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Procedimiento : 2007/2087(INI)
Ciclo de vida en sesión
Ciclo relativo al documento : A6-0197/2007

Textos presentados :

A6-0197/2007

Debates :

PV 06/06/2007 - 13
CRE 06/06/2007 - 13

Votaciones :

PV 07/06/2007 - 5.16
CRE 07/06/2007 - 5.16
Explicaciones de voto

Textos aprobados :

P6_TA(2007)0234

Acta literal de los debates
Miércoles 6 de junio de 2007 - Bruselas Edición DO

13. Oriente Próximo (debate)
Acta
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  El Presidente. De conformidad con el orden del día se procede al debate sobre Oriente Próximo, con las declaraciones del Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común y de la Comisión.

 
  
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  Kyriacos Triantaphyllides (GUE/NGL).(EN) Señor Presidente, nosotros, diputados al Parlamento Europeo, hemos decidido expresar nuestra solidaridad con nuestros colegas palestinos encarcelados por Israel. Simbólicamente, 45 diputados al Parlamento Europeo han mostrado su apoyo patrocinando colectivamente a los 45 diputados palestinos. En nuestra calidad de representantes electos no podemos sino condenar el encarcelamiento del Presidente y una tercera parte de los diputados al Consejo Legislativo Palestino. Exigimos su liberación inmediata e incondicional. Seguimos pidiendo que se envíe una delegación del Parlamento Europeo y que se adopten las medidas necesarias para lograr este objetivo.

(Aplausos)

 
  
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  El Presidente. Debo informar a su Señoría de que el miércoles pasado, hoy hace una semana, hice una petición similar a la Knesset. Hacer una petición de ese tipo a la Knesset es algo que debe pensarse a fondo previamente. Esperemos llegar a una solución en todas las cuestiones, incluida la liberación de los tres soldados israelíes capturados y del periodista de la BBC, Alan Johnston. Hace falta que todos se muevan.

 
  
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  Javier Solana, Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común. (ES) Señor Presidente, señores parlamentarios, permítanme iniciar mis palabras diciendo que hace una semana exactamente se reunía el Cuarteto en Berlín; como estoy seguro de que ya habrán leído ustedes el documento que se puso en circulación esa misma noche, pueden conocer ustedes la solidaridad que tenemos con los miembros de la Autoridad Palestina, del Parlamento, que han sido detenidos y, como muy bien ha dicho el Presidente del Parlamento, con otras personas que están detenidas también ahora contra su voluntad en territorios de Israel o Palestina.

Señor Presidente, quisiera hacer una breve declaración. Me han pedido que no sea más larga de 10 o 15 minutos –trataré de hacerlo– y quiero decirles que vuelvo de un viaje largo por toda la región, donde he tenido la ocasión de encontrar a los líderes regionales más importantes y poder hacer un análisis de la situación para poder informar también al Cuarteto, que se reunió el miércoles pasado.

Tuve la satisfacción de hacer ese viaje más o menos en las mismas fechas que el Presidente del Parlamento, con quien estuve en contacto telefónico, y también con un grupo distinguido de miembros del Parlamento, quienes me han escrito una carta a la que todavía no he contestado. Me gustaría recibirles personalmente porque, créanme, desde entonces no he estado en Bruselas ni un solo día.

Voy a ver si puedo estar alguno y les puedo recibir y podemos hablar con tranquilidad sobre esos temas, que me parecen importantísimos, que me han planteado.

Señor Presidente, creo que esta sesión tiene una importancia especial. Se celebra también en una fecha muy importante para Palestina, para Israel y para los ciudadanos del mundo, en general, y del mundo árabe, en particular.

En estos días estamos viviendo el 40º aniversario del estallido de la guerra de 1967, de la que todavía estamos sufriendo sus muchas y malas consecuencias. Sin duda ninguna, cuando uno mira a estos cuarenta años el corazón se le estremece en cierta manera.

Han sido cuarenta años de ocupación, de sufrimiento de las dos partes, de violencia, en los que los ciudadanos –tanto de Palestina como de Israel– han sufrido mucho, y cuarenta años en los que también ha habido asentamientos en exceso por parte de Israel en los territorios ocupados.

Ante esta situación de cuarenta años tenemos dos oportunidades o maneras de afrontar la situación: mirar hacia atrás para intentar sacar lecciones sobre qué errores no volver a cometer o mirar hacia delante y tratar de ver si podemos sacar la lección más importante de todas –que la única solución para arreglar este conflicto que dura ya cuarenta años es la paz. Un proceso de paz rápido que lleve rápidamente a la paz.

Procesos ha habido muchos, oportunidades de paz perdidas ha habido muchas. Creo que hoy tendríamos que tener todos la voluntad –la voluntad de actuar, no solamente la voluntad de pensar y decir, sino la voluntad de actuar– para que de verdad podamos llegar a que la paz sea una realidad en esas tierras tan queridas para muchos de nosotros y, en general, para los europeos.

Me gustaría, por tanto, mirar hacia delante, pero no puedo obviar el hacer una brevísima reflexión sobre lo que ha supuesto este viaje, porque las zonas que he visitado son zonas, todas ellas, que desgraciadamente no están atravesando en estos días los mejores momentos.

En los territorios ocupados, en Palestina, estamos viviendo unos momentos difíciles de violencia intrapalestina y también de violencia renovada entre Israel y Palestina. Los llamamientos al alto el fuego hechos por las partes no han sido escuchados ni en Palestina ni entre Palestina e Israel.

Me gustaría hacer un llamamiento hoy a todos los que puedan tener responsabilidades sobre ello para que haya un alto el fuego lo antes posible, de manera tal que se pueda crear un clima propicio para avanzar hacia la paz.

Tuve la ocasión de visitar Gaza –la tuvo también el señor Presidente del Parlamento–. Visitar Gaza en estos días es una experiencia realmente importante. No es la primera vez que voy a Gaza, pero me pareció que estar allí estos días en particular y encontrar al Presidente de la Autoridad Palestina era una obligación moral para que no se tuviera la impresión de que el mundo olvidaba completamente lo que estaba pasando en Gaza. Gaza está en una situación difícil, con violencia entre palestinos, una violencia que no debe llevar, si continúa, a ninguna parte.

Por lo tanto, lo primero que tenemos que hacer es tratar de que esa violencia se calme, que haya un alto el fuego y que de una vez todos los palestinos puedan empezar a trabajar conjuntamente por una causa común que es, sin duda ninguna, la paz: la paz con sus vecinos y la paz entre ellos mismos. En esa política estamos haciendo todo lo que podemos, tanto desde mi posición como desde la posición de la Comisión –con la ayuda que está dando de manera generosa–.

Les quiero decir que la situación en Palestina, desde el punto de vista económico y social, es dramática. Por tanto, creo que en cuanto pasen estos días y tengamos la posibilidad de volver a reunirnos de manera más clara y más transparente con los dirigentes políticos habrá que pensar en hacer un plan especial de ayuda para Gaza. De lo contrario, podremos encontrarnos en una situación realmente difícil en Gaza, que será difícil de recuperar para un auténtico proceso de paz.

Quiero decirles también que creo que el llamamiento solemne que hizo el Presidente Abbas ayer, día del aniversario del inicio de la guerra de 1967, merece ser leído y analizado por todo el mundo, porque tiene un valor y un coraje moral que me parecen dignos de ser recordados.

Me permitirán que les diga también que estuve en Israel. Me encontré con el Primer Ministro, con la Ministra de Asuntos Exteriores y estuve también en Sederot, la zona más bombardeada por los cohetes Kassam. Me parecía de justicia, también, mostrar nuestra solidaridad –la solidaridad europea– con todos los que están sometidos a algún tipo de violencia, incluida la violencia de los Kassam.

Viví allí unos momentos también duros, difíciles, pero, en cualquier caso, uno tiene una conciencia más clara de lo que está pasando si lo vive realmente sobre el terreno.

Quisiera decirles que en nuestra Declaración del miércoles pasado los miembros del Cuarteto hemos solicitado contención a Israel.

Israel está atravesando también una situación política difícil. Las elecciones primarias en el Partido Laborista todavía no han acabado –están a punto de acabar– y veremos cuál es la configuración del próximo Gobierno que pueda salir, si es que hay cambios, después de las elecciones en el Partido Laborista de Israel.

Me gustaría también decir que la Declaración del Cuarteto hay una llamada clara –y también enérgica– a que se realice la transferencia de recursos de Israel hacia las autoridades palestinas.

La comunidad internacional puede hacer mucho y, de hecho, mucho estamos haciendo. Los europeos estamos siendo, probablemente, los que más hacen.

Los países árabes han empezado también a dar dinero al Ministro de Finanzas, Salam Fallad, y hoy podemos decir que empieza a tener la posibilidades de construir un presupuesto desde el punto de vista de la Autoridad Nacional Palestina.

Pero sin la transferencia de recursos de Israel a Palestina, todo lo demás que desde la comunidad internacional podemos hacer es poco. La forma fundamental de mejorar las condiciones económicas está ligada a que haya una transferencia de recursos desde Israel hacia los palestinos.

Me van a permitir que les haga brevemente unas reflexiones sobre el Cuarteto para hacer después otras breves reflexiones sobre el Líbano.

Creo que la reunión del Cuarteto del miércoles pasado en Berlín, fue, desde mi experiencia –y son ya muchos años de pertenencia al Cuarteto desde mi participación como iniciador–, seguramente es una de las más importantes que hemos tenido hasta ahora. Ha sido un Cuarteto en el que hemos tenido la capacidad de reflexionar seriamente de cómo poner en marcha un proceso de paz. Si leen ustedes el último párrafo de la Declaración verán que es un párrafo que mira realmente al futuro y compromete a los miembros del Cuarteto a empezar a trabajar firmemente, en colaboración con las partes –Israel, Palestina, los Estados árabes–, para iniciar un proceso de paz, para iniciar un proceso con un horizonte político.

Les quiero anunciar que, por primera vez en su historia, el Cuarteto va a ir conjuntamente a la zona, va a tener una reunión en las próximas semanas con los palestinos y con los israelíes y va a tener una reunión también con los países árabes, que, con la iniciativa árabe de paz, creo que están cooperando también al inicio de la normalización de la vida –o al inicio de la posibilidad de normalización– en los territorios entre Israel y Palestina.

Por lo tanto, creo que este momento, dentro del desánimo que pueda haber en muchas personas, dentro del desánimo que uno puede encontrar entre los palestinos y también en cierta franja de la sociedad de Israel, la comunidad internacional, a través del Cuarteto, está reaccionando de la manera contraria: está reaccionando con la esperanza, con el sentimiento de que después de cuarenta años tenemos la obligación moral de hacer todos los esfuerzos para avanzar hacia una formalización de la paz, hacia un proceso de paz.

Les quiero decir que estas semanas van a ser realmente clave para intentar poner sobre los raíles un movimiento que pueda llevarnos desde la situación actual hasta un proceso político que nos lleve a la paz.

No es tan difícil encontrar cuáles son los elementos que pueden llevar este proceso a la paz. Casi todos tenemos en la cabeza alrededor de qué parámetros se puede encontrar la paz. Lo que hay que hacer ahora es ponerse a trabajar sobre ello en cooperación con todos los miembros del Cuarteto. Quiero resaltar la cooperación que nuestra propuesta encontró en el Secretario General de las Naciones Unidas, en la Secretaria de Estado norteamericana y en el Ministro de Asuntos Exteriores ruso, que mostraron una disposición claramente favorable a las ideas que, en nombre de Europa, tuve el privilegio de exponer al Cuarteto.

Por lo tanto, Señorías, estamos viviendo un momento realmente importante de encrucijada, desde el punto de vista de la situación sobre el terreno, pero también de encrucijada positiva hacia un proceso de paz que podemos empezar a ver construido o dibujado en el horizonte.

Señorías, no puedo dejar pasar este tiempo que me ha concedido la Presidencia sin decir unas palabras sobre el Líbano. El Líbano está atravesando, una vez más, momentos de crisis muy profunda. Sus Señorías lo saben bien. Son momentos muy profundos, algunos de los cuales vienen de atrás. Desde el asesinato del antiguo Primer Ministro Hariri, toda la situación que han atravesado durante el verano, la situación actual de parálisis política, que ha venido a encontrar una mayor gravedad con los movimientos que han aparecido, con actos de terrorismo, en los campos de refugiados; en dos campos de refugiados, expresamente: uno al norte y otro al sur.

Como sus Señorías saben, ha habido una reacción del ejército libanés que yo calificaría de patriótica, y patriótico ha sido el apoyo que ha encontrado el ejército libanés en todas las formaciones políticas del Líbano, lo cual es algo verdaderamente extraordinario teniendo en cuenta las diferencias que han existido en los últimos meses, semanas y días entre las distintas facciones libanesas.

Esperamos y deseamos que llegue la paz también al Líbano, que estas circunstancias especiales que se han producido en estos días –que vinieron acompañadas también por la aprobación del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de la creación del Tribunal Penal Internacional para juzgar los crímenes que se cometieron en el Líbano– permitan llegar a un acuerdo entre todas las fuerzas políticas para desbloquear el proceso político en el Líbano. Ese es nuestro deseo, y para hacer realidad ese deseo estamos cooperando de la mejor manera posible.

Señor Presidente, voy a cumplir con el tiempo que se me ha dado y me gustaría retomar en mis últimas palabras las primeras: hay un momento de esperanza, un momento que debemos ser capaces de aprovechar, que de una u otra manera debe cerrar un ciclo que se inició hace cuarenta años y que esperamos ver cerrado, por la paz, por la vida en común, juntos, de dos Estados –Israel y Palestina–, que en una paz que sea comprensiva con los demás –Siria, Líbano– podamos poder ver el resurgir de un Oriente Próximo que pueda ser más esperanzador para todos, próspero y que contribuya de una manera constructiva a la paz en toda la región.

Para los europeos es un empeño al que no podemos cerrar nuestros ojos y tengan la seguridad de que los míos, por lo menos, quedarán siempre abiertos.

(Aplausos)

 
  
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  El Presidente. Gracias, señor Solana, por sus declaraciones, pero también por su trabajo incansable y su profundo compromiso. Permítame decirle que mis experiencias han sido las mismas que las suyas. No debemos desalentarnos, debemos seguir por el camino de la paz.

 
  
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  Benita Ferrero-Waldner, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, como todos sabemos y como el señor Solana acaba de decir, la atmósfera en la región es extremadamente tensa. Diría incluso que existe un sentimiento de desesperación. Mi director sigue allí y acaba de llamarme. Lamentablemente, la seguridad se ha deteriorado y estamos ante un círculo vicioso de violencia, particularmente en los Territorios Palestinos Ocupados, en Israel y en el Líbano, como acaba de decir el señor Solana.

Si no se encaran las causas de esta desesperación, muy pronto podríamos presenciar la consolidación de grupos más radicales en toda la región. Creo que ese es el gran peligro que existe allí. En el Líbano, como acaba de decir el señor Solana, la lucha se ha ampliado a otros campos palestinos. Por ello estamos muy preocupados de que se produzca una confrontación entre las fuerzas armadas libanesas y los insurgentes islamistas. Este ha resultado ser el conflicto interno más grave desde el final de la guerra civil y ya ha costado la vida a más 100 personas.

Quiero destacar una vez más nuestro pleno apoyo al Gobierno legítimo del Líbano. Sin embargo, quiero repetir nuestra posición en el sentido de que es necesario hacer todo lo posible por evitar nuevas víctimas entre la población civil. Las organizaciones de ayuda humanitaria deben poder realizar su trabajo.

Por otra parte, también quiero expresar mi satisfacción por la adopción de la resolución 1757 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que asegura la creación de un tribunal especial sobre el asesinato del ex Primer Ministro libanés Rafiq Hariri. Pienso que esto permitirá los ciudadanos del Líbano afirmar el respeto de la ley y el Estado de Derecho en su país y pasar página a uno de los sucesos más trágicos de la historia reciente del Líbano.

Lamentablemente, la reunión prevista para mañana en Gaza entre el Presidente Abbás y el Primer Ministro Olmert ha sido cancelada, pero al menos los líderes del G-8 abordarán mañana la cuestión del conflicto palestino-israelí, tal como hicimos en la reunión de Ministros de Asuntos Exteriores del G-8. Había muchísima preocupación en torno a la evolución de la situación política y de seguridad en Gaza e Israel, pero también el reconocimiento de que no existe alternativa a la continuación de la ayuda humanitaria y, por otro lado, a la exploración sobre el modo de apoyar esta iniciativa de paz árabe.

Incluso en este momento delicado y difícil, creemos que todavía existen razones para la esperanza, porque la iniciativa israelí es una oportunidad única para una solución completa. Sabemos que los egipcios también están intentando concertar un alto el fuego con todas las facciones palestinas. La participación de los Estados Unidos, particularmente la participación de Condoleezza Rice, es muy útil en estos momentos difíciles. Nuestra Presidencia de la UE también interviene muy activamente. El «Cuarteto» ha hecho exactamente lo que el señor Solana ha dicho, creo que fue una reunión muy positiva y la idea es que coexistan la vía bilateral y la vía regional. Esperamos que la reunión pueda celebrarse en Egipto con interlocutores de la Liga Árabe y ojalá también con ambas partes.

Hace dos días hablé con el Ministro de Asuntos Exteriores jordano, el señor Abdel Ilah al Jatib, que, junto a su homólogo egipcio, tiene previsto visitar Israel antes de que la Liga Árabe se reúna con el «Cuarteto» a finales de junio. Esperamos que esto ayude a que convencer a Israel y le aliente a responder positivamente a la iniciativa de paz árabe.

La semana pasada también asistí a una conferencia en Viena sobre el papel de las mujeres líderes en la contribución a la paz y la seguridad en Oriente Próximo. Mujeres destacadas como Tzipi Livni, Hanan Ashraui, Condoleezza Rice y otras, analizaron la posible contribución a la paz por parte de la sociedad civil y de las mujeres en la sociedad. Incluso si es una pequeña contribución, esta es la primera vez que Tzipi Livni y Hanan Ashraui debatían en la misma mesa. Debo decir que hubo mucha comprensión mutua e incluso una atmósfera amigable. La iniciativa demostró ser otra parte útil de este dificilísimo proceso. Tengo previsto organizar una especie de reunión de seguimiento en Bruselas, quizás el año que viene.

Apreciamos mucho la participación del Parlamento Europeo: la visita de la Delegación del PE para las Relaciones con el Consejo Legislativo Palestino y después su visita, señor Presidente, y su muy equilibrado discurso en la Knesset el 30 de mayo. Es alentador que el discurso, como usted ha dicho, fuera bastante bien recibido por la Knesset. No es una ocasión fácil.

El pueblo palestino necesita desesperadamente una perspectiva política. Nosotros, los miembros del «Cuarteto», estamos todos de acuerdo a este respecto. Por ello debemos presionar a favor de negociaciones sobre la cuestión del estatuto definitivo, cooperando con las estructuras establecidas por la Liga Árabe. La Liga Árabe ha pedido a Israel que renuncie a ciertas medidas también relacionadas con la ocupación, por ejemplo los asentamientos y el muro de separación. Me alentó mucho la petición del Presidente Abbás a favor del final inmediato de esta violencia interna, porque los cohetes Kassam disparados desde Gaza tienen que parar de una vez por todas. El alto el fuego debe extenderse a Cisjordania. Lamento mucho que la reunión de mañana entre el Primer Ministro Olmert y el Presidente Abbás haya tenido que anularse, pero parece que hemos de aceptar que ambas partes no pudieron llegar a un acuerdo sobre el plan de Abbás para el alto el fuego, en particular sobre la vinculación del alto el fuego en Gaza con el cese de las operaciones militares en Cisjordania. Tampoco fue posible un acuerdo sobre la liberación de los ingresos por compensación palestinos retenidos por Israel hasta que se produzca la liberación del soldado secuestrado Gilad Shalit. Esperábamos que se produjese algún avance en estos temas. Los palestinos decidieron que no podían arriesgarse a celebrar esta reunión, pero por supuesto todos esperábamos que esta comportara cierto avance en el diálogo sobre el alto el fuego, la transferencia de los fondos y el movimiento de acceso.

Con respecto al Gobierno de Unidad Nacional, en mi opinión ahora no es el momento de tirar la toalla. Estoy de acuerdo en que hasta ahora no ha logrado todo lo que esperábamos, pero no existen alternativas atractivas. Si permitimos que este Gobierno se desmorone, las implicaciones para las instituciones de la Autoridad Palestina serían muy graves y a resultas de ello podrían fortalecerse grupos radicales escindidos. Creo que esto es lo último que quisiéramos que pase.

Como saben ustedes, dentro de los límites fijados por el Consejo de Ministros, la Comisión ha respondido rápidamente al Gobierno de Unidad Nacional y a las crecientes necesidades de los palestinos. Tan solo en la primera mitad de 2007 hemos comprometido 320 millones de euros de fondos comunitarios, que casi igualan el importe total de los fondos comprometidos el año pasado. Este esfuerzo excepcional demuestra que desde la formación del Gobierno de Unidad Nacional hemos aumentado nuestra ayuda de emergencia a los palestinos. Pero la situación financiera de la Autoridad Palestina es extremadamente grave, como dijo ayer Salam Fayad a mi colega. Todavía nos necesitan para continuar incluso con este mecanismo. Israel debe transferir los ingresos de compensación retenidos a la Autoridad Palestina. Por ello creo que tendremos que seguir alentándolos a hacerlo mediante el mecanismo temporal internacional o a través de la cuenta de la OLP. Hemos reiterado esta petición en la última reunión del Comité de Asociación con Israel en Jerusalén el 4 de junio. El «Cuarteto» también ha tomado nota de la importancia de la reanudación de las transferencias para mejorar las condiciones económicas y humanitarias en Cisjordania y Gaza. Como he dicho, que haya movimiento es por supuesto esencial en cualquier caso.

Desde la formación de este Gobierno de Unidad Nacional hemos estado trabajando muy estrechamente con el Ministro de Hacienda. Como la situación socioeconómica es tan desesperada, prorrogaremos el mecanismo temporal internacional hasta el 30 de septiembre y debemos buscar nuevos fondos para esta nueva prórroga. Pronto pediré al Parlamento Europeo y al Consejo que hagan otro esfuerzo por encontrar recursos adicionales en el presupuesto. Les doy las gracias por todo su apoyo en el pasado y espero que este apoyo también se nos conceda en el futuro, porque nuestra tarea prioritaria debe ser ayudar a restablecer las instituciones de la Autoridad Palestina para que entonces pueda prestar servicios al pueblo palestino. Estamos intentando pasar gradualmente a reanudar los proyectos de creación de instituciones y desarrollo y a dejar de concentrarnos tanto en la ayuda de emergencia y humanitaria, si es posible, ya que, por supuesto, la situación todavía lo exige.

Esperamos con impaciencia nuevas propuestas palestinas. Dijeron que aportarían ideas para un apoyo internacional específico. La Autoridad Palestina está elaborando actualmente un plan operativo que después podría ser una herramienta útil para identificar actividades de desarrollo, particularmente en Gaza, que nosotros pudiéramos apoyar.

También quiero decir que el déficit financiero de la Autoridad Palestina es tan grande que sería imposible que la Comunidad soporte ella sola la carga. Los Estados árabes también deben cumplir sus compromisos de ayuda al Gobierno de Unidad Nacional. Me ha animado ver que la cuenta de la OLP creada ahora ha sido utilizada al menos por Arabia Saudí, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos. Esto ayudará, pero no es suficiente.

(Aplausos)

 
  
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  El Presidente. Gracias, señora Comisaria. Yo también quiero darle las gracias muy sinceramente, señora Ferrero-Waldner, por su dedicación a este difícil proceso de paz, si todavía podemos hablar de proceso de paz.

 
  
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  José Ignacio Salafranca Sánchez-Neyra, en nombre del Grupo del PPE-DE. (ES) Señor Presidente, en primer lugar quisiera dar las gracias al Alto Representante por sus esfuerzos incansables en favor de la paz, a usted mismo; a usted, señor Presidente, por su visita a la región, por lo que tiene de símbolo y por lo que tiene de solidaridad; y a la Comisaria Ferrero-Waldner, por la ímproba tarea que la Comisión Europea está realizando en medio de una grave crisis política, con las facciones que integran el Gobierno de Unidad Nacional ahora enfrentadas y en medio de una crisis social, económica y humanitaria gravísima.

¿Qué se puede hacer ante esta situación? Yo creo que muy poco más de lo que nos han dicho la señora Ferrero-Waldner y el señor Solana: redoblar los esfuerzos diplomáticos de la Unión Europea y actuar sobre la base de dos premisas.

La primera es que tienen que cesar las luchas intestinas entre las dos facciones que integran el Gobierno de Unidad Nacional, enfrentadas en una lucha descarnada por el poder, lo que está afectando dramáticamente a la población civil.

Y, en segundo lugar, señor Presidente ?hay que decirlo también de forma muy clara?, un compromiso indeclinable y explícito del Gobierno de Unidad Nacional con la democracia y con la renuncia a la violencia.

Mientras tanto, señor Presidente, ¿qué podemos hacer? La Comisaria Ferrero-Waldner lo ha explicado muy claramente: tratar de aplicar con la máxima flexibilidad el mecanismo de ayuda humanitaria, de aumentar su dotación y de redistribuirlo entre otras prioridades.

Señor Presidente, la pena máxima del Código Penal de mi país son treinta años y un día. El señor Solana nos recordaba hoy que hace cuarenta años de la Guerra de los Seis Días, en virtud de la cual se ocupaban Gaza, Cisjordania y los Altos del Golán. Y la situación sigue enquistada y empantanada. Cuarenta años es más de lo que una sociedad —o dos sociedades, como decía el señor Solana— pueden tolerar en términos de sufrimiento y de muerte.

Yo creo que este Parlamento tiene que responder unido en apoyo de los representantes del Consejo y de la Comisión para que la Unión Europea, en medio de la comunidad internacional en general y del Cuarteto en particular, haga todo lo posible para que se dé —como decían el señor Solana y la señora Ferrero-Waldner— una nueva oportunidad a la paz en medio de una sociedad y de una región que ya ha sufrido demasiado.

 
  
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  Pasqualina Napoletano, en nombre del Grupo del PSE. – (IT) Señor Presidente, señora Ferrero-Waldner, señor Solana, Señorías, como se ha señalado, este debate se produce en el 40º aniversario de la ocupación de Cisjordania y Gaza. Lo que se suponía que iba a ser una guerra relámpago se ha convertido en una pesadilla sin fin: 40 años es tanto tiempo que generaciones enteras de palestinos nunca han conocido nada más que ocupación, humillación, puestos de control y después el muro y casi el encarcelamiento total. La circulación es ahora totalmente imposible en los territorios ocupados.

Durante estos 40 años, Israel tampoco ha encontrado, sin duda, las garantías de seguridad que estaba buscando y ha experimentado una preocupante erosión de la democracia y el Estado de Derecho. Son dos pueblos agotados por la guerra y la violencia interminables. Por nuestra parte, queremos hacer hincapié, como lleva mucho tiempo diciendo con toda claridad el Grupo Socialista en el Parlamento Europeo, en que la única forma posible de introducir algún enfoque constructivo en una situación que se deteriora constantemente es apoyar abiertamente al Gobierno de Unidad Nacional palestino.

Debemos añadir a ello el compromiso que debe plantearse la comunidad internacional de enviar una fuerza de mantenimiento de la paz para impedir que la violencia de las últimas semanas en Gaza degenere todavía más, restablecer las condiciones básicas para que las personas lleven una vida normal y que se respete el Derecho internacional y, sobre todo, romper el círculo vicioso de interminable violencia.

De Israel esperamos gestos distintos de los asesinatos y detenciones indiscriminadas que practicó en respuesta a los ataques con cohetes Kassam sobre Sderot. La ocupación, los asentamientos, el muro y el estatuto de Jerusalén hacen cada vez menos probable la perspectiva de una solución de dos Estados, tal como dicen ahora incluso fuentes de las Naciones Unidas. Las Naciones Unidas, los Estados Unidos, Rusia, Europa y toda la comunidad internacional tienen la responsabilidad de actuar antes de que las posibilidades de coexistencia desaparezcan para siempre.

Finalmente, quiero recordarles que existe un plan árabe que ofrece a Israel una perspectiva de paz, no solo con los palestinos, sino también con los países árabes en su conjunto. Esta cuestión debe abordarse con mayor convicción. El mismo Primer Ministro Olmert dijo el otro día que ese plan podría formar una base para la negociación. Espero que no lo haya dicho simplemente porque su Gobierno es particularmente débil.

La situación en el Líbano es igualmente grave, como ha señalado usted. Creo que las fuerzas de la FPNUL sobre el terreno deben recibir más apoyo y refuerzos. Finalmente, nos gustaría pedir al Presidente Poettering que haga gestiones para la convocatoria de una reunión extraordinaria de la Asamblea Parlamentaria Euromediterránea.

 
  
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  Annemie Neyts-Uyttebroeck, en nombre del Grupo ALDE. – (NL) Señor Presidente, señor Alto Representante, señora Comisaria, Señorías, estos días conmemoramos la Guerra de los Seis Días, que, por una parte, estableció la supremacía militar de Israel, pero también fue el preludio de cuarenta años de ocupación, enfrentamientos, violencia y un derramamiento de sangre interminable. Cualquiera en Israel que haya nacido en los territorios ocupados después de junio de 1967, es decir, cualquiera que tenga menos de cuarenta años de edad, no ha conocido más que la incertidumbre y la ansiedad sobre el futuro de su propio país, sus seres queridos y su propia vida. Después de cuarenta años, realmente, ya es hora de decir basta. Es necesario impulsar la paz de forma urgente: paz sostenible, basada en el reconocimiento mutuo de dos países de su derecho a la existencia y en la necesidad de que sus países vecinos los dejen en paz.

A todos los oradores anteriores les ha costado horrores explicar lo complicado, difícil y complejo que es esto, pero, Señorías, hay un ingrediente sin el cual nunca funcionaría, concretamente la voluntad política y el valor político. Sin el tipo de voluntad política y valor político que se puso de manifiesto una vez en Sudáfrica, por ejemplo, en ambos bandos, para terminar con el apartheid, un régimen brutal, no funcionará. Lo lamentable es que nadie puede tener voluntad política y valor político en lugar de los protagonistas. Son ellos mismos quienes deben reunir esta voluntad política y este valor político. Mañana se formará una cadena humana de judíos y palestinos alrededor del edificio Berlaymont que dirán juntos: «Después de cuarenta años, realmente estamos hartos. Después de cuarenta años tenemos que trabajar por la paz.»

Pero por desgracia el conflicto entre Israel y Palestina no es el único problema que fermenta en la región. En el Líbano ha estallado un nuevo brote de violencia, en el que algunos ven la mano de Siria, que quiere evitar un tribunal internacional sobre el caso Hariri a toda costa. En nombre de mi Grupo, acojo con satisfacción la decisión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que ha tenido el valor de decir que se va a establecer un tribunal. Como saben, será un tribunal mixto, con jueces libaneses e internacionales, y un ministerio fiscal público, que funcionará según los principios del Derecho libanés. Pero también en el Líbano se necesitará finalmente valor político en todos los bandos para dar asimismo a los libaneses aquello a lo que también tienen derecho: paz y seguridad.

 
  
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  Brian Crowley, en nombre del Grupo UEN. – (EN) Señor Presidente, quiero dar las gracias al Alto Representante y a la Comisaria por sus presentaciones hoy aquí. En lugar de hablar de todos los países en tan poco tiempo, me centraré en Palestina, porque todo lo que pasa en las demás partes de Oriente Próximo se relaciona con la situación en Israel y Palestina.

Revisando los debates celebrados en la sesión especial del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas hace 40 años, en 1967, tras el inicio de la Guerra de los Seis Días, es interesante ver que la solución potencial o el plan considerado era una garantía de la seguridad y las fronteras de Israel, basada en una retirada de las fuerzas israelíes de los territorios ocupados y una solución de dos Estados. Cuarenta años después, el «Cuarteto» no ha logrado lo que debe ser el más simple de todos los objetivos: inculcar a las personas esta forma de pensar.

Hemos cometido errores en Europa con nuestra respuesta negativa a la elección del Gobierno de Hamás en Palestina, una reacción que envió una señal equivocada, pues permitió a los grupos radicales tomar el control sobre el terreno y llevar a la gente a decir: «no tiene sentido votar por estas personas o atraer a estas personas, porque los europeos dejarán de pagar». Por eso era tan importante, como ha dicho con razón la Comisaria, que se restableciera la financiación a través del mecanismo de emergencia.

El trabajo debe continuar, porque solamente construyendo relaciones y construyendo el diálogo entre los pueblos podemos garantizar que haya una solución. Esa solución debe basarse en los mismos principios que hace 40 años: una solución de dos Estados, garantía de fronteras seguras y justicia y equidad para todas las personas en Israel y en Palestina.

 
  
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  David Hammerstein, en nombre del Grupo Verts/ALE. (ES) Israel ganó la Guerra de los Seis Días, pero ha perdido la paz con cuarenta años de ocupación. Ahora vemos que hay una peligrosa tendencia hacia la iraquización o la tribalización de la violencia en el Oriente Próximo.

La emergencia de Fatah al Islam en los campos palestinos del Líbano y la creciente fragmentación de los conflictos civiles en Gaza no son buenos augurios para el futuro de la región.

Vemos cómo el problema palestino se externaliza por todo el Oriente Próximo mientras se mezcla con los intereses encontrados de distintos actores.

Corremos el peligro de tocar fondo muy pronto. ¿Vamos a esperar pasivamente a que haya un colapso de la Autoridad Palestina? Como he dicho, no podemos permitirlo. ¿Qué vamos a hacer para que esto no ocurra? ¿Es una muerte anunciada, el caos y la violencia de la guerra de todos contra todos?

Gaza no puede esperar más. La Unión Europea no puede seguir dando la espalda al Gobierno de Unidad Palestina elegido democráticamente. Esta política europea ha contribuido al descrédito popular de cualquier atisbo de moderación por parte de Hamás y Al Fatah, porque muestra que la aceptación del acuerdo de La Meca no cambia en nada el embargo ni mejora las condiciones terribles de vida en la enorme cárcel que se llama Gaza.

Primero, la Unión Europea debe iniciar un diálogo con todas las partes, incluida Hamás, para fomentar un gobierno de unidad estable.

Segundo, debemos reanudar la ayuda financiera directa a la Autoridad Palestina y conseguir que Israel devuelva el dinero de los impuestos palestinos que guarda.

Y, finalmente, debemos trabajar para la extensión del alto el fuego de Gaza a Cisjordania, con la construcción de unas garantías internacionales, con el envío de tropas europeas y árabes bajo un mandato de la ONU a Gaza y, si es necesario, a Cisjordania.

Pedimos, al mismo tiempo, la liberación de los cuarenta y cinco diputados y del israelí Gilad Shalit y el cese del lanzamiento de los cohetes Kassam como las respuestas fulminantes por parte de Israel.

(Aplausos de la izquierda)

 
  
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  Francis Wurtz, en nombre del Grupo GUE/NGL. (FR) Señor Presidente, señor Solana, señora Comisaria, mi Grupo tenía mucho interés en celebrar este debate, especialmente hoy, cuarenta años después del comienzo de una guerra con respecto a la cual la comunidad internacional, incluida la Unión Europea, se ha mostrado hasta hoy incapaz de imponer la única solución justa y duradera, es decir, el fin de la ocupación, de la colonización, de la opresión por parte de Israel de los Territorios palestinos conquistados en 1967.

Señor Presidente, acogí con satisfacción, tanto por la forma como por el contenido, las contundentes palabras que pronunció sobre este asunto en la Knesset el 30 de mayo. Recuerdo especialmente tres frases clave de su discurso. Usted afirmó que «la legislación internacional es vinculante para todos nosotros». Es cierto. No pedimos a Israel nada más que el respeto de las resoluciones del Consejo de Seguridad, de las Convenciones de Ginebra, de las opiniones del Tribunal Internacional de Justicia y del Derecho humanitario, como acaba de subrayar la Organización de las Naciones Unidas. Las violaciones de la ley son flagrantes, constantes y masivas. Están relacionadas con los asentamientos, los refugiados, los prisioneros, el muro y principalmente, sin duda, la ocupación de los territorios y la anexión de Jerusalén Este.

Señor Presidente, usted también ha subrayado que «una solución de dos Estados sobre la base de las fronteras de 1967 es la única salida satisfactoria». Es una verdad fundamental. No obstante, la multiplicación de los asentamientos, la construcción del muro, el aislamiento de zonas palestinas de Jerusalén imposibilitan precisamente esta solución. El desprecio que muestran las autoridades israelíes por el plan de paz de la Liga Árabe confirma esta estrategia de deterioro de las cosas.

Señor Presidente, usted nos ha recordado, y con razón, este hecho tan obvio: no hay paz sin justicia. Un famoso historiador israelí, Tom Segev, se ha hecho eco recientemente de los pensamientos de aquellos de sus compatriotas que han creído durante cuarenta años que «en 1967, Israel sentó las bases del terrorismo futuro». Grandes hombres de Estado como Isaac Rabin entendieron esto, pero las fuerzas de paz israelíes, que son un activo de este país, son marginadas por el régimen actual.

La conclusión que hay que sacar de esta trágica experiencia de cuarenta años de ceguera es, en la opinión de mi Grupo, la siguiente: no hacer nada equivale a incurrir en culpa por nuestra parte. Atrevámonos a defender la verdad. Señor Presidente, permítame citar sus palabras por última vez: «tengamos el coraje de empezar de nuevo juntos».

(Aplausos de la izquierda)

 
  
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  El Presidente. Gracias, señor Wurtz, por la referencia a mi discurso ante la Knesset.

 
  
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  Javier Solana, Alto Representante de la PESC. (EN) Señor Presidente, responderé brevemente a las intervenciones de los diputados que representan a los diferentes Grupos políticos de esta Cámara.

Creo que la mayoría de las intervenciones han seguido una línea que en cierto sentido es la misma que venimos defendiendo desde hace mucho tiempo: a saber, que ha llegado el momento de superar la política de gestión de crisis, que es muy importante, pero no suficiente. Necesitamos políticas, además de gestión de crisis, para resolver el conflicto. Necesitamos trabajar hacia un horizonte político para empezar realmente a ocuparnos de resolver el conflicto que comenzó hace 40 años. Esta es básicamente la opinión que todos han expresado, y es algo que intentaremos hacer en los próximos días.

Les he dicho que el miércoles pasado se reunió en Berlín el «Cuarteto», y he dicho que este se ha comprometido por primera vez a entablar un debate con las partes para empezar a trabajar hacia un horizonte político. Esto significa que, antes de fin de mes, el «Cuarteto» se reunirá con los palestinos y los israelíes para impulsar el diálogo, que se encuentra en su fase preliminar, iniciada entre el Presidente Abbás y el Primer Ministro Olmert. Ellos son las dos personas que deben encontrar la vía hacia la paz. Nuestra obligación es impulsar y servir de catalizador para este proceso. Esto es lo que vamos a hacer. Está escrito muy claramente en la declaración emitida por el «Cuarteto» el pasado miércoles. Creo que es un cambio profundo y deseo subrayarlo porque alguien ha preguntado si vamos a esperar pasivamente a que suceda una catástrofe. La respuesta es no: nosotros no queremos hacerlo; ustedes no quieren hacerlo; los habitantes de la región no quieren hacerlo. Por ello, bajo el liderazgo del «Cuarteto», estamos intentando presentar este mecanismo para avanzar hacia la paz.

Algunos diputados que representan a Grupos políticos han presentado algunas otras ideas, incluida la sugerencia de una fuerza internacional. Quiero decir que, por primera vez en muchos años, la idea de una fuerza internacional de paz no está descartada. Como ustedes saben, la idea fue presentada en la Knesset por dos diputados de los Grupos parlamentarios, que indicaron que quizás había llegado el momento de solicitar la intervención de una fuerza internacional, al menos al principio, con una misión de mantenimiento de la paz o para controlar la frontera meridional, el llamado Corredor de Filadelfi, donde se halla el paso fronterizo de Rafah. Estamos trabajando en ello, como ustedes probablemente saben, porque ya se ha publicado información en este sentido. Los israelíes también están considerando esa posibilidad, al igual que los palestinos. Los egipcios también están considerando esa posibilidad con diferente intensidad. Para los egipcios probablemente sería muy difícil tener allí una fuerza internacional, pues podría dar la impresión de que no son capaces de controlar esa parte de la frontera. Sin embargo, creo que todavía podemos iniciar conversaciones sobre estas cuestiones y quizás logremos finalmente una solución.

Esto también enlaza con lo que ha dicho la señora Napoletano sobre el éxito de la FPNUL, la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano. El hecho de que la fuerza internacional haya sido responsable de la FPNUL, es decir, de la aplicación de la resolución del Consejo de Seguridad sobre el Líbano, y la manera en que esta ha sido percibida, es decir, la eficacia de la fuerza, cuya columna vertebral es europea, han hecho que algunos miembros del Gobierno israelí, de la Knesset y en todo Israel piensen que podría ser posible la intervención de una fuerza de ese tipo en otra parte.

En cierto modo, tenemos que vincular todas las cuestiones. Debemos poder usar en otro lugar lo que hemos aprendido de nuestra presencia en el Líbano. Esto abre la vía a una presencia supervisora que será absolutamente necesaria si queremos que el proceso de paz llegue a buen puerto.

Quiero señalar una vez más que, con respecto al Líbano, la resolución por la que se crea el tribunal es muy importante. El tribunal no va contra nadie. Ha habido una reacción muy negativa en Siria, pero conviene destacar que un tribunal internacional no va contra nadie, contra ningún país. Es un tribunal que se constituye para aclarar quién es responsable del asesinato de un hombre bueno, un amigo de muchos de nosotros, el señor Hariri, asesinado de una forma que ha de aclararse si queremos la paz y la reconciliación en el Líbano. Por ello, en la Unión Europea hemos estado trabajando en esta dirección y el miércoles pasado el Consejo de Seguridad aprobó otra decisión importante sobre la constitución de un tribunal internacional.

Quiero decir una vez más que lo que hemos intentado hacer al encaminar al «Cuarteto» en la dirección en la que nos movemos ahora es algo que tiene muchos padres, o muchas madres, como siempre, pero pueden estar ustedes seguros de que los europeos han estado trabajando sin descanso desde el principio para llegar a este momento. Esperemos poder seguir obrando en esa dirección. Será difícil, pero para el futuro espero contar con el apoyo, la ayuda y la comprensión del Parlamento Europeo, como siempre.

(Aplausos)

 
  
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  Charles Tannock (PPE-DE).(EN) Señor Presidente, ayer me reuní con una delegación de ciudadanos israelíes de Sderot que me relataron de primera mano el terror de su población civil ante 300 ataques aleatorios con cohetes Kassam disparados contra ellos desde lugares de Gaza controlados por Hamás, lo cual constituye claramente un crimen de guerra según el Derecho internacional, con dos muertos y muchos heridos hasta la fecha. La semana pasada, 33 personas fueron detenidas por la Fuerza de Defensa de Israel en Cisjordania, incluido el Ministro de Educación palestino Nasser al Shaer, supuestamente por su apoyo declarado a estos ataques con misiles. La detención de un Ministro de Educación es interesante, pues pretende apoyar las repetidas alegaciones hechas en esta Cámara de que los libros de texto palestinos y el programa escolar apoyado durante años por fondos comunitarios siguen destinados a fomentar un clima de odio y desconfianza hacia Israel y una glorificación de la violencia terrorista.

Muchos de los Ministros de Hamás en el Gobierno de Unidad –al igual que la Carta de 1988 de Hamás, inspirada en la Hermandad Musulmana de Egipto– todavía creen firmemente que el Estado de Israel no tiene derecho a existir, que toda violencia terrorista está justificada mediante la llamada lucha armada y que no se sienten vinculados por los acuerdos internacionales anteriores firmados por la OLP. Por ello, en mi opinión está claro que el Gobierno de Unidad de la Autoridad Palestina no cumple actualmente los criterios del «Cuarteto» y la UE no debe levantar todavía la prohibición de Hamás como organización terrorista designada, o financiar directamente al Gobierno de la AP. Tampoco conviene abandonar el mecanismo temporal internacional para la prestación de ayuda humanitaria, que asciende a 500 millones de euros anuales y de hecho ha aumentado durante los tres últimos años, contrariamente a la opinión popular.

Yo también apoyo las nuevas propuestas de la Liga Árabe a favor de una solución negociada, aunque el derecho de retorno es del todo inviable. Pero una vez más, y curiosamente, Hamás rechaza sus propuestas de reconocimiento de Israel. Algunos partidarios de la línea dura en todos los bandos rechazan la paz o una solución de dos Estados, pero en el 40º aniversario de la Guerra de los Seis Días está claro que esta es la única solución viable a largo plazo para una paz duradera en la región. Pero primero la Autoridad Palestina debe garantizar el orden público en su territorio y detener la escalada hacia una guerra civil entre Hamás y Al Fatal, que también se fomenta en el Líbano.

Una vez más quiero pedir a esta Cámara y a la comunidad internacional que presionen a todos los responsables para liberar al reportero de la BBC Alan Johnston, de quien sabemos ahora que está vivo y en buenas condiciones, y el soldado secuestrado Shalit. Esto creará un clima que conducirá al relanzamiento de la «Hoja de Ruta», vital para las conversaciones de paz.

 
  
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  Véronique de Keyser (PSE). – (FR) Señor Presidente, en la época de las elecciones legislativas celebradas en 2006, pregunté a un palestino: «¿Cree que estas elecciones traerán la paz?» Y él respondió: «No, la paz no, sino la democracia. Y vamos a demostrarle al mundo que, incluso en los territorios ocupados, somos capaces de celebrar elecciones libres».

Nuestra respuesta fue patética. Nuestro desprecio por las aspiraciones de un pueblo, incluido su derecho a cometer errores, introdujo un grado más de caos en una región que ahora emerge. El establecimiento de un Gobierno de Unidad Nacional y el Acuerdo de la Meca no han modificado suficientemente la línea dura de la Unión Europea o sus sanciones. A pesar de sus esfuerzos, señora Ferrero-Waldner –y de seguro que los aprecio–, al margen de lo que nos ha dicho, y es alentador, señor Solana, creo que todavía no hemos cambiado radicalmente nuestra política hacia Oriente Próximo y que no hemos entendido bien que estamos dañando la verdadera noción de democracia con nuestra respuesta a estas decisiones.

Es una actitud que ha perdurado durante cuarenta años. Creo que, en parte, somos responsables de haber permitido durante cuarenta años que arraigue en Palestina una situación de ilegitimidad total, con ejecuciones extrajudiciales, usurpaciones de terrenos, secuestros de Ministros y representantes legítimamente elegidos, la existencia de un muro considerado ilegal por el Tribunal de La Haya y el incumplimiento de las Convenciones de Ginebra; el señor Wurtz ha hablado de esto: más de 400 niños siguen prisioneros en cárceles israelíes, más de 400 jóvenes palestinos. Las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas pasaron por alto el acordonamiento de territorios y las restricciones a la circulación. ¿Y qué más?

Sin duda, señor Tannock, condenamos la violencia, condenamos el disparo de cohetes, condenamos el secuestro del soldado, Shalit, pero actualmente hay un desequilibrio. Miren las cifras. Muy a nuestro pesar, son increíblemente desfavorables para el pueblo palestino, y repito, no hay equidistancia. El Derecho internacional: eso no es equidistancia.

Hoy nada justifica nuestro silencio, y quisiera saludar aquí a estos nuevos Hombres Justos, a aquellos judíos que, en Israel y en otros lugares, hablan y afirman que hay que poner fin a esto. Lo dicen en medio de las burlas, del sarcasmo y a veces de las amenazas de sus conciudadanos. Me considero partidaria de todas estas personas, del mismo modo que me considero partidaria de nuestros colegas palestinos que, a pesar de la inmunidad parlamentaria, han sido encarcelados.

Quisiera decirles que en Bélgica todos los líderes de los partidos políticos van a reunirse mañana, a las 13:00 horas, en Berlaymont, para hacer una cadena de paz y pedir a la Unión Europea que asuma sus responsabilidades, y no solo las de índole humanitaria sino las verdaderas responsabilidades políticas que dan crédito a la Unión Europea.

 
  
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  Angelika Beer (Verts/ALE).(DE) Señor Presidente, Señorías, ninguno de nosotros cuestiona el derecho de Israel a existir. Somos conscientes de nuestra responsabilidad política. Al mismo tiempo quisiera recordar a la Cámara el mensaje de una conferencia de paz celebrada en Palestina en los últimos días. Un grupo de mujeres, que son, después de todo, parte de la sociedad civil, mujeres palestinas e israelíes, nos han enviado un mensaje claro. Hablan ustedes, dicen ellas, de la coexistencia de dos Estados. Eso es positivo, pero por favor tomen nota de que en Palestina y en Gaza está amenazada nuestra existencia.

Creo que el quid de la cuestión en este momento es la cuestión de la existencia. Por este motivo, me complace que el señor Solana haya dicho que deberíamos pensar en examinar nuestra experiencia en el Líbano lo antes posible y tal vez implicarnos en Gaza. Debemos actuar antes de que la situación se nos escape totalmente de las manos, porque no habrá muchas más oportunidades. Lo que usted ha calificado de coraje, señor Solana, es decir, la esperanza que debemos tener si queremos mantener nuestro compromiso y explicarlo también a las personas sobre el terreno, esa esperanza se ha reducido a una sombra en la propia región.

Quiero dar las gracias al señor Poettering en nombre de mi Grupo por haber hecho ese viaje. Usted ha dicho que la situación de Gaza es intolerable. Es nuestro deber defender más que nunca el derecho de las personas de allí a vivir en paz, y sin duda eso también significa criticar a Hamás por su doblez. En nuestra opinión, la declaración de Hamás con motivo del 40º aniversario de la Guerra de los Seis Días es inaceptable. Pero al mismo tiempo debemos cooperar activamente con el Gobierno de Unidad Nacional. No tendremos una segunda oportunidad. Me sumo la crítica expresada por la señora De Keyser hace un momento. La Unión Europea, en efecto, ha cometido errores en esa región. Hemos decepcionado amargamente las esperanzas de las personas y no hemos sabido aprovechar su voluntad de mirar al futuro.

Espero que el «Cuarteto» de Oriente Próximo despierte ahora del sueño en que está sumido. Espero que entre en acción y que se hagan viajes a la región. Quizás sea nuestra última oportunidad para hablar de manera realista de esperanza de paz.

 
  
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  Jana Hybášková (PPE-DE).(EN) Señor Presidente, quiero empezar con algunas citas. El 2 de abril, el Primer Ministro Haniya dijo en Al Yasira: «En lo que a nosotros se refiere, el tema del reconocimiento de Israel ha quedado resuelto de una vez para siempre. Ha quedado resuelto en nuestra literatura política, en nuestro pensamiento islámico y en nuestra cultura yihadista, en la que basamos nuestros actos. Declararemos una tregua, pero nunca el reconocimiento de Israel.» El 27 de abril declaró a la misma emisora: «Si el asedio continua más allá de cierto tiempo, nos veremos forzados a tomar una decisión y no hay duda de que actuaremos.» El 5 de mayo, en una plegaria, dijo: «Reitero, en nombre del Gobierno palestino, que el plan de seguridad no golpeará a la resistencia. Daremos a Alá la oportunidad de que nos conceda una de las dos gracias, la victoria o el martirio.»

Hablo el árabe con fluidez y puedo asegurarles que la traducción es correcta. La situación es grave. Nos enfrentamos no solo a la «iraquización» de Gaza, sino a la «iranización» de todo Oriente Próximo. Esto no es solo una amenaza para Oriente Próximo. Es una amenaza grave para nuestra propia seguridad. Europa debe ser un actor y debemos estar absolutamente unidos. Por tanto, el Parlamento debe seguir unido, apoyando al Consejo, a la Comisión y al «Cuarteto». El mecanismo temporal internacional debe continuar. Debemos mantener la ayuda humanitaria. Debemos usar incluso la cuenta de la OLP.

Sin embargo, la cuestión clave es conseguir que el Gobierno de Unidad Nacional Palestino renuncie a la violencia, reconozca a Israel y respete los acuerdos internacionales. Solo entonces podemos volver a la resolución 242 de las Naciones Unidas, pidiendo a Israel la retirada de los territorios para que no haya «desterritorios» o territorios ocupados. Por ello pregunto al Consejo y a la Comisión si consideran que ya se cumplen las condiciones necesarias para el reconocimiento y la financiación directa del Gobierno de Unidad Nacional Palestino.

 
  
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  Béatrice Patrie (PSE).(FR) Señor Presidente, señora Comisaria, señor Solana, cuando han transcurrido cuarenta años desde la Guerra de los Seis Días y las naciones de Oriente Próximo siguen sufriendo sus trágicas consecuencias; cuando los informes de Amnistía Internacional y las Naciones Unidas cuestionan seriamente la viabilidad de un Estado palestino a causa de las persistentes políticas de ocupación y colonización israelíes; cuando en Gaza y Cisjordania reina una miseria insoportable, alimentando el enfrentamiento entre facciones rivales palestinas y el Gobierno de Unidad Nacional, el último baluarte contra la guerra civil, pende de un hilo; cuando toda la región está en ebullición, desde Iraq hasta el Líbano, podemos decir que los discursos compasivos ya no bastan y urge un cambio, una sublevación, una revolución, me atrevo a decir, en nuestra política hacia Oriente Próximo, asumiendo plenamente nuestras responsabilidades.

En primer lugar, mediante el reconocimiento del Gobierno de Unidad Nacional palestino, en el que hemos depositado nuestras esperanzas y que ha declarado su voluntad de respetar todas las resoluciones de las Naciones Unidas y de la OLP, todas las resoluciones anteriores, al igual que las exigencias del «Cuarteto» para recuperar la credibilidad de la solución de dos Estados. Después, reanudando nuestra ayuda directa a este Gobierno, porque no es realista esperar que los israelíes liberen los ingresos fiscales recaudados por derecho y que siguen estando confiscados y porque el mecanismo temporal se ha esfumado. Además, desplegando una fuerza internacional de interposición en la frontera entre Gaza e Israel, la única medida que podría producir un alto el fuego, cuya eficacia y duración se han demostrado en el Líbano. Finalmente, y por encima de todo, mostrando una gran ambición, quizás tomando la iniciativa de un Camp David europeo, que se hizo necesario desde que la «Hoja de Ruta» defendida por el «Cuarteto» se ha convertido en papel mojado.

Desde 1967 nos hemos perdido entre errores e injusticias. ¿Tenemos que esperar otros 40 años...?

(El Presidente interrumpe a la oradora)

 
  
  

PRESIDENCIA DEL SR. SIWIEC
Vicepresidente

 
  
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  Margrete Auken (Verts/ALE).(DA) Gracias, señor Presidente, y tracias también a la Comisaria y al Alto Representante. Pero por decirlo de manera sencilla, tengo mis dudas. En el Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea hemos intentado debatir entre nosotros lo que hemos aprendido aquí. Para nosotros, una prioridad máxima es que reconozcamos ahora al Gobierno palestino y que se tomen medidas de nuevo. Simplemente soy incapaz de decir si eso es lo que se nos ha dicho que va a suceder. No era lo que el señor Solana nos ha dicho; pero ¿era lo que ha dicho la señora Ferrero-Waldner ? Quiero decir, ¿ha dicho que ahora expresaremos el reconocimiento y actuaremos a partir de esto? Me parece que necesitamos una respuesta clara a esta pregunta porque lo que frustra todo el sistema es el hecho de que todo lo que hacemos es hablar y hablar y no tomamos medidas. El doble rasero y la parálisis efectiva están a punto de destrozar no solo Oriente Próximo, sino también la Unión Europea.

La otra cuestión sobre la que necesitamos una aclaración es lo que significa el hecho de que ahora vayamos a apoyar la iniciativa árabe. No he podido deducir de la exposición del señor Solana que esto es lo que en realidad pretendemos hacer. La única conclusión que he podido sacar es que se ha dicho que ahora debemos retomar las negociaciones. No obstante, sabemos perfectamente adónde tenemos que ir. Hacerlo realidad es un proceso difícil, pero sabemos que tiene que producirse, y no podemos permitirnos hacernos famosos por mencionar la iniciativa árabe una y otra vez y después desahogarnos diciendo «a ver qué pasa ahora». Tenemos que decir que ahora es cuando estamos empezando. Tenemos ante nosotros el resultado final del que sabemos perfectamente que es el único resultado aceptable si queremos avanzar y que, para colmo, es lo que tanto Occidente como Israel llevan pidiendo desde hace mucho tiempo. De pronto se ha puesto sobre la mesa. ¿No podemos tener respuestas claras? Estaría bien.

 
  
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  Elmar Brok (PPE-DE).(DE) Señor Presidente, señora Comisaria, señor Alto Representante, el hecho de que ahora el «Cuarteto» tenga la intención de actuar conjuntamente en la región es una buena noticia. Se trata de un mensaje importante, pero como hemos dicho a menudo en esta Cámara, el «Cuarteto» solo adquiere la credibilidad que necesita para poder ofrecer las garantías de seguridad esenciales a todas las partes mediante la acción concertada. A los ojos de la región, ningún miembro del «Cuarteto» puede hacerlo por sí solo. Permítame felicitarle por esta novedad y por el hecho de que puede combinarse con la iniciativa árabe.

Si queremos avanzar –y lo hemos debatido con tanta frecuencia– y evitar rendirnos a la desesperanza y a la desesperación, debemos tener clara una cosa: los sectores moderados de ambas partes deben poder crear las condiciones necesarias, en sus propios territorios, para poder construir los cimientos de un proceso de paz que no se vea destruido por las provocaciones de las minorías extremistas de la otra parte. Por lo tanto, este debe ser el punto de partida. Sin duda, es verdad que Israel debe desembolsar el dinero. También es verdad que hay que poner fin a esta situación mosaico que existe en Cisjordania, plagada de controles y asentamientos, que corta de raíz cualquier desarrollo económico, y que deben prevalecer unas condiciones que posibiliten de nuevo el desarrollo económico. Podemos meter tanto dinero como queramos en Cisjordania, pero el caso es que hay que crear las condiciones adecuadas allí.

No obstante, también es preciso decir que lo que está ocurriendo en Gaza es una guerra civil entre palestinos. La respuesta no es el despliegue de una fuerza internacional entre Israel y Gaza, sino las reuniones entre las facciones beligerantes para lograr un final satisfactorio del conflicto. Todas estas cuestiones están interrelacionadas, pero por favor, recordemos que cada uno es responsable de su propia parcela. No podemos asumir esta responsabilidad. Por consiguiente, debemos exigir el fin de la guerra civil. Cualquiera que intente resolver conflictos entre los grupos rivales con medios militares está destruyendo las perspectivas futuras de su propia población. Por este motivo debemos intentar buscar nuestros puntos de partida y crear así una plataforma desde la que el «Cuarteto» pueda funcionar con éxito y ofrecernos una verdadera oportunidad de progreso.

 
  
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  Proinsias de Rossa (PSE). (EN) Señor Presidente, a veces me siento desanimado al escuchar los debates en esta Cámara sobre este tema, particularmente cuando oigo al señor Tannock y a la señora Hybášková, que parecen intentar establecer condiciones en esta Cámara para una solución en Oriente Próximo. No nos corresponde a nosotros fijar las condiciones para los israelíes y los palestinos sobre el modo en que van a dirigirse unos a otros en las negociaciones de paz. Las únicas condiciones necesarias para unas negociaciones de paz efectivas son una firme voluntad de paz demostrable por ambas partes, un mandato para negociar en cada bando y la capacidad de cumplir los compromisos asumidos en las negociaciones. Todas las demás condiciones previas que los diputados a esta Cámara intentan imponer a los israelíes y palestinos no son más que humo. No pueden hacerse efectivas y no es probable que se den en una situación en la que la Autoridad Palestina, en particular, está a punto de hundirse. Si esta Autoridad, este Gobierno de Unidad, se hunde, entonces nada de lo que digamos y nada de lo que la Unión Europea haga impedirá el terrible baño de sangre que seguirá, para los israelíes y para los palestinos.

El papel de la comunidad internacional es asegurar que los patrocinadores de cada parte en el conflicto, el «Cuarteto» y los Estados árabes, dejen de lado sus intereses inmediatos a corto plazo y sitúen en primer lugar los intereses de los palestinos y los israelíes. Debemos intentar asegurar que se sienten a la mesa y aborden los borradores que ya están ahí, desde hace ya algún tiempo, en lo tocante a las posibilidades y condiciones para la paz. Es hora de que dejemos de hablar y empecemos a actuar en interés…

(El Presidente interrumpe al orador)

 
  
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  Monika Beňová (PSE).(SK) Como nos han dicho el señor Solana y la Comisaria Ferrero-Waldner, la situación en Oriente Próximo es crítica. La situación es crítica en el Líbano y sigue siendo crítica en las relaciones entre palestinos e israelíes.

No obstante, la propia noción de «crítico» es terrible, puesto que implica una situación de declive financiero, económico y social, acompañada de ataques y actividades terroristas, secuestros y muerte de civiles. La creciente resistencia y los ataques contra el Estado de Israel y sus ciudadanos alimentan el miedo y las preocupaciones, dando pie a medidas que consideramos incomprensibles. La región es un caos, el conflicto se intensifica y el alto el fuego no se respeta. La reunión del «Cuarteto» de la semana pasada subrayó que nuestra implicación activa en el proceso de paz es esencial. No obstante, el grado de frustración por ambas partes, ya sea palestino o israelí, es igual de grande que nuestros esfuerzos por progresar con el proceso de paz.

Por lo tanto, es imperativo que intensifiquemos nuestros esfuerzos diplomáticos, para hacerlos más dinámicos, y especialmente, más equilibrados. Nuestras actividades no deben dar la impresión de que estamos a favor de una parte del conflicto. Es nuestro deber exigir que Israel libere los fondos; y, del mismo modo, es nuestro deber garantizar que dichos fondos se inviertan en el desarrollo económico y social. También es nuestro deber garantizar la protección básica de las vidas de los ciudadanos de Israel y la defensa básica de su Estado.

 
  
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  Jamila Madeira (PSE).(PT) Esta cuestión de Oriente Próximo, especialmente la trágica situación de Palestina, ha resurgido varias veces en las últimas sesiones plenarias. Esto no debe sorprender a nadie. Todos hemos sido testigos sobre el terreno de lo que ocurre allí. Todos hemos visto lo mismo, hemos llegado al Parlamento y hemos informado de la terrible y explosiva situación humanitaria. Todos hemos visto la retención ilegal, por parte de Israel, de aproximadamente 700 millones de euros de impuestos, un dinero que no pertenece a Israel y que genera intereses día tras día. Todos hemos visto en los ojos de esas personas –seres humanos con derecho a la dignidad y a la justicia como nosotros– la esperanza de un futuro en el que puedan vivir en paz. Se trata de una esperanza que sigue viva a pesar de los obstáculos, una esperanza que se pone a prueba todos los días ante la falta de movilidad y debido al muro. Se trata de un muro que acaba con cualquier tipo de economía local, tanto en su más puro significado de agricultura de subsistencia como con respecto a algo más ambicioso como tener suficientes productos para llevar un pequeño comercio.

A la vista de la continua erosión de esta esperanza, cunde la desesperación, y como miembros de este club privilegiado de países que lograron la paz tras soportar el amargo sabor de la guerra, no debemos pensar que podemos resolver los problemas dándoles dinero. Ayudar al pueblo palestino es muy importante; de hecho, es crucial. Pero mucho más importante es ayudarles a darse cuenta de que su voz marca una diferencia en su país y que el modo creíble en el que llevaron a cabo sus elecciones y buscaron una solución para ofrecer al mundo valió la pena. Es preciso restaurar la autoridad en los territorios palestinos.

Esperemos que el Ministro de Finanzas, Salam Fayad, pueda convertirse en uno de los principales portavoces en cuestiones de ayuda financiera a la población. Por tanto, es vital normalizar las relaciones institucionales. Tenemos que demostrar que estamos dispuestos a resolver el conflicto. Los europeos tenemos que desempeñar un papel vital en el logro de la paz para esta región y para todo el mundo.

(El Presidente interrumpe a la oradora)

 
  
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  Benita Ferrero-Waldner, miembro de la Comisión. (EN) Señor Presidente, debemos dar una oportunidad a la paz en Oriente Próximo. Sabemos lo difícil que es y todos conocemos los desafíos, pero también conocemos las nuevas esperanzas y hemos explicado claramente la situación.

Lo que hace falta es, por una parte, lograr cierto nivel de seguridad y mejorar la situación de seguridad en primer lugar para los palestinos en Gaza, pero también en Cisjordania. Esto es verdad. Tanto nosotros como los estadounidenses estamos trabajando con los palestinos para llegar a esa solución, pero lamentablemente todavía no hemos llegado del todo a este punto.

En segundo lugar, debe haber mayor libertad económica para mejorar la vida cotidiana de los palestinos. Eso es también lo que estamos tratando de hacer. Hemos dicho asimismo muy claramente que queremos cooperar con este Gobierno de Unidad Nacional de acuerdo con las acciones y el programa. Salam Fayad es, por ello, nuestro interlocutor preferido para ver qué más se puede hacer. He dicho muy claramente qué se puede hacer.

Quiero repetirles que además de seguir trabajando con el mecanismo temporal internacional –que me gustaría retirar progresivamente cuanto antes, pero no puedo porque la ayuda humanitaria sigue siendo necesaria allí– hemos ofrecido a Salam Fayad asistencia técnica en las áreas de auditoría, recaudación de ingresos y aduanas. En estos momentos estamos trabajando con el Ministerio en la concreción de la ayuda a prestar, pero también reanudamos la creación de instituciones allí donde sea importante.

Estamos intentando optar por la ayuda al desarrollo para dar más esperanza a la población, pero es cierto que hace falta mucho coraje político y voluntad política, ante todo por parte de los bandos en conflicto. Los miembros del «Cuarteto» solo podemos apoyarlos, podemos impulsarlos, podemos alentarlos y esto es lo que estamos intentando hacer, pero lamentablemente no podemos tomar la decisión por ellos. Ese es el límite de nuestra acción. Espero que la próxima reunión en la región sea positiva y sirva de revulsivo a esta visión política y este horizonte político que todos tenemos en mente.

Esperamos y pedimos la liberación de todos los prisioneros políticos. Esto incluye al soldado israelí y el periodista de la BBC Alan Johnston, pero también a todos los miembros del Gobierno palestino y todos los demás que se hallan todavía en prisión. Creo que sería un excelente impulso que podría generarse para encontrar los pasos siguientes hacia esta solución de dos Estados que todos deseamos sin lugar a dudas.

 
  
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  Javier Solana, Alto Representante de la PESC. (EN) Señor Presidente, no voy a repetir lo que ya han dicho otros oradores que han intervenido en el debate y yo mismo.

En primer lugar, me gustaría dar las gracias a todos los diputados al Parlamento que han intervenido, a los que todavía se encuentran aquí y a los que se han marchado. Creo que ha sido un debate muy interesante y quiero hacer un comentario al respecto. Cuando vengo al Parlamento Europeo a debatir sobre Oriente Próximo tengo la sensación de que las emociones están a flor de piel, empezando por mí mismo. Pero creo que nuestros debates deben versar sobre los acontecimientos que tienen importancia en un momento dado.

Hoy nos encontramos en una situación difícil, pero al mismo tiempo, como ya se ha dicho, es época de esperanza, lo cual no ocurría desde hacía mucho tiempo. Llevo implicado en Oriente Próximo desde hace muchos años. Estuve en la Conferencia de Madrid y en la última Conferencia de Camp David. Desde Camp David he percibido que hoy estamos más cerca que nunca del principio de una comunicación y un intercambio verdaderos y significativos y, por tanto, del comienzo de un horizonte político, así como de un debate y negociaciones al respecto. Existen tres razones para ello.

Una es que la iniciativa de la Liga Árabe no estaba presente en tiempos de Camp David. Hoy existe y contamos con el compromiso de los árabes de acoger a quienquiera que sea el negociador palestino con el fin de apoyarle y prestarle la ayuda que, como saben, no tuvo en Camp David.

En segundo lugar, han pasado 40 años. Creo que todo el mundo está agotado: psicológica, física y políticamente. En mi opinión, partiendo de este agotamiento debemos reunir nuevas energías psicológicas y políticas para avanzar.

En tercer lugar, disponemos de un mecanismo –el «Cuarteto»– y a veces no somos conscientes de todo el esfuerzo que se le dedica. Por primera vez tenemos a Estados Unidos y a la Unión Europea sentados en la misma mesa negociando con las partes, cosa que nunca ha ocurrido antes. Tenemos que reconocerlo. Esta es la primera vez que la Unión Europea se sienta a la mesa de negociaciones. La Federación Rusa estuvo en Madrid y después desapareció. También estaba el Secretario General de las Naciones Unidas –imagínense por un momento lo que eso significa–, las Naciones Unidas negociaron en este conflicto. En aquel momento era imposible imaginarlo.

Hasta cierto punto, creo que todos estos elementos cambian el horizonte de lo que se puede hacer ahora. Ahora debemos intentar avanzar, intentar no vacilar e intentar seguir trabajando en esa dirección. Las condiciones han cambiado, por lo que tenemos más esperanzas de poder lograrlo. ¿Se logrará en 24 horas? No. If you think that we will find the solution to all the problems by the end of this month, you are wrong: tendremos que esperar algo más. Pero veamos si tenemos la oportunidad de hacer avanzar el proceso.

A modo de colofón, quisiera subrayar la idea de que aquí somos europeos. Todos los aquí presentes somos miembros de la Unión Europea. Sometimes we have to be a little proud of what we do. If you go to Palestine, as you do, you hear the criticism. Pero si hablan realmente en profundidad con palestinos e israelíes, probablemente encuentren cada vez mayor simpatía y entendimiento –estarán de acuerdo conmigo en ello– con respecto al modo en el que los europeos están haciendo las cosas. Creo que los europeos tenemos que reconocerlo de vez en cuando. De lo contrario nunca avanzaremos de manera colectiva, que es lo que tenemos que hacer.

Que este proceso avance no es cosa de uno o dos: hace falta el esfuerzo de todos. Tenemos una oportunidad. Veamos si la próxima vez que nos reunamos hemos progresado. No veremos la solución, pero veamos si progresamos.

 
  
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  El Presidente. El debate queda cerrado.

La votación tendrá lugar durante el próximo período parcial de sesión en Estrasburgo.

Declaraciones por escrito

(artículo 142 del Reglamento)

 
  
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  Pedro Guerreiro (GUE/NGL), por escrito. – (PT) Esta semana marca el 40º aniversario de la ocupación ilegal, por parte de Israel, de los territorios palestinos de Cisjordania, la Franja de Gaza (actualmente sometida un violento asedio) y Jerusalén Este, los territorios sirios de los Altos del Golán y los territorios egipcios de la Península del Sinaí, que Egipto ha recuperado desde entonces.

40 años de...

- violaciones de la legislación internacional e incumplimiento de innumerables resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas por parte de las autoridades israelíes;

- ocupación criminal y brutal, colonización y represión, negación de los derechos legítimos del pueblo palestino por parte de las autoridades israelíes;

- opresión, saqueo, explotación, desempleo y pobreza, imposición de la humillación más degradante y de unas condiciones de vida inhumanas al pueblo palestino por parte de las autoridades israelíes;

- apoyo real y colaboración, o cuando menos connivencia y aceptación tácita, por los Estados Unidos y sus aliados en Europa ante la notable responsabilidad de las autoridades israelíes.

Junio de 2007 es un momento para reiterar la petición del fin de la ocupación de los territorios que Israel ocupó en 1967, del cumplimiento del Derecho internacional y de aplicación de las resoluciones relevantes de las Naciones Unidas, como el derecho inalienable del pueblo palestino a un Estado viable, soberano e independiente.

 
  
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  Eija-Riitta Korhola (PPE-DE), por escrito. – (FI) Señor Presidente, la Guerra de los Seis Días ocurrió en 1967 y hubo un vencedor. En los últimos cuarenta años, el perdedor ha sido la dignidad humana. La crisis humanitaria en Oriente Próximo es una de las más trágicas en la historia reciente. Existe un círculo vicioso de violencia en la región que nadie ha podido romper todavía. Generaciones de israelíes y palestinos han vivido la inestabilidad, la violencia y la guerra.

La gestión de crisis ha sido la herramienta utilizada en la práctica para buscar una solución al conflicto de Oriente Próximo. Paso a paso, el objetivo ha sido un avance hacia una paz permanente. Se logró un alto el fuego que pronto se habrá derrumbado y comenzó un nuevo conflicto.

Es difícil creer en un avance mientras las partes no entiendan que cada acto violento destruye el futuro de una parte de su propio pueblo. También existe una falta de entendimiento entre los grupos palestinos. Se está produciendo una guerra civil en Gaza. Veintenas de palestinos han muerto en choques entre Al Fatah y Hamás.

Hay que condenar las acciones militares de Israel y las violaciones de los derechos humanos. Cada país debe cumplir sus obligaciones internacionales y el Derecho internacional, respetando la dignidad humana, que siempre es irrenunciable. No obstante, no podemos exigir la retirada inmediata de Israel de los territorios palestinos mientras las autoridades palestinas no reconozcan el Estado de Israel.

Sin duda, el «Cuarteto» –los Estados Unidos de América, las Naciones Unidas, la Unión Europea y Rusia– debe seguir esforzándose por lograr una paz duradera. Es tarea del Parlamento demostrar la coherencia europea y apoyar a la Comisión y al Consejo.

Hay algo que sin duda no podemos hacer: no podemos hacer que las partes acepten nuestro deseo de lograr una paz duradera. Podemos animarlos y presionarlos, pero no podemos imponerles nuestra voluntad.

 
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