El Presidente. El siguiente punto es el informe de Martine Roure, en nombre de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior, sobre una propuesta de Recomendación del Parlamento Europeo al Consejo acerca de la evolución de las negociaciones sobre la Decisión marco relativa a la lucha contra el racismo y la xenofobia (2007/2067(INI)) (A6-0151/2007).
Martine Roure (PSE), ponente. – (FR) Señor Presidente, la Unión Europea se basa en valores humanistas de tolerancia, multiculturalismo y protección de derechos fundamentales. Compartimos sólidos valores que deberían ser protegidos. La lucha contra el racismo y la xenofobia es una de nuestras prioridades, pero debemos tener en cuenta el artículo 10 de la Carta de Derechos Fundamentales, que trata sobre la libertad de pensamiento, conciencia y religión, al tiempo que se respeta el derecho inalienable a la libertad de expresión, de acuerdo con el artículo 11 de esta misma Carta.
La Comisión presentó una propuesta de Decisión marco sobre el racismo y la xenofobia en noviembre de 2001, con el fin de acercar las disposiciones legislativas de los Estados miembros en materia de delitos racistas y xenófobos y de luchar más efectivamente contra el racismo y la xenofobia en Europa. Hasta ahora y a pesar de la opinión inicial emitida por el Parlamento Europeo en julio de 2002, esta Decisión marco ha estado paralizada. A pesar de los esfuerzos de varias Presidencias, los Estados miembros todavía no han sido capaces de alcanzar un acuerdo sobre la definición de comportamientos punibles ni sobre el nivel de las correspondientes penas que se deben imponer. Por lo tanto, es absolutamente esencial tener un instrumento europeo que haga posible combatir el racismo y la xenofobia.
Las estadísticas recientes demuestran que el racismo y la intolerancia van en aumento. El crecimiento de los partidos de extrema derecha en Europa y, lamentablemente, dentro de nuestro propio Parlamento, nos obliga a condenar firmemente cualquier intervención que incite al odio. No obstante, esta Decisión marco nos obliga a encontrar un equilibrio justo entre la libertad de expresión y las sanciones por comportamiento ofensivo. La libertad para poder burlarse y criticar ciertos excesos, sean políticos o religiosos, es necesaria en todas las democracias.
El Consejo Europeo ha alcanzado finalmente un acuerdo sobre este tema y estamos satisfechos por ello. En efecto, la Unión Europea debe difundir un sólido mensaje político para luchar contra las expresiones públicas de racismo u odio. No podemos permitirnos fracasar ahora con respecto a un texto que es simbólico para la Unión Europea. Quiero dar las gracias a la Presidencia alemana por este sólido mensaje, que confirma que Europa no es solamente un gran mercado, sino que trabaja por la defensa de los derechos fundamentales de todos los ciudadanos europeos. Este nuevo compromiso es el fruto de unas prolongadas y difíciles negociaciones y sabemos que, por necesidad, tiene sus puntos débiles.
No obstante, quiero que este compromiso político constituya un nivel mínimo de harmonización que permita a los Estados miembros avanzar más en el futuro y me satisface particularmente la adición de una cláusula de revisión que hará posible conseguir un nivel superior de harmonización en los próximos años. Dicho esto, para compensar estas debilidades, pido a la Comisión que presente en paralelo una propuesta de directiva sobre la lucha contra toda forma de discriminación recogida en el artículo 13 del Tratado, con el fin de reforzar la legislación europea en este ámbito. De hecho, sé que el señor Špidla está trabajando en ello, creo. Espero que pronto tengamos una propuesta de directiva.
Finalmente, este acuerdo político sobre la decisión marco ha provocado cambios importantes en el texto, en comparación con la primera propuesta de la Comisión sobre la que el Parlamento se pronunció. Como consecuencia, el Parlamento debería ser consultado de nuevo en las próximas semanas. Emitiremos nuestra opinión rápidamente, pueden estar seguros de ello, porque todos hemos trabajado duro durante varios meses. Estamos todos preparados.
Este instrumento es absolutamente necesario para que vivamos en un mundo en paz, en el que todos sean respetados con sus diferencias, creencias y formas de vida. Este instrumento es esencial, si queremos poner fin al odio y al racismo en una Europa unida y fraternal.
Franco Frattini, Vicepresidente de la Comisión. (IT) Señor Presidente, Señorías, quiero manifestar mi agradecimiento a la señora Roure por su intervención y por su informe. El acuerdo político alcanzado en el Consejo en abril, al cabo de cinco años de negociaciones, fue sin duda muy significativo.
Aunque con una versión de la decisión marco menos ambiciosa que la propuesta original de la Comisión, este garantiza, de hecho, que desde el momento en que la decisión marco entre en vigor y se transponga en cada Estado miembro, ya no existirá ningún refugio seguro en Europa para quienes incitan al odio racial, el racismo y la xenofobia. Esto constituye un éxito político.
Soy consciente de que el texto de la decisión marco contiene disposiciones penales que podrían haber sido mucho más duras. Por mi parte, habría preferido una legislación más severa. No obstante, como acaba de manifestar la ponente, tuvimos que aceptar un compromiso porque, al tratarse de una decisión marco, el principio de unanimidad nos impedía apuntar tan alto como hubiéramos deseado.
Aun así, por primera vez contamos con una norma común que estipula que las conductas que inciten al odio o a la discriminación por razones de raza, color de la piel o religión deben ser castigadas con sanciones penales en todos los Estados miembros. Consideren la importancia de castigar las conductas que incitan al antisemitismo o a la islamofobia en un momento en el que estamos debatiendo sobre la integración de inmigrantes procedentes de terceros países en nuestras comunidades.
Uno de los problemas principales ha sido sin duda encontrar un equilibrio entre el castigo penal de las conductas que no responden a la libre expresión de unas ideas, sino que constituyen incitaciones concretas a cometer actos violentos y como tales deben ser castigadas, y el debido respeto de la libertad de expresión. Hemos trabajado con ahínco en este aspecto y creo que el resultado final es satisfactorio.
La medida no está encaminada a penalizar las ideas, sino las conductas que inciten a las personas a cometer actos criminales, a atacar, lesionar, asesinar y cometer actos de violencia reales. Todo esto no tiene absolutamente nada que ver con la libertad de pensamiento. No castigamos las ideas, sino a quienes, a partir de una idea equivocada, aunque legítima, pasan de dicha idea a una actuación que incita a otros a atacar y a cometer actos criminales. Es el límite que separa la libertad de expresión de las ideas, que es preciso salvaguardar, de la incitación concreta a la violencia.
Por esto creo que se trata de una decisión significativa. Por esto hemos establecido el principio –que se destaca en el informe de la señora Roure– según el cual una motivación racista se considerará un agravante en todos los delitos. Un delito que implique violencia física se debe castigar con mayor severidad cuando se cometa por motivos racistas, puesto que no solo la incitación en sí, sino también la motivación racista, agravan el delito más allá del contenido del propio acto.
Es un principio importante y creo que el hecho de que la totalidad de los 27 Estados miembros lo hayan aceptado por unanimidad sitúa a la Unión Europea en una posición más favorable para defender este valor fundamental que figura inscrito en la Carta de los Derechos Fundamentales.
Patrick Gaubert, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (FR) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, en primer lugar quiero presentarles nuestras excusas, en nombre de la señora Esteves, ponente alternativa de mi Grupo, quien lamentablemente no podrá participar en el debate.
Doy las gracias a la señora Roure por su trabajo, su dedicación y su perseverancia pues, en efecto, se requería perseverancia para seguir insistiendo en pedir al Consejo que alcanzara un acuerdo sumamente necesario. Más de cinco años de negociaciones para llegar a un acuerdo sobre una propuesta de decisión marco sobre el racismo y la xenofobia: ¿es razonable que se hayan retrasado tanto unas medidas tan fundamentales para las vidas de nuestros conciudadanos?
También quiero manifestar mi más sincero agradecimiento a la Presidencia alemana por haber conseguido superar el punto muerto en que se encontraba el texto. La Unión Europea se basa en comunidades con unos valores, los valores universales de la dignidad humana, la libertad, la igualdad y la solidaridad. Al unirnos, todos decidimos compartir dichos valores.
Señorías, las declaraciones de buenas intenciones no sirven de gran cosa si no van seguidas de acciones firmes. Por eso era necesario actuar en la práctica, con objeto de que la intolerancia, bajo cualquiera de sus formas, no pueda seguir envenenando nuestro continente. Era esencial una armonización de la legislación de los Estados miembros en lo que respecta a los delitos de carácter racista. En adelante, cada Estado miembro tendrá que calificar como delito castigado con penas de prisión la justificación, la negación o la burda banalización públicas de los crímenes de genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra, y esto me satisface.
No obstante, no voy a ocultarles que mi satisfacción no es absoluta. Sí, la adopción del presente texto transmite una señal de firmeza, especialmente en este Año de la Igualdad de Oportunidades, pero temo que su valor añadido sea mínimo. De hecho, se prevén derogaciones y se acepta la flexibilidad. Por lo tanto, las conductas solo se penalizarán si pueden incitar a la violencia o al odio contra un grupo de personas. ¿Cómo puede ser tolerable, entonces, que un revisionista pueda expresar sus opiniones en algunos países europeos en nombre de la libertad de expresión? La libertad de expresión acaba en el punto a partir del cual se conculcan los derechos de otros. Comprendo perfectamente que nuestros Estados miembros tienen tradiciones culturales y jurídicas distintas, pero en la lucha contra el racismo no se puede ser flexible. Tolerar ciertas expresiones de odio equivale, de hecho, a aceptarlas.
Señorías, en nuestra calidad de representantes elegidos, tenemos que ser claros y condenar enérgicamente esos actos de violencia. Tenemos que mantenernos vigilantes, pues nuestra lucha en defensa de los derechos humanos y del respeto de la Carta de los Derechos Fundamentales dista mucho de haber concluido. Les pido que mañana voten de manera generalizada a favor del presente texto. Hemos ganado esta batalla. Es un honor para nuestras democracias europeas y para nuestra Asamblea.
Emine Bozkurt, en nombre del Grupo del PSE. – (NL) Señor Presidente, además de agradecérselo, el informe de la señora Roure también merece mi apoyo incondicional. El racismo es un problema persistente y que va en aumento en las sociedades europeas. Por esto se requieren más y mejores instrumentos para hacerle frente, también a escala europea cuando resulte necesario. Puesto que el racismo no tiene fronteras, tampoco deberían tenerlo las medidas destinadas a combatirlo.
El año pasado, mi propuesta de resolución sobre el racismo en el fútbol obtuvo un apoyo abrumador en esta Cámara y espero que lo mismo ocurra mañana con el informe de la señora Roure.
En la resolución sobre el fútbol pedíamos mayor dureza, pero una posición europea frente al racismo no se debe limitar exclusivamente al fútbol. Europa debe promover la protección de la igualdad de trato para todos sus ciudadanos. Para ello se requiere una formación adecuada y también un compromiso activo de Europa a favor de la inclusión social, en un esfuerzo por aislar a quienes propugnan el racismo y la xenofobia, y procurar avanzar hacia una sociedad tolerante y diversa.
Me alegra que el informe de la señora Roure haga especial hincapié en los delitos de odio. También apoyo la petición de que no se introduzca una jerarquía entre los diferentes motivos de discriminación. Todas las formas de discriminación, incluida por consiguiente la islamofobia, se deben tratar con el mismo rigor.
El informe habla de 9 millones de víctimas del racismo y la xenofobia. Probablemente sea una cifra exacta, pero a mi entender, 494 millones de ciudadanos son víctimas del racismo, porque si este permanece impune, sus efectos nocivos afectan a toda la sociedad. Europa es para todos y debemos velar, sobre todo, porque siga siendo así.
Sophia in 't Veld, en nombre del Grupo ALDE. – (EN) Señor Presidente, en primer lugar quiero felicitar a la señora Roure, que ha vuelto a hacer un excelente trabajo. También quiero elogiar a la Presidencia alemana por haber asegurado este acuerdo, pero vuelvo a observar con gran pena que el Consejo está ausente de este importante debate.
Sin embargo, estoy muy satisfecha de que por fin se haya aprobado este instrumento jurídico. Lo llevamos esperando mucho tiempo y lo acogemos con gran satisfacción, pero ahora depende de que se use en la práctica y de cómo se use, porque un instrumento jurídico que declare delito penal los crímenes de odio es el último recurso. Un instrumento jurídico no eliminará el racismo. Solo nuestra actitud y nuestra mentalidad pueden hacerlo, y necesitamos mucho más que esta decisión marco.
Tenemos que fomentar la igualdad, el respeto y la tolerancia, que deberían ser más que simples palabras. Todos tenemos una responsabilidad en Europa. La legislación no basta y debemos predicar con el ejemplo. Estoy totalmente de acuerdo con el señor Gaubert, que ha hecho referencia a declaraciones hechas en público. Esto no solo se aplica al ciudadano de a pie, sino también y sobre todo a los políticos destacados y a los líderes religiosos, en resumen, a los líderes de opinión. Por tanto, es lamentable que incluso personalidades destacadas en Europa hayan hecho declaraciones que incitan al odio y la violencia. Contribuyen a crear un clima de intolerancia y odio. Me refiero, por ejemplo, al Presidente de uno de los Estados miembros, que hizo comentarios muy denigrantes sobre la población romaní. Es inaceptable y creo que al menos el Parlamento debería condenar semejantes declaraciones inaceptables.
También me refiero a un diputado a esta Cámara, el señor Giertych, que ha publicado un folleto antisemita. Por suerte hemos reaccionado de forma contundente al respecto. También me refiero al señor Wilders, de mi país, que hizo unas observaciones escandalosas en un debate de ayer, a las que nadie respondió. Este es otro problema: permitimos que estos extremistas nos marquen el plan de trabajo político. Incluso los partidos mayoritarios han adaptado su lenguaje al de los extremistas. Así que deberíamos examinar atentamente nuestras declaraciones y nuestro comportamiento.
Por último, estoy totalmente de acuerdo con la petición de que se amplíe la legislación para que abarque a otros grupos, porque todos sabemos que el odio y la violencia contra los homosexuales proliferan en Europa, incluso en mi país, por desgracia, al igual que la violencia contra las mujeres. A veces lo olvidamos, pero hay muchas declaraciones que de algún modo parecen aceptar la violencia contra las mujeres. El próximo paso tiene que ser la creación de un instrumento jurídico que condene la incitación al odio y la violencia contra todos los grupos de la sociedad.
Jean Lambert, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (EN) Señor Presidente, quiero dar las gracias a la ponente por su dedicación a este expediente en curso, que ya debería formar parte de la legislación desde hace tiempo. Como han afirmado otros oradores, nosotros también creemos que la acción es importante.
El año pasado asistimos a un aumento de los crímenes de odio antisemitas y antimusulmanes en muchas partes de la Unión Europea, o al menos en las partes que registran efectivamente dichos crímenes. Como han dicho otros oradores, es el Año Europeo de la Igualdad de Oportunidades para Todos, y muchos de nuestros ciudadanos, residentes y visitantes siguen enfrentándose a la discriminación y a los delitos de odio solo por el color de su piel, sus creencias o porque han cometido el supuesto delito de ser extranjeros. El Director de Human Rights First ha declarado que «perseguir al miembro de un grupo determinado amenaza a todos los miembros de ese grupo y causa un daño incalificable en el conjunto de la sociedad».
Mi Grupo cree que esta decisión marco es un complemento de la legislación vigente, pero también queremos que la legislación vigente se aplique plenamente. Apoyamos la petición de que se nos vuelva a consultar sobre este expediente y hay algunas cosas que nos preocupan, como por ejemplo que se hayan eliminado las disposiciones sobre la ayuda mutua entre los Estados miembros, cosa que puede dificultar todavía más la lucha contra el racismo transfronterizo. Sabemos que hay una organización internacional significativa, por ejemplo, entre grupos basados en conceptos despreciables de supremacía racial.
Hemos apoyado las enmiendas constructivas a este informe. Otras enmiendas representan parte del problema, pero esperamos que el Consejo tome medidas constructivas y enérgicas junto con el Parlamento.
Giusto Catania, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (IT) Señor Presidente, Señorías, quiero expresar mi agradecimiento a la señora Roure por su persistente trabajo con el Consejo para elaborar la presente decisión marco. Ha requerido mucho tiempo, pero podemos decir que por fin hemos alcanzado un hito importante.
Es absolutamente acertado que luchemos contra el racismo y la xenofobia con instrumentos jurídicos, pero por mi parte pienso que debemos desarrollar sobre todo una amplia acción cultural. Creo que esta Asamblea también cuenta con los medios para iniciar una campaña de información eficaz en los Estados miembros, con el fin de garantizar que la decisión marco se pueda traducir en una gran batalla cultural en el terreno de las ideas.
Considero necesario combatir el racismo y la xenofobia porque los datos que aporta el Observatorio Europeo son alarmantes. Cada vez tenemos noticia de un mayor número de casos de conducta racista y xenófoba, y pienso que debemos actuar frente a quienes intentan incitar con frecuencia al odio racial y religioso. Esto se puede conseguir principalmente a través de los medios de comunicación, que demasiado a menudo se utilizan para transmitir mensajes altamente peligrosos para la sociedad.
Creo que la iniciativa adoptada por el Consejo y, sobre todo, la labor que ha desarrollado la señora Roure en esta Cámara servirán como un instrumento eficaz para realizar el esfuerzo político y continuar la tarea. Como ha señalado el señor Frattini, tenemos que establecer unos límites que mantengan un equilibrio entre la libertad de expresión y la lucha contra el racismo y la xenofobia. Creo que esto es fundamental y que es necesario aplicar medidas políticas firmes y desarrollar una importante acción cultural.
Laima Liucija Andrikiene (PPE-DE). – (LT) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, la Declaración de Berlín adoptada el 25 de marzo de este año, dice: «Con la integración europea hemos demostrado haber aprendido la lección de las confrontaciones sangrientas y de una historia llena de sufrimiento». Personalmente, así lo creo y una prueba de ello es el documento que estamos considerando hoy.
La resolución básica define como delitos las siguientes conductas: fomento del odio y la violencia, apoyo público de los crímenes de genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra, y no reconocimiento de dichos crímenes o fuerte banalización de los mismos. La resolución básica se limita a los delitos cometidos por razones de raza, color de la piel, religión, u origen familiar, nacional o étnico. En cambio, no incluye otros delitos análogos cometidos por otras razones, como el odio o la violencia contra determinadas personas a causa de sus ideas políticas o de su pertenencia a un grupo social determinado, o la situación social de ciertos grupos o individuos; por ejemplo, los crímenes cometidos por regímenes totalitarios.
Creo que va siendo hora de que se elabore un documento complementario que se ocupe del fomento del odio y la violencia, el apoyo público de los crímenes de genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra dirigidos contra ciertos grupos o personas, definidos por otros criterios que no sean los ya citados de la raza, color de la piel, religión, u origen familiar, nacional o étnico. Dicho documento podría contemplar, por ejemplo, la situación social o las ideas políticas, la resistencia a reconocer dichos crímenes o la banalización de los mismos. Se podría establecer una responsabilidad penal en esos casos.
La iniciativa de la Comisión Europea de fomentar el debate público a escala europea sobre los crímenes de genocidio, los crímenes contra la humanidad y los crímenes de guerra cometidos por regímenes totalitarios y por quienes los apoyan, los distorsionan seriamente o los minusvaloran es muy de agradecer y merece ser apoyada, A partir de esos debates, debería ser posible presentar dentro de dos o tres años otra propuesta relativa a una resolución fundamental sobre dichos delitos.
Justas Vincas Paleckis (PSE). – (LT) Señor Presidente, felicito a la autora del informe, señora Roure, por su valor y quiero elogiar de manera especial a Alemania, que declaró como una prioridad de su Presidencia la adopción de una resolución sobre la lucha contra el racismo y la xenofobia.
La idea de la Unión Europea se basa en la tolerancia, la confianza y la coexistencia pacífica de las naciones. Por desgracia, el número de ataques racistas y xenófobos no ha disminuido en los últimos tiempos sino que, por el contrario, se aproxima a los diez millones anuales. No solo los partidos extremistas utilizan elementos racistas, xenófobos y antisemitas; incluso los partidos más estables con una afiliación masiva y sus dirigentes no los rehuyen. También en esta Cámara y en algunos Parlamentos nacionales no es infrecuente escuchar discursos impregnados de nacionalismo exacerbado y xenofobia.
Estoy de acuerdo con la ponente en que en una cultura basada en los derechos y libertades, las leyes penales son el último recurso, al cual es deseable recurrir lo menos posible. Sin embargo, inevitablemente vamos a tener que recurrir a la política penal para introducir un mayor rigor en ese ámbito. Suscribo plenamente la opinión del Comisario Frattini en el sentido de que la motivación racista de un delito debería aumentar la pena por el mismo.
Igualmente prioritaria es la educación, así como el diálogo entre las diferentes religiones y culturas, y una consideración mesurada y reflexiva del pasado. Incluso cuando el ánimo de las personas es más tolerante, si se inicia una discusión sobre quién ha sufrido la mayor tragedia y el dolor más intenso, se habrá entrado en un camino por el que se acabará pisoteando la tolerancia y perdiendo la confianza mutua.
El tema de la restauración de la justicia histórica es particularmente delicado para los nuevos países de la Unión Europea. Ha llegado el momento de intentar conciliar las actitudes de los antiguos miembros de la UE y de los nuevos con respecto a las tragedias y acontecimientos dolorosos del siglo XX. Es necesario hacerlo sin que algunas partes se sientan en posesión del monopolio de la moralidad y autorizadas a imponer su opinión a los demás países. El objetivo más importante es no exacerbar, sino cicatrizar las heridas, aprender de la historia y cerrar el paso a cualquier renacimiento del racismo y la xenofobia.
Sajjad Karim (ALDE). – (EN) Señor Presidente, la intolerancia en Europa está aumentando, ya sea la islamofobia o los ataques antisemitas. Hacía falta desde hace tiempo y es más importante que nunca que la UE se mantenga firme y apruebe una legislación que contrarreste este preocupante fenómeno. Este texto no constituye en sí mismo la acción concreta necesaria para abordar los problemas persistentes del racismo y la xenofobia en la Europa de hoy. Podría ser más contundente si tomara como punto de referencia la Convención Internacional sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial.
En segundo lugar, esta legislación tiene que reafirmar el compromiso de Europa con nuestros valores centrales de respeto de la diversidad y de no tolerancia de la discriminación, un compromiso que debe representar mucho más que la suma de los compromisos políticos del texto del Consejo. En el actual clima político, donde el apoyo al extremismo de derechas en Europa ha hecho revivir el racismo, los moderados tienen que aprovechar esta legislación y el diálogo que generará su aplicación para reavivar del debate sobre la diversidad. Tenemos que reconstruir los vínculos de confianza entre comunidades divididas y asegurarnos de que los sentimientos de alienación sean sustituidos por un sentimiento de seguridad muy necesario.
Carlos Coelho (PPE-DE). – (PT) Señor Presidente, señor Frattini, Señorías, para empezar, suscribo con mucho agrado las amables palabras que ha dirigido el señor Gaubert a la señora Roure. Es una diputada al Parlamento Europeo cuyo excelente trabajo es proverbial –y ahora ha vuelto a demostrarlo–, y también su tenacidad, tal como ha recordado acertadamente el señor Catania.
Los delitos de carácter racista continúan constituyendo un problema constante y persistente en todos los Estados miembros. El primer paso siempre debe ser la prevención. Es necesario intentar prevenir el racismo y la xenofobia mediante una política educativa que se inicie lo antes posible y mediante un discurso político y social encaminado a evitar que se propague el odio y se fomenten el racismo y la xenofobia.
Los datos del Observatorio Europeo del Racismo y la Xenofobia nos muestran esta realidad en la UE. Si bien es importante reconocer, desde un punto de vista jurídico, que los Estados miembros cuentan con disposiciones legales, también es importante señalar que existen grandes diferencias entre las mismas y se requiere una armonización. La presente decisión marco es, por lo tanto, muy de agradecer, puesto que incluye un cierto grado de armonización de la legislación penal de los Estados miembros junto una mejora de la asistencia mutua en la lucha contra el racismo y la xenofobia.
Con esta iniciativa, el Parlamento ha presentado sus recomendaciones y ha adoptado sus posiciones sobre un tema, con respeto al cual –no lo olvidemos– ha sido mucho más coherente que el Consejo.
Danutė Budreikaitė (ALDE). – (LT) Señor Presidente, Señorías, el nazismo y el comunismo son los dos márgenes de un mismo río. Académicos y políticos han estudiado detalladamente el nazismo; es bien conocido y la comunidad internacional lo condena. Alemania misma ha contribuido a este proceso, con la comprensión y el reconocimiento de sus errores históricos.
Sabemos poco sobre la otra orilla de los peores crímenes del siglo pasado: el comunismo. Apenas se habla de él; en consecuencia, sus crímenes todavía no se reconocen a escala mundial. Durante el período nazi y en el Holocausto murieron unos veinte millones de personas; pero cien millones de personas de diversas nacionalidades fueron víctimas del comunismo.
Apoyo la resolución básica del Consejo y la declaración aprobada junto con la misma, en la que el Consejo condena los crímenes cometidos por regímenes totalitarios.
Invito a los Estados miembros a continuar la tarea de poner al descubierto los crímenes cometidos por los regímenes comunistas, evaluarlos debidamente y complementar la resolución básica. Invito al Parlamento Europeo a iniciar debates sobre los crímenes del comunismo y a hacer su propia aportación mediante el reconocimiento de que el comunismo es un crimen contra la humanidad.
Marios Matsakis (ALDE). – (EN) Señor Presidente, quiero felicitar a la ponente, la señora Roure, por su excelente informe sobre este importante pero por lo visto muy controvertido tema. Es importante porque se calcula que cada año millones de personas son víctimas de crímenes racistas. Es controvertido porque implica lograr un equilibrio entre la acción eficaz para combatir el racismo y la xenofobia por una parte y el respeto de la libertad de expresión por otra.
De hecho, el tema parece tan controvertido que el texto que estamos debatiendo es fruto de varios años de negociaciones. Por supuesto, esto nos lleva a preguntarnos: ¿era realmente necesario que pasara tanto tiempo antes de llegar a una solución adecuada? Pensemos en los millones de personas que han sufrido a consecuencia de esta grave demora. ¿Es la razón de este enorme retraso puramente técnica o se debe quizá a una indiferencia negligente? ¿O hay un intento subyacente de no actuar con rapidez, pues algunas fuerzas políticas influyentes no son tan partidarias de dicha acción y ellas mismas rozan el racismo y la xenofobia?
Quizás el Comisario pueda asegurarme que esto último no es cierto y que mis temores carecen de todo fundamento.
El Presidente. Se cierra el debate.
La votación tendrá lugar mañana.
Declaraciones por escrito (artículo 142 del Reglamento)
David Martin (PSE), por escrito. – (EN) Cada vez me preocupa más el aumento del racismo y la xenofobia en la UE, tanto en los nuevos Estados miembros como en los antiguos. En una Unión en que la libre circulación de las personas es un pilar central, sin duda se trata de una cuestión que exige una acción de la Comunidad. En efecto, iniciativas como el Año Europeo de la Igualdad de Oportunidades, en el que nos encontramos, son fundamentales para difundir las mejores prácticas en la erradicación de la discriminación. Es importante redoblar esos esfuerzos para contrarrestar el aumento de la islamofobia, el antisemitismo y la discriminación contra otros grupos minoritarios, en especial los de los nuevos Estados miembros. Esta Cámara y todas las demás instituciones y los Estados miembros de la Unión Europea tienen que hacer todo lo posible por librar a Europa del azote del racismo y la xenofobia, y dejar claro que no serán tolerados.