Presidente. − El siguiente punto es el debate conjunto sobre
- el informe de Katerina Batzeli, en nombre de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural, sobre la reestructuración del sector del azúcar (COM(2007)0227 - C6-0176/2007 - 2007/0085(CNS)), y
- el informe de Katerina Batzeli, en nombre de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural, sobre la organización común de mercados en el sector del azúcar (COM(2007)0227 - C6-0177/2007 - 2007/0086(CNS)).
Mariann Fischer Boel, Miembro de la Comisión. − Señor Presidente, permítame comenzar expresando mi agradecimiento a la señora Batzeli y a los miembros de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural por todo el trabajo que han llevado a cabo en relación con esta propuesta. Comenzaré ahora a situar dicha propuesta en su contexto.
Como saben, el fondo de reestructuración no satisfizo nuestras expectativas durante el segundo año del periodo de reestructuración, tras un primer año realmente prometedor.
Como quizá recordarán, esperábamos que se renunciara a alrededor de 1,5 millones de toneladas de cuota durante el primer año, y a más de 3 millones de toneladas durante el segundo año. En realidad, la renuncia total en los dos primeros años ascendió a únicamente 2,2 millones de toneladas, frente a los 4,5 millones de toneladas que se esperaba alcanzar.
Sigo convencida de que el fondo de reestructuración es un instrumento idóneo como tal, que debería ser reforzado y mejorado, teniendo en cuenta la experiencia que hemos adquirido hasta ahora.
Con respecto a la propuesta que vamos a debatir hoy, permítanme aclarar que, desde 2005, no nos encontramos en un proceso de renegociación de la reforma del sector del azúcar. A la luz de la insuficiente adopción de la medida en virtud del fondo de reestructuración durante los dos primeros años de su puesta en funcionamiento, el objetivo es transformarlo en un éxito para los dos últimos años. De no ser así, en 2010 comenzarían a aplicarse las últimas reducciones de cuotas, sin compensación alguna.
Esta propuesta pretende presentar una oferta realmente atractiva para las empresas y los productores que deseen renunciar a su cuota de producción en la campaña de comercialización 2008-2009, mientras que, en principio, se mantienen intactas las condiciones para el último año del periodo de reestructuración. Por primera vez, los productores serán capaces de accionar el proceso de reestructuración, pero únicamente hasta el límite del 10 % de la cuota perteneciente a la empresa. El porcentaje de la ayuda a la reestructuración reservado a los productores se fijará en un 10 %, cantidad que se complementará con un pago adicional de 237,5 euros por tonelada de cuota de azúcar, lo que suma un total de 300 euros por tonelada.
Creo que constituye una oferta muy interesante para los productores, y no veo ninguna necesidad de llegar más lejos, razón por la que no estaré en posición de apoyar las enmiendas al informe sobre el fondo de reestructuración que pretenden una modificación de las cantidades destinadas a los pagos; por ejemplo, la 6, la 7 y la 12, o en el porcentaje destinado a los agricultores: esto es, la enmienda 8.
Un elemento de retroactividad garantizará que las empresas y los productores de remolacha azucarera que han participado hasta la fecha en el plan de reestructuración no estén, o vayan a estar en el futuro, en situación de desventaja por haberlo hecho así.
Como se solicita en la enmienda 9, las condiciones de admisibilidad de los productores de jarabe de inulina y de achicoria para recibir los pagos retroactivos se mencionarán explícitamente en el texto final. Además, las empresas que sean objeto de reestructuración en la campaña de comercialización o de cultivo 2008-2009 podrían quedar exentas de la exacción de reestructuración aplicable a la cantidad sujeta a la retirada provisional en la campaña de comercialización 2007-2008, siempre que renuncien a su cuota como corresponde. Por último, pero no por ello menos importante, y como incentivo adicional a las empresas, su esfuerzo individual de reestructuración será tenido en cuenta en caso de una reducción obligatoria de cuota final.
Con el fin de facilitar el alcance de un equilibrio del mercado durante el periodo de reestructuración, se propone hacer de la retirada preventiva una herramienta permanente y no utilizarla únicamente durante el periodo de reestructuración, exactamente como propone la señora Batzeli en su informe.
Los proyectos de reglamento propuestos aspiran a crear un entorno seguro y a eliminar los actuales bloqueos del sistema. Todas estas mejoras deberían hacer del fondo un éxito en el tercer año, sin alterar la organización común de mercados en el sector del azúcar sobre la base de la reforma que acordamos en 2005. Las medidas propuestas están en equilibrio con el fin de crear poderosos incentivos para todas las partes implicadas en el proceso de reestructuración.
Quiero agradecerles su cooperación positiva, que nos posibilita cumplir con el apretado calendario con arreglo al que tenemos que trabajar e implantar este sistema, mucho más eficaz, para la campaña de comercialización 2008-2009. Soy consciente de que el fondo debe ser mejorado para alcanzar su propósito y, si ello no es posible, estoy convencida de que nadie saldrá ganando; no habrá más que perdedores y, por lo tanto, he agradecido profundamente todo el apoyo que he hallado en la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural y en sus Señorías.
Katerina Batzeli (PSE), ponente. – (EL) Señor Presidente, señora Comisaria, permítanme primeramente recordarles que, en su dictamen original sobre la Organízación Común de Mercado (OCM) en el sector del azúcar, el Parlamento Europeo señaló que las propuestas de la Comisión deberían contribuir a la viabilidad fundamental del nuevo sistema y a la protección de los cultivadores de remolacha azucarera, de los trabajadores de las azucareras y refinerías, todos los cuales se verán afectados por la eliminación de las cuotas. Éste fue nuestro compromiso y acuerdo político, sobre cuya base dimos nuestro consentimiento a la Comisión.
Sin embargo, las decisiones finales adoptadas por el Consejo en 2005 sobre la revisión del sector del azúcar no estuvieron a la altura de estas expectativas. Se trata de un sector especialmente importante para el equilibrio del mercado de cultivos herbáceos y el aprovisionamiento de las fábricas europeas de azúcar y de bioetanol, así como para el desarrollo de un nuevo marco de políticas para la modificación de otras OCM en el contexto de la nueva PAC. Las decisiones del Consejo parecen condenadas desde su nacimiento a una vida corta y marginal, porque no son otra cosa que una mezcolanza de exigencias nacionales y de mecanismos demasiado complejos.
Esta decisión y la forma en que se ha aplicado a nivel nacional han significado que hasta ahora la reducción de la producción ha sido solamente de 2,2 millones de toneladas, mientras que el objetivo era de cerca de 6 millones de toneladas hasta 2010. Quisiera recordarles que las regiones productoras, los trabajadores y los cultivadores no recibirán ninguna indemnización del Fondo de Reestructuración, que es completamente autónomo, por las reducciones de la producción efectuadas después de 2010.
Éstas eran, por consiguiente, las cuestiones políticas importantes que nos preocupaban en la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural a la hora de decidir sobre el informe que ustedes conocen.
Señora Comisaria, en la Comisión de Agricultura hemos introducido mejoras importantes para poder aplicar sin tropiezos las decisiones comunitarias a nivel nacional. No hemos tratado de revisar radicalmente la OCM del azúcar y, en cualquier caso, así se indica en el texto. No hemos tratado de plantear una revisión a varias velocidades, porque en muchas regiones, como por ejemplo en Irlanda, la producción de azúcar ya ha sido reducida en parte o abandonada por completo.
Además, hemos tenido en cuenta los actuales ahorros presupuestarios, que ascienden aproximadamente a 3 millones de euros. Si este dinero no se utiliza, no revertirá en el sector, sino que servirá para financiar otros proyectos o se devolverá.
Finalmente, con arreglo a los principios de proporcionalidad y de igualdad con los cultivadores de remolacha azucarera, tenemos que dar nuestro consentimiento a la retroactividad de las medidas propuestas, para no crear un clima de injusticia entre los productores, fábricas y regiones que ya se hayan adherido al nuevo régimen.
También quisiera señalar que nos preocupa la ineficacia demostrada en buena parte de los Estados miembros en la aplicación de la flexibilidad y de la subsidiariedad. Esta flexibilidad se ha transformado en una nacionalización no oficial de las medidas: los Estados miembros han tenido margen suficiente para aplicar la nueva OCM de la forma que han querido, cediendo a las presiones de los distintos colectivos y de las autoridades regionales. La forma en que los Estados miembros manejan el concepto y la política de flexibilidad debería ser objeto de examen por nuestra parte en las futuras revisiones, al igual que el problema de cómo utilizar esta política en el marco de las decisiones derivadas del chequeo médico.
Señora Comisaria, debemos pasar ahora de las cuestiones políticas a las técnicas, que también decidirán el rumbo de la revisión de la OCM. Respecto a la modificación del Reglamento nº 318/2006, creemos que hace falta aplicar de forma más equitativa hasta 2010 las reducciones lineales de las cuotas. Si se considerase necesaria en 2010 una reducción directa de las cuotas, nuestra Comisión cree que la misma podría llevarse a cabo en dos fases. Durante la primera habría un recorte lineal del 13,5 %. Durante la segunda se aplicaría la propuesta de la Comisión; en consecuencia, los Estados miembros y las empresas que hubieran renunciado a las cuotas durante el período de reestructuración estarían exentas. La exención se ajustaría a las iniciativas adoptadas a nivel nacional.
Sin embargo, quisiera señalar a la Comisión y al Consejo, que no están presentes hoy en este debate, que debemos tener en cuenta la limitada contribución de las empresas que han reducido sus cuotas voluntariamente, participando en el régimen de reestructuración o en el mecanismo de retirada preventiva. Proponemos que se haga un uso más extenso y a más largo plazo de la retirada preventiva, permitiendo con ello que el sector de adapte mejor a los retos futuros. Dado que el tema de la retirada preventiva no ha sido incluido hasta ahora en ningún compromiso a nivel del Consejo, desearía incluirlo si usted, señora Comisaria, está de acuerdo.
En cuanto a la modificación del Reglamento nº 320/2006 sobre el régimen de reestructuración, que en cualquier caso es el elemento central de la reforma, mi informe propone los puntos siguientes:
- Primero, aumentar hasta 260 euros por tonelada la ayuda a tanto alzado de 237 euros que recibirán los productores. Insistimos en este punto a pesar de su desacuerdo, señora Comisaria, porque creemos que es un incentivo importante para que los productores asuman la idea de renunciar voluntariamente al 10 %.
- Segundo, aumentar hasta el 50 % el importe del pago único a los productores procedente de las ayudas a la reestructuración, establecido actualmente en el 10 %. Este aumento es un compromiso político del Parlamento Europeo, con el que se demuestra que las subvenciones deben ser principalmente para los productores; un mensaje más político que financiero.
- Tercero, la compensación pagada a las empresas para la producción de bioetanol debería elevarse del 35 % al 100 %, porque creemos que es preciso incentivar significativamente la contribución al sector de las energías renovables.
- Cuarto, mantener las ayudas a la diversificación donde se hayan cerrado refinerías, algo de especial importancia para las regiones; deberían seguir siendo de 109,5 euros por tonelada de reducción de la producción de azúcar durante la campaña 2009-2010. Señora Comisaria, tratamos de mejorar la financiación, en parte para reducir el impacto sobre las regiones y en parte para ofrecer incentivos adicionales. La revisión no pretende modificar las disposiciones de carácter general, sino mejorar los incentivos.
- Quinto, la renuncia al 10 % de las cuotas debería aplicarse primeramente a los productores pequeños o menos competitivos.
- Sexto, hay que aumentar la ayuda a la reestructuración en el supuesto de abandono parcial, pasando de 218,75 a 625 euros para la campaña 2008-2009. Tengo que admitir que la posición de la ponente influye especialmente en su apoyo a este tipo de iniciativas.
Como ponente desearía señalar que algunas de las propuestas de la Comisión de Agricultura deberían volverse a analizar, al objeto de situar las cosas en su contexto adecuado. Por este motivo considero que debemos tener en cuenta la financiación del Fondo de Reestructuración y los recursos adicionales del Fondo Europeo de Orientación y de Garantía.
Por consiguiente, como ponente quisiera respaldar las enmiendas 27 a la 30, que introducen tres principios fundamentales:
- en primer lugar, la retroactividad de las medidas, porque no se puede penalizar a los productores, empresas y regiones que han estado cumpliendo progresivamente con la nueva OCM desde su inicio;
- en segundo lugar, la cuantía de la ayuda debe ser razonable y aceptable para todas las partes (y no de 625 euros durante un año);
- en tercer lugar, es importante aumentar retroactivamente y hasta el final del período transitorio el importe de las ayudas concedidas a las refinerías para que abandonen la producción.
Para terminar, permítanme transmitir una nota de advertencia. Las negociaciones de la Comisión con los países ACP en el marco de los acuerdos de asociación económica siguen su curso. La Comisión parece dispuesta a suprimir tanto las cláusulas de salvaguardia relativas a los volúmenes totales de azúcar que cada país socio puede exportar a la UE como la cláusula de precio mínimo para el azúcar importado. Se propone además la liberalización del acceso al mercado comunitario de manera similar para los 16 países signatarios del Protocolo del Azúcar.
Señora Comisaria, creo que nos ha correspondido llevar a cabo una labor importante. Las decisiones adoptadas fuera del marco institucional no deberían tener ningún valor, porque ello supondría anular el papel político e institucional que desempeña el Parlamento Europeo.
László Surján (PPE-DE), ponente de opinión de la Comisión de Presupuestos. – (HU) Gracias por darme la oportunidad de hacer uso de la palabra, señor Presidente. La Comisión de Presupuestos apoya básicamente la propuesta. Permítanme felicitar personalmente a la ponente. En cualquier circunstancia es una tarea difícil persuadir a los cultivadores de un determinado sector para que reduzcan su producción. Y tampoco damos una buena imagen a los ciudadanos europeos al apoyar y financiar iniciativas como ésta.
No obstante, cuando este tipo de intervenciones son necesarias, y cuando además no tienen efectos significativos sobre el presupuesto global de la Unión Europea, como ocurre con las presentes medidas, conviene que sean lo más específicas posible y que se compense y apoye a los productores que estén realmente afectados por el problema, condiciones que se cumplen en este caso.
Un problema importante es, sin embargo, que existen algunos países que ya han renunciado a algunas de sus cuotas y que se encuentran ahora con que las normas han cambiado. El informe propone algunas fórmulas para resolver esta situación, y pido al Parlamento que lo apoye en su forma actual. Gracias por su atención.
Albert Deß, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (DE) Señor Presidente, señora Comisaria, Señorías, quisiera hacer un rápido examen de la última reforma. Muchos cultivadores de remolacha azucarera se preguntan por qué hace falta reformar una normativa de mercado que ha funcionado bien durante décadas. Existen dos razones principales que hacen necesaria la reforma. En primer lugar, se decidió hace algunos años, a raíz de la iniciativa sobre el comercio de armas, que a partir del año 2009 los países más pobres podrían exportar a Europa cualquier producto excepto armas. Esto afecta también al sector del azúcar.
La segunda razón es la resolución de la OMC que nos obliga a eliminar los excedentes. Esto significa que tenemos que dejar de producir más de seis millones de toneladas de azúcar. Señora Comisaria, en 2005 presentamos al Parlamento propuestas sobre ello, y usted nos acaba de decir que el fondo de reestructuración no cumplió nuestras expectativas. Hoy quisiera decir a este respecto que si la Comisión y el Consejo hubieran seguido en 2005 más fielmente las propuestas del Parlamento, probablemente se habría logrado la renuncia voluntaria a mayores volúmenes de azúcar.
Tenemos ahora la posibilidad de corregir el rumbo mediante el incremento de los incentivos. Sólo puedo pedir a la Comisión y al Consejo que atiendan las propuestas. Quiero felicitar a la ponente señora Batzeli por el informe que ha presentado. La Comisión de Agricultura ha aprobado en general estas propuestas – con pequeñas correcciones – y estoy convencido de que si la Comisión las asume se aumentarán los incentivos en la medida necesaria para lograr la renuncia voluntaria a volúmenes de azúcar mucho mayores. Quisiera señalar, señora Comisaria, que algunos miembros de la Comisión de Agricultura han escuchado atentamente a los productores de remolacha azucarera. Creo que la reforma tendrá éxito si se respetan los requisitos definidos aquí.
Csaba Sándor Tabajdi, en nombre del Grupo del PSE. – (HU) Señora Fischer Boel, creo que el informe de Katerina Batzeli y la opinión de Surján László son sólidos desde el punto de vista técnico y muy correctos desde el punto de vista político. Es importante recuperar el equilibrio del mercado, y aún nos falta mucho para llegar al equilibrio en 2010 en cuanto a la producción de azúcar y al cultivo de remolacha azucarera en Europa.
No le envidio su trabajo a la Comisión ni al Parlamento, porque no resulta fácil introducir orden y equilibrio en un sistema distorsionado, demasiado complicado y subvencionado en exceso. Después de todo, se trata del hijo predilecto de la PAC (Política Agrícola Común), si lo comparamos con otros sectores menos favorecidos.
Estoy totalmente de acuerdo con la necesidad de un contrapeso. Si conseguimos la reducción adicional de un 10 % seguirá habiendo un excedente de 2,1 millones de toneladas en el sistema, y si no logramos controlarlo, en 2010 necesitaremos una nueva reducción del 14 %.
Creo que no es justo, y pido a la Comisaria y a la Comisión que lo valoren cuidadosamente, que los países donde se han realizado las mayores reducciones, es decir, Italia, Portugal y Finlandia, se vean obligados a reducir un 10 % adicional igual que los demás. Esto no es justo.
Estoy también de acuerdo en que tenemos que hacer más para proteger los intereses de los cultivadores pequeños y medianos, porque la regla de «el que llega primero se sirve el primero» les coloca en una situación de desventaja frente a las multinacionales en lo relativo a la información. En Hungría ha cerrado una de sus cinco fábricas. El mejor fabricante de azúcar ha cesado su actividad, pero ni la fábrica ni los cultivadores han salido mal parados. El único aspecto que no quedaba bien cubierto con la normativa anterior eran las indemnizaciones a los obreros, es decir, a los empleados del fabricante de azúcar.
Finalmente, creo que es muy importante que las empresas no tengan que pagar la tasa de reestructuración si reducen sus cuotas. Existe una petición al respecto. Pido a la señora Fischer Boel que la apoye, porque generaría nuevas reducciones y contribuiría a recuperar el equilibrio del mercado. Insisto una vez más en la importancia de ayudar a los productores pequeños y medianos, debido a las grandes repercusiones sociales de estas medidas para el sector europeo de la remolacha azucarera. Gracias por su atención.
Andrzej Tomasz Zapałowski, en nombre del Grupo UEN. – (PL) Señor Presidente, la reforma del sector de la producción de azúcar es inaceptable en su forma actual. Castiga principalmente a los cultivadores de remolacha y a los trabajadores de las azucareras. La enorme actividad de los grandes grupos europeos al adquirir refinerías de azúcar en Europa Oriental antes de su incorporación a la UE da pie para sospechar que esta reforma ya estaba planeada desde entonces, y que se contaba con las grandes sumas pagadas a los propietarios de las fábricas como indemnizaciones por el cierre de las mismas.
En los nuevos Estados miembros los agricultores invirtieron fuertes cantidades en la mejora de sus explotaciones, incluyendo el cultivo de remolacha. Y al cabo de dos años resulta que hay que restringir la producción, mientras que los principales beneficiarios del abandono de la producción de azúcar van a ser los nuevos propietarios de las refinerías. Se calcula que sólo en Polonia se cerrarán unas diez fábricas.
Los ajustes propuestos, con los que se asignan mayores sumas del fondo de reestructuración a los cultivadores, son correctos. Mis dudas se refieren a las ayudas a los fabricantes que han estado comprando refinerías de azúcar durante los últimos años, porque ¿no podría suceder que las hayan estado comprando precisamente para obtener un beneficio con su cierre?
Friedrich-Wilhelm Graefe zu Baringdorf, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (DE) Señor Presidente, señora Comisaria, el Reglamento sobre el mercado del azúcar no es precisamente una obra maestra de la Comisión y del Consejo. El señor Deß ya ha dicho que si prestasen un poco más de atención a las propuestas del Parlamento, algunos de los fallos no se habrían producido.
Cuando se dispone de un instrumento como las cuotas, hay que utilizarlo, no amenazar con él para 2010, y las reducciones deberían ser lineales o escalonadas, con la indemnización correspondiente. La forma en que lo han hecho, a través de los precios, no ha funcionado, porque a continuación aumentaron ustedes de golpe las cuotas en un millón de toneladas, al convertir el azúcar C en azúcar de cuota. Por otra parte, la financiación por los consumidores a través de los precios ha hecho que el sector no tenga interés en reestructurarse. Las subvenciones a la exportación no se han reducido radicalmente, algo que también hubiera sido necesario.
Es preciso enumerar en detalle estos errores, porque tampoco ahora se están corrigiendo. El fondo de reestructuración y las ayudas a la reestructuración tienen básicamente un carácter discontinuo. Las regiones, los sindicatos y los cultivadores están en contra. No se ha realizado diversificación alguna, como reclamó el Parlamento, con el fin de preservar el desarrollo socioecológico de las regiones. Y ahora tampoco se están corrigiendo todos estos errores. Esto significa que estamos aplicando remedios para los síntomas equivocados.
Otro punto importante es que quieren ustedes ahora limitar al 10 % las ayudas a la reestructuración pagadas a los cultivadores. Anteriormente los países podían establecer un precio superior. Lo que estamos planteando aquí es una propuesta distinta, y confío en que esta vez el Parlamento la pueda aplicar con el instrumento de la devolución, porque ustedes no han cumplido las promesas que hicieron durante la última votación, sino que se han desentendido de ellas.
Diamanto Manolakou, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (EL) Señor Presidente, el nuevo régimen para el sector del azúcar, aprobado en 2006 y que ya se está aplicando, fue un duro golpe, que ya ha empezado a cobrarse sus primeras víctimas.
Nosotros naturalmente hicimos bien al votar en contra, porque las refinerías de azúcar han cerrado y muchos cultivadores de remolacha han acabado en el paro. Las miserables indemnizaciones que reciben sólo pretenden acallar su oposición y sus protestas.
En mi país, Grecia, el cultivo de la remolacha azucarera permitía que la gente fuera autosuficiente en azúcar, daba trabajo a muchos obreros y campesinos e inyectaba dinamismo económico en regiones abandonadas. Ahora están cerradas dos de las cinco fábricas, la producción ha caído en un 50 %, el desempleo en el sector ha aumentado, los agricultores están en la ruina y regiones enteras han sido devastadas.
Las enmiendas propuestas hoy están dirigidas a aplicar plenamente el nuevo régimen. No habrá pausa alguna en la disminución del ritmo de producción, que partiendo de un déficit de 2,2 millones de toneladas llegará hasta un déficit previsto de 6 millones de toneladas.
Esto significa que las repercusiones serán aún mayores que las que hemos visto hasta ahora. Los ganadores serán las industrias alimentarias, que podrán importar azúcar barato; los perdedores serán los trabajadores del sector azucarero, porque cerrarán más refinerías y desaparecerán más explotaciones pequeñas y medianas de remolacha.
Nos oponemos a ello y votaremos en contra de las disposiciones adicionales: sólo pretenden acelerar la plena aplicación de la normativa básica y son una pieza más de la perversa campaña contra el sector europeo del azúcar y contra sus trabajadores.
Hélène Goudin, en nombre del Grupo IND/DEM. – (SV) Señor Presidente, la industria europea del azúcar se mantiene con vida artificialmente. Su respiración asistida es la UE, que cada año paga millones de euros a los productores europeos de azúcar en ayudas directas e intervenciones. Los contribuyentes europeos están financiando un sistema anticuado que tiene los días contados. Lamentablemente, las propuestas de la Comisión significan mayores costes y un ritmo de reforma más lento, exactamente lo contrario de la adaptación al mercado que necesita urgentemente este sector poco competitivo.
Los países productores de azúcar fuera de la UE deben poder acceder sin restricciones al mercado interior. El comercio internacional basado en unas condiciones más justas permite a los países menos desarrollados competir en el mercado global. La liberalización del sector del azúcar beneficiará también a los consumidores europeos. No tendrán que financiar con sus impuestos un sistema artificial de ayudas a los productores, y los precios en los comercios bajarán. Todo el mundo saldrá beneficiado.
Jean-Claude Martinez, en nombre del Grupo ITS. – (FR) Señor Presidente, señora Comisaria, la organización común del mercado de azúcar funcionaba bien. Era poco costosa y permitía el acceso a los países ACP.
Sin embargo, durante las negociaciones de la OMC, Tailandia, Australia y especialmente Brasil insistieron en monopolizar el sector del azúcar. Al mismo tiempo, para conseguir aliados durante la Ronda de Doha, Pascal Lamy, que en aquella época era el Comisario de Comercio europeo, ofreció a los 49 países menos desarrollados la supresión de las tarifas aduaneras, a través del programa «Todo menos armas». Teóricamente Europa comenzará a importar azúcar de los países pobres en 2009-2010, pero se trata en realidad de azúcar fabricado en Sudán o en otros lugares con capital kuwaití, saudí o de otros países.
Por consiguiente, los cultivadores de remolacha y fabricantes de azúcar de las regiones periféricas europeas deben ser sacrificados en beneficio de Brasil y de otros países, y éste es el motivo oculto de la reforma de 2006. Lo mismo vale para los cereales y la leche. Dentro de poco le tocará al vino. Nuestros productores van a desaparecer, esto es lo que en Europa llamamos «reestructuración».
Lógicamente, pagamos a los cultivadores de cereales para que dejen de cultivar: a esto lo llamamos «ayuda a la reestructuración», como son los pagos por la retirada de tierras o las primas al arranque de cultivos.
Sin embargo, a los 18 meses del inicio de este programa de ayudas, se advierte no está funcionando. Señora Comisaria, siempre le estamos oyendo el mismo discurso sobre las montañas de trigo y los lagos de leche. Dice usted que en la campaña 2007-2008 habrá unos excedentes de 4 millones de toneladas, y que éste es el motivo de las dos propuestas de hoy sobre una normativa destinada aparentemente a lograr la eliminación de esos 4 millones de toneladas de azúcar aproximadamente. Aumentamos los incentivos financieros y las reducciones anuales mediante pagos y subvenciones adicionales. Naturalmente, las ayudas cesarán después de 2010 y nuestros agricultores desaparecerán, al igual que los productores de los países ACP, para no hablar de los trabajadores industriales. Solamente saldrán ganando los importadores.
Estas políticas maltusianas se han estado aplicando a los cereales desde 1993. A las nueve en punto, el señor Parish nos ha dicho que existe escasez de trigo, que los precios se están disparando y que hay que detener la retirada de tierras. De forma que todavía queda alguna esperanza: ¡en 2011 nos presentarán una nueva normativa diciéndonos que hay escasez de azúcar y que tenemos que empezar otra vez a producirlo!
Jana Bobošíková (NI). – (CS) Señorías, como miembro al Parlamento por la República Checa, donde el mercado del azúcar ya sufrió la reestructuración, no puedo estar de acuerdo con los cambios propuestos. Son inadecuados e injustos.
Cada día está más claro que la reforma no produce empresas incapaces de competir económicamente. Lo que produce es un situación de disparidad de la que únicamente se benefician los grandes grupos azucareros europeos, sin que de la misma se derive ningún beneficio para los consumidores ni para los cultivadores.
No puedo explicar a mis conciudadanos que mientras algunos países han reducido poco o nada sus cuotas de azúcar, se espera ahora que los demás les demos encima más dinero por haber incumplido su compromiso.
Ante todo y sobre todo, no estoy conforme en absoluto con el incremento de la ayuda a la reestructuración parcial hasta el mismo nivel de la reestructuración total. En segundo lugar, carece por completo de justificación el aumento de la ayuda a la reestructuración del 10 % al 50 % para los cultivadores de remolacha y proveedores de maquinaria. En tercer lugar, no apoyaré un incremento de los pagos adicionales a los productores ni el incremento de la ayuda temporal a la reestructuración, ni tampoco apoyaré ningún aumento de los pagos adicionales a los proveedores. En cuarto lugar, la propuesta de tratar el desmantelamiento de las instalaciones realizado el pasado año como si hubiera tenido lugar en este período presupuestario y en los siguientes es, a mi juicio, completamente absurda.
Señorías, se trata justamente de todo lo contrario, para mí el problema esencial es tener en cuenta el volumen total de las cuotas no utilizadas a lo largo de todo el período de reestructuración. Desde luego no apoyo la iniciativa de que se tengan en cuenta las cuotas no utilizadas correspondientes a la campaña 2008–2009.
Salvo que la Comisión trate de modificar sus métodos de gestión de la reforma del azúcar, meramente burocráticos y con un alto grado de arbitrariedad, la mejor solución sería suprimir las cuotas cuanto antes y liberalizar el mercado del azúcar.
Kyösti Virrankoski, en nombre del Grupo ALDE. – (FI) Señor Presidente, la política de la UE respecto al azúcar se encuentra en una situación anómala. Las cuotas de azúcar se han reducido en 2,2 millones de toneladas, pero al mismo tiempo la Comisión ha estado adjudicando millones de toneladas de cuotas nuevas. La reducción neta es por tanto de tan sólo un millón de toneladas, mientras que el objetivo era seis veces mayor.
Al mismo tiempo, los grandes países productores han aumentado su producción. Por ejemplo, Alemania ha aumentado su producción en unas 240 000 toneladas anuales, y Francia en 350 000 toneladas anuales. Son sobre todo los países pequeños los que han reducido su producción. Entre los países grandes, sólo Italia ha reducido su producción de forma importante. Como resultado de todo ello, los países pequeños y los menos favorecidos en lo relativo a sus condiciones naturales son los que han tenido que reducir su producción de azúcar.
Pero al mismo tiempo, el Fondo de Reestructuración acumula más de tres mil millones de euros, de los que posiblemente faltan por desembolsar en este momento alrededor de dos mil millones. Este dinero procede principalmente de los consumidores, porque los precios al consumidor han caído más lentamente que los precios al productor, y la diferencia ha revertido al Fondo. Por otra parte, también procede de los agricultores, que obtienen unos precios inferiores por su producción. El destino principal del dinero ha sido, antes y ahora, el sector industrial, en forma de compensaciones masivas del orden de 730 euros por tonelada, mientras que solamente el 10 % o como mucho el 20 % de estos fondos se destinan a reformar la estructura de la industria y a desmantelar fábricas.
La política del azúcar en su conjunto constituye un ejemplo premonitorio de lo que puede ocurrir cuando se aplica una política agrícola en las condiciones dictadas por la industria. Esta última recibe grandes sumas en concepto de compensaciones, pero a cambio no aporta prácticamente nada. Confiemos en que en el futuro se practique un política agrícola que sea realmente agrícola, y no industrial.
Deberíamos prestar una atención especial a la solidaridad. Demos tenerla muy presente, porque todos los países, incluyendo los que han reducido su producción, siguen pagando por el azúcar unos precios superiores a los del mercado mundial, y a pesar de ello simplemente no se les permite producir, porque la industria lo ha decidido así.
Del mismo modo, tendremos que vigilar en el futuro para que no se apliquen sistemas similares en otros ámbitos de la producción agrícola.
Neil Parish (PPE-DE). – Señor Presidente, quisiera agradecer profundamente a la señora Batzeli la elaboración de su informe, e igualmente al señor Deß por el seguimiento que ha realizado del mismo para el Grupo del PPE-DE.
Creo que fue Margaret Thatcher quien una vez dijo «no se pueden eludir las normas del mercado», y la totalidad del problema con el régimen del azúcar reside en que eso es exactamente lo que hemos estado tratando de hacer a lo largo de los años.
Alabo a la Comisaria y lo que está haciendo, porque es una situación muy compleja que tenemos que solucionar. Tenemos que reducir la cantidad de azúcar en el sistema y lograr que Europa sea mucho más competitiva en su producción. La idea fundamental de la reforma de la PAC en este momento es prestar apoyo a los agricultores por razones medioambientales, pero también, en gran medida, para espolearles en la dirección de que produzcan para el mercado.
Creo que la reforma del sector del azúcar va a resultar, quizás, más sencilla este año que en los anteriores, por el simple hecho de que ahora hemos visto los precios de los cereales multiplicarse por tres respecto al año pasado. Por lo tanto, algunos productores de azúcar decidirán, quizás, emplear el dinero en la reestructuración, y que ahora pueden cultivar cereales o colza, y además vivir dignamente de ello. Porque, sea lo que fuere que hagamos con el azúcar, debemos cerciorarnos, como dije, de actuar en el sentido de reducir la cantidad que se produce en Europa —pero, con todo, debemos permitir a los agricultores poder vivir dignamente de la tierra—.
No debemos considerar únicamente el equilibrio de la producción de azúcar en la Unión Europea, sino también el hecho de que hay países ACP de los que importamos este producto. En mi propio país, el Reino Unido, Tate & Lyle importa más de un millón de toneladas de azúcar, y su máxima preocupación es asegurarse de que puede acceder a este azúcar al mismo tiempo que estamos reduciendo y reformando el régimen de dicho producto. Quisiera pedir a la Comisaria que comprendiera, también, este aspecto del debate.
María Isabel Salinas García (PSE). – Señor Presidente, señora Comisaria, hace casi dos años que se aprobó un paquete legislativo de la reforma del sector del azúcar intentando adaptarlo a un mercado globalizado que dejaba, la verdad, pocas oportunidades a nuestros agricultores.
Como usted recuerda muy bien, fue una reforma traumática y sobre la que costó llegar a un acuerdo en este Parlamento. Pues bien, parece que los objetivos de reducción de cuotas no se están alcanzando; es por ello por lo que ahora la Comisión nos presenta esta nueva propuesta intentando reconducir la situación antes de que sea demasiado tarde.
La propuesta de la Comisión nos parece, en principio, positiva, pues da a los agricultores la oportunidad de tomar en cierta medida la iniciativa para proceder al abandono. Ahora bien, en determinados aspectos, señora Comisaria, también nos parece insuficiente y puede que produzca los efectos no deseados en algunos países, como en España.
Me gustaría, por tanto, insistir en dos puntos que me parecen muy relevantes. Por un lado, quisiera destacar la importancia de las enmiendas que hemos presentado como Grupo Socialista, –y aquí quiero agradecer la colaboración de nuestra ponente, Katerina Batzeli, sobre la necesidad de hacer extensiva a la campaña 2009-2010, en determinados casos, la ayuda complementaria a la retirada para los agricultores. Esta modificación para nosotros resulta vital para que la medida no se quede corta y los productores puedan ver colmadas sus expectativas.
En segundo lugar, quisiera llamar la atención sobre la enmienda que se aprobó en comisión en mi nombre, y que viene al Pleno con el número 11, sobre la conveniencia de considerar desmantelamiento total una reconversión de instalaciones para la producción de bioetanol. Tal medida tiene una doble finalidad: por un lado, induce al abandono –pues se da una salida en otros mercados a estas instalaciones– y, por otro lado, se fomenta un sector como el de los biocombustibles en unos tiempos en los que tanto se habla de la necesidad de incrementar la oferta.
Señora Comisaria, esta reforma ya fue traumática para muchos países, como el mío; creo que debe haber dinero y posibilidades de mantener las rentas para los agricultores que quieran abandonar, pero, sobre todo, para los agricultores que quieran continuar.
Janusz Wojciechowski (UEN). – (PL) Señor Presidente, la reforma del mercado del azúcar es una de esas reformas cuya lógica resulta muy difícil de explicar a los agricultores de la Unión Europea, y ello incluye a los de mi país, Polonia. Las presiones administrativas y políticas para reducir la producción de 18 a 12 millones de toneladas no se han justificado de manera convincente. Se habla de la necesidad de solidaridad con los agricultores de otros continentes, aunque está claro que en realidad no se trata de los intereses de éstos: no se trata tanto de los intereses de los agricultores cuanto de los intereses globales de los grandes grupos empresariales. En aras de tales intereses, la Unión Europea está haciendo desaparecer gradualmente su agricultura gracias a las sucesivas «reformas», avanzando por el peligroso camino de la dependencia alimentaria del exterior. Esta política conduce a la desaparición de la seguridad en el abastecimiento de alimentos, la cual es de la mayor importancia para las generaciones futuras. Lo que me temo es que no pasará mucho tiempo antes de que todos, y no sólo los agricultores, lamentemos las reformas irresponsables que estamos aplicando actualmente, y cuyas nocivas consecuencias pronto podremos sentir todos.
Ilda Figueiredo (GUE/NGL). – (PT) Como es bien sabido, todos somos muy críticos de esta reforma del sector azucarero. Siempre hemos defendido la soberanía en materia de alimentos, y por eso nos parece inaceptable que un país como Portugal, con una única fábrica de azúcar en Coruche y otra refinería pequeña en São Miguel, en las Azores, que apenas alcanzan a cubrir las necesidades del consumo nacional, tenga que verse obligado a reducir su cuota de producción de azúcar procedente de la remolacha.
Las consecuencias están claras: los agricultores y las empresas abandonarán la producción, creando con ello más desempleo y afectando negativamente al desarrollo de las zonas rurales. Por consiguiente, como reclamaban el 17 de septiembre en las calles de Oporto miles de agricultores pequeños y medianos, coincidiendo con la celebración en Portugal de la reunión del Consejo de Agricultura, es fundamental un cambio de política que tenga en cuenta la situación específica de cada Estado miembro y sus propias necesidades de producción y de consumo, que garantice las rentas de los agricultores y el desarrollo de las zonas rurales. Es esto lo que proponemos una vez más a la señora Comisaria.
Kathy Sinnott (IND/DEM). – Señor Presidente, antes de comenzar, permítame recordar a todos los presentes que ésta no es una cuestión de remolachas o cereales. En Irlanda, la remolacha se cultivaba de manera rotativa con el trigo, lo que beneficiaba a ambos cultivos.
Comisaria, la reestructuración del sector del azúcar resultó desastrosa en Irlanda. Fue mal gestionada por la empresa Greencore y el Ministerio de Agricultura del país. Muchos de mis electores han sufrido las consecuencias y se ha extendido el desplazamiento social, razón por la cual lo mínimo que podemos hacer es retroceder y compensar a estas personas.
Nuestra esperanza de contar con una industria de los biocarburantes racional que estuviera integrada, y no en competencia con la producción de alimentos, fue retrasada por años, si no destruida. Cuando me dirigí a la Comisión para tratar de evitar el desastre, me dijeron que el régimen estaba establecido y que, tratar de interferir, incluso por una buena razón, desarmaría todo el mecanismo por completo. Pero, ahora, estamos modificando el régimen. ¿No es posible, en la etapa de ajuste actual, hacer algo a propósito del desbarajuste que ha quedado en Irlanda?
Ioannis Gklavakis (PPE-DE). – (EL) Señor Presidente, señora Comisaria, señora Batzeli y señor Deß, todos sabemos que las enmiendas propuestas a la nueva regulación de la OCM del azúcar pretende hacer más atractiva la aceptación del proceso de reestructuración por parte del sector comunitario del azúcar, un proceso que tiene por objetivo reducir la producción comunitaria de azúcar. Permítanme hacer tres observaciones al respecto.
En primer lugar, la estrategia de la Comisión es la adecuada. Éste es el caso en particular de la propuesta de incrementar la ayuda, incluso con carácter retroactivo, a los beneficiarios que ya hubieran cumplido las obligaciones del Reglamento nº 318/2006, lo que hará que no se sientan tratados injustamente, a pesar de haber sido los primeros en contribuir a la reestructuracion del sector.
En segundo lugar, creo que ha quedado perfectamente claro que si no se alcanza el nivel de producción deseado, las medidas futuras de reducción lineal sólo se aplicarán a los Estados miembros que no hayan realizado esfuerzos para cumplir dicho objetivo. Por otra parte, la normativa tendrá en cuenta a los países que hayan efectuado reducciones importantes y donde las instalaciones industriales que aún permanecen hayan alcanzado niveles críticos. Para los países como el mío resulta especialmente importante que no se olvide este planteamiento a la hora de discutir el futuro de la OCM del azúcar para el período posterior a 2010.
En tercer lugar, quisiera plantear la cuestión del bioetanol. Aprovechemos esta oportunidad para analizar seriamente la posibilidad de que nuestro entusiasmo por el bioetanol finalmente se evapore, y que muchas de las fábricas que ahora lo producen no resulten viables. ¿Qué les deparará el futuro a quienes trabajan en esta industria, y qué les sucederá a los agricultores? ¿Nos encontraremos una vez más con un ejército de desempleados?
Gábor Harangozó (PSE). – (HU) Gracias, señor Presidente, Señora Comisaria, Señorías. Por desgracia, la reestructuración del mercado del azúcar no ha conseguido los resultados que habíamos esperado. Al modificar el régimen de reestructuración, es preciso tener presente que algunos Estados miembros han renunciado a una proporción sustancial de sus cuotas. Hungría ha renunciado al 27 % de su cuota, mientras que el promedio de la Unión Europea es tan sólo del 10,5 %.
Por consiguiente, al definir las reducciones definitivas de las cuotas considero preferible que se tenga en cuenta el volumen de producción de cada Estado miembro. Sería poco apropiado que se estipulase idéntica reducción para todos los Estados miembros de la Unión Europea a la vez, porque las características de la producción son distintas en cada país.
Además, la modificación del régimen de reestructuración no debería incidir negativamente sobre aquellos Estados miembros cuya reducción de la cuota haya sido superior a la media. Por este motivo, me opongo a que se puedan considerar conjuntamente las cuotas de remolacha y de isoglucosa a la hora de calcular el porcentaje de reducción de la cuota con relación a la cuota inicial. Entre tanto, se deberían conceder las ayudas a la reestructuración en su cuantía máxima también en los casos en que las instalaciones no se desmantelan sino que se reconvierten para usos alternativos, como la producción de biomasa o de bioetanol. Gracias por su atención.
Zdzisław Zbigniew Podkański (UEN). – (PL) Señor Presidente, el hecho de que, como parte de la reforma del mercado del azúcar, la oferta de este producto haya caído en 0,2 millones de toneladas durante los dos últimos años, lo que difiere considerablemente del nivel propuesto, no debería ser una sorpresa para nadie. Los miembros polacos del PE ya habían previsto este resultado, como puede comprobarse en nuestras intervenciones tanto ante la Comisión de Agricultura como en el plenario del Parlamento Europeo.
El incumplimiento de los objetivos planteados revela que no existieron ni la motivación ni los incentivos adecuados, ni tampoco oportunidades para que los agricultores pudieran dedicarse a otros cultivos. Lo anterior fue reconocido por la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural al proponer, entre otras cosas, incrementar desde el 10 % al 50 % de los importes asignados a las refinerías las ayudas destinadas a los agricultores y organizaciones que prestan servicios, y aumentar el pago adicional a los cultivadores correspondiente a la campaña 2008-2009 de 237,50 a 260 euros por tonelada de cuota no utilizada.
También es preciso señalar que la Comisión no está aplicando actualmente los principios de la reforma, cuyo objetivo consiste en mantener la producción de las regiones más competitivas. Los cambios propuestos no contribuyen en nada a paliar los problemas, y menos aún a resolverlos; están empeorando la situación.
PRESIDE: MECHTILD ROTHE Vicepresidenta
Carmen Fraga Estévez (PPE-DE). – (ES) Señora Presidenta, muchas gracias a la señora Comisaria por estar aquí presente. Creo que la señora Comisaria, la ponente y gran parte de los intervinientes han subrayado los problemas que ha tenido la puesta en marcha de la reforma del sector azucarero del año 2005, y que el abandono de la producción ha sufrido retrasos que están muy lejos del objetivo de los seis millones de toneladas previsto en la reforma.
Por eso, creo que todos agradecemos la propuesta de la Comisión que ahora nos presenta y que va a dar un nuevo impulso al abandono. Y el sector, principalmente el productor remolachero, también ve con muy buenos ojos que se acelere dicho proceso de reestructuración, ya que como también ha dicho la Comisaria, en caso contrario, en 2010 va a ver un recorte lineal de los cupos, y sin fondos de ayudas que puedan compensar dichos recortes.
Creo que dentro de esta filosofía, de esta nueva propuesta, está la enmienda que he presentado en nombre del Grupo del Partido Popular Europeo ?la enmienda 31? donde se solicita la elaboración de un informe de evaluación de la reforma y, en caso necesario, propuestas para prorrogar un año, más durante la campaña 2010-2011, este fondo de ayudas previsto inicialmente por un período de cuatro años con el fin de compensar, como digo, este retraso inicial en la puesta en marcha de la reforma.
Esta es una demanda que han hecho los productores y creo que debería ser apoyada, máxime teniendo en cuenta que dicho fondo está financiado exclusivamente por el sector y, por tanto, no tiene ninguna incidencia financiera en el presupuesto comunitario.
Pido que esta enmienda, señora Comisaria, tenga el visto bueno de la Comisión, y por supuesto también de mis colegas.
Por último, sólo me queda agradecer a la señora Batzelli su trabajo, sus informes y las mejoras que ella propone, con el apoyo de toda la Comisión de Agricultura, a la propuesta que ha presentado la Comisión.
Libor Rouček (PSE). – (CS) Señorías, no cabe duda de que en el sector del azúcar de la Unión Europea se necesitan reformas de gran alcance para que en el futuro pueda salir adelante. La reducción de la producción es un componente esencial de estas reformas. No obstante, esta reducción se debería centrar principalmente en las empresas que no sean competitivas; por desgracia la realidad suele ser distinta.
Por ejemplo en mi país, la República Checa, se cerraron unas refinerías de azúcar que eran nuevas, eficaces y prósperas, y se renunció a las cuotas favoreciendo a los fabricantes supranacionales. Esto trajo consigo naturalmente unas secuelas muy negativas para los cultivadores y consumidores nacionales.
Por consiguiente, quiero hacer un llamamiento a la Comisión para que tenga más en cuenta que hasta ahora los principios de competitividad a la hora de aplicar las reformas necesarias en el sector del azúcar, y para que preste una atención mucho mayor al desarrollo del sector de los biocombustibles. Creo que los biocombustibles ofrecen nuevas oportunidades a los cultivadores de remolacha azucarera y que representan el futuro del sector.
Zbigniew Krzysztof Kuźmiuk (UEN). – (PL) Señora Presidenta, señora Comisaria, a pesar del gran volumen de recursos invertidos, la reforma del mercado del azúcar iniciada en 2005 no está logrando los resultados esperados. Pese a los cuantiosos incentivos económicos, que ascendieron a 730 euros por tonelada de reducción de la producción de azúcar, en el conjunto de la Comunidad dicha producción ha disminuido apenas en 1,1 millones de toneladas, en vez de los 6 millones previstos. El conjunto de modificaciones del régimen del mercado del azúcar propuesto posteriormente por la Comisión no sólo no ha logrado mejorar la situación, sino que en realidad la ha empeorado, porque las medidas no son coherentes con el objetivo principal de la reforma, es decir, con el mantenimiento de la producción de azúcar en las regiones más competitivas.
Lo que creo que hace falta es, en primer lugar, crear las condiciones para el desarrollo estable de los productores comunitarios más competitivos, de forma que la producción de la UE pueda competir en un mercado mundial cada vez más abierto.
En segundo lugar, tenemos que extraer las máximas ventajas del potencial de exportación de azúcar en el marco de los límites pactados con la Organización Mundial del Comercio.
Y en tercer y último lugar, si estas soluciones no sirven para mejorar el mercado del azúcar será necesario reducir la producción, pero aplicando un factor lineal que sea igual para todos los Estados miembros.
Vladimír Železný (IND/DEM). – (CS) Señora Presidenta, represento al país que inventó el terrón de azúcar. El azúcar de alta calidad era algo de lo que nos sentíamos orgullosos, pero la Unión Europea ha sido implacable a la hora de arrebatarnos cualquier motivo de orgullo.
Si se aplica el Reglamento (CE) nº 320/2006, la República Checa se verá penalizada por haberse comportado correctamente frente a los inversores extranjeros de los antiguos Estados miembros de la UE, a los que permitió absorber la industria azucarera del país. Este Reglamento es un intento inaceptable de servir a los intereses de las grandes empresas europeas de refinado de azúcar, mientras que se ignoran por completo los intereses de aquellos países que han sido tradicionalmente sus cultivadores y productores.
Es necesario por tanto, como indica la enmienda del señor Fajmon y de otros, permitir que los Estados miembros puedan prescindir de las disposiciones a) y b), dejando al arbitrio de los Estados miembros individuales la decisión sobre la forma de solucionar la situación crítica que se producirá si la cuota desciende un 20 % o más. De otro modo, la República Checa se encontraría en la absurda situación de tener que importar un artículo tradicional que ha estado produciendo durante siglos.
Algún día, cuando nuestros nietos preparen la lista de motivos por los que la República Checa debe abandonar la Unión Europea, la política del azúcar y los reglamentos que ahora debatimos figurarán en primer lugar.
Ville Itälä (PPE-DE). – (FI) Señora Presidenta, señora Comisaria, entiendo perfectamente que las cuotas del azúcar deben ser reducidas todavía más, y estoy de acuerdo con ello. Entiendo también, a la vista de las cifras presentadas, que la reforma anterior no ha tenido éxito.
Sin embargo, el problema estriba en la manera de aplicar la futura reforma. Debería ser justa para todos los Estados miembros, pero desde el punto de vista de mi país, Finlandia, donde había dos refinerías de azúcar, la anterior reducción de las cuotas, prácticamente de un 40 %, obligó a cerrar una de ellas. Si se produjese otra reducción del 13 % como consecuencia de esta reforma, en el peor de los casos desaparecería por completo la producción finlandesa de azúcar, porque se tendrían que cerrar las dos fábricas.
Se trata evidentemente de una situación injusta para los cultivadores y para la industria azucarera de Finlandia. Por este motivo apoyo la enmienda presentada por mi colega el señor Fajmon, según la cual esta propuesta no debería aplicarse de modo alguno en aquellos Estados miembros cuyas cuotas ya hubieran sido reducidas previamente en más del 20 %, salvo que ellos mismos decidan otra cosa.
Espero que la señora Comisaria comprenderá la situación en la que se encuentran los pequeños países. En Finlandia, donde estamos debatiendo actualmente el tema de las reducciones de las ayudas al Sur del país con arreglo al artículo 141 del Tratado de Adhesión, la confianza de la población en la Unión Europea es muy débil. Tiene que haber un atisbo de esperanza, y sobre todo estas reformas deben aplicarse equitativamente, de forma que todos los Estados miembros reciban el mismo trato.
Mariann Fischer Boel, Miembro de la Comisión. − Señora Presidenta, en primer lugar, quisiera agradecer a todos los presentes sus valiosos comentarios. Creo que, de las intervenciones realizadas hoy aquí, podemos inferir la complejidad de este problema. Quisiera únicamente realizar unos breves comentarios.
En primer lugar, estoy convencida de que lo que se propone ahora —que yo describiría como una gran zanahoria que ha de servir como acicate para el sector— dará resultado. La zanahoria es bastante atractiva, porque ahora damos a los agricultores la posibilidad de obtener el 10 % del fondo de reestructuración, que para la campaña 2008-2009 es de 625 euros. La cantidad de 62,5 euros, más el pago adicional que realizamos procedente del dinero de la reestructuración —237,5 euros— asciende a 300 euros por cada tonelada que los agricultores remiten a la Comisión.
Lo que considero más importante es que, por primera vez, los agricultores pueden activar el fondo de reestructuración, algo que no había sido posible hasta la fecha pues, anteriormente, solo podía hacerlo la industria. Ahora, los agricultores pueden decir: «Deseo dejar la producción y quiero mis 300 euros por tonelada y, además, obtengo la compensación por reducción de precios». Y no se trata de un pago único, sino que continúa.
Estoy completamente de acuerdo con el señor Parish. Creo que la alternativa a la producción de remolacha azucarera es mucho más atractiva, con los precios actuales del cereal y de las semillas oleaginosas, de lo que lo ha sido durante decenios. Por lo tanto, supongo que los agricultores harán sus cálculos y mirarán el balance como la manera más atractiva de organizar su producción futura.
Mencioné la retroactividad la primera vez que intervine. La retroactividad está ahí, por lo que aquéllos que han venido cumpliendo desde el comienzo no serán penalizados por ello; recibirán compensación. Es tanto para los productores de remolacha, jarabe de inulina y achicoria, así que no existe diferencia entre los diversos tipos de producción de remolacha.
Así pues, me siento confiada, y estoy muy agradecida por la rápida reacción del Parlamento, que espero que mañana nos permita hallar un acuerdo político en el Consejo, de manera que podamos emitir una señal clara al sector, a los productores de remolacha, para que puedan comenzar a planificar su próxima temporada de producción.
Tengo la certeza de que esto beneficiará a la totalidad del sector, pues como se ha mencionado aquí también hoy, la alternativa a no utilizar esta posibilidad será una reducción lineal sin compensación alguna. Así pues, estoy convencida de que se llevarán a cabo numerosos cálculos en las diversas explotaciones y zonas agrícolas donde ello pueda resultar ventajoso, para entregar las toneladas que necesitamos de cara a hallar el justo equilibrio en nuestro sector del azúcar.
Una vez más, muchas gracias —especialmente a la ponente, la señora Batzeli—, por todo el trabajo realizado sobre este complejo informe.
Presidenta.- − Se cierra el debate.
La votación se celebrará hoy.
Declaraciones por escrito (Artículo 142)
Béla Glattfelder (PPE-DE), por escrito. – (HU) Señora Presidenta, en su actual revisión de las reformas del mercado del azúcar, la Comisión Europea pide a los agricultores europeos y a la industria azucarera europea que sigan haciendo sacrificios irracionales en aras de restablecer el equilibrio en el mercado del azúcar. En mi dictamen sobre el informe del Parlamento, redactado hace tiempo por encargo de la Comisión de Comercio Internacional, indiqué que no sería posible alcanzar el deseado equilibrio en el mercado europeo del azúcar mientras no exista una legislación que contemple una protección eficaz frente a las importaciones. En su informe, el Parlamento Europeo también ha planteado propuestas a la Comisión Europea y al Consejo de Ministros de Agricultura con el fin de limitar las importaciones de azúcar de terceros países. Finalmente, el órgano legislativo no incorporó estas propuestas al documento definitivo.
Estoy de acuerdo con la enmienda presentada a la presente propuesta por la que los Estados miembros que hayan renunciado ya al menos al 20 % de su cuota no tengan que aplicar sucesivas reducciones. Esto sería justo y equitativo respecto a los países que ya han hecho serios esfuerzos para aplicar las reformas del mercado del azúcar.
No obstante, creo al mismo tiempo que es importante que la revisión de las reformas del azúcar incluya igualmente medidas para que la industria azucarera sea más competitiva. Teniendo esto en cuenta, he presentado una enmienda que otorga prioridad a los Estados miembros para decidir discrecionalmente si los agricultores más pequeños y menos competitivos deben renunciar al cultivo de la remolacha. Es una ventaja importante para los cultivadores más pequeños y peor informados, pero al mismo tiempo ayudará a la industria europea del azúcar a ser más competitiva internacionalmente.
Mairead McGuinness (PPE-DE), por escrito. – Es lamentable que la Comisión haya vuelto, en tan breve espacio de tiempo, con un segundo paquete de reestructuración del sector del azúcar para que el Parlamento vote sobre él. El paquete inicial tuvo como resultado la desaparición de la industria azucarera irlandesa, en detrimento del país, de los agricultores y de los productores.
Desgraciadamente, y hasta la fecha, los agricultores o los contratistas no han llegado a recibir la totalidad del paquete de compensación.
Discrepo de la tentativa de la Comisión de limitar la compensación destinada a los productores y contratistas a únicamente el 10 % del paquete actual —destinar el 90 % restante a los transformadores parece excesivo—.
En el esquema de reestructuración inicial, se destinaba un mínimo del 10 % a los productores y contratistas, y se daba a los Estados miembros flexibilidad para decidir sobre la distribución exacta pero, con este paquete, la Comisión se muestra firme sobre el modo en que debería destinarse la compensación.
Es evidente que se necesitan niveles mayores de ayuda a la reestructuración si se quieren alcanzar los objetivos de la Comisión. Acojo con satisfacción que se abone el incremento del nivel de ayuda a la reestructuración a quienes han abandonado ya la producción de remolacha.
Quisiera instar a que los pagos de compensación debidos a los agricultores y contratistas irlandeses sean hechos efectivos de manera urgente —esta saga ya ha durado demasiado—.
Witold Tomczak (IND/DEM), por escrito. – (PL) Señora Presidenta, hace tiempo que las normas de la política agrícola común están siendo infringidas de forma descarada en muchos mercados del sector. El mercado del azúcar es otro ejemplo vergonzoso de ello. La reforma de este mercado, realizada apenas hace dos años, incluía soluciones injustas para los nuevos Estados miembros, porque daba preferencia a unos pocos Estados miembros antiguos que producían excedentes en las llamadas cuotas B, las cuales resultan gravosas para el contribuyente. Una de las finalidades de la reforma consistía en mejorar la competitividad del sector. Se suponía que los que fueran más competitivos permanecerían en el mercado. La revisión propuesta actualmente pretende castigar precisamente a los más competitivos. Esto es, en definitiva, lo que se va a conseguir con las nuevas cuotas y el aumento de las compensaciones con efectos retroactivos. ¿Es posible percibir alguna lógica en lo que está sucediendo?
Cuando se trata de los intereses de la vieja UE se arrojan los principios por la ventana. La solidaridad y la libre competencia ya no significan nada.
Esto vale para todo el sector agrícola, en el que los países más ricos consiguen las mayores subvenciones. Todos los intentos de eliminar la discriminación en contra los nuevos Estados miembros más pobres se estrellan con la conmovedora sinceridad de los representantes de los Estados más antiguos, cuando nos dicen: tenéis razón, pero no podemos abrir la «caja de Pandora». ¡Pero ahora resulta que en el sector del azúcar sí se puede cambiar un sistema que fue acordado hace muy poco tiempo! Y sólo porque afecta a los intereses de los Estados miembros antiguos y de los grandes grupos industriales.