Presidente. − El siguiente punto es el relativo a las declaraciones del Consejo y la Comisión sobre el séptimo Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Janez Lenarčič, Presidente en ejercicio del Consejo. − Me complace que se me haya concedido la oportunidad de hablarles acerca del Consejo de Derechos Humanos.
Mediante la inclusión de este punto en el orden del día del pleno, el Parlamento Europeo ha confirmado la importancia que otorga Europa en su conjunto al Consejo de Derechos Humanos. Se trata de una institución central, de ámbito mundial, dedicada a la protección de los derechos humanos. La Unión Europea es una firma defensora de la existencia de un Consejo de Derechos Humanos eficaz. Hemos trabajado arduamente con el fin de garantizar que, en su forma definitiva, ofrezca una base sólida para proporcionar una respuesta rápida y efectiva a las violaciones más graves de los derechos humanos.
Como sabemos, en diciembre del pasado año, se aprobó el paquete institucional definitivo para el Consejo de Derechos Humanos, y ha llegado la hora ya de que el Consejo devenga plenamente operativo. La sexta sesión del Consejo, que tuvo lugar en septiembre y diciembre del pasado ejercicio, generó numerosos e importantes resultados, que no voy a enumerarles aquí. Nuestra ambición es seguir adelante con esta labor en la séptima y la octava sesiones de trabajo.
La séptima sesión se celebrará el próximo mes, y será muy ajetreada. En ella, así como en la octava sesión, que se desarrollará en las dos primeras semanas de junio, se debatirá la extensión de los mandatos de los 25 relatores especiales, los informes periódicos a cargo de éstos, y varias situaciones preocupantes en materia de derechos humanos en algunos países, en lo que atañe a ciertas cuestiones.
Desde el punto de vista de la Unión Europea, la extensión de los mandatos de los relatores especiales para Birmania/Myanmar, la República Democrática del Congo, la República Popular Democrática de Corea, y Somalia reviste especial importancia de cara a la séptima sesión del Consejo de Derechos Humanos.
Por otra parte, la Unión Europea utilizará toda oportunidad que le brinde el Consejo para llamar la atención respecto a la preocupante situación de los derechos humanos en otros lugares de todo el mundo. A tal efecto, participará en diálogos interactivos con determinados relatores especiales y con el Alto Comisionado para los Derechos Humanos.
Los diálogos interactivos constituyen un instrumento nuevo y significativo del Consejo, y la Unión Europea seguirá procurando su consolidación como uno de los medios principales ofrecidos por las sesiones regulares del Consejo para abordar cuestiones individuales.
Señoras y caballeros, como saben, para el período de su Presidencia del Consejo de la Unión Europea, Eslovenia ha establecido el diálogo intercultural como una de sus prioridades. En consecuencia, nos complace que esta cuestión sea objeto asimismo de la atención que merece en la séptima sesión del Consejo de Derechos Humanos.
La invitación remitida al señor Sampaio, Alto Representante para la Alianza de las Civilizaciones, para que asista a la sesión indica una mayor concienciación respecto al hecho de que las actividades de la Alianza de Civilizaciones contribuyen a reforzar la tolerancia religiosa, que constituye también una de las prioridades de la Unión Europea en el terreno de los derechos humanos.
Permítanme que refiera otro avance de gran relevancia en el marco del Consejo de Derechos Humanos, a saber, la introducción de una revisión periódica universal, a la que la Unión Europea otorga enorme importancia. Este instrumento debe proporcionar un medio para la revisión de la situación de los derechos humanos en todos los Estados miembros, con arreglo a las mismas condiciones. Los miembros de la Unión que se someterán a este mecanismo en primavera (abril y mayo) llevan a cabo actualmente preparativos exhaustivos para dicha revisión. Procuraremos la máxima transparencia y eficacia en el proceso. El método con arreglo al que se efectuará dicha revisión periódica ejercerá un efecto significativo en la credibilidad del Consejo de Derechos Humanos en su conjunto.
Benita Ferrero-Waldner, Comisaria. − Señor Presidente, celebro esta oportunidad de dirigirme al Parlamento acerca de la cuestión de la séptima sesión del Consejo de Derechos Humanos. Permítanme comenzar colocando a este órgano en lo que creo que constituye su contexto apropiado.
He dicho ésto antes, pero conviene que se recuerde: el Consejo es un «trabajo en curso». Tal hecho se hace patente cuando se considera el pasado ejercicio y la mitad de sus actividades. A pesar de un comienzo complicado, con profundas divisiones respecto a la crisis del Líbano y un entorno de negociación que sigue planteando dificultades a la Unión Europea, se han logrado resultados importantes. Estoy pensando especialmente en la innovación de los compromisos en materia de derechos humanos presentados por los candidatos para la elección; la capacidad para celebrar sesiones especiales sobre situaciones urgentes en materia de derechos humanos, que tiene poco que ver con el ritual anual de su predecesora, la Comisión de Derechos Humanos; el desarrollo de «diálogos interactivo» con los procedimientos especiales de las Naciones Unidas, un medio muy público de centrar la atención en las violaciones de los derechos humanos; y, por último, la adopción de un importantísimo paquete de medidas de refuerzo institucional mediante consenso.
El Embajador Costea, Presidente del Consejo, estuvo en Bruselas la pasada semana con el fin de informar al Consejo y al Parlamento sobre los preparativos de cara a la séptima sesión. Señaló que el Consejo se encontraba «mejor de lo previsto, y peor de lo esperado». Tal afirmación puede sonar cínica, reflejando quizá la realidad de la labor diaria en las Naciones Unidas, pero creo que describe la situación existente con precisión. En el Consejo conviven lo bueno y lo malo, pero la institución progresa y, por tanto, avanza por el camino correcto.
Las prioridades de la séptima sesión van desde la consideración eficaz de situaciones urgentes en materia de derechos humanos (cada vez más, el criterio con arreglo al cuál deberá juzgarse al Consejo), a la continuidad en la ejecución de las reformas sobre refuerzo institucional. En lo que atañe a la situación de los derechos humanos, el seguimiento eficaz de lo tratado en la sesión especial sobre Birmania/Myanmar resulta fundamental. Entre otras prioridades, en esta sesión deben abordarse igualmente las violaciones de los derechos humanos en Sri Lanka y Kenya. Cabe argumentar que la ejecución de las reformas institucionales es un asunto de la misma relevancia, dada su repercusión en el éxito futuro del Consejo. A este respecto, convenir criterios para la elección de los miembros del Comité Consultivo, y la designación transparente de candidatos debidamente cualificados para la renovación de los mandatos de procedimientos especiales constituyen motivos de interés fundamentales de la séptima sesión.
Por último, permítanme un par de comentarios sobre la revisión periódica universal, o RPU, como se la conoce. El Presidente informó esta semana de que los Estados sometidos a revisión en las sesiones de abril y mayo asumen sus responsabilidades con seriedad. Confío en que así sea. Es probable que las primeras sesiones de la RPU marquen la tendencia del resto. Por tanto, es primordial que los Estados miembros de la UE sujetos a revisión abran camino mediante la crítica honesta de sus registros en materia de derechos humanos. Este proceso no debe convertirse en un canto a las virtudes propias.
Por otra parte, considero que la Unión Europea debe desempeñar un papel importante en las «sesiones de resultados» de la RPU. La RPU trata, más que de cualquier otra cosa, de la cooperación de la comunidad internacional con los Estados sometidos a revisión para lograr mejoras concretas en el campo de los derechos humanos, tras un auténtico autoanálisis de defectos y necesidades. La Comisión Europea y los Estados miembros no deben demorarse en la oferta de asistencia técnica allá donde se merezca en estas sesiones de resultados. Obrar de ese modo pondría de relieve nuestro compromiso genuino con la promoción de los derechos humanos en un importante foro público.
Laima Liucija Andrikienė (PPE-DE). – Señor Presidente, el Parlamento va a enviar una delegación a la séptima sesión del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Se encargará a la misma que manifieste los motivos de inquietud del Parlamento respecto a la labor del CDH, y que informe al Subcomité de Derechos Humanos durante su visita.
Consideramos que la séptima sesión del CDH reviste una enorme importancia, porque será la primera en que se examinará una amplia gama de cuestiones sustanciales con arreglo a los nuevos métodos de trabajo derivados del paquete de reformas de refuerzo institucional adoptado en 2006 y 2007.
La credibilidad del CDH radica en la ejecución de estas reformas y mecanismos, y nuestro objetivo es fortalecer la capacidad del Consejo para abordar las violaciones de los derechos humanos en todo el mundo, y en especial, las más urgentes.
Rendimos homenaje a los resultados positivos del CDH, y en particular, a los avances en la ejecución de la revisión periódica universal, y de la revisión de los procedimientos especiales, así como a los logros de la Presidencia del Consejo de Derechos Humanos.
Acogemos favorablemente la participación de la sociedad civil y los defensores de los derechos humanos, así como los procedimientos especiales, que ocupan un lugar central de la maquinaria de las Naciones Unidas en materia de derechos humanos, y desempeñan un papel esencial, sobre todo en el Consejo de Derechos Humanos.
Al mismo tiempo, condenamos ciertas decisiones del Consejo de Derechos Humanos, como la de no renovar los mandatos de los relatores especiales sobre Belarús y Cuba.
Teniendo en cuenta las lecciones del pasado, subrayamos la importancia de que se celebren elecciones competitivas en todas las regiones, con el fin de proporcionar una oportunidad real a los miembros de las Naciones Unidas. El motivo es que, a nuestro pesar, algunos países con un historial problemático en materia de derechos humanos han sido elegidos hasta la fecha.
Una vez más, insto al Consejo, la Comisión y los Estados miembros a que continúen presionando a favor del establecimiento de criterios de adhesión para la elección al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, incluida la expedición de invitaciones permanentes para los procedimientos especiales.
En cuanto a la intervención de la UE, reconocemos el papel activo de ésta y de sus Estados miembros en el primer año de actuación del CDH. Es muy importante que la UE hable con una sola voz cuando trata cuestiones relativas a los derechos humanos, y dirigimos un llamamiento a la Comisión y al Consejo para que adopten una posición común con el fin de garantizar que los Estados miembros de la Unión suscriban y ratifiquen automáticamente todos los instrumentos internacionales en materia de derechos humanos.
Por último, pero no por ello menos importante, la UE debe dar un uso más eficaz a la ayuda y el apoyo político brindados a los países en cuestión, de modo que se les ofrezcan a éstos incentivos a la cooperación con el Consejo de Derechos Humanos.
Józef Pinior, en nombre del Grupo del PSE. – Señor Presidente, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas constituye una de las áreas de mayor interés en el ámbito de los derechos humanos para el Parlamento Europeo. Llevamos a cabo un seguimiento exhautivo de las actividades de dicho Consejo, y el Parlamento Europeo envía sus misiones a Ginebra dos veces al año.
Me gustaría realizar tres observaciones. En primer lugar, deseo rendir homenaje a los logros de la Presidencia del Consejo y, al mismo tiempo, subrayar la importancia del apoyo de la Unión Europea, así como de los candidatos con estándares de integridad elevados, a las elecciones para nuevo Presidente del Consejo, que se celebrarán el 23 de junio de 2008.
En segundo lugar, me gustaría incidir en que los procedimientos especiales ocupan un lugar esencial de la maquinaria de derechos humanos de las Naciones Unidas, y desempeñan un papel primordial, sobre todo en el Consejo de Derechos Humanos, la sociedad civil y los estados democráticos. En particular, los Estados de la UE han de ocuparse del seguimiento de los miembros del Consejo, y del ejercicio de presiones sobre éstos, para que cumplan sus responsabilidades en materia de promoción de los derechos humanos.
El Parlamento Europeo ha de condenar las decisiones del Consejo de no renovar el mandato de los relatores especiales para Belarús y Cuba. Debemos acoger favorablemente la renovación de los mandatos nacionales del relator especial para Sudán y de los expertos independientes para Liberia, Haití y Burundi.
En tercer lugar, gran parte de las legítimas críticas vertidas sobre el Consejo se centran en su decepcionante tratamiento de determinadas situaciones en ciertos países. En particular, la sesgada comprensión internacional respecto a la causa palestina y los agónicos esfuerzos de los Estados islámicos llevaron al Consejo a abordar el conflicto de Oriente Medio, pero se produjeron reiteradas críticas hacia un solo Estado (Israel), pasando por alto las violaciones cometidas por Hezbollah y ciertas facciones palestinas. El reto consiste en generar la voluntad política para que los miembros del Consejo traten eficazmente tal situación de una manera justa.
Hélène Flautre , en nombre del Grupo Verts/ALE. –(FR) Señor Presidente, en vísperas del séptimo Consejo de Derechos Humanos, el Parlamento desea transmitir un mensaje de apoyo, vigilancia y movilización.
El Consejo es el único órgano internacional que lucha en la práctica contra las violaciones de los derechos humanos y que, en particular, responde a las situaciones de emergencia y a las crisis relativas a los derechos humanos, pero que también actúa a largo plazo con los relatores especiales y en un diálogo interactivo con las ONG. El Consejo es una institución singular, y se encuentra en un momento decisivo y difícil de su historia. Un año no bastará para determinar su eficacia. Por otra parte, puede que sí sea suficiente para desacreditarlo, y se han producido varios intentos de debilitarlo y modificarlo, como sabemos.
En primer lugar, me gustaría mencionar la situación de la señora Sigma Huda, relatora especial sobre tráfico de personas. Se encuentra en prisión en Bangladesh, en condiciones deplorables. En segundo lugar, y en relación con estos mismos relatores especiales, las propuestas del Comité Asesor serán decididas finalmente por el Presidente como último recurso. Este hecho les da una idea de lo importante que es su función, y me gustaría destacar la excelencia de la labor realizada por el Presidente Costea y, al mismo tiempo, llamar su atención respecto a su futura sustitución en junio.
Por esta razón, la UE ha de permanecer atenta y dispuesta a tomar la iniciativa. Su acción es decisiva. Lo vimos en Gaza. La abstención de la UE diluye el mensaje de manera considerable, y debilita al propio Consejo.
En cualquier caso, cuando la UE toma la iniciativa de una sesión especial, y utiliza todo su peso para respaldarla, el Consejo crece y consigue resultados. A tal efecto, nuestros Estados miembros han de fortalecer sus alianzas transregionales para convencer a otros y evitar cualquier reacción en bloque que envíe al Consejo de vuelta a las penurias de las contingencias políticas.
Por tanto, instamos a nuestros gobiernos a redoblar sus esfuerzos, y a dar ejemplo, mediante la designación de un experto independiente cuando participen en la evaluación de otro gobierno como parte de la RPU, o por sí mismos, mostrándose abiertos a las críticas de los demás y a la autocrítica, o en la elección de nuevos miembros. Una invitación permanente a los procedimientos especiales debe constituir un criterio de enorme importancia para los Estados miembros de la UE.
Richard Howitt (PSE). – Señor Presidente, permítame elogiarle por esta resolución. De hecho, quiero alabar la labor de la delegación del Parlamento a Ginebra, donde, además de exigir responsabilidades a nuestros propios representantes de la UE, colaboramos con ellos con el fin de entablar un diálogo con países de otras regiones del mundo, demostrando la fortaleza y la solidaridad de Europa en el fomento de los derechos humanos y del derecho humanitario internacional.
Agradezco la inclusión de mis enmiendas en el texto de apoyo a la convocatoria de una sesión especial sobre la violencia contra las mujeres, así como la firma y la ratificación por todos nuestros países de la totalidad de los instrumentos internacionales en materia de derechos humanos. Solicito el apoyo de Europa, en particular, a la renovación del mandato del Representante Especial sobre la cuestión de los derechos humanos y las empresas transnacionales y otras empresas comerciales. En cualquier caso, tras acabar de regresar de Gaza, me gustaría llamar su atención respecto al apartado 34 en particular. Nos encontramos ante un estado de sitio, con la imposición de condiciones medievales a la población de Gaza. Hoy identificaremos esta situación como un claro caso de violación de derechos humanos. Si ni siquiera Tony Blair puede conseguir que Israel permita la importación de equipos para impedir que 40 000 litros de residuos humanos no tratados envenenen el suministro de agua, es hora de que Europa actúe. Tropas europeas, bajo un nuevo mandato, podrían contribuir a supervisar la reapertura de las fronteras y, al igual que les solicito su apoyo en esta ocasión, los países europeos podrían lograr el acuerdo de todos los interlocutores del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas para procurar la aplicación del Derecho humanitario internacional. Europa puede tomar la iniciativa, como propuso la Presidencia eslovena en nuestra Subcomisión de Derechos Humanos en Bruselas en una fecha tan reciente como la pasada semana. Podemos proponer un texto equilibrado en el que se reconozca que tanto los atentados terroristas con cohetes, como el castigo colectivo del bloqueo infringen la cuarta Convención de Ginebra. De este modo, podemos alcanzar un consenso en Ginebra que ejerza un efecto real en la crisis humanitaria que padece la población de Gaza.
Eija-Riitta Korhola (PPE-DE). – (FI) Señor Presidente, un examen crítico de los antiguos mecanismos y modos de trabajar, y el establecimiento de nuevas prácticas ha inspirado una gran esperanza en la capacidad del Consejo de Derechos Humanos para actuar como un órgano eficaz que otorga prioridad a la manera en que se abordan las violaciones de los derechos humanos, y que hace posible que las situaciones políticas incidan claramente en la competencia de los organismos de las Naciones Unidas.
La credibilidad del Consejo de Derechos Humanos depende asimismo de los nuevos titulares de mandatos de procedimientos especiales que deben designarse en marzo. Reviste enorme importancia que los conocimientos especializados, la imparcialidad, la independencia y la objetividad constituyan los factores cruciales.
Como a muchos otros de los aquí presentes, en la situación actual, a mí también me gustaría que la decisión del Consejo de Derechos Humanos de no ampliar los mandatos de los relatores especiales para Belarús y Cuba se reconsiderase. Los Estados miembros de la UE deben tratar asimismo de garantizar que el mandato del experto independiente para la República Democrática del Congo se amplíe.
Janez Lenarčič, Presidente en ejercicio del Consejo. − Desearía manifestar mi agradecimiento a los diputados que han participado en este debate y han ofrecido sus opiniones que, indudablemente, ayudarán a la Presidencia del Consejo en sus preparativos para la séptima sesión del Consejo de Derechos Humanos.
Me gustaría subrayar en particular que estoy plenamente de acuerdo con la declaración realizada por la Señora Andrikiené respecto a la necesidad de que la Unión Europea se muestre unida, manifestándose con una única voz, en el Consejo de Derechos Humanos.
También desearía llamar la atención respecto al hecho de que la Presidencia confía igualmente en que exista una adecuada cooperación con la delegación del Parlamento Europeo. La importancia del papel de la Unión Europea en la promoción y la protección de los derechos humanos es indiscutible, razón por la que nos gustaría contar con la mejor cooperación posible de esta estimada asamblea.
Deseo señalar para terminar que la séptima sesión del Consejo de Derechos Humanos comenzará con la reunión de ministros, a la que se dirigirá, en nombre de la Presidencia del Consejo de la Unión Europea, el ministro Dimitrij Rupel, Presidente del Consejo de Asuntos Generales y Relaciones Exteriores. Participarán otros altos representantes, quizá incluso el Secretario General de las Naciones Unidas.
Benita Ferrero-Waldner, Comisaria. − Señor Presidente, la Unión Europea es una institución muy importante que debe avanzar en la dirección correcta, y guiar al Consejo de Derechos Humanos en tal dirección.
El Consejo ha de demostrar aún que constituye un órgano eficaz en el ámbito de los derechos humanos en el seno de las Naciones Unidas; de éso no cabe duda. No obstante, como he señalado anteriormente, es demasiado pronto para emitir un fallo definitivo. De hecho, tal dictamen en este momento podría incluso dificultar el progreso de esta institución en el futuro. Por esta razón, es importante que las partes relacionadas con la defensa de los derechos humanos sigan prestando su apoyo al Consejo, aunque con una actitud crítica. En este sentido, me complace que una delegación del Parlamento Europeo asista a parte de la séptima sesión con el fin de evaluar su labor de primera mano.
Al igual que la señora Andrikienë, creo que la Unión Europea tendrá que procurar manifestarse con una única voz sobre esta cuestión. Las pautas de votación de los miembros de la UE en el Consejo son muy homogéneas, y cuanto más lo sean, mayor importancia cobrará nuestra voz.
En cuanto a los criterios relativos a la condición de miembro, hasta la fecha, ha resultado imposible su elaboración. En cualquier caso, la adopción de compromisos en materia de derechos humanos constituirá un paso importante hacia la asunción de una mayor responsabilidad por parte de los países candidatos y, como he señalado anteriormente, éste es un paso importante.
En cuanto a los procedimientos especiales, la UE lucha activamente a favor de la ampliación de los mandatos vigentes y el establecimiento de otros nuevos que consideramos necesarios.
Por último, permítanme referirme a Belarús y Cuba. El Consejo puede ser criticado por no mantener los mandatos para tales países, pero fue una solución de compromiso que se hizo necesaria para salvar muchos de los demás mandatos para países y temáticos que son actualmente objeto de revisión. Del mismo modo, por ejemplo en el caso de Sudán Es lamentable perder el mandato del Grupo de expertos para Darfur, pero, por desgracia, tal pérdida resultó inevitable para salvar el del Representante especial para Sudán.
Por tanto, en ocasiones, para lograr el consenso, la Unión Europea ha de estar dispuesta a adoptar soluciones de compromiso difíciles. En cualquier caso, reitero que, en general, constituimos un motor y un órgano de gran relevancia en este área, y hemos de seguir trabajando para garantizar que el Consejo de Derechos Humanos funciona verdaderamente y avanza en la dirección correcta. El Parlamento Europeo constituye un instrumento de enorme solidez para ayudarnos en este empeño.
Presidente. − Se cierra el debate.
La votación tendrá lugar el jueves 21 de febrero de 2008.