignar los recursos disponibles, no hay que dar prioridad a la investigación sobre los biocarburantes de segunda generación. Aún existen grandes posibilidades de investigación en el ámbito de los combustibles de primera generación.
Herbert Reul, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (DE) Señora Presidenta, Señorías, cuando se inició este debate estábamos en la situación de enero de 2006, como bien ha señalado la señora Morgan. Ya no nos cabe la menor duda de que Europa es tremendamente dependiente en materia energética. En el año 2000, la dependencia energética de Europa era del 50 % y en 2030 será de alrededor del 70 %. Esto significa que la seguridad del suministro ha adquirido ahora tintes dramáticos. También significa que hay que dar un nuevo enfoque a las necesidades de política exterior y que hay que sacar asimismo nuevas conclusiones sobre la cuestión de asegurar y utilizar nuestros propios recursos energéticos. Por último, también requiere que volvamos a reflexionar sobre la integración de los tres objetivos de seguridad del suministro, sostenibilidad y competitividad.
No creo que debamos limitarnos a presentar nuevas ideas y conceptos; como ya ha dicho el señor Langen, debemos intentar cambiar gradualmente la realidad. Debemos conceder mayor importancia a la ejecución y al cambio. ¿De qué sirven todas las propuestas si en la práctica casi nada cambia? Por ello, me alegra mucho del hecho de que con este informe hayamos contribuido a ver las cosas de manera bastante más realista. No podemos exigir fiabilidad a los inversores ni que las empresas inviertan más si no ofrecemos por nuestra parte fiabilidad a largo plazo en la vertiente política. Presentar constantemente nuevas propuestas y establecer nuevas instituciones no nos hará avanzar. También significa, por ejemplo, que debemos pararnos a pensar antes de abordar una cuestión como la desvinculación de la propiedad. Apliquemos primero la fase 1 antes de iniciar la fase 2, pues tengo mis dudas de que la expropiación o nacionalización de las redes sea la solución correcta.
La respuesta al problema no será una solución única, sino múltiple. Sí a la eficiencia energética, sí a las energías renovables, pero debemos reconocer también que estas solo ofrecen soluciones limitadas a nuestro problema. Esto es así. Si queremos reducir las emisiones de dióxido de carbono, también debemos invertir más en energía nuclear. No queremos que ningún tema sea tabú en este terreno, queremos franqueza, variedad, diversidad, flexibilidad y realismo.
Edit Herczog, en nombre del Grupo del PSE. – (HU) En mi calidad de coponente, también yo acoger con satisfacción el informe del señor Seppänen sobre el aumento de la seguridad de los reactores nucleares que operan en terceros países. Europa siempre ha desempeñado un papel de liderazgo en el ámbito de la seguridad nuclear y este programa seguirá ayudándonos en este terreno durante los próximos siete años.
La seguridad de la energía nuclear depende sobre todo de factores humanos. Las tareas de planificación, construcción, funcionamiento, mantenimiento, supervisión, transporte y desmantelamiento de los reactores nucleares están indudablemente en manos de personas, por lo que necesitamos personal cualificado y conocimientos y equipos adecuados. Este programa, destinado a las Repúblicas de la antigua Unión Soviética, que lindan con las fronteras orientales de la UE, resulta, por tanto, particularmente importante desde el punto de vista de nuestra propia seguridad del suministro energético. Esto permitirá al mismo tiempo que empresas, universidades e investigadores europeos –entre ellos los húngaros–, que posean la suficiente seguridad, tradición y experiencia en el ámbito nuclear, puedan acceder a mercados exteriores prometedores.
Pido al comité encargado de tomar las decisiones relativas al programa y a la Comisión Europea, responsable de ponerlo en práctica, que lo hagan de la manera más efectiva posible. Permítanme aprovechar la ocasión para felicitar a los otros dos ponentes y, en particular, para evocar lo que señala la señora Morgan en su informe, a saber, que la energía no debe considerarse un asunto que atañe principalmente a las industrias del sector energético, sino que concierne a las personas afectadas, es decir, a los consumidores. El elemento clave de la estrategia energética europea consiste en garantizar que los ciudadanos europeos disfruten de unas condiciones de vida adecuadas y en garantizar el suministro de una energía segura y barata, que es indispensable si queremos seguir siendo competitivos.
Deseo felicitar especialmente a los autores del informe por lograr equilibrar el valor añadido del mercado interior, los desafíos mundiales y la subsidiariedad de los Estados miembros. Felicito hoy a los ponentes y espero, señor Comisario, que tenga usted la oportunidad de ejecutar todas estas medidas durante el próximo año.
Lena Ek, en nombre del Grupo ALDE. – (EN) Señora Presidenta, quiero dar las gracias al ponente y a mis colegas por su colaboración.
Un futuro próspero, competitivo y sostenible para Europa exige un cambio importante de la política energética. Hoy tenemos problemas con la producción, la distribución, los derechos de los consumidores y también con el calentamiento global, la estabilidad y la seguridad. El reto y el urgente desarrollo de una nueva política energética europea son una gran oportunidad para los ciudadanos europeos, la industria de Europa y el medio ambiente. Por tanto, acojo con satisfacción la ambiciosa agenda energética de la Comisión para el año próximo.
Quiero subrayar la importancia del mensaje de hoy del Parlamento. Por eso pido a sus Señorías que respalden el resultado de la votación en la Comisión de Industria, Investigación y Energía, donde hemos conseguido combinar una solución mercado reforzada, favoreciendo el acceso al mercado de nuevos agentes, más transparencia y el derecho de los consumidores a la información, con una clara señal política sobre objetivos internacionales vinculantes en cuanto a energías renovables y reducción de CO2.
Asimismo, quisiera destacar la importancia de incluir las vertientes de distribución y consumo en la actual concentración de la producción y reitero que deben utilizarse mucho más tecnologías existentes como la combinación de calefacción y electricidad, la trigeneración y las redes urbanas de calefacción, reduciendo y haciendo más eficiente el uso de la energía.
La política energética no debe considerarse un tema aislado. Es fundamental desarrollar el 7º PM y reformar la PAC en función de las necesidades de una mayor producción europea de energía.
El Parlamento apoyará las actuales estructuras de cooperación entre los Estados miembros, así como la firme voluntad de la Comisión de seguirlas desarrollando. Sin embargo, no estamos a favor de nuevos organismos que supongan una carga burocrática y financiera para la Unión.
Quiero expresar mi firme apoyo a la ambición de la Comisaria Kroes de conseguir que se cumpla la legislación sobre competencia, a fin de evitar el abuso de poder en el mercado. Las experiencias son como las estrellas: no se ven hasta que se pone el sol. La UE puede aprovechar la ocasión de dar un gran impulso al mercado energético, resolver problemas ambientales y crear empleo. No perdamos la ocasión.
Claude Turmes, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (EN) Quiero empezar dando las gracias a la señora Morgan y a la señora Ek por una línea política que combina el medio ambiente con la competencia. Ese es el camino correcto.
(DE) Señora Presidenta, Europa se encuentra en una encrucijada. Tenemos una política energética y de transporte concebida para unas cuantas grandes empresas. Esto implica dar luz verde a los vehículos pesados que consumen mucha gasolina, centrales eléctricas de carbón que alteran el clima, tecnologías peligrosas, energía atómica, competencia desleal y la perpetuación del principio del beneficio a ultranza que impera hoy en el mercado. Esa es la política que la Comisión –mejor dicho, el Comisario Verheugen con el apoyo activo del señor Barroso– quiere imponer en contra de Comisarios expertos en la materia como el señor Piebalgs, de la señora Kroes o del señor Dimas.
Sin embargo, también hay una política energética y de transporte para los ciudadanos de Europa y para miles de pequeños empresarios y comerciantes. Dicha política supondría invertir masivamente en la modernización de los edificios europeos, crear miles de puestos de trabajo, reducir la dependencia energética de Europa, inclusive en el caso del gas, y mejorar las normas aplicables a objetos de consumo masivo como coches, frigoríficos, pantallas planas e inmuebles.
Es asimismo muy importante que la Directiva vigente sobre el fomento de fuentes de energía renovables siga en vigor, ya que sus beneficios son tan grandes que son como una espina clavada en E.ON y EDF. Nos ha prometido usted una nueva directiva sobre calefacción y refrigeración en enero, señor Comisario. Esa directiva es necesaria, luego los ciudadanos ya actuarán en consecuencia. También necesitamos más competencia. Solamente tenemos este planeta. No debemos abandonarlo en aras de los intereses crematísticos a corto plazo de unas cuantas grandes empresas y sus cómplices políticos.
Roberto Musacchio, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (IT) Señora Presidenta, Señorías, he participado en la conferencia de Nairobi sobre el clima, donde ha habido algunas declaraciones y compromisos significativos.
En primer lugar y ante todo se ha decidido que Kyoto seguirá vigente después de 2012. Además, se han abierto vías de acción que van mucho más allá del simple comercio de emisiones y apuntan, por el contrario, a iniciativas positivas.
Habrá dos fondos, uno para la adaptación tecnológica y otro para energías limpias y renovables. Por último, se debatieron las cuestiones relativas a la transferencia de tecnología y a la lucha contra la deforestación. Kofi Annan está en lo cierto cuando dice que estos enfoques requieren un liderazgo político más fuerte, y es Europa quien tiene que expresar esa voluntad política, entre otras cosas mediante la presentación por parte de los Estados miembros de planes serios y convenientemente documentados sobre la reducción de emisiones, de acuerdo con los objetivos de Kyoto y basándose en progresos sustanciales en materia de conservación de energía y fuentes de energía renovables.
El Parlamento Europeo, a través de su Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, podría estimular e impulsar acciones en este sentido, por ejemplo a través de la cooperación con los Parlamentos nacionales. Lo que necesitamos una dirección positiva, que a su vez requiere un apoyo político activo y políticas centradas en la cooperación y la innovación, en lugar de una lógica puramente comercial de privatizaciones y liberalizaciones que se hacen con demasiada frecuencia a favor de intereses especulativos y no del bien público.
Recientemente ha habido discusiones sobre la cuestión de la energía nuclear: lo mejor para la seguridad es no utilizar la energía nuclear, sino evitarla y descartarla por el hecho de que no favorece nuestro futuro.
Mieczysław Edmund Janowski, en nombre del Grupo UEN. – (PL) Señora Presidenta, quisiera dar las gracias a la señora Morgan por elaborar este informe. El Libro Verde es una buena base para elaborar una estrategia energética cohesiva para Europa y, en un contexto más general, para el mundo entero. Es un problema fundamental que incluye no solo el suministro de carburantes, sean estos sólidos, líquidos o gaseosos, o la producción de electricidad sin la cual el mundo entero se vería paralizado, o simplemente la calefacción o refrigeración, sino también la protección del medio ambiente y la prevención de un cambio climático peligroso.
La energía también tiene sin duda una clara dimensión política, como han demostrado los casos sobradamente conocidos de corte del suministro de gas. Sin olvidar que el tiempo que tengo es limitado, quisiera señalar algunos pocos problemas. El comercio de emisiones de gases de efecto invernadero es un problema mundial que requiere soluciones globales. La Unión Europea tiene que conseguir que se encarrile este asunto. Cualquier error podría dar lugar a daños irreparables en toda la atmósfera terrestre.
La innovación en materia de política energética implica, por una parte, investigar nuevas fuentes de energía limpias y renovables y, por otra, racionalizar radicalmente su consumo. En mi opinión gastamos un 25 % de toda la energía en equipamientos ineficientes o en soluciones de transmisión u organizativas poco pensadas. Espero que el Programa de Energía Inteligente del Séptimo Programa Marco trate este problema.
El transporte por carretera, ferrocarril, por aire y por mar necesita un nuevo tipo de logística que dé prioridad a la preocupación por el futuro en lugar de responder a intereses o conveniencias económicas inmediatas. Quisiera preguntar cuántas personas han acudido hoy al trabajo en coche sin llevar acompañantes.
La seguridad energética requiere el establecimiento de redes de apoyo. De lo contrario tendremos un efecto dominó. Ejemplos tan recientes como los del mes de noviembre demuestran la fragilidad de los sistemas actuales. La Unión Europea debe observar los principios de solidaridad y acción conjunta en lo que respecta a los proveedores de energía.
Nils Lundgren, en nombre del Grupo IND/DEM. – (SV) Señora Presidenta, es bien sabido que si la única herramienta que tiene uno es un martillo, entonces tiende a tratar cualquier problema como si fuera un clavo. La razón es obvia: un martillo solo sirve para clavar clavos, por lo que tiene que ver todo problema como un clavo. Sin embargo, la mayor parte de los problemas a los que nos enfrentamos en la vida no son clavos. Por ello, con esa actitud casi todo va mal. No se puede utilizar un martillo para hacer jarrones venecianos o para convencer a un oponente político.
Sin embargo, lo que la mayoría de esta Cámara tiene es un martillo, y ese martillo es la Unión Europea. La mayoría de ustedes quieren creer, o mejor dicho, quieren hacer creer a los demás que los problemas que surgen en un momento dado deben resolverse con ayuda de la UE. En realidad, tales problemas son raros, y las excepciones incluyen la seguridad nuclear, la protección frente a las radiaciones y los problemas relacionados con el material nuclear en la UE y su vecindario. El señor Seppänen va por buen camino y merece nuestro apoyo, pero la señora Morgan, que amenaza con burocratizar la política energética hasta tal punto que, incluso a corto plazo, se necesitarán un millón de personas para ejecutarla, va por mal camino. Los ajustes a la luz de los precios cada vez más altos de la energía se hacen mejor a escala nacional.
La creatividad podrá florecer cuando países y empresas compitan para encontrar soluciones eficaces a las cuestiones energéticas y no lo hará mediante la imposición de más burocracia a 500 millones de personas que viven en economías muy diferentes unas de otras.
Lydia Schenardi (NI). – (FR) Señora Presidenta, Señorías, quisiera añadir dos observaciones a este debate conjunto sobre la energía.
La primera es que la Unión Europea no tiene absolutamente ninguna competencia en materia de energía, hasta tal punto que los distintos informes destacan que los Estados miembros todavía tienen plenos poderes para tomar sus propias decisiones en materia energética. La señora Morgan añade una referencia explícita a una subsidiariedad máxima. Ahora bien, todo en dichos informes contradice esas afirmaciones, pues son prescriptivos y formulan exigencias.
La segunda es que la Europa de Bruselas ha demostrado ya de qué era capaz al usurpar el derecho a practicar una política energética y liberalizar los mercados de la electricidad y el gas. ¿Cuál ha sido el resultado de esto? Aumento de los precios para los consumidores, cuestionamiento de la estandarización de tarifas y por tanto al servicio público, apagones, preocupaciones por el mantenimiento, la ampliación y la modernización de las redes, y así sucesivamente.
Actualmente asistimos a una concentración acelerada del sector, hasta tal punto que esa famosa competencia con la que nos machacan los oídos está muy cerca de convertirse en una monopolización del mercado de la energía por un puñado de empresas multinacionales. La única diferencia es que esos monopolios estarán en manos de inversores privados, quizás ni siquiera europeos, en lugar del sector público. Por tanto, estamos efectivamente a favor de la seguridad energética, de la eficiencia energética, pero corresponde a los Estados soberanos controlar estas cuestiones estratégicas.
PRESIDENCIA DEL SR. MAURO Vicepresidente
Paul Rübig (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, hemos leído en la prensa austriaca que la central nuclear de Temelin contabilizará pronto un centenar de situaciones de emergencia. La Comisión depende para su información de la buena voluntad de las autoridades de los Estados miembros. A pesar de todo, agradezco sinceramente al Comisario Piebalgs su promesa de enviar una carta oficial en la que pedirá información sobre la peligrosidad real de la central nuclear de Temelin.
También acojo con satisfacción la enmienda 5 al informe Seppänen, relativa a la Agencia Internacional de la Energía Atómica en el ámbito de la protección y seguridad de las centrales nucleares. La Comunidad deberá elaborar en el futuro un código de conducta para un sistema de alarma internacional en caso de accidente nuclear, bajo los auspicios de la Agencia Internacional de la Energía Atómica. El informe Seppänen presenta una propuesta excelente al respecto. Necesitamos una revisión por homólogos expertos que estén autorizados para realizar inspecciones no solo en los Estados miembros, sino en toda Europa, de forma que si existen riesgos se pueda ordenar el cierre de una central nuclear, si es preciso por orden judicial. Esto se lo debemos a la salud y la seguridad de los ciudadanos y de la población europea. El Consejo debe abandonar la actitud obstructiva que ha mantenido en el pasado y acordar la creación de dicho grupo de inspección en interés de la seguridad. Sabemos que las normas de seguridad difieren enormemente, en lo que se refiere en particular al desmantelamiento y al almacenamiento final. Esto da lugar a grandes diferencias de coste. Saldrán ganando los que tengan las normas de protección y seguridad menos estrictas y no se preocupen por el desmantelamiento y almacenamiento final. No podemos dejar que esto ocurra.
Gracias por su apoyo, señor Piebalgs, y espero que la Comisión actúe con decisión en este asunto.
Reino Paasilinna (PSE). – (FI) Señor Presidente, señor Comisario, apoyamos los informes y felicito a los ponentes. Mencionaré dos cuestiones. No solo tenemos un problema con las importaciones de energía, lo que nos crea inseguridad, sino que también tenemos un problema con nuestras propias acciones dentro de la Unión. Nuestra capacidad de reserva de energía es del 4,8 % y disminuye cada año, ya que antes se situaba entre el 15 y el 20 %. Por eso nos hemos visto envueltos en crisis, debido a nuestras propias acciones. Ahora debemos invertir en nuevas capacidades, hay que construir redes y mejorarlas y realmente hemos de pedir ayuda a los Gobiernos. Es evidente que debemos redoblar nuestros esfuerzos por afrontar el problema del consumo de energía.
Por otra parte, la energía ya no es solo una cuestión política, sino también social. Cuanto más pobre sea el consumidor, más difícil se le ponen las cosas cuando los precios de la energía están altos, y ese consumidor debe estar en el centro de la política energética, como dice la señora Morgan en su informe.
Quisiera preguntar asimismo a la Comisión qué piensa hacer para mejorar la seguridad energética social.
Jorgo Chatzimarkakis (ALDE). – (DE) Señor Presidente, señor Comisario, todos sabemos que la energía es la cuerda de salvamento de la Unión Europea. Desgraciadamente, solo nos acordamos de ella de vez en cuando, los domingos. Pienso que la UE en su conjunto es muy ingenua en su manera de tratar el tema de la energía. Su política energética todavía consiste en medias tintas y los Estados miembros siguen estrategias diferentes.
Ha quedado claro que la cumbre de primavera sobre la energía fue un fracaso. La Cumbre entre la UE y Rusia, que era importante para nosotros y tenía un componente energético, fracasó por culpa de la carne de vaca polaca. Hay disputas ideológicas sobre la política nuclear y todo esto nos impide seguir adelante. Algunas regiones importantes del mundo podrían ser nuestros proveedores, como por ejemplo Asia Central, pero hasta ahora apenas les hemos hecho caso. China, como se ha mencionado en varias veces durante el debate, está construyendo un gran número de alianzas estratégicas en el mundo relacionadas con este tema. Por otra parte, somos muy dependientes de las importaciones de crudo y gas y no tenemos suficientes interconectores para crear un verdadero mercado energético europeo, como se ha comprobado hace poco con el apagón de este año. Pienso que en resumidas cuentas es un balance muy malo.
Por consiguiente, acogemos con gran satisfacción el hecho de que ponga usted en marcha más planes de acción, señor Comisario, de que la Presidencia alemana del Consejo piense centrarse en el tema energético y de que países como Finlandia enfoquen la política energética desde una postura no ideológica y sin embargo muy eficaz, que consiste en invertir grandes cantidades tanto en biomasa como en energía atómica, conscientes sin duda de los signos de nuestro tiempo.
También me complace, señor Comisario, que, con este plan de acción sobre la biomasa haya realizado usted lo que será probablemente una contribución muy importante a la diversificación energética, a la reducción de nuestra dependencia de otras regiones del mundo y a la «lisboización» de todo nuestro plan de trabajo de la UE. Me refiero especialmente al plan agrícola. Los planes están sobre la mesa. Ahora corresponde a los Estados miembros ajustarse a ellos.
Rebecca Harms (Verts/ALE). – (DE) Señor Presidente, Señorías, tenemos ante nosotros informes muy diferentes sobre las estrategias energéticas. En mi opinión, el informe Morgan y el informe Langen abren un futuro positivo y un cambio de paradigma en la industria energética en comparación con lo que ha existido hasta ahora, mientras que el informe Seppänen trata en realidad de la recogida de residuos y la contaminación. Como estoy totalmente de acuerdo con la señora Morgan, quisiera centrarme ahora en el informe Seppänen y decir que encuentro absolutamente inaceptable lo que propone este informe.
La seguridad nuclear es y será más una ficción que una realidad. Si repasamos el año pasado y recordamos los principales acontecimientos que nos hicieron estremecer y tomar nota, hay que decir que la Unión Europea debería ser realmente consciente de este hecho. Hemos tenido una disputa estéril con Irán, que amenaza con construir la bomba atómica. Nos ha sacudido la noticia de la prueba nuclear de Corea del Norte y no podemos sino reconocer que el pacto de no proliferación es letra muerta.
En la Unión Europea tenemos la central nuclear de Forsmark en Suecia. Suecia es un país que se vanagloria de tener las centrales atómicas más seguras. Las autoridades de inspección suecas nos han confrontado con el hecho de que solo faltaron 18 minutos para que ese reactor se descontrolara. La situación ni siquiera fue comentada, y mucho menos abordada, a escala europea. Nos hemos dedicado muy responsablemente a superar las consecuencias del accidente del reactor de Chernóbil, pero ¿qué vemos? Incompetencia y corrupción en relación con el plan de ejecución del sistema de protección y nadie sabe realmente cuál es el camino a seguir. También tenemos el escándalo del polonio. Grandes cantidades de polonio, una sustancia radiactiva procedente de las plantas nucleares rusas, han sido malversadas y transportadas por toda Europa sin que nadie sepa cómo ha podido ocurrir. Por tanto, no me hable de seguridad nuclear; sería mejor hablar de inseguridad nuclear.
Tobias Pflüger (GUE/NGL). – (DE) Señor Presidente, estos informes en el ámbito de la energía son en realidad muy típicos de este Parlamento Europeo. Dicen muchas cosas y muchas de ellas son correctas. Sin embargo, en el fondo estos informes son problemáticos.
Hablan repetidamente de la combinación de energías. Esto significa por supuesto que aún miran a la energía atómica, cuando esa energía atómica es y seguirá siendo un error peligroso. ¿Cuándo aprenderán los responsables por fin la lección de Chernóbil y de los recientes incidentes en Suecia? La única respuesta correcta es abandonar la energía atómica inmediatamente. La UE no fomenta la investigación y no fomenta la eficacia energética y las fuentes de energía renovables. Es un escándalo que se gaste en la carrera de armamentos y del espacio el doble de dinero, 1 600 millones de euros, que para cambiar de rumbo en materia de energía. El Ministro de Asuntos Exteriores alemán siempre está hablando de «política exterior energética». Esto demuestra que la UE tiene ambiciones políticas globales, a expensas de otros pueblos. En lugar de todo esto, lo que tenemos que hacer es abandonar inmediatamente la energía atómica e invertir de forma masiva en energías renovables, en investigación energética en lugar de la investigación armamentística y en la cooperación en el ámbito de la política exterior de energética.
John Whittaker (IND/DEM). – (EN) Señor Presidente, hay más de cien cláusulas en este informe sobre la seguridad energética, y casi todas ellas piden a la Comisión que haga algo: establecer el régimen de comercio de carbono, favorecer la inversión en el mercado europeo de la energía, promover la eficiencia energética, y así sucesivamente. La Comisión va a estar muy ocupada. Yo quisiera cuestionar dos presupuestos de este ambicioso programa.
En primer lugar, se supone que la Comisión tiene la facultad de afrontar todos estos problemas, como si tuviera una varita mágica. En segundo lugar, se supone que se puede convencer a los Estados miembros de que cooperen. Lo harán mientras les interese; por ejemplo, la venta del excedente de energía –con ganancias– a los vecinos. Pero cuando se trate de la seguridad energética nacional, todos los poderes de la Comisión no bastarán, y los Estados miembros barrerán para su casa. Véase la «cooperación» en materia de pesca, que ha llevado a varias especies comunes al borde de la extinción.
Pero mi mayor preocupación es que gran parte de lo que estamos pidiendo, como el intento de alcanzar objetivos imposibles de dióxido de carbono y energías renovables, apenas tiene en cuenta el coste económico. Me temo que la puesta en práctica de muchas de las recomendaciones del informe será tan nociva económicamente como la Directiva REACH, que esta Cámara aprobó ayer a bombo y platillo.
James Hugh Allister (NI). – (EN) Señor Presidente, no se puede tener un mercado de energía abierto y una política viable de compartir energía sin una competencia transparente. Así lo reconoce el Libro Verde de la Comisión.
Sin embargo, en la isla de Irlanda, que forma parte de las Islas Británicas y del proyecto europeo, las oportunidades de un mercado libre y abierto son sofocadas por el dominio estatal que en el mercado nacional ejerce la ESB. Su cuasimonopolio, tanto de generación como de distribución, debe ser eliminado, pues excluye a cualquier otra compañía e impide la competencia. Debo decir que el Gobierno de Dublín ha sido muy lento a la hora de tomar medidas para poner fin al monopolio. Pido a la Comisión que sea más firme al exigir la realización de este necesario cambio.
El monopolio genera ineficiencia y precios más altos, y así acabaría siendo para los consumidores de mi circunscripción en Irlanda del Norte si nos convirtiéramos en una parte minoritaria de un mercado energético dominado por una ESB sin reformar. ¡No podemos permitirlo!
Elmar Brok (PPE-DE), ponente de opinión de la Comisión de Asuntos Exteriores. – (DE) Señor Presidente, señor Comisario, permítanme unas cuantas frases cortas para poner de relieve la opinión de la Comisión de Asuntos Exteriores. La Unión Europea ya no es un santuario. Rusia utiliza la energía como arma política, la situación en Oriente Próximo y el Golfo es confusa, y ninguno de nosotros sabe cuál será la situación política y por tanto la seguridad del suministro energético de aquí a dos o tres años.
Cuando vemos cómo China, en su ansia de energía, ha adquirido derechos en el ámbito energético en Darfur, ha organizado una Cumbre Africana, ha logrado entrar en Nigeria y ha concluido un acuerdo sobre energía con Irán que sobrepasa los 100 000 millones de dólares, tenemos que velar por que la energía se suministre a precios tolerables, lo cual es decisivo para el desarrollo económico y social de nuestro continente, para el empleo y para muchas cosas más. Por esta razón, debemos centrar nuestros esfuerzos en las áreas que nos lleven adelante, como es la diversificación de nuestro suministro a todas las regiones del mundo y la construcción de redes energéticas en el seno de la Unión Europea, de forma que los países individuales no se vean penalizados por terceras potencias. Esto nos daría mayor seguridad. No obstante, todo esto también demuestra la importancia del Tratado Constitucional para el establecimiento de una jurisdicción energética que nos permita realmente aplicar todo lo que estamos debatiendo hoy aquí.
Alejo Vidal-Quadras (PPE-DE). – (ES) Señor Presidente, empezaré por el informe del señor Seppänen. El ponente ha demostrado, una vez más, su gran experiencia en esta materia y su capacidad de consenso, al conseguir una amplia mayoría en la Comisión de Industria, Investigación y Energía. En mi opinión, el resultado ha sido excelente y debemos evitar desviarnos de él adoptando enmiendas contrarias al espíritu de la propuesta.
Sobre el informe Morgan, me gustaría destacar un hecho curioso y es que la aportación de la energía nuclear ha sido totalmente ignorada. Entiendo que algunos diputados prefieran no tratar el tema, para evitar abrir un debate polémico, pero debemos ser valientes y, de una vez, admitir objetivamente y sin prejuicios la contribución significativa de esta fuente de energía para la seguridad de abastecimiento y para la lucha contra el cambio climático.
Quiero citar unas palabras, escuche bien, señora Harms, del cofundador de Greenpeace, Patrick Moore, y cito literalmente: «las energías eólica y solar tienen su lugar, pero, como son intermitentes e impredecibles no pueden reemplazar a las grandes plantas de carbón, nuclear e hidroeléctricas. El gas natural es ya lo suficientemente caro, y su precio, inestable; teniendo en cuenta que los recursos hidroeléctricos funcionan a plena capacidad, la energía nuclear es, por eliminación, la única alternativa viable al carbón». Me parece un planteamiento irrebatible.
Estoy de acuerdo con usted en que Irán, con su programa de enriquecimiento nuclear, es una gravísima amenaza para la estabilidad y la seguridad mundial, pero la consecuencia es la contraria, señora Harm. La consecuencia es que debemos aumentar nuestra independencia energética. Es decir, la consecuencia es exactamente la contraria de la que usted dice. Tenemos que dejar de atribuir color político a los kilovatios. No hay kilovatios de izquierda y de derecha, hay fuentes que emiten gases de efecto invernadero y fuentes libres de estas emisiones. Las energías renovables y la nuclear deben ser consideradas complementarias y no contrapuestas.
Mechtild Rothe (PSE). – (DE) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, quisiera empezar expresando mi agradecimiento a los tres ponentes por su notable labor. Espero, sin embargo, que los demás ponentes me perdonen por centrarme en el informe de mi colega, la señora Morgan. Su informe es excelente que refleja la cooperación productiva que ha habido entre los ponentes y los ponentes alternativos. Supongo que hoy este Parlamento emitirá una señal muy clara a la Comisión, una señal que la Comisión, en aras de mantener la cooperación realmente intensa que ha habido en el ámbito de la política energética hasta ahora, no deberá ignorar cuando presente su paquete energético en enero. El informe, por ejemplo, pide que se establezca un objetivo obligatorio del 25 % para las energías renovables de aquí a 2020.
La Comisión se muestra sin duda muy abierta cuando se trata de un objetivo general vinculante. Eso está bien, pero no basta. El informe Morgan también pide objetivos vinculantes sectoriales. Tenemos objetivos para la electricidad y los biocarburantes. Sin embargo, tenemos que proyectar dichos objetivos más allá del año 2010.
Hasta ahora no hemos tenido ninguna experiencia negativa. En 2001 logramos un nuevo paso adelante decisivo en los Estados miembros gracias a la Directiva sobre la electricidad, que contenía objetivos claros. Por una parte, no debemos poner en peligro estos progresos. Por otra, sin embargo, usted, señor Comisario, declaró en esta Cámara en el mes de febrero que presentaría una directiva relativa a la calefacción y refrigeración en el curso de este año. Gustosamente le alargamos el plazo hasta el mes de enero. Pero no se trata de eso. Tanto los diputados a este Parlamento como la industria y el comercio en este sector, que han apoyado sinceramente sus palabras, están esperando que presente una directiva, como se indica en los informes Langen y Morgan. Pido a la Comisión que cumpla sus obligaciones y actúe en consecuencia.
Anne Laperrouze (ALDE). – (FR) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, permítanme hacer algunos comentarios sobre los distintos temas que debatimos esta mañana.
En el informe relativo a la ayuda en materia de seguridad y protección nucleares, la Unión Europea se fija la tarea de promover la seguridad y la protección nucleares en el mundo proponiendo un instrumento de cooperación con países terceros. No corresponde a la Unión Europea impedir la construcción de nuevas centrales o pedir el cierre de instalaciones, decisiones que dependen de la soberanía de los Estados, pero sí promover una cultura de la protección nuclear. Lamento por consiguiente las dos enmiendas del Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea, que preconizan más que el mínimo. Es la intervención temprana, antes de la entrada en funcionamiento de las centrales, la que permite establecer qué medidas hay que tomar con fines de protección.
Esta mañana, el Parlamento propone asimismo un informe ambicioso sobre la biomasa y los biocarburantes, que son elementos importantes para la independencia energética de la Unión y la lucha contra el cambio climático. Pero habrá que medir bien el rendimiento energético global de la biomasa.
Por último, habría deseado un mensaje más enérgico del Parlamento sobre el Libro Verde de la Comisión Europea, en especial por lo que se refiere a los esfuerzos necesarios para reducir el consumo de energía en los edificios y los transportes. Por citar otro ejemplo, hemos dejado de lado una vez más el debate sobre la energía nuclear. Debemos reconocer que la energía nuclear forma parte de la panoplia energética, que contribuye a la lucha contra el cambio climático y que, además, tenemos conocimientos técnicos mundialmente reconocidos en este terreno.
Les recuerdo también la necesidad de favorecer la agrupación de los gestores de redes para crear un código europeo, a fin de controlar la seguridad de las redes de transporte de energía.
Por último, cuando los particulares van a enfrentarse a la apertura del mercado de la energía, es hora de ocuparse del papel de los reguladores y adaptar las directivas sobre el mercado interior a fin de controlar los precios. La energía es una necesidad absoluta, y es vital que los ciudadanos europeos, en especial los más pobres, tengan acceso a este servicio universal.
Athanasios Pafilis (GUE/NGL). – (EL) Señor Presidente, el Libro Verde se promueve en el marco de la antipopular Estrategia de Lisboa, y de nuevo beneficia más al capital eurounificador.
La Unión Europea y los Gobiernos de los Estados miembros, incluidos los que hacen gala de proteccionismo nacional, privatizan este sector estratégico sacrificando necesidades vitales en el altar del beneficio privado, del beneficio de los grandes grupos empresariales y las multinacionales.
La liberalización está produciendo nuevos beneficios a las empresas y provocando un aumento de precios a expensas del consumidor. Tenemos el ejemplo de la privatización de EDF en Francia. Durante el primer trimestre posterior a la privatización, los precios al consumo han aumentado un 15 %. Lo mismo ha ocurrido en Grecia y en otros países. La protección del medio ambiente que usted menciona es una hipocresía. En realidad, está intentando ocultar el hecho de que se está fomentando la liberalización.
El abastecimiento de energía debe centrarse en un enfoque combinado de las necesidades básicas, una reducción de la dependencia energética, la salvaguardia de la seguridad local y el mantenimiento de una visión de la energía como bien social y no de bien comercial. Y ahí es donde difiere y diverge nuestra estrategia: el Libro Verde no favorece estas necesidades. Al contrario, se aleja de los intereses del consumidor, o sea, del trabajador.
Alessandro Battilocchio (NI). – (IT) Señor Presidente, Señorías, hablo en nombre del nuevo Partido Socialista Italiano. No solo acojo con satisfacción el Libro Verde de la Comisión y el informe de la señora Morgan sobre una política energética europea sostenible, sino que espero también que esta estrategia se convierta en una de las prioridades de la Unión en el mismo año 2007.
Como de hecho ya he mencionado anteriormente, tanto ayer en esta Cámara como en otras ocasiones, la capacidad de la UE de aplicar una estrategia energética que sea a la vez sostenible y autónoma, y por tanto su independencia de los juegos de poder y los intereses económicos que a menudo operan entre bastidores en este sector, es un factor decisivo a la hora de enfrentarnos a todos los desafíos globales que nos esperan en el próximo futuro, no solo desde el punto de vista de la competitividad, sino también con respecto al peso político y estratégico que la Unión Europea desea tener y podría obtener.
Por consiguiente, más que llegar a acuerdos estratégicos con socios actuales y futuros, es importante desplegar esfuerzos en el ámbito de la investigación y permitir que cada Estado miembro desarrolle al máximo los recursos energéticos sostenibles de que dispone, siempre según sus características y posibilidades.
Jerzy Buzek (PPE-DE). – (PL) Señor Presidente, quiero decir ante todo que pienso que debemos apoyar los tres informes y quiero expresar mi agradecimiento a los tres ponentes por sus esfuerzos. Sobre todo quiero dar las gracias al señor Piebalgs por su labor. Después de dos años y medio de legislatura, hablamos ahora de energía de un modo completamente diferente al que lo hacíamos antes.
En primer lugar, ha quedado claro que los problemas de Europa se basan en el abastecimiento de crudo y gas, por lo que las iniciativas del Comisario, de la Comisión y del Consejo, relativas a un diálogo intenso con los socios que nos abastecen de crudo y gas merecen nuestro apoyo. Necesitamos una política exterior común en relación con los suministros energéticos. No solo son importantes los propios proveedores, sino también las rutas de abastecimiento. De hecho, estas rutas son absolutamente cruciales.
En segundo lugar, si queremos contrarrestar la crisis del abastecimiento en crudo y gas, tendremos que apoyarnos en nuestras propias fuentes de energía. Durante dos años y medio, la Unión Europea ha reconocido claramente que el ahorro energético y las fuentes de energía renovables son una prioridad. Esto se dice en todos los documentos, incluidos aquellos que tratan de la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías. Los biocarburantes son muy importantes, aunque se necesite aún alguna normativa.
En tercer lugar, la Unión Europea sigue adelante con el programa Euratom, que es el programa más antiguo de la Comunidad y el que ha aportado a Europa una fuente de energía relativamente segura y fiable, a través del uso del átomo. Debemos seguir con este programa. La energía renovable no será por sí sola suficiente, aunque apoyo a mis colegas cuando hablan de la necesidad de las energías renovables.
En cuarto lugar, tras años de negligencia, Europa ha terminado por acordarse de que casi todos los países poseen sus propios recursos energéticos en forma del carbón. No obstante, no se puede volver a los métodos de consumo del carbón de los siglos XIX y XX. Se precisan tecnologías completamente nuevas.
Quiero dar las gracias al Comisario y a todos mis colegas por decidir llevar a cabo este tipo de acciones en el marco de la Unión Europea.
Joan Calabuig Rull (PSE). – (ES) Señor Presidente, en primer lugar, quiero felicitar a los ponentes y señalar que el problema de la energía, que está hoy en el centro de nuestras preocupaciones, desde luego, lo estará también, y probablemente en mayor medida, en los próximos años.
Al igual que han afirmado los ponentes, creo que las propuestas del Libro Verde de la Comisión son oportunas y necesarias, y que merece destacarse la labor que está haciendo el Comisario Piebalgs.
Una vez dicho esto, simplemente quiero afirmar que los consumidores deben estar, desde luego, en el centro de la política energética, puesto que se trata de un servicio público al que deben tener acceso todas las personas, y no solo aquellas que interesen al mercado. Creo que, en los últimos años, se ha dado prioridad a la realización del mercado europeo, pero se ha demostrado que es una apuesta insuficiente. Las reticencias por parte de los Estados a la hora de aplicar la legislación son grandes, y encontramos reticencias en muchos países. Esta misma semana, la Comisión ha enviado dictámenes motivados a dieciséis Estados miembros.
Creo que tenemos que preguntarnos por qué no progresa el mercado y por qué no hay la confianza suficiente, y que la respuesta está en la necesidad de una política energética común, y no solo en el ámbito exterior. Necesitamos cooperación y solidaridad entre los Estados porque, si no, será muy difícil garantizar los objetivos que tenemos planteados y los retos que tenemos ante nosotros.
Romana Jordan Cizelj (PPE-DE). – (SL) Tenemos un debate, pero varios temas muy importantes. Quisiera referirme sobre todo a la propuesta de una política energética común europea.
Por fin se está dando una gran prioridad a los debates sobre la energía. Está claro que merecen este rango, puesto que el bienestar de la humanidad depende directamente de la calidad, sostenibilidad y coste de la energía, así como de su impacto sobre el medio ambiente. Europa se enfrenta a problemas en este terreno y solo podremos resolverlos actuando con un propósito común. Por esta razón apoyo la idea de una política energética común europea. Sin embargo, la pregunta sigue siendo: ¿cómo vamos a llevarla a cabo?
En la propuesta relativa a un mercado único de la energía, la carencia que más me llama la atención es la idea de la armonización y normalización gradual de los organismos administrativos así como la unificación de sus poderes. El mercado único europeo requiere reguladores nacionales poderosos, pero también necesitamos un regulador europeo que trate los problemas transfronterizos. Otro asunto importante es el establecimiento de un calendario adecuado.
Quisiera también que en los debates sobre la energía se hiciera más hincapié en el sector de los transportes. Promover el transporte público es una medida que se puede aplicar con éxito desde ahora. Además, la simplificación de los procedimientos relativos a la importación de biocarburantes y su unificación entre los Estados miembros es una medida que podríamos aplicar en un tiempo relativamente corto.
La difícil situación energética y los problemas ambientales nos están forzando a valorar las ventajas e inconvenientes comparativos de las diferentes fuentes de energía, así como sus repercusiones en otros sectores como la industria maderera y la agricultura. Al hacerlo, también debemos llevar a cabo una evaluación realista de la energía nuclear, que representa una fuente importante de energía en nuestra sociedad, siempre que se use con una tecnología segura y respetando una cultura de protección adecuada.
No confundamos el uso pacífico de la energía nuclear con los abusos de la misma. Centrémonos en el desarrollo institucional que puede evitar el abuso. Sería poco sabio, por ejemplo, renunciar al uso de la energía nuclear, de la industria química y de la investigación médica simplemente por sus posibles abusos. Por esa precisa razón, Europa destina recursos financieros para la mejora de la seguridad de las centrales nucleares en terceros países.
Por último, ya tenemos muchos objetivos definidos en el ámbito de la energía. Es hora de que internacionalicemos algunos de ellos. Y ya es hora también de que nosotros mismos empecemos a avanzar hacia nuestros propios objetivos estratégicos y apliquemos las disposiciones legales que hemos adoptado.
Matthias Groote (PSE). – (DE) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, como ponente de opinión alternativo de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, sobre la estrategia para la biomasa y los biocarburantes, quisiera comentar dos puntos relacionados con este informe. En primer lugar, es muy importante que en la producción de biocarburantes se dé prioridad al principio de sostenibilidad en todas sus fases. Pero además debemos definir normas relativas al cultivo y a la transformación, siendo el criterio principal el saldo de gases de efecto invernadero durante todo el ciclo de producción.
En cuanto a mi segundo punto, quisiera mencionar la eficiencia energética de la biomasa. En este terreno, el número de kilovatios-hora que se pueden cosechar por hectárea y año debe ser el criterio principal, sin desatender la sostenibilidad. Dado el aumento de la demanda de fuentes de energía fósil y el consiguiente aumento acelerado de los precios, es importante aumentar rápidamente la cuota de las fuentes de energía renovables para amortiguar así futuros aumentos de precio de las energías fósiles.
Nicole Fontaine (PPE-DE). – (FR) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, el grave apagón que se produjo el pasado 4 de noviembre, primero en Alemania, demostró –si era necesario– que la seguridad energética es sin duda una preocupación europea y que debemos buscar soluciones a escala europea. Nos dirigimos cada vez más a Europa para que garantice el equilibrio entre una oferta y una demanda de energía cada vez más sujeto a la volatilidad de los proveedores y a las tensiones resultantes del reparto geográfico muy desigual de los recursos.
Por tanto, la Comisión ha estado muy acertada al presentarnos este Libro Verde que examinamos hoy gracias al informe de nuestra colega, la señora Morgan. La felicito por el excelente trabajo realizado y celebro que se haya podido llegar a un consenso en la Comisión de Industria, Investigación y Energía sobre un problema tan importante y sensible y, sobre todo, que se haya hecho hincapié en la idea clave de que los tres objetivos, es decir, la seguridad del abastecimiento, la competitividad y la sostenibilidad ambiental, son objetivos absolutamente primordiales. Lo mismo sucede con la necesidad de diversificar la panoplia energética utilizando los tres pilares que son las energías fósiles, la energía nuclear y las energías renovables. Por último, muchos reconocen que en el estado actual de la investigación, renunciar a uno de esos pilares plantearía problemas y comprometería la realización de los objetivos citados.
Quiero reconocer la importancia de este debate, que nos incita a mostrarnos audaces. Por primera vez se nos brinda la ocasión de abordar simultáneamente el reto del crecimiento y el reto de la protección de la naturaleza, y ello en un contexto cada vez más preocupante debido a los daños causados por las emisiones de gases de efecto invernadero. Como ha dicho el señor Turmes hace un momento, solo tenemos un planeta. Por ello, apoyo en especial la enmienda que, teniendo en cuenta las graves alertas ambientales, propone un objetivo global en términos de porcentaje de fuentes de energía no generadoras de carbono.
Señor Presidente, añadiré simplemente, para concluir, que tras la crisis provocada por el fracaso de los referendos en Francia y los Países Bajos, la construcción europea debe demostrar su eficacia a los ciudadanos. La política energética nos brinda la ocasión de hacerlo. Esperemos que la voluntad política esté a la altura de la tarea.
Dorette Corbey (PSE). – (NL) Señor Presidente, ante todo quiero felicitar a la señora Morgan por su valentía y firmeza. En mi opinión conviene hacer tres comentarios y hacerlo sin rodeos. En primer lugar, la cuestión del clima merece prioridad absoluta.
En segundo lugar, la conclusión a la que debemos llegar hoy es que la liberalización no ha resultado tan beneficiosa para los consumidores, que el cumplimiento de las normas europeas deja que desear y que la directiva sobre el comercio de emisiones debe modificarse en uno o dos aspectos. Antes de que podamos siquiera hablar de política energética común, es preciso introducir mejoras considerables en los ámbitos del cumplimiento y la ejecución. Esto incumbe no solo a la Comisión, sino también a nosotros. Tendremos que preguntar constantemente a la Comisión sobre la aplicación de la legislación europea.
En tercer lugar, en los próximos años tendremos que invertir masivamente en energía eficiente y sostenible y en investigación innovadora. Debemos recortar las subvenciones a la energía contaminante y canalizar todos los fondos que hagan falta a la energía sostenible. Aún se invierten miles de millones en energía contaminante, en particular el carbón y la energía nuclear, y realmente debemos dejar de hacerlo.
También quisiera felicitar al señor Langen por su informe sobre los biocarburantes. Europa debe optar por una mezcla obligatoria tanto de la gasolina como del gasóleo. Se precisa una intervención específica para garantizar que los biocarburantes no den lugar a la erradicación de las selvas tropicales y al deterioro de la biodiversidad o empiecen a competir con la producción de alimentos.
Andres Tarand (PSE). – (ET) El informe de la señora Morgan relativo al Libro Verde de la Comisión sobre la estrategia energética, ha sufrido, en el curso del debate en el Parlamento sobre el tema, numerosas modificaciones que han hecho de un pequeño proyecto un informe de mucha enjundia. Ahora abarca la mayor parte de los temas relacionados con la energía en la Unión Europea. Quiero expresar mi sincero agradecimiento a la ponente por la dura labor que ha realizado.
Sin embargo, también tengo una crítica que hacer. Es probable que el apartado 66, que expresa la esperanza de que Rusia ratifique el Tratado sobre la Carta de la Energía, se haya vuelto obsoleto, vista la declaración que realizó el martes el señor Yastrshembsky. En Sajalin, la orilla más alejada de este continente, Shell se está retirando y en la costa opuesta, en el Mar Báltico, la armonización de los temas relativos al gasoducto ha alcanzado una fase decisiva.
Quisiera subrayar las posiciones debatidas en Suecia y las que hacen hincapié en la soberanía nacional. Digo todo esto para poner de relieve la necesidad de una política energética común europea, que está ausente del informe, aunque resulta crucial en comparación con todo lo demás. Si bien es el primer punto de la opinión de la Comisión de Asuntos Exteriores, no ha sido tratado con el relieve que merece en el informe.
Teresa Riera Madurell (PSE). – (ES) Señor Presidente, ante todo, quiero felicitar a la señora Morgan y a los demás ponentes.
Yo quisiera dar relevancia a la necesidad de apoyar la investigación y el desarrollo en tecnologías energéticas nuevas, más limpias, que puedan cubrir nuestras necesidades, y a lo que esto conlleva respecto al esfuerzo inversor en I+D.
Es cierto que el Séptimo Programa Marco tiene previsto invertir 2 350 millones de euros, que, además, el Séptimo Programa Marco Euratom financia la investigación de la energía de fusión, la fisión nuclear y la protección contra las radiaciones, y que el Programa de Competitividad e Innovación también contempla recursos para financiar la innovación en energía.
Pero con todo, nuestra inversión en I+D en este ámbito sigue siendo bastante más baja que la de Japón y la de los Estados Unidos, y la mayor parte se dedica a investigar fuentes de energía convencional, lo que evidencia un claro desequilibrio entre la inversión en I+D y las obligaciones generadas por una política energética sostenible y ambiciosa, como la que hoy debatimos.
Disfunción, Señorías, que es urgente corregir para, a su vez, garantizar una verdadera estrategia de I+D en el ámbito energético.
Andris Piebalgs, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, tras un debate tan interesante, es muy difícil responder a todos los puntos planteados, pues cada uno de los informes merecería su propio debate. Intentaré centrarme en los aspectos comunes en vez de los particulares.
En primer lugar, es muy importante que el Parlamento manifieste con claridad que es necesario actuar. Ahora es cuando hay que tomar medidas para combatir el cambio climático; ya no queda tiempo que perder. La seguridad del suministro y la competitividad de la economía europea son también asuntos urgentes. A todos nos gusta que los precios para nuestra industria y nuestros ciudadanos sean asequibles, y por eso debemos asegurar la producción de energía y su uso sostenible.
Creo que estamos de acuerdo en lo que hay que hacer para conseguirlo. Tenemos que plantearnos las inversiones a largo plazo, tenemos que impulsar el pleno aprovechamiento de las fuerzas del mercado, tenemos que favorecer la diversificación de las fuentes y los proveedores de energía. Sabemos que hay que centrarse decididamente en la eficiencia energética. Sabemos que hay consenso a favor del impulso de la energía renovable, incluidas la calefacción y la refrigeración. Sabemos que hay que apostar por la investigación y el desarrollo. También es importante darse cuenta de que si actuamos solos, aunque puede ser bueno para nosotros, no será suficiente. Para ello necesitamos las economías de escala de la UE y su alcance. Sin embargo, también es cierto que para lograrlo debemos tener una visión común y una legislación basada en el debate que responda no solo a tal visión, sino también a los principios de «legislar mejor». Es necesario un consenso general en Europa: necesitamos una sola voz y actuar en común.
Por todos esos motivos estoy convencido de que cuando la Comisión apruebe el paquete el 10 de enero de 2007, se abrirá una puerta, tal como ha dicho el señor Langen, a una verdadera acción y verdaderas propuestas legislativas, buenas propuestas no solo de tipo legislativo, sino también en otros terrenos.
Quisiera dar las gracias a la señora Morgan, al señor Langen y al señor Seppänen por sus excelentes informes y a todo el Parlamento por este debate.
Por desgracia, debo concluir con una nota triste, pues anoche recibí la triste noticia del fallecimiento de mi predecesora, la señora De Palacio. Quiero rendirle homenaje. La vamos a echar de menos, pues era una mujer dedicada en cuerpo y alma, no solo a su área energética, sino a Europa. Tenía puntos de vista firmes y claros, no siempre compartidos por todos. Necesitamos espíritus como el suyo. Creo sinceramente que el mejor homenaje que podemos hacerle sería iniciar una muy ambiciosa acción para la creación de una política energética europea sin desanimarnos por los obstáculos legales. Así estaremos haciendo el mejor homenaje posible a su memoria.
(Aplausos)
El Presidente. El debate queda cerrado.
La votación tendrá lugar a las 11.00 horas.
(La sesión, suspendida a las 10.50 horas, se reanuda a las 11.00 horas)
Bogdan Golik (PSE). – (PL) Quisiera expresar mi apoyo al informe del señor Langen sobre la biomasa y los biocarburantes.
En un momento en que crece la dependencia de terceros países en materia de abastecimiento energético y carburante y en que las normas sobre las emisiones ambientales son cada vez más estrictas, las fuentes de energía renovables son una de las bazas principales para garantizar la seguridad del abastecimiento energético. El desarrollo de fuentes de energía renovables permitirá a la UE reducir su dependencia de los combustibles minerales y las importaciones de crudo así como las emisiones de gases de efecto invernadero; asimismo, fomentará el renacer económico de las regiones rurales mediante la creación de empleo y la explotación de tierras agrícolas en desuso.
Desafortunadamente, barreras legales como la falta de campañas de promoción, la falta de una política fiscal a largo plazo sobre las desgravaciones para biocomponentes de carburantes y la falta de una mayor inversión en la producción de biodiesel y bioetanol, están impidiendo que se desarrolle el mercado de los biocarburantes en muchos Estados miembros.
Debemos, por tanto, considerar la posibilidad de simplificar los procedimientos relativos a los cultivos que se pueden utilizar como componentes en los biocarburantes. El desarrollo de mecanismos de apoyo, incluido un sistema de beneficios y desgravaciones fiscales que tenga en cuenta el coste real que supone la producción de biocarburantes y componentes de los mismos, es un elemento importante para crear las condiciones que favorecerán el desarrollo del mercado de los biocarburantes.
András Gyürk (PPE-DE). – (HU) Pronto hará un año que se desencadenó la guerra sobre el precio del gas entre Rusia y Ucrania, que junto con otros problemas menores, causados por una reducción de las reservas rusas de gas natural, concienciaron a Europa de su dependencia energética y de la vulnerabilidad de su abastecimiento energético. En los once meses que han pasado desde entonces, las instituciones de la Unión Europea han respondido con la rapidez que se puede esperar de ellas. Resumiré en tres puntos los factores clave que pueden evitar que vuelva a producirse una situación similar, según se deriva de los debates parlamentarios sobre el Libro Verde publicado por la Comisión en marzo.
1. Necesitamos una política energética común europea que nos permita hablar con una sola voz en la escena internacional con nuestros proveedores, incluida Rusia, que utiliza abiertamente su posición en el sector de la energía como instrumento político.
2. Debemos crear asimismo el marco jurídico comunitario adecuado para que esta política europea común en el ámbito de la energía repose sobre un fundamento estable. La prórroga del Tratado por el que se establece una comunidad de la energía en el sureste de Europa debe servir de modelo para la política de vecindad de la UE.
3. Por último, quiero subrayar que Europa debe crear nuevas infraestructuras y un nuevo marco jurídico. Si queremos llevar a cabo la diversificación necesaria para garantizar la seguridad del abastecimiento energético, tendremos que construir nuevos gasoductos, instalaciones para almacenar el gas, terminales de gas natural licuado y enlaces. La construcción del gasoducto Nabucco aseguraría la diversificación tanto de las fuentes de suministro como de las rutas de tránsito. Las fuentes alternativas de energía deben ocupar en el futuro un lugar más significativo en la combinación de fuentes de energía y es preciso reevaluar el papel de la energía nuclear.
La dependencia energética de los consumidores europeos crece constantemente. Nos incumbe a todos garantizar la seguridad del suministro y, por ende, la seguridad de nuestros ciudadanos.
Ján Hudacký (PPE-DE). – (SK) Quisiera señalar la necesidad de aumentar la liberalización del mercado de la energía. Debemos reconocer que los Estados miembros han cumplido formalmente las directivas aplicables sobre la separación de las funciones de generación, transmisión y distribución de energía y que están aplicando correctamente dichas directivas. No obstante, no se ha observado ningún cambio sustancial en sus mercados energéticos. Sigue sin haber ningún entorno competitivo y los beneficiados mantienen en gran medida su posición monopolista con respecto a las operaciones desvinculadas de la cadena energética. La entrada de nuevas empresas en el sector de la energía se ha visto bloqueada a menudo por esfuerzos proteccionistas y una excesiva regulación gubernamental, cuyas repercusiones sobre los precios de la energía y el gasto en investigación y desarrollo han sido negativas. Insto a la Comisión a que mantenga la presión sobre los Estados miembros para que tomen medidas más concretas a fin de crear un entorno más competitivo, eliminar barreras administrativas y así facilitar la apertura de los mercados energéticos.
Quisiera señalar otro aspecto importante, a saber, la excesiva interferencia gubernamental en las actividades de los reguladores, en particular en lo que respecta a la regulación de precios, lo que obstaculiza la liberalización del sector energético. Varios Gobiernos de los Estados miembros están poniendo en peligro la independencia de sus reguladores al modificar las leyes aplicables para poder designar a funcionarios ministeriales con el objetivo evidente de ejercer presión sobre la regulación de precios. Es preciso, por consiguiente, que la Comisión acelere la armonización del marco reglamentario, incluida la posibilidad de establecer un regulador europeo que acabaría con las injerencias en la independencia de los reguladores nacionales.
David Martin (PSE). – (EN) Felicito a mi colega Eluned Morgan por elaborar un informe tan excelente, que marca el camino hacia una política energética «verde» para Europa. En particular, apoyo su petición de una reforma radical del régimen comunitario de comercio de derechos de emisión (ETS), con vistas a crear una economía de baja emisión de carbono impulsada por un objetivo fijado de reducción de las emisiones de carbono en la UE de un 30 % de aquí a 2020 y de un 60-80 % para el año 2050. Tiene razón cuando reclama una estrategia más ambiciosa en materia de I+D sobre tecnologías de energía limpia y un mayor impulso de la eficiencia energética. Espero que todos los líderes de la Unión tengan una copia de este informe delante y se tomen en serio sus recomendaciones cuando se reúnan el próximo mes de marzo para debatir la política energética.