El Presidente. – De conformidad con el orden del día, se procede al debate del informe (A6-0135/2007) del señor Deprez, en nombre de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior, sobre la propuesta de Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo por el que se establece un mecanismo para la creación de equipos de intervención rápida en las fronteras y que modifica el Reglamento (CE) n.° 2007/2004 del Consejo por lo que respecta a este mecanismo (COM(2006)0401 - C6-0253/2006 - 2006/0140(COD)).
Joe Borg, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, la Comisión acoge con sumo agrado el excelente compromiso alcanzado por el Parlamento Europeo y el Consejo en torno al Reglamento sobre equipos de intervención rápida en las fronteras.
Como usted ya sabe, en los últimos años la Unión Europa ha experimentado una creciente necesidad de prestar asistencia operativa a los Estados miembros que, debido a su situación geográfica y a la complejidad de sus fronteras exteriores, han de llevar la carga más pesada desde el punto de vista del control fronterizo. En respuesta a ello, la Unión Europea creó en 2004 la Agencia Frontex con vistas a canalizar la solidaridad entre los Estados miembros y la Comunidad con respecto a la cooperación operativa. Además, a partir del año que viene se utilizará el Fondo para las fronteras exteriores con el fin de garantizar la solidaridad financiera, impulsando la capacidad de todos los Estados miembros para abordar los problemas que plantean sus distintas fronteras exteriores.
El establecimiento de un mecanismo para la creación y el despliegue de equipos de intervención rápida en las fronteras es una medida más de solidaridad. Supone un gran paso en la cooperación entre los Estados miembros y la Comunidad mediante el control de las fronteras exteriores de la Unión Europea y de las personas que cruzan esas fronteras.
Los equipos de intervención rápida en las fronteras pasarán a ser una reserva bien instruida y especializada de guardias de fronteras, que se desplegará con celeridad bajo las órdenes de la Agencia Frontex en un Estado miembro que precise esa ayuda. Un aspecto nuevo y pionero a este respecto es que los equipos de intervención rápida podrán desempeñar todas las funciones necesarias asociadas a los controles de personas en las fronteras exteriores, de la misma manera que hacen los guardias de fronteras nacionales en el Estado miembro de acogida.
En este contexto, la Comisión quiere hacer la siguiente declaración oral sobre el Derecho Internacional Marítimo y las obligaciones de protección internacional.
Cada uno de los Estados miembros que participa en operaciones coordinadas de la Agencia Frontex en alta mar sigue estando totalmente sujeto a su obligación individual de respetar el principio de no devolución consagrado, en particular, en la Convención de Ginebra sobre el estatuto de los refugiados, de 28 de julio de 1951, y la Convención de las Naciones Unidas contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes con respecto a todas las personas bajo su jurisdicción. Cuando se lleva a cabo una operación de interceptación o rescate en aguas territoriales de un Estado miembro, se aplica el acervo comunitario en materia de asilo. Este incluye el Reglamento de Dublín. Por consiguiente, a falta de otros criterios relevantes, el Estado miembro en cuyas aguas se lleve a cabo la operación de interceptación o rescate se responsabilizará de estudiar todas las peticiones de asilo. Estos principios siguen siendo totalmente válidos en casos de futuros despliegues de los equipos de intervención rápida en las fronteras, una vez aprobado este reglamento.
Tal y como subraya la Comisión en su Comunicación de 30 de noviembre de 2006 sobre el refuerzo del control de las fronteras marítimas exteriores meridionales, no está claro en qué circunstancias un Estado puede estar obligado a asumir la responsabilidad de estudiar una petición de asilo cuando la operación de interceptación o rescate se produce en alta mar o en aguas territoriales de un país tercero. De forma similar, no está claro en qué casos el Estado miembro donde se efectúa una operación coordinada por la Agencia Frontex puede considerarse responsable último del cumplimiento de este principio.
Evidentemente, el desarrollo ulterior de un sistema integrado para gestionar las fronteras marítimas exteriores debería basarse en un claro entendimiento común de las obligaciones de protección de los Estados miembros. A este fin, la Comisión ha propuesto que los Estados miembros aborden estas cuestiones de forma colectiva y pragmática, bien en el contexto de acuerdos bilaterales o regionales más amplios, bien mediante el desarrollo de directrices prácticas en estrecha colaboración con la Organización Marítima Internacional, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados y otras entidades interesadas.
A fin de apoyar este proceso, la Comisión publicará pronto un estudio sobre el Derecho marítimo, que abordará estas y otras cuestiones de interés. Tras la publicación del estudio se convocará una reunión de expertos con los Estados miembros para determinar las consecuencias prácticas, teniendo en cuenta los límites de la responsabilidad comunitaria en este ámbito, así como la declaración oral.
Por último, quiero hacer hincapié una vez más en que la Comisión está muy satisfecha por la buena cooperación que existe entre las tres instituciones implicadas con vistas a llegar a un acuerdo sobre este importantísimo nuevo instrumento legislativo de la Comunidad. Me gustaría dar las gracias encarecidamente al ponente, el señor Deprez, a los ponentes alternativos y a la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior por sus excelentes contribuciones a los logros obtenidos en este sentido.
Gérard Deprez (ALDE), ponente. – (FR) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, permítanme expresar mi satisfacción diciendo de entrada que si el proyecto de reglamento RABIT puede someterse mañana a votación en esta Asamblea con vistas a un acuerdo en primera lectura, es gracias a que las tres instituciones han cooperado de un modo que yo calificaría de ejemplar.
En primer lugar, es gracias a la Comisión. Su propuesta inicial era de alta calidad y durante todo el proceso de debate ha demostrado una gran capacidad para limar asperezas y allanar el camino del acuerdo. El Consejo, en especial durante la Presidencia finlandesa y ahora la Presidencia alemana, no cesó de afirmar su voluntad de llegar a un resultado y no escatimó esfuerzos por convencer a todos los Estados miembros. Es gracias, en particular, a la última presidencia de Monika Schmitt-Vockenhausen. Y por mi parte, en nombre del Parlamento, he podido contar desde el principio con un apoyo firme y con la confianza de la mayoría de los ponentes alternativos de los demás Grupos políticos en la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior, y quiero darles las gracias públicamente. Espero que encuentren en estas palabras la expresión de mi gratitud.
El fondo del asunto, señor Presidente, es tan sencillo como urgente. Se trata de organizar la asistencia de los Estados miembros a aquellos Estados que deben hacer frente a la llegada repentina y masiva de inmigrantes ilegales deseosos de franquear las fronteras exteriores de la Unión. Este problema afecta hoy, como sabemos –imágenes dramáticas nos lo recuerdan constantemente–, a los países del sur de la Unión. Pero no se puede excluir que, mañana, otras fronteras, en particular del sudeste o del este, sean objeto de las mismas presiones repentinas y recurrentes.
El proyecto de reglamento que se presenta a esta Asamblea confirma cuatro grandes principios, que siempre he defendido con energía en nombre del Parlamento. Primer principio: la solidaridad en materia de control de las fronteras exteriores no es una opción, es una obligación. Así, en el proyecto de Reglamento se prevé que los Estados miembros contribuyan a la reserva de intervención rápida y que pongan los agentes de la guardia de fronteras a disposición de Frontex, a petición de esta, salvo si ellos mismos deben hacer frente a una situación de urgencia.
Segundo gran principio: cuando los agentes de la guardia de fronteras destinados a la reserva sean desplegados en el territorio de otro Estado miembro en el marco de los equipos de intervención rápida, no serán agentes auxiliares o de segundo rango con respecto a los agentes de la guardia de fronteras del Estado miembro. Por supuesto, y esto cae por su propio peso, los miembros de los equipos recibirán instrucciones del Estado miembro de acogida, pero, por lo demás, estarán en pie de igualdad con los agentes nacionales. Las tareas que pueden desempeñar son las mismas. Tienen derecho a llevar su propio uniforme, al que se añadirá una insignia europea. Podrán llevar las armas de servicio, conforme a la legislación nacional del Estado miembro de procedencia, salvo en caso de desacuerdo entre los dos Estados de que se trate. Se les podrá autorizar a consultar las bases de datos nacionales y europeas y se han eliminado de su documento de acreditación, previsto en el proyecto inicial, los elementos engorrosos que, a mi entender, contenía.
Tercer gran principio, y digo esto en particular al señor Catania: los derechos fundamentales deberán respetarse en todas las circunstancias. Así, el proyecto de Reglamento prevé: uno, que los miembros de los equipos, al igual que los agentes de la guardia de fronteras nacionales, deberán abstenerse de cualquier comportamiento discriminatorio; dos, deberán actuar dentro del respeto de las obligaciones de los Estados miembros en materia de protección internacional y no expulsión; tres, los miembros de los equipos deberán actuar dentro del pleno respeto de las obligaciones resultantes del Derecho marítimo internacional, en particular por lo que respecta a la búsqueda y el salvamento. Y es lo que acaba de reafirmar el Comisario aquí ante nosotros. Por tanto, señor Catania, la enmienda que usted propone no es necesaria. Diría incluso que es insultante, porque parte de la hipótesis de que los agentes de la guardia de fronteras, incluidos los de España, Italia o Malta ahora, no se preocupan especialmente de salvar a la gente cuando descubren barcos en peligro. Por último, el proyecto de Reglamento prevé que se apliquen plenamente las directivas europeas relativas a la protección de los datos personales.
Cuarto principio: si hay urgencia, la hay para todo el mundo. Dado que se trata de hacer frente a situaciones de emergencia, el dispositivo del Reglamento prevé plazos muy cortos para las intervenciones. El director de Frontex dispone de un máximo de cinco días hábiles para decidir la intervención. Una vez elaborado el plan operativo, el despliegue efectivo de los equipos de intervención rápida debe tener lugar a más tardar en cinco días hábiles. Por consiguiente, es normal que en los casos en que esté justificada una intervención, pero los medios presupuestarios de Frontex no sean suficientes para sufragar el gasto, la autoridad presupuestaria se comprometa, sin perjuicio de las disposiciones del Reglamento financiero, a encontrar urgentemente una solución presupuestaria. Este es el sentido de la enmienda que se ha añadido al texto del proyecto de Reglamento y que materializa el acuerdo alcanzado a este respecto entre la Comisión, el Parlamento y el Consejo.
Este es, señor Presidente, Señorías, el proyecto sobre el que la Cámara deberá votar mañana. No dudo de que recibirá el apoyo de muchos de ustedes, y así lo espero.
Agustín Díaz de Mera García Consuegra, en nombre del Grupo PPE-DE. – (ES) Señor Presidente, no voy a utilizar los tres minutos de que dispongo porque estamos en presencia de un informe muy bien elaborado, con un método de trabajo digno de encomio y, por consecuencia, mis primeras palabras son para felicitar al señor Deprez.
En segundo lugar, mis palabras también son de satisfacción por el gran acuerdo alcanzado entre el Consejo, la Comisión y el Parlamento Europeo.
Finalmente, quiero hacer unas cuantas reflexiones.
Yo afirmo y sostengo –como lo he hecho en la Mesa de mi partido la semana pasada, en Granada– que la competencia de la vigilancia de las fronteras y de las fronteras exteriores es una competencia residenciada en los Estados miembros y nada más que en los Estados miembros.
Entonces, ¿qué es FRONTEX? FRONTEX y los RABIT son fundamentalmente coordinación, cooperación y colaboración.
Y los RABIT son unos instrumentos más de cooperación y de colaboración para evitar que la permeabilidad de las fronteras exteriores de la Unión se sume a la permeabilidad de las fronteras interiores y generen, lo uno y lo otro, un escenario de desolación humanitaria. Recordemos que, debido a la práctica de cruzar el Atlántico utilizando los instrumentos delictivos de las mafias, la Unión Europea acaba de cifrar en 10 000 los muertos ya constatados a través de ese periplo inhumano.
Los RABIT que han conseguido tal consenso y tal acuerdo son un instrumento más de colaboración y cooperación.
Esa solidaridad obligatoria no es, señor Presidente, un contrasentido semántico. Es una realidad necesaria que hemos plasmado hoy en el acuerdo que mañana espero que sea respaldado por este Parlamento por amplia mayoría.
El instrumento financiero al que se ha referido el señor Deprez es mucho más que una declaración de intenciones para hacer frente a situaciones críticas y de invasión masiva de una parte de nuestro territorio, una respuesta inmediatamente solidaria y de disponibilidad presupuestaria.
Señor Presidente, concluyo como empecé, congratulándome y felicitando por la consecución de un instrumento de tanta solidaridad y utilidad para el control de las fronteras de la Unión.
Javier Moreno Sánchez, en nombre del Grupo del PSE. – (FR) Señor Presidente, emplearé la lengua materna del ponente para felicitarle y darle las gracias por su meticuloso trabajo y su resultado: el excelente informe que vamos a aprobar mañana.
Señor Deprez, sin caer en juegos de palabras fáciles, creo que ha sabido usted constituir, junto con los ponentes alternativos, un auténtico equipo de intervención rápida en la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior, que nos ha permitido actuar con rapidez para aprobar en primera lectura un texto que fue objeto de un amplísimo consenso con ocasión de la votación en comisión.
Hemos podido defender también nuestras propuestas ante el Consejo gracias al constructivo diálogo que entablamos con la Presidencia alemana, que incluyó este Reglamento entre sus prioridades y se mostró muy receptiva a nuestras propuestas.
(ES) Señorías, hemos mejorado conjuntamente el texto, lo que demuestra una vez más la madurez de esta Cámara a la hora de legislar en un ámbito tan delicado como el de la lucha contra la inmigración clandestina. Por ello, resulta necesario que se amplíe el ámbito de codecisión a todas las dimensiones de la política de inmigración.
Saludamos que el Consejo de Justicia y Asuntos de Interior (JAI) haya aprobado el Reglamento el pasado jueves en Luxemburgo y el compromiso alcanzado por las tres instituciones para garantizar la financiación adecuada de las operaciones.
Esperamos que los equipos estén operativos este verano, incluso antes, como lo ha solicitado el Vicepresidente de la Comisión, señor Frattini.
Señorías, creo que vamos por buen camino. Lentamente, pero por buen camino. Hemos dado un pasito más hacia la política común de inmigración.
Nuestros respectivos Gobiernos han entendido que la inmigración es un desafío europeo común al que tenemos que dar una respuesta global y conjunta desde la solidaridad, la confianza mutua y la responsabilidad compartida.
En este sentido, resulta importantísimo el principio obligatorio de solidaridad de los Estados miembros recogido en el artículo 3 del Reglamento. Este instrumento no es la panacea, pero supone un avance en la lucha contra la inmigración clandestina y la trata de personas.
Estos equipos contribuirán a aumentar la solidaridad y la asistencia mutua con el fin de poder vigilar las fronteras exteriores europeas, salvar vidas –especialmente en las aguas atlánticas y mediterráneas– y tratar dignamente a los inmigrantes que intentan entrar ilegalmente en el territorio de la Unión.
Nuestros ciudadanos quieren que la Unión Europea responda a sus preocupaciones. Los RABIT son una respuesta concreta.
Ahora bien, nuestros ciudadanos y los inmigrantes se merecen que tratemos el tema de la inmigración clandestina con seriedad. Por ello, pediría al Grupo del Partido Popular Europeo que haga gala de coherencia. No se puede estar en Granada criticando la regularización llevada a cabo por el Gobierno español al tiempo que en Luxemburgo dos Gobiernos liderados por su familia política anuncian inminentes regularizaciones, que, por cierto, los socialistas comprendemos y respetamos plenamente.
Queridos amigos del PPE-DE, no se dejen llevar por el Partido Popular, que descarga munición contra el Gobierno español con pólvora mojada.
Bernat Joan i Marí, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (FR) Señor Presidente, quisiera comenzar por felicitar al ponente, el señor Deprez, por su trabajo. Creo que es un trabajo muy riguroso, muy interesante y muy bien hecho sobre un tema realmente difícil. Creo que se puede hablar de un acuerdo en varias etapas.
(EN) Podemos ver las cosas a largo plazo, a medio plazo o a corto plazo. Me parece un buen informe y una buena solución para los problemas que afrontamos en la Unión Europea y que tendríamos que haber afrontado antes. Los equipos de intervención rápida en las fronteras, al amparo de normas comunes, constituirán un buen instrumento que proporcionará las medidas necesarias para ocuparse de las personas que entran ilegalmente en la Unión Europea.
Por otro lado, creo que Europa necesita una política común de inmigración. Como miembro de la Alianza Libre Europea, no estoy de acuerdo con que los Estados miembros tengan que ser los propietarios de las fronteras. Me parece que, en el futuro, las fronteras de la Unión Europea deberían ser una cuestión común. Hemos de colaborar en torno a este asunto y plantear la posibilidad de una política común en materia de migración, siempre acorde con los principales valores europeos y los principios de la Unión Europea. La Unión Europea ha de ser más coherente para adoptar las mejores medidas en estos casos.
También debemos contribuir al desarrollo de los países ACP y, en particular, de nuestros vecinos del sur del Mediterráneo. Encontrar una solución en esta parte del mundo es una garantía de solución de nuestro problema actual. Resolver los problemas de los países de donde emigran las personas a la Unión Europea es la base principal para evitar esta situación a veces trágica.
No solo los Estados miembros, sino el conjunto de la Unión Europea debería estar al tanto de la política de inmigración, incluidas las regiones con competencias constitucionales, como por ejemplo las Islas Canarias. El Gobierno de las Islas Canarias debería tener voz con respecto a la reciente crisis que vive esta parte del mundo. Quiero señalar que hoy es el tercer centenario de la Batalla de Almansa, cuando fue derrotado el País Valenciano y comenzó el fin de la nación catalana. Me parece que las regiones, las naciones sin Estado y todos los organismos políticos de la Unión Europea tienen algo que decir sobre cuestiones de este tipo.
Como he dicho, el informe es completo, muy bueno y muy interesante. Tenemos ciertos temores, quizá desde un sentido de la responsabilidad, incluido el de que las acciones de los equipos puedan impedir a los ciudadanos buscar protección, negándoles así el derecho a asilo de acuerdo con las convenciones internacionales. Esto lo hemos visto cuando hemos hablado con inmigrantes que habían entrado ilegalmente en las Islas Canarias. No es sencillo para esas personas pedir asilo cuando realmente lo quieren, porque la información no fluye debidamente y debido a otras circunstancias.
La posición del Grupo Verts/ALE es que los equipos de intervención rápida en las fronteras formen parte de la caja de herramientas desarrollada al amparo del Reglamento Frontex y que se utilicen en particular para responder a necesidades de ayuda más urgentes en las fronteras exteriores. Por tanto, podemos decir que los pros y los contras están estrechamente vinculados a la posición del Grupo con respecto a las operaciones de Frontex. El reglamento nos parece un instrumento para la acción inmediata en este sentido.
Giusto Catania, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (IT) Señor Presidente, Señorías, quiero dar las gracias al señor Deprez por el trabajo que ha realizado, que nos permite aprobar su informe en primera lectura. Esto demuestra su habilidad negociadora con los Grupos políticos, con el Consejo y con la Comisión.
Le quiero dar las gracias aunque mantengo intactas mis reservas sobre este Reglamento, porque pienso que, en realidad, sirve exclusivamente para conferir una función a FRONTEX, esa pequeña e inútil agencia creada por las instituciones comunitarias y que hasta ayer no desempeñaba ninguna función. Creo que el establecimiento de los equipos de intervención rápida es una acción meramente propagandística, porque es evidente que, en realidad, la crisis de inmigración ilegal de la UE no proviene del sur de Europa ni de los botes que llegan por el mar. Esto está ampliamente demostrado por todos los datos y estadísticas de que disponemos. También la Comisión Europea indica que solo el 14 % de los inmigrantes ilegales que viven en Europa llegan por el mar.
No se comprende, pues, la necesidad de instituir estos equipos de intervención rápida. Esto vale también para los países del sur, para Italia, España y también Malta, un país al que deberíamos ayudar. El señor Borg sabe sin duda mejor que yo que deberíamos ayudar a Malta, probablemente modificando el Reglamento de Dublín II, y no pidiendo equipos de intervención rápida, que tendrán dificultades para intervenir en esa parte del mar y distinguir si están en aguas italianas o maltesas.
Por tanto, creo que deberíamos intentar aplicar una política coherente y seria en esta materia, probablemente adoptando un enfoque totalmente diferente. Por este motivo, subrayo que la única función seria que pueden tener estos equipos de intervención rápida es la de salvar vidas en el mar.
Señor Deprez, el tema no es si los policías son buenos o malos. En estos años ha quedado ampliamente demostrado que las tragedias en el mar han aumentado. Las estadísticas demuestran de forma irrefutable que en el mar Mediterráneo y en el océano Atlántico se han ahogado miles y miles de personas. Creo, pues, que hacen falta equipos de intervención rápida cuya prioridad sea el salvamento de los muchos hombres y mujeres que intentan llegar a Europa.
No me parece superfluo subrayar esta necesidad en el informe que estamos examinando y pido, por tanto, a la Cámara y al señor Deprez que apoyen mi enmienda, que señala de forma inequívoca que una de las funciones prioritarias de estos equipos debe ser el salvamento marítimo.
Pienso que si seguimos esta lógica podremos contribuir seriamente a hacer de la política de inmigración y del control de las fronteras exteriores una acción conjunta y útil para la Unión Europea.
Johannes Blokland, en nombre del Grupo IND/DEM. – (NL) Señor Presidente, en primer lugar quiero felicitar al ponente por la rápida tramitación de su informe, que constituye un buen augurio para los equipos de intervención rápida.
El año pasado tuve la suerte de acompañar al señor Deprez y a otros diputados en una visita a la agencia Frontex en Varsovia, una experiencia que resultó especialmente valiosa. Entonces la agencia daba todavía sus primeros pasos y el trabajo iba adquiriendo cierto ritmo y tanto el público como los políticos esperaban mucho de ella, lo que puede dar lugar a resultados decepcionantes. Después de todo, el mandato de Frontex es limitado. La agencia depende del trabajo conjunto de los Estados miembros para el despliegue de equipos de intervención rápida.
Aunque me preocupa la aplicación de la propuesta en dos aspectos, es posible que el Comisario Borg pueda responderme y disipar mis temores a este respecto. Lo primero que me preocupa es la disponibilidad de mano de obra y equipos. Los Estados miembros que participan en Frontex se han comprometido a cooperar y solo pueden retirarse en casos excepcionales. Quisiera que el Comisario nos aclarara qué excepciones han conseguido los Estados miembros. Por otra parte, ¿se ha elaborado una descripción suficientemente detallada, de tal forma que Frontex pueda tener disponible el personal y el equipo dentro del plazo establecido?
El segundo aspecto que me preocupa es la coordinación en los Estados miembros. Después de todo, Frontex necesita personal con una formación específica. Además, sobre todo en la región mediterránea, es esencial disponer de equipo adecuado para la navegación en el mar. Me sorprende que sean sobre todo las organizaciones de defensa de los Estados miembros las que pueden aportar este personal y estos equipos, mientras los Ministros de Justicia se comprometen en el Consejo en este ámbito. Así, en mi país, el Ministro de Justicia tiene que consultar con los Ministros de Defensa e Interior sobre el compromiso de asignar personas y equipos. Cada Ministro está barriendo para su casa en este terreno. ¿Puede el señor Comisario indicarnos si este problema de coordinación también se produce en otros Estados miembros y hasta qué punto se ven afectadas las organizaciones de defensa?
Giuseppe Castiglione (PPE-DE). – (IT) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, en primer lugar quisiera agradecer al ponente, el señor Deprez, el gran esfuerzo que ha dedicado a este informe y expresarle mis más sentida enhorabuena por haber conseguido en tan breve plazo alcanzar un compromiso con el Consejo sobre un tema tan urgente e importante.
Las oleadas de inmigración ilegal, como las que se registraron el verano pasado en las fronteras meridionales de la Unión Europea, no solo afectan a los Estados miembros directamente implicados, sino a todos los Estados miembros de la Unión. En Sicilia, como sabe demasiado bien el señor Catania, se advierte la urgencia de afrontar y resolver este problema.
En los próximos meses, como cada año, los desembarcos de inmigrantes clandestinos en la isla de Lampedusa, como en las demás islas, se sucederán sin descanso durante el día y la noche, en condiciones meteorológicas imposibles y en una situación muy precaria desde el punto de vista de la seguridad. Una gestión eficaz de las fronteras exteriores requiere, por tanto, unas políticas realistas de prevención para la seguridad interior y de lucha contra el fenómeno la entrada ilegal y la trata de seres humanos.
La creación de equipos de intervención rápida en las fronteras constituye un primer instrumento práctico de respuesta conjunta, basado en la solidaridad, en el respeto de los derechos humanos y en la asistencia mutua entre los Estados miembros, que están llamados a participar en ellos facilitando recursos financieros y humanos. No se puede dejar solas a las fuerzas de policía nacionales en la ardua tarea de defender las fronteras y también, sobre todo, de acoger y socorrer a los inmigrantes ilegales.
Nuestros conciudadanos no pueden seguir viviendo en la inseguridad y la precariedad y nos piden constantemente medidas concretas de oposición contra los grupos criminales organizados que hacen negocio trasladando a personas ilegalmente y que demasiado a menudo abastecen el mercado de trabajo negro y de la prostitución. Para responder a esas peticiones, espero que los agentes de los equipos de intervención rápida puedan entrar en acción este mismo verano.
Al mismo tiempo, debemos seguir comprometiéndonos en este frente y buscando las mejores soluciones en materia de inmigración. No me parece que la propuesta de ley del Gobierno italiano vaya en este sentido, dado que, en vez de conducir junto con nosotros una lucha sin cuartel contra la inmigración ilegal, ha decidido seguir adelante con políticas contradictorias e improvisadas que solo podrán tener graves repercusiones en toda la Unión Europea.
Señor Comisario, puesto que hay una necesidad apremiante de asegurar una continuidad entre la Unión Europea y sus Estados miembros, le pido encarecidamente que preste la máxima atención a esta cuestión candente, porque nuestro compromiso general de ayudar a los más débiles se combina cada vez más con nuestra creciente necesidad de seguridad.
Wolfgang Kreissl-Dörfler (PSE). – (DE) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, yo también quiero agradecer sinceramente al señor Deprez su trabajo en este tema y en otros terrenos; como de costumbre, ha sido excelente.
Este proyecto nos ha llevado un paso más allá. La solidaridad entre Estados miembros se refuerza y la responsabilidad se comparte. No podemos permitir que países como España, Malta o Italia afronten solos el problema. Sin embargo, también hemos de tener en cuenta la frontera verde. También en esa zona hay inmigración a gran escala.
Sin embargo, para nosotros, los socialistas, también es crucial que los aspectos de los derechos humanos no se limiten a plasmarse sobre el papel, que no haya discriminación y que este Parlamento compruebe cómo se traduce esto en la práctica. ¿Qué ocurre con las personas devueltas a su país de origen? ¿Serán entregadas a esos Gobiernos, algunos de los cuales son corruptos? Hemos visto el desastre de Marruecos, donde llevaban a las personas devueltas directamente al Sahara, donde las habrían dejado morir de sed. También debemos incluir estos aspectos y darles la misma importancia.
No debemos ver Frontex y los equipos de intervención como una panacea. Son un instrumento, pero no la solución del problema. Necesitamos una política común de inmigración, no una mera política común de deportación. Europa no necesita un nuevo muro defensivo, ni tampoco un telón de acero en el Atlántico o en el Mediterráneo, lo que hay que hacer es abordar el problema con decisión, y eso incluye seguir trabajando para solucionar los problemas en los países de los que proceden los inmigrantes.
Permítanme que les diga una cosa. Si el cambio climático se agrava, si la corrupción de los Gobiernos de los países de origen aumenta aún más, en lugar de desaparecer, tendremos que esperar un flujo aún mayor de inmigrantes. Porque nosotros haríamos lo mismo, nos buscaríamos la vida en otro país en lugar de morir de hambre o en la pobreza.
De nuevo, le felicito por el informe. Me complace que lo hayamos hecho. Ahora nosotros, como Parlamento, también tenemos que observar cómo se desarrollan las cosas.
Athanasios Pafilis (GUE/NGL). – (EL) Señor Presidente, ¿es realmente necesario que usemos equipos de intervención rápida en las fronteras, dotados del equipamiento más moderno, con derecho a practicar detenciones, a portar armas, a usarlas en defensa propia, a emplear la violencia y a actuar como fuerzas especiales con un equipamiento técnico avanzado, es decir, a actuar como una fuerza militar, para tratar con inmigrantes harapientos o con quienes luchan contra el mar para buscar una vida mejor? ¿Realmente quiere que nos creamos que esas fuerzas van a usarse para eso?
A nuestro juicio, este Reglamento y este informe revelan la verdadera naturaleza de su política, que es agresiva: están creando equipos de intervención rápida para operaciones exteriores; equipos de intervención rápida que puedan usarse para resolver cualquier tipo de crisis, incluso contra sus propios ciudadanos. No estamos de acuerdo.
Creo que su argumento de que estos equipos lucharán contra las mafias infravalora nuestro sentido común. Si hubiera voluntad política, todos esos contrabandistas serán desenmascarados y se hará frente a las mafias. ¿Cómo es posible que estos inmigrantes ilegales los encuentren cuando varios cuerpos policiales no lo consiguen? Pero no habrá voluntad política porque esas mafias son las que suministran al capital europeo «carne» barata, mano de obra barata, es decir, inmigrantes. Si realmente quieren salvar a los inmigrantes ilegales, ¿por qué no dan más dinero para crear agencias nacionales que intervengan y salven la vida de esas personas? Nosotros no estamos de acuerdo. Consideramos que esto es antidemocrático, que es un avance en dirección a la supresión de las masas, como el resto de su política.
Carlos Coelho (PPE-DE). – (PT) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, quisiera empezar por sumarme al señor Díaz de Mera y al señor Castiglione, ambos de mi Grupo, en sus alabanzas al ponente, el señor Deprez, que nos ha presentado un informe excelente, como es habitual en él. El señor Deprez ha hecho denodados esfuerzos por lograr un compromiso entre todos los Grupos políticos y el Consejo, con el fin de conseguir que se apruebe el informe en primera lectura.
Esta es una iniciativa que acogemos con sumo agrado en una época en la que Europa está sufriendo la mayor crisis migratoria de su historia. La llegada masiva de inmigrantes ilegales a las costas europeas nos ha obligado a adoptar medidas con carácter de urgencia. Aunque las regiones afectadas más directamente son las del sur de Europa, este problema no puede considerarse exclusivo de esos Estados miembros ni de esas regiones. La inmigración irregular masiva y la tragedia humanitaria que representa tienen consecuencias para la seguridad y la cohesión en toda la Comunidad Europea.
Aplaudo las diversas medidas prácticas relativas a la gestión de nuestras fronteras exteriores marítimas en el sur, como el establecimiento de un centro de control operativo para coordinar una red de patrulleras en la costa mediterránea y la creación de un registro central del equipo técnico disponible para su uso en el control y la vigilancia de las fronteras exteriores, mediante el cual se suministrarán para su uso en operaciones conjuntas los recursos necesarios, como barcos, helicópteros y aviones. También acojo con sumo agrado la creación de equipos de intervención rápida en las fronteras, que ofrecerán asistencia técnica y operativa rápida a los Estados miembros que la necesiten.
De esta forma se mejorará la solidaridad y la ayuda mutua entre Estados miembros. Este Reglamento regula el despliegue de equipos de intervención rápida en las fronteras con el fin de proporcionar asistencia rápida en caso de que se repitan situaciones anteriores, como la de las Islas Canarias. Estoy de acuerdo en que la ayuda debe darse durante un periodo de tiempo limitado, en situaciones excepcionales o emergencias, y a petición del Estado miembro afectado.
Señor Presidente, la agencia europea Frontex debe desempeñar una función vital en la coordinación de esta asistencia, lo que debería hacer de forma inmediata y eficaz. En el plazo de cinco días se toma una decisión y se elabora un plan en el que se especifique la duración, la ubicación geográfica, la misión que debe llevarse a cabo y la composición, el número y el perfil de los expertos que cada Estado miembro va a aportar al equipo. Todos nosotros –en el Parlamento, en la Comisión y en el Consejo– tenemos que aportar los recursos humanos y financieros necesarios en el ámbito institucional para que la misión se lleve a cabo con eficacia.
Ryszard Czarnecki (UEN). – (PL) Señor Presidente, muchas gracias por su paciencia. Hoy mismo, los diputados polacos al Parlamento Europeo de diversos Grupos políticos se han reunido con el jefe de los guardias de fronteras polacos, que es también el responsable de comunicaciones de nuestra embajada en Bélgica. Nos ha informado detalladamente acerca de la gravedad del problema que estamos debatiendo hoy.
Yo soy representante de Polonia, que, después de Finlandia, tiene la mayor frontera exterior terrestre de la Unión Europea. Esto hace que la cuestión de la gestión efectiva de las fronteras exteriores, a través de la protección y el control, y combatiendo la emigración ilegal y el tráfico de seres humanos, sea muy importante para nosotros.
Los equipos de que estamos debatiendo hoy resultarán sumamente necesarios, dado que la Unión Europea es un paraíso económico cada vez más atractivo para los inmigrantes de varios continentes, así como de la antigua Unión Soviética. Estoy de acuerdo con las declaraciones del señor Coelho acerca de la gran crisis inminente que nos espera. La única condición para el establecimiento de los equipos de intervención rápida en las fronteras es nuestro pleno acuerdo con la propuesta de los Estados miembros cuyas fronteras se ven afectadas por el problema.
Hubert Pirker (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, señor Comisario, la inmigración ilegal ha alcanzado proporciones epidémicas. Los cálculos conservadores fijan el número de inmigrantes ilegales en Europa en torno a los 15 millones. Basta con comparar las cifras de 2005 y 2006 para comprobar que su número se ha multiplicado por seis.
La introducción ilegal de personas en la Unión Europea se ha convertido en un gran negocio y forma parte del fenómeno del crimen organizado. En esta situación, muchos Estados miembros se ven sencillamente abrumados. No se les puede dejar en la estacada; necesitan ayuda. Aquí es donde entra el programa de la Unión Europea.
Acojo con satisfacción la creación de Frontex, especialmente en vista del inminente establecimiento de un instrumento operativo, concretamente los equipos de intervención rápida en las fronteras, que pueda ofrecer ayuda dentro de un ámbito particular durante un período limitado de tiempo a petición de los Estados miembros. También acojo con satisfacción la clara indicación de que, como el señor Díaz de Mera García Consuegra ha subrayado, los responsables de proteger las fronteras continuarán siendo los Estados miembros. Los equipos de intervención rápida en las fronteras ofrecerán ayuda a corto plazo –debemos dejar esto claro–. A medio y largo plazo, necesitamos medidas adicionales. Espero que se haga efectivo un acuerdo de cooperación entre Frontex y Europol, para poder combatir de forma más efectiva el tráfico de seres humanos; también espero que la residencia ilegal tenga consecuencias –necesitamos pensar en la ayuda para la repatriación, en este contexto– y espero una finalización inmediata de la legalización masiva, dado que eso tiene invariablemente repercusiones inmediatas y traslada el problema a otros países.
Asimismo, necesitamos campañas educativas como medida de prevención, para que los potenciales inmigrantes puedan aprender cómo funciona la inmigración legal, cuáles son las consecuencias de la inmigración ilegal y los riesgos que comporta. También necesitamos programas de ayuda y estabilización en los países de origen de los inmigrantes. Con estos equipos de intervención rápida en las fronteras, en la Unión Europea estamos demostrando claramente que nos dirigimos hacia una unión de seguridad y que, al mismo tiempo, estamos analizando cómo podemos resolver los problemas de inmigración, especialmente el problema de la inmigración ilegal, a medio y largo plazo.
Permítanme terminar dando las gracias al ponente por su excelente coordinación.
Simon Busuttil (PPE-DE). – (EN) Señor Presidente, en primer lugar quiero sumarme al agradecimiento que mis colegas han expresado al señor Deprez, el ponente, por su excelente trabajo y en particular por concluir este informe a tiempo para la primera lectura.
Me complace esta normativa porque constituye un instrumento de solidaridad. Viniendo como vengo de un Estado miembro del sur, todavía me complace más, porque reconozco que la solidaridad no es fácil de encontrar y no cuesta poco.
Esta normativa implica que ahora los Estados miembros se comprometen a ayudar a otros países que afrontan dificultades. Tal y como ha dicho el señor Deprez, esta solidaridad es preceptiva y no opcional. Esto hace que sea una solidaridad de verdad. No es caridad, porque la caridad es voluntaria. Se trata de un compromiso vinculante. Gracias a esta normativa, los países que afrontan situaciones de emergencia relacionadas con la inmigración empiezan a sentir por fin que ya no están del todo solos.
Por tanto, esta normativa es un buen paso adelante. Sin embargo, no basta por sí sola para superar el desafío de la inmigración ilegal. Por tanto, debemos evitar crear expectativas públicas de que esta normativa resolverá todo: no lo hará. Por tanto, hemos de hacer algo más para fortalecer las fronteras del sur de la Unión. El pasado noviembre, la Comisión Europea emitió una Comunicación sobre el refuerzo del control de las fronteras marítimas meridionales y yo pido a la Comisión que presione a favor de las iniciativas enumeradas en esa Comunicación. No olvidemos que el control de las fronteras exteriores interesa a todos los Estados miembros y no solo a los países que afrontan dificultades y, al interesar a todos, también ha de ser responsabilidad de todos, es decir, una responsabilidad compartida.
El Presidente. – Muchas gracias, señor Busuttil. Y gracias también por su comprensión. Sé que le habría gustado intervenir en maltés esta tarde; por desgracia, nuestros equipos no estaban disponibles y le agradezco su flexibilidad.
Francesco Musotto (PPE-DE). – (IT) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, considero que esta tarde hemos alcanzado un objetivo importante, porque el acuerdo sobre los equipos de intervención rápida en las fronteras ha demostrado que todas las Instituciones de la Unión Europea han comprendido que la inmigración ilegal es un drama del que no pueden hacerse cargo solo las regiones expuestas a flujos migratorios masivos por su situación geográfica.
Como hemos tenido ocasión de resaltar en el informe sobre las islas aprobado en esta Cámara, Europa no puede permanecer indiferente ante la situación de emergencia que azota a regiones como la mía de Sicilia, que alcanza su apogeo en Lampedusa, o en las Canarias o Malta, en las que el desembarco de inmigrantes ilegales representa una carga insostenible. No puede permanecer indiferente ante la tragedia humana de las embarcaciones improvisadas que se hunden en el Mediterráneo, ni ante la delincuencia organizada que explota la desesperación de esas personas. Con la apertura de las fronteras interiores, las fronteras exteriores constituyen nuestra frontera común, por lo que solo a escala europea se pueden encontrar soluciones adecuadas y a largo plazo para la cuestión de la inmigración.
Sin duda, la creación de los equipos de intervención rápida solo es un punto de partida. Europa deberá proceder rápidamente a la aprobación de la política de inmigración legal, dado que un asunto de tanta importancia no puede dejarse exclusivamente en manos de los Gobiernos. El Gobierno italiano acaba de aprobar una ley que cambia y modifica legislaciones anteriores, pero no se trata de soluciones definitivas que puedan conducir a la buena acogida y a la construcción de un futuro mejor.
Europa en su conjunto debe hacer lo contrario. Debe definir una política de inmigración legal que permita gestionar toda la inmigración, que, como el viento, no se puede parar, pero que hay que controlar.
Barbara Kudrycka (PPE-DE). – (PL) Señor Presidente, los equipos de intervención rápida tienen la oportunidad de convertirse en una herramienta efectiva para los Estados miembros y para Frontex, aunque, por cierto, esto no es nada nuevo para Frontex. Ya hemos participado en operaciones conjuntas con anterioridad. Necesitamos equipos de intervención rápida, siempre que estos no se utilicen como un método para trasladar la responsabilidad de patrullar la propia frontera, que según los tratados vigentes es responsabilidad de los Estados miembros. Por lo tanto, es importante que estos equipos se reserven para situaciones de crisis reales que vayan más allá del alcance de análisis de riesgos anteriores. Solamente entonces los Estados miembros tendrán el derecho y la obligación de aplicar los mecanismos de solidaridad europea.
Soy plenamente consciente de que la carga de controlar las fronteras exteriores de la Unión Europea está distribuida de forma poco equitativa entre los Estados miembros. Hay países del sur con fronteras marítimas difíciles y países con largas fronteras terrestres. Los equipos, junto con otros elementos de un sistema de gestión de fronteras integrado, que menciono aquí como un recurso importante para nuestras fronteras exteriores, contribuirán a mejorar la cooperación y coordinación de los esfuerzos y ayudarán a combatir la inmigración ilegal y el tráfico de personas. No obstante, espero que Frontex y los equipos de intervención rápida en las fronteras tengan en cuenta los derechos y las necesidades de las personas que cruzan la frontera de buena fe. Por esta razón, también necesitamos mejorar la coordinación por lo que respecta a los servicios fronterizos para este tipo de viajeros. Con respecto a los equipos de intervención rápida en las fronteras, quiero señalar la necesidad de información pública acerca de estos equipos y de cuáles son los derechos y obligaciones de los ciudadanos de a pie cuando se encuentran con estos equipos, con el fin de evitar malentendidos y situaciones poco claras. Esto exigirá campañas informativas. Finalmente, quiero expresar que me satisface el consenso que hemos alcanzado con respecto al establecimiento de estos equipos y felicitar al señor Deprez por su excelente informe.
Joe Borg, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, tal y como he dicho antes, la Comisión acoge con satisfacción el compromiso alcanzado por las tres instituciones en torno a este expediente. Constituye un importante paso adelante en la cooperación entre los Estados miembros y es un ejemplo excelente de solidaridad en materia de control de fronteras.
Con respecto a las cuestiones planteadas durante el debate, en particular por parte del señor Blokland, permítame decir que en el Consejo de Justicia y Asuntos de Interior de la semana pasada, la mayoría de los Estados miembros ya habían puesto equipos técnicos y otros medios a disposición de Frontex para las operaciones conjuntas. Además, el Vicepresidente Frattini invitó a los Estados miembros que todavía no lo han hecho a plantearse la posibilidad de contribuir.
Con respecto a la otra cuestión relativa a la coordinación, permítanme aclarar que Frontex coordinará operaciones en que participen las autoridades competentes de los numerosos Estados miembros afectados.
Quiero concluir felicitando al señor Deprez, el ponente, por el duro trabajo que ha realizado, y celebro el acuerdo alcanzado entre las instituciones con respecto al Reglamento relativo a los equipos de intervención rápida en las fronteras. Repito que es un ejemplo excelente de solidaridad y cooperación operativa.
El Presidente. – Gracias, señor Comisario.
El debate queda cerrado.
La votación tendrá lugar mañana, jueves, a mediodía.
Declaraciones por escrito (artículo 142 del Reglamento)
Louis Grech (PSE), por escrito. – (EN) La vigilancia actual para el control de las fronteras exteriores carece de recursos apropiados y suficientes para combatir efectivamente la inmigración ilegal y el tráfico de seres humanos. Este problema no solo afecta a un país o a una región, sino a todos los Estados miembros.
En este contexto, el informe del señor Deprez destaca las distintas deficiencias y aborda las verdaderas cuestiones que suscita el despliegue de equipos de intervención rápida en las fronteras. Hay que reconocer que la creación de este equipo de intervención rápida es un paso positivo en la dirección correcta y, por tanto, deberían asignarse todos los fondos apropiados para que este proyecto funcione de forma viable.
La gestión eficaz del control de las fronteras exteriores resuelve una pequeña parte de esta cuestión fundamental. Por desgracia, creo que las instituciones, especialmente el Consejo, no abordan este trágico problema con la dedicación necesaria y la urgencia que merece. La aplicación en serio del principio de reparto de la carga está lejos de ser una realidad concreta y palpable.
Andrzej Jan Szejna (PSE), por escrito. – (PL) Señor Presidente, conforme al Derecho de la UE, los propios Estados miembros, incluida Polonia, son los responsables de controlar sus fronteras exteriores.
Lamentablemente tenemos que decir que la ayuda que actualmente se facilita a escala europea, para responder en las fronteras exteriores y protegerlas, es insuficiente. Es una cuestión que no se puede pasar por alto, porque el control de las fronteras exteriores de la Unión Europea consiste realmente en combatir el tráfico de personas y la inmigración ilegal, por una parte, y en evitar las amenazas para la seguridad interior de los Estados miembros, del orden público, de la salud pública y de las relaciones internacionales, por otra. Por lo tanto, los controles de las fronteras no solamente benefician al Estado miembro que tiene la frontera, sino que son igualmente importantes para todos los Estados miembros que han eliminado los controles en sus fronteras interiores.
La Agencia europea para la gestión de la cooperación operativa en las fronteras exteriores de los Estados miembros de la Unión Europea (Frontex) ya se ha creado por orden del Consejo. Ahora necesitamos dar el siguiente paso, que consiste en crear equipos de intervención rápida, que serán enviados al territorio de un Estado miembro que necesita este tipo de ayuda, pero que no estarían diseñados para ofrecer apoyo a largo plazo. No obstante, la coordinación de la composición, la formación y el envío de estos equipos de intervención rápida a las fronteras deberían ser responsabilidad de la Agencia.
Este planteamiento aumentará la solidaridad y la ayuda mutua entre Estados miembros.
Luca Romagnoli (ITS), por escrito. – (IT) Señor Presidente, Señorías, demasiado a menudo se ensalza la inmigración como un recurso, incluso un recurso vital, ignorando las dramáticas repercusiones entre quienes la sufren de verdad. Los que abandonan a sus gentes y países no son a menudo los más pobres, sino jóvenes cualificados y, al margen de toda demagogia, personas que constituyen una mano de obra potencial para la delincuencia organizada en los países de destino.
La necesidad de instituir normas comunes relativas a las tareas de los guardias de fronteras y los equipos de intervención rápida se explica por las oleadas de personas que presionan sobre las fronteras de la Unión. Estos flujos migratorios que abastecen el odioso tráfico de seres humanos, en circunstancias dramáticas bien conocidas, y considero moralmente cómplices de esto a todos aquellos políticos que dicen que es correcto y conveniente o incluso nuestro deber acoger a esas personas, sin tener en cuenta ni sus razones ni si es posible acogerlas. Italia ha decidido incluso acoger a cualquiera que se presente en sus fronteras, sin que nadie tenga que garantizarles trabajo ni cobijo.
En este contexto, me pregunto para qué sirven las medidas anunciadas. En Italia solo servirán para prestar asistencia, y contribuirán a la llegada clandestina de personas que después irán a engrosar las arcas de las ONG. ¿De qué servirá una Agencia Europea para la gestión de la cooperación operativa en las fronteras exteriores si las políticas de inmigración de los Estados miembros son tan diferentes? De nada, salvo para gastar aún más dinero de los contribuyentes y hacer demagogia, que solo genera agitación y desorden social.