El Presidente. − De conformidad con el orden del día, se procede al debate del informe (A6-0015/2008) del señor Gérard Deprez, en nombre de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior, con una propuesta de recomendación del Parlamento Europeo destinada al Consejo sobre los factores que propician el apoyo al terrorismo y la captación de terroristas (2006/2092(INI)).
Gérard Deprez, ponente. – (FR) Señor Presidente, el informe que hoy tengo el honor de presentarles en nombre de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior tiene sus inicios en una propuesta presentada a finales de 2005 por nuestro colega el señor Duquesne, a quien ahora rindo homenaje.
Me gustaría asimismo destacar que la mayor parte del trabajo relativo a este informe fue llevado a cabo por nuestro colega el señor Mayor Oreja quien, por razones que no puedo comentar aquí, decidió retirar su nombre tras la votación celebrada en comisión.
Por lo que respecta al contenido del informe que ha sido presentado al Parlamento, considero que puede resumirse mediante la estructuración de los numerosos elementos que contiene en torno a cuatro temas principales.
El primer tema es la gravedad y permanencia de la amenaza. Resulta un hecho innegable que el terrorismo en general, y el terrorismo yihadista en particular, constituye en la actualidad una de las amenazas más graves para la seguridad de los ciudadanos de la Unión Europea. El sangriento ataque en Madrid de 2004 y en Londres de 2005, sin olvidarnos tampoco del resto de atentados frustrados desde entonces, son pruebas de la naturaleza grave y permanente de esta amenaza. De esto se deduce —y el informe hace hincapié especialmente en este aspecto— que la lucha contra el terrorismo debe seguir siendo una de las prioridades de la Unión Europea y de sus Estados miembros.
Sin embargo, y éste es el segundo tema del informe, esta lucha determinada contra el terrorismo tiene que librarse de una forma concreta. Existen principios fundamentales que deben respetarse. De no ser así, distorsionaremos los valores básicos que rigen nuestras sociedades. La lucha contra el terrorismo tiene que llevarse a cabo sobre la base de un respeto escrupuloso de los derechos humanos y las libertades fundamentales, sobre todo, la libertad de religión y el derecho a un juicio justo.
Al mismo tiempo y, sobre todo, en lo que concierne al terrorismo yihadista, es importante establecer una distinción entre culturas y religiones, por un lado, y terrorismo, por otro. La inmensa mayoría de musulmanes, y en este sentido no puede olvidarse el hecho de que son ellos quienes han sido las principales víctimas del terrorismo en Iraq, en Afganistán y en Pakistán, no tienen nada que ver con los extremistas. Son estos grupos, que distorsionan la religión que proclaman seguir, a los que tenemos que combatir.
Por último, partiendo de la base de que el odio y la frustración son dos de los factores que conducen a la radicalización, el informe recuerda a los Estados miembros que combatir todas las formas de discriminación y, en concreto, aquellas medidas que pretenden integrar a los grupos minoritarios, son políticas prioritarias que deben aplicarse para promover la calma, la tolerancia y las buenas relaciones en nuestra sociedad.
El tercer tema se refiere a las medidas dirigidas específicamente a prevenir las actividades terroristas. Aunque existe una larga lista de recomendaciones para los Estados miembros en este ámbito, el informe hace hincapié en la necesidad de una mayor vigilancia en contra de los sitios de propaganda, sobre todo, a través de Internet, los lugares en los que se celebran sesiones de oración y los medios audiovisuales en general.
El cuarto tema se refiere a las medidas represivas. En este aspecto, hay una medida que, obviamente, debe destacarse por encima del resto, por lo que probablemente no estará falta de controversia. Se presenta en el apartado 10 del informe y propone la ampliación del ámbito de la definición de actos de terrorismo a la justificación del mismo. Aunque no estoy seguro de si el término «justificación» resulta adecuado aquí —y, personalmente, creo que en francés habría sido preferible usar el término equivalente «glorificación» o «apología» del terrorismo— y de si no habría sido mejor cambiarlo, observaré con interés cómo reacciona esta Cámara mañana con respecto a este punto en cierto modo delicado, que se dirige al núcleo central del debate, a saber, dónde está el límite entre la seguridad, los derechos fundamentales y la libertad de expresión.
Franco Frattini, Vicepresidente de la Comisión. − Señor Presidente, abordar la radicalización hacia la violencia constituye uno de los núcleos de la política antiterrorista de la Comisión y, por tanto, acojo con satisfacción el informe que se debate hoy así como las cuestiones fundamentales que trata. Acojo asimismo con satisfacción el avance en la cooperación interinstitucional en el ámbito del reconocimiento del gran reto al que nos enfrentamos a la hora de desarrollar una política comunitaria coherente que prevenga, detenga o cambie completamente los procesos de radicalización.
Tras una serie de iniciativas tomadas en los últimos años, desde mi primera comunicación sobre este tema en septiembre de 2005, en julio de este año se presentará una Comunicación al Consejo y al Parlamento, en la que se identifican las prácticas recomendadas en los Estados miembros y se establecen recomendaciones concretas para seguir avanzando. Observo que el informe hace una recomendación a la Comisión a este respecto.
En los últimos tres años hemos dedicado tiempo y recursos para lograr un mejor entendimiento de este fenómeno, de sus tendencias, sus manifestaciones y su dinámica. Hemos dedicado cuatro estudios comparativos independientes que ahora se están finalizando. Hemos enviado un cuestionario a todos los Estados miembros y actualmente estamos analizando las respuestas recibidas. Hemos organizado una conferencia sobre la función de la educación a la hora de prevenir la radicalización que reúne a educadores, líderes religiosos y responsables políticos con el fin de llegar a nuevas ideas.
En estos momentos, estamos trabajando en la redacción de la Comunicación. Los tres primeros estudios —sobre los factores desencadenantes, narrativa y tácticas de movilización—se aprobarán el próximo mes. Es probable que un cuarto estudio sobre el compromiso de la sociedad civil (mejores prácticas) se publique aproximadamente cuando se apruebe la Comunicación en julio. En esa fase, se habrán incorporado a la Comunicación sus principales resultados. Se está llevando a cabo un análisis del cuestionario enviado a los Estados miembros que también será incluido en la Comunicación.
Por tanto, ahora podemos formular nuestra política partiendo de una perspectiva mucho más profunda del problema. Nuestra Comunicación abordará cuestiones importantes como los discursos empleados por los radicales violentos y la radicalización en las cárceles y otros lugares vulnerables. Trataremos asimismo la función de la educación y el compromiso de la sociedad civil en la lucha contra la radicalización.
Los diputados serán conscientes de que, con respecto a la incitación, hemos presentado una propuesta para la enmienda de la Decisión marco sobre la lucha contra el terrorismo que es parte del «paquete terrorista» presentado el pasado mes de noviembre. Dicho instrumento se dirige a introducir en la Decisión marco delitos paralelos a los incluidos en el Convenio del Consejo de Europa para la represión del terrorismo: provocación pública, captación y adiestramiento de terroristas —incluido a través de Internet— y, en concreto, las instrucciones dadas a través de Internet sobre cómo elaborar bombas de fabricación casera.
La Comisión está firmemente comprometida a apoyar a las víctimas del terrorismo. Desde 2004 hemos demostrado nuestro apoyo a través de asistencia financiera a numerosos proyectos dirigidos a ayudar a las asociaciones de víctimas del terrorismo y a promover la solidaridad entre los ciudadanos comunitarios. Tenemos previsto crear en 2008 una Red europea de asociaciones de víctimas del terrorismo para representar los intereses de las víctimas a escala comunitaria y para reforzar la solidaridad de los ciudadanos comunitarios con las víctimas del terrorismo.
En conclusión, para poder abordar la amenaza terrorista a escala comunitaria, es absolutamente necesario aplicar una política de prevención global sobre los factores que conducen a la radicalización y la captación, para poder explorar sus raíces más profundas, a la vez que bajo ningún concepto se justifique el comportamiento terrorista. El terrorismo yihadista sigue siendo la amenaza más importante para las sociedades democráticas, incluidos los miles de honrados musulmanes de la UE y de otras muchas partes del mundo.
Manfred Weber, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (DE) Señor Presidente, Vicepresidente, Señorías, me parece que es triste que todavía tengamos que celebrar otro debate sobre el terrorismo. La radicalización y el terrorismo no encajan en Europa. La Europa que estamos construyendo es una Europa de tolerancia, por lo que siempre es triste tener que debatir esta cuestión.
Un gran acuerdo nos une. El terrorismo se considera como una gran amenaza. Debe detenerse la captación. Debemos respetar los derechos fundamentales. El diálogo es la clave para la tolerancia. Debemos estar alerta, especialmente, con respecto a Internet y, sobre todo, a su importancia en la comunicación.
En nuestra política exterior consideramos la lucha contra el terrorismo como un aspecto de gran importancia. Necesitamos en Europa mejores redes de servicios para garantizar que podemos combatir la radicalización y el terrorismo. Me gustaría dar las gracias especialmente al Vicepresidente de la Comisión por sus sugerencias y por su resumen.
No obstante, mi grupo lamenta profundamente que la mano tendida por nuestro propio ponente, el señor Mayor Oreja, no fuera aceptada y no pudiéramos llegar a una transacción al final del proceso. Por tanto, el Grupo del PPE-DE tiene una serie de aspectos fundamentales que hemos definido para la votación de mañana: por ejemplo, para las propuestas de supresión de aquellas partes que afirman que la violación de los derechos individuales y el Estado de Derecho conducen al terrorismo, las propuestas de supresión de aquellas partes en las que las escuelas y los centros religiosos se someten a vigilancia especial, así como las propuestas de supresión de las referencias al terrorismo yihadista.
Si queremos combatir una amenaza, necesitamos saber de dónde procede. Por eso, debemos identificar el terrorismo yihadista como el reto fundamental y exponerlo en el informe. Si se suprime, no podremos votar a favor del informe. No respaldaré ninguna atenuación del informe. Por tanto, confío en que podamos lograr un buen resultado en la votación de mañana.
Claudio Fava, en nombre del Grupo del PSE. – (IT) Señor Presidente, Señorías, me gustaría dar las gracias a mis colegas e indicar a continuación que, sinceramente, nos hemos vistos obligados a trabajar en un informe que comenzó con mal pie, pues sus premisas eran confusas y sus propuestas frágiles. Creo que la Comisión de Libertades Civiles ha hecho una excelente labor de restauración de un perfil político tangible y con sentido para este informe.
Evidentemente, todos compartíamos la premisa básica. La radicalización violenta de los individuos y grupos en los últimos años ha dejado ver una de las debilidades más importantes de nuestros sistemas jurídicos y ha supuesto una de las mayores arremetidas contra nuestras instituciones democráticas. Resulta esencial combatir este fenómeno. En este sentido, la acción de la Unión Europea ofrece valor añadido puesto que proporciona armonización, porque si hacemos un fondo común con nuestros instrumentos tendremos un conjunto de instrumentos, cada uno de los cuales con su propia debilidad intrínseca.
Sin embargo, se trata de un nuevo reto que requiere esfuerzos equilibrados sin dar lugar a la tentación humana natural —inevitable, teniendo en cuenta los ataques sufridos estos años desde el 11 de septiembre— de generalizar o construir una fortaleza europea o dejar al margen una prioridad fundamental para el proceso de la integración de la UE, a saber, la protección de los derechos fundamentales.
Por eso, consideramos que es fundamental avanzar en las tres direcciones establecidas en este informe. El primer paso consiste en conservar los derechos fundamentales y el Estado de derecho, especialmente, —como el señor Frattini afirmó— la libertad religiosa y la libertad de expresión. Si estos derechos no se garantizan, la mera idea de Europa fracasará, como también lo hará un proceso de integración basado, por encima de todo, en los derechos fundamentales de los ciudadanos comunitarios.
Necesitamos reforzar la cooperación judicial para atacar a los grupos radicales violentos alternativos organizados. Necesitamos que la plena armonización de los delitos terroristas a escala de la Unión Europea, así como de la condena de la actividad delictiva se incorpore a la propuesta de la Comisión de Libertades Civiles. Evidentemente, necesitamos también una cuidadosa tarea de prevención: debemos atacar las causas y los factores —que son numerosos y es absurdo fingir que no lo son— que conducen a la radicalización de diversos grupos de la población en el seno de nuestras sociedades. Esto conlleva la ampliación de los derechos de la ciudadanía, la ciudadanía activa, es decir, una forma de ciudadanía que comprenda las responsabilidades y la participación en la vida política, así como el diálogo con los movimientos religiosos.
Como el Vicepresidente ha afirmado, debemos asimismo luchar a favor de los millones —decenas de millones— de ciudadanos europeos, así como protegerlos, que profesan una religión distinta a la nuestra, y de los ciudadanos musulmanes no comunitarios que siempre han vivido de acuerdo a las normas de nuestra democracia y han cumplido nuestras leyes, lo cual los hace dignos de nuestro respeto.
Por último, necesitamos crear un diálogo que represente genuinamente una alianza de civilizaciones y no un conflicto de civilizaciones. «Alianza de civilizaciones» —concluyo ya, señor Presidente— no es un término que hayamos tomado prestado de una polémica política. Es el término acuñado por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Expresa una responsabilidad principal y un compromiso sólido para esta Cámara y nuestras comunidades. Considero que es vital mantener este término en la resolución de mañana.
Ignasi Guardans Cambó, en nombre del Grupo ALDE. – Señor Presidente, creo que este informe, más allá de su redacción, es un informe equilibrado, de enorme importancia y de enorme actualidad.
El terrorismo es, sin duda, un fenómeno policial y tiene una dimensión policial, lo sabemos todos. Pero las causas del terrorismo, o, más precisamente, las causas que llevan a determinadas personas a ser terroristas, van muchísimo más allá. Jaime Mayor Oreja lo planteó, de forma muy discutible al principio, en su primer informe, pero, después de muchas reuniones y de muchas enmiendas, llegó a un resultado que era perfectamente aceptable, también para su propio Grupo.
Quiero testificar ante esta Cámara, como se testifica ante un tribunal, que no es verdad que se haya rechazado la mano tendida de Jaime Mayor Oreja. Y lo testificaría mediante juramento, si eso fuera una práctica parlamentaria. No es verdad. El Partido Popular Europeo y el Grupo sabrán las razones por las que están poniendo, en este momento, obstáculos a este informe. Yo puedo acreditar reuniones en el despacho de don Jaime Mayor Oreja en las que hemos aceptado el 99 % de lo que se va a someter mañana a votación. Que no se nos diga que se ha rechazado algo o que no se nos diga que se ha rechazado la mano tendida, porque eso, simplemente, es faltar a la verdad por parte de quien lo sostenga.
Sigue siendo, por tanto, un misterio la posición que va a adoptar el Partido Popular mañana y que puede debilitar, sin duda, el mensaje político que queremos transmitir entre todos. Por ello, subrayo mi pesar por esa actitud. Decir que el problema tiene que ver con que desaparezca la palabra «yihad» en un apartado, cuando aparece después en tres apartados y vuelve a aparecer en el considerando H que el «yihadismo es, sin duda, el eje principal del tipo de terrorismo del que estamos hablando», creo que es buscar excusas que no se sostienen.
En todo caso, es un informe que habla de libertad, de libertad religiosa, de libertad de pensamiento y de la libertad para rechazar incluso un modelo social, pero que deja claro que Europa no puede aceptar que, bajo la capa de la religión, se alimente la violencia, se alimente el odio o se dinamiten desde dentro los propios pilares de la sociedad.
El Estado tiene derecho a disponer de instrumentos de defensa propia, que son instrumentos en defensa de los propios ciudadanos. Y lo puede hacer, de forma contundente, en lo policial y en lo judicial, manteniendo, a la vez, el diálogo, la participación y el esfuerzo por integrar plenamente a aquellos que pueden llegar a ser algún día tan fanáticos como para poder atentar contra una sociedad que es la suya, en la que se han integrado o que, sencillamente, es su propia sociedad, porque, en muchos casos, incluso han nacidos entre nosotros.
Es discutible, y mi Grupo lo estuvo discutiendo, hasta qué punto las leyes actuales son o no suficientes; conceptos como la apología y la justificación de la acción terrorista son necesarios para algunos, y son rechazados por otros, como posibles límites excesivos a la libertad de expresión. Ésa es, al final, la posición de mi Grupo: no ir más allá en la modificación de la ley y rechazar el concepto de la apología.
En todo caso, y termino, señor Presidente, bienvenido sea, pues, este informe. Espero que el Partido Popular Europeo recapacite y reflexione sobre el apoyo que le puede prestar a su contenido y bienvenido sea, por parte de la Comisión, como pauta para una política global, una política donde la policía coopera estrechamente en toda Europa y donde se adoptan medidas que juntan eficacia, por encima del brillo, y que intentan producir un resultado respetuoso con los derechos de todos.
Ryszard Czarnecki, en nombre del Grupo UEN. – (PL) Señor Presidente, citando a Ernest Hemingway, me gustaría decir: «Por eso no me preguntes por quién doblan las campanas, doblan por todos nosotros». Tras los ataques perpretados en España hace cuatros años y los del Reino Unido, hace tres, este mensaje resulta muy adecuado. Si Oriana Fallaci, una compatriota del Comisario Frattini, pudiera leer el documento que debatimos, probablemente se sorprendería. La señora Fallaci fue una distinguida intelectual italiana célebre por su carácter inconformista y polémico. Creía que los terroristas islamistas representan al Islam, del que son la quintaesencia.
Evidentemente, el Parlamento Europeo puede que tenga una visión distinta del asunto. Sin embargo, merece la pena tener en cuenta por qué los terroristas musulmanes pueden encontrar tanto apoyo entre los jóvenes de los descendientes árabes nacidos en los Estados miembros de la Unión Europea.
Respaldo plenamente las declaraciones de que la guerra contra el terrorismo seguirá siendo una prioridad para la Unión Europea. Para nosotros es importante centrarnos en la propaganda terrorista que se lleva a cabo por Internet. Me gustaría añadir que las emisiones por televisión por satélite en árabe también pueden ser usadas para promover el islamismo radical.
Georgios Georgiou, en nombre del Grupo IND/DEM. – (EL) Señor Presidente, el tiempo es de fundamental importancia. Sin embargo, debo decirle que acogí el informe con gran satisfacción puesto que comprendí que se limitaba fundamentalmente a la detección, por un lado, y a la supresión, por otro.
Me gustaría hacer hincapié en que deberíamos habernos preocupado fundamentalmente de la captación de terroristas.
En la puerta de al lado, en el Oriente Próximo, hay una «academia» que produce terroristas. ¿A qué se debe esto? Durante 60 años, en Europa no intentamos solucionar su problema, ni tampoco teníamos razón para hacerlo.
Actualmente está surgiendo una situación similar y me complace que me hayan concedido la palabra ahora, un día después de la declaración de la independencia de Kosovo.
Ustedes saben que algo grave podría volver a suceder allí. ¿Qué pasa si mañana los serbios de Mitrovica muestran resistencia o, si lo prefieren, expresan su descontento? ¿Deberíamos llamarlos terroristas?
Debemos examinar las razones del surgimiento de terroristas dispuestos a atacar nuestro sistema europeo, que no los respalda.
Jim Allister (NI). – Señor Presidente, en esta Cámara represento a Irlanda del Norte, una región que, como todo el mundo sabe, ha sido víctima durante décadas de un terrorismo depravado. Y, desde esa experiencia, tengo que hacer dos observaciones para este debate.
En primer lugar, con el terrorismo no se debe jamás contemporizar, se le debe derrotar. Empiecen a tratar con el terrorismo, a conceder condiciones especiales a sus presos y, en última instancia, liberaciones anticipadas y pronto terminarán como Irlanda del Norte ha terminado: con terroristas no arrepentidos en el núcleo de nuestro Gobierno. El apaciguamiento sólo estimula el apetito —el apetito insaciable— de los terroristas.
La segunda observación que deseo hacer es la siguiente: aunque el abuso del Estado es un error, la creencia ingenua, como la que encuentro en este informe, de que prodigar los denominados «derechos humanos» de los terroristas los neutralizará, de hecho, únicamente reforzará dicho derecho en su propio beneficio, mientras que negará a sus víctimas el derecho más básico que tienen: el derecho a la vida.
Dados los excesos de su estrategia asesina, a veces, la defensa de la sociedad exige elegir entre los derechos no restringidos de los terroristas y los derechos del inocente. En dichas circunstancias, no me resulta difícil elegir el derecho de la sociedad a defenderse por encima de los supuestos derechos humanos del terrorista. La batalla contra el terrorismo, es la batalla de los buenos contra los malos y, llegado el caso, el derecho del terrorista está por detrás del de la sociedad.
Carlos Coelho (PPE-DE). – (PT) Señor Presidente, señor Vicepresidente de la Comisión, Señorías, debo empezar reiterando que la incansable lucha contra el terrorismo debe llevarse a cabo dentro de la ley, con respeto del Estado de Derecho y sin infringir los derechos fundamentales. No estoy seguro de si el terrorismo es, como el informe afirma, la principal amenaza contra la seguridad de los ciudadanos de la Unión, pero estoy de acuerdo con el señor Deprez en que, indiscutiblemente, es una de las principales amenazas. Creo que subestimar esta amenaza nos impedirá luchar de forma efectiva e incrementar la seguridad de nuestros ciudadanos. Por tanto, votaré en contra de las enmiendas propuestas.
El terrorismo no sólo afecta a los ciudadanos de dichos países que han sufrido ataques sino que también amenaza la seguridad de todos los demás. Difunde el miedo y la amenaza del terror. El terrorismo es una manifestación irracional del fanatismo que desprecia el valor de la vida y la dignidad de los seres humanos. La Unión, así como el Comisario Frattini, han situado la lucha contra el terrorismo en la cima de sus prioridades. Necesitamos una estrategia global que pueda desmantelar las redes terroristas. Esta estrategia debe reconocer el valor de la prevención, incluida la lucha contra la captación de terroristas y todos los factores que favorecen la radicalización violenta.
Es importante analizar y comprender las razones, motivos y procesos que conducen a la radicalización y el terrorismo, sobre todo, entre los jóvenes que residen en nuestros Estados miembros. Indudablemente, se han cometido errores en los procesos de integración. Estoy de acuerdo en que, dentro de la ley y con respeto de la libertad de expresión, debe evitarse la propaganda terrorista dirigida a alentar los actos terroristas.
Para concluir, no puedo sino estar de acuerdo con el señor Mayor en que una iniciativa europea, sobre todo en este ámbito, no puede ni debe usarse para promover estrategias electorales nacionales.
Inger Segelström (PSE). – (SV) Señor Presidente, permítame empezar dando las gracias al señor Deprez por el informe y el tan necesario debate sobre el terrorismo. También considero que ha llegado en el momento adecuado, puesto que nos encontramos ahora en el Año Europeo del Diálogo Intercultural.
Lo que no creo que el informe recoge lo suficientemente bien es el motivo de que los ciudadanos, sobre todo, los jóvenes, se conviertan en terroristas o se sientan atraídos a hacerlo y se sitúen así fuera de la sociedad democrática. Si miramos a nuestro alrededor, no podemos ignorar la pobreza que hay y las injusticias evidentes. Existen muchos jóvenes a los que no podemos ofrecer formación, empleo, hogar o esperanza para el futuro. Esto es un caldo de cultivo para el fanatismo y el condicionamiento de los jóvenes a actuar con el fin de garantizar más derechos para su grupo o pueblo. En el informe, falta un análisis de este tipo.
Les insto especialmente a que voten a favor de la enmienda nº 12, puesto que la propaganda terrorista actualmente se suele difundir a través de Internet, algo que muy pocos de nosotros apreciamos o podemos controlar aquí. Es una cuestión generacional, y debemos aumentar y mejorar nuestro conocimiento sobre la captación y mejorar a la hora de impedirlo. Por lo demás, apoyo las enmiendas del Grupo del PSE.
Alexander Alvaro (ALDE). – (DE) Señor Presidente, le agradezco enormemente al señor Deprez y al señor Guardans Cambó sus comentarios. Creo que están en gran consonancia con la posición de nuestro grupo.
El informe se titula «los factores que propician el apoyo al terrorismo y la captación de terroristas». Otros oradores han acogido con satisfacción el hecho de que estemos hablando sobre esta cuestión y tienen razón al hacerlo. Sin embargo, no es la primera vez que lo debatimos. El Parlamento Europeo y la Unión en conjunto han hablado sobre los predicadores del odio y han adoptado medidas preventivas para acabar con el flujo de fondos para las organizaciones terroristas. Sin duda, son medidas útiles.
En ese sentido, considero que el informe da de lleno en el punto exacto. Creo que sería un poco exagerado el considerar Internet como el origen de todo demonio o como un refugio. Indudablemente, se trata de un espacio que refleja las tendencias sociales tanto como la vida real también lo hace y no creo que debamos centrar todos nuestros esfuerzos en disiparlo de una vez por todas. Simplemente, no podremos hacerlo.
La cuestión entonces es, ¿qué podemos hacer entonces? Hemos hablado de servicios audiovisuales y la cuestión que aquí se plantea es: ¿por qué la Unión Europea no emprende medidas si algunos canales están emitiendo programas de odio en el territorio de la UE que están dirigidos directamente a niños?
En uno de los programas de Hezbolá, por ejemplo, un personaje disfrazado de Mickey Mouse —de cualquier forma— ataca a los colonos judíos. Así se pretende enseñar a los niños pequeños palestinos su historia. Ningún Estado miembro ha intervenido para poner fin a este problema. En cambio, la compañía de Walt Disney ha reivindicado sus derechos sobre Mickey Mouse y al final de la serie, éste es asesinado por un colonizador judío.
Esto fue televisado en territorio europeo. ¿Por qué Hezbolá todavía no se encuentra en la lista de las organizaciones terroristas de la UE? Acabamos de tener un interesante debate sobre este asunto con Dick Marty. Creo que, en general, se necesita sentar más bases para poner freno al terrorismo en conjunto. Esto debe, sin duda, incluir el hecho de abordar los orígenes del terrorismo en los países afectados, por ejemplo, mediante la creación de sistemas de asistencia sanitaria, infraestructuras y sistemas educativos. No deberíamos dejar que ofrezcan estos servicios organizaciones terroristas como Hamás en la Franja de Gaza o Hezbolá, porque estos son los refugios de la sociedad en los que estas organizaciones reclutan a sus seguidores.
PRESIDE: Adam BIELAN Vicepresidente
Bárbara Dührkop Dührkop (PSE). – Señor Presidente, esta propuesta de recomendación que hoy dirigimos al Consejo y a la Comisión quiere contribuir al esfuerzo de las instituciones y de la sociedad civil por atajar los factores que propician el apoyo al terrorismo y la captación de terroristas.
Su gestación ha sido, señor Frattini, larga y laboriosa hasta llegar a la Cámara, pero el resultado final, sin embargo, valdrá la pena votarlo mañana. La propuesta está centrada en la lucha contra el extremismo islamista, un fenómeno nuevo en la UE que requiere reflexión y medios para combatirlo.
Sin embargo, es perfectamente extrapolable a cualquier otra causa terrorista que se quiera invocar en nombre de patrias y banderas. Por eso, le pedimos al Consejo que incluya en la decisión marco contra el terrorismo que la apología como tal sea considerada delito. Una armonización de esta figura penal sería deseable que se extendiera a los 27 Estados miembros, siempre, siempre, desde el más escrupuloso respeto a la libertad de expresión.
Reprimir y prevenir la radicalización deben ir en paralelo. Si no queremos radicalización, habrá que asegurar la educación y la integración de 13 millones de musulmanes que viven en la Unión Europea y debemos dejar de estigmatizar a este 3,5 % de la población. Para las relaciones exteriores de la Unión Europea queremos diálogo y no choque de civilizaciones. Por ello hacemos referencia al concepto «alianza de civilizaciones» adoptado por las Naciones Unidas y no se entiende el rechazo visceral de algunos diputados.
Estamos en el Año del Diálogo Intercultural. No queremos contribuir a pervertir la religión, hay que fomentar la participación social y el diálogo. Éstos son unos de los logros de esta recomendación. ¿Son tan nefastas sus propuestas que el anterior ponente no las podría asumir?
Señor Weber, el señor Mayor Oreja ha mostrado una falta de cortesía parlamentaria al no explicar a los miembros de la Comisión de Libertades Públicas su voto en contra y su posterior renuncia al informe. Su obsesión por trasladar al Parlamento Europeo la sistemática oposición que se aplica a nivel nacional dice mucho sobre el talante democrático del anterior ponente. Con este tipo de actitudes poco avanzaríamos en la democracia y esta Cámara se caracteriza por el consenso y no por las actitudes cerriles.
Sarah Ludford (ALDE). – Señor Presidente, creo que se trata de un buen informe y suscribo casi por completo las observaciones de mi presidente y colega político, el señor Deprez. Sin embargo, estoy en desacuerdo con él y algunos otros sobre el ámbito adecuado de las leyes antiterroristas.
No creo que sea útil criminalizar la glorificación del terrorismo o la apología del mismo. También creo que el término «justificación» es problemático. Como muchos de nosotros discutimos anteriormente con Dick Manty con respecto a la cuestión de las listas negras de terroristas y la congelación de fondos, la ley tiene que ser justa y efectiva si pretende seguir siendo creíble y sostenible y contar con el apoyo público. Existe un gran riesgo de que, al ampliar la legislación penal como se propone, más allá de medidas e intenciones, para aplicarla al ámbito de la opinión, el comentario e incluso la fantasía se acaben creando delitos de opinión.
Ello podría tendría un efecto estremecedor en la libertad de expresión. Si digo que entiendo que los kurdos de Turquía hayan sentido ira y descontento por la supresión de su cultura, lengua e identidad y la denegación de sus aspiraciones políticas, ¿estoy justificando las bombas del PKK?
Habrá pocas personas en la Cámara —desgraciadamente, puede que haya algunas— que no alabarían a Nelson Mandela. Sin embargo, el ANC cometió actos terroristas para combatir el estado de apartheid completamente represivo. Hay personas, ahora hombres de Estado, que han sido invitados honoríficos de esta Cámara, que tienen un pasado como combatientes por la libertad.
Por tanto, ¿soy sólo un liberal blando, que se preocupa únicamente por la libertad de expresión? No, porque la ley tiene que ser efectiva. Hemos criminalizado adecuadamente la incitación al terrorismo. Y eso proporciona un amplio margen de maniobra para perseguir la conducta y las expresiones que tengan como fin la instigación del delito terrorista.
La semana pasada, el Tribunal de segunda instancia del Reino Unido, el Tribunal de Apelación, anuló las condenas de cinco hombres por posesión de material yihadista precisamente porque no había pruebas de que hubiera intención de alentar el terrorismo. Las condenas originales de este caso crearon resentimiento entre aquellos —principalmente, jóvenes musulmanes— que deseaban discutir, debatir y criticar las políticas actuales de Europa y los Estados Unidos. Ello no contribuye a combatir el radicalismo. Pero también este tipo de casos ha sumido al Derecho, por su fracaso, en un estado de confusión y desorganización, lo cual beneficia a los terroristas.
Exijamos condenas por delitos de incitación. No nos extraviemos en la glorificación y la apología.
Jan Marinus Wiersma (PSE). – (NL) Señor Presidente, me gustaría también manifestar mi aprecio por el informe que ahora tenemos delante, así como por las palabras del Comisario y por lo que desea hacer. También en mi país, los Países Bajos, se ha prestado una gran atención a la radicalización y a sus trágicas consecuencias. Nosotros mismos en los Países Bajos nos enfrentamos a un horrible asesinato de un productor de televisión neerlandés cometido por jóvenes procedentes de estos círculos radicalizados. Estamos hablando de un grupo reducido pero cuyos hechos pueden tener grandes consecuencias. Es muy importante que trabajemos conjuntamente y que se hagan todos los esfuerzos posibles para localizar los grupos aislados y los jóvenes que pueden originar ataques terroristas.
Sin embargo, como otros oradores ya han afirmado, la prevención de la radicalización es también de vital importancia. La clave consiste en mantener lo más reducido posible al grupo que desea ser violento. No siempre la radicalización termina en violencia. En cualquier caso, resulta negativo que los jóvenes se sientan totalmente aislados de la sociedad y no deseen tener nada que ver con ella. Con arreglo a nuestra experiencia, procede que la política para abordar la radicalización competa a las autoridades locales. Evidentemente, es importante analizar lo que pueden hacer en las cárceles y, más generalmente, en el ámbito de la educación para ver lo que se puede hacer para evitar el mal uso de Internet. Sin embargo, todavía son principalmente las autoridades locales quienes pueden actuar en las comunidades para abordar los motivos de la radicalización y detectar a los jóvenes susceptibles de la misma. Considero que la Unión Europea, y el Comisario, en particular, pueden desempeñar una función importante a la hora de reunir la experiencia adquirida en diversas ciudades. La semana pasada un grupo realizó una visita de trabajo en Rotterdam, una ciudad en la que se ha hecho mucho para tratar y prevenir la radicalización y llegar a grupos que son susceptibles de la misma.
También es importante iniciar un diálogo más amplio con las comunidades musulmanas de nuestros países. Algunos de los jóvenes implicados proceden de comunidades mayores y si aislamos dicho grupo mayoritario nunca podremos llegar al grupo pequeño. Por tanto, es importante entablar un diálogo a partir del supuesto de que la gran mayoría de las comunidades musulmanas que viven en nuestra sociedad no quiere tener nada que ver con lo que es una interpretación perversa de su fe y que invirtamos en gran medida en dicho diálogo amplio de mi grupo, también este año, que es el año del diálogo cultural.
Olle Schmidt (ALDE). – (SV) Les doy las gracias, señor Presidente, Comisario. La UE necesita mostrar claramente que la lucha contra el terrorismo es simbólica y prácticamente una demostración de solidaridad. Se necesitan más recursos para que la Europol pueda cooperar con nuestros servicios de seguridad nacional y obtener resultados. Esto queda demostrado, en concreto, por el reciente malestar surgido tras reavivarse el antagonismo debido a la publicación de las caricaturas de Mahoma.
Como ya se ha afirmado aquí, la lucha contra el terrorismo siempre debe fundamentarse en medios legales y proporcionados. Deben condenarse enérgicamente los vuelos de la CIA en Europa y las prácticas de la tortura, el simulacro de ejecución y el ahogamiento (water-boarding), que la CIA ahora admite que se llevaron a cabo, así como la creación de cárceles clandestinas especiales. En estos casos, señor Frattini, la UE debería haber actuado con mayor firmeza de la que exhibió.
Resulta positivo que el informe adopte un enfoque más amplio y trate los factores que contribuyen a que se brinde un mayor apoyo a los grupos que rechazan nuestros modelos de sociedad a favor de la violencia y el sectarismo y a que se refuerce el reclutamiento de efectivos por parte de los mismos.
El hecho de que los culpables de los atentados que hemos presenciado en los últimos años nacieran o crecieran en Europa constituye una estridente llamada de alerta que nos insta también analizar nuestras sociedades con un ojo más crítico. Necesitamos un diálogo y un debate honesto sobre nuestra integración y nuestras política de visados. En este sentido, no podemos ni debemos impedir las preguntas incómodas. Pero, para mí, hay algo que está claro. Nuestro pensamiento debería ser la base de nuestra legislación comunitaria. El debate actual sobre la ley Sharia en el Reino Unido demuestra que las buenas intenciones a menudo pueden ser más un estorbo que una ayuda.
Debemos garantizar también que la legislación comunitaria no ponga en peligro ni deje de lado los principios constitucionales, tales como aquellos que rigen la libertad de expresión. El informe habla de introducir un nuevo concepto de la Decisión marco: «justificación de terrorismo». Creo que no es adecuado. No porque no sea una buena idea para garantizar que todos los Estados miembros tienen leyes adecuadas en contra de la incitación sino porque es difícil, si no imposible, llegar a una definición que pueda aplicarse de forma uniforme y que no conduzca a problemas espinosos de interpretación. Por un lado, está la importante tarea de inventar formas de combatir el terrorismo y de salvar vidas. Por otro, está el principio de libertad de expresión y la preocupación de mantener un alto nivel de seguridad jurídica en Europa. Se trata de encontrar el equilibrio adecuado.
Hubert Pirker (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, Comisario, cuando los fanáticos ya han acabado con vidas inocentes y han perpretado atentados con bomba en nuestras sociedades democráticas, ya es demasiado tarde. Por eso, no debemos escatimar esfuerzos, sobre todo —como el Comisario Frattini afirma— cuando se trata de prevenir. El diálogo, como clave para la tolerancia, debe estar al frente de nuestra atención. Sin embargo, también necesitamos una cooperación policial e intercambio de datos de mayor calidad. De hecho, todas las herramientas de las que disponemos dentro de la Unión Europea y más allá de la misma, deberían reforzarse.
Acojo con especial satisfacción el hecho de que el Comisario haya prestado atención a la importancia de ayudar a las víctimas. No se trata sólo de tolerancia, sino también de medidas prácticas. Permítanme hacer hincapié en que debe existir una vigilancia de los predicadores del odio: es una necesidad. Sin embargo, es preciso obrar, posteriormente, sobre la base de la información recabada. La glorificación del terrorismo nunca es admisible, por lo que necesitamos una estrategia de tolerancia cero con respecto a los crímenes cometidos contra nuestra sociedad.
Creo que lo más lamentable es que, con respecto a una cuestión que siempre ha sido un tema grave de debate en esta Cámara, la polémica nacional haya vuelto una vez más a dominar con tanta fuerza este informe
Manfred Weber (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, algunos colegas diputados del Grupo ALDE me han preguntado cuál es la intención de voto del Grupo del PPE-DE. Permítame reiterarles que el Grupo del PPE-DE apoya el 95 % de lo incluido en el informe. Me gustaría asimismo decir que considero que es una pena que el representante del ALDE y el representante del PSE, colegas españoles, hayan atacado al PPE-DE hoy. Creo que es verdaderamente lamentable que las cuestiones interiores nos impidan encontrar una base común en este Parlamento.
Cualquiera que desee que esta Cámara en conjunto logre una decisión primordial mañana debería votar a favor de las enmiendas del PPE-DE. No estamos cambiando nada de lo fundamental de la propuesta, sino que estamos suprimiendo el aspecto de la política de interior. Cualquiera que desee estrechar la mano tendida del Grupo del PPE-DE puede hacerlo mañana.
Alexander Alvaro (ALDE). – (DE) Señor Presidente, me alegra que nos haya dejado volver a intervenir hoy, puesto que este tema ha sido tratado de otra forma en otro debate. Sin embargo, aunque el señor Pirker y yo puede que no siempre hayamos estado de acuerdo en todo —a menudo discutimos y lo hacemos con gran entusiasmo y fervor— tiene mucha razón al afirmar que no debería abusarse de dichos debates con fines nacionales. Tal situación lo perturba todo y, sencillamente, da lugar a falsos compromisos.
Estoy convencido de que los colegas diputados que se encuentran aquí en la Cámara tendrán una respuesta diferente. Yo sólo sé desde mi propia experiencia que este tipo de asuntos con frecuencia se traslada al debate nacional. También me empiezo a cansar del hecho de que —no es la primera vez— se nos utilice como una pelota de ping-pong entre el PPE-DE y el PSE en estos asuntos. Sin embargo, me complace que los Liberales hayan logrado mediar y todavía estén dispuestos a afrontar el reto.
Desgraciadamente, nuestro colega de Irlanda del Norte ya no está presente. Me parece muy mortificante porque afirmó algo que me parece bastante increíble: afirmó que los terroristas no tienen los mismos derechos humanos básicos que todo el mundo. Sin embargo, eso es precisamente lo que nos diferencia de los terroristas: el hecho de que consideremos los derechos humanos como universales. Nunca deberíamos dar la impresión de que esta Cámara alguna vez pudiera adoptar una visión diferente.
Ignasi Guardans Cambó (ALDE). – Señor Presidente, dada la importancia de este debate, tengo una pregunta para el Grupo del PPE-DE. La cuestión planteada de si el Grupo del PPE-DE iba a apoyar el informe, retiraría y pediría que los otros grupos retiraran cualquier elemento relacionado con la política interior española. Me gustaría plantear la pregunta al representante del Grupo del PPE-DE cuya enmienda presentada por dicho grupo está vinculada a la política española. Resultaría de gran interés saber, y luego podría hacerse público, cuáles de las enmiendas del Grupo del PPE-DE afectan a la política interior. ¿Es la referencia a las Naciones Unidas de la enmienda nº 1 la que quieren suprimir? ¿Quieren suprimir una referencia a las Naciones Unidas? ¿Es eso política interior española? Hay que ser coherente. El único que está intentando introducir política interior es el señor Mayor Oreja que ni siquiera tuvo la deferencia de asistir a este período parcial de sesiones.
Sarah Ludford (ALDE). – Señor Presidente, sería de agradecer que quien apoyara las enmiendas para criminalizar la glorificación fuera tan amable de intentar responder a las cuestiones que planteé, las cuales son, en primer lugar, que temo tengan unas repercusiones devastadoras en la libertad de expresión y, en segundo lugar, que no sé de qué forma pueden hacerse operativas.
¿Cuál es la relación entre glorificar un acto de terrorismo y que se cometa otro acto terrorista? Me parece que existen problemas de índole jurídica, como se descubrió en el Tribunal de Apelación del Reino Unido la semana pasada, porque no hay una relación directa entre glorificación y un nuevo acto terrorista, el cual existe evidentemente cuando hay una incitación o, al menos, un incentivo. Si ustedes sólo «glorifican» un acto terrorista, entonces, ¿cuál es la conexión directa entre ese acto y otro que se comete?
Si no pueden establecer dicha relación, corren el riesgo de debilitarse en los tribunales y entonces terminar en una posición mucho peor con respecto a la que empezaron. Agradecería enormemente que cualquiera que realmente apoye la criminalización de la glorificación o la apología tal vez pudiera instruirme al respecto, porque se trata de algo que no puedo entender muy bien.
Franco Frattini, Vicepresidente de la Comisión. − (IT) Señor Presidente, Señorías, yo también creo que el debate de esta noche ha tenido un considerable significado político. Considero asimismo que deberíamos llegar de forma conjunta a una solución política ampliamente compartida que será el objeto de un informe aceptable para toda la humanidad, o, si no, para una gran mayoría de grupos parlamentarios.
No me cabe duda de que los terroristas actuales pretenden establecer una nueva forma de dictadura global. En el último siglo padecimos poderosas dictaduras, pero esta dictadura está basada en la violación del derecho fundamental primario, a saber, el derecho a la vida. Por otra parte, está claro que, lamentablemente, esta estrategia, junto a la violencia y el odio, se ha convertido en una estrategia global.
Por eso, nuestra reacción debe consistir no sólo en la cooperación entre las fuerzas policiales y los servicios de información, sino en una respuesta política para impedir y eliminar las causas que conducen al terrorismo. Creo, y muchos de ustedes lo han destacado, que la prevención implica erradicar el odio y eliminar las razones del odio, sin nunca justificar la violencia, puesto que el riesgo más grave que corremos consiste en empezar a justificar la violencia. Debemos erradicar el odio sin justificar la violencia.
Alguien mencionó un conflicto de civilizaciones. A mi juicio, dicha teoría deja mucho que desear. Personalmente, no estoy seguro de que se esté produciendo un choque de civilizaciones. Estoy seguro de que se está produciendo un conflicto interno en el mundo islámico, es decir, un conflicto entre una minoría que se hace cargo equivocadamente del mensaje religioso y la inmensa mayoría de musulmanes que, a mi juicio, son completamente pacifistas y desean vivir en un espíritu de paz y tolerancia. Si tenemos la intención de ofrecer una respuesta política, Señorías, creo que la única opción consiste en reforzar el Islam pacifista y reformista en contra de dicha minoría que no es ni reformista ni pacifista.
Todo esto son medidas políticas. No son medidas policiales ni de seguridad. He hecho referencia a los derechos de las víctimas y creo que se necesita trabajar más en este ámbito. Se debe prestar más atención que en el pasado a los derechos de las víctimas, para ofrecerles ayuda práctica que —créanme, estoy convencido de esto— no sólo significa ayuda financiera, sino en muchos casos ayuda para ellos y los supervivientes, para los parientes de las víctimas de los ataques y asesinatos, ayudarles a reintegrarse en la sociedad tras el terrible trauma que han sufrido. Otro derecho de las víctimas es el de no ser dejado solo tras haber sobrevivido a un ataque o haber perdido a un pariente o ser querido.
Alguien declaró que necesitamos comprender las causas del terrorismo. Estoy de acuerdo, y me lo he dicho a mí mismo, pero considero que no se debe conceder legitimidad a los grupos, organizaciones y métodos terroristas en un intento de comprenderlos. Una cosa es comprender y otra, es conceder legitimidad: hay una diferencia fundamental.
Me gustaría llamar la atención sobre un último punto. A mi juicio, la Unión Europea desempeñaría un papel de gran importancia política en el mundo si pudiera lograr algo que todavía no se ha logrado. Ese algo consiste en alentar a las Naciones Unidas a que adopten por fin el Convenio internacional sobre la definición de terrorismo. Dicha definición todavía no existe, lo que nos ocasiona diversas dificultades fuera de Europa. Europa tiene su propia definición de terrorismo, peor como ustedes ya saben, algunos países miembros de la Asamblea General de la ONU todavía no han respaldado ni el fundamento ni el procedimiento de un Convenio de la ONU sobre terrorismo.
Creo que si Europa está realmente unida en este ámbito, podría hacer algo muy parecido a lo que hicimos con respecto a la moratoria de la pena de muerte: conseguir que las Naciones Unidas adopten una posición común consolidada importante, por la que se conceda legitimidad global a la respuesta al terrorismo. Si el terrorismo es global, nuestra respuesta debe ser absolutamente sólida, pero igualmente global.
Gérard Deprez, ponente. – (FR) Señor Presidente, me gustaría hacer tres comentarios para la conclusión de este debate.
El primero consiste en que si escuchamos al Comisario y después escuchamos a la mayoría de los participantes, la primera cosa que realmente nos sorprende es que —con respecto al análisis del fenómeno, la gravedad de la amenaza y el balance que tiene que extraerse de las medidas destinadas a la prevención y las destinadas a la supresión— existe una gran base común entre todos nosotros cuando empezamos a debatir la parte operativa de las cosas: lo que necesitamos analizar, lo que necesitamos prevenir y lo que necesitamos suprimir.
En segundo lugar, lamentablemente, tengo la impresión de que, en lo que respecta a determinados elementos que son más simbólicos que otra cosa, mañana no podremos alcanzar el consenso necesario, y lo lamentaría porque tras haber examinado la lista de enmiendas me parece que la mayoría de las diferencias son simbólicas más que sustanciales. El problema es que estos conflictos simbólicos de intereses podrían aliviarse si las partes decidieran hacer un gesto, algo que no siempre es un rasgo que define a los grupos políticos que configuran este Parlamento.
En tercer lugar, hay varios comentarios que me gustaría dirigir a algunos de los presentes en esta Cámara, sobre todo, —y el señor Alvaro piensa de igual modo— con respecto a mi colega diputado de Irlanda, que considera que respetar los derechos humanos no es necesario en la lucha contra el terrorismo. Me parece que esta actitud entraña un riesgo, y serio, para eso, para los valores en los que se basa nuestra sociedad. Un Jefe de Estado, al que escuché hablar un día en televisión, un Jefe de Estado europeo que declaró que iría a buscar, cuchillo en mano, a los terroristas y lo haría con cada uno de ellos. Bien, dicho régimen particular es ahora el que envenena a sus oponentes, permite que sus periodistas sean asesinados y celebra elecciones que puede que sean libres pero que puede que también sean fraudulentas. Jugar con los derechos humanos en la lucha contra el terrorismo es correr el riesgo de tener un resbalón inadmisible en nuestras sociedades democráticas.
La señora Ludford también nos ha planteado directamente el problema de la apología del terrorismo. No puedo responderle con mucha profundidad pero simplemente diría que soy el ponente de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior, términos que le resultan familiares, y que cuando presenté mi opinión la fundamenté en el apartado 10 del informe aprobado por la comisión, en el que se establece claramente, señora Ludford, que la comisión, y por tanto, el Parlamento, pide debates abiertos sobre la modificación de la Decisión marco tal para incluir la justificación del terrorismo dentro de su ámbito, etc.
Por tanto, no estaba haciendo ningún tipo de súplica, sino únicamente expresando lo acordado por la Comisión de Libertades Civiles. No obstante, le responderé directamente. Cuando me refiero a apología del terrorismo, apología significa incitación y considero que dicha incitación es un delito penal.
El Presidente. − Se cierra el debate.
La votación tendrá lugar el martes 19 de febrero de 2008.
Declaraciones por escrito (Artículo 142)
Lena Ek (ALDE), por escrito. – (SV) La lucha contra el terrorismo sólo debe librarse de forma que resulte adecuada para una sociedad abierta, democrática y justa. Resulta absolutamente fundamental que las amenazas contra una sociedad abierta se combatan con los métodos de una sociedad abierta.
Debemos equilibrar nuestra acción y las medidas que adoptamos mediante la salvaguardia de los derechos humanos y el Estado de Derecho y no recurrir a medidas que pongan en riesgo la integridad personal.
Por tanto, he decidido votar en contra de la propuesta del señor Deprez de una recomendación destinada al Consejo sobre los factores que propician el apoyo al terrorismo y la captación de terroristas.
Daciana Octavia Sârbu (PSE) , por escrito. – (RO) La cooperación entre las instituciones de la UE en la lucha contra el terrorismo debería perfeccionarse, teniendo en cuenta que este fenómeno se ha exacerbado.
Creo que el terrorismo se ha convertido en el principal enemigo de los valores europeos, la estabilidad y la paz global. Si recordamos los sucesos del 11 de septiembre de 2001 o los acaecidos en Madrid hace algunos años, tenemos la configuración perfecta de un cuadro que expresa horror, temor sufrimiento.
Las instituciones europeas deberían haber desarrollado una estrategia para ponerse al tanto de cómo reducir y eliminar este fenómeno perenne desde aquel momento. Es necesario que iniciemos un estudio lo más concienzudo posible a este respecto: para mostrar sus causas, lo que hace que los terroristas sigan siendo tan atroces y capaces de dar sus vidas para conseguir mártires, cuyos mártires son ellos, cómo se realiza la captación, quién la financia y cómo podemos intervenir de cualquier modo para poner freno a este fenómeno.
Por tanto, con el fin de descubrir todo esto y controlarlo en interés de la UE, las instituciones europeas deberían preocuparse de elaborar esta estrategia.
De este modo, la UE emitirá una señal de unidad y fortaleza a todo el mundo.