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Procedimiento : 2006/2240(INI)
Ciclo de vida en sesión
Ciclo relativo al documento : A6-0068/2007

Textos presentados :

A6-0068/2007

Debates :

PV 23/05/2007 - 4
CRE 23/05/2007 - 4

Votaciones :

PV 23/05/2007 - 5.11
CRE 23/05/2007 - 5.11
Explicaciones de voto

Textos aprobados :

P6_TA(2007)0206

Acta literal de los debates
Miércoles 23 de mayo de 2007 - Estrasburgo Edición DO

4. Trabajo digno para todos (debate)
Acta
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  El Presidente. De conformidad con el orden del día, se procede al debate del informe (A6-0068/2007) de Marie Panayotopoulos-Cassiotou, en nombre de la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales, sobre «Promover un trabajo digno para todos» (2006/2240(INI)).

 
  
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  Marie Panayotopoulos-Cassiotou (PPE-DE), ponente. – (EL) Señora Presidenta, permítame que espere un momento hasta que el Comisario haya ocupado su asiento y le ruego que no cuente este tiempo.

El concepto de un trabajo digno, entendido como un conjunto de normas y condiciones que salvaguardan el respeto de los trabajadores como seres humanos, fue introducido por la Organización Internacional del Trabajo en 2000 y se convirtió en un objetivo a escala internacional con las recomendaciones de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de las Naciones Unidas en septiembre de 2005, dentro del marco de la realización de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

En julio de 2006, el segmento de alto nivel del Comité Económico y Social de las Naciones Unidas adoptó una declaración que destacaba la prioridad de lograr un empleo productivo a jornada completa y un trabajo digno para todos.

El concepto expresado en el adjetivo «decent», de raíz latina, tiene el sentido de algo que se ofrece o a lo que se accede, lo cual supone respeto. La palabra dignidad en griego recalca la necesidad de conceder valor. En cambio, en alemán expresa plenamente el objetivo del esfuerzo a escala mundial, ya que combina la palabra «dignidad» con el adjetivo «humana».

La comunicación de la Comisión de mayo de 2006 sobre la promoción del un trabajo digno para todos sienta las bases para que la Unión Europea contribuya de forma estructurada a la aplicación de todos los objetivos de la concepción integral del trabajo humano en condiciones de libertad, igualdad, seguridad y dignidad humana.

Los cuatro pilares básicos del concepto de trabajo digno son, como sabemos, la creación de empleos que permitan desarrollar un trabajo productivo y libremente elegido, derechos garantizados, amplia protección social, salvaguarda de las condiciones de salud y seguridad, la promoción del diálogo social y la resolución pacífica de las diferencias, con una dimensión horizontal de respeto de la igualdad entre hombres y mujeres.

Cinco convenios de la Organización Internacional del Trabajo salvaguardan los derechos fundamentales en el empleo: libertad sindical, promoción de la negociación colectiva, abolición del trabajo infantil e igualdad de remuneración para hombres y mujeres. Esperamos que los demás convenios de la Organización Internacional de Trabajo que permanecen a la espera de su ratificación se firmen y se apliquen.

En la estela de la decisión del Consejo de diciembre de 2006, la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales del Parlamento Europeo aplaude los objetivos de la Comisión en su informe. Estos han de ser:

- lograr el progreso social y económico y garantizar que su difusión sea justa y beneficie a todos;

- fortalecer el espíritu empresarial adecuando el gasto a las fases cambiantes del ciclo económico;

- diseñar unas políticas de mercado laboral activas como un componente de la política económica a largo plazo;

- consolidar la capacidad institucional para la participación de los interlocutores sociales y el desarrollo del diálogo social;

- mejorar la ocupabilidad de todas las categorías de trabajadores, especialmente las mujeres, los jóvenes y los mayores, con unos sistemas educativos renovados;

- consolidar el aprendizaje permanente para que todos puedan beneficiarse del progreso en los campos de la ciencia, la tecnología y las comunicaciones, y adaptarlo a la mayor demanda de cualificaciones y pericia.

Sin duda no existe un modelo universal de políticas sociales y de reglamentación del mercado laboral. La Unión Europea está orgullosa porque, además de los grandes esfuerzos de los Estados miembros para ratificar los convenios internacionales de la OIT, es la potencia económica que presenta unas características comunes de conciencia social en todo su territorio. El modelo social europeo aspira a la productividad y al rendimiento económico en beneficio de todos, a un alto nivel de prestaciones sociales, a la protección de las condiciones de salud y seguridad, a la formación, educación y reciclaje de los trabajadores de todas las edades y categorías de trabajadores, y al diálogo social con igualdad de oportunidades para todos.

La Estrategia Europea de Empleo, las estrategias de protección y de integración sociales, los programas nacionales de reforma, la Estrategia de Lisboa revisada sobre desarrollo y empleo, que mantiene y mejora el acervo comunitario, y la estrategia europea de desarrollo sostenible son el mapa de ruta de la Unión Europea para alcanzar los objetivos de un trabajo digno.

El trabajo digno es también una cuestión de gobernanza. La aplicación de políticas efectivas centradas en el trabajo digno exige unas instituciones responsables, un compromiso político con una buena gestión del Estado, y una sociedad civil dinámica y organizada.

En lo que respecta a la Unión Europea, espero que encuentre la manera de combinar la flexibilidad del mercado y una seguridad garantizada para los trabajadores. Sin embargo, la globalización económica, la globalización de los mercados, las tecnologías, la información y el trabajo, es un fenómeno que se pretende acelerar reforzando la multipolaridad económica.

China está demostrando llevar la delantera, junto con la India y otras potencias. Al mismo tiempo, se está abriendo una brecha entre ricos y pobres, incluso en los países desarrollados e industrializados. Va siendo hora de que la Unión Europea demuestre sus valores al planeta.

En el presente informe, el Parlamento Europeo consolida la intención de la Comisión de integrar el trabajo digno en sus políticas exteriores, en cooperación con las instituciones de la ONU, las organizaciones nacionales y regionales, los interlocutores sociales y otros segmentos de la sociedad civil.

Se insta a la Comisión y a los Estados miembros que coordinen de forma más efectiva el trabajo digno en los programas de cooperación exterior y de política comercial, y ayuden a aplicar los programas nacionales de la OIT sobre trabajo digno.

Quiero dar las gracias a las tres comisiones por sus opiniones y a todos los que han contribuido a la presentación de este informe.

 
  
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  Vladimír Špidla, miembro de la Comisión. (CS) Señora Presidenta, Señorías, me gustaría dar las gracias a la señora Panayatopoulos-Cassiotou por su informe. En él han trabajado varios Grupos parlamentarios y es obvio que se trata de un informe excelente. Asimismo quisiera hacer notar que el trabajo digno es una iniciativa mundial elaborada por la Organización Internacional del Trabajo, y gracias al apoyo incondicional de la UE, se ha convertido en una verdadera iniciativa mundial aceptada cada vez por más países.

El Consejo ha dado su apoyo al concepto de trabajo digno, tema que también se ha tratado recientemente en una reunión de Ministros de Trabajo y Asuntos Sociales en el contexto del G-8. La Comisión acepta totalmente el punto de vista del Parlamento de que los elementos básicos del trabajo digno –a saber, apoyo social, cohesión social, trabajo decente y la oportunidad para las actividades de los sindicatos– deberían aplicarse en todos los contactos internacionales, ya sea en el ámbito bilateral o multilateral, y también a la hora de establecer proyectos individuales con terceros países. Esto concuerda plenamente con la agenda social de la Comisión y con las principales directrices establecidas en la comunicación antes mencionada.

Aunque el proyecto recibe un apoyo cada vez mayor, está muy claro que aún queda mucho por hacer. Creo que la prioridad es garantizar que todos los convenios de la OIT se ratifiquen en la UE. En este sentido, la Comisión utiliza los recursos de que dispone y en la actualidad estamos muy implicados en los procesos de ratificación y diálogo social asociados a los nuevos convenios para las profesiones marítimas.

Señorías, está claro que la iniciativa sobre trabajo digno tiene firmes bases éticas. Por otra parte, la iniciativa nos permitirá formular principios relativos a la globalización, de forma que podamos disfrutar de sus beneficios al tiempo que minimizamos sus inconvenientes. Por lo tanto, se trata de un proceso muy vivo y en cualquier caso la Comisión aprovechará al máximo las oportunidades que nos brinde.

 
  
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  Feleknas Uca (GUE/NGL), ponente de opinión de la Comisión de Desarrollo. (DE) Señora Presidenta, la mitad de los trabajadores del mundo tienen unos ingresos inferiores a dos dólares diarios, y la mitad de la población mundial no disfruta de ningún tipo de protección basada en la seguridad social; dos millones de personas mueren al año en accidentes laborales o de enfermedades asociadas con el trabajo, y más de 160 millones de trabajadores enferman a consecuencia de los riesgos presentes en el lugar de trabajo.

El número de personas oficialmente registradas como desempleadas es solamente la punta del iceberg. Los pobres no pueden permitirse estar sin trabajar; muchos de ellos trabajan durante horas interminables, a menudo en condiciones intolerables, con el fin de conseguir reunir al menos algunos ingresos. La Unión Europea y sus Estados miembros deberían hacer todo lo que esté su mano para hacer justicia en todos los niveles para la promoción del trabajo digno en el marco de la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Lo que hace falta es una política fiscal innovadora y justa, y en este caso me refiero a la fiscalidad de operaciones como las transacciones financieras y monetarias. Las grandes empresas que una y otra vez violan los derechos humanos y los derechos de los trabajadores deben llegar a una situación en la que cumplan los criterios de trabajo adecuado y digno, y ello debe lograrse aplicando sanciones, como excluirlas de las licitaciones públicas y las garantías de crédito a la exportación de entidades financieras internacionales, lo cual sería adecuado. Hace falta una nueva política europea de desarrollo y comercio si se quiere que las personas sean económicamente...

(La Presidenta interrumpe a la oradora)

 
  
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  Harlem Désir (PSE), ponente de opinión de la Comisión de Comercio Internacional. – (FR) Señora Presidenta, señor Comisario, Señorías, en primer lugar, quisiera dar las gracias a la ponente, la señora Panayatopoulos-Cassiotou, por el espíritu de colaboración de que ha hecho gala y por la calidad de su trabajo.

Desde la Cumbre de las Naciones Unidas de 2005 se reconoce la promoción del trabajo digno como un objetivo de toda la comunidad internacional. Con su Comunicación, la Comisión Europea comenzó a hacerse cargo de los retos que plantea esta cuestión, en particular en su dimensión internacional: me refiero a las políticas externas de la UE, relativas en particular al comercio internacional; de ahí la labor de la Comisión de Comercio Internacional.

Quisiera centrarme, pues, en este aspecto y celebrar que, a través de este informe, el Parlamento retome varias propuestas concretas presentadas por mi Grupo y recogidas en la opinión de la Comisión de Comercio Internacional, que permitirían emprender una nueva política de la UE encaminada a hacer progresar las normas sociales a escala internacional.

En primer lugar, la Unión ya condiciona actualmente la firma de acuerdos comerciales preferenciales con países en desarrollo a la ratificación de los convenios de la Organización Internacional del Trabajo. Pedimos que se vele ahora por que se sancione, suspendiendo las preferencias concedidas, a los países que violen, de forma grave y sistemática, las normas fundamentales del trabajo y, especialmente, las libertades sindicales.

En segundo lugar, todos los futuros acuerdos comerciales bilaterales y, en particular, los nuevos acuerdos de librecambio, que van a negociarse en el marco de la estrategia Europa globalizada, deben integrar cláusulas sociales sobre el respeto del trabajo digno.

En tercer lugar, no hay que dejar de lado la dimensión multilateral, ya que es el marco multilateral, el de la OMC, el que rige hoy el grueso de los intercambios comerciales. Ahora bien, la Comunicación de la Comisión no lo menciona en absoluto.

Hay que reabrir, pues, el debate en la OMC. Europa podría tomar una serie de iniciativas al respecto. Primero, proponer la creación de un comité de «Comercio y trabajo digno» en la OMC, siguiendo el modelo del comité de «Comercio y medio ambiente», que ha hecho posibles importantes progresos. Segundo, pedir la concesión de un estatuto de observador para la OIT en el seno de la OMC. Tercero, pedir que se reconozca la preeminencia de las decisiones de la Organización Internacional del Trabajo cuando esta decida solicitar sanciones comerciales contra países, como por ejemplo Birmania, que violen los derechos sindicales.

Hemos presentado una serie de propuestas concretas. Creo que nos interesa promover una forma de globalización regulada que…

(La Presidenta interrumpe al orador)

 
  
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  Philip Bushill-Matthews, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (EN) Señora Presidenta, el señor Comisario ha tenido la amabilidad de recordarnos la iniciativa mundial sobre trabajo digno que ha sido recientemente refrendada por el G-8. De hecho, en una cumbre de las Naciones Unidas celebrada en septiembre de 2005, 150 líderes mundiales acordaron que el concepto de trabajo digno de la Organización Internacional del Trabajo debería convertirse en el objetivo central de sus propias políticas nacionales. Por supuesto, en esencia esta tarea afecta a los países en los que dicho concepto no existe en realidad. Dentro de Europa existen desde hace tiempo marcos que establecen condiciones para el trabajo digno, aunque su aplicación siempre puede mejorarse.

La ponente no solo ha demostrado iniciativa personal al plantear este informe al Parlamento, sino también que un miembro de la familia política del centro-derecha no solo puede encabezar esta importante tarea, sino también concitar un importante apoyo en todo el arco parlamentario.

Dicho esto, en la comisión se han producido algunas votaciones ajustadas que han alterado el equilibrio general del informe con la introducción de nuevos puntos o apartados. Esperemos que esto cambie en la votación plenaria que tendrá lugar hoy en la Asamblea, ya sea por eliminación o modificación mediante compromisos acordados con otros Grupos políticos. Todos deberíamos de estar del mismo lado en la promoción del trabajo digno.

Por supuesto, el Parlamento no tiene poder para decir a los Estados miembros qué deben hacer en este terreno, lo cual es acertado: son los Gobiernos de los Estados miembros los que deben decidir. Sin embargo, todos estos Gobiernos estarían sin duda de acuerdo sobre la importancia de proporcionar oportunidades de aprendizaje permanente, la necesidad de tomar iniciativas para potenciar la participación de las mujeres en el mercado laboral, la necesidad de tomar todavía más iniciativas para intentar conciliar el trabajo y la vida familiar y, sobre todo, la necesidad de brindar ayuda a los países en desarrollo.

Se trata de un informe reflexivo que merece la pena divulgar ampliamente.

 
  
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  Stephen Hughes, en nombre del Grupo del PSE. – (EN) Señora Presidenta, quiero dar las gracias a la ponente por su excelente informe. Este incluye una resolución muy larga que contiene 94 apartados, pero para mí su esencia se resume en dos.

En considerando V afirma que «para reforzar la competitividad de la Unión Europea de una manera socialmente sostenible, es importante mejorar la productividad promoviendo el trabajo digno y la calidad de la vida profesional, incluidos la salud y la seguridad en el trabajo, un mejor equilibrio entre la flexibilidad y la seguridad en el empleo, la formación continua, la confianza y la participación mutuas, así como una mejor conciliación entre la vida familiar, la privada y la profesional; que la lucha contra la discriminación por razones de género y contra las restantes formas de discriminación ».

El apartado 6 demanda «una mejor movilización de las políticas interiores y exteriores de la UE sobre la promoción de la agenda del trabajo digno, especialmente en materia de desarrollo, ayuda exterior, ampliación, política de vecindad, comercio, migración y relaciones exteriores bilaterales y multilaterales».

Si estos dos párrafos se aplicasen en su totalidad, la UE habría hecho grandes progresos hacia la promoción del trabajo digno, tanto aquí como en todo el mundo.

Otros apartados importantes para mí son el 46, el 48 y el 51, que abarcan de forma amplia la necesidad de que las empresas multinacionales europeas se comporten de forma socialmente responsable en sus operaciones globales. Se basan en nuestro trabajo previo en la materia.

En varios párrafos se plantea la necesidad de que la UE utilice su poder comercial y económico como palanca para promover el trabajo digno en todo el mundo. Por ejemplo, el apartado 8 demanda la aplicación plena y adecuada del SPG Plus, de acuerdo con el debate que promovimos en la materia con el Comisario Mandelson el año pasado.

Por último, quisiera destacar el apartado 47. Este reclama el desarrollo de «una etiqueta para los productos que se fabrican respetando los principios del trabajo digno y las normas fundamentales del trabajo con exclusión específica del trabajo infantil». Permitamos a los consumidores europeos impulsar el trabajo digno en sus decisiones de compra cotidianas.

 
  
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  Ona Juknevičienė, en nombre del Grupo ALDE. – (LT) Señora Presidenta, señor Comisario, Señorías, para comenzar quisiera felicitar a la ponente, la señora Marie Panayotopoulos-Cassiotou, por haber elaborado este importantísimo documento, además de darle las gracias por su colaboración a la hora de debatir los cambios y buscar compromisos.

El tema que nos ocupa hoy es tratar de conseguir condiciones de trabajo dignas para todos, ya sea dentro o fuera de la Comunidad.

Respaldo plenamente la iniciativa de la Comisión, ya que aumentar el empleo y mejorar las condiciones de trabajo es una de las labores más importantes y no debe posponerse. Sin embargo, dado que estamos hablando de condiciones de trabajo dignas para todos, merece la pena analizar nuestras condiciones de trabajo aquí en la Comunidad.

No hace mucho, nuestra colega la baronesa Sarah Ludford y yo conversamos en Londres con algunos lituanos que vivían y trabajaban allí, y con algunos representantes sindicales y empleados de la embajada lituana.

Parece que la mayoría de los lituanos que trabajan en esa ciudad solamente pueden limitarse a soñar con unas condiciones de trabajo dignas. Las agencias de trabajo temporal con frecuencia incumplen la ley, exigiendo pagos ilegales por la búsqueda de empleo y la preparación de la documentación. Les confiscan los pasaportes y no los devuelven. La explotación es especialmente flagrante en la industria hotelera, en la que los trabajadores no reciben el salario mínimo estipulado por ley. Tras esta visita, Sarah Ludford denominó a los lituanos en Londres los esclavos del siglo XXI.

Señor Comisario, tenemos una agencia en Dublín que investiga las condiciones de trabajo y de vida. En más de una ocasión he hablado con el director de la agencia y he solicitado que se lleve a cabo una investigación. Ahora solicito, señor Comisario, que con la ayuda de esta agencia inicie usted una investigación sobre la explotación económica, social y psicológica de los inmigrantes en la Comunidad, y recomiende medidas para erradicarla.

Respaldo la postura de la ponente de que la Comisión siempre debería proporcionar al Parlamento Europeo y al Consejo todas las medidas políticas necesarias para estimular unas condiciones de trabajo dignas para la gente de la Comunidad, además de rendir cuentas sobre su efectividad.

 
  
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  Zdzislaw Zbigniew Podkański, en nombre del Grupo UEN. – (PL) Señora Presidenta, los procesos de globalización que se están produciendo en la Unión Europea y en el mundo van acompañados de tremendos cambios en la propiedad, la cultura y la sociedad.

Los distintos niveles de desarrollo económico y condiciones de vida han provocado la emigración a gran escala en busca de empleo. De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, en el mundo hay unos 192 millones de personas desempleadas y 86 millones de emigrantes, y 34 millones de ellos viven en las regiones del mundo en desarrollo.

Las personas que sufren hambre están dispuestas a abandonar sus hogares y sus familias para aceptar cualquier trabajo que puedan encontrar, y en ocasiones esto los deja a merced de delincuentes. Las cifras son impactantes: de acuerdo con la OIT, solamente en 2004, 2,54 millones de personas fueron vendidas para trabajos forzados, alrededor del 43 % de ellas con fines sexuales.

La pregunta que esto plantea es la siguiente: ¿por qué sucede esto? ¿Por qué hay tantos países, incluidos algunos de la Unión Europea, incapaces de controlar el problema?

La respuesta es sencilla: el capital es más importante que las personas, los ricos ignoran a los pobres. Esto significa que la globalización y la liberalización favorecen...

(La Presidenta interrumpe al orador)

 
  
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  Sepp Kusstatscher, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (DE) Señora Presidenta, este informe contiene un montón de buenas ideas y sugerencias positivas para el trabajo digno, y por ese motivo la señora Panayotopoulos-Cassiotou merece nuestro agradecimiento. Sin embargo, al tiempo que exigimos estas cosas, también deberíamos tener presente que en la UE hay más de 20 millones de personas sin empleo, muchas de las cuales están estigmatizadas y sufren la exclusión; tampoco debería olvidarse que cada vez son más los trabajadores que, pese a tener trabajo, no ganan un salario suficiente y que lo que se denominan «condiciones de trabajo precarias» se emplean como modo de burlar la ley laboral y fiscal, explotando especialmente a los jóvenes. Mientras sucede todo esto, la economía está en expansión y el producto interior bruto sube. Si se pretende establecer una sociedad justa sin pobreza ni exclusión, es necesario un cambio radical de paradigma y el mejor modo de conseguirlo puede encontrarse en la idea de una renta básica incondicional para todos. Recomendamos a la Comisión que junto con el Consejo analice esta idea con detenimiento.

 
  
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  Kyriacos Triantaphyllides, en nombre del Grupo GUE/NGL. (EL) Señora Presidenta, el informe de mi distinguida amiga es satisfactorio en términos generales. Dicho de otro modo, el hecho de que promueva el concepto de trabajo digno de acuerdo con la postura institucional de la Organización Internacional del Trabajo es positivo desde mi punto de vista.

Sin embargo, todavía queda mucho trabajo por hacer en lo que se refiere al concepto de trabajo digno y la aplicación de dicho concepto a todas las políticas exteriores de la Unión Europea.

Equilibrar el desarrollo económico y el desarrollo social y laboral brinda hoy una oportunidad única a la Unión. Por lo tanto, es necesaria una evaluación detallada de las tendencias del mercado laboral, no solo en el ámbito del empleo, sino también de su naturaleza y calidad; en otras palabras: empleo digno.

Por último, como Unión Europea, debemos hacer que la promoción de la igualdad de género continúe en el marco de la política a favor del trabajo digno a través de una acción general integrada y mejor coordinada para la no discriminación y la igualad.

 
  
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  Derek Roland Clark, en nombre del Grupo IND/DEM. – (EN) Señora Presidenta, todos queremos un trabajo digno, ¿no es así? Limpiar una fosa séptica, haga el tiempo que haga, con fango hasta las rodillas mientras se repara una tubería o se quita amianto en el Edificio Berlaymont es un trabajo que difícilmente resulta digno, pero alguien tiene que hacerlo, ¿o acaso los salarios generosos convierten un mal trabajo en un trabajo digno?

Por tanto, me intriga el apartado 27, que habla de crear una definición normalizada del trabajo forzoso. ¿Trabajo forzoso, aquí en la UE? ¿O se trata de una referencia a la explotación de personas trasladadas ilegalmente de un país a otro? Esto tiene que resolverse y la mejor forma de hacerlo consiste en restablecer las fronteras nacionales y controlar de forma exhaustiva a todos los que pretendan cruzarlas. En estos momentos, esto es una casa abierta desde la frontera rusa hasta la costa atlántica. No me extraña que ahora haya tráfico de personas a escala masiva y el trabajo forzoso que conlleva.

 
  
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  Cristian Stănescu, în numele grupului ITS. (RO) Consecinţele sărăciei, ale excluziunii sociale, nu numai la nivel european, dar şi la nivel global, sunt devastatoare. Un trai decent în Europa se va baza pe atenţia pe care Uniunea o va da oamenilor care nu au un loc de muncă, acţiune susţinută prin propagarea principiilor sociale şi de politică externă. Desigur, este necesară armonizarea dialogului între instituţii, iar Comisia Europeană are un rol vital în aplicarea legislaţiei şi a responsabilităţilor care-i sunt conferite. Contribuţia organizaţiilor internaţionale, documentele prezentate în preambul de către raportor sunt de mare valoare pentru aprecierea obiectivă a acestui aspect, dar nu şi suficientă, fiindcă trebuie avute în vedere şi firmele private care pot asigura locuri de muncă şi pot oferi premisele creşterii economice şi implicit o viaţă mai bună. Prioritatea raportului dezbătut astăzi la Strasbourg sper să devină şi prioritatea guvernelor naţionale, care trebuie să pună cap la cap piesele acestui puzzle şi să elaboreze strategii socio-economice puternice pentru a se crea locuri de muncă, cu respectarea strictă a drepturilor fundamentale ale cetăţenilor şi cu combaterea încălcării dreptului la muncă. În acest context amintesc hărţuirea, exploatarea şi violenţa la locul de muncă, realităţi menţionate şi în raport şi la care nu trebuie să asistăm fără să dăm o replică pe măsură. Siguranţa şi ocrotirea sănătăţii la locul de muncă sunt alte subiecte propuse atenţiei, deoarece sunt condiţii esenţiale pentru asigurarea unei munci de calitate într-o Europă modernă. Globalizarea, politicile orientate pe principii greşite, delocalizarea masivă a întreprinderilor şi transferarea lor în afara graniţelor Uniunii Europene afectează cel mai mult piaţa de muncă şi relaţiile sociale în contextul strategiei de dezvoltare durabilă. Precaritatea sistemului trebuie stopată prin încurajarea legislaţiilor naţionale în domeniu, reformarea sistemului de învăţământ în zonele rurale şi acordarea unor facilităţi...

 
  
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  Alessandro Battilocchio (NI).(IT) Señora Presidenta, Señorías, quisiera dar las gracias a la Comisión y a la ponente por haber decidido abordar una cuestión tan importante como esta. No me detendré demasiado en la necesidad de garantizar que todos los países de la Unión y, sobre todo, los nuevos Estados miembros ratifiquen cuanto antes los principales acuerdos en esta materia, ni en el deber de la UE de eliminar todo tipo de discriminación basada en el género, la religión, el origen étnico o la orientación sexual, además de todo tipo de conductas inadecuadas, como el fenómeno del acoso, que todavía prevalece, el cual puede interferir en las vidas profesionales o privadas de los trabajadores.

Principalmente me gustaría instar a que todos dejemos de ver las cosas a través del prisma de una economía a escala industrial injertada en un modelo decimonónico. Para nuestro crecimiento no podemos basarnos ni en nuestros propios recursos naturales ni en la disponibilidad de mano de obra como es el caso de China, por lo que necesitamos una verdadera revolución de pensamiento; de hecho, debemos ser conscientes de que necesitamos invertir en recursos humanos y formar a las personas, ofrecerles seguridad y oportunidades de crecimiento. Esta es la mejor solución, si no la única, para la promoción de la competitividad de la UE y para alcanzar los objetivos de Lisboa. Si en las nuevas economías como Brasil o los tigres asiáticos el reto del comercio internacional se basa en la cantidad, Europa tiene el deber y sobre todo la posibilidad de diferenciarse centrándose en la calidad, la creatividad y su patrimonio cultural, intelectual y científico, es decir, en los principales elementos de nuestra circunstancia.

El sector terciario, cuya materia son las personas, no consideradas como cuerpos, sino como cerebros, es ahora el sector dominante. Por tanto, si damos a nuestros ciudadanos la posibilidad de expresar lo mejor que puedan sus capacidades y las habilidades adquiridas durante años de estudio, entonces estaremos listos para convertirnos en un agente principal en la escena internacional, un papel que corremos el peligro de perder. El desarrollo económico debe estar al servicio de los seres humanos, no al contrario.

 
  
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  José Albino Silva Peneda (PPE-DE).(PT) Señora Presidenta, apoyo el informe de la señora Panayotopoulos-Cassiotou, a quien quisiera dar las gracias y felicitar. La cuestión de la calidad del trabajo no trata solamente sobre los derechos de los trabajadores; ese sería un punto de vista restrictivo. Es esencial que la calidad del trabajo se considere como un tema mucho más amplio, ya que, de entrada, la mayor calidad del entorno de trabajo es uno de los factores más importantes del incremento de la productividad y, a su vez, del aumento de la competitividad.

La calidad del trabajo gira en torno a contar con las políticas públicas adecuadas y el rendimiento de las empresas en distintos ámbitos, como el acceso a las tecnologías de comunicación y las infraestructuras, la educación, la formación vocacional, la formación continuada, la salud y la seguridad en el trabajo, y el acceso al mercado laboral. Desde el punto de vista de la empresa, la calidad del trabajo gira en torno del liderazgo, las perspectivas profesionales y la organización del trabajo. Me gustaría mencionar un motivo más por el que necesitamos centrarnos en esta cuestión. Para que Europa lleve a cabo gran parte de las reformas necesarias en distintos niveles con el fin de aumentar su competitividad con respecto al resto del mundo, es necesario que se produzca un cambio de comportamiento y actitud, tanto por parte de las empresas como de los trabajadores.

Cuanto mayor sea la confianza entre las partes, más fácil será aplicar las reformas. Por otra parte, cuanto más intenso sea el diálogo, mayor será el nivel de confianza y mayor la transparencia sobre cuestiones relativas a los procesos de reestructuración o cambio. Desde mi punto de vista, tal como están las cosas, los agentes políticos, económicos y sociales europeos deben aprovechar al máximo la oportunidad de intensificar el diálogo social, tanto en cada uno de los Estados miembros como a escala europea en general. Esta cuestión de la calidad del trabajo también contribuirá a materializar esta gran oportunidad.

 
  
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  Anne van Lancker (PSE). – (NL) Señor Comisario, es muy bueno que la Comisión vaya a respaldar de forma activa la estrategia sobre trabajo digno de la Organización Internacional del Trabajo.

El trabajo digno implica algo más que limitarse a respetar las normas de trabajo fundamentales de la OIT, por muy importantes que sean. También implica el derecho de las personas a un salario viable y a protección social, además de su derecho a organizarse en sindicatos.

En la actualidad, 1 500 millones de personas en el mundo no ganan lo suficiente para cubrir sus necesidades básicas, pese a que el 90 % de los países del mundo cuentan con un salario mínimo legal; sin embargo, en muchos casos, la gente que trabaja desde casa, los trabajadores del campo o las personas con contratos precarios no están incluidos en su ámbito de aplicación o no se aplica la ley. Por lo tanto, los derechos sindicales y la consulta social son cruciales para garantizar el derecho a un trabajo digno para todos.

Por ello me complace especialmente la declaración conjunta de la Confederación Europea de Sindicatos y los sindicatos estadounidenses de su intención compartida de luchar por el trabajo digno.

Europa debería centrar su política exterior en el trabajo digno, de forma que los beneficios de la globalización puedan compartirse de forma más igualitaria y pueda evitarse el dúmping social relacionado con las condiciones salariales y laborales de las economías más desarrolladas. Los acuerdos comerciales celebrados entre la Unión Europea y países como la India o Corea, que son objeto de la actual negociación, deberían respaldar el trabajo digno, y deberían retirarse las preferencias comerciales si los países incumplen sistemáticamente los derechos sociales fundamentales.

Europa también debería respaldar a sus socios en los países en desarrollo, de forma que puedan dar prioridad al trabajo digno en sus planes estratégicos nacionales o regionales y en sus acuerdos de asociación europeos.

No solo los Gobiernos, sino también las multinacionales asumen una gran responsabilidad a la hora de garantizar unas condiciones salariales y laborales dignas. Las multinacionales que tienen centrales en la Unión Europea, pero filiales y subcontratistas en otros lugares del mundo, y que sistemáticamente incumplen dichos derechos fundamentales, deberían incluirse en una lista negra y excluirse de todas las licitaciones públicas en Europa.

En este sentido, Europa puede llevar la voz de mando en las iniciativas internacionales para añadir una dimensión social a la globalización.

 
  
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  Marian Harkin (ALDE).(EN) Señora Presidenta, felicito a la ponente por este informe completo y equilibrado. Hay varias afirmaciones en el informe que han suscitado cierto debate, pero yo quiero plantear una pregunta: ¿hay algo en este informe que no deba aplicarse a un miembro de mi familia? Tanto si mis familiares viven en Irlanda como en Polonia o si son nacionales de terceros países, me gustaría que las disposiciones de este informe les fueran aplicables. Así pues, si realmente queremos fomentar el trabajo digno para todos y no solo para aquellos que, por su nacimiento, posición social o educación, pueden acceder a un trabajo digno, entonces este informe es un paso importante en la dirección correcta.

Como he dicho, este informe es equilibrado. Igual que un miembro de mi familia puede estar buscando trabajo, también puede tratarse de un pequeño empresario, una PYME que lucha por sobrevivir y, por tanto, crear trabajo digno. Este informe promueve empresas que no tratan de explotar, que no practican el dumping social y que no violan las normas laborales básicas. Sospecho que a la mayoría de nosotros nos gustaría trabajar para estas empresas o incluso dirigirlas.

Existe una tensión constante entre las demandas del mercado y el fomento de una sociedad justa y equitativa. Un grupo de trabajadores, el de los cuidadores –de hecho, el grupo de trabajadores individual más grande en Europa–, está a menudo en tierra de nadie. El mercado no los reconoce ni los recompensa, ya que no contribuyen significativamente al crecimiento del PIB. Sin embargo, son la argamasa que une nuestra sociedad. Sin este grupo de trabajadores, las estructuras societarias, tal como las conocemos, acabarían hundiéndose y entonces cabe preguntarse a quién serviría el mercado.

 
  
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  Ilda Figueiredo (GUE/NGL).(PT) El trabajo digno, que con razón fomenta la Organización Internacional del Trabajo, debe incluir la promoción de los derechos de los trabajadores en una gran variedad de áreas, como el empleo, los salarios, los contratos, la salud, la higiene, la seguridad en el trabajo, la formación profesional, la promoción, la protección social y la seguridad, los contratos colectivos, el diálogo social, y eliminar la discriminación y la desigualdad. Sin embargo, basta con observar el aumento del empleo poco estable, el trabajo mal remunerado, los millones de accidentes laborales, la pobreza entre los trabajadores, el desempleo y los nuevos ataques a los derechos de los ocupados –de los que la denominada «flexiguridad» es un buen ejemplo– para darse cuenta de las contradicciones a las que nos enfrentamos y que hacen que los trabajadores protesten y luchen. De hecho, el 30 de mayo habrá una huelga general en Portugal convocada por el sindicato CGTP.

La propia Comisión es un ejemplo de estas contradicciones, en la medida en que ha presentado esta comunicación y al mismo tiempo ha publicado un proyecto de Libro Verde sobre legislación laboral...

(La Presidenta interrumpe a la oradora)

 
  
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  Kathy Sinnott (IND/DEM).(EN) Señora Presidenta, no hay duda de que en algunos países la explotación de los trabajadores es la norma. Esto lo criticamos con razón, pero compramos, usamos, comemos y bebemos diariamente los productos del trabajo abusivo. Mientras no insistamos, este abuso seguirá adelante.

Sin embargo, el trabajo digno es una vía de doble sentido. Las condiciones de trabajo deben ser justas para el trabajador, pero este también tiene que cumplir sus tareas de forma leal y responsable. Solo cuando en los lugares de trabajo en la UE haya decencia y respeto mutuos, la UE podrá ser competitiva y socialmente sostenible. Me gustaría felicitar a la señora Panayotopoulos por su informe. Ha abarcado a todos los sectores vulnerables: trabajadores jóvenes, madres, incluso madres lactantes, trabajadores a tiempo parcial y trabajadores de edad avanzada. Incluso menciona a los trabajadores a domicilio y me gustaría pensar que esto incluye el cuidado familiar no remunerado de niños, personas con discapacidades y personas mayores de la familia.

 
  
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  Jean-Claude Martinez (ITS).(FR) Señora Presidenta, ¡trabajo para todos y además digno! ¿Pero qué es esto? Es el trabajo de jóvenes, mujeres y niños en el Reino Unido o Portugal; es el trabajo de los migrantes, de los esclavos en misiones diplomáticas, en particular en Oriente Próximo; es el trabajo de los asalariados en Francia, de los que se suicidan en el puesto de trabajo, en Renault por ejemplo; son los salarios indecentes –mil euros al mes para las cajeras, los albañiles, los obreros– que solo permiten reconstituir la fuerza de trabajo; al cabo de una vida de explotación, son las pensiones de la vergüenza: 130 euros para el cónyuge de una agricultora. Cuando cuesta diez euros tener un perro en la perrera, ni siquiera se puede jubilar a la agricultora en una perrera.

¿Cuáles son las causas? Pues bien, las causas son las nuevas formas de capitalismo planetario, que no es un capitalismo industrial, sino un capitalismo financiero, que busca una rentabilidad del 15 %. Para conseguir ese beneficio, el capitalismo de los fondos de pensiones, de los fondos especulativos, de los fondos de cobertura, ejerce tres presiones: sobre los salarios, sobre los asalariados –que emplean métodos «justo a tiempo» y están estresados, de ahí los suicidios– y sobre el número de empleados. Otra causa es la inmigración de trabajadores de América Latina y África a El Ejido, en Andalucía, en los talleres, en los restaurantes de Barcelona, en las obras. Es la globalización, en la que los trabajadores chinos a 25 céntimos de euro la hora se convierten en el modelo de trabajador internacional.

¿Qué hacer? Cuatro cosas: las luchas sociales, las luchas jurídicas, en la OIT, en la OMC, mostrando imaginación, en especial con derechos de aduana deducibles, las luchas políticas y, sobre todo, la lucidez, llamar las cosas por su nombre: el mercado desregulado es el capitalismo y la globalización, es también el capitalismo financiero planetario.

 
  
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  Jan Andersson (PSE). – (SV) Quisiera dar las gracias no solo a la ponente, sino también a la Comisión por su equilibrado informe. También quisiera dar las gracias a la Comisión por la postura que ha adoptado. La lucha a favor del trabajo digno está comenzando en la UE. En este caso no solo impulsamos la lucha contra el pluriempleo, sino también unas condiciones de trabajo dignas en la UE, con salarios suficientes y posibilidades de desarrollo profesional y de influencia en el lugar de trabajo. El hecho es que, si queremos avanzar en estos temas a escala mundial, en primer lugar debemos cumplir nosotros mismos el principio de unas condiciones de trabajo digno en casa, lo cual no estamos haciendo plenamente. También debemos trabajar de forma continuada sobre la situación en todos los Estados miembros de la UE. En el trabajo internacional contamos con los convenios de la Organización Internacional del Trabajo, que constituye una buena base sobre la que trabajar. El comercio y la apertura de fronteras son importantes, y apoyo ambos aspectos. Sin embargo, también es importante que al mismo tiempo trabajemos para conseguir unas condiciones ambientales y laborales sólidas para las personas de países más pobres que los de la UE. Lo que también está en juego en estos países es el derecho a organizar y obtener salarios y condiciones de trabajo dignos. ¿Cuál es entonces la responsabilidad de los diversos agentes? Es evidente que la UE tiene la responsabilidad como agente internacional en el comercio y en otros contextos. Los Estados miembros tienen una responsabilidad, pero las empresas también, incluida la responsabilidad social. En ocasiones se producen conflictos entre el trabajo digno y las oportunidades de crecimiento. Sin embargo, creo que ambos aspectos están asociados, ya que sin trabajo digno no conseguiremos un crecimiento sostenible a largo plazo.

 
  
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  Georgios Karatzaferis (IND/DEM).(EL) Señora Presidenta, no existen trabajos ni profesiones indignos. Ni siquiera la profesión más antigua del mundo es indigna. Sin embargo, sí existen condiciones indignas y son fruto de nuestra política.

Cuando alguien es pobre y débil recurre al trabajo indigno. Jean Valjean en Les Miserables no fue indigno por robar pan. Sin embargo, hemos generado 100 millones de Jean Valjean europeos y las empresas multinacionales explotan esta necesidad.

Algunas personas necesitan comprender que si no cambiamos la política y si sacralizamos lo que dice la banca, habrá personas que acabarán en trabajos indignos. El señor Trichet ha duplicado los tipos de interés en dos años.

Cuando una persona con un salario de 800 euros asume un préstamo puede entenderse que será incapaz de devolverlo, por lo que aceptará trabajos indignos. Somos responsables y por lo tanto debemos dar un salto adelante. Después de tantos años estamos regresando al feudalismo. Antiguamente el señor feudal tenía una reputación. Hoy tiene un banco.

 
  
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  Magda Kósáné Kovács (PSE) . – (HU) El excelente informe de la señora Panayotopoulos habla por todos nosotros. Asocia el requisito de que «debemos hablar» con afirmaciones serias, relevantes y estratégicas.

Es serio porque el informe hace una exposición responsable y experta de las diferencias sociales que aceleran el proceso de declive. En el texto se menciona en repetidas ocasiones a las mujeres, al igual que a las personas mayores, las personas que viven con una discapacidad, los inmigrantes, las minorías étnicas y las personas con escasa formación, debido a las limitaciones demográficas y a las derivadas del nuevo mercado laboral.

El informe es muy relevante, ya que recientemente en las instituciones de la Unión Europea se inició el debate sobre la reforma de la ley laboral, el diálogo social y las medidas que refuerzan la seguridad social. Podría darse el caso de que estos debates se anulasen unos a otros, pero ahora nuestra decisión podría ayudar a garantizar que después de todo avancen en la misma dirección.

Y lo que tiene que decir el informe también es estratégico, ya que sus conceptos de «trabajo digno» demuestran lo que significan o deberían significar la seguridad de empleo, la seguridad social, la cooperación, los derechos en el lugar de trabajo y la igualdad entre hombres y mujeres. Todo esto es inseparable de la estrategia para acabar con la pobreza, para eliminar la amenaza de la trampa de pobreza.

La pobreza es una marca de vergüenza en la cara de Europa, y por lo tanto no puede evitarse introducir un sistema de salarios mínimos en cada Estado miembro, aunque también en este ámbito cabe esperar que haya importantes diferencias entre los antiguos y los nuevos Estados miembros. Sin embargo, a largo plazo este acuerdo significará poner fin a los niveles de vida que estén por debajo de la dignidad humana.

 
  
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  Ole Christensen (PSE). – (DA) Señora Presidenta, cada año se producen 270 millones de accidentes laborales. Un total de 2,2 millones de empleados mueren al año debido a entornos de trabajo inseguros y se calcula que 60 millones de niños de todo el mundo realizan trabajos duros y peligrosos. En la Organización Internacional del Trabajo, en nuestros acuerdos comerciales y en nuestra ayuda al desarrollo, debemos centrarnos más en el trabajo digno. Sin embargo, también es preciso movilizar a los consumidores europeos. Los consumidores están dispuestos a luchar a favor de los derechos de los empleados. Observamos esto en el creciente interés por los productos de comercio justo, por los que los consumidores están dispuestos a pagar más si se les garantiza que se produzcan en condiciones de trabajo digno.

Los consumidores, clientes, empleados e inversores deberían tener la oportunidad de elegir o rechazar productos y proveedores basándose en si los trabajadores han tenido que arriesgar su vida o su salud en el proceso de fabricación. Una etiqueta voluntaria para los productos fabricados en entornos de trabajo digno proporcionaría a los consumidores la información necesaria si se quiere que las condiciones de trabajo digno sigan siendo de interés para consumidores y empresas. Una etiqueta de producto comunitario desarrollada en torno a los derechos fundamentales de los trabajadores establecidos por la Organización Internacional del Trabajo podría marcar la diferencia.

 
  
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  Vladimír Špidla, miembro de la Comisión. (CS) Señorías, sería muy difícil contribuir de forma adecuada a este debate en el escaso tiempo de que dispongo. Por lo tanto, quisiera tratar de centrarme solamente en la cuestión más importante. Del debate se deduce que el Parlamento está firmemente a favor de la promoción del concepto de trabajo digno para todos de tal modo que forme parte de una estrategia formulada por la Comisión. En segundo lugar, se trata de un proyecto global que se aplica en todas las condiciones y en todos los países, independientemente de su nivel de desarrollo, y que, por lo tanto, incluye a los Estados miembros de la UE.

También se ha destacado que incluso en la UE, los estándares no siempre se mantienen en algunas situaciones, especialmente en lo que se refiere al trabajo ilegal. Por lo tanto, la Comisión ha aprobado una propuesta para tomar medidas enérgicas contra los inmigrantes que trabajan de forma ilegal, y pretende elaborar una estrategia más cohesiva sobre la lucha contra el trabajo no declarado.

También quisiera decir que en la primera mitad de 2008, la Comisión dará a conocer un informe de seguimiento sobre las iniciativas de la Unión relativas al trabajo digno. La promoción de este concepto global es algo que engloba muchas áreas, lo cual se aborda de forma muy clara en el informe propuesto. Quisiera elogiar una vez más la gran calidad del informe y dar las gracias a la ponente.

 
  
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  La Presidenta. El debate queda cerrado.

La votación se celebrará hoy a las 12.00 horas.

Declaración por escrito (artículo 142 del Reglamento)

 
  
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  Tokia Saïfi (PPE-DE), por escrito. – (FR) En un momento en el que la globalización es fuente de turbulencias y de injusticia social, es necesario revalorizar las estrategias europeas que acentúan la dimensión social de la globalización. La aplicación del programa del trabajo digno forma parte de esas estrategias. En efecto, el trabajo digno puede contribuir a la lucha contra la pobreza y la exclusión social, pues permite optimizar las ventajas de la globalización reduciendo sus inconvenientes.

Es cierto que la liberalización del comercio debe contribuir a los objetivos de crecimiento, pleno empleo y reducción de la pobreza, pero, ante todo, debe basarse en la promoción del trabajo digno para todos. Además, si ha de ser un elemento constante de las políticas externas de la UE, la promoción del trabajo digno debe ser el postulado y la condición de las relaciones comerciales que la UE mantiene con terceros países. En este contexto conviene revalorizar un mecanismo garante de la promoción del trabajo digno, es decir, el sistema de preferencias generalizadas. El SPG+ es de hecho una palanca indispensable, capaz de incitar un desarrollo sostenible, la gobernanza y la promoción de derechos sociales fundamentales.

 
  
  

PRESIDENCIA DEL SR. McMILLAN-SCOTT
Vicepresidente

 
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