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Textos presentados :

RC-B6-0212/2007

Debates :

PV 24/05/2007 - 14.2
CRE 24/05/2007 - 14.2

Votaciones :

Textos aprobados :


Acta literal de los debates
Jueves 24 de mayo de 2007 - Estrasburgo Edición DO

14.2. Derechos humanos en Siria
Acta
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  El Presidente. – De conformidad con el orden del día, se procede al debate de seis propuestas de resolución sobre los derechos humanos en Siria(1)..

 
  
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  Véronique De Keyser (PSE), autora. – (FR) Señor Presidente, mi interés por los asuntos de Siria es notorio. Siempre he considerado que el aislamiento de este país no aportaría nada bueno a escala internacional y no haría nada por el avance de la paz en la región, y por eso apoyo el plan del acuerdo de asociación, que está congelado desde el asesinato de Rafiq Hariri. Pero ese compromiso y esa amistad con Siria implican también hablar claro cuando se violan los derechos humanos. Por ello, repruebo y condeno la represión política de que es objeto hoy toda la oposición, independientemente de su tendencia.

La mayoría de los presos cuya liberación pedimos hoy son personas con las que nos hemos entrevistado; son casi amigos, y ninguno de ellos, cuando nos ha hablado, ha contemplado otra vía que no fuera la legal y pacífica para democratizar el país que todos aman apasionadamente. Cuando un país ataca a quienes lo aman con pasión, cuando mata la libertad de expresión, se pone a sí mismo en peligro, y no quisiera que Siria se hiciera eso.

Hoy pedimos la liberación de Michel Kilo, Mahmud Issa, Suleiman Achmar, Faek el Mir, Aref Dalila, Kamal al Labuani y Anuar Bunni. Deben ser liberados. Deseo, pues, que el Consejo y la Comisión transmitan este mensaje al Gobierno sirio y que este le preste la mayor atención, pues es un mensaje serio.

Por otra parte, sería bueno que Siria tomara una postura clara a favor de un tribunal penal de carácter internacional amparado en el capítulo 6 para juzgar a los asesinos de Hariri; la comunidad internacional apreciaría ese gesto., que permitiría salir del atolladero político en que se debate el Líbano, un atolladero que favorece la vuelta a los enfrentamientos sangrientos y hace presagiar un período de violencia e inestabilidad. Todo el mundo sabe que esa toma de postura por parte de Siria, lejos de ser una ingerencia en los asuntos libaneses, permitiría desbloquear la situación y, sobre todo, poner fin a los rumores que hacen pensar que Siria podría bloquear, bajo mano, la constitución de dicho tribunal penal.

 
  
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  Erik Meijer (GUE/NGL), autor.(NL) Siria es un punto permanentemente recurrente de nuestro orden del día. La Unión Europea desea entablar buenas e intensas relaciones con ese país en el marco de la Política de Vecindad que abarca a los países ribereños del Mediterráneo. El caos que reina en el país vecino, Iraq, es una razón más por la que interesa la estabilidad en Siria.

No obstante, Siria es una dictadura que no tolera la oposición interna. Para los cristianos y los kurdos es, como mínimo, un lugar desagradable. Aunque no se trata de un Estado teocrático que simpatice con el fundamentalismo musulmán, considera a Irán –que es una dictadura teocrática– un aliado.

En el Líbano apoya a los fundamentalistas musulmanes libaneses y palestinos, siempre que ayuden a fomentar la influencia siria en su pequeño vecino. El Líbano se considera –aunque equivocadamente– una zona que ha sido separada de Siria a raíz de la intervención europea. El conflicto con Israel se alimenta con sumo cuidado, porque la tensión que genera significa que los sirios pueden considerar la persistencia del régimen como la menos mala de las dos opciones.

No hay ninguna mejoría a la vista. Tanto la agresividad hacia Siria como las relaciones amistosas con este régimen son contraproducentes. Lo único que puede contribuir a una mejoría a largo plazo es el apoyo a los refugiados sirios y los opositores sirios que se hallan encarcelados y en el exilio.

Quisiera concluir diciendo que los que recientemente se han convertido en víctimas de restricciones a la libertad, como Michel Kilo, que ha visitado este Parlamento en otras ocasiones, necesitan nuestra atención unánime.

 
  
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  Marios Matsakis (ALDE), autor. – (EN) Señor Presidente, la lectura del informe anual de 2006 sobre la situación de los derechos humanos en Siria es realmente terrible. Se han producido detenciones y encarcelamientos arbitrarios de personalidades de la oposición política, reformistas y activistas de los derechos humanos y de la sociedad civil. Además, existen numerosos informes documentados de torturas utilizadas como método de interrogatorio sistemático y rutinario para obtener confesiones. Además, miembros corruptos del poder judicial sirio, tanto civil como militar, han dictado sentencias draconianas, incluso cadenas perpetuas y penas de muerte, principalmente por razones políticas.

Instamos al Gobierno sirio, ante la condena internacional, para que por fin realice un esfuerzo importante por mejorar el respeto de los derechos humanos de sus ciudadanos o cargue con las consecuencias, que espero, con ciertas reservas, que vengan pronto y sean drásticas.

 
  
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  Bernd Posselt (PPE-DE), autor.(DE) Señor Presidente, Damasco es una de las ciudades más antiguas del mundo y la Siria de hoy es un antiguo espacio cultural en el que han convivido varios pueblos y religiones –casi siempre de manera pacífica– durante siglos y donde sigue habiendo una estrecha cooperación entre musulmanes y cristianos. El señor Dess y yo estamos particularmente implicados en el diálogo entre estas religiones, que sin duda tiene grandes posibilidades de éxito en ese país, un país árabe no islamista que reviste gran importancia en toda la región. Tanto más lamentable es entonces que se haya establecido allí un régimen que, bajo el socialismo nacional baazista, oprime, persigue y reprime a ciudadanos, sometiéndolos a juicios espectáculo y tomando prisioneros políticos; todo esto ocurre en un momento en que necesitamos más que nunca la ayuda de Siria para lograr la paz en la región.

No soy una de esas personas que cree en el aislamiento total de Siria. Este país tiene una antigua tradición, que debe aprovecharse para construir la paz. Sin Siria no puede haber paz en Oriente Próximo ni en el Líbano ni solución del problema de Iraq. No obstante, por esta misma razón no podemos aceptar las violaciones de los derechos humanos, como la represión de los kurdos y de otros por los motivos más nimios, por lo que instamos a Siria a que vuelva a una política de diálogo y cooperación. Estamos dispuestos a participar en esto, pero no con un régimen que carece de la voluntad básica para respetar la democracia y el Estado de Derecho. Es imposible realizar una política exterior y de seguridad razonable y mantener relaciones económicas razonables con un país que desprecia los derechos humanos fundamentales. Por lo tanto, esto debería ser una clara señal para que Siria cambie de orientación y vuelva al camino de la cooperación.

 
  
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  Adam Bielan (UEN), autor. – (PL) Señor Presidente, los continuos abusos de los derechos humanos en Siria están alcanzando una escala alarmante. El Gobierno sirio recorta drásticamente toda libertad de expresión, reunión y asociación. Las autoridades sirias siguen practicando una política de intimidación y encarcelamiento frente a los defensores de los derechos humanos y quienes critican pacíficamente las políticas del Gobierno actual.

Tras la declaración de Beirut-Damasco, firmada en mayo de 2006, que exigía la mejora de las relaciones entre el Líbano y Siria, las fuerzas de seguridad sirias arrestaron a cerca de una docena de personas por expresar en esta declaración opiniones que diferían de las del Gobierno sirio. Entre los detenidos se encontraba el brillante escritor Michel Kilo y el defensor de los derechos humanos Anwar al Bunni. Sigue habiendo miles de prisioneros políticos encarcelados sin que ni siquiera hayan sido sentenciados. El año 2006 transcurrió sin que las autoridades sirias facilitaran ningún tipo de información sobre el destino de las 17 000 personas detenidas por las fuerzas de seguridad sirias. Eran principalmente miembros de la organización prohibida Hermandad Musulmana, activistas sirios arrestados en la década de los ochenta y algunos cientos de ciudadanos libaneses y palestinos arrestados en Siria y el Líbano por las fuerzas de seguridad sirias y por la policía militar libanesa y palestina controlada por Siria.

Como representantes de la Unión Europea, tenemos que oponernos firmemente a la continuidad de la represión y del abuso de los derechos humanos en Siria, como hemos afirmado conjuntamente en la resolución de hoy.

 
  
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  Dalia Grybauskaitė, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, la Comisión, junto con los Estados miembros, sigue la situación de Siria muy de cerca.

Desde nuestro último debate en el periodo parcial de sesiones de junio de 2006 se han producido algunos cambios positivos. Me gustaría señalar que en enero de 2007 fue nombrado un interlocutor sobre derechos humanos en el Ministerio de Asuntos Exteriores sirio. También consideramos positivo que se conceda a la Unión Europea acceso regular a los juicios del Tribunal Supremo de Seguridad del Estado, del Tribunal Militar y del Tribunal Penal.

No obstante, lamentamos que ninguna de las promesas de apertura política se haya hecho realidad; por ejemplo, la relajación de la legislación de emergencia, la adopción de una legislación pluripartidista, la concesión de la ciudadanía a los kurdos apátridas o la declaración del Consejo Nacional para los Derechos Humanos. También deploramos las sentencias desproporcionadas que se han pronunciado en contra de importantes activistas de la sociedad civil en las últimas semanas. No podemos aceptar que sean encarcelados solo por haberse expresado libremente.

Reclamamos de nuevo la puesta en libertad de todos los presos políticos de Siria. Por poner un ejemplo, todos nuestros intentos de ayudar al señor Anwar al Bunni han fracasado. Hoy el señor Al Bunni ha sido sentenciado a cinco años de prisión simplemente por denunciar la tortura y las malas condiciones de las cárceles en Siria, y ha sido multado con 1 500 euros por no respetar, supuestamente, la legislación de Siria al establecer el centro de formación, que también ha sido financiado con fondos europeos.

Durante varios años, la Comisión ha apoyado el proceso de modernización de Siria mediante una serie de actividades. Hemos sido testigos de resultados muy alentadores en el campo económico. Esperamos sinceramente que dichos resultados se amplíen a la esfera política. Seguiremos animando a Siria a que respete esta obligación y la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos Civiles y Políticos y contra la Tortura. Estoy seguro de que el Parlamento Europeo prestará su apoyo a estos esfuerzos realizados por la Comisión.

 
  
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  El Presidente. – El debate queda cerrado.

La votación tendrá lugar al término de los debates.

 
  

(1) Véase el Acta.

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