Acta literal de los debates

Jueves 14 de diciembre de 2006 - Estrasburgo

4. Elogio póstumo

  El Presidente. Señoras y señores diputados, queridos colegas, la noche nos trajo ayer una triste noticia. Al caer el día supimos que Loyola de Palacio, Vicepresidenta de la Comisión Europea, ministra del Gobierno español, cabeza de lista del Partido Popular en las elecciones de 1999, había muerto.

Vivió los últimos meses de su vida con una valentía ante la enfermedad que debe ser un ejemplo para todos nosotros.

Loyola de Palacio —encargada de las relaciones con el Parlamento Europeo cuando era Vicepresidenta de la Comisión y, antes, eurodiputada— era una persona firme, una interlocutora determinada y fuerte, siempre leal a sus valores y a los valores de Europa.

A Loyola, trabajadora incansable, con un trato llano y abierto con la gente que la rodeaba, era fácil apreciarla por su firmeza y su lenguaje directo, en el despacho y en los pasillos de la casa. Y lo puedo decir porque yo tuve ocasión de tratarla mucho. Yo era ministro del Gobierno español y ella era el látigo de la oposición. Tuvimos discusiones fuertes pero siempre llenas de contenido y de buena relación humana.

Su muerte es una triste noticia para todos los que la conocimos. Y yo quiero decirles que mi sentimiento es hoy mucho más que institucional y político. También es, créanme, personal. Estoy seguro de que todos los que la conocieron lamentan su muerte. Y estoy seguro de que la Comisión querrá añadir algo a mis palabras.

  Jacques Barrot, Vicepresidente de la Comisión. (FR) Señor Presidente, en nombre del Presidente de nuestra Comisión, el señor Barroso, y en nombre de la Comisión y de la señora Grybauskaitė, que está aquí a mi lado, quisiera darles las gracias por el homenaje que han rendido a la señora De Palacio y sumarme a la tristeza del Parlamento por su pérdida.

Como muchos europeos, me siento muy afectado por el anuncio del repentino fallecimiento de la señora De Palacio. Todos los que la conocieron admiraron su energía y su valentía hasta el final, señor Presidente.

Mujer de convicciones, europea comprometida, la señora De Palacio dejó su impronta en la Comisión Europea, de la que fue Vicepresidenta entre 1999 y 2004. Trabajó en especial por hacer progresar la Europa de los transportes y la Europa de la energía. Responsable de las relaciones con el Parlamento Europeo, supo establecer una cooperación fructífera y basada en la confianza con este y con todos los diputados en beneficio de la Unión.

Hasta el final trabajó sin descanso al servicio de Europa. Así, continuó trabajando a mi lado como coordinadora para la realización de las redes transeuropeas de transporte y su ampliación a los países vecinos de la Unión.

Como muchos de ustedes, pierdo con la señora De Palacio a una amiga en la que siempre he encontrado sabios consejos y un apoyo sin fisuras. Agradezco al Parlamento que se asocie a este homenaje.

(Aplausos)

  El Presidente. Sirva el momento de la muerte para poner en su justo valor nuestros problemas y nuestras discrepancias. Guardemos un minuto de silencio en memoria de nuestra compañera.

(Aplausos)

(La Cámara, puesta en pie, guarda un minuto de silencio)