El Presidente. De conformidad con el orden del día, se procede al debate sobre:
– la pregunta oral (O-0131/2006 – B6-0001/2007) al Consejo, formulada por la señora Berès, en nombre de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios, y el señor Cavada, en nombre de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior, sobre el nuevo acuerdo «PNR» y SWIFT y
– la pregunta oral (O-0132/2006 – B6-0002/2007) al Consejo, formulada por la señora Berès, en nombre de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios, y el señor Cavada, en nombre de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior, sobre el nuevo acuerdo «PNR» y SWIFT.
Günter Gloser, Presidente en ejercicio del Consejo. (DE) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, ahora pasamos de unas cuestiones tan profundamente complejas como la energía y el cambio climático al debate de otra cuestión muy importante, que en el pasado ha reclamado la atención de sus Señorías aquí en el Parlamento Europeo y también la de la Unión Europea en su conjunto, y no solo en una ocasión, sino repetidamente; la cuestión a la que me refiero es la de la divulgación de los datos personales de los pasajeros de líneas aéreas.
Como todos sabemos, tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, los Estados Unidos establecieron una normativa según la cual las líneas aéreas que realizaban vuelos desde y hacia de los Estados Unidos debían permitir el acceso electrónico de las autoridades de los Estados Unidos a los datos contenidos en sus sistemas de reserva y tratamiento automáticos, material conocido por el nombre de «registros de nombres de pasajeros», y si las líneas aéreas se negaban a ello, las amenazaban con retirarles sus derechos de aterrizaje.
Quisiera recordar brevemente a la Cámara la situación. En mayo de 2006, el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, en respuesta a un recurso de su Cámara, declararon nula la decisión del Consejo sobre el acuerdo entre la Comunidad Europea y los Estados Unidos relativo a la transferencia de datos de los pasajeros a las autoridades de los Estados Unidos y, del mismo modo, la decisión de la Comisión sobre la conveniencia de las medidas de protección de datos.
El TJCE justifica su sentencia sobre todo por la falta de competencias de la Comunidad Europea para concluir un acuerdo así, puesto que no entra dentro del ámbito del primer pilar. No tuvo nada que decir sobre la cuestión de fondo de si los datos estaban suficientemente protegidos.
Como sabrán, las negociaciones con los Estados Unidos sobre un acuerdo sucesor resultaron bastante problemáticas, pero finalmente fue posible concluirlas con un acuerdo provisional que caduca el 3 de julio de este año, basado en el tercer pilar y en el compromiso de los Estados Unidos con respecto a la protección de datos, que ya había servido de base para el acuerdo anterior entre la Comunidad Europea y los Estados Unidos.
A principios de enero de 2007, la Comisión recomendó al Consejo que aprobara el comienzo de las negociaciones con los Estados Unidos sobre un nuevo acuerdo relativo a los datos de los pasajeros que sustituyera el acuerdo provisional vigente. El mandato negociador de la UE para la Presidencia del Consejo, que la Comisión apoya, ha sido debatido hoy por el COREPER, y la perspectiva es que el Consejo adopte una resolución sobre el tema y establezca directrices de negociación en febrero.
Es probable que las negociaciones en torno a un nuevo acuerdo sobre los registros de nombres de pasajeros resulte sumamente difícil, puesto que no hay nada que indique el mínimo interés por parte de los Estados Unidos de mejorar la protección de datos. De hecho, parece mucho más probable que afirmen que su compromiso con respecto a la protección de datos ya no es válido. No obstante, la conclusión de un acuerdo es esencial desde el punto de vista del grado de protección de datos que se pretende garantizar y de los intereses de la Unión Europea, porque a falta de un acuerdo las líneas aéreas se encontrarán muy presionadas para transferir los datos de los viajeros a fin de no correr el riesgo de perder su derecho a aterrizar en los Estados Unidos.
La Presidencia alemana del Consejo hará todo lo posible, con el apoyo de la Comisión, por lograr un acuerdo jurídicamente intachable que garantice la protección de los datos, teniendo en cuenta los intereses de los pasajeros y de las líneas aéreas y manteniendo un alto nivel de seguridad, y quisiera subrayar que a este efecto tiene en cuenta las posiciones de esta Cámara tal como están expresadas en las correspondientes resoluciones de septiembre del año pasado sobre la protección de datos, la lucha contra el terrorismo y también la defensa de los derechos humanos.
Este tema también me lleva a responder a las preguntas orales formuladas por la señora Berès y el señor Cavada sobre el asunto SWIFT. El Consejo quiere agradecerles su interés por este expediente, en relación con el cual ya ha tenido la oportunidad de responder a las preguntas de los diputados a este Parlamento en distintas ocasiones. En cuanto a mis respuestas a estas preguntas, Señorías, me remito a mi declaración.
En diciembre de 2006, el Consejo les informó de que las preguntas que habían formulado exigían un examen detallado; el Consejo sigue trabajando en esto y sus investigaciones todavía no han concluido. Durante el resto de mi intervención voy a responder, en nombre del Consejo, a las distintas preguntas que me han planteado los diputados a esta Cámara, aunque todos los asuntos a los que me puedo referir todavía son objeto de investigación por parte del Consejo.
En un discurso de julio de 2006, la Ministra finlandesa de Asuntos Europeos, entonces Presidenta en ejercicio del Consejo, anunció en el Pleno que el Consejo no podía confirmar en ese momento informes de prensa sobre un intercambio de información entre SWIFT y las autoridades estadounidenses. Recordó a esta Cámara que averiguar lo que realmente había ocurrido era competencia de las autoridades nacionales y luego afirmó que la Unión Europea estaba entonces dispuesta, y lo estaría en el futuro, a actuar si la evolución de los acontecimientos hiciera necesario legislar en el plano europeo.
Como ya he señalado, el Consejo y la Comisión siguen actualmente examinando todos los aspectos y todas las cuestiones de relevancia potencial con respecto a este expediente, teniendo en cuenta al mismo tiempo los resultados del grupo de protección de datos. La Presidencia está reflexionando sobre el modo de organizar el trabajo relativo a esta cuestión en el Consejo y al hacerlo tendrá en cuenta los resultados de las investigaciones en curso, pero le puedo decir que todavía no se ha designado ningún nuevo grupo con este fin.
Puesto que las investigaciones todavía están en curso, el Consejo no puede responder actualmente a la pregunta de si estas cuestiones tendrán un efecto sobre el Reglamento 1781 de 15 de noviembre de 2006, relativo a la información sobre los ordenantes que acompaña a las transferencias de fondos. El Consejo no tiene conocimiento de si la Comisión se plantea o no presentar alguna propuesta de modificación de este Reglamento, pero estoy seguro de que lo sabremos cuando la Comisión emita su declaración.
Tal y como se deriva del Tratado, corresponde a la Comisión controlar la aplicación de la legislación comunitaria en los Estados miembros y tomar medidas apropiadas cuando un Estado miembro no cumpla con las obligaciones que le impone la legislación de la Comunidad Europea.
También se ha hecho referencia al «sistema electrónico de reconocimiento automático», un sistema estadounidense que afecta al transporte de productos y personas dentro de los Estados Unidos que entran y salen de este país. Una de las cuestiones que se están investigando actualmente es si los datos obtenidos de SWIFT se han incluido en este sistema.
Cuando afirmó que ya se había creado un marco internacional para la lucha contra el terrorismo, el grupo de protección de datos se refería al grupo de trabajo sobre la lucha contra el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo, así como a las recomendaciones realizadas por el mismo. El Consejo cree que se está realizando un buen trabajo en este marco, aunque hay que decir que las recomendaciones de este grupo se dirigen a bancos y entidades financieras.
Mientras hablo sobre este tema, quisiera subrayar –en nombre del Consejo– que SWIFT no puede considerarse una entidad financiera desde el punto de vista de los fines de este grupo de trabajo y que, por lo tanto, el marco del Grupo de Acción Financiera Internacional no es aplicable directamente, excepto tal vez en relación con ciertos aspectos concretos. Con esto concluye la declaración de la Presidencia en nombre del Consejo.
Franco Frattini, Vicepresidente de la Comisión. (EN) Señor Presidente, voy a comenzar hablando de los registros de nombres de los pasajeros (PNR). Como todos ustedes saben, el acuerdo temporal concluido en octubre con los Estados Unidos expira a finales de julio de este año, dentro de unos meses. Por lo tanto, es necesario negociar un marco legal muy sólido y estable que permita el intercambio de datos de los PNR con los Estados Unidos respetando plenamente la protección de datos y el derecho a la intimidad.
Como acaba de afirmar la Presidencia del Consejo, la Comisión ha recomendado al Consejo que autorice a la Presidencia, ayudada por la Comisión, a entablar las negociaciones sobre la base de un conjunto de directrices de negociación. Confío en que estas recomendaciones se examinen en breve. Personalmente, espero firmemente que para mediados de febrero contemos con un mandato de negociación para poner en marcha este difícil ejercicio.
La Comisión recomienda al Consejo que se esfuerce por conseguir el pleno respeto de los derechos fundamentales, especialmente el derecho a la intimidad. He explicado en varias ocasiones que considero que el derecho a la intimidad no es negociable. Debe respetarse plenamente. La seguridad jurídica también es un elemento importante para las compañías aéreas. Hay que tenerlo en cuenta, como se ha hecho desde el principio. Como ya he subrayado en varias ocasiones en este Parlamento, la Comisión está comprometida a seguir considerando como es debido la intimidad por una parte y la seguridad jurídica por otra, porque son principios clave de esta cuestión, sin olvidar la importancia de evitar y luchar contra el terrorismo y los delitos transnacionales asociados. Las negociaciones en torno a un nuevo acuerdo con los Estados Unidos sobre los datos personales son una prioridad clave para la Comisión y para mí a título personal, y de lo que ha dicho la Presidencia deduzco que comparte esta opinión. Acojo con satisfacción la estrecha cooperación entre la Comisión y la Presidencia del Consejo, que es esencial para el éxito si queremos hablar con una sola voz. Por mi parte, sin duda, como siempre, mantendré informado al Parlamento sobre el progreso de este trabajo. Saben ustedes muy bien que, como ha ocurrido en el pasado, para mí será un compromiso político, aunque este documento –por ejemplo, las recomendaciones de negociación–, una vez aprobado, se clasificará como restringido a la UE.
Las negociaciones supondrán un verdadero reto para Europa. Exigirá imaginación; exigirá muchos esfuerzos comunes por parte de todas las instituciones de la Unión Europea y de los Estados Unidos, también para lograr una solución duradera y estable.
Para concluir, quisiera que este Parlamento, por ejemplo, contraiga, quizá por primera vez, –siguiendo las fases políticas de este difícil ejercicio– un compromiso político conjunto con el Congreso de los Estados Unidos, que sería especialmente útil para las negociaciones en curso. No obstante, les corresponde a ustedes decidir.
(IT) Me referiré ahora, Señorías, al asunto SWIFT, que también ha abordado la Presidencia. Recordarán que hace unas semanas, antes de las vacaciones de Navidad, informé a la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior de que el caso SWIFT debía tratarse desde una perspectiva europea, y en aquella ocasión dije que iniciaríamos un diálogo exploratorio con las autoridades estadounidenses para tratar tanto la cuestión general de la protección de datos como las cuestiones específicos motivadas por el uso de datos de SWIFT por parte del Tesoro estadounidense.
Ustedes probablemente saben que estas conversaciones informales, pero importantes, ya han comenzado. Estoy a favor de encontrar una solución europea para tratar este tema, una solución europea que, en mi opinión, debe incluir normas claras y garantías precisas que el Tesoro estadounidense debe aceptar e incluir en sus documentos. En otras palabras, los dos puntos que están sobre la mesa son, como siempre, la protección jurídica de los datos personales que se transfieren y la seguridad jurídica para todas las partes afectadas, así como, debo añadir, la seguridad jurídica también para los bancos, puesto que, como ha dejado claro la Presidencia, SWIFT no es un banco.
Está bastante claro entonces que, cuando hablo de garantías de las autoridades estadounidenses, pretendo especificar en qué circunstancias y para qué fines pueden conocerse y usarse esos datos y quién puede hacerlo. Diría inmediatamente que debe quedar claro que la finalidad se limita exclusivamente a las investigaciones sobre terrorismo y por tanto a evitar la financiación del terrorismo, de modo que evitemos el riesgo, aunque sea indirecto, del uso indebido de esos datos, por ejemplo para fines de espionaje económico.
También está claro que se necesitan más restricciones, en concreto la vinculación del uso de estos datos con la investigación sobre individuos concretos sospechosos de actividad terrorista. En otras palabras, no debe haber transferencias de datos no específicas sin la previa identificación de sospechosos que justifiquen investigaciones ulteriores.
Ustedes conocen la carta que escribí a todos los Estados miembros en noviembre solicitando información sobre las condiciones en las cuales sus bancos utilizan datos personales a través de SWIFT. Hasta ahora solamente siete Estados miembros han respondido a mi solicitud de aclaración. Esto es lamentable y en algunos casos, como es lógico, pediré una justificación: en el caso concreto de Italia, por ejemplo, se ha solicitado más tiempo para responder. En otros casos simplemente no ha habido respuesta.
De las siete respuestas que he recibido –aunque no se pueden extraer conclusiones generales de ellas porque son demasiado pocos los Estados miembros que han respondido– se deduce que los bancos utilizan normalmente los datos personales con la única finalidad de ejecutar órdenes de pago y que no fueron informados, en esos casos, del hecho de que los datos personales eran transferidos por SWIFT al Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. Por tanto, la respuesta general que se ha dado es simplemente que no están al tanto del hecho de que alguien, concretamente SWIFT, transfiera datos después de haberlos recibido de ellos. Sin embargo, resulta –pero ustedes ya sabían esto– que en muchos casos los bancos centrales habían sido informados con precisión por el Tesoro estadounidense de la transferencia de datos de SWIFT Europa a SWIFT Estados Unidos y de SWIFT Estados Unidos al Tesoro estadounidense.
Ustedes saben que las autoridades nacionales encargadas de la protección de los datos están llevando a cabo acciones e investigaciones con la intención de arrojar luz sobre el asunto y averiguar si, además del caso belga, que ahora se conoce bien, existen otros casos concretos en los que las autoridades nacionales de protección de datos pueden abrir un expediente e iniciar así un procedimiento. Está claro que tan pronto como tenga información en este sentido, se la transmitiré, como he hecho en el pasado.
Hay una cuestión concreta sobre la posibilidad de aplicar el sistema ATS de detección automática a los datos SWIFT. Sobre la base de las explicaciones técnicas que me han dado, parece imposible o muy improbable que este sistema se haya utilizado para procesar datos de SWIFT, por la sencilla razón de que forma parte del Departamento de Seguridad Nacional, que se ocupa de la protección de las fronteras y por tanto de la circulación de personas que están de paso en los Estados Unidos. No sorprende que el Parlamento Europeo preguntase sobre la aplicación de este mecanismo a los datos PNR. Los datos de SWIFT entran en una categoría totalmente diferente porque están bajo la tutela de una administración diferente, que es el Departamento del Tesoro.
La pregunta formulada se refiere también a si la Comisión conoce otros ejemplos de autoridades estadounidenses que hayan solicitado datos de entidades privadas en este sector. Carezco de información sobre ello y por tanto no puedo responder a esta pregunta. Sin embargo, no hay duda de que si bien la lucha contra la financiación del terrorismo es un instrumento vital para impedir el terrorismo, esta lucha no puede socavar o limitar un derecho fundamental, como el derecho de los consumidores a la protección de sus datos financieros personales. Como saben, una de las infracciones descubiertas por las autoridades belgas y el Comité europeo de protección de la intimidad es precisamente la ausencia de información previa a los consumidores, que coincide con lo que han dicho los bancos, puesto que ellos tampoco habían sido informados de estas transferencias.
Para concluir, señor Presidente, Señorías, creo que hay dos razones por las que debemos promover un instrumento europeo. En primer lugar, no podemos limitar o romper nuestra colaboración euroatlántica en relación con la lucha contra el terrorismo: esto sería un grave error que a mi juicio la Unión Europea debería evitar. En segundo lugar, debemos señalar a nuestros amigos estadounidenses que a todos nos conviene respetar escrupulosamente los derechos fundamentales y la protección de los datos personales. Si gracias a la existencia de un instrumento europeo logramos hacer lo mismo que intentamos hacer con los PNR –aunque las dos cuestiones son muy diferentes, el principio es el mismo–, y encontramos una solución europea que impida las diferencias de trato entre un Estado miembro de la UE y otro en relación con los Estados Unidos, creo que se podrá fortalecer el poder negociador de la Unión Europea y demostrar al mismo tiempo que nuestro objetivo es fortalecer el vínculo euroatlántico, no debilitarlo.
Pervenche Berès (PSE), autora. – (FR) Aleccionados por el caso de los registros de los nombres de pasajeros (PNR), deberíamos ser capaces de avanzar más rápidamente en lo relativo a SWIFT. Si me lo permite, señor Gloser, quisiera corregirle en un punto. Creo que es la primera vez que celebramos un debate específico sobre SWIFT en esta Cámara y esto entra sin duda dentro del curso normal de los acontecimientos, pero espero que este debate nos permita progresar.
SWIFT no es una empresa que opera solamente en Europa o solamente entre Europa y los Estados Unidos. Opera en todas partes. Simplificando las cosas, después del 11 de Septiembre la naturaleza de las relaciones entre SWIFT y las autoridades estadounidenses cambió radicalmente, y ahora estamos viendo las consecuencias no solo en lo relativo a la protección de datos para la UE, sino también en lo relativo al equilibrio deseable entre la protección de datos, la lucha contra el terrorismo, la seguridad de los sistemas de pago y la protección contra el espionaje económico.
La Comisión ha reconocido que existe un problema y ha comenzado a presentar propuestas. En una carta reciente dirigida al señor Cavada y a mí misma, el Banco Central ha reconocido también que ha llegado el momento de acometer nuevas etapas, sin ir demasiado lejos con las propuestas. Esto confirma lo que nos había dicho en la audiencia, a la que, lamentablemente, no se molestaron en asistir ni el Consejo ni la Comisión. El Banco Central nos había dicho en la audiencia que su responsabilidad por lo que había pasado en este caso era muy escasa y la carta confirma en parte esa opinión.
Al leer el memorando suscrito entre SWIFT y el Departamento del Tesoro estadounidense en abril de 2004, está muy claro que se tenía conciencia de las cuestiones de protección de datos implicadas en el modo en que SWIFT transmitió información al Tesoro estadounidense. Al igual que un conductor de tren es responsable de su tren y la oficina de correos es hasta cierto punto responsable de lo que tramita, SWIFT debe ser hasta cierto punto responsable de los datos que transmite.
El punto clave en este caso, según la audiencia celebrada conjuntamente por la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios y la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior el pasado mes de octubre, es el resumen del grupo de trabajo del «Artículo 29» que, el 22 de noviembre de 2006, confirmó claramente nuestros temores, en concreto que en el caso SWIFT hubo datos que claramente no deberían haberse ocultado a las autoridades estadounidenses pero que de hecho les fueron ocultados y que, por consiguiente, no se había acatado la Directiva de 1995.
Queremos dar las gracias al Comisario por tomar la iniciativa de pedir a los Estados miembros que rectifiquen sin demora la cuestión del incumplimiento de la Directiva de 1995, pero como él mismo ha dicho también, los resultados hasta el momento han sido bastante mediocres. El Banco Central Europeo, a su vez, ha aprendido que debe solicitar el consentimiento de los clientes. Esto sigue siendo muy aconsejable.
Con respecto a esta última cuestión, hay dos puntos que debemos plantear. El primero es la naturaleza de las relaciones transatlánticas y la forma en que se usan los datos con cierto espíritu de libre competencia desenfrenada por parte estadounidense, y por parte europea –tenemos experiencia con esto en la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios– a veces con cierto grado de ingenuidad.
Nos gustaría pensar que estos datos se usan solamente para el combate contra el terrorismo. Nos atrevemos a esperarlo, pero no tenemos pruebas. Señor Comisario, señor Presidente en ejercicio del Consejo, si existe un mensaje que, creo, el Parlamento desea transmitirle cuando celebre conversaciones con los estadounidenses sobre el tema, es que la finalidad de las conversaciones no debe ser la aprobación del actual estado de cosas en lo relativo a la transferencia de datos a través de SWIFT. Debería ser la garantía de que se respete y se acepte el nivel de protección de datos y el concepto mismo de la protección de datos que tenemos aquí en la UE. Todo me lleva a pensar que la tarea que nos espera en este terreno es ardua, pero pueden contar ustedes con el inquebrantable apoyo del Parlamento.
Solo un minuto más, señor Presidente, para referirme al último aspecto, que es el tema del estatuto de SWIFT. Como SWIFT es una empresa belga, siempre se hace referencia al Estado belga. Dicho esto, el hecho de que SWIFT sea una empresa belga es porque tenemos un vacío legal. Está claro que SWIFT lleva a cabo una tarea que en realidad corresponde a un organismo de nivel europeo, supervisado por una entidad supervisora europea. Creo que también en este terreno, señor Comisario, señor Presidente en ejercicio del Consejo, deben ustedes actuar sobre la base de la nueva información. El Parlamento, una vez más, está dispuesto a debatir este asunto, pero no podemos aceptar el actual estado del debate.
Jean Marie Cavada (ALDE), autor. – (FR) Señor Presidente, hay una expresión en francés para describir la confusión surrealista de una institución que se enfrenta a una situación inesperada. Decimos que se comporta «comme une poule qui a trouvé un révolver [como una gallina que ha encontrado un revólver]».
Francamente, señor Gloser, sin querer subestimarle, lo menos que podemos decir es que su posición en este asunto es muy decepcionante. Por ello me siento en la obligación de recordarle que su mandato es la defensa de la soberanía europea, de la que hasta ahora no me han llegado muchas señales. Como habrá notado, estamos por ello decepcionados y sobre todo preocupados.
Hablaré primero de los datos de los PNR. Dentro de unos meses, como sabemos, como usted ha dicho y como ha señalado el señor Frattini, expirará el acuerdo provisional sobre los datos de los pasajeros aéreos. No tenemos información clara de cómo está funcionando. También quisiera señalar que cuando el acuerdo anterior fue anulado por el Tribunal, se basó en una evaluación del grado de suficiencia de la protección de los datos en los Estados Unidos. No este el caso, sin embargo, del acuerdo en vigor, aunque esta evaluación viene exigida por el protocolo a la Convención 108 del Consejo de Europa, que es vinculante para los Estados miembros y por tanto directamente, o al menos indirectamente, para las instituciones europeas. Con un fundamento dudoso, el acuerdo todavía no se ha aplicado como es debido, puesto que el sistema de transmisión de datos que debería estar en funcionamiento desde 2004 todavía no funciona, a pesar de los anuncios realizados, especialmente el pasado mes de septiembre.
Con espíritu de cooperación deseo formular algunas preguntas públicamente. En primer lugar, me pregunto si la Comisión no debería haber presionado más para garantizar la aplicación del sistema de transmisión por parte de las líneas aéreas y los centros de reservas que supervisa. En segundo lugar, me pregunto si no debería haberse exigido una información efectiva a los pasajeros aéreos con respecto al uso de sus datos personales por razones de seguridad, del mismo modo que se realizaron campañas informativas sobre los derechos en caso de, por ejemplo, retrasos o cancelación de vuelos.
Por nuestra parte, en relación con este asunto, estamos esperando aclaraciones por parte de la Comisión y, sobre todo, de las autoridades estadounidenses sobre una serie de puntos. Quiero mencionar dos de ellos. En primer lugar, no entendemos por qué, para luchar contra el terrorismo y la delincuencia organizada, es necesario incluir los treinta y cuatro datos enumerados en los PNR y no solamente los diecinueve datos que el Parlamento y las autoridades de protección de datos consideraron suficientes para este fin.
En segundo lugar, ¿cómo es posible que los ciudadanos y pasajeros europeos hayan sido clasificados como peligrosos durante años, sin saberlo y sin que hayamos exigido nada a cambio?
A continuación voy a centrarme en el sistema SWIFT. Este otro asunto es todavía más delicado y se refiere al acceso de las autoridades estadounidenses a datos relativos a las transferencias financieras. Mis colegas diputados ya han abordado una serie de puntos. Por ello me limitaré a expresar los puntos de vista de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior. Lo que está en juego es la protección de los derechos fundamentales de nuestros ciudadanos y la credibilidad de nuestra asociación con los Estados Unidos. Es realmente incomprensible que no se hayan propuesto acuerdos recíprocos para negociar con un socio, por muy amigo que sea. ¿Actuaremos un día del mismo modo con otro socio al este de nuestras fronteras, con Rusia? Por ello quiero decir que no se respeta la soberanía europea.
De acuerdo con los Grupos políticos, por tanto, he tomado la iniciativa de invitar a las comisiones competentes del Congreso de los Estados Unidos y estoy esperando una respuesta.
(El Presidente pide al orador que concluya)
Entiendo muy bien que el tiempo del Parlamento es sumamente importante y, como confío en que mis colegas dirán el resto de lo que hay que decir, me detendré aquí. He dicho lo más importante que quería decir. Sinceramente, pensé que tenía cinco minutos.
El Presidente. Lo siento de veras, señor Cavada, pero lamentablemente, al organizar los trabajos parlamentarios, es esencial acatar los tiempos de intervención en general para poder avanzar, especialmente en el caso de los periodos parciales de sesiones que tienen lugar en Bruselas, en los que los tiempos son lógicamente cortos.
Mihael Brejc, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (SL) El Grupo del Partido Popular Europeo (Demócrata-Cristianos) y de los Demócratas Europeos está trabajando en favor de un cumplimiento coherente del acervo comunitario y todos los documentos que defienden los valores de la civilización europea y protegen la libertad e integridad personal de cada individuo. Nos oponemos a toda conducta ilegal que restrinja tales libertades y vaya en contra del individuo.
Reconocemos, sin embargo, que la protección de la paz y la seguridad impone también ciertos límites. Por esta razón, creemos que toda intrusión en la intimidad personal debe reducirse al mínimo y respetar un fundamento jurídico. Sobre la base de los documentos disponibles, existen sospechas bien fundadas de que el acceso a los datos en poder del sistema SWIFT podría representar una intrusión ilegal en la intimidad personal. Por ello, permítanme plantear las siguientes preguntas.
Primero, quisiera una respuesta detallada sobre el tipo de datos en poder del sistema SWIFT que están disponibles para las autoridades estadounidenses y a qué datos tienen estas derecho a acceder y sobre esta base.
En segundo lugar, ¿tienen acceso las autoridades estadounidenses a todas las transacciones realizadas en las filiales SWIFT de los Estados Unidos, y pueden también, a través de estas u otras filiales SWIFT, tener acceso a las transacciones realizadas fuera de los Estados Unidos?
En tercer lugar, quisiera preguntar a la Comisión, al Consejo y al Supervisor Europeo de Protección de Datos si el acceso a los datos en poder del sistema SWIFT representa una infracción de las disposiciones sobre protección de datos y, consecuentemente, una intrusión ilegal en la intimidad personal.
En cuarto lugar, en la audiencia de octubre no obtuvimos ninguna respuesta convincente o suficientemente clara sobre la competencia de las instituciones con respecto a SWIFT. Por tanto quisiera saber quién es de hecho competente para juzgar sobre el caso SWIFT y con qué fundamento jurídico.
Y en quinto lugar, estoy interesado en los principios subyacentes a nuestra plataforma de negociación con los Estados Unidos en estos temas y en saber si en este marco también sabremos cómo utilizan las autoridades estadounidenses los datos obtenidos y qué peligros encierran las filtraciones y los abusos de datos.
El señor Coelho abordará el tema de los PNR. Gracias.
Martine Roure, en nombre del Grupo del PSE. – (FR) Señor Presidente, la controversia que rodea la transmisión por parte de SWIFT de datos personales y bancarios a las autoridades policiales y judiciales estadounidenses y la sentencia sobre el acuerdo entre la UE y los Estados Unidos relativo a los datos de los PNR han demostrado la urgente necesidad de elaborar un marco global para la transmisión y protección de datos personales en el contexto de las relaciones transatlánticas.
Europa entiende la creciente necesidad de seguridad que tienen los Estados Unidos y queremos mejorar nuestra cooperación con nuestros socios estadounidenses para luchar eficazmente contra el terrorismo. Dicho esto, también es esencial abordar la protección de los derechos fundamentales y la privacidad en el marco del diálogo transatlántico. Estamos a favor de lograr un nuevo acuerdo PNR, pero este debe ser respetuoso con los derechos fundamentales y dar garantías en materia de protección de la intimidad de los ciudadanos europeos. Por eso queremos que la Comisión nos comunique los detalles del mandato propuesto para la negociación de este nuevo acuerdo. El Parlamento Europeo debe participar plenamente en este proceso.
¿Puede facilitarnos asimismo más información sobre la labor del grupo de trabajo de alto nivel en torno al intercambio y la protección de datos? También queremos conocer las propuestas prioritarias presentadas recientemente por nuestros socios estadounidenses.
Con respecto a SWIFT, las autoridades belgas encargadas de la protección de datos y el grupo de trabajo del «Artículo 29» creen que esta transmisión representa una violación de las normas belgas y europeas sobre la protección de datos personales. Hasta ahora no se ha propuesto ninguna solución concreta para acabar con esta violación. Todos los agentes implicados están de acuerdo en que es urgente encontrar una solución europea, una solución que sea respetuosa con los derechos fundamentales y que las empresas puedan aplicar debidamente. Las instituciones europeas deben asegurar que el sistema de pagos de la Unión Europea, tramitado por SWIFT, cumpla la normativa comunitaria sobre protección de datos.
Por ello preguntamos al Consejo y a la Comisión: ¿qué medidas se han adoptado para resolver este problema? ¿Existen planes para la negociación de un acuerdo internacional similar al acuerdo «PNR»? Usted nos dice que la Comisión ha mantenido un diálogo con el Departamento del Tesoro estadounidense con vistas a encontrar una solución. ¿Puede decirnos qué soluciones se han estudiado? Además, en nuestro último debate sobre el mismo tema, usted, señor Frattini, nos informó de que se enviaría un cuestionario a los Estados miembros para obtener toda la información posible sobre esta transferencia de información. ¿Ha recibido realmente todas las respuestas necesarias y cómo va a hacer el seguimiento con respecto a este cuestionario?
Además, en 2006, en el marco del procedimiento de codecisión, el Parlamento aprobó su informe Álvaro sobre la normativa que define los datos personales que deben acompañar a las transferencias de fondos y las condiciones en que debe realizarse esto. La transferencia a un país tercero de datos bancarios que no tienen un vínculo concreto con ese país se sitúa claramente fuera del ámbito de la normativa y puede representar una violación de los principios fundamentales de la protección de datos.
Por la misma razón, dado que la transferencia de datos SWIFT no solo implica datos relativos a transacciones entre Europa y los Estados Unidos, sino también datos sobre transacciones dentro de la Unión Europea, parece claro que este asunto pertenece al primer pilar. Un acuerdo fundamentado en los artículos 24 y 38 del Tratado de la Unión Europea no sería una solución adecuada. No podemos aceptar un acuerdo que legalice las violaciones actuales caso por caso. SWIFT no tiene la obligación legal de utilizar un sitio espejo en los Estados Unidos. ¿No sería posible encontrar una solución en otro país para trasladar este sitio espejo a uno que contiene datos europeos, como ha propuesto el grupo de trabajo del «Artículo 29»?
Por último, SWIFT, PNR y también el sistema de detección automática, ATS, y quizás en el futuro los datos telefónicos, demuestran que el intercambio de información se está intensificando y urge elaborar un marco común para la protección de la intimidad de los ciudadanos europeos. ¿No cree que la Unión Europea debe adoptar un enfoque global de estos temas a fin de establecer principios generales para la transmisión y protección de datos con nuestros socios estadounidenses?
Sophia in 't Veld, en nombre del Grupo ALDE. – (EN) Señor Presidente, siempre me conmuevo cuando oigo hablar del compromiso del Consejo y la Comisión de hacer participar al Parlamento, porque realmente es cierto que en el terreno de la política antiterrorista la toma de decisiones es profundamente antidemocrática, pues excluye totalmente al Parlamento Europeo, y la participación de los Parlamentos nacionales es muy limitada.
Por ello quiero ofrecerles una solución, que no consiste simplemente en hacer solemnes promesas aquí, ante esta Cámara, sino en consultar realmente al Parlamento de forma voluntaria sobre el mandato para las negociaciones sobre los datos de los PNR y SWIFT, porque esto no solo otorgaría legitimidad democrática a este mandato, sino que también fortalecería de hecho su posición negociadora, porque, francamente, aunque aprecio mucho a los funcionarios que llevan a cabo las negociaciones reales, pienso que asuntos de tanta importancia deben tener un mandato político.
En segundo lugar, estoy plenamente de acuerdo con los comentarios de la señora Roure sobre la necesidad de normas globales sobre la protección de datos. Las personas que piensan que somos antiamericanos están equivocadas. De hecho, he visto la importancia que otorgan los estadounidenses a sus leyes sobre la intimidad, que son muy buenas, y lo críticos que son cuando las autoridades públicas no respetan las normas sobre la intimidad. Por eso pienso que debemos tomar ejemplo de su actitud crítica.
Quiero saber si la Comisión y el Consejo tienen conocimiento de si las autoridades estadounidenses, y en su defecto las de otros países, han tenido acceso a otras categorías de datos, no solo datos de pasajeros y datos SWIFT, sino también, por ejemplo, registros de telecomunicaciones y registros de compañías de seguros o de la seguridad social. Si no tienen conocimiento de ello, quizás deben empezar a investigar.
Con respecto a los datos PNR, SWIFT y ATS, no repetiré todas las expectativas que tenemos del mandato de negociación sobre los datos de los PNR. Eso ya se ha dicho. Pero quiero saber por qué a la Comisión y al Consejo no les importa insistir en una segunda evaluación conjunta de la aplicación del acuerdo sobre los datos de los PNR antes de aceptar un nuevo mandato de negociación. ¿No tendría más sentido evaluar primero el funcionamiento y la eficacia del acuerdo actual antes de comenzar a hablar del siguiente?
También quiero saber cuál es la situación con respecto al cambio del sistema de transmisión de datos al de acceso directo a los mismos, previsto para diciembre de 2005 y después para diciembre de 2006. ¿Dónde nos encontramos en lo tocante a esta cuestión?
También quisiera saber cuál es la situación con respecto a la información a los pasajeros. Yo misma he viajado últimamente y no he podido obtener ninguna información en esta materia.
También quisiera saber sobre qué base negociará la Comisión Europea un acuerdo sobre SWIFT.
Finalmente, en relación con el sistema ATS, recibes una carta del Departamento de Seguridad Nacional que dice: «no se preocupe, respetamos el acuerdo “PNR” tal como lo entendemos». No soy abogada, pero creo que es una formulación bastante curiosa. No me tranquiliza y quisiera mayores garantías sobre el establecimiento de perfiles y la búsqueda de datos. ¿Se llevan a cabo estas prácticas? Quisiera saber de las discrepancias en relación con los períodos de almacenamiento y las restricciones de uso. ¿Qué otros datos se están introduciendo y cuáles son las excepciones con respecto a la ley de protección de la intimidad?
Mario Borghezio , en nombre del Grupo UEN. – (IT) Señor Presidente, Señorías, este amplio debate jurídico-político implica la cuestión fundamental de la soberanía europea, tal como también ha señalado con acierto el presidente de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior. Por consiguiente, existe un factor al que todavía no se ha hecho referencia y que no debe dejarse de lado, que son las declaraciones hechas por las más altas autoridades estadounidenses; no creo que hayan sido desautorizadas, pero vale la pena mencionarlas.
El sistema SWIFT que estamos analizando en relación con el Derecho europeo ha tenido sin duda el mérito de cortar en seco algunas terribles iniciativas terroristas; ha hecho posible descubrir o ha ayudado a identificar a los autores de los atentados de Londres de julio de 2005; y, al menos, ha llevado a la captura de elementos clave, como el terrorista Hambali, que parece haber sido el cerebro que había tras el atentado de Bali en octubre de 2002. Sin duda, también hay que decir que la publicidad que ha adquirido este procedimiento, muy probablemente, ha provocado que muchos terroristas hayan abandonado estas vías.
Por otra parte, es innegable que cuando la empresa SWIFT tuvo delante un contrato que implicaba tanto el Derecho europeo como el estadounidense, se limitó a negociar mecanismos de protección de datos con el Departamento del Tesoro estadounidense sin obtener mayores garantías.
Este es un problema que hay que abordar, al igual que el problema del papel y la responsabilidad del Banco Central Europeo. El BCE había sido informado del asunto desde el principio y desempeñó un papel principal en este instrumento; no profundizaré en la cuestión de su transparencia. Ante la Comisión de Libertades Civiles, el BCE, a través de su presidente, el señor Trichet, se escudó en el acuerdo de confidencialidad entre los diez bancos y también alegó que no pudo dar su visto bueno a SWIFT porque no entraba dentro de sus competencias.
Entonces nos preguntamos, ¿cuáles son los poderes del BCE si no tiene competencias en una situación como esta? Este es un tema muy importante, y creo que tendremos que reexaminar detenidamente al BCE y su transparencia.
Kathalijne Maria Buitenweg, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (NL) Señor Presidente, Señorías, es posible que la señora In 't Veld no se encuentre bien físicamente, pero está en excelente forma verbal. Dicho esto, quiero continuar donde ella lo dejó.
Sigo con la sensación de que estamos corriendo muy por detrás de los hechos. Cuando se hizo patente que los Estados Unidos hacían acopio de los datos de tarjetas de crédito, así como otros datos personales de nuestros pasajeros, se montó un escándalo, y nosotros, como diputados al Parlamento Europeo, queríamos que esto se regulara, pero en la mayoría de los casos los Gobiernos no pretendían otra cosa que si se infringían las normas, se hiciese discretamente. Finalmente se vieron obligados a actuar. Con SWIFT hemos visto una repetición de hechos pasados: el Gobierno ha organizado una investigación discreta que, esperemos, culminará en algún tipo de medida, y la cuestión, de hecho, es esta: ¿estamos ahora completamente convencidos de que es así? La Comisión es bastante franca cuando dice que aunque no sabe nada de ningún avance, tampoco lo descarta. Me gustaría recibir una respuesta del Consejo a esto. ¿Piensan ustedes que es concebible? Y ¿qué harán para saberlo con certeza? Siempre afirmamos que somos socios de los Estados Unidos, lo cual es cierto, porque eso es lo que somos, y tenemos mucho trabajo que hacer. Pero esto significa también que tenemos derecho a saber qué reciben a cambio nuestros amigos. Por ello quiero que el Consejo nos diga cómo pretende abordar el asunto para saber exactamente qué datos de nuestros ciudadanos se recopilan en todo tipo de ámbitos.
Según el Consejo, es difícil concluir un nuevo acuerdo porque los Estados Unidos no tienen tanto interés en esta protección de datos. Sin embargo, no estamos dispuestos a aceptar cualquier grado de chantaje. No podemos decir que tenemos que lograr un acuerdo a toda costa si en un momento dado el precio que debemos pagar es demasiado elevado. De hecho, podría resultar bastante extraño, una vez hundidos en lo más profundo, marcar la línea en algún punto. Esto podría hacer peligrar los derechos de aterrizaje, pero, al mismo tiempo, movilizará un poco de oposición, incluso en los Estados Unidos, porque es cierto que aunque a la administración estadounidense le gustaría mucho sacarlo adelante, muchos parlamentarios apoyan nuestra posición.
PRESIDENCIA DEL SR. VIDAL-QUADRAS Vicepresidente
Sylvia-Yvonne Kaufmann, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (DE) Señor Presidente, señor Gloser, señor Frattini, debo expresar mi asombro porque en sus comentarios sobre las negociaciones en torno a los PNR, ustedes no han mencionado el sistema de detección automática (ATS).
Por mi parte, me pregunto cómo puede ser que un sistema como el ATS, originalmente concebido y aplicado para el transporte de mercancías, haya podido utilizarse durante años, junto con los datos de los PNR, para los pasajeros y sin que nadie lo supiera.
Mientras hemos estado negociando acuerdos con los Estados Unidos para garantizar la protección de los derechos fundamentales de nuestros ciudadanos, un sistema como este ha estado al mismo tiempo operando entre bastidores. Los Estados Unidos nos aseguran ahora que el ATS es compatible con los acuerdos «PNR» vigentes y los anteriores. Dicho esto, quiero afirmar muy claramente que a mí no me bastan garantías de este tipo. Para mí no está claro cómo el almacenamiento de datos durante 40 años utilizando el sistema ATS es compatible con el acuerdo «PNR».
También está el hecho de que el ATS, al parecer, puede utilizarse para todo antiguo fin. ¿Cómo puede ser esto compatible con las obligaciones emanadas del acuerdo «PNR», según las cuales solo se permite usar los datos «PNR» con el fin de combatir el terrorismo y otros delitos graves?
No hemos recibido hasta ahora ninguna respuesta convincente a ninguna de estas preguntas, ni tampoco a la pregunta de por qué se mantuvo en secreto el sistema ATS. ¿Cómo pudieron los Estados Unidos, durante las negociaciones del acuerdo «PNR», ocultar información tan esencial a su socio? Probablemente esté justificado que alguien se pregunte qué garantías existen de que no hay más sistemas del tipo ATS de los que simplemente no sabemos nada.
Con respecto al nuevo acuerdo «PNR», deseo apoyar expresamente lo que ha dicho mi colega, el señor Cavada, concretamente que el número de elementos informativos transferibles sobre pasajeros aéreos debe reducirse significativamente. Necesitamos garantías de que las autoridades aduaneras y de protección de fronteras estadounidenses no transfieran datos sin ton ni son a cualquier antigua autoridad implicada en la lucha contra el terrorismo.
Más aún, la Unión Europea debe insistir en que se dé a los ciudadanos europeos las mismas oportunidades de salvaguardar sus derechos que a los ciudadanos estadounidenses.
Philip Claeys, en nombre del Grupo ITS. – (NL) Señor Presidente, quiero rebatir el maniqueísmo en que suele caer este debate con demasiada frecuencia. También parece en algunos momentos que los Estados Unidos son un enemigo en lugar de un aliado en la lucha contra el terrorismo. Por mucho que lo nieguen, casi todas y cada una de las medidas adoptadas han sido atacadas por esta Cámara.
Es cierto, por supuesto, que el caso SWIFT evoca una serie de preguntas justificadas, que los diputados de varios Grupos ya han formulado. ¿Dónde, por ejemplo, trazar la línea entre la persecución de los terroristas y el respeto de los derechos fundamentales? De hecho, es una pregunta que se ha formulado también al Congreso estadounidense.
En última instancia, la lucha contra el terrorismo está muy relacionada con el análisis de riesgos, o dicho de otro modo, el cálculo de probabilidades. El tratamiento de datos comerciales junto con los datos personales sin más puede ser muy útil en este sentido. Lo que sí debemos hacer es establecer garantías para evitar los abusos. Por ejemplo, entre otras cosas, esta Cámara debe hacer el seguimiento del funcionamiento del sistema, así como de los algoritmos utilizados, que, además, deben ser altamente confidenciales; hay que prever sanciones en caso de abuso; la información obtenida debe utilizarse exclusivamente para combatir el terrorismo y debe haber un centro de llamadas para tratar las quejas del público.
Ni que decir tiene que esto exige muchas consultas con los Estados Unidos. Necesitamos un marco jurídico claro y, al crearlo, todos los socios deben estar abiertos a ideas innovadoras y técnicas nuevas.
Carlos Coelho (PPE-DE). – (PT) Quiero comenzar diciendo que para mí los Estados Unidos no son un enemigo, sino un amigo y aliado en batallas comunes. Por supuesto, en nuestras batallas comunes debemos prestar especial atención a la lucha contra el terrorismo, pero también es importante mencionar que en algunas de estas batallas la administración estadounidense ha ido algunas veces demasiado lejos, tanto en el plano interior como en el internacional, y yo presido una comisión parlamentaria europea dedicada a investigar algunos de esos excesos en el plano internacional.
También conviene señalar que en el Congreso de los Estados Unidos se ha desplazado el fiel de la balanza y esto ha llevado al Gobierno a retirar algunos de sus planes más controvertidos en el plano interno; espero que esto tenga también un efecto en el plano exterior. A mi entender, esto significa que los Estados Unidos recuperan su loable tradición de poner el acento en las libertades civiles, cosa que solo puede ser buena.
El señor Frattini nos ha recordado que las exigencias de seguridad no deben socavar los valores de las libertades esenciales y particularmente la protección de datos, y el señor Cavada ha señalado con razón que la cantidad de datos solicitados es excesiva. ¿Quiere saber el Parlamento qué datos están implicados? ¿Quién puede tener acceso a ellos? ¿Cómo podemos asegurar que se limiten los objetivos y que los datos no se utilicen para otros fines? ¿Con quién pueden compartirse? ¿Durante cuánto tiempo pueden conservarse? Después está el tema del sistema de transmisión, como han señalado otros oradores anteriores, y la cuestión de los derechos de las personas a presentar demandas en caso de abuso de sus datos personales.
Otros oradores que me han precedido han dicho que si en Europa ofrecemos a los ciudadanos estadounidenses el mismo nivel de protección de datos personales que ofrecemos a los ciudadanos europeos, conforme al principio de reciprocidad, tenemos el legítimo derecho a exigir lo mismo, es decir, que los ciudadanos europeos gocen en los Estados Unidos del mismo nivel de protección de datos que el ofrecido a los ciudadanos estadounidenses.
Stavros Lambrinidis (PSE). – (EL) Señor Presidente, el debate sobre el acuerdo «PNR», el asunto SWIFT y los secuestros y vuelos secretos de la CIA, dibuja lamentablemente una divisoria filosófica entre los Estados Unidos y Europa. El Gobierno de los Estados Unidos considera que la lucha contra el terrorismo justifica todos los medios. Europa, no. Sin embargo, las recientes elecciones en los Estados Unidos dan ahora a la Unión Europea la posibilidad de negociar un nuevo acuerdo «PNR» desde una posición de fuerza diferente, con muchos más aliados entre los ciudadanos de los Estados Unidos y del propio Congreso. Esperemos que lo haga.
Para lograr el objetivo de un acuerdo que proteja los derechos fundamentales, este debe, entre otras cosas, insistir en primer lugar en que los Estados Unidos se comprometan explícitamente a prestar una protección plena y eficaz de los datos personales, por contraposición a la actual práctica inaceptable de un protocolo no vinculante e insatisfactorio.
En segundo lugar, limitar el número de elementos de datos transmitidos actualmente a los Estados Unidos, muchos de los cuales tienen poco que ver con el objetivo legítimo de identificación de presuntos terroristas.
En tercer lugar, prohibir el uso de datos para fines no relacionados con la lucha contra el terrorismo.
En cuarto lugar, estipular expresamente y limitar los departamentos estadounidenses que tendrán derecho de acceso a los datos.
En quinto lugar, prohibir finalmente el derecho de acceso directo en los Estados Unidos a los archivos de las compañías aéreas. Debemos poner punto final a esta saga.
En sexto lugar, por último, estipular que la Comisión Europea y el Parlamento Europeo puedan controlar de forma constante, directa y eficaz la aplicación estricta de las obligaciones de los Estados Unidos y detener inmediatamente toda investigación que infrinja la finalidad pretendida. Una empresa privada, SWIFT, nos ha dicho incluso que esto lo reclamaron en sus negociaciones con los Estados Unidos y lo consiguieron. No hay excusa para que veintisiete Primeros Ministros europeos no puedan negociarlo y conseguirlo. Si no lo hacen, no será una cuestión de «no pude», sino de «no quise», y en ese momento los juzgaremos con todo derecho.
Wolf Klinz (ALDE). – (DE) Señor Presidente, Señorías, la protección de datos es un bien muy preciado en la UE. Por ello, para nosotros fue muy chocante enterarnos por los medios de comunicación –y encima por los de los Estados Unidos– que a pesar de las exigencias de protección de datos documentadas en todos los Estados miembros de la UE, SWIFT estaba dispuesta a ceder a las presiones de los Estados Unidos y transmitir a Washington datos sobre ciudadanos europeos. Esto sucedió sin el conocimiento ni, por supuesto, el consentimiento del Parlamento Europeo, los Parlamentos nacionales o los individuos afectados.
Hasta la fecha no hemos podido examinar el memorando de acuerdo entre SWIFT y los Estados Unidos que constituye la base para la transferencia de datos. Solo podemos esperar que los datos se hayan utilizado realmente en exclusiva para la lucha contra el terrorismo y no, por ejemplo, con fines de espionaje económico. Hasta la fecha no nos lo han confirmado. Todos apoyamos y comprendemos la necesidad de firmeza en la lucha contra el terrorismo. Sin embargo, los derechos fundamentales de los individuos deben salvaguardarse. Insisto, la lucha contra el terrorismo no debe realizarse en detrimento de los derechos civiles fundamentales y el derecho a la protección de datos.
Esta es también una preocupación particular del Grupo de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa, y por ello hemos solicitado una audiencia sobre este tema. No nos ha sorprendido que los estadounidenses, que también fueron invitados, no participasen en la audiencia sin decir por qué.
Acogemos con satisfacción la rápida y exhaustiva investigación de los belgas, que han concluido claramente que se ha producido una violación de los derechos o, como ha dicho el Comisario Frattini, un delito penal. Por cierto, las personas responsables de SWIFT sabían, o al menos sospechaban y temían esto desde el principio, y nos informaron indirectamente de que lo hicieron.
El error de gobernanza corporativa en SWIFT todavía me resulta incomprensible. Las entidades supervisoras fueron informadas, pero no hicieron nada para informar a las personas de lo que estaba pasando o decírselo a los Gobiernos. Aunque sea con la mejor voluntad del mundo, esa no es forma de tratar a ciudadanos políticamente maduros. La confianza de las personas en la UE como una comunidad jurídica ha sido gravemente dañada. El caso SWIFT está provocando un aumento del euroescepticismo en la población y será difícil recuperar la confianza que se ha perdido.
Pido al Consejo y la Comisión que ultimen la minuciosa investigación de que ha hablado el señor Gloser lo antes posible y que presenten propuestas prácticas sobre la forma de defender los derechos de los ciudadanos europeos también en relación con los Estados Unidos. Deben ustedes mostrar a los ciudadanos que no tienen una actitud servil hacia los Estados Unidos, sino que toman en serio a la Unión Europea como una comunidad de valores y la defienden valientemente en relación con socios importantes también, justamente porque son amigos y no enemigos.
Ryszard Czarnecki (UEN). – (PL) Señor Presidente, el Parlamento Europeo tuvo razón al implicarse plenamente en la supervisión de la transferencia rutinaria de datos personales de ciudadanos de la Unión Europea a los Estados Unidos. El control del Parlamento Europeo es aceptable. El rechazo de la transferencia de datos no lo es. Parece que la transferencia de datos puede justificarse a raíz de la amenaza terrorista, representada principalmente por los extremistas islámicos. Sin embargo, esta amenaza no puede servir de pretexto para el recorte incontrolado e irrestricto de los derechos de los ciudadanos. No debemos volvernos extremistas nosotros mismos. No debemos retirarnos de la primera línea de la guerra contra el terrorismo bajo la bandera de los derechos de los ciudadanos. Por otro lado, debemos controlar a quienes quisieran controlarnos a nosotros en interés de esa guerra. Me refiero al control de nuestros vuelos, nuestros asuntos financieros y nuestra intimidad. Si queremos que la guerra legítima contra el terrorismo mundial no se transforme en una dictadura y una guerra contra las libertades de los ciudadanos, debe someterse al control estricto del Parlamento Europeo.
Cem Özdemir (Verts/ALE). – (DE) Señor Presidente, necesitamos una evaluación a fondo antes de llegar a un acuerdo. Un elemento central de este ejercicio será la cuestión de la efectividad, no solo del acuerdo vigente, sino también del anterior. Esta cuestión necesita una respuesta antes de que podamos progresar en esta materia.
Todo acuerdo futuro debe basarse en el sistema de transmisión. El sistema de acceso directo ya no es aceptable, puesto que, como es bien sabido, el sistema de transmisión debía haberse incluido en el acuerdo anterior. La transferencia de datos de los pasajeros debe limitarse estrictamente en función de los fines para los que se utilizan esos datos. De otro modo, no podemos contemplar esa normativa.
También es preciso que el futuro acuerdo goce de plena legitimidad democrática, un proceso que debe incluir al Parlamento Europeo y, si procede, a los Parlamentos nacionales.
También necesitamos una evaluación anual como componente necesario de todo acuerdo, y los informes de evaluación deben ser accesibles al público. Sin duda, las normas que rigen la cuestión de los datos personales han de protegerse urgentemente bajo el tercer pilar, al igual que las normas sobre todas las categorías de datos personales.
Alexander Radwan (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, Señorías, recuerdo muy bien las declaraciones de la Canciller Merkel en Estrasburgo, en las que habló acertadamente de los valores europeos y también de la necesidad de transmitir este mensaje a los ciudadanos y explicarles claramente cuáles son los puntos fuertes de Europa.
Señor Gloser, parece que se trata de explicar a los ciudadanos que la Unión Europea les ayuda a salvaguardar sus derechos. No nos preocupa en este tema el asunto de la lucha contra el terrorismo. Existe consenso en esta Cámara sobre esto y no es necesario debatirlo. Sin embargo, ¿dónde nos hallamos entonces en este debate? Comenzamos debatiendo sobre los datos de pasajeros aéreos y ahora llegamos a SWIFT. A la vista de la rapidez con la que se desarrolla actualmente el debate del Consejo es de temer que, en los próximos años, tengamos otros casos SWIFT a los que enfrentarnos, pero todavía no hayamos avanzado nada.
Entretanto tenemos una situación en la que, bajo la presión de los Estados Unidos, una empresa europea firma un memorando de acuerdo con los estadounidenses que los europeos no pueden fiscalizar. Además, SWIFT todavía no tiene ni siquiera una sede social en los Estados Unidos, sino solo una base de datos. Esto es suficiente para que los reguladores estadounidenses puedan reprender a SWIFT en Bélgica. Esto es como un tema recurrente. Cada vez hay más regulación estadounidense de los asuntos europeos, que los Estados Unidos se arrogan sin que los europeos consigan adoptar las medidas correspondientes para contrarrestarla y controlar sus efectos.
Por ello, teniendo en cuenta que Alemania no solo ostenta la Presidencia del Consejo Europeo, sino también la del G7, yo instaría a la Comisión a adoptar una postura activa en este terreno y, además de investigar el caso, a resolver un asunto: ¿cómo, sobre la base de nuestros valores comunes y la adhesión a las exigencias de la protección de datos y salvaguardando la dignidad humana, vamos a unirnos para combatir al terrorismo?
Michael Cashman (PSE). – (EN) Señor Presidente, está claro que la realidad del caso es que en lo relativo a los datos de los PNR, los estadounidenses están colocando un listón en la negociación sobre las condiciones de entrada en los Estados Unidos y en su espacio aéreo. Esta es la realidad. Pueden colocar el listón tan alto como deseen. Nosotros tenemos ciudadanos que quieren viajar y empresas que quieren trabajar allí. Esta es la realidad.
La realidad sobre SWIFT es que teníamos una institución, que yo sepa no la única, que se enfrentaba a un conflicto de jurisdicciones, que explota y custodia datos tanto en los Estados Unidos como en la UE. Tenía citaciones que legalmente debía cumplir en los Estados Unidos de América y ahí es donde teníamos el conflicto. Creo que SWIFT ha explotado y negociado realmente un excelente memorando de acuerdo.
Podemos venir a la política para denunciar, protestar y quejarnos o para tratar de resolver un problema. Yo vine para esto último. Por eso creo, Comisario Frattini, que usted tiene toda la razón. Necesitamos seguridad jurídica para los ciudadanos de la UE, para las empresas de la UE que operan fuera de la UE y que tienen representaciones tanto dentro como fuera de la UE, y en las cuales custodian datos. Necesitamos un compromiso político conjunto del Congreso y de este Parlamento que supere la brecha transatlántica para luchar contra la amenaza del terrorismo que nos afecta a todos y, de hecho, debemos proteger sobre todo nuestros derechos y libertades fundamentales.
Por ello celebro la reunión conjunta de esta Cámara y representantes electos de los Estados Unidos para que podamos llegar a un acuerdo.
Por último, este solo será posible mediante una acción decidida por parte del Consejo, no solo de la Comisión. Acojo con satisfacción la magnífica propuesta del orador que me ha precedido, de plantear este tema en el G7.
Solucionemos el problema, no nos quejemos de él.
Adina-Ioana Vălean (ALDE). – (EN) Señor Presidente, quiero dar las gracias al Comisario y al Presidente en ejercicio del Consejo por su presencia en este importante debate. Hemos escuchado que mantener una buena cooperación con los Estados Unidos es esencial en nuestra lucha contra el terrorismo. No lo niego. Creo incluso que debemos reforzar la relación transatlántica porque el terrorismo es un fenómeno mundial. Debemos unir fuerzas para luchar contra él eficazmente, intercambiando información y proporcionando los medios necesarios a nuestros órganos policiales y judiciales. Nuestros ciudadanos tienen derecho a vivir en un lugar seguro. Sin embargo, el caso SWIFT nos muestra nuevamente las derivas que aparecen si no establecemos salvaguardias estrictas al intercambiar información. Hay que establecer un correcto equilibrio entre libertad y seguridad; y en este caso se ha impuesto una vez más la seguridad. No se puede combatir el terrorismo anulando los mismos derechos que el terrorismo pretende destruir. Nuestras estrictas garantías no deben rebajarse por la presión de terceros países, ni siquiera de nuestros socios más cercanos.
Incluso más importante que esto es que muchos de nuestros nuevos Estados miembros tienen una larga historia de dictaduras y control masivo de su población. Lamentablemente, en algunos de estos países, existe la percepción de que siguen realizándose las prácticas ilegales del pasado. Por esto Europa debe seguir siendo la defensora de los derechos fundamentales, y esto incluye el derecho a la intimidad. Por una parte necesitamos una decisión marco sobre la protección de datos en el tercer pilar a fin de establecer garantías estrictas en la cooperación policial y judicial. Lo llevamos esperando demasiado tiempo. Por otra parte, debemos permanecer vigilantes y garantizar que los instrumentos existentes se apliquen como es debido en nuestros propios países. Debemos actuar contra aquellos que violan nuestros derechos fundamentales a la intimidad. Debemos convencer a nuestros ciudadanos de que queremos mantener garantías estrictas en Europa.
Piia-Noora Kauppi (PPE-DE). – (EN) Señor Presidente, como han dicho antes mis colegas, este no es un debate sobre la naturaleza de las relaciones transatlánticas. Todos en esta Cámara deben saber que los Estados Unidos son nuestro aliado más poderoso en la lucha contra el terrorismo. Pero esto no cambia el hecho de que si somos socios, esto nos facilita mantenernos firmes y defender realmente nuestros valores y nuestras leyes.
No puedo sino hacerme eco de lo que han dicho mis colegas del PPE, especialmente el señor Radwan: para poder garantizar realmente el respeto del marco jurídico europeo, necesitamos información completa de la Comisión y del Consejo sobre los datos que se suministran a las autoridades estadounidenses y sobre el modo en que estas protegen dichos datos. Debemos empezar a negociar para lograr un acuerdo sobre el intercambio de información sobre una base viable y respetuosa con la legislación de la UE. Si esto no sucede, debemos detener inmediatamente el suministro de cualquier tipo de información a las autoridades estadounidenses.
Aún después de la respuesta del BCE, no me aclaro mucho sobre el papel y la responsabilidad del BCE en este caso. El propio BCE está sujeto a las exigencias sobre la privacidad de los datos de la legislación comunitaria, pero parece no asumir ninguna responsabilidad por su posible participación en este intercambio de información.
También entiendo que existe una clara necesidad de que los Estados Unidos hagan un seguimiento de la información sobre transferencias bancarias que puedan tener una vinculación con la financiación del terrorismo, pero estos detalles tienen una vinculación con otros tipos de financiación. Nuestras empresas europeas, especialmente, podrían estar en peligro si no actuamos y nos mostramos firmes. La información que se entregue debe ser coherente con nuestra legislación y proteger a nuestros ciudadanos y a las empresas europeas.
Las transferencias financieras nacionales contienen una información tan delicada que este realmente es un asunto que la Comisión, el Consejo, este Parlamento y el Congreso estadounidense deben tomarse en serio.
Ulrich Stockmann (PSE). – (DE) Señor Presidente, señor Gloser, señor Comisario, la Presidencia en ejercicio del Consejo debe tener en cuenta, en mi opinión, las siguientes directrices en sus actuales negociaciones con los Estados Unidos sobre la transferencia de datos de pasajeros aéreos.
En primer lugar, hace falta un enfoque proporcionado para lograr un nivel de seguridad adecuado, y ese enfoque no se ve en el caso de los acuerdos actuales. Tal enfoque depende, y este es mi segundo punto, del cumplimiento de la aplicación de las normas europeas habituales de protección de datos, y esto en mi opinión implica cambiar el status quo, principalmente mediante la reducción de la cantidad de datos relacionados con el comportamiento. En lo que se refiere al cambio al sistema de transmisión, Austrian Airlines, que yo sepa, ha utilizado este sistema desde el principio, también con éxito. El sistema implica tener un marco claramente definido para usar los datos, un plazo limitado para la conservación de los datos y, sobre todo, la posibilidad de presentar una demanda en caso de abuso de los datos.
Señor Gloser, usted ha dicho correctamente que necesitamos seguridad jurídica lo antes posible para las compañías aéreas europeas. Como político implicado en temas de transporte, no puedo sino estar de acuerdo. Como la transferencia de datos sirve realmente para progresar en la lucha contra el terrorismo, tiene una dimensión internacional y, sin duda, necesitamos también acuerdos internacionales con normas sobre protección de datos vinculantes internacionalmente. Estos son los que debemos negociar en adelante.
Debemos preocuparnos siempre de mantener nuestro derecho a la libertad de circulación, que solo puede lograrse en una sociedad abierta en la que las personas puedan circular libremente sin ser objeto de sospecha general. Para nosotros sería inaceptable, como diputados al Parlamento Europeo, que se infringiese el principio de igualdad y que se aplicasen distintos niveles de protección de datos a los ciudadanos estadounidenses por una parte y a los no estadounidenses por otra. Tengo confianza en la firme voluntad de la Presidencia alemana del Consejo, que lleva las negociaciones. Sé que no será una cuestión sencilla.
Alexander Alvaro (ALDE). – (DE) Señor Presidente, señor Gloser, señor Comisario, el hecho de haber oído el mismo estribillo de parte de todos los Grupos políticos, creo yo, debe darles qué pensar. El mensaje es que, por supuesto, necesitamos una asociación transatlántica y que somos aliados en la lucha contra el terrorismo. No solo el estribillo, sino incluso las estrofas eran las mismas en general, en concreto que la credibilidad, confianza y transparencia son necesarias en relación con estos temas.
Comencemos con la credibilidad. Todavía recuerdo muy bien cómo, en su última intervención en esta Cámara, el Comisario elogió particularmente los aspectos de protección de datos del acuerdo. No creo que ese elogio sea compatible con los derechos que debemos tener desde el punto de vista de la legislación en materia de protección de datos. En lo relativo a los datos de los pasajeros aéreos no existe obligación de suministrar información y los individuos afectados no tienen derecho a corregir los datos. ¿Qué ha pasado además con la credibilidad cuando ustedes llaman «negociaciones» a las conversaciones que están manteniendo con los Estados Unidos? Están ustedes de espaldas contra la pared y hay una pistola apuntando a su pecho. Los Estados Unidos amenazan con denegar el permiso de aterrizaje a las aeronaves, y ninguna de las instituciones de la Unión Europea tiene las agallas de decir que, aunque seamos amigos, no dejaremos que nos traten de esa forma.
La credibilidad ha sido socavada al escuchar una y otra vez que hay que implicar al Parlamento. Si hablan en serio, entonces inclúyannos en la mesa y al hacerlo muestren que realmente lo dicen de verdad.
Volviendo al tema de la transparencia, ¿qué ciudadano europeo sabe que al abordar un avión se transfieren 34 datos, inclusive información sobre lo que comen y dónde se sientan? Ninguno. He conversado sobre esta misma cuestión con los ciudadanos en un programa en directo. Nadie sabe que esto es lo que pasa cuando aborda un avión.
Estamos de su lado, por tanto hágannos participar en lugar de eludirnos.
Frieda Brepoels (PPE-DE). – (NL) Señor Presidente, Señorías, el debate sobre SWIFT se enmarca claramente en el debate más amplio en torno al acto de equilibrio sobre la cuerda floja entre la lucha contra el terrorismo por una parte y la protección de los derechos fundamentales y la intimidad por otra. Pero no solo hay una clara línea divisoria entre las posiciones europea y estadounidense; parece que ni siquiera podemos ponernos de acuerdo sobre una definición común del terrorismo. El Comisario ha señalado aquí cómo le gustaría desarrollar un instrumento europeo para el futuro que cumpla estas exigencias, pero esto es algo que, por supuesto, no puede hacerse de la noche a la mañana. Nos queda, en efecto, la situación heredada del pasado y del presente, y sobre esto tengo algunas preguntas que formular. A día de hoy se están transmitiendo datos como si no hubiera nada incorrecto en ello, en el marco del expediente SWIFT. Las conclusiones de los informes tanto del comité belga de protección de la intimidad como del Comité europeo son claras y unánimes: se han incumplido claramente las normas belgas y europeas sobre protección de datos. A la vista del hecho de que los tribunales belgas han decidido ahora no demandar a SWIFT y de que al Gobierno belga no le importa que continúen estas prácticas ilegales, quiero preguntar: ¿cuál es la respuesta de Europa a esto? ¿Iniciará la Comisión ahora un procedimiento de infracción contra Bélgica? Si es así, ¿cuándo lo decidirá? Si no, ¿qué pretende hacer la Comisión para garantizar el respeto aquí y ahora de las normas europeas de protección de la intimidad en todos los Estados miembros, incluida Bélgica?
Finalmente, en el Consejo de 15 de diciembre, el Primer Ministro belga planteó también el caso SWIFT, y habló a favor de un enfoque europeo. Aunque entiendo a la Presidencia en el sentido de que la investigación todavía no ha concluido, tengo una pregunta directa: ¿respalda el Consejo, y por tanto todos los Estados miembros, la idea de regular este asunto mediante un instrumento europeo?
Sarah Ludford (ALDE). – (EN) Señor Presidente, no pongo en duda la buena fe personal y el compromiso con la protección de datos del Comisario Frattini, pero creo que la Comisión, al igual que el Consejo, se muestran tan poco formes con respecto a las violaciones de la privacidad de los datos SWIFT como lo han hecho en relación con los datos de los PNR durante los últimos cuatro años. Se trata de datos europeos, que pertenecen a ciudadanos europeos, que han sido facilitados con fines comerciales en Europa bajo la protección de la legislación europea en materia de protección de datos. Pero a pesar de las persistentes e insistentes demandas de los diputados al Parlamento Europeo, la UE, bajo la dirección poco firme del Consejo y la Comisión, ha permitido que se extendiera ampliamente la jurisdicción extraterritorial estadounidense. En todo marco global de intercambio de datos comerciales masivos por razones de seguridad, la UE debe proyectar enérgicamente sus propias leyes y principios.
Señor Comisario, usted dice que es «improbable» que los datos SWIFT se hayan utilizado en el sistema de detección automática (ATS), que es un ejercicio de creación de perfiles que asigna una puntuación de riesgo a cada individuo sobre la base de suposiciones –y sin duda también estereotipos– derivadas de su comportamiento y sus características. Pero, ¿por qué no sabe a ciencia cierta, sí o no, si los datos SWIFT han sido utilizados en el ATS? En relación con los datos de los PNR, usted acepta la afirmación del Departamento de Seguridad Nacional de que el uso de los datos de los PNR para el establecimiento de perfiles se ajusta a los compromisos del acuerdo «PNR». Pero ¿está usted de acuerdo con la valoración del Departamento de Seguridad Nacional? ¿Sí o no? La falta de respuestas claras socava la confianza y creo que tenemos derecho a estas respuestas claras con respecto a la apreciación jurídica de la Comisión.
Corien Wortmann-Kool (PPE-DE). – (NL) Señor Presidente, Comisario Frattini, usted no se anduvo con rodeos cuando anunció su voluntad de entablar negociaciones. Pleno respeto de los derechos fundamentales, incluida la intimidad, no hay espacio aquí para ninguna clase de malentendidos, y le exigiremos que mantenga su promesa. No tiene mucho sentido que 780 diputados al Parlamento Europeo se reúnan donde deben estar los negociadores; no funcionaría. Esto significa, sin embargo, que el Consejo debe ser ambicioso en sus negociaciones en lugar de dedicarse principalmente, como oigo ahora que hacen, a ponderar los peligros que podrían encontrarse en el camino. Sin embargo, suponemos que su voluntad de negociar es tan firme como la del Comisario Frattini, porque se lo exigiremos igualmente.
El tema ahora es SWIFT, y no por el hecho de no ser un banco está autorizada la empresa SWIFT a descuidar las normas sobre intimidad o a incumplirlas. Acogemos con satisfacción la investigación que usted ha organizado, Comisario Frattini, pero tendrá que adoptar medidas legales rápidamente para llenar el vacío, porque el intercambio de datos en SWIFT debe ser capaz de superar la prueba de las normas europeas en materia de intimidad.
La lucha contra el terrorismo debe poder investigar asimismo las transacciones financieras en este marco, porque esto puede revelar pistas que conduzcan a organizaciones terroristas. Lo que me ha sorprendido es que muchos ciudadanos comprenden muy bien los difíciles dilemas a los que nos enfrentamos en este contexto. No podemos resolver esto de la noche a la mañana. Estoy bastante sorprendida, por ejemplo, por el hecho de que no haya habido más jaleo por las normas sobre líquidos en las aeronaves. Pero esto no debe sevirnos de excusa. Hay que negociar duramente. Me complace apoyar la propuesta del señor Radwan de encuadrar esto en el contexto más amplio del G7.
Hubert Pirker (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, señor Presidente en ejercicio del Consejo, señor Presidente de la Comisión, nadie en esta Cámara discute el hecho de que es preciso mejorar la prevención del terrorismo en el futuro. Sin embargo, inevitablemente se plantea la cuestión de los medios a utilizar para ello, así como la cuestión de las estrategias que es preciso adoptar. Indudablemente, la cooperación internacional y el intercambio de datos son parte del proceso tanto como, por otra parte, la seguridad jurídica y la necesaria protección de datos. Como todos en esta Cámara, apoyo la cooperación transatlántica en este contexto.
Sin embargo, debemos velar por el mantenimiento del equilibrio entre la seguridad y la lucha contra el terrorismo por un lado y la protección de datos por otro. Si además ahora se trata de negociar un nuevo acuerdo, entonces este nuevo acuerdo debe cumplir ciertas condiciones indispensables.
En primer lugar, los datos personales deben gozar del mismo nivel de protección que el que ya se ha logrado en el acuerdo temporal. En segundo lugar, las compañías aéreas necesitan seguridad jurídica para que puedan cumplir la promesa de adoptar el sistema de transmisión, permitiéndonos controlar qué datos se suministran a quién y en qué circunstancias. Por supuesto, también hay que establecer la finalidad para la que pueden usarse los datos, de modo que los datos solo puedan usarse y solo se permita usarlos para la finalidad de prevención y lucha contra el terrorismo. También debe haber en el futuro una obligación de proporcionar a los viajeros información sobre esta cuestión.
Añadiré un último punto, que creo que es importante. Al negociar el nuevo acuerdo, también es necesario generar un valor añadido. Tan pronto como se sospeche de un acto terrorista, hay que obligar a las autoridades estadounidenses a notificarlo a las autoridades judiciales y policiales competentes de los Estados miembros, así como a las instituciones comunitarias correspondientes, concretamente a Europol o Eurojust. Si se garantiza todo esto, dispondremos de otro instrumento concebido para que los ciudadanos de la UE estén más seguros.
Günter Gloser, Presidente en ejercicio del Consejo. (DE) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, primero quiero agradecerles muy sinceramente sus numerosos comentarios, ideas y, por supuesto, me gusten o no, las observaciones críticas. En un debate sirven para indicar si uno está o no en la senda correcta y si es posible evitar que vuelva a surgir alguna situación que quizás no ha sido correcta en el pasado.
No solo se consideran unánimemente importantes la protección legal y la seguridad jurídica, sino también la cuestión de cómo vamos a combatir formas específicas de terrorismo internacional, pero no debemos contraponer estas dos cuestiones entre sí en ninguna circunstancia. En lo relativo a las dos áreas de los PNR y SWIFT, se trata de situaciones diferentes.
En la declaración de la Presidencia he vuelto a insistir claramente en la cooperación y el intercambio con la Comisión, sobre cuya base queremos llegar juntos a una normativa segura desde el punto de vista jurídico. Esto plantea muchos asuntos a los que ustedes también se han referido hoy, incluido el alcance de la información, el acceso a la misma y los controles que debe ejercer la otra parte. Se plantean problemas similares en lo referente al tema de SWIFT, y en conexión con esto me complace retomar la idea del señor Radwan. Independientemente de si está actualmente en las agendas del G7 o del G8 o entra dentro del ámbito de las relaciones entre la Unión Europea y los Estados Unidos, es importante tratar el tema.
Sin duda no sacaríamos nada si pasamos constantemente de un aspecto al siguiente, puesto que lo que está en juego es esencialmente lo mismo. Estamos hablando de protección de datos, seguridad jurídica y, además, de la forma que debe adoptar la asociación transatlántica, y en relación con esto pensamos que la asociación no es una calle de sentido único. Se trata de trabajar juntos y no unos contra otros.
Necesitamos la información en cuestión y las relaciones entre la Unión Europea y los Estados Unidos deben ser tales que, en las próximas reuniones entre los dos países, debe ser posible tratar los temas muy claramente, sobre todo con vistas a hacer frente al peligro que algunos de ustedes han descrito. No tengo más remedio que decir que es absolutamente correcto tratar estos temas abiertamente. ¿Cuándo nos enfrentaremos al próximo caso en el que tal vez se haya accedido a datos de forma insegura? Este es un tema que debemos abordar. Sin entrar ahora en detalles técnicos, esto también lo digo pensando específicamente en SWIFT. ¿Dónde están los datos? ¿Están aquí y tendremos la oportunidad de ponerlos en orden y limitar su amplitud sin que se transmitan? ¿O es posible que ya estén disponibles en los Estados Unidos donde, por la naturaleza de la protección de datos en ese país, es muy fácil acceder a ellos? La consecuencia, en ese caso, sin embargo, es que no podremos influir de ningún modo.
La cuestión, de todos modos, es esta: ¿qué influencia tiene la Unión Europea en los datos que se transfieren y que están, por así decirlo, listos para ser consultados en otra parte? En lo que a SWIFT se refiere en concreto, este es sin duda un procedimiento complicado. Todo esto, sin embargo, debe darnos la oportunidad de debatir estos temas en profundidad y argumentar qué importante es para nosotros en la Unión Europea la defensa de ciertos valores y también la actuación en defensa de esos valores. También debe darnos la oportunidad de insistir en la importancia de mantener el equilibrio existente. Esto no significa que siempre estemos de acuerdo en torno a la lucha contra el terrorismo internacional. Es simplemente que todos estos temas deben equilibrarse.
El Comisario Frattini lo ha dejado muy claro al dar prioridad no solo a la seguridad de las personas, sino también a la protección legal y al alto nivel de protección de datos que de hecho tenemos en la Unión Europea. Solo puedo asegurarles que las numerosas facetas que han debatido también serán incluidas para su debate en las negociaciones venideras y no solo en relación con los PNR, sino también, por supuesto, con SWIFT.
Franco Frattini, Vicepresidente de la Comisión. – (IT) Señor Presidente, Señorías, como siempre, seré totalmente sincero en mi respuesta a esta Cámara y abordaré también los puntos en los que no comparto sus puntos de vista.
En primer lugar, como sabe de sobra la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior –cuyo presidente, el señor Cavada, está aquí presente–, en ningún momento y bajo ninguna circunstancia he negado u ocultado información alguna, inclusive información confidencial, que pudiera haber proporcionado a la Comisión y por tanto al Parlamento. Pretendo continuar en esta línea, como he dicho en mi introducción. Así que no comparto la opinión –que supone de hecho prejuzgar el asunto– de que las instituciones europeas y en concreto el Parlamento puedan estar en peligro de quedar excluidos de este proceso político.
Sus Señorías son bien conscientes de que estoy a favor de su participación política, a pesar de que los Tratados no lo permitan. Lo he dicho miles de veces y lo volveré a repetir: debemos encontrar una solución, y por ello celebro la idea del señor Cavada de celebrar incluso un acuerdo con el Congreso de los Estados Unidos para hacer un seguimiento de los avatares políticos de estas negociaciones. También está claro que este debate ha afectado a las relaciones euroatlánticas, contrariamente a lo que alguien ha afirmado. Estoy convencido de que si Europa quiere ser líder en el escenario político mundial, debe alcanzar un equilibrio global entre el derecho –personalmente lo considero un deber– a perseguir e investigar a terroristas y el deber de proteger derechos fundamentales, como la intimidad de los datos personales.
Por ello es obvio que si queremos alcanzar, como acaba de decir el Presidente en ejercicio del Consejo, un equilibrio global con los Estados Unidos, es porque estamos convencidos de que las relaciones euroatlánticas son cruciales, no solo en lo que respecta a la historia pasada de Europa, sino sobre todo en lo tocante a su historia presente y futura.
Como muchos de ustedes saben de sobra, en muchas ocasiones he dado respuestas detalladas, sobre todo a la Comisión de Libertades Civiles, por supuesto, pero me dirijo al Parlamento cuando se me invita a hacerlo y hablo con las Comisiones que me lo piden. En lo referente al sistema de transmisión, por ejemplo, en diciembre anuncié que antes de finales de mes se iniciarían experimentos con un sistema de este tipo para los registros de nombres de pasajeros, como así ocurrió. El experimento se inició con el Sistema de Aduanas y Protección de Fronteras de la Administración estadounidense y Amadeus. Existe un aspecto técnico relacionado con las solicitudes de datos ad hoc, pero se trata de un problema técnico, de hecho el experimento con la transmisión se ha iniciado, tal como se nos había prometido.
En relación al número de datos, me ha interesado escuchar lo que muchos de ustedes han tenido que decir sobre los 34 datos recogidos en la actualidad en el acuerdo «PNR». Puedo decirles abiertamente que en lo que respecta a mi papel en las negociaciones tengo la intención de solicitar que el número de datos en cuestión se reduzca, pero no porque suscriba la idea de que los Estados Unidos estén pidiendo demasiado. Si los 34 datos sirvieran para perseguir a terroristas, no dudaría en decirles que se necesitan 34 datos. No obstante, los datos realmente útiles son probablemente los 19 que se han mencionado; es decir, un número bastante inferior.
Pero créanme, el principio que cuenta en relación con los datos procesados no es el número de datos, sino más bien la utilidad de los mismos, y esta es la base sobre la que me propongo actuar en las negociaciones. No pretendo suscribir la idea de que si rebajamos los 34 datos a 15 habremos hecho en cualquier caso un buen trabajo; de hecho, podríamos haber hecho un trabajo pésimo si alguno de los datos excluidos pudiese haber prevenido un ataque terrorista. No tengo ninguna duda sobre una cosa: estoy bastante seguro de que el objetivo principal es hacer que el sistema sea eficaz. ¿Quién tiene acceso a los datos? ¿Para qué? ¿Cuántos datos y durante cuánto tiempo? Estos son los puntos de un acuerdo que vamos a empezar pronto a negociar, y mantendremos informado al Parlamento, como ya he dicho.
Señorías, muchos de ustedes creen que la información al pasajero es el factor que falta en el sistema PNR. Cabe imaginar perfectamente que si no se alcanza un consenso entre las dos partes, no habrá acuerdo a finales de julio. En mi cabeza veo una solución muy simple: cada billete a los Estados Unidos que se adquiera podría venir con una hoja para que el pasajero la firmara, informándole de que sus datos serán tratados de una manera concreta. Si eso ocurre, y espero de verdad que nunca sea así, nos habríamos asegurado sin duda de que el pasajero fuera informado aunque, sin un acuerdo a nivel europeo, los derechos del pasajero estarán limitados a la esfera privada del contrato de transporte aéreo. Se trata de una eventualidad que debemos evitar a toda costa, motivo por el que debemos intentar alcanzar un nuevo acuerdo europeo. La alternativa sería muy simple: habría simplemente que pedir al pasajero que aceptara unas cuantas restricciones en el marco de su contrato de transporte aéreo, y creo que la mayoría de los que quieren ir a los Estados Unidos por razones honestas lo firmaría. No obstante, estaríamos renunciando a un papel que Europa ya ha desempeñado y que es vital que siga desempeñando. Por eso necesitamos nuevas negociaciones, en parte para rebajar el número de datos, pero de tal manera que la reducción del número de datos no comprometa la lucha contra el terrorismo.
En cuanto al sistema ATS, he señalado a la Comisión de Libertades Civiles que he recibido garantías por escrito de los Estados Unidos con respecto a la conformidad con el acuerdo «PNR». En una intervención ante esta Cámara he sido criticado por no haber comprobado la veracidad de esta declaración. Señorías, si yo en Bruselas tuviera el poder de investigar el comportamiento de los Estados Unidos, tendría poderes que ninguna autoridad europea o nacional ha tenido nunca ni es probable que tenga. Todo es posible menos comprobar la veracidad de esa carta, como se me ha pedido en dicha intervención. Si yo recibo una respuesta formal que afirma que se cumplen las reglas, tengo que tomarlo al pie de la letra a menos que se demuestre lo contrario. Eso es lo que ocurre entre aliados, a menos que haya pruebas de lo contrario –que francamente no tengo, para ser totalmente honesto–, porque si no habría que abrir una investigación permanente sobre cada detalle insignificante de las cartas que recibimos de los Estados Unidos.
La señora Roure me ha preguntado si podemos facilitar información al Parlamento sobre el mandato de negociación. Como ya sabes, esta información es reservada. No obstante, como ya he dicho antes, aunque sea información reservada, encontraremos una forma de mantener informado al Parlamento, o dicho de otra manera, de facilitarle información política sin violar una regla consagrada en los Tratados, según la cual la información reservada («restringida a la UE») no puede publicarse. Esta es la solución política que propongo: si se modifica el Tratado para especificar un mecanismo por el cual los actos reservados puedan comunicarse al Parlamento, aplicaré tal normativa sin dudarlo. No obstante, de lo que se trata es de superar el obstáculo de no poder informar al Parlamento cuando hay material reservado de por medio. Les mantendré informados sobre este asunto.
Muchos han solicitado un acuerdo marco, señor Presidente, y yo mismo creo que es la opción más adecuada. Un acuerdo marco sobre transmisión de datos es precisamente sobre lo que hemos empezado a trabajar con la Presidencia: estamos organizando un equipo de trabajo conjunto para tratar una serie de temas relacionados con el tratamiento de datos personales, pero separados de los casos SWIFT y PNR, que avanzan paralelamente. Creemos que ha llegado el momento de cerrar un acuerdo político euroatlántico –un acuerdo marco– con los Estados Unidos sobre el tratamiento de datos personales y nuestra intención es trabajar sobre este acuerdo para especificar qué tipo de datos pueden transmitirse, con qué propósito y durante cuánto tiempo.
Señorías, hay otro punto que no se ha tratado en este debate, pero que es preciso abordar: ¿cómo podemos preservar la confidencialidad de la información técnica que forma parte de este acuerdo? Puesto que se trata de procedimientos de investigación, revelarlos sería como hacer un regalo a los delincuentes. Este tipo de información debe mantenerse en secreto. Además hay otro problema, puesto que está claro que estaríamos dando una potente herramienta a los sospechosos de terrorismo si reveláramos detalles sobre cómo se les vigila. ¿Es posible encontrar una solución? Estoy seguro de que se puede, pero tiene que haber voluntad política en ambas partes.
Me gustaría concluir con una reflexión final: nada de lo anterior justifica las violaciones específicas de la legislación europea y los fallos legislativos del caso SWIFT. Recordarán que cuando todavía nadie hablaba de un acuerdo europeo, me dirigí a la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior para expresar la necesidad de un acuerdo de este tipo, ya que es mucho mejor cubrir un vacío legislativo con normativa europea que dejar en manos de los Estados miembros que legislen como quieran. El caso SWIFT es un ejemplo típico: de los 27 Estados miembros, solo siete me han dado una respuesta. Es un signo de que este asunto debe abordarse a nivel europeo.
Por tanto, y por todas estas razones, les puedo asegurar, primero, que creo que un acuerdo político es esencial y que la legitimidad de un acuerdo de este tipo sería más débil si no participa el Parlamento; y segundo, un acuerdo político de este tipo debería orientarse a resolver los problemas de forma constructiva, sin señalar con el dedo a los Estados Unidos como si ellos fueran el problema. El problema, Señorías, son los terroristas, no los Estados Unidos.
El Presidente. Se cierra el debate. La votación tendrá lugar durante el próximo período parcial de sesiones.
Dado que ya es la hora prevista para reanudar la sesión, no habrá suspensión.
Agradezco la generosa disponibilidad y la responsabilidad profesional de los intérpretes; este Parlamento no podría funcionar sin ellas.
Declaraciones por escrito (artículo 142 del Reglamento)
Pedro Guerreiro (GUE/NGL). – (PT) Llevamos meses y meses oyendo las condenas por la inaceptable transferencia de datos de los registros de nombres de pasajeros por parte de las líneas aéreas y de datos personales por parte del sistema de la Sociedad para las Comunicaciones Financieras Interbancarias Internacionales (SWIFT) a los servicios de seguridad e información de los Estados Unidos Aún así, en respuesta a las preguntas planteadas aquí en el Parlamento, la Presidencia alemana del Consejo y la Comisión no han ofrecido nada que permita clarificar completamente estos asuntos y ponga fin a esta flagrante violación de los derechos, libertades y garantías de los ciudadanos.
Sus respuestas no dicen una sola palabra sobre las medidas concretas necesarias para poner fin a estas prácticas inaceptables e ilegales, ni sobre la exigencia de una completa aclaración por parte del Gobierno de los Estados Unidos.
Semejante comportamiento es en última instancia indicativo de la actitud sumisa y pasiva del Consejo respecto del chantaje y las exigencias de los Estados Unidos
También debo mencionar los intentos de aquellos cuyo único objetivo es beneficiarse de estas situaciones aplicando más ampliamente la votación por mayoría cualificada en el Consejo sobre asuntos de justicia e interior. Cualquier medida que, con el pretexto de la llamada «guerra contra el terrorismo», socave los derechos fundamentales de los ciudadanos, debe rechazarse rotundamente.
Athanasios Pafilis (GUE/NGL). – (EL) Tanto la Comisión como el Consejo han confirmado en sus declaraciones que seguirán cumpliendo las exigencias de los Estados Unidos manteniendo registros de todos los ciudadanos europeos y transfiriendo sus datos personales a los servicios secretos de los Estados Unidos
Los representantes de la Presidencia alemana y la Comisión no solo han aceptado que el nuevo acuerdo con los Estados Unidos sobre transmisión de datos personales de los pasajeros que vuelen allí no diferirá del acuerdo vigente, sino que además han admitido con cinismo que están dispuestos a legalizar el escándalo SWIFT estableciendo los denominados principios para el suministro de información sobre transacciones financieras realizadas por ciudadanos europeos en los Estados Unidos, para que esto pase a ser legal.
Como han expuesto claramente, no cometerán el pecado capital de romper las relaciones entre la UE y los Estados Unidos. En lo que respecta a la protección de los derechos fundamentales, los datos personales y la privacidad, intentarán convencer a nuestros «amigos americanos» de que los respeten, obviamente igual que los respetan en Iraq y Afganistán.
Está claro como el agua que las políticas de la UE y de los Estados Unidos son idénticas, igualmente reaccionarias y antidemocráticas e igualmente peligrosas para los derechos democráticos y las libertades populares, utilizando de la manera en que lo hacen la «lucha contra el terrorismo» como pretexto necesario para limitar los derechos fundamentales.