La Presidenta. De conformidad con el orden del día se procede al debate del informe de Filip Kaczmarek, en nombre de la Comisión de Desarrollo, sobre el Cuerno de África: una asociación política regional de la UE para la paz, la seguridad y el desarrollo (2006/2291(INI)) (A6-0146/2007).
Filip Kaczmarek (PPE-DE), ponente. – (PL) Señora Presidenta, este informe sobre la estrategia de la Unión Europea en África y la asociación política de la UE en el Cuerno de África será la respuesta del Parlamento Europeo al comunicado de la Comisión Europea del pasado mes de noviembre. El objetivo de ese comunicado era crear una asociación política regional en la península de Somalia como base de un enfoque integral de la prevención de conflictos en la región. Está basado en el supuesto de que no puede haber desarrollo sin una paz duradera, ni paz duradera sin desarrollo.
Hay dos razones para elegir esta región como ejemplo práctico de la estrategia regional de la UE en África. La primera es la importancia estratégica de la región para la UE, y la segunda la gran complejidad política de los tres grandes conflictos de la región, que están interrelacionados: los conflictos de Sudán, Etiopía, Eritrea y Somalia, cuya resolución pasa probablemente por un enfoque regional. Dicho de otro modo, nada puede resolverse hasta que todo esté resuelto.
La estrategia propuesta por la Comisión está basada en un enfoque integrado de la prevención de conflictos en el Cuerno de África, con vistas a abordar las causas subyacentes de la inestabilidad a corto y medio plazo tanto en el ámbito nacional como regional, y de lograr una cooperación regional más estrecha. Pero podemos preguntarnos si esto es posible en una región donde cinco de los siete Estados están enfrentados a sus vecinos, donde cada conflicto engendra uno nuevo, donde un país ha sido incapaz de funcionar normalmente en los últimos 15 años, y donde un altísimo porcentaje de la población vive en la pobreza. ¿Es la cooperación a través de una asociación regional el remedio para todos los males derivados de problemas tan complejos e interrelacionados? Creo firmemente que vale la pena intentarlo y que a pesar de ciertas deficiencias en el comunicado de la Comisión, algunas de las cuales eran difíciles de evitar y que abordamos en el informe (un ejemplo es una mayor implicación de los diputados al Parlamento Europeo y de los propios africanos en la elaboración de la estrategia común), deberíamos estar de acuerdo en torno a los cuatro ejes principales de esta estrategia, que son: el desarrollo sostenible es imposible sin la paz y viceversa; sin la participación efectiva de las instituciones regionales africanas no puede haber paz duradera; la perspectiva regional –es decir, el entendimiento regional– es necesaria para resolver conflictos locales particulares, y las iniciativas de integración regional tendrán éxito si se centran en retos comunes y no en una lista de agravios actuales. La integración regional tiene que centrarse en cuestiones como los recursos hídricos, la desertización, la seguridad alimentaria, y no sencillamente en divisiones y conflictos étnicos. Además, la Unión Europea tiene que desempeñar un papel clave importando su propio modelo de integración, que ha traído la paz duradera y que, en el contexto del 50º aniversario de la UE, es, en mi opinión, particularmente importante.
Soy muy consciente de que tanto el comunicado de la Comisión como el informe actual del Parlamento Europeo solo es el comienzo del proceso, y que el objetivo último es desarrollar una estrategia regional para la región. También hay que tener en cuenta que determinados Estados miembros están llevando a cabo sus propias actividades en el Cuerno de África y, por tanto, el informe está dirigido no solo a la Comisión Europea, sino también a los Estados miembros.
El objetivo del informe es reforzar las ideas del comunicado de la Comisión, y quiero subrayar que es importante evitar hacerse ilusiones y crear instituciones de forma artificial. En mi opinión, deberíamos confiar en las iniciativas existentes y las ideas probadas. Tenemos que nombrar un representante especial de la Unión Europea para el Cuerno de África que aborde las grandes cuestiones que plantea el informe. Esto ayudará a evitar la duplicación, permitirá profundizar en el análisis y perseguir objetivos políticos mínimos en los distintos países. Tenemos que aprovechar plenamente el diálogo basado en el artículo 8 del Acuerdo de Cotonú, cooperar entre el Parlamento y la Comisión para crear una estrategia común con la implicación de África, y buscar soluciones africanas y reforzar las organizaciones africanas.
También quiero dar las gracias a todos lo que han contribuido a este informe: a los miembros de la Comisión de Desarrollo, a la secretaría de la Comisión de Desarrollo, al ponente alternativo, a la Presidencia alemana y a los expertos y organizaciones no gubernamentales con las que hemos mantenido un diálogo constante.
PRESIDENCIA DE LA SRA. KRATSA-TSAGAROPOULOU Vicepresidenta
Louis Michel, miembro de la Comisión. (FR) Señora Presidenta, Señorías, en su informe, el señor Kaczmarek se muestra de acuerdo con la mayor parte del análisis de la Comisión sobre la necesidad de un enfoque regional amplio. Las ideas expuestas por el señor Kaczmarek sobre el camino a seguir confirman la mayoría de las prioridades propuestas por la Comisión, en especial con respecto a la cooperación funcional y la cooperación regional.
Desde nuestro punto de vista, la resolución y prevención de conflictos en el Cuerno de África solo es posible actuando en dos niveles. El primer nivel se refiere a la vía clásica de la mediación y la acción diplomática. La situación actual en el Cuerno exige una acción mucho más enérgica y unánime de toda la comunidad internacional. El segundo nivel se refiere a la acción estructuradora de prevención de conflictos a medio plazo. El objetivo es tratar la raíz de los problemas que afectan a los países de la región, abordando los problemas comunes de desarrollo que también repercuten en la seguridad y la estabilidad.
Esta segunda manera es la que propuso la Comisión en su Comunicación de octubre de 2006 sobre la estrategia regional para el Cuerno de África. Quiero dejar claro que el objetivo principal de la comunicación es proporcionar un marco político que reconozca la naturaleza de los retos de la región del Cuerno y especifique las principales vías de acción posibles por parte de Unión Europea.
La Comunicación especifica tres prioridades de intervención. En primer lugar, actuar sobre los problemas nacionales que tienen ramificaciones regionales; en segundo lugar, abordar los problemas regionales y transversales que son fuente de conflictos e inestabilidad; y, por último, fomentar la integración regional. Como subraya el informe, es importante que haya una verdadera responsabilización, una responsabilización política genuina con respecto a esta estrategia no solo por parte de los países del Cuerno, sino también a escala europea. Por eso apreciamos la implicación del Parlamento Europeo en esta cuestión y el informe del señor Kaczmarek.
Desde la presentación de la Comunicación de la Comisión en octubre pasado, he seguido con gran interés los debates del Parlamento sobre la estrategia regional para el Cuerno de África y en febrero también participé en el debate en la Comisión de Desarrollo. Asimismo se han celebrado debates positivos en el seno de los grupos de trabajo del Consejo desde octubre.
De hecho, queremos crear un proceso progresivo, no imponerlo. Lo importante es que el proceso ya ha comenzado, con el apoyo de los Jefes de Estado o de Gobierno de la región. La Comisión organizó el 23 de abril una conferencia con los representantes personales de los Jefes de Estado o de Gobierno. Esta reunión fue muy positiva y prometedora.
Este proceso de consulta amplio e intenso nos permite entrar con confianza y bien pertrechados en la fase de realización. Por tanto, vamos por buen camino. El informe que aprobarán ustedes mañana supondrá un apoyo muy importante y, por supuesto, una fuente de inspiración y de orientación a la hora de mantener el debate que tendrá lugar en los próximos meses.
Quiero señalar que el programa regional del 10º FED para el Cuerno de África vendrá determinado en gran medida, como es natural, por los resultados de este proceso de identificación de acciones prioritarias. También quiero señalar que la estrategia para el Cuerno de África propuesta por la Comisión no pretende sustituir las estrategias preparadas en el marco del 10º FED. Está ahí, de alguna manera, para complementarlas. Asimismo, no sustituirá la acción paralela necesaria para resolver crisis y conflictos, que debe continuar en el ámbito político y diplomático, como he subrayado al comienzo de mi intervención.
Por tanto, suscribo plenamente las recomendaciones del informe relativas a la gobernanza y el fortalecimiento del diálogo político. Hay dos puntos del informe que también me parecen muy importantes, pero que van más allá del marco regional del Cuerno de África y de la estrategia propuesta: la Estrategia Conjunta Unión Europea-África y la arquitectura de paz y seguridad africana.
Podría responder a estos dos puntos, así como abordar otros temas relacionados con el Cuerno de África y las acciones que podríamos emprender allí, pero mi tiempo de intervención me lo impide. Pero quizá tenga la oportunidad de retomar estos temas más tarde, cuando responda a sus comentarios.
Glenys Kinnock, en nombre del Grupo del PSE. – (EN) Señora Presidenta, doy las gracias al señor Kaczmarek y al Comisario por su respuesta al informe.
En el Cuerno de África una no sabe por dónde empezar, porque lo que vemos es un cóctel letal de conflictos y pobreza, donde el Estado de derecho apenas existe, donde no existe el concepto de democracia y derechos humanos y donde cinco de los siete países de la región están en conflicto con sus vecinos. Por ello, como dice el ponente, sin paz no puede haber seguridad real y no puede haber avances. Las cuestiones clave se relacionan con la construcción de la paz, la prevención y la resolución de conflictos. Estos son los elementos centrales del informe.
Es muy importante señalar que, como sabe muy bien el Comisario, en otras regiones de África, por ejemplo en África Occidental –he estado hace poco en Costa de Marfil– y en la zona de los Grandes Lagos vemos ahora cómo cunde la paz. Pero el Cuerno de África destaca como la única región donde no hemos podido lidiar con la gestión y prevención de conflictos. Sin duda, nos complacen de hecho la idea de un enviado y otras propuestas.
Lo que vemos son los peores ejemplos de conflicto. En Darfur, las Naciones Unidas dicen que 200 000 personas han muerto y dos millones han sido desplazadas desde que comenzó el conflicto en 2003. El Gobierno de Sudán sigue ignorando los esfuerzos de mediación, incluidos los del Secretario General de las Naciones Unidas. Las disputas fronterizas entre Eritrea y Etiopía siguen sin resolverse. El Gobierno de Etiopía sigue violando el Derecho internacional en este asunto. Los líderes de Eritrea y Etiopía se niegan a otorgar al pueblo el derecho a elegir su propio Gobierno y el respeto de las elecciones, como ha sucedido en Etiopía. Ahora asistimos a intensos combates en Somalia, donde cerca de mil personas han muerto y donde las tropas etíopes han estado muy activas, luchando en nombre del Gobierno de transición de Somalia, pero por supuesto, como todos reconocemos, con la asistencia encubierta de los Estados Unidos. Los eritreos, por su parte, respaldan a las milicias islamistas.
He escrito al Comisario sobre este asunto y me gustaría preguntarle por qué hemos ofrecido este apoyo al Gobierno de transición de Somalia y por qué no pedimos explicaciones en serio sobre el sangriento proceso que por lo visto seguimos tolerando de muchas formas. En Somalia se avecina una catástrofe humanitaria y todavía no hacemos que los responsables del Gobierno de transición respondan de sus actos. ¿Por qué, Comisario, no pedimos explicaciones? ¿Es conveniencia política lo que nos impide hacerlo? ¿Por qué no se van los etíopes? ¿Por qué no puede haber seguridad? ¿Por qué no existe un verdadero reparto del poder y por qué insiste la UE en que los elementos moderados de los tribunales islámicos participen en toda posible solución en Somalia?
Finalmente, tengo que preguntar si la UE habla en serio sobre la construcción del Estado en el Cuerno de África o si realmente nos centramos en otras prioridades. ¿Es posible que las demás prioridades en el Cuerno de África sean la llamada guerra contra el terrorismo?
Danutė Budreikaitė, en nombre del Grupo ALDE. – (LT) En su comunicado titulado «Estrategia para África: una asociación política regional de la UE para la paz, la seguridad y el desarrollo en el Cuerno de África», publicada en 2006, la Comisión demuestra su incapacidad para encontrar la manera de solucionar los problemas en el Cuerno de África cuando declara que sin paz duradera no habrá desarrollo, y que sin desarrollo no habrá paz duradera. Esto es un círculo vicioso. Ambos factores tienen que ocurrir al mismo tiempo; pero como vemos, en realidad esto no es posible. Ni la Estrategia de África ni los artículos 8 y 11 del Acuerdo de Cotonú funcionan en el Cuerno de África. La inestabilidad regional y los conflictos militares, en los que participa más de un país, en particular la situación violenta en Darfur, demuestra que hace falta un modelo especial de gestión de crisis para el Cuerno de África que incluya la eliminación de los focos de conflicto militar y el desarrollo de una vida política, económica y social pacífica.
La UE proporciona más del 55 % de la ayuda humanitaria de cooperación al desarrollo de todo el mundo. Con las actividades militares que tienen lugar en el Cuerno de África, no es posible evaluar la ayuda humanitaria que se precisa ni determinar cuándo debe comenzar y cuándo debe terminar, y cuándo será posible lograr los verdaderos objetivos de la política de cooperación al desarrollo, a saber, la aplicación de los Objetivos del Milenio y la reducción de la pobreza en los países del Cuerno de África. Quiero subrayar que la UE tiene que coordinar su apoyo y sus acciones en el Cuerno de África con otros países, como por ejemplo China, la India y los Estados Unidos, que tienen intereses económicos en los países del Cuerno de África. De lo contrario, es poco probable que avancemos en la creación de la paz y la seguridad en esta región. Estos países, igual que las Naciones Unidas y otras organizaciones, junto con la UE, tienen que crear un modelo especial de gestión de crisis para el Cuerno de África.
Józef Pinior (PSE). – (PL) Señora Presidenta, en primer lugar quiero felicitar al señor Kaczmarek por este informe. Se trata de un informe bastante difícil e importante sobre una zona en la que la Unión Europea aún no se ha promocionado mucho. La zona en cuestión es la península somalí, cuyos países están en constante conflicto, un territorio donde es difícil hablar de Estado de Derecho, instituciones democráticas o derechos humanos. Es una de las regiones menos desarrolladas del mundo.
Lo más importante para la Unión Europea en este momento es crear instituciones que garanticen el fin del conflicto armado en la península, que protejan un mínimo de derechos humanos y que permitan formar Gobiernos basados en el Estado de Derecho.
Señora Presidenta, quiero recordar las grandes tradiciones políticas, las grandes tradiciones del modelo de desarrollo que siguió a la Segunda Guerra Mundial, que acompañó a la lucha contra el colonialismo por parte de los países de Europa y los Estados Unidos en el establecimiento de nuevos Estados y democracias en zonas que previamente habían estado colonizadas. Quizá cuestiones como la construcción nacional, el establecimiento de instituciones nacionales y Gobiernos fuertes, capaces de garantizar el Estado de Derecho, son la respuesta subyacente que la Unión Europea debería dar.
Estoy totalmente de acuerdo con las propuestas del señor Kaczmarek, como el nombramiento de un representante especial de la Unión Europea para la península somalí, y la ayuda de la UE a los países africanos para que establezcan instituciones regionales de cooperación.
Louis Michel, miembro de la Comisión. (FR) Señora Presidenta, Señorías, mi respuesta será relativamente breve, si bien necesitaríamos todo un debate para abordar la cuestión.
Aunque por supuesto apoyo el análisis y los juicios que he escuchado sobre el tema de las credenciales democráticas de ciertos países en el Cuerno de África, soy un poco más cauto sobre la implicación de la Comisión y de la Unión Europea.
Hoy podemos decir que la Comisión está totalmente comprometida con el Cuerno de África, y no cabe duda de que es la región a la que yo dedico más tiempo. La señora Kinnock hablaba de Etiopía, por supuesto, y hace bien, porque este país tiene un problema de Derecho internacional, un problema que planteo continuamente a su Primer Ministro durante mis contactos con él en el ámbito de las relaciones bilaterales, un problema sobre el que estoy trabajando prácticamente cada día. Le transmito los mensajes que hay que transmitir, en particular la cuestión de los prisioneros políticos. También sé que hay personas de muy alto nivel que se esfuerzan por hacer avanzar esta cuestión.
Volviendo a Somalia, permítanme decir que me sorprende que algunos afirmen que no dijimos nada al Gobierno de transición, y quiero señalar que me vi literalmente obligado a conceder 15 millones de euros a las fuerzas de estabilización ugandesas en Somalia, prácticamente sin condiciones, a pesar de que yo me opuse a ello si no se cumplía el principio de inclusividad desde el comienzo. Después de dejar claras nuestras posiciones, y yo había exigido esta condición, el Presidente Yusuf nos prometió que organizaría un congreso nacional de reconciliación. Todavía estamos esperándolo. Puesto que un debate como este es útil para este fin, tengo que decirles que si en Somalia las cosas no van bien, o no se mueven a buen ritmo, es por dos razones fundamentales.
La primera es que el conflicto en Somalia, y la cuestión de Somalia, no se consideran en el contexto del Cuerno de África en su conjunto y que Somalia, en algunos casos, se ha convertido en un campo de batalla de conflictos entre foráneos; el conflicto entre Etiopía y Eritrea afecta también a la cuestión de Somalia.
La imposibilidad de avanzar, de encontrar una solución, es una segunda razón, y la señora Kinnock ha dado ejemplos de ello. En la comunidad internacional hay dos puntos de vista. Podemos intentar fingir que solo hay uno, pero la realidad es que hay dos puntos de vista en la comunidad internacional; el primero es el de la Unión Europea, y el segundo el de los Estados Unidos. Cuando uno de los grandes agentes de la comunidad internacional opta, como cuestión prioritaria, por lo que podríamos llamar una estrategia de asociación privilegiada con otro, y cuando nuestros propios Estados miembros nos invitan a hacer exactamente lo mismo con los demás socios internacionales –como acaba de hacer alguien–, nos encontramos, en una serie de casos, en una posición seguidista, y quiero decir que entonces no estamos en condiciones de actuar de forma verdaderamente autónoma, sobre la base de nuestra propia visión y de nuestro propio juicio. Esa es la verdad. Ya no quiero tolerar esa situación, puesto que es muy fácil decirle a alguien: «No estás haciendo lo suficiente, tienes que coordinarte con nuestro socio, es decir, con los Estados Unidos». No estoy criticando a los Estados Unidos, que tienen derecho a su propia estrategia, pero creo que si la Unión Europea fuera capaz, de vez en cuando, de tener una estrategia más autónoma y más independiente en estas cuestiones, sin duda seríamos mucho más eficaces.
Esto es lo que quería decirles; quizá también podría explicarles que lo que he estado haciendo durante los últimos meses, en particular respecto del diálogo político, se ha centrado, en esencia, en el Cuerno de África. La razón por la que presento esta estrategia –mediante un informe que la aplica y que por cierto es excelente– es precisamente porque creo que la Unión Europea no tiene derecho a abstenerse de tomar la iniciativa en esta cuestión y porque me digo a mí mismo que la situación es tan compleja y difícil que tenemos que comenzar intentando reunir a todas las partes implicadas alrededor de la mesa de negociación para seleccionar los problemas que tienen en común, y para encontrar soluciones comunes, con objeto de conseguir llevarlas a una situación en que se vislumbre una perspectiva de diálogo, un diálogo que es una cosa distinta de una discusión sin detener los conflictos entre ellos. Dicho de otro modo, abramos la perspectiva de las infraestructuras, de la seguridad alimentaria, de la sequía, del pastoralismo, del agua, de todas esas cuestiones que tienen en común: quizá entonces tengamos la posibilidad de hacer algo en materia política.
Esto es lo que quería decir; es cierto que tenemos que coordinar nuestras acciones con los otros grandes responsables. Lo creo sinceramente, pero también creo que de vez en cuando necesitamos adoptar nuestra propia postura en cuestiones como Somalia. Creo que si hubiésemos sido capaces de llevar nuestras ideas a una conclusión lógica y decir: «No daremos un céntimo para la fuerza de estabilización hasta que esté en marcha el Congreso de Reconciliación Nacional», habríamos estado en una posición mucho más fuerte.
También diré –y concluyo– que he enviado asimismo una carta redactada en términos muy precisos y duros al Presidente Yusuf para recordarle su compromiso a favor de la inclusividad en la resolución de este conflicto.