Presidente. − El siguiente punto son las declaraciones del Consejo y de la Comisión sobre la situación en Birmania.
Janez Lenarčič, Presidente en ejercicio del Consejo. − (SL) La Unión Europea está siguiendo de cerca la situación en Birmania, o Myanmar. Estamos apoyando activamente los esfuerzos, realizados fundamentalmente por las Naciones Unidas, para acelerar la transición a la democracia, la reconciliación y el desarrollo del país. También estamos consultando a nuestros socios asiáticos acerca de todas estas cuestiones. El Enviado Especial, el señor Fassino, informó al Parlamento Europeo sobre la situación en Birmania/Myanmar. También informó al Parlamento acerca de las posiciones que están ocupando los vecinos de Myanmar y otros miembros de ASEAN.
Como es bien conocido, el Enviado Especial de las Naciones Unidas, el señor Gambari, visitó el país a comienzos de marzo. Debo subrayar nuestra decepción por el hecho de que su visita no haya tenido resultados demasiado obvios. Sobre todo, tuvimos la impresión de que las autoridades de Myanmar no estaban dispuestas a cooperar con la comunidad internacional. La Unión Europea desearía ver cómo las autoridades aceptan las propuestas del señor Gambari sobre la prosecución del proceso político. La comunidad internacional en su conjunto coincide en la conveniencia de aplicar tales propuestas, aunque éstas no sean demasiado transcendentales.
La UE y el señor Gambari señalan la existencia de problemas análogos. Además, la UE envía regularmente comunicaciones políticas a Birmania/Myanmar. Una de tales comunicaciones clave se envió en forma de resolución del Parlamento Europeo sobre la situación en el país. Nuestro mensaje conjunto esencial se refiere principalmente al hecho de que la reconciliación nacional, la estabilidad y la prosperidad únicamente serán posibles a través de un proceso de democratización creíble e inclusivo. Éste es el motivo por el cual la Unión Europea sigue con mucho interés la respuesta de la oposición al próximo referéndum sobre la constitución.
Estamos haciendo un llamamiento a las autoridades para que permitan la celebración de un debate abierto y sin obstáculos sobre la constitución antes del referéndum, dejen de perseguir a los activistas políticos y revoquen las leyes que impiden la libertad de expresión. Independientemente de la situación actual, la Unión Europea no ha perdido la esperanza de que las autoridades de Myanmar garanticen un referéndum libre y justo y permitan la presencia de observadores internacionales. También manifiesta su disposición a apoyar el envío de observadores de los países ASEAN.
Además de permitir el correcto desarrollo del referéndum, invitamos a Myanmar a excarcelar a los presos políticos y a dejar de efectuar arrestos. El Consejo se une al Parlamento Europeo para pedir a Myanmar que no prolongue el arresto domiciliario de la señora Aung San Suu Kyi. Esperamos que China y los países ASEAN sigan apoyando la misión del señor Gambari y la posición del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en el futuro: éste es el mensaje que hemos transmitido a través de nuestros canales diplomáticos y nuestro Enviado Especial.
En la reunión del Consejo de Asuntos Generales y Relaciones Exteriores que se celebrará la próxima semana, la Unión Europea tiene intención de ampliar la validez de la Posición Común sobre Myanmar. De este modo, se podrá seguir con las actividades humanitarias, aunque limitadas, al tiempo que las sanciones continúan en vigor. Invitamos a todos los socios internacionales a enviar más ayuda, una ayuda que los ciudadanos de Myanmar necesitan urgentemente. La Unión Europea, por su parte, seguirá ofreciendo tal ayuda.
Jacques Barrot, Vicepresidente de la Comisión. − (FR) Señor Presidente, Señorías, la señora Ferrero-Waldner no ha podido asistir a esta reunión. En su nombre y en el de la Comisión me gustaría hacer algunas observaciones sobre Myanmar.
Dentro de un par de semanas, el 10 de mayo, la población de Myanmar será llamada a aprobar o rechazar una constitución. La Unión Europea y sus socios consideran que el proceso de preparación del proyecto de constitución no ha implicado lo suficiente al conjunto de las diferentes fuerzas políticas y grupos étnicos que componen el país. La junta de gobierno ha actuado a su libre albedrío en este proceso.
Por consiguiente, la constitución establece que el 25 % de los diputados esté formado por militares designados, mientras que el restante 75 % se compondrá de cargos electos. Es posible que Aung San Suu Kyi pueda votar en las elecciones previstas para 2010, e incluso presentarse como candidata, pero el régimen parece querer excluir la posibilidad de que se convierta un día en Presidenta de la Unión de Myanmar. China, la India y ASEAN ejercen una cierta influencia y se preocupan sobre todo por la estabilidad del país, así como por las relaciones comerciales y la inversión.
El señor Gambari, Enviado Especial de las Naciones Unidas, con la ayuda de una diplomacia china discreta, no ha sido capaz de desbloquear el proceso político y ha manifestado su intención de centrarse en las cuestiones económicas, sociales y humanitarias.
Dada la ausencia de proyectos tangibles, el 29 de abril el Consejo de Asuntos Generales examinará todas las operaciones posibles para que la Unión Europea pueda influir sobre la situación en Myanmar. Me gustaría insistir sobre el hecho de que la Unión Europea tiene por objeto promover un enfoque equilibrado de la cuestión de Myanmar. Buscamos sobre todo resultados objetivos. El 19 de noviembre de 2007, el Consejo adoptó una versión de la posición común que incorporaba nuevas sanciones. El Reglamento CE entró en vigor el pasado 10 de marzo y su revisión anual se prevé para finales de este mes.
Las sanciones de la Unión Europea expresan nuestra insatisfacción por la lentitud del proceso de transición hacia la democracia, la prolongada detención de numerosos presos políticos y la violación de las libertades fundamentales. No obstante, las repercusiones de las sanciones se deben examinar regularmente para garantizar que éstas afectan directamente a los miembros del régimen y sus recursos. La Comisión ha establecido programas de asistencia previstos en el marco de la política general de cooperación que abarcan los sectores de la salud y la educación. Me complace constatar que el Parlamento Europeo se ha manifestado a favor de estas medidas, en el marco del ejercicio de su derecho de control.
Lo anterior se añade a la ayuda humanitaria de ECHO destinada a los países vecinos y a los refugiados de Myanmar en la región. Seguimos apoyando la misión del señor Gambari. La Unión Europea forma parte del «Grupo de amigos» que reúne en Nueva York a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la presidencia de ASEAN, la India, Japón y Noruega, que participan en el seguimiento de la situación en Myanmar. El Enviado Especial de la UE para Myanmar, el señor Fassino, desempeña un papel esencial en el apoyo de la misión del señor Gambari. Ésta es la información que deseaba transmitirles en nombre de la señora Ferrero-Waldner.
Geoffrey Van Orden, en nombre del Grupo del PPE-DE. – Señor Presidente, debatimos hoy sobre Myanmar porque las sanciones específicas aplicadas por la Unión Europea deben renovarse dentro de cinco días y las autoridades de Myanmar están ejerciendo presión con la celebración de un referéndum y un remedo de constitución dentro de un poco más de dos semanas.
Deseamos hacer un sincero llamamiento al régimen de Myanmar para que dé un paso que redunda en gran medida en su propio interés, así como en el interés de su población. Invitamos a las autoridades de Myanmar a emprender las medidas necesarias para unirse a la comunidad internacional. La política de aislamiento aplicada a Myanmar durante casi toda su andadura como Estado independiente ha fracasado. Ha perjudicado a Myanmar y ha perjudicado también a su pueblo.
En 1948 Myanmar era el mayor exportador de arroz del mundo, el productor del 75 % de la madera de teca mundial y el país más rico del Sudeste asiático. Parecía estar desarrollándose a pasos agigantados. Actualmente, tiene un PIB per cápita inferior al de Ruanda o Bangladesh.
La economía del país necesita ayuda urgente de las organizaciones financieras internacionales y, sin embargo, desde que Myanmar se aisló y se apartó de la democracia, el Banco Asiático de Desarrollo, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional se han negado, con razón, a ampliar cualquier ayuda financiera adicional. La negativa del régimen de Myanmar a participar en acciones exteriores ha llevado a los países de todo el mundo a imponer sanciones económicas.
Myanmar necesita amigos que le ayuden a proteger sus intereses nacionales a escala mundial, pero incluso ASEAN ha declarado, nuevamente con razón, que no seguirá defendiendo a las autoridades de Myanmar en ningún foro internacional.
Queremos transmitir al Gobierno de Myanmar el siguiente mensaje: el mundo no está en vuestra contra, pero debéis cejar en vuestra postura y no seguir volviendo la espalda al mundo. No debéis tener miedo de la comunidad internacional, ni tampoco de vuestro propio pueblo. No necesitáis mantener al noveno ejército o contar con el decimoquinto presupuesto militar del mundo. No debéis vivir en un búnker. Reconoced las aspiraciones democráticas de vuestro pueblo, cesad toda represión política y permitid a las fuerzas de la oposición participar plena y libremente en un nuevo proceso constitucional.
Józef Pinior, en nombre del Grupo del PSE. – Señor Presidente, en primer lugar nos gustaría invitar al régimen de Myanmar a liberar a los opositores políticos y a más de 1 800 presos políticos, incluidos la señora Aung San Suu Kyi, los líderes de la Generación de Estudiantes de 1988 y los líderes del partido Shan National League for Democracy arrestados en 2005; dar cuenta de todas las personas muertas y desaparecidas con ocasión de las protestas protagonizadas por los monjes budistas y activistas democráticos el pasado septiembre, incluido el paradero de algunos monjes y monjas desaparecidos; garantizar el acceso al país al Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en Myanmar y permitir a los partidos de la oposición que se entrevisten con el Enviado Especial.
También existen preocupaciones reales acerca del denominado referéndum: el riesgo de que tal referéndum sirva únicamente en las actuales condiciones de represión para consolidar en su posición al régimen militar. Desde el anuncio de la celebración del referéndum, el Gobierno promulgó la Ley nº 1/2008, que niega el derecho al voto a los miembros de las órdenes religiosas, incluidos los monjes y las monjas. También impone una condena de tres años de prisión a aquéllos que «den charlas, distribuyan documentos informativos, utilicen pósteres o alteren las votaciones de cualquier otra forma en los colegios electorales o en lugares públicos o privados para socavar el referéndum».
Deseamos que el Gobierno garantice la formación de comisiones electorales independientes, elabore censos adecuados, elimine las inveteradas restricciones impuestas a los medios de comunicación, permita la libertad de asociación, expresión y reunión en el país y revoque las nuevas normas que tipifican como delito el legítimo debate acerca del referéndum.
Marco Cappato, en nombre del Grupo ALDE. – (IT) Señor Presidente, Señorías, señor Comisario Barrot, ha hablado usted de un enfoque equilibrado. Debo decir que temo que este enfoque sea excesivamente tímido, porque, para empezar, este Parlamento debería conocer ciertos datos, a saber, que la Unión Europea posee instrumentos para la promoción de la democracia y los derechos humanos.
Se trata de nuevos instrumentos y ahora ni siquiera es obligatorio contar con la autorización de la dictadura de un país para poder desembolsar los fondos. Por consiguiente, o hablamos en calidad de espectadores de lo que sucede o, por el contrario, hablamos como personas que se plantean el problema de lo que se puede hacer. En este último caso, sería importante que pudiésemos saber —hoy— cómo se gastan estos fondos, a quién ayudamos, cómo logramos introducir y sacar información en y desde el país. Por ejemplo, debemos reflexionar sobre el modo en que se gasta el dinero en la denominada lucha contra la droga, que en Myanmar va a parar directamente a las arcas del régimen del país para poder reprimir mejor a su pueblo por gentileza de la Oficina de las Naciones Unidas. En la Unión Europea debemos plantearnos también este problema. En relación con el referéndum, por otra parte, no es mucho decir que no ha implicado lo suficiente a las diversas partes, como usted ha dicho, porque el referéndum es en realidad un pretexto para que el régimen pueda seguir perpetrando mejor la destrucción de los derechos humanos y civiles en Myanmar.
Al representante del Consejo, el señor Lenarčič, quería decirle que, a la luz de la participación determinante de los monjes en la lucha no violenta, que han pagado con su vida esta lucha, creo que su anuncio de que no tiene intención de invitar al Dalai Lama a Bruselas para el necesario diálogo político con los países de la Unión tendrá simbólicamente —y ya lo ha tenido— un efecto negativo para la lucha no violenta del pueblo de Myanmar, especialmente los monjes.
Brian Crowley, en nombre del Grupo UEN. – (GA) Señor Presidente, el pasado mes de octubre el mundo fue testigo de la marcha de miles de monjes budistas y de ciudadanos por las calles de Yangón que pedían libertades y reformas al injusto y violento régimen militar de Myanmar. Se trataba de la mayor manifestación en contra del Gobierno desde la sangrienta represión del primer movimiento democrático en 1988.
en nombre del Grupo UEN. Si nadie cree que la situación podría haber sido peor que la del año pasado, lo único que tiene que hacer es considerar lo evidente: pobreza, escasez de alimentos, opresión continua, eliminación de los opositores políticos, encarcelamiento prolongado de un premio Sájarov y de un Premio Nobel de la Paz, continua opresión y supresión de cualquier punto de vista alternativo.
La Unión Europea debe continuar transmitiendo los rotundos mensajes de apoyo que ya enviamos en septiembre de 2007 a un pueblo que lucha por su libertad en Myanmar. Ahora nos enfrentamos a la celebración de un referéndum sobre una nueva constitución, a la que algunos consideran el próximo paso hacia la restauración de la democracia, pero que asigna un 25 % de los escaños del Parlamento a los militares, prohíbe a la señora Aung San Suu Kyi presentarse candidata a las elecciones porque está casada con un extranjero y obliga a todos a atenerse totalmente a los dictados de la Junta.
China debería ahora ejercer presión para que la Junta en Myanmar garantice una representación adecuada de su población, y Bangladesh y Tailandia también deberían apoyar los esfuerzos realizados para instar a las autoridades de Myanmar a volver a empezar. Debemos hacer mayores esfuerzos por imponer sanciones y emprender medidas políticas firmes, no sólo a escala europea, sino también a escala internacional, y especialmente en las Naciones Unidas. Todos los Estados miembros de la Unión Europea deberían hablar con una sola voz en las Naciones Unidas para ejercer la presión necesaria sobre las autoridades para emprender acciones a ese nivel.
Hélène Flautre, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (FR) Señor Presidente, tal como acaba de mencionarse, la situación humanitaria y en materia de derechos humanos se está deteriorando en Myanmar y el próximo Consejo de Asuntos Generales y Relaciones Exteriores deberá hacerse eco de ello, alto y claro, y redefinir las acciones aplicadas con arreglo a la política europea.
Lo que parecía inicialmente un signo positivo, la famosa reforma constitucional, se ha transformado rápidamente en un proyecto profundamente maquiavélico. La presencia en el poder de los militares se va a constitucionalizar fuera de todos los cauces internacionales, en ausencia de observadores, y habiendo excluido de la representación electoral a todos opositores al régimen actual. Es una auténtica farsa organizada para someter al país aún en mayor medida al yugo de la Junta.
Hay que reconocer que se trata de un fracaso de la estrategia inclusiva, tanto en Myanmar como a escala regional, de la Unión Europea y las Naciones Unidas. Nuestro Enviado, por otra parte, aún no ha podido entrar en el país. Hoy, nuestra doble política —sanciones e incentivos— debe hacerse más efectiva y más específica. En otras palabras, una mejor puesta en práctica, más ajustada y más regular, con criterios establecidos de antemano y estrictamente conformes a los objetivos perseguidos.
Nuestras medidas financieras deben conducir al aislamiento total de las empresas que mantienen relaciones con la Junta o que, de una manera u otra, participan en su financiación, así como de las personas que ocupan el poder y van de compras y envían a sus hijos a estudiar al extranjero. Lo anterior también se aplica a las sanciones bancarias que se les imponen y que, por el momento, no impiden de ningún modo las transferencias realizadas a través de bancos europeos.
En el marco de ASEAN, las negociaciones sobre el acuerdo de libre comercio deben constituir la ocasión ideal para garantizar que los Estados vecinos se abstienen de poner en práctica cualquier estrategia que pueda salvar las sanciones impuestas a Myanmar.
El segundo aspecto se refiere a los incentivos. Al mismo tiempo, debemos apoyar a las fuerzas vivas del país. A escala humanitaria, por supuesto, y también en el plano político. Lo anterior implica una condena pública de las autoridades de Myanmar, la denuncia del contenido y las modalidades del referéndum, una promoción convencida del Estado de derecho y las libertades fundamentales a través de los proyectos de la IEDDH. Asimismo, debemos apoyar y proteger a los defensores de los derechos humanos, la lucha contra el enrolamiento de los niños en los grupos armados y su protección de la violencia.
Luca Romagnoli (NI). – (IT) Señor Presidente, Señorías, no piensen que me anima alguna clase de sinofobia cuando a menudo critico la posición de China en mis intervenciones. Sin embargo, creo que no existan dudas en relación con la situación de Myanmar y la bien conocida responsabilidad del Gobierno chino, que apoya al Consejo de Estado de Myanmar. Por otra parte, se trata de la misma responsabilidad que China tiene respecto a Darfur, Tíbet y tantos otros lugares del mundo donde se cometen violaciones de los derechos humanos, sobre todo por parte de la propia China.
Por consiguiente, me uno a las expresiones de indignación, horror y condena, como habitualmente hacemos en nuestras resoluciones, pero sigo siendo escéptico en relación con el efecto de tales expresiones. Apoyo la clara condena y lamento el hecho de que el régimen birmano no haya progresado en sus 45 años de historia en relación con los derechos humanos y la libertad de conciencia.
¿Acaso podría dejar de condenar la represión política y étnica del pueblo de Myanmar? Aprovecho esta oportunidad para recordar concretamente el caso del pueblo karen, que resiste con orgullo desde hace decenios para defender su identidad, y también deploro el referéndum recogido en la constitución que el régimen está intentando imponer a Myanmar. Ciertamente, Señorías, coincido en el plano sentimental con todo lo que se dice en la resolución, pero justamente porque todo, como normalmente se deriva de los actos de la Unión, se queda en el ámbito de los sentimientos, creo que no sirve absolutamente para nada. Como dice la propia resolución, ni siquiera las nuevas sanciones específicas han producido los efectos deseados.
Por consiguiente, ciertamente se debe pedir que las sanciones se hagan más estrictas, pero sobre todo se deberían utilizar instrumentos de presión análogos en relación con países como China, Rusia y la India, para que, en virtud de su influencia económica y política sobre el régimen de Myanmar, cooperen con la Unión Europea en este ámbito y dejen de enviar armas y recursos estratégicos al país. En sustancia, coincido con todo lo manifestado de forma convincente por la señora Flautre.
Hartmut Nassauer (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, Señorías, dentro de unos pocos días el Consejo decidirá si va a mantener su posición común sobre Myanmar y si mantendrá también las sanciones impuestas. En Myanmar no se han producido cambios significativos en relación con la democracia, el Estado de derecho o el respeto por los derechos humanos. Cerca de 2 000 presos políticos están privados de su libertad en Myanmar. La líder de la oposición, la señora Aung San Suu Kyi ha estado bajo arresto domiciliario durante años. En definitiva, no existe ningún motivo por el cual debamos relajar las sanciones.
En efecto, se ha anunciado la celebración de un referéndum constitucional y se ha publicado un proyecto de constitución, pero todo ello carece de legitimidad democrática. No se ha consultado a la ciudadanía y ni siquiera existe oposición democrática. El proyecto de constitución está lleno de deficiencias democráticas. Es absurdo, por otra parte, que un 25 % de los escaños del Parlamento se asignen a los militares. También es absurdo excluir a los candidatos que se han casado con un extranjero o tienen hijos con una nacionalidad extranjera. Todo lo anterior da fe de la falta de progresos democráticos.
¿Qué se debe hacer? Apoyo los llamamientos realizados por los oradores anteriores, especialmente los ponderados comentarios del señor Van Orden. Sin embargo, no podemos abordar solos la cuestión de Myanmar. Sin el apoyo de China la Junta no sobreviviría. Por eso los chinos son en alguna medida responsables de lo que ocurre en el país. China ha entablado relaciones con Myanmar para llenar el vacío económico creado por las sanciones occidentales y se está aprovechando de ello. Por consiguiente, se debe tratar con China para que la situación en Myanmar cambie.
También me gustaría hacer un llamamiento a mis amigos en la ASEAN, de quienes me consta que consideran cualquier comentario sobre Myanmar como una interferencia en sus asuntos internos, pero también soy consciente de que la situación en Myanmar les preocupa. Mi mensaje para ellos es que Myanmar está menoscabando la imagen de ASEAN en el mundo, de forma que ésta también debe ejercer la presión necesaria.
Richard Howitt (PSE). – Señor Presidente, acojo con satisfacción las declaraciones del Consejo y la Comisión de esta tarde, pero con 700 presos políticos detenidos a raíz de las manifestaciones del año pasado y la negativa del General Than Shwe a reunirse con el Enviado Especial de las Naciones Unidas, el señor Gambari, la renovación de nuestra posición común después de seis meses es necesaria, aunque no suficiente. ¿Por qué no hacer extensivas las sanciones al petróleo y el gas, a través de los que el régimen se financia principalmente? Si los Estados Unidos imponen sanciones sobre las finanzas y el sector bancario, y niegan divisas extranjeras al régimen, ¿por qué no lo hace también la Unión Europea? ¿Qué pasos se pueden emprender para permitir el acceso humanitario a la parte oriental del país, donde al parecer 3 000 poblaciones han sido arrasadas y donde las agencias de ayuda europeas están listas para actuar? Los monjes budistas han escrito «no» en los muros de sus monasterios para enviar su mensaje a la población de Myanmar en relación con el referéndum constitucional de mayo. El mensaje de Europa a Myanmar también debe ser un atronador «no» a la dictadura y «sí» a la democracia.
Pierre Schapira (PSE). – (FR) Señor Presidente, hace seis meses que las manifestaciones en Yangón revelaron al mundo las graves violaciones de los derechos humanos que se producen habitualmente en Myanmar.
Parece, desgraciadamente, que la opinión pública internacional ya ha olvidado a este país en crisis. La realidad es que nuestro apoyo a la población de ese país debería prestarse de forma ininterrumpida y seguir una estrategia coherente a largo plazo para que se respeten por fin la democracia y la libertad de prensa, de culto, de expresión y de asociación.
A pesar de las presiones diplomáticas y la acción ejemplar de Aung San Suu Kyi, quien, debo recordarles, recibió el premio Sájarov en 1990, y también a pesar de la movilización de la sociedad civil internacional, la situación no ha mejorado. 400 000 monjes budistas del país no tienen derecho al voto, por lo que no podrán participar en el referéndum.
Esta situación, inaceptable, es la prueba de que la presión no ha sido suficiente. Las sanciones contra el régimen de Myanmar deben ampliarse y dirigirse a las élites políticas en lugar de a la población.
Pero sobre todo deseo que la acción de la UE se refuerce. Y para sensibilizar a la opinión pública, pido, pedimos, que Aung San Suu Kyi —que encarna esta lucha— sea designada ciudadana de honor de todas las capitales europeas, con vistas a demostrar nuestra determinación de promover efectivamente los derechos humanos y la libertad en Myanmar.
Katrin Saks (PSE). – (ET) Cuando entro en el edificio del Parlamento en Bruselas todas las mañanas Aung San Suu Kyi me mira desde un gran cartel con sus ojos tristes y debo confesar que todas las mañanas siento la misma embarazosa impotencia.
Las resoluciones que hemos adoptado casi por unanimidad no han tenido ningún efecto en absoluto. Hoy, observo la forma retórica con la que los representantes de la Comisión y del Consejo hablan del tema: «esperamos, deseamos, consideramos, nos preocupa». ¿Acaso no es una actitud demasiado pacata en relación con un régimen como el de Myanmar? Debemos hablar claramente con una sola voz, y hacerlo de forma mucho más decidida.
¿Por qué no avanzamos? Volvemos siempre a las sanciones económicas. En mi opinión éste es, sin duda, el único modo de influir sobre este régimen, pero debemos controlar con mucha atención dónde va a parar nuestra ayuda al desarrollo. Nuestra financiación se debe condicionar a la realización de reformas muy específicas en el seno de esta sociedad.
Ana Maria Gomes (PSE). – Señor Presidente, yo he estado en Myanmar y he visto la miseria y la opresión en la que vive su población. Desafortunadamente, Europa no ha hecho lo suficiente para ayudar al pueblo de Myanmar, a sus valientes monjes, a sus presos políticos, a su valerosa líder Aung San Suu Kyi, a lograr la libertad y deshacerse de los opresores de la Junta.
Europa no ha hecho lo suficiente para movilizar a vecinos influyentes como Tailandia, Malasia, Singapur y, especialmente, Indonesia, para acudir en ayuda de los que luchan por los derechos humanos y la democracia en Myanmar.
Europa no ha hecho lo suficiente para presionar a China y la India para que dejen de apoyar de una forma o de otra a los opresores de Myanmar. Europa no ha hecho lo suficiente para sancionar a empresas europeas como la francesa Total, que sigue haciendo negocios con Myanmar, ayudando de este modo a pagar a la mafia de la droga y los opresores que conforman la Junta Militar. Europa debe actuar ahora y negarse a aceptar la farsa del referéndum.
El señor Barroso y sus Comisarios, que se dirigen hoy a Pekín, deben hablar firmemente y claramente acerca de la responsabilidad de China en relación con la triste situación en Myanmar. La actual y la próxima Presidencia del Consejo deben actuar con decisión para que la población de Myanmar note la diferencia, aplicando unas sanciones firmes e impulsando al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a actuar en contra de los opresores de Myanmar.
Marios Matsakis (ALDE). – Señor Presidente, esta Cámara se está aficionando a aprobar resoluciones que son en gran medida totalmente inefectivas. Por otra parte, nos estamos acostumbrando a aplicar sanciones que también resultan totalmente inefectivas, porque no se dirigen contra aquéllos que son los verdaderamente responsables de una situación determinada, sino que se dirigen contra la población del país, en este caso Myanmar, haciendo que sus vidas sean aún más miserables.
Ya se ha mencionado que el culpable real de la situación de Myanmar es China. ¿Acaso imponemos sanciones a China? No. El mercado de la UE está inundado de mercancía defectuosa que compramos a China. ¿Por qué no aplicamos sanciones a China para ver cómo afecta a la situación en Myanmar?
Colm Burke (PPE-DE). – Señor Presidente, coincido con sus Señorías en esta cuestión. No se trata de pensar en los cambios que no se han producido en los últimos meses, sino que no se han producido cambios en absoluto en los últimos cincuenta años.
Se cometen violaciones de los derechos humanos todos los días. Las comunidades religiosas no salen a la calle a menos que consideren que existe algo completamente inaceptable en un país. Hace algunos meses fuimos testigos de las manifestaciones de los monjes que creían que podrían transmitir su mensaje. La reacción de la Junta fue muy diferente. Se aseguró de que sus protestas por las calles fuesen inmediatamente sofocadas y los asesinatos cometidos después son vergonzosos. Y sin embargo el Gobierno ha seguido en el poder.
Los auténticos culpables son las empresas y los países que mantienen relaciones con Myanmar. Los que les suministran armas y compran sus productos. Convengo con mis colegas en que debemos actuar de forma más anticipatoria para forzar a China a emprender unas medidas totalmente diferentes en relación con Myanmar. Éste es el único modo en que podemos lograr un cambio. También debemos emprender acciones y entablar un diálogo con las empresas europeas que están ayudando a la Junta. A menos que emprendamos medidas nosotros mismos nos va a resultar muy difícil obligar a cambiar a otros países. Apoyo esta propuesta de resolución.
Jim Allister (NI). – Señor Presidente, Myanmar en uno de esos asuntos que hacen que nuestros buzones de correo se llenen, y con razón.
Considero que existen paralelismos entre Myanmar y Zimbabue. Ambos países tenían antaño economías florecientes. Ambos se apartaron de la democracia para caer en la opresión y todo lo que ello conlleva: la negación de las libertades fundamentales, la extrema pobreza y el militarismo opresivo.
Pero también observo un paralelismo en la respuesta de la UE tanto a Myanmar como a Zimbabue. Ambas respuestas, francamente, son demasiado tímidas. Escuchamos hoy a la Comisión y al Consejo, pero ¿qué nos pueden decir realmente? Muy poco.
Creo que debemos mostrarnos más firmes. Debemos reforzar las sanciones económicas y de otro tipo y poner en práctica un embargo de armas total. Debemos ejercer presión allí donde resulte más efectivo hacerlo: en los regímenes simpatizantes como China, que apoyan a la Junta. Sólo entonces, cuando tratemos con los que han adoptado una actitud ambivalente en relación con la Junta, veremos que se producen cambios.
Janez Lenarčič, Presidente en ejercicio del Consejo. − (SL) Ya he mencionado que en su próxima reunión el Consejo de Asuntos Generales y Relaciones Exteriores examinará la cuestión de Myanmar y probablemente adopte algunas conclusiones. Abordaré esta cuestión más adelante, pero primero me gustaría responder a algunos comentarios.
En primer lugar, señor Cappato, me gustaría subrayar que por el momento el Consejo no ha considerado la posibilidad de invitar al Dalai Lama a una reunión con el Consejo de Asuntos Generales y Relaciones Exteriores. Tampoco creo que alguna vez se le invite a participar en tal reunión. Si así fuera, se trataría de abordar alguna cuestión relativa a Tíbet, y no a Myanmar, que es el asunto que se debate en este momento. No obstante, me gustaría añadir que para mejorar la situación en Tíbet no es tan necesario entablar un diálogo entre la Unión Europea y el Dalai Lama, cuanto entre éste y las autoridades chinas. La Presidencia eslovena ha hecho diversos llamamientos en este sentido.
Acerca de la próxima reunión del Consejo de Asuntos Generales y Relaciones Exteriores, esperamos que el Consejo llegue a algunas conclusiones y decida que debe reiterar su profunda preocupación por la situación en Myanmar e invitar a las autoridades de este país a actuar urgentemente para emprender una transición que legitime el gobierno civil y la reconciliación nacional. También esperamos que el Consejo invite a la celebración de un debate abierto sobre el referéndum, que se debería efectuar libremente y de forma equitativa. Además, tal como la señora Flautre mencionaba, esperamos que las autoridades de Myanmar admitan la observación internacional de referéndum.
No tengo dudas de que el Consejo pedirá la inmediata liberación de todos los presos políticos, como señalaba el señor Howitt. Tampoco me cabe ninguna duda de que pedirá también la liberación de la señora Aung San Suu Kyi. También esperamos que las sanciones que están a punto de expirar, como señalaba correctamente el señor Van Orden, se renueven durante doce meses más con la posibilidad de modificarlas, es decir, endurecer o relajar sus condiciones, en cualquier momento determinado según dicte la situación.
En lo que se refiere a las armas, y en respuesta al señor Romagnoli, la Unión Europea ha prohibido la exportación de cualquier clase de armas o material bélico a Myanmar. Esta prohibición forma parte de las sanciones de la Unión Europea y esperamos que pueda ampliarse junto con el sistema de sanciones. Estamos intentando que otros Estados miembros se unan a nosotros en esta iniciativa.
Por último, me gustaría añadir que se podría decir, como afirma la señora Flautre, que la estrategia de las Naciones Unidas en relación con Myanmar ha fracasado. Sin embargo, también podría decirse que aún no ha dado sus frutos. Yo personalmente me inclino más por la segunda opción.
Jacques Barrot, Vicepresidente de la Comisión. − (FR) Señor Presidente, he escuchado atentamente todos los testimonios que muestran cómo Myanmar aún tiene un largo camino por recorrer para encontrar la vía de la democracia —y somos completamente conscientes de ello—. Debemos seguir fortaleciendo la política emprendida y, en este sentido, me gustaría decir que hemos reforzado las sanciones dirigidas especialmente al régimen y sus dirigentes. Actualmente el Consejo está examinando la posibilidad de aplicar unas sanciones financieras más amplias.
Añadiría que, en relación con los presos políticos, el Consejo de Asuntos Generales y Relaciones Exteriores del 29 de abril ofrecerá la ocasión de transmitir un nuevo mensaje al régimen para que ponga fin a todas las medidas de intimidación y encarcelamiento. Estamos muy comprometidos con el mantenimiento de la solidaridad con Aung San Suu Kyi. En realidad no tenemos un contacto directo con ella, pero sí con los miembros de su partido.
Más allá de las sanciones, algunas de sus Señorías han mencionado la cooperación de los países vecinos, que debe ayudarnos a actuar sobre el régimen de Myanmar y la señora Ferrero-Waldner suscitará esta cuestión de Myanmar en China esta semana. La Comisión también ha presentado algunas propuestas al Gobierno tailandés e Indonesia parece estar preparando una nueva iniciativa. Sin embargo, sus Señorías tienen razón en insistir sobre la indispensable movilización de los países vecinos.
Abordemos ahora el problema de la asistencia a la población. Sabemos que, en efecto, la población de Myanmar no debe pagar el precio del estancamiento político en el que los líderes han sumido al país. Para Europa, la condena, el aislamiento puro y simple de Myanmar no puede bastar. Me gustaría precisar que intentamos ofrecer asistencia aprovechando todas las ocasiones para recordar que únicamente una mejor gobernanza por parte del régimen permitirá que tal asistencia alcance toda la eficacia que deseamos.
El señor Cappato, concretamente, manifestó su preocupación acerca de la manera en la que se controla la ayuda internacional. Debo señalar que la ayuda internacional se aporta a través de las agencias de las Naciones Unidas y los socios de las ONG y puedo decirles que se realiza un seguimiento muy estrecho. Sin embargo, ha hecho usted bien en recordárnoslo.
Creo que lo que queremos es ejercer la mayor presión posible para que Myanmar evolucione verdaderamente más rápido en dirección a la democracia. Al mismo tiempo, deseamos evitar de alguna manera que la población de Myanmar sufra aún más como resultado de un aislamiento total, algo que no sería probablemente la respuesta adecuada.
Presidente. − Para cerrar el debate se han presentado seis propuestas de resolución(1) de conformidad con el artículo 103, apartado 2, del Reglamento.
Se cierra el debate.
La votación tendrá lugar el jueves 24 de abril de 2008.
Declaraciones por escrito (artículo 142 del Reglamento)
James Nicholson (PPE-DE), por escrito. – Acojo con satisfacción esta resolución que demuestra la preocupación constante del Parlamento por la situación de Myanmar. Debemos evitar que los acontecimientos en este país escapen a nuestra atención.
Es un hecho bien conocido que, a pesar de la riqueza de recursos y la fertilidad de sus tierras, Myanmar es uno de los países más pobres del mundo. También es un hecho de sobras conocido que la Junta Militar ha cometido toda una serie de violaciones de los derechos humanos, incluido el tratamiento brutal dispensado a los monjes budistas que protestaron contra el régimen.
A la luz de los recientes acontecimientos, especialmente la intención de la Junta de instaurar forzosamente una constitución totalmente ilegítima y no democrática, ha llegado el momento de que la Unión Europea ejerza toda la presión de la que es capaz para intentar mejorar esta situación.
Ya no nos podemos limitar a debatir simplemente la situación de Myanmar en los foros internacionales. Las negociaciones entre las Naciones Unidas y las autoridades de Myanmar han demostrado ser completamente ineficaces. Actualmente es necesario aplicar urgentemente sanciones específicas a la Junta y las empresas que la favorecen.
Apoyo plenamente esta resolución que invita al Consejo a aplicar sanciones más amplias y más estrictas al régimen militar de Myanmar. En este sentido, espero sinceramente que nuestras palabras se acompañen de las acciones correspondientes.