- Informe: Richard Corbett e Iñigo Méndez de Vigo (A6-0013/2008)
Frank Vanhecke (NI). – (NL) Señor Presidente, la votación sobre el Informe Corbett / Méndez de Vigo que acaba de celebrarse es una confirmación más por parte del Parlamento de una actitud que hemos estado adoptando durante mucho tiempo: un total desdén hacia la voluntad expresada democráticamente por la mayoría en Francia, en los Países Bajos y en otros lugares. Aunque este Parlamento afirma representar a todos los ciudadanos europeos, en realidad esos ciudadanos no tienen el más mínimo derecho a expresar su opinión. Cuando el Presidente de esta Cámara, el señor Pöttering, ha dicho hace tan sólo un momento que con esta votación el Parlamento estaba expresando la opinión de la mayoría de los ciudadanos europeos, lo único que estaba haciendo era proferir una patética mentira. El Parlamento no ha pedido en ningún momento que se respete la voluntad del pueblo, ni ha solicitado que se celebre ningún referéndum en ninguno de los Estados miembro. Por el contrario, lo único que ha requerido el Parlamento es que este duplicado de la pasada Constitución entre en vigor tan pronto como sea posible. Desafortunadamente, este Parlamento no representa a los ciudadanos, sino simplemente al consenso elitista de la Europa oficial.
Syed Kamall (PPE-DE). – Señor Presidente, he votado en contra del informe porque, una vez más, la elite política de la Unión Europea está intentando forzar el Tratado Constitucional sin consultar a la población de Europa. El Gobierno británico prometió un referéndum sobre este Tratado, aunque ahora finge que es algo distinto. Sólo tienen que escuchar a nuestros líderes, como Valéry Giscard d’Estaing, para darse cuenta de que en realidad no hay ninguna diferencia.
Les digo a ustedes, la elite política de Europa, que si creen que están construyendo un proyecto europeo pero lo están haciendo sin tener en cuenta la voluntad del pueblo, lo que en realidad están construyendo es un castillo de arena. Y como el gran Jimi Hendrix dijo una vez, los castillos de arena al final siempre acaba en deshaciéndose en el mar. La ratificación de la Constitución europea a pesar del rechazo en dos referéndums va contra la democracia y es cobarde e ilegítima.
Daniel Hannan (NI). – Señor Presidente, durante los ocho años que he pasado en este Parlamento, he oído como se hacían algunas aserciones absurdas en esta Cámara, pero el premio especial a la mayor farsa sin duda lo merece la afirmación de que lo que acabamos de hacer al promover la aprobación de este Tratado por una amplísima mayoría representa el libre ejercicio del deseo de los pueblos europeos.
Aquéllos de ustedes que aplaudieron tan efusivamente cuando se escucharon estas palabras saben muy bien que es falso. Lo saben y puedo probar que es así, porque ustedes defendían los referéndums hasta que quedó patente que los perderían. De hecho, lo que ha conseguido este voto es subrayar lo alejados que están los diputados de esta Cámara de sus propios electores. La cancelación de los referéndums es un acto de cobardía y una renuncia al liderazgo y ustedes lo saben.
Si estoy equivocado, demuéstrenmelo. Sometan el Tratado a los referéndums que defendían cuando creían que los iban a ganar. Sometan el Tratado de Lisboa a votación. Pactio Olisipiensis censenda est!
Hannu Takkula (ALDE). – (FI) Señor Presidente, quisiera explicar brevemente por qué me he abstenido. Creo que deberíamos recordar que nuestros Parlamentos no tienen competencia en este asunto: forma parte de las competencias de los Estados miembros y debemos respetar ese hecho. Son los Estados miembros los que deben decidir si adoptan o no este nuevo Tratado de Lisboa.
Creo que deberíamos detenernos un momento y recordar qué son las relaciones de poder. Personalmente, opino que deberíamos dejar que cada país tomara esa decisión. No sería tan mala idea que se pidiera opinión a la población, ya que el proceso de toma de decisiones adquiriría una mayor legitimidad si la gente pudiera influir en él.
Hay muchos aspectos positivos en este Tratado, pero también hay algunos puntos que no son aceptables y si lo pienso desde el punto de vista de uno de los Estados miembros, Finlandia, de donde procedo, incluye muchos temas inaceptables para nosotros. Sin embargo, en cualquier caso, el poder de decisión en estos ámbitos recae en los Parlamentos nacionales.
(Aplausos)
- Resolución sobre la Estrategia de Lisboa (B6-0073/2008)
Zita Pleštinská (PPE-DE). – (SK) He votado a favor de la propuesta de resolución sobre la Estrategia de Lisboa que estará en la agenda del Consejo Europeo de Primavera. Estoy de acuerdo con los ponentes de opinión en que la Estrategia de Lisboa sólo tendrá éxito si hace uso de los recursos humanos en un entorno que favorezca y propicie el aprendizaje, el conocimiento, la ciencia, la investigación, la cultura, la información y la innovación.
Para conseguir los objetivos de la Estrategia de Lisboa necesitamos tres partes implicadas: las universidades que actúan como arquitectos del conocimiento, las empresas que saben como utilizar ese conocimiento en la práctica y el sector público y las entidades gubernamentales locales que pueden crear infraestructuras sostenibles de modo permanente para la ciencia, la investigación y el desarrollo a escala nacional y regional. La innovación requiere inversión y la financiación creará conocimiento. El conocimiento invertido en la innovación incentivará esta contribución financiera. Sólo podrán sobrevivir a la competencia las pequeñas y medianas empresas que sean innovadoras y creativas Creo que Europa será capaz de encontrar su lugar junto al tren del conocimiento estadounidense o japonés del siglo XXI.
Ivo Strejček (PPE-DE). – (CS) He votado en contra de este informe y, con su permiso, me gustaría explicarle ahora los motivos que me han llevado a hacerlo.
En primer lugar, el texto en su conjunto presenta la Unión Europea como una potencia social y económica mundial. Segundo, habla del denominado papel de liderazgo de la UE en el mundo y cree ciegamente que el resto de los países se desarrollarán siguiendo los deseos de la propia UE. Tercero, afirma que la Unión Europea desempeñará una función destacada en la creación de diversos tipos de normas internacionales. En cuarto lugar, la Estrategia de Lisboa condiciona la cooperación económica con otros países al cumplimiento de las principales normas laborales. La quinta razón es que la Estrategia de Lisboa se deriva explícitamente del llamado Tratado de Lisboa, a pesar del hecho de que aún no ha sido ratificado por la mayoría de los Estados miembros. La declaración solicita la introducción de un salario mínimo en los Estados miembros que no lo tienen.
Othmar Karas (PPE-DE). – (DE) El Europaklub del Partido Popular austriaco en el Parlamento Europeo ha votado con entusiasmo a favor del Informe Corbett/Méndez de Vigo porque el Tratado de Lisboa fortalece a los ciudadanos europeos, a los Estados miembros y a la Unión Europea. Los ganadores son los ciudadanos de Europa y los Parlamentos que los representan. En vista del debate sobre Kosovo, nos damos cuenta de lo importante que resulta este Tratado ya que gracias a él es mucho más probable que consigamos una política exterior y de seguridad común. El hecho de haber conseguido que la Carta de los Derechos Fundamentales sea jurídicamente vinculante nos muestra el camino a seguir para que los derechos fundamentales sean una realidad para todos los ciudadanos de la Unión Europea. Cualquiera que no esté a favor del Tratado en su conjunto, está en contra de los ciudadanos. Debemos seguir estando al lado del pueblo y debemos conseguir que este Tratado les sea cada vez más cercano.
Hubert Pirker (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, he votado a favor de este informe porque creo en él incondicionalmente, dado que crea un equilibrio entre las medidas sociales y económicas que resulta necesario porque, por primera vez, aquí se está presentando una Europa social y porque, también por primera vez, la gran mayoría del Parlamento ha solicitado a los Estados miembros que adopten medidas para introducir un salario mínimo. Estoy muy satisfecho de que la mayoría haya sido capaz de impedir medidas destinadas a abolir los logros sociales como por ejemplo la Directiva relativa a la ordenación del tiempo de trabajo, y la exportación de los beneficios sociales más allá de las fronteras. Por lo tanto, he votado con entusiasmo para aprobar este equilibrado paquete de medidas.
Nirj Deva (PPE-DE). – Señor Presidente, deseo decir que he votado en contra del informe sobre el Tratado de Lisboa. Se ha levantado la liebre y hemos tirado el grano con la paja. Mientras intentábamos crear un mercado común, hemos creado en realidad, solapadamente, un país común.
Hemos rechazado que nuestra población se implicara en el proceso. Les hemos negado su derecho natural a poder opinar sobre cómo deben ser gobernados y hemos ignorado, tanto como hemos podido, el hecho de que deberían haber podido votar en un referéndum.
¿Cómo podemos decir a nuestros pueblos, a nuestros electores, que este Parlamento representa sus opiniones, cuando no hemos permitido que se escuchen esas opiniones? El Gobierno británico —el señor Brown en concreto— prometió un referéndum. Concretamente el señor Brown y concretamente el señor Blair afirmaron que le ofrecerían al pueblo británico un referéndum. Lamento mucho este día y lamento mucho las promesas incumplidas del Gobierno laborista.
Ewa Tomaszewska (UEN). – (PL) Señor Presidente, me he visto obligada a abstenerme en la votación del Tratado de Lisboa. El Tratado no está disponible en mi idioma ni en Polonia. No se le ha dado a mi electorado la posibilidad de familiarizarse con él y al fin y al cabo yo estoy aquí para representar sus opiniones e intereses, no sólo mis propias convicciones. El lunes se tomó en el Parlamento Europeo la decisión de celebrar un votación sobre un documento que algunos de nosotros no hemos tenido la oportunidad de leer en su forma consolidada en nuestra propia lengua. Sólo alguien estúpido o deshonesto puede adoptar una decisión sobre un documento a cuyo contenido no ha podido acceder. Ése es el motivo por el que me he abstenido.
Ivo Strejček (PPE-DE). – (CS) Señor Presidente, he votado en contra del informe por las siguientes razones.
El informe trata sobre una distribución más justa de los beneficios e introduce el concepto de pleno empleo mediante inversión pública. Intenta compensar el denominado fallo del mercado a través de impuestos: introduciendo impuestos ecológicos y financiando la ciencia y la investigación por medio de cancelaciones de impuestos, lo que hará que el sistema de impuestos sea menos transparente y que se requiera una nueva legislación Europea.
Philip Claeys (NI). – (NL) Señor Presidente, he votado en contra del Informe Starkevičiūtė porque la sección referida a la inmigración refleja la misma falta de visión que tan cara nos ha salido ya. Por supuesto, algunos desean ver repetidos los errores de la década de los sesenta y de los setenta, cuando se pensaba sólo a corto plazo y se importaban seres humanos como si fueran mercancías. Los resultados de esa política se pueden ver ahora en nuestras ciudades: desempleo sistemático, delincuencia y desarrollo de sociedades paralelas. En lugar de aprender de nuestros errores pasados, nos obcecamos en seguir por el mismo camino. Será incluso peor ahora que existe una propuesta de llevar a cabo una política de inmigración europea que «complemente» las políticas de los Estados miembros. Este hecho es una garantía de que habrá aún más laxitud que la ya existente y eso es probablemente lo último que necesitamos.
Koenraad Dillen (NI). – (NL) Señor Presidente, al igual que mi colega diputado, el señor Claeys, he votado en contra de este informe. Por supuesto, muchos de los aspectos del informe son sin duda ciertos e importantes. Algunos ejemplos son la modernización de los mercados laborales, la inversión en iniciativas empresariales y la simplificación de los sistemas fiscales que el informe defiende. Sin embargo, esta Cámara se equivoca completamente si considera que una política de inmigración europea basada en la atracción de inmigrantes económicos es la punta de lanza de la Estrategia de Lisboa. Es más, el remedio milagroso contra la inmigración ilegal no es la apertura económica, como se está argumentando, sino al contrario, un control reforzado de las fronteras de la Unión, el rechazo de cualquier política nacional de legalización masiva y una firme política de deportación de los inmigrantes ilegales.
Czesław Adam Siekierski (PPE-DE). – (PL) Señor Presidente, hemos aprobado un importante documento relativo a las relaciones entre la UE y Asia Central. Éste es un ejemplo de nuestro deseo de compartir experiencias y valores que son universales en Europa y de conquistar para la causa de esos valores a las democracias en desarrollo de esa región del mundo. Estos países han hecho un enorme progreso en su camino hacia el desarrollo económico. Sin embargo, deben hacer sólidos avances para evitar la violación de los derechos humanos y las libertades fundamentales y esenciales. Deben enfrentarse a una serie de problemas, en concreto al aumento del contrabando de drogas, a la delincuencia organizada, la corrupción y el tráfico de seres humanos. Otro aspecto básico será la mejora de los contactos entre nuestros ciudadanos mediante el fomento del intercambio cultural y la creación de un programa especial de becas para jóvenes para estudiar en instituciones educativas europeas, lo que posibilitará la familiarización con los valores y las normas de la UE.
Deseamos que nuestros socios de Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán tengan éxito en su camino hacia la prosperidad, la libertad y la democracia para que puedan ayudar a otros en el futuro y compartir sus logros.
Explicaciones de voto por escrito
- Informe: Richard Corbett e Iñigo Méndez de Vigo (A6-0013/2008)
Jan Andersson, Göran Färm, Inger Segelström y Åsa Westlund (PSE), por escrito. − (SV) Los socialdemócratas suecos hemos votado hoy a favor del informe sobre el Tratado de Lisboa. Apoyamos el nuevo Tratado. Sin embargo, somos conscientes de que el hecho de que dos Estados miembros hayan rechazado la Constitución propuesta significa que estamos obligados a efectuar modificaciones. Por lo tanto, no compartimos la opinión de que hay que condenar el hecho de que se haya retirado del Tratado la bandera y el himno. A diferencia de la mayoría del Parlamento, creemos que es positivo que se haya incluido un «acelerador de emergencia» en el procedimiento de toma de decisiones en los ámbitos delicados en términos de soberanía nacional.
Defendemos el principio de subsidiariedad y por lo tanto rechazamos la petición hecha por el Parlamento Europeo respecto a los referéndums en los Estados miembros. Es un tema en el que cada Estado miembro debe decidir por sí mismo.
Finalmente, deseamos comentar la votación sobre la enmienda 36 relativa al asunto Laval. Decidimos votar en contra de la primera parte porque consideramos que existen diferencias entre el antiguo Tratado y el Tratado de Lisboa, por ejemplo con respecto a la Carta de Derechos, que establece, entre otras cosas, el derecho a la huelga de acuerdo con las costumbres nacionales. Apoyamos las disposiciones de la Carta de Derechos y también estamos de acuerdo con la segunda parte de la enmienda que salvaguarda el derecho a los conflictos laborales. Deseamos añadir que esta opinión la comparte también nuestro grupo político en el Parlamento, que decidió votar en contra de la propuesta porque el informe se refiere al Tratado y no al asunto Laval.
Gerard Batten, Godfrey Bloom, Graham Booth, Roland Clark, Nigel Paul Farage, Michael Henry Nattrass, Jeffrey Titford y John Whittaker (IND/DEM), por escrito. − Aunque el UKIP (Partido Independentista del Reino Unido) rechaza el Tratado de Lisboa, nos hemos abstenido en la enmienda 13 porque no estamos de acuerdo con la justificación de dicha enmienda.
Pervenche Berès (PSE), por escrito. – (FR) Aún creo firmemente que, dado que el Presidente Sarkozy no va a organizar un referéndum, la postura que los socialistas han de adoptar en el Parlamento francés es la abstención. Sin embargo, el mero hecho de que el Presidente francés haya hecho un trabajo muy pobre durante la negociación de este Tratado y haya ignorado el voto del pueblo francés, no significa que nosotros no debamos responder a la pregunta que hoy nos formulan.
Este Tratado dista mucho de ser perfecto, pero nos permite poner fin al debate institucional y dotar a Europa de normas que le permitan funcionar. Hoy los socialistas deben hacerse oír en lo concerniente a los cambios políticos, el aspecto principal en la revisión de la perspectiva financiera, a la Presidencia francesa de la Unión Europea y al compromiso del PSE de redactar su manifiesto para las próximas elecciones europeas.
Un «no» habría hecho posible retirar las políticas del texto de lo que debería haber sido una Constitución, dado que obligó a Europa a centrarse en el tema de la naturaleza del proyecto europeo. Esto es muy importante.
Sin embargo, ya que deseo que el texto se apruebe para poder implicarme completamente en las próximas negociaciones sobre políticas porque mi «no» de hace más de dos años fue proeuropeo, acepto mis responsabilidades y apruebo el Tratado de Lisboa.
Adam Bielan, Marcin Libicki y Konrad Szymański (UEN), por escrito. − (PL) Me he abstenido en la votación final del informe sobre el Tratado de Lisboa porque dicho informe ha excedido ampliamente los acuerdos alcanzados en las cumbres de la UE de Bruselas y Lisboa.
El Tratado de Lisboa supuso un compromiso muy complejo para todas las partes implicadas. Ir más allá de ese compromiso —como se pone de manifiesto mediante las menciones a la ausencia de símbolos de la UE, a acuerdos en el sistema de votación del Consejo referentes a las cláusulas de exclusión e inclusión voluntarias y a la Carta de los Derechos Fundamentales— implica daños políticos para el proceso de ratificación.
Es más, no puedo apoyar los puntos que preparan el terreno para campañas destinadas a la constitucionalización de la Unión.
Carlos Coelho (PPE-DE), por escrito. – (PT) El Tratado de Lisboa es el mejor acuerdo para superar la crisis institucional y aportar una mayor flexibilidad a los mecanismos de toma de decisiones que son esenciales para que la ampliada Unión Europea de veintisiete Miembros funcione hoy en día en un mundo globalizado y en constante cambio.
Celebro el hecho de que se le haya concedido personalidad jurídica a la UE, de que se haya sustituido la estructura de los tres pilares por un marco institucional único y la aplicación generalizada del método de la Comunidad.
Aplaudo las medidas para mejorar la transparencia y la fiabilidad y para reforzar la participación y los derechos de los ciudadanos europeos tanto a nivel informativo como a través de la iniciativa legislativa popular.
Me satisfacen los cambios en los ámbitos de la libertad, la seguridad y la justicia, en los que las actuaciones tendrán objetivos más ambiciosos y procedimientos más efectivos, sin tener que volver a recurrir a instrumentos y procedimientos intergubernamentales.
Celebro la mayor implicación de los Parlamentos nacionales, en especial en lo referido al seguimiento del principio de subsidiariedad.
Lamento que se hayan hecho concesiones, por ejemplo que se haya pospuesto la aplicación de elementos importantes, como el nuevo sistema de votación en el Consejo, y las exclusiones e inclusiones voluntarias de británicos e irlandeses sobre temas que ya se incluían en el ámbito de actuación del tercer pilar. Temo que la instauración de un Presidente del Consejo Europeo electo signifique la pérdida de las ventajas de las Presidencias rotativas sin aportar a cambio ningún valor añadido al funcionamiento de la UE y la creación de problemas entre las distintas instituciones.
Paul Marie Coûteaux, Patrick Louis y Philippe de Villiers (IND/DEM), por escrito. – (FR) El Parlamento Europeo acaba de aprobar el Tratado de Lisboa a pesar de que nadie se lo había pedido.
Obviamente, la delegación de Movimiento por Francia (MPF) en el Parlamento Europeo ha votado en contra de este informe ya que es consciente de la naturaleza puramente simbólica de este acto.
Es muy significativo que los representantes electos de Francia y los Países Bajos con un puesto en Estrasburgo estén votando a favor del Tratado a la par que admiten que es una copia de la extinta Constitución Europea, a pesar de que sus pueblos hayan rechazado formalmente ese texto. También es muy significativo que el Parlamento Europeo esté votando a favor del Tratado a pesar de que ninguno de los diputados ha podido leer una versión consolidada del texto. Después de que el Parlamento húngaro lo ratificará en la sombra, el Parlamento Europeo va a aprobar un texto que no se ha leído.
La delegación de MPF en el Parlamento Europeo desea ahora suerte a los irlandeses amantes de la libertad: su referéndum no será sólo suyo, estarán votando en representación de todo aquel que no ha tenido la oportunidad de hacerlo, especialmente de los franceses, cuyo voto se ha ignorado.
Manuel António dos Santos (PSE), por escrito. – (PT) He votado a favor de este informe y apoyo su respectiva resolución.
Sin embargo, en el último momento, hubo un problema con el mecanismo de votación, por lo que me ha resultado materialmente imposible expresar mi total aprobación.
Presento esta explicación de voto para que el hecho quede adecuadamente registrado.
Ilda Figueiredo (GUE/NGL), por escrito. – (PT) Ésta es una resolución lamentable del Parlamento Europeo cuyo único objetivo es confundir a los ciudadanos y presionar a los Estados miembros para que ratifiquen el Tratado de Lisboa, ya que el Parlamento Europeo no tiene competencia para efectuar dicha aprobación. Sólo los Estados miembros pueden ratificarlo.
Aún así, durante el debate y la votación, hemos apoyado las actuaciones democráticas encaminadas a introducir un elemento de pluralismo en el debate y hemos destacado la necesidad de una mayor democracia solicitando referéndums. Por eso nuestro grupo presentó varias propuestas de resolución que, desafortunadamente, fueron rechazadas. En concreto se trataba de propuestas que expresaban nuestra oposición al Tratado de Lisboa, subrayando algunos de sus aspectos más preocupantes, como las tendencias hacia la militarización de la Unión Europea en estrecha cooperación con la OTAN, que imponen un crecimiento en el gasto militar y disponen la realización de operaciones militares para proteger los valores de la Unión y servir a sus intereses.
También condenamos el hecho de que las disposiciones de los Tratados actuales, en los que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha basado recientemente sus sentencias (sentencias sobre los casos Laval/Vaxholm y Viking Line) para justificar el dumping social y subordinar el derecho de los trabajadores de emprender acciones colectivas al respeto de la libre prestación de servicios, se hayan incluido en su totalidad en el Tratado de Lisboa, exigiendo que el derecho a emprender acciones colectivas continúe siendo competencia exclusiva de los Estados miembros.
Glyn Ford (PSE), por escrito. − Celebro este informe del señor Méndez de Vigo y del señor Corbett, que enfatiza el hecho de que el Tratado de Reforma no es una Constitución pero al mismo tiempo permite a Europa buscar la nueva función internacional que tendrá que desempeñar en las próximas décadas.
Refuerza el poder institucional de la Unión. Mejora la democracia al conferir facultades al Parlamento Europeo. Permite que se desarrolle la Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión para garantizar que el potencial industrial y económico de Europa tiene un reflejo en la política mundial y en concreto posibilitará el hecho de que la UE desempeñe un papel clave para resolver el problema del calentamiento global.
Robert Goebbels (PSE), por escrito. – (FR) He votado «sí» al Tratado de Lisboa porque, por desgracia, no hay otra alternativa. Sin embargo, debemos ser claros. No es con un minitratado de 300 páginas tan ininteligible como oscuro con lo que la UE se ganará la confianza de sus ciudadanos, en especial porque la multiplicidad de exclusiones voluntarias nos va a conducir a una Europa de bloqueos constantes o incluso a una Europa de «geometría variable».
Este nuevo Tratado es simplemente un último recurso. Debemos redactar rápidamente un tratado para una reforma radical que sea ratificado mediante un único referéndum por los ciudadanos de toda Europa. Aquellos países en los que los votantes digan «no» tendrán la libertad de retirarse de la UE o de someterse a las normas comunes. Ése es el precio que tendremos que pagar para conseguir una Unión Europa realmente integrada con políticas más solidarias.
Bruno Gollnisch (NI), por escrito. – (FR) Pocas veces hemos visto en esta Cámara un informe tan estalinista como éste: ¡es pura propaganda falaz! Sólo en esta Cámara y en el universo de Sarkozy se puede afirmar que el Tratado de Lisboa es esencialmente diferente de la Constitución Europea, cuando la inmensa mayoría de los Jefes de Estado y los Gobiernos de la UE e incluso el padre de la Constitución, Valéry Giscard d’Estaing, han dicho exactamente lo contrario.
Los ponentes se han permitido un alarde cultural al comienzo de la exposición de motivos citando algunas líneas del Julio César de Shakespeare. Esta cita explica en esencia que debemos seguir las fuerzas subyacentes que conducen a grandes cambios en la sociedad o de lo contrario acabaremos arruinados y fracasados. El problema es que, para ellos, esas fuerzas son el Tratado de Lisboa y la creación artificial y forzada de un «súper Estado» europeo centralizado, cuando en realidad la verdadera fuerza en este ámbito es el creciente rechazo a este proyecto de los ciudadanos. El pueblo aspira a volver a descubrir sus raíces y su identidad y a encontrar protección contra los cambios que rechaza pero que otros desean imponerle: las estructuras políticas que le arrebatan su libertad y la globalización financiera que le arruina.
Hélène Goudin y Nils Lundgren (IND/DEM), por escrito. − (SV) La mayoría de este Parlamento está demostrando de nuevo lo alejada que está de la realidad. Los resultados de los referéndums no tienen ningún valor si van en contra del deseo de la clase política.
Nuestro grupo Junilistan defiende un referéndum sobre el Tratado de Lisboa en Suecia. Es primordial que cada Estado miembro decida si va a celebrar un referéndum.
Todo el proceso en torno al nuevo Tratado de la UE ha sido vergonzoso. Una convención cuyo método de trabajo recibió múltiples críticas fue la encargada de presentar una propuesta de constitución para la UE. Después, se evitó el debate, se hicieron ajustes y se tergiversaron las cosas para conseguir que se aprobara un tratado aún más federalista a pesar del «no» de la población de Francia y los Países Bajos.
Deseamos ver un nuevo tratado en el que la UE sea ante todo un foro para la cooperación intergubernamental.
Por todo ello hemos votado en contra del informe del Parlamento sobre el Tratado de Lisboa.
Pedro Guerreiro (GUE/NGL), por escrito. – (PT) Bien puede la mayoría del Parlamento Europeo —que incluye a diputados del PS (Partido Socialista), el PSD (Partido Socialdemócrata) y el CDS/PP (partido de derecha populista)— proclamar la «aprobación» de la propuesta de Tratado de la UE que, como muchos saben, no tiene valor ni consecuencias jurídicas.
Tiene un objetivo diferente: ejercer presión, concretamente para garantizar que la propuesta de Tratado se ratifique de modo que pueda entrar en vigor el 1 de enero en 2009, y hacer propaganda.
Ésa es la razón por la que el informe contiene confusiones y omisiones, porque intenta ocultar el verdadero contenido y las consecuencias de la propuesta de Tratado Europeo. Les daré algunos ejemplos.
Por un lado califica de «mayor eficacia» al mayor dominio en el proceso de toma de decisiones de las grandes potencias de la UE y de «refuerzo del papel de los Parlamentos nacionales» a la transferencia a las competencias de los Parlamentos nacionales a instituciones supranacionales de la UE. Por otro lado, omite asuntos como la militarización de la UE dentro del marco de la OTAN, la liberalización del mercado único con su libre movimiento de bienes, capital y servicios y la supremacía de la competencia, la unión económica y monetaria con el euro, su Banco Central Europeo y su Pacto de Estabilidad y la liberalización del comercio internacional como políticas y objetivos de la UE.
Por esos motivos hemos votado en contra.
Marian Harkin (ALDE), por escrito. − Voto a favor de esta enmienda a pesar de que el Tratado de Lisboa sólo puede entrar en vigor tras ser ratificado por todos los Estados miembros, por lo que automáticamente respeta el resultado del referéndum de Irlanda. Sin embargo, voto a favor de la enmienda, a pesar de que no añade nada al informe.
Anna Hedh (PSE), por escrito. − (SV) Como ha sucedido anteriormente con respecto al nuevo Tratado de la UE, he decidido adoptar una postura diferente a la de mi grupo y he votado en contra del informe sobre el Tratado de Lisboa. Sin duda, hay muchas mejoras en la propuesta, pero me opongo a la tendencia actual de la Unión hacia un mayor supranacionalismo. Deseo la cooperación europea a nivel intergubernamental. Apoyo firmemente la idea de cooperación internacional para resolver los problemas comunes. Existen importantes tareas que debemos llevar a cabo juntos, especialmente con respecto al medio ambiente, a la trata de seres humanos y al dumping social. Sin embargo, creo que la propuesta refuerza la primacía de la legislación europea sobre la legislación nacional, que resta poder a los Estados miembros y que concede más poder a los países grandes que a los países pequeños. Eso es algo a lo que me opongo.
He optado por votar en contra de la enmienda que propone que la UE decida sobre los referéndums de toda la Unión porque creo que cada Estado miembro debe decidirlo por sí mismo.
Mieczysław Edmund Janowski (UEN), por escrito. − (PL) En la votación final sobre el informe (A6-0013/2008) del señor Corbett y el señor Méndez de Vigo referente al Tratado de Lisboa, me he abstenido. El motivo que me ha impulsado a hacerlo es que las conclusiones derivadas de este informe van mucho más allá del marco acordado durante las conversaciones y las cumbres de Lisboa y Bruselas (13 y 14 de diciembre de 2007).
El compromiso al que se llegó en aquel momento fue el resultado de ciertas concesiones que hicieron todas las partes implicadas. Por lo tanto creo que la crítica expresa a esos acuerdos que puede verse en algunos puntos del informe no contribuye al proceso de encontrar soluciones que puedan resultar aceptables para todas las partes implicadas en los mismos. Este hecho afecta por ejemplo a las cláusulas de exclusión e inclusión voluntarias, a la Carta de los Derechos Fundamentales, al sistema de votación del Consejo y a los símbolos de la UE, y también está relacionado con las formulaciones que conducen a una vuelta a la idea de crear una constitución europea, que al fin y al cabo fue rechazada.
Timothy Kirkhope (PPE-DE), por escrito. − Los conservadores británicos han votado en contra de este informe. Desde el principio, hemos dejado claro que este Tratado (Constitución) no es el camino por el que debe avanzar Europa. Los conservadores defienden una Europa de Estados independientes que trabajen juntos para superar los retos de la globalización, la pobreza internacional y el calentamiento global —nuestras prioridades— de un modo solidario y hemos sido claros y coherentes en nuestro enfoque, siendo plenamente conscientes de las repercusiones que probablemente tendrá el tratado en nuestros objetivos y ambiciones para Europa. Esto no es lo que se consigue mediante este texto ni mediante las aspiraciones de aquéllos que desean un estado europeo integrado.
Jean Lambert (Verts/ALE), por escrito. − He votado a favor de este informe, no porque considere que las enmiendas del Tratado de Lisboa abren el camino hacia una Unión Europea basada firmemente en el compromiso con el desarrollo sostenible, la paz y los derechos humanos en lugar de con el mercado y la competencia, sino porque creo que posee factores más positivos que los que incluyen nuestros Tratados actuales. La Carta de los Derechos Fundamentales es una contribución importante. Toda la legislación de la UE y su aplicación a nivel de Estado miembro tendrá que comprobarse con la Carta y podrá recusarse si no cumple los requisitos.
Una ampliación del proceso de codecisión significa una mayor exhaustividad y más claridad en el proceso de toma de decisiones. La iniciativa ciudadana es un importante paso hacia delante. Me preocupa mucho la ampliación de la cooperación militar, que ya se está llevando a cabo, y deseo que el Parlamento Europeo y nuestros Parlamentos nacionales examinen de cerca esta evolución. Es esencial que la UE se base en su potencial como potencia diplomática y defensora de la consolidación de la paz.
Creo que es importante que los ciudadanos de la UE participen en el proceso de ratificación mediante referéndums y que se respeten sus resultados. Son los Gobiernos y el Consejo los que deben aportar una respuesta práctica a este principio general, no este Parlamento.
Jörg Leichtfried (PSE), por escrito. − (DE) Voto a favor del informe sobre la resolución del Parlamento Europeo referida al Tratado de Lisboa porque este Tratado es vital para el futuro desarrollo de Europa y es absolutamente necesario para que en un futuro el modelo de bienestar austriaco y la seguridad de nuestros ciudadanos alcancen su pleno desarrollo. Comparto la opinión de que, en su conjunto, el Tratado representa una mejora importante de los tratados previos y que garantizará un mayor control democrático en la Unión. Creo que el crecimiento del valor democrático de la Unión Europea se encuentra, en primer lugar, en la ampliación del procedimiento de la codeterminación, en segundo lugar, en el mecanismo de votación de doble mayoría y, en tercer lugar, en la elección del Presidente de la Comisión por decisión mayoritaria del Parlamento Europeo. Finalmente, aunque no por ello menos importante, puede verse en la mayor solidez de la representación de los Parlamentos nacionales mediante la posibilidad de oponerse a las infracciones relativas a la distribución de competencias y a la posibilidad que tienen los Parlamentos nacionales de comentar todas las iniciativas legislativas de la UE.
Caroline Lucas (Verts/ALE), por escrito. − He votado en contra de este informe para que quede registrada mi oposición a la arrogancia y la indiferencia mostrada por los líderes políticos de toda la UE hacia los deseos de los ciudadanos de la UE y para manifestar claramente que creo que la población de la UE debería poder votar en un referéndum sobre este tema.
El Tratado de Lisboa es esencialmente una nueva forma de presentar la antigua Constitución, que ya fue rechazada por Francia y los Países Bajos, dos de los países en los que se permitió celebrar referéndums. El propio Valéry Giscard d'Estaing, uno de los artífices clave del texto original, ha dicho que: «Las propuestas del Tratado Constitucional original prácticamente no se han modificado. Simplemente se han repartido entre los antiguos Tratados en forma de enmiendas».
No me opongo al principio de una constitución. Pero me opongo a ésta en concreto (y al Tratado que la reproduce) porque los ciudadanos de la UE se merecen algo mejor. Aunque el Tratado incluye algunas medidas positivas, éstas tienen menos peso que las negativas: por ejemplo, una mayor militarización de la UE, además de medidas que fomentan el incremento de la liberalización y la privatización. Y lo que es peor, desperdicia una oportunidad perfecta para convertir la sostenibilidad y la seguridad climática realmente en la esencia de la Unión y no es capaz de acercar las instituciones de la UE a los ciudadanos europeos.
Astrid Lulling (PPE-DE), por escrito. – (FR) Si hubiera un concurso para escoger la mejor tesis doctoral sobre el Tratado de Lisboa, el texto del informe de la Comisión de Asuntos Constitucionales merecería el primer premio y los máximos elogios.
La resolución constituye un análisis y una crítica excelentes del contenido de este Tratado completamente incomprensible. Aquéllos que teman la aparición de un «súper Estado» centralizado y todopoderoso pueden estar más que tranquilos. No se ha efectuado ningún avance importante con respecto al contenido del Tratado Constitucional, pero se han abandonado o descartado muchos elementos.
Los coponentes señalan la falta de perspectiva y ambición mostrada por los dirigentes nacionales en el ámbito político e incluso una desconfianza patente hacia la UE y sus instituciones.
Los euroescépticos deberían estar encantados con estas concesiones: el retraso de su entrada en vigor, el mantenimiento de la unanimidad en 72 casos, inclusive en el ámbito de los impuestos y la adopción de un marco financiero plurianual, exenciones, cláusulas de exclusión e inclusión voluntarias, especialmente para el Reino Unido, y la posibilidad de una «retirada voluntaria» de la UE.
Aquéllos que lamentan las «concesiones cuya aceptación le resulta compleja al Parlamento» deberán consolarse, por una parte con el refuerzo del papel de colegislador del Parlamento Europeo y el reparto de sus poderes presupuestarios para conseguir paridad con el Consejo y, por otra parte, con el hecho de que el principio de doble mayoría facilitará el proceso de toma de decisiones en el Consejo.
David Martin (PSE), por escrito. − En este informe sobre el Tratado de Lisboa observamos claramente que el Tratado reforzará los credenciales democráticos de la Unión Europea. Con una mayor implicación tanto de los parlamentos nacionales como del Parlamento Europeo en los procesos de toma de decisiones, estamos dando al pueblo europeo lo que siempre ha pedido de la Unión Europea: una mayor voz. El Tratado se concentra en una elaboración de políticas eficiente y coherente, tal y como se pone de manifiesto en el informe, lo que nos capacita para enfrentarnos a desafíos globales muy difíciles. He votado a favor del informe y quiero felicitar a los ponentes por haber elaborado un excelente informe acerca de una cuestión muy delicada y fundamental para el futuro de la Unión.
Erik Meijer (GUE/NGL), por escrito. − (NL) El contraste del proyecto de Constitución rechazado en votación por dos Estados miembros en 2005 era que respondía a los deseos de las grandes empresas, de los gobiernos nacionales y de la mayor parte de los diputados de los parlamentos nacionales, pero contaba con un escaso apoyo entre los votantes. En los pocos países que celebraron referendos se puso de manifiesto que el intenso debate público y la elevada participación se tradujeron en numerosos votos en contra. La gente no quiere que Europa les imponga decisiones que ellos mismos nunca querrían haber tomado.
Consideran que Europa es útil para resolver problemas transfronterizos de forma pacífica y para abordar problemas a gran escala que los Estados miembros individuales no pueden solucionar por sí solos, pero no ven la utilidad de una Europa que cada vez ocupa más el lugar del país en el que viven. La Constitución fue un ejemplo de ventas vinculadas de cosas buenas y malas, sin la oportunidad de eliminar los puntos negativos en los ámbitos de economía y armamento. El nuevo Tratado todavía mantiene un gran parecido con la Constitución. El rechazo de los referendos refleja el miedo del electorado. Hoy la adopción de la Constitución modificada por una clara mayoría transmite un mensaje claro: «no entrar; esta Europa es solamente para políticos profesionales».
Athanasios Pafilis (GUE/NGL), por escrito. – (EL) La Unión Europea y su profundamente impopular Tratado no pueden esconderse tras sus pretensiones demagógicas de ser más democráticos y sociales. Las luchas imperialistas han sido temporalmente ocultadas a fin de lanzar un ataque aún mayor sobre los derechos y las libertades de los trabajadores, y para organizar un incremento de los beneficios de los monopolios.
El informe sobre el Tratado de Lisboa y la rebautizada Constitución europea es un llamamiento para que la legislación de la Unión combata la oposición de los trabajadores de los Estados miembros. La alianza de los defensores políticos de la Unión Europea, incluyendo los partidos Nueva Democracia y PASOK, no quieren referendos porque son conscientes de la oposición de los trabajadores que soportan un capitalismo bárbaro y la agresión imperialista.
El Tratado de Lisboa y la Constitución europea refuerzan la Unión Europea, para que pueda operar de forma más eficiente y beneficiar a los monopolios europeos. Como resultado, el Tratado de Lisboa y la Constitución europea:
- refuerzan la impopular dotación de armamento para la Unión Europea,
- fomentan la reestructuración capitalista,
- desarrollan nuevas políticas para explotar a los trabajadores y violar sus derechos sociales,
- intensifican la militarización de la Unión Europea,
- adoptan el dogma de la guerra preventiva,
- ratifican las intervenciones imperialistas, incluso en Estados miembros,
- limitan los derechos soberanos de los Estados miembros,
- suprimen el derecho a veto en beneficio de los países más fuertes,
- impulsan y crean nuevos mecanismos de represión,
- limitan aún más los derechos individuales y las libertades de las personas.
Los trabajadores de la Unión Europea tienen la facultad de condenar el Tratado Europeo y a la propia Unión Europea.
Dimitrios Papadimoulis (GUE/NGL), por escrito. – (EL) El Tratado de Lisboa supone un paso atrás en comparación con la Constitución europea. No ha descartado ninguna de sus cargas neoliberales: no hay absolutamente ningún concepto de responsabilidad democrática en el Banco Central Europeo, el Pacto de Estabilidad y Crecimiento es unilateral y se defiende el libre mercado.
A petición del señor Brown y de los hermanos Kaczyński, el Tratado de Lisboa ha rechazado ciertos símbolos positivos accesibles para cualquier país, como banderas e himnos. La naturaleza vinculante de la Carta de los Derechos Fundamentales ha sido distorsionada por una cláusula de exclusión voluntaria.
Hemos pedido referendos para reforzar el diálogo público y la participación ciudadana. La negativa a celebrar referendos demuestra la gran laguna existente entre la élite europea y las esperanzas y necesidades de los ciudadanos europeos, además de reforzar la indiferencia y el escepticismo con respecto a Europa.
Nosotros, la SYN (Coalición de Izquierda) y el Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica, nos oponemos a este Tratado: en nuestra lucha diaria estamos despejando un camino diferente para la Unión Europea. Queremos ser más parte de Europa. La Europa que nosotros queremos está políticamente más unida; cuenta con una política social y medioambiental más sólida, con un presupuesto comunitario sustancialmente mayor, sin ceder el control al BCE. Esta Europa es activa e independiente en su gestión de los problemas relacionados con la paz mundial; no está siempre a disposición del Presidente Bush.
Tobias Pflüger (GUE/NGL), por escrito. − (DE) El Tratado de Lisboa hará posible una Europa militarista.
Los anteriores tratados de la CE y de la UE no permiten un presupuesto militar permanente para la Unión Europea, pero el «fondo inicial» (artículo 28, párrafo 3) soportará ahora el gasto militar de las operaciones de la Unión Europea. Además de los presupuestos militares de los Estados individuales, prevé que la Unión Europea tenga su propio presupuesto militar. El artículo 28, letra c), párrafo 3, contiene la tan criticada obligación de ayuda y asistencia mutua que se aplicará a través de una Agencia Europea de Defensa (artículo 28). La colaboración institucional entre la Unión Europea y la OTAN se estipula en el Tratado (artículo 28, letra a), párrafo 7).
El derecho del Parlamento alemán a decidir si el ejército federal alemán se desplegará en otros países se ve notablemente socavado. El Tratado de Reforma permite la formación de un núcleo militar europeo a través de una «cooperación estructurada permanente». Esto crea un marco legislativo primordial para un mayor despliegue de grupos de combate de la Unión Europea (Protocolo 4, artículo 28) Se estipula de forma explícita que el Tribunal de Justicia europeo no tendrá competencia (artículo 11, párrafo 240, letra a). Tampoco tendrá competencia el Parlamento Europeo; simplemente se le mantendrá informado (artículo 21). Esto exime a la futura intervención militar del control democrático.
Esta aprobación de una Europa militarista está acompañada de una separación represiva de las fronteras exteriores. El nuevo artículo 62 del Tratado de Reforma está diseñado para lograr «instaurar progresivamente un sistema integrado de gestión de las fronteras exteriores».
Gracias a la ejecución antidemocrática del Tratado de Lisboa, pasando por alto los referendos, a la codificación de políticas económicas neoliberales y a las partes militaristas del documento, Europa está avanzando en una dirección totalmente equivocada.
Boguslaw Rogalski (UEN), por escrito. − (PL) He votado, con profunda convicción, en contra del Tratado de Lisboa, dado que viola los principios de la democracia. Es un Tratado lleno de mentiras y que desprecia la opinión de los pueblos de Europa. Es un Tratado de eufemismos. A pesar del rechazo a la Constitución expresado por franceses y neerlandeses, se está introduciendo una versión ampliada de forma camuflada, que juega con las palabras e ignora sus votos.
Se ha sustituido la palabra «Constitución» por la palabra «Tratado». El Presidente de la Unión Europea (Prezydent) se llama «Przewodniczacym», el Ministro de Asuntos Exteriores es el Alto Representante para Asuntos Exteriores. Esto es pura hipocresía y tiene por objeto establecer un nuevo «superestado» sobre las cabezas de los pueblos. En sus orígenes, la Unión Europea consistía en una profunda cooperación económica. También he votado en contra del informe, porque este Parlamento ha rechazado la posibilidad de recurrir a una forma suprema de democracia: el referendo.
Un acto jurídico tan importante como este, de rango constitucional, debería ser adoptado de esta forma en particular. El escándalo es que este Parlamento ha rechazado la enmienda 32, por la que se obligaba a respetar el resultado de un referendo en Irlanda. Por otra parte, hemos aprobado por votación un documento con el que todavía no estamos familiarizados, dado que todavía no hay ningún texto consolidado impreso del Tratado en las lenguas de los Estados miembros.
Esto es democracia controlada, que ignora a los ciudadanos y se niega a concederles el derecho a voto. Yo no quiero tener nada que ver con una democracia así y los comentarios burlones realizados por el Presidente Pöttering después de la votación demuestran que la democracia en este Parlamento, al igual que en Europa, está agonizando.
Luca Romagnoli (NI), por escrito. − (IT) Señor Presidente, Señorías, estoy totalmente en contra de este informe.
Desde el principio he expresado mi oposición a la forma en que se ha creado y ratificado el Tratado de Lisboa. De hecho, creo que un Tratado no puede ser simplemente ratificado por los parlamentos nacionales, sino que se necesita un referendo.
Por otra parte, viendo los méritos del propio texto, estoy totalmente en desacuerdo con algunas secciones. En particular, en el tercer punto del párrafo 6, lamento profundamente la referencia a Italia, aunque implícita. De hecho, el texto expresa pesar por el «escaño suplementario concedido a un Estado miembro como excepción al principio de proporcionalidad decreciente». A decir verdad, esto es absolutamente falso. Con esta atribución, aunque sea en forma de un escaño adicional, se ha reactivado en cierto modo la discriminación organizada para perjudicar a Italia.
Olle Schmidt (ALDE), por escrito. − (SV) El Tratado de Lisboa es un paso fundamental para garantizar un funcionamiento mejor y más efectivo de la Unión Europea. Por lo tanto, acojo con satisfacción el hecho de que en el Parlamento Europeo hayamos aprobado juntos el informe relativo al Tratado de Lisboa. Esto significa una estructura más clara de la toma de decisiones y más poder para la única asamblea elegida por el pueblo de la Unión Europea, el Parlamento Europeo, una política exterior común reforzada y nuevos cargos, como el Alto Representante para Asuntos Exteriores y el Presidente del Consejo Europeo. El Tratado conlleva cambios radicales y, por lo tanto, apoyo la propuesta de un referendo paneuropeo, una alternativa interesante a un referendo sueco, que considero necesario para brindar a los ciudadanos la oportunidad de expresar su opinión acerca de cuestiones que son de crucial importancia para ellos.
Brian Simpson (PSE), por escrito. − Este es un momento histórico muy importante, el momento en el que la Unión Europea intenta llegar hasta el siglo XXI. Muchos de la extrema derecha de este Parlamento temen una Unión Europea efectiva, porque reducirá su capacidad para alimentar el miedo a nivel nacional. De ahí sus demandas prácticamente histéricas, por una parte, y su comportamiento totalmente inaceptable, por la otra.
Felicito a nuestros coponentes por su trabajo. Debemos recordar todos que lo que tenemos ante nosotros es un tratado de reforma y modificación que garantizará que una Unión Europea de 27 Estados miembros pueda trabajar de forma efectiva y, lo que es más importante, trabajar estrechamente con sus ciudadanos.
Apoyaré este informe con la esperanza de que esto envíe el mensaje, no solamente a nuestros ciudadanos, sino también a los gobiernos de nuestros Estados miembros, de que este Parlamento desea realmente una Unión Europea más responsable y efectiva.
Catherine Stihler (PSE), por escrito. − Yo también quiero expresar mi apoyo al comentario de la Comisaria Wallström de que hay que garantizar que las mujeres estén representadas en los cuatro cargos superiores de la Unión Europea. Durante demasiado tiempo, estos cargos superiores de la Unión Europea se han considerado un «feudo masculino». Debemos apartarnos de la percepción del «club de chicos» hacia un grupo más representativo para la gestión de la Unión Europea. Las mujeres merecen estar representadas.
Andrzej Jan Szejna (PSE), por escrito. − (PL) Votaré a favor del informe del señor Corbett y el señor Méndez de Vigo sobre el Tratado de Lisboa.
El informe subraya con acierto que los cambios introducidos por el nuevo Tratado harán que los principios conforme a los que actúa la Unión Europea sean más democráticos y más apropiados para el futuro desarrollo de la Comunidad. Un elemento importante es el refuerzo del papel tanto del Parlamento Europeo como de los parlamentos nacionales, así como la introducción de la Carta de los Derechos fundamentales. Cabe señalar también que se ha introducido un proceso de toma de decisiones más efectivo para las instituciones de la Unión Europea.
Lars Wohlin (PPE-DE), por escrito. − (SV) La Constitución debe ser rechazada. Necesitamos una Constitución nueva, no solo un nombre nuevo. Es necesario llevar a cabo una revisión fundamental, que, como en el caso de una Constitución normal, limite y aclare las competencias del Tribunal de Justicia europeo y el papel de la Unión Europea. Es importante definir las cuestiones que son de una naturaleza supranacional, es decir cuestiones como el libre comercio, el cambio climático, la lucha contra el crimen internacional, el terrorismo y la integración. Cabe destacar que, en todos estos ámbitos, Gran Bretaña ha sido una fuerza de impulso a lo largo de todo el desarrollo de la Unión Europea.
En mi opinión, Suecia debería exigir las mismas excepciones que se le han concedido a Gran Bretaña, tanto la cláusula de participación como la de exclusión voluntaria. No hay razón para tratar a Suecia de forma diferente. Los ciudadanos suecos han votado en contra del euro y sería razonable que el próximo tratado aclarase que Suecia no está obligada a participar en la cooperación monetaria.
Nada de esto se encuentra en la propuesta actual y por esta razón he decidido votar en contra del informe.
Ilda Figueiredo (GUE/NGL), por escrito. – (PT) En primer lugar, pensamos que le corresponde a cada país, de acuerdo con sus prácticas, tradiciones y necesidades específicas, decidir cómo organizar, recoger y recopilar los datos pertinentes, aunque somos conscientes de que, en ocasiones, es necesario alcanzar acuerdos para tener datos comparables y realizar estudios comparables para varios países. No obstante, en nuestra opinión, la propuesta de Reglamento presentada por la Comisión Europea no garantiza debidamente la protección de la confidencialidad ni respeta los diversos aspectos implicados en el complejo proceso de recogida de estos datos.
En el debate de la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales se insistió mucho en que la propuesta debería ser aprobada en primera lectura, lo que refleja también el deseo de garantizar que se den todas las condiciones necesarias para la posible entrada en vigor del nuevo Tratado.
A pesar de que hemos apoyado algunas de las propuestas que se habían introducido durante la fase de trabajo parlamentario, tenemos nuestras dudas con respecto a los resultados obtenidos sobre la base del acuerdo entre los principales grupos políticos del Parlamento Europeo. Por esta razón nos hemos abstenido.
Hélène Goudin y Nils Lundgren (IND/DEM), por escrito. − (SV) Este informe recomienda que los censos de población y vivienda de los Estados miembros se armonicen hasta un grado un poco absurdo. En nuestra opinión, los Estados miembros deben decidir independientemente si desean registrar todo, desde la composición generacional de los hogares privados hasta las distancias desde el lugar de residencia habitual hasta los espacios verdes y de recreo. Consideramos que tanto el Reglamento del Consejo como el informe del Parlamento realizan propuestas excesivamente detalladas y entrometidas. Por lo tanto, hemos votado en votado en contra, tanto por lo que respecta a la propuesta modificada del Parlamento como en la votación final.
Jens Holm y Eva-Britt Svensson (GUE/NGL), por escrito. − (SV) Hoy hemos votado el informe de Ona Juknevièienë relativo a los censos de población y vivienda. Decidimos votar en contra en la votación final. Los Estados miembros son capaces por sí mismos de hacer frente a cuestiones relacionadas con los censos de población y vivienda, y se trata de un ámbito en el que la Unión Europea no necesita interferir.
Ian Hudghton (Verts/ALE), por escrito. − La precisión y fiabilidad de la información relativa a la población y la vivienda son esenciales para aplicar políticas efectivas a nivel nacional y comunitario. En el pasado, las incoherencias existentes entre los diferentes Estados miembros han dificultado las comparaciones internacionales, por lo que acojo con satisfacción los cambios dirigidos a aclarar estas cuestiones. No obstante, también soy consciente de que estas cuestiones plantean preguntas relativas a la protección de datos y reconozco el gran trabajo realizado en la comisión para hacer frente a estas preocupaciones. Así pues, he apoyado la enmienda 71 y el informe en conjunto.
David Martin (PSE), por escrito. − Acojo con satisfacción esta propuesta de Reglamento sobre los censos de población y vivienda. Al formular un conjunto común de directrices europeas que permitan la comparación de estadísticas de toda Europa, mejoraremos la capacidad de la Unión Europea para elaborar legislación coherente con las cambiantes necesidades de los pueblos de toda Europa. He votado a favor del informe.
Mary Lou McDonald (GUE/NGL), por escrito. − Entiendo la necesidad de obtener unas estadísticas fiables adecuadas para los fines de la planificación. También reconozco que este informe supone una mejora importante con respecto a la propuesta de la Comisión.
No obstante, no me convence la idea de que la Unión Europea recopile estadísticas con este nivel de detalles. Francamente, algunas preguntas no son asunto de la Unión Europea. ¿Qué interés tiene el estado civil de las personas para la Unión Europea?
Por otra parte, a pesar de que existen ciertas garantías en materia de anonimato y protección de datos, me preocupa que no sean lo suficientemente sólidas, sobre todo en vista de los recientes fracasos a gran escala por lo que respecta a la protección de datos.
Por estas razones, he votado en contra de la resolución legislativa.
Andreas Mölzer (NI), por escrito. − (DE) Como hemos experimentado, las diferencias culturales se pueden intensificar en cualquier momento. A este respecto, en Europa, especialmente en las grandes aglomeraciones urbanas, estamos sentados sobre un polvorín que no se puede subestimar. Por lo tanto, con respecto a los conflictos de carácter étnico que estallan de vez en cuando, al fin y al cabo es positivo que la Unión Europea quiera realizar preguntas acerca del origen étnico y la religión, para elaborar un censo de toda la Unión Europea en 2011. Los datos estadísticos relativos a la composición étnica y cultural de la población residente podría ayudar a prevenir la violencia.
Luís Queiró (PPE-DE), por escrito. – (PT) Es muy importante contar con datos fiables acerca de la población y la vivienda en la Unión Europea, dado que estos datos son de vital importancia para la planificación, la administración y el control de diversas políticas, que con frecuencia tienen un componente europeo. Las estimaciones anuales de la población de alta calidad son necesarias, porque tienen implicaciones para dos ejes fundamentales de la Unión Europea: el proceso democrático de la Unión, dado que las estimaciones anuales de la población se utilizan para el cálculo estricto del proceso de votación por mayoría cualificada del Consejo, y también para los fines de la convergencia de los Fondos Estructurales, la principal prioridad de la política de cohesión de la Unión Europea, especialmente para determinar las regiones que son subvencionables.
Por lo tanto, creo que esta propuesta tiene una importancia política considerable, en la medida en que nos ayuda a cumplir de forma más precisa los criterios para la democracia, el desarrollo y la cohesión de la Unión Europea.
Elisabeth Schroedter (Verts/ALE), por escrito. − (DE) Para el Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea es un éxito que la propuesta de la Comisión para este Reglamento no se haya limitado a pasar por el Parlamento como una cuestión rutinaria.
Gracias a nuestra tenacidad, los Verdes hemos conseguido asegurarnos de que este Reglamento garantice protección por lo que respecta a la recopilación de información delicada en el ámbito de las condiciones de vida y de la población. El anexo voluntario, que regulaba la recopilación de microdatos y preguntas acerca de temas extremadamente delicados, tales como la conducta sexual y el alfabetismo, ha sido eliminado por completo.
Por otra parte, gracias a la presión de los Verdes, se recurrió al Supervisor Europeo de Protección de Datos en dos ocasiones. En su opinión, la protección de datos ha sido debidamente tenida en cuenta en el proyecto modificado que se presenta ahora ante el Parlamento. Por ejemplo, el Reglamento contiene nuestra enmienda relativa al cumplimiento de las disposiciones de protección de datos, tanto en los Estados miembros como a nivel comunitario. Por otra parte, ahora contiene referencias claras a las disposiciones de protección de datos que regulan el procesamiento y la transmisión de datos.
Con este apoyo adicional de refuerzo, el Reglamento ofrece ahora lo que pretendía —es decir, no la recopilación de nuevos datos, sino simplemente la normalización de la recopilación de datos estadísticos acerca de las características económicas y sociales más importantes de las regiones que ya se está produciendo a nivel nacional, a fin de poder realizar comparaciones en toda Europa—. La normalización de los datos europeos garantizará que la financiación regional se aplique de forma efectiva en aquellas zonas que más la necesitan.
Lars Wohlin (PPE-DE), por escrito. − (SV) Explicación de voto sobre la propuesta relativa a los censos de población y vivienda.
Hoy el Parlamento Europeo ha decidido en primera lectura con respecto a la propuesta de la Comisión de un nuevo Reglamento relativo a los censos de población y vivienda.
La propuesta tiene buenas intenciones, con vistas a facilitar la comparación de las estadísticas de los censos de población y vivienda. No obstante, el resultado final tiene un enorme alcance por lo que respecta a la información que se precisa. En su propuesta, la Comisión afirmaba que cada Estado miembro debería recopilar información acerca de sus ciudadanos, tales como su orientación sexual, las fechas del primer matrimonio y del matrimonio actual de las mujeres, el origen étnico, la religión y el número de hijos nacidos vivos.
Es sumamente alarmante que nuestra Comisión presente una propuesta con preguntas tan indiscretas y que, en la práctica, representan un registro de los ciudadanos.
Hoy el Parlamento ha eliminado algunas de las preguntas de mayor alcance. No obstante, prefiero votar en contra de la propuesta en su conjunto, dado que va demasiado lejos.
- Resolución en relación con la Estrategia de Lisboa (B6-0073/2008)
Giles Chichester (PPE-DE), por escrito. − Los conservadores británicos han apoyado constantemente los objetivos y las principales políticas de la Estrategia de Lisboa. En particular, hemos puesto de manifiesto la importancia de un mercado único de bienes y servicios plenamente operativo, para generar un mejor ambiente empresarial (especialmente para las PYME), estimular la innovación e introducir reformas en el mercado laboral orientadas a la capacitación, flexibilidad y motivación para generar nuevos puestos de trabajo.
Una vez más hemos votado a favor de esta propuesta de resolución anual relativa a la Estrategia de Lisboa, a fin de demostrar nuestro constante apoyo a la agenda de reforma subyacente. No obstante, esto no significa que apoyemos todas las recomendaciones detalladas que se han incluido. En particular, estamos totalmente en contra de las nuevas medidas sociales (salvo por la portabilidad de las pensiones) recogidas en la versión original del artículo 41.
También rechazamos la integración del transporte en el Tratado de Lisboa, como se estipula en el artículo 27, y aprovechamos la oportunidad para reafirmar nuestra firme opinión de que, en el Reino Unido, este Tratado debe someterse a la ratificación del electorado a través de un referendo.
Edite Estrela (PSE), por escrito. – (PT) He votado a favor de la resolución relativa a la Estrategia del Lisboa, una contribución al Consejo Europeo de Primavera 2008, porque creo que la Estrategia de Lisboa renovada mejora los ambiciosos objetivos por lo que respecta a la sociedad europea en conjunto, lo que parece esencial para afrontar las oportunidades y los desafíos de la globalización, el cambio demográfico, los desequilibrios sociales, el cambio climático, la seguridad energética, la seguridad alimentaria, el crecimiento económico y la integración de los inmigrantes.
Por lo tanto, la estricta aplicación de la Estrategia de Lisboa será decisiva para reforzar la posición competitiva de Europa en el mercado global, a través de la creación de empleo, la reducción de la pobreza y la inclusión social.
Ilda Figueiredo (GUE/NGL), por escrito. − (PT) En primer lugar, lamento que la propuesta de resolución relativa a la Estrategia de Lisboa que presentamos haya sido rechazada, lo que es sumamente grave ahora que estamos iniciando el ciclo final de la Estrategia de Lisboa.
Una vez más la mayoría del Parlamento Europeo rechaza un cambio de política y expresa su pleno apoyo e implicación en las políticas seguidas hasta la fecha: desregulación de los mercados y las relaciones laborales, liberalización de los bienes y servicios esenciales (servicios postales, transporte, telecomunicaciones, energía, etc.), para entregárselos a operadores privados en detrimento de los contribuyentes, los trabajadores y los pueblos.
Como se puede ver en Portugal, esta política marcadamente neoliberal se extiende cada vez más a otros sectores. Estamos siendo testigos de la creciente comercialización de la salud, la educación y la formación, lo que empeora las desigualdades sociales e incrementa la pobreza y la exclusión social en la Unión Europea.
Ahora también se está ejerciendo presión para reforzar el componente exterior de la Estrategia de Lisboa, es decir para imponer a terceros países, muchos de ellos menos desarrollados, condiciones económicas y políticas que exigen la apertura de esos mercados en beneficio de las grandes multinacionales europeas.
Malgorzata Handzlik (PPE-DE), por escrito. − (PL) La resolución relativa a la Estrategia de Lisboa contiene disposiciones muy importantes para los empresarios y consumidores. Una iniciativa que merece especial atención y apoyo es la relativa a la Ley de la pequeña empresa, que se basa en el principio de «pensar primero a pequeña escala». Espero que esta iniciativa se aplique de forma efectiva y rápida, con la implicación activa de las partes interesadas. No es necesario que les recuerde aquí la importancia del papel de las pequeñas y medianas empresas en la vida económica ni lo importante que es para el futuro de Europa que ocupen una posición especial y privilegiada.
También quiero llamar la atención sobre la protección de los derechos intelectuales. Todos sabemos que, en comparación con los Estados Unidos, el sistema de patentes europeo, con su excepcional falta de cohesión, supone un enorme quebradero de cabeza para algunos países europeos que están refrenando la innovación e investigación en un amplio frente, lo que perjudica a todo el continente. Por lo tanto, es importante disponer soluciones y propuestas conjuntas para la situación actual, al objeto de que todos los consumidores de la Unión Europea puedan beneficiarse de nuevos y modernos productos a un precio adecuado para el poder adquisitivo del consumidor medio.
Stanislaw Jalowiecki (PPE-DE), por escrito. − (PL) Me he abstenido en la votación de la resolución sobre la Agenda de Lisboa. Me ha sorprendido en cierto modo leer el apartado 3 en particular. Nos informa de que para garantizar el éxito de esta Agenda, también necesitamos reforzar el crecimiento económico en Europa. El problema está en una palabra: también.
Hasta ahora estaba convencido de que el crecimiento era nuestro principal objetivo y de que el propósito era ponerse a la altura de ciertos países y no dejar que otros se pongan a nuestra altura. Leyendo detenidamente el proyecto de resolución se aprecia que, lamentablemente, esto no es solamente un descuido rutinario, sino una confirmación de la norma. En este texto encontramos afirmaciones que podrían haberse introducido con éxito en algunas otras docenas de resoluciones. A menudo se trata de cuestiones que indudablemente ponen freno a este crecimiento. Lo que tenemos en realidad es una lista de deseos que podríamos haber elaborado nosotros mismos en otras muchas ocasiones y no solamente en el debate sobre la Agenda de Lisboa.
No obstante, hay una excepción: el progreso en la introducción de la Agenda de Lisboa. Este fragmento de la resolución es muy importante, aunque lamentablemente las conclusiones no son optimistas. No sabemos cómo medir este progreso, si en efecto se ha producido alguno. No existe ningún control apropiado. Esto significa que nuestro trabajo carece de puntos de referencia. Tenemos problemas con la evaluación. No sabemos si estamos avanzando a grandes pasos o estancados. Creo que nosotros, como Parlamento, deberíamos trabajar en esto sobre todo.
Othmar Karas (PPE-DE), por escrito. − (DE) El lunes, la Comisión de Industria, Investigación y Energía del Parlamento Europeo dio luz verde a la aceptación final de los fundamentos jurídicos para el IET. Esto significa que se han resuelto todas las cuestiones relativas a la financiación y la organización interna del IET, y que está listo para su lanzamiento.
El Instituto Europeo de Innovación y Tecnología es un componente central para sacar más partido para nuestra economía, la ciencia y el empleo sostenible en Europa. Por lo tanto, es fundamental tomar rápidamente una decisión acerca de la ubicación del IET.
Solicito a los Jefes de Estado o de Gobierno que aprueben un marco temporal definido para esta decisión en el Consejo Europeo de Primavera. Esta decisión deberá estar tomada a más tardar para la cumbre de la Unión Europea que se celebrará en junio. El Canciller Federal austriaco, el señor Gusenbauer, debe participar también en el establecimiento de este marco temporal, dado que Austria ha presentado una solicitud muy apropiada.
El marco temporal para esta decisión deberá establecerse en la cumbre de primavera y formar parte del documento de conclusiones de la misma. Dada la excelente solicitud de Viena para ser la sede del IET, el Canciller Gusenbauer es en gran parte responsable de garantizar que la decisión se tome rápidamente y que se establezca un marco temporal preciso.
David Martin (PSE), por escrito. − Con la renovación de la Estrategia de Lisboa, quiero subrayar la necesidad de una auténtica actualización de las directrices políticas integradas, junto con un mayor papel del Parlamento Europeo con respecto al control del seguimiento de la estrategia. La atención se debería concentrar en conseguir una Europa socialmente sensible que aborde los problemas económicos a los que nos enfrentamos actualmente, sin aislar a los más vulnerables. La necesidad de aplicar un salario mínimo en todos los Estados miembros es una de las maneras fundamentales para garantizar que todos los ciudadanos europeos disfruten de unas condiciones de vida básicas decentes. Estoy satisfecho con la resolución y hemos votado a favor.
Athanasios Pafilis (GUE/NGL), por escrito. – (EL) Las agrupaciones políticas de centro derecha y centro izquierda están compitiendo entre sí para ver cuál puede prestar más apoyo a los intereses y las preferencias de las grandes empresas. Están incluso superando a la Comisión en la promoción de la Estrategia de Lisboa, una estrategia en contra de los trabajadores e impopular.
A esta vergonzosa resolución ni siquiera le caen lágrimas de cocodrilo por la pobreza o la exclusión social. Por lo contrario, exige que se lleven a cabo reformas en los mercados laborales y los sistemas de seguridad social; hace hincapié en las directrices de la Comisión al solicitar que se adopten las directivas relativas a la organización de la jornada laboral y de las condiciones de trabajo para los trabajadores temporales; pide a los Estados miembros que la competitividad de la Unión Europea forme parte esencial de sus políticas y que hagan de la conclusión del mercado único su prioridad política y económica más importante.
De acuerdo con la resolución, la herramienta más apropiada para promover estas y otras políticas y medidas contra los trabajadores es la cooperación de clases, que prosperará a través de una ampliación del diálogo social y el establecimiento de un clima de confianza entre empresarios y empleados.
Los empleados han soportado siete años de aplicación de esta estrategia. Como resultado, sus condiciones de vida, empleo, pensiones y derechos sociales han empeorado. Esa es la razón por la que rechazan la Estrategia de Lisboa y se oponen a los intereses del capital. Nosotros opinamos lo mismo acerca de la Unión Europea, que está al servicios de esos intereses.
Luís Queiró (PPE-DE), por escrito. – (PT) A pesar de que he votado a favor de la propuesta de resolución de la mayoría de los grupos parlamentarios, por estar de acuerdo con el planteamiento constructivo y la esencia de las recomendaciones, en particular con respecto a la necesidad de impulsar la inversión en investigación, innovación y desarrollo, y en políticas destinadas a fomentar el conocimiento, en la apertura de los mercados y una mayor flexibilidad, con seguridad, en los mercados laborales, no puedo dejar de pensar que algunos de los datos presentados en la resolución alternativa son motivo de preocupación. Esa es precisamente la razón por la que no he podido apoyar la resolución del Grupo Comunista.
A dos años del vencimiento de la Agenda de Lisboa, debemos reconocer que los objetivos señalados —ambiciosos objetivos— están lejos de conseguirse (y nuestra aceleración relativa frente a la ralentización de la economía norteamericana no es motivo de celebración). Por lo tanto, creo que sería mejor reconocer finalmente la necesidad de seguir el camino marcado pero no seguido, en lugar de intentar hacer un esfuerzo final por conseguir en dos años lo que no hemos podido hacer en ocho. Las causas y circunstancias que justificaban las medidas incluidas en la Agenda de Lisboa continúan entre nosotros —si no acentuadas—, por lo que el camino correcto está marcado y tenemos que seguirlo realmente.
Olle Schmidt (ALDE), por escrito. − (SV) Una resolución acerca de la Estrategia de Lisboa será inevitablemente desmadejada si se incluyen todas las cuestiones que afectan al corazón. Esto también se puede apreciar en el resultado final. No obstante, el informe contiene muchas cosas importantes y necesarias, que he tenido el placer de poder apoyar. Sobre todo en el caso de las partes más innovadoras que muestran que el Parlamento avanza con los tiempos, como las cuestiones medioambientales y el vínculo con el crecimiento. El debate acerca de la flexiguridad, que está cobrando ahora velocidad, identifica también la importante cuestión —quizás la más importante de todas— de cómo se pueden combinar competencia y seguridad. Como afirma el informe, no estamos construyendo el futuro sobre el proteccionismo y la burocracia, sino sobre la franqueza, el acceso y las buenas condiciones tanto para trabajadores como para empresas.
No obstante, quiero dejar claro que mi voto a favor de la enmienda 12 no debe interpretarse de ningún modo como un apoyo al establecimiento de salarios mínimos en la Unión Europea. Por lo contrario, se trataba de aclarar que los convenios colectivos tienen cabida en el modelo europeo. Hoy también he dejado esto claro en la enmienda 32 del informe relativo a las Directrices integradas para el crecimiento y el empleo, que trataba específicamente esta cuestión.
Catherine Stihler (PSE), por escrito. − La Estrategia de Lisboa es esencial para el éxito futuro de la Unión Europea. Es fundamental que todos los Estados miembros cumplan su compromiso de convertir a la Unión Europea en la economía basada en el conocimiento más dinámica del mundo.
Silvia-Adriana Ţicău (PSE), por escrito. − (RO) La resolución relativa a la Estrategia de Lisboa expresa el deseo del Parlamento Europeo de garantizar unas condiciones de vida decentes para todos los ciudadanos europeos, mediante la creación de nuevos y mejor pagados puestos de trabajo, y aumentando las inversiones en investigación, innovación y una sociedad de la información.
El punto 37 de la resolución hace hincapié en la importancia de la política de transporte para combatir el cambio climático y solicita que las redes transeuropeas se sometan a una evaluación adecuada para comprobar su impacto medioambiental.
He votado a favor de la enmienda 12, modificada mediante enmienda oral por el Grupo Socialista en el Parlamento Europeo, porque de este modo «pide a los Estados miembros que salvaguarden las condiciones de la participación social y económica para todos y que, en particular, establezcan regulaciones sobre el salario mínimo, otros mecanismos jurídicos y contractuales, acuerdos colectivos de conformidad con las tradiciones nacionales, que permitan a los trabajadores a tiempo completo lograr una vida decente a partir de sus ingresos»;
He votado a favor de la propuesta de resolución con la convicción de que la Unión Europea no es solamente un mercado común, basado en la competencia, sino que debe ser también una Europa social en la que todos los ciudadanos participen en la actividad económica y social, y tengan unas condiciones de vida decentes.
Lars Wohlin (PPE-DE), por escrito. − (SV) La Estrategia de Lisboa lleva ya en funcionamiento desde 2000 y los Estados miembros todavía no han visto ningún resultado claro. La propuesta actual presenta un nuevo plan que abarca hasta 2013.
Creo en la competencia institucional. Hay objetivos en la Estrategia de Lisboa que son positivos y que merecen ser desarrollados, como la propuesta de aumento de la inversión en investigación y desarrollo. Las partes que se refieren a la «Europa social», por otra parte, no son competencia de la Unión Europea y les debería corresponder a los Estados miembros individuales decidir al respecto.
Otro problema de la resolución es que contiene muchas disposiciones vagas que permiten a la Comisión interpretar y explicar medidas que nosotros no pedíamos.
Básicamente mi opinión es que son los propios países los que deben formular la estrategia de crecimiento que elijan en un sistema democrático. Algunos optan por una trayectoria socialdemócrata, otros por un planteamiento orientado hacia el mercado, extremadamente liberal. Debemos respetar ambas posturas. Los principal es que la decisión debe tomarse a nivel nacional. Por lo tanto, he decidido rechazar la propuesta en conjunto.
Jan Andersson, Göran Färm, Anna Hedh, Inger Segelström y Åsa Westlund (PSE), por escrito. − (SV) Los socialdemócratas suecos hemos decidido votar a favor del informe 29/2008 en su conjunto.
No obstante, hemos votado en contra de la enmienda 32 presentada por el Grupo de los Verdes relativa a los salarios mínimos como parte del modelo europeo.
Entendemos que la cuestión de los salarios mínimos es importante en muchos Estados miembros de la Unión Europea.
No obstante, entendemos que cada Estado miembro debe decidir cómo desea que sea tratado el asunto.
En Suecia lo abordamos mejor a través de convenios colectivos negociados por los interlocutores sociales.
Ilda Figueiredo (GUE/NGL), por escrito. – (PT) Dando voz a los intereses, aspiraciones y demandas de las principales organizaciones patronales, la mayor parte de este Parlamento Europeo insiste en el cumplimiento de la Estrategia de Lisboa, de acuerdo con las directrices económicas de la Comisión Europea y con la profundización de las políticas neoliberales asociadas.
De este modo, incluso ante la amenaza de una crisis financiera y de la paralización del crecimiento económico, insisten en la moderación salarial, la contención del gasto público y la modernización de la administración pública como los ejes principales para el desarrollo, junto con la eliminación de obstáculos para la competencia y el acceso al mercado, es decir, para la liberalización de los servicios públicos. Todo esto viene acompañado de una mayor inseguridad laboral, una insistencia en la flexiguridad y la modernización de los planes de pensiones, es decir, la devaluación y el desmantelamiento del sistema público universal de la seguridad social en beneficio de las aseguradoras privadas.
Para garantizar que los Estados miembros consigan estos objetivos, están recomendando un control y una presión mayores sobre los mismos, como si no tuvieran ninguna participación en la responsabilidad de adoptar esas directrices. Mientras fingen no darse cuenta del profundo efecto que tendrán estas políticas sobre la situación económica y social de los Estados miembros, continúan planteando más de lo mismo, lo que rechazamos de plano.
Bruno Gollnisch (NI), por escrito. – (FR) Hemos votado en contra de este informe que dicta a los Estados miembros el contenido de sus políticas económicas y sociales para los próximos tres años.
Es el momento adecuado para replantear hasta qué punto todo, absolutamente todo, se decide ahora en Bruselas, más allá de la moneda única y los dictados que impone a los Estados miembros. Ya no se trata simplemente de fijar objetivos para los Estados miembros (reducir la deuda o los déficits de gasto público, combatir el desempleo, fomentar el crecimiento, etc.), sino de explicarles en detalle lo que deberían hacer, cómo deberían hacerlo y qué instrumentos deberían emplear.
El problema es que estas directrices han sido las mismas durante los últimos 15 años: flexibilidad en el empleo, inmigración para renovar la población y ofrecer mano de obra barata, desregulación de los servicios públicos, contención salarial, políticas presupuestarias maltusianas, liberalización del comercio exterior, competencia, etc. Un conjunto bien conocido, al igual que lo son sus resultados: desempleo, menor poder adquisitivo y aumento de la pobreza, desindustrialización, desintegración social, etc. Ya es hora de que preguntemos: ¿las cosas van tan mal porque los Estados miembros no cumplen órdenes con una diligencia suficiente o porque son demasiado diligentes y las órdenes no son las adecuadas? Pensamos, sin lugar a dudas, que la segunda explicación es la correcta.
Hélène Goudin y Nils Lundgren (IND/DEM), por escrito. − (SV) Este informe de iniciativa propia aborda varios desafíos a los que se enfrentará Europa en el futuro, como el aumento de la globalización, el envejecimiento de la población y el cambio climático. Muchas de las medidas propuestas parecen razonables y podrían ser una trayectoria plausible para un Estado miembro.
La Lista de Junio se opone a complicados sistemas fiscales, la exclusión social y la degradación medioambiental. No obstante, le corresponde a cada Estado miembro decidir cómo formular su política a fin de hacer frente a los desafíos futuros. Las soluciones más prósperas emergen a través de la competencia institucional, ejemplos que pueden inspirar y estimular medidas voluntarias en otros Estados miembros.
Hemos decidido votar en contra de este informe porque aborda ámbitos que son responsabilidad política de los Estados miembros.
Ian Hudghton (Verts/ALE), por escrito. − Mi Grupo presentó una serie de enmiendas sobre cuestiones importantes como el cambio climático, una distribución más justa de la riqueza y unos salarios justos, que yo he apoyado en la votación.
Janusz Lewandowski (PPE-DE), por escrito. − (PL) En el séptimo año de aplicación de la Estrategia de Lisboa, la evaluación del Parlamento Europeo con respecto a la situación actual en la Unión Europea tiene en cuenta las nuevas condiciones que caracterizan a los años 2007 y 2008. A la luz de la experiencia de estos dos años, en concreto la incertidumbre y el aumento del riesgo en los mercados financieros, es lógico prestar especial atención a la estabilidad macroeconómica de la Comunidad.
La disciplina en la zona euro, y en especial el mantenimiento de esta disciplina, es muy importante. No obstante, en las condiciones de un sistema financiero global desregulado, la principal responsabilidad recae sobre los estados nacionales, mediante acciones para mantener el equilibrio de las finanzas públicas. Este ámbito deja mucho que desear, incluso en países que se consideran a sí mismos «motores» de la integración, particularmente cuando pueden contar con una tarifa benévola de la Comisión Europea.
Una demanda que no se ha satisfecho durante varios años es una genuina liberalización del mercado de la Unión Europea, en especial el mercado de los servicios, que generaría una presión competitiva más auténtica y eliminaría finalmente las barreras protectoras, que ya no consisten en normas de carácter regulador, dado que se han encontrado formas más encubiertas de dificultar la vida a los competidores extranjeros.
La tarea no acabada de crear un mercado interior de la Unión Europea hace que el potencial para la iniciativa empresarial y la creatividad en una Comunidad de 27 países todavía no se haya aprovechado al máximo. Los costes de este déficit se estiman en 150 000 millones de euros. Estos son motivos suficientes para que la cuestión de la liberalización del mercado común ocupe una posición prominente en informes que evalúan la situación y las perspectivas de crecimiento de la economía europea.
David Martin (PSE), por escrito. − Acojo con satisfacción el informe relativo a las grandes orientaciones de las políticas económicas para 2008-2010. En el clima económico actual, debemos dotar a la Unión Europea de las herramientas necesarias para que nos ayude a capear el temporal. Para ello, Europa debe mantenerse como una Europa social con mecanismos bien coordinados para un gasto público, una investigación e innovación, y una educación de alta calidad. El cambio climático también debe ocupar un lugar destacado entre las prioridades económicas de Europa, si queremos cumplir los ambiciosos objetivos que nos hemos impuesto nosotros mismos.
Luís Queiró (PPE-DE), por escrito. – (PT) Dado que lo que está en juego en este informe es, específicamente, la aplicación nacional de la Estrategia de Lisboa, no puedo dejar de presentar una evaluación más detallada aquí de mis preocupaciones, como diputado portugués al Parlamento Europeo, acerca del fracaso de mi país con respecto a la Estrategia de Lisboa —tanto por lo que respecta a los resultados como a las medidas—.
Soy consciente de que, en muchos aspectos, las críticas que se pueden hacer a Portugal son las mismas que se podrían y deberían hacer a Europa en su conjunto. No obstante, estamos lejos —y, según ciertos criterios como el empleo, alejándonos— de conseguir los objetivos de Lisboa, y estamos lejos de adoptar las políticas apropiadas para obtener esos resultados. El equilibrio de las finanzas públicas nacionales es una prioridad, pero ese equilibrio debe conseguirse reduciendo los residuos, rechazando el gasto no productivo y mediante la distribución justa de los ingresos obtenidos.
No es apropiado conseguirlo sobrecargando los presupuestos familiares y reduciendo las obligaciones efectivas del Estado. Al igual que en el sector privado, la competitividad y el éxito se obtienen ofreciendo mejores servicios a menor coste, pero sin anular ninguna de las partes de la ecuación.
Luca Romagnoli (NI), por escrito. − (IT) Señor Presidente, Señorías, he votado a favor del informe de la señora Starkevièitè. La actual formulación de las directrices constituye una carga suficiente y un marco todavía válido para dar cabida a los recientes cambios económicos y políticos. Por lo tanto, estamos de acuerdo con la propuesta de mantener sin cambios el texto de las grandes orientaciones de las políticas económicas del próximo ciclo de tres años, de acuerdo con las conclusiones del Consejo.
En efecto, la estabilidad es importante para la efectividad de la Estrategia de Lisboa y las Directrices integradas. Por lo tanto, este nuevo ciclo debería concentrarse en la aplicación de la reforma y el logro de resultados concretos. Apoyamos también las propuestas de enmienda al documento explicativo que acompaña a las grandes orientaciones de las políticas económicas, porque dotan de un mejor enfoque al contenido de las orientaciones, para hacer frente a los desafíos a los que se enfrenta Europa (globalización, reforzamiento de las bases para el crecimiento económico a medio y largo plazo, rápido cambio demográfico y social, etc.).
Olle Schmidt (ALDE), por escrito. − (SV) Hoy he votado a favor de un informe que establece las Directrices integradas para el crecimiento y el empleo para 2008-2010. Por otra parte, he acogido con satisfacción las enmiendas del Grupo Socialista que señalaban la necesidad de crear una Europa que sea favorable para las empresas, sobre todo para las pequeñas empresas.
Por otra parte, el mismo Grupo también propuso unas normas mucho más estrictas en el ámbito financiero, normas que se supone que protegen al consumidor, pero que significan cada vez más una reducción de sus ingresos. Es más probable que esta actitud perjudique, en lugar de ayudar, por lo que he votado en contra de la propuesta. Si queremos que alguna vez se haga realidad el sueño europeo de ser la principal fuerza competitiva mundial, también se deben realizar inversiones mucho más agresivas en la modernización del mercado laboral, en la promoción de la investigación y la educación, y en el aprovechamiento de las posibilidades que ofrece una economía «más verde». Por lo tanto, he votado con los Verdes a favor de los impuestos medioambientales a escala europea, aunque como siempre he defendido la independencia del Banco Central Europeo frente a sus constantes ataques.
Si hay algo que nos ha enseñado la reciente turbulencia financiera es el beneficio de un sólido banco central que pueda resistir soluciones a corto plazo, por no mencionar el efecto estabilizador de participar en el espacio de una gran divisa.
Peter Skinner (PSE), por escrito. − La delegación laborista británica apoya la idea principal de este informe, dado que pretende fomentar políticas generalmente aceptables para la economía de la Unión Europea. No obstante, el Partido Laborista en el Parlamento Europeo (EPLP) tiene serias reservas con respecto al apartado 26, que pide la armonización/coordinación fiscal, un asunto que es de competencia nacional exclusiva. Así pues, el EPLP ha decidido abstenerse con respecto a este apartado concreto.
Catherine Stihler (PSE), por escrito. − En el apartado 26, la enmienda se refiere a una base común consolidada para el impuesto de sociedades. No estoy de acuerdo con esto, porque pienso que esto debería ser competencia del Estado miembro. Me he abstenido en esta cuestión.
Silvia-Adriana Ţicău (PSE), por escrito – (RO) El informe del Parlamento Europeo relativo a las Directrices integradas para el crecimiento y el empleo examina las líneas generales propuestas por la Comisión Europea para las políticas económicas de los Estados Miembros y de la Comunidad para el período de 2008 a 2010.
He votado a favor del párrafo 26, como propone la Comisión, porque hace hincapié en la necesidad de un «marco fiscal coordinado, incluidos los sistemas de impuestos sobre las sociedades, que debería ser favorable para las empresas, en especial las PYME, y estar orientado hacia un relanzamiento del crecimiento y la creación de empleos».
También he votado a favor de la enmienda 23, porque «solicita que los ingresos y la forma en que se distribuya la riqueza garanticen una distribución equitativa de los beneficios generados por el crecimiento económico». La enmienda afirma que el salario mínimo en cada país, según el PIB por habitante, podría ser una forma de garantizar que los trabajadores a tiempo completo puedan subsistir de su trabajo, lo que debería considerarse un elemento del modelo social europeo.
Como consecuencia, he votado a favor de este informe, con la convicción de que la seguridad económica de todos los ciudadanos europeos, la inclusión social, la igualdad de género y la creación de una economía de mercado harán que la Unión se convierta en un modelo económico y social en un contexto global.
Adam Bielan (UEN), por escrito. − (PL) He apoyado el informe del señor Özdemir, porque uno de los problemas políticos más urgentes a los que se enfrenta Europa es garantizar la seguridad energética para la Unión Europea. La diversificación de los suministros de materias primas energéticas para la Unión Europea es una forma de hacernos independientes de Rusia y el principal cambio para esto es una política europea común con respecto a Asia Central. La falta de una política europea común en este ámbito está siendo agresivamente explotada por Rusia, con la mayoría de los Estados miembros de la Unión adoptando una postura pasiva. Proyectos como la ampliación del oleoducto Odessa-Brody hasta Gdansk, o el oleoducto de Nabucco, ya no son muy realistas, como resultado de las acciones emprendidas por empresas rusas dominadas por los servicios especiales.
Bernadette Bourzai (PSE), por escrito. – (FR) Quiero felicitar al señor Özdemir por su informe de iniciativa propia sobre una estrategia de la Unión Europea para Asia Central. En mi opinión, ha aclarado perfectamente los objetivos y prioridades para las relaciones de la Unión Europea con cada uno de los cinco países de Asia Central. Ha señalado con acierto la necesidad de un planteamiento regional más coherente para esta región estratégica, al tiempo que ha puesto de manifiesto las diferencias entre los países.
Coincido con la opinión de la Comisión de Desarrollo, particularmente con respecto a la necesidad de erradicar la pobreza, mejorar la sanidad pública y la enseñanza de las escuelas primarias, así como eliminar toda forma de discriminación contra las mujeres y las minorías.
También es importante que este informe señale la necesidad de progreso en materia de democracia, respeto de los derechos humanos, las libertades fundamentales y el Estado de Derecho en la región, y este punto es fundamental, por lo que a mi respecta.
El informe considera que la cooperación en el ámbito energético tiene gran importancia en la estrategia de Europa. A pesar de esto, las instituciones europeas deben mantenerse alerta y garantizar que ni los derechos humanos en la región ni el medio ambiente sean sacrificados por las necesidades energéticas y los acuerdos comerciales.
Patrick Gaubert (PPE-DE), por escrito. – (FR) Acojo con satisfacción que hoy se haya aprobado por una amplia mayoría el informe relativo a una estrategia de la Unión Europea para Asia Central. Es fundamental que la Unión Europea tenga un interés más estrecho en estos cinco países: Uzbekistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Kazajstán.
El informe pide con acierto la diferenciación en la política de la Unión Europea de cada país y yo no puedo aprobar el hecho de que se señalen criterios como la situación de los derechos humanos de los países en cuestión y su respeto de los compromisos de la OSCE.
El texto también insiste en señalar la importancia de estos países para la Unión Europea, tanto ahora como en el futuro, particularmente con respecto al comercio y la energía. La situación geopolítica de Asia Central hace que sea necesario aumentar la cooperación con estos países, tanto bilateralmente como a escala de la Unión Europea. El informe pide reformas en sectores sociales, sanidad, seguridad alimentaria y la lucha contra la corrupción, para garantizar la prosperidad, seguridad y estabilidad a largo plazo en la región.
Por lo tanto, se trata de un texto exhaustivo, que define los ámbitos de acción en los que la Unión Europea puede servir de ayuda, para darle tanta visibilidad y credibilidad en la región como sea posible.
Pedro Guerreiro (GUE/NGL), por escrito. – (PT) En línea con lo aprobado por la mayoría del Parlamento Europeo por lo que respecta a las relaciones exteriores de la Unión Europea, hoy tenemos ante nosotros otro informe consistente básicamente en una colección de medidas para interferir en terceros países, sin ocultar —muy al contrario— el objetivo claro de obtener, en las economías de esos países, condiciones favorables para los intereses de los grandes grupos financieros y económicos.
Veamos cómo el informe defiende el respeto de «las normas internacionales en materia de inversiones extranjeras» y que «se garantice una mejor tutela de las inversiones directas extranjeras» en estos países. Está claro que estas afirmaciones no significan nada más ni menos que «la privatización de los bancos estatales y la creación de mercados financieros nacionales realmente competitivos y abiertos a los bancos extranjeros». Es decir, sencillamente estos países se están poniendo en venta...
Por otra parte, de acuerdo con el objetivo anteriormente mencionado, los principales intereses de la Unión Europea están relacionados con los «considerables recursos energéticos» de los países de esta región y se menciona la necesidad de obtener sus suministros energéticos, sin alterar las rutas de transporte y con la máxima regularidad posible.
Básicamente refleja la verdadera importancia del tan proclamado papel de la Unión Europea en el mundo, en particular en el Tratado propuesto actualmente: su ambición por conseguir el dominio político y económico.
Ian Hudghton (Verts/ALE), por escrito. − Quiero felicitar a mi colega el señor Özdemir por su informe sobre Asia Central, al que he dado todo mi apoyo. La democracia y los derechos humanos son principios rectores de la Unión Europea y deberían ser fundamentales en la política de la Unión Europea con respecto a otras regiones. Las naciones de Asia Central han atraído la atención de las potencias económicas mundiales principalmente por sus recursos naturales. La Unión Europea debe ir más allá de esto e intentar invertir también en sus recursos humanos, defendiendo la democracia y los derechos humanos.
Jaromír Kohlíček (GUE/NGL), por escrito. − (CS) ¿Cuál fue el legado de la Unión Soviética en los países de Asia Central? La igualdad para las mujeres, la abolición del trabajo infantil y el analfabetismo, el monocultivo. En ninguno de estos países los elementos religiosos han conseguido establecer una supremacía.
La principal prioridad de la Unión Europea es el uso de los recursos naturales de esos países, concretamente el petróleo, el gas natural y el uranio. Otra prioridad consiste en bloquear uno de los principales canales de contrabando de opio desde Afganistán. Esto nos lleva a la responsabilidad directa de la Unión Europea y los Estados Unidos de apoyar el establecimiento de regímenes autoritarios en los países de esa región. Los países individuales intentan limitar la proliferación de grupos terroristas y la propagación de ideas islámicas militantes, pero esta situación tiene un efecto negativo sobre el desarrollo de la sociedad civil y la democracia participativa, tendiendo a apoyar el dominio de la fuerza.
A pesar de todas las críticas a los países de la región del informe, debemos recordar siempre las difíciles condiciones históricas a las que se enfrentaron estos países en el transcurso de su desarrollo. La Unión Europea debe ayudarlos a superar los resultados de muchos años de negatividad creada por la presencia de los grades Estados de la Unión Europea y los Estados Unidos en el vecino Afganistán.
No hay razón para preferir a Turquía como el principal mediador posible para ejercer una influencia positiva en la región. Ciertamente la situación actual en materia del respeto de los derechos de las minorías en Turquía no justifica ese enfoque. Por lo contrario, debería prestarse mucha más atención a los vínculos tradicionales con Rusia. Por lo que respecta a nuestra lucha contra la propagación del terrorismo y las drogas por todos los países de esa región, Rusia es nuestro mayor aliado.
A pesar de las mencionadas reservas, apoyo la aprobación del informe.
Jörg Leichtfried (PSE), por escrito. − (DE) Votaré a favor de la propuesta de una estrategia de la Unión Europea para Asia Central, dado que las cinco repúblicas de la región reciben ayuda oficial al desarrollo y la Unión Europea tiene una responsabilidad particular de apoyar a esos países. Me gustaría subrayar el papel de la Unión Europea como mediador entre los países de Asia Central, compensando las notables diferencias entre las cinco repúblicas por lo que respecta a las condiciones políticas, económicas y sociales. En particular, quiero señalar la pésima situación en materia de sanidad, atribuible al sistema de asistencia médica mínima.
Ofrecer acceso a agua potable limpia y conectar a todos los residentes a la red nacional presenta un problema de enorme magnitud en Tayikistán, Uzbekistán y la República Kirguisa. Para mi es importante que mi voto a favor de una estrategia de la Unión Europea para Asia Central sea también un voto para mejorar las condiciones de vida de los pueblos de Asia Central en el ámbito social, sanitario y jurídico.
David Martin (PSE), por escrito. − El informe del señor Özdemir relativo a la estrategia de la Unión Europea para Asia Central aborda una cuestión clave de la agenda de la política exterior de la Unión. Acojo con satisfacción su énfasis en abordar los derechos humanos en la región de Asia Central; un énfasis que la Unión Europea debería aplicar a sus relaciones exteriores con más frecuencia. Existen escasos signos de avance democrático en la región, especialmente en Uzbekistán y Turkmenistán, y cualquier estrategia de la Unión Europea en materia de cooperación debería intentar conducir a estos países hacia el concepto de democracia. Como señala claramente el informe, Asia Central precisa una cooperación energética activa con la Unión Europea, en un intento por encontrar soluciones mutuamente beneficiosas para la situación actual en el mercado de la energía. Estoy de acuerdo con las recomendaciones del señor Özdemir y he votado a favor del informe.
Véronique Mathieu (PPE-DE), por escrito. – (FR) Con excepción de la República Kirguisa, los acontecimientos en la región de Asia Central son alarmantes por más de un motivo.
En primer lugar, en términos de derechos humanos y democracia, el abuso de muchas mujeres (matrimonios forzados, explotación sexual, violaciones, etc.) y el trabajo infantil en la región son totalmente inaceptables.
Por otra parte, en términos de sanidad, el aumento de las enfermedades infecciosas (particularmente del VIH) sigue siendo preocupante.
Finalmente, Asia Central no se beneficiará de una integración efectiva en el sistema económico mundial hasta que los cinco países de la zona se hayan unido a la OMC (la República Kirguisa es miembro desde 1998).
La estrategia de la Unión Europea para Asia Central puede realizar una contribución efectiva para el desarrollo económico y humano de esta región del mundo. La Unión Europea no debe ignorar a Asia Central, que es un cruce de carreteras estratégico entre Europa y Asia, además de un socio tradicional en las relaciones comerciales y la cooperación energética.
Apoyo firmemente este texto con el deseo de que se aclaren las prioridades de la Unión Europea para Asia Central, que se refuercen los proyectos europeos puestos en marcha en la región y que se acelere su aplicación. Esa es la razón por la que he votado a favor del informe.
Andreas Mölzer (NI), por escrito. − (DE) La planificación estratégica para Asia Central es sin duda una buena idea, y en efecto necesaria, en especial para la cooperación económica y la apertura de los mercados. También sería lógico acelerarla, a fin de mantenerse al corriente de los acontecimientos.
No obstante, no se puede permitir que continúe una situación en la que ciertas normas que se aplican a escala europea sean mínimas en Asia Central. Por otra parte, aplicar el mismo baremo allí que en Europa supondría demostrar una notable prepotencia ante los grupos de personas nombrados en el informe y sus derechos a la autodeterminación. Con respecto al papel de las mujeres, ya hay suficiente necesidad de acción en otras regiones del mundo, entre ellas en todo el mundo árabe, donde la necesidad es mucho más urgente.
Sin embargo, el trabajo infantil, que es algo generalizado, especialmente en China, está cubierto por las normas que ya he mencionado, que los socios comerciales están obligados a cumplir.
La lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, que están vinculados en cierta medida, debe encontrarse entre las prioridades de la agenda. Es necesario combatirlos sin descanso.
Cristiana Muscardini (UEN), por escrito. − (IT) Señor Presidente, Señorías, apoyo el documento presentado por la Comisión Europea relativo a una nueva asociación con los países de Asia Central, aunque me gustaría subrayar los siguientes aspectos.
En primer lugar, la creciente importancia para el comercio internacional de Asia Central, que constituye ahora una importante alternativa para el suministro de recursos energéticos.
En segundo lugar, el hecho de que Europa debe, como resultado, mantenerse atenta en esta parte del mundo y fomentar su integración en el comercio mundial y el sistema económico internacional, apoyando la candidatura de los países de la zona que todavía no son miembros de la OMC. Por lo tanto, el hecho de reforzar las relaciones comerciales con toda la zona debería considerarse parte de una estrategia para conseguir una mayor cooperación e integración entre los propios países, y para aumentar la influencia de Europa, incluyendo la influencia política, en una región que ha progresado hacia la democracia.
En tercer lugar, en el planteamiento general con respecto a Asia Central deberán tener en cuenta las principales diferencias políticas y económicas entre los países de la región. Se ha hecho particular hincapié en el papel que desempeña un país como Kazajstán, que tiene una economía avanzada y, por lo tanto, en los potenciales beneficios de estrechar los lazos con ese país, entre otras cosas en términos del desarrollo general de toda la región.
Luís Queiró (PPE-DE), por escrito. – (PT) La Unión Europea ha intentado establecer un diálogo y unas relaciones estrechas a través de su política de vecindad. En el caso de Asia Central, la elaboración de la nueva estrategia y asociación con cinco nuevos países está ayudando a fomentar una mayor estabilidad, el desarrollo socioeconómico y democrático, y la seguridad en toda esa parte de Asia.
Observamos que existe un interés global en la estabilidad de Asia Central, dado que unas crisis graves y prolongadas en esa región podrían tener unas consecuencias desastrosas y afectar a la Unión Europea y sus Estados miembros. Por otra parte, la situación geopolítica de Asia Central ha venido atrayendo un creciente interés de potencias económicas como Rusia, los Estados Unidos, China y Turquía.
Creo que el futuro de estas relaciones destinadas a conseguir una mayor estabilidad y seguridad, una mayor cooperación política, económica y social, deberán tener también en cuenta la situación en materia de derechos humanos de cada país y el reforzamiento de las relaciones comerciales y la cooperación energética, además de prestar atención a las necesidades de desarrollo y a los compromisos asumidos con respecto a la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos de la región.