La Presidenta. De conformidad con el orden del día, se procede al debate del informe (A6-0066/2007) del señor Lamassoure, en nombre de la Comisión de Presupuestos, sobre el futuro de los recursos propios de la Unión Europea (2006/2205(INI)) .
Siento comunicarles que el ponente no puede estar esta noche con nosotros debido a razones familiares. El señor Böge le sustituirá.
Reimer Böge (PPE-DE), suplente del ponente. – (DE) Señora Presidenta, antes de comenzar deseo expresar nuestro disgusto, en nombre de la Comisión de Presupuestos –y le ruego que no incluya esto en mi tiempo de intervención–, por el hecho de ir tan retrasados con respecto al horario publicado. Debido a ello, el señor Lamassoure ya no puede estar presente por las razones indicadas. Por ello les pido que tengan paciencia conmigo, porque me acaban de informar de que tengo que leer su intervención en la versión original, es decir, en francés. Cada cabina tiene una copia. Por esto los cinco minutos se quedarán bastante cortos, ya que el francés es lamentablemente solo mi tercera lengua extranjera.
(FR) Señora Presidenta, Señorías, el informe sobre el futuro de los recursos propios es muy importante. Su Comisión de Presupuestos ha adoptado un enfoque político original. El informe presentado al Parlamento es un informe de progreso inicial.
En primer lugar, el tema es de gran calado: además de la crisis política, la Unión está atravesando una crisis presupuestaria igual de grave. El acuerdo sobre las perspectivas financieras solo pudo lograrse a expensas del estancamiento del presupuesto comunitario. El presupuesto proporciona financiación para la PAC y ayudas a los nuevos Estados miembros, pero, por ejemplo, no permite la financiación de las redes de transporte o Galileo y no asigna prácticamente nada a la Política Exterior y de Seguridad Común.
Hace poco hemos celebrado el 50º aniversario del Tratado de Roma. Estamos contentos con los éxitos de la Unión, una Unión cada vez más unida que se inició con aquel Tratado. Tengamos la valentía de reconocer que, en materia presupuestaria, durante los últimos 50 años la Unión se ha hecho cada vez menos «unida»: la solidaridad presupuestaria no ha aumentado; de hecho, ha disminuido en conjunto. Hace diez años, el presupuesto europeo representaba el 1,17 % del PIB, mientras que hoy el presupuesto de 2007 representa apenas el 0,99 %.
Los primeros Tratados establecían el principio de financiación del gasto comunitario con recursos comunitarios, es decir, con recursos fiscales asignados directamente a la Unión: ya fueran recursos nacionales como los aranceles aduaneros, o incluso un auténtico impuesto europeo, como por ejemplo un impuesto sobre el volumen de ventas de las empresas de acero y carbón en el contexto de la CECA.
Parece que algunos de mis colegas diputados, que están muy preocupados por la soberanía nacional, han olvidado completamente que los Tratados a los que se han adherido, en algunos casos después de un referendo, incluían precisamente un impuesto europeo. Sin embargo, este impuesto ya no existe; no ha sido resucitado y los aranceles aduaneros generan ahora solamente el 10 % de los recursos de la Unión. Actualmente, la mayor parte de esos recursos proviene de contribuciones de los presupuestos nacionales y esta es la razón de la crisis de financiación comunitaria. La única forma de resolverlo es volver al espíritu y la letra del Tratado de Roma y hacerlo aliviando los presupuestos nacionales y financiando los gastos comunitarios con nuevos recursos fiscales asignados directamente para la cobertura de estos gastos.
Conscientes del problema, los líderes europeos han decidido reunirse en 2008-2009 para reabrir toda esta cuestión sobre el presupuesto europeo, juntando las rúbricas de recursos y de gastos. Este compromiso se establece específicamente en el acuerdo sobre las perspectivas financieras.
Después viene el enfoque político, que es original. A la vista de la naturaleza extremadamente sensible del asunto, la Comisión de Presupuestos ha propuesto implicar a las comisiones de finanzas de los Parlamentos nacionales, y hacerlo desde el inicio de nuestro trabajo. En dos años hemos celebrado cuatro reuniones conjuntas y el ponente ha viajado a las capitales de la mitad de los Estados miembros. El objetivo no es lograr un acuerdo entre todos los Parlamentos. Esto no sería ni jurídica ni políticamente posible. Por otro lado, no existe un procedimiento que permita a los Parlamentos nacionales emitir una opinión, pero podemos preparar el terreno para la Comisión y el Consejo, aclarar cualquier malentendido, tomar nota de todo punto de acuerdo y de enfoques políticos comunes y llegar a un acuerdo sobre iniciativas que deben excluirse y que deben examinarse con más detalle.
El informe de hoy es por ello un informe de progreso, que pretende hacer balance de los temas sobre los que existe un consenso bastante amplio con los interlocutores designados como delegados ante nosotros por los Parlamentos nacionales. Este consenso tiene tres formas: consenso sobre el diagnóstico de las deficiencias del sistema actual, consenso sobre la orientación política de una reforma y consenso sobre el contenido de una primera fase, que puede empezar muy rápidamente y que consistiría sobre todo en una simplificación del sistema actual. Por ello, en lugar de obedecer normas que se han vuelto infinitamente complejas con el paso de los años, las contribuciones de los presupuestos nacionales se calcularán simplemente sobre la base del PIB.
Sin embargo, todavía no hay consenso sobre la urgencia y el contenido de una segunda fase. En lo que a nosotros se refiere, esta segunda fase es fundamental. Consistiría en seleccionar, entre los recursos fiscales existentes, aquellos que gradualmente podrían sustituir a las contribuciones nacionales sin aumentar la carga sobre los contribuyentes. En esta fase, el informe de progreso simplemente enumera los impuestos que podrían usarse para esta asignación, sin hacer ninguna recomendación. Ese será el objetivo de un segundo informe, que presentaré a finales de este año, después de una conferencia interparlamentaria final dedicada a este tema, que la Presidencia portuguesa ha anunciado para los días 4 y 5 de noviembre.
(Aplausos)
La Presidenta. Muchas gracias, señor Böge. Creo que los aplausos de los colegas lo dicen todo.
Mariann Fischer Boel , miembro de la Comisión. (EN) Señora Presidenta, Señorías, en nombre de la Comisión quiero dar las gracias a la Comisión de Presupuestos y su ponente permanente, el señor Lamassoure, por el impresionante trabajo realizado con este informe sobre un tema particularmente sensible. Me uno a los aplausos al señor Böge por su excelente presentación.
También deseo subrayar que, de acuerdo con la posición interinstitucional del 17 de mayo de 2006, y en el marco del proceso de consulta y reflexión que ha llevado a organizar la revisión, la Comisión se compromete a apoyarse en el profundo intercambio de opiniones que realizará con el Parlamento cuando se analice esta situación. Por ello, acojo con satisfacción el debate de hoy.
Elisa Ferreira (PSE), ponente de opinión de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios. – (PT) El sistema actual es injusto e incomprensible para los ciudadanos. Esta es la conclusión a que también ha llegado la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios. Hace falta una revisión y por tanto acojo con satisfacción este informe de propia iniciativa y felicito al ponente por su excelente labor.
Debemos facilitar a Europa recursos suficientes para aplicar sus objetivos estratégicos y en particular la Estrategia de Lisboa y la cohesión social y territorial. Ha llegado el momento de abandonar la estrategia del juste retour [justo retorno], que destruye la esencia del presupuesto común y hace caso omiso de los beneficios del mercado interior al no reconocerlos en el presupuesto.
También está claro que el debate sobre los ingresos exige una reevaluación de las prioridades de gasto. Es demasiado pronto para debatir sobre nuevas fuentes de ingresos y calendarios. Sin embargo, hay que dar garantías de que serán progresivas y transparentes y no aumentarán la carga fiscal sobre los ciudadanos.
El Parlamento ha demostrado hoy que quiere y puede desempeñar un papel clave en este proceso. Esto debe continuar en beneficio de Europa y de sus ciudadanos.
Gerardo Galeote (PPE-DE), ponente de opinión de la Comisión de Desarrollo Regional. – En primer lugar, quiero felicitar a mi colega, señor Böge, por su excelente francés, que le envidio mucho, y también, claro, al ponente, señor Lamassoure, por su empeño en sacar adelante un debate que, en efecto, es crucial y que veremos si las demás instituciones comunitarias tendrán, en su momento, el coraje de afrontar.
Creo que casi todos compartimos los objetivos básicos del informe: un sistema europeo comprensible para los ciudadanos, que no aumente, por supuesto, la presión fiscal. En cambio, yo quiero centrarme en una exigencia prioritaria para la Comisión de Desarrollo Regional, como es la de mantener la solidaridad como fundamento, como pilar esencial de la integración europea, y mucho más después de las últimas ampliaciones.
La cohesión económica, social y territorial exige un sistema de financiación justo y equitativo que tenga debidamente en cuenta, por una parte, la prosperidad relativa y, por otra, la capacidad contributiva de los Estados miembros. Eso exige eliminar los elementos regresivos del sistema actual, que desaparezcan los retornos que los países más prósperos reciben del presupuesto comunitario y que, como reclama el informe, el futuro de los recursos propios se asiente en los criterios de equidad y de progresividad.
Los beneficios de las políticas europeas, señora Presidenta, no pueden medirse en términos de cálculo de saldos netos que no tienen en cuenta, por ejemplo, las balanzas comerciales intercomunitarias. En definitiva, entiendo que el elemento central de la futura financiación europea debe ser la aportación en función del producto nacional bruto de los Estados miembros.
Carlos Carnero González (PSE), Ponente de opinión de la Comisión de Asuntos Constitucionales. – (ES) Todos coincidimos en tener un objetivo, una Unión Europea más eficaz y más democrática, y para ello necesitamos dos instrumentos: la Constitución, que está en proceso de ratificación, y los medios materiales para cumplir con nuestros objetivos.
Nuestros recursos no son suficientes ni transparentes, y por eso la situación actual no es sostenible. Es cierto que la Constitución Europea establece un nuevo equilibrio en el que el Parlamento Europeo tiene más poderes en tanto que autoridad presupuestaria, pero todavía no los adquiere en cuanto a los recursos propios. Aunque ese equilibrio pareciera hoy aceptable, en el futuro esta Cámara debe tener la posibilidad de legislar sobre tales recursos propios, sobre la base de dos consideraciones: en primer lugar, una relación directa entre ciudadanos y medios; en segundo lugar, acabar con las excepciones, con los retornos y con los cheques.
Si el informe Lamassoure va en esa dirección, como creo, desde la Comisión de Asuntos Constitucionales estaremos trabajando, en esta ocasión y en el futuro texto, en el mismo sentido.
Salvador Garriga Polledo, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (ES) Es una pena que nuestro ponente, el señor Lamassoure, no pueda estar presente en el debate sobre este importante informe de propia iniciativa, y es una auténtica pena que los trabajos parlamentarios puedan comenzar con una hora y media de retraso, porque así todos sufrimos.
En cualquier caso, el Grupo PPE-DE va a apoyar el informe del colega Lamassoure, basándose sobre todo en una constatación: el último acuerdo sobre las perspectivas financieras demostró que el sistema es escaso. Lo es a pesar de que el propio colega Lamassoure nos dice en su apartado 10 que si el Consejo hubiera seguido la Declaración de Edimburgo del año 1992, aplicando el 1,24 % del producto interior bruto de la Unión Europea al presupuesto comunitario, habríamos tenido 240 000 millones de euros más, que habrían sido suficientes para financiar a lo largo de estos años unas políticas comunitarias mucho más ambiciosas y mucho más efectivas para cada uno de los Estados miembros.
Por tanto, en la propia Decisión de Edimburgo del año 1992 estaban las soluciones que después los Estados miembros no fueron capaces de adoptar, y eso lo dice el propio colega Lamassoure.
Por tanto, es necesario que se busque una dimensión óptima del presupuesto comunitario y que no solamente se establezcan unos nuevos recursos propios – de lo que tratará el informe Lamassoure en la segunda fase y en cuya necesidad coincidimos plenamente– sino que también, como menciona de forma muy clara el ponente, se establezca un vínculo directo entre los recursos propios y las políticas que deben financiarse, es decir, los gastos, pero con una idea fundamental, señora Presidenta: la solidaridad. Esta supone que aquellos beneficiarios de los Fondos estructurales o aquellos beneficiarios de las subvenciones agrícolas no deberían pagar por las escaseces que los Estados miembros nos imponen.
Catherine Guy-Quint, en nombre del Grupo del PSE. – (FR) Señora Presidenta, Señorías, el informe de propia iniciativa que estamos debatiendo hoy está relacionado con un ámbito que es crucial para el futuro de la Unión: el de sus recursos. Cuando hablamos de los recursos de la Unión, nos referimos a sus medios de subsistencia, pero sobre todo a sus medios para emprender tareas y producir políticas públicas. Nos referimos a la continuación de la idea europea y de las políticas innovadoras que solo Europa nos permite realizar.
El objetivo del Grupo Socialista en el Parlamento Europeo es lograr estos dos objetivos ambiciosos: la continuación del proyecto europeo y la innovación política y económica. Lo esencial para el Parlamento es mostrar a los Estados miembros que la Europa de los proyectos, la Europa del fondo común y la solidaridad es posible. Esto significa que no podemos insistir en nuestras ventajas nacionales. Significa adoptar una propuesta parlamentaria responsable con la esperanza de que el Consejo avance hacia un sistema transparente, justo y eficaz. El hecho es que, en estos momentos, realmente hace falta simplificar los recursos de la Unión. Este sistema complejo se ha hecho incomprensible para los ciudadanos y los responsables políticos europeos. Es un sistema injusto e inadecuado.
Nuestro trabajo en cooperación con los Parlamentos nacionales nos ha convencido de que la introducción de un nuevo presupuesto de recursos llevará mucho tiempo y tendrá que llevarse a cabo en dos fases. Actualmente, las negociaciones presupuestarias comunitarias no son más que un choque de egos nacionales. Se está estableciendo un principio erróneo: el principio del justo retorno, que elimina la solidaridad europea y va en contra de nuestro proyecto. Es el veneno de la Comunidad Europea. Debemos destruir la noción misma de saldo neto.
Gracias al ponente y a las enmiendas presentadas por la Comisión de Presupuestos, el texto acentúa la importancia de abolir, de una vez por todas, cualquier forma de compensación y de mecanismo de devolución. Por ello es lógico abolir temporalmente el recurso del IVA, porque en su forma actual legitima todos los casos en los que se paga una devolución. También confirmamos las opciones señaladas en el informe Böge sobre las perspectivas financieras. Es vital vincular esta reforma de los ingresos a la reforma de los gastos. En este contexto, se puede considerar la cofinanciación de la PAC, pero sin renacionalización.
Debemos denunciar primero el sistema injusto de modo que podamos proporcionar después a Europa recursos basados en fundamentos sólidos y justos. Solo entonces, una vez hecho esto, el señor Lamassoure propone la creación de un impuesto que podría tener varias formas, preservando al mismo tiempo la soberanía fiscal de los Estados miembros. Apoyamos la idea de un impuesto consolidado, por ejemplo el impuesto de sociedades o el impuesto ambiental, como ya propuso Jacques Delors en 1991, o un impuesto sobre las transacciones financieras, un impuesto sobre las transacciones monetarias.
En este informe no estamos limitando las posibilidades. Nos estamos preparando para la segunda fase de nuestro trabajo. Por ello admitimos que existe un mal sistema, para acabar con él. Con la excepción de los aranceles aduaneros y de algunos impuestos agrícolas, los demás ingresos no son recursos propios.
Para concluir, proveer a la Unión de recursos reales significa aumentar la autonomía de recursos de Europa, para que deje de estar sometida al poder de bloqueo de un Estado miembro dado. También implica dar de nuevo coherencia al presupuesto. Quien decida sobre los gastos debe ser responsable de los ingresos ante el público. Finalmente, significa olvidar la idea de retornos contables que, durante años, ha estado minando todos nuestros proyectos europeos y destruyendo la idea misma de solidaridad en la que se basa Europa, cuyo 50º aniversario estamos celebrando.
Jan Mulder, en nombre del Grupo ALDE. – (NL) Señora Presidenta, felicito al señor Lamassoure, que está ausente, y al señor Böge, su suplente, por su presentación. Todos sabemos lo que pasó durante la reciente cumbre de 2005 y los acontecimientos que la precedieron. Las peleas constantes no son, en mi opinión, una perspectiva digna para Europa. Debemos encontrar otra forma de resolver la cuestión de los recursos propios y el informe Lamassoure marca sin duda el tono adecuado para ello.
La gran mayoría del Grupo de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa comparte las conclusiones clave del informe Lamassoure. Consideramos que el producto nacional bruto es probablemente el mejor criterio para medir la riqueza nacional y calcular las contribuciones basadas en ella. Esto, sin embargo, no debe impedirnos examinar otros medios más adelante y, como han dicho muchos antes que yo, esto no debe conducir a un aumento de la carga fiscal, sino que tendremos que usar los impuestos existentes para aportar a Europa parte de los ingresos.
No compartimos la opinión de que sea lamentable no haber usado el 1,24 % que se estableció en Edimburgo en 1992. Hasta ahora, la Comisión ha tenido que superar bastantes dificultades, como la de ejecutar el presupuesto vigente. Hay tantos miles de millones que cada año se devuelven a los Estados miembros que es difícil justificar la lógica de que es preciso presupuestar más y gastar más.
Los presupuestos deben calcularse sobre la base de necesidades reales, y hasta ahora no hemos alcanzado este umbral del 1,24 %. Por casualidad, la Comisaria responsable de la Agricultura está aquí esta tarde y puedo informarle de que el Grupo ALDE opina que la cofinanciación obligatoria de algunas áreas del gasto agrícola es muy beneficiosa para Europa y que debemos promoverla definitivamente en el futuro; quién sabe, incluso podría darle una idea para su control de salud del próximo año.
Zbigniew Krzysztof Kuźmiuk, en nombre del Grupo UEN. – (PL) Señora Presidenta, señora Comisaria, quiero añadir algunos puntos al debate sobre el futuro de los recursos propios de la Unión Europea.
En primer lugar, el sistema actual de recursos propios de la Unión no es transparente y, sobre todo, es injusto. Se complicó todavía más con los «regalos de Navidad» repartidos en la sesión del Consejo Europeo de Bruselas en diciembre de 2005.
En segundo lugar, este sistema muestra que algunos Estados miembros son claramente reacios a financiar políticas de las que ellos mismos obtienen poco. El ejemplo más claro de esto es el «cheque británico».
En tercer lugar, la solución propuesta para crear un nuevo sistema de recursos propios, y en particular el nuevo impuesto europeo propuesto, es inaceptable, al menos por dos razones. En primer lugar, aumentaría la carga fiscal sobre los ciudadanos y, en segundo lugar, privaría también a los Estados miembros de parte de su autoridad fiscal.
En cuarto lugar, las afirmaciones contenidas en el informe, que dice que el gasto en la Política Agrícola Común es ineficaz, son muy preocupantes. El problema de la seguridad alimentaria en la Unión Europea es una de las piedras angulares de su existencia y aunque solo sea por esta razón, el gasto en agricultura no debe cuestionarse. La propuesta de renacionalización de la Política Agrícola Común es igualmente inaceptable.
Gérard Onesta, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (FR) Señora Presidenta, hace un rato había muchas personas presentes en esta Cámara: estábamos hablando de la Declaración de Berlín. Sin embargo, es esta tarde, en una Cámara mucho más vacía, cuando quizás vamos a dar sustancia a esta declaración, porque si pensamos que podemos construir Europa sin dotarnos de los recursos para hacerlo, entonces no llegaremos muy lejos. El hecho es que hasta ahora los recursos presupuestarios se basaban en estructuras que funcionaban con seis países, pero, ahora que somos 27 países, han quedado totalmente inservibles. La gran virtud del informe del señor Lamassoure es que denuncia esto sin ambigüedades. La financiación, cuando está nacionalizada hasta este punto, cuando cada vez que damos un euro lo envolvemos en una bandera nacional e intentamos obtener más de lo que hemos dado, no funciona. Dicho esto, esta denuncia es el aspecto del informe que agrada al Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea.
Por otra parte, hay cosas que nos agradan mucho menos. No entendemos por qué nos estamos limitando si esto es un informe de propia iniciativa. Es cierto que nos gustaría haber encontrado el término «impuesto europeo». Estoy seguro de que la mayoría de esta Cámara está de acuerdo en que debemos atrevernos a usar este término para sustituir el impuesto europeo encubierto: una pizca de IVA por aquí, una pequeña contribución por allá. Deberíamos habernos atrevido a incluir el término en este informe. Además, ¿por qué hablar de un período de transición cuando sabemos muy bien lo que debemos buscar? Dejando todo fuera para engatusar a algunas personas y tranquilizar a otras, estamos quitando al informe toda su fuerza, siendo así que los puntos de partida eran excelentes.
Quiero hacer un comentario final, que es muy importante para nuestro Grupo: ¿por qué poner palos en nuestras propias ruedas antes de comenzar la carrera fijando el listón en el 1,24 %? ¿Por qué el Parlamento, que siempre la ha denunciado, debe postrarse ante esta vaca sagrada? Sabemos, y vamos a debatirlo el año que viene, en 2008, que este listón impide que las políticas europeas sean apoyadas con verdaderos recursos. Comparemos lo que están haciendo nuestros vecinos: en los Estados Unidos hacen fondo común con el 20 % de su PNB.
Está claro, por tanto, que el informe Lamassoure ha tenido que hacer promesas aquí y allí hasta el punto de autolimitarse. Nuestra pregunta es la siguiente: ¿cómo podemos alentar al señor Lamassoure a avanzar sin que desfallezca? La mejor respuesta que hemos dado es abstenernos.
Esko Seppänen, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (FI) Señora Presidenta, el ponente, el señor Lamassoure, ha hecho una evaluación correcta: no es el momento de que los Estados miembros renuncien a su soberanía en materia fiscal. Hay muchas deficiencias en el actual sistema de recursos propios. No hay justificación para el «cheque británico». Ni tampoco se justifican los beneficios especiales obtenidos a su sombra por otros Estados miembros en la cumbre de 2005. Se ha llamado la atención y con razón sobre el «efecto Rotterdam», la prima del 25 % de compensación por exceso por el cobro de ingresos aduaneros. No se puede reformar el sistema sin tener en cuenta al mismo tiempo la asignación de los gastos de la Unión y en particular de las restituciones a los Estados miembros en forma de subvenciones agrícolas. En el informe, la cofinanciación de la agricultura se esconde bajo la alfombra y allí es donde la encontraremos en el examen intermedio de los marcos financieros para 2007-1013. Entonces será necesario abordar estos problemas, que no deben resolverse dando a la UE el poder de cobrar impuestos o introduciendo por ley un impuesto europeo común.
Hélène Goudin, en nombre del Grupo IND/DEM. – (SV) Señora Presidenta, el tema de la introducción de un impuesto europeo se ha planteado porque está claro que hay quienes creen que la UE tiene demasiado poco dinero. Existe el deseo de resolver este estado de cosas permitiendo a la UE cobrar un impuesto directamente de los bolsillos de las personas. El apartado 6 del informe critica la necesidad de que haya consenso entre todos los Estados miembros con respecto a estas cuestiones. Debe ser posible, claro está, pasar como sea por encima de los países que se muestren reticentes. Es lamentable que se adopte esa posición, especialmente desde un punto de vista democrático.
La Lista de Junio se opone enérgicamente a que la UE se haga con un porcentaje de los impuestos nacionales. El informe ha sido escrito con la intención de dar un paso más hacia la creación de un Estado UE con derecho a percibir impuestos, un Ministro de Asuntos Exteriores común, fuerzas armadas comunes y una moneda común. Es una idea horrible. Hemos presentado una enmienda en la que destacamos el derecho inviolable de los Estados miembros a la autodeterminación en materia fiscal. Creemos que todos los Estados miembros deben estar de acuerdo antes de introducir cualquier forma de fiscalidad comunitaria. En esto coinciden las opiniones de las personas en numerosos Estados miembros.
Nosotros, los diputados al Parlamento Europeo, debemos seguir los deseos de nuestro electorado, es decir, responder a las opiniones de nuestros ciudadanos y actuar en consecuencia. Espero, Señorías, que rechacemos claramente y sin ambigüedades este censurable informe en la votación de mañana.
Petre Popeangă, în numele grupului ITS. – (RO) Raportul Lamassoure, excelent prezentat de domnul Böge, este o continuare logică a demersurilor anterioare în acest deosebit de seducător domeniu al reformării sistemului resurselor financiare proprii Uniunii Europene.
Demersul este, cel puţin în plan teoretic, deosebit de interesant, motivat de faptul că, pornind de la realitatea insuficienţelor actualului sistem de finanţare a bugetului Uniunii Europene, prezintă o foarte curajoasă propunere de reformare a acestuia. Am limitat aprecierea la planul teoriei, deoarece consider că în stadiul actual de dezvoltare economică diferită a statelor membre, adoptarea unui sistem de finanţare bazat în întregime pe surse de natură fiscală, nu mi se pare total realistă.
Fără a nega necesitatea reformei, mult mai pragmatică mi s-ar părea o abordare progresivă a acestei acţiuni, bazată pe menţinerea resursei tradiţionale, descrescătoare în timp, dublată de resurse de natură fiscală în pondere crescătoare. Menţionez, de asemenea, că propunerea privind extinderea principiului adiţionalităţii asupra unor politici a căror implementare antrenează resurse consistente de la bugetul comunitar, este puternic defavorabilă statelor membre mai puţin dezvoltate, precum România, deoarece antrenează în mod automat cofinanţări de la bugetul naţional în detrimentul finanţării propriilor programe.
În sfârşit, dintre mai multe observaţii pe care le am în legătură cu modificarea sistemului resurselor proprii, propusă de autori pentru etapa a doua a reformei, o să mă opresc doar la două: cea privind posibila alegere a TVA ca sursă proprie a bugetului Uniunii, acţiune pe care o apreciez ca fiind complicată, chiar în condiţiile înscrierii în documente a cotei-părţi destinate bugetului comunitar şi, de asemenea, cea privind impozitul pe profit, datorită faptului că în această materie nu există armonizare legislativă necesară, fiecare stat membru având în prezent reglementări proprii, fapt ce face ca această resursă să fie, cel puţin deocamdată, de neluat în considerare.
Hans-Peter Martin (NI). – (DE) Señora Presidenta, estoy mirando a los ojos a un hombre, el señor Böge, a quien yo y muchos otros consideramos muy inteligente, y hay también algunos otros aquí en este hemiciclo de los que sabemos a ciencia cierta que saben sumar uno más uno. Después miro este informe y pienso: ¿qué les ha pasado? ¿Hasta qué punto puede llegar a faltarle todo realismo? Como discurso académico puede tener su valor, pero para eso solo no necesitaríamos esta Cámara.
¿Quién en este mundo compra un producto si no está convencido de que vale la pena comprarlo? Es cierto que primero es preciso corregir y resumir lo que la UE está haciendo, y sobre todo lo que no está haciendo, y después rápidamente asegurar que estas actividades se financien en el nivel adecuado: la agricultura, el Fondo de Cohesión, la continuación de tantos fondos y programas que realmente deberían poder ocuparse de sí mismos a estas alturas. Con seguridad ahí es donde debemos empezar.
Considero sensata la propuesta –que también viene de su país, creo que incluso de su Grupo, señor Böge– de ver si en algunas áreas realmente solo tenemos pagos netos, para ser razonables, porque permite realizar un control. Si todavía no hay suficientes y necesitamos recursos propios, entonces hay mucho que puede debatirse pero no sobre la base de premisas tan falsas como en estos momentos.
Por cierto, creo que necesitamos urgentemente menos burocracia y más democracia, en este caso en particular.
Richard James Ashworth (PPE-DE). – (EN) Señora Presidenta, en principio debemos acoger con satisfacción el objetivo de hacer que el sistema de recursos propios sea más simple, más transparente y más fácil de entender para los ciudadanos. Felicito al señor Lamassoure por el trabajo que ha hecho para estimular este debate y subrayar la necesidad de un cambio.
Estoy de acuerdo con él en que el actual elemento basado en el IVA es demasiado complejo y hay que cambiarlo. Sin embargo, con respecto a los demás recursos propios tradicionales, no vemos justificación para un cambio. Pensamos que un sistema de financiación basado en el PNB es lógico y justo y nos complace apoyar ese sistema. Sin embargo, no aceptamos que este recurso se convierta en un auténtico recurso propio. Todo lo contrario. Nos parece oportuno un debate saludable entre los Estados miembros como proveedores de fondos y la Comisión como servidora. Esto envía un mensaje muy claro al público de que la UE no es una institución autosostenida, sino que está ahí para ayudar a los Estados miembros a lograr sus objetivos comunes.
También acogemos con satisfacción la oportunidad de examinar la Política Agrícola Común. Inevitablemente, este es un ejercicio complejo porque una PAC reformada debe ser capaz de ayudar a los nuevos Estados miembros a desarrollar su base agraria, y, a la vez, permitir a los UE-15 transferir fondos a los elementos ambientales con apoyo popular y reducir los costes totales para la Comunidad.
Por ello estoy de acuerdo con el principio de la cofinanciación obligatoria. Es el enfoque más lógico para la reforma del lado del gasto y, como señala el informe, ofrece el potencial para eliminar la necesidad de supresiones.
Sin embargo, vuelvo a resaltar que será una negociación compleja y sin duda más adecuada para la revisión presupuestaria ya programada para 2008-2009. Por estas razones, voto en contra del informe.
Jutta Haug (PSE). – (DE) Señora Presidenta, señora Comisaria, Señorías, hoy estamos debatiendo una vez más el futuro de los recursos propios. En estos momentos, de hecho solo lo hacemos para que conste. El Comisario responsable no está aquí, los bancos del Consejo están completamente vacíos y las únicas personas que veo son los diputados con los que ya he pasado largas horas en la Comisión de Presupuestos debatiendo el informe intermedio del señor Lamassoure. Hemos repetido otra vez todos los argumentos que presentamos en 1990, 1994, 2001 y 2005 como los puntos esenciales a considerar en una reforma del sistema de recursos propios. Queremos un sistema más simple que el que tenemos actualmente. Queremos más justicia, más igualdad entre los Estados miembros, inclusive en el lado de los ingresos –sin excepciones, por favor– y queremos mayor transparencia en la parte de los ingresos del presupuesto: transparencia para todos los diputados al Parlamento, para los miembros del Consejo y sobre todo para todos nuestros ciudadanos. Sin duda no será difícil que el Consejo apoye también estas exigencias. No podemos seguir pontificando sin acercarnos ni un paso a nuestros ciudadanos. Además, por supuesto, esto no facilita en nada que el público entienda el presupuesto de la Unión Europea. También se trata de ser más democráticos.
El Parlamento Europeo, que representa a los pueblos de Europa, solo puede ayudar a definir los gastos de la Unión Europea, pero no sus ingresos. Esto lleva a la situación bastante absurda de que el Consejo nos deniegue nuestra cuota de responsabilidad, pero al mismo tiempo difame al Parlamento tildándolo de despilfarrador y diciendo que solo puede estar a favor de aumentar el gasto porque no es responsable de los ingresos y por tanto tampoco tiene que justificarlos. Esto no es verdad, dirán algunos de ustedes, pero sí lo es. Lo he experimentado en persona. En el espacio de media hora, ambas afirmaciones salieron de la misma boca del mismo Ministro de Finanzas.
El Parlamento siempre está dispuesto a negociar sobre esto. Nunca nos hemos empeñado en seguir nuestro propio camino pase lo que pase. El señor Lamassoure lo ha demostrado ahora una vez más, a su manera encantadora, con su propuesta moderada de una reforma en dos fases del sistema de recursos propios. Le apoyamos en casi todos los aspectos, incluido su deseo de no invadir la soberanía fiscal nacional actual pidiendo un impuesto europeo. Asimismo, y me complace admitirlo, cuenta con mi apoyo personal, yo que he dicho repetidamente desde que estoy en el Parlamento: no hay representación sin impuestos. Como puede ver, el Parlamento Europeo ya ha cedido terreno, incluso antes de que hayan empezado las negociaciones con el Consejo. Ahora esperamos ver algo de movimiento por parte del Consejo en el período previo a la revisión conjunta acordada. El Consejo debe mostrar de una vez alguna voluntad de cooperación.
Gérard Deprez (ALDE). – (FR) Señora Presidenta, Señorías, deseo expresar mi apoyo, en general, al excelente informe de nuestro colega diputado, el señor Lamassoure, muy bien representado por otro colega diputado, el señor Böge.
En primer lugar, apoyo el método utilizado. Nuestro ponente ha entendido correctamente que la reforma de la financiación de la Unión no puede realizarse sin el acuerdo de los Estados miembros, en otras palabras, sin el consentimiento de los Parlamentos nacionales. Debemos mantenernos en contacto con ellos porque debemos convencerlos.
En segundo lugar, apoyo, y esto es crucial, la estructura del informe, que propone una reforma global, pero estructurada en dos fases. Una primera fase, más urgente, está destinada a purgar el sistema actual de todas las patologías que ha acumulado a lo largo de los años. Acabarían los pequeños regalos entre amigos, los reembolsos, los reembolsos de los reembolsos, las exenciones, los techos y el lamentable regateo. Purgar, esa es la prioridad. En cuanto a la segunda fase, tendremos otra oportunidad para hablar de ello más adelante.
Me gustaría decir una última cosa, señora Presidenta. Para nosotros, la prioridad es el Tratado constitucional. Si este debate presupuestario lo va a hacer más difícil, debemos tener la valentía de postergarlo.
Pierre Jonckheer (Verts/ALE). – (FR) Señora Presidenta, señor Böge, creo que el ejercicio realizado por el señor Lamassoure y la Comisión de Presupuestos es útil. Compartimos sus críticas y compartimos –como hemos hecho durante mucho tiempo, quisiera añadir– la idea central de la necesidad de un nuevo sistema de recursos propios.
Yo, por mi parte, quiero expresar mi amargo desacuerdo, entre otros, con el apartado 28 y siguiente, que, en mi opinión, están destinados a tranquilizar a la población, pero sobre la base de un falso realismo. Falso realismo en lo que respecta a la afirmación de que debe mantenerse la soberanía fiscal de los Estados miembros cuando, en realidad, la soberanía fiscal no existe a causa de la competencia fiscal dentro de la Unión. Falso realismo en lo relativo a la neutralidad fiscal, porque esto va a crear una restricción adicional en el presupuesto comunitario, cuando las políticas fiscales de los Estados miembros pueden ser diferentes y puedan variar con el tiempo. Finalmente, falso realismo en relación con el orden de magnitud del presupuesto.
En este tema, me opongo totalmente al argumento presentado por el señor Mulder; no, no tenemos suficiente dinero. No, no tenemos suficiente dinero para Life+. No, no tenemos suficiente dinero para la política exterior. No, no tenemos suficiente dinero para la política de educación e investigación. Y no, no tenemos suficiente dinero para las redes transeuropeas. Esta era una de las posiciones del Parlamento y no entiendo cómo, en un informe de propia iniciativa, estamos dando un paso atrás.
Jeffrey Titford (IND/DEM). – (EN) Señora Presidenta, un buen subtítulo para este informe sería «el principio de algo mucho peor». Siempre me resultan sospechosos los informes de la UE que afirman que respetan los principios, en este caso el de la soberanía fiscal de los Estados miembros. Esto suele ser el preludio de todo lo contrario. Este informe, a pesar de afirmar el principio básico antes mencionado, pasa muy pronto a utilizar subterfugios declarando que los Estados miembros pueden autorizar de todos modos a la Unión, durante un período limitado, revocable en todo momento, a beneficiarse directamente una cuota de un impuesto.
En otras palabras, la Comisión Europea está intentando establecer el principio de que la UE cobre directamente impuestos de los contribuyentes de los Estados miembros. Es sumamente peligroso sentar este precedente, y las revelaciones de ayer sobre las batidas de la policía en los locales la Comisión, con incursiones simultáneas en varios países, no hacen más que agravarlo.
Ya me han leído antes la cartilla por usar la palabra «fraude» en esta Cámara. Sin embargo, está claro que la policía piensa que la palabra está justificada.
Este informe pide también la abolición gradual del «cheque británico», a lo que me opongo rotundamente y ante lo que declaro que lucharé hasta el final por impedirlo. Cuarenta millones de libras esterlinas al día son suficientes. No se puede exigir al Reino Unido que pague más a un sistema financiero de la UE que tiene tantas vías de escape.
Sergej Kozlík (NI). – (SK) No existen recursos «propios» y «no propios» de la Unión Europea. Existe el dinero de los contribuyentes europeos y los sistemas más o menos sofisticados para asignar ese dinero al presupuesto de la Unión Europea, algo que no interesa para nada a los ciudadanos de la UE.
Lo que interesa a los ciudadanos es la forma en que se utilizan esos recursos. Las dudas sobre la eficiencia de este gasto no solo las expresan ellos, sino también nosotros, que ocupamos estos escaños. A menos que resolvamos primero el problema de cómo usar los recursos presupuestarios de la Unión Europea de forma eficiente y creíble, no habrá modo de proporcionar recursos para cubrir los gastos que sean suficientemente transparentes a los ojos de los contribuyentes europeos.
La fórmula contable convencional de «cuentas a pagar – cuentas pagadas» será sustituida por «cuentas a pagar – cuentas pagadas a regañadientes», como ya estamos presenciando ahora. Acogemos sin duda con satisfacción el debate sobre el futuro de nuestros recursos «propios»; sin embargo, el problema está estrechamente vinculado a la reforma de los gastos de la UE.
Valdis Dombrovskis (PPE-DE). – (LV) Señora Presidenta, Señorías, el sistema de recursos propios de la UE ha cambiado notablemente desde su introducción en 1970. El peso de los recursos propios tradicionales y los recursos propios del IVA en los ingresos del presupuesto de la UE se ha reducido gradualmente, mientras que el peso de los recursos propios del PNB ha aumentado significativamente. Este recurso, que casi podría calificarse de recurso propio extra, constituye ahora alrededor del 75 % de los ingresos presupuestarios de la Unión Europea. Aunque el predominio de los recursos propios del PNB asegura que la aportación de los Estados miembros es proporcional a sus niveles de prosperidad relativos, dificulta bastante la financiación del presupuesto comunitario. En lugar de ello, para centrarse en los asuntos prioritarios que pueden resolverse en la Unión Europea, los Estados miembros dedican la mayor parte de su tiempo a regatear sobre sus contribuciones.
En gran medida, los resultados de este regateo determinan el nivel de financiación del presupuesto comunitario, a menudo a despecho de los compromisos contraídos previamente por los propios Estados miembros. Debido a ello, el presupuesto comunitario aumenta mucho más despacio que los presupuestos de los Estados miembros y muchas prioridades importantes para la Unión Europea en su conjunto carecen de financiación suficiente. Al aplicar una reforma del sistema de recursos propios de la UE, es importante asegurar un aumento anual suficiente de los ingresos presupuestarios de la UE. Este aumento debe ser proporcional al crecimiento de la economía de la UE y debe derivarse automáticamente de la estructura del sistema de recursos propios, en lugar de depender del regateo entre los Estados miembros. Esta estructura, por supuesto, no cuestiona el techo vigente de los recursos propios, que es del 1,24 % de los créditos del producto nacional bruto de la Unión Europea. Este es un principio importante, que debemos destacar junto a los demás principios de igualdad y solidaridad entre los Estados miembros y un sistema simple que puede ser entendido por los residentes de la UE. Sobre el tema de las soluciones específicas que aumentarían los ingresos del presupuesto comunitario, una mayor proporción podría otorgarse, por ejemplo, a los recursos propios del IVA, si una parte especificada de los ingresos del IVA se canalizaran hacia el presupuesto comunitario. Es importante que la carga se distribuya justamente, es decir, en proporción a los niveles de prosperidad de los Estados miembros. El consumo de recursos energéticos o recursos naturales no es directamente proporcional a los niveles de prosperidad y por ello los impuestos sobre los recursos ambientales y energéticos no son adecuados para el sistema de recursos propios comunitario. Los coches de los Estados miembros más pobres de la UE no consumen menos combustible que en los países más ricos. De hecho es muy probable que consuman más combustible, por tratarse de coches más viejos. A resultas de ello, la carga del desembolso para los Estados miembros menos desarrollados sería desproporcionadamente elevada. Gracias.
Neena Gill (PSE). – (EN) Señora Presidenta, doy las gracias al ponente por su cooperación. Ha hecho una evaluación completa y ecuánime de la situación actual y ha abierto la puerta al debate sobre posibles soluciones futuras.
Sin embargo, creo que estamos presentando demasiado pronto las opiniones del Parlamento. Solo son una contribución inicial al debate, porque 2008 es una oportunidad para que revisemos completamente el presupuesto. Necesitamos encontrar un sistema que sea transparente y comprensible y basado en la igualdad y la justicia entre los Estados miembros. Debe reflejar las prioridades y ambiciones de progreso y éxito de nuestra UE del mañana.
Acojo con gran satisfacción que el informe haga tanto hincapié en el vínculo entre gastos e ingresos y la necesidad de tratar ambas cuestiones simultáneamente si deseamos que haya un avance real en la revisión del presupuesto de la UE. También es importante reconocer que la cuestión de los recursos propios no se reduce a la cuestión del «cheque británico». Esa es una opinión demasiado simplista y errónea que no ayuda a avanzar en los debates en una dirección significativa y constructiva.
Finalmente, acojo con satisfacción el hecho de que el ponente reconozca que la idea de un nuevo impuesto comunitario no sería práctica ni popular. Esto demuestra que el Parlamento ha asumido las opiniones de los diputados nacionales expresadas durante nuestras amplias consultas.
Kyösti Virrankoski (ALDE). – (FI) Señora Presidenta, el ponente, el señor Lamassoure, ha elaborado un informe muy meritorio sobre los recursos propios de la UE, por el que le doy las gracias sinceramente. El informe pide un sistema claro, transparente y equitativo de recursos propios. Hay buenas razones para ello. El sistema actual es complejo y difícil de comprender. Habría un techo claro fijado para los recursos propios: el 1,24 % del PNB. Esta es la garantía más eficaz de que los recursos no se descontrolen. Por tanto, ninguna fuente de ingresos destinada a la UE podría sobrepasar el techo que los acuerdos presupuestarios en general reducen todavía más.
La mayor deficiencia del sistema actual es el «cheque británico». El Estado miembro que yo represento, por ejemplo, que es pobre en recursos naturales y genera menos ingresos a escala nacional, debe pagar unos 130 millones de euros al año para sufragar esa devolución. Esa suma es el equivalente de los costes de funcionamiento de una universidad de tamaño medio. En mi opinión, cada Estado miembro debe cargar con su responsabilidad, porque los beneficios de la UE no pueden medirse solamente en función de los ingresos presupuestarios, sino de los efectos múltiples y globales del mercado único y las políticas comunitarias.
José Albino Silva Peneda (PPE-DE). – (PT) Señor Presidente, Señorías, creo que el sistema de financiación actual de la UE se ha agotado. Estoy firmemente convencido de que si continuamos con este sistema, será muy difícil definir otro marco financiero que entre en vigor después de 2013 y los ciudadanos se sentirán cada vez más distantes de las instituciones europeas. Esto es así porque el sistema está basado en normas –algunas de las cuales son fruto de un conjunto particular de circunstancias políticas y como tales eran al principio temporales pero se hicieron permanentes– tan opacas que resultan difíciles de entender para el ciudadano medio. Si mantenemos el sistema actual, creo que estaremos avanzando hacia la destrucción de los valores esenciales que han caracterizado el éxito de la UE en las últimas décadas.
En un ejercicio cercano a la humillación discutimos quién es y quién no es un contribuyente neto, examinando caso por caso. Por ello acojo con gran satisfacción el informe Lamassoure, que propone con lucidez, prudencia y largas miras una serie de principios, recomendaciones y metodologías que considero adecuadas. Sin embargo, quisiera llamar especialmente la atención sobre el hecho de que esta reforma no es exclusiva del ámbito financiero. La reforma en cuestión es de largo alcance y esencialmente política, por lo que el debate no debe confinarse exclusivamente al Parlamento y al Consejo y todavía menos al ECOFIN.
Uno de los requisitos esenciales para el éxito de esta reforma se refiere a la participación de todas las instituciones, tanto europeas como nacionales, a lo largo de todo el proceso. Por ello quiero elogiar, para concluir, la metodología propuesta, que hace hincapié y favorece la participación de los Parlamentos nacionales.
PRESIDENCIA DEL SR. DOS SANTOS Vicepresidente
Göran Färm (PSE). – (SV) Señor Presidente, la financiación del presupuesto de la UE ha sido caótica. Solamente unos cuantos expertos entienden cómo funciona el sistema. Sin embargo, lo que sí sabemos es que es de cortas miras e injusta. Así pues, existen sólidos motivos para reformarla, para que sea más justa y transparente y tenga más visión de futuro.
El señor Lamassoure ha elaborado un importante informe, con el que los socialdemócratas estamos en gran medida de acuerdo. En particular, al igual que el señor Lamassoure, queremos encontrar una forma sencilla, directa y más justa de financiación, como un sistema basado en el PNB sin rebajas. Sin embargo, no queremos conceder a la UE el derecho a aplicar impuestos ni comprometer ahora la soberanía de los Estados miembros en cuestiones fiscales. En mi opinión, lo que caracteriza específicamente a la UE es su capacidad para combinar la soberanía nacional fundamental con la capacidad de unir fuerzas en algunos ámbitos para resolver problemas sociales transfronterizos.
Crear un verdadero impuesto de la UE sería anticiparse a los acontecimientos. Si alguna vez seguimos ese camino, la convicción relativa a las ventajas de hacerlo debe venir de abajo, es decir, de los ciudadanos y los Estados miembros. Actualmente no estamos en esa situación. Me satisface que en el Grupo Socialista en el Parlamento Europeo hayamos progresado mucho hacia una opinión más común, muy aproximada al planteamiento del señor Lamassoure. Por lo tanto, existe un amplio acuerdo en el Parlamento y eso puede ser muy importante para el futuro.
László Surján (PPE-DE). – (HU) Los demócrata-cristianos húngaros apoyamos este informe. Permítanme responder a lo que se ha dicho en el debate. El informe que tenemos ante nosotros no toma una decisión con respecto a la cuantía del presupuesto ni pretende introducir un impuesto europeo, sino que simplemente analiza detenidamente su posibilidad y sus potenciales consecuencias.
¡De ninguna manera estamos debatiendo esta cuestión demasiado pronto, sino demasiado tarde! La reforma tarda en llegar, porque acabar con el delicado equilibrio de excepciones perjudica a todos aquellos que por medio de algún trato momentáneo fueron capaces de imponer sus propias exigencias específicas. Tenemos que dejar atrás todo esto.
La excelente propuesta del señor Lamassoure pretende poner orden y una distribución más justa de la carga, en lugar del caos actual. Si la aprobamos, demostraremos que queremos una Unión Europea más sólida, más efectiva y más transparente para sus ciudadanos.
Herbert Bösch (PSE). – (DE) Señor Presidente, alguien ha mencionado antes el vínculo existente entre la nueva Constitución y el debate que estamos celebrando ahora. Como dice el refrán, el que paga al gaitero es el que lleva la voz cantante. En el pasado hemos comprobado que una Unión que todavía percibe solamente entre el 85 y el 90 % de sus fondos de las contribuciones nacionales está paralizada. Lo sabemos y esa es la razón por la que necesitamos más recursos propios europeos. Cualquiera que diga que podríamos continuar como hemos estado haciendo con este sistema, mejorando las cosas, aumentando la integración, aceptando más políticas, está engañando al electorado. Esa es la razón por la que, en mi opinión, en el futuro tendremos que elaborar informes bastante más enérgicos.
Creo que el señor Lamassoure ha hecho un buen trabajo. Sin embargo, ¿quién se va a atrever a decir cosas que pueden no ser del gusto de todos? Necesitamos más recursos propios: eso también significa que necesitamos tener la valentía de tener impuestos europeos. Las ideas pueden divergir aquí; pueden defenderse diversos puntos de partida diferentes. La Comisión ya ha hecho algunas propuestas razonables. Mi apoyo a este informe no es del todo entusiasta, porque necesitamos más recursos propios europeos, para garantizar que el trabajo de la integración europea tenga realmente un futuro.
Monica Maria Iacob-Ridzi (PPE-DE). – (RO) Domnule Preşedinte, doamnelor şi domnilor, doresc să îl felicit şi eu pe domnul Lamassoure pentru munca sa, chiar dacă nu este prezent, şi mai ales pentru dialogul său permanent cu parlamentele naţionale. Mă bucură mult faptul că acest raport a inclus ideile lor, precum şi cele exprimate în Comisia pentru bugete, de către parlamentarii europeni din noile state membre.
În primul rând, trebuie să recunoaştem deficienţele sistemului actual de resurse bugetare, ce s-a vrut iniţial a fi unul de tranziţie. Este un sistem opac, complex, dificil de explicat cetăţenilor Uniunii, unde fiecare stat are propriul său rabat britanic şi propria sa excepţie. Poate cel mai mare inconvenient este faptul că numai 15% din resursele bugetare sunt veritabil europene. Este o situaţie inacceptabilă. O perioadă de tranziţie este necesară; eliminarea, în primă fază, a resursei calculate din TVA şi înlocuirea ei cu contribuţii naţionale este un pas înainte. Acest lucru reduce complexitatea actuală şi face mai uşoară trecerea la a doua fază, a resurselor europene veritabile.
În etapa a doua, din punctul de vedere al României, este preferabilă alegerea unui impozit simplu, care să nu crească presiunea fiscală asupra cetăţenilor europeni, sau să permită unor state membre să beneficieze de compensări injuste.
Szabolcs Fazakas (PSE). – (HU) Como podemos observar en el informe del señor Lamassoure y en las respuestas al mismo, el Parlamento Europeo se encuentra ante una oportunidad histórica, porque gracias al acuerdo interinstitucional, puede desempeñar un papel decisivo en el proceso de reforma del presupuesto, no solamente en la determinación de los gastos, sino también, por fin, en la creación de sus recursos propios.
Los argumentos normalmente triviales e indecorosos con respecto a la elaboración de las perspectivas financieras 2007-2013 han confirmado que necesitamos fuentes de ingresos que sean transparentes y que se puedan calcular a largo plazo, de modo que podamos tomar decisiones equilibradas.
El Parlamento Europeo ha aprovechado esta oportunidad de una manera ejemplar. No hemos confiado solamente en nuestras propias fuerzas, sino que hemos implicado a los Parlamentos nacionales en la tarea, organizando numerosas consultas y reuniones conjuntas. Al principio, basándose en sus problemas políticos internos, los Parlamentos nacionales estaban interesados sobre todo en las soluciones a más corto plazo, pero ya han reconocido que es necesario pensar a largo plazo y que tenemos que cooperar para encontrar una solución que apunte al futuro y que sirva al futuro de toda Europa.
Mariann Fischer Boel , miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, la Comisión comparte la opinión del Parlamento de que el sistema actual de recursos propios no es óptimo. La Comisión ha indicado repetidamente su voluntad de explorar distintas opciones que puedan mejorar y simplificar el sistema financiero actual. Toma nota del hecho de que el informe actual es una primera base sobre la que el Parlamento continuará el examen de opciones posibles en el futuro, en estrecha cooperación con los Parlamentos nacionales, antes de fijar su posición definitiva.
La Comisión considerará los resultados de toda conferencia interparlamentaria como una contribución en el contexto del proceso de consulta.
La Comisión recuerda que, tal como se indica explícitamente en la declaración anexa al acuerdo interinstitucional sobre disciplina presupuestaria y buena gestión financiera de mayo de 2006 –como he mencionado anteriormente–, su propuesta se presentará bajo su propia responsabilidad.
El Presidente. El debate queda cerrado.
La votación tendrá lugar mañana a las 11.00 horas.
Declaraciones por escrito (artículo 142 del Reglamento)
Richard Corbett (PSE), por escrito. – (EN) Si bien acojo con satisfacción los esfuerzos dedicados a reflexiones etéreas sobre futuras fuentes de ingresos de la Unión Europea, y aunque me complace que se vinculen explícitamente con la necesidad de reformar paralelamente el lado del gasto, tengo mis dudas sobre algunos aspectos de este informe. La atención está todavía demasiado enfocada en la cuestión del «cheque británico» sin reconocer que, en sí mismo, esto no es una anomalía, sino la corrección de una anomalía.
El informe implica asimismo de modo insistente que el recurso basado en el PNB no es realmente un «recurso propio» de la Unión, puesto que no es un impuesto que grava a los individuos, sino a los Estados miembros, y por tanto es menos visible para los ciudadanos. Pero, jurídicamente, es un recurso que se paga a la Unión. Aunque es menos visible, por otra parte es más equitativo que muchas de las demás fuentes de ingresos propuestas, puesto que está vinculado al nivel de prosperidad de los Estados miembros. También es una fuente de ingresos más estable que algunas de las otras que se han propuesto. Habría que mantenerla.
Nathalie Griesbeck (ALDE), por escrito. – (FR) Este informe, que explora todas las oportunidades posibles para una reforma en dos fases, es una valiosa descripción general de las hipótesis de trabajo relativas a la reforma de los recursos propios de la Unión. Debemos examinar detenidamente las rúbricas de ingresos y gastos, haciendo hincapié en la política económica, social, de investigación e innovación, sin rechazar las oportunidades de desarrollo que ha ofrecido la PAC en los últimos 50 años. Espero que los acuerdos, basados como están en la justicia y solidaridad entre los Estados miembros, rompan con la regla de la unanimidad en cuestiones fiscales.
Frente a las evidentes desproporciones que existen entre las contribuciones de los Estados miembros al esfuerzo presupuestario de la UE, es fundamental pasar directamente a aplicar una reforma del sistema de recursos propios que garantice una contribución de cada Estado miembro equivalente, como mínimo, al 1,24 % del PNB. Ya es hora de poner fin al sistema de compensación que ha resistido al paso del tiempo, creando ventajas injustificadas y regalos de cortesía.
Europa, cuya integración continúa 50 años después de la firma del Tratado de Roma, debe sacar su inspiración del espíritu de sus padres fundadores, para que la financiación de la Unión recupere una imagen más justa y transparente a los ojos de nuestros conciudadanos y para que refleje nuestros esfuerzos por promover la solidaridad en aras del destino común al que pertenecemos.
Alexander Stubb (PPE-DE), por escrito. – (FI) En primer lugar, quiero felicitar a Alain Lamassoure por su excelente informe. Se trata de una magnífica presentación de los defectos del sistema actual.
En pocas palabras, el actual sistema de financiación es antidemocrático. Para empezar, los ciudadanos de la UE no entienden cuánto cuesta y de qué forma se financia la Unión.
En segundo lugar, los Parlamentos nacionales son meras estampillas de goma en las negociaciones relativas al presupuesto. Cuando los Gobiernos han terminado de debatir el marco financiero, ningún Parlamento nacional lo rechaza.
En tercer lugar, el estatuto del Parlamento Europeo, un organismo que se elige en unas elecciones nacionales directas, es, como poco, peculiar en las negociaciones presupuestarias. El Parlamento Europeo es el único parlamento del mundo que decide en materia de gastos, pero no de ingresos.
Como sabemos, los recursos de la UE proceden de las tasas sobre la agricultura y la producción de azúcar, los aranceles aduaneros cobrados en las fronteras exteriores, el IVA y las contribuciones de los Estados miembros basadas en el PNB.
Se habla mucho de las contribuciones. En estas lamentables conversaciones presupuestarias se pierde el sentido de la proporción. Cada Estado miembro calcula cuánto cuesta la Unión y cuánto obtiene. No obstante, el presupuesto total de la Unión equivale tan solo al 1 % del PNB de toda la región.
De este modo, la UE se está reduciendo a poco más que un ejercicio de contabilidad. Olvidamos que la UE es un proyecto para la paz. Visto de este modo, la UE es un proyecto barato. Necesitamos un sistema de financiación que respalde el propósito de la UE.
Esa es la razón por la que deberíamos apoyar el informe del señor Lamassoure.