Presidente. − El próximo punto del orden del día es el informe (A6-0063/2008) de Guy Bono, en nombre de la Comisión de Cultura y Educación, sobre las industrias culturales en Europa (2007/2153(INI)).
Guy Bono, ponente. − (FR) Señor Presidente, el informe que presento se deriva de la pregunta que formulamos la señora Trüpel, aquí presente, a la que saludo, y yo, con ocasión del informe Cultura 2007, hace de ello ahora tres años, para que se otorgase un mayor reconocimiento a las industrias culturales, en las que, recuerdo, trabaja el 3,1 % de la población activa de la Unión Europea y que generan el 2,6 % del PIB, lo que hoy en día les hace tener un mayor peso que la industria automovilística en la Unión Europea.
Así, en la elaboración de este informe consulté ampliamente al conjunto de los participantes en el sector. Por consiguiente, me gustaría dar las gracias a los especialistas y profesionales del sector, así como a las asociaciones de internautas y consumidores, y, por último, a mis colegas de la Comisión de Cultura, por los intercambios de ideas que hemos mantenido sobre estas cuestiones fundamentales.
El presente informe parte del siguiente postulado: la cultura y la economía se han hecho inseparables en la actualidad. La economía necesita de la cultura y la cultura de la economía. Desde este punto de vista, resulta urgente devolver a la cultura al lugar que le corresponde en la Agenda de Lisboa. Por consiguiente, en mi informe recojo una serie de propuestas a este respecto.
La primera sería la creación de un grupo de trabajo encargado de examinar la relación entre la cultura, la creatividad y la innovación en el marco de las políticas comunitarias.
En segundo lugar, resulta indispensable conceder un lugar más preeminente en la financiación comunitaria a las industrias culturales. En este informe, recomiendo que se ponga en práctica en los Estados miembros una financiación público-privada, así como la promoción de un marco reglamentario y fiscal favorable a las industrias culturales y, más concretamente, la aplicación de créditos fiscales y tipos de IVA reducidos a todos los productos culturales, incluidas las obras en línea. Por otra parte, invito también a la Comisión a considerar la posibilidad de poner en marcha un programa similar al programa MEDIA para el conjunto de las industrias culturales.
En tercer lugar, el presente informe propone que la cultura se integre mejor en las políticas exteriores de la Unión Europea, porque —e insisto en ello— lo que constituye la riqueza de Europa es, para empezar, su cultura, o, más bien, iba a decir la diversidad de su cultura. Así, invito también a la Comisión y a los Estados miembros a aumentar el importe de las ayudas a la traducción.
Por último, si me lo permite, señor Presidente, me gustaría volver sobre la cuestión de los derechos de autor, que ha sido objeto en el presente informe de numerosas enmiendas. En relación con esta cuestión, me opongo firmemente a la posición de ciertos Estados miembros, cuyas medidas represivas son medidas dictadas por las industrias que no han sido capaces de cambiar su modelo económico frente a las necesidades impuestas por la sociedad de la información. La interrupción del servicio de Internet es una medida desproporcionada a la luz de los objetivos que persigue. Se trata de una sanción que tendría un enorme efecto y que podría tener graves repercusiones en una sociedad en la que el acceso a Internet es un derecho esencial para la inclusión social.
Señoras y señores, creo que debemos distinguir entre la piratería en masa y los consumidores que no actúan con un propósito mercantil. En lugar de criminalizar a los consumidores, debemos poner en práctica nuevos modelos económicos que permitan encontrar un equilibrio entre las posibilidades de acceso a las actividades y contenidos culturales, la diversidad cultural y una auténtica remuneración a los titulares de los derechos de autor. Me parece que éste es el único modo en que la Europa de la cultura puede entrar verdaderamente en el siglo XXI.
Ján Figeľ, Miembro de la Comisión. − Señor Presidente, me complace estar hoy aquí para asistir al debate sobre el informe del señor Bono; me gustaría dar las gracias al señor Bono por su contribución y a la comisión por su trabajo. Estoy convencido, como él mismo ha dicho, de que la cultura es importante para nuestras vidas y cada vez resulta más esencial para el futuro de la Unión Europea.
Me gustaría añadir que la cultura define a nuestra Comunidad mucho más que nuestras empresas o nuestra geografía. También debemos entender que la cultura realiza aportaciones, la cultura crea, la cultura es algo positivo, y no algo que consume nuestros presupuestos o se opone a nuestras necesidades; por el contrario, la cultura nos enriquece, también en términos de empleo y crecimiento. Ésta ha sido la primera vez que la Unión Europea ha reconocido explícitamente las conclusiones de la cumbre del año pasado, recogidas en el estudio que presentamos hace algún tiempo, y ahora en la Agenda Europea para la Cultura en un Mundo en vías de Globalización.
También me gustaría subrayar tres cuestiones específicas de su informe, que incluye muchas más, aunque no comentaré todas.
En primer lugar, nos pide que aclaremos cuál es la visión europea de la cultura, la creatividad y la innovación. La Agenda Europea que hemos acordado hace exactamente esto. Estamos reforzando la cooperación entre Estados miembros, especialmente la promoción de las industrias creativas. Éste es uno de los tres pilares. En el marco de esta labor debemos analizar cómo medir de forma más precisa la contribución de estas industrias a la economía y cómo podemos prestarles un mejor apoyo.
En segundo lugar, nos pide que consideremos la dimensión exterior. Ésta es una de las tres prioridades de la Agenda y actualmente estamos trabajando muy activamente en lograr que nuestros socios, nuestros Estados miembros, ratifiquen la Convención de la UNESCO —porque no todos los Estados miembros ni todos los países lo han hecho— y garanticen su aplicación. Además, estamos incluyendo cada vez más elementos culturales tanto en nuestra cooperación al desarrollo como en nuestras relaciones bilaterales con las economías emergentes.
En tercer lugar, estoy de acuerdo con usted en que se debe actuar de forma sistemática para conseguir la aplicación plena del artículo 151 en las políticas comunitarias. Mantengo el contacto y he logrado una cooperación positiva con mis colegas, especialmente el Comisario para el mercado interior, el señor McCreevy, sobre los diferentes aspectos de la protección de los derechos de autor. Confío en que, con la ayuda de todos ustedes, seamos capaces de lograr los objetivos establecidos en este artículo del Tratado.
También menciona usted la movilidad de los artistas y los profesionales del sector, algo que ocupa un lugar preeminente en nuestro programa, especialmente este año. Los Estados miembros ya han creado un grupo de trabajo sobre esta cuestión y la Comisión está aplicando la acción piloto sobre la movilidad de los artistas propuesta por este Parlamento el año pasado.
La Comisión apoyará todos estos esfuerzos, especialmente con un estudio para comprender mejor los vínculos existentes entre la cultura, la creatividad y la innovación, así como otro estudio sobre el modo de lograr un entorno que favorezca el desarrollo de las industrias creativas y culturales, que incluya el apoyo a las PYME y a la asunción de riesgos.
El resultado de estas iniciativas alimentará un Libro Verde sobre las industrias culturales y creativas, que la Comisión tiene previsto publicar en 2009.
Espero con impaciencia el comienzo del debate.
Rolf Berend, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (DE) Señor Presidente, señor Comisario, señoras y señores, las nuevas tecnologías cada vez adquieren mayor peso en la industria cultural de Europa. Por consiguiente, se debe prestar una atención especial a la protección de los derechos de autor.
La Unión Europea y los Estados miembros deberían ofrecer los recursos necesarios para garantizar el respeto y la protección de los derechos de propiedad intelectual. La lucha contra la piratería es especialmente importante en este sentido. Todos los interesados deberían ser conscientes de sus derechos y sus obligaciones en relación con una solución común.
En su informe, nuestra comisión defiende la puesta en marcha de campañas de sensibilización y de educación, especialmente entre los consumidores. Se deberían emprender medidas preparatorias y educativas que expliquen el valor de la propiedad intelectual dirigidas a los jóvenes en los centros educativos. En este sentido, me gustaría subrayar de nuevo la opinión de la comisión de que la criminalización de los consumidores sin intenciones de lucro no es una buena solución para luchar contra la piratería informática.
Hemos subrayado repetidamente la importancia para el sector creativo europeo de las infraestructuras de información libre como la WWW y la necesidad de lograr un equilibrio entre las posibilidades de acceso a Internet y la protección de la propiedad intelectual. En este sentido, señor Presidente, permítame un último comentario sobre la versión revisada de la enmienda 22 bis presentada por 40 diputados. Mi grupo, el Grupo del Partido Popular Europeo (Demócrata-Cristianos) y de los Demócratas Europeos, ha declarado claramente que está dispuesto a apoyar la primera parte de la enmienda y a rechazar tajantemente la segunda parte.
PRESIDE: Diana WALLIS Vicepresidenta
Katerina Batzeli, en nombre del Grupo del PSE. – (EL) Señora Presidenta, señor Comisario, en un momento en que los sectores económicos e industrias tradicionales atraviesan por un periodo de declive acusado, y las presiones de la globalización están poniendo a las empresas europeas en una posición de desventaja significativa, el sector de las industrias culturales es uno de los pocos que ofrecen unas posibilidades considerables de desarrollo económico, regional, social y cultural plurifacético. En esta coyuntura, y además del cumplimiento del artículo 157 del Tratado y la Convención sobre la protección y la promoción de la diversidad de las expresiones culturales de la UNESCO, Europa debe lograr un equilibrio adecuado para que las empresas y entidades dedicados a la producción de bienes y la prestación de servicios culturales sean completamente competitivas. Al mismo tiempo, Europa no debe poner en peligro ni su distintiva naturaleza multicultural ni su diversidad.
Por este motivo, señor Comisario, creo que el próximo año, declarado Año Europeo de la Creatividad y la Innovación, como usted mismo ha dicho, sería el momento adecuado para que la UE emprenda medidas activas que favorezcan a las industrias culturales. Debemos abandonar la idea de que tales industrias constituyen un lujo y elaborar políticas específicas para promover la inversión en este sector.
Señora Presidenta, apoyamos plenamente el informe del señor Bono, que creo que el Comisario Figel’ examinará seriamente, de modo que podamos debatir y continuar con su creativa labor.
Zdzisław Zbigniew Podkański, en nombre del Grupo UEN. – (PL) Señora Presidenta, a menudo nos encontramos con casos en los que se descuida el papel y la importancia de la cultura. Las empresas reciben toda nuestra atención, mientras que se considera a la cultura algo secundario, una especie de añadido. Pero no sólo se subestima la importancia cultural de la propia cultura, sino también su importancia económica y social.
Gracias a este informe, se nos presenta una imagen de la cultura diferente. Examinemos las cifras. La Unión Europea dispone del 1 % del PIB de todos los Estados miembros, mientras que la industria cultural supone el 2,6 % del PIB y más del 3 % del empleo, lo que nos hace tomar conciencia de la importancia de la cuestión. Sin embargo, estos datos son incompletos. Sabemos que no incluyen el papel y la importancia de las obras artísticas y de artesanía, ni tampoco numerosos ámbitos que reciben la influencia de la cultura. Por consiguiente, considero que este informe reviste una importancia fundamental y que deberíamos seguir en esta vía y apoyar al Comisario Figel', ya que ha adoptado un enfoque muy adecuado, una estrategia que ofrece numerosas oportunidades para todos.
Helga Trüpel, en nombre del Grupo Verts/ALE. – Señora Presidenta, señor Comisario, señoras y señores, el informe del señor Bono fuerza la apertura del rígido debate entre el concepto de cultura meramente como un fin en sí misma, por una parte, y la total «comercialización» de la cultura, por otra. Subrayamos la importancia de las industrias creativas como parte de la Estrategia de Lisboa para el crecimiento económico, al tiempo que sometemos a la política cultural a unas limitaciones meramente económicas.
Las industrias creativa y cultural se consideran sectores económicos independientes y han sido el motor de la creación de empleo en Europa en los últimos años. En Alemania, por ejemplo, crean más puestos de trabajo que la industria automovilística, y la Unión Europea y los Estados miembros deben orientar sus políticas consiguientemente. Aún queda mucho por hacer en este sentido.
Me gustaría volver a hacer hincapié —frente a todos los complicados argumentos que rodean a los derechos de autor— sobre el hecho de que debemos aún encontrar la solución política adecuada para los productos de la propiedad intelectual en el sector informático, con vistas a garantizar un acceso libre a Internet para los usuarios particulares, por una parte, y crear nuevas oportunidades económicas para los artistas que producen contenidos creativos, por otra.
Miguel Portas, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (PT) Señora Presidenta, el informe del señor Bono es un documento excelente al que prestamos todo nuestro apoyo. En esta breve intervención me gustaría limitar mis observaciones a la cuestión de los derechos de autor. En el mundo pre-digital, la compra de libros y discos se podía considerar la actitud normal del consumidor. Las fotocopiadoras y las grabadoras de casetes supusieron un revés para la remuneración de los autores, pero la compra siguió siendo la regla.
El cambio de paradigma surge con el universo digital. En Internet, compartir y hacer circular libremente las ideas, informaciones y obras se deshace de sus antiguas cadenas físicas. En este mundo, el pago pertenece al pasado. La libre circulación de obras es el hábitat natural de la cultura. Luchamos contra la piratería con intención de lucro, pero somos completamente contrarios a la criminalización del consumidor. Sin embargo, siguen siendo necesarias algunas limitaciones y bloqueos en el universo digital, porque aún no hemos descubierto cómo remunerar dignamente a los autores de otro modo, pero esta situación tiene los días contados.
Thomas Wise, en nombre del Grupo IND/DEM. – Señora Presidenta, Europa cuenta con un patrimonio cultural rico y diverso, que enriquece a su vez nuestras vidas, no sólo estéticamente, sino también económicamente. El sector aporta el 2,6 % del PIB de la UE, como se ha dicho. Además, muestra un índice de crecimiento más elevado que la economía en general y emplea a más de cinco millones de personas.
Todas ellas son razones muy claras por las que la Comisión debería mantenerse al margen, a menos que deseemos ver cómo la cultura acaba igual que la pesca y la agricultura. No obstante, el déficit comercial de las películas entre la UE y los Estados Unidos sigue creciendo todos los años, ya que el público en Europa elige productos estadounidenses en lugar de productos europeos. Este déficit, según las últimas cifras, alcanzó los 7 200 millones de GBP sólo en un año.
Libres de cualquier limitación impuesta por la subvención estatal, el volumen de ventas de las seis principales productoras estadounidenses de películas alcanzó los 42 600 millones de USD en 2006, mientras que, según un informe del Observatorio Audiovisual Europeo, la situación general de la industria cinematográfica europea se está deteriorando. Ello es así porque las subvenciones y la legislación no inspiran a los artistas, lo único que hacen es alimentar a burócratas y parásitos.
Christofer Fjellner (PPE-DE). – (SV) La aparición y la difusión de Internet han cambiado radicalmente las posibilidades de la cultura. En mi opinión, este acontecimiento ha sido casi exclusivamente positivo. La cultura se ha vitalizado, democratizado y difundido ampliamente. A pesar de ello, buena parte del debate europeo se centra actualmente en los problemas que se dice que ha creado Internet para los que realizan actividades culturales. Esto resulta desafortunado.
Ello no quiere decir que no hayan surgido desafíos en el ámbito de la cultura. La vulneración de los derechos de autor y el intercambio ilegal de archivos son ejemplos de tales desafíos. Buena parte de este informe aborda también estos problemas. En Europa circulan ahora muchas propuestas sobre el modo en que se deberían abordar estas cuestiones. Desgraciadamente, en muchos casos se presta poca atención a nuestras libertades fundamentales y nuestros derechos como ciudadanos. Por ejemplo, tal vez la más controvertida de estas propuestas ahora mismo intenta prohibir el acceso a Internet a los que hayan vulnerado los derechos de autor.
Me gustaría aprovechar esta oportunidad para instar a sus Señorías a apoyar la enmienda que he presentado a este informe. Brevemente, mi propuesta hace hincapié sobre el papel positivo que Internet ha desempeñado a favor de la cultura y la democracia, y también rechaza la idea de prohibir a los ciudadanos el acceso a Internet. Se debe luchar contra la vulneración de los derechos de autor y el intercambio de archivos a través de sanciones proporcionadas que respeten los derechos y libertades fundamentales. Prohibir a las personas el acceso a Internet constituye, en mi opinión, una grave vulneración de la libertad de expresión e información y es completamente desproporcionado. Internet es mucho más que una máquina copiadora o un canal de difusión ilegal de películas o música. Es un foro para la libertad de expresión, información y comunicación.
Para mi hermano menor, Internet es tan natural como ver la televisión o chatear durante el recreo. Por otra parte, ¿vamos a imponer restricciones similares cuando se infringen los derechos de autor de otra manera? No hace tanto tiempo que estudiaba en la universidad y allí, desgraciadamente, muchos estudiantes copiaban ilegalmente los manuales de literatura, pero castigarles prohibiéndoles leer libros o escribir artículos hubiera sido claramente irrazonable. A los que hurtan alimentos no se les prohíbe comprar leche y al que sustrae una bicicleta no se le prohíbe utilizar la calle. De modo que no hagamos nada igual de estúpido en el caso de otros delitos simplemente porque se han cometido en Internet. Gracias.
Maria Badia i Cutchet (PSE). – Gracias, señora Presidenta. Señoras y señores diputados, en primer lugar yo también quiero felicitar al ponente, señor Bono, por este informe sobre las industrias culturales que abarca un amplio abanico de cuestiones a las que se ha intentado dar respuesta.
Un breve comentario sobre un aspecto que me parece prioritario: en la sociedad de la información, de la comunicación y de la tecnología digital surgen constantemente nuevas formas de producción y de distribución que suponen nuevas oportunidades para productores, creadores, artistas y también para los consumidores. En este nuevo contexto es imprescindible encontrar nuevas fórmulas equilibradas que combinen el respeto de los derechos de los creadores con el acceso de la ciudadanía a estos bienes culturales.
Por otro lado, las industrias culturales y el conjunto de creadores —incluyendo las PYME, por su doble naturaleza cultural y económica— contribuyen tanto a la promoción de la diversidad cultural como a la creación de nuevos empleos y posibilidades de desarrollo económico y, en la medida en que forman parte de uno de los sectores más dinámicos de nuestra economía, las ayudas al sector creativo deben considerarse como una inversión. Así, la promoción del aprendizaje permanente que fomente el talento creativo y el fenómeno de las sinergias entre las empresas del sector y las escuelas debe ser una prioridad dentro de las políticas europeas.
Bernard Wojciechowski (IND/DEM) . – (PL) Señora Presidenta, me congratulo por este importante informe sobre la cultura. La afirmación de que, si tuviese que empezar de nuevo, empezaría con la cultura, se atribuye a Jean Monet. La historia escrita de Europa se remonta a hace dos mil quinientos años, y ¡qué rica y variada en su contenido! La cultura es un componente significativo del desarrollo de nuestra civilización. Se deberían apoyar las medidas que favorecen la industria vinculada a la cultura. Sería estupendo que se encontraran fondos para financiar el desarrollo de una red de bibliotecas modernas en Polonia, en beneficio de las personas que no pueden permitirse comprar libros. Existen todavía distritos en Varsovia donde no existen salas de lectura académicas adecuadas. No existe un sistema de intercambio entre bibliotecas. Los jóvenes deben ir al centro de la ciudad para tener acceso a las obras científicas. El sistema bibliotecario de los Estados Unidos podría servir de ejemplo. Es necesario financiar el desarrollo de bibliotecas locales que ofrezcan acceso a los materiales necesarios, para que las personas puedan acceder a la educación.
No estoy del todo de acuerdo con el considerando T del informe. La identidad nacional y el lenguaje son la raíz de la creatividad. La cultura europea moderna comenzó cuando Dante y Petrarca empezaron a escribir en italiano. La razón del desarrollo de la civilización europea ha sido siempre la difusión de los valores que caracterizan al ser humano como individuo, su progreso espiritual y el hecho de que los pueblos hayan hecho uso de su individualidad para enriquecer el contenido de su vida colectiva.
Paul Rübig (PPE-DE). – (DE) Señora Presidenta, señor Comisario, la cultura es un factor económico y de otro tipo especialmente importante para todos nosotros, y hemos visto que genera beneficios que se elevan a varios miles de millones de euros en Europa, que millones de personas trabajan en el sector y que muchas PYME, sobre todo, trabajan en la industria cultural de forma creativa y apasionada.
En mi opinión, es importante que estos motores culturales tengan el mejor acceso posible a los nuevos formatos digitales y audiovisuales. Es importante poder presentarse al público y concebir nuevos productos de aprendizaje permanente, especialmente porque estos medios nuevos e innovadores están desarrollando y promoviendo el talento creativo de forma adecuada.
Mary Honeyball (PSE). – Señora Presidenta, desearía dar las gracias al señor Bono por su informe, que destaca el papel, cada vez más importante en nuestra economía, que desempeñan las industrias creativa y cultural.
Como la mayoría de ustedes saben, represento a Londres, que es, en efecto, uno de los centros creativos de Europa. Así pues, soy muy consciente de los beneficios que las industrias creativas pueden aportar a una localidad. Londres cuenta con una enorme diversidad cultural y creatividad y, como las industrias culturales son un sector significativo de la economía londinense, acojo con satisfacción las recomendaciones de apoyo a la sostenibilidad y el crecimiento de la industria cultural.
Sin embargo, y sin perjuicio de lo que acabo de exponer, existe otra cuestión muy preocupante, a la que algunos ya han aludido en el marco del debate sobre otro informe esta tarde. Tal cuestión se refiere al hecho de que, aunque existe un elevado número de mujeres que trabajan en la industria, no hay muchas que ocupen un puesto de responsabilidad en las industrias creativas, por lo que espero que podamos abordar este problema en nuestras futuras deliberaciones.
Ewa Tomaszewska (UEN). – (PL) Señora Presidenta, el proyecto de resolución llama la atención hacia el vínculo existente entre una industria cultural floreciente y la movilidad transfronteriza de los artistas; insta a la Comisión a publicar un Libro Verde sobre el mercado interior para los productos y servicios de la creación, lo que permitirá comparar los logros alcanzados en este ámbito. El informe subraya el papel de la cultura en las políticas comunitarias, así como el papel de la educación cultural en el desarrollo de la personalidad y el sentido de identidad.
La creatividad, y la participación en la creación de valor añadido, son los elementos que determinan el importante papel económico de la industria cultural. Su contribución efectiva al desarrollo económico, especialmente en los sectores de la música y la edición, supera varias veces el gasto realizado para el desarrollo de la cultura. Mis felicitaciones al ponente.
Tomáš Zatloukal (PPE-DE).– (CS) Las industrias culturales prestan importantes servicios de valor añadido, que constituyen la base de una economía dinámica basada en el conocimiento. Tales industrias constituyen una importante fuente de creación de empleo en ámbitos creativos que contribuyen significativamente a lograr una Unión Europea más competitiva. Los llamamientos al apoyo de las industrias cultural y creativa a través de una mejor cualificación y unos mejores sistemas de educación y formación, especialmente brindando a los estudiantes de todos los niveles educativos en disciplinas artísticas y culturales una formación profesional, reflejan esta situación.
Apoyo la invitación a los Estados miembros a incluir estudios empresariales en los programas nacionales de enseñanza secundaria y superior, en particular en los ámbitos de humanidades, arte y cultura. También es necesario realizar mayores avances en materia de reconocimiento recíproco de diplomas en los estudios artísticos. También pediría a la Comisión que tomase en consideración en mayor medida la naturaleza especial del sector cultural en todas las políticas relativas al mercado interior, competencia, comercio, empresa, e investigación y desarrollo.
Ruth Hieronymi (PPE-DE). – (DE) Señora Presidenta, simplemente me gustaría acabar con los malentendidos de una vez por todas. Este informe no trata de prohibir el acceso a Internet a nadie. La Comisión de Cultura y Educación ha rechazado esta propuesta por unanimidad.
El informe intenta lograr una relación equilibrada entre un acceso libre a Internet y la protección de la propiedad intelectual, y, en este sentido, tenemos aún muchas cuestiones por resolver y debemos encontrar los instrumentos que tomen en consideración ambos objetivos. Por consiguiente, me gustaría pedir específicamente que también se siga este enfoque en la votación.
Nicodim Bulzesc (PPE-DE). – Señora Presidenta, aprecio la valía de este informe, pero me gustaría hacer algunas observaciones.
El tema de las industrias culturales se vincula estrechamente a la cuestión del valor económico de la cultura. Ahora se hace referencia a la cultura como un medio hacia el crecimiento económico y muchos estudios ponen actualmente de manifiesto las repercusiones económicas de las actividades culturales. En este contexto, recuerdo el estudio titulado The Economy of Culture in Europe elaborado en 2006 por una consultora privada, KEA European Affairs, que presenta algunas cifras impresionantes relativas al sector cultural; no obstante, tales cifras son debatibles, porque el estudio incluye los reproductores MP3, los teléfonos móviles y la publicidad como «cultura».
Por consiguiente, consideramos que centrar nuestra atención sobre tales aspectos económicos puede ser confuso y podría dejar en un segundo plano cosas tan importantes como la creatividad o el potencial artístico si no se revelan lo suficientemente rentables.
Estoy a favor de una política cultural que apoya la diversidad cultural, la creatividad artística y el desarrollo del potencial artístico de los individuos y las comunidades: todas ellas directrices que considero debemos tener en cuenta para las iniciativas futuras.
Ján Figeľ, Miembro de la Comisión. − (SK) He escuchado el debate con interés. Por supuesto, el informe en sí mismo es muy interesante y, como la presidenta de la comisión, la señora Batzeli, ha dicho, también constituye un estímulo para la Comisión, para los Estados miembros y para el mundo de la cultura y las industrias creativas.
Creo que el tema u objetivo principal es adquirir una idea general, hacer de todos estos estímulos el centro de atención y crear un entorno favorable para la creatividad, la innovación, la cultura en sí misma y la situación de la cultura en nuestra sociedad y nuestras relaciones.
Permítanme decir sólo unas palabras. No podemos existir sin la economía, pero es la cultura la que dota de sentido a nuestras relaciones y nuestras identidades y define los valores que nos unen en la Comunidad. Ésta es mi respuesta a los que manifiestan su preocupación por el hecho de que hoy todo se vea en términos económicos y se exprese en valores monetarios. La cultura es algo más que dinero, pero es importante considerarla como un activo de creación que genera empleo y contribuye al desarrollo de la economía. La ausencia de cultura en la mayoría de los casos desemboca en el deterioro no sólo de la economía, sino también de la política y la sociedad. La ausencia de cultura, por consiguiente, tiene muchas consecuencias.
Éste es el motivo por el cual me complace ver que existe un amplio apoyo a la creatividad y la innovación en las observaciones relativas a la propuesta de la Comisión Europea para 2009. La propuesta oficial en sí ya está en este Parlamento y espero que el procedimiento legislativo conduzca pronto a su adopción y al inicio de los preparativos para el Año Europeo de la Creatividad y la Innovación.
Para terminar, me gustaría decir algunas palabras acerca de la lucha contra la piratería. Creo, como muchos de ustedes aquí hoy, que debemos lograr un equilibrio entre el acceso a la cultura y su accesibilidad, comunicación y oportunidades culturales, por una parte, y la protección de los derechos de propiedad intelectual, por otra. Debemos combatir el abuso de los derechos de propiedad intelectual, porque ésta es a menudo la razón por la que quiebran las empresas más pequeñas y más débiles. Ésta es la postura de la Comisión Europea. La educación constituye uno de los medios para abordar este problema: la sensibilización acerca de la importancia de proteger los derechos de propiedad intelectual y la no vulneración de las libertades. El otro método consiste en invitar y organizar a todos los interesados o todos los que tienen algún tipo de responsabilidad en este ámbito, para que cooperen y contribuyan a los esfuerzos de protección de los derechos de propiedad intelectual, al tiempo que se desarrolla el acceso a las redes electrónicas en el marco de las modernas comunicaciones. Esto es, después de todo, lo que presentamos por primera vez en nuestra reciente propuesta para reformar las redes y servicios de comunicaciones electrónicas (paquete de telecomunicaciones) y también el núcleo de la actitud de la Comisión Europea respecto de la lucha contra la piratería. Por supuesto, los propios Estados miembros deben poner mucho de su parte.
Esto es todo lo que quería decir, gracias. Espero que podamos seguir cooperando.
Guy Bono, ponente. − (FR) Señora Presidenta, señor Comisario, creo que no debemos equivocarnos de objetivo. A pesar de lo que quieren hacernos creer algunos estudios subjetivos, no es el 13 % de los europeos que descargan ilegalmente contenidos culturales lo que amenaza nuestra cultura, sino que, en mi opinión, más bien la concentración de nuestra cultura entre las manos de los grandes grupos pone en peligro nuestra diversidad y, por consiguiente, la riqueza de nuestro patrimonio cultural.
Únicamente voy a poner un ejemplo, el de la industria discográfica. Actualmente, el 95 % de lo que se distribuye procede de las cuatro principales compañías discográficas. Creo que es importante obrar para que los consumidores puedan elegir y que es necesario garantizar el pluralismo de los contenidos en un mercado muy concentrado donde los actores clave de la innovación y la creatividad son las pequeñas y no las grandes empresas. Y, desde este punto de vista, hablaba usted, señor Comisario, de las PYME y recomendaba un estudio que me parece, por otra parte, bastante interesante.
La autorización de la fusión entre Sony y BMG concedida por la Comisión contradice totalmente la política europea de apoyo a las PYME del sector de la música, que crean más empleo que las empresas grandes y que representan al 99 % de los actores del mercado, así como el 80 % de la innovación en el sector. Me parece, por consiguiente, urgente apoyar la diversidad en el sector cultural, auténtico motor del crecimiento y verdadero medio de desarrollo individual.
Para terminar, diría que la diversidad de la cultura la enriquece y no al contrario.
Presidenta. − Se cierra el debate.
La votación se celebrará el jueves 10 de abril de 2008.
Declaraciones por escrito (artículo 142)
John Attard-Montalto (PSE), por escrito. – La cultura y la creatividad desempeñan un papel central en la promoción de la ciudadanía europea. Ambas cuestiones, cultura y creatividad, se deben tomar en consideración en las futuras políticas de la UE.
La Comisión promovió un análisis de la economía de la cultura en Europa, del que han surgido datos importantes. Así, parece que la cultura en sentido amplio contribuye de forma sustancial a la economía, incluso en mayor medida de lo que inicialmente se estimaba.
Hace cinco años se estimó que los sectores culturales contribuían en un 2,6 % al PIB de la UE. En 2004, el 3,1 % de la población activa de la UE trabajaba en este sector. La relación entre las actividades culturales y la economía en Malta y Gozo se puede evaluar gracias a un estudio reciente de 2007 elaborado por la Oficina Nacional de Estadística en el que participaron 5 086 personas matriculadas en escuelas de danza.
Tales escuelas empleaban a 109 personas y generaban un excedente financiero de cerca de 400 000 euros. Los ingresos totales superaban el millón de euros.
Éste es únicamente un ejemplo que demuestra la importancia de las actividades culturales para la economía.
Neena Gill (PSE), por escrito. – Mi región, las Midlands Occidentales, lidera el desarrollo de las industrias creativas, con más de una de cada diez personas empleadas actualmente en el sector. La región es una de las más multiculturales del Reino Unido y está demostrando que sus ventajas competitivas en la diversidad cultural se están convirtiendo en una fuente de creatividad e innovación.
No obstante, la UE debe comprometerse con mayor empeño en relación con el apoyo a las industrias culturales, estimulando la creación de empleo en este ámbito para contrarrestar el traslado de sus industrias tradicionales a las economías emergentes.
Es necesario aunar esfuerzos y ofrecer una mayor asistencia financiera para las empresas de nueva creación y las PYME del sector de las industrias culturales a través del Séptimo Programa marco, los Fondos Estructurales y el Fondo Social Europeo. Ello contribuirá a sacar mayor partido a la preparación y el talento de los empresarios y los trabajadores europeos, para garantizar que se dispone de la cualificación necesaria para seguir desarrollando el sector. La UE debe apoyar la creatividad para lograr un mayor nivel de innovación y espíritu emprendedor.
En el Año Europeo del Diálogo Intercultural, deberíamos también reconocer la importancia de las industrias culturales en relación con la sensibilización y el entendimiento de otras culturas y, por consiguiente, su importancia para la cohesión social. De forma análoga, Europa tiene mucho que ganar económicamente de su diversidad cultural.
Eija-Riitta Korhola (PPE-DE), por escrito. – (FI) Me gustaría dar las gracias al ponente por la elaboración de un informe que trata de forma tan integral la naturaleza polifacética de las industrias culturales y los principales problemas conexos. Para examinar la situación de las industrias culturales en la sociedad europea es necesario recordar dos principios básicos.
En primer lugar, debemos entender hasta qué punto la cultura es importante para la calidad de vida de las personas. Los productos culturales mejoran el bienestar. La Comunidad reconoce que los europeos tienen el derecho básico a la educación, que incluye el derecho de las personas a la cultura. Por consiguiente, estamos hablando de derechos civiles fundamentales.
En segundo lugar, debemos entender hasta qué punto es importante la cultura para aquéllos que la producen. Para muchos el trabajo no es sólo una pasión, es también un medio de vida. Una remuneración adecuada del trabajo realizado es un derecho básico. De los legisladores depende garantizar que las personas puedan trabajar en un entorno que no menoscaba sus derechos. Sin creadores no existen productos culturales, y si no se les paga por el trabajo que realizan, se estará limitando el crecimiento cultural.
La legislación sobre las industrias culturales, como la protección de los derechos de propiedad intelectual y los derechos conexos, por consiguiente, debe siempre lograr un equilibrio adecuado entre las dos dimensiones sociales de la cultura. Ello requiere una sensibilidad especial por parte del legislador. Se debe reconocer que las industrias culturales son un sector muy especial y, por consiguiente, requieren un estatuto jurídico también muy especial.
El principal problema para las industrias culturales reside, naturalmente, en las tecnologías de la información. Ciertamente, las industrias culturales se benefician de los avances tecnológicos y el mercado de la información, pero al mismo tiempo deben ser protegidas cuando se utilizan nuevos sistemas.
También es necesario que la Comisión emprenda urgentemente medidas para aclarar la relación entre la propiedad intelectual y la cultura y la economía. El principal problema consiste en el modo en que podemos garantizar una remuneración justa de los titulares de derechos e industrias culturales por el trabajo realizado, al tiempo que se garantiza que los consumidores pueden elegir y acceder fácilmente a los productos culturales.
Marianne Mikko (PSE), por escrito. – A medida que la producción de bienes se mecaniza y se externaliza, aumenta el número de personas en Europa que se dedican a la producción de bienes culturales.
El estudio KEA encargado por la Comisión Europea subestima significativamente la contribución de las industrias culturales a nuestra economía y nuestra sociedad. Aunque únicamente el 3,1 % de la población activa de la UE genera directamente valor económico en el ámbito cultural, su impacto es notable en casi cualquier aspecto de nuestras vidas.
La cultura popular transmite mensajes culturales y sociales. Los músicos y actores desempeñaron un papel fundamental en el establecimiento de la economía verde. La música y las películas promueven considerablemente el entendimiento entre los pueblos y difunden los valores europeos. Las industrias culturales desempeñaron también un papel importante en la creación de la demanda de las nuevas tecnologías y las plataformas digitales.
Por consiguiente, es fundamental que las industrias culturales europeas sigan siendo viables. En primer lugar, debemos garantizar que los creadores sean capaces de vivir de su creatividad. Ello significa que debemos hacer que los creadores puedan difundir su trabajo lo más ampliamente posible, sin ningún temor por el posible abuso de intermediarios o consumidores.
Considero que éste es el principal mensaje del informe. Desearía dar las gracias al ponente y a aquéllos de sus Señorías que hayan contribuido con sus ideas a la elaboración de este documento.