Presidente. − El próximo punto del orden del día es el informe de Herbert Reul, en nombre de la Comisión de Industria, Investigación y Energía sobre fuentes convencionales de energía y tecnología energética [http://www.europarl.eu.int/oeil/FindByProcnum.do?lang=2&procnum=INI/2007/2091" ] (A6-0348/2007).
Herbert Reul (PPE-DE), ponente. – (DE) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, como tengo algunos minutos de más, comenzaré manifestando mi agradecimiento a la Comisión Europea, a la Secretaría de nuestra comisión y a los demás ponentes. No ha sido una tarea tan fácil, y agradezco que hayamos conseguido cooperar de forma objetiva y llegar al consenso más amplio posible sobre un asunto no precisamente simple.
Nuestro trabajo se basó en tres comunicaciones de la Comisión, y nuestro objetivo en este informe era proporcionar respuestas en esos tres ámbitos, lo que conseguimos hacer por amplia mayoría en la comisión responsable. El punto de partida era un principio universalmente aceptado que se reafirma en cada debate sobre política energética, el punto de vista compartido por la Comisión y el Parlamento consistente en que la política energética tiene tres objetivos principales: competitividad, en otras palabras, precios asequibles, protección del medio ambiente y seguridad del abastecimiento. La conclusión de que la solución estriba en el desarrollo continuo de tecnología energética nueva y actual fue ciertamente la parte más fácil del informe.
La tecnología es la clave de la respuesta a estas tres cuestiones. En un mundo en el que la demanda de energía crece constantemente, al tiempo que el suministro de combustibles fósiles no deja de menguar, es por tanto crucial que invirtamos en investigación e innovación e intentemos alcanzar progresos en esos ámbitos. Basta fijarse en el potencial que existe para incrementar la eficiencia de las centrales de carbón, que constituye actualmente un 34 % de media, pero que podría aumentar hasta el 55 % mediante el uso de tecnología punta. Si se sustituyese un tercio de las centrales antiguas por otras de vanguardia, el consumo de combustible se reduciría en un 30 %, y esto no es más que un pequeño ejemplo de las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías.
También hablamos de dos fuentes de energía muy diferentes entre sí pero que comparten la distinción de provocar grandes controversias políticas. Nadie duda de que la cuota de combustibles fósiles, que constituían el 79 % del consumo bruto nacional de combustibles de la Unión Europea en 2004, seguirá siendo elevada en el futuro próximo. En todo caso, vamos a tener que utilizar combustibles fósiles bastante tiempo todavía, dure lo que dure esta situación. El carbón es uno de los factores importantes; uno de los motivos es, naturalmente, que es una de las pocas fuentes de energía o, de hecho, la principal fuente de energía que tenemos en Europa, aunque su disponibilidad varía según el Estado miembro. Es una ventaja notable, especialmente en términos de la seguridad de nuestro abastecimiento energético.
Para nosotros, eso implica que, cuando decimos que el carbón tiene futuro, y es de agradecer que la Comisión lo haya descrito con precisión, debemos preocuparnos de que se traten los aspectos críticos del uso del carbón; éste es un elemento importante de nuestro informe. Uno de los aspectos críticos es la emisión de dióxido de carbono. Una de las posibles opciones es el incremento de la eficiencia y la mejora de la tecnología, y la otra es tratar de utilizar tecnología nueva para separar CO2 y guardarlo bajo tierra, la famosa tecnología de captura y almacenamiento de carbono (CAC).
Por supuesto, es más fácil decirlo que hacerlo, pero hay indicios de que funciona. Lo hemos reconocido en este informe y hemos abogado por fomentar el desarrollo de la tecnología CAC, porque nos da la oportunidad de seguir aprovechando el carbón, que es una fuente muy fiable de energía para los europeos. Por eso hemos destacado también que necesitamos darnos cuenta de que la captura de carbono puede reducir la eficiencia de la generación y de que, por tanto, es difícil estimar cuándo podría comenzar a funcionar la tecnología CAC y, sobre todo, debemos hacer nuestros deberes y formular las disposiciones legales oportunas.
La tercera parte del informe, la más polémica, se refiere al asunto de la energía nuclear. Las plantas nucleares representan más del 30 % de la generación de energía de Europa, y la energía nuclear presenta ventajas indudables, independientemente de nuestras opiniones políticas. Está ahí, es asequible, y realiza una contribución importante a la seguridad del suministro. En términos de reducir las emisiones de CO2, constituye una opción absolutamente fascinante e interesante, y creo que sería insensato dejar de lado sin más esta forma de energía sin ni siquiera considerarla.
Hemos conseguido —no sin dificultad— encontrar fórmulas que podría suscribir la gran mayoría y que transmitían el mensaje de que airear esas ideas forma parte integrante de un debate completo pero que la decisión de aprobarlas o rechazarlas compete a los Estados miembros. Es un argumento importante, pero nuestra intención es contribuir al ámbito en el que Europa tiene alguna responsabilidad, es decir, la seguridad del suministro. En este sentido, resulta oportuna la creación del Grupo europeo de alto nivel sobre seguridad nuclear y gestión de los residuos radiactivos y el Foro Europeo de Energía Nuclear, y no cabe duda de que es correcto, como se postula en el Programa Indicativo Nuclear para la Comunidad (el documento PINC), seguir con este debate y, a la hora de debatir las inversiones en nuevas tecnologías, no dar la espalda a ninguna posible solución.
En resumen, una combinación energética no significa dejar fuera de la criba determinadas fuentes de energía, sino estudiar todas las fuentes. Espero que consigamos adoptar esta resolución mañana en la forma en que fue aprobada en comisión por una amplia mayoría.
Andris Piebalgs, Miembro de la Comisión. − Señor Presidente, en primer lugar me gustaría felicitar al señor Reul por su informe. Se trata del último informe del Parlamento Europeo en el seguimiento del conjunto de medidas referidas a la energía y el cambio climático realizado desde el 10 de enero. Los otros dos informes, elaborados por el señor Vidal-Quadras y la señora Thomsen, han supuesto para la Comisión una valiosa aportación para la posterior elaboración de las propuestas.
El primero de ellos se refiere a la preparación de las medidas relativas al mercado interior mientras que el segundo hace referencia a la continuación del trabajo sobre la Directiva sobre las fuentes de energía renovables. Debo agradecer asimismo la oportuna aportación que el señor Reul y esta Cámara proporcionarán en materia de innovación energética, energías fósiles limpias y energía nuclear.
En muchos aspectos la Comisión ya se encuentra en consonancia con las demandas del Parlamento y está trabajando en diversos aspectos que aparecen en el informe.
Europa necesita lograr el importante objetivo de combatir el cambio climático. Por eso, y por la seguridad de suministro, necesitamos tecnologías de fuente de energía con emisiones de CO2 más bajas y de gran eficiencia. Necesitamos igualmente usar las energías fósiles de manera más sostenible. Y será difícil conseguir nuestros objetivos del cambio climático sin el uso de la energía nuclear.
Permítanme que empiece tratando la cuestión de la innovación energética. La Comisión pretente presentar el Plan Estratégico Europeo de Tecnología a finales de noviembre. Europa ha demostrado ser capaz de establecer un marco de trabajo legislativo para apoyar las tecnologías con bajas emisiones de CO2. Se han acordado objetivos en materia de ahorro energético y fuentes de energía renovables. No obstante, necesitamos crear también un auténtico mercado interior. No cabe duda de que éstos son los cimientos de la Tercera Revolución industrial.
Sin embargo, todavía queda mucho. Si únicamente dependiéramos de las tecnologías con emisiones bajas de CO2, no lograríamos los objetivos de la seguridad de suministro y de competitividad.
Los análisis que actualmente se están llevando a cabo en el seno de la Comisión demuestran que Europa está rezagada en el desarrollo de las tecnologías de emisiones bajas de CO2. En resumen, no somos capaces de transformar la investigación básica de gran calidad realizada en la UE en tecnologías líderes mundiales. En la actualidad no nos ocupamos lo suficiente de adaptar la investigación a los avances empresariales mediante la construcción de plantas piloto y de demostración que logren un carácter plenamente comercial.
Para que Europa pueda ser líder mundial de la innovación en el cambio climático y en seguridad energética es fundamental poder ser más eficaz en la gestión de los recursos invertidos en innovación energética.
Por tanto, necesitamos una planificación estratégica conjunta mejor en el ámbito de la UE así como una aplicación más eficaz de los programas y medidas de tecnología energética.
Además, como se afirmaba en el informe del señor Reul, tenemos que movilizar recursos humanos y económicos adicionales para la investigación y demostración de tecnologías energéticas.
Ya hemos incrementado el presupuesto para energía en un 50 % en el Séptimo Programa Marco y en un 100 % para el Programa para la Competitividad y la Innovación. Esto no podría haberse conseguido sin el apoyo incondicional del Parlamento Europeo.
Los Estados miembros también están siguiendo este camino y estoy convencido de que el sector privado hará lo mismo una vez que se hayan establecido las condiciones del marco de trabajo. Ello se aplica a una serie de proyectos de demostración de tipo industrial concretos y a la implantación en el mercado temprana, así como al papel fundamental que desempeñan las pequeñas y medianas empresas.
Procederé a ocuparme ahora de la segunda parte del informe: los retos relacionados con las fuentes de energía convencionales. Debemos admitir que estas fuentes de energía desempeñan un papel fundamental en la combinación de energías de los próximos años.
Pensamos igual: necesitamos realizar la transición de las energías tradicionales a las energías fósiles sostenibles. Antes de finales de año, la Comisión adoptará otras medidas para tratar el uso de las tecnologías modernas en la obtención de energía a partir de energías fósiles.
En concreto, la Comisión abordará la cuestión del marco de trabajo jurídico para la captura de dióxido de carbono y su almacenamiento geológico. Presentaremos una propuesta legislativa destinada a establecer el marco de trabajo jurídico para proporcionar seguridad jurídica y garantizar la confianza pública en la seguridad en el despliegue de la tecnología de captura y almacenamiento de carbono (CSS). Estoy preparando actualmente una comunicación para establecer el marco de trabajo político que respalde la tecnología CSS.
Estoy de acuerdo con que la tecnología CSS exigirá considerables esfuerzos de investigación antes de que resulte viable desde el punto de vista comercial. Por este motivo, la tecnología CSS se incluirá entre las tecnologías de energía estratégicas del Plan Estratégico Europeo de Tecnología Energética. También por este motivo destacamos dicho tema para que se redacte una comunicación al respecto relativa a la propuesta legislativa.
Junto a los esfuerzos de investigación y desarrollo continuos, la UE necesita seguir adelante con las plantas de demostración. Estos proyectos proporcionarán una experiencia de valor incalculable. Nos permitirán optimizar las tecnologías existentes e identificar y ofrecer una respuesta para el resto de retos.
El objetivo está claro: poder tener en la UE varias plantas de demostración a gran escala operativas antes de 2015 e introducir la tecnología en el mercado antes de 2020. Esto no sucederá si no existe un compromiso contundente por parte del sector privado comunitario y no hay políticas de gobierno sólidas que sirvan de apoyo. La Comisión está preparada para ir a la cabeza, pero será necesario contar con el apoyo pleno de los Estados miembros y del Parlamento Europeo.
A continuación, abordaré la cuestión de la energía nuclear. Me agrada saber que su mensaje sobre la energía nuclear coincide plenamente con nuestras conclusiones de la comunicación sobre un Programa Nuclear Ilustrativo que el Comité Económico y Social Europeo ha respaldado ampliamente.
Me complace igualmente que la primera reunión del grupo de alto nivel sobre seguridad nuclear y gestión de residuos se celebrara el 12 de octubre. El grupo tiene la obligación de desarrollar de forma progresiva el acuerdo común y, a la larga, lograr un mayor grado de seguridad nuclear.
Estoy de acuerdo con la idea del informe de que un diálogo abierto sobre energía nuclear es fundamental. Por ello, la Comisión ha creado un foro nuclear siguiendo las directrices de los foros de otras energías. El objetivo del foro nuclear consiste en ampliar el debate sobre energía nuclear y conseguir que participen todos los agentes interesados.
Los días 26 y 27 de noviembre se celebrará la primera reunión de dicho foro, también denominado Foro de Bratislava/Praga. Confío en que esto aportará una mayor transparencia a la hora de las consultas con todos los interesados, así como entre los mismos. Me complace que el Parlamento Europeo también participe.
Me gustaría felicitar una vez más al ponente y a los ponentes alternativos por su excelente informe. Agradezco al Parlamento Europeo el apoyo y la cooperación demostrados. Utilizaré este informe para nuestro trabajo posterior y, desde luego, aguardo con impaciencia el debate.
Margrete Auken (Verts/ALE), ponente de opinión de la Comisión de Desarrollo. – (DA) Señor Presidente, perdóneme, pero este informe no es bueno, como tampoco lo ha sido el proceso de trabajo relacionado con él. ¿Por qué no escuchó la Comisión de Industria, Investigación y Energía las opiniones de las demás comisiones? En nombre de la Comisión de Desarrollo, lamento que sólo se nos pidiese una opinión sobre las emisiones de carbono de la Comisión. La eficiencia energética, el ahorro y nuestras críticas más importantes son demasiado débiles. Además, son completamente decisivos para los países en desarrollo. Hay una enorme cantidad de energía que puede obtenerse a través del ahorro, disponemos de tecnologías conocidas y, para los países en desarrollo, cuando menos es muchísimo más importante que la CAC. En general, lo mismo ocurre con los países industrializados. Por otro lado, ¿por qué se olvida completamente el petróleo? Los altos precios del petróleo constituyen una importante carga para los países en desarrollo, especialmente en el sector de los transportes, donde es el combustible dominante. Además de mejorarse la eficiencia, se necesitan otros modelos de transporte. No obstante, la energía renovable es crucial para el progreso de los países en desarrollo, y resulta grotesco que prácticamente no se mencione en el informe. La propuesta es simplista, y las opiniones de la Comisión de Desarrollo no están incluidas en absoluto. Por tanto, insto a todos a que se rectifique mañana.
Bogusław Sonik (PPE-DE), ponente de la opinión de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria. – (PL) Señor Presidente, estoy de acuerdo con la opinión de Herbert Reul en relación con la diversificación de la generación de electricidad, la diversificación del suministro y las mejoras de la eficiencia energética y el uso de la energía. La merma continua de los recursos naturales no sorprende a los científicos que trabajan en el ámbito del abastecimiento energético. Durante años, los principales centros de investigación han estado observando el nivel de uso de los recursos naturales y han venido publicando informes alarmantes. Las conclusiones de esos informes demuestran inequívocamente que basarnos únicamente y de forma continuada en métodos convencionales de generación de energía podría provocar en el futuro que la economía mundial entrase en una crisis energética. La merma de los recursos naturales supone que Europa tendrá que importar cada vez más de los países vecinos, lo que puede ocasionar una dependencia gradual de los proveedores. Ya hemos visto las consecuencias negativas de esa política en varias ocasiones en países vecinos.
Por eso, uno de los retos principales a los que se enfrenta la Unión Europea es diversificar las fuentes de energía y trabajar por la creación de nuevas tecnologías de generación de energía. Las políticas positivas en este ámbito resultarán beneficiosas no sólo para la sociedad y la economía, sino también para el entorno natural. Sin embargo, en este punto me gustaría subrayar que no todos los países podrán seguir esta política a corto plazo, puesto que está vinculada a condiciones históricas que causaron que el sector de la energía quedase retrasado durante muchos años en comparación con los países de la antigua UE. Por consiguiente, desde la perspectiva de un ciudadano de uno de esos países, quiero señalar que, como he dicho, Polonia o los demás países de esta zona geográfica tendrá que avanzar más que los países de la Europa Occidental a la hora de modernizar el sector de la energía. Les ruego que tengan en cuenta este punto concreto. Al prestar atención al cambio climático, la UE debería participar más activamente en el desarrollo de tecnología de carbón limpia como la mejor solución para el entorno natural, especialmente en aquellos países en los que el sector energético depende en gran medida del uso del carbón.
András Gyürk, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (HU) Muchas gracias por darme la oportunidad de intervenir, señor Presidente. Señor Comisario, Señorías, el presente informe no esconde el hecho de que existen importantes argumentos contra las formas convencionales de energía. La cuestión más comentada actualmente en este sentido es la del cambio climático. Las energías fósiles no sólo contribuyen al cambio climático mundial, también incrementan la dependencia que sufre Europa de proveedores externos.
Permítanme citar un ejemplo de Hungría para apoyar mis argumentos. En un país en el que faltan las materias primas, el gas constituye el 50 % de la combinación energética, y el 80 % de él deriva de una única fuente exterior, Rusia. El resultado es un grado de dependencia que no sólo tiene consecuencias sociales y económicas profundas, sino que también puede ejercer una influencia considerable en las relaciones internacionales de Hungría. No obstante, al mismo tiempo estas cifras y otras parecidas muestran que las fuentes de energía convencionales van a desempeñar irremediablemente un papel crucial en el abastecimiento energético de Europa en las próximas décadas, aún cuando ganen terreno las energías renovables. Decir lo contrario equivaldría a esconder la cabeza debajo del ala.
Señorías, no obstante, debe resolverse la contradicción entre la necesidad de fuentes convencionales y los riesgos asociados con ellas. Creo que el informe del señor Reul presenta las herramientas necesarias para hacerlo. Estoy de acuerdo con el ponente en que la Unión Europea tiene que concentrarse en tres objetivos fundamentales a la hora de establecer la política sobre fuentes de energía convencionales: aumentar la eficiencia y, en relación con ello, explotar el potencial de la investigación y el desarrollo y reducir la dependencia de fuentes externas. El mejor ejemplo de este último punto es el proyecto Nabucco; la construcción del gasoducto representaría un paso considerable hacia la diversificación y debe realizarse en aras de la Comunidad. Muchas gracias, señor Presidente.
Adam Gierek, en nombre del Grupo del PSE. – (PL) Señor Presidente, señor Comisario, la energía es un factor crucial en relación con la competitividad del mercado y de la calidad de vida de los ciudadanos de la UE. Por consiguiente, los objetivos políticos y económicos fundamentales deben ser la efectividad en la generación sostenible de energía, la eficiencia en términos de reducciones del uso general, y la fiabilidad y la seguridad del abastecimiento energético. Alcanzar esos objetivos también tendrá como resultado una sociedad segura. No podemos olvidar cuánto pagan nuestros ciudadanos, tanto directa como indirectamente, por cualquier unidad de energía. La competitividad de las economías de los Estados miembros de la UE depende, entre otros factores, de la mejora del uso de los recursos regionales en forma de combustibles fósiles. No obstante, esto sólo sucederá cuando la Comisión proporcione garantías de que el régimen de comercio de derechos de emisión no obstaculizará la sustitución de las centrales eléctricas existentes, por ejemplo, las centrales eléctricas de carbón, por sistemas más modernos con menores emisiones de CO2. Polonia ya ha reducido las emisiones en un 32 % desde 1988 mientras que, en el mismo período, los países de la UE han hecho considerablemente menos. La cifra actual de emisiones por habitante en Polonia es de 7 toneladas por año, mientras que en los antiguos países de la UE, es hasta dos veces superior. En estas circunstancias, no sería justo para Polonia reducir drásticamente las emisiones de CO2 en otro 30 % a partir del año que viene. Es una decisión de la Comisión que tendrá consecuencias sociales muy desfavorables.
Mi país no puede sacrificarse a las políticas de la histeria climática. Es bien conocido que el clima ha cambiado, está cambiando y seguirá cambiando, y que tenemos que contrarrestar las consecuencias de esos cambios, es decir, sequías, inundaciones y falta de agua potable. Sin embargo, es de justicia que las reducciones de las emisiones de CO2 se vinculen a una cifra per capita en los países de la UE. Es importante que los costes de emisión no se decidan arbitrariamente sobre la base de reducciones y de principios poco claros. La competitividad no puede ser una función de falsos incentivos de mercado, y el precio de la energía tiene que reflejar su coste real. Parecería razonable utilizar todos los medios posibles que se hayan probado para absorber el dióxido de carbono, incluidos métodos biológicos, y para absorber metano. No obstante, definitivamente, hoy debe darse prioridad a los métodos que mejoran la eficiencia de convertir la energía primaria en otras formas basadas en instalaciones tecnológicas piloto para la gasificación y licuefacción del carbón y para la creación de hidrógeno.
En conclusión, quiero manifestar mi sincero agradecimiento al ponente, el señor Reul, por la fructífera cooperación en la preparación de este informe, que demuestra un enfoque exhaustivo, equilibrado y de largo plazo sobre los problemas de los combustibles fósiles y la energía atómica.
Šarūnas Birutis, en nombre del Grupo ALDE. – (LT) En primer lugar, deseo felicitar al señor Reul y a los demás diputados, que han presentado enmiendas válidas, por su equilibrado informe y todo el trabajo que han realizado.
Todas las fuentes de energía que se tratan en el informe han recibido atención suficiente, al tiempo que se señalan oportunamente la importancia de las fuentes alternativas de energía y las nuevas tecnologías energéticas.
La diversificación de la energía tiene enorme importancia para garantizar su seguridad, que resulta ser vital en mi país, Lituania. Este ámbito es absolutamente vulnerable, por cuanto mi país depende por completo de un proveedor y hasta ahora no ha tenido otra alternativa. Una posible solución sería la construcción de una central nuclear segura y moderna, que conformaría la base de nuestra seguridad política y de nuestra estabilidad económica.
En los debates sobre este informe se intercambiaron distintas opiniones sobre el futuro de la energía nuclear.
Aunque debemos reconocer plenamente la importancia de las fuentes alternativas de energía y de su posible papel dominante en el futuro, debemos desarrollar un enfoque realista sobre la energía nuclear y afrontar el hecho de que el 30 % de la energía producida en la UE procede de centrales nucleares. Esta energía contribuye a la ejecución de los objetivos de Kioto y a reforzar la seguridad del abastecimiento.
Considero hipócritas las enmiendas presentadas con tanto énfasis por los políticos «verdes» que condenan la energía nuclear en nombre de la seguridad de los ciudadanos europeos, porque podría contribuir a intensificar la inseguridad de otros ciudadanos europeos.
Quiero animar a mis compañeros a ser tolerantes y a apoyar las disposiciones que permiten a cada país decidir si apoya o rechaza el uso de energía nuclear segura. Sólo intercambiando nuestros puntos de vista y escuchando distintas opiniones podremos llegar a la decisión correcta.
Zbigniew Krzysztof Kuźmiuk, en nombre del Grupo UEN. – (PL) Señor Presidente, en nombre de Grupo Unión por la Europa de las Naciones en este debate sobre fuentes de energía convencionales y tecnología energética, quiero manifestar mi agradecimiento a Herbert Reul por la elaboración de un informe exhaustivo sobre este asunto.
En primer lugar, el autor del informe tiene razón en señalar que el asunto más importante, también en términos del futuro de la energía generada a partir de combustibles convencionales, es que los países de la Unión Europea colaboren en este ámbito.
En segundo lugar, en relación con el futuro aumento de la dependencia de la Unión Europea de las importaciones de combustibles fósiles en un 70 % para 2030 y, en el caso de las importaciones de petróleo, de hasta el 94 %, es esencial aprovechar al máximo los recursos de combustibles fósiles en los países de la UE:
En tercer lugar, el carbón es uno de esos recursos; Alemania posee hasta el 7 % de las reservas mundiales y, Polonia, el 2 %. Es importante no cuestionar la extracción de este combustible y la generación de energía a partir de él, puesto que la electricidad generada a partir de combustibles fósiles sigue siendo la mitad de barata que la generada a partir de fuentes renovables.
En cuarto lugar, debido a los riesgos ecológicos asociados a la generación de electricidad a partir del carbón, se necesita inversión europea conjunta en investigación de nuevas tecnologías en este ámbito, financiada con cargo al presupuesto de la Unión Europea.
En quinto y último lugar, es necesario prestar apoyo a los países de la Unión Europea que invierten en energía atómica. En este contexto, quiero destacar la celebración de un acuerdo para la construcción de una central nuclear moderna en Ignalin, que constituye un proyecto conjunto de Polonia, Lituania, Estonia y Letonia.
Rebecca Harms, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (DE) Señor Presidente, señor Comisario, quiero decirle al señor Reul que, puesto que ya se ha anunciado más o menos que los Verdes no aprueban este informe, deseo concentrarme en los puntos que me han molestado más, y que también se reflejan en las enmiendas que hemos presentado.
Durante la elaboración de este informe fue imposible hacer cualquier reflexión crítica sobre la energía nuclear. Todos los problemas surgidos en Europa en relación con el retroceso de la cultura de protección en nuestras plantas nucleares estaban fuera de lugar, aún a pesar de que los incidentes ocurridos en Alemania con reactores gestionados por la empresa Vattenfall acababan de proporcionar un ejemplo palmario de cautela. El debate sobre la dificultad de financiar la eliminación de residuos estaba igualmente fuera de lugar, al igual que la creciente amenaza de la apropiación de material nuclear para construir bombas o para fines terroristas.
Debo decirle, señor Reul, que hay una cosa que me ha inquietado de verdad, y lo diré antes de que nos reunamos en Bratislava. Es el hecho de que en Eslovaquia ahora, en 2007, la empresa italiana ENEL tiene previsto terminar una central nuclear creada en la Unión Soviética antes de Chernóbil. La construcción comenzó en Checoslovaquia a principios de los años ochenta, y se terminaron dos tercios de las labores de construcción. Ahora, ENEL tiene la intención de acabar de construir la planta sin volver a pedir permiso de edificación y sin que se haya comprobado el cumplimiento de las normas de la Unión Europea. Es un escándalo.
Quienes cantan las bondades de la energía nuclear no tienen derecho a seguir tolerando ese escándalo.
Esko Seppänen, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (FI) Señor Presidente, señor Comisario, el petróleo crudo es más caro que nunca. Esta situación tiene efectos en el precio de otros combustibles fósiles. Está aumentando el coste de todas las formas de energía, por cuanto cuatro quintas partes de todo el consumo energético de la UE se basan en combustibles fósiles.
Los ciudadanos no están preparados para reducir el consumo, por lo que existe una necesidad de nuevas tecnologías, mayor eficiencia energética, tecnología de captura y almacenamiento de carbono (CAC) y nueva tecnología nuclear, incluida la investigación de la fusión nuclear.
Después de la votación del informe en comisión, las esperanzas y los sueños de las principales alternativas están vinculados a la tecnología CAC y a la energía nuclear. No obstante, no hay garantías de que el dióxido de carbono licuado pueda almacenarse con seguridad y a perpetuidad. No hay indicios de que pudiese haber inversión en la economía del hidrógeno en el contexto de la infraestructura de transporte, mucho menos del uso de automóviles eléctricos que usen electricidad sin dióxido de carbono, como se demanda en el informe. Probablemente se necesitará medio siglo para dominar la fusión nuclear.
En resumen, la propuesta de la Comisión de que para 2020 el 20 % de la energía consumida en la UE se produzca a partir de combustibles renovables no es creíble. No será posible, al menos no con los combustibles renovables producidos en el territorio de la Unión o en los grandes Estados miembros.
El informe que se debate presenta una visión demasiado optimista porque sugiere que continúen utilizándose combustibles fósiles, sin alternativas reales y sin ningún tipo de restricciones. Sólo dejarán de usarse si algo fuerza la situación. Estaremos obligados a ello si se agotan los recursos naturales antes de 2020, pero no ocurrirá como resultado de ningún esfuerzo sistemático por parte de los Estados miembros de la UE ni de ninguna declaración de la Unión Europea. De hecho, se necesitará, además de voluntad, finas palabras y pías esperanzas, verdaderas acciones que cuestionen nuestro estilo de vida actual.
Además, es necesario replantear el sistema de precios de la electricidad, en el que los precios al por mayor están determinados por las potencias de intercambio. El precio siempre está fijado por la electricidad producida con los costes de producción más elevados o en base a los derechos de emisión más caros. Éste es el precio que obtienen los productores. Lamentablemente, no hay garantías de que las empresas inviertan los beneficios excesivos que consiguen de esta manera en investigación, puesto que el espíritu de estos tiempos en que vivimos es distribuir sus beneficios en forma de dividendos a sus accionistas. El comercio de derechos de emisión también es una forma de incrementar los beneficios de las empresas eléctricas en lugar de reducir sus emisiones.
Lydia Schenardi, en nombre del Grupo ITS. – (FR) Señor Presidente, Señorías, el ponente tiene razón en resaltar que las energías convencionales seguirán siendo indispensables todavía durante algunos decenios. También tiene razón al pedir la diversificación de las fuentes de energía y de abastecimiento, una producción más segura y más respetuosa del medio ambiente y un uso más eficaz de la energía.
Somos más escépticos, en cambio, en cuanto a las motivaciones. En primer lugar, porque gran parte de las que se han declarado consisten en repetir el mito del calentamiento climático resultante de la emisión de dióxido de carbono por el ser humano. Ahora bien, cada vez más científicos ponen en entredicho no el cambio climático —el clima siempre ha estado en constante evolución— sino su calentamiento global, la responsabilidad del CO2 en dicho cambio y su origen humano. La famosa tecnología CSS, de captura y almacenamiento de CO2, que ocupa un lugar muy importante en el informe pero cuyos riesgos a largo plazo no conocemos bien, se presenta en estas condiciones como una especie de solución rápida.
En segundo lugar y a pesar de los circunloquios al uso sobre la responsabilidad primordial de los Estados en sus elecciones energéticas, el ponente no puede evitar orientarlos. Pienso en el espacio que se reserva a la energía nuclear en su informe, que sigue siendo una elección eminentemente soberana de cada Estado miembro y no puede contemplarse sólo desde la perspectiva de las emisiones de CO2.
Por último, en ningún momento se menciona la globalización como factor de un consumo excesivo de energías fósiles. No es baladí, desde este punto de vista, favorecer los intercambios internacionales de mercancías en detrimento de los circuitos de abastecimiento cortos, locales y nacionales. Lo que hace la Comisión desde hace años, con su política comercial ultraliberal, que abre nuestros mercados a la competencia mundial, rechazando la más mínima protección de nuestras economías, cualquiera que sea el motivo, contribuye en gran medida a crear los problemas que hoy pretende querer resolver.
Roger Helmer (NI). - Señor Presidente, este informe tiene mucho que elogiar. Por supuesto, hace la genuflexión ritual ante la histeria del cambio climático, a pesar de las crecientes dudas con respecto a la supuesta relación de las emisiones de CO2 y el mismo. Sin embargo, también reconoce la importancia de diversificar las fuentes de energía y del uso de las energías fósiles, tales como el carbón, en la combinación de energías. Hace hincapié en la necesidad de la seguridad energética y, en este sentido, señala acertadamente la necesidad de la eficiencia energética, el uso continuado de los recursos domésticos, tales como el carbón y la energía nuclear, así como el uso actual de la fisión y la investigación fundamental de la fusión que constituye la gran esperanza del futuro.
El aspecto más destacable del debate sobre la energía es el modo en el que los Verdes y sus compañeros de viaje dramatizan sobre las emisiones de carbono pero se oponen a la única tecnnología de obtención de emisiones bajas de carbono. Con el precio del barril de petróleo a 90 dólares de los Estados Unidos, es hora de que la señora Harms reconozca que la energía nuclear es la tecnología de generación de carga básica más económica, segura, sostenible y previsible que tenemos. Como mi colega el señor Vidal-Quadras ha afirmado, la eliminación de residuos nucleares es un mero problema técnico que ahora ha sido solucionado.
Jan Březina (PPE-DE). - (CS) Señorías, antes que nada quiero reconocer el trabajo del ponente, que ha elaborado un informe equilibrado y realista, que refleja los acontecimientos más actuales. También aprecio esta iniciativa del Parlamento, puesto que es uno de los escasos informes que se ocupa de las fuentes de energía convencionales.
Estoy convencido de que, en las próximas décadas, los combustibles fósiles continuarán siendo irremplazables en la combinación energética: por tanto, debe prestárseles la consideración debida. Las fuentes de energía renovables son importantes, aunque no pueden sustituir a las convencionales. Como se afirma en el informe, nuestros esfuerzos han de dirigirse al desarrollo de nuevas tecnologías que permitan la producción de energía con menos repercusiones en el medio ambiente, como la tecnología limpia del carbón. Hoy, que, por un lado, tenemos un consumo de energía que no deja de crecer y, por el otro, una falta de tecnologías que sustituyan las fuentes de energía existentes, una orientación demasiado unidireccional hacia las fuentes de energía renovables podría acelerar, paradójicamente, el crecimiento de la dependencia que tienen los Estados miembros de las importaciones de otros países. Al haberse convertido la energía en la materia prima más estratégica, los debates sobre la sustitución completa de las fuentes convencionales tal vez sean populares, pero son muy irresponsables.
El informe dedica suficiente atención a la energía nuclear, lo que considero un triunfo del sentido común. Si queremos ser serios en relación con la estrategia de reducción de las emisiones de CO2 a niveles próximos a cero, no podemos rechazar la energía nuclear, que es indiscutiblemente una de las fuentes más limpias. No podemos quedarnos solos en nuestros esfuerzos por reducir las emisiones de CO2, sino que debemos esforzarnos por que se sumen otras superpotencias. A menos que países como los EE.UU., China o la India adopten medidas similares, las que tomemos nosotros no tendrán repercusiones reales a escala mundial porque no pueden influir, grosso modo, más que en un séptimo de la producción mundial de CO2.
En conclusión, sugiero que el ponente estudie con más detalle las diferencias entre reactores nucleares. No hay comparación entre el rector que explotó en Chernóbil y los que se han instalado en la República Checa,
Reino Paasilinna (PSE). - (FI) Señor Presidente, señor Comisario, el informe del señor Reul aborda la importante cuestión de qué dirección están tomando Europa y el mundo en materia de energía. Los conflictos continúan. ¿Cuánto tiempo podremos contenerlos?
No existe una alternativa fácil a la energía fósil, dadas las condiciones actuales, ni siquiera si hiciésemos lo que pudiésemos para ahorrar mucha más energía que ahora. El petróleo representa un 37 % de la energía que utilizamos; el gas, el 24 % y el carbón, el 16 %. Por tanto, los combustibles fósiles representan el 77 % de toda nuestra energía. Sabemos que la Agencia Internacional de la Energía prevé que el consumo mundial de energía crezca en más de 1,5 veces al año. Se espera que el consumo de energía fósil se incremente todavía más que esa cifra debido a que los grandes países en desarrollo no confían demasiado en los generadores eólicos. Los países en desarrollo son responsables del 70 % del crecimiento del consumo de energía; por sí sola, China representa el 30 % de ese crecimiento. Por consiguiente, las reservas de combustibles fósiles se están agotando y cada vez están concentradas en menos manos.
Necesitaremos decenios para cambiar el sistema energético. El tiempo se acaba, en realidad esto es una carrera contra el reloj. A menos que solucionemos los problemas ambiental y energético, no podemos garantizar la paz.
Quisiera mencionar algunos ámbitos de intervención: necesitamos investigación intensiva, desarrollo de productos y nuevas tecnologías, y también cambiar nuestro comportamiento. En Europa ni siquiera realizamos investigación intensiva, a pesar de que nos dirigimos hacia una mayor dependencia, aumentos de los precios y conflictos. Acabo de escuchar que los Estados Unidos de América gastan cinco veces más dinero en investigación ambiental que la Unión. ¿Cómo es posible que la economía de Lisboa basada en el conocimiento funcione así?
Por último, hace falta decir que la energía tiene su dimensión social. Los precios han aumentado un 50 % en pocos años.
Anne Laperrouze (ALDE). - (FR) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, el informe del señor Reul es un informe muy bueno y muy completo; lo felicito. No obstante, me sorprende el lugar que concede al carbón en el mismo.
Cierto, el carbón es una fuente de energía abundante. Además, es la fuente de energía fósil más extendida en el mundo. Pero me preocupa que desempeñe un papel cada vez más importante en la producción de electricidad. Parece que, con la tecnología de captura y almacenamiento de CO2, se resolvería el problema de las emisiones de gases de efecto invernadero de las centrales de carbón. Reconozco que soy escéptica. Mientras en el mundo florecen las centrales de carbón, ¿es posible equipar las centrales con sistemas de captura de CO2 en todas partes? ¿Cómo conseguiremos frenar las emisiones de CO2 de las centrales de carbón llamado «limpio»? Tras la era de la energía de la madera, tras la era del carbón, tras la era del petróleo, ¿no nos arriesgamos a volver a la era del carbón?
Para acabar con una nota más optimista, diré que el punto fuerte de este informe es la propuesta de plan estratégico de tecnología energética europeo. Dicho plan habrá de tener en cuenta la diversificación necesaria de las fuentes de energía con vistas a 2020, 2030, 2050, así como la importancia del uso regional de los recursos.
Wiesław Stefan Kuc (UEN). - (PL) Señor Presidente, de las fuentes de energía mencionadas en el informe, sólo el carbón, tanto la hulla como el lignito, está presente en grandes cantidades en la Unión Europea. Por lo general, tenemos que importar los demás combustibles. Las necesidades de energía aumentarán en consonancia con el crecimiento. Actualmente, no está claro qué resultados tendrá el desarrollo de la producción a partir de fuentes de energía renovables o de baterías de hidrógeno, pero esas tecnologías también necesitan abastecimiento energético. Por eso, pese a los enormes esfuerzos, no debemos descartar demasiado pronto el carbón como fuente asequible de energía. No estamos haciendo lo suficiente para obtener energía limpia a partir del carbón. Conviene invertir más recursos en procesar el carbón y mejorar la eficiencia de las calderas y los generadores. Debemos mantener la seguridad energética y uno de los elementos es el carbón, que está presente en casi todos los países. No podemos permitirnos que no nos gusten nuestras riquezas naturales.
Por último, deseo felicitar a Herbert Reul y a sus colegas por su excelente y equilibrado informe, que apoyo plenamente.
Alyn Smith (Verts/ALE). - Señor Presidente, Comisario, me complace comprobar que comparten nuestra vigilia.
En Europa tenemos un amplio potencial de energías renovables. En Escocia, sabemos que más vale la calidad que la cantidad. Como la señora Harms ha afirmado, mi Grupo tiene varias objeciones con respecto a los aspectos pronucleares de este informe. Sin embargo, mi opinión particular es que debemos asegurarnos que investigamos otras fuentes de energía no nucleares y que investigamos para descubrir modos de optimizarlas.
En cuanto al apartado 47, la tecnología de captura es experimental pero resulta prometedora y, con respecto a este mismo apartado 47, pedimos a la Comisión que establezca lo antes posible directrices políticas claras para la promoción de la investigación de la tecnología de captura y almacenamiento de carbono. Comisario, me complace escucharle decir que va a hacerlo. Es importante, porque si se deja que los Estados miembros se las arreglen solos, no lo harán.
En Escocia, tuvimos en Peterhead una propuesta pionera a escala mundial de una instalación de demostración. Dada la inseguridad política, provocada íntegramente por el hecho de que el Gobierno de Londres no lo consideró una prioridad, el proyecto sigue adelante, pero sigue adelante en California.
Europa puede ser líder en esta materia. Podemos tener importancia mundial gracias a nuestro potencial de investigación, pero debemos adoptar medidas reales. Me complace escuchar que este informe contiene algunas ideas que la Comisión está poniendo en práctica.
Miloslav Ransdorf (GUE/NGL). - (CS) Me gustaría mencionar diez cuestiones en relación con el informe del señor Reul. Es un informe excelente y equilibrado que, a mi juicio, está escrito con el espíritu de las palabras de Antoine de Saint Exupéry sobre nuestro futuro: nuestra labor no es preverlo, sino hacerlo posible.
El informe cita prácticamente todas las fuentes de energía convencionales excepto, tal vez para agradar a los diputados de los Verdes, las barras de ebonita y los rabos de zorra. Bromas aparte, reconozco la exhaustividad con que el informe engloba las normativas generales que regulan el sector energético. Como confirman los históricos descubrimientos del profesor Semjonov, desde la época prehistórica y la antigüedad vienen aplicándose las mismas leyes básicas: por un lado, los humanos han intentado reducir la intensidad energética de las tecnologías y, por el otro, se han esforzado por producir más energía.
En mi opinión, hoy es vital contar con una combinación efectiva de fuentes de energía y con una diversificación de las importaciones de gas. Es necesario incrementar el peso del mercado único europeo como factor que garantice la estabilidad y la fiabilidad del abastecimiento.
Por supuesto, hay riesgos ambientales en juego que habría que estudiar atentamente. El ponente, el señor Reul, se refiere, por ejemplo, a la plataforma del Ártico que, según algunas estimaciones, contiene hasta el 25 % de las nuevas fuentes de gas y petróleo.
Indudablemente, se pedirá a la Comisión que adopte medidas para reducir la intensidad energética por unidad del PIB. Otra labor esencial es elaborar una política razonable de transferencia de tecnologías.
(El Presidente interrumpe al orador.)
Ján Hudacký (PPE-DE). - (SK) Permítanme que felicite al ponente, el señor Reul, por su excelente informe, que capta el status quo en el ámbito de las fuentes de energía y tecnologías convencionales y, al tiempo, destaca, de forma compleja, muchos aspectos de su uso futuro en el contexto de la protección del abastecimiento de energía y de la necesidad de incrementar continuamente las emisiones.
Al haber una creciente necesidad de energía a escala mundial, la Unión Europea no puede permitirse eliminar completamente los combustibles fósiles, puesto que desempeñan una parte importante en la producción energética total aunque sus reservas sigan disminuyendo. Pese a que la Unión Europea sea, en promedio, relativamente eficaz a la hora de producir energías a partir de esas fuentes convencionales, algunos Estados miembros podrían hacer mucho más en materia de introducir y apoyar tecnologías nuevas y más efectivas y desarrollar unidades de cooperación nuevas y más efectivas. Además, los Estados miembros tampoco deben crear obstáculos innecesarios a nuevas inversiones en el uso de reservas fósiles mediante las tecnologías disponibles más avanzadas.
Otro asunto en el que quiero concentrarme es la energía nuclear. Como sabemos, dicha energía no genera prácticamente emisiones de CO2, y estoy convencido de que antes o después encontrará su lugar incluso en los Estados miembros que hasta ahora se han opuesto por motivos ideológicos más que pragmáticos. Puesto que las nuevas tecnologías, como los reactores de cuarta generación, están sujetas a desarrollo constante (incluso en Rusia, señora Harms), ahora tenemos opciones para seguir mejorando su seguridad operativa y para almacenar con seguridad el combustible nuclear usado.
Para concluir, deseo decir que aprecio que el trabajo de la Comisión Europea muestre una inclinación tangible hacia una opinión y una evaluación abiertas y objetivas de los beneficios de la energía nuclear, que tiene como consecuencia iniciativas como el Foro Europeo de Energía Nuclear, cuya reunión inaugural se celebrará en Bratislava en noviembre de este año, como se ha mencionado en esta Cámara. En Europa, hace falta desde hace tiempo una plataforma permanente de debate que contribuya al intercambio de conocimientos, información y opinión. Dicho intercambio sería útil tanto para los expertos como para el público en general, y supongo que también sería útil para los Verdes.
Hannes Swoboda (PSE). - (DE) Señor Presidente, me gustaría abordar dos asuntos. En primer lugar, uno en el que espero y deseo que estemos firmemente unidos, la opinión de que las fuentes, las formas y las tecnologías convencionales de energía seguirán desempeñando un papel esencial en el futuro. La idea de que podemos sustituirlo todo con fuentes alternativas de energía es ilusoria. No obstante, debemos hacer más ecológica la tecnología convencional —eso es absolutamente esencial— y velar por que las tecnologías convencionales mejoren su eficiencia. Ésas son las opiniones que compartimos, y en esos aspectos el informe puede respaldarse con firmeza.
En relación con la tecnología nuclear, la situación es un tanto diferente. Ha de quedar perfectamente claro, fuera de toda duda, que cada país puede elegir sus tecnologías, en otras palabras, puede optar por tecnología nuclear o elegir no recurrir a ella.
Otro principio que debe ser común a todos es la primacía de la seguridad, no sólo la seguridad en el proceso de producción de energía sino también, por supuesto, la seguridad de la eliminación definitiva y —algo muy importante en el mundo de hoy, en el que crece constantemente la importancia de la dimensión global— la no proliferación de tecnología nuclear que pueda utilizarse con fines militares.
Habría preferido que el informe se hubiese centrado más en esos asuntos. Los hemos abordado en otros informes, es verdad, y creo que Europa debe dar los mejores ejemplos en este ámbito. Independientemente de lo que puede denominarse la posición ideológica —de si se apoya o se rechaza la tecnología nuclear—, la seguridad debe estar siempre por encima de todo. Espero que este Parlamento y, por supuesto, la Comisión extremen cada vez más la vigilancia para garantizar que las cuestiones de seguridad, incluida la no proliferación, permanezcan en primer plano, de lo contrario estaremos fracasando en nuestra responsabilidad para con la humanidad y la paz mundial. Espero que mañana, en algunas enmiendas, este mensaje se transmita de forma más clara que en el informe del señor Reul.
Mariela Velichkova Baeva (ALDE). - (BG) Los intereses geopolíticos y la consecución de equilibrios, el nivel de desarrollo tecnológico y sus repercusiones en la economía crean las condiciones necesarias para una segunda oportunidad a la energía nuclear como elemento importante de la combinación energética. El asunto es muy importante y de gran actualidad en el contexto del encendido debate sobre el cambio climático, la seguridad del abastecimiento energético y la solución alternativa a la generación de energía.
En mi país, Bulgaria, en 2006 la central nuclear de Kozlodui representaba el 43 % de la generación total de energía del país, contribuyendo así al desarrollo sostenible de la economía. Por supuesto, estas cifras pertenecen al período anterior al cierre de las unidades tres y cuatro de la central nuclear el 31 de diciembre de 2006. Los análisis revelan que en las próximas décadas se duplicará el consumo mundial de electricidad. A nivel mundial se están construyendo 31 reactores, y otros están en fase de planificación. El proceso dinámico viene a demostrar que se están realizando esfuerzos activos para buscar soluciones a fin de superar los retos a los que se enfrentan las economías modernas, de proporcionar energía limpia y a precios asequibles, de frenar el cambio climático, de cumplir las cuotas de emisión de gases de efecto invernadero previstas en el Protocolo de Kioto, de proteger la seguridad del abastecimiento y de reducir la dependencia de las importaciones de gas y de petróleo. Por último, recordando otro hecho, que actualmente las centrales nucleares generan un tercio de la electricidad de la Unión Europea, concluiré que tal vez haya llegado la hora del Renacimiento nuclear.
Vladimír Remek (GUE/NGL). - (CS) Señorías, hay que elogiar el informe por haber incluido todos los sectores de la combinación energética y, al mismo tiempo, haberse fijado especialmente en las fuentes convencionales. En efecto, necesitamos incrementar la eficacia del uso de los combustibles fósiles.
No obstante, estoy convencido de que hay varias razones por las que no podemos prescindir de la energía nuclear. El desarrollo sostenible, la conservación de la competitividad en el sentido más amplio, la verdadera protección del medio ambiente y las reducciones de emisión son algunas de ellas. Por fin estamos empezando a debatir la energía nuclear sin dejarnos guiar por sentimientos y emociones poco útiles, aunque algunas de las enmiendas presentadas e, incluso, algunas de las contribuciones siguen dar cuenta de ello.
Por tanto, me alegra que haya voces realistas en la Comisión y en otras instituciones de la UE que defiendan la necesidad de incorporar la energía nuclear incluso en el futuro. En muchos países, la energía nuclear ya constituye una fuente esencial, y es garante de la controvertida noción de independencia y seguridad energéticas. Parece por fin que, al establecer cuotas y porcentajes, no acabaremos haciendo lo que un proverbio checo describe gráficamente como «tirar el niño junto con el agua del baño».
Alejo Vidal-Quadras (PPE-DE). - (ES) Señor Presidente, el informe de iniciativa que vamos a votar mañana es el tercero y último elaborado por esta Cámara que completa la respuesta del Parlamento a la revisión energética presentada por la Comisión a principios de año.
Nuestro colega, Herbert Reul, ha desarrollado una labor excelente durante todo el debate en comisión y ha conseguido un texto sólido y coherente que recoge plenamente las inquietudes de la mayoría de los diputados.
Durante mucho tiempo, los combustibles fósiles y la energía nuclear seguirán formando la mayor parte de nuestro «mix» energético y, a pesar de los ambiciosos objetivos que nos hemos marcado en materia de energías renovables, la aportación de éstas no va a ser realmente significativa hasta dentro de varias décadas. Por tanto, no debemos ralentizar los esfuerzos en investigación, desarrollo e innovación en fuentes convencionales, ya que el cumplimiento de nuestros compromisos en los ámbitos del cambio climático, de la seguridad de suministro y de la competitividad implica la consecución de un uso más sostenible de estas fuentes.
El resultado del voto en comisión ha sido excelente, ya que ha puesto de relieve los avances realizados en el dominio de la captura de dióxido de carbono, en la mejora de la eficiencia energética en la generación de electricidad, en la contribución que pueden hacer los combustibles sintéticos para el transporte, así como en la competitividad del sector nuclear.
Un Grupo de esta Cámara ha presentado casi 40 enmiendas a la parte nuclear para cambiar todas las referencias objetivas y realistas al respecto por menciones a las fuentes renovables. Les recuerdo que este asunto ya fue votado en una sesión plenaria pasada y —permítanme decirle a este Grupo— que es libre de vivir negando la realidad, pero que todos sufriremos las consecuencias si sus obsesiones al final hacen prevalecer sus tesis. La mayoría de los miembros de esta Cámara prefiere trabajar con hechos y usarlos para desarrollar políticas sensatas que no lleven a nuestra sociedad al fracaso colectivo.
Atanas Paparizov (PSE). - (BG) Antes que nada, quiero felicitar al ponente, el señor Reul, por su objetivo y equilibrado informe. Una importante característica distintiva del informe es el papel destacado de las fuentes convencionales de energía, la necesidad de que se utilicen de forma cada vez más eficiente mediante nuevas tecnologías para conseguir la seguridad energética de la Unión Europea cumpliendo al máximo los objetivos de desarrollo sostenible y de lucha contra el cambio climático. Quiero apoyar la conclusión de que el aumento de la inversión en tecnologías energéticas a nivel europeo y nacional no sólo contribuiría a la consecución de los objetivos de la UE en materia de energía, sino que también ampliaría sus capacidades para exportar instalaciones que cumplan criterios más estrictos de eficiencia y seguridad.
Me gustaría destacar la sección del informe que se ocupa de la energía nuclear por su lugar preferente en la generación de energía a partir de fuentes convencionales y también por la vital importancia de la energía nuclear para el respeto de los niveles más rigurosos de seguridad nuclear. En este sentido, el apoyo al llamamiento de la Comisión a introducir niveles comunes de referencia de seguridad nuclear en la Unión Europea constituye un aspecto crucial del informe. Quiero subrayar especialmente el gran interés de Bulgaria —que tiene la intención de construir una nueva central nuclear— por el papel ampliado de la Unión Europea en el respeto de niveles elevados de seguridad nuclear, así como por la creación de condiciones favorables de inversión para estos proyectos a gran escala que exigen una gran dotación de recursos financieros, materiales e intelectuales. La labor de la Unión Europea, incluido el Grupo europeo de alto nivel sobre seguridad nuclear y gestión de los residuos radiactivos y el actual Foro Europeo de Energía Nuclear, contribuirá a la incorporación de la energía nuclear a las políticas de la UE de manera más objetiva.
Markus Pieper (PPE-DE). - (DE) Señor Presidente, aunque es necesario promulgar medidas para luchar contra el cambio climático y promover las energías renovables, es de suma importancia que el Parlamento se ocupe también del futuro de las fuentes de energía convencionales. El informe Reul destaca la enorme importancia del carbón y de la energía nuclear para la economía regional. La minería supone ya 300 000 puestos de trabajo europeos. Las centrales eléctricas y los impuestos añaden poder económico. Alrededor del 60 % de nuestra generación de electricidad se basa en el carbón o en la energía nuclear europeos. Naturalmente, debemos aumentar la eficiencia y la seguridad de ambas fuentes y, asimismo, intentar proteger el medio ambiente elaborando más disposiciones legales que regulen cuestiones como las emisiones de carbono.
Por otro lado, no podemos apretar tanto las tuercas legislativas como para que el carbón pierda su competitividad internacional. El hecho es que las fuentes de energía renovables no podrán crecer tan rápido como nos gustaría. Nos enfrentamos a la amenaza de limitaciones a nuestra independencia en el ámbito de la política exterior y a acciones arbitrarias por parte de nuestros proveedores de energía. La única forma de evitar esa amenaza en el futuro es con una combinación energética estratégica que también incluya el carbón y la energía nuclear.
Andres Tarand (PSE). - (ET) Para poder controlar el cambio climático es importante reducir las emisiones de carbono procedentes de combustibles fósiles hasta niveles próximos a cero. Sin embargo, para prevenir y mitigar los efectos indeseados del cambio climático es necesario actuar ahora. Tal vez la tecnología limpia del carbón llegue a ser posible, pero en estos momentos no podemos poner todas nuestras esperanzas en ella. La Unión Europea debe reducir significativamente sus emisiones actuales de gases de efecto invernadero, y ésa debe seguir siendo la piedra angular de nuestra política climática. Me congratulo de que la Comisión Temporal sobre el Cambio Climático acabe de aprobar una estricta línea de negociación para la Conferencia sobre el Clima que se celebrará en Bali en diciembre.
En lo que respecta a la tecnología del carbón, naturalmente los fondos disponibles actualmente para la investigación necesaria pueden aumentar porque es necesario estudiar la cuestión. No obstante, no podemos pasarnos decenios esperando los resultados de esos estudios sin hacer nada más y, por tanto, ahora tenemos que concentrarnos en medidas que han de aplicarse inmediatamente, es decir, reducir las emisiones de CO2, medidas de ahorro de energía y una transición general a fuentes renovables de energía.
La votación de la comisión ITRE ha tenido como consecuencia que el informe Reul preste demasiada atención a la energía nuclear y apenas se ocupe de las energías renovables. Por tanto, apoyo plenamente las enmiendas presentadas en la Cámara, pues ayudan a equilibrar el informe. En particular, insto a que se apoyen las enmiendas en las que se recomienda que la Comisión Europea haga de las renovables el punto central de su Plan de acción estratégico de tecnología energética.
Vladimir Urutchev (PPE-DE). - Señor Presidente, en primer lugar, debo felicitar al señor Reul por su habilidad a la hora de conducir este informe entre las casi 200 enmiendas presentadas en la comisión y lograr ofrecer a esta Cámara un informe enormemente equilibrado, coherente y honesto, de gran importancia para los retos a los que debemos enfrentarnos en la actualidad y en el futuro. Muchas de las enmiendas rechazadas se han vuelto a presentar en el último minuto y nosotros, en el Pleno, debemos volver a rechazarlas. Estas enmiendas no sólo perjudican al informe sino que, a la larga, dañan el medio ambiente que algunas de las propuestas pretenden representar.
Utilizo expresamente el término «honesto» porque el señor Reul ha utilizado términos como «carbón» y «nuclear», en lugar de enmascararlos tras las generalidades de lo que podría o no ser sostenible o renovable y es evidente que seguiremos confiando en la combustión de las energías fósiles en las próximas generaciones. Evidentemente, respaldamos el uso de energías renovables. Y lo hacemos porque proporcionan energía limpia y necesaria. No obstante, en la mayoría de los Estados miembros la energía renovable ni puede cumplir nuestros objetivos medioambientales ni nuestras aceleradas exigencias de energía ni nuestra necesidad de seguir siendo competitivos en los mercados globales. Como politicos responsables, debemos rechazar los dogmas del pasado y admitir que todas las tecnologías limpias tienen una función que desempeñar. Para sintetizar: debemos conservar y potenciar la cuota de energía nuclear y, aún así, no estaremos haciendo bastante. En mi país, Bulgaria, se nos exigieron 2 000 MV de energía nuclear segura y limpia.
Joan Calabuig Rull (PSE). - (ES) Señor Presidente, pese a los ambiciosos objetivos que nos hemos fijado, parece que estamos todos de acuerdo en que las fuentes convencionales de energía seguirán siendo una parte importante de nuestra cesta energética. Por tanto, también la energía nuclear seguirá jugando un papel relevante, porque sigue siendo necesaria para garantizar la seguridad y la estabilidad en el suministro de muchos países.
En este sentido, es lógico que se investigue en las materias donde su debilidad es más evidente —como la seguridad o el tratamiento de sus residuos—, pero hay que recordar que en el informe se ratifica con claridad que la opción nuclear es de la exclusiva competencia de los Estados miembros, como ha recordado, por cierto, al principio, el señor Reul.
Sin embargo, parece que algunos pretenden que Europa confíe su futuro de una manera casi exclusiva a la energía nuclear, subordinando a esta fuente el desarrollo de las energías renovables, el incremento de la eficiencia o a la investigación. Hay un pequeño detalle sobre el que cabría hacerse preguntas: ¿cuál es la opinión de los ciudadanos sobre esta cuestión?
Tenemos muy en cuenta la realidad pero, desde luego, hemos de tener claras las prioridades y, a este respecto, hay que señalar que la importancia del plan tecnológico estratégico para la energía —que la Comisión debería presentarnos próximamente— es un elemento muy importante.
El objetivo prioritario creemos que debe ser la reducción de los costes de las energías renovables, la mejora en la eficacia energética de los edificios, la industria y los transportes y el avance en las tecnologías que permiten un bajo nivel de emisión de carbono. En estos objetivos es donde Europa y los Estados miembros deben situar la prioridad política y donde deben concentrarse los esfuerzos para construir una política energética de futuro.
Silvia-Adriana Ţicău (PSE). - (RO) La producción bruta de energía en la Unión Europea se obtiene en base a varias fuentes de energía: el 31 % de energía nuclear, el 29 % de carbón, el 19 % de gas, el 14 % de fuentes de energía renovables y el 5 % de petróleo.
Rumanía produce el 13,5 % de su energía a partir de petróleo; el 15,3 %, a partir de carbón y coque; y el 5,9 % es energía hidroeléctrica y nucleoeléctrica. En cuanto a la energía nuclear, es esencial garantizar su seguridad y, especialmente, el tratamiento adecuado de los residuos. Los sistemas de energía nuclear de cuarta generación mejorarán la gestión de los residuos nucleares y reducirán su cantidad. No obstante, un elemento sumamente importante para la protección del medio ambiente debe ser el referido al tratamiento del agua utilizada para enfriar los reactores. Por este motivo, las inversiones en la seguridad y el tratamiento de residuos radiactivos deben ser prioritarias para los países que generan energía nuclear. La región del Mar Negro es muy importante para diversificar las fuentes de energía de la Unión Europea. La región tiene importancia estratégica, no sólo para el transporte de hidrocarburos desde la región del Mar Caspio hasta la Unión Europea, sino también por los recursos carboníferos existentes en Rumanía, Bulgaria, Turquía, Ucrania y Rusia. Es importante que la industria del carbón garantice la salud y la seguridad en el trabajo. Mientras el carbón siga siendo una fuente de energía, es importante contar con las inversiones necesarias para velar por la seguridad en el trabajo.
Edit Herczog (PSE). - (HU) Señor Presidente, Señorías, felicito al ponente y a los ponentes alternativos. Este informe ha logrado que el Parlamento Europeo haya constatado sin que quepa la menor duda, y aceptado, que las cuestiones ideológicas no pueden anular las necesidades ambientales y económicas. Algunos Estados miembros actuales vienen intentándolo desde hace cincuenta años aunque, como sabemos, sin éxito. En 1956 Hungría abandonó la vana noción política de que podía ser un país de hierro y acero. Afortunadamente, la Unión Europea no ha tenido que llegar a tales extremos para ver y reconocer que necesitaremos todos nuestros conocimientos y todos nuestros recursos para poder cumplir nuestras necesidades energéticas de forma segura en el siglo XXI. Es imprescindible llegar a la máxima diversificación posible en términos de fuentes y de tecnologías. La ideología no debe decidir qué tipo de fundamentos tendrá el abastecimiento energético de Europa dentro de diez, veinte o cincuenta años; es la ciencia la que debe decidir. El papel de los políticos es exigir seguridad, coordinar las fuentes e incrementar la aceptación pública. Para ello nos deseo a todos, como dirían los mineros húngaros, «jó szerencsét», que salgamos seguros cuando acabe la jornada.
Andris Piebalgs, Miembro de la Comisión. − Señor Presidente, como se ha dicho, éste es el tercer informe sobre la Decisión de la Comisión y la Decisión posterior del Consejo Europeo. El informe del señor Vidal-Quadras nos ha ayudado a redactar las medidas referidas al mercado interior. El informe Thomsen tendrá una gran influencia en nuestras propuestas sobre fuentes de energía renovables. Puedo prometer asimismo que seguiremos con atención la votación sobre el informe Reul porque el resultado del informe repercutirá en el enfoque de la tecnología CSS —sobre todo en la propuesta jurídica y, asimismo, en el informe—, en nuestro Plan Estratégico Europeo de Tecnología Energética y en nuestra política futura, siempre y cuando el Tratado Euratom nos conceda un mandato para energía nuclear. Por este motivo, la Comisión seguirá muy de cerca esta votación.
Al mismo tiempo me gustaría aprovechar para hacer hincapié en varios puntos. Se ha dicho que necesitamos modernizar el sector de la energía. Si me permiten recordar —ahora en el año 2007— el primer debate celebrado en 2004, creo que hemos avanzado mucho. Indudablemente, la seguridad de suministro y el cambio climático están estrechamente relacionados con, tal vez, una gran diferencia llegados a esta fase que es el coste de la captura de carbono. No obstante, creo que la evolución del precio del petróleo será de ayuda.
Se mencionaron asimismo los retos meteorológicos. No invertimos en los recursos suficientes. Deberíamos establecer las prioridades. Sin una inversión ingente en investigación y desarrollo en el sector energético, no lo lograremos. Considero que los tres años de debate han sido muy provechosos para preparar el terreno. Sin embargo, ya es hora de abordar los problemas. Cómo se puede denunciar, por ejemplo, que algunos Estados miembros sean dependientes de terceros países cuando los Fondos Estructurales no se usan en absoluto para asuntos relacionados con la energía o prácticamente para nada.
Me atrevería igualmente a afirmar que la parte de los presupuestos estatales dedicada a investigación y desarrollo es escasa. Por tanto, estos son los aspectos fundamentales que hay que tratar. Me temo que no queda mucho tiempo antes de que se produzcan daños graves en el mercado. Por tanto, necesitamos actuar, actuar ahora, basándonos en el trabajo realizado por el Parlamento hasta la fecha.
También se ha hecho referencia a una cuestión en concreto: la necesidad de recursos energéticos suficientes. Los recursos suficientes necesitan una gestión de la demanda de energía. Una vez más, el Parlamento y la Comisión han actuado. Asimismo, he tenido que incoar doce procedimientos de infracción por no haberse notificado los planes de acción de eficiencia energética, la base para la actuación en materia de suministro energético.
La demanda y dependencia de Terceros países constituye otro de los aspectos que deberíamos solucionar. Considero que el informe Saryusz-Wolski fue un intento valiente de hacerlo. Si un Estado miembro está siendo chantajeado por un proveedor, debería decirlo. Por la sencilla razón de que tenemos una Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) que podría proporcionar las bases necesarias para emprender una acción común y porque, si esto se debate y discute en el Consejo, creo que cualquier país que tiene el valor necesario para chantajear a cualquiera de los países de la UE se lo pensará dos veces o no volverá a recurrir al chantaje.
Dedicaré la última parte de mi intervención a la energía nuclear. Es evidente que, de conformidad con el Tratado de Reforma, la combinación de energías queda bajo el auspicio de la toma de decisiones de cada Estado. Esto implica que la decisión sobre la energía nuclear la adoptará cada Estado miembro. Sin embargo, debería quedar claro que las condiciones actuales requieren necesariamente que la legislación en vigor garantice la transparencia y previsibilidad puesto que se trata de una inversión a muy largo plazo.
El señor Swoboda también mencionó las cuestiones relatvas a la no proliferación. Estamos analizándolas pero, a mi juicio, es evidente que la PESC tiene prioridad y que Euratom debería adaptarse y colaborar. Indudablemente, la PESC debería regir nuestras actividades de no-proliferación.
Dos respuestas muy concretas. En primer lugar, Mochovce. Slovenské Elektrárne ha notificado su intención de construir una planta de energía nuclear. Es para un reactor VVER 440/213 pero no del tipo de Chernóbil. La Comisión, de conformidad con el artículo 41 del Tratado Euratom, elaborará un dictamen en el que se tenga en cuenta todos los retos que esta decisión plantea. Esto llevará tiempo pero pueden estar seguros de que la Comisión llevará a cabo la evaluación correcta y no se mostrará vacilante en el caso de que se planteen dudas con respecto a la seguridad de este equipo.
Con respecto a la idea de venir aquí para hablar sobre el desmantelamiento de algunas centrales nucleares, creo que semejante debate no resultaría productivo. Esta cuestión fue acordada por los expertos que prepararon el terreno. Se debatió a escala política y fue aceptada en el ámbito estatal y corroborada por un referéndum en todos los Estados miembros, incluidos los países en los que se encuentran los reactores. Les ruego que no vuelvan sobre este aspecto porque nos aleja de los futuros avances. De ningún modo estos reactores podrán obtener el visto bueno para prolongar su período de funcionamiento. Es un callejón sin salida. Les ruego que entiendan que no habrá ningún avance en este sentido.
Soy consciente de que tal vez ustedes tengan opiniones personales al respecto pero no serán desarrolladas, al menos, desde la Comisión Europea. El dictamen ya ha sido elaborado. Fue aprobado democráticamente, así que permítannos que mantengamos y cumplamos el compromiso.
Agradezco enormemente el informe elaborado. Es un informe que entraña una gran dificultad y creo que tiene el tono adecuado. Espero que la votación nos ayude a concluir definitivamente el documento que vamos a elaborar para finales de año.
Presidente. − El debate queda cerrado.
La votación se celebrará el miércoles 24 de octubre.