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 Texto íntegro 
Procedimiento : 2006/2230(INI)
Ciclo de vida en sesión
Ciclo relativo al documento : A6-0129/2007

Textos presentados :

A6-0129/2007

Debates :

PV 09/05/2007 - 21
CRE 09/05/2007 - 21

Votaciones :

PV 10/05/2007 - 7.10
Explicaciones de voto

Textos aprobados :

P6_TA(2007)0181

Debates
Miércoles 9 de mayo de 2007 - Bruselas Edición DO

21. Consecuencias para la salud pública del accidente aéreo de Thule (Petición 720/2002) (debate)
PV
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  La Presidenta. – De conformidad con el orden del día, se procede al debate del informe (A6-0156/2007) de Diana Wallis, en nombre de la Comisión de Peticiones, sobre las consecuencias para la salud pública del accidente aéreo ocurrido en Thule en 1968 (Petición 720/2002) [2006/2012(INI)].

 
  
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  Diana Wallis (ALDE), ponente. – (EN) Señora Presidenta, señor Comisario, este informe casa muy bien con el debate anterior sobre la naturaleza general del Tratado Euratom, su pasado, presente y futuro. Se trata de un caso real, concreto e individual que pone claramente de relieve por qué este Tratado debe examinarse para garantizar la seguridad futura de los ciudadanos europeos en caso de accidente nuclear.

Este accidente nuclear y sus tristes secuelas para algunos individuos tienen amplias implicaciones para la salud y la seguridad de todos nuestros ciudadanos. Es, por supuesto, la fuerza de nuestro sistema de peticiones el que permite a los individuos llamarnos la atención sobre hechos como este, cuando las instituciones europeas o el marco legal no los han apoyado como ellos habían deseado o esperado. Nuestros ciudadanos nos dicen que el Tratado Euratom no funciona, así que debemos escucharles.

Permítanme retrotraerles a una noche ártica de enero de 1968, todavía en la era de la Guerra Fría; en efecto, los hechos de esta historia suenan como una historia de suspense internacional. Un bombardero estadounidense B-52 tiene problemas, la tripulación salta en paracaídas para salvarse y el avión se estrella en Groenlandia con una enorme cantidad de plutonio de uso militar a bordo. Algunos residentes de Groenlandia que trabajan en la base estadounidense de Thule parten inmediatamente sobre el hielo con trineos tirados por huskys para llegar al avión siniestrado; los estadounidenses están desesperados por llegar antes que nadie. Durante las semanas siguientes, muchos trabajadores de Thule participaron en la limpieza. No trabajaron en condiciones de laboratorio. No se pusieron ropa de seguridad, excepto contra el frío; de hecho, la ropa que muchos de ellos llevaban puesta estaba tan contaminada por la radiación que tuvo que ser destruida. Con los meses y los años, los trabajadores de Thule empezaron a sufrir todo tipo de terribles consecuencias para su salud. El señor Carswell, el peticionario en este caso, fue uno de ellos.

Es una larga historia que ha pasado por todos los tribunales daneses y ha sido objeto de muchos informes, debates y discusiones. Lo que nos ocupa es un aspecto muy concreto de la saga, a saber, los derechos de los trabajadores de Thule con arreglo a la Directiva del Consejo 96/29/Euratom, de 13 de mayo de 1996, por la que se establecen las normas básicas relativas a la protección sanitaria de los trabajadores y de la población contra los riesgos que resultan de las radiaciones ionizantes. Se han esgrimido todo tipo de argumentos jurídicos contra los peticionarios y no pretendo comentarlos aquí en detalle, simplemente quiero decir que aparecen expuestos y tratados en profundidad en el informe: la cuestión de la aplicación temporal y geográfica del Tratado a Groenlandia y la cuestión de la aplicación a accidentes militares. No fue un accidente militar en lo que respecta al Estado miembro implicado. El elemento militar es de un país tercero, por eso nosotros, siguiendo los pasos del TJCE, argumentamos que la Directiva es, en efecto, aplicable.

Pero esto no es solo un argumento jurídico; es sobre todo un argumento político, un argumento que podría incluso ampararse en el Convenio Europeo de Derechos Humanos en relación con la obligación de un Estado de tomar las medidas oportunas para salvaguardar las vidas de quienes se hallan dentro de su jurisdicción. Sin embargo, lo que tenemos absolutamente claro es que existe un derecho conforme a la Directiva sobre controles médicos de los supervivientes, vigilancia adecuada y medidas de intervención, no únicamente ejercicios estadísticos como se han realizado hasta la fecha, sino controles clínicos y médicos adecuados que beneficien no solo a los supervivientes, sino también la salud y la seguridad de todos los ciudadanos europeos en caso de producirse este tipo de accidentes en el futuro. Si no se permite esto, quiere decir que el Tratado no funciona y por esto es preciso revisarlo con atención.

Me temo que debo instar a los colegas a rechazar las enmiendas. Son confusas o hacen referencia a sucesos inconcretos no mencionados en la petición, o bien intentan socavar la argumentación del informe. Por tanto, en nombre de los supervivientes de Thule, y con la esperanza trabajar en el sobre la revisión del Tratado, les pido su apoyo al informe sin enmiendas.

 
  
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  Andris Piebalgs, miembro de la Comisión. (EN) Señora Presidenta, en primer lugar quiero agradecer a la ponente su trabajo sobre esta petición tan importante. La Comisión se siente plenamente solidaria con los peticionarios que han sufrido unos momentos muy difíciles después de su participación en las operaciones de rescate tras el accidente aéreo de 1968. Al mismo tiempo, diría que durante los cinco últimos años la Comisión ha seguido este caso muy de cerca. Lo ha estudiado cuidadosamente desde el punto de vista jurídico y ha cooperado con la Comisión de Peticiones y con su ponente.

La Comisión llegó a la conclusión de que las reclamaciones presentadas por los peticionarios en este caso no pueden basarse en el Derecho comunitario, sino únicamente en la legislación nacional danesa frente a la administración y los tribunales de Dinamarca. A la vista de estos elementos, este caso demanda una solución política, más que jurídica. Creo que la resolución propuesta del Parlamento Europeo podría ser uno de los elementos para impulsar tal solución política.

Para asegurar que la legislación de Euratom cubra futuras situaciones como la que originó la petición, la Comisión examinará la posibilidad de hacer las previsiones pertinentes sobre la aplicación de los requisitos de protección frente a las radiaciones en situaciones provocadas por aplicaciones militares. La inclusión de tal disposición podría emprenderse en el marco de la futura revisión y refundición de la Directiva 96/29/Euratom, por la que se establecen las normas básicas relativas a la protección sanitaria de los trabajadores y de la población contra los riesgos que resultan de las radiaciones ionizantes. Sin embargo, la compatibilidad de tal disposición con la jurisprudencia debe examinarse en detalle.

 
  
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  Michael Cashman, en nombre del Grupo del PSE. – (EN) Señora Presidenta, no leeré mis notas. Diré lo que siento, no lo que debería decir.

El Comisario ofrece su solidaridad, pero no necesitamos solidaridad. Lo que hace falta es el respeto de derechos fundamentales, que son un factor crítico en este caso; el derecho de acceso a la información para estar completamente seguro de que lo que a uno le ha pasado no pone en peligro su vida.

Lo más fácil sería atacar al Gobierno de uno de los Estados miembros. Yo no quiero hacerlo. Yo quiero lograr una solución en nombre de los peticionarios.

Comisario, usted habla de una solución política. Bueno, deseo informarle de que esta es una institución política, razón por la cual nos estamos dirigiendo a la Comisión Europea para que nos ayude a llegar a esa solución.

La solución no vendrá a través de la solidaridad, sino de la voluntad de pedir al Gobierno danés, bajo los auspicios de la buena y leal cooperación consagrada en los Tratados de Maastricht y Ámsterdam, que atienda la petición de información de los peticionarios y trabajadores que se juntaron y procedieron a la limpieza después de esta tragedia. Por ello, no se sientan solidarios con ellos, sino préstenles el peso y apoyo político de la Comisión y pregunten al Estado miembro si va a facilitar información que es esencial para estas personas a fin de asegurar que no están en riesgo y que sus vidas están seguras y en buenas manos. Esto es todo lo que pedimos.

Ya no entretendré más a esta Cámara. Estoy cansado de la respuesta de la Comisión de que «esto no tiene nada que ver con nosotros». Es la forma más sencilla de reforzar el euroescepticismo que está creciendo en la UE y que, lamentablemente, prevalece en Dinamarca.

 
  
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  Marios Matsakis, en nombre del Grupo ALDE. – (EN) Señora Presidenta, este es un informe único sobre una petición única y la señora Wallis lo ha tratado de modo excelente. Dejando las cuestiones jurídicas a un lado, la petición en que se basa el informe plantea algunos puntos importantes. Mencionaré brevemente tres de ellos.

Punto uno. Incluso con las mayores precauciones de seguridad, un accidente con armas nucleares siempre es posible. En cierto modo, el accidente del B-52 estadounidense en Groenlandia tuvo mucha suerte. Imaginemos los efectos si se hubiese producido en una zona densamente poblada, por ejemplo cerca de una base estadounidense en Europa Central. Por lo tanto, quien afirme que las armas nucleares son absolutamente seguras en tiempos de paz no dice toda la verdad.

Punto dos. Después de un accidente nuclear deberían ponerse en marcha de inmediato planes bien elaborados que minimizaran los efectos a corto y a largo plazo sobre la salud humana y el medio ambiente. Parece que las autoridades correspondientes, en este caso las fuerzas aéreas estadounidenses y el Gobierno danés, estaban mal preparadas y no afrontaron el problema convenientemente, en particular por lo que respecta a la protección del personal civil y un servicio de vigilancia y control sanitario a largo plazo. Esta carencia ha provocado numerosas muertes prematuras a causa del cáncer, en casos en los que una detección precoz habría comportado muchas más probabilidades de supervivencia. Por lo tanto, quien afirme que las autoridades competentes pueden hacer frente de forma óptima a las secuelas de un accidente con armas nucleares tampoco dice toda la verdad.

Punto tres. Después de un accidente con armas nucleares, uno espera que el Gobierno implicado haga gala de un espíritu de transparencia y cooperación al tratar con la población afectada. Ese no fue el caso en el accidente de Groenlandia, dado que el Gobierno danés se negó a permitir el acceso a los registros de radiación ambiental correspondientes, necesarios para calcular las dosis de radiación recibidas por los trabajadores afectados. Asimismo, la información facilitada por las autoridades danesas era peligrosamente engañosa. Por lo tanto, ni siquiera los informes científicos publicados por los Gobiernos tras un accidente con armas nucleares son de confianza.

Así pues, el mensaje general es claro. Las armas nucleares pueden provocar muerte y sufrimiento incluso en tiempos de paz, por lo que la mejor forma de encargarse de ellas es no tener ninguna. Después de escuchar al Comisario, mi observación final sería que los demandantes que han soportado años de sufrimiento y lucha solamente pueden esperar, por lo que se ve, mucha solidaridad de la Unión Europea, pero ninguna ayuda práctica.

 
  
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  Marcin Libicki, en nombre del Grupo (UEN). – (PL) Señora Presidenta, quiero comenzar dando las gracias a Diana Wallis por su excelente informe, como es habitual en ella, y me complace decir que esta Cámara tiene una ponente que siempre presenta informes muy detallados, en particular desde el punto de vista jurídico, lo que es muy importante.

En 1968 un avión estadounidense se estrelló con armas nucleares a bordo. La persona que envió una petición a nuestra Comisión sufrió problemas de salud y cree que no le indemnizaron de forma adecuada.

La Comisión volvió a ser el último recurso para un gran número de personas que no tenían adónde ir para reclamar justicia. Esto dio lugar a un aspecto jurídico interesante que la señora Wallis abordó de forma excelente. El accidente ocurrió en 1968, Dinamarca y Groenlandia se adhirieron a la Unión Europea en 1973, y en 1985 Groenlandia abandonó la Unión Europea, mientras que la Directiva que establecía normas de seguridad básicas en caso de accidentes como ese (es decir, la Directiva del Consejo 96/29/EURATOM) data del 13 de mayo de 1996. Aunque por las fechas parece que el autor de la petición no tenía ninguna posibilidad de pedir justicia, Diana Wallis ha demostrado que, según los precedentes del TJCE, las nuevas disposiciones de la legislación comunitaria son fundamentalmente aplicables al resultado futuro de acontecimientos que sucedieron antes de que los instrumentos legislativos entraran en vigor, como la retirada de Groenlandia de la Unión Europea.

Si los Estados aplicaran las directivas relevantes, la Comisión de Peticiones tendría menos problemas que abordar. Quiero recordar tres casos: el caso Lloyds, el caso Equitable Life y la cuestión de los abusos de la planificación municipal en España, que llegaron aquí sencillamente porque las directivas relevantes no se aplican de forma correcta en los países en cuestión. Las partes perjudicadas tienen derecho a que se les compense por el daño que se les ha causado, y todos tenemos derecho a la seguridad en el futuro.

 
  
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  Margrete Auken, en nombre del Grupo Verts/ALE. (DA) Señora Presidenta, esta es una situación deprimente. Es absurdo y desde luego injustificable que las armas nucleares circularan de forma tan negligente durante la Guerra Fría. Esto es lo verdaderamente escandaloso del caso de Thule. Aunque es inaceptable tratar las armas nucleares con tanto descuido, no hay razón para que declaremos algo que ha demostrado ser mentira. No tenemos documentación que indique que cualquiera de los trabajadores Thule muriera debido a la radiación. Tampoco podemos afirmar que no se llevaron a cabo las revisiones médicas pertinentes. De hecho, sí que se realizaron, y los resultados demuestran lo contrario de lo que el peticionario, y ahora también el informe, afirman. Esto debemos respetarlo.

Las enmiendas del Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea están concebidas para eliminar los errores y las afirmaciones gratuitas. Dicho esto, estamos de acuerdo con la señora Wallis en que Dinamarca no puede soslayar el hecho de que la UE tiene competencias en esta cuestión. Lo que sucedió con el B-52 no es la única actividad nuclear que ha contaminado la zona de Thule. Tenemos que examinar todos los aspectos, y la UE debería asegurarse de que se lleven a cabo las investigaciones respectivas. Pero si queremos que el informe sirva para algo, no debe contener errores de hecho. Si aprobamos un informe con errores, lo único que haremos es dañar nuestra propia credibilidad. No tengo ningún interés en defender al Gobierno danés en esta cuestión. Al contrario. Se ha portado mal con la señora Wallis y ha tardado demasiado tiempo en presentar los resultados de las investigaciones al Parlamento. Sin embargo, esperamos que el informe se apruebe para que sea lo suficientemente práctico y eficaz para influir en los acontecimientos y no se deje de lado por no haber respetado los hechos reales.

 
  
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  Søren Bo Søndergaard, en nombre del Grupo GUE/NGL. (DA) Señora Presidenta, el accidente aéreo del 21 de enero de 1968 en el noroeste de Groenlandia provocó no solo llamas de 850 metros de altura, sino también contaminación radioactiva. Las autoridades danesas querían que la cuestión se mantuviera en secreto. Sabían que su aceptación tácita del avión estadounidense equipado con armas nucleares en el espacio aéreo de Groenlandia era impopular entre las poblaciones tanto de Dinamarca como de Groenlandia. Por eso pasaron 18 años antes de que las autoridades comenzaran a interesarse por la salud de los groenlandeses afectados y de los trabajadores civiles implicados en la operación de limpieza. Incluso hoy, las personas implicadas no saben lo que les ocurrió realmente. Esto es en parte debido a que los sucesivos Gobiernos daneses se han negado a cumplir las disposiciones del Tratado Euratom, que sin embargo firmaron.

En opinión del Grupo Confederal de la Izquierda Unida Europea/Izquierda Verde Nórdica este es el punto crucial en la propuesta de la señora Wallis. Podemos apoyar las primeras cuatro enmiendas de las cinco que ha presentado el Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea, pero en cualquier caso votaremos a favor de la propuesta en al votación final.

 
  
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  Jens-Peter Bonde, en nombre del Grupo IND/DEM. (DA) Señora Presidenta, por primera vez en 28 años, mañana votaré a favor de una crítica al Gobierno de mi país. Me avergüenza la manera en que se comportaron con los pocos centenares de supervivientes del accidente nuclear estadounidense en Groenlandia en 1968. Para ocultar el hecho de que este accidente era nuclear, las autoridades no les ofrecieron protección personal cuando los enviaron a limpiar el lugar. Desde entonces, muchos han muerto de cáncer, mientras que hay animales que han nacido con defectos que probablemente pueden atribuirse al accidente. El señor Carswell ha planteado esta cuestión en la Comisión de Peticiones. Él mismo ha estado en el hospital 50 veces debido a los efectos del accidente. La señora Wallis ha estado realizando un trabajo detallado para la comisión durante los últimos tres años, con audiencias y visitas, y ahora viene la señora Auken a esta sesión en que vamos a votar y quiere que todo el trabajo vuelva a empezar desde cero. La cuestión es muy sencilla y no se trata de la presencia o no de radiación. Se trata de que, de conformidad con el Tratado Euratom, los supervivientes tienen derecho a chequeos médicos anuales, independientemente de si su salud está muy afectada o no, y tienen derecho a acceder a sus informes médicos. Ahora Dinamarca debe cumplir estos requisitos.

Quiero dar las gracias a la señora Wallis y a la comisión por el trabajo responsable que han realizado sobre esta cuestión. Yo mismo he participado en todas las reuniones, y si la señora Auken hubiera demostrado su interés cuando se debatió la cuestión, no habría presentado enmiendas en el último minuto. Imaginen que todos los demás informes del Parlamento tuvieran que debatirse de nuevo porque la señora Auken no había participado en la lectura en comisión. Les insto a que mañana voten a favor del informe sin enmiendas de último minuto.

Ahora la Comisión dice que necesitamos una solución política. Algunos de nosotros hemos intentado conseguir tal solución. He enviado cartas al Primer Ministro para aclarar esta cuestión políticamente. Se ha mostrado comprensivo, pero no ha encontrado ninguna solución porque la burocracia no quiere ceder en este asunto. Así pues, es muy positivo que los ciudadanos tengan acceso a la Comisión de Peticiones, a la que pueden acudir cuando los funcionarios no están dispuestos a escucharlos.

 
  
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  Andris Piebalgs, miembro de la Comisión. (EN) Señora Presidenta, Señorías, el respeto de los derechos podría basarse en la legislación. La Comisión ha analizado esto detenidamente. Lo siento, pero no puedo añadir nada más, ni siquiera tras este debate tan profesional.

Al mismo tiempo, también puedo decir que el informe será un documento de referencia para las futuras acciones comunitarias en este ámbito.

 
  
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  La Presidenta. – El debate queda cerrado.

La votación tendrá lugar mañana jueves.

 
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