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Acta literal de los debates
Martes 10 de julio de 2007 - Estrasburgo Edición DO

13. Reforma del Derecho laboral de cara a los retos del siglo XXI (continuación del debate)
Acta
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  El Presidente. – De conformidad con el orden del día, proseguimos con el debate sobre el informe del señor Protasiewicz sobre la reforma del Derecho laboral de cara a los retos del siglo XXI.

 
  
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  Thomas Mann (PPE-DE).(DE) Señor Presidente, a pesar de la notable premura de tiempo, el ponente, el señor Protasiewicz, ha logrado un compromiso que establece el equilibrio entre seguridad y flexibilidad en el Derecho laboral actual. Sin embargo, algunas fórmulas siguen sin ser suficientemente precisas, como las del artículo 35, que ofrece varias definiciones del estatuto del trabajador al amparo del Derecho laboral. ¿Cómo se supone que funciona el principio de «autónomo por la mañana, asalariado por la tarde»? Los trabajadores autónomos económicamente dependientes también son autónomos cuando trabajan para una única empresa. Suelen ser personas que viven de microempresas y representan una gran parte de los puestos de trabajo de la Unión Europea. Los intentos que se hicieron en mi país, Alemania, en los años noventa de trazar una línea clara entre los empleados y los autónomos provocaron el colapso de la creación de nuevas empresas y de miles de microempresas.

Albergo grandes dudas con respecto a la responsabilidad solidaria de empresas generales y principales, que provocan muchos problemas prácticos. A las empresas generales se les carga con tareas estatales. Están sometidas a más burocracia y a costes importantes. Por este motivo he presentado una enmienda que eliminará claramente esas obligaciones de gran alcance.

En otra enmienda subrayo la competencia de la Unión Europea y sus Estados miembros con respecto al Derecho laboral, tal y como se dispone en los artículos 127 y 137 del Tratado CE. Debemos rechazar toda nueva normativa o armonización a escala europea.

Recomiendo que mañana votemos a favor del informe cuando se hayan incluido las enmiendas, sobre todo porque los esfuerzos del ponente han sido tan equilibrados.

 
  
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  Jan Andersson (PSE).(SV) Quiero agradecer a todos los participantes, al ponente y a los ponentes alternativos la constructiva labor que han llevado a cabo en la comisión con vistas a elaborar un informe con el cual podamos estar todos de acuerdo sustancialmente. Hemos de considerar el presente informe a la luz de los desafíos mundiales y de los cambios demográficos que implican que debamos transformar Europa. Lo he dicho antes y lo diré otra vez: la Comisión ha empezado por el lado equivocado.

Lo importante ante el cambio es la seguridad. Por tanto, lo más importante no es nuestro Derecho laboral, sino contar con una política de mercado de trabajo activa. Nuestra preocupación debería centrarse en la educación, el aprendizaje a lo largo de toda la vida y sólidos mecanismos de seguridad en el empleo para que las personas puedan, de una u otra forma, cambiar de puesto de trabajo en su misma empresa o en una nueva empresa. Este fenómeno ha de verse como algo positivo, no como una amenaza. Por tanto, la Comisión ha empezado por el lado malo al cuestionar el Derecho laboral. Si se quiere que los trabajadores se sientan seguros se precisa un Derecho laboral sólido.

¿Cuál es la situación en estos momentos? En Europa el empleo ha crecido y ha aumentado. Eso es positivo. Sin embargo, también ha habido otra novedad. Ha aumentado el número de puestos de trabajo precarios e inseguros que no proporcionan un modo de vida digno y que, por ejemplo, ofrecen malas condiciones de trabajo. Esto hay que controlarlo, cosa que no conseguimos si empeoramos el Derecho laboral. Más bien lo conseguiremos haciendo frente a los empleos precarios, y mejorándolos y dotándolos de mayor seguridad para que se asemejen más a puestos de trabajo típicos a jornada completa. Este es el rumbo que debemos tomar.

La Comisión también se ha concentrado entonces en el Derecho laboral individual, y esto es desafortunado. El Derecho laboral colectivo desempeña un gran papel en muchos países europeos. Los interlocutores sociales desempeñan un gran papel en el Derecho laboral. No estaría de más llamar también la atención sobre el Derecho laboral colectivo y la importante labor realizada por los interlocutores sociales en forma de diálogo social.

 
  
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  Elizabeth Lynne (ALDE). (EN) Señor Presidente, a mí también me gustaría felicitar al ponente y agradecerle su cooperación. Este debate versa sobre el futuro de la legislación laboral y debemos reconocer la realidad actual, que es el aumento de contratos atípicos y la necesidad de centrarnos más en la seguridad del empleo que en la seguridad laboral.

No creo que debamos pedir una definición de «trabajador» a escala europea. Eso debería quedar en manos de los Estados miembros. En cuanto a la negociación colectiva, todavía desempeña un papel muy importante, pero tenemos que estar seguros de que las personas que no pertenezcan a un sindicato puedan participar en el proceso. Como también deberían poder participar las pequeñas y medianas empresas.

En estos momentos, la lista de la Comisión de interlocutores sociales es corta, y creo no tiene en cuenta las opiniones de las PYME, que en muchos aspectos son el motor de la economía de Europa. Insto a todos los aquí presentes a que voten a favor de las enmiendas del Grupo ALDE.

 
  
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  Konrad Szymański (UEN). (PL) Señor Presidente, seré breve: felicito al ponente, pero no a la mayoría de la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales, que nos ha venido con estas enmiendas al informe. El mercado de trabajo está cambiando; las nuevas profesiones, las nuevas tecnologías y la creciente cuota de los servicios comportan nuevas formas de empleo.

Las preocupaciones de la izquierda por los puestos de trabajo peor pagados y menos seguros suelen ser un error. El verdadero problema es el despliegue de soluciones inflexibles que dificultan la creación de nuevos puestos de trabajo y condenan al desempleo a un amplio grupo de personas, y la transposición de una experiencia tan negativa a los países que tienen un mercado de trabajo muy competitivo.

La burocracia que afrontan las empresas que transfieren a trabajadores en el mercado europeo no es más que una forma moderna de proteccionismo, dirigido sobre todo a los nuevos Estados miembros, tal y como demuestran los ejemplos de los casos Vaxholm y Viking Line, que fueron directos al Tribunal de Justicia Europeo.

Por estos motivos, si se aplican las enmiendas propuestas por los diputados del Grupo del Partido Popular Europeo (Demócrata-Cristianos) y de los Demócratas Europeos, tanto por el ponente como por otros, este informe no podrá contar con mi apoyo.

 
  
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  Ilda Figueiredo (GUE/NGL).(PT) Señor Presidente, los ejemplos diarios que conocemos de la explotación de trabajadores en Portugal y en otros países de la Unión Europea, como los Países Bajos y Rumanía, donde también hay implicados ciudadanos portugueses, demuestran que la finalidad, en nombre de la modernización del Derecho laboral, es facilitar los despidos cambiando los periodos de preaviso, los costes y procedimientos aplicables al despido de individuos y colectivos, así como la misma definición de despido individual improcedente a fin de destruir las relaciones contractuales actuales.

También quieren modificar los horarios laborales y la organización del trabajo, con todas las consecuencias que ello acarree para el ataque contra la propia contratación colectiva y la organización de la mano de obra. Colocar a los empresarios y trabajadores al mismo lado de la escala de las disposiciones contractuales en lo que se supone es una organización moderna de trabajo devalúa la necesidad de proteger el empleo seguro y los derechos del eslabón más débil de las relaciones laborales: los trabajadores que necesitan sus puestos de trabajo y sus salarios para sobrevivir.

Tal y como se demostró en Guimarães el 5 de julio, los trabajadores están luchando por estas propuestas serias.

 
  
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  Ana Mato Adrover (PPE-DE).(ES) Señor Presidente, en primer lugar querría felicitar a Jacek Protasiewicz por el esfuerzo de consenso que está tratando de realizar y que espero que llegue a buen puerto en el día de mañana.

Hacía falta, sin ninguna duda, una reflexión conjunta sobre lo que significan las normas para regular el mercado de trabajo y yo creo que el Libro Verde ha constituido una buena oportunidad para llevarla a cabo.

Desde la Cumbre de Luxemburgo han surgido nuevos retos y nuevos problemas, por ejemplo, la inmigración y el envejecimiento de la población, y, en 1997 –recordamos– el objetivo era simplemente incentivar la creación de puestos de trabajo. Hoy, en una etapa de mayor dinamización de la economía, no optamos solo por el pleno empleo sino también por un empleo de calidad.

Quiero decir con esto que buscamos mejores condiciones de trabajo, mayor eficacia de la gestión empresarial, conciliación de la vida familiar y laboral, formación continua a lo largo de toda la vida y también estabilidad. Y ahí reside la primera pega que le encuentro al informe.

La estabilidad no puede estar reñida con los contratos a tiempo parcial. El informe descalifica este tipo de contratos y solamente defiende los contratos a tiempo completo, olvidándose de lo necesarios que son este tipo de contratos, que también pueden ser indefinidos y estables, para la conciliación de vida laboral y familiar.

El informe también criminaliza y olvida los contratos temporales, que son necesarios, imprescindibles e insustituibles en algunos sectores, si pensamos en el turismo, en la hostelería, en la construcción o en la agricultura, donde sería impensable que se pudieran hacer contratos indefinidos, por la propia función que se realiza.

También querría resaltar –y es otra pega que se puede poner– que sabemos que en los distintos países los sistemas laborales son diferentes, muy diferentes entre unos países y otros. También lo son las relaciones entre los distintos agentes sociales, por lo que es muy difícil hacer una legislación conjunta a nivel europeo.

Nosotros apostamos mejor por la subsidiariedad, apostamos también por el método abierto de coordinación y por el acuerdo entre los agentes sociales. Desde luego, no queremos que se le dé un cheque en blanco a la Comisión para que pueda actuar en temas de Derecho laboral sin contar con los distintos países y con las distintas características que tiene cada uno de ellos.

 
  
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  Françoise Castex (PSE).(FR) Señor Presidente, Señorías, ya era hora, me parece, de que la Unión Europea abriera este debate; podemos estar contentos con la iniciativa del Libro Verde. Sin embargo, me temo que esta iniciativa no es necesariamente una buena noticia para los trabajadores europeos. Es preciso criticar el Libro Verde tanto por el método empleado como por las orientaciones que propone.

En primer lugar, en cuanto al método: lamento que esta consulta no se ajuste al procedimiento establecido en el artículo 138 del Tratado, que otorga una categoría particular a los interlocutores sociales cuando se trata de política social. Esta excepción del procedimiento, además, la ha denunciado la Confederación Europea de Sindicatos.

A continuación, la cuestión principal: un Libro Verde ha de ser imparcial. Ha de formular preguntas sin dar respuestas a priori. Sin embargo, la Comisión Europea hace afirmaciones que son manifiestamente ideológicas. Eso es lo que ocurre cuando critica el modelo tradicional por obstaculizar la creación de empleo. Y es, nuevamente, lo que ocurre cuando establece que la protección frente al despido es un obstáculo para el dinamismo de las empresas y que la inseguridad laboral es una prueba de modernidad.

En el Derecho europeo e internacional aprobado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) existen principios y derechos fundamentales que deben respetarse. El contrato indefinido ha de confirmarse como la norma. La legislación o el convenio colectivo o ambos deben proteger al trabajador. Por este motivo, insisto, el convenio colectivo debe seguir siendo la fuente principal del Derecho laboral.

Una palabra, finalmente, sobre el concepto de flexiguridad, considerado un principio. Tal y como se define aquí, introduce un gran desequilibrio en la distribución de las competencias entre la Unión Europea y los Estados miembros. La Unión Europea impondría flexibilidad y dejaría exclusivamente en manos de los Estados miembros la responsabilidad de garantizar la seguridad de los empleados. Nuestros ciudadanos quieren una Europa que proteja sus derechos y su modelo social. No les demos la imagen de que Europa destruye su acervo social. Está en juego su adhesión al proyecto europeo, no lo olvidemos.

 
  
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  Ona Juknevičienė (ALDE). (LT) Hay dos aspectos importantes en el documento elaborado por el señor Protasiewicz: 1) contratos de trabajo atípicos, 2) el concepto de trabajador.

Cuando se utilizan contratos de trabajo atípicos se dan casos de discriminación de los trabajadores, ya que no ofrecen suficientes garantías sociales. Sin embargo, la flexibilidad ayuda a las empresas a adaptarse a cambios del mercado y a los trabajadores a equilibrar sus vidas personal y profesional.

Muchos lituanos trabajan en el sector de la construcción del Reino Unido y han tenido que registrarse como trabajadores independientes. En realidad, trabajan para empresas de la construcción, como otros trabajadores. No obstante, no cuentan con las mismas garantías laborales, sociales y de otro tipo. La definición de trabajador debería basarse en su situación real en el lugar de trabajo y durante las horas de trabajo. Nuestro objetivo es un mercado laboral eficaz, donde una persona pueda encontrar un empleo adecuado y las empresas puedan encontrar trabajadores adecuados. El documento que tenemos hoy entre manos es una contribución a la consecución de este objetivo.

 
  
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  Mieczysław Edmund Janowski (UEN). (PL) Señor Presidente, señor Comisario, quiero dar las gracias al señor Protasiewicz por abordar una importante cuestión de la adaptación de la legislación laboral a las exigencias de los tiempos que corren. Aunque sabemos que no existe un código laboral comunitario, la Unión Europea debería inspirar cambios positivos y competitivos y cierta normalización en el ámbito que afecta al Derecho laboral.

En este punto quiero mencionar un extracto de la posición del sindicato polaco Solidaridad sobre el Libro Verde, según el cual, mientras la base principal deba seguir siendo un contrato de empleo de duración indefinida, que garantice la debida protección de la permanencia de las relaciones laborales, reconoce la definición de trabajador dependiente para referirse a todas las personas que trabajan en condiciones de dependencia de un contratista, incluidas algunas personas que trabajan sobre la base de contratos de Derecho civil. Esto debería concordar con una definición clara de autoempleo.

Quiero plantear, al menos telegráficamente, una serie de cuestiones importantes: trabajo a distancia, en particular trabajo para padres jóvenes y para discapacitados, y la necesidad de eliminar diferencias de paga entre hombres y mujeres que realizan el mismo trabajo. Las palabras clave deberían ser: empleo, flexibilidad, seguridad. Sin embargo, lo importante no son las palabras, sino las personas: por un lado, las personas que desean ganarse la vida para sus familias realizando un trabajo contratado, incluidos los desempleados y, por otro, las personas que son empleadores, tanto privados como públicos, y los que se sienten responsables de resolver nuestros problemas cada vez más globales.

 
  
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  Edit Bauer (PPE-DE).(SK) Estoy de acuerdo con la opinión de quienes no querrían vivir en un entorno donde el Derecho laboral reflejara exclusivamente las necesidades de la competencia.

Sin duda alguna, las nuevas tendencias económicas generan la necesidad de un mercado laboral más flexible, que se asocia a una mayor proporción de contratos de trabajo atípicos. La cuestión subyacente en este contexto es la siguiente: ¿Quién debería asumir los nuevos y mayores riesgos de un mercado laboral más flexible? No se trata de una mayor protección de los «excluidos», ya que las propias personas o sus familias tendrán que asumir los riesgos, y las pérdidas sociales resultarán ser desproporcionadamente grandes sin un nuevo enfoque basado en la introducción de un modelo en que todos salen ganando. Piensen en los problemas asociados a la crisis demográfica. Es difícil encontrar una solución. Hasta la fecha parece que hay más preguntas que respuestas, tanto a escala europea como en los Estados miembros.

Al parecer hace falta un nuevo paradigma en el ámbito del Derecho laboral, pero no solo en el sentido estricto del término. Originalmente el concepto de «flexiguridad» se basaba en la asunción de que las personas podrían y deberían adaptarse a las nuevas condiciones de un mercado laboral flexible, pero no deberían asumir los riesgos derivados de la nueva situación posterior. En su lugar, deberían repartirse entre la persona física, la empresa y la sociedad. No hay duda alguna de que para buscar las respuestas adecuadas se precisa coraje político. El coraje para buscar respuestas servirá no solo a los intereses de la competencia con exclusión de todo lo demás, sino que representará un nuevo equilibrio de valores.

 
  
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  Joel Hasse Ferreira (PSE).(PT) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, quiero felicitar al señor Protasiewicz por haber conseguido, con nuestra ayuda, transformar su informe inicial en un informe parlamentario. Unas palabras también para el señor Christensen, que ha organizado una contribución colectiva estructurada en nombre del Grupo Socialista en el Parlamento Europeo. El informe incluye aspectos que son centrales en el debate europeo actual, como la cuestión de la flexiguridad. Me gustaría señalar que la flexiguridad solo puede lograrse por medio de un Derecho laboral eficaz y moderno en el que la negociación colectiva y la existencia de los interlocutores sociales sean una parte importante del planteamiento general.

También es importante la invitación a los Estados miembros para que adapten sus sistemas de seguridad social a fin de complementar las políticas del mercado laboral activas, a saber, la formación y el aprendizaje durante toda la vida. Me ha complacido presentar ciertas enmiendas relativas a la importancia de pequeñas y medianas empresas como fuerza motriz importante para la creación y el crecimiento del empleo en Europa, así como para el desarrollo social y regional. El fortalecimiento del papel de las PYME en la mejora de la legislación laboral es importante.

También es importante mejorar la coordinación entre la legislación laboral nacional y las inspecciones sociales. Esto es indispensable para una lucha eficaz contra la explotación de la mano de obra inmigrante. Y también debemos reconocer la necesidad de introducir métodos y horarios de trabajo suficientemente flexibles para abordar las necesidades de los trabajadores y de las empresas o instituciones donde trabajan.

En este contexto, también es importante señalar y destacar que todos los trabajadores tienen derecho a disfrutar del mismo nivel de protección y que ciertos grupos no deberían quedar excluidos desde el principio de niveles de protección más altos, como la gente de mar, tripulaciones de barcos y trabajadores de alta mar. Antes de terminar, quiero hacer hincapié en la invitación extendida por el Parlamento Europeo a los Estados miembros a eliminar las restricciones del acceso a sus mercados laborales, mejorando así la movilidad de los trabajadores a lo largo y ancho de la Unión Europea y ayudando a lograr con mayor rapidez los objetivos de la Estrategia de Lisboa.

El Derecho laboral puede y debe modernizarse, así como fortalecer, en lugar de cuestionar, el equilibrio social de cada uno de los Estados miembros, además de la cohesión social europea.

 
  
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  Siiri Oviir (ALDE).(ET) Teniendo en cuenta, en primer lugar, el envejecimiento de la sociedad europea y, en segundo lugar, uno de los objetivos más importantes de la estrategia de Lisboa, es decir, alcanzar un alto nivel de empleo, estoy convencida de que el modelo tradicional de relaciones laborales no es necesariamente adecuado para los trabajadores con contratos de trabajo ordinarios por tiempo indefinido.

En una sociedad turbulenta, los trabajadores deben poder adaptarse a los cambios y aprovechar las oportunidades que brinda la globalización.

Por tanto, me parece que los modelos alternativos de las relaciones contractuales pueden, entre otras cosas, aumentar la responsabilidad de las empresas para canalizar la creatividad de su mano de obra, creando así ventajas competitivas adicionales.

La mejor forma de lograrlo es utilizar el método de coordinación abierto, que es un método útil de intercambio de información sobre buenas prácticas a fin de responder a desafíos compartidos de forma flexible y transparente.

Para concluir, quiero dar las gracias al ponente por su valentía de examinar este tema con tanto detalle, y a todos ustedes por su atención.

 
  
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  Andrzej Tomasz Zapałowski (UEN). (PL) Señor Presidente, los problemas demográficos que afrontan hoy en día numerosos países de la Unión Europea han sido causados, entre otros motivos, por la inestabilidad de los jóvenes. Actualmente, si un joven quiere encontrar un puesto de trabajo razonablemente seguro, ha de demostrar su experiencia y contar con las referencias que las empresas solicitan. Por esto, muchas personas deciden no crear una familia hasta alcanzar la edad adulta, lo cual, naturalmente, no contribuye a tener grandes familias, y Europa ha de pensar y actuar con el objetivo de garantizar que su identidad y las tradiciones cristianas sobrevivan y dominen en los años venideros.

Quiero felicitar a mi colega por un informe que perfila los problemas fundamentales, y que al mismo tiempo dedica gran parte de su atención a la estabilidad del empleo en forma de contratos laborales de duración indefinida, lo cual debería ser la norma.

Asimismo, es importante que Europa levante las restricciones que los nuevos Estados miembros imponen al acceso a los mercados laborales, en particular porque estas restricciones las imponen los Estados que más hablan de integración europea, mientras, de hecho, aplican un intervencionismo nacional extensivo.

 
  
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  Richard Falbr (PSE).(CS) Señor Presidente, Señorías, no veo motivos para adoptar un tono conciliador. Es mucho lo que está en juego. El Libro Verde sobre la modernización del Derecho laboral solo tiene un mérito: es fácil ponerlo en la picota como invento increíble de medias verdades y observaciones hipócritas. Quiero utilizar mi discurso para hacer algunas preguntas.

¿Por qué el contenido del informe no se ha debatido con los interlocutores sociales? ¿Quizá no existen a escala europea? El Derecho laboral ha surgido y se ha desarrollado durante 100 años de tal forma que los trabajadores que ofrecen sus servicios a las empresas pudieran actuar en igualdad de condiciones. ¿Por qué el Libro Verde parece sugerir que ya no hace falta garantizar la calidad? ¿Por qué el documento no señala que ya se está haciendo un gran trabajo fuera del ámbito del Derecho laboral? ¿Considera la Comisión que el trabajo es una mercancía? ¿Por qué el Libro Verde afirma tan rotundamente que los contratos de trabajo indefinidos están anticuados y que el 76 % de los europeos están de acuerdo con esa afirmación? ¿Por qué el Libro Verde no propone acabar con la Organización Internacional del Trabajo por todo lo que ha aprobado en casi 100 años? ¿Podría el señor Špidla decirme si sabe que, salvo en unos pocos Estados miembros, no se pueden cumplir las directrices hipócritas para potenciar la función de los interlocutores sociales? ¿Sabe que en una serie de Estados miembros la idea del diálogo social es una ficción y un medio para que el Gobierno desacredite a los sindicatos? Todo ello se aplica a la República Checa. ¿Sabe que los que tienen un trabajo precario prácticamente no pueden afiliarse a un sindicato? ¿Sabe que las inspecciones de trabajo en una serie de países solo existen sobre papel? Este, una vez más, es el caso de la República Checa.

Hay que mencionar especialmente la recién acuñada expresión «flexiguridad», un ejemplo de la nueva jerga moderna europea que se supone da la impresión de que no tiene nada que ver con «flexplotación». Ello al parecer marcará menos diferencias entre los incluidos y los excluidos en el mercado laboral, de forma que todos sean excluidos.

 
  
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  Anneli Jäätteenmäki (ALDE).(FI) Señor Presidente, la propuesta de la Comisión para el futuro Derecho laboral es un paso importante, incluso si queremos recordar que la modernización de la legislación en materia de empleo es, principalmente, competencia de los Estados miembros.

Lamento que esta iniciativa de la Comisión sea muy parcial, y, especialmente, que este Libro Verde ignore del todo las grandes diferencias salariales que todavía existen entre hombres y mujeres en los Estados miembros de la UE.

A la Comisión no le interesan los puestos de trabajo donde hombres y mujeres de diferentes países europeos puedan recibir el mismo trato ahora que estamos en el siglo XXI. Yo habría esperado asimismo que la propuesta planteara formas de aplicar las ocho directivas sobre igualdad que ha aprobado la UE y que garantizarían la igualdad salarial entre hombres y mujeres.

Finalmente, quiero decir que es una desgracia no poder esperar mucho de la UE en el ámbito de la promoción de la igualdad entre hombres y mujeres.

 
  
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  Wiesław Stefan Kuc (UEN). (PL) Señor Presidente, el Derecho laboral es uno de los documentos más difíciles, tanto con respecto a sus aspectos jurídicos como desde el punto de vista de su contenido. No solo contiene elementos económicos y jurídicos, también morales. Reconciliar estos elementos es una tarea peliaguda y a veces imposible, pero lo intentaremos y los reconciliaremos lo más posible.

¿Cómo debería ser el Derecho laboral en el siglo XXI? Ha de reunir las siguientes condiciones: primero, ha de ser flexible y poder adaptarse a circunstancias que cambian rápidamente. En segundo lugar, debería proteger a los trabajadores y promover su desarrollo. En tercer lugar, debería proteger los intereses de las empresas y permitir a las empresas que se desarrollen mientras son lo más eficaces posible. En cuarto lugar, debe permitir el uso óptimo de los recursos laborales. En quinto lugar, debe permitir el diálogo entre trabajadores y empresas. Y, sobre todo, el derecho al trabajo ha de ser igual en toda la Unión Europea y aplicable en todos los Estados miembros.

 
  
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  Marie Panayotopoulos-Cassiotou (PPE-DE).(EL) Señor Presidente, se está haciendo un esfuerzo a través de la legislación europea y la legislación de los Estados miembros, y a través del diálogo entre los interlocutores sociales, por modernizar el marco jurídico que seguirá dando a las empresas y trabajadores toda forma de seguridad jurídica y protección social.

La pregunta es: ¿son la protección social y la integración social consecuencias o condiciones necesarias para lograr los objetivos de crecimiento económico, pleno empleo y justicia social?

Acepto el papel alternativo de los dos objetivos en el sentido de «¿qué fue primero, el huevo o la gallina?».

Promocionar el crecimiento económico y proteger la seguridad de los trabajadores han de ser objetivos consensuados desde el nivel de planificación hasta el nivel de aplicación, prestando atención a la necesidad de un mercado flexible y al fortalecimiento de la seguridad, que es un desafío doble, para que cojamos velocidad, de acuerdo con su propuesta, señor Comisario, y ejerzamos el liderazgo en un entorno abierto, internacional, competitivo, sin traicionar valores o normas sociales actuales.

Las nuevas formas de empleo opcional y aceptación voluntaria facilitan que los grupos con características especiales, como los jóvenes, trabajadores mayores y mujeres, entren en el mercado laboral y permanezcan en él. Intercambiar buenas prácticas sobre mecanismos innovadores salvaguarda el equilibrio entre vida profesional y familiar, apoyando especialmente a las mujeres y sus triples obligaciones.

Los trabajadores tienen distintas necesidades en función de cada etapa en la vida y sus perspectivas profesionales. Además, cada uno de los Estados miembros tiene sus peculiaridades y distintas condiciones económicas y cuenta con una legislación nacional. La legislación europea es un suplemento y un complemento para las relaciones transfronterizas y para lograr un mercado único libre.

No debemos olvidar las posibilidades del aprendizaje durante toda la vida a la hora de combatir el desempleo y hemos de recordar que, confiando en las relaciones entre el Estados y los interlocutores sociales, con respeto por la dignidad de las personas, actuando al servicio de la justicia social y evitando conflictos, aumentaremos la competitividad y la prosperidad europeas.

 
  
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  Maria Matsouka (PSE).(EL) Señor Presidente, el debate sobre la modernización del Derecho laboral, cuando ha sido más un debate de fondo que un pretexto, ha brindado una gran oportunidad para ilustrar las radicales diferencias existentes entre la derecha y la izquierda.

La derecha interpreta los altos índices de desempleo y pobreza como resultado de la inflexibilidad del Derecho laboral. Considera que el mercado laboral es más o menos inevitable y, a fin de legalizarlo, habla de flexibilidad con seguridad. ¿Y qué mejor que el modelo danés? Sin embargo, solo puede aplicarse si existe una armonización económica, financiera y fiscal completa entre los Estados miembros.

El informe sobre el que vamos a votar mejora el texto inicial en varios puntos, gracias a la contrapropuesta global de los socialistas, que se centra en la protección de los trabajadores, que ni es la causa del desempleo ni un acto de caridad. Se trata simplemente de uno de los pilares más importantes de crecimiento económico y de justicia social.

¡No neguemos la verdad! A la luz del aumento sin precedentes históricos de la riqueza producida y su peligrosa distribución desigual en beneficio de las empresas, tenemos que profundizar en el concepto de Derecho laboral.

 
  
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  Janusz Wojciechowski (UEN). (PL) Señor Presidente, por suerte el Parlamento Europeo ha adoptado un enfoque completo de la cuestión del Derecho laboral y por este motivo quiero expresar mi gratitud al ponente, el señor Protasiewicz, que ha elaborado un informe de máxima calidad.

Quiero aprovechar esta ocasión para mencionar la trágica posición de los trabajadores extranjeros en muchos países de la Unión Europea. En países concretos se han descubierto más campamentos de esclavos o semiesclavos. Personas que buscan trabajo en el extranjero para ganarse la vida caen en manos de delincuentes sin escrúpulos que les explotan, humillan y a veces les matan. Esta situación es una desgracia para la Unión Europea del siglo XXI.

El Parlamento Europeo ha de pedir a todos sus diputados y a sus inspectores de trabajo y a sus autoridades que velan por el cumplimiento de la ley que presten atención especial a la difícil situación de los trabajadores extranjeros y que luchen con eficacia contra su explotación por parte de delincuentes.

 
  
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  Ria Oomen-Ruijten (PPE-DE).(NL) Como puede usted comprobar, todavía podemos confiar en el contacto visual, cosa que es estupenda. Señor Presidente, es bueno que debatamos hoy nuestro Derecho laboral, precisamente porque una serie de cosas están cambiando en el mercado laboral en Europa y en todos nuestros Estados miembros.

De hecho, podemos comprobar que existe una gran necesidad de flexibilidad para anticipar mejor las necesidades del mercado, pero también por parte de los propios trabajadores, porque a menudo quieren conciliar el trabajo con la familia, con la familia ampliada y con compromisos de cuidado de personas. Esta flexibilidad es necesaria, sobre todo en una sociedad cuya cuota de ancianos aumenta mientras se reduce la de jóvenes, y donde la población que envejece probablemente no quiera trabajar todas las 40 o 36 horas en el mercado laboral, pero quiera tener un trabajo menos exigente.

No obstante –y por esto es un debate es tan útil–, queremos esta flexibilidad y reconocemos que es beneficiosa, esto también implica que desde el principio –y lamento el hecho de que la señora Matsouka haya abandonado la Cámara, porque ha mencionado el debate entre la derecha y la izquierda, pero se niega a escuchar–debemos ofrecer, paralelamente a esta flexibilidad, seguridad a quienes quieren trabajar en puestos de trabajo menores y más flexibles y, así, permitir que el mercado laboral funcione con más eficacia.

Es una deficiencia –que podemos rectificar con las enmiendas que se aprobarán en un momento– que ya no se reconozca el gran bien de la flexibilidad. Lo lamento. También creo que no podemos dejar todo en manos del mercado en exclusiva, porque el mercado se regula a sí mismo. Una vez más, tenemos que aplicar flexibilidad combinada con las debidas garantías.

 
  
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  Richard Howitt (PSE).(EN) Señor Presidente, hay más de un millón de trabajadores de empresas de trabajo temporal en Gran Bretaña y más de 6 millones en toda Europa, según la Fundación de Dublín. Es la forma de trabajo atípico que ha experimentado un mayor aumento en la UE en los últimos 20 años, a pesar de tratarse de un grupo de trabajadores que no gozan de la protección del empleo al amparo del Derecho de la UE.

En mi jurisdicción del este de Inglaterra han llegado hasta 80 000 trabajadores migrantes de los llamados 8 países de la adhesión, el número más elevado del Reino Unido. Muchos de ellos llegan gracias a las empresas de empleo temporal y demasiados sufren abusos, aunque no todos ellos. Por ejemplo, los trabajadores de una de esas empresas identificados por el Sindicato de Trabajadores de la Comunicación, contratados por British Telecom en Norwich, Ipswich y Brentwood, que han dejado de percibir dos aumentos de sueldo sucesivos, solo disfrutan de 16 en vez de 25 días de vacaciones y que cobran un 50 % menos por horas extras en comparación con sus compañeros con contrato fijo. Los trabajadores de Bernard Matthews en Norfolk y Suffolk, el 60 % de ellos contratados por empresas de empleo temporal en Portugal, percibieron tan solo 19 libras esterlinas al día durante seis días, antes de ser despedidos a raíz del brote de gripe aviar.

A la Comisión le digo que ofrezca «flexiguridad». Vemos, y de hecho aplaudimos, algo de flexibilidad, pero ¿dónde está la seguridad si no vale para los trabajadores de empresas de empleo temporal? A la Presidencia portuguesa entrante le digo que es necesario un compromiso razonable en el período de cualificación, pero desde la ampliación de la UE nunca se ha votado sobre esta Directiva. Sométanla a votación, veamos dónde está la mayoría. El Gobierno del Reino Unido ha dicho que apoyará la Directiva. Lo mismo debería hacer el conjunto de Europa.

 
  
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  Zita Pleštinská (PPE-DE).(SK) El crecimiento del empleo se debe principalmente a las PYME y a los negocios unipersonales. Estas empresas figuran entre las que crean más oportunidades de trabajo nuevas e incrementan el empleo en Europa.

Por este motivo, y en vista del amplio espectro de tradiciones laborales, de contratos mercantiles y tipos de empresa en los mercados laborales de los Estados miembros de la UE, la tarea prioritaria de la UE debe consistir en crear una legislación europea que fortalezca la posición de las PYME, y a la vez cree nuevos puestos de trabajo mediante mejoras del Derecho laboral.

La experiencia demuestra que, por ejemplo, la Directiva europea sobre horas extraordinarias, a la que muchos de los Estados miembros de la UE han puesto objeciones, no debería incorporarse al Derecho laboral y convendría revisarla. El motivo es que la restricción de las horas extraordinarias constituye una amenaza para muchos sectores de la economía, ya se trate de trabajadores del sector sanitario, la minería, los servicios sociales o los bomberos.

Este mes, en mi país (Eslovaquia), el Parlamento nacional ha aprobado un nuevo Derecho laboral que ha provocado reacciones negativas, sobre todo por parte de las PYME. El Gobierno quería fortalecer la posición de los sindicatos y ampliar sus poderes. El hecho es que, gracias a la presión de la oposición y de grupos de empresarios, la propuesta gubernamental original se ha modificado significativamente, estableciendo una especie de equilibrio entre las competencias de los sindicatos y las empresas en el documento final. Además, una enmienda del SDKÚ-DS ha logrado modificar la definición del término «trabajador dependiente» de forma que no supone una amenaza para los negocios unipersonales. Gracias a más de 600 comentarios realizados durante la elaboración y otras docenas más en el Parlamento, ha resultado posible modificar la propuesta original de Smer SD y evitar así enviar el Derecho laboral de Eslovaquia de vuelta al siglo pasado.

La alta tasa de desempleo en Europa, en particular en los nuevos Estados miembros, es un fracaso que exige medidas y, por tanto, celebro el enfoque del ponente, el señor Protasiewicz, cuyo informe propone soluciones para hacer realidad una visión del siglo XXI. Sin embargo, me preocupan sus palabras tras la votación en la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales, que no puedo apoyar a menos que se aprueben las enmiendas presentadas por el ponente en nombre de nuestro partido político, el Grupo del Partido Popular Europeo (Demócrata-Cristianos) y de los Demócratas Europeos. Algunas partes del proyecto de informe presentan una visión obsoleta y desequilibrada de los problemas actuales en los mercados laborales europeos, y por este motivo el informe intenta proteger solo a los trabajadores. Esta interpretación de la política laboral podría conducirnos a una situación en que no habrá nada para protegerlos, ya que estarán desempleados.

 
  
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  Agnes Schierhuber (PPE-DE).(DE) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, creo que no debemos considerar el informe Protasiewicz separadamente de la pregunta oral y de una propuesta de resolución. Quiero dar las gracias a ambos ponentes por su trabajo.

Por desgracia, el desplazamiento de trabajadores en el sector servicios todavía no cuenta con normas unificadas a escala europea. Esto también demuestra que la coordinación de la comunicación y el flujo de información entre los Estados miembros y las autoridades competentes deja mucho que desear. Los controles al respecto siguen siendo insuficientes. Una relación equilibrada, por un lado, entre libertad de circulación y prestación de servicios y, por otro, la protección de los trabajadores, es absolutamente necesaria. En mi opinión, una normativa en este terreno será la forma más sencilla y eficaz de impedir el dumping social.

Es preciso promover y reforzar la cooperación entre Estados miembros y el intercambio de información, e introducir medidas de control apropiadas. En este sentido vendrían bien detalles adicionales en las directrices de la Comisión. A fin de garantizar la protección y los derechos de los trabajadores, propongo que los países anfitriones realicen las comprobaciones y controles pertinentes.

Por tanto, la Comisión debería apoyar de forma activa la cooperación entre autoridades supervisoras de los Estados miembros aplicando una plataforma permanente para la colaboración transfronteriza. Con respecto a los negocios y los trabajadores, también insto a una participación mayor de los interlocutores sociales. Solo el equilibrio traerá más empleo y, por tanto, mayor riqueza y seguridad para todos en Europa.

 
  
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  Monica Maria Iacob-Ridzi (PPE-DE). – (RO) Consider că acest raport este unul echilibrat şi care reflectă diversitatea relaţiilor de muncă de pe teritoriul Uniunii Europene, dar şi a poziţiilor politice faţă de un subiect care dă naştere unor discuţii aprinse.

Atingerea unui echilibru în relaţia dintre angajat şi angajator, în care ambele părţi au de câştigat, trebuie să fie o prioritate a Uniunii Europene. În acest cadru, al flexibilităţii şi al securităţii, angajatorul câştigă mai multă forţă de muncă, iar angajatul mai multă protecţie pentru tipul de contract flexibil.

Pentru România, unde avem un rezervor important de forţă de muncă în zona rurală, contractele de muncă flexibile sunt o soluţie pentru a intra pe piaţa muncii fără a pierde din drepturile sociale de care beneficiază angajaţii cu contract clasic. Aceasta ar asigura o integrare mai rapidă pe piaţa muncii a lucrătorilor din zona rurală, care vor putea să participe la creşterea economiei din anii următori şi să beneficieze de ea.

Apreciez atenţia pe care raportul o acordă sprijinirii familiei. Multe dintre aceste contracte flexibile sunt alese de femei care trebuie să facă faţă unei presiuni din ce în ce mai mari de a concilia viaţa profesională cu cea familială.

În sprijinul tinerilor aş fi dorit ca raportul să încurajeze mai mult utilizarea tehnologiei informaţiei şi a comunicării ca instrumente principale în modul de lucru. Munca la distanţă în condiţii de maximă mobilitate este o tendinţă deja prezentă pe care trebuie să o folosim în beneficiul celor mai bine pregătiţi pentru ea.

Pentru reducerea muncii la negru trebuie să încurajăm angajatorii să declare relaţiile de muncă fără să fie dezavantajaţi economic. O parte din acest fenomen este cauzată de restricţiile pe care unele state membre încă le menţin pentru lucrătorii din ţările care au aderat recent la Uniunea Europeană. Este o discriminare inutilă care creează atât probleme de administrare pentru statele respective cât şi riscuri pentru lucrători. De aceea consider ca eliminarea perioadelor de tranziţie impuse de aceste state membre va avea ca efect direct reducerea muncii la negru.

 
  
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  Tadeusz Zwiefka (PPE-DE) (PL) Señor Presidente, modificar el Derecho laboral en la Unión Europea es importante no solo para la seguridad y la protección de los puestos de trabajo, sino también porque tiene un gran impacto en los niveles de empleo. Hemos participado en largos debates sobre si la competencia mundial exige cambiar el modelo actual de Derecho laboral. En mi opinión, los exige a todas luces.

Durante los últimos veinte años hemos venido observando una retirada gradual y cada vez más rápida de las formas habituales de Derecho laboral y del modelo general de empleo. Este fenómeno es una respuesta a los desafíos de la globalización, que es un proceso independiente, y nos guste o no, depende de nosotros que nuestras sociedades aprovechen las oportunidades que brinda.

Para contrarrestar los aspectos negativos de la globalización se precisa un Derecho laboral mucho más flexible, pero que conserve a la vez los niveles actuales de seguridad. Deberíamos recordar que el nivel actual de seguridad laboral en la Unión Europea es el más alto del mundo. No necesitamos mejorar más la seguridad laboral, sino más flexibilidad y movilidad y liberalizar los mercados laborales en todos los Estados miembros.

A pesar de todos los reglamentos, la flexibilidad está entrando en nuestras vidas. Actualmente el 40 % de todas las formas de empleo son atípicas y representan el 60 % de los nuevos puestos de trabajo. En última instancia, y esta es aun así la señal más esperanzadora, dos tercios de las formas atípicas de empleo se convierten al formato tradicional, es decir, en contratos permanentes.

Las estructuras tradicionales de Derecho laboral no responden a las realidades actuales. En las economías modernas basadas en los servicios, o en las basadas en las PYME, un enfoque más flexible y atípico puede ser la clave del éxito.

Por supuesto, no basta la flexibilidad si no existe movilidad de los trabajadores. Por este motivo, solicito la apertura completa del mercado laboral en la Unión Europea para los trabajadores de todos los Estados miembros. Ahora sabemos que los beneficios de liberalizar los mercados laborales no solo los disfrutan los trabajadores inmigrantes, sino también los países que decidieron abrir sus mercados laborales.

Ninguna economía puede desarrollarse y ser competitiva sin empresas que funcionen debidamente y sean capaces de competir en el mercado mundial, dirigidas por buenos gestores y propietarios. Pero ni siquiera las empresas mejor gestionadas funcionan sin una buena plantilla. Ambas se necesitan mutuamente para sobrevivir.

 
  
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  Iles Braghetto (PPE-DE).(IT) Señor Presidente, Señorías, la necesidad de modernizar el Derecho laboral en medio de las innovaciones del siglo XXI impone verdaderas exigencias al mercado laboral actual, especialmente a todos quienes buscan un nuevo empleo, un empleo de alta calidad, un empleo que se ajuste a los otros ámbitos de su vida personal.

Casar la flexibilidad del trabajo, que es característica de un mercado competitivo y global, con la seguridad laboral, un derecho/deber para todo ciudadano europeo, nos exige, según lo establecido en la Estrategia de Lisboa, saber utilizar las técnicas y capacidades profesionales. Para ello es preciso suministrar las herramientas necesarias a fin de que las personas resulten atractivas para las empresas, ajustando su formación técnica y especializada a las nuevas tecnologías.

En la sociedad europea hay una urgencia educativa y formativa que impide o frena el desarrollo de aptitudes y conocimientos. Para la Unión Europea, la inversión en capital humano y en la formación de jóvenes es la mejor y la más moderna forma de afirmar el derecho al trabajo. Este es uno de los desafíos planteados por el Libro Verde.

Agradezco al ponente el trabajo que ha realizado al armonizar los distintos puntos de vista expresados en el debate.

 
  
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  Philip Bushill-Matthews (PPE-DE).(EN) Señor Presidente, me gustaría empezar, si me lo permite, dando las gracias a la Comisión por su esmerado Libro Verde. El presente informe es fruto del trabajo de la Comisión, que ha suscitado este debate. Creo que el hecho de que se elaborara de este modo y de que la Comisión haya hecho tantas y tan amplias consultas como ha hecho, ha añadido sin duda alguna mayor riqueza a nuestras propias deliberaciones. Espero que al final de la votación de mañana, una vez votadas todas las enmiendas, el Comisario, a su vez, estime oportuno agradecer al Parlamento nuestra respuesta positiva a su trabajo, pero ya veremos cómo lo hacemos.

Ya se ha hablado del ponente y del extraordinario trabajo que ha realizado; quiero unirme a lo que se ha expresado al respecto. Diferentes colegas han hecho numerosos comentarios sobre la palabra «flexibilidad». Creo que el ponente ha mostrado una gran flexibilidad al reconocer la validez de las preocupaciones expresadas por diputados de otros Grupos políticos, pero también creo que los ponentes alternativos han mostrado flexibilidad al tener en cuenta la posición del ponente. Quiero agradecer a todos su trabajo. Antes, en nuestro debate, el señor Szymanski ha dicho que no podría extender sus felicitaciones a la labor de la comisión. Estoy bastante de acuerdo con estos comentarios. Solo quiero decirle que por falta de tiempo, el informe elaborado por la comisión ha sido esencialmente un informe provisional. Confío plenamente en que el informe que salga mañana de esta Asamblea, una vez introducidas las enmiendas, tenga una base sustancialmente diferente y que una cuestión potencialmente divisora acabará transmitiendo un mensaje claramente unitario.

Por último, quiero pedir a la Comisión, cuando analice nuestros debates, que examine lo que se suprime del informe entre la fase de comisión y esta fase. Creo que esto encierra un mensaje importante. También quiero pedir a la Comisión que analice lo que permanece. En particular, quiero llamar la atención sobre el apartado 10, relativo a la cuestión del horario de trabajo y a la necesidad de más flexibilidad tanto para los empleados como para las empresas. Una cosa es decir que necesitamos más flexibilidad. Invitamos a la Comisión a demostrar esa misma flexibilidad haciendo avanzar este expediente difícil y delicado.

Por último, solo quiero mencionar a nuestros asistentes, y con esto no solo me refiero a los asistentes nuestros como diputados al Parlamento Europeo, sino también a los asistentes de nuestros Grupos parlamentarios. A menudo son los héroes y las heroínas olvidados. Me parece que han hecho un trabajo notable, especialmente en el poco tiempo que había disponible. Así, espero que en nombre de todos ustedes, quiero darles las gracias y felicitarles por todo lo que han hecho.

 
  
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  Vladimír Špidla, miembro de la Comisión. – (CS) Señor Presidente, Señorías, no me ha sorprendido que el debate sobre Derecho laboral haya sido tan trascendental y profundo, y a menudo bastante acalorado. Esto es natural, porque la cuestión del Derecho laboral es una de las más delicadas y ocupa el centro del modelo social europeo. Me complace mucho que el Libro Verde haya sentado las bases para este debate excepcionalmente profundo. Ha habido más de 450 opiniones diferentes, que superan con creces el número normal cuando se trata de una consulta pública en torno a un Libro Verde. Es también evidente que el Libro Verde no pretende resolver la cuestión del Derecho laboral, sino que, en su lugar, formula preguntas. La Comisión valorará estas preguntas y, a continuación, formulará sus respuestas.

Creo que el debate de esta Cámara demuestra que hay buenas perspectivas de consenso en torno a algunos elementos centrales. Quiero mencionar algunos de los que me parecen especialmente importantes. El primero es la necesidad de un diálogo significativo. Independientemente de que el nivel de diálogo social en algunos Estados miembros sea muy bajo, creo que se trata de un componente fundamental. Sobre todo por este motivo prestamos ayuda directa al diálogo social en el marco del Fondo Social Europeo, especialmente a través de la creación de capacidad administrativa para los interlocutores sociales.

El segundo aspecto que quiero subrayar es que el Derecho laboral no existe en el vacío y que cualquier debate al respecto siempre será delicado y siempre repercutirá en los interlocutores sociales. También creo que el futuro desarrollo del Derecho laboral requiere evitar medidas que conduzcan a la desintegración del mercado laboral, a una mayor inseguridad laboral o a una reducción de los derechos fundamentales de los trabajadores.

Parece que es preciso resolver la situación de los trabajadores que formalmente son autónomos pero que económicamente dependen de un consumidor o empresario principal que es su fuente de ingresos. Es necesario que el Derecho laboral se aplique de forma activa para proteger y apoyar los puestos de trabajo de alta calidad y para combatir el trabajo no declarado.

Señorías, se han planteado algunas preguntas ajenas a la idea central del debate, y que probablemente no se respondan ni siquiera en la votación, por lo que quiero mencionarlas. Permítanme hacer hincapié en que la protección social es una condición necesaria para el pleno empleo, no una consecuencia del mismo. Los mercados laborales con una protección muy débil de la mano de obra, como en los países en desarrollo, por ejemplo, no permiten crear empleo de forma suficientemente efectiva. Además, quiero hacer hincapié en que ya existe una Directiva sobre el desplazamiento de trabajadores, y en su momento debatiremos sobre su interpretación. Por este motivo ya existe cierta norma, a pesar de que es fácil imaginar un desarrollo distinto.

También se ha mencionado la cuestión de las agencias de empleo. Quiero señalar que la Presidencia portuguesa ha incorporado más o menos esta cuestión en su programa y en el contexto de la Presidencia intentaremos dar algunos pasos adelante tan necesarios. En mi opinión, su Señoría ha descrito con mucha precisión el desarrollo del mercado de las agencias de empleo. La dinámica de este mercado es clara, igual que algunos fenómenos que sin duda se consideran indicadores de un posible dumping social.

Señorías, el mercado laboral está cambiando notablemente, y es básico que encontremos algunas respuestas generales a escala de la Unión Europea y, sobre todo, de los Estados miembros, que permitan hacer cumplir el Derecho laboral y puedan, por un lado, sustentar toda nuestra capacidad, eficacia, competitividad y fortaleza como sociedad, y, por otro, garantizar a los trabajadores una seguridad adecuada para el siglo XXI. No es tarea fácil, pero el debate me ha convencido de que su informe tiene posibilidades de ser aprobado y, por tanto, espero con interés el resultado final.

 
  
  

PRESIDENCIA DE LA SRA. ROTHE
Vicepresidenta

 
  
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  La Presidenta. – El debate queda cerrado.

La votación tendrá lugar mañana, 11 de julio de 2007.

Declaraciones por escrito (artículo 142 del Reglamento)

 
  
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  Bogdan Golik (PSE), por escrito(PL) Señor Presidente, quiero felicitar al señor Protasiewicz por su difícil informe de tipo empresarial. Es muy importante que hayamos iniciado un debate público sobre las orientaciones para la modernización del Derecho laboral a fin de afrontar los desafíos de la globalización, el desempleo estructural persistente y las tendencias demográficas que no benefician a la Unión Europea.

El mundo que nos rodea y los planteamientos del informe demuestran que hoy necesitamos una Unión Europea con una política común para luchar en contra del desempleo modelada de acuerdo con la política energética común. Hace falta una política común porque es un problema que incluso los Estados más ricos de Europa, como Alemania y Francia, donde el desempleo pronto puede alcanzar el 10 %, no pueden abordarlo.

Tengo mis dudas con respecto a la propuesta de adoptar normativas comunes a escala de la Unión Europea a fin de sentar las bases para un sistema de normas sociales mínimas propuestas en el punto S. En mi opinión, la disparidad entre los Estados miembros es hoy día tan grande que la propuesta es, simplemente, inviable. Los Estados miembros deberían regular independientemente cuotas mínimas en función de su nivel de desarrollo económico, la situación de su mercado laboral y sus tradiciones.

Muchos datos señalan que el empleo ha crecido gracias a contratos «atípicos». Por tanto, no se trata de la base sobre la que se emplea a una persona, sino si trabaja o no. Esa debería ser la prioridad de los Estados miembros y de toda la Unión Europea en los próximos años, haciendo especial hincapié en los jóvenes que entran en el mercado laboral, las mujeres y las personas mayores.

 
  
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  Małgorzata Handzlik (PPE-DE), por escrito. (PL) Mi más sinceras felicitaciones al ponente por su informe, donde plantea un análisis realista de los cambios necesarios del Derecho laboral para hacer frente a los desafíos del siglo XXI.

En mi opinión el Derecho laboral sigue siendo anacrónico en países concretos e irrelevante para los desafíos de la globalización.

El mundo moderno necesita un Derecho laboral flexible y claro. Los trabajadores deberían poder beneficiarse de una educación a lo largo de toda la vida y una formación que se adapte a los requisitos del mercado laboral.

El problema principal del mercado laboral es el trabajo burocrático que se exige a las empresas, que frena los avances de las mismas. Eliminar las barreras en el sector de las PYME implica mejorar su competitividad, lo que provoca un aumento de los puestos de trabajo.

La modernización del Derecho laboral debería basarse en el apoyo activa a los mercados laborales. Debería basarse en la promoción del primer empleo y de los cambios de puestos de trabajo, así como en la formación continua para el mercado laboral. No obstante, eso no debería confundirse con una política de empleo excesivamente protectora que propicie el mantenimiento artificial de puestos de trabajo que el mercado no necesita, y que debilite la posición en el mercado de las empresas afectadas.

Una de las principales consecuencias de mantener empleos artificiales es mantener niveles más altos de costes de personal o frenar el desarrollo de un trabajador mediante la falta de oportunidades de recualificación y formación, mientras que, por otro lado, mantener artificialmente los puestos de trabajo suele conducir al debilitamiento gradual de una empresa y a su eliminación del mercado.

Por tanto, es importante promover activamente los puestos de trabajo, en lugar de protegerlos a cualquier precio.

 
  
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  Véronique Mathieu (PPE-DE), por escrito. – (FR) Globalización, envejecimiento de la población, aceleración del comercio: tantos desafíos que tendrán que afrontarse mañana, incluso más que hoy.

Ningún Estado miembro puede decir que gestiona solo estos asuntos, y, de hecho, solo la acción coordinada con la Unión Europea permitirá el éxito de la política de empleo y la política social. Asimismo me complace el informe de propia iniciativa sobre la modernización del Derecho laboral, que es necesario para responder a los desafíos del siglo XXI. Su objetivo es más que digno de elogio, es vital.

Es preciso revalorizar el trabajo, adaptar su marco legislativo a los tiempos, y será necesario permitir trabajar a quienes lo deseen, desarrollando una formación atractiva, y, a quienes puedan trabajar más, ofreciéndoles poder hacerlo a través de más flexibilidad en las negociaciones entre empresas y trabajadores.

Flexibilidad no significa el final de normas de protección, sino que la libre negociación apropiada a las necesidades de todos, que se establecerán en un diálogo social promovido, determinará estas normas.

Francia ya ha iniciado este diálogo con los interlocutores sociales y, por tanto, celebro con satisfacción el presente informe, que se ajusta a las ambiciones y medidas adoptadas en Francia.

 
  
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  Csaba Őry (PPE-DE), por escrito. – (HU) La iniciativa de la Comisión Europea es un paso bienvenido y muy valiente, porque ha abierto el debate en torno a la modernización del Derecho laboral. Defiendo un enfoque matizado y enmiendas técnicas equilibradas. No me parece bien que algunas personas elogien sobremanera las formas atípicas de empleo y recomienden a los legisladores nacionales y de la Unión reconocer en el ámbito político la prioridad de estas formas atípicas sobre los contratos de empleo típicos de duración indefinida. No puedo aceptar que un contrato atípico en sí mismo deba considerarse mejor solo porque es atípico.

Por otro lado, no me parece bien, si quisiéramos intentar utilizar herramientas legislativas, administrativas o ejecutivas, obligar a los empresarios a hacer un uso más amplio de los contratos de empleo típicos. Tenemos que reconocer que, en el contexto de la globalización, nuestras economías están obligadas a afrontar límites económicos externos y debemos reaccionar ante ellos para garantizar el funcionamiento continuo de nuestras economías.

Nuestro enfoque de esta compleja cuestión será equilibrado si reconocemos que se justifican tanto las formas estándar como atípicas de empleo. Convendría poner a disposición de los empresarios una amplia gama de posibles formas de contrato y, en medio de los desafíos del siglo XXI, tenemos que dar nuevas respuestas también a viejos e innumerables problemas. En el ámbito del desarrollo ulterior del Derecho laboral, tanto los legisladores de la Unión Europea como los nacionales tienen tareas muy importantes que desempeñar.

 
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