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Procedimiento : 2007/2557(RSP)
Ciclo de vida en sesión
Ciclo relativo al documento : B6-0201/2007

Textos presentados :

B6-0201/2007

Debates :

PV 23/05/2007 - 10
CRE 23/05/2007 - 10

Votaciones :

PV 24/05/2007 - 7.4

Textos aprobados :

P6_TA(2007)0210

Acta literal de los debates
Miércoles 23 de mayo de 2007 - Estrasburgo Edición DO

10. Situación en Nigeria (debate)
Acta
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  El Presidente. De conformidad con el orden del día, se procede a la declaración del Consejo y de la Comisión sobre la situación en Nigeria.

 
  
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  Günter Gloser, Presidente en ejercicio del Consejo. – (DE) Señora Presidenta, señora Comisaria, Señorías, la situación en Nigeria reviste gran importancia para la estabilidad de África Occidental y, en última instancia, de la de la de todo el continente.

Las pasadas elecciones en Nigeria resultaron ser muy decepcionantes; como el Consejo señaló en su declaración de 27 de abril, ha habido numerosas irregularidades y actos de violencia, hasta 200 personas resultaron muertas y muchas más heridas o intimidadas, y el Consejo espera que los responsables de estos actos de violencia rindan cuentas de sus acciones. En cualquier caso, cabe alegrarse de que en estas elecciones no haya habido indicios de conflictos religiosos o étnicos.

Las elecciones se celebraron en un marco jurídico mejorado, con importantes fondos disponibles, y todo esto llevó a pensar que las elecciones de 2007 serían mejores que las celebradas en 2003. Aunque todavía estamos esperando el informe definitivo de la misión de observación electoral de la UE, una primera valoración da pie a sospechar que las elecciones de 2007 han sido incluso peor gestionadas que las anteriores de 2003.

Los principales problemas fueron la falta de organización ejemplificada en particular en el retraso de la apertura de los colegios electorales, la falta de papeletas y la ausencia de privacidad en torno al proceso de votación. Lo que fue incluso más grave fue que, además de las irregularidades generalizadas, hubo muestras visibles de un considerable fraude electoral.

Otro problema importante con las elecciones es el hecho de que no se publicaron resultados detallados y, además, los resultados disponibles no se calcularon de forma comprensible, por lo que nos gustaría pedir a las autoridades nigerianas que publicaran los resultados con las cifras desglosadas por colegios electorales donde se emitieron los votos, porque esta es la única forma de garantizar la transparencia del sistema electoral.

Sin embargo, el Consejo halló factores alentadores positivos en los indicios de mayor independencia por parte del sistema judicial durante la campaña electoral y esperamos que esta tendencia continúe en el periodo postelectoral. Los intensos debates celebrados en los medios de comunicación privados antes y después de las elecciones también resultaron alentadores y el Consejo se ha sentido impresionado por el compromiso de los propios nigerianos con el proceso democrático y, por tanto, la participación de la sociedad civil es y seguirá siendo de gran importancia.

El Consejo ha apelado a todos los agentes políticos a que utilicen medios pacíficos y demuestren una actitud de responsabilidad recurriendo de forma coherente a los canales legales para no decepcionar al pueblo nigeriano. Esperamos que la comisión electoral independiente nacional y otros organismos se apresuren a aportar las pruebas que los tribunales electorales necesitan para completar su trabajo con la menor demora posible.

El Consejo también espera que las autoridades nigerianas muestren comprensión hacia la idea de repetir el proceso electoral en los casos en los que haya pruebas irrefutables de fraude electoral grave.

Sin embargo, no es el momento de dar la espalda a Nigeria; al contrario, la estabilidad de Nigeria y su desarrollo no solo importan a su propia gente, sino a África en su conjunto, y, si los Objetivos de Desarrollo del Milenio no se logran en Nigeria, no podremos lograrlos en el resto de África.

El futuro Gobierno de Nigeria tendrá que hacer frente a numerosos retos; un ámbito que suscita especial preocupación es la necesidad de controlar eficazmente los recursos destinados a los Estados federales y otro es la constante inseguridad en el delta del Níger.

La UE debería apoyar a Nigeria cuando afronte estos retos, intensificando sus esfuerzos por reforzar la gobernanza y la democracia responsable y fomentando el respeto de los derechos humanos en Nigeria. Debe implicarse en estos ámbitos en cooperación con Nigeria y sobre la base del consentimiento inequívoco del Gobierno del país.

Por tanto, la Presidencia seguirá vigilando los acontecimientos que se sucedan en Nigeria.

 
  
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  Benita Ferrero-Waldner, miembro de la Comisión. (EN) Señora Presidenta, como acabamos de oír, Nigeria ha celebrado recientemente elecciones importantes que determinarán la transferencia de poder de una presidente civil a otro. Invitada por las autoridades nigerianas, la Comisión envió una amplia misión de observación electoral (MOE) independiente, que funcionó muy bien y cooperó estrechamente con otros grupos de observadores internacionales y nacionales. Nombré al señor Van den Berg –que ya había participado como observador en las elecciones de 2003– observador jefe para estas elecciones y dentro de poco nos presentará su informe.

La misión concluyó que las elecciones estatales y federales de 2007 fueron no cumplieron las normas internacionales y regionales que rigen las elecciones democráticas, haciendo hincapié en la mala organización; como ya se ha mencionado, hubo falta de transparencia y de garantías, irregularidades generalizadas, indicios evidentes de fraude y privación de derechos de los votantes. Lamentablemente, se registraron al menos 200 muertes a causa de la violencia relacionada con las elecciones. Otros observadores internacionales –incluidos los enviados por la Comunidad Económica de los Estados del África Occidental (CEDEAO) y el Instituto Nacional para la Democracia de los Estados Unidos– también se mostraron muy críticos, al igual que grupos de observadores nacionales.

La Presidencia de la UE expresó su decepción por la falta de progreso en estas elecciones en relación con las de 2003, y esto lo ha reiterado ahora nuestro Presidente, en lo que respecta a las irregularidades y el alto número de víctimas. Las reacciones y los mensajes de la comunidad internacional habían sido coherentes al instar a los nigerianos descontentos con el proceso a que recurran a las disposiciones de la Constitución y en la Ley electoral, alabando la independencia demostrada por el poder judicial y el compromiso de la sociedad civil y la dedicación de los trabajadores electorales y de los votantes.

La decepción por esta oportunidad perdida está generalizada en la comunidad internacional, dado que Nigeria –una de las principales potencias de África– podría haber sentado un ejemplo de consolidación efectiva del proceso democrático, que habría tenido un gran impacto sobre el continente africano. Esto es todavía más lamentable si tenemos en cuenta que las elecciones se celebraron en un clima mejorado, en el que las libertades de reunión y expresión al menos fueron ampliamente respetadas.

Las elecciones han destacado los numerosos problemas y deficiencias del proceso democrático nigeriano y la Comisión es consciente de que es preciso abordar y superar muchos retos y recelos. A corto plazo, habría que presionar a la Comisión Electoral Nacional independiente de Nigeria para que publique un desglose completo de los resultados por colegios electorales, que es una condición básica de transparencia y habría que animar al poder judicial a que actúe con rapidez y responsabilidad ante las peticiones electorales. Si no se ofrece una solución, esto podría tener consecuencias graves para el futuro.

Aunque habrá que tener en cuenta las lecciones aprendidas en nuestras futuras relaciones con Nigeria, hay que evitar el enquistamiento de posiciones. Creo que hay que relanzar el diálogo político, pero las relaciones futuras tendrán que incluir un mayor compromiso a escala federal, estatal y comunitaria con una mayor participación de agentes de la sociedad civil y del Gobierno. La cuestión de las elecciones debe ser un elemento fundamental del diálogo político con Nigeria, basado en las recomendaciones de la misión de observación electoral. Nuestra disposición para incluir a Nigeria en un diálogo político y el compromiso de fomentar el refuerzo de los Gobiernos y la democracia en el país, en particular con la CEDEAO, queda destacada en el comunicado de prensa conjunto UE-CEDEAO de 24 de abril en la 11ª reunión ministerial UE-CEDEAO.

Aunque el principal instrumento para el diálogo político seguirán siendo los artículos 8 y 9 del Acuerdo de Asociación de Cotonú, la programación de la cooperación al desarrollo que contará con financiación del 10º Fondo Europeo de Desarrollo también representará una plataforma crucial para el diálogo y ofrecerá la oportunidad de tener en cuenta las lecciones aprendidas de las elecciones y el resultado de las negociaciones con el nuevo Gobierno, la sociedad civil y otros agentes cruciales.

 
  
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  Filip Kaczmarek, en nombre del Grupo del PPE-DE. (PL) Señora Presidenta, tanto los nigerianos como la comunidad internacional habían puesto grandes esperanzas en las elecciones de Nigeria por varios motivos.

En primer lugar, Nigeria es el país más poblado de África y, como ha dicho la señora Comisaria, un proceso democrático satisfactorio en Nigeria podría haber sido un buen ejemplo que los demás países africanos habrían querido seguir.

En segundo lugar, esas fueron las primeras elecciones nigerianas en las que un Gobierno civil iba a dar paso a otro, lo que es muy importante en un país con una larga historia de dictaduras militares.

Y en tercer lugar, en Nigeria existe una amplia libertad de expresión y el poder judicial es independiente.

Por desgracia, esas esperanzas de que fuera un ejemplo positivo se han frustrado. La resolución que estamos debatiendo es muy crítica, y con razón. Una mala organización, numerosos errores y las irregularidades de procedimiento, así como el fraude electoral, han significado que las últimas elecciones nigerianas no puedan considerarse creíbles, ni libres ni limpias.

Las elecciones no cumplieron ni la normativa internacional ni las normas regionales definidas por la CEDEAO. Peor aún, las elecciones se caracterizaron por la violencia, que provocó la muerte de al menos 200 personas. Las cuestiones sobre la relevancia de esta violencia en función del número de víctimas mortales demostraron que la mayor parte de los políticos nigerianos no eran conscientes del problema.

Es evidente que la educación para la ciudadanía a largo plazo es muy importante en el caso de Nigeria. No basta con enviar observadores electorales; debemos invertir en educación y en la creación de una sociedad civil.

En mi opinión, los nigerianos no deben verse sometidos a un chantaje basado en la amenaza de que criticar los resultados de las elecciones sería como invitar a los militares a un nuevo golpe de Estado. Esta filosofía del «mal menor» deteriora la democracia y justifica y alimenta tendencias antidemocráticas. Los 64 millones de votantes nigerianos registrados tienen derecho a que los resultados de las elecciones reflejen su verdadera voluntad, y la Unión Europea debe luchar para que así sea.

 
  
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  Margrietus van den Berg, en nombre del Grupo del PSE. (NL) Señora Presidenta, quiero decir algo en nombre del Grupo Socialista en el Parlamento Europeo, más que como jefe de la Misión de Observación Electoral, porque es un papel distinto.

La Misión de Observación Electoral de la Unión Europea ha tenido que llegar a la conclusión de que las elecciones de Nigeria no fueron creíbles. Es de lamentar, porque a pesar de la mejora del ambiente en el que se respetó la libertad de expresión y de opinión durante la campaña y a pesar del papel positivo e independiente desempeñado por los tribunales, el proceso electoral, y por lo tanto los resultados, no pueden considerarse creíbles. Como ha dicho la Comisaria, el Consejo ha confirmado que así fue.

Las elecciones nigerianas estuvieron mal organizadas y no fueron transparentes; hubo importantes irregularidades de procedimiento y claras muestras de fraude. El proceso quedó muy lejos del cumplimiento de la normativa internacional y regional para unas elecciones democráticas.

El comentario realizado por el Consejo hace un momento, es decir, el hecho de que no se publicaran los resultados ni en los colegios electorales ni en instancias superiores, y por lo tanto la ausencia total de pruebas y transparencia es, y sigue siendo, en realidad, el más grave de los problemas, porque debido a ello no se podrá probar ni refutar nada, y eso elimina toda credibilidad de los resultados electorales como tales.

Como hemos constatado, este es simplemente uno de los veredictos más duros que como misión de observación electoral hemos tenido que emitir en los diversos países. Esto ha sido especialmente doloroso porque, después de 2003, había verdaderas esperanzas entre los ciudadanos de que habría una mejora. Los ciudadanos tenían esa voluntad. Cuando muchas personas han realizado los esfuerzos necesarios y han demostrado voluntad, algo como esto les afecta de forma especialmente cruel. Si comparamos el 14 de abril con el 21 de abril: en las elecciones a gobernador del 14 de abril todavía había una gran dosis de esperanza, mientras que la situación del 21 de abril fue sencillamente desmoralizadora. Esto explica también la baja participación, a pesar de las cifras optimistas que se publicaron después.

¿Qué conclusión debemos extraer de ello en Europa? Rotundamente, que debemos seguir comprometidos, y en ello estoy de acuerdo con las conclusiones del Consejo y de la Comisión. Al fin y al cabo, estamos hablando del pueblo nigeriano, y ellos merecen un futuro mejor y unas elecciones serias.

Esto significa, pues, que en nuestras relaciones diplomáticas no podemos simular que el Gobierno que acaba de ser nombrado ha sido elegido de forma democrática. Por supuesto, es una cuestión muy peliaguda. Podríamos seguir como si nada hubiera ocurrido, a condición de mantenernos implicados y activos. El hecho de seguir como si nada hubiera ocurrido no solo afectaría a la credibilidad de las misiones de observación electoral de la Unión Europea, sino también, y con mayor alcance, a nuestros propios valores, los que defendemos cuando actuamos en el mundo y en un país como este. Por lo tanto, debemos jugar limpio y llegar a la conclusión de que en estos momentos tenemos entre manos una crisis democrática.

Esta crisis se ha puesto de manifiesto en parte ante los tribunales, a los que han recurrido varias personas que han intentado demostrar que algunas cosas simplemente no funcionan. También se ha puesto de manifiesto, y puede ponerse de manifiesto, a través de los grupos de trabajo del Senado y de la Cámara de Representantes, que están iniciando investigaciones propias e intentan presentar nuevas propuestas. Debemos esperar y ver, por supuesto, cómo ciudadanos de Nigeria presentan sus propias propuestas sobre la manera de celebrar unas elecciones creíbles.

Ya he dicho antes que no nos corresponde dilucidar esto hasta el último detalle, pero esa es la esencia y estaría bien que, en este sentido, facilitáramos nuestros recursos, preferiblemente no al Gobierno federal y al Estado, sino a los agentes de la sociedad que pueden promover así la gobernanza y la democracia.

 
  
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  Johan van Hecke, en nombre del Grupo ALDE. (NL) Señora Presidenta, por lo que veo, los análisis de las elecciones en Nigeria por parte de los observadores internacionales son sorprendentemente similares: decepción por el proceso electoral caracterizado por una mala organización, fraude a gran escala, intimidación y violencia. Esas elecciones no cumplen en absoluto los criterios internacionales. Esa es la conclusión de la Misión de Observación de la UE, dirigida por el señor Van den Berg, que ha realizado un excelente trabajo en circunstancias difíciles.

La reacción de algunos Estados miembros que habrían preferido una declaración no tan abiertamente negativa de los observadores europeos más bien me ha sorprendido, sobre todo porque los Estados miembros en cuestión insisten constantemente en la necesidad de una mayor democratización en África. Intereses diferentes provocan a veces reacciones diferentes: la historia se repite.

La Misión de Observación Electoral de la UE actúa correctamente al no dejarse inducir a adoptar una postura política. Al fin y al cabo, como ha dicho el señor Van den Berg hace un momento, ahora está en manos de la clase política y la sociedad civil de Nigeria aportar su grano de arena. La sentencia del Tribunal Superior sobre la participación del vicepresidente en las elecciones demuestra que esto no debería ser una utopía.

Ahora las irregularidades deberían presentarse ante los tribunales electorales y judiciales. Nuestro papel es más de tipo estructural. Por lo tanto, mediante el diálogo, como ha indicado la Comisaria con razón, debemos explicar que hay que crear una comisión electoral independiente que sea capaz de organizar unas elecciones verdaderamente independientes, y que el recién elegido Parlamento nigeriano pueda desempeñar un papel importante en este proceso.

En resumen, después de la evolución prometedora de países como Malí, Benin y Liberia, es realmente una vergüenza que una superpotencia regional como Nigeria haya desaprovechado una gran oportunidad.

 
  
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  Marie-Hélène Aubert, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (FR) Señora Presidenta, como todos sabemos, la evolución de Nigeria tiene una importancia crucial para el continente africano. Es uno de los países más grandes de África y, al igual que en la República Democrática del Congo, la Unión Europea se ha implicado en la organización de elecciones y en la observación de las mismas.

Dicho esto, la situación caótica y violenta que reina en Nigeria, especialmente en la región del delta, debe abrirnos los ojos ante cierto número de cuestiones evidentes y pendientes de resolución. Igual que en el Congo, el asunto de la explotación de las materias primas y del petróleo desempeña un papel sumamente importante en la desestabilización del país y en el clima de violencia y guerra civil que puede surgir allí.

Sobre este punto, creo que conviene apoyar mucho más activamente a la sociedad civil y los demócratas que luchan por obtener información y transparencia en relación con la explotación de los recursos y también quieren preservar sus recursos. La región del delta está totalmente arrasada y es presa de conflictos sangrientos, y las maniobras del ejército nigeriano en este terreno hacen a veces más mal que bien.

Me parece también que la Unión Europea debería condicionar mucho más severamente la ayuda al desarrollo a la lucha contra la corrupción, a la inclusión en el presupuesto del Estado, de forma muy clara, de las rentas petroleras y mineras, ya que es totalmente escandaloso que la población de Nigeria, que vive en un estado de gran pobreza, no vea en absoluto el beneficio de esos ingresos mineros y petroleros. Dado que el precio del barril ha aumentado, los recursos deberían ser considerables. Por tanto, es absolutamente insólito que no se aborde esta cuestión.

Por último, hace falta también un avance en materia de responsabilidad social y ambiental de las grandes empresas –Shell, en particular, está muy presente en este país, pero no es la única– y asimismo deberíamos actuar conjuntamente en estas grandes cuestiones y no solo en la cuestión de la organización de las elecciones.

 
  
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  Vittorio Agnoletto, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (IT) Señora Presidenta, Señorías, he escuchado con gran interés los informes del Consejo y de la Comisión y, como miembro de la delegación de observadores parlamentarios en las elecciones presidenciales, puedo confirmar plenamente todo lo que se ha dicho hasta ahora. Las elecciones no se llevaron a cabo en absoluto de acuerdo con la normativa internacional, dado que no se cumplieron los criterios establecidos a escala internacional, ni siquiera los de los propios Estados africanos.

Hubo incluso un retraso en la apertura de los colegios electorales, que se decidió y notificó tan solo un día antes, de manera que la mayoría de la población no lo sabía. La mayor parte de los colegios electorales cerraron antes de tiempo. El sufragio no fue secreto en absoluto, y podría seguir así indefinidamente, mencionando, por ejemplo, una comisión electoral que no era independiente más que por el nombre, pero que de hecho estaba estrechamente vinculada al Gobierno.

También quiero mencionar el clima de intimidación reinante. Se suponía que Hauwa Ibrahim, que recibió el premio Sajarov en 2005, se reuniría con nuestra delegación en un lugar público, pero pidió que se cambiara el lugar del encuentro porque no se sentía suficientemente segura.

Quisiera que el debate versara a partir de ahora sobre lo que podemos hacer en el futuro. Debemos exigir que se investiguen las irregularidades electorales, exigir la formación de una comisión electoral independiente, pedir que el Tribunal de Apelación sea verdaderamente independiente a la hora de conocer las demandas electorales y comprobarlas, y declarar que es necesario celebrar nuevas elecciones. Pero no podemos limitarnos a eso, y ya veo que en el fondo existe el riesgo de que las opciones políticas del Consejo apunten en esa dirección, de continuar como si no hubiera pasado nada. No ocultemos la razón: algunas personas podrían pensar que lo que importa es tener un Gobierno más o menos legítimo, pero en un país al que podamos seguir comprando petróleo.

La solución no puede ser esa. Quiero preguntar cuáles son las intenciones respecto al uso de algunos instrumentos que posee la Unión Europea. Por ejemplo, existe el Instrumento Europeo para la Democracia y los Derechos Humanos. ¿Podemos comprobar que el Gobierno nigeriano sigue sin implicarse en la selección y la implementación de proyectos financiados con este instrumento? Quiero preguntar a la Comisaria, como ya he hecho en otras ocasiones: ¿qué ocurre con la cláusula democrática sobre derechos, aprobada por una amplísima mayoría en este Parlamento, pero que nunca fue aceptada por la Comisión o el Consejo? Nunca se ha transformado en el poderoso instrumento que podría ser, y en este caso podría resultar muy útil para poner el comercio con Europa también en la balanza, desde el punto de vista del progreso democrático.

Finalmente está el tema del papel que Europa quiere desempeñar en relación con los acontecimientos del delta del Níger. No me parece adecuado que cada uno de los Estados deba hacer lo que pueda y estar dispuesto a pagar rescates cada vez que secuestren a alguien. Debemos pedir que empiecen las conversaciones, las relaciones y las reuniones entre el Gobierno de Nigeria y los representantes de los ciudadanos locales, ejerciendo presión no solo sobre el Gobierno, sino también sobre las grandes empresas europeas que operan en la región sin ningún respeto por los derechos humanos y los derechos ambientales.

 
  
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  Bastiaan Belder, en nombre del Grupo IND/DEM. – (NL) Señora Presidenta, Demokratie als Farce era el titular de primera página del semanario Das Parlement del 30 de abril; el Presidente del Consejo habrá observado que tengo una mentalidad bastante alemana. Encima del título aparece una gran fotografía de dos chicos nigerianos que sonríen tímidamente y muestran sus papeletas de voto. Sobran los comentarios. Las dos elecciones celebradas en abril en el país más poblado han acabado en un desastre humano y político, con más de 200 muertos, y en un fraude generalizado, aspectos sobre los cuales la presente resolución conjunta no se anda con rodeos. ¿Adónde nos dirigimos a partir de aquí en Nigeria?

Me ha sorprendido el artículo de toda una página y la entrevista con el actual presidente de Nigeria, Obasanjo, quien dice bien claramente que el futuro de Nigeria depende de su relación con China. Préstamos baratos, infraestructura, maravilloso, pero la Unión Europea está fuera de juego. Y yo pregunto al Consejo y a la Comisión: ¿cuál es la respuesta de la UE a esto? A la luz de esas declaraciones y de esa postura, ¿tienen una estrategia, tangible e intangible, para Nigeria y, de hecho, para todo el continente africano?

 
  
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  Andreas Mölzer, en nombre del Grupo ITS. – (DE) Señora Presidenta, señora Comisaria, si un país intenta por primera vez, después de un período de guerras civiles y dictaduras militares, organizar un traspaso de poder pacífico, es evidente que no todo va a ocurrir de forma ideal y sin ningún problema.

Pero todos estamos de acuerdo en que las elecciones celebradas fueron una farsa, porque ¿dónde está la democracia cuando un partido celebra su victoria antes incluso de que se hubieran contado los votos? ¿Qué queda de la libertad de elección de los votantes cuando se profieren amenazas mientras se cuentan las papeletas, o cuando las papeletas se rellenan varias veces y parece que en los distritos rurales apenas ha habido elecciones? ¿Qué clase de mensaje se supone que se envía cuando las papeletas y el material para las elecciones llegan demasiado tarde o ni siquiera llegan? ¿Cómo queremos que los habitantes de Nigeria piensen que se les toma en serio?

El proceso electoral tenía que haber llevado la estabilidad a la región e indicar a la población un camino viable hacia el futuro, pero esas esperanzas se han desvanecido y han dejado un pueblo desilusionado cuya experiencia electoral es, como mucho, la de un acto simbólico, y una oposición cuya amenaza de impugnar el resultado electoral seguramente significará muy poco, porque es difícil que el partido ganador acepte celebrar otras elecciones. Por lo tanto, lo único que nos queda es considerar hasta qué punto la Unión Europea puede y debe ejercer presión cuando se traspase el poder el 29 de mayo, porque la Unión Europea no ha sido siempre el mejor de los ejemplos; también en Europa se han repetido referendos hasta que se ha conseguido el resultado deseado, cosa que es sumamente dudosa desde el punto de vista de la política democrática.

 
  
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  Edward McMillan-Scott (PPE-DE).(EN) Señora Presidenta, ha sido mi primer viaje a Nigeria y mis primeras elecciones africanas, y me he sentido decepcionado: esperaba ver unas elecciones libres y limpias, y ha sido de todo menos eso. No aburriré a la Cámara con mis conclusiones, porque son las mismas que las del jefe de la delegación de la Comisión y las del jefe de la delegación a la que pertenezco, y pueden verse en YouTube, en un breve vídeo que he elaborado, con el título «Elecciones amañadas en Nigeria».

Solo quiero extraer algunas lecciones para la Unión Europea de estas elecciones en el país más grande de África. Me parece que la influencia china, que ha mencionado el señor Belder, podría ser un poco más importante de lo que percibimos. Sabemos que China está implicada en el desmantelamiento de la democracia en todo el mundo: junto con Rusia forma un dúo sucio, en toda África, con Belarús, Venezuela, Zimbabue y Egipto. Hay un proceso en marcha al que la Unión Europea debe responder, y creo que la señora Comisaria quiere sacar el máximo provecho del instrumento con el que ella y yo estamos muy comprometidos: el Instrumento Europeo para la Democracia y los Derechos Humanos.

Permítanme realizar algunos comentarios concretos. Yo he sido uno de los tres diputados al Parlamento Europeo que formaban parte de esta delegación, y no ha sido suficiente. Creo que la Cámara debe reconsiderar la participación de ex diputados al Parlamento Europeo en esas delegaciones. Por ejemplo, enviaremos una delegación a Sierra Leona en agosto; no me sorprendería que hubiera muy pocos interesados.

En segundo lugar, en relación con la independencia del Instrumento Europeo para la Democracia y los Derechos Humanos, hemos sabido que la misión de la UE en Nigeria colabora con el Gobierno en la aprobación de proyectos. Esto no debe ocurrir: se supone que este instrumento es independiente del control del país anfitrión.

Y existe también la cuestión del seguimiento de esas elecciones. Sé que el informe final aún no se ha publicado, pero creo que la Unión Europea tiene un compromiso con la lucha por la democracia es esos países y el seguimiento del proceso de unas malas elecciones.

Finalmente, el uso de las Naciones Unidas como agente para organizar esas misiones muy eficaces es un lujo caro que hay que replantearse.

 
  
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  Libor Rouček (PSE).(CS) El mes pasado estuve en Nigeria como observador electoral del Parlamento Europeo y fui testigo de muchos incidentes de interés, a menudo desagradables y a veces espantosos. Por una parte, los votantes nigerianos tienen que desplazarse a menudo muchos kilómetros con medios muy incómodos para acudir a los colegios electorales. Por otra parte, el personal de los colegios electorales nigerianos hace todo lo posible por impedir que esas personas accedan a la urna. Por una parte, los ciudadanos emiten su voto de forma entusiasta, con la vista puesta en una vida mejor, más justa y más digna. Por otra parte, el personal de los colegios electorales falsifica las papeletas con el fin de impedir un cambio político y económico.

Señorías, considero que no cabe duda alguna respecto a la postura del Parlamento Europeo y la Unión Europea. Estamos a favor de la justicia, la democracia y elecciones libres y limpias. Estamos de parte de los millones de nigerianos que creen en unas elecciones democráticas con la esperanza de que la democracia sea la clave para resolver sus problemas políticos, económicos y sociales. El mes pasado, Nigeria tuvo una oportunidad histórica para demostrarse a sí misma, a África y al resto del mundo que es capaz de ello, de que es capaz de realizar una transición democrática y pacífica de un Gobierno a otro. Por desgracia, ha desperdiciado esa oportunidad histórica.

 
  
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  Fiona Hall (ALDE).(EN) Señora Presidenta, quiero rendir homenaje al señor Van den Berg por su excelente trabajo como observador jefe en Nigeria en circunstancias muy difíciles. Creo que el prestigio de las Misiones de Observación Electoral (MOE) de la UE en general ha mejorado por el hecho de que en Nigeria la MOE no se fue por la tangente, sino que envió un mensaje claro de que las elecciones habían sido irregulares.

El gran valor de las Misiones de Observación Electoral de la UE es que son independientes y completamente neutrales. Se mantienen a distancia de la política exterior de la UE. El único punto que no me gusta de la propuesta de resolución es que en el considerando V y el apartado 15 hay una confusión en el texto. Se asocia la observación de elecciones con la política exterior, mientras que deberían mantenerse bien separadas.

Espero que se pueda encontrar alguna forma de resolver el problema mediante una enmienda normal, ya que, de lo contrario, me temo que el Grupo ALDE tendrá que votar en contra del considerando V y el apartado 15.

 
  
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  Urszula Krupa (IND/DEM). (PL) Señora Presidenta, a pesar de su riqueza en recursos naturales, Nigeria es un país corrupto y atrasado, donde los beneficios de esos recursos, sobre todo su riqueza petrolera, no aporta nada al desarrollo económico ni a la mejora de la vida de la sociedad. Los grupos de presión influyentes que quieren mantener el caos en Nigeria están alimentando el antagonismo entre musulmanes y cristianos, a pesar de la separación entre Estado y religión y de que la constitución debería garantizar los derechos de los ciudadanos.

Pero me parece que celebrar un debate en esta Cámara antes de cualquier pronunciamiento de las comisiones electorales es un poco prematuro. Sin embargo, quiero aprovechar este debate acalorado y la situación dramática de ese país africano para recordar aquí, en el Parlamento Europeo, las palabras de la máxima autoridad del siglo XX y XXI, el papa Juan Pablo II: que la razón de ser de un Estado es la soberanía de la sociedad y el pueblo, y una condición para la cooperación y la paz internacional es el respeto del derecho de una nación a tener su existencia, su libertad y su cultura.

 
  
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  Bogusław Sonik (PPE-DE). – (PL) Señora Presidenta, más de 200 personas murieron durante las recientes elecciones en Nigeria. La forma en que se llevaron a cabo las elecciones no tuvo nada que ver con un procedimiento democrático. El jefe de los observadores de la UE, el señor Van den Berg, ha resaltado que no justificaron las esperanzas y las expectativas de los nigerianos y que no podían considerarse creíbles.

Nigeria es un país azotado por el conflicto social basado en las diferencias religiosas y étnicas, sobre todo entre musulmanes y cristianos. Al mismo tiempo, el país tiene inmensos recursos de petróleo y otros minerales y es el noveno país más grande del mundo en términos de población. Los asesinatos políticos, la tortura y la justicia sumaria impuesta por el ejército son moneda corriente. Libertad de expresión y de reunión están restringidas. Los casos de represión de la minoría cristiana son cada vez más preocupantes.

Desde su creación, la Unión Europea se ha construido sobre la base del respeto de los derechos humanos, las libertades fundamentales y los derechos ciudadanos. En muchas ocasiones de su historia, la Comunidad Europea, y más adelante la Unión Europea, ha denunciado las amenazas contra la democracia y la libertad. Los ejemplos de Georgia y Ucrania también demuestran que solo una acción decisiva da resultado. En Ucrania, este tipo de acción obligó a repetir una segunda ronda falsificada de las elecciones presidenciales. Fue el resultado no solo de la tenacidad de los ucranianos, sino también de los mensajes inequívocos enviados por la Unión Europea.

En mi opinión, el retraso de la reacción de la Unión Europea ante los acontecimientos de Nigeria también es motivo de preocupación. Cuando se incumplen las normas fundamentales, tiene que haber una reacción instantánea. Ha pasado exactamente un mes desde los disturbios y las elecciones de Nigeria, y deberíamos haber suspendido inmediatamente toda ayuda financiera de la Unión Europea a las estructuras gubernamentales de Nigeria, así como la ayuda a la democracia y los derechos humanos si existe el peligro de que ese dinero vaya a parar a manos de estructuras gubernamentales corruptas.

 
  
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  Pierre Schapira (PSE).(FR) Señora Presidenta, Señorías, la democracia ha dado un paso atrás en Nigeria. Las elecciones del sábado, 21 de abril, marcadas por fraudes, actos violentos y muertes, no habrán sido ni libres ni limpias. Todos los observadores internacionales, como ha dicho usted, lo han confirmado.

Se suponía que estas elecciones serían una prueba. Por primera vez desde la independencia del país, en 1960, un presidente democráticamente elegido podía suceder a otro. ¡Es una ocasión perdida! No augura nada bueno para Nigeria, cuando el país, a pesar de ser rico, necesita estabilidad si espera escapar de la pobreza.

Desde las elecciones, los actos de violencia se multiplican: la comunidad internacional tiene el deber de intervenir.

Quisiera recordarles que el año pasado el Parlamento Europeo honró con el premio Sajarov a Hauwa Ibrahim, abogada nigeriana que defendió valientemente a dos mujeres condenadas a lapidación por adulterio, pues en este país todavía se aplica la sharía.

Los días 28 y 29 del próximo mes de marzo, una coalición de partidos de la oposición, organizaciones de la sociedad civil y sindicatos, entre ellos el sindicato de abogados nigerianos, organizará, durante dos días, un movimiento de protesta contra la organización de estas elecciones.

El Parlamento Europeo debe apoyar a este movimiento democrático. Así defenderemos al pueblo nigeriano y a Nigeria, un país africano grande e importante.

 
  
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  Toomas Savi (ALDE).(EN) Señora Presidenta, la Misión de Observación Electoral en Nigeria ha sido la primera en la que he participado. Tengo una idea que quiero compartir con ustedes al respecto.

La Unión Europea fue uno de las principales donantes para llevar a cabo las elecciones en Nigeria. Por lo tanto, debemos responsabilizarnos hasta cierto punto de que la ayuda concedida sirva de la forma más eficiente posible a su fin. El conjunto de la labor de organización de las elecciones corrió a cargo de la Junta Electoral Nacional Independiente, INEC. En Nigeria, la INEC no fue capaz de resolver los problemas organizativos y logísticos que tuvo que afrontar para que hubiera unas elecciones verdaderamente democráticas. Las deficiencias también ocupan la parte más amplia de la resolución. Supongo que debemos compartir la responsabilidad con la INEC, por ejemplo, educando a los casi 500 000 organizadores de base de la INEC, para que la próxima vez puedan llevarse a cabo en Nigeria unas elecciones más creíbles, independientes y democráticas.

 
  
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  Luís Queiró (PPE-DE) .(PT) Independientemente del resultado de las elecciones –y existen buenos motivos para dudar de la validez de los mismos–, el aspecto más preocupante de las elecciones nigerianas fue el proceso electoral, sobre el que la opinión de los demás observadores internacionales no deja lugar a dudas: estuvo mal organizado y hubo fraude.

El informe que sobre el tema han elaborado nuestros colegas diputados que allí estuvieron como observadores es revelador.

Por tanto, se puede llegar a la conclusión de que las elecciones se utilizaron para asegurar cierto grado de legitimidad que los observadores no reconocen y que no es aceptable para las democracias. El resultado tuvo más que ver con la intimidación, el fraude y la violencia que con la voluntad de las personas. Por desgracia, no se trata de un caso aislado en el continente africano, ni mucho menos.

A pesar del progreso realizado en las últimas décadas, persiste la violencia y algunos de los regímenes más corruptos siguen estando firmemente asentados. No hay nada en la geografía de África o en la constitución genética del pueblo africano que les impida vivir en democracia, por lo que la comunidad internacional debe adoptar una postura determinada y decidida en el proceso de democratización de los países africanos.

No solo por los motivos habituales, sino también porque China se ha convertido en un agente mundial que no exige la democratización a cambio de la cooperación; más bien al contrario, de hecho. Con miras a la cumbre UE-África que debe celebrarse en la segunda mitad de año, ahora se espera de la UE que desempeñe un papel verdaderamente eficaz y que no se reduzca a la mera retórica. No todos los agentes mundiales se comportan de la misma forma, pero debemos trabajar conjuntamente con nuestros aliados. Es, ante todo, una cuestión de valores y principios, pero también de intereses. En las democracias libres y estables se puede llevar a cabo un comercio internacional previsible y que aporta beneficios para todos, excepto para los que desean alimentar las llamas de la corrupción y la dictadura.

Así pues, debemos ser duros en la próxima cumbre, que se celebrará durante la presidencia portuguesa. No queremos declaraciones de buenas intenciones o simples reconocimientos de errores del pasado; lo que queremos es la verdad política y una política de verdad.

La UE debe seguir siendo el principal proveedor de ayuda internacional y debe promover la cooperación de forma activa. Pero al mismo tiempo debe conseguir la reforma, la democratización y la libertad en esos países. De lo contrario, la UE estará repartiendo pescado en vez de enseñar a la gente a pescar.

 
  
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  Karin Scheele (PSE).(DE) Señora Presidenta, después de la tensa expectación que lo precedió, el maratoniano proceso electoral de Nigeria ha terminado y ha sido elegido un nuevo Presidente, nuevos Parlamentos provinciales y un nuevo Parlamento federal. El resultado estaba cantado incluso antes de que se celebraran las elecciones; aunque se esperaba una aplastante victoria del partido del Gobierno, ninguno de los observadores electorales había esperado tal grado de fraude electoral, de resultados falsificados, el caos logístico y tanta violencia asociada a estas elecciones. No solo la comisión de observación electoral de la Unión Europea sino también –y eso es nuevo- la nombrada oficialmente por la Unión Económica de África Occidental, fueron inclementes al denunciar las graves deficiencias de estas elecciones, que se han documentado en una larga lista a la que ya se ha hecho referencia en este debate. Quiero unirme a mis colegas diputados e instar a las autoridades del Estado nigeriano a que sometan las irregularidades de esas elecciones a una investigación profunda y transparente.

También me gustaría que la Comisión nos dijera qué opciones nos ofrece el instrumento para la democracia y los derechos humanos, a fin de tomar las medidas necesarias tanto en nuestro diálogo con Nigeria como en nuestra cooperación con ese país; como sabemos, no son solo las empresas chinas las que pasan por alto los derechos humanos y las desigualdades sociales, porque sus colegas occidentales siempre han echo la vista gorda al respecto en su búsqueda de petróleo.

 
  
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  András Gyürk (PPE-DE). (HU) Como vicepresidente de la delegación de observadores del Instituto Republicano Internacional, he tenido la oportunidad de participar personalmente como observador en las recientes elecciones nigerianas. Basándome en mis experiencias, debo decir que la coordinación del trabajo entre las diversas delegaciones de observadores internacionales ha sido todo un éxito.

En cuanto a las elecciones en sí, no puedo hacer otra cosa que confirmar las declaraciones de mis colegas de que las elecciones nigerianas no pueden considerarse ni limpias ni libres. No han cumplido las normas internacionales ni las normas locales establecidas por el Gobierno de Abuja. Fuimos testigos de graves deficiencias en el sistema de listas de votantes y en la información al público. En muchos casos los colegios electorales abrieron tarde y no tenían papeletas. Incluso el turbio proceso del recuento de los resultados suscita sospechas de fraude. Es bastante revelador que no se hayan divulgado los resultados de algunos distritos electorales.

Es más, las elecciones se han visto ensombrecidas por la violencia. Como ya hemos oído, unos 200 ciudadanos perdieron la vida en enfrentamientos relacionados con las votaciones. Esas irregularidades generalizadas son aun más inquietantes en comparación con las anteriores elecciones nigerianas, que se celebraron de forma mucho más ordenada. Esta vez vimos con tristeza que la lealtad de los votantes a la democracia –que es muy importante– no vino acompañada de la intención de los organismos gubernamentales de mantener la votación dentro de la legalidad.

Quienes estuvimos allí hemos podido apreciar el apego de los ciudadanos nigerianos a los valores democráticos. En medio de unas condiciones a menudo caóticas esperaron con dignidad el momento de ejercer su derecho democrático. La consolidación de la democracia en Nigeria, de modo que pueda convertirse en un modelo para el continente africano, también interesa a Europa. Por este motivo, es importante que la UE siga siendo un observador activo de este proceso.

 
  
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  Ryszard Czarnecki (UEN). (PL) Señora Presidenta, pido disculpas por haber tenido que retrasar mi intervención, dado que estábamos celebrando una reunión muy importante para elegir al presidente de EUROLAT.

Nigeria no ha conseguido aprovechar la oportunidad que representaban las elecciones. Nuestros observadores han confirmado claramente que las elecciones no fueron ni libres ni limpias. Esto se debe a la corrupción y a una organización muy deficiente. Toda la culpa de ello es del Gobierno nigeriano. Las elecciones se han visto ensombrecidas por el terror; han muerto 50 personas, la mayoría en el delta del Níger. En algunos momentos no fueron más que una caricatura de elecciones, ya que algunos colegios electorales ni siquiera abrieron, mientras que en otros, grupos de bandidos destruyeron las urnas.

Europa debería ser especialmente meticulosa en la observación de elecciones en ese país, que es el más grande de África, y para muchos otros países africanos es un punto de referencia tanto en el ámbito económico como político. Las elecciones en un país de 110 millones de habitantes, de los cuales 64 millones están en edad de votar, deberían centrar la atención de la opinión pública. Por desgracia, esas elecciones no potenciaron la posición de Nigeria en la arena internacional, sino que más bien la debilitaron.

En el período previo a las elecciones ya observamos varias actividades y tendencias no relacionadas con el proceso electoral que son motivo de preocupación. Por ejemplo, en las zonas gobernadas por los musulmanes, las chicas que van a escuelas cristianas se ven obligadas a llevar velos como símbolo de tradición islámica. Eso es una clara vulneración de los derechos religiosos y de la tolerancia, pero esas prácticas van en aumento y esa discriminación puede ser aún más amplia cuando los musulmanes tomen el poder en Nigeria. El Parlamento Europeo no puede aceptar este tema en silencio, sobre todo porque es una imposición en la mente de los niños. En la votación de mañana tendremos la oportunidad de adoptar una postura al respecto, y habrá una votación de una enmienda sobre esta misma cuestión.

Pero ¿qué ocurrirá más tarde, después de las elecciones? Debemos hacer algo más que criticar, aunque tengamos motivos justificados. Lo que necesitamos también es crear un plan para obligar a cumplir las normas del juego democrático en un país que desempeña un papel esencial en un continente que es prácticamente nuestro vecino. En otras palabras, debemos obligar a las autoridades nigerianas a aceptar la democracia y unas elecciones libres o –para ser francos– cerrarles el grifo de la ayuda financiera. Esa ayuda no debe canalizarse a las estructuras estatales y federales. En vez de ello puede y debe entregarse a organizaciones sociales y no gubernamentales. También debemos ejercer presión sobre el Gobierno nigeriano para que actúe de forma más eficaz contra la corrupción, el uso de la fuerza y la sensación de impunidad que tienen las autoridades locales, que prácticamente son Estados dentro de un Estado.

 
  
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  Günter Gloser, Presidente en ejercicio del Consejo. – (DE) Señora Presidenta, señora Comisaria, quiero dar las gracias de todo corazón a sus Señorías por el interés que han mostrado y también por su apoyo, y en particular a quienes han llevado a cabo la tarea de supervisar las elecciones sobre el terreno y que por lo tanto pueden ofrecer descripciones muy poderosas y auténticas de lo que allí ocurrió.

En su intervención, el señor Kaczmarek ha dicho que se había desperdiciado una oportunidad, y a ello quiero añadir que no es que una mayoría aplastante de nigerianos perdieran una oportunidad, sino que hubo personas que no querían permitir que se celebraran unas elecciones libres e independientes por sufragio secreto que podrían haber tenido un impacto notable.

Varios oradores han preguntado qué podemos hacer al respecto. En su intervención, señor Van den Berg, ha dicho usted también que no podemos dejar a Nigeria, y en particular a su sociedad civil, en la estacada. Es muy importante que ahora, en vez de retractarnos de nuestro compromiso, dejemos claro de qué manera el compromiso de la Unión Europea puede beneficiar directamente a las partes interesadas, sobre todo a la sociedad civil.

Una buena oportunidad para dejar bien claro, una vez más, lo que pensamos los europeos sobre cómo deberían celebrarse las elecciones, y sobre cómo fueron manipuladas, será la cumbre del G-8 en Heiligendamm, a la que se espera que asista el Presidente de Nigeria, entre otros.

Pero esta primera impresión de lo que ha ocurrido en Nigeria no debe ejercer una influencia negativa generalizada en la imagen que tenemos de África. Algunos de ustedes han mencionado los ejemplos positivos que se pueden encontrar en el continente africano. Quizás Mauritania no es un país grande, pero hace poco hemos visto cómo ha conseguido organizar una transición y, además, a partir de su ejemplo, qué tipo de ayuda hace falta para ello.

Otra consideración, teniendo en cuenta la perspectiva de la Cumbre de África entre la UE y la Unión Africana que se celebrará en noviembre, es la necesidad de dejar claro por qué valores apuesta la Unión Europea, y a qué se compromete en sus pactos con sus socios africanos. Al mismo tiempo también debemos dejar claro cuál es nuestra postura en nuestro diálogo con China, porque no es aceptable que China tenga solo un interés económico muy limitado en el continente africano mientras que a la Unión Europea le queda mucho por hacer en ámbitos como la acción responsable por parte del Estado y el desarrollo de la sociedad civil.

Hace unas semanas, cuando asistí a una reunión conjunta de la UE y la CEDEAO, me sorprendió oír a los países participantes decir que, a la vista de los muchos brotes que habían germinado en ellos y que esperaban que crecieran mucho más, esto significaba un paso atrás. También hay muchos países en África que experimentan un crecimiento económico y están bien gobernados. Me complace ver que, de cara a la próxima cumbre de África, muchos medios de comunicación públicos echan un vistazo a África y toman nota de ello. Por eso también era importante que la Unión Europea y algunos de sus Estados miembros mostraran sus colores al asegurar las elecciones en el Congo, porque, aparte del Congo, hay muchos otros países donde el desarrollo progresa bien. Por eso quiero darles de nuevo las gracias. Espero que, junto con la Comisión, y con la ayuda de esta Cámara, podamos encontrar caminos para ponernos de acuerdo sobre lo que ha ocurrido en Nigeria; espero que haya cambios y que podamos dar nuestro apoyo continuado a quienes en Nigeria quieren que el país cambie y se convierta en un país democrático.

 
  
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  Benita Ferrero-Waldner, miembro de la Comisión.

(EN) Señora Presidenta, por desgracia estamos todos de acuerdo en que esas elecciones han sido una verdadera decepción, pero espero que en el futuro en Nigeria la democracia sea una fuerza y no una farsa.

Tenemos mucho trabajo que hacer. Estoy de acuerdo en que no es posible ni aconsejable continuar con la actividad habitual, y sin duda no lo haremos.

Como creo que han dicho la mayoría de los oradores, debemos trabajar con los miembros de la sociedad civil de Nigeria que quieren cambiar la situación y el proceso electoral. Debe formar parte del diálogo que tenemos que seguir, basado especialmente en las recomendaciones de la MOE.

Por otra parte, también hace falta un compromiso político y diálogo con el Gobierno. Este diálogo debe ser regular, tiene que estar estructurado; tiene que realizarse en el nivel de la troika, a escala local o incluso en un nivel superior, y debe ampliarse a las organizaciones nacionales y regionales, como se hizo entre la UE y la CEDEAO, según se acaba de decir, así como a los representantes de la sociedad civil.

En cuanto a la Comisión Electoral, según los observadores, hubo irregularidades y fraude, pero la INEC en concreto no pudo actuar de forma independiente como es su obligación. Es evidente, pues, que la INEC, empañada como está por graves dudas sobre su imparcialidad, no puede seguir siendo beneficiaria de la ayuda del FED. Así pues, antes de tomar una decisión sobre la continuación de nuestra ayuda, deben abordarse los temas relacionados con la independencia, el mandato, la estructura y el liderazgo de la INEC.

En cuanto al Delta del Níger, que ya han mencionado algunos de ustedes, el informe de Human Rights Watch titulado «Chop Fine» sobre el Estado de Rivers es emblemático de una situación generalizada en el Delta del Níger, al que se han destinado grandes recursos financieros, pero muy pocos llegan a la población y aún menos a las comunidades de las zonas remotas del Delta. Sus habitantes se han visto privados de voz y de sus tierras, y el Gobierno no les da nada a cambio.

Las amenazas y las desafíos que suscita esta zona no se abordan y pronto o tarde esto tendrá graves repercusiones a escala nacional y regional. Los embajadores de los Estados miembros de la UE han presentado dos veces recomendaciones simples y claras. Antes de aumentar los recursos financieros asignados al Delta del Níger, hay que garantizar una transparencia total y el diálogo entre todas las partes interesadas.

También se han mencionado los artículos 8 y 9 del Acuerdo de Asociación de Cotonú. Contienen todos los ingredientes necesarios para asegurar el diálogo más efectivo no solo con el Gobierno, sino también con la sociedad civil y las organizaciones regionales africanas, como se ha dicho. Considero que es absolutamente primordial que la UE como grupo lleve a cabo acciones más coherentes, más regulares y más sistemáticas en relación con Nigeria, porque es la única forma posible de abordar las cuestiones surgidas en esas elecciones. Esa debería ser la idea central de nuestra política.

Por otra parte, debemos ir con cuidado para que Nigeria no caiga en manos de extremistas religiosos, incluidos los extremistas musulmanes.

Se ha hablado de China. Cuando estuve en China en enero, dejé claro que queríamos mantener un diálogo sobre África con China. No es tan fácil de conseguir, pero es muy importante y, por lo tanto, es crucial que se invite a Nigeria a la cumbre del G-8 para enviarle directamente esos mensajes, porque debemos decir a Nigeria que queremos que se respeten nuestros valores y nuestros intereses, y no puede ser solo una cuestión de asuntos puramente económicos.

Solo repetiré que la EIDHR ofrece una oportunidad para trabajar con la sociedad civil. Puede trabajar sin la aprobación del Gobierno, pero normalmente estamos en contacto con él.

Finalmente, también es importante ver lo que significa allí nuestra aportación financiera. No es más que un 0,2 % de los ingresos que aporta el petróleo y el total de la ayuda internacional a Nigeria. Por lo tanto, hace que las consecuencias de la suspensión de la ayuda sean insignificantes desde un punto de vista financiero y potencialmente contraproducentes, ya que perjudicarían aún más el diálogo político con el Gobierno. En conjunto, sin embargo, un 25 % de la financiación promueve la gobernanza. Por lo tanto, debemos usar esta parte en concreto para trabajar con la sociedad civil, como creo que estaremos todos de acuerdo.

 
  
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  El Presidente. Al término del debate se ha presentado una propuesta de resolución(1) firmada por siete Grupos, de conformidad con el apartado 2 del artículo 103 del Reglamento.

El debate queda cerrado.

La votación tendrá lugar el jueves a las 12.00 horas.

 
  

(1)See Minutes.

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