El Presidente. De conformidad con el orden del día, se procede al debate del informe (A6-0087/2007) de Markus Pieper, en nombre de la Comisión de Desarrollo Regional, sobre las repercusiones de las futuras ampliaciones sobre la eficacia de la política de cohesión (2006/2107(INI)) .
Markus Pieper (PPE-DE), ponente. – (DE) Señor Presidente, señora Comisaria, Señorías, la política estructural es la expresión más contundente de que Europa es una comunidad de solidaridad, pero ahora que ha concluido la reforma agrícola, la política de cohesión es la rúbrica más grande del Presupuesto, y por ello, en lo que respecta a su sustancia y su financiación, el apoyo estructural y la política regional están a la vista del público europeo.
Las normas que nos hemos fijado en este terreno han funcionado hasta ahora; desde el punto de vista de la política regional, la adhesión de los Estados miembros del sur y de Irlanda fueron grandes éxitos, y queremos más éxitos de ese tipo, pero las dificultades son cada vez mayores. A la vez que la globalización tiende a subrayar las diferencias regionales, la evolución en el frente demográfico nos abre la perspectiva de unas pirámides de edad invertidas. En contraste absoluto con la situación que existía en Europa Occidental hace 20 años, en la actualidad los presupuestos públicos son muy volátiles y nos enfrentamos a nuevos retos en relación con los Balcanes Occidentales y –muy especialmente– con Turquía. Nunca antes se ha integrado en la Unión Europea un país del tamaño de Turquía partiendo de una situación económica tan débil y con flagrantes disparidades internas.
Entonces, como ven, esa política estructural se enfrenta a retos enormes con respecto a las cosas que tiene que hacer, y la condición con la que tiene que hacerlas, mientras que los nuevos Estados miembros la confrontan con crecientes necesidades financieras. Permítanme citar nada más que una cifra para ilustrar esto: si tenemos en cuenta todos los efectos que ha tenido la adhesión de Rumanía y Bulgaria en la política estructural al mismo tiempo que nos imaginamos que los países receptores de ayuda de preadhesión –es decir, los países de los Balcanes Occidentales, Turquía y Croacia– ya son miembros de la Comunidad, entonces, en este caso, la política estructural, con las normas de hoy en día y en el período en que nos encontramos, nos costaría 150 000 millones de euros más de lo que nos cuesta, y de esa cantidad, nada menos que el 63 % –una cantidad inimaginable de dinero– habría que destinarlo a Turquía. Sin duda sabemos que todos estos países no se unirán a la Unión Europea al mismo tiempo, pero están interesados en convertirse en miembros de la Comunidad Europea lo antes posible, y hoy debemos abordar los efectos potenciales de ello.
Francamente, tengo que decir que me siento defraudado con la Comisión, que cree que todavía no es hora de debatir este tema y dice que los capítulos financieros no se negociarán hasta más tarde, pero esta cuestión sin duda ha de debatirse ahora. No es aceptable que vayamos alegremente negociando adhesiones y nos demos cuenta al final de que quizás ya no podamos permitirnos una ampliación de la Unión Europea al estilo habitual.
Por ello, este informe pretende agitar las cosas un poco. Los intereses de la política regional exigen que la política de ampliación europea no pueda proseguir «como si nada»; exigimos estar informados sobre lo que nos espera en el frente de la política estructural. Exigimos a la Comisión que presente propuestas exhaustivas sobre el modo de evaluar la estrategia de ampliación desde el punto de vista de la política regional. También exigimos que se consulte al Parlamento y que este tenga los mismos derechos con respecto a la sustancia de lo que se destina a la ayuda de preadhesión, porque, al fin y al cabo, la única estrategia de ampliación que aceptarán los ciudadanos de Europa es una estrategia transparente en que participen sus representantes elegidos.
Esta Cámara ha preparado el terreno en tres ámbitos. En primer lugar, hemos llegado a la convicción básica y compartida de que hay unos principios fundamentales importantes de la Comunidad Europea basada en la solidaridad que deben mantenerse, que eso exige que los Fondos Estructurales estén suficientemente dotados y que las futuras ampliaciones no se financien negando a ciertas regiones su derecho a recibir subvenciones antes de que mejore su situación económica.
En segundo lugar, si la política estructural va a continuar ofreciendo a las regiones europeas una perspectiva de armonización y crecimiento, deben realizarse reformas coherentes en otros ámbitos; por ejemplo, exigiendo que las regiones y países asuman más responsabilidades, quizás mediante una mayor financiación a través de préstamos, mediante una revisión del modo en el que se utilizan los fondos en regiones que han recibido ayuda a largo plazo, investigando la financiación de las empresas e incluso aunando las subvenciones europeas en una política económica nacional sensata.
Por tanto, la Comisión de Asuntos Regionales propone cosas que exigirán reconsiderar ciertas cuestiones en muchas regiones europeas, y eso no siempre será tarea fácil. En la medida en que exigimos dolorosas reformas de la política de cohesión de la Comunidad actual, también tendrá que cambiar la estrategia de ampliación. Queremos y podemos ofrecer a los países beneficiarios de ayudas de preadhesión una posibilidad de beneficiarse de nuestra política regional.
No obstante, hay que decir que las enmiendas presentadas a mi informe en la Comisión de Asuntos Regionales han dejado muy claro que Turquía asume una dimensión propia, y por ello, para abordar retos importantes de este tipo, proponemos un modelo progresivo de política regional con el que también Turquía estará en condiciones de participar más en el proceso de cohesión europea. En lugar de la regadera de la política de compensación, el modelo progresivo prevé, en primer lugar, la promoción selectiva del crecimiento, es decir, la ayuda a las regiones prioritarias y sectores con potencial de desarrollo; además vinculamos la política regional al hecho de compartir valores en ámbitos como las cuestiones de igualdad.
Este concepto progresivo es factible función del progreso político logrado en los países candidatos, por lo que no hay barreras que Turquía no pueda eliminar por sí sola, aunque los mecanismos de adhesión de la política regional no equivalen a una calle de sentido único. Soy consciente de que ciertos partidos europeos critican este concepto de preparación indefinida y progresiva para la adhesión, pero estoy totalmente convencido de que es el único modo en que podemos garantizar que Turquía desarrolle una conexión europea, y esto, lejos de representar un tratamiento especial, es el único camino –en términos de política regional, al menos– realmente negociable.
Para terminar, quiero manifestar mi agradecimiento a los numerosos diputados que han contribuido a este informe con sus numerosas enmiendas, y también al servicio científico de la Cámara, que con sus numerosos cálculos ha sido una fuente de apoyo competente y fiable para nosotros. Con la esperanza de que también la Comisión considere las cuestiones del aumento de la eficiencia y la ampliación desde el ángulo de la política regional, esperamos con interés el cuarto informe de cohesión y la evaluación de la revisión presupuestaria desde el punto de vista de la política estructural.
Danuta Hübner, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, Señorías, este informe es muy importante y en mi intervención de tres minutos quisiera realizar cinco comentarios.
Antes que nada, comparto plenamente su evaluación de la importancia y el resultado positivo de la política de cohesión a la hora de reducir las disparidades mediante inversiones que favorecen el crecimiento, de contribuir a la cohesión social, económica y territorial de Europa y de mejorar la administración y la gobernanza pública, en particular a escala subnacional. El cuarto informe sobre la cohesión, que se publicará a finales de mayo, analizará la situación y las tendencias de la cohesión económica, social y territorial en la Unión, así como la contribución a la cohesión de la Unión de la política de cohesión europea, de las políticas nacionales y de otras políticas comunitarias. Sobre esta base, el informe planteará una serie de reflexiones iniciales sobre la futura concreción de la política de cohesión europea y esperamos, por tanto, que también contribuya a la revisión general sin prejuzgar ninguna opción. El quinto informe sobre la cohesión, previsto para 2010, tendrá en cuenta la revisión presupuestaria y es probable que contenga la propuesta detallada de la Comisión para la reforma de la política de cohesión.
En segundo lugar, comparto plenamente sus puntos de vista sobre los nuevos retos a los que se enfrenta la política de cohesión, tanto internamente como a resultas de las tendencias globales, en particular sobre el efecto de las tendencias demográficas, el cambio climático y la creciente presión de competidores dinámicos. También quiero asegurarles que creo que su preocupación sobre el efecto de las posibles ampliaciones futuras sobre el ámbito de la política de cohesión es legítima. Sin embargo, quiero destacar asimismo que hemos reformado y modernizado la política de cohesión para 2007-2013 precisamente con el objetivo de abordar todos estos restos.
En tercer lugar, con respecto al efecto de la posible adhesión de Croacia y de los Balcanes Occidentales, ante todo quiero destacar que el posible efecto de la adhesión de Croacia se prevé reducido, con un descenso del 0,5 % del PIB por habitante con respecto al de la UE-27. El efecto presupuestario de la posible adhesión de Croacia será evaluado por la Comisión posteriormente, en las negociaciones de adhesión. En consonancia con el enfoque de las anteriores ampliaciones, la decisión final sobre la asignación financiera está en manos del Consejo Europeo.
En cuarto lugar, en lo que respecta a Turquía, me gustaría destacar que en el marco de las negociaciones de adhesión, estas son un proceso abierto, cuyo resultado no se puede garantizar de antemano. Dado que la adhesión de Turquía podría tener consecuencias financieras importantes, los aspectos financieros de las negociaciones de adhesión solo podrán concluir tras el establecimiento del marco financiero para el periodo posterior a 2013, junto con las posibles reformas financieras resultantes. Cualquier disposición debería garantizar que las cargas financieras sean compartidas plenamente por todos los Estados miembros. Sin embargo, debemos tener en cuenta que la economía turca puede cambiar mucho a medio plazo con respecto a lo que es ahora.
En quinto lugar, estoy de acuerdo con sus propuestas relativas a la asignación financiera, la eficacia y la buena gestión de la política de cohesión. También considero que una dotación financiera suficiente es un requisito indispensable para el éxito de la política. El efecto de la política de cohesión va más allá de sus aspectos financieros y abarca la gobernanza, la creación de redes, las mejores prácticas y el impulso del crecimiento. La reforma de la política de cohesión ya se ha centrado en el creciente efecto palanca de esta política mediante el refuerzo de la participación del capital privado y la utilización de instrumentos financieros innovadores. Sin embargo, estoy de acuerdo en que es necesario seguir trabajando en esta línea con el objetivo de aumentar más el efecto de la política de cohesión sobre la cohesión del crecimiento ulterior y la competitividad. También somos conscientes de la importancia de desarrollar la capacidad administrativa, aplicar unos sistemas de gestión y control sólidos y luchar contra la corrupción, así como de garantizar la eficacia de la política de cohesión.
Escucharé con atención su debate en torno al informe.
Nathalie Griesbeck (ALDE), ponente de opinión de la Comisión de Presupuestos. – (FR) Señor Presidente, la función de la Comisión de Presupuestos ha consistido en presentar, con el apoyo unánime de sus miembros menos una abstención, una opinión relativa, ante todo, por supuesto, a las consecuencias presupuestarias de futuras ampliaciones para la eficacia de la política de cohesión. No obstante, si la política de cohesión constituye, con el conjunto de las políticas estructurales, la expresión por excelencia de la solidaridad del pueblo europeo, conviene dotar este deseo de solidaridad inteligente con medios presupuestarios adecuados.
En este sentido, quisiera resaltar dos ideas importantes expresadas por la Comisión de Presupuestos. La primera es exigir que la Comisión y el Consejo presenten sistemáticamente proyecciones financieras antes de tomar la decisión de iniciar negociaciones con un país candidato y, por otra parte, proyecciones financieras detalladas durante todo el proceso de negociación. La segunda idea consiste en subrayar que tal como está actualmente el sistema de recursos de la Unión, no podrían financiarse futuras ampliaciones sin perjudicar la eficacia de las políticas actuales.
Por esa razón, esta noche quisiera pedir encarecidamente al Consejo y a la Comisión que entablen un diálogo constante y constructivo con nuestra Asamblea, que, si me permiten que se lo recuerde, es conjuntamente responsable del presupuesto.
Lambert van Nistelrooij, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (NL) Señor Presidente, este informe del señor Pieper ha llegado en el momento oportuno. Hemos establecido normativas unilaterales, generalmente aceptadas aquí en esta Cámara, entre las instituciones para el período de 2007 a 2013, y el trabajo en torno a los programas operativos está plenamente en marcha. La cohesión política es la piedra angular de la solidaridad en la Unión Europea, al igual que de la competitividad, y de esto pueden beneficiarse todas las regiones europeas gracias a los tres objetivos que hemos acordado. Europa cerca de los ciudadanos en todas las regiones. A pesar del éxito que ha tenido, es necesaria una revisión temprana de la sostenibilidad de esta política. Como ha indicado la Comisaria Hübner hace un momento, la política regional debe prepararse activamente para la revisión intermedia, y eso no es más que realista con respecto a los marcos financieros necesarios a resultas de la ampliación propuesta. El informe Pieper abre este debate e invita a la Comisión a especificar implicaciones financieras concretas. De acuerdo con este informe, no se trata únicamente de dinero, sino también de más flexibilidad, de una planificación específica en fases, de una mayor creatividad y de un enfoque distinto de la cofinanciación.
Quisiera añadir que el Grupo del Partido Popular Europeo (Demócrata-Cristianos) y de los Demócratas Europeos está dispuesto, siempre que se mantengan los cimientos de la política regional permanezcan en los Estados miembros, a considerar un enfoque distinto y más flexible, una oportunidad que tendremos con motivo del cuarto informe de cohesión, previsto para el próximo mes, y posteriormente del quinto informe de cohesión, pero el mensaje es claro: sin duda no será posible que la política no cambie en todos los casos, por lo que es positivo que esta Cámara se implique en el informe de iniciativa propia en este momento de su vida y que les muestre las consecuencias.
De hecho, quisiera concluir expresando mi deseo de que esta Cámara participe mucho más intensamente en este debate, sobre todo en los próximos seis meses, antes de que llevemos a cabo la revisión intermedia.
Gábor Harangozó, en nombre del Grupo del PSE. – (HU) En primer lugar, quisiera felicitar al ponente, el señor Pieper, por su informe de iniciativa propia. Incluir esta cuestión en el orden del día ha sido muy oportuno. Al mismo tiempo, quiero darle las gracias por su voluntad de compromiso y por todo el tiempo que ha dedicado a asegurar que el resultado fuera un texto aceptable para todos nosotros.
Como autor de un informe alternativo socialista tras la votación en comisión, estoy satisfecho con el resultado, y creo que el resultado final será un informe equilibrado. No obstante, para poder afirmar esto tenemos que introducir cambios en el guión original. Este último partió del supuesto de que todos los países candidatos actuales y potenciales se unirían a la UE al mismo tiempo. Al analizar los efectos, calculó unas consecuencias financieras dramáticas que no eran en absoluto realistas.
He presentado numerosas enmiendas propuestas y he intentado alcanzar compromisos que nos den una imagen clara de los límites de las futuras ampliaciones y nos permitan adoptar el enfoque apropiado de los países candidatos. Si examinamos uno a uno el efecto de la adhesión de un país candidato en la política de cohesión que se está siguiendo, puede que observemos lo siguiente: ni la adhesión de Croacia ni la de los países de los Balcanes Occidentales representa un peligro inmediato para la política de cohesión de la Unión. La entrada de estos países ofrece muchas más oportunidades desde la perspectiva de la cohesión de Europa que los peligros que encierra. Estoy convencido de que la integración de los Balcanes Occidentales lo antes posible puede desempeñar un papel importante ayudando a las regiones adyacentes a los actuales Estados miembros a recuperar terreno. Hemos de asegurarnos de que las regiones que actualmente se benefician del apoyo de la política de cohesión experimenten un desarrollo económico y social, es decir, que sean capaces de aproximarse a la media de la Unión. La Unión tiene que garantizar que sus regiones no dejen de poder acogerse a la financiación por culpa de los efectos estadísticos de futuras ampliaciones. En cuanto a la adhesión de nuevos Estados miembros, hemos de tener en cuenta la capacidad de la Unión para integrarlos y la posibilidad de financiar nuestras políticas dentro del marco presupuestario disponible.
Turquía es un país candidato, y su integración depende sobre todo de su capacidad para cumplir las condiciones, y secundariamente de la capacidad, que no de la voluntad, de la Unión para integrar a nuevos países. Por lo tanto, todos los interrogantes y condiciones que se plantean a toro pasado dañan la credibilidad de la Unión. Permítanme dejar claro que el propósito de este informe de iniciativa propia es examinar el impacto y las consecuencias de ampliaciones futuras sobre la política de cohesión, y no adoptar una posición sobre la adhesión de cualquier país candidato actual o potencial o sobre cualquier forma especial de pertenencia a la Unión. Por este motivo, el Grupo Socialista en el Parlamento Europeo ha propuesto eliminar el punto 14 del informe. Tenemos que reconocer claramente que la adhesión de Turquía exige un cambio total de escala de la política de cohesión, debido al tamaño, la población y el desarrollo económico del país. Estoy de acuerdo con cualquier iniciativa que suponga una financiación más selectiva para permitir que Turquía se integre lo más rápida y suavemente posible y por ello apoyo el punto 13 del informe.
Ahora tenemos sobre la mesa un informe que incluye propuestas concretas con respecto a la dirección en que debemos encaminar nuestra política de cohesión, en interés de la continuidad de los procesos que actualmente están en marcha.
Grażyna Staniszewska, en nombre del Grupo ALDE. – (PL) Señor Presidente, sin duda es necesario pensar en las implicaciones de futuras ampliaciones sobre la efectividad de la política de cohesión, pero sería conveniente tener en cuenta no solo las implicaciones negativas, sino también las positivas. Lamentablemente, tengo la impresión de que el informe del señor Pieper es, esencialmente, una expresión de descontento y frustración tras las últimas ampliaciones, y que al margen de las decisiones políticas, está intentando levantar barreras financieras contra cualquier posible ampliación futura de la Unión Europea, especialmente contra Turquía. Turquía recibe un trato especialmente duro.
El informe plantea las futuras ampliaciones casi exclusivamente como cargas económicas y no menciona ningún aspecto positivo. No responde a la pregunta de cuál es el mejor modo de financiar la política de cohesión en el futuro.
Creo que se trata de un documento muy polémico. La Comisión de Desarrollo Regional se ha esforzado por cambiar su carácter negativo y destructivo en el curso de su trabajo. Lamentablemente, no lo hemos logrado del todo.
El Grupo de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa presentará ahora un paquete de enmiendas fundamentales. No obstante, si el paquete no obtiene una mayoría de votos, nos veremos obligados a votar en contra de la totalidad del informe. Entendemos que no se puede cambiar la política de la Unión Europea en su conjunto sin consultar a la Comisión de Asuntos Exteriores. Después de todo, dicha comisión es responsable del proceso de ampliación.
Ryszard Czarnecki, en nombre del Grupo UEN. – (PL) Señor Presidente, hay un antiguo dicho polaco según el cual si uno quiere pegar a un perro, siempre encontrará un palo para hacerlo. Si la elite de Europa, incluido el Parlamento Europeo, se opone a que la Unión se amplíe para incluir a nuevos países, siempre podrá encontrar una excusa para impedir la ampliación.
El método más elegante de retrasar el acceso incluso de los Estados balcánicos, el llamado método del guante de seda, implica condicionar astutamente la ampliación de las estructuras de la Unión a la previa reforma institucional de la Unión. Quisiera señalar que no se sabe nada de cuándo va a tener lugar esta reforma y cuál será su naturaleza, si es que se produce finalmente. En segundo lugar, la ampliación de las estructuras de la Unión se condiciona a la modificación de los principios que rigen financiación de nuevos Estados miembros de la Unión. Eso es lo que el informe trata en detalle.
Plantear la cuestión de las enormes subvenciones para Turquía cuando se convierta en miembro de la Unión en el futuro es una manipulación. Sin duda, antes de admitir a Turquía deberíamos acoger en nuestra familia europea a países como Croacia, Montenegro, Macedonia, Serbia, Bosnia y Herzegovina y Albania. Quisiera hacer un último comentario sobre el hecho de que no deberíamos hacer el juego a nuestras obsesiones a expensas de estos países.
Gisela Kallenbach, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (DE) Señor Presidente, es bueno que la Unión Europea se prepare con tiempo de cara a futuras ampliaciones. Esto incluye realizar las reformas institucionales que se han propugnado durante años y también análisis exhaustivos de la eficiencia del uso de los fondos europeos. Las normas que se aplicaban a los Quince no se aplican por igual a una UE de 27 Estados miembros o más; estamos totalmente de acuerdo con el ponente en este punto. También me gustaría dar las gracias por lo que básicamente ha sido una cooperación constructiva.
No obstante, no pudimos ponernos de acuerdo en un punto clave, que es la visión tan particular y desequilibrada de Turquía, y hasta cierto punto, también de los países de la antigua Yugoslavia. La Comisaria Hübner acaba de subrayar una vez más el efecto que tendría la adhesión de Croacia. Se está intentando evaluar la ampliación y la integración desde un punto de vista casi exclusivamente fiscal. El progreso que podría lograrse hasta 2013 gracias a la política de cohesión se está dejando prácticamente de lado. Además, a pesar de las afirmaciones en sentido contrario, se reintroduce el concepto de asociación privilegiada por la puerta de atrás. Creo que la Comisión de Desarrollo Regional se excede a todas luces en sus facultades al respecto, también con un informe de iniciativa propia.
Tampoco nos parece aceptable el intento de instaurar una normativa para los Estados miembros existentes y otra para los futuros Estados miembros de la UE. Es verdad que hace falta revisar el presupuesto, al igual que la política de cohesión, pero el resultado debe aplicarse a todos por igual. No quiero que haya un sistema de Estados miembros de primera y segunda clase.
Kyriacos Triantaphyllides, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (EL) Señor Presidente, el informe que estamos debatiendo contiene ciertas posiciones políticas pasables que, sin embargo, se ven ensombrecidas por cuestiones técnicas negativas. Por ello, algunos de los mensajes contenidos en el informe, como la reforma radical de la política de cohesión en medio del período de programación, no son factibles.
También quisiera comentar otros tres aspectos negativos: en primer lugar, se habla constantemente de la Unión como la economía más competitiva y dinámica. Aparte de ser tediosa, semejante afirmación es falsa y paradójica, dado que el propio informe no habla de un aumento del presupuesto que pudiera permitir a la economía europea alcanzar los niveles que tanto le gusta anunciar.
En segundo lugar, existe un desacuerdo en torno al incremento del gasto comunitario en la política de cohesión. El texto menciona un «techo» del 1,18 % del PIB. Esto significa que el Parlamento sería más papista que el Papa, porque la propia Comisión Europea, basándose en las estadísticas del período de programación 2000-2016, ha declarado que aplicará el 1,24 % del PIB. Más Europa con menos dinero no funcionará, y eso hay que proclamarlo a los cuatro vientos.
En tercer lugar, la parte técnica establece ciertos mecanismos que crearán numerosos problemas. Así, el texto contempla que la Unión abandone en el futuro la financiación neta a favor de un sistema de préstamos en condiciones favorables. Sin duda, esto plantea un problema, porque ocasionará mayores problemas económicos a las regiones de la Unión que ya los tienen.
Del mismo modo, hay un mensaje con respecto a la preocupación por el hecho de que en ciertas regiones, la ayuda comunitaria no se encamina con acierto, con lo cual no se logra mejorar la situación de las regiones en cuestión, a pesar del apoyo financiero a largo plazo, y por consiguiente se desperdician recursos comunitarios. Exige fijar un período máximo de tiempo durante el cual las regiones podrán recibir financiación estructural, para evitar situaciones en las que las regiones que llevan muchos años recibiendo apoyo comunitario permanezcan ancladas en el mismo bajo nivel de desarrollo. De este modo fomentamos una táctica de «tú mueres para que yo viva», sobre cuya base las regiones competirán por la financiación comunitaria. Este tipo de medida no es viable, y sin duda no podemos apoyarla.
Jens-Peter Bonde, en nombre del Grupo IND/DEM. – (DA) Señor Presidente, acabo de volver a casa desde el Estado miembro más pobre de la UE, Rumanía. Me sigue sorprendiendo el hecho de que la cordialidad y la hospitalidad son mayores donde hay mayores necesidades. No obstante, el hecho sigue siendo que un modesto piso no se puede pagar con un salario de maestro rumano de 180 euros. Países ricos como el Reino Unido, Suecia, los Países Bajos, Austria y Alemania, están a punto de ratificar una rebaja especial de sus contribuciones. Países pobres como Bulgaria y Rumanía tienen que ayudar a pagar las contribuciones de los Estados miembros más ricos. El sheriff de Nottingham se ha hecho con las arcas de la Unión Europea, pero ¿dónde está Robin Hood?
Cuando Dinamarca se unió a la CE, junto con el Reino Unido e Irlanda, obtuvimos una rebaja. Pagamos el 20 % el primer año, el 40 % el siguiente, después el 60 %, más tarde el 80 % y el 100 % tan solo el quinto año. Éramos ricos, y aun así nos dieron facilidades. Junto con los demás Estados miembros nuevos, Rumanía y Bulgaria tienen que pagar la totalidad de sus contribuciones. A cambio, los pagos que reciben se reducen. Reciben únicamente el 25 % de su ayuda agrícola el primer año, el 30 % para el siguiente, el 35 % después, y así sucesivamente. ¿Tan mezquinos podemos llegar a ser?
Permítanme instar a la Comisión de Presupuestos a que examine los efectos del presupuesto de la UE y la integración europea desde el punto de vista de la distribución y que proponga una reforma presupuestaria que redistribuya los recursos de los ricos a los pobres en la UE. ¿Por qué no ofrecer una pertenencia gratuita a los países que tienen, por ejemplo, menos del 75 % de los ingresos medios? ¿Por qué no eliminar toda ayuda a la agricultura que supere, por ejemplo, 40 000 euros? ¿Por qué no frenar los pagos de Fondos Estructurales en aquellos países que constituyen la mitad más rica de la Unión Europea y de ese modo centrar la ayuda en los países más pobres? Un presupuesto en estas líneas supondría menos ingresos para Dinamarca. Estoy seguro de que nuestros votantes estarían dispuestos a pagar subvenciones para ayudar a los nuevos Estados miembros. A cambio, toda la ayuda para Rumanía y Bulgaria tendría que ser transparente, para que pudiéramos ver si el dinero se gasta en desarrollo o en una vieja guardia de políticos corruptos y sus compadres.
Acabo de leer el libro de Cozmin Gusa sobre Rumanía, editado en inglés para todos los diputados al Parlamento Europeo. Ofrece una lectura asombrosa sobre la corrupción. Solo unas palabras más, señor Presidente. La Comisión de Control Presupuestario no debe perder tiempo en investigar si las declaraciones del señor Gusa se sostienen. El despido del Ministro de Justicia y el atentado violento contra el señor Gusa y su colega antes del fin de semana indican, lamentablemente, que el señor Gusa tiene razón. Rumanía tiene que ser objeto de un examen minucioso, pero también hay que animarla con un presupuesto más justo.
Dumitru Gheorghe Mircea Coşea, în numele grupului ITS. – (RO) Încă de la început, vreau să subliniez utilitatea acestui raport şi vreau să-l felicit pe raportor pentru munca deosebit de interesantă pe care a depus-o. Consider că, în condiţiile în care în numai trei ani Uniunea Europeană s-a lărgit de la 15 state la 27, problema implicaţiilor extinderii devine din ce în ce mai importantă, mai interesantă şi mai presantă din punct de vedere financiar. Este evident că orice extindere costă, este evident că orice extindere costă mai mult şi, din acest punct de vedere, cred că raportul pe care îl discutăm astăzi este interesant nu numai pentru a ne explica ceea ce s-a întâmplat, ci şi pentru a putea preveni anumite dificultăţi în viitor. De aceea, cred că acest raport trebuie să fie sprijinit, trebuie să fie extins şi trebuie să fie în atenţia noastră şi în continuare pentru că, pe parcursul discuţiilor viitoare vom avea poate alte puncte de vedere nu numai în legătură cu Croaţia ci şi cu Turcia. Cred că la acest nivel însă, ar trebui să subliniem câteva elemente pe care eu le consider esenţiale din punct de vedere a ceea ce se va întâmpla în viitor cu ţări pe care antevorbitorii le-au menţionat, pe care le reprezint într-un fel, fiind deputat din partea României. În primul rând, cred că orice extindere trebuie să beneficieze de o analiză prealabilă foarte atentă în legătură cu posibilităţile bugetare şi financiare ale Uniunii, în acelaşi timp corelate cu posibilităţile de fonduri colaterale ale ţării respective. Numai după o astfel de analiză, trebuie să se treacă la o definitivare a actului de aderare. În al doilea rând, cred că trebuie să se realizeze cât mai curând posibil o revizuire a cadrului financiar al Uniunii, în primul rând prin analiza modului în care sunt folosite principalele fonduri şi, mă refer aici la Fondul European de Dezvoltare Regională, la Fondul Social European şi la Fondul de Coeziune. În al treilea rând, cred că trebuie definite sursele proprii bugetare. În al patrulea rând un lucru extrem de important din punctul meu de vedre este urmãrirea mai atentã a modului în care sunt folosite fondurile ºi aplicarea unui regim mai strict de sancþiuni în cazuri de folosire netransparentã sau coruptã a fondurilor. Această situaţie este încă foarte prezentă în multe ţări şi aduce daune considerabile situaţiei financiare a extinderii.
Jana Bobošíková (NI). – (CS) Señorías, estamos debatiendo las consecuencias potenciales de la futura ampliación sobre la efectividad de la política de vecindad. El informe examina la ampliación de la Unión hacia el este y calcula el modo en que los actuales Estados miembros la pagarán si la estructura institucional no cambia y no se incrementan las contribuciones financieras al presupuesto conjunto.
No habrá suficiente dinero para ayudar a los nuevos Estados miembros y no quedará nada para las regiones ricas. No tiene sentido debatir cómo disminuyen los coeficientes individuales del PIB en países que actualmente están en condiciones de unirse a la Unión. El problema radica en otro aspecto, y creo que es lo que ofrece la Unión. Si nos ampliamos únicamente hacia los empobrecidos Estados balcánicos, el coste de la ampliación será mayor, y serán los ciudadanos de la UE-27 los que decidan si se muestran solidarios y asumen el coste. Personalmente, creo que deberían hacerlo. La ampliación de la Unión Europea no tiene únicamente una dimensión financiera, sino sobre todo –y quiero subrayar este punto– una dimensión política.
Creo que también deberíamos preguntarnos por qué los países que no necesitan a la Unión como fuente de ayuda al desarrollo no quieren adherirse a los valores y políticas de la Unión. Por ejemplo, ¿por qué Noruega, Suiza e Islandia no llaman insistentemente a la puerta de la UE? Creo que se debe a la solidaridad omnímoda de la Unión, a la política agrícola bolchevique y a la incapacidad total de favorecer la competitividad.
Creo firmemente que una ampliación de miras estrechas no hará nada por reforzar ni la economía de la UE ni su influencia política en la escena mundial. La UE solo podrá reforzarse si abandona radicalmente la excesiva insistencia en la solidaridad en sus políticas actuales, el paternalismo y la regulación, y abraza una política de libre competencia saludable. Muchas gracias.
László Surján (PPE-DE). – (HU) Cuando examinamos el efecto de una nueva ampliación en la política de cohesión de la Unión, partimos de la asunción de que los Estados miembros son solidarios entre sí y de que pretenden reducir las diferencias entre sus regiones. No obstante, nuestras capacidades acotan estas buenas intenciones.
El ponente merece todo nuestro elogio por confrontarnos con los verdaderos problemas. El volumen actual de la política de cohesión será imposible de financiar si ha de aplicarse también a los actuales países candidatos. Pero no podemos tratar a todos los países candidatos como si fueran iguales. Por ejemplo, la adhesión de Croacia no es motivo de preocupación ni por su tamaño ni por su situación económica. ¡Seamos sinceros! Es un problema si los países candidatos se decepcionan tan pronto como se unen. Si recortamos los programas existentes solo para ponernos al día, serán los ciudadanos de los Estados miembros actuales los que crean que han sido engañados. En ambos casos, el sentido de la cohesión se debilita. Además, todo esto no es un problema futuro, sino que ya existen desigualdades injustificadas. No hay razones técnicas para que en sus primeros siete años, mi país, Hungría, deba recibir el doble de financiación per cápita para el desarrollo que su vecina, Rumanía. Podemos ver que el compromiso inevitable que acordamos con respecto al marco actual está limitando las opciones.
Mirando al futuro, es una lección importante que la Unión no pueda funcionar bien en un nivel inferior del que recomienda el Parlamento al aprobar el informe Böge. Espero que después de 2013 no sea muy tarde para implementar la visión del informe Böge.
Constanze Angela Krehl (PSE). – (DE) Señor Presidente, Señorías, en nombre de mi Grupo quiero dejar muy claro, una vez más, que el informe Pieper no trata de la ampliación, sino de la futura política de cohesión. Además, llega precisamente en el momento oportuno, porque si dejamos pasar nuestra oportunidad de reformar la política de cohesión y esperamos, por ejemplo, hasta 2011, 2012 o 2013, para pensar en el tipo de política que queremos para el próximo año, será demasiado tarde para la reforma.
Este informe tampoco supone tomar una decisión sobre la adhesión a la UE de Turquía o de cualquier otro país solicitante actual o futuro. No obstante, para disipar cualquier duda sobre este asunto y eliminar cualquier posible fuente de irritación, votaremos a favor de que se elimine el apartado 14 del informe. No obstante, desde hoy hemos de asegurarnos de que tenemos claro el tipo de política de cohesión que queremos en el futuro. A este respecto, es correcto definir un producto que aúne eficacia, solidaridad y desarrollo sostenible y se centre en el ciudadano. Debemos reunir todos estos aspectos y estudiar el modo de poner en práctica todo lo que queremos hacer.
El ponente tiene toda la razón al mencionar frases clave con respecto, por ejemplo, a la revisión del sistema de recursos propios, la eliminación de disparidades en todo el territorio de la UE, y no solo en una pequeña parte, la responsabilidad individual de los Estados miembros, la cuestión de si en el futuro debería hacerse un uso mayor de la financiación de préstamos y la cuestión de cómo reforzar e incrementar el uso de la cofinanciación privada. Con ampliación o sin ella, también tendremos que enfrentarnos a la cuestión del cambio demográfico.
Por lo tanto, las ideas del informe Pieper suponen un estímulo para el debate, y necesitamos tiempo, puesto que sin duda darán lugar a controversias. Creo que la revisión intermedia representa un paso más hacia la reforma, pero la reforma urge, por lo que yo pediría un amplio apoyo al informe Pieper.
Jean Marie Beaupuy (ALDE). – (FR) Señor Presidente, señora Comisaria, este informe encierra a mi entender una ventaja y un inconveniente. Presenta una ventaja en el sentido de que permite obtener, como espero, un mejor conocimiento de las consecuencias de futuras ampliaciones. Podría tener un inconveniente si solo se consideran los aspectos negativos de esas futuras ampliaciones, dado que nuestro colega ha puesto de manifiesto con razón una serie de desventajas, que por lo demás pueden ser bastante preocupantes, y lo comprendo.
Señora Comisaria, lo que quiero pedirle personalmente es que cuando nos responda –pues creo que sin duda lo hará– se centre usted en tres puntos. Es preciso que nos informen de las consecuencias financieras no solo desde el punto de vista de los gastos, sino también desde el de los ingresos, y también que nos informen de otros tipos de ingresos desde una perspectiva humana, por ejemplo. También hace falta que nos expliquen qué otras perspectivas políticas existen y sus consecuencias.
No escondamos la cabeza en la arena; se ha planteado la cuestión de Turquía. No estoy a favor de la integración de Turquía, pero sí estoy a favor de que examinemos este asunto muy pronto, con lucidez y realismo, y encontremos respuestas adecuadas en interés de la UE y en interés de Turquía y de todos los turcos. Le agradecería, señora Comisaria, que nos respondiera sobre estos tres puntos: ingresos, gastos y desarrollo político.
Jan Tadeusz Masiel (UEN). – (PL) Señor Presidente, la política de ampliación y la política de cohesión son sin duda dos de los instrumentos más valiosos e influyentes de la Unión Europea, pero solo si se utilizan sabiamente.
La decisión del Consejo Europeo de abril de 2006 declara que con respecto a la adhesión de nuevos Estados miembros, la Unión Europea debe estar en condiciones de mantener el impulso de la integración europea. El informe que tenemos actualmente ante nosotros demuestra que la Unión no está preparada para la adhesión de Turquía, también por motivos presupuestarios. Hoy dejaré de lado el problema del choque cultural y de la reticencia de los ciudadanos europeos. La adhesión de Turquía reduciría el PIB de la Unión un 10,5 % per cápita. La Unión no es capaz de absorber esto. Desde el punto de vista económico, para nosotros sería más fácil admitir a todos los Balcanes Occidentales, Ucrania y Belarús a la vez que aceptar a Turquía.
Pedro Guerreiro (GUE/NGL). – (PT) Señor Presidente, la cohesión económica y social, que al fin y al cabo está consagrada en los Tratados, debe ser la piedra angular de las políticas comunitarias y debe implementarse, por ejemplo, garantizando la naturaleza redistributiva del presupuesto comunitario. En consecuencia, la política de desarrollo regional es un instrumento vital para fomentar la reducción de las disparidades regionales y la verdadera convergencia, el crecimiento económico y el empleo. Se supone que funciona como una especie de compensación para las regiones económicamente menos desarrolladas a fin de absorber el impacto del mercado interior, el euro y la liberalización de los servicios públicos, así como la comercialización de productos y servicios.
Quiero señalar que la actual política de cohesión regional ha sufrido cambios en sus objetivos y drásticos recortes financieros en el actual marco financiero 2007-2013. El informe que tenemos ante nosotros exacerba estas tendencias nocivas al proponer directrices que, de aplicarse, distorsionarían y debilitarían una verdadera política de cohesión.
Por tanto, nos oponemos a las propuestas mediante las cuales, a fin de mantener los actuales recursos financieros en el contexto de la futura ampliación, los recursos financieros de los países y regiones de la cohesión se redistribuirán entre las mismas regiones y países. Por lo tanto, seguirán siendo los países económicamente menos desarrollados los que correrán con los gastos de la ampliación, mientras que los que más se benefician de ella serán los países económicamente más desarrollados. También se propone sustituir una parte de la financiación de los fondos comunitarios por una creciente cofinanciación nacional, el acceso a los préstamos o la cofinanciación privada; establecer un período máximo de tiempo durante el cual las regiones podrán recibir fondos estructurales, y hacer depender el acceso a la política de cohesión de la implementación de una política económica nacional definida sobre la base de los criterios establecidos en la Estrategia de Lisboa y el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
Nos oponemos firmemente a estas y otras intenciones y por ello hemos presentado una serie de enmiendas a este informe, encaminadas a proteger verdaderamente la política de cohesión. Esperamos que estas enmiendas sean aprobadas.
Jan Olbrycht (PPE-DE). – (PL) Señor Presidente, el informe que debatimos hoy es especialmente significativo, pues propone la primera declaración del Parlamento Europeo sobre la política de cohesión para después de 2013. Ha quedado claro en el curso del debate que cada uno ve algo distinto en este informe. Algunos detectan manifestaciones sobre la política de cohesión, mientras que otros perciben que trata únicamente de la ampliación y, por consiguiente, de la política exterior de la Unión Europea.
El informe plantea nuevas preguntas. Nos reta a que definamos la futura política. Una vez más, nos vemos confrontados con preguntas relativas a la renacionalización de la política, y también con preguntas sobre si la política de cohesión debería abarcar únicamente los países menos desarrollados o si también debería ser un mecanismo de apoyo al crecimiento económico y a la creación de nuevos empleos, como hace actualmente. En el último caso, también debería ser accesible a los países más activos.
La primera alternativa, centrarse en los países más pobres, plantea una vez más cuestiones relativas a los criterios para identificar a las regiones más débiles. Por lo tanto, también implicará futuros debates sobre las perspectivas financieras. Haría falta decidir si comenzar calculando los recursos necesarios en función de las directrices políticas y de las necesidades derivadas de los criterios aplicados, o alternativamente, si comenzar estableciendo qué recursos hay disponibles y después ajustar los criterios y los métodos de distribución en función de los mismos.
Durante 2007-2013 probablemente quede claro que ha sido una buena decisión ampliar el ámbito de la política de cohesión para que incluya acciones de apoyo a la Estrategia de Lisboa, pero hoy por hoy sería difícil realizar evaluaciones y cambiar de planes en esta política. Sin duda, las decisiones políticas relativas a ampliaciones futuras deben tener en cuenta la conducción de la política de cohesión después de cualquier ampliación.
Las ampliaciones futuras implicarán cambios en la política de cohesión, en su ámbito de aplicación y en sus instrumentos financieros y jurídicos. Las ampliaciones no representan una amenaza para esta política. No son un simple gasto sin más. Las ampliaciones también conllevan ciertos beneficios para los Estados que ya forman parte de la Unión. La efectividad de la política de cohesión debe servir de incentivo para seguir una política coherente en materia de integración mediante ampliaciones sucesivas. Es preciso preparar muy bien los instrumentos jurídicos y financieros de cara a dichas ampliaciones.
Stavros Arnaoutakis (PSE). – (EL) Señor Presidente, señora Comisaria, Señorías, cincuenta años de historia europea nos han enseñado que la paz, la democracia, la seguridad, la estabilidad y la prosperidad se consolidan con la ampliación. La Unión Europea ha estado y debe seguir estando abierta a futuras ampliaciones.
No obstante, para responder a este reto, debe funcionar de modo eficiente. Los resultados y la eficacia de las políticas comunitarias, y sobre todo de la política de cohesión, la política que expresa el principio de solidaridad con los grupos más débiles en zonas de la Unión, es más necesaria que nunca.
No obstante, la medida en que una futura política de cohesión la hará eficaz y funcional dependerá en los recursos que tenga disponibles. Esto debe quedar claro a la luz de la revisión intermedia de las perspectivas financieras para 2008-2009, porque la política de cohesión es una política que acerca a Europa a los ciudadanos, por lo que debemos proporcionar dichos recursos a fin de hacerla eficiente.
Danutė Budreikaitė (ALDE). – (LT) La importancia de la política de cohesión y los resultados de su implementación de cara a la creación y mayor integración de las economías de los países de la Unión Europea y al incremento del bienestar humano es indudable. No obstante, el informe que examinamos hoy califica la última ronda de expansión y los futuros nuevos miembros de la UE como fuente de todas las desgracias de esta.
La exigencia de justificar los efectos de la entrada de Bulgaria y Rumanía en la UE sobre la base de la política de cohesión, una ven han ingresado en la UE, va en contra del principio de solidaridad declarado en el informe.
Lo importante para la UE no es únicamente la política de cohesión, sino también los efectos que tiene la Política Agrícola Común (PAC) sobre la economía y el bienestar social. La cuantía de los fondos disponibles para ser distribuidos al amparo de la política de cohesión dependerá de la reforma de la PAC, de la reforma del presupuesto de la UE y de la implementación de la política común exterior y de defensa.
El informe propone fijar nuevos criterios de cohesión para los países candidatos. No obstante, estos países ya han entablado negociaciones de adhesión a la Unión sobre la base de los «criterios de Copenhague», que todos conocemos muy bien.
Señorías, este informe sobre política de cohesión examina la cohesión separadamente de otras políticas de la UE y se muestra sesgado en contra de la expansión, protegiendo los intereses de los Estados miembros ricos de la UE.
Margie Sudre (PPE-DE). – (FR) Señor Presidente, señora Comisaria, Señorías, la Unión Europea mantiene, desde octubre de 2005, negociaciones de adhesión con Croacia y Turquía, sin prejuzgar los resultados de esos procesos. Ha reconocido también el estatuto de candidato a Macedonia y el deseo de los demás Estados de los Balcanes de convertirse en candidatos. Exceptuando el caso concreto de Turquía, comparto esa perspectiva. Dicho esto, aunque estoy convencida de que sin los Balcanes la unificación europea quedaría inconclusa, pienso que el camino será largo y estará sembrado de trampas y, sobre todo, que la posibilidad de nuevas ampliaciones nos obliga a dar respuestas precisas y urgentes a tres cuestiones ineludibles, relativas a las reformas institucionales, políticas y financieras que la Unión necesita imperativamente.
En primer lugar, tenemos que zanjar un debate eludido durante demasiado tiempo por los Estados miembros y fijar para el futuro las fronteras últimas de la Unión. Esta decisión nos permitiría precisar al mismo tiempo el contenido de una asociación privilegiada que proponer en el marco de una política de vecindad reforzada.
La segunda cuestión consiste en precisar el futuro del principio de cohesión económica, social y territorial dentro de la Unión. Es inadmisible que las sucesivas ampliaciones hagan que cada vez más regiones no puedan acogerse a la solidaridad europea por el mero efecto estadístico, sin que las disparidades existentes se hayan eliminado realmente. Debemos contemplar un modelo más progresivo para la política de cohesión, con períodos de transición más largos, tanto para los nuevos beneficiarios como para los que ya no tienen derecho.
La última cuestión se refiere naturalmente a la reforma financiera. En el estado actual de nuestro presupuesto, no podrían financiarse futuras ampliaciones sin amenazar la eficacia de las políticas de cohesión actuales. La Unión necesita nuevos recursos propios y un presupuesto que esté a la altura de sus ambiciones. El conjunto de estas cuestiones se resume en una sola: ¿queremos capacitar a la Unión para integrar a nuevos Estados miembros? Debemos tomar una decisión, es un deber de responsabilidad para con nuestros conciudadanos y los países que llaman a nuestra puerta.
Miloš Koterec (PSE). – (SK) Quisiera dar las gracias al ponente por su exhaustivo informe sobre este asunto. La iniciativa del Parlamento Europeo en este terreno no hace sino confirmar la importancia que tiene para el Parlamento un funcionamiento apropiado de los sistemas de la UE, incluida la política de cohesión. En mi opinión, el informe no tiene por objeto examinar ninguna ampliación en concreto, sino la ampliación de manera general. El ámbito abordado por el informe debe considerarse desde al menos dos ángulos, uno de los cuales es la eficacia de la política de cohesión de la UE y el otro el modo en que puede afectarle la ampliación, es decir, cómo definir la política de cohesión en el contexto de la ampliación.
En ausencia de cualquier evaluación fiable del impacto de la financiación para el desarrollo regional de la UE, podemos hablar únicamente en términos generales de los efectos que la ampliación puede tener sobre la cohesión. Pero incluso si tuviéramos una sólida metodología para dirigir, implementar y evaluar la política regional, no seríamos capaces de salir airosos sin un enfoque profesional por parte de los Estados miembros como garantes de la justicia, y sin transparencia, un alto nivel de administración y barreras al abuso de los fondos. Será interesante ver la evaluación intermedia de la política regional en 2008-2009.
Los Estados miembros también necesitan encontrar modos apropiados de financiar la política de cohesión europea de manera apropiada. No debe implicar a regiones con bajos niveles de desarrollo que tienen que escarbar para conseguir cada euro. La política de la Unión Europea debe ser suficientemente objetiva para impedir que quede reducida a dilucidar quién obtiene qué de quién. No obstante, esto requiere una financiación suficiente. En una resolución del año 2005, el Parlamento Europeo afirmó claramente que el presupuesto de desarrollo regional debía aumentarse de manera significativa para el período 2007-2013.
La solución es reevaluar el modo en que se establece el presupuesto europeo, a falta de lo cual será sin duda esencial una mayor implicación financiera directa por parte de aquellos Estados miembros que reciben ayuda y deberán recibirla en el futuro. ¿Pero en qué lugar queda nuestra proverbial solidaridad europea? Por último, un comentario más: la política de cohesión no debe ser víctima de la ampliación y la ampliación tampoco debe ser rehén de la política de cohesión. En última instancia, el único sistema que funcione será el que tenga en cuenta los vínculos entre todos sus componentes, incluida la ampliación y la cohesión.
Valdis Dombrovskis (PPE-DE). – (LV) Señor Presidente, Señorías, al tomar decisiones con respecto a la ampliación de la Unión Europea, es importante evaluar su impacto sobre el presupuesto de la Unión Europea. La adhesión a la Unión Europea de países grandes y económicamente menos desarrollados, como Turquía, tendría una influencia significativa en la política regional: sería necesario dividir de nuevo los recursos en beneficio de los nuevos Estados miembros, o bien incrementar de manera significativa la financiación de la política regional. En cualquier caso, la Comisión Europea tendría que presentar información detallada sobre el efecto esperado de la ampliación en el presupuesto y posibles soluciones para la política regional de la UE. Es posible cierto incremento de los recursos para la política regional de la UE. El Parlamento Europeo ha apoyado el gasto para las próximas perspectivas financieras del 1,18 % del PIB de la UE, incluido el 0,41 % del PIB para los Fondos de la UE, lo cual es bastante más que el actual 0,37 %. Imagino que tendremos que retomar esta cuestión en la revisión intermedia de las perspectivas financieras en el contexto de sucesivas ampliaciones de la UE, como la adhesión de Croacia. Acojo con agrado la propuesta del ponente con respecto a la cofinanciación diferenciada. Esto prevé una mayor intensidad de la ayuda para los países y regiones menos desarrolladas. Este tipo de enfoque cumple totalmente los objetivos de la política regional de la Unión Europea y ya ha sido aprobado en el informe del Parlamento Europeo sobre las perspectivas financieras. En el futuro, el PIB per cápita de las regiones debe ser el criterio principal para determinar la disponibilidad de fondos de la UE para las regiones y países. No obstante, la propuesta de incrementar la cuota de financiación de los Estados miembros, supuestamente para mejorar la efectividad de la política regional, es preocupante. Debemos reconocer que la cuota de cofinanciación de los Estados miembros se incrementó recientemente, cuando se excluyó el gasto por IVA no reembolsable. La obtención de financiación de la UE ya implica demasiada burocracia, por lo que aunque las propuestas del ponente de aumentar los vínculos entre los Fondos de la UE y los objetivos de la Estrategia de Lisboa, así como la transparencia, van a aprobarse en su totalidad, no deben crear obstáculos burocráticos adicionales a la hora de obtener financiación de la UE. Muchas gracias por su atención.
Andrzej Jan Szejna (PSE). – (PL) Señor Presidente, las futuras ampliaciones de la Unión Europea son inevitables. El efecto de las sucesivas ampliaciones de la Unión sobre la eficacia de la actual política de cohesión es una cuestión importante que se está debatiendo a escala europea. Sin duda, las medidas encaminadas a aceptar más miembros nuevos en la Comunidad Europea son importantes para profundizar en la integración de nuestro continente.
No obstante, teniendo en cuenta las exigencias de la Agenda de Lisboa y el hecho de que sigue habiendo grandes diferencias de nivel de desarrollo económico y, por consiguiente, de nivel de vida entre los actuales Estados miembros de la Unión Europea, debemos abordar la cuestión de las futuras ampliaciones con especial cuidado.
El presupuesto de la Unión no es un cheque en blanco. Tiene ciertos límites. Todos sabemos la cuantía de los fondos asignados a la política regional hasta 2013. Hay que dar prioridad al mantenimiento de los procesos y medidas tomadas en interés de la cohesión y a la nivelación de las condiciones de vida en el conjunto de la Unión. Las regiones no deben perder su derecho a la ayuda tan pronto como su competitividad y su nivel de cambio estructural se considere satisfactorio a la luz de las estadísticas. Los países que aspiran a unirse a la Unión Europea deben recibir un paquete atractivo de ayuda de preadhesión que estimule efectivamente su desarrollo y crecimiento económico, y también los cambios estructurales antes de que se conviertan en beneficiarios plenos de la política de cohesión.
Lidia Joanna Geringer de Oedenberg (PSE). – (PL) Señor Presidente, el informe que debatimos contiene propuestas para racionalizar el gasto en desarrollo regional y evalúa las posibles implicaciones de la adhesión de Turquía, Croacia, la Antigua República Yugoslava de Macedonia y los países de los Balcanes Occidentales a la Unión Europea. Según los estudios realizados, las futuras ampliaciones de la Unión Europea podrían comportar, por una parte, un aumento del 35 % de la extensión territorial de la Unión, junto con un incremento del 27 % del número de ciudadanos, y por otra, un incremento del PIB comunitario de apenas un 4 %. Esto equivale a un descenso del 18 % del PIB per cápita. Por lo tanto, hay que sopesar las ventajas y desventajas.
No obstante, la Unión debe desarrollarse. Hay que tomar una decisión sobre el lanzamiento de la reforma institucional, financiera y política de la Unión después de revisar el marco financiero entre 2008 y 2009. La evaluación del resultado de la actual política de cohesión permitirá establecer cuándo podremos permitirnos las siguientes ampliaciones. No obstante, merece la pena recordar que hasta ahora todas las ampliaciones han aportado siempre un valor añadido a la Unión. Confío en que seguirá siendo así en el futuro.
Danuta Hübner, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, me gustaría dejar claro que he leído este informe como una expresión de preocupación sobre la necesidad de mantener o, de hecho, mejorar la eficacia de la política de cohesión europea, mientras se aplica la estrategia de ampliación de la UE. El debate del Parlamento ha aportado muchas ideas que tendré en cuenta.
Me gustaría destacar tres cuestiones que debemos recordar al debatir la política de cohesión en el contexto de la ampliación. Primero, el marco financiero y los criterios de eligibilidad para 2007-2013 se han decidido y se aplicarán en todo este periodo, al margen de cualquier futura ampliación.
Segundo, en 2008-2009, de acuerdo con las conclusiones del Consejo Europeo, habrá una revisión que abarcará todos los aspectos del gasto y los recursos de la UE. Esta revisión se llevará a cabo en estrecha cooperación con el Parlamento y habrá también un amplio proceso de consulta.
Tercero, sobre la ampliación, me gustaría repetir que la Comisión –en su comunicación sobre la estrategia de ampliación– y el Consejo Europeo de diciembre de 2006 confirmaron que la estrategia de ampliación se combina con la capacidad de la UE de integrar a nuevos miembros. Asimismo, el ritmo del proceso de adhesión dependerá de los resultados de las reformas en el país negociador. La entrada de nuevos Estados miembros siempre se basará en sus méritos. Respetaremos este principio. También acordamos que la Unión se abstendrá de fijar plazos para la adhesión hasta que las negociaciones estén próximas a concluir. La Comisión ofrecerá evaluaciones de impacto sobre ámbitos políticos clave en el curso de las negociaciones.
Estoy abierta a nuevas ideas, especialmente con respecto a la necesidad de nuevos mecanismos de cumplimiento para mejorar la capacidad de respuesta de la política de cohesión a un entorno que cambia rápidamente y a la necesidad de encontrar nuevas formas de lograr más sinergias entre las estrategias de desarrollo aplicadas a escala comunitaria, nacional y regional. Debemos garantizar que nuestra política de cohesión encaje en esta política favorable de crecimiento nacional sostenible, la Estrategia de Lisboa y las directrices integradas para el crecimiento y el empleo. Estoy plenamente de acuerdo con sus Señorías en que tenemos que seguir explorando todos estos vínculos.
Por último, me gustaría decir que no deben esperar que apoye ninguna idea que tienda a debilitar el aspecto comunitario de la política de cohesión.
El Presidente. El debate queda cerrado.
La votación tendrá lugar el martes a las 12.00 horas.
Declaraciones por escrito (artículo 142 del Reglamento)
Antonio de Blasio (PPE-DE), por escrito. – (HU) Señor Presidente, Señorías, me parece sumamente importante que el Parlamento Europeo examine el efecto de futuras ampliaciones desde la perspectiva de la política de cohesión, y que por ello también puedan incluirse en el debate sobre la ampliación nuevas consideraciones y posiciones presupuestarias.
El estudio que subyace al informe ha determinado que en una Unión Europea de 34 miembros, según las normas actuales, Croacia representaría únicamente un 7 % de la financiación adicional de acuerdo con la política de cohesión, mientras que Turquía recibiría el 63 % de los fondos adicionales. En mi opinión, por tanto, la lección que podemos aprender es que de ninguna manera podemos tratar del mismo modo a todos los Estados que se adhieren.
Quisiera resaltar que, dada su población y su nivel de desarrollo económico, la adhesión de Croacia no significaría una carga adicional significativa para el presupuesto de la UE. De los países candidatos potenciales examinados en el informe, solo la adhesión de Croacia no tendría ningún efecto estadístico en relación con las zonas susceptibles de recibir ayuda a escala regional y nacional, es decir, ninguna región beneficiaria perdería su derecho a la ayuda financiera de la UE.
Por consiguiente, propongo que antes de admitir a cualquier país candidato, tengamos en cuenta la capacidad de la Unión Europea de integrar a dicho Estado y que examinemos en detalle hasta qué punto estamos dispuestos a realizar una profunda reforma financiera en interés de ampliaciones futuras. En mi opinión, una reforma profunda solo tiene sentido una vez que hayamos alcanzado nuestros objetivos actuales con respecto a la política de cohesión.
Richard Seeber (PPE-DE), por escrito. – (DE) Como miembro de la Comisión de Desarrollo Regional, quisiera manifestar mi más sincero agradecimiento al ponente, que ha logrado elaborar una crítica del aspecto de la política regional que tiene que ver con las futuras ampliaciones de la Unión Europea, un aspecto políticamente importante pero al mismo tiempo muy sensible.
La política regional europea no solo debe tener en cuenta la sobrecarga presupuestaria y la creciente presión competitiva en los 27 Estados miembros, sino también cumplir las expectativas de la política estructural europea y la Estrategia de Lisboa, garantizando al mismo tiempo su capacidad de acción.
Quisiera expresar mi agradecimiento particular al ponente por mostrar de manera muy clara que los objetivos actuales de la política de cohesión solo pueden lograrse mediante un enfoque graduado del proceso de ampliación y mediante reformas para incrementar la eficiencia. En este contexto particular, el concepto de «política de vecindad reforzada» debe definirse con más detalle y debe haber un debate abierto –especialmente con respecto a Turquía– sobre si para todas las partes implicadas tendría más sentido la adhesión o una asociación privilegiada.
Nosotros, diputados al Parlamento Europeo y representantes de los ciudadanos, debemos a la población, no solo de los nuevos Estados miembros, sino también de los antiguos, una política regional que siga impulsando el equilibro y el crecimiento, garantizando así también la cohesión de la UE en el futuro.