El Presidente. – (FR) Se ha distribuido el Acta de la sesión del lunes 14 de enero de 2008.
¿Desean hacer alguna observación?
Cristiana Muscardini (UEN). – (IT) Señor Presidente, Señorías, es muy amable de su parte concederme la palabra veinte minutos después de haberla solicitado, y eso que me siento justamente enfrente de la Presidencia. Quiero hablar para dejar constancia y por el bien de la democracia en esta Cámara.
La Presidencia del Parlamento y los presidentes de todos los grupos tienen que saber que dos errores no hacen un acierto. Lo que es políticamente útil no siempre es políticamente correcto, y después de escuchar hoy al Gran Mufti, todos nosotros tenemos que decidir, de manera clara e inequívoca, si en esta Cámara seguimos las disposiciones democráticas del Reglamento o seguimos el interés que cada cual pueda tener en función de las circunstancias.
Esta mañana se ha cometido un error respecto al Reglamento del Parlamento, que no corregiremos votando hoy en una Cámara vacía. Estamos cometiendo otro error que perjudicará a nuestra democracia. No estoy diciendo, en nombre del Grupo UEN, que sea importante o no debatir sobre los residuos en Italia a las 21.00 horas de esta noche o a las 17.00 horas de mañana, o que sea importante que la votación vaya seguida de explicaciones de voto, como siempre se ha hecho en este Parlamento, cuando el voto se expresa como tendría que haberse expresado esta mañana. Pero le pregunto, señor Presidente —y puede interrumpirme, eso no me interesa nada— ¿qué dice el Reglamento de este Parlamento? ¿Lo sabe? En relación con esta cuestión, quiere responder a esta Cámara desierta que debe votar sobre la base de los que han intervenido y no de los que quisieron expresar una opinión independiente. ¡Qué disparate!
El Presidente. – (FR) Señora Presidenta, le hablaré con tanta calma como enervadas han sido sus palabras. Le he concedido la palabra para saber si tenía o no algo que decir sobre el Acta del lunes 14 de enero. No ha intervenido usted sobre ello. He tenido la cortesía de escucharla hasta el final y espero que sus Señorías aprecien, como yo, el tono que ha empleado ante el Pleno.
Considero, pues, que no hay observaciones, puesto que la señora Presidenta no vuelve a pedir la palabra.