El Presidente. De conformidad con el orden del día se procede al debate la declaración del Consejo y la Comisión relativa a Estonia.
Benita Ferrero-Waldner, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, celebro este debate sobre la reciente disputa entre Rusia y Estonia. Permítanme señalar de entrada que no se trata de un asunto de derechos humanos. El traslado de la estatua de bronce del soldado en Tallin y la exhumación de los restos de los soldados se llevaron a cabo respetando plenamente las obligaciones internacionales de Estonia, especialmente la Convención de Ginebra sobre las tumbas de guerra. Sin embargo, soy consciente de la delicadeza de este asunto, que tiene que ver con la interpretación de la historia.
Aunque en Rusia ha habido inquietud al respecto, en la última cumbre dejamos claro que esa inquietud debería abordarse a través del diálogo y no de una «diplomacia de megáfono». Lamentamos que las manifestaciones que tuvieron lugar en Estonia acabaran en saqueos y desórdenes públicos. Existe el derecho a manifestarse, que emana claramente de la libertad de expresión. Sin embargo, es inaceptable que condujera al asedio a la Embajada estonia en Moscú. Hemos expresado con claridad nuestros puntos de vista al respecto e inmediatamente se iniciaron gestiones en Moscú para recordar a Rusia sus obligaciones conforme a las Convenciones de Viena.
Nos preocupan los ataques cibernéticos contra los sitios oficiales estonios de Internet. Deben investigarse como es debido y los autores han de responder ante la justicia. Recordamos a Rusia nuestro compromiso común de cooperar en la lucha contra el cibercrimen en el contexto del Espacio Común de Libertad, Seguridad y Justicia y en virtud de la adhesión a la Convención del Consejo de Europa contra el Crimen Cibernético. Hoy la Comisión ha aprobado una Comunicación sobre los crímenes cibernéticos y sin duda nos esforzaremos por aplicarla.
También seguimos de cerca la situación del comercio entre Rusia y Estonia. En Rusia ha habido llamamientos al boicot comercial a los productos y servicios estonios y a la restricción de las operaciones de transporte. En un punto se impusieron restricciones a los camiones que cruzan el puente sobre el Río Narva y se redujeron los suministros de petróleo a través de Estonia. Nuestros últimos datos dicen que hoy se han celebrado conversaciones de expertos en relación con el puente y que se han reanudado los suministros a través de Estonia. Seguiremos de cerca la situación.
Espero que esta cuestión ya haya pasado el clímax y que las emociones se calmen. Lo hablamos en la cumbre UE-Rusia en Samara y también se planteó en la conferencia de prensa. El Presidente Putin incluso reconoció que por parte rusa podría haber habido alguna reacción exagerada y que lamentaba que el Embajador estonio hubiera tenido que abandonar Moscú. Yo comparto plenamente la petición de la Presidencia de un «diálogo desapasionado sobre la cuestión», abordando los problemas «con espíritu de entendimiento y respeto mutuo».
La cumbre de Samara se celebró en un momento crítico de las relaciones entre la Unión Europea y Rusia. Las conversaciones fueron abiertas y francas y los informes de los medios, por supuesto, han destacado los desacuerdos entre nosotros. Me parece muy importante el hecho de haber mantenido estas conversaciones sinceras: debemos hablar entre nosotros porque Rusia es un socio estratégico y un vecino importante. Al mismo tiempo, nosotros también tenemos que hablarles con franqueza.
La Unión Europea insistió mucho, como sabe en particular el señor Barroso, en la importancia de respetar la democracia y los derechos humanos, especialmente en la antesala de las elecciones. La detención de Garry Kaspárov en el aeropuerto de Moscú, impidiéndole asistir a la manifestación de Samara con motivo de la cumbre, fue especialmente lamentable y su objetivo era muy claro.
Sin embargo, permítanme recalcar que también hay una serie de cuestiones positivas que destacan de la cumbre. Yo diría que la imagen proyectada por la cumbre es ambivalente.
En primer lugar, sobre todo, a Rusia le quedó claro lo importante que es para nosotros la solidaridad dentro de la UE en nuestras relaciones con Rusia. En segundo lugar, la cumbre confirmó que la UE y Rusia están de acuerdo con respecto a la necesidad implícita de construir una futura cooperación estratégica entre la UE y Rusia. En tercer lugar, tanto la UE como Rusia reconocen que nuestros vínculos económicos y comerciales en particular son más amplios e intensos que nunca. De hecho, Rusia es nuestro tercer socio comercial y nosotros somos su principal socio comercial. Colaboramos para que Rusia entre en la OMC este año, que también será el año de la firma del acuerdo de sobrevuelo de Siberia, con toda probabilidad en noviembre. En cuarto lugar, la cumbre también ha reflejado que a pesar de nuestras dificultades, la cooperación va avanzando en varios ámbitos que abarcan los plantes de trabajo relativos a los cuatro espacios comunes acordados en 2005. Por ejemplo, el acuerdo sobre la facilitación de visados y readmisión entrará en vigor el 1 de junio de 2007.
En el ámbito de la educación tenemos el centro de estudios europeo en Moscú, donde cientos de alumnos estudian Derecho europeo. Europa ejerce una gran atracción sobre los estudiantes. Hay cuestiones, como el sistema de alerta rápida con respecto a la energía, con las que Rusia en principio estaba de acuerdo y que ahora tenemos que abordar, y, por último, una especie de diálogo sobre el clima inversionista y las inversiones en general.
Por tanto, tal y como he dicho, no me parece que la imagen sea en blanco y negro: hay una amplia gama de colores diferentes, desde matices cálidos hasta fríos.
(Aplausos)
Tunne Kelam, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (EN) Señor Presidente, estoy totalmente de acuerdo con la declaración de la Comisaria de que no debemos ver la imagen en blanco y negro, pero por desgracia la situación en blanco y negro nos vino impuesta y a nosotros y a un Estado miembro por su gran vecino.
Sin embargo, quiero felicitar a la Comisión y a la Presidencia por su convincente demostración de solidaridad en Samara. Creo que habría que calificar de mensaje crucial la franca declaración del Presidente de la Comisión al Presidente ruso de que Estonia o Polonia son miembros de la Unión tan importantes como Portugal o Alemania. Creo que lo más importante en la situación actual es que nuestros interlocutores entiendan lo que significa la solidaridad para la Unión, una solidaridad basada en valores comunes.
Tal y como se formula en la propuesta de resolución sobre Estonia, entendemos que los ataques contra uno de los Estados miembros más pequeños ponen a prueba la solidaridad del conjunto de la UE, y todos los principales Grupos políticos han aceptado el texto de la propuesta de resolución conjunta sobre Estonia.
Creo que hay algunas cuestiones que tendrán que abordar ustedes colectivamente en el futuro. Es inaceptable interferir brutalmente en los asuntos internos de cualquier Estado, sobre todo de un Estado pequeño. Existe una diferencia crucial entre dos antiguos Estados totalitarios. La nueva Alemania democrática tiene por principio fundamental de su política exterior que nunca amenazará a ninguno de sus vecinos, lo que propició en gran medida un cambio positivo en la Europa de posguerra. Creo que debemos actuar juntos para ayudar a Rusia a adoptar una posición similar con respecto a sus actos imperialistas del pasado y ayudarle a llegar a conclusiones parecidas.
Jan Marinus Wiersma , en nombre del Grupo del PSE. – (NL) Señor Presidente, quisiera hacer dos observaciones iniciales. Estoy totalmente de acuerdo con la Comisaria cuando habla de una asociación estratégica y el valor que tiene, y cuando afirma que debemos mantener el diálogo con Rusia y ver qué podemos sacar de ahí partiendo de nuestros propios principios y valores.
En segundo lugar, yo soy neerlandés. No nací en Europa Oriental. Crecí en libertad y siempre he vivido en libertad. Para mí, como representante de lo que podemos llamar un antiguo Estado miembro, es extremadamente importante comentar lo que ha pasado con Estonia y cómo la ha tratado Rusia.
También es importante señalar que las cosas del pasado son siempre temas sensibles, para nosotros tanto como para cualquiera. Hay que ser cautelosos. Yo, como historiador, sé lo peligroso que es insuflar demasiada historia en la política. Aunque siempre aconsejo ejercer un cierto nivel de autocontrol, mi Grupo ya ha expresado su solidaridad con Estonia, y esta ha de ser la base de la actitud europea en el conflicto que ha surgido entre Estonia y Rusia.
El Presidente de la Comisión, el señor Barroso, dejó muy claro en Samara que este conflicto afecta no solo a Rusia, sino también a toda la Unión Europea. La Unión no ha intentado restarle importancia, y la reacción de Rusia ha sido inapropiada e inaceptable. Algunos Gobiernos y parlamentarios europeos han intentado interferir en los asuntos internos de un Estado miembro de la UE, lo cual no es de recibo.
Por otro lado está el hecho de que las autoridades rusas no hayan hecho nada por proteger el funcionamiento de la embajada estonia en Moscú, a raíz de lo cual puede decirse que el conflicto derivó en una crisis diplomática. A mi modo de ver (y así se ha expresado también en la resolución), las autoridades rusas, pero quizá también nosotros, deberían cambiar la retórica hostil por un intento de contribuir al diálogo, sobre todo entre las comunidades de los países en cuestión: Estonia y Letonia, y no sacar las cosas de quicio, porque este mismo diálogo también es necesario para generar relaciones dentro de los países que se ajustan a los valores europeos.
Espero que el mensaje de diálogo, de hablar del futuro y no solo del pasado, también se abra camino en Moscú.
Toomas Savi, en nombre del Grupo ALDE. – (ET) Señor Presidente, señora Comisaria, quisiera referirme a dos aspectos de las recientes relaciones entre Estonia y Rusia: la guerra informática y la campaña de desinformación emprendida por el Presidente Putin.
En primer lugar, después de todas las declaraciones de apoyo que ha recibido Estonia, Rusia no ha dado un solo paso para frenar los constantes ataques informáticos a los canales de información y comunicación oficiales de Estonia y a las páginas web del Gobierno estonio. La agresión propagandística por Internet y por mensajes de telefonía móvil apela, entre otras cosas, a la violencia y a la resistencia armada. Los mensajes se han difundido incluso por televisión y otros medios. Estonia es un país especialmente vulnerable a los ataques informáticos, pues cuenta con un gobierno electrónico y una administración electrónica y este año ha celebrado sus primeras elecciones por vía electrónica.
Los ataques cibernéticos que sufre Estonia deberían servir de aviso para toda Europa. En pleno siglo XXI, este peligro amenaza a todos los países. Tenemos que pensar muy seriamente en cómo defendernos, y debemos hacerlo juntos. Esta es la primera guerra cibernética de la historia, y está claramente dirigida a obstaculizar el funcionamiento de un Estado soberano de la Unión Europea.
En segundo lugar, en una rueda de prensa oficial en Samara, ante representantes de la prensa de todo el mundo, el Presidente ruso dijo las siguientes palabras textuales: «Lo que sucedió en Tallin no fue una simple dispersión de los manifestantes: uno de ellos murió. Además, no se trata solo de que ocurriera un accidente. Nos preocupa algo más: nos preocupa que aquella persona no recibiera ninguna asistencia cuando resultó herida». Según Putin, Ganin murió en presencia de la policía.
Señorías, esa es una desinformación deliberada. Es cierto que el joven de veinte años Dmitri Ganin resultó mortalmente herido durante los disturbios, pero tras su muerte se inició una investigación penal y en ella se demostró que el fallecimiento no tuvo que ver con la acción policial de pacificación en Tallin. Hacia la medianoche del 27 de abril, la policía encontró a Dmitri, que había sido herido por arma blanca, y a las 12.26 horas llamó a una ambulancia para que lo recogiera. La ambulancia salió un minuto después y llegó al destino a las 12.32, es decir, cinco minutos después. Dmitri fue hospitalizado a las 12.51 horas, fue operado y murió en el hospital a las 2.00 horas. Lo repito una vez más: la ambulancia llegó cinco minutos después de ser llamada por la policía, de modo que Dmitri no murió en presencia de la policía, sino en el hospital.
Konrad Szymański, en nombre del Grupo UEN. – (PL) Señor Presidente, señora Comisaria, las recientes tensiones con Rusia acerca de la discriminación comercial contra Polonia, y las injerencias de Rusia en los asuntos internos de un país independiente como Estonia constituyen quizá la mejor muestra de los verdaderos mecanismos y fuerzas en que se sustenta la cooperación europea en política exterior.
Era nuestra obligación moral mostrar solidaridad con Estonia, pero tal solidaridad también redunda en nuestro propio interés político. Los recientes incidentes entre la Unión y Rusia significan una gran inversión en el futuro de la Unión Europea, una inversión mucho más valiosa que cualquier cambio institucional.
La Unión Europea ha dado el do de pecho con la amplitud de miras mostrada por el Presidente de la Comisión y la Presidenta del Consejo. Estoy seguro de que hablo en nombre de muchos ciudadanos de Polonia y de Europa Central cuando doy las gracias de todo corazón al señor Barroso y a la señora Merkel.
Satu Hassi, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (FI) Señor Presidente, Señorías, es importante distinguir entre la población rusa de Estonia y la política rusa. La población rusa de Estonia tiene los mismos derechos civiles y humanos que nosotros, pero los problemas y las discrepancias no dan legitimidad a Rusia para interferir en los asuntos de Estonia, como exigir la dimisión del Gobierno estonio. Nadie se cree que las autoridades de Moscú no pudieran evitar los sabotajes y la violencia contra el embajador estonio y el personal de la embajada cuando, como acaba de decir la señora Comisaria, se impidió que los activistas de la oposición llegaran a Samara para manifestarse. La polémica sobre la estatua ha sacado a la luz dos diferentes visiones de la historia. Aunque es cierto que el Ejército Rojo desempeñó un papel fundamental en la liberación de Europa del nazismo, tras la guerra ese mismo ejército se convirtió en una fuerza de ocupación en Estonia y en muchos otros países.
Los hechos han evidenciado claramente la escasa integración de la población rusa en la sociedad estonia. Es una tarea que compete al Gobierno y la sociedad de Estonia, y sé que no siempre es fácil hallar una forma constructiva de resolver los problemas. La policía tiene el deber de mantener el orden, pero las acusaciones de actuación policial desproporcionada deben ser investigadas imparcial y abiertamente. A Rusia parece costarle entender que Estonia y los demás países bálticos son ahora Estados soberanos. Tenemos que ser solidarios con Estonia. Los Estados miembros de la Unión Europea debemos ayudar a Estonia a averiguar quién o qué inició los ataques contra sus páginas web oficiales.
(Aplausos)
Eva-Britt Svensson, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (SV) Naturalmente, el Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica rechaza las desproporcionadas reacciones de Rusia y le exige que cumpla sus compromisos internacionales derivados de la Convención de Viena.
Pero, dicho esto, también queremos afirmar lo siguiente: a nadie le interesa una escalada del conflicto, que podría derivarse de ciertas actitudes o resoluciones y declaraciones simplistas. Es mejor tender puentes y el diálogo entre las partes que levantar muros y barreras. También resulta indiscutible que la discriminación y las restricciones de los derechos civiles que sufre la población rusa de Estonia son el caldo de cultivo para cualquier conflicto. La responsabilidad por el conflicto que nos ocupa también recae en el Gobierno estonio, que no respeta los derechos civiles de la población rusa. Es responsable porque, antes de la retirada del monumento, no hubo un diálogo previo con los habitantes de Tallin, y porque no se tuvo en cuenta el significado de la estatua para un gran número de personas, en recuerdo de quienes perdieron la vida en la lucha contra el nazismo y el fascismo.
Otros factores lamentables son la escalada del conflicto, en respuesta al hecho de que las autoridades estonias no permitiesen manifestaciones pacíficas, y la evolución posterior, consecuencia de la acción de la policía estonia contra los manifestantes. La decisión de retirar el monumento antinazi y los restos de los soldados que murieron en la guerra contra las tropas de Hitler ha sido considerada una provocación por todos los que creen que la lucha contra el nazismo debe ser objeto de recuerdo en el futuro. Nadie tiene derecho a reescribir la historia y las opiniones políticas no pueden impedir que haya análisis serios y un entendimiento de cómo surgen los conflictos. Solo con esos análisis y ese entendimiento podremos resolver los conflictos en el futuro.
Christopher Beazley (PPE-DE). – (EN) Señor Presidente, no puedo estar de acuerdo con la interpretación que hace la última oradora del traslado de un monumento de guerra a un cementerio militar. Me parece que es absolutamente el procedimiento adecuado. El Gobierno estonio tiene derecho a tomar esa decisión, y ha servido de pretexto, no, señora Comisaria, como ha dicho usted, para provocar una disputa entre Rusia y Estonia, sino entre Rusia y la UE. El Presidente de la Comisión, el señor Barroso, puso los puntos sobre las íes en Samara expresando nuestra solidaridad absoluta con Estonia, así como con Polonia, la República Checa y, de hecho, con mi país, cuyo embajador también ha sido molestado por la organización Nashi, un grupo con respecto al cual el Presidente Putin hace muy poco por distanciarse.
Constantemente nos dicen que debemos rebajar la tensión, una tensión que no creamos nosotros. Me pregunto si sn su respuesta, señora Comisaria, puede usted extenderse sobre las negociaciones de la OMC que ha mencionado. ¿Es posible que podamos seguir negociando la adhesión con un país que aparentemente está implicado en la interrupción de las comunicaciones electrónicas, tal y como acaba de explicar el señor Savi, con el sistema bancario, con nuestra propia seguridad? Con toda seguridad es preciso enviar un mensaje claro al Presidente Putin diciéndole que por supuesto queremos mantener esas negociaciones, pero que no podemos hacerlo hasta que cesen los ataques cibernéticos.
Andres Tarand (PSE). – (ET) Quisiera expresar mi sincera gratitud a los representantes de la Comisión y de todos los Estados miembros en esta Cámara por mostrar la solidaridad de sus países y su apoyo a Estonia.
No voy a reiterarme acerca de los acontecimientos de Tallin, ya descritos con detalle en la resolución, pero deseo subrayar la forma en que Rusia ha falseado con fines propagandísticos todo lo sucedido. Tal como ha señalado mi colega, la señora Savi, con respecto a la muerte del único joven que perdió la vida, supuestos testigos oculares difundieron a la mañana siguiente en Tallin la versión según la cual el joven había muerto frente al Teatro Dramático bajo las porras de los policías. Dado que el lugar fue mal identificado y la muerte en realidad vino de una herida de arma blanca, la versión de Moscú abandonó gradualmente la referencia a la culpa policial y el Presidente Putin denunció ante los dirigentes de la Unión Europea reunidos en Samara que la ambulancia deliberadamente no vino a asistir a la víctima. Yo mismo comprobé los hechos el domingo por la tarde, cuando hablé con el Ministro de Interior, quien me dijo que la ambulancia llegó al lugar en cinco minutos.
De este modo, la mentira ha sido rebatida dos veces en esta Cámara, pero he tenido que volver a recalcar los hechos, porque quizá mañana circulen películas espurias por este edificio. Un asunto totalmente nuevo, sin embargo, es el de la guerra informática, que tan amplia cobertura ha tenido en los medios de todo el mundo.
(El Presidente interrumpe al orador)
Georgs Andrejevs (ALDE). – (EN) Señor Presidente, quiero llamar su atención sobre los antecedentes históricos de los recientes desórdenes y manifestaciones violentas en Estonia. La Unión Europea debería entender que durante 50 años de ocupación soviética, el régimen comunista cometió múltiples crímenes contra la población de los Estados bálticos. Trasladó a cientos de miles de trabajadores migrantes a los territorios de estos Estados ocupados, anteriormente soberanos, que eran miembros de la Sociedad de Naciones, creando la seria amenaza de que los estonios y letones se convirtieran en minorías dentro de sus propios países.
Tras fortísimas presiones por parte de la comunidad internacional, incluidas las instituciones europeas, Estonia y Letonia acordaron integrar a esos cientos de miles de no nacionales en sus sociedades. Sin embargo, la integración es un proceso de doble sentido, y los últimos acontecimientos en Estonia demuestran que existen tendencias contrarias. Los sentimientos de la época soviética han sido reemplazados por un nuevo enfoque imperialista de Rusia. Especialmente alarmante es el hecho de que la generación más joven, en la que se depositaban las mayores esperanzas de integración y lealtad, ha estado en el centro de los recientes sucesos violentos en Estonia, lo que debe hacernos reflexionar.
Inese Vaidere (UEN). – (LV) Señorías, los acontecimientos en Estonia han evidenciado ciertos asuntos de importancia para Europa:
1) Rusia no ha cejado en sus planes para los países bálticos; es más: intenta aplicar el principio de «divide y vencerás».
2) Debemos recordar a Rusia la necesidad de reconocer la ocupación de los países bálticos, pues una interpretación diferente de la historia llevará inevitablemente a similares conflictos en el futuro.
3) Al igual que Finlandia en 1939, el pequeño país de Estonia no se arrodilló ante los ataques del «vecino oso», mantuvo su dignidad, triunfó y se ganó el apoyo de los países europeos.
4) Rusia solo entiende posiciones enérgicas y firmes. Las concesiones se conciben como signos de debilidad, por lo que agradezco a la Comisión y a la Canciller Merkel de Alemania, que ocupa la Presidencia, su comprensión ante los acontecimientos y su solidaridad al hablar a Rusia con una sola voz europea, y también quiero expresar mi convicción de que esta táctica nos traerá muchos éxitos en el futuro.
Tatjana Ždanoka (Verts/ALE). – (EN) Señor Presidente, he escuchado con gran atención la intervención de la Comisaria, pero no estoy de acuerdo con que se trate de una simple disputa entre Rusia y Estonia. Además, me pregunto cómo el conflicto interétnico, las relaciones entre minorías y mayorías, una de las cuestiones cruciales de lo que es un enfoque diferente de la historia, se ha convertido ahora en materia de las relaciones entre la Unión Europea y Rusia.
Represento a la minoría rusoparlante de Letonia y he dicho en numerosas ocasiones que no queremos ser rehenes de juegos geopolíticos. Por desgracia, los rusoparlantes de Estonia, al igual que los de Letonia, fueron tratado como prisioneros de la primera Guerra Fría al serles negados sus derechos ciudadanos, al serles negado su idioma como lengua oficial en los países donde eran una minoría considerable. Ahora, por desgracia, nos toca ser los rehenes de la nueva Guerra Fría y vemos que en esta Asamblea se aboga por un comportamiento muy similar al de la Guerra Fría.
No puede haber solidaridad cuando se violan los derechos humanos. Una serie de organizaciones internacionales informan ahora de violaciones de los derechos humanos durante los recientes sucesos en Estonia.
Georgios Toussas (GUE/NGL). – (EL) El conflicto entre Estonia y Rusia no es por una estatua de bronce: se trata de una insultante reinvención de la historia. Es un insulto a la memoria del millón de soldados desconocidos que dieron sus vidas en la lucha contra el fascismo.
El debate en el Parlamento Europeo durante el último período parcial de sesiones en Bruselas y la aprobación de la resolución que expresaba la solidaridad con el Gobierno estonio constituyen una política de apoyo consciente a la reescritura de la historia y a la resurrección del fascismo en los países bálticos y en otros lugares.
Hemos condenado repetidamente, con hechos por todos conocidos, que en Estonia, Letonia y Lituania, desde 1991, se ha hecho un esfuerzo metódico por rehabilitar a los colaboradores de las SS y del fascismo alemán. Al mismo tiempo, se han demolido monumentos al Ejército Rojo. En julio de 2004, el monumento al líder antifascista estonio Lembit Pärn fue derribado para erigir otro dedicado al comandante de las Waffen-SS Alfons Rebane.
En Letonia, el campo de concentración de Salaspils, donde fueron asesinados cien mil adultos y cuatro mil niños, fue rebautizado por el Gobierno con el nombre de «campo de reformación y trabajo». En Rumanía, el Primer Ministro Ion Antonescu, colaborador de la Alemania nazi, fue absuelto de sus cargos por crímenes de guerra.
Los asesinos y torturadores de las Waffen-SS reciben pensiones y son considerados libertadores en los países bálticos. El Consejo guarda silencio ante todas estas acusaciones y las preguntas de los diputados del Partido Comunista Griego al Parlamento Europeo.
Y no nos sorprende. El fascismo es consecuencia del capitalismo. No estamos de acuerdo con Putin, pero no nos explicamos que, después de matar a más de veinte millones de personas, se nos insulte y se pida el respeto a los tratados internacionales.
Por mucho que reescriban la historia, los hechos no cambian. Es una verdad histórica que el Ejército Rojo, con los comunistas, la Unión Soviética, estuvo en la vanguardia que aplastó al fascismo en Europa Oriental y Central e izó la bandera roja con la hoz y el martillo sobre el Reichstag.
Fue y sigue siendo la pesadilla permanente que siempre marcará la derrota de quienes soñaron con la soberanía mundial...
(El Presidente interrumpe al orador)
Charles Tannock (PPE-DE). – (EN) Señor Presidente, lamentablemente Rusia no despertará a la nueva realidad geopolítica de que el llamado «extranjero cercano», donde ha ejercido, durante la mayor parte del siglo pasado, el poder absoluto, desde el Cáucaso hasta Ucrania, ha pasado a la historia. Ahora los Estados bálticos también son Estados miembros orgullosos e independientes, y es correcto y oportuno que la UE y la OTAN, de las que forman parte, se solidaricen al máximo con ello cuando Rusia intenta acosar al más pequeño de ellos, Estonia, en lo que es un asunto interno soberano de esta nueva república independiente.
Muchos pueden cuestionar la sensatez política que subyace al traslado de la estatua del llamado libertador soviético. Sin embargo, por suerte, procedo de un país que no ha experimentado nunca la brutal invasión y anexión estalinistas que han sufrido estos países. Debemos saber que la mayoría de los estonios no consideran a los soviéticos libertadores, sino tiranos, que acabaron con la independencia y la libertad de las que disfrutaban en el período de entreguerras.
El traslado de la estatua y de los soldados rusos caídos se llevó a cabo de acuerdo con el Derecho internacional y de ninguna forma justifica las resoluciones de la Duma que solicitan la dimisión del Gobierno estonio; las posteriores manifestaciones violentas; los ciberataques contra el sofisticado sistema estonio de gobierno electrónico; la indignante utilización de la Nashi, una organización nacionalista radical, para asediar la Embajada de Estonia, violando las Convenciones de Viena y siguiendo una estrategia similar que la que se lanzó contra el embajador británico, Anthony Brenton, quien asistió al mitin de Kaspárov del año pasado.
Si después de la cumbre quiere tener buenas relaciones con el conjunto de la UE y negociar un nuevo Acuerdo a Asociación y Cooperación, Rusia debe saber que ha de respetar a todos los Estados miembros de la Unión Europea por igual.
Los idílicos días bilaterales del ex Canciller Schröder, a quien el Presidente Putin ha premiado generosamente con un lucrativo puesto de trabajo tras su retiro, son agua pasada. Los nuevos líderes de la UE, como Sarkozy y Merkel, van a ser mucho más duros con Rusia en el futuro.
(Aplausos)
Katrin Saks (PSE). – (ET) Señorías, gracias por su claro mensaje de que Rusia no puede tratar a Estonia como una provincia o república suya.
El soldado de bronce no fue más que un pretexto. Si no hubiera sido eso, habrían encontrado otra cosa, quizá en otra parte. Ha sido un intento de generar tensión no solo dentro de Estonia, sino en la Unión Europea; un intento de Rusia de crear inestabilidad que justifique una mayor injerencia y desvíe la atención de otros monumentos que ella misma retira.
Como antigua Ministra de Población y Asuntos Étnicos, puedo confirmar que este no era un conflicto étnico, es decir, entre estonios y rusos. Aunque en muchos aspectos tengamos diferentes puntos de vista sobre la historia y sus símbolos, les puedo asegurar que los pocos miles de jóvenes de la revuelta no representan a la minoría rusa de Estonia. Los que salieron a las calles gritaban: «Rusia, Rusia».
Estamos orgullosos de nuestros rusos, que ven Estonia como su hogar, y haremos todo lo posible por reinstaurar la paz. No podemos cambiar el pasado, y es poco probable que cambien las actitudes hacia él, pero podemos formarnos una visión común del futuro. Gran parte de la población ha adoptado actualmente la postura de «pasado diferente, futuro común».
Henrik Lax (ALDE). – (SV) Los disturbios que siguieron a la retirada del soldado de bronce en Tallin fueron un duro golpe para todos los que se han esforzado por integrar a la población rusa en la sociedad estonia y por fortalecer los lazos entre los grupos sociales del país. Estonia necesita ahora el máximo apoyo y solidaridad de la UE y sus Estados miembros para poder salir de este atolladero, conseguir la armonía entre los grupos lingüísticos y estabilizar a toda la sociedad. Estonia no ha de tolerar la presión ilegítima ni la injerencia de Rusia. Esto es importante para toda la Unión Europea.
Estonia es un país que está orgulloso de sus tradiciones y cuenta con todos los elementos necesarios para el éxito. Desde 1920, la minoría rusa gozó de una posición muy favorable en la primera constitución estonia. Sería un paso muy positivo que en Estonia se creara un canal de televisión en ruso. Hoy en día, demasiados estonios rusoparlantes reciben información parcial sobre Rusia.
Wojciech Roszkowski (UEN). – (PL) Señor Presidente, es preciso afrontar este problema con perspectiva. La reciente cumbre UE-Rusia en Samara ha conducido a un cambio de nuestra relación mutua, pues la solidaridad interna de la Unión se ha hecho visible para los nuevos Estados miembros. Hay que dar las gracias a la Presidenta del Consejo y al Presidente de la Comisión.
Puede parecer decepcionante que no se avanzara nada en las conversaciones, pero la cumbre de Samara merece una valoración positiva. El desarrollo de las relaciones entre la Unión y Rusia depende de que Rusia respete la soberanía de cada uno de los Estados miembros de la UE y abandone las tácticas que implican ejercer presión política mediante instrumentos económicos o el uso de tecnologías de la información.
Por desgracia, las autoridades rusas no han aceptado esta condición. Los ataques cibernéticos a Estonia no han cesado y prosigue el embargo a la carne polaca. El rastro de los asesinos de Alexander Litvinienko conduce hasta Moscú. Así, la Unión no puede sino mantener su presión.
No podemos comprender la Rusia contemporánea sin tener en cuenta su actitud en el pasado. Como requisito para una relación duradera y constructiva con Rusia, la Unión tiene que desarrollar una visión común del pasado. En este sentido, sería interesante crear algún tipo de «Carta de la Verdad y la Reconciliación».
Anna Ibrisagic (PPE-DE). – (SV) Creo que está perfectamente claro para todos nosotros lo que ha sucedido en Tallin desde abril. Sin embargo, no estoy segura de que todos nos demos cuenta de su relevancia. Los anteriores debates en el Parlamento sobre este asunto reflejan que no todo el mundo entiende por qué algunos han reaccionado de forma tan violenta. Yo quisiera explicarlo.
Desde el mismo momento en que fue elegido presidente, el señor Putin afirmó que haría todo lo posible por recuperar la antigua fortaleza militar de Rusia y el poder que él cree que corresponde a Rusia. Si no recuerdo mal, solo un periódico, francés, llamó la atención claramente sobre lo que estaba sucediendo. A otros medios les pasó inadvertido. Pero los que, entre nosotros, hablan ruso y tienen la experiencia de haber vivido cerca de Rusia o bajo su yugo sí que lo entendían. Lo que sí ha quedado patente a lo largo de los años es que Rusia se mueve en la dirección equivocada en materia de derechos humanos, prensa independiente y libertad política. Otto von Habsburg, una de las figuras políticas más respetadas de Europa, lo ha calificado de regreso al estalinismo. Ahora cuenta noventa y cinco años: tiene una perspectiva de las cosas y tiene memoria. Otros, en cambio, parecen haber olvidado. En el Parlamento Europeo también hay diputados que parecen haber olvidado los arduos esfuerzos de los países de Europea Oriental en su camino hacia la libertad, la independencia y la autonomía. Parecen no recordar todas las amenazas, los boicots, la injerencia en los asuntos internos de otros países y el chantaje ejercido con los bloqueos energéticos. Muchos de estos acontecimientos son realmente recientes, incluso siguen sucediendo en algunos países que podrían designarse como la nueva Europa.
Pero desde la vieja Europa algunos parecen haber olvidado la lección histórica: solo es posible preservar la paz mediante una política exterior común, mediante la solidaridad y hablando con una sola voz. Y no se trata del monumento de Tallin. No se trata de Estonia. Se trata de Europa, de su soberanía y de su independencia.
Roberts Zīle (UEN). – (LV) Señor Presidente, señora Ferrero-Waldner, antes que nada quisiera dar las gracias al señor Barroso por decir en Samara que cualquier problema que un Estado miembro tenga con Rusia, aunque sea el Estado más pequeño, es un problema de toda la UE con Rusia. Ha sido un espléndido apoyo para los Estados miembros, los nuevos Estados miembros, y especialmente para Estonia, pero también para los políticos a los que ahora se les han caído sus gafas de color de rosa en cuanto a sus relaciones con Rusia, y es fundamental comprender que seguirá habiendo intentos de demostrar que para Rusia aún existen la verdadera vieja Europa y los territorios cercanos a sus fronteras, y que estos, debido a distintas circunstancias, han pasado a formar parte temporalmente de la Unión Europea. Al mismo tiempo, la unidad de la Unión Europea sufrirá nuevas pruebas, algunas en forma de nuevas armas virtuales que pueden causar grandes daños a la sociedad moderna. Por lo tanto, la cuestión es si la Unión Europea va a esperar a que surjan nuevos problemas con alguno de los Estados miembros que pertenecieron al bloque soviético o si será capaz de exigir a Rusia que cumpla los requisitos que todo país debe cumplir si quiere ser democrático y aspira a formar parte de una sociedad. Gracias.
Ģirts Valdis Kristovskis (UEN). – (LV) Señora Ferrero-Waldner, Señorías, para Europa es primordial no solo mostrar solidaridad, sino también reconocer las verdaderas razones de los conflictos acaecidos en Estonia. Europa debe comprender inexcusablemente que en Estonia han chocado dos ideologías: la democracia occidental y el viejo totalitarismo soviético. Al reconocer esto, Europa debe rechazar sin titubeos las interpretaciones históricas de la era totalitaria de la Unión Soviética. Europa debe promover la retirada de los símbolos soviéticos que ofenden a los habitantes de las naciones esclavizadas por la URSS. Debe participar en la renovación de la verdad histórica en los países bálticos ocupados y en los demás países de Europa Oriental. Esta es una condición imprescindible para la reconciliación de los representantes de las diversas ideologías y para la futura integración en los territorios antiguamente ocupados por los soviéticos. Y es un problema que afecta a toda Europa. Quiero subrayar especialmente que el Parlamento Europeo debe ser, en adelante, un participante activo en el logro de estos objetivos de la verdad y del Estado de Derecho. Gracias.
Benita Ferrero-Waldner, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, este debate ha demostrado claramente que la palabra clave es «solidaridad». Quiero dar las gracias a una serie de diputados por sus palabras de agradecimiento.
El señor Barroso, en particular, no podía haber sido más claro en este asunto. Muchos de ustedes saben lo que ha dicho. Ha dicho que la agresión a un Estado miembro, en este caso Estonia, constituye una agresión a toda la Unión Europea. Se trata de una declaración muy firme y demuestra asimismo que si Europa habla con una sola voz, una política de divide et impera no dará ningún resultado.
Estas han sido las principales cuestiones y lecciones de esas reuniones. Estas cuestiones ocuparon buena parte del tiempo en los debates que hubo durante nuestra reunión. Hicimos hincapié una y otra vez en que somos una Unión de 27 Estados miembros y en que mantendremos la solidaridad.
En cuanto a la adhesión de la OMC, las dos partes de Samara reconocieron que nuestros vínculos económicos y comerciales son mayores y más intensos que nunca y era alentador oír a la parte rusa decir que pretenden acelerar el proceso de su ingreso en la OMC. Es alentador porque nos interesa vincular a Rusia a un sistema basado en normas donde se le puede pedir responsabilidades. Esto es muy importante.
Respecto de los ataques cibernéticos, ahora corresponde al Consejo debatir la Comunicación de la Comisión, a la que hemos añadido un párrafo específico sobre el terrorismo cibernético. Veo que en general en esta Asamblea se acepta la importancia que tiene que nos basemos en esta cuestión de la solidaridad.
(Aplausos)
El Presidente. He recibido cuatro propuestas de resolución.